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Revista Amauta Literatura Con objetos digitales Correspondencia Recibida
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Carta de Antenor Orrego, 20/11/1928

20 de Noviembre de 1928
Mi querido José Carlos:
Me complace mucho que sus dolencias no se hayan agravado últimamente. Recibí su último libro y espero leerlo con la amorosa atención que merece todo lo suyo para escribir una nota crítica.
Le incluyo un juicio sobre el último libro de Chávez que puede publicarse en Amauta.
Seguiré la serie "Cuál es la cultura que creará América". Le envia[ré] oportunamente los artículos sobre O[rte]ga y Gasset y Eguren.
Lamento mucho no estar en Lima para ayudarlo más eficazmente en la gran obra de "Amauta" que es momento de imprimirle su vuelo definitivamente.
Una revisión del "orteguismo" con ocasión de su venida a Lima me parece oportuna y sobre todo muy saludable.
Un abrazo afectuoso.
Antenor Orrego

Orrego, Antenor

Carta de Earle K. James, 6/11/1928

2607 Sedgwick Avenue,
New York, 6 de noviembre de 1928
Sr. José Carlos Mariátegui,
Director, Amauta,
Casilla 2107,
Lima, Perú.
Distinguido señor y amigo:
Ayer recibí un paquete enviado por Ud. y que me trae ejemplares de su excelente revista, como también una copia del libro Tempestad en los Andes. Le agradezco esto muy sinceramente. Me van a servir mucho. Del libro de Valcárcel, hablaré en el Times en cuanto lo haya leído.
Espero poder suscribirme a su revista dentro de poco. Por ahora me es imposible, debido a muchas otras obligaciones, pero haré todo lo posible para ayudarle en su importante obra dándola a conocer donde pueda.
Poco se conoce en este país de la literatura peruana, especialmente de lo contemporáneo, pues las casas editoras argentinas son las únicas activas en distribuir sus libros. Para remediar esta situación por lo menos en parte, le ruego se sirva darle mi nombre a sus amigos que escriben, para que pueda hablar de sus libros en mi columna; y si sabe de algún libro peruano de verdadera importancia, me lo indique, para poder mandarlo a pedir. Por mi parte, me será grato cooperar con Uds. en todo lo que sea posible. Aunque en cuanto a ideas económicas veo que no estamos de acuerdo, pues yo, aunque radical, no creo el marxismo sea la solución a los problemas de una sociedad tan diferente a la que conoció Marx (por lo menos en países como éste), veo, por otra parte, que con respecto al problema indígena estamos sí de acuerdo.
¿Será posible obtener reproducciones de los cuadros de Sabogal? Me han interesado los que Ud. reprodujo en su revista.
De nuevo dándole las gracias por el envío de revistas, me es muy grato saludarle y suscribirme de Ud.,
Su S.S. y amigo,
Earle K. James

James, Earle K.

Carta de Baldomero Sanín Cano, 19/8/1928

Bogotá, 19 de agosto de 1928
Señor Don
José Carlos Mariátegui
Lima.
Mi distinguido amigo:
Mil gracias por su apreciable de 10 de julio que me ha llegado con algún atraso. Debo agradecerle también el envío de los números de Amauta que en su carta me anuncia y que estoy recorriendo con una apasionada curiosidad. Admiro esa publicación que le está prestando a nuestra causa americana y a las letras españolas del continente un servicio digno de gratitud y de encomio.
Le agradezco infinito que haya reproducido mi artículo de Universidad sobre la maligna práctica de combatir las ideas poniéndoles nombres inadecuados y odiosos. Me obligan todavía más sus palabras gentilísimas de introducción. Me será muy grato enviarle la colaboración que desea y me siento honrado en figurar en Amauta con las firmas que su excelente gusto reúne en esa publicación.
Puse en mano de Arciniegas su tarjeta y espero que él tendrá el mayor gusto en corresponder al canje propuesto por Ud.
Amauta, El Repertorio, Sagitario, México, 1928, Universidad y algunas otras publicaciones de índole semejante confortan el espíritu de los americanos libres por el testimonio que ofrecen de que hay un espíritu uniforme de amor a la libertad y una comprensión aguda de los peligros que la amenazan en varias formas, unas más sutiles que otras, a todo lo largo del continente. Esas revistas señalan igualmente un interés apasionado por la belleza de las formas literarias y por el arte en general. Es un estado de espíritu que adecuadamente dirigido podría realizar en beneficio de todos el ideal de unidad que todos acariciamos y que es ya una necesidad histórica, antes de ser una verdadera imposición práctica. Entenderá Ud. que no me refiero a la unidad política, sino a la de las almas, de las formas y de las tendencias. Un bloque espiritual es a veces más consistente y más eficaz en sus influencias que un bloque político.
Me despido con un apretón de manos muy cordial y soy siempre su amigo y admirador.
B. Sanín Cano

