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Eguren, José María With digital objects Correspondencia Recibida
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Carta de Samuel Glusberg, 4/4/1930

Buenos Aires, 4 de abril de 1930
Mi querido amigo:
Anoche recibí su carta y las colaboraciones. Vea lo que son las coincidencias. Ayer justamente le despachaba L.V.L. de abril con su artículo: Arte, Revolución y Decadencia, del que he suprimido el párrafo que Ud. me indica. Ayer también le escribí a César Falcón, L.A. Sánchez, César Vallejo, Luis E. Valcárcel etc.
Pienso sacar el número dedicado a la literatura peruana el 1º de junio. Así les doy tiempo a todos para poder colaborar. En el número de mayo adelantaré el sumario de las colaboraciones recibidas y la noticia de su viaje. También publicaré su artículo sobre el Chopin de Guy de Portales que no publiqué hasta la fecha porque suponía que Ud. lo había publicado en Lima y como yo no hice tampoco ninguna página de bibliografía extranjera no tuve ocasión de utilizarlo. Guardo también un artículo suyo sobre Los Mujics que también puedo publicar en el próximo número con algún otro hasta completar una página.
Mil gracias por el envío de las colaboraciones de Eguren, Núnez y Bustamante y Ballivián. El hermano de este poeta también colaborará en el número con algunos recuerdos de Lima.
Espero con ansia las colaboraciones de Antenor Orrego, Martín Adán, Jorge Basadre, Luis Alberto Sánchez etc. Y también las ilustraciones de los artistas peruanos.
Cuanto a la fecha de su viaje, creo que no tiene por qué apurarse. Hágalo con tranquilidad a mediados de mayo. Quédese una semana o más en Chile, según sus conveniencias y llegue a Buenos Aires el 2 de junio. Para entonces todo estará arreglado aquí. Lo recibiremos como se merece: con todas las luces encendidas...
Ahora estoy gestionándole unas conferencias en la Facultad de Filosofía y Letras. De seguro Ud. repetirá la trayectoria de Waldo en todo. Y mejor si también los latinoamericanos de Palacios y Cía se asocian al homenaje, sin desconfianza.
El festival en su honor para hacemos de los pasajes se realizará de seguro a fines de abril. Estoy aguardando el regreso de la presidenta de los Amigos del Arte que aún veranea en su estancia. Hasta después de las Pascuas no empieza la temporada artística. Por fin se acabaron los escrutinios de las elecciones, aunque todavía el de seguro a fines de abril. Estoy aguardando el regreso de la premios municipales a la producción literaria de 1929, para entonar los ánimos y elevar el ambiente.
Y antes de que olvide: ¿cree Ud. posible con ese aplazo de su viaje hasta mediados de mayo, la impresión de su libro en la imprenta Minerva? Desgraciadamente yo sigo en malas condiciones para comprometerme a imprimirlo aquí. Me he visto en el caso de aceptar en el Colegio Internacional de Olivos dictar ocho horas semanales de clase por una paga irrisoria. Pero esto aparte conviene que aparezca un libro suyo de ensayos artísticos. La Defensa del Marxismo asustará a muchos. No hay que dejar solo a ese libro. Piénselo y si como Ud. me decía en mayo se desocupa un poco el taller de Minerva haga componer El Alma Matinal y cuide Ud. mismo de las pruebas. En Isor no se puede hacer. No creo que el libro salga mejor impreso aquí. Recibí la vez pasada un número de Amauta en papel grueso y me pareció excelente. En fin vea Ud. lo que se puede hacer. Yo mantengo mi proposición de compartir el pago de la edición siempre que los ejemplares lleguen aquí antes del 1º de junio (4 ó 5 días antes, no más) para que yo tenga tiempo de hacerlos repartir y anunciarlo en el periódico.
Quedo a la espera de sus noticias. Mientras lo saludo cordialmente y le digo: hasta luego.
[Firma de Samuel Glusberg]

