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Revista Amauta Text With digital objects
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Tarjeta de Mariano Iberico, 9/10/1928

[lugar indescifrable], 9 de octubre de 1928
Mariano Iberico saluda afectuosamente a su distinguido amigo Mariátegui, le agradece vivamente por el envío de su admirable libro.
Muy pronto tendré el gusto de ir a hacerle una visita, para charlar largamente. No olvido mi ofrecimiento para Amauta y espero poder cumplirlo pronto.

Iberico Rodríguez, Mariano

Carta de Fernando Márquez Miranda, 10/5/1927

Buenos Aires, 10 de mayo de 1927
Señor José Carlos Mariátegui.
Lima. Perú.
Personal.
Querido amigo y compañero:
Creo que habrá recibido Ud., en su oportunidad, la “comunicación oficial” de la declaración oficial de la U.L.A. con respecto a Amauta. Sé, además, que Palacios le escribió enviándole un recorte del Telégrafo de ésta, en donde se hacía referencia de tales cosas. A mi vez he demorado en escribirle particularmente, porque sus amables líneas envolvían, sin duda alguna, un pedido imperioso de colaboración. Deseaba enviarle algo nuevo, vale decir inédito, pero quehaceres siempre importunos y absorbentes me lo impiden por ahora. Sin embargo, más adelante irá. Amauta está cada vez mejor. Este número 7, que su amabilidad ha hecho llegar hasta mí, es magnífico, desde el destructor editorial universitario, hasta las notas críticas, de la bibliografía.
Sin embargo, y como no me resigno a no colaborar en Amauta por ahora, después de sus bondadosas palabras ofertorias, le envío mi “Escorzo de Romain Rolland”, que acaba de ver la luz en Estudiantina, revista de estudiantes del Colegio Nacional de La Plata, editada como homenaje a Rolland y cuyo número íntegro, creo que habrá Ud. recibido oportunamente. Dada su extensión, no me hubiera permitido enviárselo, a no mediar la circunstancia de que, precisamente en el número 7 de Amauta, publica Ud. un trabajo de Honorio F. Delgado, sobre interpretación freudiana de los sueños, que excede, presuntivamente, de la extensión de mi ensayo. Otro motivo de zozobra y de duda, antes de enviárselo, ha sido para mí el no saber si Ud. habría tratado ya este asunto en su célebre Escena Contemporánea, libro inencontrable en ésta, por cuya razón he temido enviar mi titubeante ensayo a quien quizás haya tratado este personaje, con el esplendor habitual en él.
Ud. sabrá, pues, mi querido Mariátegui, disculpar —si éste es el caso—, que yo no le cite en mi texto y encontrar, en estas inquietas líneas, la sugestión del envío de su Escena, si es el caso de que posee aún algún ejemplar de libro tan importante como poco conocido.
Esperando que Ud. sepa acoger, con su simpatía tan característica, a mi pobre “Escorzo”, en las páginas del próximo número de Amauta, le ruego acepte el fuerte apretón de manos con que rubrico mi sincera amistad.

F. Márquez Miranda

P.D. Este trabajo no es inédito, pero como si lo fuera. Nadie irá a leerlo a las páginas de Estudiantina, salvo los alumnos del Colegio Nacional. Ud. podrá salvarlo de una ineditez efectiva, que quizás no merezca. Perdone la extensión de esta carta, que parece diario de a bordo, por lo larga. Vale.

Márquez Miranda, Fernando

En torno al tema de la inmigración [Artículo]

En torno al tema de la inmigración

La Conferencia Internacional de Inmigración de la Habana, invita a considerar este asunto en sus relaciones con el Perú. Parecen liquidados, por fortuna, los tiempos de política retórica en que, extraviada por las fáciles elucubraciones de los programas de partido y de gobierno, la opinión pública peruana se hacía excesivas o desmesuradas ilusiones sobre la capacidad del país para atraer y absorber una inmigración importante. Pero el problema de la inmigración no está aún seria y científicamente estudiado, en ninguno de sus dos aspectos: ni en las posibilidades del Perú de ofrecer trabajo y bienestar a los inmigrantes, en grado de determinar una constante y cuantiosa corriente inmigratoria a su suelo, ni en las leyes que regulan y encauzan las corrientes de emigración y su aprovechamiento por los pueblos escasamente poblados.