Sanín Cano, Baldomero

Carta de Luis Carranza, 3/1/1928

[Piura], 3 de enero de 1928
Sr. D. José Carlos Mariátegui
Lima
Mi estimado amigo:
Me apresuro a contestar su cordial misiva del 25, felicitándolo por la reaparición de Amauta, que encarna la noble campaña redencionista del indio.
Le quedo agradecidísimo por su importante colaboración a nuestro número extraordinario del 1°, del cual le envío varios ejemplares.
La simpatía que es un lazo espiritual muy fuerte, me hace pensar en la posibilidad de estrechar más nuestra amistad y mutuo apoyo en la obra de saneamiento moral que considero larga y pesada, pero indispensable en el Perú.
A Luis Alberto Sánchez, le he pedido también formalmente su cooperación en forma menos esporádica y creo que no me la niegue, porque debe pensar lo mismo que nosotros, en la necesidad de coordinar un poco a los que piensan en laborar constantemente por hacer algo útil.
Muy agradecido a sus amistosos deseos por la felicidad en el año que comienza, me es muy grato desearle igualmente buena suerte en su salud y negocios.
Muy afectuosamente
L. Carranza

Carranza, Luis

Carta de Samuel Glusberg, 1/11/1927

Buenos Aires, 1° de noviembre de 1927
Sr. D. José Carlos Mariátegui
Mi querido compañero:
Mil gracias por su carta y los libros. Ya conocía La Escena Contemporánea. De ahí saqué precisamente su estudio sobre el “Semitismo y el antisemitismo” para los Cuadernos literarios de Oriente y Occidente. Supongo que ya está en sus manos el primer número. Pronto le mandaré el cuaderno dedicado a Heine. Lamento no tener un retrato suyo y algunas noticias concretas sobre vida para hacer una nota periodística. De cualquier modo diré dos palabras en el próximo cuaderno. Mándeme algún artículo referente a su persona. He visto varios en Repertorio Americano; pero muy poco informados. Aquí se le aprecia mucho y de venir usted a Buenos Aires se encontraría con numerosos amigos.
Waldo Frank me escribió últimamente que el Sr. Garro le pidió autorización para traducir algunas novelas suyas y que él le indicó que se dirigiera a mí puesto que yo tenía reservados los derechos con prioridad. No he recibido ninguna carta del Sr. Garro; pero si usted cree que dicho señor puede traducir a conciencia los libros de Frank mucho me gustaría que lo hiciera. En cuanto al pago no le puedo ofrecer de inmediato una suma de dinero. Puedo, sí asegurarle que a medida que se venda el libro le giraré lo que le corresponda. Frank tiene interés en que no se traduzca solamente sus libros de ensayos. Por eso ante mi empeño en publicar Our America él me pide que también le haga traducir una novela. Me gustaría que fuera Holiday por su asunto y por su corta extensión. Hágame pues el bien de ponerme en relación con Garro siempre que Ud. lo crea capaz de hacer a conciencia una traducción de Frank. Que Garro me envíe cuanto antes Nuestra América; yo le haré llegar un prólogo especial de Frank. Y perdóneme la molestia que le ocasiono. Pero tengo entendido que Ud. es amigo de Garro.
No recibí los números de Amauta que me anuncia. Me faltan los números 1, 2, 5 y 9 para la colección. Pídame los ejemplares de Babel que le ofrezcan algún interés.
Quedo como siempre a sus órdenes. Mientras lo saludo muy cariñosamente.
Glusberg

