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Parte diFondo José Carlos Mariátegui
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Parte diFondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui, Anna Chiappe, su hijo Sandro y César Falcón
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui junto a Anna Chiappe, su hijo Sandro y, César Falcón y una amiga de él.
Archivo José Carlos Mariátegui
Sandro Mariátegui en la cubierta del barco Negada (III)
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Sandro Mariátegui, con un año y medio de edad, en la cubierta del barco Negada con destino a Perú.
Jose Carlos Mariátegui junto a Anna Chiappe y su dos hijos
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui junto a Anna Chiappe y sus dos hijos mayores Sandro y Sigfrido en su casa Washington Izquierda, nro. 544, Lima.
Revista Mundial
José Carlos con Anna Chiappe y tres niños
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui y Anna Chiappe con tres niños en el patio de su casa: Sandro, Sigfrido y Teresa Sabogal, sentada en la parte delantera de la silla.
Archivo José Sabogal
En la playa de la Herradura con toda la familia
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
En la playa de la Herradura, Chorrillos junto con toda su familia.
De izquierda a derecha: Anna Chiappe, Javier Mariátegui Chiappe, José Carlos Mariátegui Chiappe, Sandro Mariátegui Chiappe, Cecilia de Vitali, Sigfrido Mariátegui Chiappe y Trinidad Millares.
Florez, Ricardo E.
Hijos de José Carlos Mariátegui en Washigton Izquierda
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Sandro, Sigfrido y José Carlos Mariátegui Chiappe junto a Trinidad Millares en el patio de su casa de Washington Izquierda 544, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con Sandro Mariátegui en la cubierta del barco Negada
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con su hijo Sandro Mariátegui en la cubierta del barco Negada con destino a Perú.
Archivo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui con sus hijos Sandro y Sigfrido (II)
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui junto a sus hijos Sandro y Sigfrido en lo que vendría ser la parte trasera su casa de Washington Izquierda nro. 554, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui acompañado por familiares y amigos
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui en el bosque Matamula, acompañado de familiares y de amigos.
De izquierda a derecha: José Malanca, Noemí Milstein, José Carlos Mariátegui, Miguel Adler, Amalia La Chira, Carmela Andreu, prima de Amalia Cavero.
Niños de izquierda a derecha: José Carlos (hijo), Amalia Cavero (hija de Guillermina), Sandro Mariátegui y Sigfrido Mariátegui.
Malanca, José
José Carlos Mariátegui en la fiesta de la Planta de Vitarte, 1929
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui en la fiesta de la Planta de Vitarte en febrero de 1929.
De izquierda a derecha: José Carlos Mariátegui, su hermano Julio César Mariátegui, Ángela Ramos, Carlos A. Velásquez; al volante, Ricardo Martínez de la Torre; en primer plano Sandro Mariátegui y Puppi Milstein.
Archivo José Carlos Mariátegui
Sandro, Sigfrido, Jose Carlos y Javier jugando en el patio de casa
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Los hijos de José Carlos Mariátegui y Anna Chiappe, Sandro, Sigfrido, José Carlos y Javier; jugando en el patio de su casa de Washington Izquierda 554.
Archivo José Carlos Mariátegui
Sandro, Sigfrido y José Carlos, hijos de José Carlos Mariátegui
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Fotografía de Sandro, Sigfrido y José Carlos, hijos de José Carlos Mariátegui, en su casa de Washington Izquierda 544, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Sandro Mariátegui en el barrio del Leuro
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Sandro Mariátegui a la edad de dos años aproximadamente en la casa de la Urbanización Leuro, Av. Shell Nº 198, Miraflores.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con su hijo Sandro en el barrio del Leuro
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con sus hijo Sandro en la patio trasero de su casa de la Urbanización Leuro, Av. Shell Nº 198, Miraflores.
