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Copia de la resolución de la Célula Peruana del APRA en Buenos Aires, 14/4/1929

Copia de la resolución de la célula de B.A

(Aquí un sello de la Secretaria)

(COMUNICADO OFICIAL DE LA CÉULA PERUANA DEL APRA EN B. A. República. Argentina)

Sesión del domingo 14 de abril de 1929.

"Se abrió la sesión a las 11 horas con la presencia de los compañeros Cornejo, Beltroy, Seoane y el suscrito"

Se consideró ampliamente la renuncia del compañero Haya, de la Secretaría General del Partido que pasó por nota desde Alemania. Las razones que expone en ella son varias, pero concretando, se puede decir que el motivo principal radica en las insistentes campañas que últimamente le hicieran los elementos comunistas y algunos compañeros apristas, junto con varios cargos en los que se involucraba al partido de frente único por él fundado. Considera que lo mas acertado es dejar su puesto directivo para ocupar uno de solda­do en las filas revolucionarias y propone como Secretario General a Alfredo Palacios, dado su prestigio en el Continente y el que sería asesorado por un comité con sede en Buenos Aires.

Después de un debate sobre este asunto Seoane manifesté que de ninguna manera Palacios se haría cargo de un movimiento cuya primera condición era desarrollar acción a la que él se estaba sustrayendo. Todos estuvimos conformes con él porque conocemos a Palacios y porque sabemos que últimamente ha adoptado una posición mas bien de maestro y universitario.

Respecto a Mariátegui, no nos cabe la menor duda de que se ha separado definitivamente del Apra sin previo aviso y sin haberlo manifestado tampoco. Pero tenemos pruebas evidentes y que fueron expuestas por los C. C. Seoane y Cornejo.

Se resolvió por unanimidad:

  1. No aceptar en forma alguna la renuncia que nos presenta el compañero Haya y exigirle disciplinariamente que ocupe su cargo en razón de que él tiene la marcha del movimiento en Sud América. Como se avecinan acontecimientos importantes en el Perú, a consecuen­cia de la escisión, creemos que hoy mas que nunca se necesita de una acción para lograr que el Apra tome preponderancia en el seno de las masas peruanas.

  2. Dada la seguridad que tenemos de la separación de Mariátegui y en la formación de un P. C., es urgente definir y encarar la esci­sión afrontándola resueltamente.

  3. Sugerir al Comité Ejecutivo Internacional la necesidad de lanzar un manifiesto en el que se exponga la índole antiimperialista del Apra como partido marxista. El camarada Haya la define muy bien cuando dice que el Apra lucha contra el imperialismo porque admite los tres fundamentales principios de Marx: concentración de la pro­ducción, plusvalía y lucha de clases.

Se le encargó al camarada Seoane que para la próxima sesión traiga redactada una carta personal dirigida a Haya en la que le exponga estos puntos de vista y la opinión de Ia Célula Peruana en B. A.

Fdo Juan Merel
Secretario General del Apra. Célula de B/A.
[Un sello]

Copia de la carta personal de que habla la referida nota al compa­ñero Haya de la Torre.

(Absolutamente confidencial) Buenos Aires, 18 de abril de 1929.

Querido Victor Raúl: Ignoro hasta donde esta carta alcanzará a inter­pretar el pensamiento de cada uno de los integrantes de la célula pe­ruana de Buenos Aires, pero me animo e afirmar que interpreta su pen­samiento general y dominante.

Hemos leído detenidamente los documentos en que conste tu renun­cia, así como las informes anexos a la misma, y después de madura re­flexión, ajena por completo a todo sentimentalismo o amistad, hemos resuelto, unánimemente, exigirte disciplinariamente, que vuelvas a tu puesto de combate. Pensamos que eres el mas capacitado para el cargo. Palacios es un hombre que llega o la madurez, carente de ener­gía como para iniciar un movimiento, amigo de gozar sin molestias del honor que ha alcanzado y que mas quiere lo posición de maestro que la [de] líder. No creemos, por otra parte, que su aprismo vaya hasta el extremo de dedicar a él su actividad principal. Aparte de esto, tú eres quien ha iniciado la lucha y quien debe continuarla en estas ho­ras difíciles que se avecinan.

Y aquí conviene un paréntesis. Decimos difíciles parque los ata­ques arrecian. Arrecian de parte de los enemigos declarados y de parte de los que aún consideramos como compañeros. Con respecta a los primeros, la Célula he resuelto insistir en su pensamiento principal, contenido en su proyecto de tesis de agosto próximo pasado; esto es: que el C. E. I. lance un manifiesto a América Latina. La célula de México opina en el mismo sentido, por moción de Pavletich, aprobada en diciembre y en esa forma se ha expresado, también, la de la Paz. Creemos urgente no sólo responder, con altura, a esos ataques, sin explicar el rol y las tendencias antiimperialistas del Apra. Tu ar­tículo "What is the Apra?" contiene lo sustantivo. Pero el mismo desarrollo de la lucha ha abierto nuevas zonas a la curiosidad de las masas, que exigen su aclaración. Esto nos parece fundamental, afín de crear una buena base general para que cada célula, apoyada en ella rechace las acusaciones de amarillismo y oportunismo que se nos hace. De no adoptarse, no solamente nos seguirán atacando impunemente, sino que corremos el riesgo de dar respuestas diversa y heterogéneas. Por algo dices tu mismo que urge que sigamos estudiando y descubriendo la doctrina común.

La segunda parte del paréntesis va a resultar mar larga que el resto de la carta. Pero es necesario hablar fuerte y claro. Nos referimos a la obra divisionista que dentro de nuestras propias filas, ha comenzada el director de Amauta, don José Carlos Mariátegui. Hechos concretos: fue el inspirador, según cartas que conoce el compañero Cornejo y que yo también vi, de la actitud antiaprista de la poetisa Blanca Luz Brum. No respondió en ninguna forma, a nuestra tesis conciliatoria. En cambio, según declaró el compañero Meneses, le escribió a los compañeros de la Paz proponiéndoles entrar al Partido Comunista que él fundaría. Ha roto, sin decirlo, sus vinculaciones con nosotros y ha designado, o influido en esa designación, como delegado del Perú ante la Conferencia Sindical a un elemento como Valdivia Morón, y absolutamente desprestigiado acá y allá, a quien solo ha podido conocer por intermedio del Secretariados del Partido Sudamericano Comunista y a quien tiene que haber nombrado por indicación de éste. Además, aunque hay célula en B. A. y compañeros desterrados, ha escrito al poeta Miro Quesada para que "se ponga en comunicación con Rabines y se mantenga en relación con él" según ingenua manifestación del nombrado intelectual. Estos son los hechos que nos constan, a parte de los que conocemos, sin pruebas. Ellos revelan, suficientemente, que el director de Amauta no proce­de concertadamente con nosotros y que actúa de pleno acuerdo con el P. C.

No es el caso profundizar la ideología de cada cual. Pensamos que entre nosotros hay comunistas ,y que deben estarlo. Pero, por lo menos en cuanto a esta célula concierne, que para la realización de una revolución americana, es indispensable acción autónoma a fin de librarse del rigorismo miope de la III Internacional y de su egoísta supeditación de toda obra a las necesidades inmediatas a la revolución rusa. Bien claro habla de este error de perspectiva de los comunistas de partido, el hecho de que en las elecciones de Argentina, donde intervienen trescientos mil votantes en un centro industrial y capitalista como Buenos Aires apenas obtengan 8,000 votos. Y acá llegamos al punto mas importante de la cuestión. El director de Amauta, D. José Carlos Mariátegui, nos comienza a distanciar esta divisionista actitud y este sujeción rendida a los dirigentes de la III Internacional. Pero nos concluye de alejar el examen sereno de su obra y trayectoria. Hasta este momento, la célula pensó y quiso una conciliación. Algunos de sus miembros hasta fueron sospechados y sospechosos de "mariateguismo". Pero hemos llegado al duro momento en que es necesario decir la verdad; afilar las armas y purgar el organismo revolucionario. En primer lugar, nos distancia de la obra del Director de Amauta, divisionista e intelectual, su absoluta imposibilidad de acción. Esto puede ser un tema sentimental para alguna poetisa sensible. Pero para nosotros, hombres políticos y de acción, tiene valor secundario. El porvenir del Perú no puede postergarse porque el director de Amauta tenga fiebrecillas diarias. Creemos que con nosotros está el núcleo realmente dinámico capaz de llevar adelante una revolución. Porque, en segundo lugar, el director de Amauta es fundamentalmente intelectual y un intelectual europeo, lo que no es lo mismo y lo que es peor. Su acción seguramente se reducirá a esa crítica irónica y expectante, cruzada de brazos, que caracteriza a todos los partidos comunistas de América. Ya en el presente se observa eso. Don José Carlos Mariátegui vive para sus recuerdos de Europa. Hay en él una huachafa devoción por Europa. Es individualista en su vanidad y aspira más que a la revolución en el Perú, a mantener su prestigio intelectual en Europa. Pese al título de sus artículos sobre "Peruanicemos al Perú", don José Carlos Mariátegui sigue teórico marxista pegado a la letra de los libros. Y en sus artículos como en su propia revista, no basta con el título. Su obra profunda es esencialmente espejizante [sic]. Amauta es una tribuna cómoda para adquirir jerarquía polemizando con Henri de Mann. Y eso en Lima con la dictadura y el imperialismo encima, con la obligación de una ¡revuelta ad portas! Y que en su último número, dedique un homenaje al poeta Eguren, políticamente individualista, de arte esencialmente burgués y aristocrático. Y colonial. El nacionalismo de don José Carlos Mariátegui, fuera de los títulos y de las portadas, se reduce a cultivar estas amistades ilustres, a fin de mantener el prestigio de intelectual. E incurre en errores tan graves como el que sostiene en sus declaraciones de diciembre sobre lo nacional y lo exótico, sosteniendo que la huachafa es lo nacional. Don José Carlos Mariátegui vuelve a quedarse en las portadas. Nuestro nacionalismo es esencialmente popular. Las huachafas buscan al marido yanqui, y la aristocracia adula al capitalismo extranjero, por la misma razón que el intelectual en trance de publicidad busca la gloria europea o el escritor reaccionario defiende su causa. Pero ni la huachafa, ni la aristocracia ni estos escritores son lo nacional. Es algo más hondo y de mas corporeidad que las sim­ples reproducciones de los cuadros. Es la masa, que no se ve desde el gabinete literario y que no interpretan los "pensadores exquisi­tos”. Hora es de cerrar este paréntesis deshilvanado por cierto y de arribar a conclusiones. Además el manifiesto, consideramos indispensable afrontar este otro problema de la división. O permi­tir que las células se defiendan de esta obra anarquisante o pactar una alianza, ya en calidad de fuerzas netamente disímiles. De­bemos añadir que esta última emergencia, con ser posible y quizás necesaria, nos resultaría peligrosa y a lo mejor ineficaz. Conocida es la táctica comunista de valerse de cualquier medio. Posiblemente, el director de Amauta esté buscando su Kérenski. Y en este sentido, quizá no lo sean ajenos algunos camaradas conspicuamente colocados. Por todo esto, nos limitamos a sugerir reflexiones. Nuestro pensamiento está hecho. Ahora hay que decidir la actitud. Pedimos por eso, tu opinión. No nos sobra el tiempo. Hemos encarado, pues, tu renuncia; los ataques interiores y exteriores. Para los dos primeros proponemos solución. Para el segundo: estudio. Quizás sería conveniente tu viaje acá pese a los peligros de ataques que haría infructuosa tu labor. Pero este tercer problema es más urgente. Conviene a nuestro juicio, compulsar la opinión celular y proceder en consecuencia. Nuestra voz ya va bien fuerte y clara.
Te abraza
Manolo

Cornejo y Merel (Reafirmando y ampliando)
Querido Víctor Raúl: Seoane en esta carta expresa un modo de pensar que hace tiempo he tenido. A los hechos que expone hay que agregar el hecho del envió a Rusia de dos compañeros y el que D. J.C.M. quiso, cuando aún estábamos en Lima, fundar el Partido Comunista. Abrazos.
Cornejo

Querido compañero Haya:
Hace tiempo que tuve la impresión de que D.J.C. Mariátegui preparaba una campaña comunista o sea que se apartaba de las filas del Apra. Creo que hoy hay que encarar la escisión para aclarar orientaciones. Un abrazo.
Merel.

Merel, Juan de Dios

Esquema del Plan de México, 22/1/1928

ESQUEMA DEL PLAN DE MÉXICO

Los que suscribimos, declaramos solemnemente ante el pueblo peruano y ante la América y el Mundo, que proclamamos como principios de la Revolución Libertadora del Perú, sojuzgado hoy por la tiranía del gamonalismo nacional y el imperialismo extranjero que representa el régimen de D. Augusto B. Leguía, los contenidos en el siguiente plan que normará el programa del Partido Nacionalista Re­volucionario Peruano y que significa la aplicación al Perú de los lemas de la Apra a la que declaramos adherido el movimiento libertador peruano.

Y teniendo en consideración que la dolorosa situación presen­te porque atraviesa el pueblo del Perú, representado por sus cla­ses trabajadoras (campesinos, obreros y clases medias) se debe al desquiciamiento económico del país por la explotación ilimitada que hace del pueblo el latifundismo nacional y el imperialismo ex­tranjero, y que el regimen político presente no es sino el instru­mento de dominación de las clases dominantes apoyadas material y moralmente por el imperialismo que succiona las energías nacionales y arrastran el país a la esclavitud, declaramos:

1º. El movimiento libertador del Perú perseguirá la independen­cia económica del país por la emancipación económica de su pueblo, y como consecuencia de ésta su liberación definitiva del sistema político y social presente mantenido por la oligarquía dominante que representa la explotación nacional, la sumisión al yugo extran­jero y la esclavitud del ciudadano peruano en todos los órdenes.

2º. Proclamando la Revolución Libertadora del Perú la emanci­pación económica, política y social del pueblo peruano, este movimiento implica, y así lo declaramos expresamente, el principio de la era de movimientos similares en todos los países latinoamericanos donde sea preciso realizar obra de liberación semejante, y tenderá a cumplir tan pronto como sea posible el postulado de la unión política y económica de los pueblos Indoamericanos proclamado por el programa del Apra.

3º. Para la realización y eficacia de la Revolución Libertadora del Perú, queda establecido que el órgano único que había de reali­zarla, sujeto estrictamente a los postulados que contiene el presente plan, será el Partido Nacionalista Libertador del Perú, organismo político-militar revolucionario que reconoce como fundador y jefe supremo en ambos órdenes a Victor Raul Haya de la Torre y que estará dirigido por un Comité Ejecutivo Central, con residen­cia temporal en México, integrado por Comités Locales, subordinados al Comité Central, con sede pública o secreta en otras ciuda­des del Perú y América.

4º. El Partido Nacionalista Libertador del Perú tiene la tarea histórica de llevar adelante la Revolución bajo condiciones muy estrictas de disciplina y de eficacia, radicando en él la total responsabilidad y soberanía del movimiento y el imperativo de man­tener con su unidad más absoluta en la acción el ahorro de sangre y energías del pueblo a fin de obtener los fines que persigue para beneficio de la nación lo más eficazmente que sea posible.

5º. Radicando la dolorosa situación actual del pueblo peruano en el sistema económico a que está sometido el país, y aplicando el postulado del Apra sobre nacionalización de la tierra y de la n industria, proclamamos como primer principio económico del movimiento nacionalista y libertador del Perú que la riqueza que hoy exis­te o pueda existir dentro de los límites del país, pertenece a la Nación y que es ella quien debe explotarla o hacerla explotar, sin sacrificar jamás ni su soberanía ni las energías de su pueblo entregán­dola incondicionalmente al servicio de intereses privados o extranje­ros.

6º. Constituyendo la tierra la base de la riqueza nacional peruana y siendo su monopolio injusto privilegio de una clase desde la conquista española que derribó el maravilloso sistema agrario in­cásico e instituyó el feudalismo en el país, arrebatando al pueblo peruano su derecho a poseerla y explotarla, el movimiento Naciona­lista Libertador del Perú, en nombre de los verdaderos intereses na­cionales y no solo como una reparación al pueblo peruano, sino como el único medio de elevar el índice de producción nacional y remediar la dolorosa situación económica del país obligado a importar alimen­tos y a mantener grandes extensiones de tierras improductivas por la incapacidad del gamonalismo para intensificar su cultivo, proclama el principio de la devolución de la tierra al pueblo peruano, entre­gándola a quien la trabaja, destruyendo el gamonalismo y procurando restablecer sobre base de los comunidades indígenas, sostenidas a través de cuatrocientos años de opresión, el nuevo organismo agra­rio y agropecuario nacional.

7º. La aplicación del principio de la devolución de la tierra a los ciudadanos peruanos que la trabajan, será verificada tenien­do siempre en cuenta el beneficio nacional y procurando restable­cer, impulsado por todos los auxilios de la técnica moderna, el admirable sistema agrario incaico que afirmó en la comunidad o ayllu la base de la vida agraria nacional.

8º. Siendo la explotación integral y eficaz de la tierra la ba­se de la prosperidad nacional en países típicamente agrarios como el Perú, la renovación del sistema de producción de la tierra, su explotación total y activa, sobre bases científicas, traerá consigo beneficios incalculables que redundarán automáticamente en favor de las otras clases sociales hoy esclavizadas económica, social y políticamente por el oprobioso sistema de explotación del hombre y no de la naturaleza que impera en el Perú.

9º. El movimiento libertador aplicando el principio de la na­cionalización de la riqueza del Perú en el orden industrial, pro­clama que en nombre de los verdaderos intereses nacionales intensificará la producción, reivindicará económica, política, social e in­telectualmente a las clases obreras, elevándolas integralmente a la función social que les corresponde y sujetándose estrictamen­te al postulado 5º. del presente plan. El movimiento libertador declara asimismo que afirmándose en los fines económicos del movimiento comprenderá en su programa reivindicador a los trabajadores intelectuales y a las clases medias.

10º. El movimiento libertador proclama asimismo que afirmándo­se en los principios económicos que lo norman, hace extensivo su programa reivindicador a los demás trabajadores de la nación, tan­to intelectuales como manuales, considerando entre estos, especial­mente, a los maestros de escuela, empleados, industriales, comer­ciales y administrativos, soldados y marineros y en general a todos los que en una forma u otra, dan sus energías a las diversas acti­vidades de la vida colectiva nacional y sufren explotación.

11º. Proclamando nuestro movimiento la emancipación integral del pueblo peruano tanto en el orden material como en el orden espiritual, el Partido Nacionalista Libertador llevará adelante la obra de educación nacional laica, de la Escuela a la Universidad moderna, gratuita y para todos los residentes en el país, aboliendo definitivamente las jerarquías odiosas que hoy dividen a los peruanos entre una pequeña elite de hombres educados y una vasta mayoría de analfabetas, en relación con sus posibilidades económicas.

12º. Siendo la organización del Estado en el Perú instrumento de opresión y de explotación que la oligarquía dominante hace de la Nación, el Partido Nacionalista Libertador reorganizará radical­mente el sistema político nacional, poniendo término al odioso centralismo que hoy mantiene subyugadas política y económicamente a las provincias y erigiendo el gobierno y la administración del pueblo para el pueblo, sobre la base de las municipalidades o comunas en las que radicará todo el poder y cuya representación democráti­ca-funcional, constituirán los poderes directores del Estado.

13º. El movimiento desconoce, desde la fecha en que se suscri­be el presente plan el actual régimen político que ha usurpado el poder en el Perú y desconoce asimismo la Constitución y leyes nacio­nales en todo lo que ataque los intereses y los derechos del pue­blo peruano y favorezcan a sus enemigos nacionales y extranjeros representantes del gamonalismo y del imperialismo, proclamando los principios del presente plan como bases definitivas para la futura Constitución del Perú que dictará el pueblo soberano al reinvindi­car por las armas de la tiranía presente el derecho a gobernarse.

14º. Significando el movimiento libertador del Perú la abolición del poder de la clase latifundista nacional en complicidad con el imperialismo extranjero que amenaza no solo al pueblo pe­ruano sino a todos les pueblos de Nuestra América, proclamamos este movimiento como causa de los pueblos de América y declara­mos que en el Partido Nacionalista Libertador hoy, como en la na­ción peruana después de la victoria, todos los hombres y mujeres indoamericanos que se sujeten a los principios de este Plan, sin excepción de país del Bravo a Magallanes son considerados como ciudadanos, con el derecho a ser soldados del movimiento y servidores de la causa, que dentro de los límites de Nuestra Améri­ca no reconoce fronteras.

15º. El lema del movimiento será el de TIERRA Y LIBERTAD que dio Emiliano Zapata a la Revolución Mexicana de la que fue mártir y es hoy símbolo, y la bandera del Partido Nacionalista Liber­tador será la bandera del Apra: fondo rojo con un continente indoamericano en oro encerrado en un círculo de oro también. El emblema central de la bandera y los colores rojo y oro así como el lema de TIERRA Y LIBERTAD quedan adoptados como los oficiales del movimiento en todas sus actividades.

Protestando solemnemente ante el pueblo peruano luchar has­ta el fin por conseguir su emancipación integral, despojados de todo interés personal y resueltos a cualquier sacrificio por al­canzar el triunfo de nuestra causa, hacemos un llamamiento a todos los trabajadores manuales e intelectuales del Perú, campesinos, estudiantes, obreros, empleados, soldados, marineros, hombres y mujeres para que presten su mas decidida ayuda al Partido y al Ejército Nacionalista Libertador considerando a sus jefes y a sus miembros como representantes y defensores de la libertad y de la soberanía de la Nación.

TIERRA Y LIBERTAD

Firmado en México, cuna de la Revolución Indoamericana y exilio de muchos desterrados por la tiranía, a los veintidós días del mes de enero de mil novecientos veintiocho, séptimo aniversario de la fundación de la Universidad Popular Gonzales Prada del Perú.

[Haya de la Torre]

Haya de la Torre, Víctor Raúl

Informe a la Junta de Comisiones de la Célula del APRA en París, [7/1927]

INFORME

A la Junta de Comisiones de la Célula del APRA en París

Como por acuerdo de la célula en sesión de Junta de Comisiones, se nos designará para integrar conjuntamente con los camaradas Ravines, Paiva y Bazán, la comisión elegida para estudiar el documento denominado CARTA DEL PERU, que los compañeros de Lima suscribieron definiendo "algunas" de sus diferencias con respecto al rol del APRA en la lucha anti-imperialista, y las bases del Partido Nacionalista Libertador del Perú, fundado en México, por el camarada Haya De la Torre, tituladas ESQUEMA DEL PLAN DE MÉXICO, y, como después de una prolongada reunión a la que concurrieran los dos camaradas anteriormente citados, no pudiéremos llegar a un acuer­do, suscribimos el siguiente informe en mayoría.

EL APRA. ALIANZA O PARTIDO

El APRA, es desde el año 1924 de su fundación, un partido de frente único, internacional, anti-imperialista, constituido por los trabajado­res manuales e intelectuales de América Latina.

Fundado como tal, después de cuatro anos de existencia, continuamos considerándolo así por mejor convenir a la eficaz defensa de la unidad de la organización y de la disciplina del mismo en sus jornadas públicas y en su desenvolvimiento interno.

No habiendo variado sus bases doctrinarias, ni sus funciones políticas, creemos —en oposición a algunos militantes que han planteado úl­timamente algunas reservas intelectuales— que es necesario reafirmarlas declarando que el APRA debe ser y es el partido de frente único de las clases oprimidas de América Latina que luchan contra sus clases opreso­ras, para imponer el triunfo de las reivindicaciones de una revolución anti-imperiaìista de carácter "plebeyo".

