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Carta a Emilio Pettoruti, 14/3/1922

Roma, 14 de Marzo de 1922.
Via della Scrofa N° 10 int. 5
Caro Pettoruti,
Contesto su atenta carta del 22 de febrero. No lo he hecho enseguida porque en ella me anunciaba Ud. que estaría ausente de Munich algunos días.
Sus datos me animan a efectuar su proyecto. Los tiempos no son buenos, de suerte que la economía de la vida es un fuerte atractivo para ir a Alemania.
Mi propósito es ir a Venecia en los primeros días de mayo para seguir de allí a Alemania. Por consiguiente podemos combinar de acuerdo nuestro respectivo itinerario de viaje. Podemos visitar juntos Viena.
Iré con mi chica y tendré presente, a este respecto, su advertencia sobre el pasaporte.
De Viena pasaría a Munich, a menos que el viaje por Praga a Berlín permitiese conocer fácilmente primero esta ciudad. En este caso antes de trasladarme a Munich pasaría algunos días en Berlín.
No deje de escribirme. I reciba el más cordial apretón de manos de su muy affmo amigo.
José Carlos Mariátegui
P.C.- Saludos de Anita.

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a Francisco Beteta, 17/9/1921

Roma, 17 de setiembre de 1921
Mr. Francisco Beteta
299 W. 12 Street
New York
U.S.A.
Mi querido Beteta,
¿Por qué no me escribe? ¿Cómo están Ud. y los suyos? ¿No piensa Ud. venir a pasar una temporada en Italia? Tendría gran placer al verle. Me tiene Ud. siempre en Roma. He vagado por casi toda Italia, pero teniendo invariablemente a Roma como punto de partida. Le envío mi mejor abrazo.
Su affmo
Mariátegui
P.D. Recuerdos afectuosos a Toribio.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Bertha Molina (Ruth), 16/10/1920

Transcripción completa (se ha respetado la grafía del original):
Roma, 16 de octubre 1920
Acabo de regresar de mis andanzas por el norte de Italia. Roma me esperaba, amable y buena, con una carta tuya en la mano. Una carta que yo he leído antes de desembarazarme del sobretodo y del sombrero, sentado al pie de la cama en mi "chambre” de hotel, mientras el criado instalaba en un rincón mis fatigadas maletas.
Y he tenido la sensación de que tú me visitabas. De que a mi cuarto entraba la risa de una muchacha muy inquieta y muy limeña, que todo lo 'movía, que todo lo revolvía, que todo lo tocaba y que me hacía tantas preguntas que yo no podía contestárselas. Algo así como si un rayo de luz limeña llegase furtivamente a mi estancia.
Tus cartas me hacen casi siempre este efecto. Por esto te las agradezco mucho. Y te ruego que no me prives de ellas ni aún si te parece que las mías son demasiado desabridas, demasiado pobres de interés. Piensa que yo no soy capaz de producirte el placer que tú puedes producirme. Que lo que yo puedo escribirte no es posible que sea como lo que tú puedes escribirme. Yo me he vuelto un poco grave. En cambio tú eres una chiquilla. No eres una chiquilla frívola y egoísta; pero eres de todas maneras una chiquilla. Una chiquilla buena e inteligente (No te agrego que bonita porque si te dedico tres adjetivos vas a poner en duda la sinceridad de alguno de ellos. Y luego porque eso de bonita lo dejo para que te lo digan otros).
Mis cartas no son propiamente respuesta a las tuyas. No lo son sino en este sentido. En que una carta mía sigue a la recepción de una carta tuya. Pero por lo demas no. Yo no te hablo casi de las cosas de que tu me hablas. Y es que estamos tan distantes el uno del otro! Tu voz emplea dos meses en llegar hasta mí. Y la mía, que es menos joven, emplea, sin duda, mucho más. O, por lo menos, llega muy apagada, muy vaga, casi imperceptible ¡Este coloquio nuestro lucha con todas las dificultades físicas del tiempo y la distancia!
Pero esta vez voy a referirme a uno de tu párrafos. Aquel en que me dices que tienes mucha confianza en mi; pero que ... me ocultas algo. Y que no me lo contarás, eso que no. Probablemente a consecuencia de que tienes mucha confianza en mi ¿No es cierto? Si no fueses ilógica no serías mujer. Vamos. No me pongas curioso. Pruébame que te inspiro toda la confianza que me aseguras. Es necesario que la intimidad con que nos tratamos sea verdadera. No verdadera á medias sino verdadera absolutamente, totalmente, completamente.
¿Quieres hacer una cosa buena y razonable? Mándame tu retrato. Lo pondré sobre mi escritorio, absolutamente solo, para tener cuando te escribo la ilusión de que converso contigo. Tu me debes tu retrato desde hace mucho tiempo. Y no sé como te has dado maña para no satisfacer hasta la fecha tu deuda. Ustedes las mujeres son muy tramposas.
He visto que han exhumado en "El Tiempo", al pie de artículos que yo enviaba con un seudónimo nuevo, mi infantil y olvidado seudónimo de Juan Croniqueur, al cual renuncié formalmente en la revista "Nuestra Época" arrepintiéndome de todos los pecados que con el había cometido. Quiero dejar constancia ante tu de que soy completamente ajeno a la resurrección de dicho seudónimo y de que lo lamento desde lo más profundo de mi alma.
Escríbeme pronto. Mira que cada vez que recibo correspondencia lo primero que hago es ver ansiosamente si alguno de los sobres es el tuyo. Mira que siento predilección por tus cartas, y que mi predilección por tus cartas es también predilección por ti.
Tuyo affmo.
José Carlos.

P.D. La complicada y perversa posta se entretiene en robarme hoy una carta, mañana otra. Temeroso de que trate de turbar mis relaciones contigo, certificaré todas mis cartas para que se le haga mayor cargo de conciencia incautarse de ellas en el caso de que se le ocurra tan cruel idea. Vale

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a Ricardo Martínez de la Torre, 5/9/1920

Venecia, 5 de setiembre de 1920
Señor
Ricardo Martínez de Latorre
Lima - Perú
Mi impresión de Venecia es brevísima: —Venecia es la ciudad más bella del mundo. —Como ves cabe en una postal y queda aún sitio para un abrazo.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a Modesto Antonio Cavero, 29/8/1920

Venecia, 29 de agosto de 1920
Señor
Modesto A. Cavero Mariátegui
Querido Nino.
Aunque tú eres un ingrato que no me escribes, yo no te olvido y, antes bien, te recuerdo con el cariño de siempre.
Y te envío un afectuoso abrazo.
José.

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a Bertha Molina (Ruth), 3/8/1920

Transcripción completa (se ha respetado la grafía del original):
Florencia, 3 de agosto 1920
Mañana me marcho de Florencia. De ella te escribí hace un mes contestando tu carta. De ella te escribo ahora para que tengas una segunda carta que contestarme. Así se acortarán los plazos de nuestra correspondencia. ¿Que esta no es una carta? No me digas eso que sería una tinterillada femenina. ¿Acaso las cartas deben llenar siembre muchas hojas de papel? ¿Acaso no pueden caber, como esta, en el envés de una postal. Además, mira. Haz de cuenta que esta es la última de muchas hojas que yo dejo en blanco para que tú las llenes con tu fantasia y para que te digas en ellas muchas cosas inteligentes, bellas y armoniosas que yo no sabría decirte. Porque interpretándome como me imaginas me querrás mejor que interpretándome como soy. Ensáyalo. Y créeme que bien te recuerdo.
José Carlos.

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a Guillermina Mariátegui de Cavero, 19/7/1920

Vallombrosa, 19 de julio de 1920
Sra.
Guillermina M. de Cavero
Muy querida hermana:
He recibido tu carta del 22 de mayo. Y, al mismo tiempo, una del Ministro de Justicia comunicándome que ha concedido a Nino la beca de interno.
Esta noticia ha sido una compensación. Confío que así como Dios nos ha concedido esta gracia nos concederá también el remedio de tu situación.
Ojalá que mi carta al Ministro de Guerra haya sido útil. Lamento mucho la enfermedad de Amalita y espero que no haya sido de cuidado. - Sin mas que con sus mejores recuerdos para ti y las chicas y con sus fervientes votos por tu bienestar, se despide de ti hasta pronto tu hermano que bien te quiere.
José.

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a Guillermina Mariátegui de Cavero, 5/7/1920

Florencia, 5 de julio de 1920
Señora
Guillermina M. de Cavero
Andahuaylas
Recibe un nuevo recuerdo mio de Florencia. Esta es una vista de la parte alta de la Catedral, una de las mas bellas de Europa, toda recubierta de mármoles de colores.
Tu hermano
José
La postal a la mama es una vista del jardín real.