Glusberg, Samuel

Carta de Fabio Fiallo, 15/9/1927

La Vega, 15 de setiembre de 1927
Señor José Carlos Mariátegui
Lima
Distinguido compañero:
Con mucho gusto repítole hoy el envío de mi último libro La Canción de una Vida. Ojalá sean mis versos de su agrado.
Tengo vivísimo deseo de recibir Amauta, su preciosa Revista. ¿Quiere Ud. incluirme en el número de sus suscriptores avisándome su valor anual?
Muy suyo
Fabio Fiallo

Fiallo, Fabio

Carta de Samuel Glusberg, 3/1927

Buenos Aires, marzo de 1927
Señor don José Carlos Mariátegui
Estimado compañero:
Hace ya mucho tiempo que deseo ofrecerle mi amistad y mi admiración por la obra de cultura que Ud. realiza en su país. Lo hago por fin ahora después de recibir el quinto número de Amauta. Pero desde la lectura de su primer artículo, que conocí por intermedio del Repertorio Americano, siento viva simpatía por todo lo que sale de su pluma. Quien primero me habló aquí de sus escritos fue —asómbrese— Leopoldo Lugones. Luego de leer su ensayo sobre La revolución y la inteligencia en la Revista de Filosofía, don Leopoldo me lo recomendó con ese entusiasmo tan suyo, cuando un escritor le gusta de veras.
Con todo, algo más que el entusiasmo de Lugones y mi simpatía me mueven a escribirle, y es mi interés por conocer un artículo suyo sobre Virgin Spain que tengo entendido Ud. publicó en la revista de la Universidad de San Marcos.
Yo soy buen amigo de Waldo Frank y llevo realizadas con éxito las gestiones para hacerlo venir a Buenos Aires, a dictar unas conferencias en la Facultad de Filosofía y Letras. Ya lo tendré al tanto de este acontecimiento porque supongo que no le es indiferente el gran americano.
Creo —y me apresuro a decírselo— que nosotros debemos curarnos de todo agregado a la palabra América. ¿Por qué llamarnos hispano, ibero o latinoamericano? Todos estos calificativos son otras tantas limitaciones. En todo caso, debemos abogar por la creación del buen americano en el sentido en que Nietzsche usaba la expresión de buen europeo. Claro que América, como dice Waldo Frank, es un concepto a crear. Pero a diario comprobamos la existencia de tan buenos americanos en el Norte como en el Sur. Y en resumen es lo mismo.
Mas no quiero adelantarle un articulejo que estoy pergeñando sobre el tema. Ya se lo enviaré en su oportunidad. Mientras, permítame felicitarlo por su inteligente labor al frente de Amauta y felicitar, por su intermedio, a Miguel Urquieta por lo que dice de Rodó en el último número. Dígale que no es el único que piensa atinadamente que el autor de Ariel es un grandioso retórico. Por suerte, somos ya una minoría razonable y vamos más lejos que Urquieta.
No creemos que la obra retórica de Rodó “bastaría para valorar las letras de América”. Ni siquiera las letras del Uruguay. Ahí están Horacio Quiroga y Vaz Ferreira. El primero aunque escritor argentino es también uruguayo de nacimiento. ¡Ese sí que es un artista de veras!
De Quiroga le envío con este correo tres libros de cuentos que le recomiendo especialmente. Vale la pena que Ud. los lea y los comente. Claro que Quiroga, a fuer de buen artista, no hace el maestro como Palacios y otros mediocres profesores de la juventud hispanoamericante. Habría que acabar de una vez con los maestros. Son políticos fracasados que están haciendo estrategia literaria. Una vergüenza contra la que hay que reaccionar porque concluye haciendo daño en todas partes. Un ejemplo lamentable es el último libro de mi buen amigo y mejor poeta Arturo Capdevila. Aunque el libro se llama América a secas, el título responde a un concepto análogo al de los colonialistas del Norte. América, es la América Latina. Además Capdevila sin querer hace una odiosa cuestión de razas. El imperialismo yanqui es, a su juicio, peor que el imperialismo francés o italiano. Debemos contraer empréstitos "latinos" aunque sean más usurarios que los yanquis. Como si el capitalismo, lo mismo que la Iglesia católica, apostólica y romana, no fuera internacional... Pero le estoy dando la lata... Cierto que es un gustazo hablar con un hombre de talento, según dice un personaje de Dostoievski. Con todo, no hay que abusar. Sobre todo, no acaparar la conversación... Quedo pues, a la espera de su réplica. En tanto, créame a sus órdenes y aunque no estamos de acuerdo en todo (yo soy nihilista absoluto en el sentido turguenefiano y revolucionario), me gustan los hombres que aún tienen fe en los pobres pueblos embriagados de retórica patriotera. Suyo cordialmente
Samuel Glusberg