Glusberg, Samuel

Carta de Samuel Glusberg, 28/2/1930

Buenos Aires, 28 de febrero de 1930
Mi querido Mariátegui:
En verdad, me estaba ya inquietando su silencio tan prolongado. Por suerte, su carta del 9 me entera de que nada grave le ha sucedido. Me alegro. Después de los sucesos policíacos en vísperas de la llegada de Waldo a Lima, estoy siempre a la espera de cualquier arbitrariedad. Aquí también las cosas se están poniendo mal. Pero es solamente entre los políticos criollos de todo color el fandango... Un hombre libre puede vivir tranquilamente, al margen.
Interrumpido por su silencio y por las vacaciones no he preparado aún el festival que le anuncié. Pero me pondré a la obra en seguida. Lástima que el carnaval que empieza el domingo me robe una semana. Pero creo que para los últimos días de marzo podré realizarlo. Para esto, claro, usaré L.V.L. Si todo sale bien, como espero Ud. tendrá en abril el dinero para los pasajes.
Creo que para su mejor recepción en Bs. As. convendría repetir el método empleado en la recepción de Waldo. Primero: publicación de un número de L.V.L. dedicado a la literatura peruana y en particular a su labor de ensayista. Segundo publicación de su libro El alma matinal. Por mi parte espero poder hacer el número peruano. Luis Alberto Sánchez me escribió que él estaba por mandar a los muchachos de 1930 un montón de colaboraciones peruanas. Le pediré pues a ellos que me faciliten pruebas de página para que dichas colaboraciones aparezcan simultáneamente en Buenos Aires, con la declaración expresa de su procedencia. De gente de aquí: Lugones, Quiroga, Soto, Borges, Franco, Tiempo, Martínez Estrada, Gerchunoff, Uribe etc. puedo conseguir también algunas notas de interés y sobre todo de simpatía. Así que bastaría contar con unas cuantas colaboraciones representativas del Perú: de Luis Alberto Sánchez, Martín Adán, Jorge Basadre, Vallejo, Eguren, Orrego, López Albújar y Valcárcel. O algunos más. Le he escrito a este propósito a Sánchez y aguardo su contestación. Usted podría adelantarme el prólogo del libro si es que piensa ponerle uno.
Cuanto a la edición argentina del libro, desgraciadamente yo no estoy en condiciones de hacerla con premura. Primero porque no cuento ahora con ninguna imprenta y segundo porque no queda casi tiempo material para recibir los originales, mandarle pruebas etc. Sin embargo, conviene que el libro llegue con Ud. a Buenos Aires y que lleve el sello de Babel. Dígame si Ud. puede hacerlo imprimir en Lima en el formato de Amauta o un poquito recortado —igual a Nuestra América— Haga Ud. una edición de 1000 ejemplares, 500 con el marbete de Babel que puedo enviarle y 500 o más con el de Amauta para Lima. A la vuelta de unos meses— dos o tres— estaré en condiciones de girarle a su imprenta lo que me corresponda pagar por los 500 ejemplares, más los derechos de autor. Le parece viable la combinación peruano-porteña? Esto es importante que lo resuelva en el acto y lo ejecute sin pérdida de tiempo.
Quedo a la espera de sus noticias. Mientras le mando un abrazo fraternal.
Samuel Glusberg

Glusberg, Samuel

Carta de Julián Petrovick, 7/2/1930

Santiago, 7 de febrero de 1930
Querido José Carlos
Por Blanquita del Prado, a quién trato de atender en todo lo que me es posible, me enteré minuciosamente de todo los ocurrido a Ud. y demás compañeros. Con ese motivo escribí a la Argentina, Brasil y Centro América.
Sé de su última resolución y lo espero ansioso. Ud sabe que estoy alentado al más grande de servir a la revolución. Lo único que quiero es que nos entendamos todos, no unos a otros - es ingenuo - quiero decir que nos entendamos dentro de las prácticas más urgentes de la revolución.
Creo que este año nos reuniremos - corrija en lo que me toca a mí - muchos de los que luchamos por el ideal revolucionario.
Tengo gran esperanza en ese encuentro.
"El Mercurio" dio una nota sobre su posible arribo a esta.
En el próximo número de "Letras" se publicará su retrato en una glosa mía.
Si Ud. pudiera mandar algo para acompañarnos, sería magnífico. Hágalo pronto.
Lo que quiero es que aquí se sepa quién es Ud. y cual es su valor. Le digo todos estas cosas porque sé que para Luis Alberto Sánchez hacen grandes preparativos. Fíjese que a Guillén lo agasajaron y cuanta cosa. A propósito va un artículo para "Amauta".
Le ruego publicarlo.
Mientras tanto reciba abrazos de sus compañeros.
Julián Petrovick
Magda y Serafín llegan a esta tierra 5 o diez días máximo.
De "Letras" (renovada en estos días) le solicitan colaboraciones, lo mismo que a Eguren (hay un libro de Eguren para mí?) - Dígale también a abril que mande algo y a alguna otra gente.
Para "Atenea" puede enviar algo Ud.?