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a Ricardo Martínez de la Torre, 6/7/1920

Florencia, 6 de julio de 1920
Caro Ricardo:
Antes de partir de Florencia quiero enviarte un nuevo recuerdo que sea a la vez una impresión de viaje. Florencia es una de las ciudades donde he pasado días mejores tal vez por ser la ciudad donde he pasado días más cortos. Es, sin duda, una de los rincones mas encantadores del mundo. Mucho ha destruido el tiempo y mucho ha borrado el progreso - el bárbaro progreso - pero aun queda lo suficiente para que vengan aquí en peregrinación gentes de todos los climas. Te envío un paquete de periódicos ilustrados que contiene también varias fotografías para Juanita. Fotografías de arte ilustres que Florencia guarda.
Tuyo affmo.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Bertha Molina (Ruth), 30/6/1920

Transcripción completa (se ha respetado la grafía del original):
Florencia, 30 de junio 1920
Ruth:
A punto de partir de Roma, en viaje a esta ciudad de Dante y de los Médicis, recibí tu carta del 22 de mayo. Que, naturalmente, me parece que ha tardado mucho. Y que me obliga a reprochártelo. ¿Por qué te has hecho esperar tanto? ¿Es que te estás volviendo mala? ¿O es que te da pereza escribirle a un amigo que se halla tan lejos? En otros tiempos hubieras sido capaz de escribirme sin aguardar mi respuesta. Tú me observarás que siempre “a nuestro parecer cualquiera tiempo pasado fue mejor”.
Perdóname el reproche. Apenas trazado me arrepiento de él con toda el alma. Y me arrepentiría más aún si no tuviera la certidumbre de que tú, gentilmente, no me lo tomarás en cuenta.
Gracias por tus noticias. Casi ninguna de ellas era nueva para mí. Pero yo no te he pedido noticias de Lima por las noticias en si mismas, sino por las noticias a través de tus cartas, de tu frase, de tu comentario o de tus puntos suspensivos.
Me preguntas qué hago por acá. Y yo mismo no lo sé exactamente. ¿Se sabe, acaso, alguna vez lo que se hace? ¿Y, sobre todo, se sabe, alguna vez, cómo calificar lo que se hace? Creo que nó. Mira. Yo. en primer lugar, estudio. Y en segundo lugar . . . ¿Qué hago yo en segundo lugar? Unas veces me aburro, lo cual, me dirás tú. no es bueno Otras veces, escribo, lo cual es peor que aburrirse. Y otras veces, no hago nada lo cual es peor aún que aburrirse y que escribir. Ahora hago algo diferente. Te escribo. Y esto no es escribir ni es, mucho menos, aburrirse. Todo lo contrario.
Me place Italia. La amo por su belleza inmensa, por su belleza extraordinaria, por su belleza única. No sólo es sugestiva la Italia del paisaje, la Italia de la rivera Liguria, la Italia del golfo de Salerno. Y no sólo es sugestiva la Italia del arte, la Italia de Miguel Angel, de Leonardo y de Rafael. También es sugestiva la Italia de la pasión. Como se ama en Italia, hasta la muerte, no se ama ya en ninguna parte del mundo. ¡Qué gente más pasional! Aquí son posibles todavía Romeo y Julieta, imposibles y absurdas en otro lugar del globo. Y aquí se comete a diario la heroica tontería de morir por amor. Como tú recordarás el Dante llamó a Italia país que solo la luz y el amor ha por confines. Y tenía razón. Sus confines, aunque poco geográficos y demasiado poéticos, son verdaderos.
Actualmente, me tienes entregado en alma y cuerpo a Florencia. ¡Qué ciudad tan llena de encantos! Aún viven en ella Donatello y Miguel Angel, Benvenuto Cellini y Juan de Bolonia, Lorenzo de Médicis y la duquesa de Urbino. De Florencia pasaré a algún punto de la campiña Toscana. El verano es insoportable en Roma. Y no lo es menos en Florencia. Hay que ir al campo en esta estación proterva. Además quiero sentirme durante algún tiempo donde no se hable sino italiano, el más puro y musical italiano. Roma es muy cosmopolita. Florencia no le va en zaga. Yo hablo ya italiano, pero, por supuesto, muy macarrónicamente. Después de mi próximo “séjour” en la Toscana espero hablarlo regularmente. Deseo, de otro lado, traducir al castellano algunos notables poetas italianos contemporáneos como Papini, Palazeschi, Marinetti. Salvoni, Ada Negri.
Soy de tu misma opinión acerca de “El Tiempo”. Al abominable Abate Faría no se le puede leer sin repugnancia unas veces y sin hilaridad otras. Yo permito que artículos míos aparezcan en promiscuidad con los de este loco analfabeto por razones que sería largo explicarte. La más breve de esas razones es que pagan mis artículos. Además a mis artículos yo no les he dado nunca importancia. No son para mi sino una distracción o un entrenamiento. Aparte de un modo de ganar dinero.
El periodismo peruano, en general es de una incipiencia escandalosa. Así los diarios como las revistas carecen de selección, de mesura, de sustancia, Por una parte están detestablemente escritas. Por otra parte son de una vaciedad máxima. Esto unido a su tropicalismo, á su exageración, á su huachafería. Imitamos a la Argentina, a la rastacuera Argentina, que imita a su vez a los Estados Unidos. Y los Estados Unidos no saben siquiera imitar a Europa. Cuando se está en Europa, habituada a la prensa de París o de Roma, la lectura de los periódicos peruanos produce una impresión pésima.
No te adjunto esta vez mis versos porque como soy tan desordenado, me olvidé de traerlos de Roma. Te irán pues, proximamente. Cuando regrese a la Ciudad Eterna.
Contéstame sin tardanza. Y en cualquier hora en que no te sea desagradable hacer de cuenta que charlas conmigo, escríbeme largamente, todo lo largamente que puedas que darás un gran placer. Y háblame siempre con mucha confianza, con absoluta confianza. Créeme que sabré siempre ser merecedor de ella.
Y créeme, asi mismo, que te recuerdo con devoción y que mi pensamiento va hacia ti con más frecuencia de lo que tu probablemente supones.
Tuyo
José Carlos.
Señorita Bertha Molina

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a Ricardo Martínez de la Torre, 19/5/1920

Roma, 19 de mayo de 1920
Caro Ricardo:
Gracias por tu amable carta del 7 de abril. No quiero aplazar su respuesta hasta que te escriba contándote mis impresiones de viaje en uno o más tomos, porque deseo que estas cuatro líneas te lleguen cuanto antes. Te mandaré algunos libros; pero en francés. España y su literatura y su pensamiento y sus panderetas y sus majas y sus toreros están mucho más leos que del Perú— que no te extrañe— de esta Italia bella por excelencia y por derecho divino. Aquí leo diariamente los periódicos de París y no encuentro nunca una revista española. Me dices que han hablado de mí después de mi partida. Quiero decir que a mis buenos y queridos paisanos no les ha bastado mi viaje a otro mundo para cesar de ocuparse de mi muy humilde persona. Cuéntame de Lima todo lo que puedas. Europa no me hace olvidar a mi simpática ciudad. Pronto te escribiré largo y tendido. A Juanita le escribí de Nueva York el 3 de noviembre, felicitándola por su santo. Sé intérprete de mi afectuoso y leal recuerdo ante todos los tuyos.
Te saluda muy cariñosamente
José Carlos Mariátegui
P.S. He aquí mi dirección: Legación del Perú, Casella Postale 268.

