José Carlos Mariátegui en su silla de ruedas
- PE PEAJCM JCM-F-03-4-4.1-4.1.5-068
- Item
- 1929
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José Carlos Mariátegui en su silla de ruedas en el patio de su casa de Washington Izquierda 554, Lima.
Malanca, José
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José Carlos Mariátegui en su silla de ruedas
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José Carlos Mariátegui en su silla de ruedas en el patio de su casa de Washington Izquierda 554, Lima.
Malanca, José
Fotografías del velatorio de José Carlos Mariátegui
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Guardia de honor en el velatorio de José Carlos Mariátegui en su casa de Washington Izquierda, 554, Lima.
Variedades
Grupo de amigos frente a la casa de José Carlos Mariátegui
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Grupo de obreros, intelectuales, artesanos, amigos frente a la casa de Washington Izquierda 554, Lima; antes de dirigirse al cementerio por la muerte de José Carlos Mariátegui.
Cortejo Fúnebre por la muerte de José Carlos Mariátegui
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Grupo de obreros, intelectuales, amigos y familiares llevando el féretro de José Carlos Mariátegui por la última cuadra del jirón Washington con dirección a Paseo Colón.
Estudio Fotográfico Hermanos Aviles
Cortejo fúnebre a la altura del parque Neptuno
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Grupo de personas llevando el féretro de José Carlos Mariátegui a la altura del Parque Neptuno en la ciudad de Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Cortejo fúnebre de José Carlos Mariátegui por la Plaza de Armas
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Grupo de obreros, intelectuales, amigos y familiares llevando el féretro de José Carlos Mariátegui por la plaza de Armas con la esquina de la calle Pescadería.
Estudio Fotográfico Hermanos Aviles
Cortejo Fúnebre en la esquina de Plaza San Martín
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Grupo de obreros, intelectuales, amigos y familiares llevando el féretro de José Carlos Mariátegui por la plaza San Martín con Jirón Carabaya, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Guardia de honor en el velatorio de José Carlos Mariátegui
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Guardia de honor en la velada de José Carlos Mariátegui en su casa de Washington Izquierda, Lima. Al fondo, el estandarte del Sindicato Textil de Vitarte. En primer plano a la izquierda, Miguel Adler; a la derecha, Julio César Mariátegui. Figuran además tres personas designadas por la Asociación Nacional de Periodistas: Antonio Alva, Mario Mendizábal y José Amador Añazgo.
Variedades
Cortejo Fúnebre de José Carlos Mariátegui con el estandarte de la CGTP
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Grupo de obreros, intelectuales, amigos y familiares iniciando el recorrido por el Jr. Washington Izquierda, en primera fila se observa el estandarte de la Confederación General de Trabajadores del Perú - CGTP.
Archivo José Carlos Mariátegui
Cortejo Fúnebre delante del Club Nacional y el Teatro Colón
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
Cortejo fúnebre de José Carlos Mariátegui en la Plaza San Martín delante del Club Nacional y el Teatro Colón.
Variedades
Cortejo Fúnebre de José Carlos Mariátegui entrando a Paseo Colón
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Cortejo fúnebre de José Carlos Mariátegui en la última cuadra del jirón Washington, antes del Paseo Colón.
Variedades
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Anna Chiappe en su casa de Washington Izquierda 544, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe ante la tumba de José Carlos Mariátegui
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Anna Chiappe ante la tumba de José Carlos Mariátegui, quién fue enterrado en el Cementerio Presbítero Maestro.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con su hijo Javier Mariátegui
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Anna Chiappe con el menor de sus hijos Javier Mariátegui en su casa de Washington Izquierda 544, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Javier Mariátegui Chiappe, fotografía de Eguren
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Javier Mariátegui a unos cuantos meses de haber nacido captado por la cámara casera Pinhole de José María Eguren.
