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Diario El Comercio (Cuzco)
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Carta de Lucas Oyague, 22/11/1928

Cuzco, 22 de noviembre de 1928
Señor José Carlos Mariátegui.-
Lima.
Mi querido e inolvidable José Carlos:
Tengo que comenzar por agradecerle el generoso envío de su carta y su libro. Si fuera usted un frívolo lo felicitaría por los 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana. Pero no. Hay que felicitar al Perú, de que en estos momentos en que se van rifando todas las conciencias, se hace vil mercadería delas ideas y del intelectualismo, permanezca usted como el baluarte de la fe en mejor vida con pureza, que no todo se consigue de las arcas fiscales ni mendigando favores de los señores del poder. ya sea poder político o poder económico.
Si el Perú se salva de este naufragio es porque hay el hombre justo, es porque está usted. Yo lo puedo decir eso mejor que nadie. Y de ahí que en cuanta ocasión se me presenta por estos territorios donde no faltan tipos que pretenden opacar nobles figuras buscando como los perros los muladares y rastreando de los cementerios cosas muertas por pretéritas, yo grité como hay en Lima una figura cuya claridad espiritual y cuyo ejemplar camino por la vida, debe ser imitado.
Cada día, en todo momento me siento como nadie, cerca muy cerca de usted. Como han pasado los años. "El Tiempo". "La Razón". Europa. La exposición de don Pedro de Aliaga. "Información", luego la tragedia. Sin embargo no todo es dolor en la vida. Comenzando por la identificada comprensión de su hogar, cosa difícil de hallarse siempre, hasta el respeto que se me tiene en los puestos adversos como la admiración general a su vida y a su obra, significa querido José Carlos, que no se ha arado en el mar.-
Le doy las gracias por la nota que a puesto a favor de Luis Velasco Aragón. Eso es la sintétis de todo el artículo extenso. La nota refleja el espíritu del escrito que era lo que se quería.
El nuevo formato de "Amauta" es mucho más conveniente y permite coleccionar tan interesante revista histórica en forma muy manuable. El precio ha resistido un poco a las gentes, pero con la propaganda que estoy haciendo en "El Comercio" se va ganando el recelo del público.
Hoy no ha llegado mantequilla del valle, pero para el próximo correo le haré una remesa para mi compadre Sandro, que seguramente no me olvidará. Hoy le envío una libras de chocolate.
Ruegole presente a la señora Anita mis más afectuosos saludos y usted reciba un emocionado abrazo de su viejo amigo que siempre lo recuerda.
Lucas Oyague

Oyague, Lucas

Carta de Lucas Oyague, 14/4/1929

Cuzco, 14 de abril de 1929
Señor José Carlos Mariátegui.-
Lima.
Mi querido José Carlos ;
He estado, ausente a encargo del diario, por los departamentos de Puno y Apurímac, a eso se debe que solamente ahora le escriba, respondiéndole a su carta del 21 de enero. Además, era necesario establecer una cosa completamente clara y que hace aparecer la verdad disfrazada.
Valcárcel no se debe quejar de mi antes; ahora ya no tendría porque. La Librería Los Andes, era unicamente administrada por mí. Los dueños son los doctores Luis E. Valcárcel, Rafael Aguilar, Victor M. Guillén y Guillermo Alvarez Yepez, yo pues no era dueño y por lo tanto no debía absolutamente nada. Precisamente en vista de que los dueños del negocio se escudaban en muchas cosas traz de mi haciéndome blanco de mortificaciones, me he separado de la librería al 31 de marzo. Actualmente la administra uno de los socios, el doctor Guillermo Alvarez Yépez.
De otra parte, la librería tiene su recibo de cancelación al doctor Valcárcel hasta el número 16, debe a estos días, cuatro números y las facturas de libros. Me parece que debe usted apremiar a Valcárcel en el sentido de que siendo él, el mayor accionista de Los Andes, como permite que se le demore tanto el pago de "Amauta" y sus ediciones. Creo pues que con lo que le expreso puede quedar completamente aclarado el que yo personalmente no debo nada a "Amauta".- La librería "Los Andes” ya no está bajo mi administración y no es de mi propiedad, ni la ha sido nunca, yo fui el fundador por que di la iniciativa ,pero nada más. Actualmente
estoy completamente desligado de ella.-
Y con lo anteriormente sucedido he quedado convencido de lo malo que son las sociedades. Como tengo algún tiempo, alguna facilidad que me dará "El Comercio", pienso de unos meses establecer una Biblioteca Internacional, para vender libros; distribuyéndoles en los lectores de toda la región, precio ventajosos. Y ese es mi proyecto.-
Y queda a un lado eso. Dígame usted como está sus salud; como está la señora Anita y los ñaños. Qué proyectos tiene usted, en los cuales yo pueda cooperar personalmente, y entonces sí sea responsable. ¿Se organizan las fuerzas socialistas? ¿Cree usted, que ya es tiempo?, ¿Necesita usted datos concretos y confidenciales de hombres?. Ya sabe usted que estoy por entero a sus ordenes. No hay aquí en Cuzco, su libro "La Escena Contemporánea", que usted me firmó cuando yo y Cox, fuimos los primeros en tenerlo, pues nuestra común amiga la señorita Lastenia Guzmán y Valle, lo tiene todavía y no ha habido manera que lo devuelva. Si le es posible enviarme un ejemplar, yo le estaré muy agradecido.
Presentele usted a toda su familia mis afectuosos recuerdos y usted reciba el emocionado abrazo de su viejo.
Lucas Oyague.