Petrovick, Julián

Carta de Joaquín García Monge, 30/10/1929

San José, 30 de octubre de 1929
Sra.
Dña. Anna María Chiappe de Mariátegui
Washington izquierda 544 - 970
Lima.
Sr.
Dn. José Carlos Mariátegui.
Querido y grande amigo:
Ciertamente, casi no le he escrito a Ud., pero en el fondo, cuánto lo admiro y quiero. De ello le he dado pruebas. La más eficaz de todas es la reproducción de sus artículos; porque Ud. alecciona en el Perú, y también en América. En todas estas patrias tiene Ud. lectores devotísimos.
Lo sé muy ocupado. Yo también lo estoy muchísimo, pero a poco que me empeñe, podría escribirle a Ud. más a menudo. Sus envíos honran al Repertorio. Gracias y gracias. Ha visto que los aprovecho enseguida? Aguardo con ansia los 2 nuevos libros de que me habla. De el de Eguren no he recibido un ejemplar siquiera. Al Sr. Ravines ya le estoy mandando la revista.
Ahora está Magda Portal con nosotros. De Ud. hablamos con frecuencia y con la mayor simpatía; así como de Amauta, de sus Ensayos constructivos, y de Blanca Luz. Muy interesante la fisonomía de Blanca Luz en el dibujo de Devéscovi. Ella está ahora en México. Me placería verla llegar por acá. Magda está contenta con nosotros; ahora aguarda a Serafín. Piensan irse a Chile y tienen la ilusión de verlo a Ud. allí. De mucho hemos de hablar, mi amigo; hay tanto en qué ponerse de acuerdo. Sígame mandando sus valiosísimas colaboraciones. Amauta va bien por acá; crece. Es una revista estupenda.
Hasta luego, mi amigo, y créame devotísimo suyo.
García Monge

García Monge, Joaquín

Carta de Blanca Luz Brum, 18/10/[1929]

México, 18 de octubre [de 1929]
Mariateguísimo!
¡qué bien Malanca! él es el único espíritu que se anime en esta tierra cochina, de hombres torvos, lujuriosos y egoístas!... querido qué bluff es México! Diego expulsado, Morón expulsado, de la Plaza expulsado, Bac. expulsado. y así todo, caca y pura caca che!
Aquí no nacerá nunca un Mariátegui, ni un Paiva ni una Blanca Luz.
Pancho Villa sí, y otros bandidos.
Y luego tienden a morir acorralados y asfixiados dentro de su mexicanismo recalcitrante.
Odian a los sudamericanos nos tienen una envidia tremenda. El Partido es un antro de alcahuetería y divisionismo, nadie le guarda la espalda a nadie, la historia de México es una triste historia de sucesivas traiciones y “madrugadas” a quien le “madruga” a quien, y eso llaman valor y desprecio por la vida.... ajena, digo yo.
No existe el hombre, existe el macho. No existe la mujer, existe la hembra.
Hembra y Macho que se disputan a balazos la hedionda conquista del sexo.
Voilá México.
¿Sabe lo que son los charros? Bueno son los tipos más ridículos y caricaturescos de la realidad mexicana. Los Domingos salen a pasear a caballo por los parques de Chapultepec, con sus charreterías de plata, sus tejanas, todo bordado ricamente en oro, y un caballo fino y 6 pistolas, se pasean como pavos reales, llenos de fatuidad, alardeando de una hombría que no tienen, y eso es México ante América puro estampido de pistola y nada.
Pena de gente cochina porque el cielo, las montañas todo el paisaje es grandioso indigno de los hombres. Parece una jaula maravillosa, llena de zopilotes y lechuzas.
Yo saldré prontísimo para París.
¿Por Dios cuándo nos veremos?
Hace años que no recibo Amautas. Recibí los retratitos de Eguren a quien abrazo y a Nomi también le escribí una carta larga. Escríbame pronto antes que me vaya. Ahora tengo en Malanca puesta la más grande y pura de mis emociones.
Abrazos larguísimos. Besos a Anita
Blanca Luz

