Mostrar 3 resultados

Descrição arquivística
Haya de la Torre, Víctor Raúl Ravines, Eudocio Item Comportamiento Político
Previsualizar a impressão Hierarchy Ver:

3 resultados com objetos digitais Mostrar resultados com objetos digitais

Carta de Víctor Raúl a Eudocio Ravines, 30/03/1929

Berlín, 30 [de marzo 1929]

Querido Eudosio:

Acabo de recibir tu carta. No conocía las diferencias entre ustedes aunque las sospechaba por la falta de acción que dejaban notar. Ya veo que han caído en el criollismo de discutir y no hacer. Créeme que disculpo y hasta justifico tu posición al lado de Mariátegui. Los dos están lejos de la realidad peruana y americana. El uno en una silla de ruedas y tú otra, en Europa que es una silla de ruedas de las más peligrosas porque lo arroja a uno por los planos inclinados de la falsa visión de nuestros medios. Pero mientras los decanos del Apra discuten aparecen nuevas fuerzas dentro de ella. El Partido Unionista Centroamericano acaba de avisar que se adherirá al Apra. En Centroamérica tenemos una juventud fuerte y quizá si haya unos diez mil apristas militantes entre hombres y mujeres contando las organizaciones adheridas. Como Centroamérica interesa por ahora ya que el Apra lucha contra el imperialismo la cosa va bien. Ustedes mientras tanto pueden seguir discutiendo. Eso no es cuestión de psicoanálisis. Es cuestión de psicología o de determinismo económico. Nosotros somos campesinos, hijos de ambientes agrarios y el individualismo, la suspicacia, etc. aunque se vistan de rojo son y serán nuestro handicap.

Casi casi estoy en el camino de no desear discutir más y de desear que cada uno tome la actitud arrogante y salga por su lado repitiendo las divisiones de los partidos comunistas en camarillas, divisiones que está afianzando la fuerza burguesa por todas partes como ocurre aquí, en donde los mismos revolucionarios como Goldschdmit confiesan que el capitalismo ha tomado una fuerza enorme.

Pero no se puede discutir sobre imperialismo en América Latina sin [*] . Es imposible. Por eso quise que fueras a México y aun lo deseo. Los años les librarán de las enfermedades de infancia. Yo no, ni mis discusiones. Me agoto inútilmente y prefiero seguir haciendo fuerzas para volver a América y seguir la cruzada que, tanto éxito, ha tenido. Estoy fatigado y deseo recuperar algo de mis fuerzas. Contraje unos parásitos intestinales en los trópicos y después de largos años sufrí calenturas altísimas con gripe. Estoy sin embargo muy bien aquí y como gozo con la nieve me siento mejorar. Dedico todo mi tiempo a trabajar para ganar algo. Ya estoy con Goldschmidt en el Instituto Económico Latinoamericano y a cargo
de su archivo. Ciertamente, no creo que iré a París antes de algunos meses. El tiempo libre lo empleo en sostener correspondencia con Centroamérica donde estamos librando una campaña intensísima contra la United.

La posición de Mariátegui es lógica. Limeñísima. Eso no es sino limeñismo revolucionario, colonialismo, extranjerismo y engreimientos de inválido. Ha hecho mucho daño, y hará más. Yo no he pensado nunca en entrar con él en polémica alguna. Amauta y Labor justifican la libertad de prensa que da el Padrecito Leguía. Son unos héroes. Sufren como mártires. Dios los bendiga y se los lleve al cielo.

En el Perú hay una corrupción fantástica. No hay con quién contar. Mi intervención en todo eso es nominal. Pienso yo que hay que luchar en todas partes contra el imperialismo y dejar un poco al Perú que se pudra más a ver qué pasa. Todo eso de los mariateguismos y los revolucionarismos de revista intelectual, malabarismos, italianismos, e indecencias son puras necedades. Un sable les va a cortar el pescuezo pronto, porque creo que ya se viene un sable en el Perú, según me lo dicen.

Lo de la candidatura fue una táctica irrealista también porque fue juego de alta política y de alta estrategia. Entre nosotros no se puede ensayar sino mítines al aire libre, con un tirano en Palacio para gritarle: Carajo! Y entonces el público aplaude y dice: que éste sí que es revolucionario...

Divertido. Yo creí tener poder para convencer siquiera a un grupo que dejara todos los prejuicios campesinos y se resolviera a la acción pero lo fundamental en todos es la pereza. La pereza campesina que nos tira al sol y nos hace sentirnos enfermos y tristes, e incomprendidos y rabiamos contra el suelo que nos sostiene porque no se menea para damos gusto. . .

Pero, hermano mío, yo estoy cansado de porquerías. Quiero ayudar mientras pueda a la acción, y a los de acción. De insultos, de calumnias, de comadrerías, de falsos teóricos, —ese pobre Mella fue uno de los más típicos— ya estoy fatigado. Les he descubierto a todos sus macanas y aunque yo tenga las mías, me siento mejor, honradamente mejor con todos mis grandes defectos. En ustedes, lo de discutir y
adoptar posiciones marxistas y leninistas sin haber visto un poco de nuestra realidad y después de tres años de vivir en París y tomar cafecito, yo les doy la razón. Completa. Eso es muy agradable. Muchas veces, perseguido, calenturiento, solo, amenazado y en peligro durante mi viaje pensaba yo en las discusiones parisienses tan bonitas, tan bonitas, tan calientitas.