Archivo José Carlos Mariátegui
Sandro, Sigfrido y José Carlos en la casa de Washington Izquierda
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Hijos de José Carlos Mariátegui y Anna Chiappe: Sandro, Sigfrido y José Carlos en el patio de su casa de Washington Izquierda 544, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con sus hijos Sandro y Sigfrido en la casa de Washington Izquierda
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe sentada con sus hijos Sandro y Sigfrido en el patio de su casa de Washington Izquierda 544, Lima
Archivo José Carlos Mariátegui
Trinidad Millares, José Carlos Mariátegui Chiappe y Sandro Mariátegui
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
De pie Sandro Mariátegui Chiappe; sentada Trinidad Millares quien sostiene en su regazo al tercer hijo de José Carlos y Anna, José Carlos Mariátegui Chiappe.
La foto fue tomada en los interiores de la casa de Washington Izquierda 544, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Hijos de José Carlos Mariátegui y Anna Chiappe
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Los cuatro hijos de José Carlos y Anna: Sandro, Sigfrido, José Carlos y Javier Mariátegui Chiappe (a José Carlos Mariátegui le gustaba mucho configurar a cuatro hijos en forma de “escalera”); la mujer en la foto debe ser Trinidad Millares.
La foto fue tomada en el patio de la casa de Washington Izquierda 554, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con su hijo Sandro Mariátegui
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe y su hijo Sandro Mariátegui Chiappe.
Archivo José Carlos Mariátegui
Carta a Anna Chiappe de Mariátegui, 19/6/1925
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Chosica, Quinta Pesce, 19 de junio de 1925
Carissima,
Come forse ti avrá giá detto Antonio il viaggio fu buono. La prima impresione della casa é anche buona. Ci sono anche bambini. Una bimba un pó piú grande del nostro gordito s’é fatta subito mia amica. Il clima é straordinario. Immediatamente si sente il cambio. Oggi comincieró i bagni di sole. Non trascurare la tua salute, te prego. Prende molto late e mangia bene.
Domani, cuando riscuoterai a Mundial e Variedades, vuota la casella postale. Cuando verrai mi porterai i giornali e riviste. Se arrivano i libri farai come t’ho detto.
Compra una spugna di gomma che mi ci vuole. Credo che ci sono da Colville. Compra anche le pile per il campanello.
Bacci a Sandrino e Sigfredo. E per te tutti i pensieri del tuo
José Carlos
Saluti di mama chi ricorda molto tutto il giorno ai bambini
José Carlos Mariátegui La Chira
Carta a Ana Chiappe de Mariátegui, 6/7/1925
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Chosica, 6 de julio de 1925
Anita mia,
ho passato la domenica in buona compagnia, ma siccome non c’eri te, siccome non c’erano i bimbi m’a sembrato di essere un pó solo. Posada mi consegno la tua lettera. Giulio mi disse che te trovavi bene.
Attendo questo giovedi, che mi sembra un po lontano quantunque sia cosi vicino. Per sentirmi non tanto solo fino giovedi ti scrivo queste righe. Cosi mi pare di essere un po con te. Mi pare che dialoghiamo, che te sono vicino e che anche tu almeno in pensiero sei presso di me.
Sceglie un regalo per il piccino. E baccialo per me finche un pó piu tardi lo bacci io stesso il suo giorno. Non esere avara con lui. Non essere stirchia.
Te curi? Spero di vederti meno magra. Altrimenti, lo sai, non ti permettero di lavorare.
Se puoi, portami un livro che si trova tra i livri grossi: un livro grigio che si titola “Ideas para una nueva concepción biológica del mundo”. Portami anche un pó di buste. E niente altro.
Non mancare, non mancarmi il giovedi. E la festa di Sigfrido; é anche una festa nostra. Piú loro crescono, piú loro fioriscono, piú sento che i giorni della nascita di Sandro e Sigfrido sono stati due giorni di festa della mia vita. M’hanno fatto amare in te, doppo della sposa, la madre, la donna feconda, sorgente di vita, di bellezza e di grazia divina.
Ti baccia con amore il tuo.
