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Revista Amauta Sindicatos
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Carta a José Malanca, 2/7/1929

Querido amigo Malanca:
Hace dos semanas le he escrito, contestando sus cartas y adjuntándole una para E. Pavletich. Amauta le ha sido expedida puntualmente a México D.F. Sus noticias nos son muy gratas e interesantes: tienen ante todo, el mérito de ser perfectamente sinceras. Y quienes conocemos y apreciamos al hombre, podemos estimar exactamente el valor de esta sinceridad.
Me explico que en México se conozca deficientemente el movimiento social e intelectual de Sud-América. Me ha parecido siempre que a la revolución mexicana le ha faltado conciencia de acontecimiento continental, lo que delataría precisamente su incurable fondo pequeño-burgués. La ley de ciudadanía continental y otros gestos, no han bastado, no bastan como expresión de solidaridad con los pueblos latino-americanos. —Los revolucionarios de Hispano-América nos hemos interesado siempre por la revolución mexicana mil veces más de lo que ésta se ha interesado por nosotros.—Los que ahora representan verdaderamente la revolución mexicana, tienen el deber de rectificar estas limitaciones del nacionalismo de México. A Montevideo han ido últimamente Siqueiros y otros representantes de la nueva central sindical mexicana. Sé por los delegados de varios países latino-americanos que han hecho ahí excelente impresión.
A propósito de Montevideo. Me escribe de allá Giselda Welker (ex-Giselda Zani) que Blanca Luz Brum ha salido para México. No me había anunciado este viaje, sino más bien uno a Europa. Y yo le he escrito últimamente a Montevideo, a la dirección de Margarita Gutiérrez. —Trate de buscarla tan luego como llegue. Es una excelente amiga mía y una encendida revolucionaria. Tiene esa llama de entusiasmo, ese culto de la sinceridad que he encontrado sólo en América en argentinos y uruguayos del tipo de Ud. y de ella. Americanos con juventud, excesivos, apasionados, infantiles a veces, pero dotados de un gran poder de creación por todo esto. En este lado de América, somos bastante encogidos, herméticos. Se lee en nosotros la herencia de una España trágica, inquisitorial y enlutada, mezclada a la melancolía quechua. Somos también un poco asiáticos. Yo no he sentido nunca esto tan claramente como cuando he estado en Europa y he confrontado mi desgano y mi reserva con la alegría pagana del latino, con la ingenuidad romántica del germano. Creo que más de una vez hemos hablado de esto y que hemos estado de acuerdo.—Pero volvamos a Blanca Luz. Que sea tan amiga de Ud. como lo es mía. Que reclame a Montevideo las noticias que allá le he dirigido.
Su misión en México, en cuanto respecta a Amauta debe ser la de vincularla con los grupos artísticos e intelectuales revolucionarios de ese país. Pocas revistas de Hispano-América han seguido con tanta atención el movimiento revolucionario mexicano. Es necesario que esto se sepa allá.— La administración ha aceptado la propuesta del librero J. López Méndez para la exclusiva de la venta de librería de Amauta y sus ediciones en México. Visite Ud. a López Méndez e infórmenos si está en aptitud de realizar su programa de difusión de Amauta.
Trabajamos con más orden y unidad que en meses pasados. Lo tendremos al corriente de nuestros avances en la labor de unificación y disciplinamiento de los grupos de la república. Que a los de Cuzco, Puno y La Paz no le deje de llegar su recuerdo estimulante.
Todos lo recuerdan en mi casa con la simpatía y amistad que Ud. merece. Y yo le envío mi cordial abrazo de amigo y compañero devotísimo.
José Carlos Mariátegui
P.D.—Le ruego avisarme si le llegan mis cartas, indicándome las fechas. Le adjunto una carta para el compañero Carlos Manuel Cox. No sé si lo conocerá Ud. ya, siendo como es México una urbe. Pero en caso de no conocerlo, no le será difícil dar con él. Es un muchacho peruano inteligente y simpático que hará buenas migas con Ud. El trato tónico de un camarada como Ud. le será además, grato y útil.—Su dirección postal en México D.F. es: Apartado 1524. En Crisol le será fácil también averiguar su dirección. Gracias. V.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Antonio Caballero Cabarcas, 23/11/1929

Cartagena, 23 de noviembre de 1929
Al camarada José Carlos Mariátegui.
Lima (Perú).
Querido camarada:
Estos renglones fraternales y entusiastas, os llevan un férvido saludo clasista que tiene toda la fragancia de la sinceridad Revolucionaria.
Con una rapidez vertiginosa, al volar de la máquina, edifico —si no es forzada la expresión— estas líneas.
Con motivo de los pronunciamientos Revolucionarios de los últimos días de agosto postrero, la burguesía gobernante se empeñó en que yo tenía responsabilidad en la dirección intelectual de aquellos movimientos insurreccionales, y, con tal fundamento fui encarcelado. La cárcel es centro de amor y de coraje. Es centro de amor, de vibración, porque allí se aprende a conocer los dolores torturantes de todos los martirizados. Y es centro de coraje, porque se aprende a odiar esta sociedad de los bandidos mandarines y de los verdugos explotadores. Las persecuciones de que he sido objeto, han tenido la virtualidad fecunda de intensificar en mí el espíritu de lucha y de Revolución.
Estoy en libertad mediante fianza carcelera. He recibido Siete ensayos de Interpretación de la realidad peruana, con vuestra galante y delicada dedicatoria. E igualmente he recibido a Amauta. Hoy he principiado a hojear vuestro libro Siete ensayos de Interpretación de la realidad peruana, y —a primera vista— he advertido que es una obra de alto valor social.
Soy estudiante. Acabo de perder el año de estudio por haberse verificado los exámenes durante mi cautiverio. Desde la cárcel no dejé de lanzar proclamas y de redactar manifiestos. En el presidio se creó un ambiente de simpatía, y, si no se me excarcela, la cárcel habría sido muy pronto un centro de vibración Revolucionaria.
Ya he comenzado la labor de reorganización de los sindicatos obreros, y, pronto tendré formado un excelente censo de suscriptores de Amauta. Con el elemento intelectual y su congénere el elemento estudiantil no se cuenta aquí para nada. Los estudiantes e intelectuales cartageneros están más envilecidos que las rameras y los chulos de prostíbulos. Esos elementos son enemigos mortales de las ideas comunistas.
Os encarezco conseguirme en esa ciudad un ejemplar de la obra de John Reed titulada Cómo subieron los bolcheviques al poder. La espero, certificada, a vuelta de correo. También, si podéis, espero me remitáis Senda Roja de Álvarez del Vayo. La policía política de Cartagena, me decomisó mi biblioteca no escapándose ni mis libros de estudio. Espero los libros que os pido a vuelta de correo.
El camarada Bernardo Rejtman vino ayer de Calamar —población situada a orillas del Magdalena y unida a esta ciudad por ferrocarril— a conferenciar conmigo. Hablamos largamente sobre vuestra personalidad de escritor vanguardista. Me recomendó deciros que os envía un cordial abrazo.
No dejéis de remitirme, con las certificaciones indispensables, los números de Amauta dados a publicidad últimamente.
Os ruego darme los nombres de los estudiantes Revolucionarios de esa ciudad.para establecer relaciones intelectuales.
Espero vuestras letras a vuelta de correo. Pronto escribiré algo para Amauta.
Con saludos proletarios,
Antonio Caballero Cabarcas

Caballero Cabarcas, Antonio