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a Guillermina Mariátegui de Cavero, 16/5/1920

Roma, 16 de mayo de 1920
Sra.
Guillermina M. de Cavero
Andahuayalas - Perú
Acabo de asistir a la fiesta de Juana de Arco en la Basílica de San Pedro, para presenciar la cual han venido del extranjero muchos millares de peregrinos. Quiero que recibas un recuerdo de esta fiesta. Te abraza tu hermano.
José

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a Guillermina Mariátegui de Cavero, 10/3/1920

Roma, 10 de marzo de 1920
Señora
Guillermina M. de Cavero
Andahuaylas - Perú
Muy querida hermana:
No tengo ninguna nueva tuya; pero quiero que recibas un testimonio de mi constante recuerdo. Mamá te habrá comunicado cuanto le he encargado que te comuniques.
Con los mejores votos por tu felicidad te abraza tu hermano.
José

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a José María Eguren, 26/2/1920

Roma, 26 de febrero de 1920
Al poeta José María Eguren:
Mensaje leal y sincero de un admirador de su arte y de un amigo de su espíritu.
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a Modesto Antonio Cavero, 24/2/1920

Roma, 24 de febrero de 1920.
Señor capitán
Modesto Antonio Cavero
Andahuaylas - Perú
Mi querido Antonio:
Por medio de esta postal le mando un cariñoso y fraternal abrazo con mil votos porque su cumpleaños sea el principio de muchas felicidades para vos y todos los suyos que son también los míos.
Muy afectuosamente me despido hasta pronto.
José

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a María Consuelo Cavero Mariátegui, 15/2/1920

Roma, 15 de febrero de 1920
Señorita
María Consuelo Cavero Mariátegui
Andahuaylas
Perú
Mi querida nana:
Recibe un abrazo mío muy afectuoso, el primero que te envío directamente desde mi partida, que te expresará cuanto te recuerdo a través de la distancia y la ausencia.
José

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a Francisco Beteta, 13/2/1920

Roma, 13 de febrero de 1920
Mr. Francisco Beteta
324 W. 14 Street
Granada Home
New York City
U.S.A.
Mi querido Beteta:
Le he escrito de París, primero, y de Roma, más tarde, al Consulado del Perú. También le he escrito a Toribio. Como no he recibido respuesta de uno ni de otro, he pensado que, tal vez, no han recogido mis cartas. Le dirijo, por eso, estas líneas al Granada House.
¿Ha establecido Ud. su taller? Cuénteme algo sobre sus trabajos.
Mi dirección es Legazione del Perú. Casella Postale 268.
Lo saluda afectuosamente
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a Ricardo Martínez de la Torre, 10/2/1920

Roma, 10 de febrero de 1920
Señor
Ricardo Martínez de Latorre
Afligidos 180, altos
Lima - Perú
América del Sur
Esta postal, que llegará a tus manos, si el correo no dispone otra cosa, después de un viaje de algunos millares de millas, te llevará la seguridad de mi afectuoso recuerdo.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a Toribio Beteta, 1/1/1920

Roma, 1º de enero de 1919 [1920]
Señor
Toribio Beteta
Broadway 42
Peruvian Consulate
New York
U.S.A.
Con un saludo muy afectuoso desde la ciudad de las siete colinas.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal de César Falcón, 12/8/1921

París, 12 de agosto de 1921
Para el señor don
José Carlos Mariátegui
Via Firenze 43, int. 9, escala sinistra
Roma - Italia
Querido José Carlos:
Te contesto rápidamente tu carta del 26 de julio, porque sólo permaneceré aquí pocas horas. Sigo a Berlín. De aquí te escribiré una larga carta apenas llegue. Saludos a Anita.
Te abraza.
César

Falcón, César

Tarjeta de Anton Giulio Bragaglia

[Roma], s.f.
Monsier:
notre ami Pettoruti m’a donné votre adresse.
Si vous m’envoyerais votre journal je vous serais très reconaissant. Si vous avez besoin de moi, écrivez moi. Pettoruti m’a parlé de Vous beaucoup. Maintenant il est à Buenos Aires.
Si vous avez besoin de correspondance de l’Italie, ou encore, si vous pouvez savoir que quelque journal du Peru, a besoin de reinsegnements de l’art, du théatre etc de l’Italie, écrivez moi que on pourra arranger toute chose.
Avec salutations cordiales
A.G. Bragaglia

Bragaglia, Anton Giulio

Carta de Arturo Osores, 11/9/1921

París, 11 de setiembre de 1921
Señor don
José Carlos Mariátegui.
Roma.
Mi muy querido amigo:
No he podido escribirle, por muchos motivos independientes de mi voluntad; pero mi afecto siempre está junto a Ud.
Le incluyo un giro por dos mil liras. Despida a toda la servidumbre, pagándoles su retribución habitual. Si el chauffeur insiste, ceda Ud; pero a los demás no les pague sino lo que les pagó la Bertini. Entregue 600 liras a Lepiani. Si cumple bien, a juicio de Ud, le remitiré el valor de los otros cuadros.
El valet, antes de marcharse, debe limpiar mi ropa; y que la camarera haga lo mismo con la de mi familia. Temo que el uniforme se malogre: procure que lo revisen. Para el aseo de la casa contrate una persona de aquellas que prestan servicios por horas.
Arriende la casa en la forma que Ud estime más conveniente. Proceda como si fuera Ud mi propia persona; y, para ello, le doy las facultades más amplias. No descuide las existencias de los inventarios. Caso de que Ud pacte el arrendamiento y sea necesaria mi presencia para firmar el contrato, hágame un telegrama.
Insista en obtener respuesta de la Bertini, para saber a qué atenernos.
Que el chauffeur le entregue los artículos del último pedido que hizo.
No se olvide de reclamar el impuesto de lujo que pagué en el hotel.
¿Qué hay sobre los pensionados? Se me dice que han sido totalmente pagados. Si ello fuere cierto, procure recoger esas 2,500 liras, que están volando.
Vea si no corre peligro la prenda aquélla, cuyo recibo tiene Ud.
Le suplico vea a López Aliaga y le haga conocer que no dispongo sino de 6 cajones de bencina, porque la orden no fue por 50 cajones, como creí.
RESERVADO: me escribió Óscar Barrenechea anunciándome que ha sido trasladado a Italia. Procure que le paguen, antes de que esto llegue a ser conocido.
Comuníqueme cuanto sepa sobre la revolución. Las noticias que aquí se tiene son muy vagas. Temo que el castillo se incendie.
Al arrendar la casa vea si es posible reservar las habitaciones que fueren necesarias para la Legación. Publique avisos y haga, por mi cuenta, todo lo que Ud estime conveniente. Sus procedimientos tienen, desde ahora, mi más amplia aprobación. Sólo me mortifica el estar abusando demasiado de su afecto.
Demore su contestación a Machiavelo, hasta que pueda satisfacerlo.
No sé el tiempo que pueda demorar aquí porque mi hijo ha llegado muy enfermo. Él y mi familia corresponden muy afectuosamente su atento saludo.
Muchos recuerdos para nuestro buen amigo el Conde Perrone.
Muy, muy agradecido por la decisión con que me sirve, le estrecho la mano como su afectísimo amigo y S.S.
A. Osores

Osores, Arturo

Carta a Artemia G de Falcón, 8/5/1922

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Mi querida madre:

Hace dos días ha partido Mariátegui para el Perú. Te mando con él un juego de té. Habría querido comprarte uno más fino, pero no he tenido dinero y, casi casi, ni tiempo para buscarlo.

La legación en Londres me ha escrito una carta y me ha hecho dos telegramas ,confiándome a embarcarme en el […]. Yo le [he] contestado diciéndole que me quedo en Europa. Tú conoces ya mis proyectos. Es necesario que todos trabajemos con fe para reunirnos lo más pronto posible en España. Con Mariátegui, que irá a verte a penas llegue, te digo cuánto pienso. Trátalo con confianza y sírvete de él sin escrúpulo para conseguir que te paguen en el Ministerio y para cuantas gestiones oficiales tengas que realizar.

También, como ya te lo he dicho, le he hablado a Osores para que te sirva en cuánto necesites. Me ha ofrecido hacerlo con la mejor voluntad.

Si te es posible, ofrécele a Mariátegui que vaya a vivir en casa con su mujer y su hijo. Él no ha querido ir desde primer momento, porque le parecía muy violento presentarse en casa sin conocerte bien. Pero lo aceptaría, tal vez, si se lo ofrecieras. A ti te serviría mucho tenerlo en casa. Porque lo tendrías cerca para todo lo que necesites, y además, unos a otros, podrías ayudarse recíprocamente.

Muchos saludos a todos mis hermanos. Y un abrazo muy cariñoso para ti.

César.

Génova: 8.V.1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 13/4/1922

A Doña Artemia G. de Falcón

En Lima

Querida madre:

Tan pronto como recibí el dinero de Londres te lo envié íntegro por giro cablegráfico. Espero que lo hayas recibido enseguida. Me han pagado ciento veinte libras peruanas que, al cambiarlas en inglesas se redujeron a noventa y cuatro. No sé cuántas te habrán llegado a ti, porque ningún banco de Madrid tenía la cotización de la moneda peruana. Por esto hice el giro en pesetas.

Parece que hay una gran confusión en los últimos pagos del gobierno. A mí, según la nota de la Legación en Londres, me pagan el último trimestre de 1921 y en enero y febrero de 1922. Pero la cantidad que me han enviado —120 libras— no corresponde ni a cinco meses de mi asignación en Barcelona ni a la tuya de Lima, ni al sueldo íntegro. En Barcelona me deben desde el 7 de junio de 1921 hasta el 7 de marzo de 1922, o sea, nueve meses que, a razón de veinte libras mensuales, hace una total de ciento noventa libras.