Eguren, José María
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Fotografía de Sigfrido Mariátegui Chiappe, segundo hijo de José Carlos Mariátegui, en su cada de Washington Izquierda 544, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Sandro, Sigfrido y José Carlos, hijos de José Carlos Mariátegui
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Fotografía de Sandro, Sigfrido y José Carlos, hijos de José Carlos Mariátegui, en su casa de Washington Izquierda 544, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Sigfrido Mariátegui Chiappe (II)
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Sigfrido Mariátegui Chiappe sentado en la mesa de su casa de Washington Izquierda 544, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con sus hijos Sandro, Sigfrido, José Carlos y Javier
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Anna Chiappe con sus cuatro hijos Sandro, Sigfrido, José Carlos y Javier en el patio de su casa de Washington Izquierda 544, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con sus hijos Sandro y Sigfrido (II)
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Anna Chiappe con sus hijos Sandro y Sigfrido en su casa de la Urbanización Leuro, Av. Shell Nº 198, Miraflores.
Archivo José Carlos Mariátegui
Sandro Mariátegui en el barrio del Leuro
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Sandro Mariátegui a la edad de dos años aproximadamente en la casa de la Urbanización Leuro, Av. Shell Nº 198, Miraflores.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con su hijo Sandro en el barrio del Leuro
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Anna Chiappe con sus hijo Sandro en la patio trasero de su casa de la Urbanización Leuro, Av. Shell Nº 198, Miraflores.
Archivo José Carlos Mariátegui
Sigfrido Mariátegui en el barrio del Leuro
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Archivo José Carlos Mariátegui
Sandro, Sigfrido y José Carlos en la casa de Washington Izquierda
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Hijos de José Carlos Mariátegui y Anna Chiappe: Sandro, Sigfrido y José Carlos en el patio de su casa de Washington Izquierda 544, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Hijos de José Carlos Mariátegui en Washigton Izquierda
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Sandro, Sigfrido y José Carlos Mariátegui Chiappe junto a Trinidad Millares en el patio de su casa de Washington Izquierda 544, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con sus hijos Sandro y Sigfrido en la casa de Washington Izquierda
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe sentada con sus hijos Sandro y Sigfrido en el patio de su casa de Washington Izquierda 544, Lima
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con su hijo José Carlos Mariátegui en la casa de Washington Izquierda
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Anna Chiappe sentada con su tercer hijo José Carlos Mariátegui en el patio de su casa de Washington Izquierda 554, Lima.
En la foto también aparece la Sra. Melchor quién fuera la suegra de Guillermina Mariátegui, hermana de José Carlos Mariátegui.
Archivo José Carlos Mariátegui
Javier Mariátegui sentado en su casa de Washington Izquierda
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
Javier Mariátegui Chiappe, segundo hijo de José Carlos Mariátegui, sentado en el patio de su casa de Washington Izquierda 554, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui Chiappe sostenido por Trinidad Millares
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El tercer hijo del Amauta, José Carlos Mariátegui Chiappe, sostenido por Trinidad Millares en el patio de su casa de Washington Izquierda 544, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui Chiappe sentado en su caballo de madera
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José Carlos Mariátegui Chiappe, tercer hijo de José Carlos y Anna, en su caballo de madera en el patio de su casa de Washington Izquierda 544, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Trinidad Millares, José Carlos Mariátegui Chiappe y Sandro Mariátegui
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
De pie Sandro Mariátegui Chiappe; sentada Trinidad Millares quien sostiene en su regazo al tercer hijo de José Carlos y Anna, José Carlos Mariátegui Chiappe.