José
José Carlos Mariátegui La Chira
Anna Chiappe con su hijo Sandro Mariátegui
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe y su hijo Sandro Mariátegui en la terraza de su departamento en Via della Scrofa no. 10 int. 5., Roma.
Archivo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui junto a Anna Chiappe y su hijo Sandro M.
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui junto a Anna Chiappe y su hijo Sandro Mariátegui en la terraza de su departamento en Via della Scrofa no. 10 int. 5., Roma.
Archivo José Carlos Mariátegui
Sandro Mariátegui y Anna Chiappe
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Sandro Mariátegui en la cubierta del barco Negada regresando junto con sus padres a Perú.
La mujer que aparece en la foto es su madre Anna Chiappe.
Archivo José Carlos Mariátegui
Sandro Mariátegui en la cubierta del barco Negada (I)
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Sandro Mariátegui con un año y medio de edad en la cubierta del barco Negada regresando con sus padres a Perú.
Archivo José Carlos Mariátegui
Sandro Mariátegui en la cubierta del barco Negada (II)
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Sandro Mariátegui Chiappe con un año y medio de edad en un columpio del barco Negada con destino al Perú.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con su hijo Sandro Mariátegui (I)
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Fotografía tomada por José Carlos Mariátegui, quién escribió la siguiente leyenda:
José Carlos Mariátegui La Chira
Sandro Mariátegui recién nacido
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Sandro en su carriola, en la terraza del departamento donde vivían Anna y José Carlos, en Via della Scrofa no. 10 int. 5., Roma.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con su hijo Sandro en Roma
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con el pequeño Sandro Mariátegui en la terraza del departamento donde vivían con José Carlos, en Via della Scrofa no. 10 int. 5., Roma.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con sus hijos Sandro y Sigfrido
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con sus hijos Sandro y Sigfrido en su casa de la Urbanización Leuro, Av. Shell Nº 198, Miraflores.
Archivo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui con sus hijos Sandro y Sigfrido
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui con sus pequeños hijos Sandro y Sigfrido en el patio de su casa de Washington Izquierda nro. 554, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui junto a sus cuatro hijos
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui junto a sus hijos Sandro, Sigfrido, José Carlos y Javier en el patio de su casa de Washington Izquierda 554, Lima.
Malanca, José
Anna Chiappe junto a tres de sus hijos Sandro, Sigfrido y José Carlos
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe junto a tres de sus hijos: Sandro, Sigfrido y José Carlos.
Sal y Rosas, Federico
José Carlos Mariátegui en la playa La Herradura
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui junto a Anna Chiappe y amigos bañándose en la playa La Herradura, Chorrillos.
De izquierda a derecha: Manuel Hilario Pozo, José Carlos Mariátegui, Anna Chiappe, Trinidad Millares y su hijo Sandro Mariátegui.
Florez, Ricardo E.
José Carlos Mariátegui con sus hijos Sandro y Javier
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui con sus hijo mayor Sandro y el menor Javier sentado en sus piernas, en el patio de su casa de Washington Izquierda 554, Lima.
Variedades
José Carlos Mariátegui Chiappe sentado en su caballo de madera
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui Chiappe, tercer hijo de José Carlos y Anna, en su caballo de madera en el patio de su casa de Washington Izquierda 544, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Carta de Blanca Luz Brum, 1/2/1928
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Santiago de Chile, 1°de febrero de 1928
Mi querido y siempre grande José Carlos Mariátegui:
Cuidado que enseña a sostenerse y a pararse Ud. a todos nosotros. Precisamente Ud., el incapacitado materialmente, es el único de las actitudes rectas y definitivas. Desde luego no es una nueva. Pero es una nueva Amauta, heroico amigo, admirable, conmovedor. Con Amauta en las manos otra vez, se me han caído las lagrimas: y qué vergüenza de mí y de tantos otros que todavía estamos revoleándonos en la “gloria de la deportación”. Así me gusta decírselo a Ud. con humillación, con asco para que el contraste sea más fuerte.