Glusberg, Samuel

Tarjeta Postal de José Vasconcelos, 3/2/1927

París, 3 de febrero de 1927
Mr. José Carlos Mariátegui
"Revista -- Amauta"
Lima Perú
Amérique du Sud

Mi querido y admirado Mariátegui:
Muy bien por Amauta.-- Magnífico y muy gracioso "El Juicio Sumario".
Pronto le mando mi libro: Indología -- le mandaré también de cuando encuando algún artículo que pueda ser digno de Ud. Con un abrazo quedo su afmo.
J. Vasconcelos

Vasconcelos, José

Carta de Graziella Garbalosa, 26/12/1926

México, 26 de diciembre de 1926
a
José Carlos Mariátegui
en Lima, Perú
admirable conocido:
al comenzar quiero explicarle, por qué utilizo este papel de carta que comprara mi pequeña de ocho años. tengo prisa en escribirle, ya que mis intenciones, como suelen esfumarse rápidamente, me obligan a cogerlas al vuelo, si gusto de aprovecharlas un instante. hasta dentro de unos días no me traerán el papel de mi correspondencia y aprovecho en tanto el de mi chamaca. En casa de Jacobo Hurtwitz encontré un bonito número de Amauta, llevado por Esteban Pavletich, después de saboreado el contenido de la revista, decidí escribirle a Ud., mandándole una composición literaria.
Utilizo en ésta la pluma, debido a que resulta más fácil e indispensable, cuando se pertenece al sexo femenino, viajar acompañada de un estuche de gillette que con una portátil máquina de letras. Soy cubana y habanera (por si la curiosidad le azuza a conocer mi nacionalidad). tengo varios libros editados, novelas y versos; ¡feraz! no desmiento los efectos de la reverberante latitud geográfica donde me trajeron al mundo...
Descuido mucho el intercambio literario y el establecer saludables relaciones con los verdaderos paladines de la literatura.
Amauta logró cautivarme. disculpe Ud. la intención de sorprenderle con versos míos. gastrónoma de los más caros deseos hoy sufro de dispepsia psicológica. Tenga Ud. benevolencia para con el histérico apetito que despertara la sazón de los nuevos platos orientalizados, creaciones o condimentaciones de los actuales aedas, intuitivos del refinamiento asiático, el más complicado y sintético de los refinamientos.
Tonifico las buenas esperanzas de conocer a ese inmenso perú.
Ahora visito al México de los aztecas. mañana pasearé por Europa. después me llamará Montevideo, hasta que me detenga en el imperio de los incas.
Paréceme larga esta presentación. hasta mediado del año próximo viviré en el Hotel Princess Ave. Hidalgo n° 59; reciba Ud. la sencilla felicitación de s.s.s.
Graziell Garbalosa