Blanca Luz Brum

Carta de Gamaliel Churata (Arturo Peralta Miranda), 24/4/1929

Puno, 24 de abril de 1929
Querido compañero Mariátegui:
Debe usted estar extrañando mi silencio de tantos días. Pero es que la Vida, así, con mayúscula, sigue atacando mis izquierdas revolucionarias y se ha propuesto dejarme limpio el camino de todos los seres que eran mi legado de alegría. Ayer fue Teófano Churata, le siguió muy luego Qemensa Churata, mis hijos, y el 12 de abril a las cinco treintinueve minutos de la madrugada, Brunilda mi compañera, chiquilla que con quince años floridos vino desde Chile a pagar mi tributo a la tierra. Fácil es que piense que tanto golpe si me ha endurecido el cuero me ha puesto también muy dolorida el alma.
Esta la razón por que no di inmediata respuesta a su cariñosa carta, y por que, sobre todo, no he cumplido con pagar lo que debo. Entre nosotros cabe la confidencia y la anécdota. Estamos hechos para la lucha humana, y podemos, por tanto, regalarnos el secreto de las lágrimas y de las llagas. Crea, no obstante, que aunque con tanto retardo, voy a cumplir proletariamente con mi deber. Y ya le tengo dicho con esto todo.
Me cogió la muerte de mi mujer escribiendo un artículo, que por desgracia me salió excesivo, referente a una afirmación de Basadre en Variedades: “El Vanguardismo que acaso vive sus últimas horas”. Se lo enviaré muy luego para Amauta y usted lo publicará si le parece bueno.
Cuando tenga tiempo ensayaré tejer un estudio de lo que yo creo más fundamental en Eguren, esto es: su indianidad. El tema es temerario; pero así me agrada. Desde las primeras lecturas que gocé de este poeta, y ya ello corre para más de quince años, siempre lo sentí andino, por sobre la apabullante razón de su costeñismo. Claro que me robustezco en la presunción, y me halago pensando que podría decir mucho en ese sentido.
Amauta siempre inmejorable. ¡Cómo pudiera yo ayudarlo pronto! Pero, tenga paciencia. Acaso muy pronto me encuentre en posesión de algunos centavos, y entonces le probaré que mis protestas de fratemidad son sinceras. ¡Acaso, pronto!
Le abrazo con sumo cariño y le reitero el afecto y la adhesión.
Churata
Saludos a los compañeros.

Gamaliel Churata ( Arturo Peralta Miranda)

