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Haya de la Torre, Víctor Raúl Europa Conflictos Con objetos digitales
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Copia de una carta de Héctor Serrano Escobar a Luis Heysen

Berlín, 15 de julio de 1929

Sr. Ing. Don
Luis E. Heysen
Roschorts, 17. Charlottenburg

Estimado Heysen:

Dispénseme que no haya podido contestarle inmediatamente su interesante carta del 10, como hubiese querido, por falta de tiempo. Pero lo hago ahora gustosamente y con el de­ seo de poner las cosas en claro, de una buena vez, en beneficio de la misma Institución a que pertenecemos.

Me referiré únicamente a la parte sustancial de su carta, haciendo a un lado las demás consideraciones suyas, hasta cierto punto molestas para el resto de los compañeros. Es decir, a la incompatibilidad absoluta e irreconciliable, que usted pretende hacer ver, entre el cargo de Presidente de la Asociación General de Estudiantes Latino Americanos en Berlín y mi trabajo en el servicio exterior de mi país. En efecto, tal como usted preventa las cosas sí existe esa incompatibilidad; tal como yo las veo —y conmigo la mayoría de los miembros de la Agela— no.

En primer lugar, debo advertirle que no es cierto —como usted afirma— que yo sea un representante de don Pío Romero Bosque en Alemania, a quién, aunque le cueste trabajo creer­lo, no tengo el honor de conocer personalmente. Ni representante de él, ni de nadie. Trabajo simple y sencillamente en la representación de mi País en si extranjero, lo que es un tanto diferente. Esto no ha sido nunca un secreto para nadie. Tengo que añadirle, por otra parte, que he in­gresado al servicio exterior salvadoreño, mediante concurso, sin que se me exigiera para ello claudicaciones o servilismos de ninguna espacie, que jamás, créalo usted compañero Heysen, jamás habría aceptado. Por lo demás, sin que pretenda venir aquí a defender personalidades, quiero de­cirle a usted que el Gobierno del doctor Romero Bosque, puede tenerse por bueno en lo general. Con algunos errores —claro está— pero con muchos aciertos también. No pretendo que se disimulen los primeros, pero no hay derecho tampoco a negarle los últimos. Y le advierto, que esta no es opinión aislada mía. La Federación estudiantil universitaria, cuya serenidad e independencia de criterio no se puede poner en duda, se ha expresado varias veces, en términos favorables para él. Lo mismo las agrupaciones obreras. Y no hace muchos días que don Alberto Masferrer, distinguido escritor salvadoreño, a quién el señor Haya de la Torre conoce perfectamente, formulara en Guatemala un juicio elogioso del Presidente Romero Bosque. Pero esto es una digresión que no nos interesa por el momento. Le repito que no vengo a defender personalidades. Lo interesante para mí es hacerle ver que me tengo por representante de mi País, independientemente de las personas que están en el poder; representante de El Salvador y de ninguna manera representante de una persona determinada, por muchos merecimientos que tenga. Dicho esto, pasemos al segundo punto, si le parece bien.

Afirma usted categóricamente, como si fuese un axioma, que la Asociación General Estudiantes Latino-americanos, tiene un carácter meramente político: una agrupación de jóvenes en lucha abierta con los Gobiernos de América, cómplices del imperialismo yanqui". Son más o menos sus mismas palabras que copio. Y claro vuelve a asomar el rabillo de la incompatibilidad. Pero aquí cabe una discusión. No es la Agela una agrupación absolutamente política, ni podría serlo, tal como se ha constituido. Es simplemente una agrupación estudiantil, que precisamente ha tenido marcada tendencia a apartarse de toda clase de agitación política; así sea anti-imperialista o de cualquiera clase. Que cada uno de sus miembros tenga determinadas ideas políticas o simpatice abiertamente con determinadas agrupaciones políticas, es cosa muy distinta. La política en la Agela, os cosa accidental, de ninguna manera, sustancial, como usted lo quiere. Ni antes ni ahora ha pretendido colocarse en una actitud antagónica con los gobiernos latino-americanos. Es sumamente fácil probarlo:

Tal vez tenga usted a mano un ejemplar da los Estatutos de esta asociación, y quiera hacerme el favor de leer el artículo referente a los socios honorarios en su primera parte. Es harto expresivo. Dice, poco mas o menos: serán socios honorarios, los representantes diplomáticos de los países latinoamericanos residentes en esta ciudad. Ahora bien, ¿Cómo puede compaginarse esto, con aquello de la lucha abierta con los gobiernos de América? ¿No cree señor Heysen, que es aquí donde comienza a verse la famosa incompatibilidad que tanto le preocupa? Por lo menos a mi parece completamente absurdo imaginarme en lucha abierta con los gobiernos americanos, a una asociación que cuenta entre sus socios honorarios a los representantes diplomáticos de esos países y que tiene, a mayor abundamiento, como socios activos a funcionarios diplomáticos latinoamericanos, como son, por ejemplo, el señor Secretario de la Legación de Bolivia y los señores Agregados a las Legaciones de Bolivia y Venezuela, o el suscrito; mas todavía, al hijo del señor Presidente de Guatemala. Todos ellos se habrían retirado hace mucho tiempo de la Agela si esta tuviera el carácter que su usted se imagina. Originariamente, no cabe duda alguna que no tenía ese carácter: los estatutos están allí para probarlo; posteriormente, tampoco. No me vaya a decir que precisamente, para dárselo se han mandado reformar los estatutos; porque el simple hecho de formar parto de la comisión nombrada por la Asamblea para ello, dos funcionarios del servicio diplomático, excluyen terminantemente esta posibilidad. Lo raro es que usted no se haya dado cuenta de estas circunstancias, a pesar de conocer los estatutos y estar al corriente de la vida de la Agela. Me es penoso decirlo, pero casi me veo forzado a llegar a la conclusión, o bien de que, tanto usted como el señor Haya de la Torre, se adhirieron a nuestra asociación inconscientemente como dos chiquillos, sin saber exactamente cuales eran sus fines; o bien que cierra los ojos a la realidad, en su afán de hacer resaltar una incompatibilidad que no existe. O tal vez el deseo de transformar, según su criterio la orientación de la Agela —aspiración muy legítima— pero que impone, en todo caso, la obligación de confesarlo lealmente y no afirmar que siempre ha tenido ese carácter que le quiere dar.