Garbalosa, Graziella

Carta de César Vallejo, 10/12/1926

París, 10 de diciembre de 1926.
Mi querido compañero:
Agradezco a usted en lo que vale el bondadoso juicio que me envía publicado en Mundial, relativo a mi labor literaria. Varios pasajes de su cariñoso ensayo llevan tal voluntad de comprensión y logran interpretarme con tan penetrativa agilidad, que leyéndolos me he sentido como descubierto por la primera vez y como revelado en modo concluyente. Su ensayo, sobre todo, está lleno de buena voluntad y de talento. Le agradezco, querido compañero, por ambas cosas.
He recibido Amauta. Sigo con fraternal y fervorosa simpatía los trances y esfuerzos culturales de nuestra generación, a cuya cabeza está usted y están otros espíritus sinceros como el suyo. En estos días enviaré a usted con todo cariño algún trabajo para Amauta, cuyo éxito y acción renovatriz en América celebro de corazón, puesto que ella es, como usted me dice, “nuestro mensaje”. Creo que esta resonancia ha de crecer, contribuyendo así a densificar más y más la sana inspiración peruana de nuestra acción ante el continente y ante el mundo.
Próximamente le escribiré acerca del libro que me pide para la Editorial Minerva. Pueda ser que ese libro esté listo muy en breve.
Un afectuoso saludo para todos los buenos amigos de Amauta y para usted un estrecho abrazo de su devoto compañero.
César Vallejo

