Foto 02: Familia de José Carlos Mariátegui
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- Item
- 1868
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
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Foto 02: Familia de José Carlos Mariátegui
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Miguel y Noemí con Mariátegui y otros amigos en el Bosque Matamula (V)
Parte de Miguel Adler (Fondo)
Miguel y Noemí, José Carlos Mariátegui en el bosque Matamula, acompañado de familiares y de amigos.
De izquierda a derecha: José Malanca, Noemí Milstein, José Carlos Mariátegui, Miguel Adler, Amalia La Chira, Carmela Andreu, prima de Amalia Cavero.
Niños de izquierda a derecha: José Carlos (hijo), Amalia Cavero (hija de Guillermina), Sandro Mariátegui y Sigfrido Mariátegui.
Adler, Miguel
José Carlos Mariátegui en su silla de ruedas
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui en su silla de ruedas tomada en octubre de 1928.
Malanca, José
José Carlos Mariátegui convaleciente en su casa del Leuro
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui convaleciente en su casa de Leuro, Miraflores.
De izquierda a derecha: Delfín Lévano, Enrique Cornejo Köster, José Carlos Mariátegui, sus médicos y Juan Colfer.
Autor Desconocido
La crisis dinástica rumana. El 3er. Congreso Internacional de la Reforma Sexual
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
La crisis dinástica rumana
Cuando Maniu, líder de una gran agitación popular, asumió el poder en Rumania como jefe del gabinete, muchas voces expectantes le pidieron, desde todas las latitudes de la democracia, que arrancara con mano firme las raíces de la feudalidad contra la cual insurgía su pueblo. Pero Maniu, como la gran mayoría de los jefes de pequeña burguesía, no es un político dispuesto [a] llevar a sus últimas consecuencias su programa. Entre barrer definitivamente la monarquía y gobernar como su cancillar, juzgó más discreto este último partido. Hoy, la dinastía, que llegara a un grado tan estrecho y patente de mancomunidad con la política reaccionaria de los Bratianu, se siente bastante fuerte para intentar la ofensiva contra el gobierno de Maniu. El nombramiento de un nuevo miembro del Consejo de la Regencia ha provocado un conflicto entre la dinastía y el gobierno, que plantea pese a la voluntad de Maniu, la cuestión monárquica. La reina María, según los cablegramas, se muestra combativa. Ella y su corte sueñan, seguramente, con la restauración de un regimen policial como el sedicentemente policial de los Bratianu, que les devuelva todos sus fueros. Las aspiraciones populares reconocen como su más irreconciliable adversario el poder aristocrático.
También según el cable, Maniu ha hecho protestas de lealtad al orden monárquico. Pero él mismo lo sabe, probablemente, hasta qué punto los acontecimientos le permitirán ser fiel a ese empeño. Toda la política de Rumania, de los años de post-guerra, se reduce en último análisis a la afirmación de los derechos y sentimientos populares contra los privilegios de la aristocracia. El pueblo no tiennde a otra cosa que a la liquidación de la feudalidad. Y este es un resultado de que la política de los partidos y estadistas monárquicos se muestra impotente de obtener. La reforma agraria no ha resuelto la cuestión social rumana. Pero ha fortalecido social y políticamente al campesinado, a cuya fuerza, enérgicamente rebelada contra la dictatura de Bratianu, tan cara a la reina María, debe Maniu la jefatura del gobierno.
El 3er. Congreso Internacional de la Reforma Sexual
Nunca se debatió, con la libertad y la extensión que hoy la cuestión sexual. El imperio de los tabús religiosos reservó esta cuestión a la casuística eclesiástica hasta mucho después del Medio Evo. La sociología restituyó, en la edad moderna, al régimen sexual la atención de la ciencia y de la política. Se ha cumplido, en el curso del siglo pasado, algo así como un proceso de laicización de lo sexual, Engels, entre los grandes teóricos del socialismo, se distinguió por la convicción de que hay que buscar en el orden sexual la explicación de una serie de fenómenos históricos y sociales. I Marx extrajo importantes conclusiones de la observación de las consecuencias de la economía industrial y capitalista en las relaciones familiares. Se sabe la importancia que para Sorel, continuador de Proudhon en este y otros aspectos, tenía este factor. Sorel se asombraba de la insensibilidad y gazmoñería con que negligían su apreciación estadistas y filósofos que se proponían arreglar: desde su nacimiento, la organización social. En la preocupación de la literatura y del arte por el tema del amor, veía un signo de sensibilidad y no de frivolidad como se inclinaban probablemente a sentenciar graves doctores.
