Aperçu avant impression Fermer

Affichage de 5 résultats

Description archivistique
Palacios, Alfredo Conflictos Avec objets numériques
Aperçu avant impression Hierarchy Affichage :

Carta de Víctor Raúl a Eudocio Ravines, 22/03/1929

Berlín marzo 22 1929

Querido Eudosio:

Una carta corta. Hace diez días estoy en cama. Al retirarse el invierno me tumbó una bronquitis con principios de neumonía que me ha puesto los pulmones como cuatro años atrás. Están radiografiándolos. Dice el médico que es el de Goldschdmidt que, los trópicos me clavaron una puñalada por la espalda. Lo malo que estas puñaladas se llaman cavernas.

Estoy muy pobre y toda mi correspondencia anterior esta aquí retardada por falta de estampillas. La histona de siempre. "El imperialismo inglés" no paga ni para estampillas.

Recibí abundante correspondencia del Perú vía México, vía Nueva York y vía Buenos Aires. La campaña contra mí es inmensa. Mariátegui la empuja. Todos los datos anuncian que hay consigna terminante de Moscú de acabar conmigo.

Pero yo les evitaré el trance. Me separo. Tan pronto como me levante recdactaré un manifiesto a los obreros, estudiantes, etc. del Perú anunciando mi retiro total, definitivo de tod lid política en el país. Haré un examen detenido de la situación, precisaré mis puntos de vista pasaré por rayos X a los poetitas y daré el toque de retirada.

Desde aquí, desde el Instituo, haciendo otra labor no menos importantes seguiré la lucha. Hasta la muerte que no parece tan lejana. Estoy contento.

La negativa de ustedes a aceptar mi renunia tiene solo un valor moral, pasajero. Yo me voy y me voy de veras y para siempre.

El antiimperialismo me tendrá siempre en filas, pero desde más lejos, desde la artillería pesada. Desde la ciencia, no desde las guerrillas hoy inundadas de porquería.

Te adjunto una carta para el poetita Bazán quien no conozco. La carta es como para él. Se trata de un chisme de ese "líder máximo". ¡Estupendo! ¡Cuánto para reír antes de morirse!

Sé que el facismo militar como el de Chile se prepara en el Perú, Mariátegui, como los comunistas italianos del 21 le abre las puertas. El Musolini con el charreteras del Perú (ayudado por el imperialismo) le levantará a Mariátegui un monumento con pata.

Espero que podré hacer público mi manifiesto el 23 de mayo próximo. Me ofrecen remitir datos concretos de que Amauta reapareció bajo el compromiso de boycotearme. No me iré sin blandir lo que queda del cuerpo de Mariátegui en alto por el muñón. Le dejaré caer en su propia porquería y ahí será rey. Claro, rey de la ínclita Majestad de los reyes criollos. ¡Vive le roi!

En México hay otro poetita en contra mía: Pavletich. Su odio es paranoico, específico. Viene porque me opuse terminantemente a que le quitara la mujer a Serafín del Mar, Magda. Ella está en buenos términos conmigo pero él me odia. Del Mar quiere matar a Pavletich y los comp. lo han enviado a Yucatán. Creo que Magda irá a La Habana para encontrarse con él. Todo esto debe ser confidencial por ahora aun que apeste.

Magda me avisa algo formidable. La policía mexicana acusa del asesinato de Mella al Partido Comunista. Resulta que Mella se había separado del P. dos semanas antes de su muerte. Fue castigado y amenazado. Dice Magda que todo esto es otra inmundicia. No me sorprende. Mella, yo se lo dije, tenía que ser aprista. El rió de esto pero se quedó un poco pensativo cuando se lo pronostiqué. Dicen que esta habría sido su decisión. Todo va a descubrirse.

Ustedes adelante. Limpien todo lo que puedan. Escribe al Perú y hazles ver que están jugando con fuego. Yo nada puedo. Estoy liquidado.

Ahora a trabajar en el destierro vitalicio. Espero levantarme pronto y seguir adelante. No me iré de la vida sin dejar algo que me justifique una vez más.

