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Carta a Miguel Ángel Urquieta, 26/9/1928

Lima, 26 de setiembre de 1928
Mi querido Urquieta:
Que no le extrañe la tardanza conque contesto su carta del 10 de agosto. He pasado semanas enteramente atareadas por corrección de pruebas de mi libro en prensa en Lima, revisión de originales del libro que tengo comprometido con la editorial de Buenos Aires, el número de "Amauta" del segundo aniversario, que Ud. recibirá probablemente con esta carta, y otras cosas más, aparte de mi trabajo ordinario. Todo esto, pesando sobre fuerzas muy relativas y en convalecencia. No he podido escribir a ningún amigo y sólo hoy empiezo a dedicar algún tiempo a mi correspondencia.
El número de "Amauta" le advertirá a Ud. del punto a que ha llegado mi divergencia con los compañeros que desde México trabajan por un partido nacionalista, la candidatura de Haya y otros cosas del mismo género. Habría sido útil que Ud. hubieses aplazado su renuncia hasta tener conocimiento exacto de nuestros puntos de vista. Pero veo que le han apresurado motivos personales.
En lo tocante a México, Ud. sabe que, sin atribuir al gobierno de ese país una ideología precisamente socialista, y antes bien conviniendo en que la revolución es insidiada por dentro por elementos del antiguo régimen filtrados por las filas revolucionarias, mi posición no es la de Ud. Tampoco lo es en lo que respecta a Rusia. Si mis artículos no lo han informado cabalmente de mi juicio, le diré en una carta más extensa exactamente lo que pienso sobre esto. Pero no encuentro motivo en su opinión para ninguna agresión [...]. No he recibido los recortes anunciados por Ud. y quisiera que repitiese el envío para conocer ampliamente esta polémica.
El restablecimiento de relaciones con Chile me parece un suceso del cual no es posible sino congratularse, cualesquiera que sean las circunstancias que lo hayan decidido. Pero no coincido con Ud. en creer que nos toque aplaudir por él al gobierno peruano, a quien sobran las alabanzas de sus partidarios. En esto no estoy de acuerdo con Ud. aunque reconozco plenamente la sinceridad y la honradez de sus gesto.
Mándeme siempre su colaboración para "Amauta". Su discreción le permitirá dase cuenta de los límites de la tolerancia de la revista y evitar los tópicos políticos para preferir los literarios o artísticos. Un estudio sobre el problema del indio en Bolivia o en el Sur del Perú, sería también muy bien acogido.
Desde que me propuse escribirle tengo encargo de la administración de adjuntarle el incluso estado de cuenta. Soy responsable del retardo en la remisión.
Espero escribirle con más extensión muy pronto. Hasta entonces, me despido de Ud. con el afectuoso sentimiento de siempre.
Su devoto amigo y compañero.
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta de Gabriel C. del Mazo, 19/8/1928

Buenos Aires, 19 de agosto de 1928
Gabriel C. del Mazo saluda con la mayor cordialidad a su estimado amigo José Carlos Mariátegui recordándole su promesa de amplificar su estudio sobre la R. Universitaria y proyección social del movim. en América, a la luz de los nuevos documentos que ahora tiene en su poder; que aquí con el mayor gusto editaríamos. Le agrega una lista de amigos de Santa Fe, para que les envíe Amauta; y le pide para sí el n°1, así completa la colección personal.

Del Mazo, Gabriel C

Carta de Lucas Oyague,16/8/1928

Cuzco, 16 de agosto de 1928
Señor José Carlos Mariátegui.
Lima.
Mi muy querido José Carlos:
No sabe usted cuánto me culpo de la involuntaria ingratitud de mi parte de haber ido alguna vez, de los treinta días que estuve en ésa, a charlar con usted y a saludar a la señora Anita, a quien le ruego presentarle mis saludos. Le consta a Luciano Castillo con quien acordamos una visita juntos, cómo yo estaba todos los días, en plan de viaje después de los ocho en que llegué, y cómo llegué en un estado de nerviosidad por haber tenido en ésta una cuestión con el director del periódico, esperaba la forma de entenderme con el doctor Escalante en la mejor forma pues yo había dejado aquí a mi familia, y estaba gozando de libertad, de mi acusación de peligroso propagandista comunista, gracias a la garantía del doctor Escalante. No quería pues que se suscitara ninguna cosa grave en la cual tuviera que perder ese punto de apoyo en mi tranquilidad. Y así, después de que pude entenderme felizmente bien, ya estaba en viaje para todos los días, a tal punto que un día que a las doce le dije a Fabio Camacho hoy me embarco creyó que era un chiste, y sólo se convenció cuando ya le mostré el pasaje. Pero de todos modos, por la amistad tan generosa que usted siempre me ha dispensado, por el calor tan espontáneo que he recibido en su hogar, no dejo de reconocerme un ingrato al no haber ido a saludarlo. Es verdad que todas las exculpaciones son nada. Soy culpable.
No sé si usted sabe que he formado con Valcárcel y otros amigos una Librería Los Andes y que el nombre, ya sólo yo y Valcárcel lo pretendemos alargar hasta una revista. En la librería soy un incansable propagandista de Amauta, que solamente yo vendo 70 ejemplares. Bien es verdad que ya soy el único que vende, pues otra librería que también expendía ya no lo hace. Le adjunto una carta de Araquistáin que debe usted leer, de vivo documento, con el encargo de la devolución después, pues allí habla de Amauta y se refiere con mucho acierto a usted.
Luis Velasco Aragón me ha pedido que intermedie entre él y usted, para que le publique en Amauta una refutación a una nota de La Sierra. Cumplo con el encargo y ojalá le sea posible a usted satisfacer la solicitud, pues también me dice que le enviará artículos periódicamente y quiere saber condiciones para editar un libro de ensayos.
Con muchos saludos para usted y para la señora y cariños para los ñaños, soy de usted su leal amigo que siempre lo recuerda. Lucas Oyague
¿No sería posible publicar la conferencia que Ud. conoce, de Arequipa, en Amauta? O cree usted que ampliándola y corrigiéndola valdría la pena hacer el folleto que Tristán Maroff me insinuaba?
Aguardo su opinión.
Lucas Oyague

Oyague, Lucas

Carta de Samuel Glusberg, 7/8/1928

Buenos Aires, 7 de agosto de 1928
Señor don José Carlos Mariátegui
Lima.
Muy estimado compañero:
Las noticias optimistas acerca de su curación me han llenado de alegría. Hace mucha falta que Ud. esté sano y en condiciones de escribir regularmente. Espero su libro de ensayos para antes de fin de año. Hace días le hice mandar ejemplares del libro de Henríquez Ureña. Creo que puede hallar algunos lectores en Lima. Si se anima a cargar con una cantidad mayor para el resto del Perú, pídamela y tendré mucho gusto en mandársela. Recibí los números de Amauta y el libro de Valcárcel. Muchas gracias por todo. Desgraciadamente La Vida Literaria se ha muerto en el primer número Mejor dicho tuve que matarla porque el editor violó el contrato en vista de su éxito. He perdido lastimosamente 4 meses de trabajo y mil pesos en la aventura y eso para un hombre pobre es mucho. Pero creo haberme curado definitivamente de esta funesta manía de fundar periódicos. Sacaré Babel de cuando en cuando para la propaganda de la editorial. Nada más. Ahora estoy entregado a la organización de la Primera Exposición Nacional del Libro, en Buenos Aires. Contamos con el apoyo del gobierno; pero como éste cesa en su mandato el 12 de octubre próximo, nos vemos en el caso de hacer la Exposición antes. No sé lo que resultará. La cuestión es hacerla una vez para instituir la costumbre de hacerla anualmente.
Le agradezco sus amables conceptos acerca de la Exposición de Mar del Plata. El ejemplo ha cundido en todas partes y se están organizando exposiciones en Chile, España, etc.
Estoy estudiando la manera de poder transportar la Exposición de Buenos Aires a algunos países americanos. Si se consigue el apoyo del próximo gobierno creo que será posible llevar los libros argentinos al Perú, Cuba, Méjico, etc.
Le mande a Frank su artículo sobre España Virgen. Sé que él le escribió pidiéndole que no reprodujera sus artículos de La Nueva República. Estaban muy mal traducidos y llenos de equivocaciones. Es una lástima, porque Frank está con miedo de que la traducción de Nuestra América sea mala. Yo le aseguré que Garro se está esmerando en hacerla lo más correcta posible. Pero ahora resulta que tampoco tengo noticias de Garro desde hacer más de tres meses. Esperaré un tiempo más y de no recibir noticias de él buscaré otro traductor porque quiero que ese libro se encuentre en la librería cuando llegue Frank a Bs. As. No sé todavía cuándo será. Seguramente en marzo o abril del año próximo.
De Sabogal no he sabido nada. Intentaré averiguar si ha estado aquí. Creo que no. Me parece que dejo contestados todos los puntos de su carta. Hasta la próxima, pues. Mientras, le estrecho la mano muy cordialmente. Suyo admirador y amigo
Samuel Glusberg

Glusberg, Samuel

Carta a José María Eguren, 6/8/1928

S/c 6/8/928
Querido y admirado poeta:
Gracias por sus nuevas noticias. Me encanta su personal confirmación de mi juicio sobre al esencia de su arte: su gusto gótico (31/8/928). Comenzaba a escribirle con estas palabras mi respuesta a su anterior carta cuando me avisaron que su enviado se había ido ya, por descuido de la criada. Ahora, correspondiendo a su nuevo mensaje, reanudo el cortado discurso, muy actual en mi ánimo por estar corrigiendo las pruebas de mi estudio sobre Ud. que entra en mi libro en prensa: "7 ensayos, etc." Posiblemente le pondré algunas notas pero no lo tocaré absolutamente en sus líneas primitivas, porque reconozco totalmente ratificadas por mi indagación posterior, todas las apreciaciones que lo componen.
No tengo en este momento sus pruebas. Quedé ayer con la Fuente en enviárselas con él el domingo. Para toda consulta tendré en cuenta el teléfono que me indica. Le ruego numerar al margen en la prueba las composiciones, para que la armadura se ajuste a ese orden.
Mi enfermedad ha perturbado y demorado la ejecución de mi plan editorial, pero felizmente sigo mejor y podré reganar tiempo.
Le envío un número especial de "Transition" y un libro moderno italiano.
Gracias por todo, por su recuerdo, por los libros y un abrazo cordial de su affmo. amigo.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Luis Carranza, 23/7/1928

Piura, 23 de julio de 1928
Señor José Carlos Mariátegui
Lima
Muy estimado amigo:
No le escribí durante su enfermedad, por no importunarlo, pero con Chávez Sánchez, estuve averiguando sobre el estado de su salud, y ahora veo por su carta del 10, que va Ud. recuperándola gradualmente. Tengo el más vehemente deseo, de que la opinión de su buen médico el Dr. Quesada, dé como resultado, su completo restablecimiento. Me pasa con Ud. lo que me ocurrió con L. Cisneros de La Prensa (antigua), que sin conocerlos personalmente, me siento amigo y admirador. Creo que el perfume de la bondad, se expande a través del espacio y que una especie de telepatía nos une a aquéllos en quienes constantemente pensamos.
Si Ud. cree, que mis pobres colaboraciones pueden ser útiles para Amauta, tendré muchísimo gusto en enviarle otros artículos. Sólo espero salir de la pesadilla del número extraordinario del 28, que me embarga por completo. Ud. que es escritor, editorialista y director de una importante revista, comprenderá la dedicación que es necesaria para un número de 24 páginas en provincia. No me quejo sin embargo, la suerte me ayuda hasta hoy, que estamos ya tirando más de 3.000 números, que me parece un verdadero esfuerzo, para un diario de provincias en el Perú, y especialmente en Piura, en donde nadie leía antes, pues cuando se fundó El Tiempo, los diarios entonces se contentaban con 250 ejemplares, menos de la décima parte, de lo que se vende hoy.
Tiene Ud. razón en decir que mientras no desaparezca el gamonalismo, será muy difícil reaccionar contra la esclavitud económica del indio, la más pesada en mi concepto, por eso me esfuerzo ahora en todos mis escritos, por inducir el criterio hacia la asimilación del concepto agrario en México, como una de las medidas necesarias para jalonar la regeneración del indio.
Supongo que López Albújar, le habrá remitido su novela Matalaché, que aparte la galanura de la forma, no ha gustado como argumento. La Tempestad en los Andes de Valcárcel, no ha llegado a mis manos, quizás se perdió en algún rincón de la imprenta.
Publicaré con agrado el aviso de Amauta, y le agradezco su promesa de publicar en su revista el aviso de El Tiempo.
Hasta lo más pronto posible, se despide su amigo y colega, que le desea la mayor ventura
L. Carranza
P.D. Moscol, agradece debidamente su cordial saludo.esclavitud económica del indio, [...], por eso me esfuerzo ahora en todos mis escritos, por inducir el criterio hacia la asimilación del concepto agrario en México..."

Carranza, Luis

El problema editorial

El problema editorial

El problema de la cultura en el Perú, en uno de sus aspectos, -y no el más adjetivo- se llama problema editorial. El libro, la revista literaria y científica, son no solo el índice de toda cultura, sino también su vehículo. Y para que el libro se imprima, difunda y cotiza no basta que haya autores. La producción literaria y artística de un país depende, en parte, de una buena organización editorial. Por esto, en los países donde se actúa una vigorosa política educacional, la creación de nuevas escuelas y la extensión de la cultura obliga al Estado al fomento y dirección de las ediciones, y en especial de las destinadas a recoger la producción nacional. La labor del gobierno mexicano se destaca en América, en este plano, como la más inteligente y sistemática. El ministerio de instrucción pública de ese país tiene departamentos especiales de bibliotecas, de ediciones y de bibliografía. Las ediciones del Estado se proponen la satisfacción de todas las necesidades de la cultura. Publicaciones artísticas como la magnífica revista “Forma”-la mejor revista de artes plásticas de América- son un testimonio de la amplitud y sagacidad con que los directores de la instrucción pública entienden en México su función.

El Perú, como ya he tenido oportunidad de observarlo, se encuentra a este respecto en el estadio más elemental e incipiente. Tenemos por resolver íntegramente nuestro problema editorial: desde el texto escolar hasta el libro de alta cultura. La publicación de libros no cuenta con el menor estímulo. El público lee poco, entre otras cosas porque carece, a consecuencia de una defectuosa educación, del hábito de la lectura seria. Ni en las escuelas ni fuera de ellas, hay donde formarle este hábito. En el Perú existen muy pocas bibliotecas públicas, universitarias y escolares. A veces se otorga este nombre a meras colecciones estáticas o arbitrarias de volúmenes heterogéneos.

Publicar un libro, en estas condiciones, representa una empresa temeraria a la cual se arriesgan muy pocos. Por consiguiente, nada es más difícil para el autor que encontrar un editor para sus obras. El autor, por lo general, se decide a la impresión de sus obras por su propia cuenta, a sabiendas de que afronta una pérdida segura. Es para él la única manera de que sus originales no permanezcan indefinidamente inéditos. Las ediciones son así muy pobres, los tirajes son ínfimos, la divulgación del libro es escasa. Un autor no puede sostener el servicio de administración de una editorial. El libro se exhibe en unas cuantas librerías de la república. Al extranjero sale muy raras veces.

Una de las limitaciones más absurdas, uno de los obstáculos más artificiales de la circulación del libro es la tarifa postal. La expedición de un pequeño volumen a cualquier punto de la república cuesta al menos 34 centavos. Para una editorial, este gasto, que no tiene como otros plazo ni espera, puede ser mayor que el del costo de impresión del volumen mismo. La distribución de un libro es tan cara como su producción, que no tiene muy ciertas garantías de cubrirse con la venta.