Por no saber cuánto te deben allá no puedo decirte la cantidad exacta de la que me adeuda el gobierno. Tú puedes conocerla sumando a tu deuda la mía de Barcelona. Y, naturalmente, haz la reclamación consiguiente. Habla con Elguera y con el ministro para que te enteres de lo que significa el pago de esas 120 libras y para conseguir que te paguen el saldo que, según mis cálculos, no será menor de cien libras más. SI es necesario presentar algún recurso, aprovecha los datos que te doy en esta, mándalo hacer de una persona que conozca los trámites y preséntala en mi nombre e infórmame del resultado.

Yo estoy en Génova, enviado por el "El Liberal", haciendo informaciones de la Conferencia. Estaré aquí todo el mes de abril y luego iré a París. Donde me detendré unos días antes de regresar a Madrid.

Hace una o dos semanas envié dos artículos a "El Comercio". Equivocadamente puse el nombre de Luis Miró Quesada en lugar del de Óscar. No creo que esto haya impedido que los reciba oportunamente. Uno de estos días le enviaré otro y le escribiré una carta asegurando la colaboración que te mandaré para que tu se la entregues personalmente y arregles con él. si entretanto se publica alguno, guárdalo hasta que reciba mi carta. Y cuando vayas a ver a Miró Quesada lleva los recortes de los que se hayan publicado.

Estoy trabajando mucho. ¿Trabajan también mis hermanas como hemos convenido? Me hago la ilusión de que a la fecha ya habremos logrado al fin organizar nuestra casa en mejor forma que hasta hoy.

Pronto marchará Osores al Perú. Yo lo veré aquí o en Roma y le recomendaré que te atienda. Él lo hará seguramente. Y, aunque no está muy bien con el gobierno, podrá, sin embargo, servirte de mucho. No te impedirá, por lo menos, los desaires de aquellos otros pequeños canallas.

Mariátegui es posible, si lo han destituido como a mí, que también se marche inmediatamente al Perú. Sería otra persona que te atendería con buena voluntad.

Muchos saludos a todos mis hermanos.
Y un abrazo muy cariñoso para ti.

César

Génova: 13.IV.1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 20/4/1922

A Doña Artemia G. de Falcón

En Lima

Querida madre:

Acabo de recibir tu carta de febrero —no tiene la fecha del día— el ejemplar de La Prensa y Mundial. Te agradezco que me hayas enviado estos últimos. Yo no [he] escrito especialmente para La Prensa el artículo que publica. Lo escribí y se publicó en El Liberal. De este periódico, o de algún otro, lo habrán citado.

No te empeñes en conseguir del gobierno nada para mí. Es inútil. Acaban de ordenar que todos los empleados cesantes regresen al Perú en el […] que saldrá el próximo diez de mayo. Yo, naturalmente, no voy. Ya conoces tu mis propósitos.

Hace dos días fui a Roma a hablar con Osores que regresará al Perú muy pronto. Le pedí que te atendiera con sus consejos y sus recomendaciones. Me ha ofrecido exclusivamente hacerlo. Creo que lo hará. Visítalo en cuanto llegue y pídele que te ayude, si no lo has conseguido todavía, a destinar a mis hermanas.

Mariátegui regresa también. Le diré que vaya a verte. Te servirá de mucho. Sírvete de él con mucha confianza. Cualquier gestión cerca del gobierno o de alguno de sus hombres puede hacértela él. No tendrás de este modo que sufrir los desaires de todos aquellos canallas.

No te preocupes por la deuda de Villanueva. No creo que hayas cometido la tontería de pagarle con el dinero que te envié de Madrid. Si te cobra dile que no tienes renta ninguna, que no puedes pagarle hasta que el gobierno no me cancele mis sueldos atrasados. Pero si te los pagan no le des un céntimo. Mariátegui te servirá para reclamar lo que me deben. Yo le diré que lo haga. Y estoy seguro que lo hará con mucho interés.

Me parece bien que Humberto siga estudiando Contabilidad. Pero advierto que, en cuanto a Ortografía, adelanta muy poco. O, si es mejor, no adelanta. Sus cartas siguen siendo casi ilegibles.

Estoy muy escaso de dinero. Voy a hacer, sin embargo, un esfuerzo para enviarte cualquier cosa con Mariátegui. Creo que te agradará recibir un regalo mío, por pequeño que sea.

Osores y Mariátegui estarán allá en el mes de junio y julio.

Muchos saludos a mis hermanos, en especial a Jorge y Antonieta cuyas mejorías deseo con todo el alma.

Te abraza y te besa cariñosamente.

César.

Génova: 20. IV. 1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 10/12/1920

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

En estos últimos días me han llegado dos cartas tuyas, una del siete y otra del veintisiete de octubre. También he recibido un retrato tuyo y otro de tu padre. Me explico el retardo por la distancia que han tenido que atravesar y las estaciones que han hecho hasta llegar a mí.

Tan pronto como reciba el retrato de tu madre mandaré hacer las ampliaciones. Te lo prometo formalmente. Quiero que la hagan aquí, en Italia, donde se hacen verdaderos prodigios fotográficos. Si el retrato de tu madre me llega antes de mi regreso a España, yo mismo contrataré las ampliaciones. En caso que las reciba en España, se lo mandaré a Mariátegui para que él lo entregue al fotógrafo con quien yo haya anticipadamente hablado.

Me ha causado mucha pena que hasta el veintisiete de octubre no te habían pagado la mensualidad de setiembre. Constantemente pienso en la manera de conseguir que te paguen con regularidad, pero no lo encuentro. Tú sabes bien que esto es imposible en las oficinas del gobierno. Ahora se habla en Europa de una contrato hecho con una casa inglesa para que le pague a todos los empleados peruanos en el punto donde se encuentren. No sé si ya estaré comprendido entre ellos ni si el contrato se llevará a efecto. Si me trasladan el pago a España, pediré que me paguen todo mi sueldo directamente y te pasaré tu pensión con toda puntualidad. Esto me parece lo más seguro. Por lo demás, creo que toda gestión que haga a la distancia será completamente inútil.

En estos días voy a ver a Osores. Le pediré una carta de recomendación para Perez Figuerola, con la cual es posible que consigas la beca para uno de mis hermanos.

Me imagino cuanto te hará sufrir la madre de Del Águila. tiene que ser una mujer exigente y muy […], incapaz de armonizar su vida con las de otras personas extrañas. Debes dejarla vivir lo más independiente posible. Como sería una maldad negarle alojamiento, procura cuanto puedas que viva en la casa como si habitase en otra distinta. De este modo te cansará menos molestias.

Mucho también me ha afligido saber que te encuentras nuevamente en trances de litigios judiciales. No te apenes por eso. Tú paga hasta donde te alcance tu renta. ¿Qué puedes hacer si no tienes más, si la irregularidad con que te pagan desequilibra tu presupuesto?

Para todo lo que se te ofrezca en estas cuestiones judiciales ve a un muchacho Leonardo Campos, muy amigo mío. Trabaja en el estudio de […], en la calle de Santa María. es un hombre muy enterado del asunto. Seguramente te atenderá con solicitud. Háblale en mi nombre. Dile que no le he escrito hasta ahora por desconocer su dirección.

Quisiera escribirle a Alicia y a Teresa una carta especial, pero me da mucha pena decirles que tú te quejas de ellas dolorosamente y recomendarles o pedirles que sean más buenas contigo. Me parece que ellas no necesitan que yo se los pida. Ellas saben como yo cuanto cariño, cuánto dolor te debemos todos. Nunca me he sentido más triste que al leer tu carta. Jamás esperé que mis hermanas te hicieran decir que prefieres morirte a vivir con ellas. Seguramente tú lo has dicho como una frase, sin darle a las palabras su verdadero sentido. Pero a mí me han hecho mucho daño. Tanto como seguramente le harían a Alicia o a Teresa si las […].

Yo espero que no te darán motivos para repetirme tales palabras. Léeles este pedazo de la carta. Estoy seguro que ellas mismas, con su comportamiento, te harán desmentirme lo que me has dicho.

En cuanto a lo que quiere aprender Humberto, yo no puedo decir nada. Tú debes resolverlo de momento con él. Me parece, sin embargo, por las cartas que te escribe, que aun está muy atrasado en su educación corriente.

Ahora estoy pasando más días en Roma. Dentro de poco iré a otras ciudades italianas. A España regresaré en los primeros días del mes próximo.