Amauta me ha hecho un bien enorme, y estoy segura que no es a mí sola, es como si nos hubiera sorprendido derrepente medio olvidados, haraganes y piojosos por algún rincón de este potrero americano y sacudiendo un látigo nos gritara: ¡arriba muchachos ¿no ven que está saliendo el sol detrás de los monolitos de piedra? “¡aquí la acción!” Otra vez, querido José Carlos, estamos con la garganta en pie, y el entusiasmo y la audacia todos, otra vez bajo sus ojos agudos y su corazón jovial y fuerte.
No me pregunte nada de mis días en Chile, aquí da vergüenza mirarse la cara en un espejo y saber qué es uno. Uno que se está aguantando tanta inmundicia y tanta mariconada, uno con el pico cerrado y los ojos cerrados y la vergüenza cerrada, ¿qué le parece la Asociación de Profesores, esos sirvientes del carabinero Ibáñez? y esos “poetas de vanguardia” el Seguel, el Díaz Casanueva, el Rosamel del Valle, etc., todos éstos los tengo marcaditos como ganado nuevo. Ya!!! Sin embargo, de repente se siente patalear el Apra, por ejemplo cuando cae preso una, dos, tres veces el camarada Mendoza, con él se irá a Buenos Aires toda el Apra de Chile. Yo como de costumbre he peleado con una cantidad de maricas. ¿Spikin Howard? ¡no me haga reír! se pasa escondido día y noche en casa del Dr. Rodrigo Donoso, médico militar que sirve al actual régimen. Ese pobre de Alberto Spikin es un sentimental terrible, después de Chopin se queda muerto, no sirve nada más que para el taburete del piano. ¿Barrios Varela? Ah, ese es un gran socialista Revolucionario.
etc, etc, etc, etc, etc.
El único macho y verdadero Revolucionario es Humberto Mendoza fundador del Apra, y de grandes actividades obreras; por eso sale en este mes deportado a Buenos Aires con su compañera, una hermosa mujer de ojos verdes. Chile no tiene juventud, aunque pretendan excusarse con la dictadura, “no cala”. Perú la tiene hace 8 años ¡y todavía no están acostumbrados! ni comenzaron aguantándosela como ellos. Y si algún movimiento revolucionario ha habido en este período ha sido para un simple cambio de silla “del cuartel a la moneda” y de la moneda a la calle y una patada en el traste (Ibáñez, Alessandri) y siguen las intrigas políticas y siguen revoleándose, casi todos los jóvenes son grandes alessandristas, Spikin por ejemplo, fue a despedirlo y tiene el retrato de Alessandri presidente frente a su cama.
Me gusta chismearle un poco para entretenerlo como en las lindas tardes que caía por su casa y usted muy pícaro y muy astuto me tiraba la lengua.
¿Qué más? estoy preparando un libro de prosas, se parece a una novela y se llama “el reloj de las imágenes caídas”. Le envío ese poema a Nicaragua. Miró Quesada y otros apristas bonaerenses se burlaron de mí porque los invité a formar un ejército libertario para ir a Nicaragua junto a las tropas de Sandino— ¡qué le vamos a hacer! Usted sabe que no tengo pose, yo no tengo la culpa que las cosas más verdaderas y dolorosas de mi alma tropiecen con la realidad y con la imbecilidad de un modo cómico. Pero siempre soy la misma. Cuente conmigo de todos modos. Yo le puedo vender uno por uno los números de Amauta, puedo conseguirle suscriptores y puedo salir con un fusil en las manos y dejarme matar por Ud. querido y extraordinario hermano. Aquí más que nunca recuerdo a su dulce y gran compañera, a la muy heroica Anita, abrácele con toda mi lealtad y mi cariño, asimismo a los pequeños, al Sandro tan engreído, al Sigfrido tan huraño, siempre metido debajo del escritorio, y por último a ese que le hace caer la baba a su padre al muy gordo y rico José Carlitos. Abrace a su madre, a Julio César, a los camaradas linotipistas que tanto los embromé con Guerrilla, a todos, a todos, y siempre a Usted mi entusiasmo y mi fe
Blanca Luz
Blanca Luz Brum
José Carlos Mariátegui con su hijo Sandro M.