Las restricciones a la inmigración vigentes en los Estados Unidos desde hace algunos años, han mejorado un tanto la posición de los demás países de América en lo concerniente al interesamiento de los inmigrantes por sus riquezas y recursos. Pero este es un factor general y pasivo del cual tienen muy poco que esperar los países que no se encuentren en condiciones de asegurar a los inmigrantes perspectivas análogas a las que convirtieron a Norte América en el más grande foco de atracción de la inmigración mundial.
Estados Unidos ha sido, en el período en que afluían a su territorio fabulosas masas de inmigrantes, una nación en el más vigoroso, orgánico y unánime proceso de crecimiento industrial y capitalista que registra la historia. El inmigrante de aptitudes superiores, hallaba en Estados Unidos el máximo de oportunidades de prosperidad o enriquecimiento. El inmigrante modesto, el obrero manual, encontraba, al menos, trabajo abundante y salarios elevados que, en caso de no asimilación, le consentían repatriarse después de un período más o menos largo de paciente ahorro. La Argentina y el Brasil, además de las ventajas de su situación sobre el Atlántico, han presentado, en otra proporción y distinto marco, parecido proceso de desenvolvimiento capitalista. Y, por esta razón, se han beneficiado de los aluviones de inmigración occidental en escala mucho mayor que los otros pueblos latino-americanos.

El Perú, en tanto, no ha podido atraer masas apreciables de inmigrantes por la sencilla razón de que, -no obstante su leyenda de riqueza y oro- no ha estado económicamente en condiciones de solicitarlas ni de ocuparlas. Hoy mismo, mientras la colonización de la montaña, que requiere la solución previa y costosa de complejos problemas de vialidad y salubridad, no cree en esa región grandes focos de trabajo y producción. La suerte del inmigrante en el Perú es muy aleatoria e insegura. Al Perú no pueden venir, sino en muy exiguo número, obreros industriales. La industria peruana es incipiente y solo puede remunerar medianamente a contados técnicos. Y tampoco pueden venir al Perú campesinos y jornaleros. El régimen de trabajo y el tenor de vida de los trabajadores indígenas del campo y las minas, están demasiado por debajo del nivel material y moral de los más modestos inmigrantes europeos. El campesino de Italia y de Europa central no aceptaría jamás el género de vida que puedan ofrecerle las mejores y más prósperas haciendas del Perú. Salarios, vivienda, ambiente moral y social, todo le parecería miserable. Las posibilidades de inmigración polaca, -apesar de ser Polonia uno de los países de mayor movimiento emigratorio, a causa de su crisis económica- están circunscritas como se sabe a la montaña, a donde el inmigrante vendría como colono -vale decir como pequeño propietario- y no como bracero. Las leyes de reforma agraria que, después de la guerra, han liquidado en la Europa Central y Oriental -Tcheco Eslovaquia, Rumania, Bulgaria, Grecia, etc., -los privilegios de la gran propiedad agraria, hacen más difícil que antes la emigración de los campesinos de esos países a pueblos donde no rijan mejores principios de justicia distributiva. El trabajador del campo de Europa, en general, no emigra sino a los países agrícolas donde se ganan altos salarios o donde existen tierras apropiables. Ni uno ni otro es, por el momento, el caso del Perú.
Las obras de irrigación en la costa, en tanto que una reforma agraria y el régimen de trabajo -no parecen tampoco destinadas a acelerar la inmigración mediante la colonización de las tierras habilitadas para el cultivo. El derecho de las yanacones y comuneros a la preferencia en la distribución de estas tierras, se impone con fuerza incontestable. No habría quien osara proponer su postergación en provecho de inmigrantes extranjeros.

La montaña, por grande que sea el optimismo que encienda intermitentemente la fortuna de sus pioniers, -cuyos innumerables fracasos y penurias tienen siempre menor resonancia,- presentará por mucho tiempo los inconvenientes de su insalubridad y su incomunicación. El inmigrante se aviene cada día menos a los riegos de la selva inhóspita. La raza de Robinson Cruzoe se extingue a medida que aumentan las ventajas de la convivencia social y civilizada. Y ni aún las razones de patriotismo logran triunfar del legítimo egoísmo individual, en orden a las empresas de colonización. Italia no ha logrado dirigir a sus colonias africanas ni las corrientes rumanas ni los capitales que fácilmente parten a América, con grave peligro de desnacionalización, como bien lo siente el fascismo, que se imagina encontrar un remedio en prerrogativas incompatibles con la soberanía y el interés de los estados que reciben y necesitan inmigrantes.