Conocemos la realidad social de nuestra América, donde la anar­quía mas completa ha corroído siempre todo intento serio de renovación. A la compleja manifestación de su estructura económica, debe sumarse la heterogénea y caótica manifestación de su pensamiento colectivo, defini­do fundamentalmente por el confusionismo y alentado en su marcha por la suspicacia, la vanidad y sus resultados divisionistas y por aquella ini­mitable indisciplina latino-americana tan popular felizmente, para que pueda subestimarse o ponerse en duda. El Apra, entonces, naciendo como expresión de un nuevo sentido revolucionario, debe ser no solamente una simple y "genial" tentativa de algunos intelectuales de vanguardia pa­ra conseguir una transformación económico-político-social en América Latina. Debe ser algo más. No basta iniciar el planteamiento de nuestros problemas marxistamente, descubriendo la realidad que los condiciona. Precisa aportar las armas indispensables para obtener su ejecución salvadora.

La experiencia histórica, en este caso como en todos, es gene­rosa. Hasta ahora ninguna palingenesia social se ha producido como fru­ to del desorden, indisciplina o divisionismo de las fuerzas que las han propiciado. Por el contrario, unos más otros menos, todos los movimien­tos liberadores en las etapas históricas de la humanidad, se han basado esencialmente en la unidad de su plan, en la disciplina de su organi­zación, en la acción conjunta de sus militantes.

Si lo que en América impera es la división y la indisciplina, y nosotros sabemos que ellos ante todo han sido y son los más grandes obstáculos de toda obra renovadora, debemos tratar que el APRA, proclame como postulados fundamentales de su organización: la de la unidad prácti­ca en la lucha, los de la disciplina común en el partido.

Poco interesa el léxico o las academias que a ello aparentemen­te se opongan. Para el revolucionario, primero es la realidad, después el léxico o las academias.

Denominándose alianza, el Apra no quiere favorecer las resis­tencias mutuas de los elementos que las componen. Alianza significa unión y la mejor unión para un organismo politico, no es la que favorece las sospechas, las desconfianzas, las resistencias entre sus componentes.

Si desde su origen apareció calificándose alianza lo fue siempre para caracterizarse como partido también. Alianza fue así y es un apela­tivo simbólico de partido.

Concebida como fuerza eficiente para combatir los enemigos tan po­derosos, debe defenderse y definirse como el gran frente único interna­cional de los pueblos latino-americanos, aliados anti-imperialistamente, para defenderse de sus opresores. La eficiencia de su fuerza parece estar así lejos de las interpretaciones castizas; pero está firmemente sobre la realidad social de nuestra América, donde el triunfo ha de ser siem­pre de los disciplinados dentro del Apra como partido de frente único, como alianza de pueblos.

Estructurado como un bloc de tres clases: campesinos, proletarios y clases medias, en su seno cabrían: indígenas, obreros, intelectuales y estudiantes revolucionarios, pequeños propietarios, pequeños industria­les, pequeños comerciantes y artesanos. Su composición, al parecer he­terogénea, se hallaría homogenizada por la opresión que sufren todas les fuerzas que concurren a formarlo. Sería entonces el carácter revolucionario —frente al imperialismo y feudalismo— de sus componentes, una mayor garantía en favor de su unidad y de la disciplina común.

Como a él concurre el proletariado, la fuerza históricamente re­volucionaria, para formar el frente con las clases medias, cuyo carácter revolucionario es transitorio, el proletariado habría de abdicar transi­toriamente de sus reivindicaciones finales. La disciplina a que estaría sometido dentro del partido de frente único no habría de implicar coac­to. El proletariado aceptaría la disciplina común, conservando toda la independencia de acción que le fuere necesaria para su libre organiza­ción dentro de sus sindicatos u organismos representativos. Dentro del Partido habría de trabajar por y para la revolución plebeya. Fuera habría de continuar su obra de organización revolucionaria, que, a medida que su desenvolvimiento evolucione en un sentido progresista, dándole mayor fuerza, mayor será su control hegemónico dentro del Apra. Esta dis­ciplina seria así benéfica para la alianza de las fuerzas oprimidas y benéfica también para el proletariado. Con ella el Apra, tendría en el proletariado, fuertemente organizado su mejor fuerza ante el imperialis­mo y sus cómplices nacionales ya señalada por el maestro Marx en el célebre manifiesto de cuando afirma que el proletariado debe desempeñar el rol de propulsor y creador de la historia de la humanidad hasta el día en que deba perder las cadenas que lo oprimen con la victoria de su verdadera revolución.

El Apra ha sido fundada aprovechando todas las lecciones que los movimientos liberadores de la historia brindan. Sobre todo de aquellos producidos en países cuya realidad semeja a la realidad social de Amé­rica Latina.

Como la realidad social de América Latina se asemeja no a la de Europa —imperialista y burguesa— sino a la de China —semi-colonial— se ha tenido preferentemente el cuidado de aprovechar las enseñanzas que la revolución china, dirigida por el Kuomintang, nos da.

Asi se ha dicho que el Apr, representarla para América Latina, lo que el K.M.T. para China, en su fase revolucionaria frente el imperialismo y los señores de la tierra. Pero, como el K.M.T. al mismo tiempo que representa la insurrección de un pueblo oprimido y encerrado dentro de sus propias murallas de servidumbre, explotación y oscurantismo, ha representado un fracaso, el fundador del Apra y los que con él creemos en las enseñanzas de la historia de la lucha de clases, la hemos aprovechado selectiva y convenientemente . De manera que si se declara: "El Kuomintang fue Sut Yan Sen, pero, también es Chang Kai Shek", nosotros responderemos categóricamente: EL KUOMINTANG ES UN PARTIDO DE FRENTE UNI­CO DE CUATRO CLASES Y EL APRA LO ESTAN SOLAMENTE DE TRES.

Sin embargo, la diferencia no es solo aritmética. El K.M.T., organismo politico de une organización especial, que alguien acertadamente colo­ca entre un soviet y un partido politico, significa el frente anti-imperialista de la gran burguesía, de los señores feudales, de la pequeña bur­guesía urbana, del proletariado, campesinos e intelectuales y estudian­tes de vanguardia. El Apra, organismo politico, de especial organización, también represente el bolo de las tres clases oprimidas (campesinos, cla­ses medias y proletariado) que hoy es necesario decirlo ineludiblemente, representan la izquierda revolucionaria del Kuomintang (Ver "Les probléms de la revolution chinoise". N. Boukharin pag. 57-58). Es decir que debemos declarar innegable y acertada la fundación del Apra, al tener como ejem­plo el Kuomintang como movimiento liberador y sus fracasos últimos.

El Apra es así el bloc revolucionario de campesinos, obreros y cla­ses medias contra el bloc anti-imperialista.

Dentro de él deben fraternizar los obreros con la pequeña burguesía radical, cuyos intereses son reales y durables, verdaderamente, frente al imperialismo.

Su organización especial debe ser aprovechada a fin de fomentar un formidable movimiento de masas de carácter nacionalista revolucionario, en el cual el proletariado ha de jugar el principal papel, a fin de evi­tar cualquiera insurrección de derecha de indole contra-revolucionaria o atentatoria a sus reivindicaciones máximas.

Quienes conozcan, entonces, tanto la estructuración de un partido como la de otro, no pueden, sin equivocarse lamentablemente, hacer afir­maciones inconvenientes o comparaciones absurdas.

El Apra ha representado, representa y continuará representando para América Latina un símbolo, tal como el del sunyatsenismo para China. Las clases de donde han surgido los traidores de la revolución china no forman en sus cuadros. Los Musolini, los Carridoni, los Masiano Rocca, los Marinetti, los Settimelli, los Botáis, no deben ser previstos para nuestra realidad como factores de contra-revolución, antes de que la batalla haya empezado. Ellos aparecerán en tanto mayor numero cuanto menor sea la fuerza revolu­cionaria sobre la que el Apra se afirme. Si en lugar de hacer predic­ciones, mas o menos acertada, se tratara de crear los organismos y la fuerza indispensable para llevar a su realización el programa de reivin­dicaciones del Apra, se haría una labor verdaderamente unificadora, armó­nica y revolucionaria.

Creándonos fantasmas, antes de producida nuestra revolución de liberación nacional, daremos oportunidad para que nuestros enemigos se afirmen cada vez más, multiplicando los métodos y los procedimientos de su dictadura. No pensemos pues, ni en los Musolini, ni en los Chank Kai Shek! Los Thiers, los Kautsky, los Farinacci, deben quedar solamente como un pasado o un presente de traiciones y no como un argumento fácil e impresionable, cuando no son revolucionarios convictos y confesos, probados y dispuestos, los que están tratando de que el Apra se abra camino en América, pera imponer el triunfo del socialismo, revolucionario.

Acordémonos que ya al maestro inolvidable (Critique du Programma de Gotha, pag.19) ha dicho realísticamente: "Todo paso hacia adelante, todo movimiento real, importa mas que una docena de programas" y que Le­nin ha afirmado (Obras. Comp. pag. 678) que solo los esfuerzos unánimes y fra­ternales de los insurrectos afirmarán la libre sociedad nueva que va a nacer sobre las ruinas de la autocracia, para así abandonar los divisionismos perniciosos, los intelectualismos seductores y emprender el paso hacia adelante "el movimiento real" de la emancipación de América Latina.

EL ESQUEMA DEL PLAN DE MÉXICO

Como el nacimiento del Apra implica el anunciado de los proble­mas que los países de América Latina presentan, difiriendo de fuerzas es­tablecidas, es oportuno señalar la necesidad de que ello sea tenido en cuenta, para estimar las formas y los métodos de su desenvolvimiento y aplicación en cada uno.

El Apra ha surgido como una fuerza internacional. Problemas comunes que la realidad determina han afirmado esta necesidad. Ninguno de los pueblos latino-americanos, aisladamente, hubieran tenido o tendría capacidad de independizarse de sus opresoras. Era preciso enfocar conjuntamente la acción liberatriz. A los problemas comunes planteados por la realidad en gran parte feudal de América Latina y por la conquista del imperialismo capitalista, que abarca de un jalón a todo el continente. Convenia enunciar una acción liberadora, común, que a pesar de ser geográficamente continental, tuviera raíces profundamente naciona­listas revolucionarias, como consecuencia lógica de la semi-colonial realidad latino-americana y de la composición misma de America: semejante en sus problemas, mas semejante en su origen, en su historia, política, economía y estructuración social.

Al nacionalismo sunyatsenista de China (siendo China semejante co­mo semi-colonia a América Latina) había que sumar un nacionalismo conti­nental indoamericano, basado no tanto en las adversiones o similitudes de la burguesía nacional incipiente para con el imperialismo del norte, en las afinidades de los señores feudales con los banqueros de la altabanca, o en las peculiaridades de la "huachafita pera con el empleado de alguna empresa estadounidense” sino más bien en la gran mayoría de los indios, obreros y pequeños burgueses oprimidos por el feudalismo, burguesía in­cipiente e imperialismo capitalista.

La Nación en América Latina es el pueblo, son los productores, son los indígenas, tan expoliados como el coolí chino.

Subestimar la urgencia de enfocar la lucha de liberación nacional latino-americana, significa olvidar no solamente las tesis generales para la lucha anti-imperialista en los pueblos coloniales y semi-colohiales sino también la realidad misma de nuestros países. El sentimiento nacio­nalista frente al yanqui, frente al capital extranjero, existe en toda América Latina. El odio al blanco de nuestros indígenas no es sino la expresión de su guerra a la explotación y a la servidumbre. Poco intere­sa para la orientación de la lucha revolucionaria latino-americana el sentimiento determinado de los burgueses y señores feudales. Lo que in­teresa !y mucho! es el sentimiento de sus masas oprimidas. Considerando esto podemos afirmar rotundamente, frente a las mas bellas disecciones literarias, que EL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO DE AMERICA LATINA, DEBE ORIENTARSE FUNDAMENTALMENTE HACIA UN FORMIDABLE ESTALLIDO NACIONALISTA REVOLUCIONARIO DE CARACTER ANTI IMPERIALISTA CONTINENTAL, CUYA MAS IN­MINENTE ACCIÓN HA DE SER: ROMPER LAS TRABAS FEUDALES, EXPULSAR AL IMPERIA­LISMO Y EMPRENDER LA JORNADA HACIA EL SOCIALISMO.

Anotado este especial aspecto, prosigamos.

Planteados los problemas de América Latina continentalmente y aprísticamente, convenia contribuir a su ejecución venidera, dando los primeros pasos en cada país. El Perú nuestro país de origen, uno de los países mas típicamente señalados por su realidad, nos urgía preferente­mente en nuestra responsabilidad como revolucionarios. Plantear sus pro­blemas, enfocar su realidad, y su lucha con el mismo sentido anterior­mente expuesto, equivalía a asumir una actitud histórica. Entendiéndolo así el fundador del Apra, nuestro camarada Haya de la Torre, y los camaradas exilados en México, que tan honrosamente le secundan (relegando para otra oportunidad , diferencias más, diferencias menos, sobre la con­veniencia de ciertos métodos y de ciertas actitudes) nos han planteado a nuestra consideración una de las contribuciones mas ricas en nuestro mo­vimiento emancipador continental (Esquema del Plan de México) digna de un análisis desprovisto de prevenciones y de dudas, propias de un intelectualismo revolucionario de infancia.

La lucha por emprender en el Perú, como parte de la lucha conti­nental, es una parte de la lucha por el derecho de los pueblos a disponer de si mismos. "El derecho de los pueblos a disponer de si mismos com­prende la lucha por la completa liberación nacional, por la completa in­dependencia" (Lénin. Caricature du marxisme et économisme impérialiste. Le Communisme et la question national et coloniale, pág. 22) Ella solamen­te puede realizarse asumiendo el carácter de lucha de liberación nacional latino-americana, cuyo objetivo es el de realizar la unificación de Amé­rica Latina, el de transformar estos países en un estado centralizado, en hacer desaparecer las barreras feudales y semi-feudales y llevar a es­ tos países hacia la vía de un desenvolvimiento histórico sobre un pie de igualdad con las otras potencias librándolos del yugo del imperialismo extranjero y colocándolos en la via socialista "constituyendo un sistema económico nuevo que no ha de ser - como dice Haya De la Torre (Prólogo de México Soviet. Indoamérica, pág. 12.) el del capitalismo sino se quiere caer de nuevo en los engranajes de la máquina imperialista", es decir que su carácter ha de tener todas las peculiaridades de una revolución agrarista anti-imperialista, o en términos marxistas, una revolución plebeya.

El esquema del plan de México o bases del P.N.L. que como muy bien se le subtitula ahí, afronta el carácter nacionalista revolucionario de ella.

Sin necesidad de distraer nuestra atención afectando comparaciones inadecuadas con otros partidos organizados para otras realidades, o con tácticas apropiadas para otros instantes históricos, pues sabemos cuanta diferencia existe entre los movimientos de unificación nacional habidos en Europa a mediados del siglo XIX y nuestro movimiento liberador anti­-imperialista ya que mientras que el uno perseguía "realizar la unificación nacional, poner fin al feudalismo y obtener una existencia simplemente nacional independiente, rol que las revoluciones burguesas llenan" (Boukharin: Les probléms de la révolution chinoise. pág.8) el nuestro difie­re fundamentalmente todas estas revoluciones burguesas nacionales ya que él se efectúa en un país semi-colonial" (Boukharin, Obras Completas, pág. 9) tratando de alejar a América Latina y a los latino-americanos de una semi-esclavitud de tipo colonial. Expondremos de plano las conclusiones que, a nuestro juicio, obligan a considerarlo muy seriamente.

A) De acuerdo con la interpretación continental de la realidad latino-ame­ricana, plantea el carácter peruano del movimiento y continental de sus proporciones (art. 2).
B) Enfoca claramente las faces agrarista y anti-imperialista de la revo­lución, haciendo entrever su sentido socialista revolucionario (art. 1-5/10C).
C) Resuelve, inteligente y revolucionariamente, los problemas que en el país crean las corrientes regionalistas o federalistas y la del propio centralismo metropolitano, sobre la base de "Todo el poder a las comu­nas o municipalidades" (art.12).
D) Proclama la necesidad de educar al pueblo, declarando gratuita la ense­ñanza desde la escuela primaria hasta la Universidad, afirmando específicamente su carácter laico.

Como pudieran presentarse nuevamente objeciones o explicaciones sobre el carácter de la nacionalización de la tierra, riqueza e industria, abogando que este principio ha sido aplicado ya por la burguesía, a fin de limitar el sentido eminentemente vanguardista de los postulados que este partido revolucionario propugna, hagamos algunas aclaraciones al margen.

La nacionalización, como el Estado, ha de significar una fuerza de opresión, si ella es dirigida por la burguesía o por el imperialismo. Si ella está defendida y propiciada por el pueblo, por la nación de producto­res, trabajadores manuales e intelectuales de la ciudad y del campo y es el pueblo quien la aplica, tiene que significar un arma de liberación.

La nacionalización, implantada en Alemania, Inglaterra, Holanda, Estados Unidos, Francia, Bélgica, etc. —donde es el Estado quien explota muchas minas y algunas industrias— no significa ni tiene el carácter revolucionario y socialista que aplicada en Rusia o propiciada para América Latina. La nacionalización, en nuestras manos, implica socialización. Cuando la nacionalización la hace el proletariado o el pueblo oprimido, implica socialización o anti-imperialización.

La nacionalización de la tierra: nuestras comunidades de indígenas modernizadas con la cooperativa agrícola y protegidas directamente por el Estado; la nacionalización de la riqueza, la nacionalización de nues­tras industrias, nuestros sindicatos de trabajadores dirigiendo sus propias fábricas, administrando sus propias herramientas de producción, implican un avanzado sistema que, es necesario subrayar, difiere enormemente del mismo principio aplicado formalmente y en beneficio de la clase dominante.

Por eso dice muy bien el fundador del Apra cuando afirma (Qué es el Apra. The Labour Monthly, diciembre 1926) "la nacionalización de la tierra y de la industria y la organización de nuestra economía sobre bases socialistas de la producción, es nuestra única alternativa" y cuando (Prólogo de México Soviet) sostiene "los postulados de nacionalización y de socialización son inconciliables con los regímenes politicos de liberación y libertad burguesa.

Concluyendo: después de esta disquisición de controversia, sobre el rol del Apra y sobre el Partido Nacionalista Libertador, creemos que es necesario: REAFIRMAR TANTO EL CARACTER DE PARTIDO QUE EL APRA TIENE DESDE SU FUNDACIÓN, COMO APROBAR SUS LINEAMIENTOS PROGRAMÁTICOS GENERALES -EL ESQUEMA DEL PLAN DE MÉXICO 0 BASES DEL PARTIDO REVOLUCIONARIO DEL PERÚ, CUYA FUNDACIÓN SOSTENEMOS CONVIENE IMPOSTERGABLEMENTE COMO SECCION GENUI­NA DEL APRA.

Luis E. Heyssen.
Secretario General de la Célula.

Alfredo González Willis
Miembro de la Comisión de Propaganda.

Luis E. Enriquez
Secretario de la Comisión Económica.

Nota: Por considerar de interés adjuntamos el documento que el camarada Luis F. Bustamante ha suscrito como definición de sus puntos de vista sobre el carácter del Apra que él reafirma también, debe ser el de Partido funda­mentalmente.

Asimismo señalamos como importantes estas opiniones del camarada Rabines, emitidas el 23 de junio de 1927, en una carta de propaganda, malgrado que su actitud de hoy las rectifique.

El camarada Rebines decía en ese entonces:
"Somos un frente único y consecuentemente, en ese frente único caben todos los anti-imperialistas, a excepción de la gran burguesía, herida o molestada por la concentración capitalista y el monopolio imperialista".
Y más adelante:
"Somos un partido politico y un frente único. Hay quien quiere ver contradicción en esto. La paradoja es aparente, como todo lo que brota del marxismo. Como organización, somos un frente único: un bloc de concentra­ción de diferentes clases oprimidas: proletarios, campesinos, pequeño burgueses, comerciantes y artesanos, pequeños propietarios de la tierra y colonos, intelectuales y estudiantes de izquierda. Pero, como asociación con idénticos principios, idénticos puntos programáticos, idéntica finalidad, somos un partido politico".

Luis E. Heysen

Heysen, Luis E.

Informe sobre la Adhesión del Partido Nacionalista Libertador, 1/9/1928

INFORME

Presentado ante la Asamblea General de los miembros de la Célula del APRA. Sobre la adhesión del Partido Nacionalista Libertador.

CAMARADAS:
Los suscritos, miembros de la comisión designada para estudiar la si­tuación y la realidad creadas por el proyecto de formación de un Partido na­cionalista peruano, cuyos puntos básicos se hallan especificados en el Plan de éxito, emitimos el informe correspondiente:

La creación de un Partido Politico, de carácter nacionalista revolu­cionario, con tendencias democrático-radicales y adherido al APRA, para luchar contra el feudalismo, por la conquista de la tierra para los campesinos que la trabajan y contra el imperialismo conquistador, responde a una necesidad ob­jetiva de las clases medias, de las capas sociales que se mueven dentro de la etapa pre-capitalista y de la pequeña burguesía del Perú, expoliadas cada ves más por el imperialismo y por la tiranía económica y política de la clase la­tifundista gobernante.

El problema fundamental de nuestro país es sin duda el de la tierra, problema principalmente agrario. Su solución —que entraña la del problema indígena— no puede ser otra que la reivindicación de la tierra para el indio que la trabaja y, junto a esta reivindicación económica, las de carácter politico, cultural, jurídico, administrativo, etc. que de ella se desprenden.

El Plan de México —o sea el Partido Nacionalista Libertador— enfoca estas reivindicaciones desde un punto de vista revolucionario radical, estable­ciendo la entrega de la tierra a los trabajadores del campo —aunque omite enunciar la forma y el carácter de la expropiación— la descentralización del poder político y administrativo del Estado, mediante la injerencia efectiva de las municipalidades en el gobierno y la educación integral de todos los ciudadanos destruyendo el actual privilegio de casta que impera en la política educacional.

No es el momento de poner en debate las excelencias o los defectos del Partido Nacionalista Libertador, ni del Plan de México. Esta labor corres­ponde a quienes se adhieran a dicho partido. En el momento actual y en el pre­sente caso, no se trata sino de discutir la adhesión del Partido Nacionalista Libertador a la Alianza Popular Revolucionaria Americana.


En este punto comienza nuestro desacuerdo con los demás miembros de la Comisión, camaradas Luis E. Heysen, Alfredo González y Luis Eduardo Enríquez. Nosotros sostenemos la aceptación del Partido Nacionalista Libertador dentro de las filas del A.P.R.A., siempre que se supriman las cláusulas tercera y cuarta del Plan de México que estatuyen que el órgano úni­co que habrá de llevar a cabo la revolución anti imperialista en el Perú, se­rá un organismo politico militar y que éste será el Partido Nacionalista Li­bertador.

Pedimos la supresión de los dos puntos citados porque ellos encarnan un principio que significa la negación del APRA. El APRA, se ha enunciado, se ha organizado y se ha mantenido en todo momento, desde su fundación, como una Alianza, como un Frente Unico de sectores diversos. Toda alianza, de la especie que ella sea, implica pacto de fuerzas coaligadas y organizadas. Frente Unico quiere decir entente de sectores y rangos separados por diversidad de puntos de vista, pero concordes en llevar a cabo, durante una etapa mas o me­nos prolongada, y sin menoscabo de su autonomía, una obra común.

El APRA, no olvida, ni puede olvidar el principio axiomático de que la Historia de la Humanidad es la historia de la lucha de clases. El APRA, no puede, sin faltar a sus propios postulados y a los fundamentos de su ideolo­gía, olvidar los antagonismos irreductibles que separan las clases, que divi­den los sectores que ella trata de aliar episódicamente para llevar a cabo la revolución anti imperialista, para luchar contra el peligro común: el avance del imperialismo y la oligarquía feudal imperante. Al contrario, el APRA, reconociendo y constatando la existencia de tal antagonismo —donde radica precisamente su concordancia con la realidad— trata de formar el Frente Único de las clases oprimidas, contra las clases opresoras, para que aquellas, auxiliándose mutuamente, traten de obtener cada una el triunfo parcial de sus propias y peculiares reivindicaciones. Por esto proclama la unidad dentro de la Alianza, dentro de la cuál cada sector conservará sus puntos de vista concordes con sus intereses y su autonomía de pensamiento y acción, limitada tan sólo por los intereses de la lucha contra el imperialismo.