Vallejo, César

Carta de Félix del Valle, 6/12/1926

Madrid, 6 de diciembre de 1926
Querido Mariátegui:
Antes que estas líneas, que llevan mi afecto, supongo en su poder un artículo. Lo envié a mis hermanas porque supongo más seguridad en la dirección. Es un artículo vago, yo no puedo concretar, pero lleno de insinuaciones que subrayaré después. La nota exaltando un gesto de Leguía, además de ser justa, es, sobre todo, conveniente para mí. Urge que yo permanezca en Europa siquiera un par de años más. Y Ud. sabe que sin la asistencia del gobierno es imposible.
Le felicito por Amauta. Está muy bien, aunque, en su parte literaria, recargada de esa novedad sudamericana que, para ser buena, tiene que ser consciente, forzuda, y no tomada o pegada. Hay que precisar más y ‘literatizar’ menos. Ah, ¡si todos fueran como Ud. y Falcón! Adoro la novedad, siempre que quien la traiga no la ostente a la manera de un nuevo rico, que, en el fondo, es lo que está pasando entre nuestros jóvenes escritores. He visto varios ‘casos’ muy de cerca, aquí, en España. No me es posible conseguirle firmas para su revista. Yo no estoy vinculado a muchos escritores. Apenas si soy amigo de unos pocos. Además, España es campo muerto, es un museo, aunque le digan a Ud. lo contrario. Es el defecto que noto en Falcón, exceso de españolismo. Supongo que será por agradecimiento. Es una valla ésta, de tal fuerza, que no se puede traspasar sin exponerse a quedar al intemperie. Los pobres, los que vivimos de nuestro trabajo, aunque se tengan los grandes méritos de Falcón, no podemos nunca ser totalmente libres. Yo, por ejemplo, quisiera escribir para Amauta cosas que no puedo decir sin peligro de que el garbanzo se aleje de mi estómago, órgano grosero y dictador de nuestro ser. Con todo, le envío a Ud. en el próximo correo otro artículo para su periódico. Verá Ud. que yo ––para mis ‘intereses’ lo mejor sería permanecer en silencio–– me siento enlazado a Ud. por una solidaridad espiritual que no concluirá sino con nuestras vidas. Con Falcón —nos escribimos constantemente— dialogábamos por carta sobre esta solidaridad entre Ud., él y yo. Somos los tres económicamente más pobres de nuestra generación y, sobre cualquier divergencia episódica, hay algo entre nosotros que ahora se cristaliza. Hemos sufrido más que gozado. El yunque ha sido el mismo para los tres. Impidamos que sea igual para los pobres que vienen detrás con los mismos humanos anhelos de bien de que nosotros estamos poseídos.
El año próximo, que deseo mucho mejor para Ud. y su familia que los anteriores, comenzaré alguna labor en España. Ud. sabe que estaba desentrenado. Notará la diferencia entre los primeros artículos y los que vayan después. Pero sólo haré un par de novelitas cortas y unos cuantos artículos. Labor de captación de público, sobre todo. La obra que quiero la haré después a base de estudios, serios y profundos. Le tendré al corriente de todo. Algunos intelectuales españoles me han pedido su libro y va de mano en mano el único ejemplar que tengo. No quiero abrumarle con la cantidad de elogios que verbalmente me han hecho de su libro. Me han agradado y satisfecho más que si fueran dirigidos a mí. En el Perú, por mucho que lo estimen, no saben todavía bien lo que Ud. significa. Son, los nuestros, medios gaseosos y sólo se mantienen a sus anchas los que no tienen una sola idea de nada.
Mándeme Ud. cuanto crea que pueda interesarme. Poca literatura. Voy perdiendo la afición a ella y, como no se sea un gran literato, creo que mejor es alistarse en filas más provechosas para la guerra social que hay que acometer resueltamente.
Si Ud. ve a Alfredo Piedra ––¿está en buenas relaciones con él?–– dígale que precisa que me sostenga dos años más en Europa. Estoy en el momento de aprovecharlos, recuperada mi salud. No le hable de ideas, sí de sentimientos ya que, en verdad, yo estoy muy reconocido a él. Ud. no sabe lo generoso que ha sido conmigo. Con discreción háblele de mí y de que, el mejor beneficio que puede hacerme, es el de asegurarme un par de años en Europa. José Carlos, esto, la seguridad, es muy serio. Ud. ya sabe a cuánto se expone uno sin ella.
Mi familia me escribe, elogiando su conducta, con motivo de la muerte de mi pobre vieja. Es Ud. el único amigo mío que se ha acordado que tenía familia. Yo les he contestado que no hay que extrañarse de ello, ya que Ud. es el único amigo ––dándole toda su fuerza al vocablo–– que yo tengo allí. Los demás son amigos del ‘suelto’ de periódico. ¡Pobrecitos! Mis hermanas no pueden comprender esto.
En fin, querido Mariátegui, con deseos de que su salud mejore, de que Ud. viva cada vez mejor, se despide, por hoy, quien tanto le quiere y extraña.
Félix del Valle
P. D. El segundo número de Amauta no lo he recibido. Fui a París a hacerme ver del estómago. Espero regresar pronto y allí sí puedo conseguirle firmas ilustres. Mientras no le avise mi nueva dirección envíeme todo a Madrid.

Valle, Félix del

Carta de Emilio Pettoruti, 9/11/1926

Transcripción completa (se ha respetado la grafía del original):
Mi querido Mariátegui
Ayer, en la redacción de Martín Fierro, he visto el 2 nro. de "Amauta"; a mi aún no me ha llegado - Muchísimas gracias por su pensamiento - Me haría una gran gauchada enviandome 3 o 4 números - Los de "Inicial" se quejan, han recibido solamente el 2 - Los de "Clarín" ninguno - Hidalgo ninguno, mandeles, no deje de hacerlo - Ando sumamente atariado con un montón de cosas, pero muy pronto le enviaré mis noticias - Mandeme las suyas, hace rato que no los tengo - Me ha hecho placer que haya usado "Amauta" que le dibujé, queda bien - Saludeme a su señora y para Ud. un gran abrazo de su
PettoRuti