El Perú tiene que resolver muchos problemas económicos, antes que el de la inmigración. Y para la solución de este último, se prepararía con más provecho si el fenómeno de la emigración e inmigración, en su móvil realidad, fuera objeto de un estudio sistemático y objetivo, practicado con amplio criterio económico y social.

José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Luis E. Valcárcel, 20/2/1929

Balneario de Jesús, Arequipa, 20 de febrero de 1929

Querido compañero J. C.

En vísperas de salir del Cusco escribí a Ud., contestando su última carta.
Aquí estoy hace más de quince días, haciendo cura mineral y de reposo.
Releí su gran libro y las anotaciones que me sugirió resérvolas para una serie de artículos. Envié más bien a García Monge una síntesis expositiva de 7 Ensayos. Tengo que decirle otra vez que su reciente obra es fundamental para el estudio de nuestros problemas.
Apenas llegado, le envié una crónica sobre la obra artística de Tupayachi.
En Arequipa compré el n° 20 de Amauta, cuyo interés sobrepasa toda expectativa.
Le recomiendo muy especialmente la lectura de un magnífico proyecto pedagógico de la Escuela Hogar Indígena, debido a dos buenos maestros de Sicuani: Julio C. Acurio y María Judith Arias. Está inserto en el Boletín de Enseñanza de diciembre último que puede Ud. conseguir en la Dirección General de idem. Valdría la pena de acogerlo, en todo o en parte, en Amauta. Si acepta usted lo insinuado, le mandaré después un comentario que se lo merece apologético la feliz iniciativa.
Me preocupa hondamente la economía de Amauta, y desearía estar en posibilidades de ayudar pecuniariamente; por desgracia, lejos estoy de toda holgura económica, atenido a honorarios reducidos como abogado y a haberes exiguos como profesor.
Salvados algunos compromisos urgentes, supongo que Oyague estará ya en disposición de girar cuando menos Lp 10, como me ofreció. Velasco está atingido de deudas —¡la librería es un fracaso en el Cuzco!— y pide todavía que lo esperemos.
A partir del próximo número, voy a optar por vender Amauta al contado, sin darlo ya a comisión, por el mal éxito que ésta tiene. Tengo mucho interés en leer el libro de Abelardo Solís sobre la Cuestión Agraria. ¿Puede Ud. conseguirme un ejemplar? En el comienzo de estas vacaciones cumplí con don Rafael Larco Herrera con proporcionarle todo el material gráfico y artístico para su Gran Álbum del Cusco que editará a todo lujo en Europa. Si, como se prevé, la edición sale perfecta, tendremos un poderoso medio de propaganda de nuestras riquezas arqueológicas y naturales.
Del Cuzco le enviaré una crónica sobre Francisco González Gamarra, con algunas reproducciones de sus magníficas aguafuertes. Es el pintor del Inkario. Está actualmente pintando óleos de gran formato que reproducen escenas brillantes del Imperio.
Hace dos años que soy rotario, más por curiosidad y compromiso. ¿Qué opinión le merece el Rotarismo? Precisamente en 2 y 3 de marzo voy a asistir en Arequipa a la 2a. Conferencia Nacional. Plantearé tres cosas:
1) ¿Qué tiene que hacer Rotary con la Masonería? (concomitancias de que le acusa el clero).
2) ¿Qué relación guarda con el imperialismo yanqui?
3) ¿Qué actitud asume el Rotary ante el Socialismo? (Se le acusa de defender a la burguesía).
Ya conseguí en Arequipa y estoy leyendo los dos tomos del Diario de Viaje de un filósofo, de Keyserling. Desgraciadamente, no encontré un solo ejemplar de El Espectro de Europa.
Con un afectuoso apretón de manos, soy su leal camarada
Luis E. Valcárcel

Valcárcel, Luis E.