La formación de un partido político que objetivamente remplazaría al APRA, en las condiciones en que el Plan de México lo establece en sus cláusulas tercera y cuarta, implica clara y terminantemente no la alianza y la uni­ficación de fuerzas orgánicas, biológicamente distintas, sino la fusión de todos los elementos anti imperialistas y le exclusión de todo punto de vista de sector o de clase; es decir la negación del antagonismo de clase, realidad viviente en el Perú, esencia y motor de todas las luchas y revoluciones de la Historia. Tratar de organizar un partido que comprenda a todos los elementos oprimidos bajo el yugo del imperialismo, fusionándolos, sin distinción de cla­se, es desconocer el antagonismo de clase que el APRA reconoce y afirma. Ahora bien, en estas condiciones, tratar de adherir este partido al APRA signi­fica colocar al APRA, en la calidad de una entelequia teológica, de una categoría metafísica o en la calidad de un simple rótulo, puesto que la organi­zación de un Partido Único, de carácter politico-militar, hace totalmente inú­til todo pacto, frente único, entente o alianza entre sus componentes.

El antagonismo y la lucha de clases, que el APRA no niega sino afirma, sin tratar de escamotearlo o suprimirlo romántica o reaccionariamente, ha asu­mido desde hace muchos años en el Perú, caracteres definidos y netos. El proletariado de las fábricas, de las centrales mineras, azucareras y petroleras, hace tiempo que abandonó el antiguo sistema de organización de sociedad mutua- lista, propio del artesanado, de las clases medias del pre-capitalismo y de la pequeña burguesía, para organizar su sistema de defensa dentro de los sin­dicatos revolucionarios.- Ante la instrucción oficial y frente a las escuelas nocturnas gubernativas, el proletariado forjó sus propios centros de cultura proletaria, las U.P.G.P.- En su lucha de frente único contra la actual tira­nía, el proletariado no se ha fusionado jamás con elementos demo-liberales, estudiantiles o pequeño burgueses: en ningún momento ha perdido sus puntos de viste genuinamente proletarios. La lucha sin cuartel que ha venido librando en tales condiciones, es la prueba incontestable de que la lucha de clases en el Perú, es una realidad tan efectiva como lo es en todo país en donde la ac­tividad económica, política y social se desarrolla dentro de la preponderancia del sistema capitalista.

Si el proletariado ha tenido necesidad de organizarse para la defensa de su salario, de su jornada de trabajo y de sus derechos, en un organismo de clase; si en medio de la luche de civilistas reaccionarios, demócratas teñidos de laborismo y estudiantes inflamados, el proletariado ha llevado a cabo su propia lucha, lucha de clase, bien que dirigido por elementos de otros rangos, pero que tuvieron la virtud sustantiva y esencial de abdicar de sus pro­pios puntos de vista para ponerse a las órdenes del proletariado, es indudable que mas tarde o mas temprano, tratara de hacerlo políticamente, dentro de su propio organismo político, con tendencias, aspiraciones y puntos de vista de clase.

Si mas tarde en el Perú, se formara por ejemplo, un Partido campesi­no "ayllista" o simplemente agrarista, como sucedió en México con el zapatismo, el APRA, no tendría absolutamente porqué rechazar la adhesión de este organismo entre sus filas; todo lo contrarío: trataría de atraerlo, de vincular­lo estrechamente con los organismos políticos de los demás sectores oprimidos, en el seno de la Alianza.

Los camaradas oponentes sostienen el grueso sofisma de que el APRA quedaría constituyendo la Alianza de los diversos Partidos Nacionalistas que se funden en los otros países indoamericanos. Tomando la hipótesis por rea­lidad, el APRA quedaría en calidad de una Internacional Indoamericana y nun­ca en la categoría de una Alianza. La diferencia profunda que existe entre Alianza e Internacional, ha querido ser borrada con argumentos deleznables y de ley dudosa.

Incapaces de sostenerse en este terreno, huérfano de lógica, arguyen que en algunos países, en donde ya existen partidos politicos de clases opri­midas, constituidos y en funciones, el APRA ocuparía su verdadera categoría de Alianza. ”¡Que el Perú —como el Paraguay— son países de excepción!... Pero hemos demostrado que la lucha de clases existente en los países de América Latina —en donde hay partidos políticos de clases oprimidas— existe también o en el Perú, y no en la mente de los intelectuales, ni en el ideario de uno
o más reformadores del mundo, ni en la teoría de uno o más exégetas de la so­ciología, sino en el terreno viviente y dinámico de la realidad. Por consiguiente la excepción concuerda muy bien con el pensamiento y la conciencia de nuestros camaradas, pero de ninguna manera con la realidad palpitante y viva del Perú. Y no es el pensamiento, ni la conciencia individual quien condiciona y determina la realidad social, sino es la realidad social la que condiciona y determina la conciencia y el pensamiento individual. Si se sos­tiene el APRA, como Alianza, en países como Cuba, Colombia, Ecuador, Chile, etc en donde la lucha de clases ha condicionado la lucha política, no es posible dejar de sostenerla en el Perú, en donde la lucha de clases ha asumido caracteres dramáticos y relevantes y en donde el proletariado, condicionado por la realidad, puede y tiene que llegar a constituir su propio organismo politico de clase.


La creación de un partido único, sobre las bases de los puntos terce­ro y cuarto del Plan de México, es la prohibición terminante de tratar de organizar un partido genuinamente proletario. Y todo organismo, toda colectividad, todo individuo, toda ideología, que se opongan u obstaculicen la realización de esta legitima aspiración del proletariado —clase oprimida bajo el yugo del imperialismo— está contra los intereses específicos de los trabajadores y con­tra los postulados del APRA. No tenemos ninguna razón, ni nos asiste derecho alguna para prohibir la formación de un partido de clase, dentro de la Alianza. Prohibir al proletariado la formación de su organismo politico de clase, es atentar contra sus intereses, es desconocer sus verdaderas necesidades, es luchar contra sus reivindicaciones. Es asumir una tendencia anti-proletaria, es consagrar una tendencia fascista.

Por esto rechazamos las cláusulas tercera y cuarta del Plan de México, que excluye de hecho todo organismo formado fuera de las filas del Partido Na­cionalista Libertador y que encarna la negación del APRA. No es posible sos­tener que desde Paris, desde México o desde Buenos Aires, es dable excomulgar desde ya y apriorísticamente todo organismo que puede nacer obedeciendo a la realidad social y al estado de ánimo colectivo de nuestras clases oprimidas.

Apoyados en estas razones sostenemos los principios de organización del APRA, es decir de una Alianza: dentro de ella cabrá perfectamente un Partido de clase —disfrutando de la autonomía que el pacto le acuerde— tanto como la Liga Patriótica Haitiana o el Partido Nacionalista Libertador, con los prin­cipios que propugna, a excepción de las cláusulas tercera y cuarta. Sostenemos que el órgano único que habrá de llevar a cabo la revolución en el Perú, será el APRA, en la cual —repetimos— encontrarán cabida un partido tal como el Par­tido Nacionalista Libertador, así como cualquier otro organismo político de clase oprimida que se halle en formación o que pueda llegar a Constituirse.

De la vinculación de estos elementos organizados, dentro de la Alian­za, y de la fuerza y disciplina de cada uno de ellos, depende, más que la in­surrección, el triunfo de le genuina revolución plebeya anti-imperialista.

París, primero de septiembre de 1928.

Eudocio Rabines
Miembro del C.E del APRA

Juan Jacinto Paiva
Miembro de la comisión de disciplina

Armando Bazán
Miembro de la Com. de Propaganda

Ravines, Eudocio

Informe ante la Asamblea de la Célula del Apra en París, 1/9/1928

INFORME

Presentado ante la Asamblea de la Célula del Apra en París
(Ampliación del Informe del 1 de septiembre de 1928)

Compañeros:
Las discusiones habidas en el seno de la Junta de Comisiones de la célula de París, las opiniones vertidas por camaradas de esta y de algunas otras células de América y el informe presentado por un parte de la Comisión de la cuál somos miembros, sobre los problemas teóricos y prácticos que saca a luz el proyecto de creación del Partido Nacionalista Libertador del Perú, basado en las plataformas del Plan de México, nos obligan a ampliar nuestro primer informe, exponiendo el análisis somero de dicho Plan, contestando, opiniones y argumentos y tratando de esclarecer suficientemente la posición y el rol del Apra, en la teoría y en la práctica, desde un punto de vista estrictamente marxista.

Características del Partido Nacionalista Libertador.

El P.N.L., cuya ideología y cuyas normas programáticas se ha­llan especificadas en el Plan de Mexico, establece las reivindicaciones peculiares del campesinado indígena y de las clases medias (pequeña bur­guesía y capas sociales que se mueven dentro de la esfera pre-capitaxis­ta "mitelstande") y las reivindicaciones generales, de orden nacional, que afectan a todas las clases oprimidas.

Objetivamente, el PN.L. no reivindica, ni puede reivindicar, las aspiraciones ni los derechos de la clase proletaria. No enfoca, ni pue­de enfocar las reivindicaciones proletarias, sino en los aspectos gene­rales en que las aspiraciones obreras se confunden con las de las demás clases oprimidas bajo el yugo del imperialismo. En esto su posición es lógica, puesto que tácitamente reconoce que la emancipación de los trabajadores no puede ser obra sino de los trabajadores mismos.

El proletariado no puede, por ningún motivo, reducir sus rei­vindicaciones inmediatas, sus realizaciones de clase, factibles dentro de una revolución, a estos aspectos generales. Tampoco puede limitarlas ni circunscribirlas a los vagos enunciados que, sobre la cuestión obrera, propugna el Plan de Mexico.

El punto noveno promete, o propugna, "la elevación de las clases obreras al lugar social que les corresponde". Este punto tiene toda la vaguedad de expresión de un pensamiento impreciso y medroso. Su exégesis puede hacerse desde todos los puntos de vista, anestesiando los temores de todos los rangos, satisfaciendo los anhelos subjetivos de todas las observancias. Humanitarios y utópicas de todos los matices, suscriben unánimes este mismo principio. Nuestros caudillos criollos —Alessandri, Irigoyen, Obregon— lo colocan en el pórtico de sus manifiestos electorales y en la "paloma" de sus discursos de comité. Los imperialistas yanquis sostienen que, en su país, el obrero tiene abiertas todas las chances para llegar al más alto puesto y que, económicamente, se hallan todos en el lugar social que les corresponde. Tal aserto, lejos de ser contestado, es confirmado enfáticamente por la Panamerican Federation of Labour, por el laborismo y por la social-democracia del mundo entero. La vaguedad y el confusionismo del concepto no pueden ser más evidentes e incontestables.

Por otra parte, teórica y prácticamente, a la luz del marxismo y a la luz de la realidad histórica, el proletariado solo podrá ocupar el lugar que le corresponde, cuando organizado políticamente como clase, conquiste ese lugar, realizando la revolución socialista y no esperándolo de otra clase o contentándose con aguardar o recibir los presentes de Artajerjes.

La declaración del punto 5 de que "la riqueza pertenece a la Nación y que es ella quien debe explotarla o hacerla explotar, sin sacrificar jamás su soberanía ni las energías de su pueblo, entregándolas incondicionalmente al servicio de intereses privados o extranjeros", no entraña la manumisión del proletariado. Enuncia, es cierto, un plan de nacionalización revolucionaria. Pero, esta especie de nacionalización tiene que ser inevi­tablemente temporal. A ella seguirá, o la nacionalización burguesa, la explotación aguda y racionalizada del proletariado y el pacto y la alian­za con el imperialismo, o la socialización progresiva, realizable únicamente por el proletariado y factible solo en el Estado Socialista.

El proletariado, como clase histórica, no puede restringir sus aspiraciones a una nacionalización temporal e inestable. Tiene el deber de convertir ésta en socialización progresional y permanente. La socializa­ción no puede ser realizada sino por el proletariado, puesto que él es la única clase que, por no estar ligada ni vinculada a la propiedad privada, no tiene interés directo en conservar esta, sino al contrario, en convertir­la en propiedad social. Pero, esta labor solo puede cumplirla organizado políticamente como clase, disciplinado en sus propios organismos, constituido en entidad ideológica y activamente autónoma y en el período en que haya conquistado la hegemonía sobre la realidad social. Para llegar a este periodo, como condición fundamental, tiene que organizar por sí mismo sus propios rangos, disciplinar sus propias fuerzas, crear su propia consciencia de clase, librar sus propias luchas, plantear y defender sus peculiares reivindicaciones.

Esta organización, esta disciplina, estas luchas y las reivindicaciones consecuentes, no pueden ser planteadas ni resueltas sino por un organismo de clase, por un organismo genuinamente proletario. El Frente Único y el Partido Nacionalista Libertador, no pueden realizarlas, ni podemos exigir que las planteen. El carácter objetivo de su contextura se lo impide y se lo veda. El P.N.L trata de ser un partido de clases oprimidas. No es un partido de clase, de clase proletaria y, por ende, no puede ser un Partido Socialista, tomando este vocablo en su acepción prístina, conservando "su viejo y grande sentido".

Para algunos compañeros (camarada Bustamante, de la Célula de París) se trata de una cuestión simplemente formal. Para otros (camarada Cox, de la Célula de México; camarada Meneses, de La Paz) se trata de algo menos importante: de una cuestión de nombre. No, camaradas, con negación absoluta. Hay una cuestión más profunda que no podemos escamotear. Hay un pensamiento ideológico más neto, que no podemos subestimar. El socialismo es el engendro directo, el hijo legítimo, la negación dialéctica y dinámica del capitalismo. El socialismo ha salido de la fábrica, ha sido nutrido por el maquinismo, ha surgido como teoría y como praxis genuinas del proletariado. Cualquier hombre honrado, cualquier espíritu noble y libre, cualquier jacobino advenedizo, cualquier caudillo demagogo, puede enunciar y predicar el socialismo, pero solo el proletariado puede hacerlo. El hogar del socialismo es la urbe, el hogar proletario, como el del liberalismo fue el burgo. El agro puede ser contagiado y teñido por el socialismo, pero no puede gestarlo ni realizarlo. Este es el error de los camaradas Meneses y Cox, compartido por el compañero Haya de la Torre, quien en el prólogo al libro México Soviet, sostiene que Zapata es la síntesis socialista. Zapata bien pudo haber tenido ideas vagamente socialistas, pero el zapatismo y la revolución agraria mexicana, no puede ser considerado como movimientos socialistas. El camarada Haya hace dialéctica, pero dialéctica hegeliana. Ha dado más importancia a un concepto subjetivo que a la realidad objetiva. Ninguna revolución agraria puede ser socialista sino bajo la dirección, la ideología y el comando del proletariado. Y, aun así —caso que no se presenta en México— este socialismo es progresional y evolutivo, es un socialismo en devenir. La repartición de la tierra, la más alta conquista agraria mexicana, es una medida liberal, burguesa y antisocialista por sus cuatro costados.

Los puntos de vista del Partido Nacionalista y del Plan de México, sobre el problema agrario, sobre la política educacional, sobre la organización administrativa, sobre la cuestión del imperialismo, son efectivamente revolucionarias. La revolución que el Partido Nacionalista Libertador es una revolución plebeya, por la emancipación nacional. Se trata pues de un organismo y de un movimiento nacionalista revolucionario y no, de ninguna manera, de un organismo ni de un movimiento socialista. Se trata pues de una cuestión algo más que formal, de una diferencia que no estriba solamente en un nombre.

Sentado este principio y demostrada la evidencia de que el PNL no es un partido socialista, ni puede proclamar principios, ni llevar a cabo realizaciones socialistas, analicemos cuál es la actitud del proletariado y de quienes, dentro del APRA, tienen una ideología socialista. "La revolución social —dice Lenin— no puede cumplirse sino en una época en que la guerra civil del proletariado contra la burguesía, en los países avanzados, se unan diversos movimientos democráticos y revolucionarios, comprendidos los movimientos de emancipación nacional en el seno de los países atrasados, retardados u oprimidos. ¿Por qué? Porque el desenvolvimiento del capitalismo es desigual y porque la realidad objetiva nos muestra, al lado de naciones que han llegado a un alto grado de desenvolvimiento capitalista, diversas naciones muy débilmente desarrolladas o completamente atrasadas desde el punto de vista económico" (Tomo XIII, p. 369-70). En consecuencia, el proletariado no puede abstenerse ante la presencia de un movimiento de emancipación nacional, llevado adelante por capas oprimidas por el imperialismo. Sería erróneo y desacertado, atacar tales movimientos o negarles su concurso y su ayu-da, más firmemente decididas.

Ante el Partido Nacionalista Libertador y ante el Plan de México, nos encontramos frente a un movimiento nacionalista revolucionario.

La actitud del proletario frente a movimientos de esta índole ha sido también claramente especificada por Lenin: "El proletariado no tiene nada que hacer con los movimientos democrático-burgueses; sólo pueden interesarle los 'movimientos nacionalistas revolucionarios. No hay duda que todo movimiento nacional, en los países atrasados, no puede ser sino un movimiento democrático-burgués, pues la mayoría de la población se compone de campesinos que representan la clase media capitalista. Sería utópico suponer que los partidos proletarios estarán en estado de desenvolver solos su propia actividad de hacer su propia política, sin entrar en relaciones determinadas con los campesinos de los países atrasados y sin pedirles su ayuda... Pero, para marcar mejor la diferencia, las palabras 'democrático burgués' deben ser reemplazadas por las palabras 'nacionalista revolucionario. La idea es que el proletariado debe sostener los movimientos por la emancipación nacional, solamente en el caso en que estos movimientos sean realmente revolucionarios, es decir, cuando no se opongan a que demos a las grandes masas explotadas una preparación revolucionaria. Cuando esto sea imposible, el proletariado revolucionario está obligado a combatir el movimiento reformista de estos países atrasados, tanto como combate a los héroes de la II Internacional" (Lenin. Tesis del II Congreso).

La forma en la cual el proletariado debe actuar, la táctica que debe seguir, ha sido asimismo especificada por Marx y Lenin: la actitud del partido obrero revolucionario hacia el movimiento nacionalista revolucionario en los países atrasados debe ser la que Marx señala en El Proceso de Colonia: "El partido obrero revolucionario marcha con la democracia pequeño-burguesa contra la reacción, puesto que derribar a esta es su objetivo. Combate la democracia pequeño burguesa dondequiera que ella pueda afirmarse por sí sola. El partido obrero puede muy bien utilizar, bajo ciertas condiciones, a otros partidos o fracciones de partido, pero no debe subordinarse a ningún partido". Más aún, Marx esboza la táctica a seguir en un período post-insurreccional: Los obreros deben —dice en el Proceso de Colonia— establecer su propio gobierno, al lado de los nuevos gobiernos oficiales, ya sea bajo la forma de consejos comunales, de municipalidades, de comités de obre-ros, de manera que los gobiernos democráticos que pierdan el apoyo de los obreros, se vean así colocados bajo el control de autoridades sostenidas por toda la masa obrera. La desconfianza, en una palabra, debe dirigirse desde el minuto mismo de la victoria, no hacia el partido revolucionario vencido, sino hacia los aliados de ayer, hacia el partido que quiera recoger solo los frutos de la victoria común... El armamento de los obreros todos, por medio de fusiles, cañones y municiones, debe cumplirse sin dilación alguna, y es necesario combatir el restablecimiento del antiguo ejército antiobrero. Al presentar sus candidaturas al lado de candidaturas de la democracia, los obreros no deben dejarse seducir por ninguna frase democrática, ni deben dejarse impresionar, por ejemplo, por la afirmación de que hacen divisionismo, favoreciendo la posibilidad de la victoria de la reacción. En todas estas frases el fondo es siempre el mismo y es que al fin el proletariado será arrollado. Por eso, los obreros deben hacer más por sí mismos y por su victoria final, instruyéndose sobre sus intereses de clase, no dejándose arrastrar por frases hipócritas de democracia pequeñoburguesa, y sin abandonar un momento la organización de su partido independiente. Y Lenin afirma categóricamente: "El partido proletario no debe temer combatir al enemigo común al lado de la pequeña burguesía, a condición de no confundir en ningún caso, su organización con las otras organizaciones. Marchar, separados, combatir juntos. No disimular las divergencias de intereses, vigilar al aliado tanto como al enemigo. En los países atrasados debe luchar con ella, pero sin confundirse con ella, guardando incondicionalmente la independencia del movimiento proletario, aun en la más embrionaria de sus formas (Tesis del II Congreso).

Queda así esclarecida la posición política y revolucionaria del P.N.L, como movimiento nacionalista revolucionaria. Queda esclarecida también la posición del proletariado frente al enemigo común y al P.N.L. Por esto, nos hemos pronunciado contra las cláusulas tercera y cuarta del Plan de México que estableciendo "una disciplina político militar en el Partido" y declarando, un tanto ingenua y apresuradamente, que el único partido que realizará la revolución, será el Partido Nacionalista Libertadore"; prohíben tácita y explícitamente la formación de un partido genuinamente proletario que pueda luchar y reivindicar los intereses genuinos del proletariado, colaborando siempre con el movimiento revolucionario propugnado por las demás clases oprimidas.

Nuestro informe del 1° de setiembre
En este documento sostenemos que el Partido Nacionalista Libertador se sustituye al APRA y que ésta queda en la calidad de un rótulo. Efectivamente, tal es la realidad. El APRA en el Perú estaría constituida por un bloc de tres clases: campesinos, proletarios y pequeña burguesía. El Partido Nacionalista Libertador se presenta como el partido peruano de dichas tres clases. No solamente hay similitud, sino una perfecta igualdad, una clara e innegable sustitución. Una de las dos entidades no sería más que un rótulo.

Se arguye que el APRA es un organismo continental. Sobre el particular, la realidad presente nos es desfavorable. Hasta hoy, todas las células organizadas, células militantes y activas, no grupos más o menos agregados, ni movimientos esporádicos y episódicos, están formadas por elementos peruanos. No podemos negar que el éxito verdadero del APRA depende de la primera acción revolucionaria que lleve a cabo. En consecuencia, en el terreno de la realidad, este argumento es puramente formal y no tiene la validez que quiere dársele. Por otra parte —y de esto nosotros somos en gran parte responsables— los elementos revolucionarios de cierto valor en América Latina, se vienen pronunciando contra el APRA. La animadversión surge en declaraciones aisladas y colectivas. Todos sabemos bien que APRA y Partido Nacionalista Libertador representan en la actualidad, una misma tendencia, un mismo movimiento y casi el mismo personal. Por esto sostenemos que el Partido Nacionalista Libertador se sustituye al APRA, tomando el carácter más neto y preciso de Partido, con disciplina "político militar".

Sostenemos que el Partido Nacionalista Libertador olvida o desconoce la realidad de la lucha de clases y que llega a negarla. A poco que se analice, tal aserto es incontestable. Si la lucha de clases existe, si el proletariado se presenta en la realidad librando sus propias batallas, el proletariado tiene el derecho inalienable de organizar su propio partido político. Propugnar la fusión del proletariado con las otras clases, clases no solo disímiles sino profundamente antagónicas, es tratar de borrar ese antagonismo, es olvidar que el proletariado no puede confundir sus aspiraciones peculiares con las de las demás clases oprimidas por el imperialismo. Tratar de fusionarlo es desviarlo de su verdadero camino, es impedirle la realización de la primera de sus reivindicaciones: la constitución de su organismo político de clases. En una palabra es negarse a reconocer la existencia de la lucha de clases. Unir las tres clases en un solo partido, o tratar de hacerlo, es confundir las reivindicaciones y hacerlas totalmente comunes, lo cual no es cierto: el campe-sino, para liberarse, tiene que luchar contra el feudalismo y contra su aliado, el imperialismo. La pequeña burguesía oprimida, para romper su opresión tiene que luchar también contra el imperialismo directamente y contra su aliado, el feudalismo. El proletariado tiene que luchar contra el feudalismo, contra el imperialismo, y además contra su adversario de clase, el capitalismo.