Durante mi viaje por Italia escribo artículos para "El Liberal" de Madrid. Ya he publicado algunos. Según el arreglo que he hecho, el valor de este trabajo me lo pagarán cuando regrese a Madrid. Pienso utilizar parte considerable del dinero que reciba en hacerte un regalo.

No olvido que te debo varios. Muchos abrazos para todos mis hermanos. Para ti uno especial, con todo mi corazón.
César.

Roma, 10 de diciembre de 1920.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 10/1/1921

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

Acabo de recibir tus cartas del veintiseis de noviembre y del dos de diciembre.

Me alegro, aunque lo siento por él, que Del Águila y su madre se marchado de la casa. Creo que sola estarás más tranquila. Del propio Del Águila, su hubiera vivido solo, creo que habría conseguido fácilmente un mejor comportamiento. Viviendo con la madre era imposible. Me alegro, te repito, que no tengas ya esos motivos del disgusto.

He recibido los retratos de tus padres y el tuyo. Ya te he dicho que los están haciendo las ampliaciones. Te los mandaré en cuantos los terminen.

Quisiera que me mandases uno tuyo, actual, y otros de mi padre para mandarlas ampliar también. Si puedes, mándamelos todos.

En cuanto regrese a Roma compraré un juego de té de mayólica —son los más bonitos que he visto— y te los mandaré convenientemente embalado para que no se rompa. Allí irá la pelota para Humberto. Espero que mis hermanas hayan recibido ya lo que los mandé de Madrid.

Para los demás, espera mi regreso a Madrid. Es cuestión de pocos días el regreso. En los primeros del mes entrante.

Dime que resultado ha obtenido la carta de Osores.

He pasado seis días en esta ciudad a la que he venido para asistir al Congreso Socialista. Es una ciudad muy clara, luminosa y tiene un bellísimo paseo a la ribera del Mar Mediterráneo.

Mañana me voy a Milán por Génova. En Milán pasará unos días antes de regresar a Roma.

No te olvides de informarme que has resuelto en el asunto de Alicia del que tan largamente te hablé en mi carta anterior.

Muchos abrazos para todos mis hermanos. Para ti uno muy especial. y muy cariñoso.
César.

Livorno, 18 de enero de 1921.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 17/11/1920

A la señora Doña Artemia G. de Falcón

en Lima

Querida madre:

Con algún retardo por causa de mi viaje he recibido tu última carta. También por igual motivo respondo a ella un poco tarde.

De París, aprovechando la proximidad de ambos países, he venido a dar una vuelta por Italia. Estaré aquí un mes. Veré muchas cosas bellas y escribiré artículos para un periódico de Madrid. Luego, tornaré a España la vía de Alemania.

De este viaje, como tu comprenderás, no es necesario que se enteren en Lima. No lo digas a nadie.

Aprovecharé mi estancia en este país para mandarte un regalo bonito. Supongo que ya habrán recibido mis hermanos los suyos. Solo falta el tuyo. Y este, como para ti, tiene que ser minuciosamente escogido.

Sigue escribiéndome al Consulado del París. De aquí me mandarán tus cartas.

Abrazo para todos mis hermanos. Para ti uno fuerte, muy fuerte, con todo mi cariño.
César.

Roma, 17 de noviembre de 1920.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 2/1/1921

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

Te escribo desde un pueblo bellísimo. Florencia es una de las ciudades más hermosas y más interesantes que conozco. Siento tener que marcharme pronto de ella. Pasaré unos días en Milán y Livorno para regresar a España a fines de mes.

Pensé hacerte un cablegrama de felicitación por el año nuevo, pero me ha faltado el dinero. Cada palabra cablegráfica cuesta una cantidad exhorbitante de libras. Y yo las tengo muy contadas.

Espero, sin embargo, que hayas iniciado afortunadamente el nuevo. Creo que este se nos presenta a todos, a ti, a mis hermanos y a mi con mejores augurios que el anterior.

Te adjunto una carta de Osores para el director de instrucción. Te la mando en lugar de la mía para […]. Llévala tu misma. Me parece que es la más eficaz para conseguir la beca de Humberto. Si esta no la consigue, ninguna otra podrá conseguirla.

Mucho cariños abrazos para mis hermanos. Un besos y un abrazo especiales para ti.

César.

Florencia, 2 de enero de 1921.

P.D Ya he mandado hacer las ampliaciones.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 10/1/1921

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

He recibido dos cartas tuyas de mes de noviembre. Por ellas me entero que le han pagado con exagerado retraso la mensualidad de septiembre. Espero que a la fecha le hayan pagado todo lo que te adeudan y que hayas podido nivelar tus gastos. Algunas personas recién llegadas de Lima me han dicho que el gobierno tiene muy poco y que a esto se debe la demora en los pagos. No me extraña porque esto es un mal permanente del gobierno peruano.

Me preocupo de cumplir puntualmente todos tus encargos. El que te lo repita tantas veces puede parecerte una manera de disculparme. Pero no es así. Ocurre que la vida en Europa está excesivamente cara y mi renta es demasiado pequeña. Cada mes me propongo comprarte alguna de las cosas que me has pedido, pero luego, cuando recibo el sueldo, mis gastos resultan mayores de la cantidad en que los tenía presupuestados. Creo, sin embargo, que el mes próximo podré adquirirte algo. Te mandaré con mucho gusto la manta para María, aunque me parece que me va a ser difícil encontrarla. Aquí nadie usa semejante prenda.

Alicia y Teresa me han escrito conjuntamente contigo. Alicia me cuenta un asunto suyo y me pide que le de mi opinión. yo quiero dársela por intermedio de ti porque estoy seguro que tú sabrás transmitírsela con sagacidad y porque me parece que tú puedes tener la misma opinión que yo.

Creo que en una de tus cartas anteriores me dijiste que Alicia tenía un enamorado. Me pareció que era una cosa natural de toda chica y no le di importancia. Por esto no te he hablado de ello,. Pero ahora ella misma me lo cuenta y solicita mi opinión estoy obligado a dársela. A dársela con la sinceridad y el cariño con que me lo pedido.

A mí me parece que Alicia tiene mucho derecho, un derecho exclusivamente suyo, para querer a un hombre. Ya no es una chiquilla. Ninguno de nosotros puede obligarla a que renuncie a querer a quien ella quiera. No podemos, entre otras cosas, porque es imposible. Ella es única dueña de su cariño. Solo a ella le corresponde elegir y averiguar en su conciencia si está o no engañada. Nosotros no podemos hacer otra cosa que respetar sus decisiones.

Todos sus hermanos debemos considerarla una mujer consciente. Ella se queja de que Antonieta la hostiliza. Esto me parece demasiado injusto. Ni Antonieta ni yo tenemos derecho para obligarla con nuestros actos a que proceda en forma distinta a la que ella quiere. Por el contrario, si la queremos, debemos procurar que junto nosotros se sienta fraternalmente amparada y, al mismo tiempo, absolutamente libre.

Yo creo que un hombre que Alicia quiera, como me dice que quiere a su actual enamorado, puedes entrar en mi casa como amigo de ella y con la misma libertad que si fuera mío. No creo que en mi casa yo tenga mayores prerrogativas que una hermana mía. Tanto como yo, cualquiera de mis hermanas puede llevar a sus amigos. A un enamorado leal con mayor razón. Y así como yo me preocupo de que mis amigos que llevo a mi casa sean personas lealmente afectas a mí, creo que ellas tengan también la misma preocupación respecto a los suyos. En el caso presente, Alicia tiene ya la edad, la reflexión y el discernimiento necesarios para proceder de esta manera. Si ella nos dice que quiere a un hombre y nos los presenta estamos obligados a acogerlo amistosamente. Debemos esperar que sea ella misma, si se equivoca al apreciar la honradez de él, la que nos diga en qué momento debemos retirarle nuestra amistad.

Creo, en suma, que el enamorado de Alicia, su ella lo presenta lealmente, debe entrar en la casa como un amigo de todos. Cree que es solo con ella con quien debe trata esos menesteres de su casamiento. Y creo por último que debemos aceptar su resolución y ayudarla fraternalmente.

De este modo, solo ella es responsable ante su propia conciencia.

Yo opino así. Tengo la esperanza de que tu opinión coincida con la mía. Esto me convencería de que la mía es acertada.

Muchos abrazos para todos mis hermanos. Te envío a ti mi más querido recuerdo y mi mejor besos.

César.

Florencia, 10 de enero de 1921.

P.D. Por el correo anterior te mandé una carta de Osores para Perez Figuerola. Supongo que la habrás recibido ya y espero que sea eficaz.
Cuando regrese a Madrid, a fines de este mes, sabré si ha salido ya el libro de que te ha hablado Casterot. Ya lo entregué en el mes de julio. Saluda a Casterot en mi nombre.