He aquí, sin duda, una valla que al Estado no le costaría nada abatir. El libro debe ser asimilado a la condición de la revista y del periódico que, dentro de la república, gozan de franquicia postal. El correo perderá unos pocos centavos; pero la cultura nacional ganará enormemente. En otros países, el correo facilita por medio de la “cuenta corriente” o del pago de una suma mensual muy moderada, la difusión de toda clase de publicaciones. En un país, donde el público no siente la necesidad de la lectura sino en una exigua proporción, el interés nacional en proteger e impulsar la difusión del libro aparece cien veces mayor.
Y como hay también interés en que el libro nacional salga al extranjero, para que el país adquiera una presencia creciente en el desarrollo intelectual de América, la tarifa postal debe ser igualmente favorable a su exportación. Los autores y los editores triplicarán sus envíos con una tarifa reducida.

No hace falta agregar que el Estado y las instituciones de cultura disponen de otros medios de fomentar la producción literaria y artística nacional. El establecimiento de ediciones del Ministerio de Instrucción, de la Biblioteca Nacional, de las Universidades, es, entre ellos, indispensable, tanto para la provisión de las bibliotecas escolares y públicas como para el mantenimiento de servicios de intercambio, sin los cuales no se concibe relaciones regulares con las Universidades y Bibliotecas del extranjero.
Existe, en el congreso, un proyecto de ley que instituye un premio nacional de literatura. La institución de esta clase de premios ha sido en todos los países provechosa, a condición naturalmente de que se le haya conservado alejada de influencias sospechosas, y de tendencias partidistas. El sistema de los concursos tan grato al criollismo es contrario a la libre creación intelectual y artística. No tiene justificación sino en casos excepcionales. Es, sin embargo, entre nosotros, la única mediocre y avara posibilidad que se ofrece de vez en cuando a los intelectuales de ver premiado un trababa suyo. Los premios, mil veces más eficaces y justicieros, cuando recompensan los esfuerzos sobresalientes de la vida intelectual de un país, sin proponerles un tema obligatorio, estimulan a la vez a autores y editores, ya que constituyen una consagración de seguros efectos en la venta de un libro.
Aunque falte todavía mucho para que los problemas vitales de la cultura nacional merezcan en el Perú la consideración de las gentes vale la pena plantearlos, de vez en cuando, en términos concretos, para que al menos los intelectuales adquieran perfecta conciencia de su magnitud.

José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

Cablegrama de Jaime L. Morenza, 11/7/1928

Montevideo, 11 de julio de 1928
LCO Mariátegui Sagástegui 669 Lima
Invocado deseo suyo trasladarse Montevideo hacense trabajos tal sentido desearía saber si todo ellos está autorizado por Ud.
Morenza

Morenza, Jaime L.

Carta a Samuel Glusberg, 4/7/1928

[Transcripción literal]
Lima, 4 de julio de 1928
Señor don Samuel Glusberg
Buenos Aires
Muy estimado compañero:
Tengo que explicarle por qué no le he escrito en tanto tiempo. He atravesado una crisis en mi salud y durante más de dos meses no he podido escribir una línea. Ahora tengo un saldo de trabajo, del cual voy ocupándome poco a poco. Por fortuna, los médicos se manifiestan muy optimistas respecto al tratamiento que sigo actualmente. Quesada, un gran cirujano de aquí, está seguro de curarme en un plazo de ocho a diez meses y deponerme en condiciones de caminar con una pierna ortopédica. Me ha contagiado su seguridad.
A causa de mi enfermedad, no he podido revisar ni ordenar los originales del libro ofrecido a Babel. Acepto titularlo de otro modo, conservando como subtítulo “Polémica revolucionaria”. Igualmente acepto las condiciones de la edición, contenidas en su carta al respecto, la última que de Ud. he recibido.
He visto el prospecto de La Vida Literaria. Anunciaré su aparición en Amauta y la comentaré en la sección respectiva. Gustoso colaboraré en sus páginas. Le mandaré pronto un artículo con algunas noticias literarias del Perú.
Le adjunto unos recortes: el de una nota sobre España Virgen de Waldo Frank y el de un artículo en que, incitando a una campaña pro-libro en este ambiente somnoliento, me referí a la exposición organizada por Ud. El de la recensión de España Virgen, le ruego remitirlo a Waldo Frank cuando le escriba, porque no tengo otro. —Me comprometo a gestionar, cuando Waldo Frank llegue a Buenos Aires, la invitación de la Universidad de Lima para que visite el Perú. En la Facultad de Letras no faltan catedráticos amigos. Con la reforma han entrado otros más próximos que se ocuparán de buen grado de esta invitación. Esto, además de que es fácil que la iniciativa encuentre entusiasta acogida de los estudiantes. —Frank tiene ya el cartel que corresponde a su España Virgen. La traducción de otras obras suyas lo acrecentará. —Entre los intelectuales, algunos lo han leído en inglés y en francés. Estoy muy contento de haber sido aquí tal vez el primero en recomendarlo a la curiosidad de la gente de letras.
No he visto a Garro últimamente. Sé que ha tenido un duelo en su familia y que ha estado algunos días fuera de Lima. Supongo que lo tendrá a Ud. directamente informado de su trabajo.
Va a Buenos Aires, con el objeto de exponer sus óleos y xilografías en el salón de los “Amigos del Arte”, nuestro gran pintor José Sabogal. En Amauta y alguna otra revista, ha visto Ud. sin duda cosas suyas. Es un artista y un hombre, en la más noble acepción de ambas palabras. Me permito recomendárselo, aunque Sabogal se recomienda solo por su obra, porque a veces en las grandes ciudades el tráfico de la calle no deja oír bien una nota de arte puro. Ud. puede hacer bastante porque Sabogal sea debidamente apreciado, presentándolo a Gerchunoff, Lugones y otros colegas de autoridad.
Sabogal me ha dejado esta dirección en Buenos Aires: Agrelo No. 3538 Además, en la Legación del Perú darán razón de él.
Hace meses le enviamos certificado con los primeros números de la segunda época de Amauta, el libro Tempestad en los Andes de Valcárcel. Remitimos Amauta como canje a “Babel”, a Cuadernos de Oriente y Occidente y a La Vida Literaria. —Puede Ud. enviarnos 20 ej. de esta última revista para su venta en la librería. Le haremos toda la propaganda necesaria.
En espera de sus gratas noticias, le estrecha la mano muy cordialmente su afmo. amigo y compañero.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Waldo Frank, 2/7/1928

New York, 2 de julio [de 1928]
Sr. Don José Carlos Mariátegui
Lima, Perú.
Dear friend,
I wrote you some time ago, telling you with what delight I have been reading Amauta. It is a remarkable magazine; and I have a very real sense of the importance of the work you are doing. It means a good deal to me, to be able to count you among my friends.
I noticed with pleasure that you have been publishing certain chapters of my Re-Discovery of America. I am glad that you considered it worth publishing. I shall have to ask you, however, to cease these publications. I am trying to sell the Spanish rights of this book to a newspape— and I cannot afford to lose the possibility of earning this money, through the appearance in Amauta in which I receive no pay. Will you kindly tell Sr. Garro (whose address I do not have) that I thank him for his interest; that I am delighted to know that he is translating Our America for Glusberg of Buenos Aires but that I hope he is not translating any more parts of the new book?
Do let me hear from you. It is a long long time since I have had a letter from you, personally. I wonder indeed if you received my last one. And I shall be wondering if this word reaches you, until you assure me.
cordially yours
Waldo Frank

Frank, Waldo

Carta de Alberto Hidalgo, 5/6/1928

Buenos Aires, 5 de junio de 1928

Señor
Querido compañero:

Con la cooperación del equipo juvenil de Buenos Aires, un seleccionado de primera fila, he fundado aquí la revista Pulso cuyo número inicial recibirá usted con las presentes líneas. Pulso: una revista de izquierda literaria, pero con voz ya segura, sazonada, desea, necesita su colaboración: Es más: cuenta con ella. Sabemos que no puede faltarnos, que no nos faltará. Así, ésta sólo tiene el fin de apresurarla. Envíe usted sus trabajos a vuelta de correo. Sus originales son esperados con los ojos abiertos.
Un abrazo en nombre de todos.

Alberto Hidalgo

Querido Mariategui:

Un amigo me ha comunicado su artículo “Ubicación de Hidalgo”. De otro modo, no lo habría leído nunca, pues no recibo periódicos de Perú, y Ud. hace tiempo que me tiene olvidado. No recibo ni veo Amauta. ¿Y cómo agradecerle su artículo? Nada más que con esta amistad cardíaca y leal que le tengo. Ud. es uno de los más altos críticos del lenguaje. Y esto realza el valor de su trabajo. Ya habrá ocasión de abrazarle.
Por este correo le envío el primer número de Pulso. Bien. Espero para inmediatamente su colaboración. Mande preferiblemente un ensayo. O lo que quiera. Sólo filosofía o literatura. La cosa social no es renglón de nuestra revista.
Le doy un ABRAZO
Alberto Hidalgo
S/c. Ventura Bosch 6740

Hidalgo, Alberto

Carta de Gabriel C. del Mazo, 9/4/1928

Buenos Aires, 9 de abril de 1928

Señor José Carlos Mariátegui
Lima. Perú

Mi estimado amigo:
He leído su sustancioso comentario sobre La Reforma Universitaria en el N° 12 de Amauta. Eso es bueno y promete más aún, pero será incompleto, porque, como usted me dice, está hecho sobre un material de información incompleto. Por eso me apresuro a enviarle los tomos que le faltan de la compilación documental por si se hubieran extraviado los de la remesa anterior. Su trabajo será aquí muy útil: usted tiene autoridad y, además, es hombre de fuera. El Centro de Estudiantes de Ciencias Económicas (la vanguardia, este año, en la federación universitaria) piensa publicarlo en folleto, completando una serie en la que figuran trabajos de Márquez Miranda, González, Haya de la Torre y alguno mío. Me piden los estudiantes que le exprese a usted sus deseos y como descuentan su autorización, esperan les diga si desea completarlo o revisarlo previamente.
Hasta su contestación, me despido con el mayor afecto.
Gabriel C. del Mazo.

Del Mazo, Gabriel C

Carta de Enrique López Albújar,8/4/1928

Piura, 8 de abril de 1928
Sr. D. José Carlos Mariátegui
Lima
Muy apreciado compañero y amigo:
El presupuesto de impresión que le pedí y que Ud. me indica en su apreciable carta del 16 de marzo último, no tiene ya objeto, pues he comenzado a hacer la edición de mi novela aquí. He tenido que ceñirme a la cantidad de dinero de que puedo disponer, unas 70 libras que el Municipio piurano, en una hora de mecenismo, ha querido obsequiarme con tal fin.
La edición va a ser muy modesta. Su presentación ante el público capitalino va a ser igual a la de nuestras provincianas cuando se presentan en Mercaderes con sus trajecitos de confección lugareña. ¡Qué hacer! La sábana no ha dado para más. Pero lo del traje no me interesa, porque el lujo sería para peor, como dicen por acá, si la obra fracasara, que todo puede ser. La seguridad que tuve en el éxito de Cuentos Andinos no la tengo hoy con Matalaché. Y la razón es muy clara. Los cuentos por ser tales y por su novedad se defendían solos; bajaban de los Andes con el ímpetu de esos huaicos que van en pos de llanura y espacio; tenían la fuerza de su personalidad, inconfundible con la de cualesquiera otros. Y esto era ya bastante. A Matalaché temo que no le pase lo mismo. La novela es original. Ya lo creo, y hay en ella algo de la pujanza de mis cuentos; pero su asunto es inactual, de retroceso. Por eso voy a calificarla yo mismo de novela retaguardista, ya que en estos momentos el intelectualismo juvenil exige que toda producción literaria sea un salto hacia adelante y no hacia atrás. atrás. Todo esto lo he tenido presente cuando me puse a escribir Matalaché, y, sin embargo, opté por volver los ojos al pasado, a nuestro pasado provinciano, digno en mi concepto de ser llevado al libro en cualquier forma artística.
Desde este punto de vista, mi libro, estoy seguro, no le va a gustar a Ud. y a los espíritus libérrimos como el suyo. Pero es que yo también me debo a mi época y no creo que por afán de modernismo la traicione. Yo pertenezco, como Ud. ya me lo ha dicho, a la Vieja Guardia de la literatura activa del país, y naturalmente mis métodos y maneras y gustos y disciplinas tienen que estar saturados de espíritu retaguardista. Lo que no quiere decir que sea derechista en esto como en las demás actividades del pensamiento. Nací y crecí izquierdista y, a pesar de la toga, sigo siéndolo. El juez no ha matado al escritor, ni podrá matarlo nunca; ni la ley registrada en los códigos ha secado mi inspiración.
Y lo más curioso de mi novela es que la he hecho sin quererlo, a pesar mío. La comencé como cuento y acabó en novela. La evocación pudo más en mí. Es que en provincias se vive más del pasado que del presente. Por lo mismo que no tenemos delante de los ojos grandes cosas que ver y todo es mediocre hasta el aburrimiento, el alma del artista se repliega para huir y saltar hacia atrás, a la idealidad, al romanticismo, a ese romanticismo que hay en todo hombre, llámese Napoleón, Hugo, Wilson o Trotski.
Ya al tercer capítulo me enamoré del asunto y me lancé en el camino peligroso de la novelación. El asunto se prestaba. ¿Por qué no comenzar por el pasado para después llegar al presente? ¿De ese pasado qué es lo que sabemos? ¿Lo dicho en algunos libros nuestros? Pero todo eso es pobre. Nuestros literatos, fuera de Palma, no han hecho más que fantasear sobre él. Pero la verdad, su verdad, todavía yace escondida en los archivos y en las tradiciones populares. Este ha sido uno de los propósitos que me han ido empujando en esta novela. Historiar en forma novelesca el pasado nuestro.
Y dentro de este propósito está el estudio sicológico de la cuestión afroperuana, digna de estudiarse por nuestros hombres de arte y ciencia. Hagámosle con esto dúo al indigenismo. Frente al indio pongamos al negro, al zambo, al cholo, al mestizo en una palabra. Si el indio es la base de nuestra población, el mestizo es la base de nuestra nacionalidad. Y Matalaché en mi novela no viene a ser sino el símbolo de ese mestizo, buscado y tratado en su origen, para seguirlo después hasta el momento actual, que es lo que me propongo en dos novelas más. En la segunda el héroe de la novela será el hijo de Matalaché; en la tercera, los nietos.
Proyecto desde luego, porque no estoy seguro de realizarlo, pues me urge continuar una novela serrana que tengo principiada y que titularé Los derechos del amo, de ambiente huanuqueño. Esto, si el ácido úrico me lo permite, pues los años todavía no me pesan.
Por el capítulo que le remito apreciará Ud. el tono de la obra. Ojalá que no lo desilusione y lo mantenga en la idea de tomarme a firme para la Sociedad Editora Amauta algunos ejemplares, cuyo valor le dejaría para acciones de esa Sociedad.
Cuando llegue el momento le enviaré también alguna cantidad de ejemplares para propaganda.
La novela estará lista en los primeros días de junio. Va despacio, pues no hay tipo suficiente para editarla rápidamente. Hay que distribuir el tipo de un pliego para el otro. Y este retardo se aumenta con la imposibilidad de atender la corrección de pruebas en cualquier momento, pues el despacho judicial me embarga en las horas que esa corrección más me necesita.
Muy afectuosamente lo saluda su amigo y devoto compañero.
E. López Albújar

López Albújar, Enrique

Carta de Francisco Laguado Jayme,1/4/1928

P.O. Box 1633
Habana, Cuba
a 1 de abril de 1928
Al compañero
José Carlos Mariátegui
Director de "Amauta"
Lima, Perú.-
Compañero:
Siempre lo he admirado por su hermosa y noble ideología revolucionaria. En estos días Tristán Maroff me hablo de usted, cálida y cordialmente.
Pongo en sus manos ese panfleto que acabo de dar a la publicidad contra el tirano maldito de mi infortunada Venezuela. Es un grito de guerra, pero un grito de los pecho jóvenes e idealistas.
Mucho deseo leer su revista "Amauta", alta tribuna de los ideales indo-americanos.
Soy su compañero,
F. Laguado Jayme
P.D. Le reitero hacerse producir el panfleto adjunto.