=Saludos para todos los muchachos de ésa=

Pettoruti, Emilio

Carta de Alcides Spelucin, 6/10/1926

Trujillo, 6 de octubre de 1926
Sr. José Carlos Mariátegui
Lima.
Mi querido José Carlos:
Mucho tengo que agradecerle a Ud. su bondadoso juicio acerca de mi libro, y, sobre todo, de mi persona.
Dejando aparte toda pueril modestia protocolaria, creo sinceramente que no estoy en un estado de gracia capaz de merecerlo. Es por eso que mi agradecimiento va a Ud. sencillamente, atendiendo sólo a la cariñosa voluntad que me parece adivinar en todo aquello en que mi obra o mi vida tienen algo que ver con Ud.
Yo no me creo un gran poeta ni mucho menos un genio como es frecuente en mis colegas. Juzgo sí que he venido a cumplir una finalidad y que procuro realizarla con toda la lealtad que me es posible. Las limitaciones que no pueda superar mi vida o mi obra, pertenecen, por lo tanto, a designios que están más allá de mis propias posibilidades. Soy pues, ante todo, un sincero. Procuro no traicionarme y por eso me doy en la medida de mis fuerzas. Un poco rústico en el fondo, como Ud. ha tenido la certeza de decirlo, o quizá si un equivocado o un anacrónico como parece apuntar nuestra inteligentísima Magda, he dado la primera modulación de mi mensaje lírico de acuerdo a mi indudable destino y a mi propia naturaleza.
Sé muy bien que no pertenezco a la vanguardia literaria de esta hora y no pretendo simular tampoco una estética que no se ha hecho carne viva de mí mismo. Por felicidad o por desgracia ––¡sabe Dios! ––cabalgo sobre dos épocas: una, en la que ha llegado a fermentar hasta lo insoportable un preciosismo modernista curvado ya hasta la decadencia; y otra, en la que se pretende flamear una bandera artística de ‘semáforo’ y de ‘velívolo’ que denuncia a las claras una absurda contextura de pastiche. Entre estos dos estercoleros he optado por modular la romanza de eternidad que me era posible oír en el fondo de mí mismo. Fácil me hubiera sido transformar este haz de intenciones estéticas de mi libro en algo acrobático, vestido de una adjetivación de moda, y presentar una obra aparentemente sintonizada con este instante; pero no; he preferido darlas como nacieron, porque acaso su vestimenta original fue ya todo un destino estético al que ni su propio genitor tenía derecho a deformar.
Esta es la razón que me mueve a justificar su presencia ante cualquier opinión equivocada o malintencionada que quiera cruzarles el camino. Yo creo sinceramente que sólo es inoportuna la obra estética que no aporta ninguna virtud auténtica y sustancial. Si mi libro está en ese caso, es, indudablemente, inoportuno. Inoportunidad vigente en cualquier año en que se hubiere publicado. Pero si, lejos de esto, se trata de una cuestión técnica, de factura retórica únicamente, no creo en la oportunidad ni la inoportunidad. Al menos, son factores a los cuales no concedo beligerancia alguna. Las altas disciplinas del pensamiento y de la sensibilidad, cuando penetran a cierta intrayema categórica, están ya fuera de esta clase de contingencias meramente epidérmicas. Han vencido, en una palabra, al tiempo y a la circunstancia. No se les puede juzgar por el traje Luis XV, o 1920 o 1926, que puede cubrirles. Júzgaseles ante todo por los quilates de belleza auténtica o de pensamiento vivo que tengan en sí. Ahora bien: esta belleza o este pensamiento está en relación directa a la inteligencia receptiva; cualquier prejuicio retórico que se interponga entrambos, deformará, en pro o en contra, la calidad de la obra. Así, pues, a las fuentes de belleza sólo ha de irse rigurosamente desnudo.
Perdone Ud. esta insoportable digresión; pero, responsable al fin y al cabo de la publicación de mi libro, he querido manifestarle mi punto de vista a Ud. que tan bondadoso ha sido para con él.
No he recibido carta de su hermano en la que me dé instrucciones acerca de Amauta. Como la mayor parte del lote que me ha remitido lo envío yo a mi vez a mis agentes del Valle de Chicama y de la Provincia de Pacasmayo, necesito instrucciones para indicarles la comisión que han de percibir. Juzgando de importancia, he hecho imprimir unos recibos del modelo que le acompaño, para contratar algunas suscripciones. Esto último me será fácil a partir del segundo número pues hay el temor de que la revista no siga saliendo. Yo creo que hasta el tercer o cuarto número podemos contar con unas cien suscripciones seguras de pago semestral adelantado. Adjunto a ésta le acompaño un cheque a su orden por S/. 30.00, que espero se sirva abonármelo en cuenta. La segunda remesa de La Escena Contemporánea la he repartido toda en la sierra. Aún no he recibido el valor de ella pero creo que será en mi poder dentro de pocos días. El Nuevo Absoluto de Iberico Rodríguez se ha abarrotado casi por completo. Las pocas personas que en esta ciudad se interesan por dicha clase de estudios, ya lo habían adquirido de otro caballero que trajo dicha obra con anterioridad a la remesa de Uds.
La nota de los que habían adquirido La Escena Contemporánea no se la remití por juzgar que quizá sería mejor para Uds. la de los que suscribieran a Amauta. Esta sí pienso remitírsela en cuanto haya un número de suscriptores más o menos numeroso.
Espero carta de su hermano, o, en su defecto, suya, para dar instrucciones a los agentes.
Reciba Ud. cariñosos saludos de todos los de esta casa y un cordial saludo de mi parte.
Alcides Spelucín