El APRA y la revolución latinoamericana
Si en algo estamos unánimes y concordes es en establecer las diferencias de fondo y de forma que existen entre el movimiento revolucionario en Europa y en Latinoamérica. Teoría y táctica deben estar de acuerdo con la realidad. En Europa, los ciclos económicos e históricos se han sucedido uno a otro, negándose y desplazándose, en un proceso dialéctico claro y definido. En Europa, la burguesía ha sucedido al feudalismo y actualmente predomina en todas las formas económicas, en todas las relaciones sociales. En América, el proceso dialéctico sigue un curso diferente. Actualmente encontramos en la sociedad indoamericana, la heterogeneidad y la convivencia de diversas etapas. Estados ya cancelados en Europa superviven en América y conviven aún con la nueva realidad. Junto al ayllu y a la comunidad primitiva, tenemos el latifundio, el feudalismo, la manufactura, la industria y el imperialismo.

Predominantemente, Indoamérica atraviesa una etapa mercantil, pero bajo el dominio del imperialismo. Es objetivo que el factor primordial en nuestra economía y en nuestra historia contemporánea, es el imperialismo. Nuestro principal problema es el problema de la tierra, por cuanto afecta a la mayoría de la población. Pero, junto a este problema fundamental, existe el problema obrero, el de la pequeña burguesía capitalista y el de las clases medias pre-capitalistas, estranguladas por el monopolio y por la in­vasión imperialista.

En Europa, el proletariado numeroso y concentrado, desarrollado en el seno de regímenes más o menos democráticos y tolerantes, ha podido or­ganizar sus partidos propios y estos partidos pueden y deben contexturar su marcha, sus luchas y su disciplina, dentro del principio "clase contra clase". En Indoamérica, nuestro proletariado incipiente, ignorante, con taras anarco-sindicalistas, pequeño-burguesas y utópicas, no ha podido realizar aun su unidad política, ni está en condiciones de sostener una lucha idéntica a la de los partidos obreros europeos, ni a librar la batalla de clase contra clase.

Ante tal realidad, el Apra, surge enunciando la finalidad de constituir una alianza de todas estas clases para luchar contra enemigos comu­nes: el imperialismo y el feudalismo. La idea de esta alianza, responde ob­jetivamente a la realidad indoamericana. Por esto hemos propiciado su de­senvolvimiento y su desarrollo y lo seguiremos propiciando.

La utilidad del Frente Único es incontestable. Su eficiencia es innegable, siempre que sepamos interpretar las aspiraciones y los derechos de las clases invitadas a formarlo, contemplando los intereses inmediatos, pero sin olvidar jamás los intereses permanente del porvenir.

Hasta hoy el APRA, no ha salido del embrión. Es una pragmática y magnífica idea, alrededor de la cual nos hemos agrupado algunos elementos. Hasta hace poco vivíamos paradisíacamente en el periodo de la hermandad. Tan pronto como queremos salir de él, para entrar en el terreno de organismo político, tan pronto como ha sido necesario esclarecer el camino, precisar la orientación, entrar en la tarea de la organización y de la captación de masas, de la "conscripción nacional" como dice expresivamente uno de nuestros camaradas, surgen los obstáculos, los desacuerdos, la crisis. Nada más corriente, ni más lógico: nuestro deber es salvar inteligente y enérgicamente la crisis y continuar la tarea.

Antes de plantear nuestras conclusiones, que servirán de norma para el porvenir, hagamos un sucinto análisis del pasado, en el cual todos, cual más, cuál menos, tenemos una parte de responsabilidad.

Objetivamente constatamos que la disciplina dentro del APRA, es embrionaria, sino una quimera. Hay instantes en los que nos encontramos frente a un verdadero caos. No podemos llamar disciplina, en su verdadera acepción, a las manifestaciones observadas en algunas células, en la de París por ejemplo, puntualidad en la asistencia, cordialidad mutua, pureza en la vida, etc. La disciplina que un organismo político requiere, es un poco más compleja y más amplia. Necesitamos y no tenemos una disciplina ideológica, una disciplina de pensamiento y acción. La Célula de París, por ejemplo, ha tomado en general, una posición marxista. La de Buenos Aires nos presenta desviaciones de derecha: baste citar la declaración en la que se declara concorde con la actitud de Pueyrredón en la Conferencia Panamericana. La de México se ha caracterizado por una oscilación permanente, repetidas veces oportunista y demagógica. La Célula de México lanzó la noticia del envío de una legión a Nicaragua, cosa falsa e irrealizable. Ella fue quién redactó, corrigió y editó el célebre manifiesto de un Partido Nacionalista, con sede en Abancay, y que solo ha tenido su sede en el pensamiento de nuestros camaradas, enamorados del bluff. Y, para finalizar, dicha célula se ha empeñado en una campaña absurda contra los partidos comunistas de América Latina.

Las pruebas de esta campaña están en los cuatro números de nuestra revista Indoamérica. En el primer número, dirigen una carta abierta a los profesores de la Universidad Popular González Prada, en la que afirman: "cumplimos con darles cuenta del resultado de la gestión que tuvieron ustedes a bien encomendarnos, ante los compañeros Hurwitz y Terreros"... lo cual es completamente falso. Los compañeros de México no han recibido ninguna misión de parte de los profesores de la Universidad Popular González Prada. Y añaden: "para obtener de éstos una explicación categórica de su actitud frente a nuestra Alianza Popular Revolucionaria Americana, a la que han dejado de pertenecer, sin previa consulta, para ingresar al Partido Comunista". La disciplina del APRA no puede ser violada, en ninguna forma, por el hecho de ingresar al Partido Comunista. El Partido Comunista es un partido de clase oprimida; en consecuencia, el APRA tiene el deber de contar con esas fuerzas, de respetar esa doctrina, de no atacar, velada o directamente, esos organismos. Ellos deben formar parte del Frente Unico. Si tal cosa no se obtiene de inmediato, el APRA y todos sus miembros, tienen el deber de abstenerse, en cualquier caso, de todo ataque, directo o indirecto, de toda declaración que vaya contra la ideología o la acción de estos partidos, aun cuando sea equivocada. La aseveración de nuestros compañeros de México, va contra el pensamiento de la Alianza.

En una carta dirigida por el compañero Haya a un elemento reaccionario, tal como el director de La Sierra, se hace primar un concepto de razas y regiones y se olvida el concepto fundamental de clase. Esto lo consideramos como una desviación demagógica y nociva.

Por último, en el No. 4 de Indoamérica, se declara: "El APRA no está contra los partidos comunistas, pero tampoco está con los partidos comunistas». Esto es el ataque por eliminación. Es declarar que los partidos comunistas no tienen nada que hacer en la lucha antiimperialista y que se hallan demás en América Latina. Que el APRA, además, no cuenta con ellos sino para eliminarlos. Esto es un error profundo. No podemos aceptar la eliminación de una fuerza que por mucho que numéricamente nada representara, ideológicamente representa la doctrina y el pensamiento de una clase, de la clase más revolucionaria frente al imperialismo, y con la cual el APRA trata de contar en la lucha por la emancipación nacional.

Por último, en La Paz, tenemos el caso de la coexistencia de dos células antagónicas. Y en el Perú, el proletariado se halla completamente ajeno al movimiento, al control y al gobierno del APRA.

De lo expuesto es necesario obtener una enseñanza y una seria advertencia. Necesitamos precisar el pensamiento de la Alianza, dar contextura orgánica al pensamiento y la ideología del Frente Unico, no solamente en el sentido de los cinco puntos ya conocidos, sino en el orden particular, de la teoría y la táctica del movimiento.

En conclusión, proponemos, con carácter de moción, los siguientes acuerdos:

  1. La Célula del APRA en París pide la supresión, de las cláusulas tercera y cuarta del Plan de México. Su enmienda se haría, en todo caso, concordes con la tesis de organización general del APRA.
  2. El APRA, dada su estructura de bloc de clases distintas, y su finalidad de realizar una revolución plebeya, no es uno de los factores más valiosos, dentro de la revolución plebeya, no es, en ninguna forma, una organización anticomunista.
  3. El APRA reconoce y declara que los elementos proletarios, adheridos o que se adhieran a sus filas, individual o colectivamente, tienen el derecho pleno de organizar su propio partido político de clase.
  4. El APRA, dado su carácter profundamente unitario, tiende a pactar una alianza, bajo las condiciones específicas que se señalen, de una y otra parte, con los organismos políticos del proletariado. Estos organismos políticos tendrán representación directa e injerencia efectiva en la organización y en la dirección de la Alianza y del movimiento que propicia.
  5. La Célula de París acuerda estudiar y redactar las tesis necesarias, que especifiquen la finalidad, la orientación, la ideología, la organización y el mecanismo de la Alianza. Estas tesis serán sometidas a la aprobación de las demás células, tan luego como sean aprobadas por esta Asamblea.

París, 1° de diciembre de 1928

Eudocio Ravines
Miembro del Comité Ejecutivo del Apra y
Secretario General de la Célula de París

Juan J. Paiva
Miembro de la Comisión de Disciplina

Armando Bazán
Miembro de la Comisión de Propaganda

Ravines, Eudocio

Carta de Carlos Manuel Cox, [01/1929]

(...)

el consiguiente temor de que la censura postal diera al traste con nuestros planes.

Hasta la fecha han fracasado nuestras tentativas de conseguir ayuda financiera, malgrado lo ofrecimientos mencionados anteriormente. Aún más, la situación política de México durante el año de la presidencia provisoria no permite absolutamente hacer proyectos, ni esperar la colaboración financiera del elementos revolucionario oficial mexicano. To[do] el año que va a transcurrir será de intensa agitación electoral encaminada al nombramiento del nuevo presidente y nuestras gestiones de estrellaran invariablemente antes las urgencias domésticas de los líderes de la revolución mexicana. Al marco de estas razones de peso se ha aumentado la nueva revuelta armada, tremenda sangría económica, que hace más pesimista la perspectiva de ayuda. Por todas estas consideraciones que no ampliamos, por un sentido elemental de discreción, hemos decidido operar un cambio de frente en nuestras actividades, propósitos que hemos puesto en práctica desde hace más de cuatro meses.

No necesitamos insistir en la protesta sincera de que la acción realizada por nosotros durante el año 1928 y que en algunos sectores de nuestros compañeros ha producido tan amargas críticas han sido inspiradas por la convicción profunda de que sin una acción enérgica del Apra en el Perú, —país que casi todos estamos de acuerdo en considerar maduro para una revolución antiimperialista que nos abra el camino de la edificación socialista—, no podía conquistar para América Latina la victoria en esta lucha con el imperialismo en que lleva la peor parte. Eso sí, nos responsabilizamos ampliamente con la actitud asumida, de las campañas realizadas y solicitamos por eso de las demás célula, previa esta sintética explicación, el enjuiciamiento de nuestra actitud, que pedimos, teniendo en cuenta la moción que aprobaba por esta célula presentamos adjunta, y cuyo significado es que cambiada la situación debemos procurar la forma de saldar las divergencias y se inicie desde ya una labor enérgica y efectiva para consolidar el Apra en América Latina y se forme el Partido que lleve triunfante al Perú nuestros ideales revolucionarios.

Debemos remarcar, para poner fin a esta explicación, que si bien se nota cierta desviación demagógica y de nacionalismo pequeño burgués en la propaganda por nosotros realizada este es simplemente verbal y teniendo en cuenta los sectores a los que iba dirigida. De otro lado, esta aparente desviación aparente no la hemos autorizado con nuestra firma y aun cuando algunos compañeros puedan tildar de ingenua esta aseveración nuestra, por conocerse el origen de la propaganda, nosotros respondemos que en el secreto de ella no están sino los compañeros de mayor confianza. Si nuestra acción secreta ha sido denunciada, culpa es de la falta de discreción de quienes han extremado su temor hasta el grado de ver un peligro fascista al término de nuestro camino. Esta duda antihistórica la disculpamos ya que con nuestra actitud firme de hoy y de siempre demostramos que no ha muerto en nosotros y no se ha atenuado el fuego de nuestras convicciones socialistas.

En vista de la nueva situación creada y deseando la Célula Peruana del Apra en México dar el primer paso hacia la unidad aprista más absoluta y con el propósito de destruir cualquier rezago de suspicacia sobre la acción realizada, presentamos a las células peruanas del Apra en el Perú, París, Buenos Aires y La Paz la moción adjunta.

Nos parece innecesario explicar las relaciones inamistosas que han existido enter el Partido Comunista y los apristas de Cuba y México. Ellas arrancan desde el Congreso de Bruselas, cuando los apristas que pudieron asistir a esa convención, plantearon ideológicamente sus reservas a los acuerdos tomados sobre la acción antiimperialista en América Latina. Consideramos que nuestra actitud ha sido de una mesura franciscana al lado de los insultos, ataques de todo género que se nos propinó. Ahora estas fricciones han disminuido en México, aún cuando sabemos que se han reproducido en Buenos Aires. Los comunistas de México que mangonean el Socorro Rojo Internacional nos han invitado a tomar parte en él y desde luego hemos estado concurriendo las sesiones. Con motivo de la muerte de Mella, tanto el Apra de México, como los desterrados peruanos, protestamos enérgicamente y asumimos una franca actitud de condenación contra la tiranía machadista. Nuestra intervención en el Socorro Rojo queremos sea aprobada por Uds. y esperamos una decisión en el sentido de que los desterrados peruanos en las diferentes partes de América contribuyan a darle fuerza.

Esperamos que la discusión serena de los puntos propuestos y confiamos en que a pesar de la distancia y la dificultad de las comunicaciones actuaremos en adelante perfectamente unificados, tanto en nuestra acción sobre el Perú, como en América.

"Contra el Imperialismo yanqui; por la unión de los pueblos de América, para la realización de la justicia social"

Fdo Carlos Manuel Cox
Secretario Interino de la
Céllula Peruana del Apra en
México, D.F

Cox, Carlos Manuel

Carta de Eudocio Ravines a la Célula Peruana del Apra en París, 1/5/1929

París, 1 de mayo de 1929

Estimado camarada:

No es grato poner en su conocimiento la siguiente resolución votada por la célula del Apra y el Centro de Estudios Anti-imperialistas de París, y aprobada por unanimidad de votos:

Lo miembros de la célula del Apra y del Centro de Estudios Anti-imperialistas de París, en vista de la situación objetiva de los demás grupos similares de América Latina, cuya descomposición orgánica es evidente y cuya existencia es, en la actualidad más formal que efectiva; constatando que existe un profundo descuerdo entre sus miembros sobre la orientación y la praxis del movimiento, sin que haya podido obtenerse, desde la fundación del Apra, hasta el presente, ni un táctica mas o menos definida, ni ningún movimiento de masas, aun de mediocre importancia, ni una disciplina política entre sus componentes y finalmente, ante la imposibilidad de llegar a una entente que esclarezca la posición, las tendencias y las finalidades de a Alianza Popular Revolucionaria Americana, resuelven:

DISOLVER LA CÉLULA DEL APRA Y EL CENTRO DE ESTUDIOS ANTI-IMPERIALISTAS DE PARÍS
(Moción aprobada por unanimidad de votos).

Los miembros de la célula del Apra y del Centro de Estudios Anti-imperialistas de París, anti-imperialista revolucionarios, que se reclaman de ideología socialista, concordes con la moción anterior y en vista de que todos los elementos que han venido propiciando la idea del Apra, son peruanos, acuerdan:

1.- Invitar a los camaradas conscientes de los demás grupos del Apra, a afiliarse las Ligas Anti-imperialista o a los partidos revolucionarios proletarios, incorporándose así al movimiento anti-imperialista mundial.

2.- Exhortarlos a constituir en el exterior células del Partido Socialista Revolucionario Peruano, cuyas actividades inmediatas deben tender a reforzar el movimiento de organización del Block Obrero y Campesino del Perú.

(Moción aprobada por mayoría de votos)

Lo que nos es grato poner en conocimiento de Uds. suplicándoles quieran aceptar las seguridades de nuestra consideración personal.

Eudocio Rabines
Secretario General de la Célula del
APRA en París

Armando Bazán
Secretario de la Comisión de Propaganda
de la Célula del Apra en París

Bazán, Armando

Carta de Carlos Manuel Cox, [28/12/1928]

MOCIÓN PAVLETICH

(Aprobada por la Célula Peruana de México)

PUNTOS RESOLUTIVOS:

1º- Receso inmediato del denominado Partido Nacionalista Libertador del Perú, cuya dirección, en carácter de Comité Provisional Ejecutivo, venía desempeñando la célula del Apra en México.
2º- Sustitución del Secretario General del Apra por un Comité Continental Ejecutivo, que parejamente al desempeño de su misión como tal, sea capaz de afrontar y resolver las divergencias existente en las filas del Apra, sin tropezar para ello con los impedimentos que por razones obvias acompañarían en tal labor al compañero Haya DelaTorre (1) y demás miembros de la célula peruana en México.
3º- Clarificación y sistematización de la ideología, táctica y programa del Apra, sujetos hasta hoy a la interpretación individual o por grupos, declarando definitivamente su carácter socialista, revolucionario y antiimperialista de izquierda. (2)
4º- Concertación de pactos, compromisos y alianzas de frente único con los diversos organismos proletarios y revolucionarios existentes en América Latina, sin reparar para ello en diferencias de credos o doctrinas.
5º- Tender a la organización inmediata de la Sección Peruana del Apra, quien conservará —en lo que se relacione con el movimiento revolucionario nacional— un lógico y necesario control sobre las células peruanas del Apra en el extranjero, cuyos componentes deberán sujetarse, en la cuestión peruana, a las directivas línea política, táctica y disciplina que la citada sección peruana acuerde para el mejor desempeño de su cometido como vanguardia del movimiento social.

"Contral el imperialismo yanqui, por la unión de la América Latina, para la realización de la Justicia Social"

(Firmado) Esteban Pavletich

México, D.F, diciembre 29 de 1928.

Notas.- En lo que se relaciona con el punto, el proponente cree necesario sugerir la lección de los compañeros Alfredo L. Palacios, Gabriel del Mazo y Manuel Seoane, como miembros integrantes del Secretariado Continental del Apra, secretariado que, soportando la adición de un representante por cada sección ya existente, constituirá el Comité Ejecutivo. Como dificultades innecesarias de apuntar imposibilitan el traslado a Buenos Aires de un representante por cada sección ya existente, esta representación puede facilitarse provisionalmente con la elección de un compañero entre los diversos residente en aquel país.

Para visibilizar el punto tercero —imposibilitados económicamente como nos hallamos para convocar a un Congreso Continental del Apra, que sería el medio más certero de saldar diferencias y soldar criterio, el proponente señala como medio más adecuado la redacción de un manifiesto dirigido a los pueblos y clases oprimidas de la América Latina, en ocasión de iniciarse las funciones del Comité Continental Ejecutivo y redactado por este, contando con el aporte ideológico y la sanción previa de cada una de las secciones y células del Apra.

Es copia de su original

[firma de Carlos Manuel Cox]
El Sec. Int.

(1) El C. Haya-Delatorre en circular pasada a todas las células del Apra ha renunciado a la Secretaria General, antes de conocer el espíritu de esta moción.

(2) La clarificación del movimiento aprista se está consiguiendo en concepto de esta Secretaría con motivo de la tesis presentada por la Célula de Buenos Aires. La presente exposición de la Célula del Apra en México, junto con la moción, forman parte del pensamiento de los apristas peruanos desterrados en México. En tal sentido la Célula de Buenos Aires debe estractar los extremos pertinentes. Sin embargo, la Célula piensa producirse en documento más extenso sobre la tesis de Buenos Aires, en igual forman que lo han hecho otros compañeros.

[firma de Carlos Manuel Cox]

Cox, Carlos Manuel

Carta de Magda Portal al Secretario de la Célula del Apra en París, 7/71928

7 de julio de 1928

Al. C.
Secretario de la Célula del Apra
en París.

Sus dos comunicaciones para el c. Haya Delatorre, dirigidas por intermedio de esta Secretaría, han sido leídas por nuestro grupo, y teniendo en cuenta que todas las resoluciones del Comité Ejecutivo han estado tomadas en reunion de todos los miembros actualmente en México, esta Secretaría cree conveniente dar respuesta a los documentos citados, enviándolos después al c. Haya, que se encuentra en Guatemala. Así esta concretará de preferencia a los 3 puntos tratados en su carta Apra.

1o.- Nuestra primera intención al hacer las declaraciones ya conocidas de ustedes por la prensa, de enviar un contingente de sangre al general Sandino, se basaba en una razón de táctica política. El gobierno del Perú desde nuestra llegada a Mexico, y más aún, desde que vino a este país el c. Haya D., ha mantenido una constante vigilancia sobre México, y según noticias, se ha establecido una severa censura a toda la correspondencia que va de Mexico al Perú, y la que venía del Perú al apartado 1524, dirección muy conocida del gobierno. Necesitábamos distraer la atención de nuestros enemigos, fingiendo un romántico sesgo a nuestras actividades revolucionarias, y así no vacilamos en declarar que estábamos dispuestos en la medida de nuestras posibilidades, a ofrecernos de manera incondicional a la causa de la libertad de Nicaragua, que para los apristas, era la causa símbolo de la libertad futura de toda nuestra America. Nuestra segunda intención fue precisamente la de orientar la campana meramente nacionalista nicaragüense, hacia un sentido antiimperialista continental. Nuestro compañero Esteban Pavletich, a pesar de las grandes dificultades que se le atravesaron, como es la campaña calumniosa de los miembros del p.c. de México y de la liga antimperialista que enviaron delegación a Nicaragua, ha obtenido sin embargo importantes declaraciones del héroe nicaragüense, una de ellas su adhesion a la moción de ciudadanía continental latinoamericana, aprobada por el Senado de México y combatida diplomáticamente por Estados Unidos. Nuestra revista "Indoamérica” que sale en este mismo correo, les mostrará este documento. En todo lo demás, nuestro compañero E.P. nos informa la admirable conexión que ha constatado en Sandino con nuestros postulados de unidad indoamericana. Creemos que este ha sido un paso cierto dado por el Apra en su labor continental.

2o.- Teniendo en cuenta que no habíamos determinado la dirección que tomaría el c. Haya en su viaje, y pensando que muy en breve viajaría a Paris, este compañero decidió ser él personalmente quien llevara a esa Célula todas las noticias de nuestras labores aquí. Fue la razón para que no les comunicáramos detalladamente. No obstante, estamos de acuerdo con ustedes en hacer conocer de esa Célula todas nuestras resoluciones, palabras de orden, etc. De allí que esta Secretaría les envíe continuamente, copias de todos los documentos. Nuestras labores apristas han sido en estos meses de poco importancia, dedicándonos en particular a la acción dentro del Partido Nacionalista Libertador del Perú. De todos modos, les envío un sintético boletín.

3o. - En vista de la proximidad de las elecciones, esta célula —i conjuntamente el P.N.L. del Perú— decidieron el envió de uno de los compañeros al Perú. Este compañero no ha viajado aún por razones económicas —las mismas que nos impiden hasta hoy hacer venir al c. Rabines a México— pero seguimos nuestras gestiones en pro de esta necesidad. Además, seguramente dentro de dos meses, se dirigirá al Perú otro compañero mexicano, del P.N.L. del Perú, a ponerse en comunicación con los cc. de ese país e iniciar una más activa acción, como ustedes dicen, ilegalmente. Esperamos que entonces pueda ponerse de acuerdo con nuestro c. Bustamante, del que no sabemos si habrá viajado o no. Dada la circunstancia de que el primer objetivo de nuestro partido es tomar el poder político para poder realizar los postulados del Apra, todas nuestras actividades tienden hoy a la consecución de esre propósito. No desperdiciaremos ocasión de introducir compañeros en el Perú, desterrados o no, a fin de que laboran por la causa. Estamos con ustedes en aprovechar todos los medios para conseguir el fin que nos hemos propuesto. De allí que hayamos aprovechado la candidatura del c. Haya, lanzada en provincias —no sabemos cuál— como medio de agitación y propaganda, lo cual creemos de capital importancia en los actuales momentos.

El c. Haya viajó por la via de Yucatan para tratar de ponerse al habla con el c. Bustamante, pues teníamos noticias de su viaje en el "Orbita”. No lo ha logrado. El c. Haya debía dar instrucciones al c. B. para su actuación en el Perú. De todos modos, estamos seguros de que con el viaje de este compañero, se allanarán muchas dificultades principalmente la surgida con el c. José C. Mariátegui, según ustedes ya deben conocer.