Como usted ve, los puntos de vista son completamente diferentes. Usted presenta a la Agela, como quería que fuese; yo la veo como es. Llegar a un acuerdo es, hasta cierto punto imposible. Sin embargo, debo confesar que me apena la posible separación de usted y del señor Haya de la Torre. Quisiera evitar —hasta donde fuera posible— una desintegración de nuestra sociedad, ya de suya tan reducida. Con tal objeto, y para dar a conocer este asunto, que no solo nos interesa a nosotros dos, sino al resto de los compañeros, convocaré oportunamente a sesión extraordinaria en la que me permitiré dar lectura a su carta —si usted no tiene inconveniente— a fin de que conoz­can sus razones que podrá completar de viva voz si lo desea. De esta manera, serán ellos —los miembros de la Agela— los que decidan en definitiva; y nadie mejor capacitado para saber la orientación que la Agela quiere tener, puesto que son la sociedad misma.

Dos palabras para terminar compañero Heysen: No he solicitado nunca la Presidencia de la Asociación General de Estudiantes. No quería aceptarla cuando me la propusieron repetidas veces, precisamente para evitar diferencias entre nosotros mismos, que ya preveía. Se me dijo que era el deseo de la mayoría. Ahora me someto gustoso a una revision de le elección, que les permitirá ratificar o rectificar su voto. Y si el resultado es que dejo la Presidencia, lo haré inmediatamente con la mejor buena voluntad. Que no tengo especial interés en conservarla, porque creo que lo mismo se puede laborar en pro de la Agela figurando en la Directiva o como simple socio.

Le saluda atentamente
Fdo. Héctor Escobar Serrano

Serrano Escobar, Héctor

Copia de una carta de Luis Heysen a Héctor Serrano Escobar, 17/7/1929

Berlín, 17 de julio de 1929

Sr. Dr. H. Serrano Escobar
Presidente de la Asociación General de Estudiantes Latino americanos de Berlín y Encargado de la Legación de El Salvador
Savignyplatz 1.-Charlottenburg

Estimado Serrano:

A pesar de que mi carta anterior ha sido todo lo explícita que el caso requería y tanto que aun quedan en pie todas, absolutamente todas, mis afirmaciones; insisto en reafirmar y defender mis puntos de vista a fin de evitar que permanezca sin una respuesta solidaria la adhesión espontánea y vibrante que un núcleo selecto de latinoamericanos residentes en Alemania —bastante equidistante por cierto de todo interés traidor a la causa común de la emancipación continental de la gran nación latinoamericana— me ha enviado con referencia a la Agela, su carácter eminentemente político y la necesidad de impedir que sus actividades presentes contradigan su sino histórico, vale decir, edificada en todas sus partes con las opiniones por mi emitidas. Conminado por aquel respondo. No es posible dejar sin una aclaración última algunos de los oscuros acápites de su carta. Necesario es oponer razones al confusionismo de las gentes y desvirtuar toda mala interpretación o malentendido peligroso, que una imaginación tropical puede elaborar al objeto de encubrir sus propósitos subalternos o sus pecados. Debiéndome a aquel, tanto como a mi causa y a mí, distrai­go mi atención de nuevo no sin vencer, francamente, cierto malestar íntimo, pues Ud. se esforzará en comprender que no será nada agradable para mí mantener una polémica necia sobre: si la Asociación General de Estudiantes Latino-Americanos de Berlín es lo que sus estatutos vigentes, clara y concluyentemente, definen y todas sus actividades corroboran, o, lo que algún agente diplomático osada y antojadizamente pretende que sea. O, si los pobres caciques criollos, cómplices rendidos y despreciables del avance del dólar en nuestra América, deben o no recibir el título de "personalidades" o si en realidad "estos ascos de la náusea continental" y como les llamó cáusticamente el gran argentino José Ingenieros, comentando la obra nada "buena en lo general" como en lo particular de Paz Barahona, de Chacón y Pío Ro­mero Bosque y merecen el juicio sumario de la justicia popular. Mi respuesta será implacable así para subrayar mis opiniones y categórica para despedirme de Ud. y de la Agela. No puedo imitar tristemente a los conejos de la fábula perdiendo mi tiempo en discusiones bizantinas. Ni me interesa saber si son píos o son doctores los que desgobiernan El Salvador gobernados por Wall-Street, o si son nietos o hijos de presidentes los que se codean en la institución con cancilleres, secretarios, encargados de negocios y simples varones. Me interesan cuestiones mas trascendentes. Cuando son principios los que mueven a los hombres o a los pueblos, las pasiones se alejan y nada valen los vínculos de sangre o las personas en sí aisladamente, por cuanto hay una norma superior que coordina y guía. Mi posición es rígidamente doctrinaria. Me esforzaré en demostrárselo, sin hacer uso y abuso del sofisma y de la frase barata. Sin embargo, no basta afirmar precisa pro­bar. Para ello la lógica vale más que la jurisprudencia y la síntesis más, muchísimo mas, que los folios e infolios de lugares comunes Ud. vera.