Carta a Abelardo Hurtado de Mendoza, 10/5/1927

Transcripción completa (se ha respetado la grafía del original)
Lima, 10 de mayo de 1927
Sr. Abelardo Hurtado de Mendoza
Morococha
Muy señor mío:
La exposición que publicamos en el No. 8 de "Amauta" respecto a la situación financiera y el programa administrativo de la revista, lo informará a Ud. de la organización, a la fecha bastante avanzada, de la Sociedad Editora "Amauta". Sobre esta ampliación de las bases económicas de "Amauta", que entra resueltamente en un periodo de estabilización y desarrollo, llamamos la atención de Ud. seguros de su cooperación entusiasta.
Si es posible colocar entre los amigos y simpatizantes de su población a algunas acciones, encargamos a Ud. la gestión respectiva. El valor de la acción es de Lp. 5.0.00 pagaderas así: el 50% al suscribir la acción y el resto en cinco armadas mensuales. Los pedidos deben ser dirigidos a Josep Carlos Mariátegui, organizador de la Sociedad.
Debiendo la Sociedad asumir la administración de la revista desde el No. 9, nos urge praticar a la brevedad posible la liquidación de las cuentas de "Amauta" hasta el No.8, a cargo de José Carlos Mariátegui. Para esto contamos con el concurso de nuestros agentes.
Su debe hasta el No. 7 asciende ala suma de Lp. 4.0.00, cantidad que rogamos a Ud. nos la remita por giro postal o por un cheque comprado a cualquier comerciante de la localidad. Si tuviera Ud. números sobrantes, le rogamos cargarlos a la cuenta del No. 8que le hemos expedido por correo pasado.
Con los más cordiales sentimientos, me es muy grato suscribirme de Ud. atte. y S.
Administrador

Sociedad Editora Amauta

Carta a Mario Nerval, 24/8/1928

Lima, 24 de agosto de 1928

Señor Mario Nerval,

La Paz.

Muy señor nuestro:
Tenemos el gusto de recibir su carta del 17, en la que nos incluye la del 3 de junio ppdo. Lamentamos profundamente que su carta se haya extraviado. Estamos remitiendo los 10 ejemplares, en vez de a Oruro, para que Ud. se sriva colocarlos en esa, junto con su ejemplar del 16, porque siendo numerado no debe truncarse su colección.

Ojalá que no vuelva haber ningún tropiezo.

De Ud. attos. y S.S

Sociedad Editora Amauta

Carta de Máximo Soto-Hall, 11/8/1927

Buenos Aires, 11 de agosto de 1927

Señor
Don Manuel Seoane
Buenos Aires

Estimado señor:
Le acuso recibo de su atenta carta de 9 del corriente y en contestación a ella debo decirle que cuanto se haga en defensa de la soberanía de los pueblos latinoamericanos, merece un aplauso caluroso. Es una obligación, y muy sagrada obligación, defenderlo de los peligros que los amenazan y considero falta de patriotismo no proceder en esa forma.

con este motivo aprovecho la oportunidad para suscribirme de Ud. muy atento y S.S

Máximo Soto-Hall

Soto-Hall, Máximo

Carta de Alberto Gerchunoff, 11/8/1927

Buenos Aires, 11 de agosto de 1927

Señor Don Fernán Cisneros

Distinguido señor:

Me pongo completamente a sus órdenes para la compañía en favor de Amauta. No confío mucho en el alumbramiento del gobierno del señor Leguía, a quien lógicamente tiene que molestar la acción de un hombre libre como Mariátegui. El señor Leguía, como buen dictador de tipo americano, no puede comprender ni [xxx] la obra de Mariátegui. Si la comprendiera no sería lo que es, es decir, un pobre diablo [xxx]. No quiero denominarlo, desde luego.

Aberto Gerchunoff

Gerchunoff, Alberto

Carta de Enrique Medez Calzada, 11/8/1927

Buenos Aires, 11 de agosto de 1927

Sr.
D. Fernán Cisneros (hijo)
Ciudad.

Colega y amigo:

Contesto a su atenta de anteayer.
No he tenido oportunidad de leer muy asiduamente la revista "Amauta". Eso sí: cuando he tenido a mano algún número, lo he leído con el más vivo interés. He podido así formarme la idea de que era —o es— una de las mejores publicaciones de la América española en su género, esto es, como revista de vanguardia literaria y como órgano de discusión y de difusión de los nuevos hechos y de las nuevas ideas. Lo poco que yo sé acerca del actual movimiento literario peruano, lo sé por "Amauta", publicación que honraría a cualquier país culto y que, sin duda alguna, ha hecho mucho bien al Perú fuera del Perú. Deben ser muchos, efectivamente, los escritores argentinos y de otros países de la América española que se encuentran en mi caso.