Laguado Jayme, Francisco

La batalla del libro

Organizada por uno de los inteligentes y laboriosos editores argentinos, Samuel Glusberg, se ha realizado recientemente en Mar del Plata la Exposición Nacional del Libro. Este acontecimiento, -que ha seguido a poca distancia a la Feria Internacional del Libro,- ha sido la manifestación más cuantiosa y valiosa de la cultura argentina. La Argentina ha encontrado de pronto, en esta exposición el vasto panorama de su literatura. El volumen imponente de su producción literaria y científica le ha sido presentada, en los salones de la exposición, junto con la extensión y progreso de su movimiento editorial.
Hasta hoy, no obstante el número de sus editoriales, la Argentina no exporta sus libros sino en muy pequeña escala. Las editoriales y librerías españolas mantienen, a pesar del naciente esfuerzo editorial de algunos países, una hegemonía absoluta en el mercado hispano-americano. La circulación del libro americano en el continente, es muy limitada e incipiente. Desde un punto de vista de libreros, los escritores de “La Gaceta Literaria” estaban en lo cierto cuando declaraban a Madrid meridiano literario de Hispano-América. En lo que concierne a su abastecimiento de libros, los países de Sud-América continúan siendo colonias españolas. La Argentina es, entre todos estos países, el que más ha avanzado hacia su emancipación, no solo porque es el que más libros recibe de Italia y Francia, sino sobre todo porque es el que ha adelantado más en materia editorial. Pero no se han creado todavía en la Argentina empresas o asociaciones capaces de difundir las ediciones argentinas por América, en competencia con las librerías españolas. La competencia no es fácil. El libro español es, generalmente, más barato que el libro argentino. Casi siempre, está además mejor presentado. Técnicamente, la organización editorial y librera de España se encuentra en condiciones superiores y ventajosas. El hábito favorece al libro español en Hispano-América. Su circulación está asegurada por un comercio mecanizado, antiquísimo. El desarrollo de una nueva sede editorial requiere grandes bases financieras y comerciales.
Pero esta sede tiene que surgir, a plazo más o menos corto, en Buenos Aires. Las editoriales argentinas operan sobre la base de un mercado como el de Buenos Aires, el mayor de Hispano-América. El éxito de “Don Segundo Sombra” y otras ediciones, indica que Buenos Aires puede absorber en breve tiempo, la tirada de una obra de fina calidad artística. (No hablemos de las obras del señor Hugo Wast). La expansión de las ediciones argentinas, por otra parte, se inicia espontáneamente. Las traducciones publicadas por Gleizer, “Claridad”, etc, han encontrado una excelente acogida en los países vecinos. Los libros argentinos son, igualmente, muy solicitados. Glusberg, Samet y algún otro editor de Buenos Aires ensanchan cada vez más su vinculación continental. La expansión de las revistas y periódicos bonaerenses señala las rutas de la expansión de libros salidos de las editoriales argentinas.
La Exposición del Libro Nacional, plausiblemente provocada por Glusberg, con agudo sentido de oportunidad, es probablemente el acto en que la Argentina revisa y constata sus resultados y experiencias editoriales, en el plano nacional, para pasar a su aplicación a un plano continental. Arturo Cancela, en el discurso inaugural de la exposición, ha tenido palabras significativas. “Poco a poco -ha dicho- se va diseñando en América el radio de nuestra zona de influencia intelectual y no está lejano el día en que, realizando el ideal romántico de nuestros abuelos, Buenos Aires llegue a ser efectivamente, la Atenas del Plata”. “Este acto de hoy es apenas un bosquejo de esa apoteosis, pero que puede ser el prólogo de un acto más trascendental. El libro argentino está ya en condiciones de merecer la atención del público en las grandes ciudades de trabajo”. “Por su pasado, por su presente y por su futuro, el libro argentino merece una escena más amplia y una consagración más alta”.
De este desarrollo editorial de la Argentina -que es consecuencia no solo de su riqueza económica sino también de su madurez cultural- tenemos que complacernos como buenos americanos. Pero de sus experiencias podemos y debemos sacar, además, algún provecho en nuestro trabajo nacional. El índice libro, como he tenido ya ocasión de observarlo más de una vez, no nos permite ser excesivamente optimistas sobre el progreso peruano. Tenemos por resolver nuestros más elementales problemas de librería y bibliografía. El hombre de estudio carece en este país de elementos de información. No hay en el Perú una sola biblioteca bien abastecida. Para cualquier investigación, el estudioso carece de la más elemental bibliografía. Las librerías no tienen todavía una organización técnica. Se rigen de un lado por la demanda, que corresponde a los gustos rudimentarios del público, y de otro lado por las pautas de sus proveedores de España. El estudioso necesitaría disponer de enormes recursos para ocuparse por si mismo de su bibliografía. Invertiría en este trabajo un tiempo y una energía, robados a su especulación intelectual.
Poco se considera y se debate, entre nosotros, estas cuestiones. Los intelectuales parecen más preocupados por el problema de imprimir sus no muy nutridas ni numerosas obras, que por el problema de documentarse. Los obreros trabajan desorientados, absorbidos por la fatiga diaria de defender el negocio. Tenemos ya una fiesta o día del libro, en la cual se colecta para las bibliotecas escolares fondos que son aplicados sin ningún criterio por una de las secciones más rutinarias del Ministerio de Instrucción; pero más falta nos haría, tal vez, establecer una feria del libro, que estimulara la actividad de editores, autores y libreros y que atrajera más seria y disciplinadamente la atención del público y del Estado sobre el más importante índice de cultura de un pueblo.
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de J. Vicente Cuentas Zavala y J. Alberto Cuentas Zavala,11/2/1928

Juli, 11 de febrero de 1928

Estimado amigo:

El dos de Junio, del año en curso, cumple cien años de fundación la ciudad de Juli, como capital de la provincia Chucuito. Por este motivo, los suscritos, han iniciado la impresión de un álbum gráfico: literario, industrial, social y comercial de esta Provincia, cuya dirección artística corre a cargo de los fotógrafos Vargas Hermanos de Arequipa, cuyo prestigio internacional, es seguridad de triunfo.
Este álbum será la exposición de los valores intelectuales, morales, sociales, comerciales y materiales de la Provincia de Chucuito. ¿Qué existen ellos? No cabe duda. Juli, ciudad centenaria, fue el asiento de una gran civilización, cuyos vestigios se conservan aún, derruidos por el tiempo, y por el abandono e inercia de sus hijos. Recién han sido considerados por el Gobierno, como templos nacionales. A agitar esos triunfos pasados y perpetuarlos en la fotografía explicativa, va dirigida la impresión de este álbum, que no dudamos ha de corresponder a las necesidades eugénicas y a los valores incomparables de la raza aymara en la historia del Perú.
Además, queremos darle a la obra un sentido nacionalista, que no es posible desestimar en la hora presente, porque la cultura de Chucuito, tuvo un sentido exclusivamente general e integral, con la fundación de su imprenta por los Jesuitas el año 1612. Y para conseguir este objeto, es que nos dirigimos a usted para que se sirva enviarnos una colaboración para el dicho álbum, de sentido exclusivamente indigenista o apropiado a la efemérides que vamos a conmemorar. Esta colaboración, para nosotros de valor incalculable, hemos de estimar sea remitida a esta ciudad y dirigida a los suscritos antes del primero de abril próximo, para efectuar la conveniente distribución, previas las seguridades respectivas para evitar la pérdida de tan valioso contingente.
Toda la generosidad de vuestro envío, tendrá la gratitud de los iniciadores, y de la Provincia de Chucuito.
Agradecemos anticipadamente vuestra colaboración y en espera de ella, somos sus afectísimos y SS. SS.
J. Vicente Cuentas Zavala J. Alberto

Cuentas Zavala, J. Alberto

Carta de Blanca Luz Brum, 1/2/1928

Santiago de Chile, 1°de febrero de 1928
Mi querido y siempre grande José Carlos Mariátegui:
Cuidado que enseña a sostenerse y a pararse Ud. a todos nosotros. Precisamente Ud., el incapacitado materialmente, es el único de las actitudes rectas y definitivas. Desde luego no es una nueva. Pero es una nueva Amauta, heroico amigo, admirable, conmovedor. Con Amauta en las manos otra vez, se me han caído las lagrimas: y qué vergüenza de mí y de tantos otros que todavía estamos revoleándonos en la “gloria de la deportación”. Así me gusta decírselo a Ud. con humillación, con asco para que el contraste sea más fuerte.
Amauta me ha hecho un bien enorme, y estoy segura que no es a mí sola, es como si nos hubiera sorprendido derrepente medio olvidados, haraganes y piojosos por algún rincón de este potrero americano y sacudiendo un látigo nos gritara: ¡arriba muchachos ¿no ven que está saliendo el sol detrás de los monolitos de piedra? “¡aquí la acción!” Otra vez, querido José Carlos, estamos con la garganta en pie, y el entusiasmo y la audacia todos, otra vez bajo sus ojos agudos y su corazón jovial y fuerte.
No me pregunte nada de mis días en Chile, aquí da vergüenza mirarse la cara en un espejo y saber qué es uno. Uno que se está aguantando tanta inmundicia y tanta mariconada, uno con el pico cerrado y los ojos cerrados y la vergüenza cerrada, ¿qué le parece la Asociación de Profesores, esos sirvientes del carabinero Ibáñez? y esos “poetas de vanguardia” el Seguel, el Díaz Casanueva, el Rosamel del Valle, etc., todos éstos los tengo marcaditos como ganado nuevo. Ya!!! Sin embargo, de repente se siente patalear el Apra, por ejemplo cuando cae preso una, dos, tres veces el camarada Mendoza, con él se irá a Buenos Aires toda el Apra de Chile. Yo como de costumbre he peleado con una cantidad de maricas. ¿Spikin Howard? ¡no me haga reír! se pasa escondido día y noche en casa del Dr. Rodrigo Donoso, médico militar que sirve al actual régimen. Ese pobre de Alberto Spikin es un sentimental terrible, después de Chopin se queda muerto, no sirve nada más que para el taburete del piano. ¿Barrios Varela? Ah, ese es un gran socialista Revolucionario.
etc, etc, etc, etc, etc.
El único macho y verdadero Revolucionario es Humberto Mendoza fundador del Apra, y de grandes actividades obreras; por eso sale en este mes deportado a Buenos Aires con su compañera, una hermosa mujer de ojos verdes. Chile no tiene juventud, aunque pretendan excusarse con la dictadura, “no cala”. Perú la tiene hace 8 años ¡y todavía no están acostumbrados! ni comenzaron aguantándosela como ellos. Y si algún movimiento revolucionario ha habido en este período ha sido para un simple cambio de silla “del cuartel a la moneda” y de la moneda a la calle y una patada en el traste (Ibáñez, Alessandri) y siguen las intrigas políticas y siguen revoleándose, casi todos los jóvenes son grandes alessandristas, Spikin por ejemplo, fue a despedirlo y tiene el retrato de Alessandri presidente frente a su cama.
Me gusta chismearle un poco para entretenerlo como en las lindas tardes que caía por su casa y usted muy pícaro y muy astuto me tiraba la lengua.
¿Qué más? estoy preparando un libro de prosas, se parece a una novela y se llama “el reloj de las imágenes caídas”. Le envío ese poema a Nicaragua. Miró Quesada y otros apristas bonaerenses se burlaron de mí porque los invité a formar un ejército libertario para ir a Nicaragua junto a las tropas de Sandino— ¡qué le vamos a hacer! Usted sabe que no tengo pose, yo no tengo la culpa que las cosas más verdaderas y dolorosas de mi alma tropiecen con la realidad y con la imbecilidad de un modo cómico. Pero siempre soy la misma. Cuente conmigo de todos modos. Yo le puedo vender uno por uno los números de Amauta, puedo conseguirle suscriptores y puedo salir con un fusil en las manos y dejarme matar por Ud. querido y extraordinario hermano. Aquí más que nunca recuerdo a su dulce y gran compañera, a la muy heroica Anita, abrácele con toda mi lealtad y mi cariño, asimismo a los pequeños, al Sandro tan engreído, al Sigfrido tan huraño, siempre metido debajo del escritorio, y por último a ese que le hace caer la baba a su padre al muy gordo y rico José Carlitos. Abrace a su madre, a Julio César, a los camaradas linotipistas que tanto los embromé con Guerrilla, a todos, a todos, y siempre a Usted mi entusiasmo y mi fe
Blanca Luz

Blanca Luz Brum

Carta de Waldo Frank, 30/1/1928

Yorktown Heights, New York, 30 de enero de 1928
Señor Don José Carlos Mariátegui,
Lima, Perú.
My dear Brother,
I learn vía Buenos Aires of your illness, of your political difficulties and of those of Amauta: and I hasten, at this late date, to send you my profound good wishes. There is a vast silence between New York and Lima, and yet at times I seem to see you and to hear you across that abyss, crearly and warmly. I wish that you could know what help in my own struggles your own career has given me: I want you to realize that in a very true sense we are close despite the silence between us.
Glusberg writes me that he is cooperating through you and Señor Garro for the translation of Our América & Holiday: I am eager to hear details about this work. If it is being carried on under your personal supervision I have confidence in the result; and although I can realize that you have little time I hope that you are managing to keep an eye on the progress of the undertaking. As you may have read, there seems to be a strong desire in Buenos Aires to have me come down there to deliver some lectures— : and since this will be a means of representing to South America the North America which has no voice in Pan-American conference and the like, I am strongly tempted to go despite the sacrifice of time which such a journey would entail. It is possible that I may decide to make the trip, this coming Autumn. In that case, I should like to know if I might not cross over to Peru. I should hate to be so near (comparatively) to your America, without getting to know it, and getting to know you, also. If I do go to B.A. in the autumn, will you let me know (as soon as you possibly can) how much of a journey in days and in expense it would mean to cross the Andes, and if there would be some means, in Peru, of earning enough money at least to defray the cost of such a voyage? If you can possibly let me have word, before the end of March I shall be grateful.
I have recently received books of poetry from fellow Peruvians of yours: I have had no time yet to read them, and hence have not written to the poets. Will you tell them (if they are your friends) that my silence means merely that I am frightfully rushed, and that I shall get to them, before very long?
I am sending you the New Republic, in which my new book (the continuation of Our America) called The Rediscovery of America is appearing. Do you receive it?
I am eager to hear from you, my friend: to hear above all that you are again in good health, and working; and, if possible, to learn what the exact difficulties are under which Amauta and you have been laboring. I suspect that these difficulties are political, and you must know from my own work that I am close to you —in your Camp, in that matter (although I have no exact political affiliations).
I send you my brotherly greetings. The thought that there is even a bare chance of seeing you in Peru excites me.
Waldo Frank

Frank, Waldo

Carta a Samuel Glusberg, 10/1/1928

[Transcripción literal]
Lima, 10 de Enero de 1927.
Señor don Samuel Glusberg.
Buenos Aires.
Muy estimado compañero:
Acabo de recibir unas líneas de Ud. que me apremian a satisfacer el deseo de escribirle. Creo no haber contestado su carta del 1 de noviembre sino con el envió de los ejemplares de "Amauta" y el retrato que me pedía. Ud. me perdonará todos estos retardos considerando las ocupaciones que me ha impuesto la reorganización de "Amauta".
He trasmitido su encargo a Garro, a quien he hecho llegar su carta. Está animado del propósito de poner enseguida manos a la obra. Aprovechará, seguramente, sus vacaciones (es profesor además de literato) para esta traducción. Me ha dicho que le escribirá enseguida.
He conseguido reanudar la publicación de “Amauta" en Lima. Pero, naturalmente, los azares de la política criolla pueden, después de un tirapo, interrumpirla otra vez. La policía peruana no sabe distinguir entre especulación ideológica y conspiración o montonera. Si "Amauta" sufriera una nueva clausura, renunciaría a la tarea de rectificar el juicio de esta gente y me dirigiría a Buenos Aires donde creo que mi trabajo encontraría mejor clima y donde yo estaría a cubierto de espionajes y acechanzas absurdas.
Le remito con “Amauta”, dos ejemplares de "Tempestad en los Andes", ultimo libro de Minerva y primero de la Biblioteca "Amauta", en la cual publicaré enseguida una selección de la obra completa de nuestro gran poeta José M. Eguren y un libro mío: “7 ensayos de interpretación de la realidad peruana". Tengo otro libro de tema internacional, como "La Escena Contemporánea”, al cual titulo "Polémica Revolucionaria". No lo podría dar enseguida a luz por Minerva, porque se diría entonces que no edito casi sino mis libros. Dese saber, por esto, si podría editarlo Babel .Yo tomaría a firme 300 ejemplares para la venta en Lima y, al menos otros tantos podrían enviarse en consignación, bajo mi responsabilidad, a los agentes de provincias que yo indicase. De "La Escena Contemporánea" se vendieron fácilmente 1500 ejemplares, de modo que la cifra no es optimista en demasía. El volumen del libro sería el "La Civilización Manual y otros ensayos" aproximadamente. La parte principal se contrae a la critica de las tesis reaccionarias y democráticas más en circulación y actualidad (Massis, Rocco, Maeztu, Ford, Wells, etc). Hago a mi modo la defensa de Occidente: denunciando el empeño conservador de identificar la civilización occidental con el capitalismo y de reducir la revolución rusa, engendrada por el marxismo, esto es por el pensamiento y la experiencia de Europa, a un fenómeno de barbarie oriental. Me interesaría tener a la vista las réplicas de Lugones a sus impugnadores (Molina, etc). Si Ud. me las pudiera facilitar se lo agradecería mucho.
¿Podemos canjear algunas ediciones de Minerva con ediciones de Babel, de las menos conocidas en Lima?