He afirmado que la Agela es desde su fundación una organización con finalidades políticas y lo sostengo. No es la letra muerta de un código la que lo dice. Son los postulados de la institución que se fundara para "laborar en pro de la América Latina y procurar la unión de los pueblos que la constituyen" (Estatu­tos de la A.G.E.L.A. Art.1 inciso b) los que incontrovertiblemente lo evidencia. De otra manera nadie se explicaría cómo y porqué —a pesar de los lazos de consanguinidad y a pesar de la presen­cia de tanto funcionario diplomático— La Asociación General de Estudiantes Latino Americanos de Berlín aprobara una valiente protesta contra don Juan Vicente Gómez solidarizándose con la causa de los que en Venezuela luchan por librarse de la ignorancia, del imperialismo y de la tiranía imperantes. O así mismo sería incomprensible el voto de enérgica protesta que se aprobara contra don Miguel Primo de Rivera últimamente, como exponente de una firma adhesion a la causa política de los universitarios españoles en lucha abierta contra su abyecta dictadura militar. Los mensajes dirigidos a la institución por Manuel Ugarte —el incansable propulsor de la unidad latinoamericana la idea política de mas vital y palpitante interés de nuestro continente, y por Miguel de Unamuno, el admirable autor de la "Vida de Don Quijote y Sancho" cuya alma agónica desde Hendaya incita y reconforta, son corolario rotundo. Ahi no hay nada transitorio o "accidental", ahí hay algo perenne, viviente, innegable, que es precisamente lo que pude explicar la existencia de la Agela y justifica sus campañas. Si así no fuera —como Ud. pretende sostenerlo citando articulados que nunca se llevaron a la práctica—como es que después de dos años de fundada y teniendo bases legales que lo aus­piciaban, hasta hoy la institución no puede avergonzarse de contar entre sus socios honorarios a ningún diplomático que pudiera desvirtuar sus finalidades históricas o a alguno que pudiera contribuir a su realización concediéndole los honores respectivos a su solidaridad. Innegablemente, que la realidad es abrumadora para Ud. Sus desesperados esfuerzos no dan frutos. La Agela tiene carácter político, defiende ideas políticas, lucha por ideales políticos, que no son bajo ningún punto de vista el carácter, las ideas, o los ideales de los gobiernos latinoamericanos aliados a la plutocracia yanqui. El acuerdo contra don Juan Vicente Gomez —malgrado la presencia de un miembro activo, el funcionario de la Legación de Venezuela a que Ud. se refiere entre otros— lo esta de­ mostrando palmariamente. La voz de los diplomáticos o de los funcionarios oficiales dentro de la institución es tan fuerte como aquella voz atávica que Ud. cita. La fuerza de la institución está pues en las finalidades que cumple por el voto de sus miembros mas conspicuos y representativos. Los acuerdos logrados, las ideas expresadas en sus conferencias mas importantes, todas respondiendo a un ideal político de unionismo continental son hechos, no simples y vacuas inventivas. Su defensa es pobre realmente me apena verle sin argumentos serios. No lo creerá víctima de inconciencia. Se que Ud. sabe lo que es la Agela, pero le faltan fundamentos y toda su imaginación y toda su jurisprudencia fracasan lamentablemente, penosamente. Pretendiendo aparecer como una camara fotográfica para dar la impresión de una Agela real y autentico, no logra Ud. ser siquiera un mal caricaturista. La verdad es clara y pura como el agua silente del manantial. Y ella brilla por su ausencia en todos los acápites de su carta. La Agela que Ud. ve es la Agela que Ud. sueña. La Agela que naciera en circunstancias históricas para "unir a los estudiantes latinoamericanos" no puede ser pedestal de diplomáticos, listos a evitar críticas certeras o protestas fulminantes que desnuden la desoladora y trágica realidad que los gobiernos por ellos defendidos siembran en nuestra América. El carácter apolítico que Ud. propugna (político también en buena cuenta) no le queda bien a la institución como hoja de parra que cubra su situación harto difícil y de sumo delicada. Para lograrlo Ud. debe hacer lo que ya va Ud. haciendo, es decir, definirla de nuevo, dándole nuevos rumbos y laborando en favor de lo que Ud. cree conveniente. Tal vez así tendrá más éxito y menos polémica. Y tal vez cuando Ud. lo haya consumado todo se verá también rodeado de esa abrumadora, de esa formidable, de esa aplastante "mayoría", de que Ud. tanto se vanagloria. Mientras tanto subsisten las incompatibilidades.

