Viajes

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09.04.05

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Carta de Víctor Valdivia, 19/8/1930

Puno, Agosto 19 de 1930
Sr. José Carlos Mariátegui.
Lima.
Muy apreciado i respetado compañero.
Después de su considerable silencio vuelvo a dirijirle la presente.
Todo el tiempo pasado estuve muy ocupado preparando una pequeña exposición pictórica. Ahora estoy en visperas de viajar a Yunguyo, para volver tan pronto como tenga aviso de su llegada a Arequipa. Todos los compañeros hemos hablado al respecto de su venida a esta región. Estamos esperando con entusiasmo. Pero nos parece que sería mejor que hiciera Ud. su salida en la primera quincena de marzo pues ahora el tiempo está muy lluvioso y mortificante.
Logicamente Churata le dirá lo mismo. El se encuentra en Arequipa, en busca de mejor convalescencia. Estará allí durante un mes i de todos modos esperará su llegada a Arequipa.
Suplícole me anuncia el día de su partida.
Con verdadera complacencia asumiremos todo esfuerzo por traerlo i recibirlo en esta orilla titikakense.
Muy cordial y respetuosamente saluda a Ud i compañeros.
Víctor Valdivia.

Valdivia, Víctor

Carta de Samuel Glusberg, 4/4/1930

Buenos Aires, 4 de abril de 1930
Mi querido amigo:
Anoche recibí su carta y las colaboraciones. Vea lo que son las coincidencias. Ayer justamente le despachaba L.V.L. de abril con su artículo: Arte, Revolución y Decadencia, del que he suprimido el párrafo que Ud. me indica. Ayer también le escribí a César Falcón, L.A. Sánchez, César Vallejo, Luis E. Valcárcel etc.
Pienso sacar el número dedicado a la literatura peruana el 1º de junio. Así les doy tiempo a todos para poder colaborar. En el número de mayo adelantaré el sumario de las colaboraciones recibidas y la noticia de su viaje. También publicaré su artículo sobre el Chopin de Guy de Portales que no publiqué hasta la fecha porque suponía que Ud. lo había publicado en Lima y como yo no hice tampoco ninguna página de bibliografía extranjera no tuve ocasión de utilizarlo. Guardo también un artículo suyo sobre Los Mujics que también puedo publicar en el próximo número con algún otro hasta completar una página.
Mil gracias por el envío de las colaboraciones de Eguren, Núnez y Bustamante y Ballivián. El hermano de este poeta también colaborará en el número con algunos recuerdos de Lima.
Espero con ansia las colaboraciones de Antenor Orrego, Martín Adán, Jorge Basadre, Luis Alberto Sánchez etc. Y también las ilustraciones de los artistas peruanos.
Cuanto a la fecha de su viaje, creo que no tiene por qué apurarse. Hágalo con tranquilidad a mediados de mayo. Quédese una semana o más en Chile, según sus conveniencias y llegue a Buenos Aires el 2 de junio. Para entonces todo estará arreglado aquí. Lo recibiremos como se merece: con todas las luces encendidas...
Ahora estoy gestionándole unas conferencias en la Facultad de Filosofía y Letras. De seguro Ud. repetirá la trayectoria de Waldo en todo. Y mejor si también los latinoamericanos de Palacios y Cía se asocian al homenaje, sin desconfianza.
El festival en su honor para hacemos de los pasajes se realizará de seguro a fines de abril. Estoy aguardando el regreso de la presidenta de los Amigos del Arte que aún veranea en su estancia. Hasta después de las Pascuas no empieza la temporada artística. Por fin se acabaron los escrutinios de las elecciones, aunque todavía el de seguro a fines de abril. Estoy aguardando el regreso de la premios municipales a la producción literaria de 1929, para entonar los ánimos y elevar el ambiente.
Y antes de que olvide: ¿cree Ud. posible con ese aplazo de su viaje hasta mediados de mayo, la impresión de su libro en la imprenta Minerva? Desgraciadamente yo sigo en malas condiciones para comprometerme a imprimirlo aquí. Me he visto en el caso de aceptar en el Colegio Internacional de Olivos dictar ocho horas semanales de clase por una paga irrisoria. Pero esto aparte conviene que aparezca un libro suyo de ensayos artísticos. La Defensa del Marxismo asustará a muchos. No hay que dejar solo a ese libro. Piénselo y si como Ud. me decía en mayo se desocupa un poco el taller de Minerva haga componer El Alma Matinal y cuide Ud. mismo de las pruebas. En Isor no se puede hacer. No creo que el libro salga mejor impreso aquí. Recibí la vez pasada un número de Amauta en papel grueso y me pareció excelente. En fin vea Ud. lo que se puede hacer. Yo mantengo mi proposición de compartir el pago de la edición siempre que los ejemplares lleguen aquí antes del 1º de junio (4 ó 5 días antes, no más) para que yo tenga tiempo de hacerlos repartir y anunciarlo en el periódico.
Quedo a la espera de sus noticias. Mientras lo saludo cordialmente y le digo: hasta luego.
[Firma de Samuel Glusberg]

Glusberg, Samuel

Carta a Eduardo Barrios, 26/3/1930

Lima, 26 de enero de 1930
Sr. Don Eduardo Barrios,
Santiago
Muy estimado amigo:
Desde que recibí sus gratísimas líneas, acusándome recibo de mis "7 ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana" he deseado escribirle. Pero el desequilibrio entre mis fuerzas y mi trabajo frustra mis mejores propósitos epistolares y hace de mi, contra mi gusto, un mal corresponsal.
Con el libro de poesías de Eguren, que espero haya Ud. recibido, le enviamos los números aparecidos hasta ese envío, de "Amauta". Van ahora los últimos.
Parte hoy para Santiago Luis Alberto Sánchez, colaborador de Amauta y excelente amigo mío. Lo visitará y conversará con Ud. Sobre cosas que avivarán sus recuerdos de Lima.
Preparo un viaje a Buenos Aires. Pasaré por Santiago con el objeto de llevarme una rápida impresión del país y abrazar a mis amigos.
Muy cordialmente lo abraza su devotísimo amigo.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Ramón Alzamora Ríos, 22/3/1930

Santiago, marzo 22 de 1930
Camarada Mariátegui,
Salud!
Lamento de todo corazón lo acaecido últimamente con usted. Desgraciadamente, camarada, es la suerte a que están condenados todos los luchadores sinceros. ¿Qué se le va a hacer? No queda más remedio que armarse de paciencia, recobrar las energías y proseguir en la lucha, ya que sabemos lo que esta significa. ¿No le parece?
Por eso, celebro mucho, mi buen camarada, su determinación de ir a Buenos Aires. Es necesario e indispensable que haga todo lo que esté a su alcance por su restablecimiento físico. Porque los hombres de lucha como usted, q' son verdaderos valores, tienen la obligación de conservarse para perdurar en la acción. Las rémoras, los timoratos, los parlachines de circo, deben desaparecer pronto, porque son bichos perniciosos y funestos en la organización y en donde quiera que actúen. Es mi opinión.
Los amigos de Amauta me han atendido muy bien. Hace poco recibí su último envío: una colección de Amauta, diez ejemplares de la misma, del No. 28 y dos ejemplares de Las Escena Contemporánea. Con la suya les remito mi nuevo pedido y el número del giro correspondiente al envío anterior.
He tomado nota de los nombres y residencia de los compañeros peruanos que se encuentran en Santiago. Pronto tendré el placer de visitarlos.
A Hidalgo y Cruz les leí su carta. Están muy contentos con su viaje. Me piden que nos anuncie la fecha de su partida. No se olvide, porque tenemos ansias de conversarlo muchos de cosas chilenas.
Retribuye fraternalmente su abrazo.
Ramón Alzamora Ríos

Alzamora Ríos, Ramón

Carta a Blanca del Prado, 12/3/1930

Lima, 12 de marzo de 1930
Querida amiga:
Con interés esperaba su carta, que me llega tan generosa de amistad y simpatía. No sabe Ud. hasta qué punto me sostiene en mi difícil batalla, tan gozosamente aceptada y combatida, la comprensión de espíritus como el de Ud.
Se ha formalizado la invitación de Buenos Aires. Mi viaje es cosa resuelta. Nos encontraremos, pues, en mayo, tal vez en abril, en Santiago, si Ud. permanece ahí.—La animo, resueltamente, a perseverar en su lucha, por dura y riesgosa que sea. No influye creadoramente en nuestro destino sino la fatiga difícil. Ésta es mi mejor experiencia de la vida. Si su viaje ha sido una necesidad, no puede convertirse en un error sino por desfallecimiento de sus fuerzas, tan jóvenes e intactas. No sería un fracaso, ciertamente, si Ud. tuviese que regresar; sería siempre un experimento y un aprendizaje; pero esfuércese Ud. porque se cumpla plenamente.—
Me dice Ud. que colabora ya en La Revista de Educación y que le buscan un puesto en una sección de la Educación Pública. Esto es más que una expectativa.— Nos preocupó mucho la noticia de su enfermedad. Únicamente si su salud fallara, le aconsejaría la vuelta pronta. De otro modo, le aconsejo que trabaje valerosamente.
No me dice Ud. si vio a Latcham y le entregó mi libro. Me interesa la relación con él, porque Concha Romero me comunicó su intención de escribirme y enviarme su libro sobre Chuquicamata, tal vez cumplida, pero malograda por esta barrera postal que forma parte de mi semi-asedio. Espero que haya visto también ya a Julia García Games y Sara Hubner. Con la primera, sobre todo, me siento en deuda.
Voy a hacer enviar Amauta y 7 Ensayos a la Revista de Educación, cuya colección completa desearía tener. He recibido en estos días los números 12 y 13. Los primeros, creo que hasta el 7, me llegaron hace meses; pero han circulado entre nuestros amigos normalistas y no espero recuperarlos porque la gira continúa. Si Tomás Lago, a quien le ruego expresar mi simpatía por su labor, puede enviarme certificados todos los números hasta el 11, le deberé especial reconocimiento.
A Silva Castro, dígale que Atenea viene muy irregularmente, por culpa sin duda del correo. Servimos el canje de Amauta con puntualidad. —El último número de la revista trae un poema de Ud. Que no nos falte su colaboración. Obtenga también la de algunos amigos de Santiago.
Y aquí, por el momento, con grandes recuerdos de Anita y los chicos, punto final.
Salude a Alicia y Rebeca y reciba el más cordial y fraterno apretón de manos de su devotísimo amigo
José Carlos Mariátegui
P.D. Le adjunto en copia una carta para Malanca, en previsión de que no esté en Santiago, y se extravíe el original. V.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 11/3/1930

Lima, 11 de marzo de 1930
Querido Samuel Glusberg:
Poco tengo que agregar a lo que digo en mi carta última, que en copia le adjunto para asegurar la regularidad de nuestra correspondencia, particularmente importante en este período de organización de mi viaje.
He escrito, por vía aérea, a Madrid, preguntando si puede imprimirse ahí, por Historia Nueva, en el menor plazo, mi Defensa del Marxismo, que contribuiría a hacerme conocer en Buenos Aires, con un trabajo que estimo exento de todo pedantismo doctrinal y de toda preocupación de ortodoxia.
Le he hablado ya de César Falcón, director de Historia Nueva, gran espíritu, aguda inteligencia, antiguo camarada mío.— Escríbale pidiéndole una colaboración para el número peruano de L.V.L.— La nueva dirección de “H.N.” y de la “C.E.P.” es: Marqués de Cubas 9, Apartado 149.—Me parece que Falcón estaría bien en el comité de orientación de la revista que Victoria Ocampo y Ud. preparan. Falcón podría vincular en Madrid la revista, mejor que ningún escritor, Blanco Fombona inclusive. A éste le ha dado ahora por cortejar, como candidato al premio Nobel, a los gobiernos hispano-americanos. No he leído su último libro sobre el modernismo, pero uno que recibí de él, anteriormente, Tragedias Grotescas, me parece pésimo, detestable, indigno hasta de un principiante.
Tengo ya comprometida para el No. de L.V.L. colaboración especial de Eguren, López Albújar, Bustamante y Ballivián y otros. Se la mandaré muy pronto. Haré que de Santiago le envíen directamente algo Magda Portal y Blanca del Prado, actualmente en Chile.— Le enviaré también fotos de cuadros de Sabogal, Camilo Blas y Julia Codesido.
Le escribiré apenas tenga algo que comunicarle.
Hasta entonces, mi mejor abrazo.
José Carlos