Le remitiré algunos recortes sobre mi persona. Aunque soy un escritor muy poco autobiográfico, le daré yo, mismo algunos datos sumarios: Nací el 95. A los 14 años, entre de alcanza-rejones a un periódico. Hasta 1919 trabajé en el diarismo, primero en "La Prensa", luego en "El Tiempo, finalmente en "La Razón" diario que fundé con César Falcón, Humberto del Aguila y otros muchachos. En este ultimo diario patrocinamos la reforma universitaria. Desde 1918, nauseado de política criolla, —como diarista, y durante algún tiempo redactor político y parlamentario conocí por dentro los partidos y vi en zapatillas a los estadistas— me orienté resueltamente hacia, el socialismo, rompiendo con mis primeros tanteos de literato inficionado de decadentismos y bizantinismos finiseculares, en pleno apogeo todavía. De fines de 1919 a mediados de 1923 viaje por Europa. Residí mas de dos años en Italia, donde desposé una mujer y algunas ideas. Anduve, por Francia. Alemania, Austria y otros países. Mi mujer y un hijo me impidieron llegar a Rusia. Desde Europa me concerté con algunos peruanos para la acción socialista. Mis artículos de esa época, señalan las estaciones de mi orientamiento socialista. A mi vuelta al Perú, en 1923, en reportajes, conferencias en la Federación de Estudiantes y la Universidad Popular, artículos, expliqué la situación europea e inicié mi trabajo de investigación de la realidad nacional, conforme al método marxista. En 1924, estuve como ya le he contado a punto de perder la vida. Perdí una pierna y quedé muy delicado. Habría seguramente curado ya del todo, con una existencia reposada. Pero ni mi pobreza ni mi inquietud intelectual me la consienten. Desde hace seis meses, mejoro poco a poco. No he publicado más libro que el que Ud. conoce, Tengo listos dos y en proyecto otros. He ahí mi vida, en pocas palabras. No creo que valga la pena, hacerla notoria. Pero no puedo rehusarle los datos que Ud. me pide. Me olvidaba: soy un autodidacta. Me matriculé una vez en Letras en Lima, pero con el solo interés de seguir un curso de latín de un agustino erudito. Y en Europa frecuente algunas cátedras libremente, pero sin decidirme nunca a perder mi carácter extra-universitario y tal vez si hasta si hasta anti-universitario. En 1925 la Federación de Estudiantes me propuso a Ia Universidad como catedrático de la materia de mi competencia; pero la mala voluntad del Rector y segundariamente, mi estado de salud, frustraron esta iniciativa.
Le he escrito mas largamente de dio que al comenzar me proponía. Pero, por supuesto, esto me complace mucho
No he recibido el segundo número de los “Cuadernos de Oriente y Occidente” que están muy bien, como todo lo que se edita con su intervención.
Estoy muy reconocido a Gerchunoff por su deseo de que forme parte del personal de colaboradores de su diario. Creo que aunque no vaya por ahora a Buenos Aires, me será posible colaborar desde aquí.
En el próximo numera de “Amauta", salen notas sobre algunos libros de Babel.
Con sinceros votos para el año que empieza, lo saluda muy afectuosamente su amigo, y compañero.

José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Samuel Glusberg, 28/1/1928

Transcripción completa:
28 de enero de 1928
Sr. José Carlos Mariátegui
Muy estimado compañero:
Muchas gracias por su extensa carta y por los datos que me proporciona en ella. Ya recibí carta del señor Favio. Ahora estoy a la espera de su traducción de Frank que seguramente no tardará en llegarme. ¿Vio el tomo publicado por la Revista de Occidente?.
Espero la visita de Waldo Frank para mediados de este año. No cree en la posibilidad de hacerle llegar a Frank una oferta universitaria para que visite también el Perú. Escríbame a este propósito. En cuanto a la edición de un libro suyo por Babel estoy completamente a sus órdenes. Eso sí no me gusta el título Polémica Revolucionaria, me parece mejor como subtítulo explicativo pero si Ud. lo juzga insustituible no hay nada más que hacer...Publicaré su Polémica Revolucionaria. No me hago grandes ilusiones de venta. El libro de Sanín Cano no halló más que 200 compradores en la Argentina. Y es que aquí se publican 50 libros por mes de ahí que se vendan tan poquitos. Con todo, como Ud. me ofrece colocar 300 ejemplares en firma y otros 300 en consignación me animo a ordenar una tirada de 1500 ejemplares a imprimirse en España. De estos 1500 libros le haré mandar a Ud correctamente a Lima 600 volúmenes.
Usted me hará llegar el importe de los 300 colocados en firma al precio argentino de venta menor el 40% de descuento. El importe de los otros 300 le corresponderá a Ud. en concepto de derechos de autor ¿Qué le parece?. En cuanto al precio de venta si el libro pasa las 200 páginas será de pesos 2.50 sino llega a los 200: 2 pesos. Le doy todos estos detalles para una mayor comprensión. En resumen, quiero decirle que Ud solo debe responder ante Babel del importe de 300 ejemplares, los otros puede administrarlos Minerva por su cuenta.
y ahora otro asunto:
No tengo el artículo de Lugones que Ud. me pide, pero puedo encontrarlo en el Repertorio, tomo X, nº8 . Le mando en cambio un libro de Lugones titulado la "Organización de la Paz", de 1925 y una refutación de Frugerit. Quizás le sirvan. Vale la pena que Ud. incluya en su libro un capítulo refutando la ideología reaccionaria de Lugones. Eso puede interesar mucho aquí. En el Repertorio están casi todos los artículos de Lugones sobre "el gobierno de los mejores" y "la hora de la espada".
Espero el envío de los originales. No tome a mal mi objeción al título Problemas de Occidente y otro por el estilo indique tal vez con más precisión el contenido. Polémica revolucionaria es editorialmente mejor.
No recibí Amauta ni los libros que menciona. Le mando los ejemplares del libro de Jiménez Pastor. Pronto le haré llegar el Cuaderno Nº 2.
Suyo Glusberg

Glusberg, Samuel

Carta de Carlos Sánchez Viamonte, 25/10/1927

[La Plata], 25 de octubre de [1927]
Mi querido Mariátegui:
Encantado con las noticias que me da de su salud y deseando (perdóneme el egoísmo) que se vea precisado a radicarse entre nosotros para seguir publicando Amauta.
Por correo separado le envío mi "Habeas Corpus" La libertad y su garantía, que apareció hace dos meses. Me gustaría mucho conocer su opinión sobre él. Sé que Ud tiene alguna aversión a lo jurídico pero abrigo la esperanza de vencerla en parte. Ud dirá.
Aquí estamos en plena y [...] actividad: vísperas electorales [...] universidades y yo metido en [...] cosas todas absorbentes.
Mañana o pasado daré a la imprenta un libro de artículos de lucha, abigarrado, pero vivido. Se llamará Jornadas. Casi al mismo tiempo, publicaré otro intitulado La cultura frente a la Universidad.
Como Ud ve, no estoy con los brazos cruzados y sin embargo todo me parece poco para las exigencias del momento histórico que vivimos.
Cumpla su promesa de tenerme al corriente de todo.
Para todos los amigos de ésa mi más afectuoso saludo y para Ud un gran abrazo
C. Sánchez Viamonte
[...] Nunca he obtenido respuesta de [...] de Antenor Orrego.

Sánchez Viamonte, Carlos

Carta de Filiberto Teusta Mori, 14/12/1927

Lima, 14 de diciembre de 1927
Señor,
José Carlos Mariátegui
Ciudad
Distinguido escritor:
Ya personalmente le participé mi proyecto de fundar en esta Ciudad, una revista titulada "LABOREMOS". Mis trabajos van avanzando, i el primer número saldrá en enero próximo.
Entre los intelectuales que he escogido para unirme a ellos, Ud. falta. Por eso me interesa saber con precisión si no rehusa Ud. colaborar en mi revista, que será tribuna de los hombres nuevos, que desean "crear un Perú nuevo".
Soy un soldado más, de las ideas nuevas; i estoy dispuesto a luchar i sacrificarme por todo lo que significa: renovación, avancismo; es decir, revolución.
¿Le parece a Ud. bueno o inapropiado el título de mi revista?
Como primer paso para formar una nueva conciencia popular en mi Departamento (Amazonas) pienso fundar: Una Biblioteca Pública; un Instituto de Enseñanza Popular, i una Asociación de Estudiantes Amazonenses, compuesta de todos los alumnos del Colegio i escuelas de ese Departamento. Tengo seguridad de triunfar. ¿Apoya Ud. este proyecto mío?
Saludándole afectuosamente me despido
Su atte i S. S.
Filiberto Teusta Mori.

Teusta Mori, Filiberto

Gomez Carrillo

Un nuevo capítulo del periodismo hispano-americano, el del apogeo del “cronista”, principia y termina con Enrique Gómez Carrillo. Capítulo concluido con la guerra que desalojó de la primera plana de los diarios los tópicos de miscelánea, a favor de los tópicos de historia. Con su fin, vino un período de decadencia no precisamente de la crónica sino del cronista. La crónica ha pasado a manos más graves o más finas: Araquistain o Gómez de la Serna. El cronista tiene ahora un lugar subsidiario.
La opinión pública, “emperatriz nómade” como la llama Lucien Romier, condecoró a Gómez Carrillo con el título de “príncipe de los cronistas”. Coronación honoraria, parisiense, democrática, efímera, con algo de la reina de carnaval. Gómez Carrillo ejerció su principado con la alegría bohemia de una griseta. Tenía para todo, la maleabilidad y el mimetismo del criollo, su pasta blanda de mundano innato.
Pertenecía literariamente a una época en que el alma de la América española se prendó de un París finisecular y en que la prosa y poesía hispanoamericanas se afrancesaron algo versallescamente. Rubén Darío, hijo del trópico como Gómez Carrillo, aunque como gran poeta más americano, manos deraciné, condensa, reúne y preside este fenómeno a través del cual nuestra América no asimiló tanto a la Sorbona como al boulevard. Boulevard arriba, boulevard abajo, caminaba todavía Fray Candil, cuando en 1919, me instalé yo por primera vez en la terraza de un café de París, a pocos pasos del café napolitano, donde Gómez Carrillo completaba una peña inestable y compósita. Pero ya ni el boulevard ni Fray Candil, interesaban como antes. Por el boulevard había pasado la guerra, el armisticio, la victoria. Y a la América Latina le había nacido un alma nueva.
A las generaciones post-bélicas, Europa le sirve para descubrir a América. Tramonta cada día más esa literatura de emigrados que, en la crónica, representa Gómez Carrillo. El cosmopolitismo -que puede parecer a algunos un rasgo común de una y otra época literaria- nos conduce al autoctonismo. Además el cosmopolitismo de ahora es distinto al de ayer, también cosa de boulevard, emoción de París. Gómez Carrillo visitó Jerusalén y el Japón sin abandonar sentimental ni literariamente su café parisiense. Con el viajaban siempre sus recuerdos literarios, sus clichés sentimentales. No nos dio nunca, por esto, una visión directa y profunda de las ciudades y de los pueblos. Amó y sintió a los paisajes según la literatura. No descubrió jamás un tópico origen, un sentimiento inédito. Por esto, ignoró siempre a América. Su nomadismo intelectual prefería el último exotismo de moda en un París más Henri Bataille que Paul Bourget. “Jerusalem la Tierra Santa”, “El Japón Heroico y Galante”, “Flores de Penitencia” son otras tantas estaciones del itinerario sentimental de un burgués parisiense de su tiempo. Tiempo de voluptuoso y crepuscular snobismo que se enamoraba versátil lo mismo de Mata Bari que de San Francisco. Anatole France, Gabriel D’Annunzio, diversos pero no contrarios, resumen su espíritu: culto galante de la “mujer fatal” sobre todas las mujeres, epicureísmo, humanismo y donjuanismo burgueses; helenismo de biblioteca y misticismo de menopausia; libídine fatiga y lujo industrial y rastacuero; “La Falena” y “El Martirio de San Sebastián”. Una decadencia no es siquiera exasperada y frenética de “La Noche de Charlotemburgo”, porque no es todavía la noche sino el crepúsculo.
Gómez Carrillo partía de un cabaret de Tebaida. De su viaje libresco -literatura- no imaginación, regresaba con sus artificiales “Flores de Penitencia”. Sabía que un público de gustos inestables se serviría de sus morosos y facticios éxtasis, cristianos con la misma gana que su última crónica del “demi-monde”.
Cortesano de los gustos de su clientela, Gómez Carrillo, esquivó lo difícil, se movió siempre sobre la superficie de las cosas que era casi siempre y brillante como un azulejo. La forma en Gómez Carrillo no era estructura ni volumen. No era sino superficie, y a lo sumo, esmalte. El rasgo de la “crónica” de su tiempo era la facilidad, rasgo característico. Nuestro tiempo ama y busca lo difícil. Lo difícil, no lo raro. La literatura difícil, como lo observa Tribaudet, conquista por primera vez, la popularidad, el mercado.
El “cronista” típico carece de opiniones. Reemplaza el pensamiento con impresiones que casi siempre coinciden con las del público. Gómez Carrillo era sobre todo un impresionista. Esto era lo que en él había de característicamente tropical y criollo. Impresionismo: he ahí el, rasgo más peculiar de la América criolla o mestiza. Impresionismo: color, esmalte, superficie.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Samuel Glusberg, 1/11/1927

Buenos Aires, 1° de noviembre de 1927
Sr. D. José Carlos Mariátegui
Mi querido compañero:
Mil gracias por su carta y los libros. Ya conocía La Escena Contemporánea. De ahí saqué precisamente su estudio sobre el “Semitismo y el antisemitismo” para los Cuadernos literarios de Oriente y Occidente. Supongo que ya está en sus manos el primer número. Pronto le mandaré el cuaderno dedicado a Heine. Lamento no tener un retrato suyo y algunas noticias concretas sobre vida para hacer una nota periodística. De cualquier modo diré dos palabras en el próximo cuaderno. Mándeme algún artículo referente a su persona. He visto varios en Repertorio Americano; pero muy poco informados. Aquí se le aprecia mucho y de venir usted a Buenos Aires se encontraría con numerosos amigos.
Waldo Frank me escribió últimamente que el Sr. Garro le pidió autorización para traducir algunas novelas suyas y que él le indicó que se dirigiera a mí puesto que yo tenía reservados los derechos con prioridad. No he recibido ninguna carta del Sr. Garro; pero si usted cree que dicho señor puede traducir a conciencia los libros de Frank mucho me gustaría que lo hiciera. En cuanto al pago no le puedo ofrecer de inmediato una suma de dinero. Puedo, sí asegurarle que a medida que se venda el libro le giraré lo que le corresponda. Frank tiene interés en que no se traduzca solamente sus libros de ensayos. Por eso ante mi empeño en publicar Our America él me pide que también le haga traducir una novela. Me gustaría que fuera Holiday por su asunto y por su corta extensión. Hágame pues el bien de ponerme en relación con Garro siempre que Ud. lo crea capaz de hacer a conciencia una traducción de Frank. Que Garro me envíe cuanto antes Nuestra América; yo le haré llegar un prólogo especial de Frank. Y perdóneme la molestia que le ocasiono. Pero tengo entendido que Ud. es amigo de Garro.
No recibí los números de Amauta que me anuncia. Me faltan los números 1, 2, 5 y 9 para la colección. Pídame los ejemplares de Babel que le ofrezcan algún interés.
Quedo como siempre a sus órdenes. Mientras lo saludo muy cariñosamente.
Glusberg