Asimismo, habiendo declarado en mi carta anterior que "Ud. es un representante de don Pío Romero Bosque", vale decir, no de un presidente de una republica democrática o seudodemocrática, sino del representante nacional de poderes extranjeros que cuida del buen negocio yanqui castigando fríamente toda tentativa de insurrección, rebeldía o protesta en el país, contra quienes le sos­tienen desde Wall-Street habiendo Ud. negado tener tal carácter pretendiendo aparecer como representante del pueblo salvadoreño, me reafirmo en mi declaración anterior ampliamente Ud. no es representante del pueblo salvadoreño, es Ud. representante de un gobierno y de un gobierno de po­deres unipersonales. Don Pío Romero Bosque en El Salvador es un virrey al servicio del imperialismo yanqui y por ende un dictadorzuelo vulgar. Dejemos a un lado los errores quo Ud. le reconoce y no hablemos de las virtudes. No puede tener grandes virtudes un gobierno que empeña la soberanía de su país, que vende su riqueza, que perpetra fusilamientos como el del 6 de diciembre de 1927, que ha mantenido y mantiene disfrazadamente una censura brutal y que concierta empréstitos
en condiciones inconcebibles por último. Su causa es indefendible y toda disculpa sobreentendida no alcanza a tener fuerza convincente. Si Ud. fuera el representante de un pueblo amordazado como el pueblo salvadoreño ya habría irrumpido contra el imperialismo voraz del norte y su cómplice nacional don Pío Romero B. y ya habría protestado con el mismo coraje que lo han hecho los universitarios de su país acompañados de las instituciones obreras y centros intelectuales durante los días del estado de sitio. Que la Federación Universitaria, las federaciones obreras y algunos eminentes juzguen equitativamente el gobierno actual no lo se. En la importante revista Indoamérica que se dicta en México (Núm. 5, año 1 vol.1, noviembre de 1928, pag. 12) leo una "Carta de los obreros y estudiantes de El Salvador, al Ministro de Mexico, Dr. Juan F. Urquidi" suscripta en setiembre del 28 por mas de trescientas firmas en la cual se dice:

"Los suscritos estudiantes y obreros, en nombre del pueblo salvadoreño —cuyos altos sentimientos de solidaridad y libertad indoamericana interpretan fielmente en esta oportunidad— ruegan a Ud. se sirva hacer presente al Gobierno mexicano, su profundo agradecimiento y sus sinceras felicitaciones por la ayuda noble que acaba de prestar a la causa redentora de America al asilar a Víctor Raul Haya de la Torre; felicitaciones y agradecimientos que son también para Ud. ya que su valor personal y su hombría de verdadero mexicano nos fueron decisivos en horas de ve­jamen y de injusticia" (El subrayado me pertenece).

Pero esto no es bastante. Siguiendo la lectura del documento aludido, encuentro estas palabras acusadoras, que son sin duda las que han pronunciado los estudiantes, obreros e intelectuales de El Salvador para elogiar la obra culpable de don Pío Romero Bosque:

"Execrados sean siempre los gobernantes que traicionan la confianza de sus pueblos, para pactar contubernios con el enemigo".

Creo que ahora Ud. debe sentirse muy fuerte en su argumentación Ud. sabe porque fue expulsado Haya de la Torre y Ud. sin duda no ignora todas las protestas y adhesiones en las cuales "la personalidad de Don Pío resulta sumamente mal equilibrada y desfavorecida; de manera que, no olvidará como quién hacia cabeza era aquel fuerte espíritu (que Ud. cita para defender a su gobierno) autor del "Minimum Vital”, Alberto Masferrer, cuyo aprismo es un ejemplo que todos los jóvenes del continente debemos admirar. Todo lo demás es fraseología al servicio de sus propósitos y taparabos que no alcanzan a cubrirle Ud. ya sabe que disentimos y que nuestras vías son diferentes. Como esta Ud. del lado de su gobierno, mi lado es el de su pueblo generoso. Que en cuanto a la Agela, Ud. puedo pasar por alto todas las incompatibilidades que yo y el núcleo numeroso de latinoamericanos sostenemos Ud. es libre de encaramarse o de escalar mil y una posición elevada. Mi conducta es neta: me despido, le condeno y declaro que Ud. y quienes le acompañan han asumido la grave responsabilidad de sepultar a la Asociación General de Estudiantes Latinoamericanos de Berlín Q.E.P.D.

Atentamente de Ud. con el repudio de los universitarios de La Plata cuya representación me honra en Europa.

fdo. Luis E. Heysen

Luis E. Heysen
17 Roschertsr. II. r
Charlottenburg

Heysen, Luis E.

Carta del Secretario General de P, 7/71928

Al Compañero Secretario General
del Comité Ejecutivo del A.P.R.A
Víctor Raúl Haya de la Torre

Muy estimado camarada:

Cumpliendo el mandato de la célula del APRA en París, te comunico los siguientes acuerdos y las resoluciones tomadas, por unanimidad:

La Célula del Apra en París ha recibido y estudiado los textos de la renuncia que el compañero Haya de la Torre presenta, tanto ante esta célula, como ante la de México, del puesto de secretario general y miembro del Comité Ejecutivo del Apra.