Spelucín, Alcides

Carta de Roberto Latorre, 16/4/1926

Cusco, 16 de abril de 1926
Señor don
José Carlos Mariátegui
Lima
Distinguido compañero:
A pesar de sincera promesa de volver a casa de usted en los días que permanecía en esa ciudad, se me hizo imposible realizar ese deseo. Mi condición económica estrecha me señaló caminos que me quitaban todo momento.
Ahora, y leyendo su carta de 16 de diciembre último, me cabe escribirle, evitando como usted cumplidos.
El concepto que de usted merezco es noble y grandemente satisfactorio y creo no desmentirlo jamás. Yo y muchos lo queremos en el Cusco a usted, reconociendo en todos instantes la benéfica obra que realiza y el singular talento que posee. Nuestro compañero claro que es usted honrosamente.
Con su hermano no tuve la oportunidad de hablar. La representación de Minerva cumpliré con agrado en este Departamento. La Escena Contemporánea se vende en la librería de Agustín Rivero. Libros y Revistas, remítame algunos ejemplares y así también anuncios de Amauta, oriénteme sobre lo que será y comenzaré a avisar a los cusqueños que ha de aparecer ese poderoso exponente de la literatura peruana.
En próximo correo escribiré a su hermano. Mi concurso en la obra de juventud que hacen ustedes deben contar seguro y leal.
Compañero, su libro estoy leyendo. Nada igual conozco hasta ahora sobre los asuntos que usted trata. Es admirable la forma como se dedica usted al estudio del movimiento político-social del Universo. Le agradezco el envío.
Ordene en mí siempre con la confianza de que le serviré con agrado.
Su amistad y compañerismo harán que me ayude cuando reinicie mi labor periodística, ¿no es verdad?
Le envío algunos ejemplares de Kosko.
Suyo.
Roberto Latorre

Latorre, Roberto

Carta de Juan Chabas, [1928]

[Madrid, 1928]
Sr. Mariátegui
Lima-Perú
Mi querido amigo:
A mi regreso de Barcelona encontré en Madrid su libro y unos cuantos números de Amauta renacida. Mil gracias por el doble envío. Hojear la revista me ha producido una impresión de plenitud: muy bien el fervor y la documentación de esos fascículos. En Diario de Barcelona he publicado una nota extensa sobre ellos.
Para leer el libro espero a días de reposo y quietud que me esperan ya, pronto, en el campo. A últimos de este mes salgo para Denia (Alicante) donde cuento pasar el verano.
Si puedo, desde allí también le enviaré algún original. No sé si me quedará tiempo.
Muy agradecido a U. por su envío le felicita por su labor su compañero
J. Chabás
Qué fue de Macchiavello y Clodo. ¿Y de Abril? ¿Podría U. dar recuerdos de mi parte a estos amigos?

Chabas, Juan