Glusberg, Samuel

Carta de Óscar Herrera, 29/10/1927

Buenos Aires, 29 de octubre de 1927
Mi querido Mariátegui:
Acabo de recibir y leer su carta del 30 de setiembre, por lo que veo unas cartas demoran más que otras en llegar a Buenos Aires, pues junto con la suya acabo de recibir una de mi casa que está fechada muy posteriormente. Hoy es día de correo para el Perú y por eso me apresuro a escribirle a fin de que tenga Ud. mi respuesta lo antes posible.
La carta que Ud. me escribió, a poco de salir del Hospital de San Bartolomé, la recibí oportunamente y conforme a sus indicaciones la mostré a Seoane y, algo más, la leí en la sesión que celebró nuestra célula del A.P.R.A. Siguiendo mi costumbre contesté su carta aprovechando el primer correo salido después de su recepción y le hablaba entonces de la favorable acogida que Ud. tendría en esta gran ciudad por las gentes de letras, que conocen bastante su obra y aprecian su valor debidamente. Le decía posteriormente, al escribirle por segunda vez sobre la posibilidad de su venida a ésta, que el Dr. Alfredo Palacios se había comprometido espontáneamente a presidir una manifestación que le recibiría a Ud. en la estación del ferrocarril. Además el maestro Palacios estaría dispuesto a dejar pesar toda su influencia para conseguirle a Ud. ocupación periodística, igual cosa ha prometido también, a Beltroy, Luis Góngora, que trabaja en Crítica, como crítico de teatro.
En un principio Ud. y su familia podrían contar con el apoyo material de Palacios y el mío, que por lo menos alcanzaría para cubrir los gastos más urgentes. Sánchez Viamonte, preside el Socorro Rojo, y él ha prometido que esta entidad también podría contribuir, durante el tiempo que Ud. estuviera sin trabajo, con algo para su sostenimiento.
El director de Atlántica, una lujosa revista de intelectuales, me ha dicho, hablando sobre la posibilidad de su venida, que él está dispuesto a ayudarle a levantar en Buenos Aires la empresa editorial que sacará Amauta. En una palabra Ud. en Buenos Aires no sólo tendría asegurado su éxito como intelectual sino también su pasar hogareño.
En cuanto yo tuviera la seguridad de su venida podría iniciar una colecta pro recepción, dentro del mismo círculo de gentes donde se hizo la protesta por su prisión. Me imagino que habrá Ud. leído en Nosotros la larga lista de firmantes. En toda esta labor podríamos estar ayudados por los muchachos de la célula de Buenos Aires, todos los cuales lo aprecian mucho y tienen buena voluntad para servirle.
Esta carta la confío a otra dirección que las anteriores y tendría un gran placer en que Ud. la recibiera.
A varios compañeros de ésa les he escrito y me consta que algunos de ellos han recibido mis cartas y al referirme a Ud. he hecho mención de Ud. y el seguro éxito de su estada en Buenos Aires, me sorprende que no le hayan dicho nada.
De Haya sólo sabemos que está en Boston acogido bajo la hospitalidad de una asociación de intelectuales, que le invitó a dar un ciclo de conferencias. Ha prometido escribirnos extensamente y esperamos recibir correspondencia de él en estos días. Ravines continúa en París y escribe que lo pasa bien, no obstante las pequeñas fallas de nuestras remesas, debido a nuestra fatal inconstancia, en unos casos y a la mala suerte en otros, que ha mermado nuestro fondo de reserva de la célula de Buenos Aires. Por eso es que yo no cuento en mis planes sino transitoriamente con la colaboración de estos muchachos de la célula inclusive Seoane, que es uno de los que más pronto se cansan.
Si Ud. viene a Buenos Aires yo alquilaré una casita en los alrededores o en un pueblito vecino y viviré en su grata compañía, por supuesto yo correré con todos los gastos que pueda. Salvo que Ud. tenga mejores proposiciones. Debo sí comunicarle que la casa de Paseo Colón se disolvió, debido al divorcio de los esposos Seoane-Cavero.
Estoy enteramente a sus órdenes para todo lo que pueda Ud. necesitar.
Sin más por el momento reciba mi cordial abrazo de compañero y fraterno amigo.
Óscar
Nota.- Heysen está todavía en La Plata, según me dicen muy escaso de fondos debido a que ya su familia no le manda nada, y tiene que vivir de su trabajo, que en la iniciación es mal remunerado. Este engreído muchacho necesita de esta prueba, hasta ahora ha vivido como hijo de familia y recién se vale por sí mismo, el cambio ha sido de un momento a otro pero siempre, aunque doloroso, le servirá para templarse mejor.

Herrera, Óscar

Carta a Enrique Bustamante y Ballivián, 15/10/1927

Lima, 15 de octubre de 1927.
Señor Enrique Bustamante y Ballivián
Montevideo.
Mi querido Bustamante:
No le sorprenderá a Ud. el que sólo hoy conteste su carta del 30 de mayo y le acuso recibo de Odas Vulgares, en cuanto se entere de que en los últimos meses, después de los días agitados de mi prisión y la persecución de mis amigos, estuve muy enfermo primero, y ausente de Lima después. En busca de clima y Sol, tuve que pasar una temporada en Chosica, sometido a un tratamiento que me imponía ante todo absoluto reposo. He tenido, por esto, que desatender mi correspondencia; y ahora me tocaría hacer frente a un enorme trabajo epistolar si la censura postal no hubiese resuelto aligerarme esta fatiga mediante el secuestro de casi todas las cartas e impresos llegados para mí de junio a la fecha.
El descomunal bluff del complot comunista se ha desvanecido, en tanto. De suerte que, apenas restablecido, he podido abordar el problema de la reorganización de Amauta dentro de ambiente más sereno. Yo me lo había planteado desde el primer momento en los siguientes inflexibles términos: o se me consentía continuar Amauta en Lima o yo tomaba el camino del destierro para establecerla en Buenos Aires. La rigidez de este dilema no procede naturalmente de que yo considere indispensable para la salud del Perú ni para la misión de su vanguardia la salida de Amauta, sino de que identifico momentáneamente con esta obra las posibilidades y el sentido mismo de mi trabajo intelectual en el Perú. A parte de que, personalmente, considero imposible vivir dentro de una atmósfera física y espiritualmente sofocante. La justificación de mi permanencia aquí, la encuentro enteramente en mi trabajo.
Por fortuna, parece que el presidente se da cuenta de que las razones que pueden abogar por la supresión de Amauta son de un orden subalterno al lado de las que amparan mi derecho o mejor mi reivindicación. Y así tengo ya casi absolutamente conseguida la reconsideración de la precipitada orden de clausura. Amauta reaparecerá en noviembre.
Con su carta del 30 de mayo, recibí un cheque por Lp.6.4.00. Con el N° 10 de Amauta quedará constituida la Sociedad Editora a la cual Ud. ha querido suscribirse con dos acciones, cuya primera cuota está abonada. No tengo que decirle cuánto agradezco su cooperación. Como está anunciado, al mismo tiempo que la revista la Sociedad editará una serie de libros. Le envío "Tempestad en los Andes" de Valcarcel. Le seguirá la selección de la obra completa de Eguren. Mandaré "Amauta" a la librería de Maximino García indicada por Ud. Dígame si debo enviar ahí también los libros o si es preferible establecer el intercambio con el "El Palacio del Libro".
El ejemplar de "Odas vulgares" desapareció del escritorio en los días de mi prisión. Le ruego repetir envío, porque no había llegado sino a ojear algunas páginas. Creo que está en ese libro lo mas característico de su labor poética, dentro de nuestra literatura. Quiero leerlo atentamente para fijar mi juicio.
Mi salud ha mejorado bastante y espero que la buena estación me permita una actividad apreciable. Publicaré dos libros: "10 ensayos de la realidad peruana" y "Polémica revolucionaria".
Espero obtener también garantías completas para mi correspondencia personal. Entre tanto diríjame sus noticias a "Librería Minerva" Sagástegui 669 o a Amalia Vda. de Mariátegui. Sagástegui 663.
Muy cordialmente lo abraza su amigo y compañero.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

En torno a Sanín Cano

Sanin Cano, coincide sin duda con Bernard Shaw en la apreciación del periodismo. No aspira al título de ensayista ni de filósofo porque le basta el título de periodista. Y si periodismo es todo lo que pretende Bernard Shaw, el escritor colombiano se contenta con una clasificación que no oscurece ni disminuye sus méritos de pensador y polígrafo.
Urge convenir en que el descrédito del periodista, particularmente en Hispano América es justificado. El periodismo, ejercido generalmente por una muchedumbre más o menos anónima de diletantes, aparece como un género que no requiere ninguna preparación cultural y ninguna aptitud literaria. El periodista se supone el derecho de discurrir de todo sin estar enterado de nada. Frente a una cuestión económica o a una doctrina social, el diletante no se sienta jamás embarazado por su ignorancia. Lo sostiene una confianza excesiva de que la ignorancia de sus lectores sea aún mayor. El socialismo sufre en la prensa las más inverosímiles desfiguraciones por obra de gentes de las cuales no solo se puede decir que no han leído nunca a Marx, Engels, Lasalle ni Sorel, sino que serían absolutamente capaces de entenderlos-
Pero se manifiesta ya un movimiento de reivindicación de la profesión de periodista. Esta reivindicación no se reduce por su puesto al empeño Henri Berand en demostrar que un reportero puede escribir tan bien como el mejor literato (Las mediocres novelas de Henri Berand, en verdad, no lo prueban todavía). El artículo del escritor responsable y calificado desaloja crecientemente de la prensa a la divagación inepta del gacetillero. El público distingue cada vez más las varias jerarquías de periodistas.
Esta sección debe mucho en el sector hispánico a la obra de Sanín Cano que ha contribuido poderosamente a elevar el comentario y la crítica periodísticos con visible influencia del público y en especial del que no llega al libro.
Durante el apogeo del cronista durante el cual la predilección de los lectores fue acaparada por escritores del tipo de Gomes Carrillo ha seguido un periodo del apogeo del ensayista. Lo que demuestra que al lector no le basta ya la sola anécdota.
Se destaca frecuentemente como uno de los rasgos mayores de Sanín Cano, su humorismo. La aparición de este “filósofo de la risa” según Araquistain -quien corrobora un concepto de Armando Donoso a propósito de Arturo Candela, es uno de los signos de maduramiento literario de Hispano América.
El agudo escritor colombiano, es sin disputa un humorista. Pero su humorismo no es su cualidad sustantiva, la que más lo distingue entre los ensayadores del Continente. A pesar de su humorismo, el diría que precisamente por su humorismo, -Sanín Cano se singulariza por su pensamiento circunspecto, coherente y hondo. Su gesto de escéptico no le impide guardar una leal y honrada devoción a algunas ideas fundamentales, vervigracia la idea de la libertad. La ironía, el humor, en ningún momento restan seriedad ni unidad a su pensamiento. Sanín Cano se comporta siempre como un espíritu constructivo, que asume libre, pero fielmente una misión docente en la evolución intelectual de estos pueblos. No lo atrae el apostolado, pero quiere cumplir sin alarde y sin desplante una obra de orienta(...).
(...) generación ponderada que, con Rodó se impuso el gesto de la línea ateniense (Sanín Cano sin embargo no es muy indulgente con algunos aspectos del patrimonio greco-romano. Véase su ensayo “Bajo el signo de Marte”). La generación de hoy por razones de época, piensa y obra con un ritmo más acelerado. Le toca acompasarse a una hora de violencia. Pero salvada esta diferencia de pulsación espiritual, puede reconocer en Sanín Cano un precursor y hasta un maestro por su pasión de verdad y de justicia.
Ante el fenómeno norteamericano, Sanín Cano ha tenido siempre una actitud de vigilante defensa de la autonomía y de la personalidad de la América Latina. Hace poco incitaba a su país a la previsión de los peligros de los préstamos yanquis.
Pocas actitudes de su pensamiento a mi juicio, definen su ambición como la justicia que hace a Brandes en estas palabras: ”La suerte de Brandes riva a la idea de la libertad de su más alto representante y de su más asiduo y eficaz defensor en los últimos sesenta años. Mientras otras inteligencias ochocentistas, claudicaron y se rindieron, escondiendo en pliegues de sutil ironía su escepticismo en materia de libertades, Brandes perseveró siempre dedicado a los principios formulados ruidosamente con estupenda claridad y hermosura en su conferencia del año setenta”.
Me complace en haber coincidido con Sanín Cano en la estimación del que yo también considero como el mayor mérito del pensador americano.
A Sanín Cano sus pósteros le reconocerán el mismo mérito de haberse conservado fiel al pensamiento liberal y progresista en una época en que turbados por la atracción reaccionaria, lo renegaban la mayoría de sus más veteranos(...).

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Luis A. Rodríguez O. (Luis de Rodrigo), 30/9/1927

Lima, 30 de octubre de 1927
Sr. Luis a. Rodriguez
Juliaca
Estimado amigo:
Me es grato comunicarle que después de un quebrantamiento de mi salud que me ha obligado a una prolongada interrupción de mi trabajo, me preparo a reorganizar "Amauta" para lograr lo cual espero y reclamo la mas eficaz cooperación de todos los amigos que, identificados con los ideales de la revista, desempeñan su representación en provincias.
Confío en que la gestión encaminada a conseguir la aparición de "Amauta" ha terminado, pues tengo el firme propósito de establecerla en Buenos Aires si no consigo reanudar en seguida su aparición aquí, como fundadamente espero.
Sírvase dirigir su correspondencia a la administración de la "Editorial Minerva". Sagástegui 669.
Anticipándole mi reconocimiento por el concurso que nos preste Ud. en esta labor, me complazco en saludarlo muy cordialmente y en suscribirme su atto. amigo y compañero.
[Firma de José Carlos Mariátegui]
P.D.- Perdone que no le haya contestado hasta hoy sobre el presupuesto para un pequeño libro. Según el tiraje, el costo de 100 pág. es de Lp. 22 a 30. Vale.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 30/9/1927