Previo un debate del texto y de las conclusiones de dicha renuncia, la célula de París considera que, si bien desde un punto de vista restringido, es conveniente para el compañero Haya su separación del Apra., en calidad de dirigente, por otra parte, si se tienen en cuenta lo intereses vitales del movimiento, dicha separación es perjudicial y nociva. Estimamos que, lejos de aminorar las dificultades, el retiro del camarada Haya las acrecentaría y presentaría otras nuevas de carácter más grave y quizás insalvables.

La célula estima que la designación del doctor Palacios , como jefe del Apra, no es adecuada en el momento actual. Esto no significa, en ninguna forma, la más leve desconfianza hacia el gran intelectual anti-imperialista que es el doctor Palacios. Significa únicamente que la salida del compañero Haya, de la Secretaría y del C.E., va a causar serios perjuicios al desenvolvimiento del Apra, dado el periodo por el que la organización atraviesa.

Fundándonos en esta consideraciones, creemos que nuestro deber imperativo es [*] del compañero Haya su permanencia en el puesto que ha venido desempeñando hasta hoy.

La Célula vota: no aceptar la renuncia del compañero Haya de la Torre. Exigir de el su permanencia en la Secretaría General del Apra. Renovarle la confianza de todos los miembros de la célula. Y finalmente, exigir que se lleve a cabo y se defina claramente las conclusiones del debate en que actualmente se hayan empeñadas las diversas células. Solicita al compañero Haya, que se pronuncie, cuanto antes sea posible sobre la cuestión y que se sometan a todas las células, las tesis generales que debe ser el resultado de la discusión actual.

París, 1 de marzo de 1929.-

Lo que te comunico dentro del plazo acordado y lo que será también comunicado a las otras células.

Por la célula de París

Secretario General

París, 3 de marzo de 1929.

Ravines, Eudocio

Carta del Carlos Manuel Cox al Secretario de la Célula Peruana del Apra en París, 8/4/1929

8 de abril de 1929

C. Secretario de la Célula
Peruana del Apra en París

Querido compañero:

Le adjunto dos documentos que contienen los acuerdos de la Célula Peruana del Apra en México y que servirá transmitir a los compañeros que se encuentran en Europa.

La C. Magda Portal tuvo que viajar a La Habana por la mala situación económica en que se encuentra México. El C. Pavletich viaja por los Estados y la Célula ha quedado formada por los compañeros Manuel Vásquez Díaz, Serafin Delmar y el suscrito. Esta causa ha originado el receso de Indoamérica que sacaremos en cuanto la situación financiera de la Célula lo permita. Debemos anotar que los cc. Vásquez y Delmar están sin trabajo.

La revuelta armada de los Topete, Manzo, Aguirre (ya fusilado), Cruz, Caraveo, etc., es un movimiento franca­mente reaccionario y representaría, de triunfar, a la clase de generales enriquecidos con la Revolución y a la sombra de las lu­chas armadas que han convulsionado por cerca de veinte años a Me­xico. Felizmente el gobierno ha consolidado sus posiciones y ahora solo queda como reducto de esta ultima revuelta el Estado de Sono­ra, no en toda su extensión y se espera en estos días el hecho de armas que defina la situación. A la sombra de los generales que se levantaron en armas contra el Gobierno, los cristeros —como se les llama aquí a los rebeldes católicos que están en armas contra el gobierno desde 1926 en que Calles hizo efectivas las leyes contra el clero,—aumentaron su audacia, llegando hasta tomar algunos pueblos de importancia. Es posible que esta revuelta sea destruida pues se han concentrado fuerzas suficientes en los Estados afectados Jalisco, Michoacán, Guanajuato y Colima, que seguran extinguirán
a los "cristoreyes".

El C. Haya que se encuentra en Alemania se habría comunicado con Uds. ampliamente.

Deseamos saber la dirección del C. Luis Bustamente, para escribirle.

Con un cordial saludo aprista

Carlos Manuel Cox
Secretario Interino

Cox, Carlos Manuel

Carta de Magda Portal a los compañeros de la Célula peruana del Apra en Buenos Aires, 18/6/1928

18 de junio de 1928

A los compañeros de la Célula peruana del Apra en Buenos Aires.

De acuerdo con los compañeros de esta Célula, contesto a ustedes su carta de fecha 15 de mes ppdo, que se refiere a la carta pasad por el c. José Carlos Mariátegui, respecto a su actitud frente a las últimas decisiones del Comité Ejecutivo reunido en México, carta de la cual ya hace tiempo nos llegó el original.

Como antiguo revolucionario y político, el c. J.C.M no tiene razón para haber tergiversado el verdadero sentido de la campaña electoral que nosotros habíamos decidido propiciar, como ustedes conocen, con fines de agitación y como un argumento ante quienes pueden ayudarnos en este país. Es extraño pues, que el c. Mariátegui, conocedor de la ideología aprista y de los fines de nuestro partido, no se diera cuenta de los móviles que tuvimos al aceptar la candidatura de Haya, y la envuelva en injustas suspicacias, que no solo se las ha reservado para él a espera de posteriores explicaciones, sino que la viene comunicando a todos los compañeros de provincias, mas alejados de la verdadera realidad y para quienes el nombre de nuestro compañero y líder, seguramente está tomando cierto color ambiguo, muy perjudicial para el espíritu de la masa y para nuestra labor futura.