Añadiré que mi simpatía por la personalidad y mi interés por la obra de Mariátegui no son de hoy. Lo que de él he leído, —y particularmente las correspondencias europeas que recopiló en "La escena contemporánea",— me ha llevado a la convicción de que el fundador y director de "Amauta" es uno de los escritores americanos que más cabalmente saben comprender e interpretar las inquietudes que en lo social como en lo estético, en lo económico como en lo político, agitan la conciencia de la Humanidad actual.

Le estrecha la mano su afectísima.

Enrique Méndez Calzada

Méndez Calzada, Enrique

Carta de Jaime L. Morenza, 22/11/1928

Montevideo, 22 de noviembre de 1928
Señor José Carlos Mariátegui,
Revista Amauta.
Lima (Perú)
Estimado amigo y compañero:
Ahí le mando unos poemas de Juana de Ibarbourou. Hace tiempo que los tengo en mi poder. Los retuve esperando una semblanza sobre ella, prometida por el amigo Ferreiro. Como demora en dármela se los mando solos.
Le mando también unas líneas mías. No sé hasta qué punto podrán interesar a los lectores de Amauta. Eso, usted lo verá. Por tanto queda en libertad de hacer con ellas lo que quiera. Si le parecen bien las publica; en caso contrario las tira tranquilamente al canasto.
Muy bien el nuevo formato de Amauta. Y magnífico el estudio que usted viene publicando sobre el libro del trampista belga. Creo que su trabajo ha de ser de efectos muy saludables. El libro que comenta es un libro peligroso. Su peligrosidad no estriba tanto en lo que dice— que ya se ha dicho muchas veces—, sino en el tono y en la oportunidad con que lo hace. Atravesamos por una era de confusión intelectual enorme. Hoy los matices accesorios de ciertas fórmulas, tienen más eficacia proselitista que el sentido esencial de las mismas. En el libro de de Man se da este fenómeno. Yo no veo en él otra cosa que el esfuerzo de un renegado para justificar su actitud: es el social-patriota cohonestando, con una argumentación aparentemente científica, y, en rigor, atrozmente metafísica, su traición al socialismo. Pero comprendo que no a todos le pasará lo mismo. Por eso me parece bien su análisis crítico. Es una labor de higiene intelectual que yo admiro y aplaudo. Con ella hace usted un gran bien a la juventud y a las ideas de Marx.
Hace unos días vi a Blanca Luz. Hablamos de usted. Lo estima enormemente. Yo sabía que ella se encontraba en una situación material delicada. Ello me indujo a mentirle. Fue una mentira piadosa. Le dije que usted me había indicado que le diera algunos pesos a cuenta de la liquidación de los números que recibo de Amauta. Con ese pretexto le entregué diez pesos oro. Si llega a escribirle a usted sostenga, o destruya la mentira. Yo hice eso, porque me pareció indelicado ofrecerle dinero sin más pretexto que el de la necesidad. Sobre todo tratándose de una necesidad que ella sobrelleva valientemente y a veces trata de ocultar.
Sin otro motivo, lo saluda con la consideración intelectual y amistosa de siempre su devoto.
Jaime L. Morenza

s/c. Ituzaingó, 1288 - Montevideo
NOTA.- Dígale al administrador de Amauta que me envíe liquidación para girarle importe. Adviértale que yo no acepto comisión.
Vale

Morenza, Jaime L.

Carta de Víctor Raúl a Eudocio Ravines, 1929

Esta es mi dirección
Haya De la Torre
c/o J. C. Guerrero
Madgeburgerstr. 25
Berlin. W. 35

Mi querido Eudosio:

Al fin he recibido la carta que tan ansiosamente esperaba de alguno de ustedes. Les he escrito por intermedio de Vallejo, a cargo del boureau des Grands Journeaux luego, por intermedio de un muchacho Carrera, ecuatoriano, de la Agela dé Berlin, que va a París sin rumbo cierto. También le di la dirección de Vallejo.

Recojan esas cartas y busquen al muchacho.

Cuando yo viajaba de Costa Rica a México, vía Panamá fui detenido en la Zona y expulsado en el mismo barco en que viajaba, uno de carga, alemán, y despachado a Bremen. Aquí, por fortuna he encontrado a Guerrero que es un gran tipo, completamente identificado con nosotros y él me sirvió para impedir que por falta de pasaporte fuera yo devuelto a América y por ende desembarcado en La Guayra, Venezuela. Tan pronto como el Prof. Goldschmidt me comunicó la noticia del asesinato de Mella le rogué enviara en mi nombre un telegrama de protesta. Así lo ha hecho Goldschdmit ha sido esta vez, como siempre, tan bueno.