Un abrazo. Esta carta es casi reservada. Busca a Heysen. Dile que no le envié la carta que está escrita por pobreza y por enfermedad. No tuve varios días ni para un frasco de Sirop Fammel. Aquí cuesta 35 francos y en París 10. Si alguien se viniera cómprense unas botellas y envíenmelas. Es lo único que me desinfecta los pulmones y me alivia. Pero aquí es caro.

Hermano, estoy alegre como nunca. Ya vino el sol. Un amigo me trajo un fonógrafo con discos incaicos. Esto me ha curado más que todos. Mis amigos son ingleses y alemanes. Sólo uno o dos latinos. Ya estoy hecho completamente a una total sensación de extranjero.

Un abrazo fuerte y hasta pronto

VR

Haya de la Torre, Víctor Raúl

Carta de Víctor Raúl a Eudocio Ravines, 19/02/1929

Berlín 19 feb.

Mi querido Eudosio:

Al fin recibí tu carta. Tanto tiempo de no verte me había hecho pensar mal de ti. Le había escrito a Heysen quejándome. Claro. Ustedes suelen cambiar de un día a otro. Tú no eres el aprista de hace año y medio. Eres otro, totalmente otro. De todos modos, hermano mío, te quiero como siempre, te admiro como siempre y todo lo que pudiera hacer de mi parte lo haría por ayudarte a tomar el real camino.

Te escribo bajo un estado de ánimo verdaderamente feliz. Pero feliz en un sentido moral si quieres aceptar el vocablo. Te escribo después de haber redactado mi formal renuncia a la secretaría del Apra, y al movimiento todo en lo que tiene de directivo. Quiero eliminar mi persona. Quiero estar en el plano en las filas, en la masa. Ahora ustedes mandan, ustedes gobiernan, ustedes dirigen. Asuman totalmente la responsabilidad de líderes.

No he leído aún los documentos. Me interesa primordialmente tu carta. Ella es fraternal y fuerte. Yo no tengo odios para nadie, ni resquemores, ni envidias. Mi papel se cumple y se cumple a través de nuestra reducida historia revolucionaria. No ambiciono nada ni quiero nada. Si hoy mismo pudiera eliminarme totalmente lo haría. Esta renunciación mía a la dirección del Apra que Heysen te hará conocer, te dirá mucho. Te dirá todo, si aún me comprendes y me quieres tanto como yo te quiero y te comprendo a ti.

Esta máquina de escribir es horrible. Alemana, hija de una técnica distinta a la nuestra. Por eso no podemos adaptarla al comando del cerebro nuestro, determinado por una intensidad distinta. Perdona pues las faltas. Ni escribir se puede con aparatos' técnicos que no corresponden a nuestra capacidad de acción...

Y sigo: creo que, hay divergencias dentro del Apra y deben existir. Son síntomas de vida. Además, la participación de los intelectuales y anarquistas, —tú eres de los poetas de la dulce y tentadora Acracia— es necesaria. La controversia es útil. Es lucha y es vida. Militia est vitam hominis super terra, dijo el viejo Job y Heráclito, precursor de Hegel y abuelo dialéctico de Marx no se apartan de este principio. Pues bien, la lucha es síntoma de vida. Lo trágico es la lucha que anuncia muerte. La agonía, el estertor, la
tremenda etapa final de lo que concluye. Por fortuna nosotros estamos lejos de todo esto. Estamos naciendo. El embrión tiene disputas intrauterinas. Cuando, fracasa es aborto, cuando vence es nacimiento.

Me gustan las disputas. Me alegra que yo haya sido envuelto y arrollado y triturado por ellas. Pero vamos de frente. Te pido desde el fondo de mi inautoridad actual seguir por el camino de la eficiencia y del realismo.

Yo renuncio. ¿Crees tú que podría pedirse a Palacios la aceptación de la jefatura aprista y dejar para el primer congreso nuestras divergencias actuales?

¿Crees tú imposible que nos unamos en todo lo que tenemos de común y abandonemos por un momento, las discusiones excesivas?