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a José Malanca, 10/3/1930

Lima, 10 de marzo de 1930
Querido Malanca:
Dos líneas en respuesta a su única de Chile (Villa Rica 27 de enero). Voy todas las tardes a la Herradura y esta cura, si bien me ha hecho mucho bien, después de un decaimiento de mis fuerzas físicas, me quita mucho tiempo.
Gran satisfacción me causan las noticias sobre Seoane, con quien yo también me prometo excelente camaradería en Buenos Aires.— Hágale Ud. saber que probablemente en mayo estaré en Santiago, en viaje a Buenos Aires; y que mi viaje aconsejado por muchas razones, que Ud. en gran parte conoce, está completamente resuelto. Sólo una inesperada falla en mi salud u otro accidente puede frustrarlo. Estoy invitado por el grupo de escritores de La Vida Literaria, el mismo que propició y organizó la visita de Frank. L.V.L. dará, con este motivo, un número peruano, para el que Seoane, Blanca, Magda, Julián pueden enviar desde luego alguna colaboración, dirigiéndola a Samuel Glusberg, Rivera Indarte 1030. Creo que ese número puede ser una pequeña antología de prosa y poesía peruanas. —Dígale a Seoane que no he sabido nunca si recibió la carta que hace varios meses le dirigí acompañándole copia de los puntos aprobados del programa del P.S. Después de la carta, fue copia de la misma, en previsión de una falla postal.
Deploro que no nos podamos encontrar en Santiago. Habríamos hecho juntos el viaje a su tierra, de la que ha sido Ud. para mí uno de los mejores anticipos espirituales. Pero ya en Buenos Aires renovaremos las tardes de Lima.
No necesito agregarle que se le recuerda a Ud. aquí con el cariño de siempre. Tengo noticia de que en el Cusco tampoco se le olvida. Estamos en buena relación con los muchachos de allá, disipado ya hasta la última sombra de malentendído. Sólo un exagerado ‘cusqueñismo’, léase en este caso antilimeñismo, los distanciaba de nosotros. Y Ud. sabe lo poco limeños que somos nosotros, lo antilimeños que somos, en el sentido revolucionario.
No tarde en escribirme, enterándome de su itinerario.
Muy cordialmente lo abraza
José Carlos
P.D.—Recuerdos afectuosos de Anita y todos los míos.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Samuel Glusberg, 28/2/1930

Buenos Aires, 28 de febrero de 1930
Mi querido Mariátegui:
En verdad, me estaba ya inquietando su silencio tan prolongado. Por suerte, su carta del 9 me entera de que nada grave le ha sucedido. Me alegro. Después de los sucesos policíacos en vísperas de la llegada de Waldo a Lima, estoy siempre a la espera de cualquier arbitrariedad. Aquí también las cosas se están poniendo mal. Pero es solamente entre los políticos criollos de todo color el fandango... Un hombre libre puede vivir tranquilamente, al margen.
Interrumpido por su silencio y por las vacaciones no he preparado aún el festival que le anuncié. Pero me pondré a la obra en seguida. Lástima que el carnaval que empieza el domingo me robe una semana. Pero creo que para los últimos días de marzo podré realizarlo. Para esto, claro, usaré L.V.L. Si todo sale bien, como espero Ud. tendrá en abril el dinero para los pasajes.
Creo que para su mejor recepción en Bs. As. convendría repetir el método empleado en la recepción de Waldo. Primero: publicación de un número de L.V.L. dedicado a la literatura peruana y en particular a su labor de ensayista. Segundo publicación de su libro El alma matinal. Por mi parte espero poder hacer el número peruano. Luis Alberto Sánchez me escribió que él estaba por mandar a los muchachos de 1930 un montón de colaboraciones peruanas. Le pediré pues a ellos que me faciliten pruebas de página para que dichas colaboraciones aparezcan simultáneamente en Buenos Aires, con la declaración expresa de su procedencia. De gente de aquí: Lugones, Quiroga, Soto, Borges, Franco, Tiempo, Martínez Estrada, Gerchunoff, Uribe etc. puedo conseguir también algunas notas de interés y sobre todo de simpatía. Así que bastaría contar con unas cuantas colaboraciones representativas del Perú: de Luis Alberto Sánchez, Martín Adán, Jorge Basadre, Vallejo, Eguren, Orrego, López Albújar y Valcárcel. O algunos más. Le he escrito a este propósito a Sánchez y aguardo su contestación. Usted podría adelantarme el prólogo del libro si es que piensa ponerle uno.
Cuanto a la edición argentina del libro, desgraciadamente yo no estoy en condiciones de hacerla con premura. Primero porque no cuento ahora con ninguna imprenta y segundo porque no queda casi tiempo material para recibir los originales, mandarle pruebas etc. Sin embargo, conviene que el libro llegue con Ud. a Buenos Aires y que lleve el sello de Babel. Dígame si Ud. puede hacerlo imprimir en Lima en el formato de Amauta o un poquito recortado —igual a Nuestra América— Haga Ud. una edición de 1000 ejemplares, 500 con el marbete de Babel que puedo enviarle y 500 o más con el de Amauta para Lima. A la vuelta de unos meses— dos o tres— estaré en condiciones de girarle a su imprenta lo que me corresponda pagar por los 500 ejemplares, más los derechos de autor. Le parece viable la combinación peruano-porteña? Esto es importante que lo resuelva en el acto y lo ejecute sin pérdida de tiempo.
Quedo a la espera de sus noticias. Mientras le mando un abrazo fraternal.
Samuel Glusberg

Glusberg, Samuel

Carta a Waldo Frank, 25/2/1930

Lima, 25 de febrero de 1930
Querido y admirado Waldo Frank
Gracias por sus gratísimas cartas de 30 de diciembre y 25 de enero, a las que contesto con un poco de retardo por estar haciendo una cura de sol y playa, muy conveniente para mi salud, pero muy perjudicial para mi trabajo y mi correspondencia. La primera de sus cartas debe haberse cruzado con una mía de la misma fecha aproximadamente de la que su segunda no me acusa recibo. Como le incluía una carta de Buenos Aires, llegada para Ud. después de su partida, quisiera estar seguro de que la ha recibido.
Todos sus amigos de Lima - y yo particularmente no necesito decirle hasta qué punto la comparto y la engrandezco- ponen una gran esperanza en el libro que Ud. escribirá sobre la América Latina. Ud. no puede hacer sobre esta América un libro que no sea digno de "Nuestra América" de "España Virgen" y de "El Redescubrimiento de América". Todo lo que Ud. necesite del Perú como información o documento, le será solícitamente procurado. El libro de Basadre, irá enseguida. Si faltaba en los paquetes certificados, ha sido seguramente porque no estaba entre los libros que Ud. me trajo para su expedición. He encargado ya a Luis Alberto Sánchez el envío de un ejemplar.
Glusberg prepara, según sus cartas, muy afectuosas y solícitas siempre, mi presentación a Buenos Aires para mayo más o menos. En abril espera poder remitirme el dinero de los pasajes. Tengo completamente resuelto, por mi parte, este viaje. El único problema es la organización económica de mi vida en Buenos Aires. Yo cuento, como le he escrito a Glusberg, con algunas colaboraciones pagadas del Perú; pero no sé si podría conservarlas todas por mucho tiempo, ya que se puede aprovechar de mi ausencia para obtener mi proscripción total del país. Además lo que yo gano por esas colaboraciones no alcanzaría sino a la mitad de lo que necesito para vivir en Buenos Aires. Glusberg estima fácil que consiga en Buenos Aires desde el primer momento, la otra mitad. Si Ud. puede gestionar que "The New Republic" me pague de vez en cuando alguna colaboración, contribuirá a la seguridad de mi presupuesto. "The Nation" me escribió hace más de un año solicitando mi colaboración y encargándome la designación de los escritores del Perú que podrían colaborar en ese semanario. Tradujo y publicó después un artículo mío sobre el problema indígena; pero no he tenido más noticia de su interés en contarme como colaborador. Anita Brenner podría informarlo acerca de la intención de dar más espacio a las cuestiones latinoamericanas tratadas por latinoamericanos, en "The Nation".
De La Habana me escriben comunicándome impresiones muy simpáticas respecto a la huella que en esa ciudad ha dejado su presencia. Su libro tiene asegurada en la América Latina una gran resonancia. Va Ud. a prestar un gran servicio al destino de este continente, de este mundo. Haber contribuido a que en América Latina se le conozca y ame, es un orgullo para mí.
Saludos cordiales de todos los amigos de "Amauta". y un abrazo de su hermano y amigo devotísimo
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Armando Rivera, 13/2/1930

Mi querido José Carlos:

La carta que va por este mismo correo ha sido detenido varios días, en vista de la […] insistente, desde hace algún tiempo de su deportación.

El tema Mariátegui es acá de moda. Por Jorge N. V he sabido que no hay novedades.

Legó anoche Mercado. Churata también está acá.

Lo abraza,

Armando

13 febrero 1930

Rivera Bodero, Armando

Carta de Lucas Oyague, 12/2/1930

Cuzco, 12 de febrero de 1930
Señor
José Carlos Mariátegui
Lima.-
Mi muy estimado y recordado José Carlos:
Muchas cosas tantas que no cabrían en esta carta impidieron verlo en mi última larga estada en Lima. Dos meses y medio casi en la calle; mi familia allá también y ante el peligro de quedar sin trabajo, en un conflicto económico, después enfermos mis hijos y yo pobre. En fin, una media tragedia en parte.
Supe si casi todos los días, ya por Posada, más frecuentemente como por Luciano Castillo de que estaba usted bien. En su casa toda la familia la pasaba sin nada extraordinario. Esto me consolaba. Su amigo más cercano en las emociones, en los dolores, en los procesos suyos, pero ausente en la realidad de estrecharse las manos y examinarse objetivamente se satisfacía de ese su buen estado.
Ahora la escribo porque he oído decir dos cosas que merecen su confirmación: que piensan operarle; que piensa usted venir al Cuzco y en avión. Claro que esa sería y es a mi juicio la única forma de un buen viaje de usted; pero si su salud lo permite, su sus cosas y en fin, si su incursión a la parte sur de la república no sería tomada por cierto sector político como una acusación de actividades agitadoras de su parte y podrían ejercer por este motivo actitud en su contra.
En fin, si usted ha pensado es preciso que nos avise a quienes usted sabe sus leales amigos, incondicionalmente; amigos de usted profundamente y admiradores de su labor apostólica cosa gritada siempre a los cuatro vientos. Que nos avisara decía yo para ver la forma como brindarle a usted las mayores comodidades y seguridades por su salud y por usted.
No he recibido ni el libro La Escena Contemporánea que insisto en solicitarle ni la colección de Labor que usted me habla. Nada he recibido. La Escena Contemporánea no debe faltar de mi casa. Y no debe faltar por razones sentimentales que usted reconocerá en el proceso de ese libro y porque lo quiero tener con la autografía querida de usted.
Escríbame usted. Si tiene a mano algunos folleto, algunos periódicos alguna cosa para refrescar mi siempre latenta y viva adhesión a las ideas socialistas a las cuales me he aunado en partida bautismal de privaciones y sacrificios de todo orden, remítame usted que se lo agradeceré. Aquí estoy por completo a sus órdenes.
Sé que el doctor J. Uriel García lanzará dentro de pocos días un libro de ensayos "El nuevo indio" donde explica sus teorías sobre el neoindigenismo. Yo he concertado y organizado un libro Estampas Cuzqueñas, (Libro de Crónicas) con fotografías al estilo de La Nueva Rusia.
Le ruego saludar a la señora Anita, a su mamá, cariños a los ñaños y usted recibas el afectuoso abrazo de su amigo que en todo momento lo recuerda con profundo afecto.
Lucas Oyague
Escríbame a mi apartado.

Oyague, Lucas

Carta de Armando Rivera, 9/2/1930

Querido compañero Mariátegui:

Lolo ahora puedo escribirle, después de mi última, 2ª sobre N.; de cuyo recibo tuve oportuno aviso.

Estuve en Mollendo y allí recibí su carta que me trajo el artista V. Valdivia; pensé escribirte desde ese puesto, pero la circunstancia que abajo refiero, me obligaron a ir aplazando mi carta hasta ahora.

Pasó Navarro, satisfecho al parecer. Por conversaciones con él mismo, a su regreso, y con otros amigos del Cuzco, ahora en esta he confirmado mis juicios. Creo que el giro que Ud. ha dado al asunto es bueno. Esperemos ver como se manifiestan.— Con todo, creo que vamos ganando esa región, sino por los líderes, a los principales elementos de sus efectivos. Le digo esto porque estoy trabajando con muchos arequipeños de vacaciones en esto, pero residentes allá; muchos —el telegrafista […], entre ellos, son jóvenes y vinculados conmigo desde antes, aún como alumnos de mi escuela y discípulos míos. Ellos —sin que penetren en la intención de la pregunta— me han informado que el distanciamiento con Latorre, Roberto., es sobre sobre personal. No sé que haya de cierto.