La foto fue tomada en los interiores de la casa de Washington Izquierda 544, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Amalia La Chira Vallejos cargando a Javier Mariátegui Chiappe
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
Amalia La Chira Vallejos, madre de José Carlos Mariátegui, cargando al último de sus hijos; Javier Mariátegui Chiappe en el patio de su casa de Washington Izquierda 544, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Trinidad Millares sosteniendo a José Carlos Mariátegui Chiappe
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
En primer plano, Trinidad Millares sosteniendo en brazos a José Carlos Mariátegui Chiappeñ; al fondo, sentado en una silla, Sigfrido Mariátegui Chiappe, en el patio de su casa de Washington Izquierda 544, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui Chiappe de pequeño
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui Chiappe, tercer hijo de José Carlos y Anna. Se encuentra en un canasto de madera en los alrededores del patio de su casa de Washington Izquierda 544, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Javier Mariátegui Chiappe en el patio de la casa de Washington Izquierda
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
Javier Mariátegui Chiappe, último hijo de José Carlos y Anna. La fotografía se tomo en el patio de la casa de Washington Izquierda 544, Lima, donde vivió José Carlos sus últimos cinco años de vida.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe cargando a su hijo José Carlos M. Chiappe
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe sosteniendo a su tercer hijo José Carlos Mariátegui Chiappe; a su derecha, Sandro Mariátegui Ch., y a su izquierda su otro hijo, Sigfrido Mariátegui Ch.
En el fondo la mujer sentada es la la Sra. Melchor quién fuera la suegra de Guillermina Mariátegui, hermana de José Carlos Mariátegui.
Archivo José Carlos Mariátegui
Javier Mariátegui en su casa de Washington Izquierda (II)
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
Javier Mariátegui Chiappe, último hijo de José Carlos y Anna, vestido con un poncho y chullo.
La foto fue tomada en el patio de la casa de Washington Izquierda 544, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Javier Mariátegui en su casa de Washington Izquierda (III)
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
Javier Mariátegui Chiappe, último hijo de José Carlos y Anna, vestido con un poncho y chullo.
La foto fue tomada en el patio de la casa de Washington Izquierda 554, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Javier Mariátegui en su casa de Washington Izquierda (IV)
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
Javier Mariátegui Chiappe, último hijo de José Carlos y Anna, sentado y vestido con un poncho y chullo.
La foto fue tomada en el patio de la casa de Washington Izquierda 544, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe cargando a Javier Mariátegui Chiappe
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe cargando en brazos a su hijo Javier Mariátegui Chiappe, vestidos con un poncho y Javier con poncho y chullo.
La foto fue tomada en el patio de la casa de Washington Izquierda 554, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Hijos de José Carlos Mariátegui y Anna Chiappe
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
Los cuatro hijos de José Carlos y Anna: Sandro, Sigfrido, José Carlos y Javier Mariátegui Chiappe (a José Carlos Mariátegui le gustaba mucho configurar a cuatro hijos en forma de “escalera”); la mujer en la foto debe ser Trinidad Millares.
La foto fue tomada en el patio de la casa de Washington Izquierda 554, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Sigfrido y José Carlos Mariátegui Chiappe
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
Sigfrido Mariátegui y José Carlos Mariátegui, hijo de José Carlos y Anna, en el patio de su casa de Washington Izquierda 554, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con su hijo Sandro Mariátegui
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe y su hijo Sandro Mariátegui Chiappe.
Archivo José Carlos Mariátegui
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
Lima, 2 de diciembre de 1915
Sr. D. Ricardo Palma
Miraflores
Muy señor nuestro:
Habiéndose retardado su impresión y hallándose próxima a estrenar por la compañía española Casa en el Teatro Municipal, remitimos a usted una copia de nuestra obra teatral Las Tapadas que hemos querido dedicarle como un reverente homenaje.
Confiamos en que merecerá de usted benévola acogida y en que mirará usted en ella, antes que cualquier mérito literario, que no lo tiene, una devoción sincera a las cosas del pasado que las maravillosas tradiciones exaltaron.
Nos suscribimos de usted attos y S.S.
Julio de la Paz
Juan Croniqueur
Paz, Julio de la
Carta a Bertha Molina (Ruth), [1916]
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
[Transcripción literal]
Dulce Amiga
Merezco tu reproche. Pero no creas que te olvido. Yo no se bien como excusarme ante ti por mi silencio. La mejor y mas sincera excusa es imprecisa: "Se me han pasado los días. No me han dejado escribirte".