La comunicación con el Perú, ustedes lo conocen perfectamente, es del todo imposible. Durante mucho tiempo nos hemos visto en el peligro de enviar documentos para que cayeran en poder de la policía, razón clara por demás para que no hayamos tratado de remitir a los cc. del Perú aquellos documentos que podían comprometerlos y provocar otro "complot comunista", como el de junio del años pasado. Esto ha debido tenerlo en cuenta nuestro c. Mariátegui y no prejuzgar antes de conocer los motivos que tuvimos para aceptar la elección. Inmediatamente que hemos conseguido un medio seguro para remitir correspondencia al Perú, hemos enviado al c. Mariátegui, todos los documentos referentes a la creación del Partido Nacionalista Libertadordel Perú, el plan de acción elaborado, etc, . Estamos esperando respuesta.

Es demasiado infantil adelantar en una cuestión de la que no se tienen noticias seguras. Es algo más aún, puesto que Mariátegui está dentro del partido, no es elemento simpatizante y era en el Perú el depositario de la confianza de todos los desterrados que hoy laboramos por la revolución en el Perú. Acusarnos de querer hacer una campaña estilo billingurista, es desconocedor la actuación del Apra durante cuatro años, y en el momento en que nos creemos más cerca de obtener la realización de la obra aprista, no podría ocurrírsele a nuestro líder, decretar el fracaso del Apra, lanzándola a una lucha electoral con propósitos de salir triunfantes en ella, lo que confirma la ingenuidad o equívoca intención de la suposición.

Es necesario pues que ustedes no permanezcan en el compás de espera que habían decidido, sino que tomen un actitud definida, tratando de influir antes lo cc. del Perú a fun de que las suspicacias sembradas por el c. Mariátegui, no tengan el efecto pernicioso que nosotros auguramos, y que el mismo Mariátegui llegue a convencerse, si no lo está aún, de las razones políticas que el Comité Ejecutivo ha tenido para emplear la campaña electoral como un medio de agitación alrededor del nombre de Haya, sumamente preciso para los beneficios que esperamos obtener y que facilitarán nuestra obra en el momento de la acción.

Nosotros no creemos, como ustedes afirman al final de su carta, "que sea forzoso contar con los que en Lima y provincias han dado reiteradas pruebas de coincidir con nuestro ideario socialista", pues en el caso de que el c. Mariátegui se obstinara en no querer adherir al partido, nosotros tendríamos que prescindir de él y de quienes con él estuvieran, sin que por esto detuviéramos nuestra acción ni sintiéramos pesimismo de los resultados de un movimiento social en el Perú. Pero el c. J.C.M. al retirarse de la lucha aprista, no hará sino probarnos su poco conocimiento de la idiosincrasia de nuestro pueblos para los cuales es [*] emplear ciertas tácticas, que si no muy de acuerdo con los idealistas revolucionarios, si lo están con la realidad, y nosotros necesitamos de todos los medios que nos conduzcan al fin que nos hemos propuesto.

Ustedes estarán con nosotros en que el nombre de Haya está muy prestigiado para que nosotros, sin profundas meditaciones al respecto, hayamos decidido mezclarlo en un asunto de política criolla que le restaría mucha de su fuerza adquirida como revolucionario limpio. Pero en vista de la inminencia de una acción en el Perú, no hemos vacilado en aprovecharnos todas las fórmulas, y la elección es una de ellas. A este respecto se había decidido que uno de los compañeros en México, viajase al Perú a llevar nuestro plan de acción y aclarar conceptos erróneos. Aún no lo hemos conseguido por causas económicas. Pero seguiremos la lucha hasta conseguirlo.

Esperamos que Uds. traten de agitar la cuestión electoral por medio de artículos, con seudónimos, en la Argentina y por correspondencia en el Perú. Y que colaboren con nosotros a desvanecer la atmósfera de incomprensión de los compañeros de Lima y algunos de provincias a quienes ha llegado la negativa del c. J.C.M. con bastante peligroso apresuramiento. El c. Mariátegui se coloca así, no en la posición del compañero que exige noticias antes de tomar una actitud, sino de parte de nuestros amigos que verán en la separación de J.C.M del Apra, la confirmación de que nuestro organismo lucha por obtener ventajas bastardas dentro de la política criolla sostenida hasta hoy en nuestro país.

El c. Haya viajó a Centro América, donde dará algunas conferencias. Aquí hemos organizado la Secretaría del Sector del Caribe, conforme a la Tesis de los 4 Sectores Antiimperialistas. Insinuamos a ustedes la creación idéntica Secretaria.

Saludos fraternales.