Falcón, César

Carta de Elmina De Marinis de Elmore, 14/9/1927

Firenze, 14 de setiembre de 1927
Señor J. C. Mariátegui
Distinguido señor:
Recibo con un mes de atraso las últimas noticias de esa ciudad, y ellas, como siempre, sublevan mi ánimo. Ligada espiritualmente desde niña, y ahora mucho más que antes, a todos los que como Usted defienden los más altos y nobles ideales humanos, quiero que reciba en la situación en que Usted se halla, mi sencilla palabra de aliento y de valor y mi más sincero saludo.
Elmina de Marinis de Elmore

Marinis de Elmore, Elmina de

Carta de Palmiro Macchiavello, 14/4/1927

Génova, 14 de abril de 1927
Mi querido Mariátegui:
Acabo de recibir la suya del 5 de Marzo.
Le concedo desde luego, sobrada razón para quejarse de mí. Y no per tagliar corto sino por la vergüenza que me produce tan involuntario silencio, en vez de disculpas prefiero enviarle mi arrepentimiento bien sentido con igual demanda de perdón. Y todo esto, naturalmente, acompañado de formal promesa de enmienda para el futuro.
Debo acusarme, asimismo, de no haberle mandado una sola traducción en los cuatro últimos meses. Pero crea usted que tampoco aquí llevo mayor culpa... Desde mediados de Diciembre no he tenido tregua. Molestias y trabajo se han dado el más riguroso turno contra mi persona. Primero fue la epidemia de gripe, que hizo víctima a toda la familia y se convirtió la casa en un hospital durante dos meses. Y seguido vino el movimiento de fin de año, esta vez más duro porque, deseando pedir licencia, era preciso salir cuanto antes de la memoria consular y del trabajo especial que nos encomienda una flamante disposición ministerial. Afortunadamente, todo ello ha marchado ya para Lima. Su citada me coge justo en vías de elevar ese pedido de licencia el cual, casi seguro, saldrá a las patas de la presente (No sé porqué, en todas mis cartas cae siempre a tono eso de patas. Comprendo que se trata de una coincidencia, al menos tal es mi speranziella; pero la cosa no deja de inquietarme, lo confieso. Y tanto que estoy decidido a leerme todos esos folletos, estudios, ensayos y libros escritos a la sombra según parece por algunos de los sabihondos de nuestra tierra que si bien la distancia con Europa no les ha permitido hacer llegar su fama hasta acá, no por ello dejaron de escribir desde el banco mismo de la escuela... Puede que en alguna de esas publicaciones halle, encuentre, trovi o me tope con un argomento del genere).
César ha recibido sin retardo sus dos últimas cartas. Le he escrito instándole a que conteste rápidamente. Pero mi apremio no es justificado. En efecto, yo le sé muy atareado ahora con el nuevo encargo de El Sol, por cuya cuenta acaba de inaugurar un servicio cablegráfico diario. Además, andamos en grandes andanzas con lo de Historia Nueva. Es muy probable que dentro de dos meses aparezca el primer libro de la Empresa, que será una obra de Unamuno. Se ha debido principiar por aquí a causa de la imposibilidad material de comenzar con el semanario. Ya le enteraré de lo que vayamos haciendo.
Celebro su nuevo proyecto sobre Amauta (que, entre paréntesis sia detto no me llega desde el tercer número; precisamente le pido a César en mi carta de hoy que me preste los suyos). Encuentro magnífico lo de la Sociedad Editora; y en prueba de ello me suscribo desde ahora con 4 acciones, cuyo importe íntegro hallará usted en un cheque anexo. Le doy la facultad, desde luego, por si lo hallase usted conveniente, de suscribir esa suma para 8 acciones; en este caso yo efectuaré los pagos que me correspondan a medida que usted lo indique, hasta cubrir el total.
He seguido con gran atención sus artículos en Mundial, gozando como un energúmeno con la respuesta a Sánchez. No tengo el gusto de conocer personalmente a éste, que, a través de sus escritos, me ha parecido siempre interesante. Pero, quand même, y aun precisamente por esto, le cae de perlas aquello de tenerse que ‘desabrochar’. Antes que posturas, declaraciones; aquí no es cuestión de orden. Es muy cómodo dictar cátedra, especialmente cuando no ha sido preciso decir previamente de qué lado se queda. Y si nada importa que un cualquiera lo haga, tratándose de un hombre como Sánchez es una necesidad y un bien partir por aquí. Por eso me ha agradado la forma en que usted lo ha situado.
No tengo nuevas que transmitirle de acá. Como no sea una carta recibida en estos días de Haya, quejándose de juicios u opiniones mías sobre su programa e ideas. Con la referida carta me manda una serie de publicaciones... pa que m’entere, un matalotaje de robba de lo que ha publicado últimamente. En verdad, se trata de una conversación con un primo de él. Ignoro lo que habrá entendido Haya o lo que le habrán hecho entender. Por mi parte recuerdo esto, que es lo único que puedo haber dicho porque es lo único que siento: para mí, además de estar padeciendo aún de super-rusismo, Haya quiere ser un Lenin spinto, Lenin a su modo tal vez, pero spintissimo. Nada que le coloque fuera de la posición de centro absoluto de todo; muy amigos, muy compañeros los que le obedecen ciegamente, o que simplemente le obedecen; el resto, si no ha de estar bajo de él, debe desaparecer y le combate. Su programa, repito, no lo conozco, pero me basta saber del latinoamericanismo en nombre del cual actúa para quedar poco entusiasta. Aquí está todo. Recuerdo haber dicho lo primero, y así se lo declararé; lo segundo, en cambio, es una impresión que no he transmitido a nadie, como tampoco he transmitido ni expresado en forma alguna la de la palabrería hueca y desordenada que me produjo esa colaboración aparecida en Amauta.
Pronto le escribiré de nuevo. Estoy en tratos con la casa Vallecchi para una cosa interesante: la publicación anual de una obra peruana, traducida, por cuenta de este editor; aún no estamos de acuerdo sobre las condiciones; él trata de obtener una promesa de compra, aunque sea por un número reducido de ejemplares, y yo de sacar la cosa adelante por el solo ofrecimiento de apoyar la difusión en el Perú, para lo cual he dado el nombre y dirección de usted. Insisto en mi fórmula que parece una tontería, porque sé que Vallecchi cuenta con apoyos del gobierno italiano para emprender esta clase de propaganda enderezada a estrechar las relaciones con Latinoamérica...
Muchos saludos para su mujer y caricias para los niños, también de parte de los míos.
Ud. reciba un abrazo fraterno
Palmiro
Anexo: 1 cheque por L. 14.

Macchiavello Gonzales, Palmiro

Tarjeta Postal de P. Carpio O. P, 17/5/1920

Venezia, 17 de mayo de 1920
Sr.
José Carlos Mariátegui
N. 29 Corso d’Italia
Roma
Muy querido amigo:
Eccomi già due giorni ospite della magica Venezia! Peccato che qui non si parli il vero e clasico italiano, come a Firenze. Perche Venezia essendo cittá prettamente e caldamente italianissima, meritava di parlare nella dolce favella di Dante e Domenico Cavalca. Gradisca questo piccolo ricordo di S. Marco, dove ho pregato colla mente e col cuore per tutti i miei cari.
P.R. Carpio O.P.

Carpio O.P, P.