He tenido también que resolver en estos días una cuestión importante. La he resuelto sin pensarla. Es así: He aceptado la propuesta de "El Tiempo" para encargarme del [ilegible] de redactor político. No me vuelvas a [...]cribir a "La Prensa". Escríbeme a "El Tiempo" . No sé que número tiene la casilla. Pon solo: Casilla de "El Tiempo"
Hoy renuncio mi puesto de la Prensa. Voy a hacer un telegrama al Dr. Durand.
Hasta ayer tuve este problema: ¿La Prensa, El Tiempo o el diario de Cisneros? No sé si lo he resuelto bien. ¿Cuando resuelvo muy bien las cosas.
Mis cartas a X se publicarán en "El Tiempo"
¿Que te parece Ruth esto?
No he tomado consejo a nadie
En La Prensa me inicié, me forme, pueda que mi primer artículo. La quiero. La dejo porque desde el cambio de director ha perdido su ambiente y me siento ahi un poco extraño. Los que asistieron a mi iniciación y la atentaron, los que me egrieron, se fueron ya. Me voy también por ambición. Si "El Tiempo" surge, es un gran porvenir para mi.
No te escribo mas. Estoy nervioso. Me apena dejar esta casa donde empecé a trabajar. Así [...] la vida. Así dejaré un día mi país.
[ilegible] largo
Te recuerdo
José
José Carlos Mariátegui La Chira
Carta a Bertha Molina (Ruth) [2/1916]
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
Amiga mía:
Estas son las cuartillas en que escribe a veces Juan Croniqueur. No tengo a mano la Underwood donde tanta ayuda encontré. Produje en ella mucha prosa. Versos nunca. Son cosas incompatibles.
Le escribo a Ud. desde el Convento de los Descalzos, Esta mañana he venido aquí porque el padre Aramburú me había invitado y porque es plácida, grata, dulce y reconfortante esta soledad. Me acompaña un artista, cuyo espíritu es selecto y comprensivo. Y he venido también para escribir. Y he venido también para escribir una novela corta, un cuento que será el primero de los que voy a reunir en un libro. Quiero publicar primero este libro de cuentos, para ratificar mi personalidad como prosista. Mi prosa es más accesible a la inteligencia del público que mis versos. Estos son muchas veces abstrusos, exotéricos, extravagantes. Responden a complejos estados de alma y no es posible entenderlos sin conocerme. Son pocas las personas que gustan mucho de ellos. El Conde de Lemos, More, yo, escasas gentes mas. Yo amo y admiro mis versos. ¡Los siento tan sinceros y tan hondos! Sé que no he apresado en ninguno de ellos toda mi emoción artística, toda mi sensación íntima y esto me atormenta. Tal vez en uno de ellos que llamé "Viejo reloj amigo..." apresé toda mi visión.
Por este motivo, mi libro de versos no aparecerá antes de seis meses. Me preocupa la cuestión del prólogo. Busco entre los literatos cuajados, uno bastante comprensivo. Y he pensado en Luis Fernán Cisneros. El lo hará con gusto y bien.
Repito que he venido para escribir una novela corta. Tendrá francos y tibios perfumes de voluptuosidad y de amor. Y por eso he buscado este asilo místico. Es una paradoja. Hoy inquiero la voluptuosidad del misticismo y mañana, tal vez, el misticismo de la voluptuosidad, ¿Gusta usted de las cosas paradojales? Yo las amo mucho.
Conforme le prometí, tuvo Ud. ayer mi recuerdo en el lunch. Mi brindis íntimo fue por Ud. Me rodearon amigos leales. Faltaron todos los que temen las actitudes rebeldes y se asustan ante el fantasma del poder y la influencia de los monos de la casa de Pando. Me enviaron su adhesión personas altísimas cuyo aplauso me enorgullece. Guardo para mí sus nombres que he sustraído la publicidad. También he sustraído a la publicidad mis frases de agradecimiento.
