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Carta de Bernardino Vera Verástegui,7/2/1927

Huancayo, 7 de febrero de 1927
Señor José Carlos Mariátegui.
Lima.
Señor:
Cinco números de Amauta, la mejor de las revistas que hasta acá han podido producir los trabajadores intelectuales del Perú, han llegado a mis manos; los he leído con interés y profunda simpatía y es Amauta la definición de una obra empezada, en favor de la redención de una raza que para ser juzgada como superior, no basta sino mirar, pero no con ojos de camello tuerto, su pasado glorioso.
Es en efecto la raza de los incas peruanos, la que después de haber campeado sobre las demás razas autóctonas de América, por la estructura de su espíritu artista y laborioso, sufre el atropello del vandalismo blanco, para representar hoy y desde hace mucho tiempo, el gran problema nacional, que los que vivieron antes que nosotros, por incapacidad moral, jamás siquiera intentaron su solución.
La juventud libre del Perú, la que apartándose de todos los detestables y asquerosos convencionalismos de nuestra vida social y política, se entrega al estudio y al trabajo igualmente libres, ella, y sólo esa juventud verdadera, de la cual me considero miembro, porque mis veinticuatro años de vida me hacen pensar como ella, es la única que tendrá que hacer labor de reconquista provechosa en el conjunto de este organismo enfermo. Y felizmente, para las esperanzas de nuestro empeño, esta juventud cuenta con el apoyo de un idealismo sano, y obra a impulsos de una doctrina, la cual es resultado de la recta orientación de su espíritu, al par que su conciencia, fuerza sublime de sus pasiones, se impone como una autoridad interna y determina su noble acción, acción hermosísima, pues, ella redimirá no sólo un pueblo, sino la misma humanidad, hoy por desgracia, pervertida y canalla.
La siembra intelectual de González Prada, el maestro muerto de la juventud nueva del Perú, pero cuya doctrina tendrá vida, aun por siempre, las orientaciones sociales, hasta ayer parecen desconocidas, de Mariano Lino Urquieta, político socialista de la tierra del Misti, la encarnación de esta sola doctrina de bien, ‘el socialismo’, en el apóstol de la juventud peruana, Víctor Raúl Haya de la Torre, a quien tuve la suerte de conocer en Lima, siendo aún estudiante, en los años de 1920, 21 y 22, y la continuación de la obra ya muy bien empezada, por hombres de su talla y los colaboradores de Amauta, señor Mariátegui, pronto tenían que hacer eco en el resto de la juventud que piensa y que posiblemente se encuentra repartida en todas las regiones del Perú, pero en menor cantidad.
Huancayo, pueblo en el cual vivo por razón del desempeño de mi cargo de educador, es aún todavía virgen en nuestro movimiento renovador, el mercantilismo comercial se impone, hay buena cantidad de gente con prestigios rancios y uno que otro joven universitario está escribiendo a mansalva, sobre el “romanticismo de Bernard Shaw”.
Tengo mucho gusto, señor Mariátegui, de ponerme a su disposición, tenga Ud. en mí, uno de los sinceros simpatizadores de Amauta, y si me autoriza, tendré el agrado de contarle sobre estas tierras, pues, aquí tenemos mucho tema de qué tratar.
Bernardino Vera Verástegui

Vera Verástegui, Bernardino

Poema de Julian Petrovick, [1927]

Poema enviado por Julián Petrovich para el Concurso Poético de Vanguardia de 1927.

Transcripción:

POEMA

Ya está grabada la cara del mundo
por las manos aceradas del obrero,
la humanidad se cierne en todas
las almas proletarias.

Los alambres se han tendido desde Rusia
atravesando por los sentidos.
LENIN - Cerebro de la acción,
desde la China a México i el Perú los
brazos jubilosos apretarán las latitudes.
Bravo camaradas! Aquí estamos riéndonos
de alegría como los árboles al amanecer,
nuevos, con la novedad roja de nuestro
entusiasmo al ver que 600.000.000
revolucionarios desparraman la semilla
de un árbol donde se ahorcara la injusticia
burguesa.

No importa
la misma cruz de Cristo
servirá para los Hombres que digan su palabra,
así el árbol que presta su sombra al hombre
es derribado por el mismo.