Carta del Touring Club Italiano, 3/5/1924

Milano, 3 de mayo de 1924
Il.mo Señor José Carlos Mariátegui
Casilla 2107
Lima (Perú)
Ilustre Señor,
El cav. Palmiro Macchiavello Gonzales, Cónsul General del Perú en Génova, nos ha dado su nombre como el de una persona particularmente apta por sus dotes de ingenio y de cultura, para asumir un cargo que interesa vivamente a esta Presidencia y que tiene gran importancia para el fin de acercamiento espiritual de Italia, con las gallardas repúblicas sud-americanas.
He aquí, brevemente, qué es lo que deseamos de Ud:
Desde Enero de 1924 el Touring Club Italiano, la mayor asociación nacional que cuenta con más de 270.000 socios, ha iniciado la publicación de una edición para la América Latina de su propia revista mensual Le Vie d’Italia. Esta última es la mayor publicación periódica italiana, que tiene una vastísima difusión y lejos de toda preocupación política o religiosa se ha propuesto el fin de hacer conocer Italia (en su pasado, presente y porvenir) a los italianos. Desarrollan análoga acción Le Vie d’ Italia e dell’America Latina, con un programa de ilustraciones, cuyas direcciones se resumen en el Memorial, del que le enviamos algunos ejemplares.
Hasta hoy nuestra labor para coleccionar artículos y material ilustrativo a publicarse en la Revista ha consistido principalmente en enviar cartas a un gran número de escritores latino-americanos o italianos, en las que pedíamos colaboración, señalando algunos argumentos que mayormente nos interesaban y que al mismo tiempo entraban en el campo de los que generalmente tratan los escritores a quien nos dirigíamos; a cada carta adjuntábamos un memorial en italiano, español o portugués en el que se indicaban las direcciones a las que debían atenerse los escritores para que la Revista resultara lo más armónica posible y tendiera toda ella al fin concebido por nosotros de valorización de los dos países.
Como bien puede Ud imaginarse, de las muchísimas personas invitadas (más de 400) muchas no han contestado, algunas contestaron evasivamente, otras prometieron artículos para un futuro más o menos próximo y una parte de estos escritores envió artículos en condiciones tales de no poder ser publicados (por no adaptarse al género de la revista, o faltos de material ilustrativo o por otras razones), otros en cambio eran interesantes y apropiados y son los artículos que hemos publicado o estamos por publicar.
Con todo, nos ha parecido que no sería posible dar a la Revista el deseado impulso y hacerla surgir en breve como órgano eficaz de valorización de los países de Sud-América, si no se hubiera encontrado al menos en los mayores centros de italianidad de esos mismos países (Lima, Buenos Aires, S. Paulo, etc.)una persona que se encargara de lo siguiente:
1°- Pedir la colaboración de las personas interpeladas ya por nosotros.
2°- Conseguir nuevos colaboradores y colaboraciones
3°- Elegir el material enviado por estos colaboradores a fin de evitar la publicación de artículos no adeptos ni dignos de ser publicados en Le Vie d’Italia e dell’America Latina.
4°- Recoger material (datos, documentos, ilustraciones), de los colaboradores que no estén en grado o no disponen de tiempo para extender artículos, o enviarlos a la redacción del periódico.
5°- Enviar propios artículos sobre argumentos de particular conocimiento y competencia. Se trataría, en resumen de confiar a Ud. en Lima una especie de tutela de nuestros intereses por lo que se relacione a los artículos a publicarse en la Revista que se refieren al Perú.
Bien entendido que nosotros continuaremos invitando a la colaboración a todas las personas que nos vengan señaladas como particularmente competentes en los síngulos ramos de lo escible, informando a Ud. de las invitaciones hechas por nosotros directamente, para que eventualmente pueda Ud. cumplir su obra, ayudándonos en nuestros pedidos. Por otra parte, Ud. podrá directamente invitar a colaborar en la Revista a personas de su conocimiento, asegurándole que los artículos serán publicados siempre que respondan al espíritu y dirección de la Revista que están claramente expuestos en el citado Memorial.
Lo que nos parece mayormente difícil es ésto: obtener escritos que no tengan carácter general y no pretendan resolver en 4 ó 5 páginas problemas para cuya solución o ilustración se requieren volúmenes, sino que sean breves pero substanciales y traten argumentos muy particularizados que deban ser profundizados de modo que puedan contener noticias interesantes, nuevas y curiosas.
No pedimos que sea impecable el estilo de los artículos, ni tampoco que la forma sea periodísticamente apropiada para la publicación; nosotros podemos ocuparnos de retocarlos de manera que puedan asumir uno y otro. Lo que es indispensable en cambio, es que las noticias dadas sean numerosas, exactas, curiosas e interesantes y las fotografías bellas y abundantes. Como Ud. bien comprende es fácil volver interesante lo que es árido, pero ciertamente no es posible hacer lo mismo con artículos de interés puramente literario, retóricos, genéricos, etc.
Nosotros sabemos, nos permita decirlo, que Ud. vive de su trabajo de periodista y de escritor, y comprendemos muy bien que cuanto le pedimos requiere una prestación suya que supere los límites aunque vastos de su reconocida generosidad. De manera que nos complaceremos en reconocer la fatiga que Ud. querrá cumplir para nosotros y nos parece que al respecto no nos será difícil entendernos para un compenso al acto de envío de cada artículo o para una retribución fija por su trabajo. Ciertamente no podremos hacer mucho, dada la condición del cambio, pero no podemos permitir que estén a cargo suyo los gastos que se ocasionen. Ud. deberá por lo tanto, tener la amabilidad de hacernos saber si le es posible concedernos su propia obra en los términos indicados, y si su contestación fuera favorable, le rogamos quiera ponerse a la obra ya sea para apresurar a los retardatarios y durmientes o para recoger nuevo material.
Como documentación a la presente, le enviamos por separado y recomendado:
1°- Elenco de las colaboraciones pedidas en el Perú hasta hoy.
2°- 25 copias en italiano y 25 en español del Memorial.
3°- 5 ejemplares de las cinco entregas publicadas, para que le sea posible iniciar una obra provechosa de colección de artículos. Es en efecto indispensable para obtener colaboraciones apropiadas que los autores conozcan nuestra Revista, que si en Italia es un producto singular suponemos que en América lo será más, porque creemos no haya ahí revistas de nuestro género (En Francia, en cambio, son muy comunes, como por ejemplo La Science et la Vie, La Nature).
En cuanto a lo que se refiere a condiciones con los colaboradores, Ud. tenga presente que además de reembolsar los gastos que se originen (fotografías, copias dactilográficas, gastos de correo, etc.) estamos dispuestos también a recompensar sus fatigas. Infelizmente esta recompensa no podrá ser muy elevada, dadas, repetimos, las condiciones del cambio, de cualquier forma podemos enviar extractos de los artículos publicados y a los colaboradores se les ofrece un artístico diploma de benemerencia que creemos le será grato.
Desde ya le agradecemos por cuanto Ud. querrá hacer a favor de una iniciativa cuya utilidad y superior interés han sido bien comprendidos en el nuevo y viejo mundo.
Con firme y viva esperanza que Ud. quiera aceptar nuestra propuesta, le rogamos aceptar la expresión de nuestra más distinguida consideración.
[firma ilegible]

Touring Club Italiano

Carta de la Associazone Artistica Internazionale in Roma, 21/11/1921

Palazzo Patrizi - Via Margutta 54
Roma, 21 novembre 1921
Al Signor
José Carlos Mariátegui
Legazione del Perú
Ho l'nore di partecipare alla L,V, che quest Associazone, accogliendo favorevolmente la di Lei demanda, ha iscritto il suo nome nell'albo sociale: Socio Effectivo Amatore.
Coi sensi della maggiore osservanza
Il Presidente
Rafaello Ojetti

Ojetti, Raffaello

Tarjeta Postal de P. Carpio O. P, 28/5/1929

Milán, 28 de mayo de 1920
Sr.
José Carlos Mariátegui
29 Corso d’ltalia
Roma
Muy recordado amigo:
Aún me tiene Ud. en Italia, y en Milán, de donde le envío la presente con mi más atento saludo. Creo haberle avisado cómo los huelguistas della posta, me hicieron perder el vapor, pues no supe precisamente, a causa de ellos, la fecha fija della partenza. Últimamente, la huelga de Verona, me detuvo tres días en Vicenza. En fin, paciencia... y q. U. se conserve bien, su afmo. P. Carpio O.P.

Carpio O.P, P.

Tarjeta Postal de P. Carpio O. P, 11/5/1920

Bologna, 11 de mayo de 1920
Sr. José Carlos Mariátegui
Corso d’Italia N. 29
Int. 4°
Roma
Sig. José Carlos Mariátegui
Estimadísimo amigo:
Ayer dejé por fin y no con poca pena la bella ciudad de Dante y Beatriz como dicen algunos, aunque para mí también se la podría llamar muy bien la ciudad de Fr. Angélico y de Savonarola. Aquí llegué a las 6 1/2 p.m., e inmediatamente me llegué a venerar la tumba ilustre del amoroso drudo della fe cristiana, como dijo l’Alighieri, de mi gran P. Santo Domingo. Hoy he dicho la misa ante sus inmortales despojos haciendo especial recuerdo de todos mis amigos y conocidos; al hacer esto yo siento mucha satisfacción, y me parece cumplir con un grave deber. Mañana es la fiesta de otra gran santitá de Bolonia, dominica, luego fiesta de una Madonna muy amada de los bologneses. Después partiré. Le saluda muy afectuosamente el
P. Carpio O.P.

Carpio O.P, P.