Un cordial saludo aprista de vuestra compañera.

Magda Portal
Sect. Célula peruana
México.

Portal, Magda

Carta del Carlos Manuel Cox al Secretario de la Célula Peruana del Apra en París, 8/4/1929

8 de abril de 1929

C. Secretario de la Célula
Peruana del Apra en París

Querido compañero:

Le adjunto dos documentos que contienen los acuerdos de la Célula Peruana del Apra en México y que servirá transmitir a los compañeros que se encuentran en Europa.

La C. Magda Portal tuvo que viajar a La Habana por la mala situación económica en que se encuentra México. El C. Pavletich viaja por los Estados y la Célula ha quedado formada por los compañeros Manuel Vásquez Díaz, Serafin Delmar y el suscrito. Esta causa ha originado el receso de Indoamérica que sacaremos en cuanto la situación financiera de la Célula lo permita. Debemos anotar que los cc. Vásquez y Delmar están sin trabajo.

La revuelta armada de los Topete, Manzo, Aguirre (ya fusilado), Cruz, Caraveo, etc., es un movimiento franca­mente reaccionario y representaría, de triunfar, a la clase de generales enriquecidos con la Revolución y a la sombra de las lu­chas armadas que han convulsionado por cerca de veinte años a Me­xico. Felizmente el gobierno ha consolidado sus posiciones y ahora solo queda como reducto de esta ultima revuelta el Estado de Sono­ra, no en toda su extensión y se espera en estos días el hecho de armas que defina la situación. A la sombra de los generales que se levantaron en armas contra el Gobierno, los cristeros —como se les llama aquí a los rebeldes católicos que están en armas contra el gobierno desde 1926 en que Calles hizo efectivas las leyes contra el clero,—aumentaron su audacia, llegando hasta tomar algunos pueblos de importancia. Es posible que esta revuelta sea destruida pues se han concentrado fuerzas suficientes en los Estados afectados Jalisco, Michoacán, Guanajuato y Colima, que seguran extinguirán
a los "cristoreyes".

El C. Haya que se encuentra en Alemania se habría comunicado con Uds. ampliamente.

Deseamos saber la dirección del C. Luis Bustamente, para escribirle.

Con un cordial saludo aprista

Carlos Manuel Cox
Secretario Interino

Cox, Carlos Manuel

Carta de Magda Portal a los compañeros de la Célula peruana del Apra en Buenos Aires, 18/6/1928

18 de junio de 1928

A los compañeros de la Célula peruana del Apra en Buenos Aires.

De acuerdo con los compañeros de esta Célula, contesto a ustedes su carta de fecha 15 de mes ppdo, que se refiere a la carta pasad por el c. José Carlos Mariátegui, respecto a su actitud frente a las últimas decisiones del Comité Ejecutivo reunido en México, carta de la cual ya hace tiempo nos llegó el original.

Como antiguo revolucionario y político, el c. J.C.M no tiene razón para haber tergiversado el verdadero sentido de la campaña electoral que nosotros habíamos decidido propiciar, como ustedes conocen, con fines de agitación y como un argumento ante quienes pueden ayudarnos en este país. Es extraño pues, que el c. Mariátegui, conocedor de la ideología aprista y de los fines de nuestro partido, no se diera cuenta de los móviles que tuvimos al aceptar la candidatura de Haya, y la envuelva en injustas suspicacias, que no solo se las ha reservado para él a espera de posteriores explicaciones, sino que la viene comunicando a todos los compañeros de provincias, mas alejados de la verdadera realidad y para quienes el nombre de nuestro compañero y líder, seguramente está tomando cierto color ambiguo, muy perjudicial para el espíritu de la masa y para nuestra labor futura.

La comunicación con el Perú, ustedes lo conocen perfectamente, es del todo imposible. Durante mucho tiempo nos hemos visto en el peligro de enviar documentos para que cayeran en poder de la policía, razón clara por demás para que no hayamos tratado de remitir a los cc. del Perú aquellos documentos que podían comprometerlos y provocar otro "complot comunista", como el de junio del años pasado. Esto ha debido tenerlo en cuenta nuestro c. Mariátegui y no prejuzgar antes de conocer los motivos que tuvimos para aceptar la elección. Inmediatamente que hemos conseguido un medio seguro para remitir correspondencia al Perú, hemos enviado al c. Mariátegui, todos los documentos referentes a la creación del Partido Nacionalista Libertadordel Perú, el plan de acción elaborado, etc, . Estamos esperando respuesta.

Es demasiado infantil adelantar en una cuestión de la que no se tienen noticias seguras. Es algo más aún, puesto que Mariátegui está dentro del partido, no es elemento simpatizante y era en el Perú el depositario de la confianza de todos los desterrados que hoy laboramos por la revolución en el Perú. Acusarnos de querer hacer una campaña estilo billingurista, es desconocedor la actuación del Apra durante cuatro años, y en el momento en que nos creemos más cerca de obtener la realización de la obra aprista, no podría ocurrírsele a nuestro líder, decretar el fracaso del Apra, lanzándola a una lucha electoral con propósitos de salir triunfantes en ella, lo que confirma la ingenuidad o equívoca intención de la suposición.

Es necesario pues que ustedes no permanezcan en el compás de espera que habían decidido, sino que tomen un actitud definida, tratando de influir antes lo cc. del Perú a fun de que las suspicacias sembradas por el c. Mariátegui, no tengan el efecto pernicioso que nosotros auguramos, y que el mismo Mariátegui llegue a convencerse, si no lo está aún, de las razones políticas que el Comité Ejecutivo ha tenido para emplear la campaña electoral como un medio de agitación alrededor del nombre de Haya, sumamente preciso para los beneficios que esperamos obtener y que facilitarán nuestra obra en el momento de la acción.

Nosotros no creemos, como ustedes afirman al final de su carta, "que sea forzoso contar con los que en Lima y provincias han dado reiteradas pruebas de coincidir con nuestro ideario socialista", pues en el caso de que el c. Mariátegui se obstinara en no querer adherir al partido, nosotros tendríamos que prescindir de él y de quienes con él estuvieran, sin que por esto detuviéramos nuestra acción ni sintiéramos pesimismo de los resultados de un movimiento social en el Perú. Pero el c. J.C.M. al retirarse de la lucha aprista, no hará sino probarnos su poco conocimiento de la idiosincrasia de nuestro pueblos para los cuales es [*] emplear ciertas tácticas, que si no muy de acuerdo con los idealistas revolucionarios, si lo están con la realidad, y nosotros necesitamos de todos los medios que nos conduzcan al fin que nos hemos propuesto.

Ustedes estarán con nosotros en que el nombre de Haya está muy prestigiado para que nosotros, sin profundas meditaciones al respecto, hayamos decidido mezclarlo en un asunto de política criolla que le restaría mucha de su fuerza adquirida como revolucionario limpio. Pero en vista de la inminencia de una acción en el Perú, no hemos vacilado en aprovecharnos todas las fórmulas, y la elección es una de ellas. A este respecto se había decidido que uno de los compañeros en México, viajase al Perú a llevar nuestro plan de acción y aclarar conceptos erróneos. Aún no lo hemos conseguido por causas económicas. Pero seguiremos la lucha hasta conseguirlo.

Esperamos que Uds. traten de agitar la cuestión electoral por medio de artículos, con seudónimos, en la Argentina y por correspondencia en el Perú. Y que colaboren con nosotros a desvanecer la atmósfera de incomprensión de los compañeros de Lima y algunos de provincias a quienes ha llegado la negativa del c. J.C.M. con bastante peligroso apresuramiento. El c. Mariátegui se coloca así, no en la posición del compañero que exige noticias antes de tomar una actitud, sino de parte de nuestros amigos que verán en la separación de J.C.M del Apra, la confirmación de que nuestro organismo lucha por obtener ventajas bastardas dentro de la política criolla sostenida hasta hoy en nuestro país.

El c. Haya viajó a Centro América, donde dará algunas conferencias. Aquí hemos organizado la Secretaría del Sector del Caribe, conforme a la Tesis de los 4 Sectores Antiimperialistas. Insinuamos a ustedes la creación idéntica Secretaria.

Saludos fraternales.

"CONTRA EL IMPERIALISMO YANQUI; POR LA UNIDAD DE LOS PUEBLOS DE NUESTRA AMERICA; PARA LA REALIZACIÓN DE LA JUSTICIA SOCIAL"

Fda. Magda Portal

Portal, Magda

Carta del Comité de Pro-Liberación del Perú, 1/2/1928

1 de febrero de 1928

Compañeros Óscar Herrera, Eudocio Ravines, Manuel Seoane, Luis Heysen, Luis Bustamente, Enrique Cornejo

En BUENOS AIRES Y PARÍS.

Estimados compañeros:

El comité Pro-Liberación del Perú constituido en México e integrado por compañeros mexicanos y peruanos, se dirige a Uds., por nuestro conducto, para darles cuenta de su instalación. Las bases sobre las que se ha organizado nuestro Comité son las siguientes:

1º Trabajar por todos los medios para conseguir la reivindicación de los trabajadores peruanos del campo y de la ciudad, sobre la bases de la emancipación económica y política del indígena.
2º Trabajar por la constitución de una fuerza organizada bajo la forma de un partido político que sea el órgano por medio del cual se consigan los fines que perseguimos, con el nombre de "Partido Nacionalista Libertador del Perú".
3º Estudiar en consecuencia intensamente la realidad económica, social y política del Perú.
4º Tener siempre presente la Revolución Mexicana en sus aciertos y en sus errores como base de experiencia para el desarrollo de este movimiento.
5º Dejar establecido que este movimiento se realizará sobre la base de una estricta disciplina integral de todos sus componentes como único medio de mantener la autoridad moral y política.
6º Siendo absolutamente necesario para la eficacia del movimiento sus estricta centralización a fin de asegurar su eficacia, que implica unidad de comando, el Comité de México organizará comités en los demás países donde haya posibilidad de fundarlos bajo su dirección política.
7º Se nombró y reconoció unánimente como jefe supremo del movimiento al compañero V.R. Haya-De la Torre.
8º Se nombró al compañero Jenaro Amezcua Secretario General del movimiento y al compañero C.M. Cox, Secretario del Comité Pro-Liberación del Perú, sede de México.
9º El Partido Nacionalista Libertador del Perú estará adherido al APRA.
10º El plan político de nuestro partido lo llevará a los compañeros de la Argentina y Europa el compañero Haya-Delatorre.
11º El lema adoptado por el Partido Nacionalista Libertador del Perú es el de TIERRA Y LIBERTADOR.

El Comité de México considera necesario remarcar y recomendar muy especialmente a Uds. la necesidad de guardar una absoluta discreción, hasta que se acuerde la forma de hacer públicas nuestra actividades.

Las bases para la formación del Comité Peruano-Argentino serán enviadas por separado, lo mismo que las del Comité de París.

Al participarles la instalación del Comité de México les instamos a constituir el Comité Organizador Pro-Liberación del Perú en la Argentina y París.

TIERRA y LIBERTAD.

Fdo. Jenaro Amezcua
Secretario General

Fdo. Carlos Manuel Cox
Secretario del Comité de México

Cox, Carlos Manuel

Carta de Víctor Raúl a Eudocio Ravines, 4/4/1928

Abril 4.

Querido Eudocio:

Acabo de recibir una extensa carta tuya de siete páginas fecha 10, depositada el 18 de marzo. No sabes cuánto te agradezco las noticias tan minuciosas. A la fecha deben haber recibido una extensa carta mía explicatoria del plan de acción en el Perú.

Los chismes de Bazán sobre lo de la candidatura carecen de importancia por ser inactuales. Castillo nos escribe dándonos otra opinión. La Prensa se burló la primera vez pero no la segunda en que se ocupó editorialmente de la cuestión. La candidatura, como lo digo en mi carta anterior, forma parte de un plan revolucionario. Espero haberme explicado suficientemente.

Es ridículo, y es necesario matar en su raíz, que toleramos gestos anárquicos allá. ¡No hay estado mayor en París ahora, porque el estado mayor esta aquí y estará en México por mucho tiempo. No podemos estar sujetos a críticas gratuitas. Es propio que en nuestro movimiento o hay fe o no la hay y quién no la tenga que se marche. Tú debes contribuir a afirmar este sentido o conciencia militar allá. Hay que acallar comentarios. No debemos tolerar grupos u oposiciones. Hay que extirparlos de raíz tomando todas las medidas que ya la sagacidad o la severidad aconsejen para mantener nuestra unida.

La cuestión candidatura es indispensable, según lo explicamos ya. Es ridículo y hay que acabar una vez por todas con la creencia de que yo o nosotros hacemos cosas por individualismo o personalismo o no sé qué porquerías. Ya pasó el tiempo y yo pude hacerlas en otro campo. No necesito que se me aconseje espíritu colectivo ni disciplina porque soy el primero en guardarla. Cada vez que hago algo es porque conviene a la causa. Nunca se hace nada sin consultarse con los compañeros y sin verse la realidad. Y la realidad no esta en París ESTA AHORA AQUÍ. Es preciso pues disciplina, calma, menos histerismos y más espíritu militar.

Esto en cuanto a críticas que según me dices se han suscitado allá.

Sigo creyendo que ha sido un error y una estupidez de Mariátegui el enviar en estos momentos y en las condiciones en que lo hizo a nuestros compañeros a Moscú.

Creo que deben detener a Julio hasta que yo vaya. Esto es indispensable.

Recibimos ayer un cable consultando la partida de Bustamante. En principio soy abiertamente opuesto a estos viajes por razones sentimentales muy respetables pero muy anti revolucionarias y anti militares. Si mi padre o mi madre moribundos me llamaran yo no iría. Por principio. Hasta hoy ninguno de nosotros ha vuelto. La excusa del regreso de Miroquezada fue que su papacito estaba enfermo. Respeto los sentimientos pero pido que se respete la disciplina. Los enviados al Perú en estos momentos no deben ir de París sino de México. Bustamante no haría gran cosa. Espero que cuando se entere de mi carta estará mejor informado. De todos modos, si los compañeros aquí autorizan no será con mi voto. Tengo las mismas razones que tuve para que Cornejo urgido por su madre enferma, volviera al Perú.

Trataré de escribir a los compañeros tal como me indicas. Ahora estoy terminando un folleto o pequeño libro titulado "El Imperialismo y el Apra", con parte polémica para los comunistas y parte expositiva. Queda demostrado por angas y por mangas que el Apra es un Partido. Rebate sin mencionar las capciosidades de Mariátegui.

Aquí ha aparecido un folleto de Mella furibundo contra el Apra y contra mí. Está vomitando bilis. No ha causado buena impresión y se trata hasta de recoger la edición. A nosotros nos conviene que circule. Varias gentes espontáneamente han respondido. La cosa es grotesca.

Espero que se comuniquen con Cuba. Atuei ha dado un número estupendo. Las perspectivas del Apra aumentan día a día aquí. Ya tenemos local imprenta y otros elementos ofrecidos. La impresión de mi folleto será, la primera forma concreta de apoyo que el Apra reciba.

Es preciso que digas a los muchachos que lo que dije de Borah no es tal cual fue publicado. Diles que un hombre cuyas palabras son trasmitidas por telégrafo como fueron esas mías por una agencia, no va a estar persiguiendo a los corresponsales ni desmintiendo cuando ni se sabe dónde dan las noticias. El hecho de que se hagan eco de lo que dice El Libertador, es sencillamente oír la voz del enemigo. ¡Es como estar de acuerdo con lo que dice La Prensa respecto de mí! ¿Qué han de decir los enemigos? Dialéctica, dialéctica, por todos los Diablos del infierno hasta cuando vamos a ser un kindergaten revolucionario?

Es lamentable que tengamos que estar sufriendo críticas y murmuraciones de nuestras propias filas. Mientras no se nos de poderes amplios no será posible nada. Yo siento un desaliento extraordinario cada vez que me impongo de estas cosas. Y el cuento no es que yo no me imponga, porque tú haces bien en comunicarlo, sino en ir educando revolucionariamente a nuestros compañeros.

Es preciso dar a conocer a nuestros compañeros que El Libertador y los comunistas atacan porque se ven pedidos. El Apra avanza cada día con más fuerza. ¿,Cómo escuchar y ni siquiera leer libelos contra nosotros? ¡Léeles lo que dice el último número de Atuei sobre El Libertador y sobre Mella. Aprendan a ver enemigos en los enemigos y no en los compañeros. Pongan cauterio a esas murmuraciones necias y femeniles.

Yo sé bien en que ahora como al fundar el Apra, como al fundar la U. P. ha de llegar un momento en que esté solo o casi solo. Esa es mi tragedia. ¡ Cuánto papel y tinta gastado para llegar a entender el Aprá. Así ha de ser. Hemos de perder tiempo en explicaciones, todo por falta de fe revolucionaria, de preparación, de organización en nuestras filas. Lo que hay que buscar ahora es disciplina, disciplina militar. Se acercan horas de fila. Si no organizamos nuestras fuerzas así, las anegaremos en sangre más tarde y llevaremos todo al diablo. Esas palabras sobre el control de los jefes ¿pueden pronunciarse en un ejército? No. ¿Y no somos o no debemos ser nosotros un ejército? He ahí nuestro argumento. O hay fe en los jefes o hay anarquía. O somos un partido de lucha y por ende de guerra y por ende militar o somos una tertulia de comadres o mi hato de rameras en noche, de orgía sabatina. ¿Cuándo entenderemos que el Apra es un Partido con disciplina militar? ¿Lo entenderemos solo el día en que ya en la lucha se tenga que castigar con sangre insurrecciones o rumores en nombre de la disciplina que en la guerra hay que mantenerla férreamente? ¿Se nos llevará a eso? La cuestión es seria. Hay que preparar nuestro ejército. Hay que darle mortal de tal y moral revolucionaria.

Es preciso que organicen ustedes un curso de disciplina y moral aprista. Que preparen a los elementos para ser buenos soldados. Si no lo son, no serán jamás buenos jefes. Traten esto.

¿Qué hay del mensaje de Ugarte al Apra pedido a ti varias veces, desde diciembre? Manda también ejemplares, del mensaje de Rolland si es que quedan.

Sandino está de acuerdo con el envío de la comisión del Apra. Se lo dijo al periodista Carleton Beals que me trajo el recado. El fracaso de los liguistas en esto ha sido formidable.

Un fuerte abrazo a todos. Ya escribiré singularmente. Estoy ocupadísimo tu hermano

Fdo. Víctor Raúl.

Nada me alegra más que las noticias de tu salud. Ya sabes mi teoría: la voluntad vence a todas las enfermedades. Yo estoy muy bien. Todas las mañanas me levanto a las 6 y salgo a correr por el bosque de Chapultepec con varios amigos. Me siento muy bien. No habría podido sobrevivir a una gira tan agotante de atenciones y emociones sin este régimen. Avena huevos leche y fruta mi
único alimento amen de un poco de vegetales y uno que otro tamal...

Haya de la Torre, Víctor Raúl

Mensaje de Víctor Raúl a la sección del APRA en París

A LA SECCIÓN DEL APRA EN PARÍS

Mensaje de HAYA DE LA TORRE PARA LA COMIDA DEL PRESENTE MES

Compañeros apristas:

Desde México va mis saludos. Me adhiero fraternalmente a la cena de esta noche, homenaje a la gran hermandad de la juventud latinoamericana que el Apra está afirmando. Saludos a los compañeros y a los amigos del Apra en París. Ojalá que de esta noche de solidaridad quede un nuevo propósito de acción. La tarea que se termina hoy debe marcar el comienzo de la que se iniciará mañana. Debemos prepararnos todos juntos a cumplirla con más empeño y con más fe. Miles de apristas estamos ya trabajando en diversos lugares del mundo por la realización de nuestro gran programa antiimperialista. Pero necesitamos trabajar más y más. La juventud latinoamericana está hoy despertando interés en el mundo. Se sabe que en nuestra América corrompida, sensual y perezosa está apareciendo una generación fuerte y capaz. Esa es la generación que el Apra está agrupando bajo sus banderas. Esa es nuestra generación de trabajadores manuales e intelectuales que realizará la gran obra de cumplir los grandes lemas de nuestro: "Contra el imperialismo Yanqui, por la unidad de los pueblos de América para la realización de la Justicia Social".

México, 1928

Fda Haya de la Torre

Haya de la Torre, Víctor Raúl

Mensaje de Víctor Raúl a los representantes de la prensa en México

MENSAJE PARA LA CENA DE HOMENAJE A LOS REPRESENTANTES DE LA PRENSA DE MÉXICO

APRA París

México, 1928

Me adhiero cordialmente al homenaje de la Sección del Apra de París a los representantes de la prensa mexicana, por su labor antiimperialista durante el último Congreso de La Habana. Soy testigo de la magnífica campaña latinoamericanista y antiimperialista que EXCELSIOR y EL UNIVERSAL han realizado durante la Conferencia especialmente en lo que se refiere a la propuesta traidora del delegado de Leguía en favor de la intervención. Con los dos grandes órganos del diarismo mexicano, toda la prensa de la República ha realizado una campaña anti-intervencionista que honra a la prensa mexicana. Los representantes de EXCELSIOR y EL UNIVERSAL han de ser testigos en esa cena de la verdadera opinión de los peruanos sobre la ponencia Maurtua. La opinión del pueblo peruano representada en esa demostración por una brillante representación de nuestra juventud no está al lado de Maurtua ni de Leguía agentes de intereses extranjeros en nuestro país: está al lado de América Latina y especialmente de Nicaragua y de México.
El Apra, organización eminentemente latinoamericana, está realizando su obra de unión contra el imperialismo, porque es latinoamericana, porque no la mueven intereses extraños a los intereses de nuestros pueblos y porque no tolera que estos sean instrumentos de causas ajenas sino defensores de su propia causa. Por eso proclamamos nuestro Frente Único e invitamos a unirse a él a todos los trabajadores intelectuales y manuales de Nuestra América sin excepción alguna. Todos los antiimperialistas latinoamericanos tienen un lugar en nuestras filas. Por eso, soy partícipe de la alegría de los compañeros apristas de París al tributar un homenaje a los representantes de la prensa mexicana que tan abiertamente secunda nuestra ideas".

Fdo. Haya de la Torre

Haya de la Torre, Víctor Raúl

Carta de Víctor Raúl a Luis F. Bustamante, 16/03/1928

Marzo, 16

Mi querido Bustamante:

He pasado mes y medio viajando por el norte de México, dando conferencias y conociendo tierras y gente. Ayer he vuelto a esta ciudad y me he encontrado con tu carta. Tu designación para la secretaría me parece muy bien y la apruebo francamente. Yo deseo que Ravine se venga a México y tan pronto como tengamos fondos esto se hará. No he salido para Europa porque las cosas aquí están mucho más interesantes que lo [que] nosotros podríamos imaginar. Yo sabía siempre que mi viaje a México precisaría y daría realidad a mis viejos planes sobre el Perú. Esto parece hoy definitivo. El "Plan" de la Revolución con los puntos del programa están ya redactados y sobre ellos estamos trabajando para conseguir el pleno apoyo. Todo lo tendremos.

Tan pronto como deje listo el trabajo revolucionario aquí, saldré para Europa, no sin antes haber visitado Centro América de donde me invitan y quizá si hasta un poco más al sur. Mi viaje a Europa es necesario por dos razones. Para revelarles a ustedes todo lo hecho, sacar la gente necesaria de allá y luego ir a Inglaterra y plantearle a los laboristas que recibirán pronto el poder la cuestión de nuestros problemas económicos anglo peruanos (Peruvian etc.) que ya traté anteriormente pero que deseo definir para aclaras los campos.

Lamento de veras el viaje de Heysen a Europa. Lamento que se haya ido sin consultarlo y que esté padeciendo todavía la superstición de que "hay que ver París para ser culto". Nuestra concentración debe hacerse ahora en América. Yo había pensado encomendar a Heysen una comisión en Bolivia, Chile o Ecuador, las tres muy importantes, pero ahora estoy buscando a quién dársela mientras nuestro amiguito se pasea.