No creo que pueda ir muy pronto a París. Aquí creo que conseguiré normalizar mi economía totalmente en desastre. Estoy ya enseñando castellano y haciendo ciertas traducciones. Mis expectativas son no de muy pronta realización pero seguras.

Toda esta gira me ha costado tremendos sacrificios de todo orden. Fui expulsado de Guatemala y El Salvador y se organizaron contra mí verdaderas campañas pagadas por la United Fruit y secundadas por los gobiernos y la prensa a ellos vendida. Libré solo tremendas batallas, pero todo esto a pesar de haberme agotado un poco ha dado tal fuerza al Apra que no hay hoy en Centroamérica nada que la iguale. El trabajo ha sido terrible pero necesario para los de fuera y para los de dentro del Apra. Nuestros compañeros quieren exigir siempre los extremos de sus líderes y especialmente de mí. Yo sé que sólo cuando me vean muerto, perforado con veinte balas dum-dum despertarán la confianza el entusiasmo y el fervor que hoy tanta falta nos hace. Esto es desgraciadamente, ley fatal en nosotros. Al leader hay que sacrificarlo como a los gansos de Navidad. Después se les hace elogios fúnebres y se vive un poco a su costa lamentándose no haber hecho más. Historia criolla trágica pero evidente.

Todas las divisiones entre nosotros no son sino eso. Eso: inferioridad y primitivismo, crueldad y algo como sadismo político de campesino suspicaces. Pero esto no lo enmendaremos, sino a fuerza de fuerza y a fuerza de sacrificios.

Aquí di, una conferencia en la Agela. La oposición de un tipo llamado Shawde nada pudo. Me refutó y lo deshice. Los muchachos están todos a mi lado y van a censurar a Shawde. Hay varios peruanos, todos unidos como por un aro de hierro.

No sé nada de México desde hace dos meses. Esperándome ellos no me escribieron más.

La situación en cuanto al Perú cambia. Muchos militares están con nosotros. Los Santibánez en Centroamérica y aquí otros. Hay interés en la joven oficialidad por nuestro movimiento. No lo han visto objetivo ni posible mientras no les entró la cosa por los canales de la famosa candidatura que tantos de nosotros con visión de topos no hicieron sino criticar. Pues hoy, las cosas están en un pie tan interesante que cada vez estoy más contento de nuestro plan, aunque el señor Mariátegui revolucionario, del papel satinado, siga diciendo que "así no se hace en Europa" o porquerías por el estilo. Pero lo que nos importa es el sentimiento de masa que ya se va formando en el Perú al punto que ustedes mismos van a sorprenderse un día. Alguna vez hablaremos de esto. Pero hemos pasado el tiempo, perdiéndolo, en discusiones y dudas y lo que pudo hacerse antes va a hacerse cuando grandes energías nuestras se perdieron en disputas y desconfianzas. Como siempre venceremos con medio ejército muerto en la lucha intestina.

Traten de ver qué se hace en la Agela para iniciar una campaña aquí. Esta misma noche, te enviaré la protesta aprista por lo de Mella. Ya les había enviado a México una declaración para Indoamérica. No va en este sobre porque no tengo aquí, de donde escribo, lejos de mi casa, el papel sellado del Apra.

Guarden religiosamente el dinero que colecten. Ahora no es. urgente aunque sea necesario, pero más tarde puede ser imprescindible.

Goldschmidt estuvo en el Perú. Desde el lanchero del Callao que lo desembarcó hasta los catedráticos de la Universidad de Arequipa incluso Valcárcel en el Cusco le hablaron de mí en términos políticos como "candidato". . . Esto da la medida de lo que pueden las palabras hechas en Política. Goldschmidt está convencido de la eficacia de nuestra táctica. Pero... no podemos hacer nada en nombre de la táctica sin que se nos acuse en nombre de la ambición y otras cochinadas. O sin que el señor Mariátegui no vea su "realidad nacional" a través de los consejos de su amigo Alfredo Piedra y otros leguiistas que dicen le sugieren las más oportunas ideas de izquierda. De ahí que Amauta figure hoy en todos los consulados y legaciones como revista de salón para probar "que en el Perú hay libertad de imprenta, puesto que se publica una revista bolchevique con perfecta anuencia del gobierno el que parece también está suscrito abundantemente". (Datos recientes) Viva el Soviet peruano...