Pero la universalización del debate de la cuestión sexual es de nuestros días. A mediados de setiembre se ha celebrado en Londres el 3er. Congreso Internacional de la reforma sexual, en el que se han discutido tesis de Bernard Shaw, Bertrand Russel, Alexandra Kollontay y otros intelectuales conspicuos. Este congreso ha sido convocado por la “Liga Mundial para la reforma sexual”, fundada en el segundo congreso, en Copenhague en julio del año último. En el segundo congreso se consideraron las cuestiones siguientes: reforma del matrimonio; situación de la mujer en la sociedad; control de los nacimientos; derecho de los solteros; libertad de las relaciones sexuales; eugenesia; lucha contra la prostitución y las enfermedades venéreas; las aberraciones del deseo; establecimiento de un código de leyes sexuales; necesidad de la educación sexual. En el tercer congreso, se ha discutido ponencias sobre sexualidad y censura, la educación sexual, la adolescencia, la reforma de la unión marital, el aborto en la URSS, etc.
No habrá dentro de poco país civilizado donde no se estudie y siga estos trabajos por grupos, en los que será siempre indispensable y esencial la presencia de la mujer. Los estadistas, los sociólogos, los reformadores del mundo entero se dan cuenta hoy de que el destino de un pueblo depende, en gran parte, de su educación sexual. Alfred Fabre Luce acaba de publicar un libro “Pour une politique sexuelle”, que en verdad no propugna una idea absolutamente nueva en esta época de la URSS y de la Liga Mundial por la reforma sexual. El Estado soviético tiene una política sexual, como tiene una política pedagógica, una política económica, etc. I los otros Estados modernos, aunque menos declarada y definida, la tiene también. El Estado fascista, imponiendo un impuesto al celibato y abriendo campaña por el aumento de la natalidad, no hace otra cosa que intervenir en el dominio antes privado o confesional, de las relaciones sexuales. Francia, protegiendo a la madre soltera y situándose así en un terreno de realismo social y herejía religiosa, hace mucho tiempo que había sentido la necesidad de esta política.
No se estudia, en nuestro tiempo, la vida de una sociedad, sin averiguar y analizar su base: la organización de la familia, la situación de la mujer. Este es el aspecto de la Rusia soviética que más interesa a los hombres de ciencia y de letras que visitan ese país. Sobre él se discurre, con prolija observación, en todas las impresiones de viaje de la URSS. Singularmente sagaces son las páginas escritas al respecto por Teodoro Dreisser y Luc Durtain.
I la actitud ante la cuestión sexual es en sí, generalmente, una actitud política. Como lo observará inteligentemente hace ya algunos años nuestro compatriota César Falcón, Marañón, desde que condenara el donjuanismo, había votado ya contra Primo de Rivera y su régimen.
José Carlos Mariátegui La Chira
Reproducción fotográfica de José Carlos Mariátegui y Julio César Mariátegui
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
En la foto aparecen: José Carlos Mariátegui sentado y su hermano Julio César.
Al reverso de la imagen con letra de su madre, Amalia dice:
"Jose y Julio Mariátegui"
Gómez Villalobos, A.
José Carlos Mariátegui en el asiento delantero de su carro
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui en el asiento de su carro llegando a la playa La Herradura, Chorrillos.
Sal y Rosas, Federico
Sandro Mariátegui en la cubierta del barco Negada (III)
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Sandro Mariátegui, con un año y medio de edad, en la cubierta del barco Negada con destino a Perú.
Anna Chiappe con su hijo Sandro en Roma
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con el pequeño Sandro Mariátegui en la terraza del departamento donde vivían con José Carlos, en Via della Scrofa no. 10 int. 5., Roma.
Archivo José Carlos Mariátegui
Sandro Mariátegui recién nacido (II)
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
El hijo mayor de José Carlos Mariátegui, Sandro, en la terraza del departamento donde vivían Anna y José Carlos, en Via della Scrofa no. 10 int. 5., Roma.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con Sandro Mariátegui en la cubierta del barco Negada
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con su hijo Sandro Mariátegui en la cubierta del barco Negada con destino a Perú.