Su viaje es el punto más importante en esta carta. Creo que en cualquier momento este viaje sería provechosísimo. Máxime si lo extiende a Puno y Cuzco. El aspecto económico, por lo que respecta a Arequipa, no debe preocuparle, de hecho créalo salvado. Organizamos 2 o más conferencias, con teatro lleno, a no dudarlo. (Ya sabe UD. que no me hago ilusiones a pesar de mi optimismo). Respecto al otro aspecto: no creo que sea el mejor tiempo: llueve ahora acá. Hace poco, demasiado. Si el médico no opina en contra, me parece que sería bueno a fines de abril o principios de mayo. Toda la región en esa época tiene buen temperamento. Sino, en agosto o setiembre. También debe tener en consideración el momento o la situación política. Acabo de producirse cambio de Prefectos en Arequipa y Cuzco. También en cada ciudad de los citados hay elementos que por razones de las vacaciones, están fuera.

La silla sí se conseguiría en su oportunidad. Avíseme lo que piense al respecto. Creo que en todo caso debe hacerse en viaje. Así Ud. conocerá de […] los pueblos, sus elementos y recursos en el Sur. O por el movimiento de opinión que en torno a Ud. y a sus ideas se producirá, será valiosísimo para la […] en que estamos empeñados. De aquí deriva otra consideración a tener presente? la reacción que originaría en las esferas oficiales. Respecto a Mollendo, me satisface decirle que contamos con valiosos elementos laboristas en ese puerto, que nos aseguran desde la totalidad de los trabajadores de mar y tierra de esa zona, sin excluir los ferroviarios.

Trabajadores, sobre todo. Nada con los elementos de la pequeña burguesía, ganados en su totalidad por el masonismo. He ahí el resumen de mi labor. El C. Jacinto Liendo, en vía de una total depuración de su anarco-sindicalismo, será nuestro colaborador en ese puerto. Pero hay otros elementos, fleteros y estibadores, en inmediato contacto conmigo, que atenderán la labor a realizarse. Los trabajos iniciales se han hecho con vida a organizar un sindicato de marítimos, que agrupe en secciones especiales a los trabajadores. Según su labor: lancheros, fleteros, estibadores, etc, y otro de los trabajadores de tierra, en el que estarán comprendidos los ferroviarios. (Sec. Moll.)

Para esta obra necesito que se me mande los estatutos de los sindicatos de marítimos, que hay en el Callao (Navarro me dijo que llevado por Del Prado, lo visitó, que ahí conoció a Portocarrero) así como algunos nombres de individuos de los mismos a quienes, los amigos de Mollendo. puedan dirigirse, antes de vincular las instituciones. Debo enviar a Mollendo el esquema de un proyecto de estatutos para proceder a organizar el sindicato, pero creo que es fundamental que todo se haga a base de lo hecho allá, de acuerdo con Ud. y amigos.

Como información, le diré que caí cuando se daban […] para organizar, a base de los trabajadores más inquietos y descontento, una rama teosófica. Sin la colaboración de los que son ahora nuestros amigos, ese intento quedó en nada.

También necesito conocer con cierto detalle, la labor de los ferroviarios de esa región. Acá hay bastantes amigos —ya le avisé que está con nosotros Manrique, autodeportado,— Le interesa por un grupo de ellos presentar un pliego de reclamos.

Mi opinión —solo para mí al guiarlos— es que no deben estar desconectados de los demás. Por el momento, mientras Ud. dispone la labor allá y me envía un esquema que incluya puestos que deban ser de reclamo común, así como la respectiva dirección para vincularlos, por el momento, con el pretexto de intensificar la propaganda ganando adeptos al futuro pliego, hemos aplazado el asunto, pero es solo temporalmente. Por ellos este asunto, como el anterior, debe atenderse a la brevedad.

La referencia que al principio prometí es esta: ausente en Molle, conmigo viajaron los principales documentos; pensaba estudiar y ganar un compañero que pudiera centralizar personalizada la labor allá, —Ausente, digo, a los 6 días […] el c. Mont. a título de noticia avisó a mi señora que sabía que habíamos sido denunciados a la policiía y que consultado el caso a Lima, el Pref. esperaba instrucciones. Desde luego, inmediatamente lo supe, con la reserva debida. Los días después, el hermano avisó en casa que había llegado orden de prisión y envío de todos nosotros. Le dijo que la denuncia había sido hecha por un chofer. Así las cosas, me limito a disponer lo conveniente en mi casa y esperar en Mollendo, lo que derivase. Mont, y otros estaban ocultos en Tingo.

Después de cuatro días el mismo hermano de Mont. (Benito, su nombre) dijo que ya no había nada.

Nunca creía en la seriedad de la especie esa, pero no me la explicaba. La policía hubiera procedido a buscarme; habrían registrado mi casa, pero nada. En total: una especie de bromilla harto pesada forjada por la familia de Mont, con el propósito de alejarlo de las inquietudes socialistas.

Eso me hace pensar en que con él —sin negarle la confianza que por su sinceridad se merece,— debemos ser más discretos y mesurados.

Su familia pertenece a la burguesía pretenciosa y fatua de esta región y su hermano Benito es un perfecto burgués. Todo eso abona a su favor. Por eso seríamos injustos al negarle sinceridad y abnegación.

Otros puntos: Envié en nov. en giro a Administrados Sociedad Editora Amauta, S/ 15.00 pro Rabines míos y de Roberto Feldman. No sé si se recibió.

En igual fecha, a raíz de su carta a la La Jara. Sobre W. Frank, le escribí acerca de conversaciones con aquel, le manifestaba mis opiniones sobre su adhesión. Me interesa saber si las recibió.

Le deseo la mejor conservación. Con un saludo para todos los camaradas.

Le abraza cordialmente.

Armando.

9, febrero 1920

Rivera Bodero, Armando

Carta a Samuel Glusberg, 9/2/1930

Lima, 9 de febrero de 1930
Muy querido amigo Glusberg:
Contesto sólo hoy sus cartas de 10 y 28 de diciembre que recibí casi juntas, porque no he dispuesto en estos días ni de un minuto para mi correspondencia, a consecuencia de una cura de playa en la Herradura que me quita toda la tarde y anticipa mi hora de sueño, no dejándome sino el tiempo indispensable para mis más urgentes trabajos cotidianos. Quería, además, tener algo definitivo que decirle respecto a mi viaje a Buenos Aires, y en estos días me era difícil avanzar en la organización de este viaje, totalmente decidido, pero cuyo plazo preparatorio depende del arreglo de algunas cuestiones, como la continuación de Amauta en Lima por el tiempo que esto sea posible, etc.
Gracias, antes de seguir adelante, por las palabras generosísimas del No. de La Vida Literaria que transcribe mi esquema de explicación de Chaplin (A propósito, quiero decirle que del No. anterior, el que publica mis notas sobre libros rusos, no vino sino el ejemplar de canje. Si Ud. envió un paquete de 10 ejemplares, como de costumbre, naufragó en el correo peruano). Gracias también por todas sus noticias y gestiones respecto a mi viaje a Buenos Aires.
Tengo el propósito, le repito, de realizar de toda suerte este proyecto. Creo que en abril próximo estaré en aptitud de partir. Puedo contar con 300 soles de colaboraciones que conservaría; pero que en parte están expuestas a fallas. Se ha llegado, estando yo en Lima, a insinuar a las revistas en que colaboro la supresión de mi colaboración. Cierto que el hombre del régimen a quien se le ocurrió esta mezquina represalia, Rada y Gamio, parece próximo a dejar el Ministerio de Relaciones Exteriores, desde donde ejercitaba su influencia. Pero no faltan los Rada. Y no me asombraría que, a poco de mi salida, me fallasen algunas colaboraciones del Perú, en proporción que podría afectar gravemente la suma mensual prevista.
Escribiré a Frank, de quien he recibido una carta muy cariñosa, que me alienta al viaje a Buenos Aires, sobre la colaboración en The New Republic. The Nation ha publicado ya un trabajo mío y me ha escrito invitándome a formar parte de su cuerpo de colaboradores hispano-americanos. Pero no he tenido ninguna nueva carta acerca de la frecuencia y carácter de esta colaboración.
No tengo hábito de conferencista. A mi regreso de Europa, di cerca de veinte conferencias, en la Federación de Estudiantes y la Universidad Popular, sobre la crisis de Occidente. Conversaciones sencillas, cuyo éxito no puedo apreciar sino por este hecho: que el auditorio me fue fiel. Conservé mi público hasta el fin. Abomino la oratoria; pero puedo ofrecer, aun sin hábito, las conferencias que haga falta dar. No me desempeñaría tan mal.
Le agradezco la inclusión de mi nombre, entre los del consejo de orientación de la gran revista en proyecto. El título tal vez presente el inconveniente del recuerdo de la Nuestra América de Stefanini o qué sé yo. Pero esto es adjetivo. Tal vez César Falcón podría ocupar el sitio reservado con interrogante a Blanco Fombona. Y otro tal vez: ¿no convendría incluir a dos pintores representativos del nuevo arte americano: ¿Diego Rivera y José Sabogal, por ejemplo? Frank puede darle opinión sobre nuestro José Sabogal y nuestra Julia Codesido.
Le seguiré escribiendo en breve.
Hasta entonces me despido de Ud. con mi más afectuoso abrazo, augurándole un año mejor que el pasado.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Julián Petrovick, 7/2/1930

Santiago, 7 de febrero de 1930
Querido José Carlos
Por Blanquita del Prado, a quién trato de atender en todo lo que me es posible, me enteré minuciosamente de todo los ocurrido a Ud. y demás compañeros. Con ese motivo escribí a la Argentina, Brasil y Centro América.
Sé de su última resolución y lo espero ansioso. Ud sabe que estoy alentado al más grande de servir a la revolución. Lo único que quiero es que nos entendamos todos, no unos a otros - es ingenuo - quiero decir que nos entendamos dentro de las prácticas más urgentes de la revolución.
Creo que este año nos reuniremos - corrija en lo que me toca a mí - muchos de los que luchamos por el ideal revolucionario.
Tengo gran esperanza en ese encuentro.
"El Mercurio" dio una nota sobre su posible arribo a esta.
En el próximo número de "Letras" se publicará su retrato en una glosa mía.
Si Ud. pudiera mandar algo para acompañarnos, sería magnífico. Hágalo pronto.
Lo que quiero es que aquí se sepa quién es Ud. y cual es su valor. Le digo todos estas cosas porque sé que para Luis Alberto Sánchez hacen grandes preparativos. Fíjese que a Guillén lo agasajaron y cuanta cosa. A propósito va un artículo para "Amauta".
Le ruego publicarlo.
Mientras tanto reciba abrazos de sus compañeros.
Julián Petrovick
Magda y Serafín llegan a esta tierra 5 o diez días máximo.
De "Letras" (renovada en estos días) le solicitan colaboraciones, lo mismo que a Eguren (hay un libro de Eguren para mí?) - Dígale también a abril que mande algo y a alguna otra gente.
Para "Atenea" puede enviar algo Ud.?

Petrovick, Julián

Carta de Víctor Valdivia D., 28/1/1930

Puno, 28 de enero de 1930
A José Carlos Mariátegui:
Lima
Respetado compañero:
Llegué sin novedad a esta orilla, donde posiblemente permaneceré unos días más.
Me conmovió una sorpresa: se encuentra enfermo nuestro querido Gamaliel. Guarda cama desde hace mas de 15 días. ya está en convalecencia y dentro de breve se trasladará a Arequipa, que es clima mejor. Además allí se encuentra su mamá.
Creo que esto ofrecerá buena oportunidad para satisfacer ampliamente sus deseos de entrevistarse con Churata. El ha leído sus carta y agradece el obsequio. Le transmito el saludo de Palacios y demás compañeros que rodeamos a Gamaliel Churata.
En Arequipa busqué a Armando Rivera y no lo encontré. Me dijeron que estaba en Mollendo para volverse dentro de 15 días. Le encargué a la señora de Rivera que le enviase la carta cuidadosamente.
después de dos días de permanencia en Arequipa salí con rumbo a Puno.
Ojalá pueda serle factible su venida por esta región. En todo caso me comunicará Ud. lo que decida.
El entusiasmo y avidez de los muchachos de aquí, por verle, es notable. En lo que atañe a mi piense Ud., que se intensifica más mi adhesión y amistad hacia Ud. Pero debo esforzarme por ser más digno de pertenecer al grupo que alienta la gran causa socialista.
Próximamente le escribiré. Salude Ud. a los compañeros.
Muy suyo, con el corazón.
V. Valdivia D.