Lo espero de ti. Haya de la Torre se va. Toma el camino del cuadro, del pelotón, de la fila. No conspirará, no hará nada sin la orden de los nuevos jefes. Se aleja. Se marcha a trabajar como mero peón.

Pero que esto sirva. Ve bien. Pon los ojos de tu conciencia frente a la realidad. Que se salve el Apra. Si quieren que el Partido Peruano muera como aprista que muera. Yo tengo que transigir. Mariátegui no transigirá nunca porque es inválido, porque es cojo y porque es fantaseador. Yo transijo. Que muera el P. N. P. pero que viva el Apra. Dejemos una y otra cosa libres. Que la experiencia nos ofrezca resultados;

Estoy contento de mi decisión. Goldschdmidt la apoya fuertemente. Ojalá ustedes realicen todos un acto supremo de generosidad y me entiendan.

No tengo ambiciones PERSONALES. Compréndanlo. El día que haya un líder, un jefe, un conductor, me iré del todo. Alejaré del todo el fantasma de mi nombre. Es necesario. Ustedes por lo pronto deben asumir la responsabilidad AFIRMATIVA Y CONSTRUCTIVAMENTE.

Ya te escribiré más ampliamente. El Apra no niega la adhesión de otros partidos pero el error tuyo está en suponer que el Apra no pueda, transformarse y DEPURARSE en un partido de clase cumplida su primera etapa.

Entiendan esto. En la cerrazón de ustedes sobre este punto está lo bizantino, lo poético: lo intelectual, lo cojo...

Si la divergencia estriba en la separación o no del Partido Nacionalista peruano, dividamos las actividades. Este último está progresando por sí solo. Va adelante. Puede convertirse en acción armada de un día a otro. Pero salvemos el Apra y salvemos la acción.

Ve a los compañeros. Heysen te mostrará el mensaje que no envié a ti porque no respondías. Me equivoqué. Creí que entrabas de lleno en el anarquismo. Creí que regresabas. Me alegra ver que estás libre de mucho de él aunque te queden los contagios de la infección que sufre Mariátegui en las piernas, contagiada al cerebro y trasmitida por infección postal hasta Europa. Necesitamos profilaxia.

Ya están ustedes en funciones. Trabajen. Únanse. Vean todo claro. No se perturben. Escríbeme inmediatamente. Perdóname porque pensé mal de ti; Te creí en rebeldía corrosiva por mi carta fría y cortante pero pura y limpia como estos hielos polares de Berlín.

Un abrazo grande y adelante. Fuerza en la conciencia y ahora, a asumir las responsabilidades.

No discutan la renuncia. Apruébenla y marchen. Te abraza tu hermano siempre el mismo en la causa y en la vida.

Fdo. Víctor Raúl.
En esta carta no hay actitud ¿No es cierto?
Fdo. V.

Haya de la Torre, Víctor Raúl

Carta de Víctor Raúl a los compañeros de la Célula de París, 18/02/1929

Berlín febrero 18 de 1929

Queridos compañeros de la Célula de París:

Después de recibir las últimas impresiones de los dirigentes apristas de América y de Europa, de enterarme de las divergencias que la inacción ha producido y que a su vez han causado una mayor inactividad; de darme cuenta exacta de la fuerza de la propaganda política y personal de mis adversarios que han minado con admirable certeza nuestras filas y nuestra solidaridad, he decidido renunciar irrevocablemente la secretaría general del Apra y el puesto que me correspondía en el Comité Directivo, pasando inmediatamente a filas sin el menor deseo de entorpecer labor alguna y antes bien francamente dispuesto a trabajar desde abajo con mayor eficacia, puesto que demostraré que es necesario saber obedecer y que sólo los partidos, criollos anárquicos y decadentes no son cuerpos organizados, de verdadera lucha en los cuales la acción conjunta, la disciplina y la jerarquía son absolutamente indispensables.