"CONTRA EL IMPERIALISMO YANQUI; POR LA UNIDAD DE LOS PUEBLOS DE NUESTRA AMERICA; PARA LA REALIZACIÓN DE LA JUSTICIA SOCIAL"

Fda. Magda Portal

Portal, Magda

Carta de Eudocio Ravines, 24/6/1929

24 de junio de 1929
Mi querido José Carlos:
He recibido sus cartas, los documentos que me incluye, así como la que me escribe —muy lacónica— nuestro M. de la T. —Constato que estamos unánimes en mantener idénticos puntos de vista, en lo que se refiere a las líneas fundamentales; la carta de nuestro amigo el gringo gordo que me llega también, me confirma en este pensamiento y me hace ver con más claridad la orientación que Uds. dan al movimiento, que es absolutamente la mía y la de los compañeros que me acompañan aquí. —No hay que pensar, por ahora, sino en la gran responsabilidad y en la severa etapa de trabajo que tenemos delante.—
Frente a una serie de datos que poseo sobre nuestras cuestiones en América, no puedo sino expresarle mi más hondo optimismo. Su permanencia en el país es indispensable, hoy más que nunca. Necesitamos orientadores, hombres que a su capacidad de conocimiento de los problemas y la teoría, unan una constancia infatigable. Lo más difícil era iniciar la nueva etapa: en el Perú está iniciada: el manifiesto del 1° de Mayo lo estimo como el primer síntoma, como el primer documento de su iniciación. Sus términos generales plantean la cuestión inmediata en un terreno pragmático. La algazara grandilocuente, inflada, de los manifiestos de otra hora, se acalla. Hay en ese documento eso que nos falta tanto, un sentimiento exacto de la medida de los hechos y los hombres; hay más parquedad, más seriedad y una fuerza maciza en la autocrítica, sin descender, al hacerla, al plano —tan caro para nosotros latino-americanos— del ataque, la pelea y la discordia.—Esto es un gran paso, el primero de un movimiento que se incorpora seria y conscientemente en la historia política del Perú.—
La tarea que Ud. tiene delante, es enorme; la que corresponde a todos y cada uno de los camaradas no es menor. Va a ser necesario un esfuerzo grandioso: Uds. tienen el deber de desplegarlo. Mi opinión es que la tarea inmediata es la de la preparación de los cuadros. Preparación ideológica, teórica y práctica de los hombres que van a dirigir más tarde los sindicatos por su nuevo camino, de los que van a dirigir la C. G. T. y de los que van a tener a su cargo la preparación y la formación de los núcleos de la acción política.— Muchas de las deficiencias, vacilaciones, bellaquerías de nuestra clase, son, en mi opinión, el resultado de la ignorancia de nuestros compañeros, de la falta de comprensión de la masa de sus verdaderas tareas, de las finalidades de nuestra lucha, de los acontecimientos que se desarrollan a través del mundo, en el terreno de clase. Entramos en un período científico de organización: este período no puede basarse sino sobre la educación de las masas y, por el momento, de los hombres que van a ser los preparadores y los orientadores de la masa.—Ud. comprende que no es posible dejar a los camaradas abandonados a sus propias fuerzas.
Aquí quiero, hablándole francamente, hacerle un ligero reproche, que se refiere al pasado: Ud., después de su arribo al Perú, tuvo la oportunidad de convertirse en orientador y director de una serie de muchachos desorientados, con una magnífica voluntad, pero con una más magnífica ignorancia de las cosas sociales: entre éstos estaba yo. No se imagina Ud., mi caro amigo, cuánto he sufrido para orientarme. Yo no podía tener una fe profunda sino a través de un conocimiento profundo. Sentía a cada instante que la fe sentimental, la fe juvenil, fe de ‘nueva generación’ se me iba sin remedio, se me escapaba por todos los poros. Su intervención en este momento de ansiedad hubiera sido de un valor enorme para mí y, estoy seguro, para otros. No sé por qué causas Ud. limitaba demasiado su acción y parecía como querer inhibirse frente a una influencia más o menos profunda sobre los agitados. Le expreso esta cosa, que es un recuerdo banal, para que Ud. tome verdaderamente en serio su papel de orientador y educador. Fundamentalmente Ud. no superestima la importancia de las pequeñas burguesías urbanas, en lo cual estamos concordes, pero su propaganda toca, sin que Ud. lo quiera deliberadamente, estoy seguro, con mayor intensidad las capas pequeño-burguesas que las masas proletarias. Me parece que los esfuerzos de todos deben ir fundamentalmente a realizar la educación del proletariado, dentro del terreno de clase, sin despreocuparse por esto de la tarea en la que Ud. está empeñado y cuyo realismo de concepción está confirmado por los hechos.—
Mi más grande aspiración es salir y reunirme con Uds. para ayudarlos en el trabajo y en la acción: pero, mi caro amigo, tengo que romper una muralla. Yo creo, con Ud., que mi ingreso al país es cosa factible dentro de las actuales circunstancias y confío en un éxito de las gestiones que se hicieran... pero viene l otro problema, que es el que me tiene inmóvil. Un desplazamiento de tercera clase, con mi mujer, me costaría más de cincuenta libras... y como Ud. comprenderá no tengo ni una. Mi pobreza llega a límites que sólo yo conozco; me muevo dentro de condiciones sumamente estrechas, tanto que el par de zapatos que llevo no se han desprendido de mis pies durante veintiún meses. Por otro lado, aquí en París, no tengo ya nada que hacer: he adquirido lo que necesitaba adquirir; si algún país me convendría, caso de tener dinero y ante la imposibilidad de entrar al Perú, sería EE.UU. por la inmensa documentación que ofrece para estudiar la realidad latino-americana y la realidad mundial. Por otro lado yo hago gestiones a fin de ir a la Urs. pero hasta hoy no he obtenido resultados.
