Poesía

Taxonomía

Código

Nota(s) sobre el alcance

Nota(s) sobre el origen

Mostrar nota(s)

Términos jerárquicos

Poesía

Términos equivalentes

Poesía

Términos asociados

Poesía

52 Descripción archivística results for Poesía

52 resultados directamente relacionados Excluir términos relacionados

Carta a Bertha Molina (Ruth), 11/4/1916

[Transcripción literal]
Lima, 11 de abril de 1916
Amiga y confidente mía:
Cuando escribo estas líneas para tí, me domina la ansiedad de sabor como contestes la carta que he escrito ayer para ti. Tu carta, tendrá sedante virtud de uncioso bálsamo para mi alma. I yo sé que tu bondad no me Ia hará esperar mucho.
Confidencia por confidencia nos hemos dicho muchas cosas de nuestras vidas . Probablemente no todas . Tu has confiado á este amigo un esbozo de tu historia, en el cual hay voces de dolor, de lágrimas y de misterio.
Yo también he sufrido. ¿ Sabes cuál será uno de los epígrafes de mi libro de versos? Serán los siguientes versos de Chocano:
Yo no jugué de niño.
Por eso siempre escondo
arderes que estimulo con paternal cariño.
Nadie comprende, nadie, lo viejo que en
el fondo
tendrá que ser el hombre q' no jugó
de niño.
Estos versos debieron ser míos. No los he escrito yo, porque antes que yo los escribió Chocano.
I á una infancia fugaz, siguió una adolescencia prematura, una adolescencia que á los quince años ó antes me puso, por inquietud vehemente de mi espíritu, dentro de la vida de casi todos los escrires [escritores] y periodistas de entonces. Desde entonces hice dentro de este diario, incansable labor periodística, esa labor fecunda y anónima que resta energías y que el pública ignora. Pero solo la hice mientras guardé algunos entusiasmos y alenté algunas aspiraciones. Después, vino el cansancio, la pereza, el dulce deseo de no hacer nada, de manifestar solo de raro en raro esta obligada actividad de un artículo.
Ahora, Ruth, todo es fatifa y empeño de no pensar ni en mi mismo. Llego á los 19 años con el mas hondo fastidio. Toda la gama de las sensaciones me es conocida. He sido feliz algunos minutos, muy pocos; he sufrido, he amado, he llorado y he reído. Vicios y virtudes han tenido su instante de vibración en el pentagrama de mi vida. I ya ves, Ruth, hoy estoy aburrido.
Tus grandes ojos profundos, tu dulzura, tu piedad y tu pureza vienen á poner en esta vida un oasis. Gracias, Ruth. Crée en que convergen hacia ti todos mis sentimientos de gratitud y no creas en que me aflija la vulgaridad de un desencanto trivial. Me has hecho una ofensa y me debes una reparación.
¿Porqué no te escribo mejor al correo con un nombre supuesto, el que tu me indiques? ¿Porqué no me dictas una norma que evite que mis cartas lleguen tan tardía y dificultosamente á tus manos? Te seré agradecido si resuelves esto.
¿Irás el domingo al Palais? ¿No vás á los cinemas?.
En este instante me llama un "amigo". Yo siempre subrayo esta palabra. ¿Tengo yo un amigo que me entienda? Es difícil. Es mas probable que tenga solo amigos que me quieran y mucho mas que tenga amigos que me admiren.
Puede ser que mas tarde te siga escribiendo.
Adiós.
Juan Croniqueur

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Bertha Molina (Ruth), 1/5/1916