Pavletich saldrá para Nicaragua el próximo sábado a ofrecer su concurso y el del Apra a Sandino. A fin de derrotar las intrigas de los enemigos resolvimos declarar que el Apra formará una legión para ir a Nicaragua. Como controlamos la sección telegráfica de Excelsior absolutamente hicimos publicar como venidas de París declaraciones tuyas que en la sección de telegramas fueron lanzadas con una cabeza a todo lo largo de la plana que decía así "El Apra enviará una Legión a Nicaragua".

El Manifiesto del Comité Ejecutivo invitando a esta cooperación esta imprimiéndose. Es absolutamente necesario que el Centro de Estudios Antiimperialistas del Apra, envíe una carta e El Universal y otro a Excelsior pidiéndoles que transmitan a la juventud mexicana el agradecimiento de ustedes por la acogida que se me ha brindado en mi visita a México y expresando que los latinoamericanos que forman la Sección del Apra en París aplauden la labor antiimperialista de esos diarios e invitan una vez más a todos los trabajadores manuales e intelectuales de México a formar un Frente Único, autónomo, meramente latinoamericano, sin sujeciones a control de intereses ajenos a los de nuestro países, para luchar prácticamente por la soberanía de nuestros países. Al mismo tiempo la carta debe decir que la juventud latinoamericana residente en Europa y militante bajo las banderas del Apra trabaja activamente por dar realidad a la formación de "La Legión" que irá a Nicaragua tan pronto como sea posible y que "por lo pronto ya se han enviado representaciones personales al glorioso general Sandino como primera avanzada de la contribución del Apra a la causa de Nicaragua"

La misma carta, que debe redactarse con cuidado y con táctica para que se publique por todos lados debes enviarlas a los siguientes diarios, SIN FALTA:

Director de ... El Siglo de Torreón, Torreon Coah, México.
La Voz de Chihuahua, Chihuahua. Chih. México.
El Heraldo de Chihuahua Chih., México.
Revista "Cosmos" Apartado 82 Chihuahua Chih. México.
El Correo de Parral. H. del Parral Chih., México.
El Día, Ciudad Juárez, Chih. México.
Redención. Guadalajara Jalisco. México
"Orientación" Zacatecas Zac. México.
Todos a México, América Latina.

Que la carta sea un verdadero mensaje dando la impresión de un gran entusiasmo por la recepción que se me ha hecho en México y de una gran simpatía por México. Las direcciones del Excelsior (Calle Bucareli México D.F. México Amerique Latine) y El Universal (Calle Iturbide 11, México D.F. Amerique Latine) deben conservarlas. Ahora, convendría otro mensaje especial y breve para El Universal Gráfico, mensaje distinto de los demás del "Departamento de Publicidad del Centro de Estudios Antiimperialistas del Apra en París" saludando a la prensa mexicana por intermedio del Gráfico y rogándole que se sirva publicar que el Centro desea toda clase de información relacionada con el imperialismo, datos estadísticos, etc, para la formación del archivo que se está organizando en París. Esta carta debe ser firmada por la Comisión de Propaganda y dirigida a Ernesto Hidalgo. Director de El Universal Gráfico Iturbide 11 México. D.F. Amerique Latine. Es necesario que hagan igual cosa con los diarios del Perú y que envíen un mensaje pidiéndole que forme la sección del Apra en Ecuador y nombrándolo representante del Centro de Estudios Antiimperialistas en Quito a Enrique Matta Figueroa, Apartado 51 Quito Ecuador, Amerique Latine.

Un tipo de Carta del Centro de Estudios Antiimperialistas, designado corresponsales y representantes debe redactarse y tenerse lista. Esa carta no es del Comité del Apra sino del Centro de Estudios Antiimperialistas y debe reducirse a designar corresponsales y rogarles el envío de toda la información necesaria sobre imperialismo, movimiento económico histórico de cada país o región. Estas designaciones deben tener un carácter semi honorario y de atracción y en el curso de la carta o al fin de ella, debe recomendarse al destinatario ponerse en comunicación con la sección nacional del Apra (si la hay) o tratar de crear una.

Recomiendo hacer las siguientes designaciones:

Solon Zabre Sta. Barbara Chih México.
Miguel de los Cobos, Torreón Coah. México.
Francisco Javier Guillén, Apartado 82 Chihuahua México.
José M. Bejarano G.P.O. Box 455 New York U.S North America.
Dr. Carlos C. Godoy Trujillo Perú
Joaquín Garcia Monge, S. José de Costa Rica
Mariano Velazco Apartado 90 Cuzco Perú.
Froylán Turcios EdificioStrever Tegucigalpa Honduras.
Germán Arciniegas Bogotá Colombia.
Sr. Director de La Prensa de El Salvador C.A.

Y nada más por hoy. Un fuerte abrazo a todos. Estamos trabajando activamente y creo que muy pronto tendremos grandes noticias que transmitir. Yo, no ceso un solo instante. Hay que decirles a los comp del Cuzco que intensifiquen la propaganda en el Sur.
Un abrazo

Víctor Raúl

Haya de la Torre, Víctor Raúl

Copia de carta de Augusto César Sandino a Estaban Pavletich, 30/3/1930

Mérida, Yucatán, México
30 de marzo de 1930

Señor Esteban Pavletich, México, D.F.

Estimado compañero y amigo: He tenido el gusto de recibir sus dos apreciables cartas de fecha 23 y 25 del presente mes, escrita una en la Penitenciaría, sitio que honra a los que van e ella por bus afanes libertarios como le ha ocurrido a usted, y la otra cuando ya estaba usted fuera de­ ella. Las he leído con verdadero interés, y su contenido me ha causado pena y satisfacción al mismo tiempo. Esas cartas refle­jan vigorosamente su temperamento de luchador inquebrantable e infatigable, y, más que todo, la pureza de su idealismo. Jóve­nes como usted son los que necesita en el campo de la idea o de la acción nuestra America para redimirse de las torturas de dentro y de los peligros que vienen de fuera.

No puede usted pensar que fui indiferente a su suerte en el momento de la dura prueba a que fue sometido por las autori­dades de este país; prueba que ha servido para aquilatar su espíritu de luchador. Desde el momento en que usted desapareció de nuestro lado pusimos en acción todos los recursos para saber la suerte que había corrido, sin dejar de pensar que estaba usted en poder de los enemigos de la libertad; y aun cuando las primeras pesquisas fueron negativas, ya al venirnos para Veracruz supimos que lo tenían en la Guarnición de la Plaza. Yo dispuse ir a verle allí; pero ante la observación del Dr. Zepeda de que tal vez agravaríamos su situación, y ante la promesa que nos hizo de gestionar su libertad, decidimos nuestro viaje inmediato y estar a la expectativa de lo que pudiera ocurrir. Todavía escribimos de Veracruz al doctor Zepeda encareciéndole no olvidar su promesa de gestionar su libertad, más aun, abordo del "Coahuila" el pusimos un mensaje concebido en estos términos: "Úrgenos saber suerte corrida compañero Pavletich. Infórmenos sin tardanza". No habiendo obtenido respuesta, reiteramos varias veces al doctor Zepeda nuestro deseo de que pidiera su libertad de usted.

Como nuestro compañero González llevó una misión a México, se le dio el encargo, que cumplió fielmente, de saber qué se había hecho por usted. El nos informó los últimos pormenores de su prisión y que probablemente iría al destierro.

De suerte, pues, que toda duda respecto a nuestra actitud queda despejada. Está dentro de nuestra manera de ser y dentro de nuestra obligación de luchadores, velar por la suerte de los buenos camaradas como usted. Naturalmente, para lograr su libertad ni íbamos a pedirla de rodillas, ni a implorarla como un favor. Nuestro completo distanciamiento del régimen actual, por razones fundamentales de idealidad y de principios, nos ponen fuera de la posibilidad de solicitar la libertad de un compañero, aun cuando esa libertad sea un derecho usurpado por quienes la pueden conceder.

Su actitud frente a las ofertas que se le hicieron, es lógica y es digna. No hay que ponerse nunca un candado de oro en la boca para callar, ni un lazo de flores en las manos para atarlas. Esto sería una vulgar negación de todo carácter, de toda firme idealidad. Algo más: su suicidio. Nuestra América está plagada de farsantes y estos son los que han sembrado la duda o la desconfianza entre las masas. Estos son los peores enemigos que han tenido las más nobles intenciones, porque explotan [xxx] buena fe de los pueblo y sus ansias de liberación, los han [xxx] do dejándoles escarmentados. Yo le congratulo sinceramente por su actitud. Se puso usted a la altura de su deber.

No necesita usted decirme que continúa firme y leal a la Causa que defendemos, ni a mi mismo. Yo le cuento ente los que ni se doblan ni se rinden. El compañero González tendrá ocasión de llevarle instrucciones. En estos momentos hemos organizado el retorno a las Segovias, con la mano y la conciencia limpias, aun cuando como usted sabe los enemigos hayan querido crucificarnos en el infamante madero de la calumnia. Venceremos cuanto obstáculo se opongo a nuestra marcha y llegaremos a nuestros amados campos de lucha de las Segovias a dar nuevas pruebas de amor a la América Latina y de resistencia y dignidad al invasor. Repetimos hoy las frases de Bolívar: Si los elementos están en nuestra contra, venceremos a los elementos. Y si Dios está contra nosotros, nosotros estaremos contra Dios. (Di dios es la justicia, él estará de nuestro lado).

Creo que ni aún muerto volveré a salir del campo de batalla de las Segovias, mientras exista en suelo nicaragüense un solo miserable yanqui invasor. Se avecina entre ellos y nosotros un duelo formidable, que necesariamente ha de sacar a los pusilánimes de su indiferencia y ha de notificar el espíritu de lucha de la América continental y antillana. El tiempo hablará por nosotros.

Con todo el aprecio del compañero y amigo, fraternalmente. Patria y Libertad.
A.C. Sandino.

Sandino, Augusto César

La lucha eleccionaria en México [Manuscrito]

La designación de candidatos a la presidencia por las convenciones nacionales no ha sido hecha todavía. Pero ya empiezan las convenciones regionales o de partido a preparar esa designación, proclamando sus respectivos candidatos. La eliminación final, en la medida en que sea posible, las harán las convenciones nacionales. Pero, mientras esta vez es posible que las anti-reelecciones se agrupen en torno de un candidato único, que tal vez sea Vasconcelos, la división del bloque obregonista de 1923 se muestra ya irremediable. La Crom irá probablemente sola a la lucha, con Morones a la cabeza. El partido constituido por los obregonistas, y en general por los elementos contrarios a los laboristas, y que se declaran legítimos continuadores y representantes de la revolución, arrojando sobre La Crom la tacha de reaccionaria, presentará un candidato propio, acaso comprometido personalmente por esta polémica.
Entre los candidatos de esta tendencia, con mayor proselitismo, uno de los más indicados hasta ahora es el general Aaron Saenz, gobernador del Estado de Nueva León. Aaron Saenz comenzó su carrera política en 1913, enrolado en el ejército revolucionario en armas contra Victoriano Huerta. Desde entonces actuó siempre al lado de Obregón, cuya campaña eleccionaria dirigió en 1928. Ministro de Calles, dejó su puesto en el gobierno federal para presidir la administración de un Estado, cargo que conserva hasta hoy. Su confesión protestante, puede ser considerada por muchos como un factor útil a las relaciones de México con Estados. Porque en los últimos tiempos, la política mexicana antes los Estados Unidos ha acusado un retroceso que parece destinado a acentuarse, si la presión de los intereses capitalistas desarrollados dentro del régimen de Obregón y Calles, en la que hay que buscar el secreto de la actual escisión, continúa imponiendo la línea de conducta más concorde con sus necesidades.
Vasconcelos se ha declarado pronto para ir a la lucha como candidato. Aunque auspiciado por el partido anti-reeleccionista, y probablemente apoyado por elementos conservadores que ven en su candidatura la promesa de un régimen de tolerancia religiosa, puede ganarse una buena parte de los elementos disidentes o descontentos que la ruptura del frente Obregonista de 1926 deja fuera de los dos bandos rivales. Por el hecho de depender de la concentración de fuerzas heterogéneas, que en la anterior campaña eleccionaria, se manifestarán refractarias a la unidad, su candidatura, en caso de ser confirmada, no podrá representar un programa concreto, definido. Sus votantes tendrían en cuenta solo las cualidades intelectuales y morales de Vasconcelos y se conformarían con la posibilidad de que en el poder puedan ser aprovechadas con buen éxito. Vasconcelos pone su esperanza en la juventud. Piensa que, mientras esta juventud adquiere madurez y capacidad para gobernar México, el gobierno debe ser confiado a un hombre de la vieja guardia a quien el poder no haya corrompido y se preste garantías de proseguir la línea de Madero. Sus fórmulas políticas, como se ve, no son muy explícitas. Vasconcelos, en ellas, sigue siendo más metafísico que político y que revolucionario.
La prosecución de una política revolucionaria, que ya venía debilitándose por efecto de las contradicciones internas del bloque gobernante, aparece seriamente amenazada. La fuerza de la revolución residió siempre en la alianza de agrarias y laboristas, esto es de las masas obreras y campesinas. Las tendencias conservadoras, las fuerzas burguesas han ganado una victoria al insidiar su solidaridad y fomentar su choque. Por esto las organizaciones revolucionarias de izquierda trabajan ahora por una Asamblea nacional obrera y campesina, encaminada a crear un frente único proletario. Pero estos aspectos de la situación mexicana, serán materia de otro artículo. Por el momento no me he propuesto sino señalar las condiciones generales en que se inicia [la lucha eleccionaria].

José Carlos Mariátegui La Chira

Folleto Exposición de Arte Mexicano

Folleto elaborado para la Exposición de Arte Mexicano organizada por Sociedad Editora Amauta en beneficio de la revista Amauta. La exposición se desarrolló del 5 de mayo al 15 de mayo de 1929.

Sociedad Editora Amauta

La reacción de México

La reacción de México

Objetivamente considerado, el conflicto religioso en México resulta, en verdad, un conflicto político. Contra el gobierno del general Calles, obligado a defender los principios de la Revolución, insertados desde 1917 en la constitución mexicana, más que el sentimiento católico se rebela en este instante el sentimiento conservador. Estamos asistiendo simplemente a una ofensiva de la Reacción.

La clase conservadora y terrateniente, desalojada del gobierno por un movimiento revolucionario cuyo programa se inspiraba en categóricas reivindicaciones sociales, no se conforma con su ostracismo del poder. Menos todavía se resigna a la continuación de una política que, —aunque sea con atenuaciones y compromisos— actúa una serie de principios que atacan sus intereses y privilegios. Por tanto, las tentativas reaccionarias se suceden. La reacción naturalmente, disimula sus verdaderos objetivos. Trata de aprovechar de las circunstancias y situaciones desfavorables al partido gubernamental. La insurrección encabezada por el general de La Huerta fue hace tres años sus última ofensiva armada. Batida en otros frentes, presenta ahora batalla a la Revolución en el frente religioso.

No es el gobierno de Calle el que ha provocado la lucha. Por el contrario, acaso para atemperar las prevenciones suscitadas por su reputación de radical incandescente, Calles se ha mostrado en el gobierno más preocupado de la estabilización y afianzamiento del régimen que de su programa y su origen revolucionario. En vez de acelerar el proceso de la revolución mexicana, —como se esperaba de parte de muchos,— el gobierno de Calles lo ha contenido. La extrema izquierda, que no ahora censuras a Calles, denuncia al laborismo que su gobierno representa como un laborismo archidomesticado.

Por consiguiente, la agitación católica y reaccionaria no aparece causada por una política excesivamente radical del gobierno. Aparece más bien, alentada por una política transaccional que ha persuadido a los conservadores de declinamiento del sentimiento revolucionario y ha separado del gobierno a una parte del proletariado y a varios intelectuales izquierdistas.

El proceso del conflicto revela plenamente su fondo político. México atravesaba un periodo de calma cuando los altos funcionarios eclesiásticos anunciaron de improviso, y en forma resonante, su repudio y sus desconocimiento de la constitución de 1917. Esta era una declaración de beligerancia. El gobierno de Calles comprendió que preludiaba una activa campaña clerical contra las conquistas y los principios de la Revolución. Tuvo que decidir, en consecuencia, la aplicación integral de los artículos constitucionales relativos a la enseñanza y al culto. El clero, manteniendo su actitud de rebeldía, no ocultó sus voluntad de oponer una extrema resistencia al Estado. Y el gobierno quiso entonces sentirse armado suficientemente para imponer la ley. Nació así ese decreto que amplía o reforma el código penal mexicano estableciendo graves sanciones contra la trasgresión y la desobediencia de las disposiciones constitucionales.

Este es el decreto contra el cual insurge el clero mexicano suspendiendo los servicios religiosos en las iglesias e invitando a los fieles a una política de no-cooperación disminución de sus gastos al mínimo necesario a fin de reducir en lo posible su cuota al Estado.

El rigor de algunos de las disposiciones del decreto —verbigratia de la que prohíbe el uso del hábito religioso fuera de los templos— es sin duda excesivo. Pero no se debe olvidar que se trata de una ley de emergencia reclamada al gobierno por la necesidad política, más que por el compromiso programático o ideológico, de aplicar, en el terreno de la enseñanza y el del culto, los principios de la Revolución.

La Iglesia invoca esta vez en México un postulado liberal: la libertad religiosa. En los países donde el catolicismo conserva sus fueros de confesión del Estado, rechaza y execra este mismo postulado. La contradicción no es nueva. Desde hace varios siglos la Iglesia ha aprendido a ser oportunista. No se ha apoyado tanto en sus dogmas como en sus transacciones. Ya, por otra parte, el ilustre polemista católico Louis Veuillot, definió hace tiempo la posición de la Iglesia frente al liberalismo en su célebre respuesta a un liberal que se sorprendía de oírle clamar por la libertad: —"En nombre de tus principios, te la exijo; en nombre de los míos, te la niego."

Pero en la historia de México, desde los tiempos de Juárez hasta los de Calles, le ha tocado al clero combatir y resistir a las reivindicaciones populares. La Iglesia ha contrastado siempre en México, en nombre de la tradición, a la libertad. Por ende, su actitud de hoy no se presta a equívocos. La mayoría del pueblo mexicano sabe demasiado bien que la agitación clerical es esencialmente una agitación reaccionaria.

El estado mexicano pretende ser, por el momento, un estado neutro, laico. No es el caso de discutir su doctrina. Este estudio no cabe en un comentario rápido sobre la génesis de los actuales acontecimientos mexicanos. Yo, por mi parte, he insistido demasiado respecto a la decadencia del Estado liberal y al fracaso de su agnosticismo para que se me crea entusiasta de una política meramente laicista. La enseñanza laica, como otra vez he escrito, es en sí misma una gastada fórmula liberal.

Pero el laicismo en México, —aunque subsistan en muchos hombres del régimen residuos de una mentalidad radicaloide y anticlerical— no tiene ya el mismo sentido que en los viejos Estados burgueses. Las formas políticas y sociales vigentes en México no representan una estación del liberalismo sino una estación del socialismo. Cuando el proceso de la revolución se haya cumplido plenamente, el Estado mexicano no se llamará neutral y laico sino socialista.

Y entonces no será posible considerarlo antireligioso. Pues el socialismo, es también una religión, una mística. Y esta gran palabra Religión, que seguirá gravitando en la historia humana con la misma fuerza de siempre, no debe ser confundida con la palabra Iglesia.

José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a José Malanca, 9/10/1929

Lima, 9 de octubre de 1929
Querido y recordado Malanca:
Sólo dos líneas para contestar su última que me encuentra en un período de trabajo extraordinario, por la revisión de los originales de los libros que tengo comprometidos con editoriales de Buenos Aires y Madrid.— De Carlos Manuel no he recibido ninguna noticia, a pesar de la impresión de Ud. de que su actitud era de rectificación.De Blanca Luz he tenido una carta, a la que ya he contestado. No sé si habrá Ud. encontrado ya en México a esta buena y grande amiga.— De Pavletich he recibido las cartas que le contesto en la que, en copia, le adjunto, para que la haga Ud. llegar a sus manos en previsión de cualquier posible pérdida postal.
Espero noticias sobre su itinerario. ¿Pasará Ud. a Centro América?
Las cartas de los amigos de Puno y del Cusco, traen siempre un recuerdo suyo. No deje de escribir y alentar a esos muchachos.
Nos han suprimido Labor. Las organizaciones obreras están acordando memoriales de adhesión a nuestra demanda para que se nos permita continuar su publicación. Pero, con motivo de ciertas o supuestas conspiraciones en el ejército, extrañas en todo caso al movimiento sindical, todo papel suscita alarmas y sospechas. Se ha notificado a la imprenta para que no se publique nada mío ni de los obreros. No sé aún si esta notificación concierne en alguna forma a Amauta, cuyo número 26 está listo, a toda costa, como la vez pasada. Si la clausuran, saldré del país. Preferible será esto a resignarme a que ahoguen mi voz en silencio. Sin Amauta, sin Labor, sin una tribuna, no sabré resistir a la necesidad desesperada de respirar la atmósfera de un país libre.
Pero mientras esté aquí, no cejaré. Ud sabe que mi lema es ese: non mollare.
Escríbame a la dirección usada o, mejor, a la que conoce Pavletich o a la que tiene Tristán Marof.
Recuerdos de todos los míos. Un abrazo de los compañeros y el más cordialísimo y fraterno de su amigo y camarada que le augura grandes triunfos artísticos.
José Carlos

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a José Malanca, 2/7/1929

Querido amigo Malanca:
Hace dos semanas le he escrito, contestando sus cartas y adjuntándole una para E. Pavletich. Amauta le ha sido expedida puntualmente a México D.F. Sus noticias nos son muy gratas e interesantes: tienen ante todo, el mérito de ser perfectamente sinceras. Y quienes conocemos y apreciamos al hombre, podemos estimar exactamente el valor de esta sinceridad.
Me explico que en México se conozca deficientemente el movimiento social e intelectual de Sud-América. Me ha parecido siempre que a la revolución mexicana le ha faltado conciencia de acontecimiento continental, lo que delataría precisamente su incurable fondo pequeño-burgués. La ley de ciudadanía continental y otros gestos, no han bastado, no bastan como expresión de solidaridad con los pueblos latino-americanos. —Los revolucionarios de Hispano-América nos hemos interesado siempre por la revolución mexicana mil veces más de lo que ésta se ha interesado por nosotros.—Los que ahora representan verdaderamente la revolución mexicana, tienen el deber de rectificar estas limitaciones del nacionalismo de México. A Montevideo han ido últimamente Siqueiros y otros representantes de la nueva central sindical mexicana. Sé por los delegados de varios países latino-americanos que han hecho ahí excelente impresión.
A propósito de Montevideo. Me escribe de allá Giselda Welker (ex-Giselda Zani) que Blanca Luz Brum ha salido para México. No me había anunciado este viaje, sino más bien uno a Europa. Y yo le he escrito últimamente a Montevideo, a la dirección de Margarita Gutiérrez. —Trate de buscarla tan luego como llegue. Es una excelente amiga mía y una encendida revolucionaria. Tiene esa llama de entusiasmo, ese culto de la sinceridad que he encontrado sólo en América en argentinos y uruguayos del tipo de Ud. y de ella. Americanos con juventud, excesivos, apasionados, infantiles a veces, pero dotados de un gran poder de creación por todo esto. En este lado de América, somos bastante encogidos, herméticos. Se lee en nosotros la herencia de una España trágica, inquisitorial y enlutada, mezclada a la melancolía quechua. Somos también un poco asiáticos. Yo no he sentido nunca esto tan claramente como cuando he estado en Europa y he confrontado mi desgano y mi reserva con la alegría pagana del latino, con la ingenuidad romántica del germano. Creo que más de una vez hemos hablado de esto y que hemos estado de acuerdo.—Pero volvamos a Blanca Luz. Que sea tan amiga de Ud. como lo es mía. Que reclame a Montevideo las noticias que allá le he dirigido.
Su misión en México, en cuanto respecta a Amauta debe ser la de vincularla con los grupos artísticos e intelectuales revolucionarios de ese país. Pocas revistas de Hispano-América han seguido con tanta atención el movimiento revolucionario mexicano. Es necesario que esto se sepa allá.— La administración ha aceptado la propuesta del librero J. López Méndez para la exclusiva de la venta de librería de Amauta y sus ediciones en México. Visite Ud. a López Méndez e infórmenos si está en aptitud de realizar su programa de difusión de Amauta.
Trabajamos con más orden y unidad que en meses pasados. Lo tendremos al corriente de nuestros avances en la labor de unificación y disciplinamiento de los grupos de la república. Que a los de Cuzco, Puno y La Paz no le deje de llegar su recuerdo estimulante.
Todos lo recuerdan en mi casa con la simpatía y amistad que Ud. merece. Y yo le envío mi cordial abrazo de amigo y compañero devotísimo.
José Carlos Mariátegui
P.D.—Le ruego avisarme si le llegan mis cartas, indicándome las fechas. Le adjunto una carta para el compañero Carlos Manuel Cox. No sé si lo conocerá Ud. ya, siendo como es México una urbe. Pero en caso de no conocerlo, no le será difícil dar con él. Es un muchacho peruano inteligente y simpático que hará buenas migas con Ud. El trato tónico de un camarada como Ud. le será además, grato y útil.—Su dirección postal en México D.F. es: Apartado 1524. En Crisol le será fácil también averiguar su dirección. Gracias. V.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Jorge Paz, [1929]