Carta de José Malanca, 23/4/1929

Méjico, 23 de abril de 1929
Señor J. Carlos Mariátegui
Mi caro José Carlos.
Va hacer un mes que me encuentro en este país y desde luego con muchos desencantos en lo referente a la revolución. No quiero aventurarme a decir cosas monstruosas sobre este aspecto pues podría estar equivocado y ojalá así lo fuera para seguir platónicamente esperando algo.
El mismo día que conocí a Diego tuve una discusión sobre el comunismo de América del Sur. Hay un desconocimiento absoluto de lo que somos nosotros: esto también lo sabe Marof, con quien me veo de continuo; y sabe todo lo que soy capaz de afirmar... pero hay veces que los sueldos... en fin hace transigir cuántas bellas cosas.
Diego dice que somos puros intelectuales: este hombre conoce el comunismo de nosotros por medio de lo escrito. Yo sostuve y sostengo que en la Argentina los verdaderos comunistas no escriben... y lo sé por haber actuado en el elemento obrero donde tenían odio a todo ‘escribidor’ y eran obreros bien preparados, hasta suponer que es en la única parte donde yo he visto conciencia de la revolución.
Aquí cree Diego, que el ser ‘matones’ significa revolución: me alarma la criminalogía que existe en México: cada día las crónicas traen tragedias que horrorizan... y todo por algunos pesos.
He hablado con obreros; todos son anarquistas —me hace acordar a la situación de Italia en 1921. Y dice —que a nosotros nos sobran dirigentes y que en cambio a ellos le sobran peleadores... y aquí esta la verdadera frase: —peleadores nomás que pelean por cualquier General que les dé de comer y fusil. El proletariado en gran cantidad es indio; con un problema parecido del que existe por allá; más matador claro. Y eso del agrarismo y tantas bellezas, es pura ley... pues Calles, Obregón y al que nombre, son los más grandes terratenientes de México revolucionario.
Yo sigo con mi ‘pudibundez’ que hace reír a Diego, a Carretero y a muchos más. No concibo a comunistas viciosos. No creo en los predicadores borrachos. No creo en el apóstol que deja su ideología por seguir dos piernas ‘macanudas’. En fin si el comunismo es así; yo seré anticomunista, pues yo he entendido a Marx, a Lenin y a mí mismo el venir de una sociedad nueva... sin las taras burguesas. Y creo en la pureza del hombre y espero que la nuestra lucha ha de ser con honradez y no como piensa Marof, que ha de llegar a lo que se propone con el mismo medio de que hasta la fecha han usado los politiqueros.
Aquí el A.P.R.A. y Víctor Raúl le conocen algunos peruanos nomás. Todo esto tiene que morir como el “comunismo mexicano”. Yo creo en un solo comunismo que ha de luchar en contra del imperialismo yanqui... y que ya lucha... y así le advertí a Waldo Frank, “aprista”.
Los muchachos de Puno, Cuzco y Arequipa me escriben lindas cartas. Le quieren a usted mucho.
He recibido Amauta número 21, muchas gracias. Ya trabajaré por ella... aunque está por en medio de “peruana”; “sudamericana”.
Le mando las fotografías que saqué entonces. Están malas.
Yo me vine a ésta más pobre de lo que llegué a Nueva York. Las cosas de artistas, de arte, siempre tienen olor de San Francisco...
Aquí la pintura artísticamente es grande; pero revolucionariamente hay que discutir. El arte revolucionario es proletario; es accesible, humano. Diego pinta metafísicamente. Orozco hace pintura intelectual: su revolución se me antoja que está hecha a pechones; y yo opino que cuando vaya a pelear por una ideología hecha carne, adornaré la bayoneta con claveles e iré cantando “Adelita” o cualquier otro canto de fe revolucionaria.
Me dicen, “pintura realista”; y yo veo la realidad del paisaje y del hombre sin deformación y con bellezas / Yo aparezco como un simple o como un inculto / No importa, quiero ser simple e inculto por que el comunismo es así y no una teoría filosófica.
En fin, más después le escribiré largo sobre estos temas hoy apenas asomados al correr de los dedos en esta máquina.
Salude a todos los suyos.
Salude a Amauta y a Eguren tan lindamente querido.
A usted le abrazo fuertemente.
José Malanca
S/C consulado argentino México D.F. MÉXICO.