Un abrazo y hasta pronto. No des gran curso a esta carta que está un poco síntica. No sea que aparezcan nuevos chismes. Los veo por todas partes. Estoy con más olfato que un conejo viendo orejas de galgo por todas partes. Y tengo razón, estoy más escaldado que un jinete primerizo en mula brava.

Esta noche te escribiré enviándote otras cosas. Supongo que vean Repertorio: Todos los últimos números tienen algo mío. A Deambrosis le envié recortes para que te los pasara. Búsquenlo. El escribió una gran defensa mía en Repertorio cuando me expulsaron.

A todos un abrazo.

Fdo Víctor Raúl.

Haya de la Torre, Víctor Raúl

Carta de Sixto E. Miguel, 14/1/1927

Jauja, enero 14 de 1927

Señor director de "Amauta".

Lima.

Muy señor mío:

Aprovecho la feliz oportunidad para dirigirle la presente. Deseo que en la revista mensual que dignamente dirige Ud. pueda publicarse el aviso que le adjunto. Se servirá indicarme la suma que debo de pagar por su inserción, por el curso de un medio año, o un año.

Su atto. y S.S.S

Sixto E. Miguel

Miguel, Sixto E.

Carta de Anterno Orrego, 19/12/1929

Trujillo, 19 de diciembre de 1929
Sr. José Carlos Mariátegui.
Lima.
Querido José Carlos:
No he tenido tiempo para contestarle su atenta tarjeta última. Tampoco lo he tenido para enviarle alguna colaboración para nuestra Amauta. Ahora le incluyo una, capítulo de introducción a mi libro Helios, que creo no carece de interés para la revista. Mi largo silencio y mi falta de cooperación en los últimos números gravitaban ya sobre mí de una manera tremenda.
Dentro de poco recibirá Ud. la visita de mi libro El Monólogo Eterno que se ha editado aquí en los talleres de El Norte. Le ruego que lo anuncie en Amauta para facilitar su difusión y si es posible alguna pequeña nota crítica.
Ya Spelucín le habrá enterado de que estuve detenido ocho días por orden del ministerio de gobierno, sin dárseme ninguna razón.
¿Cuándo saldrá Panoramas?
Muchos saludos para su señora y un abrazo fraternal de
Antenor Orrego

Orrego, Antenor

Carta de Humberto Mata, 29/5/1927

Guayaquil, 29 de mayo de 1927
Señor
José Carlos Mariátegui
Director de Amauta
Lima.
Señor:
Reconozco en Amauta, que usted dirige, un órgano de vanguardia en la cultura de las nuevas juventudes, y por eso molesto su atención solicitándole honre a la Asociación Escuela de Derecho de la Universidad de Guayaquil enviando para su Biblioteca, en la cual ocupará un lugar preferente, una colección de los números que se han publicado y seguirán publicándose de la importante revista a que me refiero.
Cuando me hice cargo de la dirección de la Biblioteca de la Escuela de Derecho noté que no poseía la colección de Amauta y he creído un deber mío procurársela solicitándola respetuosa y encarecidamente a usted.
Confío en que usted accederá a mi petición, y le prometo que en cuanto reaparezca la Revista de nuestra Escuela de Derecho tendré el gusto de enviarla.
Anticipo a usted mis más sinceros agradecimientos:
H. Mata

Mata, Humberto

Tarjeta Postal a Alfonso De Silva, 28/2/1927

Lima, 28 de febrero de 1927
Querido Silva:
Cuando le envié un ejemplar del número de Amauta en que se publicaba su lied, le escribí algunas líneas pidiéndole nueva colaboración.— He sabido últimamente que ha estado Ud. delicado de salud. Querría que la noticia no fuera cierta. En todo caso, formulo votos porque esté Ud. ya bien. Yo he seguido sufriendo constantes fallas en mi salud. Pero, afortunadamente, me restablezco ahora.
Envíeme para Amauta versos o música. Le mando la revista regularmente a la Legación.
Cordialmente suyo
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Jaime Torres Bodet, 21/5/1927