Árbol - Puño abierto
lanzador de VOLUNTAD
Los obreros por primera vez restregamos
nuestra cobardía en este siglo.
Amanecida la REVOLUCIÓN
el brote que defiende la miseria
hará reír al dolor - este compañero que nos
da el encuentro en cada esquina,
no nos acordemos - bebamos un poco de cielo
ya que es lo único que poseemos para
cantar al árbol otra mejor canción que la
de los pájaros.

Julián Petrovick

Huancayo-Perú

Petrovick, Julián

El primero de mayo en Jauja por Moisés Arroyo Posadas, 1929/05

Artículo de Moisés Arroyo Posadas titulado "El primero de mayo de Jauja" fechado en mayo de 1929.

Transcripción:

La celebración del Primero de Mayo en Jauja (Perú) no ha tenido los caracteres trágicos que mediante la estúpida provocación de la policía tuvo en Berlín, pero ha sido una revelación de la solidaridad del proletariado. Los trabajadores de Jauja se dieron cita para una unir sus dolores y sus anhelos en un solo y sobre todo para hacerse el firme propósito de asociarse solidariamente para luchar contra todos los malos de la llamada "civilización moderna" que no es sino la cultura capitalista, puesta ya en crisis en la última conflagración mundial.

Desde las primeras horas de la mañana del Primero y aún desde el día anterior la "Asociación Obrera" hizo circular los volantes de invitación para el mitin que debía realizarse a las dos p.m. por las calles de la ciudad. Hubo de desplegarse esfuerzos para conseguir el "permiso" de las autoridades locales, los que nos obstante se distinguieron por su incomprensión, pues durante la manifestación rodearon a los trabajadores de fuerzas de policía y el cura párroco y Alcalde Provincial se distinguió por su terquedad reaccionaria y su ignorancia.

A las 11 a.m. se realizó la sesión de renovación de la junta directiva, lo que señala a los trabajadores de Jauja un retraso en los métodos, pues casi todos los trabajadores de otras partes están sindicalizados. La nota proletaria la dio el compañero Nuñez quien pidió se rindiera homenaje, por breves momentos, a los caídos en Chicago en una fecha como la del primero. La sesión fue patrocinada por la "Asociación Obrera" y por el "Porvenir Obrero".

A la hora indicada y con la visible asistencia de grupo de campesinos se inició el desfile hacia uno de los teatros donde debía realizarse una actuación literaria. Ante numerosa concurrencia el compañero Luis Piana dio una conferencia sobre "Las mentiras de la civilización", empezando por hacer un estudio comparativo del progreso material y espiritual del mundo. Expresando que los progresos materiales no están en equilibrio con los progresos espirituales. Señaló el jesuitismo como una de la rémoras del progreso espiritual de los pueblos (No le faltó razón el doctor Piana, porque a los pocos días el cura-arzobispo Lisson, que tan admirablemente representa al clero inquisidor, retardatario y medieval, amenazó públicamente con el fuego eterno a sus carheros que se atrevieran a escuchar las conferencias del filósofo Jinarajadasa. Por supuesto todos rieron de la ocurrencia del frailecito y Jinarajadasa tuvo más público.)

Como una de las tantas mentiras de la civilización burguesa señaló el doctor Piana, la guerra, condenando, acertadamente, la actitud de algunos sociólogos que sostienen que la guerra es buena: "la guerra es un rezago del hombre antropófago"; "la guerra es la mejor higiene de la humanidad" e hizo una reseña irónica de las llamadas "Conferencias del Desarme" y de la "Sociedad de la Naciones", donde los intereses capitalistas, manejan a su antojo a los títeres con disfraz de delegados o diplomáticos. Luego señaló la complicidad de la prensa capitalista mundial con las farsas pacifistas y las alarmas patrioteras. "Tras de los diplomáticos que, en secretos conciliábulos, preparan las guerras-dijo- están los industriales de cañones y armas de fuego; don dinero les mueve a todos; la guerra solo tiene su explicación en el deseo del lucro, esos diplomáticos, "gobernantes", son peores que los antropófagos antiguos.

[...]

Arroyo Posada, Moisés