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
José Carlos Mariátegui y su pequeño hijo Sandri en la terraza de su casa de la Via della Scrofa, Roma, 1922.
Archivo José Carlos Mariátegui
Sandro Mariátegui recién nacido (II)
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
El hijo mayor de José Carlos Mariátegui, Sandro, en la terraza del departamento donde vivían Anna y José Carlos, en Via della Scrofa no. 10 int. 5., Roma.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con su hijo Sandro posiblemente en Berlín
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con el pequeño Sandro en lo que posiblemente sería las calles de Berlín cuando José Carlos fue invitado al Sturm Ball el 3 de febrero de 1923
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe junto a sus cuatro hijos
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe junto a sus cuatro hijos en el patio de su casa Washington Izquierda 554, Lima.
De izquierda a derecha: Javier Mariátegui, Jose Carlos Mariátegui, Anna Chiappe, Sigfrido Mariátegui y Sandro Mariátegui (detrás)
Malanca, José
Anna Chiappe con sus hijos Sandro, Sigfrido, José Carlos y Javier
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con sus cuatro hijos Sandro, Sigfrido, José Carlos y Javier en el patio de su casa de Washington Izquierda 544, Lima.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con sus hijos Sandro y Sigfrido (II)
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe con sus hijos Sandro y Sigfrido en su casa de la Urbanización Leuro, Av. Shell Nº 198, Miraflores.
Archivo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe cargando a su hijo José Carlos M. Chiappe
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Anna Chiappe sosteniendo a su tercer hijo José Carlos Mariátegui Chiappe; a su derecha, Sandro Mariátegui Ch., y a su izquierda su otro hijo, Sigfrido Mariátegui Ch.
En el fondo la mujer sentada es la la Sra. Melchor quién fuera la suegra de Guillermina Mariátegui, hermana de José Carlos Mariátegui.
Archivo José Carlos Mariátegui
Carta de César Falcón, 12/9/1926
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
26, Bellevue Road,
West Ealing
London, W.13
12 de setiembre de 1926
Querido José Carlos:
Aquí va otra carta mía, sin tener aún respuesta de mis tres últimas. No importa, sin embargo. Leo con frecuencia tus artículos en Mundial y Variedades y ellos, aunque imprecisamente, me comunican contigo. Pero ahora no podemos reducirnos a esta comunicación incongruente. Escríbeme, pues, muy pronto y con frecuencia.
Hoy te mando los primeros papeles impresos sobre el semanario. Muy pronto te enviaré otros, otros más luego y todos los demás hasta su completa organización. Estamos trabajando afanosamente en este proyecto, porque, en realidad, no se trata del semanario mismo, sino de nuestra propia organización política. Ya te lo dije en mi carta anterior.
Todo el plan ideológico y administrativo de él ha sido trazado con tal fin. Historia Nueva debe ser el órgano de un núcleo orgánico en cada país nuestro, y más tarde, cuando completemos su organización, en cada ciudad, en cada pueblo de nuestros países. Por lo pronto estamos formando un grupo de redactores y colaboradores en cada país hispanoamericano y en cada región de España. Así, por virtud del trabajo en común, se conseguirá la unión y el acuerdo de cuantos hombres tenernos la emoción del ideal de nuestro resurgimiento como conglomerado racial.
Los papeles adjuntos te dirán claramente cuál es el principio básico del periódico Está expresa do en síntesis, mas, a pesar de ello, con la amplitud indispensable para ser un eficiente punto inicial de vinculación y trabajo. Pero como esto solo no sería suficientemente eficaz, nos hemos ocupado de engranar el propósito en un bien combinado régimen administrativo. Historia Nueva tendrá en cada país hispánico de América y en cada región española un redactor absolutamente responsable y libre- dentro, claro es, del principio ideológico del semanario-- a cargo de la sección correspondiente y, en torno de él, un grupo de colaboradores.