José Carlos Mariátegui
Casilla de Correo 2107
Lima.-Perú.-
Estimado camarada:
En mi carácter de corresponsal de EL TRABAJADOR LATINO AMERICANO, en México, al Caribe, Centro América y hasta los Estados Unidos, me he visto obligado a recabar datos sobre los asuntos más importantes, desde el punto de vista sindical. Como consecuencia de ellos, he visto, ya a mi paso por Nueva York, de regreso de Montevideo, la situación de los huelguistas de Gastonia. El asunto es importante.
He escrito varios artículos. Adjunto le envío este especial para Labor o Amauta, preferiría para Labor. Estoy traduciendo una serie de artículos del Labor Unity, referente al mismo asunto, pero con las nuevas trayectorias. En cuanto lo termine, sacaré de allí algunos datos nuevos para enviárselo a Ud.
Me parece que en el asunto de Gastonia debemos realizar una agitación muy extensa, que abarque y alcance a todo el proletariado de la América Latina, En las tesis de lucha contra la penetración imperialista del 4 congreso de la Internacional Sindical Roja, se ha establecido muy bien las relaciones que deben guardar los trabajadores de las metrópolis y de las colonias. Esta es una oportunidad magnífica, para poner en práctica esas tesis de resolución sobre la alianza de los dos proletariados como medio más eficaz de abatimiento del imperialismo yanqui.
Quería a la vez, pedirle su opinión respecto a los huelguistas de Gastonia (el artículo informativo que le adjunto puede servir, mas o menos para ilustrarte sobre el asunto), para traducirlo y remitirlo a los Estados Unidos, Upton Sinclair, John dos Passos, y otros escritores revolucionarios de los Estados Unidos han dado su opinión respecto de este doloroso asunto, que con serlo, no nos indica más que el principio de un periodo de fuerte agudización de lucha clasista en los Estados Unidos. La espero pues a la brevedad posible.
Tendría interés en releer el número de Labor en que se ha publicado el artículo de Ravines sobre el Thermidor de la revolución mexicana además de los números subsecuente. Puede remitirle a nombre de este sub-comité, a la dirección del epígrafe. Además, el folleto de Ricardo Martínez de la Torres el movimiento obrero en 1919; un trabajo suyo sobre el problema de la tierra publicado en uno de los interesantes números de Amauta.
En todo caso me urge de su valiosa opinión respecto de los huelguistas de Gastonia, ella se publicaría en Labor Defender (Rojo Interna).
Reciba un abrazo fraternal de su compañero.
Jorge Paz

Jorge Paz
Ado. Postal 377
México D.F.-

Paz, Jorge

Carta de Blanca Luz Brum, 11/1929

México, Nov.[iembre de 1929]
José Carlos:
¿qué pasa con Amauta? aquí no llega nada ché! David y yo lo recordamos cada rato y la gente no puede entendernos hermano! Malanca detesta a David. Le prevengo por cualquier estupidez que quieran hacer llegar hasta Ud. David es un revolucionario sacrificado y valiente, que ha dejado la pintura de publicidad, y espectáculo por la revolución, —y ha dejado los sueldos del gobierno por la miseria, es tan fuerte y humano que a su lado todos estos “artistas” resultan deportivos y vergonzosamente inútiles a nuestra Época.
No quiero hacerle el elogio de David, pero me indigna la incomprensión y la maldad de los que le juzgan.
Usted mejor que nadie sabrá pensar de él. ojalá! no esté lejano el día que, podamos abrazarnos los tres! Estoy tratando de reivindicarme de mi vida de “intelectual revolucionaria”, comenzaré a trabajar en una fábrica, con plena conciencia proletaria. Bellísima su opinión sobre Cemento, y como le agradezco la fineza de su recuerdo, lo he dado a Crisol.
Escríbame grande y leal amigo. Estoy sola, pero en soledad fuerte. Ansío noticias políticas del Perú. Serafín sale esta semana para ésa, parece que se piensan concentrar por ahí, etc, etc, etc, etc....
¿qué podríamos hacer aquí?
Espero su carta, amplia comprensiva y cariñosa.
Abrace a sus hijitos y a la buena Anita, asimismo reciban muchos besos de Eduardito.
David y yo lo abrazamos con todo nuestro calor de hermanos
Blanca Luz

Blanca Luz Brum

Carta de Blanca Luz Brum, 18/10/[1929]

México, 18 de octubre [de 1929]
Mariateguísimo!
¡qué bien Malanca! él es el único espíritu que se anime en esta tierra cochina, de hombres torvos, lujuriosos y egoístas!... querido qué bluff es México! Diego expulsado, Morón expulsado, de la Plaza expulsado, Bac. expulsado. y así todo, caca y pura caca che!
Aquí no nacerá nunca un Mariátegui, ni un Paiva ni una Blanca Luz.
Pancho Villa sí, y otros bandidos.
Y luego tienden a morir acorralados y asfixiados dentro de su mexicanismo recalcitrante.
Odian a los sudamericanos nos tienen una envidia tremenda. El Partido es un antro de alcahuetería y divisionismo, nadie le guarda la espalda a nadie, la historia de México es una triste historia de sucesivas traiciones y “madrugadas” a quien le “madruga” a quien, y eso llaman valor y desprecio por la vida.... ajena, digo yo.
No existe el hombre, existe el macho. No existe la mujer, existe la hembra.
Hembra y Macho que se disputan a balazos la hedionda conquista del sexo.
Voilá México.
¿Sabe lo que son los charros? Bueno son los tipos más ridículos y caricaturescos de la realidad mexicana. Los Domingos salen a pasear a caballo por los parques de Chapultepec, con sus charreterías de plata, sus tejanas, todo bordado ricamente en oro, y un caballo fino y 6 pistolas, se pasean como pavos reales, llenos de fatuidad, alardeando de una hombría que no tienen, y eso es México ante América puro estampido de pistola y nada.
Pena de gente cochina porque el cielo, las montañas todo el paisaje es grandioso indigno de los hombres. Parece una jaula maravillosa, llena de zopilotes y lechuzas.
Yo saldré prontísimo para París.
¿Por Dios cuándo nos veremos?
Hace años que no recibo Amautas. Recibí los retratitos de Eguren a quien abrazo y a Nomi también le escribí una carta larga. Escríbame pronto antes que me vaya. Ahora tengo en Malanca puesta la más grande y pura de mis emociones.
Abrazos larguísimos. Besos a Anita
Blanca Luz

Blanca Luz Brum

Carta de José Malanca, 23/4/1929

Méjico, 23 de abril de 1929
Señor J. Carlos Mariátegui
Mi caro José Carlos.
Va hacer un mes que me encuentro en este país y desde luego con muchos desencantos en lo referente a la revolución. No quiero aventurarme a decir cosas monstruosas sobre este aspecto pues podría estar equivocado y ojalá así lo fuera para seguir platónicamente esperando algo.
El mismo día que conocí a Diego tuve una discusión sobre el comunismo de América del Sur. Hay un desconocimiento absoluto de lo que somos nosotros: esto también lo sabe Marof, con quien me veo de continuo; y sabe todo lo que soy capaz de afirmar... pero hay veces que los sueldos... en fin hace transigir cuántas bellas cosas.
Diego dice que somos puros intelectuales: este hombre conoce el comunismo de nosotros por medio de lo escrito. Yo sostuve y sostengo que en la Argentina los verdaderos comunistas no escriben... y lo sé por haber actuado en el elemento obrero donde tenían odio a todo ‘escribidor’ y eran obreros bien preparados, hasta suponer que es en la única parte donde yo he visto conciencia de la revolución.
Aquí cree Diego, que el ser ‘matones’ significa revolución: me alarma la criminalogía que existe en México: cada día las crónicas traen tragedias que horrorizan... y todo por algunos pesos.
He hablado con obreros; todos son anarquistas —me hace acordar a la situación de Italia en 1921. Y dice —que a nosotros nos sobran dirigentes y que en cambio a ellos le sobran peleadores... y aquí esta la verdadera frase: —peleadores nomás que pelean por cualquier General que les dé de comer y fusil. El proletariado en gran cantidad es indio; con un problema parecido del que existe por allá; más matador claro. Y eso del agrarismo y tantas bellezas, es pura ley... pues Calles, Obregón y al que nombre, son los más grandes terratenientes de México revolucionario.
Yo sigo con mi ‘pudibundez’ que hace reír a Diego, a Carretero y a muchos más. No concibo a comunistas viciosos. No creo en los predicadores borrachos. No creo en el apóstol que deja su ideología por seguir dos piernas ‘macanudas’. En fin si el comunismo es así; yo seré anticomunista, pues yo he entendido a Marx, a Lenin y a mí mismo el venir de una sociedad nueva... sin las taras burguesas. Y creo en la pureza del hombre y espero que la nuestra lucha ha de ser con honradez y no como piensa Marof, que ha de llegar a lo que se propone con el mismo medio de que hasta la fecha han usado los politiqueros.
Aquí el A.P.R.A. y Víctor Raúl le conocen algunos peruanos nomás. Todo esto tiene que morir como el “comunismo mexicano”. Yo creo en un solo comunismo que ha de luchar en contra del imperialismo yanqui... y que ya lucha... y así le advertí a Waldo Frank, “aprista”.
Los muchachos de Puno, Cuzco y Arequipa me escriben lindas cartas. Le quieren a usted mucho.
He recibido Amauta número 21, muchas gracias. Ya trabajaré por ella... aunque está por en medio de “peruana”; “sudamericana”.
Le mando las fotografías que saqué entonces. Están malas.
Yo me vine a ésta más pobre de lo que llegué a Nueva York. Las cosas de artistas, de arte, siempre tienen olor de San Francisco...
Aquí la pintura artísticamente es grande; pero revolucionariamente hay que discutir. El arte revolucionario es proletario; es accesible, humano. Diego pinta metafísicamente. Orozco hace pintura intelectual: su revolución se me antoja que está hecha a pechones; y yo opino que cuando vaya a pelear por una ideología hecha carne, adornaré la bayoneta con claveles e iré cantando “Adelita” o cualquier otro canto de fe revolucionaria.
Me dicen, “pintura realista”; y yo veo la realidad del paisaje y del hombre sin deformación y con bellezas / Yo aparezco como un simple o como un inculto / No importa, quiero ser simple e inculto por que el comunismo es así y no una teoría filosófica.
En fin, más después le escribiré largo sobre estos temas hoy apenas asomados al correr de los dedos en esta máquina.
Salude a todos los suyos.
Salude a Amauta y a Eguren tan lindamente querido.
A usted le abrazo fuertemente.
José Malanca
S/C consulado argentino México D.F. MÉXICO.

Malanca, José

Carta de Alfredo E. Uruchurtu,29/8/1928

México, D.F., 29 de agosto de 1928
Al Sr.
Dr. Dn. José Carlos Mariátegui.
Casilla de Correos 2107.
Lima, Rep. del Perú, S.A.
Por acuerdo superior, con fecha 23 del actual, le fue remitido en paquete certificado número 5923, un ejemplar de la obra El Sistema de Escuelas Rurales, correspondiente a la colección de publicaciones de esta Secretaría y que se le envía en calidad de obsequio.
Le acompaño nota duplicada de esta remisión encareciéndole que al acusar recibo, se sirva devolver firmado el original comprobante indispensable para integrar el expediente respectivo.
Reitero a usted mi consideración muy atenta.
SUFRAGIO EFECTIVO. NO REELECCIÓN.
P. O.del Subsecretario
Encargado del Despacho,
El Oficial Mayor.
[firma no descifrable]
Alfredo E. Uruchurtu

Uruchurtu, Alfredo E.

Carta de Tristán Marof, 6/8/1928

México, 6 de agosto de 1928
Mi querido compañero Mariátegui:
Su carta del 10 de julio la tengo en mi poder y la respondo inmediatamente con todo agrado. He sabido por algunos amigos suyos que se encontraba enfermo, y varias veces hemos lamentado su situación. Pero me alegra inmensamente la noticia que me da de que una operación feliz, tal vez, lo pondrá en condiciones mejores. Todo lo que sucede a Ud. —sus triunfos y sus dolencias nos preocupan— no por simple sentimentalismo, sino porque clavado allí en Lima, realiza una obra revolucionaria con visión clara y dentro de la realidad.
No he recibido las cartas del Mayor Helguera; posiblemente han quedado secuestradas por el amigo Roig o por algún otro. Ya sabe Ud. o se habrá dado cuenta que nuestros amigos cubanos —con rarísimas excepciones— no tienen un severo grado de responsabilidad. Solamente una carta con un recorte suyo me enviaron de La Habana a México.
Le escribo a Fernández de Castro, anunciándole que escribirá para El Diario de la Marina. Yo escribí algo sobre Ud. para el suplemento y no sé si habrá salido. Hasta me pagaron adelantado; posiblemente saldrá en números posteriores si hasta ahora no ha salido.
Me tiene Ud. instalado por el instante, en este hospitalario país, tan complejo y tan interesante. No es posible escribir sobre México una línea sin vivir aquí, sin relacionarse con los medios más diversos y sin tener un espíritu de observación agudo. Los que escriben sobre México, a distancia, podrán acertar tal vez en algunos aspectos pero no en todos. Frecuentemente tengo la diversión de leer polémicas sustentadas sobre México y no hago otra cosa que sonreír. México no se arreglará ni cambiará por los buenos o malos deseos de esos señores. Estando aquí, sintiendo su vibración y la fuerza de este país, se da uno cuenta que México tiene enorme dinamismo que lo emplea cuando conviene, en el momento que es preciso. Los que analizan la ‘revolución mexicana’ como una cosa definitiva, seguramente no se dan cuenta que ella no ha realizado sino su papel histórico frente al poder feudal resintiéndolo considerablemente. Pero por este mismo hecho, este país marcha a pasos precipitados a la ‘revolución social’ proletarizando todas sus masas campesinas y obreras. Por este mismo hecho, México se encuentra a la cabeza de los países nuestros, donde el privilegio, el latifundio como entidad política, el clero, dominan en forma absorbente. Nosotros tenemos que realizar una revolución muy parecida a la de México en 1910; tal vez nuestra revolución tenga mayores contenidos sociales, mayor visión de conjunto, pero esto mismo no es sino el resultado de experiencias obtenidas sobre México.
La polémica de Urquieta —pequeño burgués intelectual, y Meneses, con su dosis de sentimentalismo, no me demuestran sino una cosa: el error de no vivir en México, de no estar enterado de la evolución económica —único factor que precipita las revueltas. Calles y Obregón —este último asesinado en un momento lamentable— no significan otra cosa que la representación de la pequeña burguesía nacional que derrotó al régimen latifundista y porfiriano que dominó a México por el espacio de más de 30 años. Pero no es posible desconocer la obra de la revolución mexicana, la interrogante que ha abierto en todos los campos, y por último, sus esfuerzos para imponerse y luchar al frente de un enemigo tan poderoso como el capitalismo de Wall Street.
Por otra parte, nuestro deber revolucionario es defender todas las conquistas que se han obtenido con la revolución y seguir adelante.
Urquieta, no sólo es un confusionista consciente —esta es la impresión que tengo yo— sino que se está cuajando en el Altiplano, al lado de don Franz Tamayo, radical lírico y mensajista. Si usted puede influir en este amigo escríbale y muéstrese disgustado por su actitud tan lejana de la realidad.
Con el mayor gusto escribiré para su revista y le conseguiré colaboraciones de valía. Voy a hablarles a los señores Bohórquez, Molina Enríquez, Diego Rivera y otros. Estoy seguro que escribirán para Amauta y le prometo enviarle inmediatamente que tenga en mi poder los manuscritos.
He dado una serie de conferencias en la Universidad y ahora me tiene Ud. de Profesor de Historia Americana en la Facultad de Ciencias Sociales. Posiblemente estaré aquí unos cuantos meses más hasta que pueda viajar a B. Aires.
He charlado largamente con Haya antes de que parta a Guatemala. Algunos puntos de vista me agradan; tal vez estaríamos de acuerdo en todo si Haya a última hora no hubiera insistido en cierto reformismo. Esta actitud ha abierto cierta pugna entre comunistas y apristas. Desde luego una cosa lamentable en un período pre-revolucionario.
No tengo aún en mi poder los números de Amauta que me dice Ud. me remite. Emplee como siempre la dirección segura: Liverpool 119.
Un saludo a todos los compañeros de su revista; y Ud. y su señora, acepten el afecto cordial de su amigo y compañero que los estima de verdad.
T. Marof

Marof, Tristán

Carta de Esperanza Velásquez Bringas, 11/5/1928

México, D.F., 11 de mayo de 1928

Señor doctor don
José Carlos Mariátegui
Correos Casilla 2107
Lima - Perú.

Deseando tener completa nuestra información acerca de los escritores, artistas y universitarios de Hispanoamérica y España, me atrevo a enviar a usted el cuestionario que deseamos nos devuelva lo más pronto posible.
Le estimaría se sirva dirigirse a la Sección de Bibliografía y Revistas de este Departamento de Bibliotecas, Secretaría de Educación Pública, México, D.F., tomando en consideración que esos datos los necesitamos para el segundo volumen de la obra Índice de Escritores que está editando la Casa Herrero Hnos., (Av. 5 de mayo 59) de esta capital. El primer volumen está ya en prensa y espero que circulará en todo este mes.
Anticipándole las gracias por su deferente respuesta, me es grato suscribirme de usted con mi consideración muy distinguida.
SUFRAGIO EFECTIVO. NO REELECCIÓN.
Jefe de Departamento.

E. V. Bringas
Esperanza Velázquez Bringas

Velázquez Bringas, Esperanza

Carta de J. López Méndez, 17/12/1927

México, D.F., 17 de diciembre de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui
Director de la Revista Amauta.
Sagástegui 669.
Lima, Perú
Muy estimado señor:
En días pasados tuve el gusto de recibir la visita del Sr. Cox, y con él tuve una larga y agradable plática, en la que mucho hablamos de Ud. y de las grandes simpatías que se tiene en México por su obra.
Durante mucho tiempo he estado escribiendo a Ud. sin haber obtenido respuesta. Aquí se interesan mucho por la Revista. De los números que Ud. me mandó han quedado ejemplares sin vender debido a la irregularidad con que se reciben y a la suspensión de ella. Creo que si se reanuda se venderán esos ejemplares, pues repito, a Ud., que todo el mundo se interesa, pero siempre que aparezca con regularidad.
Leí en el Repertorio que Ud. se propone a toda costa sacar de nuevo la revista, y lo felicito. No deje Ud. de contarme entre sus agentes. Ojalá pudiera darme la exclusiva para la República Mexicana.
Por ahora solamente desearía recibir no más de cinco ejemplares.
Me intereso muy especialmente por los libros y le agradecería que me mandara un ejemplar de todos los que ha publicado hasta la fecha, la revista, del libro de Ud., dos o tres ejemplares. De todo nuevo libro, tres ejemplares y si es de verdadero mérito de muy buen autor, puede aumentarse el número a cuatro.
Lo saludo con todo afecto y desearía recibir sus letras, que son tan apreciables para mí.
También le estimaría que me diera toda clase de informes o datos bibliográficos acerca de libros, autores, revistas, novedades, etc.
Su afmo. atto. y S. S. que tanto la admira y estima
J. López Méndez

López Méndez, J.

Carta de Esperanza Velázquez Bringas, 3/8/1927

México, D.F., 3 de agosto de 1927
Señor doctor don
José Carlos Mariátegui.
Casilla de Correos 2107.
Lima-Perú
Muy distinguido amigo:
Acabo de recibir un recorte de su hermoso comentario sobre “México ante el mundo” por el Presidente Calles, y el cual aparece en la revista Variedades.
Me ha gustado tanto su opinión que la insertaré en la próxima edición del boletín de esta Secretaría de Educación Pública.
Acabo de saber que usted se encuentra ya libre después del penoso incidente en que se ha visto envuelto.
Deseando a usted toda ventura personal y mental y en espera de sus órdenes, me es grato suscribirme su atenta y segura servidora y amiga.
Esperanza Velázquez Bringas

Velázquez Bringas, Esperanza

Carta de Rafael Heliodoro Valle, 24/5/1927

[Transcripción literal]
México, D.F., 24 de mayo de 1927
Señor don
José Carlos Mariátegui.
Editorial Minerva
Sagástegui 669.
Lima, Perú.
Mi distinguido compañero y amigo:
Contesto su carta del 27 de abril anterior a la que viene unida una copia de su carta al señor Torres Bodet, quien seguramente hará la rectificación que usted justicieramente pide. Por mi parte yo haré que en Revista de Revistas se dé a conocer la carta de usted a nuestro amigo.
Le ruego enviarme Amauta a mi dirección particular, pues me interesa mucho seguirla recibiendo con puntualidad. Yo le enviaré la revista Forma la cual desde el primer número de seguro usted ha comenzado a recibir.
No tenga usted inquietud porque vayan a tenerlo como amigo desleal de México, pues bien sabemos que en las publicaciones cada autor es responsable de lo que escribe, y en este caso la culpa la tiene el señor Hidalgo.
Con renovadas demostraciones de simpatía y admiración y en espera de sus gratas noticias, quedo como siempre su afectísimo amigo y compañero.
Rafael Heliodoro Valle

Valle, Rafael Heliodoro

Carta de Graziella Garbalosa, 26/12/1926

México, 26 de diciembre de 1926
a
José Carlos Mariátegui
en Lima, Perú
admirable conocido:
al comenzar quiero explicarle, por qué utilizo este papel de carta que comprara mi pequeña de ocho años. tengo prisa en escribirle, ya que mis intenciones, como suelen esfumarse rápidamente, me obligan a cogerlas al vuelo, si gusto de aprovecharlas un instante. hasta dentro de unos días no me traerán el papel de mi correspondencia y aprovecho en tanto el de mi chamaca. En casa de Jacobo Hurtwitz encontré un bonito número de Amauta, llevado por Esteban Pavletich, después de saboreado el contenido de la revista, decidí escribirle a Ud., mandándole una composición literaria.
Utilizo en ésta la pluma, debido a que resulta más fácil e indispensable, cuando se pertenece al sexo femenino, viajar acompañada de un estuche de gillette que con una portátil máquina de letras. Soy cubana y habanera (por si la curiosidad le azuza a conocer mi nacionalidad). tengo varios libros editados, novelas y versos; ¡feraz! no desmiento los efectos de la reverberante latitud geográfica donde me trajeron al mundo...
Descuido mucho el intercambio literario y el establecer saludables relaciones con los verdaderos paladines de la literatura.
Amauta logró cautivarme. disculpe Ud. la intención de sorprenderle con versos míos. gastrónoma de los más caros deseos hoy sufro de dispepsia psicológica. Tenga Ud. benevolencia para con el histérico apetito que despertara la sazón de los nuevos platos orientalizados, creaciones o condimentaciones de los actuales aedas, intuitivos del refinamiento asiático, el más complicado y sintético de los refinamientos.
Tonifico las buenas esperanzas de conocer a ese inmenso perú.
Ahora visito al México de los aztecas. mañana pasearé por Europa. después me llamará Montevideo, hasta que me detenga en el imperio de los incas.
Paréceme larga esta presentación. hasta mediado del año próximo viviré en el Hotel Princess Ave. Hidalgo n° 59; reciba Ud. la sencilla felicitación de s.s.s.
Graziell Garbalosa

Garbalosa, Graziella

Carta de Oliverio Girondo, 3/10/1924

México, 3 de octubre de 1924
Estimado y distinguido amigo:
Allí va una colaboración sobre la poesía moderna en Cuba, interesante artículo que con apresuramiento escribieron para mí Lizaso y Fernández de Castro y que consiste en un resumen —bastante largo— de un estudio que encabezará la antología que preparan. Aunque se advierte en su redacción, el poco tiempo de que dispusieron para redactarlo —quedamos autorizados para corregir repeticiones, etc.— creo que el artículo tiene su interés, pues da una noción clara del actual movimiento literario de aquel país. Adjunto al artículo las poesías que lo ilustran y de las cuales usted elegirá las que desee.
El grupo más interesante de La Habana, el grupo que intervino en la Revolución de hace algunos meses, y que conoce Claridad apreciándola en lo que vale, está constituido principalmente por las siguientes personas:
Emilio Roig de Leuchsenring, Director de la Revista Sociales especie de ‘plus ultra’ y que es la única revista en el actual momento que publica algo interesante. Cuba cincuenta y dos, Habana.
Agustín Acosta, el poeta joven de mayor reputación, Cuba 52, Habana.
José A. Fernández de Castro. Uno de los autores del artículo que adjunto y hombre enteradísimo de lo que sucede en América. Calle 17 Núm. 180, Vedado, Habana.
Félix Lizaso. El otro autor del artículo. Comisión del Servicio Civil, Habana.
Alberto Lamar Schweyer. Redactor en Jefe de El Sol, Habana.
Juan Marinello Vidaurreta, poeta del que envío versos. 17 y N, Vedado, Habana.
Jorge Mañach, que próximamente publicará una revista titulada Revista de la Habana.
José Z. Tallet. Buen poeta del que envío algunas poesías. Cuba 52, Habana.
Con todo este grupo he hablado de la urgencia de vincularnos y conocernos mutuamente. A cualquiera de sus componentes puede, por lo consiguiente, dirigirse usted en mi nombre, con el objeto de conseguir colaboraciones o pedir cualquier dato que necesite. No sería malo, que al menos a tres o cuatro de ellos les enviara Claridad.
De México no quiero decirle nada por el momento, pues muy pronto le escribiré al respecto.
Lo saluda con todo el aprecio y estimación que le tiene.
Oliverio Girondo
Banco Español del Río de la Plata, 8 Avda. de l’Opera-París.