Tuve el propósito de renunciar al agasajo. No lo hice porque no se tuviera asidero para acusarme una vez más de pose o teatralidad.
¿Por qué soy triste? ¿Quién sabe nunca el origen de estas cosas? Mi tristeza tiene vieja genealogía. Mi alma está de antiguo triste porque el dolor es la verdad única de la vida. Pero el dolor y la tristeza son cosas voluptuosas que hacen a veces al espíritu más bien que la alegría y el optimismo.
Aquellas son...
José Carlos Mariátegui La Chira
Carta a Bertha Molina (Ruth), 4/2/1916
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
[Transcripción literal]
Lima, 4 de febrero
Srta Ruth.....
Pte.
Amiga mía:
La segunda carta de usted no tiene la simpática familiaridad de las últimas líneas de la primera. No me trata como quisiera tuteándome. Esto no es razonable. Confío en que su inteligencia evitará en que reincida usted en tal desacierto. Yo tendré gran satisfacción en decirle también tú. Pero es galante que Ruth dé el ejemplo.
Efectivamente le escribí algunas líneas al correo. Muy pocas. Siento que se hayan extraviado. I opto por garantizar mejor la remisión de esta carta. Esto le demostrará que su persona me inspira mucho interés. En sus cartas hay huellas de una alma grande que lleva en sí la gran virtud de la sugerencia. Este valor espiritual no es corriente. Creo que entre estas gentes como entre todas las de la tierra abundan las que poseen inteligencia y aún talento. Faltan almas exquisitas, almas sutiles, almas diáfanas. Sobran las almas bastas, las almas turbias, las almas groseras. Yo conozco, como es natural, muchos hombres de talento grande o mediano. Conozco muy pcos de alma exquisita. Entre los mejores literatos es raro hallarlos. A lo mejor nos lastima una grosería espiritual de ellos.
Por eso me seduce el encanto que hay en sus líneas muy sencillas pero muy sugerentes. De otro modo no le dedicaría la atención de ocuparme de sus cartas y responderlas con todo cariño. A diario recibo anónimos en que me elogian ó zahieren. I enseguida los rompo. No pocas veces me hacen reir y esto ya es algo.
No tiene usted nada que agradecerme y yo si mucho. El hecho de que el Conde de Lemos y yo hallamos despertado su atención es indicio de que usted es un espíritu comprensivo. Por lo regular opinan de ambos que somos extravagantes.
Mañana le escribiré. No quiero hacerlo sin saber que esta carta haya llegado a sus manos.
Tengo mucha intuición,- es casi lo único que tengo y puedo afirmarle que sé ya quien es usted. Si no lo sé bien, mi sospecha será en cualquier momento una certidumbre. Si usted tuviera la delicadeza de enviarme un retrato me haría un regalo exquisito. Espero que fiará en mi discreción. Las almas bastas que andan en rededor mío como en rededor de todos, no merecen que llegue a su conocimiento esta correspondencia sentimental.
Ahora me hostigan llamadas y exigencias menudas.
En el lunch que me dan algunos amigos me acordaré mucho de usted.
Voy á releer su carta que es simpatiquísima.
Su amigo
Juan Croniqueur
[manuscrito]
Post Data: No quería escribirle a máquina. Pero Juan Croniqueur es solemne flojo. Perdónelo no su gracia a la post-data.
José Carlos Mariátegui La Chira
Carta a Bertha Molina (Ruth), 28/2/1916
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
[Transcripción literal]
A Ruth:
He leído con mucho interés su carta. Y la he releído con más interés acaso. Deseo que tenga usted la gentileza de pedir una carta mía en el correo. El Conde de Lemos, de quien me hablan usted, tambien me ha confiado que la ha escrito al correo, respondiendo otra inquietante carta suya. Soy ya su amigo.
José Carlos Mariátegui La Chira
Carta a Bertha Molina (Ruth), 9/3/1916
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
[Transcripción literal]
Lima, 9 de marzo de 1916
Srta Ruth
Pte.