En los papeles sucesivos verás cuál debe ser el carácter, modo y finalidad de las informaciones y colaboraciones. Las informaciones deberán ser muy sucintas y reflejar, en lo posible, la vida nacional en sus aspectos más importantes. Las colaboraciones deberán tener un cierto carácter técnico, ilustrativas de las informaciones, para dar así una visión profunda y autorizada de cada problema, de cada asunto.
Ahora estamos recibiendo las listas de colaboradores. Organízame la del Perú. Háblale y compromete a un número amplio de personas, porque, como tú comprenderás, el Perú es nuestra preocupación dominante. Conforme a nuestro plan, necesitamos colaboradores en todos los sectores de la actividad y los problemas nacionales para dar siempre artículos eficientes sobre cada tema.
Mándame enseguida, en cuanto la organices, -y organízala en el día- la lista de colaboradores peruanos, porque la necesitamos con mucha urgencia para imprimir los cartelones de anuncio.
Esta semana ha quedado Caro en enviarme los originales de la novela. Al fin he conseguido decidirlo a devolvérmelos. Te los enviaré enseguida. Debo hacerle un prólogo. Pero, para ganar tiempo, te mandaré la novela y el prólogo irá después.
Mi mujer me encarga saludarte con todo su afecto, así como a la luya y a los niños (ya he visto al joven Sandro hecho un personaje e indiferente al recuerdo de su histórica excursión por el Danubio).
Con la expresión de mi cariño para los tuyos, te abraza fraternalmente.
César
Te repito mi vehemente petición de todas mis cartas: escríbeme enseguida.
Falcón, César
Carta de Artemio Ocaña, 24/9/1922
Parte diFondo José Carlos Mariátegui
Lima, 24 de setiembre de 1922
Señor J. C. Mariátegui
Querido amigo:
Hace algún tiempo que no tengo noticias de Ud. por consiguiente tampoco de Anita ni del piccolo Sandro Tiziano; ansío vivamente que todos Uds gocen de perfecta salud por esas tedescas ciudades que hoy visitan. Yo estoy bien de salud y con muchas perspectivas de mejorar mi situación económica, pues, tengo algunos proyectos a la vista, y creo que algunos de ellos , será una realidad en breve tiempo. Para entonces podré cancelar en parte la deuda que tengo contraída con Uds.; digo en parte, porque humanamente me sería imposible pagar aquella inmensa deuda de gratitud que debo a Uds., mis buenos y nunca olvidados amigos generosos.
Le he escrito varias cartas y hasta la fecha no tengo todavía respuesta. Tan solo he recibido algunas postales de diferentes ciudades tedescas.
Supongo que ya estará Ud. batiéndose con el alemán; lo mismo que mi comadre Anita.
Yo todavía siento la nostalgia de Europa y no pierdo la esperanza de regresar, pero regresar con mi dinero, porque con el del gobierno ya sé por experiencia cuánto se sufre.
Lima la misma, con sus chismes e intrigas de comadre.
El gobierno siempre firme, todas las pequeñas tentativas revolucionarias, se estrellan contra la roca inamovible que hoy representa el Gobierno de Leguía. El país ha progresado bastante en estos dos últimos años y hay grandes proyectos ferroviarios que en época no lejana dará un enorme impulso al progreso del país.
Sé que ayer ha llegado el Dr. Osores con su familia.
Don Pedro no ha cambiado nada es el mismo de siempre con las mismas costumbres y mañas de toda la vida. Es el mismo niño Goyito: flojo, renegón y conchudo. De regreso con genio y figura hasta la sepultura.
Cabral y señora me encargan se saludarlo; ya tienen una encantadora muñequita, se llama Pilar.
Querido Mariátegui, soy de Ud. como siempre su constante amigo y admirador.
Sin más por el momento se despide su atto y S?S
[Firma de Artemio Ocaña]
P.D. Mis más cariñosos recuerdos para mi comadre Anita y para el Piccolo Sandro.
Ocaña, Artemio