Valdivia, Víctor

Carta de Blanca Luz Brum, 26/1/1930

Santiago 26 de enero de 1930
José Carlos:
Necesito que éste paso mío no sea un error, porque ha sido una necesidad. Tengo ratos cobardes, pero sobre todo, siento rencores sordos - ésto ya desde allá - si la inoportunidad de las circunstancias que me hicieron salir, cuando precisamente acababa de encontrar acogida, verdad, orientación a lado de ustedes y estaba tan valiente con sus amistad.
Cuénteme. Esto un poco desalentada porque el ambiente es mediocre y además la realidad es más grande que yo.
Edwards Bello, muy galante nos ha proporcionado pasajes para que con Petrovik y su señora visitemos el Sur, pero esperamos a Magda que llegará pronto; pensamos dar algunos recitales. Esto me sentará también, porque he quedado muy débil después de una congestión pulmonar que tuve.
Silva Castro también me atendió muy bien y me pidió colaboraciones para "Atenea" que ya las dí, lo mismo que para "Revista de Educación" donde Tomás Lago y sus amigos se preocupan mucho por mí y tratan de buscarme algún puesto en una sección que se va a crear, pero hasta entonces pasará mucho y creo que tendré que dedicarme a solicitar avisos para "Letras" y "Revista de Educación". Estoy asustada.
Prendez Saldias y su amigo Alberto Romero, me buscaban y me dedicaron sus libros.
A Julia García y Sara Hubner, aún no he visto.
Completamente en familia, los primeros días entre mates y grandes charlas, Malanca, Seoane y Petrovick, [no se puede leer] a formar la casita.
Ahora Malanca se ha ido unos dos meses al Sur y anteriormente Seoane a Cartagena. Todos piensan reunirse para esperarlo a usted. Yo estoy ansiosa para entonces.
He escrito poco por esta desorientación de nulidad que tengo y cierta nostalgia que me enmudece, pero lo envío para "Amauta". Xavier tiene lo último que escribí allá que está mejor y que ojalá se publiquen.
Alicia lo saluda cariñosamente lo mismo que Rebeca y yo el más fuerte.
Blanca
Mi dirección: Gálvez 368.

Blanca Luz Brum

Carta de Justo P. Velarde, 21/1/1930

Condesuyos, 21 de enero de 1930
Mi querido Don José Carlos:
Pídole mil perdones por haberme ausentado de esa sin despedirme de Ud. ello se debe a lo intempestivo de mi viaje motivo a una erupción cutánea que me atacó súbitamente. A Segundo y Jorge E. Núnez, que se encuentran aún en esa, les hablé de su viaje a Arequipa. Me han prometido atenderlo y procurar el éxito de sus conferencias. Espero han de hacer todo por Ud.
Yo estaré en esa nuevamente en abril. Estoy preparando la salida de una nueva revista. Ya le avisaré oportunamente.
Que goce de salud y que siga luchando desde Amauta son los deseos de sus camarada que la estrecha la mano.
Justo P. Velarde.

Velarde, Justo P.

Carta a Gamaliel Churata, 13/3/1930

Lima, 13 de marzo de 1930
Querido Gamaliel Churata:
No he tenido respuesta de Ud. a la que le dirigí con Valdivia, sin duda por su enfermedad, de la que hemos tenido noticia por carta de este compañero. Sé que convalece Ud. en Arequipa, donde yo me había hecho el proyecto de encontrarlo.
Digo me había hecho porque no sé si podré realizar este anhelado viaje al sur. Escribo al respecto a Armando Rivera, con quien le ruego conversar para que lo informe al respecto. Necesito conocer la opinión de Ud. acerca de los puntos que expongo a Rivera en mi carta.
Con gran retraso, he recibido los últimos números del Boletín de la Editorial Titikaka. Tal vez en esta hoja se podría iniciar, con el mayor sentido pedagógico posible, cierta obra de divulgación doctrinal socialista, adecuada a la lectura en las escuelas y grupos indígenas. "El Ayllu" para todas las comunidades de la República. Pero no sabemos cuándo nuestras posibilidades económicas, siempre exiguas, nos consentirán realizar este propósito.
Trabajamos, como siempre, perseverantemente. En enero, el viaje de un comp. del Cusco estableció cordiales relaciones entre los grupos de Lima y esa ciudad. Le adjunto la copia de tres resoluciones últimas, que se agregan a los puntos programáticos y al plan de organización del P.S. Se ha hecho cargo de la S. G. el compañero E.R. quien le escribirá en breve instándolo a que tome Ud. la iniciativa de la constitución formal del grupo de Puno, que ojalá esté integrado por indios, en la mayor proporción posible. No importa que no sea gente perfectamente adoctrinada. Basta que tenga probada y vigilante consciencia clasista y que quiera trabajar, instruyéndose al mismo tiempo que instruye a las masas.
Como "Labor" está condenada, pensamos sacar en su reemplazo, con el mismo tipo, y la misma fisonomía tipográfica, en todas sus páginas, "La Obra". Hay que anunciarla desde luego, como quincenario de información e ideas de la Soc. Editora Amauta. Lo único que nos hace falta resolver para esto es la cuestión económica.
Recibirá Ud. probablemente una carta de Samuel Glusberg, pidiéndole colaboración para un número peruano de "La Vida Literaria" de Buenos Aires. Ese número aparecerá con motivo de la invitación que el grupo de escritores de L.V.L me hace para que visite Buenos Aires, invitación que, animado por Waldo Frank, he resuelto aceptar, a fin de que en una clínica bonaerense se me practique al fin la aplicación ortopédica que necesito para salir de esta ya insoportable inmovilidad en una "chaisse longue" o una silla de ruedas. Envíe a L.V.L originales suyos y de Alejandro. I prepara, también si le es posible, un envío para otro número peruano en perspectiva: el de "1930" de La Habana".
En espera de sus noticias, muy cordialmente lo abraza su amigo compañero y devotísimo.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Juan Marinello, 16/3/1930

Lima, 16 de marzo de 1930
Sr. D. Juan Marinello.
La Habana.
Muy estimado compañero:
Ud. me excusará el retardo con que contesto su grata carta de fines de diciembre último, al saber que al habitual desequilibrio entre mi salud y mi trabajo se ha agregado en los últimos meses una temporada de playa y sol en la Herradura que me ha impedido ocuparme en mi más cara correspondencia.
La función de vinculador que Waldo Frank ha tenido en su viaje, entre algunos núcleos de nuestra América, corresponde bien a la calidad e intención de su mensaje. Frank ha dejado en Lima amigos entusiastas. Yo no tengo talvez más título a su distinción que el de haber sido el primero en comentar en el Perú sus libros y en señalar, ante todo, el valor de Nuestra América, en el artículo del que 1929 tomó un párrafo.
Le envío, con los últimos números de Amauta, un ejemplar de mis 7 Ensayos.— Le debo la expresión de mi reconocimiento por la generosa cita que de mi obra hace en su interesantísima respuesta a la encuesta de Cahiers de l’Etoile. Este ensayo ha sido reproducido por un diario de Lima. Le mando el recorte.
También le acompaño dos colaboraciones para el número peruano de 1930. El próximo correo le llevará un ensayo mío.
Estas líneas no se proponen sino establecer la correspondencia iniciada por su carta —magnífico mensaje de amistad.
Preparo mi viaje a Buenos Aires, donde espero resolver con el problema de mi movilidad, mediante una aplicación ortopédica, el de mi salud.Nuestro querido Glusberg es el auspiciador de este viaje, al cual me anima, también, resueltamente, Waldo Frank. Amauta continuará publicándose en Lima; pero si al ausentarme yo le crearan dificultades, la trasladaría a Buenos Aires.
Lo abraza, con simpatía y estimación profundas, su devotísimo compañero.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 25/3/1930

Lima, 25 de marzo de 1930
Muy estimado amigo:
Debe Ud. haber recibido ya mi respuesta a su carta aérea. Contesto hoy su última del 7, con la cual recibo la que Ud. obtuvo de Historia Nueva. No la suscribe la administración, sino uno de los escritores de H.N. Félix del Valle, de La Libertad de Madrid, muy amigo mío también. Corresponde al período en que César Falcón se trasladaba de Londres a Madrid, o se instalaba definitivamente en esta ciudad, para organizar bajo su dirección inmediata los servicios y trabajos de H.N. No le guarde Ud. pues ningún enojo. Le escribirá apenas yo lo entere de lo ocurrido y se vincularán cordialmente L.V.L. e H.N..
Empiezo a enviarle el material para el número peruano de L.V.L. Si Ud. quiere lo ilustrarán también los artistas peruanos. Le mandaré, en todo caso, algunas colaboraciones artísticas. —Van hoy una prosa de Eguren, unos poemas de Enrique Bustamante y Ballivián y una prosa de Estuardo M. Núñez, este último de la novísima generación, la de Martín Adán, revelada por Amauta y ahora incorporada en todas las revistas de aquí, sin exceptuar al viejo Mercurio Peruano.
Sin ningún contratiempo de última hora, espero partir a principios de mayo. Es posible que me detenga algunos días en Santiago, si puedo dar ahí alguna conferencia y arreglar alguna colaboración. Pero puedo apresurar un poco mis preparativos, si Ud. me lo indica.
Luis Alberto Sánchez, que sale mañana para Santiago, invitado por la Universidad para ofrecer algunas conferencias sobre literatura peruana y americana, le enviará un capítulo de su biografía novelada de González Prada, próxima a aparecer en libro. También le mandará otros originales, compilados para 1930, o se asociará a la instancia de Ud. a sus editores para que le envíen las pruebas. Ud. a su vez puede enviar a éstos, pruebas del material especialmente obtenido por mí para L.V.L.
Si reproduce Ud. “Arte, Revolución y Decadencia”, suprima el párrafo pertinente al poema de Hidalgo, porque éste encontrando probablemente que yo estaba en lo cierto quitó de su “Ubicación de Lenin” los versos criticados. Con esta corrección aparecen en su libro Descripción del Cielo. Pero como yo también he corregido y aumentado este ensayo, publique mejor otra cosa mía. Debe Ud. tener una nota sobre la vida de Chopin por Guy de Portales que le envié con otras publicadas en sucesivos números de L.V.L. Me interesa porque no tengo otra copia de ese artículo, en el que enuncio una teoría del amor clásico y romántico, insinuada también en mi crónica-relato. Espero alcanzar a expedirle por este mismo correo otros originales que hago copiar en este momento.
Le enviaré un apunte de Eguren y la foto del óleo de Julia Codesido.
Muy reconocido a su solicitud vigilante y generosa.
He recibido con el último libro de Capdevila, una carta muy cordial y honrosa.
Lo abraza afectuosamente su amigo y compañero
[Firma de José Carlos Mariátegui]

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Joaquín Edwards Bello, 26/3/1930

Lima 26 de marzo de 1930
Sr. D. Joaquín Edwards Bello
Santiago
Querido y estimado compañero:
El viaje de Blanca del Prado me ofreció la oportunidad de escribirle y reiterarle el envío de mis "7 ensayos de interpretación de la Realidad Peruana" que, por Concha Romero, supe que no había Ud. recibido. No he tenido aún sus respuesta; pero sé por Blanca del Prado que sigue Ud. siendo para la vanguardia peruana el fraterno amigo de siempre.
Viaja hoy a Santiago Luis Alberto Sánchez. Va invitado por la universidad. Es catedrático de nuestra Facultad de Letras; pero el mejor elogio que se puede hacer de él es que es lo menos universitario posible. Se acercará seguramente a Ud. y a los hombres de Chile que verdaderamente pueden interesarle con sencillo espíritu de camarada. Se ha formado en el periodismo, más que en la Universidad; y en su interpretación e historia de nuestra literatura prescinde generalmente del acatamiento a lo oficial y a lo académico.
Sánchez le hablará, probablemente, de mi viaje. He aceptado la invitación de mis amigos de "La Vida Literaria" de Buenos Aires para realizar en mayo próximo mi antiguo proyecto de visitar la Argentina. I pasaré algunos días en Santiago, tanto para tener una rápida impresión de Chile como abrazar a mis amigos de ese país, Ud. el primero.
Hágame sabe si recibió el libro de Eguren y los números de "Amauta" que con ese volumen le enviamos a "La Nación". Tengo muy mala experiencia de los envíos a la redacciones de diarios. Para ponernos a cubierto de cualquier falla postal, confie Ud. sus respuesta a Sánchez.
Muy cordialmente lo abraza sus amigo y compañero devotísimo.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Samuel Glusberg, 28/12/1929