Lima, 30 de setiembre de 1927
Señor D.
Samuel Glusberg
Buenos Aires.
Muy estimado compañero:
A mi regreso de Chosica, pueblecito del centro a donde fui a convalecer de un ataque de reumatismo articular, he encontrado su grata carta del 26 de julio, que ha escapado de ser interceptada seguramente por venir certificada, porque después de los últimos sucesos mi correspondencia está sujeta a constante interceptación.
Le debo el más profundo reconocimiento por el telegrama que, con la adhesión de ilustres compañeros, dirigió Ud. al presidente Leguía. Y le ruego transmitir a cada uno de los firmantes las protestas de mi gratitud y mi amistad. Estuve preso en el Hospital Militar seis días, vencidos los cuales se me devolvió a mi casa con la advertencia de que continuaba a la disposición de la policía.
La burda farsa del ‘complot comunista’ se desacreditó en breve tiempo, no obstante la colaboración de la prensa en su mantenimiento. Las publicaciones rectificatorias hechas fuera han penetrado en buen número y, hasta en copias a máquinas han circulado profusamente, influyendo en la formación del juicio público. Trataré de reanudar en Lima la publicación de Amauta. Si no pudiera conseguir la reconsideración de su clausura, me dedicaré a preparar mi viaje a Buenos Aires para establecer ahí la revista, que tiene extensa base de circulación americana, y seguro éxito en el Perú, donde la considerable importación de revistas argentinas consiente introducirla en gran escala, aun en el caso de que se prohíba su entrada. Me sería absolutamente imposible permanecer sofocado aquí material e intelectualmente. Mi presencia en el Perú debe tener un objeto. Si lo pierde, nada la justifica.
Le he mandado por correo certificado dos libros de Minerva: el mío y el Nuevo Absoluto de Iberico Rodríguez. En estos días le enviaré Tempestad en los Andes de Luis E. Valcárcel. El de Panait Istrati está traducido por otras editoriales. Se hizo además un pequeño tiraje del cual quedan muy pocos ejemplares. Le agradezco el anuncio de las ediciones que corresponderé apenas reaparezca Amauta.
Deploro no poder complacerle en la traducción de Holiday de Waldo Frank. Mi conocimiento del inglés es muy limitado para intentar la traducción de una obra literaria. Sólo me atrevo a asumir la responsabilidad de los idiomas que domino perfectamente como el del francés y del italiano. Recibí el ejemplar de la novela; lo guardo a su disposición. En Buenos Aires no será difícil encontrar quien haga una buena versión.
No sé si antes del 26 de julio y después de la carta que le contesté en abril, me haya escrito Ud. otra vez. Diríjame su correspondencia bajo sobre rotulado Anna María Chiappe, Washington izquierda 544. Le he remitido los últimos números de Amauta del 5 al 9.
Con devotos sentimientos de amistad, le estrecha la mano cordialmente su afectísimo compañero.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Esperanza Velázquez Bringas, 3/8/1927

México, D.F., 3 de agosto de 1927
Señor doctor don
José Carlos Mariátegui.
Casilla de Correos 2107.
Lima-Perú
Muy distinguido amigo:
Acabo de recibir un recorte de su hermoso comentario sobre “México ante el mundo” por el Presidente Calles, y el cual aparece en la revista Variedades.
Me ha gustado tanto su opinión que la insertaré en la próxima edición del boletín de esta Secretaría de Educación Pública.
Acabo de saber que usted se encuentra ya libre después del penoso incidente en que se ha visto envuelto.
Deseando a usted toda ventura personal y mental y en espera de sus órdenes, me es grato suscribirme su atenta y segura servidora y amiga.
Esperanza Velázquez Bringas

Velázquez Bringas, Esperanza

Carta de Samuel Glusberg, 26/7/1927

Buenos Aires, 26 de julio de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui
Muy estimado compañero:
Aunque estoy esperando carta con noticias suyas acerca de su salud y su estado de ánimo me decido a escribirle a su vieja dirección postal porque tengo algunos asuntos de interés común que comunicarle. De seguro, ha recibido Ud. los ejemplares de Babel que le remití. Yo todavía estoy esperando el número 9 de Amauta que no estoy seguro si alcanzó a salir. Ojalá me llegue pronto junto con otros números. ¿Y los libros de Minerva? Como Ud. habrá visto continúo anunciando su libro y el de Panait Istrati— y a propósito de libros y traducciones debo comunicarle que he recibido carta de Waldo Frank en la que me habla de Ud. muy elogiosamente. Yo le estoy gestionando su venida a Buenos Aires para principios del año próximo y pienso con tal motivo publicarle su libro Our America. Como la Revista de Occidente va a publicarle Virgin Spain, otro libro de ensayos, Frank, me pide muy encarecidamente la publicación de algunas de sus novelas y yo he pensado en Ud. ¿No podría Ud. traducir Holiday? Le mando la edición original. Quizás le interese a Ud. para hacer un volumen de Minerva. Yo podré adquirir 300 ejemplares o más para Buenos Aires. De cualquier modo, siempre que Ud. pueda traducir Holiday seguro de que será publicada en Lima o Buenos Aires. Frank insiste en pedirme un traductor responsable y comprensivo. Un mozo argentino que murió en New York: Héctor Roca tradujo una gran parte de Our America; pero hasta la fecha yo no he podido conseguir los originales. Ya lo tendré al tanto de cualquier novedad respecto de este asunto. Mientras le envío Holiday por certificado por si Ud. no posee esta obra. Creo que puede interesar mucho a nuestro público por su conflicto de razas, etc. Escríbame cuando pueda y téngame como siempre a sus órdenes. Muy cordialmente
Glusberg
P.D. ¿Podrá Ud. enviarme su vera efigie o un dibujo reproducido por ahí?

Glusberg, Samuel

El caso Daudet

El caso Daudet

No sé si entre las fobias del espíritu reaccionario y anti-moderno de León Daudet, figure la del teléfono. Pero sabemos, en cambio, hasta qué punto Daudet detesta y condena “el estúpido siglo diecinueve” contra el cual ha escrito una fogosa requisitoria. Se puede chicanear todo lo que se quiera respecto al alcance de este odio del exuberante panfletario de “L’Action Francaise”. No será posible, empero, repudiar del siglo diecinueve el pensamiento o la literatura -liberalismo, democracia, socialismo, romanticismo- para aceptar y usufructuar, sin ninguna reserva, su ingente patrimonio material o físico. En ningún caso, la crónica puede dejar de registrar el hecho de que el factor capital de la fuga de León Daudet de la cárcel ha sido el teléfono o, lo que es lo mismo uno de los instrumentos que forman parte de la herencia del “estúpido siglo diecinueve”.
Esta fuga constituye el lance más ruidoso de la aventurera existencia parisina de León Daudet. La excomunión de “L’Action Francaise”, el diario monarquista y católico de Daudet y Maurras, interesó mucho menos al mundo y a la propia Francia, donde ahora parece que el cinematográfico golpe de escena de los “camelots du roi” ha sacudido las mismas bases del ministerio. La política de la Tercera República exhibe en este periodo toda su puerilidad presente. Unos cuantos muchachos monarquistas y un teléfono incógnito bastan para conmoverla, comprometiendo irreparablemente el prestigio de sus cárceles, la seriedad de sus alcaides y la reputación de su sistema judicial y penitenciario.
León Daudet no cumplía en la cárcel de la Santé una condena política. Su prisión, como es sabido, no se debía a un accidente de trabajo propio de su carrera de panfletista político. Tenía su origen en las acusaciones lanzadas por Daudet contra el funcionario de policía que intervino en el descubrimiento del suicidio de su hijo Felipe. Como se recordará, Felipe Daudet que fugó de su hogar turbado por una oscura crisis de consciencia apareció muerto de un balazo en un taxi. La crispada mano del atormentado adolescente empuñaba un revólver. El suicidio, según todos los datos, era evidente. Mas León Daudet pretendió que su hijo había sido asesinado. El crimen, a su juicio, había sido planeado en una asombrosa conjuración de anarquistas y policías. Daudet sostuvo esta acusación ante los jueces llamados a investigar el hecho y esclarecer su responsabilidad. El fallo del tribunal le fue adverso. De este segundo proceso, salió condenado a cuatro meses de cárcel.
Su prisión se presenta, por tanto, como un incidente de su vida privada, más bien que por su lucha política. Pero en la biografía de un político es sumamente difícil separar lo personal, lo particular, de lo político y de lo público. Daudet, condenado, encontró la solidaridad de “L’Action Francaise” y de la “Liga Monarquista”. Los más ardorosos de sus amigos se aprestaron a resistir por la fuerza a la policía. El local de “L’Action Francaise” se convirtió en una barricada. Daudet acabó, siempre, por ser aprehendido. Mas, a poco tiempo, los “camelots du roi” se han dado maña para sacarlo de la cárcel. Es probable que a la carrera política de Daudet conviniera más el cumplimiento moral de la condena. El prestigio popular de un condottiere se forja en la prisión mejor que en otras fraguas inocuas. Hoy como ayer, no se puede cambiar un orden político sin hombres resueltos a resistir la cárcel o el destierro .Este es, por ejemplo, el criterio del Partido Comunista francés, que no se manifiesta excesivamente interesado en ahorrar a su Secretario General, Pierre Semard, libertado por la treta monarquista al mismo tiempo que León Daudet, los meses de cárcel a que ha sido condenado a consecuencia de su propaganda revolucionaria.
El hecho de que los “camelots du roi” no sean capaces de la misma actitud demuestra hasta qué punto estos buenos y bravos muchachos, y su propio capitán, son políticamente negligibles y anacrónicos. Para un revolucionario -Semard, Cachin, Marté, etc.-, una prisión es simplemente un “accidente del trabajo”; para León Daudet es, más bien, una aventura, efecto y causa de otras aventuras. Toda la historia del acérrimo monarquista asume el carácter de una gran aventura, más literaria o periodística que política. Es una gran aventura romántica.
Porque León Daudet que, mancomunado con Charles Maurras, abomina el romanticismo y de sus consecuencias políticas e ideológicas, no es en el fondo otra cosa que un romántico, un superstite rezagado del propio romanticismo que reniega y repudia. Ese romanticismo, a su tiempo, representó la creencia en la revolución liberal, en la República, etc. Pero, al envejecer o degenerar, cuando estos ideales aparecieron realizados, cambió esta creencia vigente o válida aún, por la pasada y caduca del rey y la monarquía. El nuevo romanticismo, el nuevo misticismo, aporta otros mitos, los del socialismo y del proletariado. Ya he dicho alguna vez que si a Francia le aguarda un periodo fascista, los condottieri de esta reacción no serán, ciertamente, ni Charles Maurras, ni León Daudet. Los directores de “L’Action Francaise” tendrían que contentarse, en la historia del hipotético fascismo de Francia, con el rol de precursores literarios o a lo sumo espirituales -asignado, verbigratia a D’Annunzio o Marinetti, en la historia del fascismo de Italia-. Casi seguramente, el fascismo en Francia se acomodará a la República del mismo modo que en Italia se ha acomodado a la Monarquía. Los servicios de Daudet y Maurras a la causa de la reacción no ganarían demasiado en categoría. Por lo pronto, el embrionario fascismo francés que tiene su promotor o capitán en George Valois, se presenta en abierta disidencia con los monarquistas de “L’Action Francaise”, a los que, por otra parte, la Iglesia no había excomulgado si existiera alguna razón para el catolicismo y la monarquía asociasen en Francia sus destinos.
El rabelaisiano y bullicioso panfletista de “L’Action Francaise”, a pesar de este y otros episodios y aventuras, no muestra mucha aptitud de cumplir en Francia una considerable función histórica. Es un hombre de mucho humor y bastante ingenio a quien, bajo la tercera república, no le ha sido muy difícil echar pestes contra la democracia y pasar por un terrible demoledor. No le ha faltado en su aventura periodística y literaria el viático de opulentas duquesas y graves abates. Su declamación panfletaria se ha acogido a los más viejos principios de orden, de tradición y de autoridad. Y, en su prisión, lo que más lo ha afligido, -si mantenemos la preocupación de Madame Daudet- ha sido la deficiencia del menú, la parvedad de la mesa Por mucho que se trate de idealizar la figura, ciertamente pintoresca y bizarra, Daudet resulta, en último análisis, un pequeño burgués gordo y ameno, de tradición un poco bohemia y un mucho romántica, descendiente de esos cortesanos liberales y heréticos del siglo dieciocho, que se desahogaban en la charla salaz y en la mesa copiosa su vivacidad tumultosa, incapaz de ninguna rebeldía real contra el rey ni la Iglesia.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta al Presidente de la Federación Gráfica de la Ciudad, 14/5/1927

Lima, 14 de mayo de 1927
Compañero Presidente de la Federación Gráfica del Perú
Ciudad.
Seguros del interés y adhesión que el espíritu y la labor de "Amauta" encuentra en las organizaciones obreras que más genuinamente representan a las clases trabajadoras, nos dirigimos a esa institución para solicitar su concurso en la constitución de la Sociedad Editora Amauta.
La circular adjunta contiene una exposición precisa de las bases y fines de la Sociedad, cuyo programa es de la revista "Amauta" sintetizando en la frase de su editorial de presentación: "Queremos crea un nuevo Perú en el mundo nuevo".
Invitamos a esa institución que ocupa un puesto de vanguardia en la organización obrera a concurrir como accionista a la formación de la Sociedad Editora Amauta.
Agradeciendo la acogida que dispense a esta invitación, rogamos a Ud. transmitir a esa organización el cordial saludo de los redactores de "Amauta".
por "Amauta"
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Emilio Pettoruti,9/5/1927

Lima, 9 de mayo de 1927
Querido Pettoruti:
Le he dado continuamente noticias mías por medio de breves postales. Mi trabajo y mi salud no me permiten otra cosa. Pero ya le escribiré largo y tendido.
Le adjunto unas fotografías de cuadros de Sabogal. En el N° 6 de Amauta se publicaron con una carta mía. Le mandaré pronto una corta biografía. Sabogal me dice que le mandó hace meses un paquete certificado con algunas maderas suyas y que [no] sabe aún si lo recibió Ud. porque no le ha acusado recibo hasta ahora.
Como le he prometido, le mandaré también fotos de Camilo Blas que está actualmente en Arequipa. Dentro de poco vendrá a Lima. Entonces le pediré las fotografías.
Me intereso profundamente porque coloque Ud. en Crítica o Caras y Caretas, como colaborador a un escritor peruano muy amigo mío, Félix del Valle, que se halla en Madrid. Fue a España en una misión de estudio. Y de pronto se ha quedado sin renta antes de encontrarse en grado de ganar lo bastante allá. Colabora en El Sol. Y es un hinchado de talento. Seguramente él le escribirá a mi nombre.
¿Qué proyectos tiene Ud.? Por qué no se anima a visitar el Perú? El Ministro del Perú en Buenos Aires, Miguel A. Checa, podría tal vez proporcionarle, por cuenta del gobierno, los pasajes. Ud. podría visitarlo y decirle que antes de partir para Europa —adonde lleva Ud. el propósito de hacer triunfar el arte peruano dentro del americano—, desea Ud. estudiar de cerca el estilo y las ruinas incaicas.
Muy cordialmente le abraza
José Carlos Mariátegui
Las fotografías van certificadas, con el número 6 de Amauta.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Xavier Abril, 6/5/1927

Lima, 6 de mayo de 1927
Señor Xavier Abril
Madrid.
Querido y recordado Xavier:
Contesto sólo hoy sus dos cartas, una del 16 de noviembre y otra del 30 de diciembre, por un exceso de trabajo que frustra mis mejores intenciones de puntualidad epistolar. Ud. sabe además que este trabajo exorbitante pesa sobre una salud muy resentida e inestable.
Pero debe Ud haber recibido, como un mensaje, desde que está Ud. en Madrid, Amauta. Los siete números publicados después de su partida le han sido remitidos. Creo que en cuatro de ellos está presente su firma
Tengo aún por publicar algunos poemas de Ud. Publicaré uno en el próximo número y los restantes en el siguiente. Ud. sabe bien que su colaboración me es muy estimada.
De Oquendo, de Lora, de Edil. Zuleta y de algún otro de los que Ud. nombra he recibido y publicado colaboración. Julio Castillo estuvo a visitarme y anunciarme la suya; pero no ha vuelto. Enrique Peña me ha traído algunos poemas que saldrán próximamente. No crea Ud. que me dejo influir por sugestiones de grupo o de personas. No conozco cabalmente a todos los nuevos, pero me parece difícil que alguno de verdadero y revelado valor no tenga su sitio en mi estimación. Mas no puedo ser un crítico agnóstico. Rechazo la idea del arte puro, que se nutre de sí mismo, que conoce únicamente su realidad, que tiene su propio y original destino. Este es un rito de las épocas clásicas o de remansamiento; no de las épocas románticas o de revolución. Por esto, entre un ensayo vacilante, pero de buena procedencia de épica revolucionaria, y un mediocre producto de lírica de exorbitante subjetivismo, prefiero siempre al primero.
Amauta ha ganado hasta ahora su batalla. Esta es una segunda fase: la de su estabilización y desarrollo. La necesidad de sostener una difusión amplia, con alto gasto de tiraje y correo, nos ha movido a la constitución de una pequeña sociedad editora, cuyas bases están en el No. 8 (Con un error: las acciones son de 5 no de l0 lp.).
Mándeme siempre notas, prosas breves. De Ud. y de otros. Salude a Guillermo de Torre y pídale algo para Amauta que es ya una tribuna hispano-americana. Va a todos los países de Hispano-América.
A Valle, a quien también soy deudor de una respuesta, le escribo por este mismo correo.
Bazán lo recuerda con mucho cariño.
Y yo lo abrazo cordialmente
[Firma de José Carlos Mariátegui]
P.S. con Pablo he charlado una mañana muy cordialmente. Me ha prometido venir nuevamente. Lo espero.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Juan Mantovani, 5/5/1927