Esta resolución mía es el resultado de una fría apreciación de los hechos. No hay en ella nada más que lo expresa: Mi profunda decisión de no convertirme en un elemento perturbador o en un pretexto de inacción y de derrotismo. Yo como fundador del Apra, fundada y organizada como Partido, reconocida así por todos y fortalecida como tal por la contribución de tantos compañeros decididos y revolucionarios, tengo que sacrificar cuanto sea necesario, si fuera preciso sacrificar algo. Mi presente actitud estaba perfectamente prevista por mí. Ya la había anunciado a muchos compañeros y me parece una consecuencia dentro de la lógica histórica, que preside movimientos como el nuestro.

Mis críticas al Compañero Mariátegui que encabeza "la intelligentzia" aprista, los literarios y poetas súbitamente convertidos en teorizantes y adoctrinadores políticos y económicos, serán ampliamente expresadas en mi libro. Deseo que libertemos al Apra o a su ideología de confusionismo y oportunismo. Los poetas imaginan, nosotros no podemos imaginar siendo revolucionarios, caminamos sobre la realidad. Los literatos acomodan fácilmente una teoría fantástica dentro de las cajitas de cristal de sus frases poliédricas, para nosotros, luchadores, soldados y gentes de acción, todo eso es cristal y el cristal se rompe al primer choque.

No es que yo crea que los poetas estén mal dentro de nosotros. Platón es más radical en La República cuando dice: "Digamos pues de todos los poetas empezando por Homero que ya traten en sus versos de la virtud ya de cualquier otra materia no son sino imitadores de fantasmas que jamás llegan a la realidad ... " y más adelante: ... "El poeta, sin poseer otro talento que el de imitar sabe también con una capa de palabras y de expresiones figuradas dar a cada arte los colores que le convienen, que ya hable de zapatería, ya trate de la guerra o de cualquier otro tema, sus discursos sostenidos por la medida, por el número y por la armonía persuaden a los que le escuchan y juzgan, solamente por los versos, que está perfectamente instruido de las cosas de que habla, tan poderoso es el prestigio de la poesía!".

Ahora bien, de Platón hay que recordar lo que los revolucionarios modernos recuerdan en sus apreciaciones sobre los fáciles juicios de los intelectuales, poetas, no sólo porque hagan versos sino porque son "imitadores de fantasmas". En esta apreciación Platón no ha envejecido.

Empero, no se me crea enemigo de los poetas y de los intelectuales. Les creo necesarios en nuestro movimiento. En América Latina ellos son necesarios. Son la "intelligentzia" y tienen que servir a nuestra causa. En esto soy absolutamente antiplatónico. Yo personalmente admiro y gusto de los poetas y de los imaginativos. Creo sí peligroso hacer de la política y especialmente de la revolución, en cualquier género de literatura, leyenda o romance, teatro o anécdota. Todo eso es fantasmagoria.

Sin embargo; nuestro Partido es un frente de trabajadores manuales e intelectuales y debe serlo. Lo importante es que en esta forzosa unión hagamos obra de educación política. Y diciendo educación digo disciplina. Y diciendo disciplina digo disciplina integral, de mente, sobre todo, tratándose de intelectuales. Esta disciplina de mente es camino de ciencia y ciencia, ciencia verdadera necesita nuestro movimiento porque es moderno, porque es político y porque es revolucionario.

Me extiendo en este punto porque lo creo preciso. Sin embargo sigo creyendo que todas nuestras divergencias interiores son síntomas de vida. El Apra ha seguido creciendo y entrego su mando en momentos en que es la corriente política más vigorosa en América Latina. Mientras algunas de sus viejas ramas se han secado en disputas otras han retoñado y florecido. El organismo, sin duda alguna, está más vivo y fuerte que nunca.

Son muy importantes las discusiones de los lideres pero no tengamos tanto interés en ellas como en los movimientos de las masas. He visto de cerca las masas centroamericanas, por ejemplo, gravitar hacia el Apra con vigor. Cuando he asistido a mítines apristas de cinco y seis mil almas, he olvidado un poco las discusiones cómodas de ciertos compañeros empeñados en discutir como los perros de la fábula mientras el peligro estaba cercano. El instinto vital de las masas ve el peligro y no le interesa el casuismo de los "istas" de aquí y de allá. Ese es el mejor síntoma del carácter social y antiindividualista de nuestro movimiento, cada vez más arraigado en las masas que verdaderamente sienten el peligro imperialista.