Tarjeta Postal de P. Carpio O. P, 19/5/1920

Torcello (Venezia), 19 de mayo de 1920
Sr. Carlos Mariátegui
29 Corso d’Italia
Roma
Estimadísimo amigo:
He venido a este saccello con due confratelli ¡y en góndola! Recibí ayer su expresso a Bologna.
Recordándolo siempre, le mando mis recuerdos y saludos afectuosos con sincero deseo de todo bien.
Su afmo.
P. Carpio O.P.

Carpio O.P, P.

Tarjeta Postal de Eleonora

Barga (Lucca), 8 de octubre de 1920
Gentil.mo Signore
José Carlos Mariátegui
Hotel Pension Centrale
Nervi
(Genova)
Gentil.mo Sig. Mariátegui,
ho ricevuto la Sua cartolina della quale La ringrazio e mi fanno piacere le Sue buone notizie. Andrá presto a Parigi col dottore? Fabel tempo a Nervi? Vedesse Barga com’è mal ridotta dopo il terremoto! Fa pena andare in paese e vedere tutte le case appuntellate ed alcune mezze diroccate. Anche nella nostra ci sono giá i muratori. Ossequi al Sig. Bentassat e a Lei infiniti saluti
Eleonora [más un apellido no descifrado]

Eleonora

La resaca fascista en Austria. La lucha eleccionaria en México.

La resaca fascista en Austria
Viena tiene, desde hace tiempo, una temperatura de excepción en las estaciones políticas de Europa. Hace dos años, cuando la marejada revolucionaria parecía apaciguada completamente en la Europa occidental, Viena sorprendió a los observadores de la estabilización capitalista con las jornadas insurreccionales de julio. Hoy, cuando es la marejada fascista la que declina, los equipos de la Heimwehr se aprestan fanfarronamente para la marcha sobre Viene. La ciudad de monseñor Seipel y de Fritz Adler, guarda de sus faustosas épocas de capital del imperio austro-húngaro, el gusto de un gran rol espectacular y l ambición de un gran escenario europeo.
Se diría que Viena no ha tenido tiempo de habituarse a su modesto destino de capital de un pequeño estado, tutelado por la Sociedad de las Naciones. A la incorporación de este pequeño estado en el Imperio alemán se opone terminantemente una clausula del tratado de paz que ni Francia ni Italia se avendrían a revisar, Francia temerosa de una Alemania demasiado grande, Italia de una Alemania que asumiría el activo y pasivo de esta Austria demasiado chica. Pero Viena, con su sentimiento de gran ciudad internacional, resiste también, aunque no lo quiera, a la absorción espiritual y material del estado austriaco por la gran patria germana. Los partidos y las instituciones de Austria ostentan un estilo autónomo, frente a los partidos y a las instituciones de Alemania. La democracia-cristiana de monseñor Seipel no es exactamente lo mismo que el centro católico de Wirth y de Marx, tal como el austro-marxismo no se identifica con la social-democracia alemana. El fascismo austriaco no podía renunciar, por su parte, a distinguirse del alemán, bastante disminuido, a pesar de las periódicas paradas de los “cascos de acero”, desde que los nacionalistas redujeron a su más exigua expresión su monarquismo para acomodarse a las exigencias de su situación parlamentaria.
Es difícil pronosticar hasta qué punto la Heimwehr llevará [adelante su] ofensiva. El fascismo, en todas las latitudes, recurre excesivamente al alarde y la amenaza. En la propia Italia, en 1928, si el Estado hubiese querido y sabido resistirle seriamente, con cualquiera que no hubiese sido el pobre señor Facta en la presidencia del consejo, el ejército y la policía habrían dado cuenta fácilmente de las brigadas de “camisas negras”, lanzadas por Mussolini sobre Roma. El jefe de estas fuerzas en Austria asegura que está en grado de mantener a raya a la Heimwehr. Aunque adormecido por el pacifismo graso de su burocracia y sus parlamentarios de la social-democracia, el proletariado no debe hacer perdido, en todo caso, el ímpetu combativo que mostró en las jornadas de julio de 1929. A él le tocará decir en esto la última palabra.

La lucha eleccionaria en México
No haya que sorprenderse de la violencia de la lucha eleccionaria en México. Esta lucha empezó con la tentativa desgraciada de los generales Gómez y Serrano hace dos años frente a la candidatura de Obregón. El asesinato de Obregón, victorioso en las ánforas, después de la radical eliminación de sus competidores, reabrió con sangriento furor esta batalla que debía haber concluido entonces con el escrutinio. La insurrección de Escobar, Aguirre y otros, el fusilamiento de Guadalupe Rodríguez y Salvador Gómez, la persecución de comunistas y agraristas, etc. no han sido más que etapas de una batalla, en la que el gobierno interino de Portes Gil, surgido de la fractura del frente revolucionario, no ha sido ni habría podido ser árbitro. Los sucesos de Torreón, Jalapa, Orizaba, Córdoba y Ciudad de México corresponden a esta atmósfera de extremo y acérrimo conflicto.
Presentada por el partido anti-reeleccionista, la candidatura de José Vasconcelos, representaba originariamente el sentimiento conservador, la disidencia intelectual. El partido obregonista detentaba aún, indeciso entre las candidaturas de Aaron Saenz y el ing. Ortiz Rubio, el título de partido revolucionario. Había aparecido ya la candidatura del bloque obrero y campesino, en oposición cerrada a todos los postulantes de la burguesía; pero este mismo movimiento, que reivindicaba la autonomía del proletariado en la lucha política, indicaba que la evolución mexicana seguía adelante y que la extensión de su frente resistía ya la separación clarificadora de fuerzas que hasta entonces había combatido juntas. Rehecho el frente único obregonista, ante la insurrección militar de Escobar y sus colegas, Portes Gil y el Partido Nacional Revolucionario, que ya había elegido como su candidato al ingeniero Ortiz Rubio, hicieron largo uso de un lenguaje de agitación popular contra-revolucionaria, que les restituía su antiguo rol.
Pero desde que, debelada la insurrección militar, el gobierno interino de Portes Gil no virado rápidamente a la derecha, se ha producido un desplazamiento de fuerzas. Puestos casi fuera de la ley los comunistas, el bloque obrero y campesino no ha podido continuar activamente su campaña. Las masas han reconocido en Portes Gil, y por consiguiente en su candidato, a los representantes de los intereses políticos cada vez más distintos y extraños a la revolución mexicana. Vasconcelos, en el poder, no haría más concesiones que Portes Gil al capitalismo y al clero. Hombre civil, ofrece mayores garantías que su contendor del Partido Nacional Revolucionario de actuar dentro de la legalidad, con sentido de político liberal. Puesto que la revolución mexicana se encuentra en su estadio de revolución democrático-burguesa, Vasconcelos puede significar, contra la tendencia fascista que se acentúa en el Partido Nacional Revolucionario, un período de estabilización liberal. Vasconcelos, por otra parte, se ha apropiado del sentimiento anti-imperialista reavivado en el pueblo mexicano por la abdicación creciente del gobierno ante el capitalismo yanqui. Gradualmente la candidatura de Vasconcelos, que apareció como un movimiento de impulso derechista, se ha convertido en una bandera de liberalismo y anti-imperialismo.
El programa de Vasconcelos carece de todo significado revolucionario. El ideal político nacional del autor de “La Raza Cósmica” parece ser un administrador moderado. Ideal de pacificador que aspira a la estabilización y al orden. Los intereses capitalistas y conservadores sedimentados y sólidos están prontos a suscribir, en todos los países, este programa. Económica, social, políticamente, es un programa capitalista. Pero desde que la pequeña burguesía y la nueva burguesía, tienden al fascismo y reprimen violentamente el movimiento proletario, las masas revolucionarias no tienen por qué preferir su permanencia en el poder. Tienen, más bien que, -sin hacerse ninguna ilusión respecto de un cambio del cual ellas mismas no sean autoras,- contribuir a la liquidación de un régimen que ha abandonado a sus principios y faltado a sus compromisos.
Portes Gil y Ortiz Rubio no acaudillan, por otra parte, una fuerza muy compacta. Dentro del partido obregonista, se manifiestan incesantemente grietas profundas. No hace mucho, se descubrió, según parece, señales de conspiración, dentro del mismo frente gubernamental. Morones y los laboristas, no perdona a los obregonistas el encarnizamiento de su ataque en las postrimerías del gobierno de Calle, su licenciamiento del gobierno, el aniquilamiento de la CRON. Ursulo Galván, expulsado del partido comunista, busca sin duda una bandera al servicio de la cual poner la influencia que aún conserve entre los agraristas.
El panorama político de México se presenta, pues, singularmente agitado e incierto. La guerra civil puede volver a encender en cualquier momento sus hogueras en la fragosa tierra mexicana.
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

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