Archivo José Carlos Mariátegui
Sandro Mariátegui recién nacido
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Sandro en su carriola, en la terraza del departamento donde vivían Anna y José Carlos, en Via della Scrofa no. 10 int. 5., Roma.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe en Roma 1922 (II)
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe en la terraza de su casa de la Vía della Scrofa 10, Roma en febrero de 1922.
Archivo José Carlos Mariátegui
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe en la terraza de su casa de la Vía della Scrofa 10, Roma en 1922.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe descansando en el cubierta del barco Negada
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe, de perfil, sentada en la cubierta del barco Negada con destino a Perú.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe en la cubierta del barco Negada
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe sentada en la cubierta del barco Negada con destino a Perú.
Archivo José Carlos Mariátegui
Sandro Mariátegui en la cubierta del barco Negada (II)
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Sandro Mariátegui Chiappe con un año y medio de edad en un columpio del barco Negada con destino al Perú.
Archivo José Carlos Mariátegui
Sandro Mariátegui y Anna Chiappe
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Sandro Mariátegui en la cubierta del barco Negada regresando junto con sus padres a Perú.
La mujer que aparece en la foto es su madre Anna Chiappe.
Archivo José Carlos Mariátegui
Sandro Mariátegui en la cubierta del barco Negada (I)
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Sandro Mariátegui con un año y medio de edad en la cubierta del barco Negada regresando con sus padres a Perú.
Archivo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui con Anna Chiappe y otros viajeros
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui con Anna Chiappe y otros viajeros, en la cubierta del barco Negada de regreso al Perú, marzo de 1923.
Archivo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui con su hijo Sandro M.
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui y su pequeño hijo Sandri en la terraza de su casa de la Via della Scrofa, Roma, 1922.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con su hijo Sandro Mariátegui (I)
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Fotografía tomada por José Carlos Mariátegui, quién escribió la siguiente leyenda:
José Carlos Mariátegui La Chira
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe en la terraza de su casa de la Vía della Scrofa 10, Roma en 1922.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe en Villa Pescatore
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe en Villa Pescarote a 25 Km. de Roma.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con su hijo Sandro Mariátegui
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe y su hijo Sandro Mariátegui en la terraza de su departamento en Via della Scrofa no. 10 int. 5., Roma.
Archivo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui junto a Anna Chiappe y su hijo Sandro M.
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui junto a Anna Chiappe y su hijo Sandro Mariátegui en la terraza de su departamento en Via della Scrofa no. 10 int. 5., Roma.
Archivo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui en 1922
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui en retrato de estudio.
Con su letra: Roma, 19 de febrero de 1922, José.
Archivo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui, Anna Chiappe, su hijo Sandro y César Falcón
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui junto a Anna Chiappe, su hijo Sandro y, César Falcón y una amiga de él.
Archivo José Carlos Mariátegui
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Copia fotográfica de Anna Chiappe a los 23 años de edad en Roma.
Archivo José Carlos Mariátegui
Reproducción fotográfica de José Carlos Mariátegui antes de partir a Europa
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Retrato de José Carlos Mariátegui tomado por el fotógrafo Diego Goyzueta, a pedido de su madre Amalia, antes de viajar a Europa.
Goyzueta, Diego
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Foto 11: Maria Amalia La Chira Vallejos
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Ugarte, Luis G.
Foto 10: Guillermina Mariátegui La Chira
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Foto 08: María Amalia La Chira Vallejos
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Foto 07: Julio César Mariátegui La Chira
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Ugarte, Luis G.
Foto 06: Guillermina Mariátegui La Chira
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
La Torre & Cia
Foto 05: Julio César Mariátegui La Chira
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Ramos, Jesús
Carta de Artemio Ocaña, 24/9/1922
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Lima, 24 de setiembre de 1922
Señor J. C. Mariátegui
Querido amigo:
Hace algún tiempo que no tengo noticias de Ud. por consiguiente tampoco de Anita ni del piccolo Sandro Tiziano; ansío vivamente que todos Uds gocen de perfecta salud por esas tedescas ciudades que hoy visitan. Yo estoy bien de salud y con muchas perspectivas de mejorar mi situación económica, pues, tengo algunos proyectos a la vista, y creo que algunos de ellos , será una realidad en breve tiempo. Para entonces podré cancelar en parte la deuda que tengo contraída con Uds.; digo en parte, porque humanamente me sería imposible pagar aquella inmensa deuda de gratitud que debo a Uds., mis buenos y nunca olvidados amigos generosos.