México, D.F., 21 de mayo de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui.
Director de la Revista Amauta.
Sagástegui 669.
Lima, Perú.
Muy señor mío:
Al recibir su carta del 27 de abril último me apresuré a releer —con el detenimiento que su solicitud reclamaba— el artículo mío que con el título de “Iberoamericanismo Utilitario” publicó Revista de Revistas en su edición No. 880 y crea usted que deploro no haber encontrado en él una frase equivocada o simplemente una violencia indebida de tono que me dieran la oportunidad, muy grata, de emprender la rectificación que usted pide ya que rectificarme es mi ocupación favorita.
Pero es el caso que, en el artículo de que hablamos, no hice responsable a Amauta de las opiniones de Hidalgo denigrantes para México que usted llama amablemente boutades y sólo cito a Amauta como el lugar en que las había recogido, obligándome a ello una elemental honradez de escritor. Si la opinión de usted y de sus compañeros de redacción no coincide con la de Hidalgo— y usted me lo asegura— no me quedará sino felicitar a usted y a ellos por su buen sentido. Pero de esta felicitación a la rectificación que quiere media una distancia que sólo la deferencia pudiera invitarme a recorrer.
El hecho de que el artículo de Hidalgo haya aparecido en la sección de ‘Libros y Revistas’ de Amauta, no salva a esa revista de la peligrosa responsabilidad de haberlo amparado, porque si bien la hospitalidad tiene sus deberes, también tiene sus derechos de selección muy claros y usted no parece haberlos ejercitado con la precisión que sus sentimientos iberoamericanos hubieran exigido. Por otra parte, decir —como usted agrega— que el “rincón bibliográfico” de Amauta no es Amauta misma, es hacer poco favor a la mentalidad del personal que está encargado de enriquecerlo.
Como usted ve, no he incurrido en ningún error de ligereza al creer a Amauta de acuerdo con la opinión de Hidalgo y si alguien está obligado a aclarar el criterio iberoamericano de esa revista —si alguno tiene— es usted mismo o quien de ello se encargue en la publicación que dirige.
De usted atento y seguro servidor.
J. Torres Bodet

Torres Bodet, Jaime

Carta Postal de María Clemencia López Pombo, 11/5/1929

Bs. Aires 1929-12- 5
Sr. José Carlos Mariátegui:
Le envíe junto con esta un grabado en "linoleum" para su revista "Amauta" rogándole sírvase enviarme un número de dicha revista en caso de publicarlo.
Saluda a Ud. atte.
María Clemencia López Pombo
s/e Charcas 2185

López Pombo, María Clemencia

Carta de Carlos Alberto Butrón, 3/2/1930

Lima, febrero 3 de 1930
Señor
José Carlos Mariátegui
Ciudad,
Maestro
Sin duda alguna ha llegado a sus manos un ensayo teatral firmado por Butrón. Es mío y en el séptimo aborto proveniente de mis amoríos con el teatro.
No habiendo sido presentado a Ud. ni por Jorge Nuñez ni por Mendoza, debido a la falta de oportunidad, es que opté por remitirle el ensayo por medio de los señores encargados de la Imprenta en que se edita "Amauta".
Como habrá notado le falta la página en que debía ir el título. Le he llamado: "UN OCASO...UN AMANECER..." queriendo significar así a una edad histórica que se va y otra que llega.
Deseo saber si Ud. encuentra aptitudes escénicas en quien está dedicado al estudio de Derecho y si vale la pena que pierda tiempo en hacer ensayos.
Yo creo haber conseguido, en algo, expresa la inquietud que nos conmueve a muchos muchachos el anhelo de un sueño que para mí es ya un amanecer. Todo quisiera renovar, hasta la técnica de la escena: cada suceso tiene un escenario; cada uno de nosotros somos un "otro" en cada momento; he aquí, porqué habrá encontrado ciertas rarezas en mi ensayo.
Reconozco en Ud. al mentor, al mentor, al sembrador de la Revolución en el Perú; pero me parece que voy a ser yo el látigo con que el Mesías arroje del templo a los mercaderes; ambición? NO. Es el deseo desesperado de acabar con los dolores que afligen a los que no tienen la fuerza para imponer la Justicia. Estas cosas no las diría, por supuesto, aquí en Lima, en la calle.
Con todo respeto le saludo.
Carlos Alberto Beltrán

Butrón, Carlos Alberto

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