Buenos Aires, 28 de diciembre de 1929
Muy estimado amigo Mariátegui:
Me apresuro a contestar su carta del 18, que recibí ayer conjuntamente con Amauta, pero sin Variedades que seguramente me llegará hoy. Tengo idea de haberle escrito hace un par de semanas sobre algunos puntos de su carta última. Vayamos a lo más práctico. Calculo que Ud. necesitará para vivir aquí humildemente, por lo menos $ 500 mensuales. Dígame en primer término si Ud. podrá contar con la ayuda de las revistas peruanas. Mejor dicho con las colaboraciones que cobra ahora en dichas revistas o diarios. No estaría demás que se asegurara alguna entrada por intermedio de Waldo: colaborando en The New Republic o en The Nation. La primera paga mejor. Aquí creo que podrá colaborar más o menos regularmente en El Hogar, en Caras y Caretas y en Síntesis. Pero es difícil sacar 200 pesos por mes —todos los meses— de colaboraciones. Con todo, creo que Ud. los sacará mediante la influencia de algunos amigos suyos. Necesitaría, pues, asegurarse por lo menos otros 300. Ya le dije en mi anterior: hemos pensado en Crítica. No es una parte segura. Pero su trabajo debe interesarles mucho, así que no es difícil que le paguen una colaboración cotidiana al margen del telégrafo o cosa así: firmada naturalmente.
Le mando el número 17 de L.V.L. He destacado su ensayo sobre Chaplin para enviar el periódico a todos los directores de revistas y diarios. L.V.L. no puede influir sobre el gran público; pero sí sobre esta gentuza que dirige diarios y revistas. Me he permitido argentinizar algunos términos de su artículo. Dos o tres no más, para no alarmarlos con la diferencia de idioma que aquí fomentan algunos interesadamente. He puesto Carlitos en lugar de Charlot (que por otra parte es cursi entre nosotros) cine en lugar de cinema como dicen los españoles. Y nada más me parece. Ah, he suprimido la cita de Navarro Monzó. Este señor, brasilero o portugués, no es tomado en serio en Buenos Aires. Sus actividades de ortodoxo griego y ‘joven cristiano’ de la Y.M.C.A. lo han desacreditado, aunque a mi juicio es un buen crítico de pintura. Pero él pretende ser un filósofo religioso y escribe ensayos kilométricos sobre Keyserling. En fin, lo que Ud. le citaba no era nada importante.
L.V.L. sale con numerosas erratas. He cambiado de imprenta. De La Vanguardia me fui a La Argentina (los dos extremos) pero en todas partes se cuecen habas. Declaro ahora unas vacaciones forzosas. No puedo, en efecto, sostener por más tiempo el periódico. Trataré en estos meses de arreglar su economía o de lo contrario fundirlo. Y Amauta? Se sostiene? Dígame si Ud. piensa continuar dirigiéndola desde Buenos Aires o dejar la dirección a cargo de algún compañero de Lima. Aquí no espere contar con los socialistas. Son capaces de gastarse $ 100.000 en propaganda electoral; pero no 100 en una colaboración. Algo de eso decía yo en la nota preliminar de L.V.L. Pero he debido cortarla para ganar unas 25 líneas que daban vuelta.
He tenido noticias de Waldo desde Lima. Pero nada sé de él desde su salida del Perú. Los diarios argentinos publican muchas noticias europeas sin importancia; pero muy pocas americanas de importancia. Y ahora una consideración final: creo que el asunto de su movilidad podrá arreglarse en Buenos Aires y que hasta tendrá los más grandes médicos gratuitamente. Claro que el aparato ortopédico habrá que pagarlo y es caro. Sin embargo se conseguirá. La educación de los chicos (¿cuántos tiene?) es importante. Mejor será traerlos a todos aquí. Pero vea usted si tiene posibilidades de hacerlo. Espero poder enviarle a fines de marzo o a principios de abril el dinero para los pasajes. La Vida Literaria proyecta un festival en su homenaje para recaudar fondos e invitarlo en debida forma a hacer el viaje a Buenos Aires. Dígame si Ud. es hombre de dar conferencias porque quizá pueda conseguirle un par de conferencias pagadas en Amigos del Arte. Eso le ayudaría en los primeros tiempos bastante. Espero sus noticias.
Samuel Glusberg

Glusberg, Samuel

Carta a Waldo Frank, 23/12/1929

Lima, 23 de diciembre de 1929
Querido y admirado compañero:
Sólo unas breves líneas acompañando una carta recibida para Ud. de Buenos Aires.
Pienso que hoy estará Ud. ya en New York al lado de los suyos.
Y quiero que con el recuerdo de todos los que aquí lo estimamos y amamos, reciba Ud. cuanto antes mi abrazo y mis votos por el año nuevo y por la tarea que empieza.
Su amigo. su hermano
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 18/12/1929

Lima, 18 de diciembre de 1929
Estimado amigo y compañero:
No he dado inmediata respuesta a su carta del 19 de noviembre, porque en parte se la habían adelantado dos cartas mías, que deben haberse cruzado con la suya, y de la segunda de las cuales le acompaño copia, prevenido siempre contra las veleidades del correo peruano.
Hemos tenido con nosotros a Waldo Frank todo el tiempo que Ud. ha sabido por las noticias cablegráficas. No sé si las noticias cablegráficas sobre su estancia en Lima habrán abundado. Le envío algunos periódicos, entre otros un número de Variedades con un artículo mío. No es necesario que le remita otros periódicos. Toda la prensa de Lima ha señalado con gran atención la presencia de Waldo Frank en nuestra ciudad.
Ya Ud. me había dicho que en Waldo Frank, el hombre no se hace amar menos que el escritor. Todos los que lo hemos tratado de cerca, hemos confirmado plenamente esto. Frank no ha encontrado en Lima un auditorio numeroso, en parte porque la gente no está habituada a pagar a los conferencistas, en parte porque los temas de Frank no interesan sino a una élite; pero ha encontrado en cambio a gentes que lo han rodeado con cariño y comprensión. Y entre sus amigos han estado, seguramente, los mejores espíritus del Perú.
Ofreció tres conferencias en el Teatro Municipal, organizadas por el comité de invitantes, y una pagada por la colectividad hebrea, cohíbida aún por la reciente agresión policial. La Universidad le recibió en la sala de Letras la víspera de su partida. La Facultad de Letras, a propuesta de Sánchez, Iberico, Ureta y Porras Barrenechea lo hizo doctor honoris causa; pero no hubo tiempo para que, aprobado este acuerdo por el Consejo de Decanos, conforme al protocolo universitario, se le otorgasen las insignias respectivas en actuación especial. Reunimos a los escritores y artistas en un banquete general. La Nueva Revista Peruana y Amauta aunque participantes en esta fiesta, quisieron agasajarlo aparte. Hemos prescindido de discursos. Y hemos hecho lo posible porque la cortesía y los cumplimientos no impidiesen a Frank sentirse en Lima como en su casa.
Conversando con Frank, que ha sido muy gentil y deferente conmigo en todo instante, me he afirmado en mi intención de marchar a Buenos Aires. La invitación de un amigo y compañero como Ud. coincide con las circunstancias que le describe mi penúltima carta. El contacto con un país sano y fuerte me hará mucho bien, espiritual y físicamente. En Buenos Aires, terminará esta convalescencia que la debilidad de Lima ha retardado.
Deseo hacer el viaje con mi mujer y mis niños. A los dos mayores, —de ocho y seis años-, podría tal vez dejarlos; pero los colegios de Lima, donde podría dejarlos como internos, no me satisfacen y el mimo de la familia, si continuasen en el colegio que ahora frecuentan y donde no hay internado, perjudicaría su educación. Respecto a todo, espero su fraterno e inteligente consejo. —Frank piensa que en Buenos Aires se puede resolver tan bien como en Europa el problema de mi movilidad por la adaptación de una pierna ortopédica. Creo que ahí la cirugía y la ortopedia están perfectamente desarrolladas. Eso lo dejaría para después de mi primera etapa de trabajo. Pero es muy importante para mi porvenir.
Para que el correo de hoy no me gane, pongo aquí punto final a estas líneas. Le seguiré escribiendo en breve.— No hemos recibido sino un ejemplar del número 15 de L.V.L. Si le es posible, reitere el envío. Han venido, en cambio, completos los ejemplares del N° 16.
Cordialmente lo abraza su amigo y compañero devotísimo
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

Waldo Frank en Lima

Contra mi hábito, quiero comenzar este artículo con una nota de intención autobiográfica. Hace más de cuatro años que escribí mi primera presurosa impresión sobre Waldo Frank. No había leído hasta entonces sino dos de sus libros, “Nuestra América” y “Rahab” y algunos artículos. Este eco sudamericano de su obra, no habría sido advertido por Frank sin la mediación acuciosa de un escritor desaparecido: Adalberto Varallanos. Frank recibió en New York con unas líneas de Varallanos el número del “Boletín Bibliográfico de la Universidad” en que se publicó mi artículo y me dirigió cordiales palabras de reconocimiento. Empezó así nuestra relación. De entonces a hoy, los títulos de Frank a mi admiración se han agrandado. He leído con interés excepcional cuanto de él ha llegado a mis manos. Pero lo que más ha aproximado a él es cierta semejanza de trayectoria y de experiencia. La razón íntima, personal, de mi simpatía por Waldo Frank reside en que, en parte, hemos hechos el mismo camino. En este artículo que es, en parte, mi bienvenida, no hablaré de nuestras discrepancias. Su tema más espontáneo y sincero es esta afinidad. Diré de qué modo Waldo Frank es para mí un hermano mayor.
Como él, yo no me sentí americano sino en Europa. Por los caminos de Europa, encontré el país de América que yo había dejado y en el que había vivido casi extraño y ausente. Europa me reveló hasta qué punto pertenecía yo a un mundo primitivo y caótico; y al mismo tiempo me impuso, me esclareció el deber de una tarea americana. Pero de esto, algún tiempo después de mi regreso yo tenía una consciencia clara, una noción nítida. Sabía que Europa me había restituido, cuando parecía haberme conquistado enteramente, al Perú y América; mas no me había detenido a analizar el proceso de esta reintegración. Fue al leer en agosto de 1926 en “Europe” las bellas páginas en que Waldo Frank explicaba la función de su experiencia europea en su descubrimiento del Nuevo Mundo que medité en mi propio caso.
La adolescencia de Waldo Frank transcurrió en New York en una encantada nostalgia de Europa. La madre del futuro escritor amaba la música. Beethoven, Wagner, Schubert, Wolf, etc eran los genios familiares de sus veladas. De esta versión musical del mundo que presentía y amaba, nace tal vez en Frank el gusto de concebir y sentir su obra como una sinfonía. La biblioteca paterna era otra escala de esta evasión. Frank adolescente interrogaba a los filósofos de Alemania y Atenas con más curiosidad que a los poetas de Inglaterra. Cuando, muy joven aún, niño todavía, visitó Europa, todos sus paisajes le eran familiares. La oposición de un hermano mayor frustró su esperanza de estudiar en Heidelberg y lo condenó a los cursos y al clima de Yale. Más tarde, emancipado por el periodismo, Frank encontró, finalmente, en París todo lo que Europa podía ofrecerle. No solo se sintió satisfecho sino colmado. París, “ciudad enorme, llena de gentes dichosas, de árboles y de jardines; ciudad indulgente a todos los humores, a todas las libertades”. Para el periodista norte-americano que cambiaba sus dólares en francos, la vida en París era plácida y confortable. Para el joven artista de cultura cosmopolita, París era la metrópolis refinada donde hallaban satisfacción todas sus aficiones artísticas.
Pero la savia de América estaba intacta en Waldo Frank. A su fuerza creadora, a su equilibrio sentimental, no bastaba el goce fácil de Europa. “Yo era feliz-escribía Frank en esa confesión, en la que estaban ya los motivos de su primera conferencia de Lima-, no era necesario. Me nutría de lo que otros, en el curso de los siglos, habían creado. Vivía en parásito; este es al menos el efecto que yo me hacía”. En esta frase profunda, exacta, terriblemente cierta: “yo no era necesario”, Frank expresa el sentimiento íntimo del emigrado al que Europa no puede retener. El hombre ha menester, para el empleo gozoso de su energía, para alcanzar su plenitud, de sentirse necesario. El americano al que no sean suficientes espiritualmente el refinamiento y la cultura de Europa, se reconocerá, en París, Berlín, Roma, extraño, diverso, inacabado. Cuanto más intensamente posea a Europa, cuanto más sutilmente la asimile, más imperiosamente sentirá su deber, su destino, su vocación de cumplir en el caos, en la germinación del Nuevo Mundo, la faena que los europeos de la Antigüedad, del Medioevo, del Renacimiento, de la Modernidad nos invitan y nos enseñan a realizar. Europa misma rechaza al creador extranjero al disciplinarlo y aleccionarlo para su trabajo. Hoy, decadente y fatigada, es todavía asaz rigurosa para exigir de cada extraño su propia tarea. La hastían las rapsodias de su pensamiento y de su arte. Quiere de nosotros, ante todo, la expresión de nosotros mismos.
De regreso a los veintitres años a New York, Waldo Frank inició, bajo el influjo fecundo de estas experiencias, su verdadera obra. “De todo corazón -dice. Me entregué a la tarea de hacerme un sitio en un mundo que parecía marchar muy bien sin mi”. Cuando, años después, tornó a Europa, ya América había nacido en él. Era ya bastante fuerte para las audaces jornadas de su viaje de España. Europa saludaba en él al autor de “Nuestra América”, al poeta de “Salvos”, al novelista de “Rahab”, “City Block”, etc. Estaba enamorado de una empresa difícil, pensando en la cual exclamaba con magnífico entusiasmo: “¡Podemos fracasar, pero tal vez acertaremos!”. Al embarcarse para New York, Europa quedaba esta vez detrás de él”.
No es posible entender todo el valor de esta experiencia, sino al que, parcial o totalmente, la ha hecho. Europa para el americano, -como para el asiático- no es solo un peligro de desnacionalización y de desarraigamiento; es también la mejor posibilidad de recuperación y descubrimiento del propio mundo y del propio destino. El emigrado no es siempre un posible “deraciné”. Por mucho tiempo, el descubrimiento del Nuevo Mundo es un viaje para el cual habrá que partir de un puerto del Viejo continente. Waldo Frank tiene el impulso, la vitalidad del norte-americano; pero en Europa ha hecho, como lo digo de mi mismo en el prefacio de mi libro sobre el Perú, su mejor aprendizaje. Su sensibilidad, su cultura, no serían tan refinadamente modernas si no fuesen europeas. ¿Acaso Walt Withman y Edgard Poe no era más comprendidos en París que en New York, cuando Frank se preguntaba, en su juventud, quienes eran los “representative men” de Estados Unidos? El unanimismo francés frecuentaba amorosamente la escuela de Walt Withman, en una época en que Norte-América tenía aún que ganar, que conquistar a su gran poeta.
En la formación de Frank, mi experiencia me ayuda a apreciar un elemento: su estación de periodista. El periodismo puede ser un saludable entrenamiento para el pensador y el artista. Ya ha dicho alguien que más de uno de esos novelistas o poetas, que miran al escritor de periódicos con la misma fatuidad con que el teatro miraba antes al cine, negándole calidad artística, fracasarían lamentablemente en un reportaje. Para un artista que sepa emanciparse de él a tiempo, el periodismo es un estadio y un laboratorio, en el que desarrollará facultades críticas que, de otra suerte, permanecerían tal vez embotadas. El periodismo es una prueba de velocidad. Terminaré esta impresión desordenada y subjetiva, con una interrogación de periodista: ¿Del mismo modo que solo un judío, Disraelí llegó a sentir en toda su magnificencia, con lujo y fantasía de oriental, el rol imperial de Inglaterra, en la época victoriana, no estará reservada a un judío, antes que a un puritano, la ambiciosa empresa de formular la esperanza y el ideal de América, en esta edad cosmopolita?
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Samuel Glusberg, 19/11/1929