Le he escrito varias cartas y hasta la fecha no tengo todavía respuesta. Tan solo he recibido algunas postales de diferentes ciudades tedescas.
Supongo que ya estará Ud. batiéndose con el alemán; lo mismo que mi comadre Anita.
Yo todavía siento la nostalgia de Europa y no pierdo la esperanza de regresar, pero regresar con mi dinero, porque con el del gobierno ya sé por experiencia cuánto se sufre.
Lima la misma, con sus chismes e intrigas de comadre.
El gobierno siempre firme, todas las pequeñas tentativas revolucionarias, se estrellan contra la roca inamovible que hoy representa el Gobierno de Leguía. El país ha progresado bastante en estos dos últimos años y hay grandes proyectos ferroviarios que en época no lejana dará un enorme impulso al progreso del país.
Sé que ayer ha llegado el Dr. Osores con su familia.
Don Pedro no ha cambiado nada es el mismo de siempre con las mismas costumbres y mañas de toda la vida. Es el mismo niño Goyito: flojo, renegón y conchudo. De regreso con genio y figura hasta la sepultura.
Cabral y señora me encargan se saludarlo; ya tienen una encantadora muñequita, se llama Pilar.
Querido Mariátegui, soy de Ud. como siempre su constante amigo y admirador.
Sin más por el momento se despide su atto y S?S
[Firma de Artemio Ocaña]
P.D. Mis más cariñosos recuerdos para mi comadre Anita y para el Piccolo Sandro.
Ocaña, Artemio
Sigfrido Mariátegui en el barrio del Leuro
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con su hijo Sandro en el barrio del Leuro
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con sus hijo Sandro en la patio trasero de su casa de la Urbanización Leuro, Av. Shell Nº 198, Miraflores.
Archivo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui en la playa La Herradura
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui junto a Anna Chiappe y amigos bañándose en la playa La Herradura, Chorrillos.
De izquierda a derecha: Manuel Hilario Pozo, José Carlos Mariátegui, Anna Chiappe, Trinidad Millares y su hijo Sandro Mariátegui.
Florez, Ricardo E.
Anna Chiappe con su hijo Javier Mariátegui Chiappe
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con el menor de sus hijos Javier Mariátegui Chiappe, en el patio de su casa de Washington Izquierda 554, Lima.
Malanca, José
Anna Chiappe junto a sus cuatro hijos
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe junto a sus cuatro hijos en el patio de su casa Washington Izquierda 554, Lima.
De izquierda a derecha: Javier Mariátegui, Jose Carlos Mariátegui, Anna Chiappe, Sigfrido Mariátegui y Sandro Mariátegui (detrás)
Malanca, José
En la playa de la Herradura con toda la familia
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
En la playa de la Herradura, Chorrillos junto con toda su familia.
De izquierda a derecha: Anna Chiappe, Javier Mariátegui Chiappe, José Carlos Mariátegui Chiappe, Sandro Mariátegui Chiappe, Cecilia de Vitali, Sigfrido Mariátegui Chiappe y Trinidad Millares.
Florez, Ricardo E.
Anna Chiappe y su hijo Javier en la playa La Herradura
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe junto a su menor hijo Javier Mariátegui en la playa La Herradura, Chorrillos.
Florez, Ricardo E.
José Carlos Mariátegui con sus hijos Sandro y Javier
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui con sus hijo mayor Sandro y el menor Javier sentado en sus piernas, en el patio de su casa de Washington Izquierda 554, Lima.
Variedades
Sandro, Sigfrido, Jose Carlos y Javier jugando en el patio de casa
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Los hijos de José Carlos Mariátegui y Anna Chiappe, Sandro, Sigfrido, José Carlos y Javier; jugando en el patio de su casa de Washington Izquierda 554.
Archivo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui en 1930
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui sentado en su silla de ruedas. Posiblemente una de sus últimas fotos en marzo de 1930.
Anna Chiappe en la casa de Washington Izquierda
Parte de Fondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe en la casa de Washington Izquierda 554, días después del asalto del 18 de noviembre.
Malanca, José