Nueva York, 9 de noviembre de 1919
Querida madre:
Ayer he recibido carta tuya. A pesar de encontrarla muy lacónica la he leído con mucho gusto, sobretodo porque me anuncia que tú y todos mis hermanos están perfectamente bien. Siento mucho que Juan no estuviese aún restablecido y espero que cuando esta llegue a casa ya se encuentre bien.
Del Aguila me ha escrito y me ha proporcionado una gran alegría al decirme que esta muy a gusto en casa y muy contento del trato de ustedes.
Mañana salgo para París. Aquí he tenido que estarme más de veinte días por falta de barco. Recientemente ha habido una gran huelga de trabajadores de los muelles que ha impedido la salida de los vapores. Mas de veinte mil pasajeros nos hemos encontrado detenidos por esta causa. Felizmente yo he encontrado pasaje en un de los primeros busque van a zarpar para Europa.
El dieciocho o veinte de este mes estaré en París. Quince o veinte días más me trasladaré a Madrid. Al llegar a España espero encontrar carta tuya.
A ti, a cada de uno de mis hermanos, a Juan y a Del Aguila les mando una álbum de vistas de Nueva York. Hubiese querido mandarles objetos de más valor, pero todo, hasta lo más insignificante, cuesta aquí muy caro. En París, me parece, que las cosas serán más baratas y podré mandarles algo bonito, a menos que me desmonetice en el viaje. En este caso, el regalo irá de Madrid.
Dale a Del Aguila dos libras para que cumpla un encargo que le he hecho. Como supongo que te harán falta para tus gastos, oportunamente te mandaré una carta y un recibo para que cobres los artículos que estoy escribiendo para "El Tiempo" y te reembolses.
Del Aguila me dice que la […] para Humberto está a punto de conseguirse. Avísame lo que haga al respecto para, si es necesario, escribirle a algunas personas.
Besa a todos mis hermanos, saluda a Juan y a Del Aguila, y tu recibe un abrazo de hijo.
César.
P.D. No olvides mandarme los recortes del cuento "Mi hermana Jacoba". Dale dos retratos míos a Del Aguila.