Buenos Aires, 19 de noviembre de 1929
Mi querido Mariátegui:
Hace dos días que nuestro amigo Waldo Frank está en Chile. De allí piensa ir a Bolivia por el camino de Antofagasta, de Bolivia al Cuzco y del Cuzco a Lima. Supone que estará con Ud. en los primeros días de diciembre. El hombre se ha ido muy cansado después de 21 conferencias en cinco semanas. Tenía el propósito de no dar conferencias en Santiago. Pero se me ocurre que no podrá evitarlas del todo. En Bolivia se ha comprometido a dar una. Es cuestión de que Ud. lo ayude en Lima para que no lo comprometan a más de tres. Le recomiendo muy especialmente las siguientes: Relaciones interamericanas, Profetas del arte norteamericano y “El ideal americano”. El ciclo a que pertenece esta última conferencia es formidable. Pero no creo que lo pueda desarrollar íntegro como en Buenos Aires. Una cosa importante, amigo Mariátegui, es evitarle la efusión de los amigos. Creo que fuera de Ud. muy pocos pueden interesarle realmente. Y a esos pocos es cuestión de reunirlos en una sola comida y no en varias como ha sucedido en Buenos Aires, a causa de la mezquindad de los ‘izquierdistas profesionales’. Confío mucho en Ud. y estoy seguro de que sabrá ahorrarle muchas molestias. Téngame al tanto de todo lo que suceda en Lima. Envíeme recortes de los diarios y revistas y principalmente lo que Ud. escriba. Waldo le hablará de mis propósitos de patrocinar por intermedio de L.V.L. su visita a la Argentina. Dígame cuánto dinero necesita para salir de Lima y lanzaré la iniciativa. Creo que no me será difícil conseguirlo. En cuanto a nuestro amigo Garro le mando copia de una carta que le envío por consejo de Frank. Es un poco dura. Pero no se imagina cuánta es la irresponsabilidad de Garro en este asunto de la traducción de Nuestra América. Escríbame cuando pueda y abrácelo a Frank en mi nombre. Me hubiera gustado mucho acompañarlo hasta Lima. Es preciso que Ud. venga a Buenos Aires para que sepa quiénes son sus verdaderos compañeros, quiénes pueden ayudarlo y quiénes explotarlo. Ya le escribiré más detenidamente. Mientras lo abrazo.
Samuel Glusberg

Glusberg, Samuel

Carta a Waldo Frank, 7/11/1929

Lima, 7 de noviembre de 1929
Señor Waldo Frank.
Buenos Aires
Muy admirado amigo:
Desde que conocimos los primeros fragmentos de su obra, los intelectuales y artistas del Perú la seguimos con toda estimación y simpatía. Sabíamos que de la América del Norte, cuya más sugestiva interpretación nos ofreció un libro de Ud., su indagación de redescubridor lo llevaría a la América Latina. España Virgen era, después de Nuestra América, la jornada inicial de este viaje.
Su presencia en Buenos Aires, donde queremos que reciba Ud. nuestro fraternal saludo, es una promesa para todos los pueblos sudamericanos. Ambicionamos para el Perú el honor de que sea una de las próximas estaciones de su itinerario. No ignoramos su interés en conocer la tierra y la cultura peruanas. Y si nuestra invitación puede servir para que anticipe Ud. su visita a nuestro país, no debemos demorarla.
Sin compromiso de institución ni de tendencia, suscriben esta invitación catedráticos, escritores, poetas, pintores, y escultores que lo admiran y lo quieren.
Venga Ud. al Perú a decirnos de viva voz su mensaje. En Lima, en el Cuzco, en Arequipa, en todas las ciudades del Perú que Ud. visite, será acogido con amistad y devoción.
Confirmamos el cablegrama que a nombre nuestro le envían en la fecha veinte de nosotros, designados para suscribirlo.
Esperando su respuesta, lo saludamos cordialmente, congratulándolo por la magnífica acogida de Buenos Aires.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Samuel Glusberg, 1/11/1929

Buenos Aires, 1 de noviembre de 1929
Querido José Carlos Mariátegui:
Hace más de dos semanas le escribí en nombre de Waldo Frank. Me extraña mucho que se haya perdido mi carta o mejor dicho es bastante explicable después de las noticias que Ud. me da en la suya del 21 de octubre. En aquella carta le decía que Frank no podía escribirle a causa de su enorme trabajo y que yo lo hacía en su nombre para retribuirle su saludo y agradecerle todo el interés que se ha tomado Ud. por él.
También le decía que Frank no quería ir al Perú a la sombra de un equívoco. Quería que se supiera que Ud. era su mejor amigo de Lima. Es posible que por todo ello la carta fuera detenida.
Ya sabrá Ud. por los diarios el inmenso éxito que nuestro gran amigo ha obtenido en la Argentina. Le mando La Nación del 22 con la conferencia última en Amigos del Arte. Se han deslizado varias erratas y no se han tomado en cuenta algunas correcciones. Pero en general está bien. No la reproduzca porque es posible que Frank la aproveche en Lima.
Creo que de todos modos irá a Lima a fines de este mes. Le mandé con su firma dos líneas a Sánchez y dos a Valcárcel al mismo tiempo que le escribí a Ud.: el 14 de octubre si mal no recuerdo. Es posible que las cartas les hayan llegado a todos después del 23.
Quedo pues a la espera de sus noticias. Frank me encargó que le mandara a Ud. un telegrama de salutación. Dígale que lo ha recibido. Pero no se lo mandé a fin de no entorpecer las gestiones que Ud. me anunciaba de parte de los elementos burgueses de Lima. Creo que Ud. me disculpará. Esto es importante y casi se me olvida. Pero estoy abrumado de trabajo.
El lunes estará Frank nuevamente en B. A. de regreso de una gira por las provincias. El lunes mismo tiene una conferencia en inglés y después una todos los días de la semana hasta el miércoles.
Con suerte se irá de aquí con unos pesos como para darse el lujo de no dar conferencias en Chile y Perú. Pero no se imagina cuánto ha trabajado.
Y ahora a otra cosa: Lamento mucho la suspensión de Labor. Qué lástima. Pero con tal que le dejen publicar Amauta, puede Ud. desglosar un último pliego con material para los obreros.
Me alegro de que su salud vaya bien. He hablado con Frank para que lo decida a Ud. a venirse a Buenos Aires. Creo que Ud. puede ganar aquí algún dinero como para independizarse por unos meses. Claro que tendrá que hablar para instituciones más o menos burguesas; pero sin ellas no se puede hacer nada en Buenos Aires. Las Ligas antimperialistas, latinoamericanas, etc., no sirven para nada sino para que sus presidentes se luzcan en los diarios de cuando en cuando. En el caso de Frank han estado ausentes y torpes. Algún día le explicaré. Cuente conmigo y créame que no soy capaz de embarcarlo en nada que no sea digno de un hombre libre. Pero tampoco tengo prejuicios de sectario.
En el último número de L.V.L. se publica una página suya que ha despertado mucho interés. Se le va conociendo. Mándeme 5 ejemplares de su libro por los que le voy mandando Babel. A Garro prefiero no escribirle. Es un asunto muy desagradable del que no me quiero acordar.
No recibo la Nueva Revista Peruana y hace tiempo que no me llega El Mercurio. Espero el número 26 de Amauta.
Escríbame y reciba un gran abrazo de su amigo y compañero que espera verlo pronto en Buenos Aires.
Samuel Glusberg

Glusberg, Samuel

Carta de Waldo Frank, 11/1929

Santa Barbara [noviembre de 1929]
Querido hermano:
saldré de este vapor que le traerá mi carta, á Antofagasta. Pasaré dos ó tres días á La Paz (donde los estudiantes me han pedido a venir— y empujado á su Gobierno á invitarme). Pues, de la manera más ligera, vendré á Lima. Conversar con Ud.... le conocer, si Ud. lo permite, íntimamente... es, tal vez, la acción mas importante de mi viaje á Sud América. Tendré posiblemente á sacrificar, para este, mi visita á Cuzco. He aprendido que una visita á Cuzco de La Paz (á causa del horario de trenes) me haría perder casi dos semanas. Estoy siempre esperando que una visita será posible, directamente de Lima. Si no, no importa. Días tranquilos á Lima —conferencias si Ud. las exige— son más urgentes.
A propósito de las conferencias: cuando estuve en B.A. el Encargado de Negocios del Perú vino para invitarme á dar conferencias, y saber mis condiciones. Yo dije que vendría con gusto, pero que se debía saber que vendría para hablar como estaba hablando en la Argentina y que además mi mejor amigo del Perú —mi gran y único amigo allí era Ud. Eso fué sin duda la razón del “fracaso” de la invitación. Y me alegro. Si debo dar conferencias en Lima, quiero que Ud. haga las condiciones. No puedo discutir con Ud. Voy sencillamente decirle mi situación y Ud. hará lo que quiere. No soy hombre rico. Al contrario —soy hombre que gana con gran dificultad con lo necesario para vivir convenablemente con mi familia. No he venido á S.A. para ganar dinero— pero he tenido necesidad de ganar lo equivalente de lo que ganaría en los EE.UU. Quiero, pués, que mis conferencias sean pagadas lo mejor posible. Pero no aceptaré nada ni de Ud. ni de Amauta. Que personas ricas —ó instituciones— me paguen! Prefiero, además, dar pocas conferencias bien pagadas que muchas —con menor precio. Porque? Porque es importante que tenga tiempo —ocio— para ver Lima— para estar tranquilo con Ud. y sus amigos y las conferencias me cansan énormémente. Lo bueno sería pues, pocas conferencias con lo más dinero posible —y muchas muchas horas libres con Ud. quien es el hombre que amo lo más de toda S.A.
Si es posible, haga que pueda sin embargo visitar Cuzco!
Tendré que estar en Lima los primeros días de diciembre. He recibido permisión de volar (cómo un pedazo de correo) hasta Miami, Florida. Deberé tomar el avión del 11— o del 18... según mis trabajos en Lima. Mi mujer me necesita. Preferiría tomar el del 11— pero quedaré hasta el 18 si el objeto de mi visita lo necesita.
Mi visita á la Argentina fué una gran triumpho— apesar de la dificultad que hizo mi descubrimiento (all llegar) que fuí invitado por hombres conservadores. No necesito decirle que he dicho toda la verdad, aunque todo género de influencia sútilmente obraba para impedirme.
Hasta luego —mi hermano de corazón, de espíritu, de inteligencia. Y saludos á sus amigos
Waldo
P.S. Recibí una carta de amigos de Arequipa —y la he perdido— y no sé los nombres que la firmaron.
Quiere Ud. telegrafiarles/escribirles que si es posible, daré una conferencia a A.— que debe ser pagada (Es mi regla). Pueden esperarme á Arequipa el 1 de diciembre. Pero no sé si permaneceré. Tal vez me enviará Ud. una carta otra.