Pero es imposible desarraigar totalmente el individualismo característicamente agrario que es peculiar de nuestros movimientos. Se manifiesta en los líderes y especialmente en los más intelectualizados de ellos y en los más alejados de la acción. Y no debemos olvidar que no sólo, de trabajadores manuales y de hombres de acción está formado nuestro Partido. El incluye también a intelectuales y ya sabemos y debemos estar listos a saber cómo funciona el motor de explosión, —muchas veces de mera de mera explosión sin magnetos ni frenos— de sus mentes ricas en toxinas, incendiarias que pueden dar luz que alumbre o fuego que destruya. Así son las explosiones.

Mientras se realiza en nosotros el proceso de estratificación, de coordinación de disciplina, de formación de una conciencia política revolucionaria, mientras los elementos primitivos y caóticos de esta nebulosa se enfrían y ordenan, tenemos que actuar frente a la realidad aunque el trabajo sea penoso, inquietante y muchas veces infecundo.

Consecuencia del individualismo agudo de los sectores intelectualistas de nuestro Partido ha sido el personalismo. Nunca me engañé acerca de esto y varias veces, de palabra y por escrito, he anunciado a muchos de nuestros compañeros que una etapa de nuestro movimiento sería la de un personalismo irritante y faccioso. En esa hora quería yo inmolarme y así lo he hecho. Yo tenía que ser la tête du turc. Lo he sido consciente y sonriente. Algunos de mis compañeros de México saben que yo, hace justamente un año, les anticipé sin alarde profético, como resultante lógica de estas crisis de gestación mi alejamiento del puesto directivo de líder e inspirador. No se produjo antes porque el Apra no era tan fuerte como lo es hoy, ni era llegada la hora de iniciar dentro de ella una segunda etapa. Todo este tiempo ha sido necesario para probar la solidez mental de algunos, el oportunismo de otros, la vaguedad de muchos y la afirmación de tantos que estaban indecisos. Además, era necesario dar al Apra mayor fuerza, mucha fuerza de masa y que el líder gastara los últimos adarmes de prestigio en la concurrencia despiadada de los personalismos que tan violenta y fugazmente cotizan nuestros ambientes.

Ahora todo esta hecho.

Mi palabra para todos es la palabra cordial y fraternal de invitación al trabajo en común. Ante todo la acción. El Apra no podrá definirse totalmente y ponerse una etiqueta ideológica y trazar un panorama concreto y delineado del futuro como la Ciudad de Dios de S. Agustín. Eso es tan absurdo y tan poético como todo lo que se pide a la imaginación. Por eso lo reclaman tanto los intelectuales para los que no hay sino una disyuntiva: o imitar y glosar o fantasear y novelizar.

La política revolucionaria es la aplicación de los grandes fundamentos científicos de la ciencia revolucionaria a determinada realidad; en mi concepto. Esta aplicación supone a su vez la creación de otra ciencia de aplicación. Nosotros todos sabemos los grandes fundamentos de la ciencia revolucionaria pero ignoramos el campo de aplicación de esa ciencia. Esa es la realidad que tenemos ante nosotros, el vasto campo inconocido sobre el que debemos actuar científicamente: investigando y experimentando, para establecer los postulados y principios que normen nuestra actividad futura. Por eso, el proceso del Apra es totalmente nuevo. Por eso todos los movimientos políticos anteriores que pretendieron trasplantar fácilmente la experiencia verificada en otros campos al nuestro, han fracasado y fracasarán. Porque al realizar el trasplante las condiciones, objetivas del nuevo ambiente matan automáticamente el organismo que se pretende hacer revivir bajo una ley de intensidad diversa a la que dio origen al sistema que se importa.