He pensado en la probabilidad de un empréstito personal, el que pagaría por mensualidades una vez llegado allá. Pero es demasiado problemático: no creo que haya un filántropo capaz de arreglarse en esta cuestión de reparaciones, sin Plan Young y sin garantías hipotecarias. Más aún, en un momento en que mi posición ideológica me ha enajenado la voluntad de casi todos los amigos, que hasta aquél entonces se sintieron solidarios conmigo y que hubieran podido prestarme ayuda en este momento para realizar mi empresa.— En lo que a mi familia se refiere, no puedo contar sino con mi madre y hermanas y Ud. sabe que ellas sobrellevan una vida de duras privaciones. Nada es posible esperar por ese lado.—
Tal vez a Uds. les sería posible ayudarme en el sentido siguiente: una demanda de los obreros, o de Uds. —en fin esto es cuestión que les correspondería enfocar— a la Troisiéme, o a la ic. en el sentido de que se me facilite el desplazamiento. Al mismo tiempo, tan luego como esto se hubiere obtenido, las gestiones necesarias ante el gobierno para que se me consintiera el ingreso. Yo, por mi lado, haría gestiones parecidas. Le ruego me escriba sobre este particular, tan claramente como fuere posible. Yo estoy absolutamente decidido a abandonar París y a ir al Perú, dentro del menor plazo que fuere posible.—
Para remediar un tanto mi crisis personal, he hablado con Vallejo y Bazán sobre la posibilidad de enviar crónicas sobre política mundial, a Variedades o Mundial; ambos se muestran pesimistas y lo creen inútil. ¿Ud. no me podría aconsejar nada sobre el particular? ¿Cree que sería posible la aceptación de una colaboración más o menos permanente? Claro que ningún artículo significaría, de ninguna manera, la menor abdicación, la menor concesión de mi pensamiento de militante que combatirá sin cesar las posiciones y las tácticas de la Segunda.
Le solicito esto último en el caso de que lo primero no fuera posible de parte de Uds.—
Acabo de recibir una carta de uno de nuestros amigos que se halla en Montevideo. Le escribo ampliamente.— Asimismo escribo a Blanca Luz. Sé que C. A. Miró Q. llegará en breve a París. Manuel Seoane da la noticia, anunciando que tiene muchas cualidades “pero que es mariateguista”...
Por lo que se refiere a nuestros amigos apristas, todo vínculo está roto. Sus apreciaciones sobre H. que leo por primera vez en la copia que me adjunta Ud. son justas y quizás hasta benévolas. Conmigo, la táctica seguida— ha sido inversa: es él quien no ha contestado a mis cartas, la última de las cuales tiene fecha 22 de marzo ppdo.— En breve escribiremos una carta colectiva a todos los desterrados, historiando el desacuerdo, exhibiendo documentos y demostrando su verdadera raíz, de una manera objetiva. Pensamos hacer esto, porque la campaña epistolar que viene haciendo el jefe del Apra. —según las pruebas que tengo— es de mentira, de falsificación de los hechos y de un ataque primitivo, infantil y absurdo. Nos parece que es necesario presentar a los otros desterrados la faz que no conocen, para que así puedan juzgar libremente y tomar la posición que les sea conveniente. Le enviaré algunos ejemplares de dicha carta.—
Es probable que H. se encuentre ahora empeñado en ajetreos acerca de los laboristas: tal ha sido su plan desde hace mucho y es indudable que dadas sus relaciones con algunos círculos y con algunas gentes, no es difícil que pueda obtener el contacto que busca. En cuanto a los resultados de su labor en este sentido, no puedo augurar ni asegurar nada concreto. Este simple hecho le dirá a Ud. cuál es el camino por el que este señor se precipita, después de haber tocado todas las puertas, a fin de poder salir de su pedestal de ‘primer estudiante’, etc. para saltar al de héroe más o menos actualizado. La popularidad de Sandino no deja de entusiasmarlo, aunque él la busca menos efímera y con una derivación hacia aquélla de la que disfruta y usufructúa Irigoyen. —Por lo que a mi concepto sobre él, yo pienso que es un ‘soñador megalómano’, inteligente, audaz, ‘vivo’, conocedor de todas las triquiñuelas grandes y pequeñas del reclame, profundamente ignorante de todo lo que sea marxismo, ciencia social, etc. Su cultura, en esto es simple cultura de revista, de periódico. No hay nada serio, ni profundo. Sin embargo, no hay que subestimarlo por dos razones: la primera por la influencia —cuya magnitud desconozco— que ejerce entre los medios obreros y pequeño-burgueses revolucionarios del Perú y segundo, por sus cualidades latino-americanas de demagogo, más peligroso que Alessandri y que Irigoyen.— Tarde o temprano tendremos que librarle combate.— De lo que debe Ud. estar plenamente seguro —para su labor entre los sectores aún hayistas del Perú— es que no está, ni estará jamás con nosotros; estará en contra tanto como sus ambiciones y nuestra debilidad lo permitan. —Hay que considerarlo como enemigo.
Los camaradas aquí se han entusiasmado con sus noticias, y con las que nos han llegado por diversos conductos. Las crónicas de Montevideo y Buenos Aires contribuyen a acrecentar el fervor. La noticia de la constitución de la CGT nos ha dado un ánimo inmenso.
Hasta pronto; espero sus noticias. Por este correo van cartas para Julio, Jacinto y R.M.L.; ruégueles que me acusen recibo.—
Un fraternal abrazo de su amigo y camarada.
Eudocio Ravines

Ravines, Eudocio