Frank, Waldo

Carta a Luis Alberto Sánchez, 20/10/1929

Lima, 20 de octubre de 1929
Querido Luis Alberto:
El plan de Ud. para obtener la venida de Frank me parece bien y yo haré todo lo posible por contribuir a su actuación. Respecto al aporte de la colonia judía, hablaré con Adler. El único inconveniente que puede presentarse es el de que, según entiendo, los judíos, como colectividad, no tienen en Lima una caja ni un organismo que atienda, sin demora, al desembolso. Habría en este caso, el más probable, que recurrir a las cuotas, reembolsables con el producto de las conferencias, que cubriría seguramente todos los gastos, y para las que sí podría contarse con la activa cooperación de los judíos —por mayor suma ciertamente. Redacte y haga circular el documento respectivo, para no perder tiempo. En la invitación podemos incluir a una o dos personas a quienes se exima de la cuota —Eguren, por ejemplo—; pero todos los demás firmantes deben concurrir a la reunión de los fondos. La cuota de Lp. 1 a 5 permitirá que todos cooperen a la constitución del fondo colectivo, según sus posibilidades.
Le envío el libro de Eguren.
Espero tener el placer de verle en cuanto se restablezca.
Suyo afmo.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Emilio R. Delgado, 17/10/1929

San Juan, Puerto Rico, 17 de octubre de 1929
C. José Carlos Mariátegui:
Acabo de recibir la colección de Amauta que usted tan generosamente me envía. No hallo palabras para agradecerle ese gran favor que yo espero responder algún día.
Salgo en estos momentos para Cuba y de allí caeré en Buenos Aires. Posiblemente lo abrace en el Perú.
No me remita Amauta hasta nuevo aviso.
La compañera Magda ha hecho en Puerto Rico y Sto. Domingo una campaña formidable que dejó huellas profundas. Una prueba es que yo salgo casi echado de mi país por ‘subversivo’.
Mi admiración y adhesión a usted en la magna obra continental latinoamericana.
Emilio R. Delgado

Delgado, Emilio R.

Carta de Fernando Luis [Castro Agusti], 28/9/1929

[Cajamarca], 28 de setiembre de 1929
Mi querido José Carlos:
Recibí su carta y documentos en el último correo. Esperaba ansioso saber de su salud y de la labor que realicen actualmente. Acá no he descuidado en lo menor lo que me correspondía hacer. Acaba de reorganizarse mediante una campaña iniciada en el diario El Perú, la Sociedad de Empleados de Comercio, espero antes de regresar ver también organizadas las organizaciones obreras. La labor es demasiado dura, pues se tropieza con un sin número de dificultades. Con todo, creo que algo se ha hecho en el poco tiempo que estoy en ésta.
La colecta para Ravines creo que no dé buen resultado, pues es poco conocido. Sin embargo espero en los primeros días del mes entrante enviarle un giro con mi contribución y la de los pocos amigos de acá. Lo mismo para Paiva a quien recuerdo con mucho cariño y siento lo sucedido.
Mi estadía en ésta creo será hasta el diez del entrante. Estaré en Trujillo los días necesarios para conseguir movilidad y trasladarme a ésa. Si hay algo urgente comuníquemelo inmediatamente.
Amauta y Labor en ésta, no pueden difundirse por la falta de material de propaganda, sería bueno envíen carteles de los que allí se utilizan. Estamos laborando porque alcance la difusión que debe tener.
Mis mejores deseos por que se encuentren bien de salud, lo mismo que su familia. Lo abraza su compañero
Fernando Luis.

Castro Agusti, Fernando Luis

Carta de José Carlos Mariátegui a Manuel Adler

Lima, 13 de julio de 1929

Sr. Miguel Adler
E.P.M

Estimado amigo y compañero:
Confirmo a Ud. por la presente el encargo de ha recibido de "Amauta" de llevar su representación a las ciudades del Sur de la República, y de Bolivia, Chile, Argentina, y el Uruguay que visitará Ud. en el curso de próximo viaje.
Quedan a su iniciativa y criterio las gestiones que en pro de la difusión de "Amauta" y sus ediciones, del mejor funcionamiento de sus agencias actuales y del establecimiento de otras nuevas, convenga realizar. Del mismo modo, damos a Ud. amplio mandato para cuando concierne a la representación de "Amauta" y sus ediciones en la Exposición del Libro y el Periódico Peruanos que se propone Ud. efectuar en Santiago, Buenos Aires y Montevideo.
Me es grato reiterar a Ud. en esta oportunidad, al expresarle mis votos por el mejor éxito de su viaje, los sentimientos de mi amistad y mi estima y repetirme su devotísimo amigo y compañero.

Firma de José Carlos Mariátegui

Mariátegui Chiappe, José Carlos

Carta de E. Rodríguez Escobedo, 7/6/1929

Arequipa, 7 de junio de 1929
Sr. José Carlos Mariátegui,
Lima.
He recibido su Libro 7 Ensayos— cariñosamente dedicado, lo que me ha llenado de júbilo. Algo o parte del contenido conocía yo antes de la publicación y luego a la llegada de los primeros ejemplares a esta ciudad; pero este volumen tiene especial significación para mí. Soy un ferviente admirador de su obra, inútil sería que quisiera extenderme en comentarios al respecto. Mil gracias.
Su dinamismo fortifica enormemente todos los sectores de esta región, me refiero solamente a la parte de la juvenilidad inquieta; Ud. debe darse cuenta meditada de su significación histórica y no cejar un punto su admirable fecundidad. Muy bueno sería que se hiciera un viaje por toda esta región sureña, le resultaría provechosísimo y cuánto significaría a nuestro esfuerzo. Es casi imprescindible esto.
Por aquí se trabaja por la común causa en la medida de las posibilidades. Allá tienen Uds. más libertad y medios. Esto no es el Perú que se conoce.
Repito mis agradecimientos y me reitero fraternalmente
Rodríguez E.

Rodríguez Escobedo, E.

Carta de Waldo Frank, 28/5/1929

Mi gran y querido amigo,
acabo de recibir su carta del 30 de abril. Me allegro que ha podido Ud. hacer una cura, espero que su salud va acrecentarse. No sé, como decirle mi gran admiración para su obra y para el carácter alto y puro que entreveo en ella. No hay nada en mi viaje por Hispano-América que me da una allegría tan honda que lo que voy á conocerle. Soy seguro que Ud. se pregunta, de vez en cuando, que es mi actitud enfrente del problema marxista y comunista. Es lo que debo explicarle, cuando estemos juntos. Ud. deberá saber por qué no pertenezco á ninguno grupo político ni litterario, aquí: por qué me encuentro muchas veces opuesto á lo que están haciendo los “revolucionarios” de los EE.UU.; y por qué mi último libro ha acentuado lo personal, y ha mostrado ninguna confianza en el movimiento actual revolucionario en mi país. Es, en una palabra, ¡que ese movimiento no existe! Lo que hoy es feo, estúpido, impotente y impregnado de los mismos valores que los capitalistas: (con mucha menos inteligencia que ellos). Ud. comprenderá todo eso, cuando hemos charlado.
Me apresuro, mientras, a decirle que mi simpatía para Ud. y Amauta no se limita á lo artístico. Y, si doy conferencias en Lima, veré que una parte de lo que gano se vuelva á Amauta —puesto que su revista necesita dinero. Es —de todas las revistas americanas que conozco— la que me interesa lo mas.
En fines de junio, estaré en México. En setiembre, estaré en Buenos Aires.
con la mas completa devoción
soy suyo
Waldo Frank
Gracias de los libros. Voy a preparar una colección. Pero insisto que Ud. escriba una introduccion. Será pagado, naturalmente. Hablaremos de eso.
173, Riverside Drive
N.Y.

Frank, Waldo

Carta de Waldo Frank, 21/4/1929

New York, hoy 21 abril [de 1929]
Mi querido hermano,
Mi visita a Suramérica está reglada. Estaré en Argentina, hasta el 15 de noviembre. Traversaré los Andes —tal vez por Chile, La Paz, Cuzco: y deberé encontrarme en Perú a los principios de diciembre. No necesito decirle cómo me alegra esta ocasión de conocerle personalmente y de poder conocer un poco su país.
Si se puede arreglar en Lima una conferencia o más, pagándome los gastos de mis exploraciones en Perú, seré contento.
Ya puedo figurarme las horas que charlaremos y discutiremos juntos, ¡Ud. y yo! ¡Como tenemos mucho que decidir! Principalmente, como tengo yo mucho a aprender de Ud!
suyo, enteramente.
Waldo Frank
¿ha recibido Ud. mi último libro?

Frank, Waldo

Carta a Joaquín Edwards Bello, 27/12/1929

Lima, 27 de diciembre de 1929
Estimado amigo y compañero:
No he tenido más noticia de Ud. después del envío de la penúltima edición de El Roto que unas líneas de afectuoso recuerdo al margen de un recorte de la "La Nación". Hace pocas semanas, remitiéndole "Poesías" de Eguren y los últimos números de "Amauta" reclamaba sus noticias. Pero después he sabido por Concha Romero de Jame que los envíos a "La Nación corren el riesgo de todas las redacciones y que no había llegado jamás a sus manos, por ejemplo, el ejemplar de "7 ensayos de interpretación de la realidad peruana" que le dediqué.
Repito hoy el envío de mis "7 ensayos" y le ruego que, al acusarme recibo de estas líneas y el volumen, me haga saber si ha recibido también el libro de Eguren.
Esta carta tiene las más gentil portadora: Blanca del Prado, joven y admirable poetisa del grupo de "Amauta". Blanca del Prado no tiene aún relaciones intelectuales fuera del Perú. Se ha hecho conocer y estimar aquí mismo hace muy poco. Pero tiene dotes para imponerse. La mueve en su viaje el más simpático espíritu de aventura y de liberación. No se concibe el crecimiento, la formación libre de un artista dentro de un viajo y rígido hogar católico limeño o arequipeño. Blanca necesita romper algunas trabas para afirmar su personalidad.
La recomiendo vivamente a su amistad. Tiene todo el afecto de "Amauta". donde a Ud. se le recuerda siempre con gran aprecio.
Tengo el proyecto de establecerme en Buenos Aires por algún tiempo. He recibido la invitación de "La Vida Literaria" en días que estaba en Lima Waldo Frank quien me ha animado mucho a este viaje. En Buenos Aires puedo resolver el problema de movilidad: la ortopedia está ahí, según me dicen todos, muy perfeccionada. Y necesito, además, respirar finalmente la atmósfera de un país libre. En el Perú sostengo desde hace cinco años una lucha muy difícil. Hace algunas semanas he estado preso en mi casa con todo los míos. La policía ocupó mi casa y se apoderó de todos los papeles, hasta de los recortes de los artículos publicados. A los tres días me dejaron en libertad.
Y días después me restituyeron mis papeles, con protestas de consideración. Pero la verdad que carezco de garantías. Y que estoy cansado ya de mi inmovilidad. No creo que a nuestra edad se puedan pasa más de cinco años sedentarios.
Aunque es grande mi interés de visitar el sur del Perú, haré el viaje a Buenos Aires por Chile. Quiero pasar por Valparaiso y Santiago y estrechar la mano de algunos amigos, entre los que Ud. es el primero.
Escríbame bajo sobre dirigido a Guillermina M. de Cavero, Sagástegui 663 altos, Lima.
Y reciba el mejor abrazo de su devotísimo amigo y compañero.
José Carlos Mariátegui
A Joaquín Edwards Bello
Santiago.