Oyague, Lucas

Carta de Carlos Ríos Pagaza, 4/3/1926

Cuzco, 4 de marzo de 1926
Señor
José Carlos Mariátegui
Lima
Querido y muy recordado compañero:
Recién me es posible, agradecerle vivamente por el envío de su hermoso, interesantísimo libro: La Escena Contemporánea, que lo he leído con deleite, con emoción, admirando lo interiorizado que se halla Ud. en todos los problemas que agitan el mundo en esta torturante época que nos ha tocado vivir. Muy pronto y detenidamente, sin querer salir del paso, con cuatro frases mal hilvanadas, publicaré en El Comercio, diario que dirijo en ésta, una impresión sobre su obra primigenia, digna de su talento y amplia, amplísima, bien cribada cultura.
También muy pronto, realizaré una activa propaganda en favor de la editorial que Ud. dirige, enviándole cuanto sobre ella publique. Antes, no he hecho nada, por exceso de trabajo, por un serio quebranto de salud que sufrí hace poco y porque muy burguesamente, me preparo para colacionarme en Derecho y así conquistar un arma, que vale mucho, en una seudodemocracia como la que nos alberga y en la que se miden los hombres, más que por su capacidad, por los títulos que ostentan.
Supe que un señor Latorre se hizo cargo de la agencia de Minerva, pero a los pocos días fue conducido preso a Lima. Si Ud. gusta, puedo yo encargarme de ella. Indique y en detalle, las condiciones. Sobre cualquier otra persona del Cuzco, ofrezco la ventaja de poseer un diario en el que pueda hacer intensa propaganda y conquistar muchos suscriptores.
Igualmente, le manifiesto que tengo casi listo un tomo de novelas andinas. Dígame, podría publicarlo la editorial que dirige y en qué condiciones. Estoy seguro que la lectura de esas narraciones, le gustarían mucho, de veras. El mujik peruano, el bronce andino, está presentado en ellas, al desnudo, con sus vicios y supersticiones, prácticas, creencias, costumbres más típicas y también su dominador, el gamonal. Luego, el paisaje tiene su lugar en esas fábulas, ya que hay mucho de panteísmo en las creencias indígenas y el cobre andino está vivamente influido del medio telúrico que lo rodea.
Posiblemente, dos o tres de esas narraciones aparezcan antes en La Prensa de Buenos Aires donde he logrado obtener un contrato ventajoso, pero yo quisiera que mi primer libro aparezca en mi tierra, como un homenaje a la pequeña patria que se llama el Perú. Después, ya vendrán otras editoriales. Todo es cuestión de tiempo, de propaganda y una voluntad siempre en tensión vigilante, obrando y reobrando perennemente.
Haga suya, muy suya, la viva simpatía espiritual, de su antiguo compañero de labores y leal amigo,
Carlos Ríos Pagaza

Ríos Pagaza, Carlos

Carta de Lucas Oyague, 12/2/1930

Cuzco, 12 de febrero de 1930
Señor
José Carlos Mariátegui
Lima.-
Mi muy estimado y recordado José Carlos:
Muchas cosas tantas que no cabrían en esta carta impidieron verlo en mi última larga estada en Lima. Dos meses y medio casi en la calle; mi familia allá también y ante el peligro de quedar sin trabajo, en un conflicto económico, después enfermos mis hijos y yo pobre. En fin, una media tragedia en parte.
Supe si casi todos los días, ya por Posada, más frecuentemente como por Luciano Castillo de que estaba usted bien. En su casa toda la familia la pasaba sin nada extraordinario. Esto me consolaba. Su amigo más cercano en las emociones, en los dolores, en los procesos suyos, pero ausente en la realidad de estrecharse las manos y examinarse objetivamente se satisfacía de ese su buen estado.
Ahora la escribo porque he oído decir dos cosas que merecen su confirmación: que piensan operarle; que piensa usted venir al Cuzco y en avión. Claro que esa sería y es a mi juicio la única forma de un buen viaje de usted; pero si su salud lo permite, su sus cosas y en fin, si su incursión a la parte sur de la república no sería tomada por cierto sector político como una acusación de actividades agitadoras de su parte y podrían ejercer por este motivo actitud en su contra.
En fin, si usted ha pensado es preciso que nos avise a quienes usted sabe sus leales amigos, incondicionalmente; amigos de usted profundamente y admiradores de su labor apostólica cosa gritada siempre a los cuatro vientos. Que nos avisara decía yo para ver la forma como brindarle a usted las mayores comodidades y seguridades por su salud y por usted.
No he recibido ni el libro La Escena Contemporánea que insisto en solicitarle ni la colección de Labor que usted me habla. Nada he recibido. La Escena Contemporánea no debe faltar de mi casa. Y no debe faltar por razones sentimentales que usted reconocerá en el proceso de ese libro y porque lo quiero tener con la autografía querida de usted.
Escríbame usted. Si tiene a mano algunos folleto, algunos periódicos alguna cosa para refrescar mi siempre latenta y viva adhesión a las ideas socialistas a las cuales me he aunado en partida bautismal de privaciones y sacrificios de todo orden, remítame usted que se lo agradeceré. Aquí estoy por completo a sus órdenes.
Sé que el doctor J. Uriel García lanzará dentro de pocos días un libro de ensayos "El nuevo indio" donde explica sus teorías sobre el neoindigenismo. Yo he concertado y organizado un libro Estampas Cuzqueñas, (Libro de Crónicas) con fotografías al estilo de La Nueva Rusia.
Le ruego saludar a la señora Anita, a su mamá, cariños a los ñaños y usted recibas el afectuoso abrazo de su amigo que en todo momento lo recuerda con profundo afecto.
Lucas Oyague
Escríbame a mi apartado.

Oyague, Lucas