Malanca, José

Carta de Alberto Hidalgo,21/12/1928

Buenos Aires, 21 de diciembre de 1928
Querido Mariátegui:
Hace unos días recibí, y ya los he leído, sus estupendos 7 ensayos. Algunas de sus páginas me eran ya familiares, y entre ellas he hallado algunas, las que a mí se refieren, que como ya se lo expresé en mi carta anterior, nunca sabré agradecerle bastante.
Siendo este libro el más importante que ha escrito usted, es también el mejor libro que me llega del Perú desde hace muchos años, y es por supuesto una de las obras fundamentales, una de las columnas básicas de las letras americanas. Le digo a usted más: le digo que este volumen le consagra como el más grande crítico hispánico de nuestro tiempo. Yo no hallo en América un solo escritor que pueda comparársele equitativamente. Cierto muchacho de Buenos Aires es un gran estilista. Ud. lo cita a menudo. Pero no tiene una sola idea respetable en la cabeza. Y además, así en lo moral como en lo ideológico, es un perfecto sinvergüenza. Es un alquilón de las ideas y de la conciencia. Se ha dicho por ahí que es él el mejor escritor de América, en el sentido del estilo. Yo creo que es muy bueno, pero no tanto porque al fin y al cabo es un escritor barroco, gongórico, fuera de la época. Ud. junta a un estilo sobrio, claro, preciso —el estilo verdaderamente moderno— un constante contacto con el sentido íntimo, profundo, de las cosas y de la vida. Ud. no pasa sobre las cosas sino que las araña para ver lo que se oculta bajo su epidermis.
Yo no estoy de acuerdo con muchos de sus postulados. Es más. Estoy en contra de ellos. Así por ejemplo usted es nacionalista, así en política como en arte. Ha caído usted en la trampa del comunismo ruso, hecho con fronteras y divisiones raciales. Pero como es tan grande su inteligencia, ha ejercido vasta influencia en aquel ambiente. Y yo creo que esa influencia ha sido, en el terreno del arte, simplemente perniciosa. Le digo esto después de haber visto los cuadros de Sabogal, a quien su ideología nacionalista— la de ud.—le ha tomado como presa de experimentación. El horrible fracaso de Sabogal en Buenos Aires, que él le habrá referido, se debió, lo creo firmemente, no a su instrumentación pictórica sino a su motivación subalterna, llena de partipris. No se pudo hacer nada por él aquí. La juventud de Buenos Aires, nuestra juventud, le ha menospreciado sinceramente, sin siquiera detenerse a estudiarlo. No le ha consagrado atención simplemente. Y él se vio a causa de esto obligado a entregarse al despreciable grupo de los hispanoamericanizantes y literatillos ‘incaicos’ que aquí forman barra, secundados por la Legación del Perú. Y en cuanto a lo literario, veo por los libros que me llegan del Perú que la mayoría de los mejor dotados se hallan borrachos de nacionalismo. Hay ya allí una poesía vernácula. Han hecho parcelas de poesía, parcelas con sus caciques y sus banderas. Esto es simplemente horrible. Y ud. es un poco culpable de ello, querido Mariátegui.
Si le digo estas cosas con tanta claridad, es porque sé que ud. va a comprender exactamente su significado, y no va a pensar que mi posición marque una disidencia con lo fundamental de sus campañas. Yo estoy con ustedes en Amauta y en sus ramificaciones sociales, con toda el alma. Y aun puedo asegurarle que si viviera o volviera al Perú, lo estaría en alma y cuerpo. Es decir ofreciendo también mi brazo.
Amauta, en su nueva forma, me parece muy bien, no obstante que el antiguo aspecto me parecía magnífico. El tamaño actual resulta acaso un poco burgués. No sé por qué las revistas de esa dimensión se me antojan innaccesibles al pueblo, al obrero especialmente. Éste las mira con un poco de prevención. Yo soy más partidario de las revistas breves y ágiles.
Habrá usted visto en mi último libro, que al incluir mi poema a Lenin, acepté una sugestión suya respecto a lo que primitivamente decía de la mujer. Esto le demostrará el alto aprecio que su mentalidad me inspira. Viéndolo a usted del tamaño que ha alcanzado y viendo a dos o tres muchachos, no sabe ud. cómo me siento de orgulloso de nuestra generación. Ud., Eguren, Valdelomar, Vallejo y Falcón son toda la época.
Le ruego que se sirva anotar mi nueva dirección: Belgrano 1705.
¿Pero cómo diablos ha hecho ud. para recordar mi chaqué arequipeño? A mi mujer le ha hecho esto una gracia enorme.
Salude a su gente, y reciba un cordial, más bien un cardíaco abrazo de su antiguo admirador y amigo, Alberto Hidalgo

Hidalgo, Alberto

Carta de Antenor Orrego, 20/11/1928

20 de Noviembre de 1928
Mi querido José Carlos:
Me complace mucho que sus dolencias no se hayan agravado últimamente. Recibí su último libro y espero leerlo con la amorosa atención que merece todo lo suyo para escribir una nota crítica.
Le incluyo un juicio sobre el último libro de Chávez que puede publicarse en Amauta.
Seguiré la serie "Cuál es la cultura que creará América". Le envia[ré] oportunamente los artículos sobre O[rte]ga y Gasset y Eguren.
Lamento mucho no estar en Lima para ayudarlo más eficazmente en la gran obra de "Amauta" que es momento de imprimirle su vuelo definitivamente.
Una revisión del "orteguismo" con ocasión de su venida a Lima me parece oportuna y sobre todo muy saludable.
Un abrazo afectuoso.
Antenor Orrego