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal de Armando Bazán,8/9/1928

París, 8 de setiembre de 1928
Señor
J. Carlos Mariátegui
Lima-
Pérou
Ap. 2107
Querido José Carlos:
Estoy de nuevo en París después de haber pasado algunos días en compañía de Vallejo. Del sitio donde estuve le escribí una carta y creo que él hizo lo mismo.
Acabo de ver Amauta. En ella viene todo el Perú que amamos tanto. Entonces uno piensa en lo que la palabra ‘patria’ quiere decir. Recibo su espíritu, mi más grande y caro amigo. Me conforta, me alienta, y quiero vencer a todo costo. Gracias hermano irremplazable.
Recuerdos para todos. Sandrito y su hermano son unos ingratos. Les escribí muchas postales. No me las contestaron.
Carmen Saco está aún en París —Como siempre encantada de las avenidas---

Bazán, Armando

Carta a Samuel Glusberg, 4/7/1928

[Transcripción literal]
Lima, 4 de julio de 1928
Señor don Samuel Glusberg
Buenos Aires
Muy estimado compañero:
Tengo que explicarle por qué no le he escrito en tanto tiempo. He atravesado una crisis en mi salud y durante más de dos meses no he podido escribir una línea. Ahora tengo un saldo de trabajo, del cual voy ocupándome poco a poco. Por fortuna, los médicos se manifiestan muy optimistas respecto al tratamiento que sigo actualmente. Quesada, un gran cirujano de aquí, está seguro de curarme en un plazo de ocho a diez meses y deponerme en condiciones de caminar con una pierna ortopédica. Me ha contagiado su seguridad.
A causa de mi enfermedad, no he podido revisar ni ordenar los originales del libro ofrecido a Babel. Acepto titularlo de otro modo, conservando como subtítulo “Polémica revolucionaria”. Igualmente acepto las condiciones de la edición, contenidas en su carta al respecto, la última que de Ud. he recibido.
He visto el prospecto de La Vida Literaria. Anunciaré su aparición en Amauta y la comentaré en la sección respectiva. Gustoso colaboraré en sus páginas. Le mandaré pronto un artículo con algunas noticias literarias del Perú.
Le adjunto unos recortes: el de una nota sobre España Virgen de Waldo Frank y el de un artículo en que, incitando a una campaña pro-libro en este ambiente somnoliento, me referí a la exposición organizada por Ud. El de la recensión de España Virgen, le ruego remitirlo a Waldo Frank cuando le escriba, porque no tengo otro. —Me comprometo a gestionar, cuando Waldo Frank llegue a Buenos Aires, la invitación de la Universidad de Lima para que visite el Perú. En la Facultad de Letras no faltan catedráticos amigos. Con la reforma han entrado otros más próximos que se ocuparán de buen grado de esta invitación. Esto, además de que es fácil que la iniciativa encuentre entusiasta acogida de los estudiantes. —Frank tiene ya el cartel que corresponde a su España Virgen. La traducción de otras obras suyas lo acrecentará. —Entre los intelectuales, algunos lo han leído en inglés y en francés. Estoy muy contento de haber sido aquí tal vez el primero en recomendarlo a la curiosidad de la gente de letras.
No he visto a Garro últimamente. Sé que ha tenido un duelo en su familia y que ha estado algunos días fuera de Lima. Supongo que lo tendrá a Ud. directamente informado de su trabajo.
Va a Buenos Aires, con el objeto de exponer sus óleos y xilografías en el salón de los “Amigos del Arte”, nuestro gran pintor José Sabogal. En Amauta y alguna otra revista, ha visto Ud. sin duda cosas suyas. Es un artista y un hombre, en la más noble acepción de ambas palabras. Me permito recomendárselo, aunque Sabogal se recomienda solo por su obra, porque a veces en las grandes ciudades el tráfico de la calle no deja oír bien una nota de arte puro. Ud. puede hacer bastante porque Sabogal sea debidamente apreciado, presentándolo a Gerchunoff, Lugones y otros colegas de autoridad.
Sabogal me ha dejado esta dirección en Buenos Aires: Agrelo No. 3538 Además, en la Legación del Perú darán razón de él.
Hace meses le enviamos certificado con los primeros números de la segunda época de Amauta, el libro Tempestad en los Andes de Valcárcel. Remitimos Amauta como canje a “Babel”, a Cuadernos de Oriente y Occidente y a La Vida Literaria. —Puede Ud. enviarnos 20 ej. de esta última revista para su venta en la librería. Le haremos toda la propaganda necesaria.
En espera de sus gratas noticias, le estrecha la mano muy cordialmente su afmo. amigo y compañero.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Blanca Luz Brum, 27/6/1928

Buenos Aires, 27 de junio de [1928]
Queridísimo hermano Mariátegui:
Estamos intranquilos sin sus noticias, "Amauta" 14 denunciaba la ausencia suya del taller. Por favor háganos saber algo de ello. ¿Es verdad que quiere venirse? Yo creo que aquí haríamos grandes y bellas cosas, ya se lo dije antes, además el clima del Uruguay será muy bueno en el verano.
Ya me lo imagino en nuestros brazos! Aquí la libertad es el primer estímulo para su salud. Además lo rodearían soldados tan leales y valiosos como los de ahí. Y lo necesitamos - Yo con toda mi alma le digo venga- Una vez de estar aquí el pan no ha de faltar a los niños, tampoco faltará el Sol, ni nuestra alegría. Aquí uno se defiende con facilidad . ¡Sacamos Guerrilla sin renta del Perú! - hacemos [...], pero, Ud. tiene que venir, necesitamos capitán!
Hasta muy pronto con un abrazo largo a la muy buena Anita y a los niños mío y de César un abrazo grandísimo.
Blanca Luz

Baltasar Brum, lo nomina enormemente, tendría colaboraciones pagas de "El día" "En el mundo" aparte que sacaríamos Amauta con grandes resultados.
Guillermo Horagecen desea ser agente de Amauta en Argentina y Uruguay conseguiría mucha venta de Amauta y una cantidad de suscriptores. Necesitamos noticias disponga de mí.
¿Recibió Minerva una paquete de 50 guerillas?
Ahora va otro paquete.

Blanca Luz Brum

Carta a Carmen Saco, 8/6/1928

[Transcripción Literal]
Lima, 8 de junio de 1928
Camarada Carmen Saco:
Como colaboradora y miembro del Directorio Administrativo de Amauta, lleva Ud. la representación de nuestra Revista a todos los países que visite.
Le confiamos especial encargo de saludar a nuestro nombre a los grupos de vanguardia con los que trabe relación, de establecer canje de Amauta con las revistas de ideas y arte que nos interesan y de enviarnos impresiones y dibujos de sus viajes.
Con el afecto y la simpatía de todos los que trabajamos en Amauta, le estrecha la mano cordialmente su
afmo. amigo y camarada
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Waldo Frank, 30/1/1928

Yorktown Heights, New York, 30 de enero de 1928
Señor Don José Carlos Mariátegui,
Lima, Perú.
My dear Brother,
I learn vía Buenos Aires of your illness, of your political difficulties and of those of Amauta: and I hasten, at this late date, to send you my profound good wishes. There is a vast silence between New York and Lima, and yet at times I seem to see you and to hear you across that abyss, crearly and warmly. I wish that you could know what help in my own struggles your own career has given me: I want you to realize that in a very true sense we are close despite the silence between us.
Glusberg writes me that he is cooperating through you and Señor Garro for the translation of Our América & Holiday: I am eager to hear details about this work. If it is being carried on under your personal supervision I have confidence in the result; and although I can realize that you have little time I hope that you are managing to keep an eye on the progress of the undertaking. As you may have read, there seems to be a strong desire in Buenos Aires to have me come down there to deliver some lectures— : and since this will be a means of representing to South America the North America which has no voice in Pan-American conference and the like, I am strongly tempted to go despite the sacrifice of time which such a journey would entail. It is possible that I may decide to make the trip, this coming Autumn. In that case, I should like to know if I might not cross over to Peru. I should hate to be so near (comparatively) to your America, without getting to know it, and getting to know you, also. If I do go to B.A. in the autumn, will you let me know (as soon as you possibly can) how much of a journey in days and in expense it would mean to cross the Andes, and if there would be some means, in Peru, of earning enough money at least to defray the cost of such a voyage? If you can possibly let me have word, before the end of March I shall be grateful.
I have recently received books of poetry from fellow Peruvians of yours: I have had no time yet to read them, and hence have not written to the poets. Will you tell them (if they are your friends) that my silence means merely that I am frightfully rushed, and that I shall get to them, before very long?
I am sending you the New Republic, in which my new book (the continuation of Our America) called The Rediscovery of America is appearing. Do you receive it?
I am eager to hear from you, my friend: to hear above all that you are again in good health, and working; and, if possible, to learn what the exact difficulties are under which Amauta and you have been laboring. I suspect that these difficulties are political, and you must know from my own work that I am close to you —in your Camp, in that matter (although I have no exact political affiliations).
I send you my brotherly greetings. The thought that there is even a bare chance of seeing you in Peru excites me.
Waldo Frank

Frank, Waldo

Almuerzo de despedida para Armando Bazán

Almuerzo de despedida, ofrecido por José Carlos Mariátegui, para Armando Bazán en su viaje hacia Europa.
De izquierda a derecha: Hugo Pesce, José Carlos Mariátegui, Armando Bazán y Ricardo Flores.

Martínez de la Torre, Ricardo

Almuerzo de despedida para Armando Bazán (II)

Fotografía tomada luego del almuerzo de despedida ofrecido por José Carlos Mariátegui a Armando Bazán.
El primero de la izquierda es Ricardo Martínez de la Torre, José Carlos Mariátegui, Armando Bazán y Ricardo Flores.

Archivo José Carlos Mariátegui

Carta de Samuel Glusberg, 20/10/1928

[Buenos Aires], 20 de octubre de 1928
Sr. José Carlos Mariátegui
Mi estimado amigo:
Hace mucho que no tengo noticias de su vida. ¿Qué hay de cierto de su viaje a Bs. As.? Mándeme algunas paginitas para L.V.L. Pienso dedicarle más adelante un número al Perú. Indíqueme algunos nombres. Después del No. 15 no volví a recibir Amauta. ¿Qué le pasa? ¿Dejó de salir otra vez? Escríbame. ¿Y su libro?
Muy afectuosamente
Glusberg

Glusberg, Samuel

Almuerzo de despedida para Armando Bazán (III)

Almuerzo de despedida, ofrecido por José Carlos Mariátegui, para Armando Bazán en su viaje hacia Europa.
De izquierda a derecha: Ricardo Martínez de la Torre, Hugo Pesce, Armando Bazán (sentado) y Ricardo Flores.

Martínez de la Torre, Ricardo

Carta de Oscar Herrera,6/12/1927

Buenos Aires, 6 de diciembre de 1927
Mi querido José Carlos:
Hoy puedo escribirle a Ud. más concretamente que en días pasados, debido a que mis gestiones en pro de su encargo están avanzadas.
Gerchunoff, acaba de ser contratado por una importante empresa inglesa para establecer un gran diario en Buenos Aires, como no se le escapará a Ud. este diario viene a acentuar la campaña antiimperialista de La Prensa de esta ciudad —podríamos mejor decir anti-yanqui. Trátase pues de un gran diario burgués, como los demás de gran circulación de este país, pero que tiene un punto de contacto con nosotros. Pues bien, nuestro camarada Gerchunoff, al tener conocimiento de su proyectado viaje a Buenos Aires, nos ha manifestado que se siente unido a Ud. no sólo por la simpatía profesional sino por la simpatía ideológica y que puede Ud. contar con un puesto entre los colaboradores y si no fuere suficiente lo que por este trabajo podría Ud. percibir él se compromete a proporcionarle otras colaboraciones en revistas de aquí. Me parece que con esto podría Ud. tranquilizarse en lo que se refiere al aporte necesario a su hogar. Por otro lado su éxito intelectual está asegurado de antemano. Por el próximo correo le remitiré un libro que no sé si le llegará, que ha sido editado recientemente por el comité de la Universidad de Jerusalén, en el cual se reproduce, no sé si con su autorización, un artículo suyo, “Semitismo y antisemitismo”.
Esta carta se la remitiré bajo sobre dirigido a distinta persona que mi anterior carta, porque me parece que ya no se puede utilizar la de ese doctor.
Contésteme lo antes posible. Necesito su respuesta definitiva para trabajar por la constitución del comité de recepción que le prepare alojamiento y demás pequeñas cosas para la comodidad de su familia.
Reciba Ud. el abrazo de su hermano
Óscar Herrera

Herrera, Óscar

Carta de Samuel Glusberg, 12/1927

Buenos Aires, diciembre de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui
Mi estimado amigo:
Perdóneme que no le haya agradecido todavía los ejemplares de Amauta y su retrato. Hace algunos días le escribí a Garro a su dirección y tenía idea de hacerle unas líneas a Ud. Pero me llamaron de la imprenta y cerré la carta sin agradecerle a Ud. su fineza.
¿Y cuándo sale Amauta? ¿O usted se viene a Buenos Aires? Avíseme a tiempo y cuente conmigo para todo lo que le pueda ser de utilidad. Vez pasada hablé con Gerchunoff que va a dirigir un nuevo diario. Le tiene mucha simpatía y me dijo que aceptaría con gusto su colaboración. Yo estoy por regularizar la aparición de Babel y convertirla en una revista de interés general. Hágame llegar noticias del Perú o póngame en relación con algunos de sus compañeros. Garro me ha hecho una buenísima impresión a través de su carta. Estoy esperando sus traducciones de Holiday y Nuestra América. Por eso justamente no le quiero pedir nada.
Quedo a la espera de sus noticias y lo saludo muy atentamente.
Glusberg

Glusberg, Samuel

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