[Transcripción literal]
Dulce amiga:
Sí, Ruth. Te escribo el 1 de mayo porque son ya las 2 de la mañana. Mi pereza, de la cual no se como tienes noticias, me ha hecho desperdiciar todo el día. Soy muy ocioso. ¿Querrás creer que aún no se comienza a trabajar mi libro de versos porque yo no he arreglado una cuestión de papel, formato, volumen y otros detalles? Hoy debía haberte contestado y escrito un artículo (Pongo hoy sin fijarme). Me preguntaba cual cosa haría primero y no me decidía. Burlé el artículo no yendo a La Prensa. Y a esta hora resuelvo contestarlo.
Créeme que no tengo retrato. Un día en la imprenta, Lund me hizo uno. Cuando me mostró el primer ejemplar le dije que me parecía muy malo. Y lo di al director de Lulú, que era entonces amigo mío, para su periódico, Cualquier día de estos me retrataré para enviarte un ejemplar.
También me sorprendió tu presencia en el cinema. Yo estuve ahí porque siempre que falta teatro me resigno a concurrir a las vermouth. Los dramas de los films son malos y vulgares, pero alguna vez se sustraen a esta regla, aunque triunfe el amor. ¿Porqué hablas así del amor? Eres injusta. El amor es la única cosa que vale la vida. Porque es la fuente eterna del dolor y no hay mayor placer que el del dolor que aceptamos, buscamos y queremos. Las gentes que van al amor saben todas como es fuente de amarguras. No obstante lo ansían. Mis ideas de egoísmo también me hacen pensar contra el amor, pero estoy convencido de que no es la cabeza la que norma nuestra vida sino el corazón. Y en mi siempre triunfa el sentimental sobre el cerebral. Cuando se tiene 16 años y se quiere ser fuerte, es posible decir lo que tu dices. Mas tarde no ¡Y con cuanta satisfacción se claudica! No es el amor "un chicuelo de de cabellos rútilos que cualquiera vence. No. El siempre es el vencedor. ¿No "se puede prescindir de él?" No. Con placer le damos hospitalidad si llama a nuestra puerta. Nunca le dejamos partir. La humanidad sin el amor no sería casta, noble y santa." Piensa que hasta los ascetas satisfacen su sed de amor en el arrollo engañoso de su misticismo. tu juzgas estas cosas a travez de los libros. Cuando se vive un poco se aprende que los libros no enseñan nada de la vida. Y si los libros y el cerebro en que se plasmaron sus ideas, te dictan tales palabras, cree Ruth que aún eres ignorante de muchas cosas. Para mi arte y para mi vida los libros no me han servido mucho. "Yo solo escribo un verso cuando antes lo he vivido" que dijo Chocano.
¿Eres germanófila? Bueno, Yo sé admirar a los alemanes, pero no sé quererlos. Se que ganarán la guerra, pero no sabré aceptarlo. Lo creeré uno de esos sucesos inexorables, fatales.
Es cierto Ruth. No me importa el público. Nunca me importó. No me acuso de haber escrito una sola página artística pensando si gustan o no. Mira. Algunas veces he escrito algo "manufacturado" con habilidad de profesional solamente. Después he visto que a todos les gustaba y he oido que sinceramente lo decían. Yo me he reído. Otras veces he escrito con amor con verdad. Muchos me han preguntado "que extravagancia he publicado". Hace dos años y medio escribía apenas. Era aunque mas jovenzuelo muy orgullos. Por los jóvenes que entonces tenían reputación yo pensaba: "Todos estos son muy malos, mas malos que yo". Y no escribía sino de raro en raro. Mi soberbia era tanta que cuando releía mis artículos me decía. "¿Para qué escribo sino puedo superarlos inmensamente, como yo quería? No quiero su altura. Nunca leí a nadie mis artículos. Nunca pedí un consejo. Mas tarde reaccioné un poco. Sentí los halagos del aplauso y me convencí de que para llegar era preciso hacerse camino. Hoy cuando oigo a esos escritores jóvenes decirme: "Nosotros" "Nuestra generación," les contestaría: "¿Nosotros? ¡No! Ustedes independientes de mi ¡Yo, solo!" Mas tarde, repito, reaccioné. Y mira, Ruth, fue la vanidad de una muchacha la que me indujo. La vanidad de las mujeres es siempre mucho mayor que la de los hombres. Y yo tuve que buscar el aplauso para que el llegara a la frívola, a la orgullosa que me imponía el trabajo y el esfuerzo. Después, ha vuelto la abulia, la indolencia, el dulce deseo de no hacer nada. La vida y la fama no valen una neurastenia. ¿Mañana? ¿Quién sabe?.
Estas confidencias no las he hecho a nadie porque no las entenderían, van a buscar refugio en ti porque eres buena, a propósito de tu reproche a mi orgullo.
¿Mi tristeza? Es muy tarde y tendría que ser muy largo para hablarte de ella. Basta por hoy de confidencias. Prescindir de la Underwood me causa mucho. No se escribir sin ella.
Esta bien la precaución de la letra de los sobres. O mejor emplea alternativamente las dos letras, para que no se observe la continuidad de las cartas.
Ya no puedo escribirte mas. Me he cansado porque las líneas anteriores las he escrito muy de prisa, nerviosamente.
Adios. Hasta muy pronto. Sé buena. Perdóname. Dime muchas cosas. Las leo con placer. Me consuelan. Te recuerdo. ¿Te escribo claro? No sé. Es ya tarde. Estoy triste. Adiós.
Juan

José Carlos Mariátegui La Chira

Resultados 51 a 52 de 52