Es claro que para el turista y para el poeta la visión superficial y panorámica del mundo no le permite percibir esas profundas variaciones de intensidad que lo ritman en su tremenda variedad. El turista y el poeta pueden imaginar el Canal de Panamá cubierta de nieve, o a los habitantes del polo con sombreros de Panamá. Para ellos sería una cosa divertida, que se puede escribir en una novela. Los poetas antiimperialistas dicen en sus versos que "las escuadras latinoamericanas bombardearán Nueva York, etc." y aunque esto no sea imposible en el transcurso de las edades, para el realista, le interesa medir más que la calidad de la imaginación, el complicado proceso histórico que mediará entre nuestra época actual y el momento de aquel bombardeo.

Por eso no es posible satisfacer a los que ansiosamente piden que el Apra sea ya una definición, una realización, una cosa hecha, acabada, burilada y perfecta, con tradición y con victorias. Ese afán actualista, ese violento anhelo de ver todo hecho cumplido y terminado, es forma subconsciente de individualismo. El hombre quisiera ver en su mísero tiempo de vida todo lo que el futuro reserva en el misterio de sus sorpresas. Cuando no ve las obras terminadas o no puede verlas, se revuelve indignado y vocifera y afirma que los que construyen así, adaptándose al ritmo de la realidad, están equivocados y son malos constructores. Pero los movimientos sociales no son hechos para la satisfacción de los individuos sino para el proceso de la lucha de clases, que existe desde hace miles de años y en el cual han caído miles de millones de hombres.

La eternidad del marxismo está en eso. En que no es una teoría cerrada con capitales y cornisas, con visillos bordados y ventanitas primorosas. El marxismo es como un camino abierto. Marx no vio la edad imperialista del capitalismo y quien la analizó y la percibió, apreciando sus leyes y descubriendo su proceso complicado y vasto, fue marxista. Tampoco ahí se cerró el marxismo. Queda abierto. La lucha entre el capital y el trabajo asume nuevas fases, adopta nuevas formas. El imperialismo llena un proceso histórico nuevo y largo. El imperialismo en Alemania no es el imperialismo en América Latina. Ni el de ésta el de Asia. Hay una ley común pero varían las intensidades de esa ley. Esas variantes encierran subvariantes y forman grandes complejos. Descubrirlas, formular sus leyes, acometer la resolución del nuevo problema es doble trabajo científico: político y económico.

En la variante latinoamericana, el Apra ha querido abrir ese camino. Por eso el Apra es marxista, porque es realista, porque admite la negación de la negación y sabe que todos esos conceptos no son palabras huecas.

Malgre tout, la formación de la mente aprista supone un proceso y un proceso profundo. Estamos en él. Las resistencias interiores, los intentos incumplidos, las deducciones precipitadas, los confusionismos son síntomas de ese proceso. En el fondo, la mente aprista se forma y se perfila. Nos ayuda a ello —negación de la negación— el propio imperialismo cuando descubre en el Apra su mayor enemigo.

Sin embargo, la lucha por encontrar nuestra propia realidad entraña una serie de otras manifestaciones de la realidad misma con que actuamos para hallar la mayor. Una de estas formas de realidad es el personalismo. Muchos compañeros han incurrido en faltas necesarias. Han confundido el Apra con mi nombre. Han atacado al Apra bajo mi nombre. Proyectando su propio individualismo y su propio personalismo en nuestro Partido han luchado contra mi persona ignorando que luchaban contra su propia sombra.

Yo estoy ahora, después de esta gimnasia a la que he asistido con interés en el caso de descubrir el claro y hacerles ver que era su propia sombra. Me aparto y dejo el puesto porque es necesario que así sea. En otra carta especial a la célula de México —va también otra a la célula argentina— expreso este pensamiento. Lo expreso no sólo teniendo en cuenta a los engañados contra mí sino a los engañados en favor mío. Muchos compañeros han creído y creen que el Apra no puede vivir sin mí. Afirmo que el Apra no puede vivir sin jefes, sin líderes, sin comando, pero niego que no pueda vivir sin mí. Por eso también me aparto, para aleccionar a unos y otros en esta realidad. Es preciso que la vean claro.