Bueno Aires mayo 5, 1927
Señor José Carlos Mariátegui
Lima.
Estimado Señor.
El amigo Gabriel del Mazo le enviará algunos ejemplares de los números 1 y 2 de este año de "Nueva Era", órgano de la Sección Argentina de la Liga Internacional de la nueva Educación. En el número de abril último, se publica una carta de su compatriota Víctor Raúl Haya de la Torre.
Los pocos compañeros que formamos "Nueva Era", conocemos los prestigios de Ud. como intelectual y revolucionario, a través de sus frecuentes publicaciones de "Amauta", y por su libro "Escena Contemporánea" muy difundido entre nosotros.
Fácilmente se explicará Ud. el interés especial que tenemos en publicar en "Nueva Era" algunas páginas suyas, su fuera posible con un tema educacional o que tenga relaciones con la educación nueva.
Conociendo la amistad que une a Ud. con Haya de la Torre y con Gabriel del Mazo, ambos amigos míos también, a quiénes les dispenso los mejores afectos, me he permitido dirigirle estas líneas a nombre de todo el pequeño grupo de compañeros que en "Nueva Era" trabaja por propagar ideales y prácticas de una nueva educación en consonancia con los nuevos tiempos.
Saludo a Ud. con el mayor aprecio y consideración.
Juan Montovani
Calle Bustamante 313
2 Piso. F
Buenos Aires

Montovani, Juan

Carta de José María de Acosta, 2/4/1927

Madrid, 2 de abril de 1927
Sr. D. José Carlos Mariátegui.
Mi distinguido amigo y compañero:
He recibido su atenta postal dándome las gracias por la nota que tuve el gusto de dedicarle en ABC. Ahora y en vista de la aceptación que en muchas de esas repúblicas, especialmente en la Argentina y el Brasil, alcanzaban mis modestas notas bibliográficas, me han encargado en dicho periódico de una nueva sección titulada Letras ibero-americanas, dedicada exclusivamente a la crítica de obras americanas, lo que me permitirá desarrollar más intensamente la labor práctica de hispanoamericanismo que vengo haciendo.
Hace unos días tuve el placer de remitirle mi nueva novela Las eternas mironas, recién aparecida.
Le saluda cordialmente su buen amigo y compañero.
José Mª de Acosta
P.D. No he recibido más que un número de Amauta, el 2.

Acosta, José María de

Carta de Luis Varela Orbegoso (Clovis), 15/3/1927

Su Casa, 15 de marzo de [1927]
Señor D. José Carlos Mariátegui
Mi querido amigo:
Recibí su carta y los artículos de Vallecito.
Tomo con mucho gusto los artículos, abonando por ellos cinco libras que es lo mismo que di a Vallecito por otros dos que me envió y publiqué en el Boletín.
Pero, el pago no puedo hacerlo en el acto por que el número del 31 de marzo está ya en prensa y los artículos de Vallecito no podían aparecer sino en el número de junio y la Universidad sólo paga a la aparición del artículo. Tal vez podríamos hacer algo en favor de Vallecito, pero esto no podrá ser sino en los primeros días de mayo.
Suyo, con todo mi afecto
Luis Varela Orbegoso

Varela y Orbegoso, José Luis

Carta de Manuel A. Seoane, 10/3/1927

Buenos Aires, 10 de marzo de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui.
Lima.
Mi querido compañero:
Estoy encargado por Alfredo Palacios, que entiende así la división del trabajo, de redactar una carta de felicitación a Amauta, para que la firmen los intelectuales de avanzada argentinos. Me apresuro a comunicarle esta noticia, pues la idea ha de alegrarle hasta por la intención que lleva de borrar el mal efecto que causara la carta de los chocanistas. Palacios está evolucionando rápidamente, desencantándose de algunas ilusiones institucionales y colaboracionistas, por lo que, pronto, le enviaré algo de él o sobre él. Espero que la carta vaya antes de fin de mes. Procuraré que la trasmitan por telégrafo algunos corresponsales.
El ministro de México, que mereciera cierta expulsión del gobierno militar de Chile, hombre de izquierda, también admira Amauta y he pensado que una colaboración suya sería muy interesante. Igual cosa cabe decir de una hijita suya, poetisa, a la manera del Hai Kais, a quien he pedido algo, por intermedio de un amigo, para Amauta.
Este ministro, Rodolfo Ghioldi —también posible colaborador— y otras personas me han preguntado cómo se puede hacer para suscribirse.
Todo esto, colaboraciones, suscripciones, etc., me mueven a preguntarle si U. no tendría inconveniente en otorgarme la representación de Amauta, a fin de invocar un mayor título que el de la amistad. Sé que Herrera tiene alguna atribución, pero ignoro sus límites.
Le ruego que me conteste prontamente. En estos días le mando varias publicaciones, entre ellas la carta con que respondo a mi designación como miembro del grupo “Resurgimiento”. También irá un artículo sobre “Ubicación del presente momento social argentino” y otro sobre “Clasificación de la reforma estudiantil”.
Siempre a sus órdenes, cordialmente
M. Seoane
Bolívar 65 A o Paseo Colón 588 - Dto. 2-(1)
(1) También dirección de Cornejo Koster, con quien vivo. Vale.

Seoane, Manuel

Carta de la revista Der Sturm, 28/2/1927

Berlin, den 28, 2. 1928
Redaktion Amauta, Lima/Peru
Wir bitten höflichst um schnellste Nach, lieferung der uns fehlenden Nummern Jahrgang I no. 1 und 2 Ihrer Zeitschrift “Amauta”.
Zu Gedendiensten stest gern bereit
Hochachtungsvoll
Verlag Der Sturm G. M. B. H.

Editorial Der Sturm

Tarjeta Postal de Victoria Vargas, 12/2/1927

Cuzco, 12 de febrero de 1927
Sr.
José Carlos Mariátegui
Lima
Sin conocerle personalmente, pero sí espiritualmente, le saluda y agradece infinito, todo el bien, que me ha proporcionado, con su valiosa presentación, en una gira artística.
Su amiga y S.S.
Victoria Vargas S.

Vargas, Victoria

Carta de Dora Mayer de Zulen, 7/2/1927

Callao, 7 de febrero de 1927
Señor José Carlos Mariátegui
Lima
Distinguido amigo:
El señor Ricardo Castillo, Presidente del Centro Unión Hijos de Cajacay, está prosiguiendo con todo entusiasmo los trabajos para la organización de un homenaje a Zulen, para lo cual ha encontrado muy buen ambiente entre las sociedades indígenas radicadas en Lima y el Callao.
Zulen, removido ya de la esfera de las pueriles rivalidades en que se debaten los vivientes, bien puede erguirse ahora como figura simbólica de la redención de la Raza Indígena. Puede alcanzar ahora la gloria de constituir un centro de convergencia de las aspiraciones reivindicadoras del legítimo peruanismo, más potente con la elocuencia de su anhelo desde el reino pasivo de la muerte que desde el reino activo de la existencia terrestre.
Amauta tiene que participar en el tributo que va a rendirse a la memoria del paladín caído, Amauta que pretende recoger en un nuevo haz los rayos de la rebeldía contra el amortajamiento de un ser vivo y palpitante como lo es la estirpe incaica.
Fue Ud., amigo mío, director de Amauta, quien escribió en Mundial, el 6 de febrero de 1925, sobre una noche con Zulen en el Tercer Congreso Indígena, y sobre un encuentro de Zulen y Urviola en casa de Ud. Allí cita la palabra de Zulen: “el problema indígena es el único problema del Perú”.
Ud. tiene que continuar el hilo de las ideas que brotaron en su mente en aquellas dos ocasiones memorables, y volvieron a su imaginación a la hora solemne de la desaparición de Zulen del campo material de batalla.
Si la salud de Ud. no permite hablar con su voz propia a los que se agrupan alrededor de esa célula capaz de formar el núcleo de un naciente organismo, envíe Ud. un mensaje y un encargado de interpretarlo; ¿el señor Otten, pariente del indigenista francés, Sr. Edgar Jounod, o el que quiera de sus muchos colaboradores?
No consigo encontrar al señor Basadre, ¿conoce Ud. su domicilio?
Los organizadores del Homenaje piensan realizar dos veladas —una en el Callao, el próximo 19, y otra, posteriormente, en Lima. Se espera dar proporciones a esta última que la ponga en condición de no ser desdeñada ni por un Eguren. ¿Qué es del Sr. Bustamante y Ballivián, que bastante aprecio ha manifestado siempre por Zulen? ¿Y Luis Alberto Sánchez? Y Carlos Valdez de la Torre, quien en un tiempo parecía ser muy idealista, pero que puede haber sufrido, como muchos hombres, los estragos del crecimiento material.
Mañana voy para recibir su respuesta meditada, no habiendo días que perder en vísperas de la velada en el Callao. El Sr. Castillo se muestra corto para acercarse a Ud., sin previa intervención mía; desea ir en comisión a comprometer su concurso.
Lo saluda mientras tanto su afma. amiga
Dora Mayer de Zulen

Mayer de Zulen, Dora

Carta de Felix del Valle, 30/1/1927

Madrid, 30 de enero de 1927
Querido Mariátegui:
Jamás me he encontrado en una situación de miseria como la que estoy pasando. Rada y Gamio me ha suprimido la asignación, súbitamente, en pleno invierno europeo, haciéndome pasar los días con hambre y con frío. Este mes de Enero, el más terrible de Madrid, no lo olvidaré nunca. Vivo peor que el más abandonado de los hombres. En un cuarto en que no me es posible siquiera escribir porque las manos se me entumecen de frío; almorzando, cuando puedo, un solo plato. No tengo a quien pedirle nada; además, en Europa, Ud. lo sabe, no hay quien dé nada. La lucha por la vida es cada vez más horrible y está cada vez más cruelmente planteada.
El año anterior fui a París: Una enfermedad al estómago que, para colmo de mis infortunios, ha reaparecido ahora, debido a las malas y deficientes alimentaciones, exigió tal viaje. Los médicos de Madrid consideraban indispensable una operación; los amigos me aconsejaban que fuera a París, donde un especialista famoso. Y fui. Éste me curó, apurando, además, que era innecesaria la operación y que para evitarla definitivamente, precisaba que me sometiera, durante mucho tiempo, a un régimen estricto. Suponga Ud. lo que ha significado económicamente ese viaje. A Belmonte, que es aquí, mejor que un hermano para mí, le debo tal vez mi salvación. Ya no le puedo pedir más. Por otra parte siempre está viajando y es difícil verlo. Antes como tenía teléfono la casa en que yo vivía me llamaba a menudo, ahora no le he dado siquiera la dirección de mi cuarto porque me parecería demasiado deberle más de lo que le debo.
Con El Sol estoy mal, aunque es posible que en estos días transija y Ortega me arregíe uno o dos artículos al mes. Esto no resuelve nada tampoco. Pagan una miseria. En Prensa Gráfica tendré que colaborar, a pesar de que ello es mal visto. Pagan tres duros por artículo, cuando pagan, y tienen todas las plazas ocupadas. Gratis es fácil colaborar en todos los periódicos. Pero ello, como Ud. comprende, no es aliciente para mí que no pretendo regresar ‘triunfante’ a ninguna parte. Quiero únicamente vivir de mi trabajo.
La actitud de Alfredo Piedra me desconcierta. Eduardo Leguía, el ministro del Perú aquí, le ha hecho un cable. Yo, otro. A mi familia le ha dicho que no puede hacer nada por mí. No le creo. Si está mal con Rada está bien con el Presidente y la pensión que a mí me enviaban no grava un presupuesto. Sobre todo cuando aquí mismo hay dos propagandistas que no conocen a nadie ni saben nada percibiendo ochenta libras uno y cuarenta y cinco, otro.
Alfredo no ha contestado a ninguno de esos cables. A mí no me extraña ya nada, querido Mariátegui. Lo siento más que por mí, aunque no esté en edad de soportar miserias, por mis pobres hermanas huérfanas. Piedra al salir de El Comercio me dijo que se hacía responsable de mi porvenir. Bastante me ha servido, pero no lo suficiente, para dejarme en un estado de perfección. En el momento en que más lo necesito, cuando sano ya, libre de la tara que en mí dejó el vicio, cuando es el momento de estudiar y de aprovechar siquiera dos años más de Europa, me abandona. Véalo Ud., si puede, y expóngale mi situación. Ud. sabía hablarle; yo, ahora, no sé ni cómo le escribo.
Dígale que no me haga pasar por la humillación de pedirle algo a El Comercio. Si ve Ud. que nada se puede conseguir de él, le ruego, querido Mariátegui, que busque a Óscar Miró Quesada y le pida a mi nombre seis u ocho libras mensuales, seguras, firmes, por dos o tres artículos al mes para El Comercio. Creo que Óscar y don Aurelio me quieren. De aquél tengo recibidas numerosas pruebas de afecto y del hijo de don Aurelio, a quien tuve el gusto de pasear en Madrid, también.
A este recurso sólo acudirá Ud. en último extremo, cuando se cerciore de que Alfredo no quiere hacer nada por mí.
Mientras tanto le envío 6 crónicas escritas todas en un mismo día, aquí y allá, donde me lo ha permitido el frío y el hambre. Véndalas Ud. lo mejor que pueda. A Vegas dígale que le pague bien y que me insinúe qué es lo que quiere que le envíe, siempre por intermedio de Ud. Desde ahora, querido Mariátegui, le encargo a Ud. que me coloque mis crónicas. Hay mucha informalidad en Lima. El pobre Vallejo pasa en París miserias sin cuento y si no fuera por una beca que tiene aquí, en la Facultad de Jurisprudencia, y que le da 300 o 400 pesetas mensuales, se moriría de hambre: estaría como yo.
Por eso le ruego otra vez que venda enseguida las crónicas que le mando. Si saca Ud. por ellas más de diez libras avíseme por cable la remisión del dinero en esta forma: Valle Lipria, Madrid. Recoja.
No necesita Ud. firmar. Ya sabría de lo que se trataba. Elija Ud. el Banco Alemán siempre. 200 o 300 pesetas remitidas inmediatamente, a los dos o tres días de que estas crónicas estén en su poder, equivale a que no me echen del cuarto en que vivo y a que coma unos cuantos días. Entonces podré escribir, sobre todo para Amauta, que es una revista formidable. Aquí le consideran mucho. Guillermo de Torre me ha pedido su libro, La Escena Contemporánea, para escribir sobre él. Yo no le conozco personalmente, pero se lo he enviado con un amigo de ambos. La Libertad se ha ocupado de Amauta y, en general, tiene ambiente, en este pequeñísimo ambiente intelectual de Madrid, donde Sassone ‘triunfa’...!
Con Falcón nos escribimos a menudo. Sé que estuvo últimamente en París y Vallejo, en su último viaje, me dijo que iba a sacar allí una revista. Falcón trabaja mucho y se ha hecho. Es hoy un estupendo periodista. Me ha invitado a pasar un mes en su casa, en Londres... ¡Qué ironía!...
Al Perú no pienso regresar por ahora, aunque tampoco me quedaría otro invierno aquí. No tengo fuerzas físicas para ello. Me convendría estudiar, vivir alejado de lo que en Lima tanto daño me hizo, dos o tres años más. Que lo consiga depende del interés que Ud. se tome por mí. Si Ud. me asegura, a cambio de artículos, diez o quince libras mensuales permanacería aquí un par de años, escribiendo para ésa cuanto fuera necesario. Hágalo Ud., Mariátegui, hablando con quienes Ud. crea que son nuestros amigos en los periódicos o fuera de ellos.
A mis hermanas no podré ya darles nada. Les escribo diciéndoles que vayan a vivir con el hermano Amado, que también vive en la miseria. Qué caos, querido Mariátegui.
En fin, no quiero cansarle más. Sé que a Ud., tan ocupado, le impongo una tarea que le robará tiempo. Ya veré la forma de pagarle. Ud. siempre me ha sabido perdonar y yo siempre le he sabido querer.
Perdóneme Ud., una vez más, y reciba un fuerte abrazo de su amigo y compañero que tanto le extraña.
Félix del Valle
P.D. No creo que ninguno de estos artículos sirvan para Amauta. Le enviaré más adelante un artículo mensual para su gran revista.
Ahora venda Ud. los 6. Colóquelos y por cable gíremelos. Espero tener lo que sea a fines de Febrero. Es lo único con que cuento. Después me escribirá sobre lo que debo hacer para sumar, fijamente, las diez o quince libras mensuales que pretendo. Si puede Ud. conseguir algún adelanto sobre futuras crónicas englóbelo al giro.—V.
Habría querido dialogar con Ud., pero estoy sólo para monólogos vulgares. Una crónica puede Ud. venderla a Varela, la mona Clovis, para la Universidad.