Girondo, Oliverio

La resaca fascista en Austria. La lucha eleccionaria en México.

La resaca fascista en Austria
Viena tiene, desde hace tiempo, una temperatura de excepción en las estaciones políticas de Europa. Hace dos años, cuando la marejada revolucionaria parecía apaciguada completamente en la Europa occidental, Viena sorprendió a los observadores de la estabilización capitalista con las jornadas insurreccionales de julio. Hoy, cuando es la marejada fascista la que declina, los equipos de la Heimwehr se aprestan fanfarronamente para la marcha sobre Viene. La ciudad de monseñor Seipel y de Fritz Adler, guarda de sus faustosas épocas de capital del imperio austro-húngaro, el gusto de un gran rol espectacular y l ambición de un gran escenario europeo.
Se diría que Viena no ha tenido tiempo de habituarse a su modesto destino de capital de un pequeño estado, tutelado por la Sociedad de las Naciones. A la incorporación de este pequeño estado en el Imperio alemán se opone terminantemente una clausula del tratado de paz que ni Francia ni Italia se avendrían a revisar, Francia temerosa de una Alemania demasiado grande, Italia de una Alemania que asumiría el activo y pasivo de esta Austria demasiado chica. Pero Viena, con su sentimiento de gran ciudad internacional, resiste también, aunque no lo quiera, a la absorción espiritual y material del estado austriaco por la gran patria germana. Los partidos y las instituciones de Austria ostentan un estilo autónomo, frente a los partidos y a las instituciones de Alemania. La democracia-cristiana de monseñor Seipel no es exactamente lo mismo que el centro católico de Wirth y de Marx, tal como el austro-marxismo no se identifica con la social-democracia alemana. El fascismo austriaco no podía renunciar, por su parte, a distinguirse del alemán, bastante disminuido, a pesar de las periódicas paradas de los “cascos de acero”, desde que los nacionalistas redujeron a su más exigua expresión su monarquismo para acomodarse a las exigencias de su situación parlamentaria.
Es difícil pronosticar hasta qué punto la Heimwehr llevará [adelante su] ofensiva. El fascismo, en todas las latitudes, recurre excesivamente al alarde y la amenaza. En la propia Italia, en 1928, si el Estado hubiese querido y sabido resistirle seriamente, con cualquiera que no hubiese sido el pobre señor Facta en la presidencia del consejo, el ejército y la policía habrían dado cuenta fácilmente de las brigadas de “camisas negras”, lanzadas por Mussolini sobre Roma. El jefe de estas fuerzas en Austria asegura que está en grado de mantener a raya a la Heimwehr. Aunque adormecido por el pacifismo graso de su burocracia y sus parlamentarios de la social-democracia, el proletariado no debe hacer perdido, en todo caso, el ímpetu combativo que mostró en las jornadas de julio de 1929. A él le tocará decir en esto la última palabra.

La lucha eleccionaria en México
No haya que sorprenderse de la violencia de la lucha eleccionaria en México. Esta lucha empezó con la tentativa desgraciada de los generales Gómez y Serrano hace dos años frente a la candidatura de Obregón. El asesinato de Obregón, victorioso en las ánforas, después de la radical eliminación de sus competidores, reabrió con sangriento furor esta batalla que debía haber concluido entonces con el escrutinio. La insurrección de Escobar, Aguirre y otros, el fusilamiento de Guadalupe Rodríguez y Salvador Gómez, la persecución de comunistas y agraristas, etc. no han sido más que etapas de una batalla, en la que el gobierno interino de Portes Gil, surgido de la fractura del frente revolucionario, no ha sido ni habría podido ser árbitro. Los sucesos de Torreón, Jalapa, Orizaba, Córdoba y Ciudad de México corresponden a esta atmósfera de extremo y acérrimo conflicto.
Presentada por el partido anti-reeleccionista, la candidatura de José Vasconcelos, representaba originariamente el sentimiento conservador, la disidencia intelectual. El partido obregonista detentaba aún, indeciso entre las candidaturas de Aaron Saenz y el ing. Ortiz Rubio, el título de partido revolucionario. Había aparecido ya la candidatura del bloque obrero y campesino, en oposición cerrada a todos los postulantes de la burguesía; pero este mismo movimiento, que reivindicaba la autonomía del proletariado en la lucha política, indicaba que la evolución mexicana seguía adelante y que la extensión de su frente resistía ya la separación clarificadora de fuerzas que hasta entonces había combatido juntas. Rehecho el frente único obregonista, ante la insurrección militar de Escobar y sus colegas, Portes Gil y el Partido Nacional Revolucionario, que ya había elegido como su candidato al ingeniero Ortiz Rubio, hicieron largo uso de un lenguaje de agitación popular contra-revolucionaria, que les restituía su antiguo rol.
Pero desde que, debelada la insurrección militar, el gobierno interino de Portes Gil no virado rápidamente a la derecha, se ha producido un desplazamiento de fuerzas. Puestos casi fuera de la ley los comunistas, el bloque obrero y campesino no ha podido continuar activamente su campaña. Las masas han reconocido en Portes Gil, y por consiguiente en su candidato, a los representantes de los intereses políticos cada vez más distintos y extraños a la revolución mexicana. Vasconcelos, en el poder, no haría más concesiones que Portes Gil al capitalismo y al clero. Hombre civil, ofrece mayores garantías que su contendor del Partido Nacional Revolucionario de actuar dentro de la legalidad, con sentido de político liberal. Puesto que la revolución mexicana se encuentra en su estadio de revolución democrático-burguesa, Vasconcelos puede significar, contra la tendencia fascista que se acentúa en el Partido Nacional Revolucionario, un período de estabilización liberal. Vasconcelos, por otra parte, se ha apropiado del sentimiento anti-imperialista reavivado en el pueblo mexicano por la abdicación creciente del gobierno ante el capitalismo yanqui. Gradualmente la candidatura de Vasconcelos, que apareció como un movimiento de impulso derechista, se ha convertido en una bandera de liberalismo y anti-imperialismo.
El programa de Vasconcelos carece de todo significado revolucionario. El ideal político nacional del autor de “La Raza Cósmica” parece ser un administrador moderado. Ideal de pacificador que aspira a la estabilización y al orden. Los intereses capitalistas y conservadores sedimentados y sólidos están prontos a suscribir, en todos los países, este programa. Económica, social, políticamente, es un programa capitalista. Pero desde que la pequeña burguesía y la nueva burguesía, tienden al fascismo y reprimen violentamente el movimiento proletario, las masas revolucionarias no tienen por qué preferir su permanencia en el poder. Tienen, más bien que, -sin hacerse ninguna ilusión respecto de un cambio del cual ellas mismas no sean autoras,- contribuir a la liquidación de un régimen que ha abandonado a sus principios y faltado a sus compromisos.
Portes Gil y Ortiz Rubio no acaudillan, por otra parte, una fuerza muy compacta. Dentro del partido obregonista, se manifiestan incesantemente grietas profundas. No hace mucho, se descubrió, según parece, señales de conspiración, dentro del mismo frente gubernamental. Morones y los laboristas, no perdona a los obregonistas el encarnizamiento de su ataque en las postrimerías del gobierno de Calle, su licenciamiento del gobierno, el aniquilamiento de la CRON. Ursulo Galván, expulsado del partido comunista, busca sin duda una bandera al servicio de la cual poner la influencia que aún conserve entre los agraristas.
El panorama político de México se presenta, pues, singularmente agitado e incierto. La guerra civil puede volver a encender en cualquier momento sus hogueras en la fragosa tierra mexicana.
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

La federación americana del trabajo y la América Latina. La natalidad en la Europa occidental.

La federación americana del trabajo y la América Latina.
Cuando los sindicatos de espíritu y tradición clasistas de Europa o de la América Latina califican a la Federación Americana del Trabajo como el más obediente instrumento del capitalismo norte-americano, no falta quienes temen que se exagere. Los poderosos medios de propaganda de que dispone la Federación Pan-Americana del Trabajo le consienten, si no conquistar, neutralizar al menos algunos sectores de la opinión popular.
Pero la propia Federación Americana del Trabajo se encarga con sus actos de destruir toda duda acerca de su rol. Últimamente el cable, ha registrado rápidamente la noticia de que la central de los sindicatos reformistas de USA ha tomado netamente posición contra la inmigración latino-americana a su país. El pan-americanismo de los obreros de la Federación no se diferencia mínimamente del de los banqueros de Wall Street. La solidaridad de clases es algo que, pese a la retórica de la Confederación Pan-Americana del Trabajo, ignora radicalmente su política. Los sucesores de Compers no tienen inconveniente en estrechar periódicamente las manos rusas y oscuras de los delegados de los obreros del Sur, en una cita pan-Americana; pero rehúsan absolutamente admitir su competencia en sus propios mercados de trabajo. Los tratan, en esto, como a los demás inmigrantes. No quieren obreros latino-americanos en su país. Le basta con convocarlos en Washington o La Habana, para afirmar su hegemonía sobre ellos. Las conferencias pan-americanas del trabajo no son sino un aspecto de la diplomacia imperialista.
Eso lo saben, en la América Latina, todos los sindicatos obreros dignos de este nombre. I lo prueba el hecho de que para las paradas de la Confederación Pan-americana del Trabajo, los líderes del reformismo yanqui no cuenten sino con amorfos agregados fácilmente manejables. La única central importante de la América Latina que participaba en las conferencias pan-americanas del trabajo era la CROM. I la Crom obedecía en esto a razones de estrategia que Luis Araquistaín ha enfocado nítidamente. La Crom creía ganar, por este medio, el apoyo de la Federación Americana del Trabajo en la política yanqui para la Revolución Mexicana. Hoy no solo los factores de la política mexicana han cambiado; la Crom, que alcanzara con el gobierno de Calles su más alto grado de apogeo, está casi deshecha. Primero, la ofensiva de las fuerzas que enarbolaron, muerto Obregón, la bandera del obregonismo, enseguida, la agrupación de las masas obreras y campesinas en una nueva central, -la que representó al proletariado mexicano en el congreso sindical de Montevideo- ha anulado el antiguo valor de la Crom. Morones viaja por Europa, en momentos en que se discute y vota en el parlamento de su país el Código del Trabajo del Licenciado Portes Gil. La Crom asistirá a la próxima conferencia pan-americana del trabajo, con sus efectivos enormemente relucidos, con su autoridad completamente disminuida.
I habrá que averiguar lo que piensan los obreros de México del pan-americanismo que actúan las uniones amarillas de USA al votar por el cierre de la frontera yanqui a las inmigraciones del Sur.

La natalidad en la Europa occidental
Francia no ha resulto, en los años de post-guerra, el problema de su despoblación. Pero al menos, ha visto extenderse ese problema en la Europa occidental. Ya no es posible oponer a una Francia malthusiana una Alemania prolífica. El crecimiento demográfico de la vecina del otro lado del Rhin se ha detenido desde la guerra. En 1900, la estadística registraba en Alemania dos millones de nacimientos al año, con una población de 56 millones. En 1927, con 63 millones, la cifra de nacimientos ha descendido a 1,2. De 35.6 por mil, ha bajado a 18.3 por mil. La guerra costó a Alemania, en capital humanos, aparte de las pérdidas del campo de batalla y del hambre de la retaguardia, la pérdida invisible de los 3,5 millones de hombres que habrían debido nacer. “Monde” de París toma estos datos de una interesante obra publicada recientemente en Alemania, sobre la materia, con el título de “El descenso de la natalidad y la lucha contra él”.
Como se sabe, uno de los objetivos centrales de la política fascista es el aumento de la población. Italia ha sido, tradicionalmente, un pueblo prolífico. El desequilibrio entre su crecimiento demográfico y sus recursos económicos, la constreñía a la exportación de una parte de su fuerza de trabajo. Mussolini considera el aumento de la población como el elemento decisivo del porvenir de Italia. 45.000.000 de hombres no pueden soñar con imponer su ley al mundo. No se concibe el resurgimiento de Roma imperial con las cifras demográficas actuales. El fascismo, entre otras batallas pacíficas, se propone ganar la batalla de la natalidad.
Pero, como dice Nitti, "no se concibe nada más absurdo". Es imposible regular la natalidad con discursos y decretos. El impuesto al celibato, no decide a los solteros, en tiempos de carestía y desocupación, a crecer y multiplicarse. Nadie se casa por evitar la tasa. "No conozco a nadie que haya tenido hijos bajo la sugestión del gobierno", anota burlonamente Nitti.
Las cifras estadísticas denuncian el fracaso de la política fascista en este embrollado terreno. En 1922, había en Italia 32,2 nacimientos por 1000 habitantes; en 1927, ha habido solo 26,9. La baja se ha acentuado en 1928.
La Europa occidental, en la post-guerra, como en la guerra, se despuebla. La estabilización capitalista no ha logrado el equilibrio en este aspecto de la producción y la economía. Un poco despechadamente, la Europa capitalista constata, con las cifras demográficas en las manos, que en la URSS no obstante la guerra, el hambre, el terror, etc., la política soviética acusa distintos resultados. Ni el bolchevismo ni el divorcio libérrimo, ni el aborto legal, ni la nueva moral de los sexos, han tenido las consecuencias que en la Europa occidental la nacionalización, el fascismo, etc.
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

La asamblea de la Sociedad de las Naciones. La reacción en México. Guillermo Valencia y Vasquez Cobo.

La asamble de la Sociedad de las Naciones
La más visible consecuencia de un gabinete laborista británico en la política internacional es, seguramente, la reanimación de la Sociedad de las Naciones. No es, por supuesto, que el Labour Party, en el gobierno de la Gran Bretaña, represente sustancialmente un nuevo rumbo en la gestión de los negocios extranjeros de ese imperio. La Gran Bretaña es un país fundamentalmente conservador en su política; pero en ningún aspecto lo es tanto como en el diplomático. Mas el estilo y el espíritu de los conservadores se avenía poco con el rol de empresarios de la Sociedad de las Naciones y de las asambleas de Ginebra. Los ministros conservadores asistían a las reuniones de la Sociedad de las Naciones con un gesto demasiado cansado y escéptico. Los laboristas, en cambio, estrenan en este campo uno de sus más intactos entusiasmos. En conferencias como la de las reparaciones, estarán siempre dispuestos a defender los intereses de la Gran Bretaña, con mayor celo nacionalista que los conservadores, sin exceptuar a Churchill, pero en la Sociedad de las Naciones, en debates generales sobre el desarme y el arbitraje obligatorio, pueden consentirse generosos brindis pacifistas.
La nota más importante de la décima asamblea de la Sociedad de las Naciones es hasta ahora la elección de Guerrero, delegado de la República del Salvador, como presidente del Consejo de la Liga. I, seguramente, este es un acto de inspiración británica. Se trata más que de atraer a la política de la Liga a los pequeños Estados, disimulando su carácter de trust de grandes potencias, de acentuar la participación de la América Latina en sus labores centrales. Guerrero, en la Conferencia Pan-Americana de la Habana, representó como se recordará la resistencia a la política yanqui. Hasta ahora, los Estados Unidos es la única gran potencia capitalista ausente de la liga, aunque intervenga en todos sus trabajos de colaboración internacional: economía, higiene, trabajo, etc. I es obvio que, a medida que se acentúe el antagonismo anglo-yanqui, la política de la Gran Bretaña tiene que esforzarse por sacar partido de esta circunstancia. Si bien Norte América está habituada a domesticar las veleidades anti-yanquis del nacionalismo centro-americano -se recuerda demasiado los casos Sacasa y Moncada- su diplomacia debe haber recibido con gesto un poco desabrido el nombramiento del salvadoreño Guerrero como Presidente del Consejo de la Liga.
En general, la Sociedad de las Naciones se presenta esta ves bastante convalecida a sus crisis. La abstención yanqui se compensa, en parte, con la activa presencia de Alemania, representada por Stresseman, que necesita aprovechar este retorno de su país a la sociedad internacional, después del largo aislamiento a que la condenó la derrota. La Liga es, por otra parte, el centro de operaciones de Briand, “speaker” oficioso de los Estado Unidos de Europa.

La reacción en México
Portes Gil sigue haciendo contramarchar a la Revolución Mexicana. Obtuvo la victoria sobre la insurrección militar de Escobar, Aguirre, etc, mediante una gran movilización de las masas revolucionarias -obreras y campesinas-. Pero, enseguida, mientras de una parte se ha apresurado a hacer la paz con el clero, de otra parte ha iniciado la ofensiva contra la extrema izquierda. Algunos de los mismo agraristas, que se unieron a la cabeza de las masas campesinas para defender la Revolución contra los generales que la traicionan alzando repentinamente la bandera de la Reacción, han caído, abatidos no por la balas de los “cristeros”, sino por las balas de las tropas federales.
El pacto con la Iglesia, que siguió al pacto con el capitalismo yanqui, expresa nítidamente el carácter del gobierno interino del licenciado Portes Gil, a quien ni estas transacciones, ni la persecución de la vanguardia obrera y campesina, impiden por supuesto emplear, en sus arengas, un lenguaje pródigo todavía en término revolucionarios.
Pascual Ortiz Rubio, candidato del partido gubernamental, se prepara sin duda a continuar en el poder la política del licenciado Portes Gil. La factura del antiguo frente revolucionario, sostenedor de Obregón en la última lucha electoral, ha consentido a Vasconcelos, candidato anti-reeleccionista, una extensa e imponente demostración de fuerza en varios Estados. El próximo gobierno tendrá que hacer frente a dos fuertes corrientes de oposición: la de derecha y la de izquierda. A la primera procurará quebrantarla con nuevas concesiones a los intereses que representa. A la segunda, resistirá simultáneamente con las armas de la represión y la demagogia. Pero en este difícil equilibrio, le será imposible seguir haciendo figura de gobierno “revolucionario”.

Guillermo Valencia y Vásquez Cobo
Los dos candidatos conservadores -Guillermo Valencia y Vásquez Cobo- continúan en Colombia irreductiblemente sostenidos por sus partidarios del Congreso. De hecho, el partido conservador se presenta escisionado ante el problema presidencial. Valencia ha obtenido la mayoría en la votación de los representantes a congreso de su partido. Pero los 45 representantes que ha votado por Vasquez Cobo se manifiestan resueltos a luchar hasta el fin por su candidato. El partido liberal, en minoría en el congreso, no tendrá candidato. Frente al dilema Valencia o Vásquez Cobo, es probable que, con ciertas condiciones, y ante el significado ostensible que ha dado a la candidatura del general la recomendación del arzobispo de Bogotá, se decida a concurrir a la victoria del candidato civil. Los liberales andan divididos; pero son, aún así, una fuerza. El partido socialista revolucionario, que los reemplaza cada vez más como partido de izquierda, no cuenta, puesto casi fuera de la ley, con representación parlamentaria ni con prensa.
En las razones del Arzobispo de Bogotá para apoyar a Vásquez Cobo, son, en orden a la política internacional, las mismas que ha tenido para vetar a Concha. Vásquez Cobo no es persona ingrata a los Estados Unidos, a cuyo canciller Root le tocó saludar cortésmente, a nombre del gobierno colombiano, vivo aún el resentimiento por la desmembración de Panamá, cuando ese activo gerente del panamericanismo visitó la América Latina en gira oficial. Concha, que somo ministro representó una política de celosa reivindicación de los intereses colombianos, frente a Norte-América, no está en el mismo caso. Su elección como presidente de la república podría perjudicar a la reconciliación yanqui-colombiana. La razón de Estado es decisiva para los políticos de la Iglesia.
Valencia, en las últimas semanas, quizá en parte a consecuencia de la fisionomía abiertamente dictatorial y reaccionaria que ha mostrado la candidatura de su opositor, apoyado por el ex-ministro de guerra Rengifo, el hombre de la ley “heroica” y de la represión de Santa Marta, parece haber ganado terreno. La votación así lo demuestra.
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta postal con imagen de la Apra

Tarjeta portal del afiche mural con alusión a la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA).
Al reverso se lee: Affiche de la APRA por el artista mexicano Balmori que figuró en la decoración de la Sala de la [no se puede leer] de la APRA. París 12/1/1927
Con letra de José Carlos Mariátegui: grano fino 10 cent ancho.

Balmori, Santos

Reproducción fotográfica de un fresco 'Peones pesando el grano'

Fotografía del Fresco realizado por Diego Rivera para la Secretaria de Educación Pública en México bajo la dirección de José Vasconcelos.
Al reverso de la imagen con letra de José Carlos Mariátegui: "Peones pesando el grano. Secretaria de Educación Pública. Solo la pintura central"

Rivera, Diego

Reproducción fotográfica de un fresco 'Salida de los Mineros'

Fotografía del Fresco realizado por Diego Rivera para la Secretaria de Educación Pública en México bajo la dirección de José Vasconcelos.
Al reverso de la imagen con letra de José Carlos Mariátegui: "Salida de los Mineros. Secretaria de Educación Pública. Solo la pintura central"

Rivera, Diego

Reproducción de una obra de Guillermo Ruiz

Reproducción de una escultura del artista Guillermo Ruiz "Raza" en la revista mexicana Forma.
En la leyenda de la imagen se lee "Talla directa en basalto negro - Propiedad del Museo de Arte Moderno Americano"

Revista Forma

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