Orrego, Antenor

Carta de Dora Mayer de Zulen, 7/2/1927

Callao, 7 de febrero de 1927
Señor José Carlos Mariátegui
Lima
Distinguido amigo:
El señor Ricardo Castillo, Presidente del Centro Unión Hijos de Cajacay, está prosiguiendo con todo entusiasmo los trabajos para la organización de un homenaje a Zulen, para lo cual ha encontrado muy buen ambiente entre las sociedades indígenas radicadas en Lima y el Callao.
Zulen, removido ya de la esfera de las pueriles rivalidades en que se debaten los vivientes, bien puede erguirse ahora como figura simbólica de la redención de la Raza Indígena. Puede alcanzar ahora la gloria de constituir un centro de convergencia de las aspiraciones reivindicadoras del legítimo peruanismo, más potente con la elocuencia de su anhelo desde el reino pasivo de la muerte que desde el reino activo de la existencia terrestre.
Amauta tiene que participar en el tributo que va a rendirse a la memoria del paladín caído, Amauta que pretende recoger en un nuevo haz los rayos de la rebeldía contra el amortajamiento de un ser vivo y palpitante como lo es la estirpe incaica.
Fue Ud., amigo mío, director de Amauta, quien escribió en Mundial, el 6 de febrero de 1925, sobre una noche con Zulen en el Tercer Congreso Indígena, y sobre un encuentro de Zulen y Urviola en casa de Ud. Allí cita la palabra de Zulen: “el problema indígena es el único problema del Perú”.
Ud. tiene que continuar el hilo de las ideas que brotaron en su mente en aquellas dos ocasiones memorables, y volvieron a su imaginación a la hora solemne de la desaparición de Zulen del campo material de batalla.
Si la salud de Ud. no permite hablar con su voz propia a los que se agrupan alrededor de esa célula capaz de formar el núcleo de un naciente organismo, envíe Ud. un mensaje y un encargado de interpretarlo; ¿el señor Otten, pariente del indigenista francés, Sr. Edgar Jounod, o el que quiera de sus muchos colaboradores?
No consigo encontrar al señor Basadre, ¿conoce Ud. su domicilio?
Los organizadores del Homenaje piensan realizar dos veladas —una en el Callao, el próximo 19, y otra, posteriormente, en Lima. Se espera dar proporciones a esta última que la ponga en condición de no ser desdeñada ni por un Eguren. ¿Qué es del Sr. Bustamante y Ballivián, que bastante aprecio ha manifestado siempre por Zulen? ¿Y Luis Alberto Sánchez? Y Carlos Valdez de la Torre, quien en un tiempo parecía ser muy idealista, pero que puede haber sufrido, como muchos hombres, los estragos del crecimiento material.
Mañana voy para recibir su respuesta meditada, no habiendo días que perder en vísperas de la velada en el Callao. El Sr. Castillo se muestra corto para acercarse a Ud., sin previa intervención mía; desea ir en comisión a comprometer su concurso.
Lo saluda mientras tanto su afma. amiga
Dora Mayer de Zulen

Mayer de Zulen, Dora

Carta de Percy Gibson, 25/7/1918

Arequipa, 25 de julio de 1918
Señor
José Carlos Mariátegui
Lima
Querido amigo:
Le escribo profundamente conmovido por la sorpresiva muerte del incomparable maestro, Don Manuel González Prada, el hombre más noble que he conocido. Yo, que estuve cerca de cuatro años con él en la Biblioteca Nacional, a raíz de la expulsión de los phitecos, pude conocerle íntimamente, mirar la profunda serenidad de su espíritu, como un río lento, y recrearme con los vastos y áticos panoramas de su inteligencia. Fui su hijo espiritual. Le quise entrañablemente. Entonces, con Valdelomar y el querido Enrique Bustamante y Ballivián, y algunas veces con José María Eguren, le visitábamos en su casita de la Puerta Falsa del Teatro. Allí se conversaba, se atesoraba espíritu e ideas. Eran buenos días aquéllos, buenos para nosotros y para las letras nacionales. Sin pasiones, sin arribismos, escribíamos en silencio. Los frutos de la meditación y de las vigilias, se sazonaban de vida, rebosaban de sus pulpas las mieles de la sinceridad. No fuimos matones ni camaleros literarios. Eran buenos días aquéllos. Azuzaron las jaurías contra el noble viejo... pero él destripó muchos perros. Era un insigne esgrimista de la pluma. Lástima que no tuviera contendor. Ya se fue, se fue para siempre. Nos abandonan los buenos, los justos, los grandes. Quedan los réprobos, los canallas, los vencidos.
Le envío dos sonetos, no sé si malos o buenos, pero íntimamente sentidos. Con la garganta anudada de sollozos he lirizado el soneto al poeta. En este soneto tiemblan emocionadas lágrimas en mis pestañas.
Sé, por cartas que ha escrito U. a Seguín, que acaso tengamos el gusto de estrechar su mano próximamente. Venga U., amigo, a esta ociosa aldea de mis mayores, donde será U. recibido por nosotros con cariño. Aquí hay vegas y auroras armoniosas. Eso es todo. También hay volcanes quebrados y salvajes. También hay cholos insolentes. No importa, venga U.
Muy suyo
Percy Gibson

Gibson, Percy