Valle, Félix del

Carta de Manuel A. Beltroy, 24/4/1926

[Montevideo], 24 de abril de 1926
Sr. José Carlos Mariátegui
Lima
Muy estimado amigo:
Hace tiempo que deseaba escribirle, desde mi llegada a ésta, sin lograr hacerlo a causa de los diversos trabajos de mi cargo en esta Asociación. No he olvidado el noble esfuerzo cultural en que está Ud. empeñado en su casa editora, estimulando y difundiendo la actividad intelectual de la juventud peruana, a la vez que realizando mediante el libro y el folleto alta obra política y social.
Lo que me ha empujado a estampar estas letras ha sido el reciente recibo de Libros y Revistas, el boletín bibliográfico de Minerva, que he leído con interés. Allí vi anunciada la próxima publicación de Bubú de Montparnasse y entonces comprendí que no debía aplazar por más tiempo el envío de la traducción castellana. Así es que reanudé mi trabajo, revisé la versión y la corregí, hice un proyecto de portada, falsa portada y primeras páginas para el libro en que habrá de publicarse (proyecto de que voy a hablarle enseguida) y le envío todo eso ahora mismo en paquete postal certificado, juntamente con ésta.
He procurado que los originales sean bastante claros, a fin de prevenir erratas y correcciones trabajosas de pruebas. La mayor parte está a máquina y lo manuscrito, en caracteres bien legibles. El único tropiezo acaso sean las enmendaduras e intercalaciones de la revisión, pero éstas son también claras. Confío en que la corrección final de pruebas por Ud. mismo, cosa que le pido haga, evite las erratas y omisiones que tanto afean nuestros libros. Como el texto es algo corto, abultando la edición francesa las muchas y grandes ilustraciones que trae, que no presentará la nuestra, conviene emplear tipo de 10 en 12 en renglones espaciados, a fin de compensar así la cortedad de aquél. En cuanto a distribución tipográfica de folios y cabezas confío en su experiencia y buen gusto, pero le agradecería que las mayúsculas iniciales de los capítulos fuesen en tipo ornamental aunque sencillo.
Con respecto a la portada, me he permitido bosquejar un proyecto que permite aprovechar en lo mejor la original, adaptándola al gusto actual y a las necesidades del reclamo. A encarnado y negro, las dos tintas que ya Uds. emplean, sobre papel crema, en la forma indicada en el modelo, creo que podrá obtenerse una carátula sobria y llamativa, sin más costo especial que el del dibujo que aquél supone y que debe reproducir el de la portada francesa en cuanto al personaje.
El prólogo será simplemente las dos glosas de Eugenio d’Ors, sobre Philippe, que contiene el Glosario (edición Calleja) y si se quisiera un retrato, se podría encontrar en La Madre y el Niño del mismo autor, edición Atenea, me parece. Van también unas líneas de dedicatoria que están destinadas a revelar el espíritu del libro y a tapar la boca a hipócritas y mojigatos.
En cuanto a ilustraciones, creo que debemos reproducir algunas, unas pocas, las más significativas, que tal vez sean las que he marcado con rojo en la edición francesa.
Para que le ayude en todos los detalles mencionados, le adjunto asimismo el libro original.
No sé qué tiraje piensa Ud. hacer, pero me parece que no debe ser corto, pues obra de esta índole está destinada a buena venta allá y en el extranjero, a todos los públicos. Tampoco sé la participación que me tocará en la edición (Entiendo que en ejemplares). Le agradeceré se sirva decirme algo al respecto.
Espero que el trabajo podrá empezarse pronto, pues he tenido el gusto de saber que ya está a punto de publicarse El Nuevo Absoluto de Iberico, segundo volumen de la Editorial.
Pasando a otro asunto, desde mi arribo acá me he ocupado en repartir entre los libreros de esta ciudad y de Buenos Aires los 120 ejemplares de La Escena Contemporánea que me entregaron Uds. en consignación el día de mi partida. También me he preocupado de la propaganda y espero poder enviarle en breve algunos juicios críticos de la prensa rioplatense. Como aquí acostumbran las librerías a hacer liquidaciones semestrales, no tengo todavía cuenta que presentarle. Le agradecería me remitiese entretanto los ejemplares que crea conveniente del libro de Iberico y del boletín bibliográfico de la Casa.
Espero escribirle en breve sobre otras cosas, pues ahora el tiempo apura. Esta es una carta de índole comercial, que no es propiamente la mía. Entonces podré conversarle, hoy le hablo en términos de agente comisionista. Hasta luego, querido Mariátegui. Contésteme pronto. Reciba un abrazo cordial y votos por la felicidad de su hogar y de su empresa, de su amigo y compañero.
Manuel Beltroy.

Beltroy, Manuel A.

Carta de César Falcón, 10/10/1926

26, Bellevue Road,
west Ealing,
London, W,13.
10 de octubre de 1926
Querido José Carlos:
Te mando ahora la segunda circular sobre el semanario. Es un pliego particular, sólo para nuestros compañeros de redacción. En él, como verás, están expresamente definidos el carácter de las informaciones y la calidad de las colaboraciones y, por ende, la índole del periódico.
Por cuanto te he dicho antes sabes ya como no se trata de un periódico con finalidad en él mismo, sino de un medio de organización. A nuestros hombres no hay manera de coligarlos en un partido orgánico y es necesario, por esto, buscar un medio de organización indirecta. El periódico me parece el mejor. Estoy redactando el plan completo, con detalles y propósitos hasta constituirlo en algo como una institución política, y te mandaré una copia cuando lo termine para informarte así cabalmente de la extensión del proyecto. En síntesis es como te he dicho ya.
Palmiro y mi madre me han anunciado la próxima salida de tu semanario. Espero noticias tuyas. Esto me interesa mucho, porque en el plan de Historia Nueva entra el intento de un acuerdo, o de una federación si es posible, de los periódicos afines.
Historia Nueva tiene ya redactores y colabora­dores en todos los países hispanoamericanos. Estarnos organizando ahora América. Después organizaremos España. En estos días estoy enviando las primeras circulares de anuncio a los periódicos. Luego enviaremos carteles a las librerías y puestos de venta. El reclamo es una de nuestras primeras preocupaciones. Yo he estado enfermo las dos últimas semanas y no he podido, por esto, seguir los trabajos con la actividad debida. Pero ahora me voy a dedicar enérgicamente a ellos.
No me escribes desde hace un año. Esta es la cuarta o quinta carta mía. Te repito un ruego antiguo: escríbeme pronto y con frecuencia.
Aquí seguimos bien. Mi hijo continúa creciendo, engordando y sonriendo. Mi mujer está ya muy repuesta. Recibe muchos cariñosos saludos de ambos y los nuestros para Anita y tus niños. Te abraza fraternalmente
César

Falcón, César

Carta de César Falcón, 5/11/1926

26, Bellevue Road,
West Ealing,
London, W.13.
5 de noviembre de 1926
Querido José Carlos:
Acabo de recibir tu carta del diez de octubre y, como ves, la contesto enseguida. No tenía la menor noticia de tu enfermedad. Yo te creía completamente libre de las contrariedades de la cirugía y no puedes imaginarte con cuanto dolor y con cuánta desesperación me he enterado de tus padecimientos. Aunque sean insignificantes, comparados con el percance anterior, a mí me afligen mucho, y más todavía, porque no estoy junto a ti.
Pero ya tengo formado un propósito indeclinable. Voy a poner en pie Historia Nueva e inmediatamente, el año próximo, iré al Perú. No sé si es defecto de crítica o mi propia desesperación, pero todas nuestras cosas - tu salud, nuestras ideas, el plan para realizarlas- me parecen muy mal organizadas ahí. Quiero ir para contribuir a ponerlas un poco [en] orden. Sobre todo. para poner un poco en orden tu salud. Yo también creo en la inconveniencia del clima de Lima. Desde aquí, sin embargo, no puedo hacer nada. Si mis esfuerzos logran una mediana eficacia, el próximo agosto estaré contigo.
La organización de Historia Nueva me exige un trabajo desaforado y desesperante. Mi empeño de construir un grupo de redactores y colaboradores -en realidad, un grupo político- en cada país va realizándose, mas con la lentitud inevitable por la distancia. Ahora estoy esperando las respuestas de las personas a quienes hemos nombrado redactores. Ya le he escrito, por indicación de Gustavo Navarro, un boliviano disfrazado con el extravagante nombre de Tristán Maroff- a Gustavo Otero y en el Ecuador al doctor Jaramillo. Entretanto, estamos enviando circulares de propaganda a los diarios. Esto es muy lento, porque se trata de abastecer a cerca de dos mil periódicos.
Espero terminar la organización en estos dos últimos meses del año y poner manos al periódico en los primeros del próximo. Una vez hecho el periódico, dos meses me bastarán para establecer una rutina transitoria y marchar al Perú.
Te mandaré, como te lo he dicho ya, constantes artículos para Amauta. El desarrollo de Amauta me interesa mucho, porque, aparte su utilidad en el Perú, él e Historia Nueva pueden ser la base de un proyecto de Federación de nuestros periódicos cuyo desarrollo verás en el plan general de H.N.
Dentro de unos días te enviaré el ensayo sobre el indigenismo. Lo estoy escribiendo sin preocuparme de su extensión, pero tú puedes publicarlo en uno o más números, como te parezca.
Otra de mis desesperaciones es la informalidad de ese maldito Caro-Raggio de Madrid. Todavía no he logrado arrancarle los origina­les de mi novela. Escribo cartas y cartas y no logro nada. Pero si dentro pocos días no me los devuelve, le encargaré la gestión a un amigo abogado.
Mis trabajos ahora son verdaderamente abrumadores, no tanto por cuanto hago, sino por cuanto no puedo hacer. Debo escribir una enormidad de artículos al mes y esto me quita tiempo y humor para otras cosas. Mi mujer también trabaja sin descanso y me ayuda mucho. El único ser holgazán, despreocupado y feliz es mi hijo.
Mis mejores recuerdos para Anita y tus hijos. lo mismo de mi mujer y el ciudadano Mayo.
Te abraza fraternalmente
César
Mi mujer me encarga ofrecerte en su nombre un cuadro suyo para tu despacho. Tan pronto termine te lo enviaremos.

Falcón, César

Carta de César Falcón, 10/12/1926

26, Bellevue Road,
West Ealing,
London, W.13.
10 de diciembre de 1926
Querido José Carlos:
Al fin he rescatado los originales de la novela y te los mando hoy mismo. Como verás, se trata de una cosa un poco antigua, aunque, en cierto modo, un poco nueva también. Quería hacerle un prólogo polémico. Pero me ha cogido en un momento en el cual estoy verdaderamente abrumado y me veo obligado por fuerza a dejarla sin él. Publícala como está. Hazme el favor de corregir atentamente las pruebas, porque seguramente las cuartillas están llenas de errores y faltas.
Dime cuántos ejemplares puedes mandar para la venta en España. Dímelo enseguida para, si tú no tienes agente, gestionar yo la agencia de alguien. y no me lo digas sólo por este libro, sino por todos los de tu editorial. Yo puedo ponerte en contacto con un amigo mío para el caso.
Sigo sin recibir carta tuya y, naturalmente, la reclamo.
Continúan los preparativos de Historia Nueva, no tan rápidamente como quisiera porque me lo impide la lentitud hispanoamericana.
Pronto te escribiré con más extensión.
¿Cuándo, más o menos, estará impresa la novela?
Recuerdos cariñosos de mi mujer y para la tuya y tus niños.
Te abraza fraternalmente
César

Falcón, César

Carta de Angeles Hermanos, 28/8/1926

Huaraz, 28 de agosto de 1926
Sr. Gerente de la Editorial Minerva
Lima
Muy señor nuestro
Con fecha 27 hemos recibido la muy apreciable comunicación de Ud. su fecha 22 de junio ppdo, de la cual hemos tomado nota de su contenido.
Con mucho mas anterioridad a la citada de Ud. recibimos por la sección certificados un paquete conteniendo 16 ejemplares del nuevo volumen "El nuevo absoluto" del Dr. Mariano Iberico Rodríguez, igualmente la revista bibliográfica "Libros y Revistas".
Por correo próximo mandaremos a Ud. la liquidación y el valor dela venta de los ejemplares que se han vendido en esta plaza y entre tanto aprovechamos para reiterar una vez más nuestros servicios en esta región y superioridad como siempre.
De Ud. Muy afimmos amigos i SS.SS

Angeles Hermanos

Carta de Cándido Villalobos Domínguez, 15/5/1926

Buenos Aires, 15 de mayo de 1926
Sr. José Carlos Mariátegui
Sagástegui 669.
Lima
Muy señor mío:
El Sr. Arturo E. Delgado, diputado regional por Cajatambo, me invita a dirigirme a Ud., adjuntándole un prospecto de la Editorial Minerva que Ud. dirige, con objeto de que establezcamos relaciones editoriales en el sentido de hacer conocer en el Perú la producción de la escuela económico-política liberal georgista cuyas doctrinas nos ocupamos de propagar aquí y en el resto de América y España, en el grado de nuestras posibilidades, mediante el instrumento de nuestra sociedad (hasta hace poco Partido Liberal Georgista) y, especialmente, su pequeño órgano periodístico, que le incluyo.
No puedo saber desde ahora cuál sería sobre esto su mejor conveniencia, pero con gusto me pongo a su disposición para facilitarle los informes y pareceres que estén a mi alcance.
Las obras de Henry George son elocuentísimas y constituyen seguramente, y cada vez más, la última y más profunda palabra del pensamiento sociológico, extendido ya en muchos países civilizados. De ellas las hay largas y cortas y todas se encuentran en castellano, traducidas la mayor parte por Baldomero Argente y editadas en Madrid por Beltrán. No sé hasta qué punto hay franquicia para hacer ahí reimpresiones, pero sé de algunas que pertenecen ya al dominio público, aparte de estarlo las originales inglesas. Hay además, traducidas o no, diversas obras más o menos buenas de discípulos, algunas de gran eficacia y atractivo que según el interés de Ud. me lo indique, le podré señalar o facilitar.
Pienso además que sería muy valioso para la cultura peruana la edición del no largo libro La Obra Económica de Rivadavia, por Andrés Lamas, cuya reproducción es libre.
Si está en sus intenciones iniciativas de aliento, puedo indicarle una obra monumental por su valor y completamente inédita en castellano: Democracy versus Socialism, por Max Hirsch, cuya extensión no pasaría de unas 350 páginas de formato y tipo corrientes.
Creo satisfacer con ésta provisoriamente los desinteresados deseos del Sr. Delgado y quedo a espera de sus impresiones, saludando a Ud. atte.
C. Villalobos Domínguez

Villalobos Domínguez, Cándido

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