Como analizo a los demás, me analizo a mí mismo. Por eso me separo. Lo creo indispensable: Hace dos años que dije y escribí que mi nombre era una ficha dentro del gran tablero aprista. Hemos jugado la ficha lo bastante y ahora "la soplamos'" como se dice en juego de damas. Yo soy el primero que doy la voz: ''pongamos de lado a Haya de la Torre, vamos a comenzar la segunda etapa sin, él, o teniéndole a él en las filas. Entonces veremos, que el Apra no es un hayismo, que no debe ser y veremos que Haya de la Torre sabe obedecer, como el que más, y sabe ser soldado. Si acaso le creemos totalmente inválido, pues al hospital y al retiro total". La obra no debe morir por eso. La obra no es mía ni de nadie. Es de nuestros pueblos. Es la obra revolucionaria de América y no debe ni puede estar, vinculada a un solo nombre,

Mi proposición final es la de encargar la jefatura del Partido a un hombre con fuerza continental y, que no tenga necesariamente la nacionalidad peruana. Asistido por un comité, Alfredo Palacios me parece muy bien. La célula de México ha resuelto que el Comité directivo del Apra esté en Buenos Aires. Yo propondría a Palacios como líder y secretario general bajo la autoridad de un Comité. Algunos compañeros que han tenido largas y gratas vacaciones europeas; deberían trasladarse inmediatamente a un campo de mayor actividad práctica y de menos disputas teológicas. En nuestro cielo los dioses no son eternos.

Espero que se junten todos y discutan no la renuncia sino la última proposición. Espero que reflexionen fríamente, —pongamos un poco las cabezas enardecidas aún de trópico en estas gratas nevadas de invierno fuerte—y traten de unificarse. Lo que haya de diferencias se resolverá después. Por ahora interesa unirnos estrechamente en lo que tengamos de común que es mucho.

Yo seguiré trabajando. Dos libros saldrán aquí antes del verano según espero. Mi aprismo no puede morir. Yo moriré por el aprismo. Así lo juro y así lo juré desde hace cinco años. Vamos adelante compañeros y levantemos un poco nuestras conciencias hacia el plano superior de nuestra verdadera responsabilidad histórica. Un abrazo a todos y Viva el Apra.

Fdo. Haya de la Torre

Haya de la Torre, Víctor Raúl

Carta del Secretario General de P, 7/71928

Al Compañero Secretario General
del Comité Ejecutivo del A.P.R.A
Víctor Raúl Haya de la Torre

Muy estimado camarada:

Cumpliendo el mandato de la célula del APRA en París, te comunico los siguientes acuerdos y las resoluciones tomadas, por unanimidad:

La Célula del Apra en París ha recibido y estudiado los textos de la renuncia que el compañero Haya de la Torre presenta, tanto ante esta célula, como ante la de México, del puesto de secretario general y miembro del Comité Ejecutivo del Apra.

Previo un debate del texto y de las conclusiones de dicha renuncia, la célula de París considera que, si bien desde un punto de vista restringido, es conveniente para el compañero Haya su separación del Apra., en calidad de dirigente, por otra parte, si se tienen en cuenta lo intereses vitales del movimiento, dicha separación es perjudicial y nociva. Estimamos que, lejos de aminorar las dificultades, el retiro del camarada Haya las acrecentaría y presentaría otras nuevas de carácter más grave y quizás insalvables.

La célula estima que la designación del doctor Palacios , como jefe del Apra, no es adecuada en el momento actual. Esto no significa, en ninguna forma, la más leve desconfianza hacia el gran intelectual anti-imperialista que es el doctor Palacios. Significa únicamente que la salida del compañero Haya, de la Secretaría y del C.E., va a causar serios perjuicios al desenvolvimiento del Apra, dado el periodo por el que la organización atraviesa.

Fundándonos en esta consideraciones, creemos que nuestro deber imperativo es [*] del compañero Haya su permanencia en el puesto que ha venido desempeñando hasta hoy.

La Célula vota: no aceptar la renuncia del compañero Haya de la Torre. Exigir de el su permanencia en la Secretaría General del Apra. Renovarle la confianza de todos los miembros de la célula. Y finalmente, exigir que se lleve a cabo y se defina claramente las conclusiones del debate en que actualmente se hayan empeñadas las diversas células. Solicita al compañero Haya, que se pronuncie, cuanto antes sea posible sobre la cuestión y que se sometan a todas las células, las tesis generales que debe ser el resultado de la discusión actual.

