Mostrar 2 resultados

Descrição arquivística
Falcón, César Falcón, Teresa Libros
Previsualizar a impressão Hierarchy Ver:

2 resultados com objetos digitais Mostrar resultados com objetos digitais

Carta a Artemia G. de Falcón, 18/01/1916

Huánuco, 18 de enero de 1916

Sra. doña Artemia G. de Falcón
Lima

Querida madre:

Como para restituirme de las faltas en los correos anteriores, por el último recibí dos cartas tuyas. Las he leído con mucho placer y me ha complacido mucho el que hayas encontrado pocas dificultades para cobrar los giros que te envié.

Yo estoy acá como antes: con salud y deudas. Esto va de mal en peor, y si un acontecimiento imprevisto no lo modifica, no se me ocurre la manera de remediarlo. Sin embargo, lucho ardientemente, amparándome en la esperanza de quedar en marzo sin un centavo de deuda. Hacia este fin tienden ahora todos mis esfuerzos. Espero conseguirlo.

Por el correo pasado le escribí a Alicia. Fue una carta dura y enérgica como convenía para castigar su indolencia de pedirme contestación a las tuyas ... ¡No faltaba más!.

La carta de Antonieta, salvo su ortografía, me hizo mucho bien. Le agradezco en el alma que se haga acordado de mí. ¡Ya era tiempo!

Teresita es las más consecuente. Me escribe con frecuencia y yo te estoy muy agradecido exprésale mi cariño. Igualmente a Humberto, que también me escribe, a su especial manera, con asiduidad.

A Jorgito abrázalo así mismo en mi nombre. Su silencio no me reciente. Conozco la causa. Ya me lo dirá todo cuando vaya.

En lo que haré a Juan, pienso contestarle su última carta por el correo próximo. Hoy no lo hago por falta de tiempo. Salúdalo.

Tu pobreza no me ha sorprendido. La conozco muy bien y mucho me aflige no poderla remediar en el día. Confío en tiempos mejores por venir.

El corazón de Jesús que me has mandado lo conservo sobre mi propio corazón. Es el más tierno recuerdo tuyo.

Meza no me ha contestado mi carta. Por esto no he vuelto a escribirle.

¿Qué es el de El Mosquito?

Recibe un fuerte abrazo de tu hijo
César.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 31/8/1921

A Doña Artemia G. de Falcón

En Lima

Querida madre:

Acabo de recibir tu carta del veinticinco de julio. Me parece muy bien que no te preocupes más de averiguar mi situación, mientras, claro si te paguen con puntualidad más o menos relativa. Yo tengo la impresión que no han suprimido, ni suprimirán nuestros puestos. Hace tres meses que no recibo ni un céntimo de Barcelona, pero se debe a la falta de dinero. Como te he dicho en una de mis anteriores, las entradas consulares han disminuido casi hasta desaparecer. Espero que mejoren para que me paguen. En caso contrario escribiré pidiendo que el sueldo íntegro te lo entreguen a ti allá. Entonces te diré la forma en que debes girarme la parte que me corresponde.

Por mi no te intranquilices. Yo puedo vivir perfectamente con el sueldo que gano en el "El Liberal". No viviré, es claro, suntuosamente, Pero sí puntualmente. En el periódico me guardan grandes consideraciones personales. Escribo solo con mi firma y de sobre lo que quiero y desde donde quiere. Mi situación es muy distinta a la de Lima. Al periódico solo voy de tarde en tarde un momento a conversar con el director. Mis artículos las mando por correo. Te lo dejo para que te formes una idea clara de mi situación.

Dime que te ha parecido mi libro. Te mandé los primeros ejemplares. No te olvides de enviarme los artículos que se escriban sobre él. Serán muy pocos, porque no lo he enviado sino a muy contadas personas.

Yo participo de tu aflicción por el estado de Alicia. Ya te he dicho lo que yo pienso. Tú última carta me ha confirmado mis impresiones. Pero dile a Alicia que no sufra. Nosotros estamos precisamente para consolarla y ampararla hasta donde podamos. Si ella y tú quisieran podría venirse a España conmigo. En mi casa no le faltaría nada. Así podría consolarse. entre tú y yo haríamos un esfuerzo para pagar sus gastos de viaje. Yo te enviaría una solicitud pidiendo urgentemente tus sueldos adelantados. Tú la presentarías al ministerio y hablarías con Piedra a quien yo también escribiría, para que gestionaran su resolución favorable. Acaso el mismo podría conseguir un pasaje gratuito. Y Alicia podría venir acompañada por alguna de las muchas familias que diariamente vienen a Europa. Lo que ustedes resuelvan dímelo enseguida.

Uno de estos días debe llegar a Madrid el juego de té. Mariátegui me dice que ha comprado uno muy bonito. Inmediatamente te lo mandarán con el reloj. Ya lo he dejado todo dispuesto.

A Humberto le enviaré la pelota regrese a España.

Dime si el cambio constante de casa retarda el recibo de mis cartas. Yo sigo enviándote todas a la misma dirección porque desconozco otra.

Muchos recuerdos para todos mis hermanos y un abrazo muy cariñoso para tí.

César.

Querida Teresa:

Me he alegrado mucho recibir al fin cuatro letras tuyas. Parece que habeis olvidado la costumbre de escribirme. O, mejor dicho, no lo habeis adquirido todavía. Deseo vivamente que tus cartas inicien una serie.

Para escribirme cualquier papel es bueno. No te preocupes por eso. Preocúpate mas bien de la letra y de la ortografía.

Y evita decir tonterías a nadie. Nuestro antepasados fueron trabajadores. Gentes que ganaron su pan trabajando honradamente. Nosotros debemos también trabajar para conseguir que el pan que comemos sea propio nuestro y que lo ganen día a día nuestras propias manos. Dedícate a trabajar seria y honestamente y tendrás mejores collares que nuestros antepasados, quien no tuvieron otro que los que les pusieron para trabajar.

Da por mí muchos abrazos a todos mis hermanos y tú recibe uno muy fuerte de tu hermano.

César.

Berlín: 31-VIII-1921

Falcón, César