Amiga mía:
Le he escrito dos cartas utilizando el "expreso". Una el sábado y otra ayer. ¿Se habrá perdido? Reclámelas. Han sido escritas a esta misma dirección.
No interrumpir esta dulce que tiene tanto sabor de misterio y romanticismo.
Siga siendo buena Ruth incógnita.
Yo guardaré el secreto de sus confidencias.
Y ud también.
Su amigo
Juan Croniqueur
José Carlos Mariátegui La Chira
Carta a Bertha Molina (Ruth), 16/3/1916
Part of Fondo José Carlos Mariátegui
[Transcripción literal]
Lima, 16 de marzo de 1916
Amiga mia :
Temía ya que tu,- a mi pesar la Underwood ha querido escribir usted-,cortaras el encanto de esta romántica y dulce correspondencia quo tu iniciaste. I me ha consolado grandemente que hayas vuelto a escribirme tú que tuviste la piadosa acción de visitar mis soledades y traer á ellas el perfume de tu palabra misteriosa. Porque yo, que trabajo en un gran diario, que estoy rodeado de
gentes de toda clase, que me ves en sucesivos cerrillos literarios, que distraigo las horas entre el Palais y los teatros, que vivo
con tanta intensidad, tengo la convicción de que estoy solo y de que toda esta es una atmósfera artificial en la que nadie me acompaña de veras.
I sigo creyendo que tu alma es grande y luminosa y comprensiva. Ya la he sentido en tus cartas y no sé equivocarme.
No acepto que supongas que mi intuición fracasará en cuanto á tu persona. No fracasará ahora ni fracasa nunca. Es
solo que no quiero violentar tu secreto y ansío que tú sola adquieras la confianza bastante para decírmelo. Tendría una gran felicidad ante esta revelación espontánea y cariñosa y no la tendría ante un descubrimiento que te mortificase. Espero que tu sola llegues á mi soledad sin el ambozo del incógnito, pero no hará poda por despojarte de él, porque repugnaría á mi delicadeza espiritual.
Tu ves, sin embargo, que debía resistirme á seguir jugando en condiciones desiguales. Tu me conoces, Juan Croniqueur firma estas cartas; en cambia tu eres una incógnita y solo Ruth suscribe las tuyas.
Quiero, no obstante, respetar tu resolución, pero con la seguridad de que tu misma te dictarás una conducta mas franca y amistosa.
Las líneas en que me decías que no te sería posible enviarme tu retrato me desagradaron Ruth. Pero luego aquella post-data consoladora me ha desagraviado y me tiene esperando la solicitada fotografía que tendrá para mi el don de todas las sugerencias, en las horas de recogimiento en que otras reliquias y otros recuerdos resultan vulgares.
Hay selección en tus xxxxxxxx libros. Creo, á pesar de todo, que debías evolucionar de Ricardo León y de ViIlaespesa á los novelistas y poetas franceses y en cuanto puedas á los rusos y escandinavos. Todo lo que hay en nuestra raza de grosería espiritual, de basteza del alma, lo tenemos de los españoles que tienen muchas virtudes pero que en este siglo tienen muchísimos mas defectos. Es un pecado original de la raza del cual solo podemos redimirnos los que lo queremos, persiguiendo á toda costa, nuestra
selección progresiva de espíritu.
Guardo todas tus cartas. La primera la rompí sin fijarme con otros anónimos, pero enseguida, me di cuanta de la profanación y recogí hasta, el último fragmento.
Si quieres ser mas buena, háblame por telefono. Te doy mi palabra de honor do que no haré nada por descubrirte, quiero que la mas leve prueba de confianza tuya sea espontánea. Te lo repito. Yo llego á la imprenta -524- á las 10 y media u once y estoy hasta las 12 u doce y media. I en las tardes, de tres á cinco. En las noches, también, á las 9 aunque por breves ratos. Es, sin embargo, hora discreta.
Aguarda tu visita
Juan Croniqueur
José Carlos Mariátegui La Chira