París, 1 de marzo de 1929.-

Lo que te comunico dentro del plazo acordado y lo que será también comunicado a las otras células.

Por la célula de París

Secretario General

París, 3 de marzo de 1929.

Ravines, Eudocio

Carta de Carlos Manuel Cox, [28/12/1928]

MOCIÓN PAVLETICH

(Aprobada por la Célula Peruana de México)

PUNTOS RESOLUTIVOS:

1º- Receso inmediato del denominado Partido Nacionalista Libertador del Perú, cuya dirección, en carácter de Comité Provisional Ejecutivo, venía desempeñando la célula del Apra en México.
2º- Sustitución del Secretario General del Apra por un Comité Continental Ejecutivo, que parejamente al desempeño de su misión como tal, sea capaz de afrontar y resolver las divergencias existente en las filas del Apra, sin tropezar para ello con los impedimentos que por razones obvias acompañarían en tal labor al compañero Haya DelaTorre (1) y demás miembros de la célula peruana en México.
3º- Clarificación y sistematización de la ideología, táctica y programa del Apra, sujetos hasta hoy a la interpretación individual o por grupos, declarando definitivamente su carácter socialista, revolucionario y antiimperialista de izquierda. (2)
4º- Concertación de pactos, compromisos y alianzas de frente único con los diversos organismos proletarios y revolucionarios existentes en América Latina, sin reparar para ello en diferencias de credos o doctrinas.
5º- Tender a la organización inmediata de la Sección Peruana del Apra, quien conservará —en lo que se relacione con el movimiento revolucionario nacional— un lógico y necesario control sobre las células peruanas del Apra en el extranjero, cuyos componentes deberán sujetarse, en la cuestión peruana, a las directivas línea política, táctica y disciplina que la citada sección peruana acuerde para el mejor desempeño de su cometido como vanguardia del movimiento social.

"Contral el imperialismo yanqui, por la unión de la América Latina, para la realización de la Justicia Social"

(Firmado) Esteban Pavletich

México, D.F, diciembre 29 de 1928.

Notas.- En lo que se relaciona con el punto, el proponente cree necesario sugerir la lección de los compañeros Alfredo L. Palacios, Gabriel del Mazo y Manuel Seoane, como miembros integrantes del Secretariado Continental del Apra, secretariado que, soportando la adición de un representante por cada sección ya existente, constituirá el Comité Ejecutivo. Como dificultades innecesarias de apuntar imposibilitan el traslado a Buenos Aires de un representante por cada sección ya existente, esta representación puede facilitarse provisionalmente con la elección de un compañero entre los diversos residente en aquel país.

Para visibilizar el punto tercero —imposibilitados económicamente como nos hallamos para convocar a un Congreso Continental del Apra, que sería el medio más certero de saldar diferencias y soldar criterio, el proponente señala como medio más adecuado la redacción de un manifiesto dirigido a los pueblos y clases oprimidas de la América Latina, en ocasión de iniciarse las funciones del Comité Continental Ejecutivo y redactado por este, contando con el aporte ideológico y la sanción previa de cada una de las secciones y células del Apra.

Es copia de su original

[firma de Carlos Manuel Cox]
El Sec. Int.

(1) El C. Haya-Delatorre en circular pasada a todas las células del Apra ha renunciado a la Secretaria General, antes de conocer el espíritu de esta moción.

(2) La clarificación del movimiento aprista se está consiguiendo en concepto de esta Secretaría con motivo de la tesis presentada por la Célula de Buenos Aires. La presente exposición de la Célula del Apra en México, junto con la moción, forman parte del pensamiento de los apristas peruanos desterrados en México. En tal sentido la Célula de Buenos Aires debe estractar los extremos pertinentes. Sin embargo, la Célula piensa producirse en documento más extenso sobre la tesis de Buenos Aires, en igual forman que lo han hecho otros compañeros.

[firma de Carlos Manuel Cox]

Cox, Carlos Manuel