Pero ya me estoy volviendo viejo y ya sé mover la mano de arriba abajo sin menear la muñeca. Ya veremos. Ahora trabajo. Y trabajo. Quiero trabajo. Cuando más les pido a los discutidores que se echen las polémicas a los bolsillos y comiencen a hacer algo en acción, en acción. Mucho hay por hacer. Discutir da luz dicen los burgueses. Y esa luz de bujía eléctrica la estamos buscando en pleno día cuando la realidad, latinoamericana está iluminada por un sol tropical y quemante que hace ver y sentir las cosas
muy bien y tuesta el cerebro deI que se detiene a discutir.

Todas esas cosas de Alianza y Partido respecto del Apra son barbarismos de Mariátegui. Es un novelista. De la Reforma Universitaria hizo una novela y de la cuestión indígena otra. Así estamos nosotros entregados a los novelistas y ellos pontifican. Nada tiene en verdad, porque Vargas Vila dicen muchos criollos entre ellos ese pestilente cubano que andaba por ahí, es la suprema autoridad antiimperialista.

No enseñes tampoco esta carta. Quédate con ella. Son las nueve y media, nieva y he trabajado con Goldschdmit todo el día. Estoy a punto de irme a la cama. La única que no discute si el Apra es Partido o Alianza, la única que dice que la cama no es para discutir sino para dormir o procrear — no masturbarse—, así como la vida del despierto es para hacer, hacer y hacer.

Un fuerte abrazo. Ya sabes que mi fraternidad está viva para ti y para todos. Les quiero mucho, mucho, mucho. Eso me salva de todo los demás. Y creo que al cabo, como no hemos de hacer nada por estar discutiendo que si son galgos que si son sabuesos, lo mejor es que nos querramos siempre. La discusión no crea nada. Hacer es lo único que podría interesar. Si no se hace nada sino discutir pues sigámonos queriendo y viva la gallina con su mera pepa.

tu hermano.

V.R

Haya de la Torre, Víctor Raúl

Carta de Víctor Raúl a Eudocio Ravines, 22/03/1929

Berlín marzo 22 1929

Querido Eudosio:

Una carta corta. Hace diez días estoy en cama. Al retirarse el invierno me tumbó una bronquitis con principios de neumonía que me ha puesto los pulmones como cuatro años atrás. Están radiografiándolos. Dice el médico que es el de Goldschdmidt que, los trópicos me clavaron una puñalada por la espalda. Lo malo que estas puñaladas se llaman cavernas.

Estoy muy pobre y toda mi correspondencia anterior esta aquí retardada por falta de estampillas. La histona de siempre. "El imperialismo inglés" no paga ni para estampillas.

Recibí abundante correspondencia del Perú vía México, vía Nueva York y vía Buenos Aires. La campaña contra mí es inmensa. Mariátegui la empuja. Todos los datos anuncian que hay consigna terminante de Moscú de acabar conmigo.

Pero yo les evitaré el trance. Me separo. Tan pronto como me levante recdactaré un manifiesto a los obreros, estudiantes, etc. del Perú anunciando mi retiro total, definitivo de tod lid política en el país. Haré un examen detenido de la situación, precisaré mis puntos de vista pasaré por rayos X a los poetitas y daré el toque de retirada.

Desde aquí, desde el Instituo, haciendo otra labor no menos importantes seguiré la lucha. Hasta la muerte que no parece tan lejana. Estoy contento.

La negativa de ustedes a aceptar mi renunia tiene solo un valor moral, pasajero. Yo me voy y me voy de veras y para siempre.

El antiimperialismo me tendrá siempre en filas, pero desde más lejos, desde la artillería pesada. Desde la ciencia, no desde las guerrillas hoy inundadas de porquería.

Te adjunto una carta para el poetita Bazán quien no conozco. La carta es como para él. Se trata de un chisme de ese "líder máximo". ¡Estupendo! ¡Cuánto para reír antes de morirse!

Sé que el facismo militar como el de Chile se prepara en el Perú, Mariátegui, como los comunistas italianos del 21 le abre las puertas. El Musolini con el charreteras del Perú (ayudado por el imperialismo) le levantará a Mariátegui un monumento con pata.

Espero que podré hacer público mi manifiesto el 23 de mayo próximo. Me ofrecen remitir datos concretos de que Amauta reapareció bajo el compromiso de boycotearme. No me iré sin blandir lo que queda del cuerpo de Mariátegui en alto por el muñón. Le dejaré caer en su propia porquería y ahí será rey. Claro, rey de la ínclita Majestad de los reyes criollos. ¡Vive le roi!

En México hay otro poetita en contra mía: Pavletich. Su odio es paranoico, específico. Viene porque me opuse terminantemente a que le quitara la mujer a Serafín del Mar, Magda. Ella está en buenos términos conmigo pero él me odia. Del Mar quiere matar a Pavletich y los comp. lo han enviado a Yucatán. Creo que Magda irá a La Habana para encontrarse con él. Todo esto debe ser confidencial por ahora aun que apeste.

Magda me avisa algo formidable. La policía mexicana acusa del asesinato de Mella al Partido Comunista. Resulta que Mella se había separado del P. dos semanas antes de su muerte. Fue castigado y amenazado. Dice Magda que todo esto es otra inmundicia. No me sorprende. Mella, yo se lo dije, tenía que ser aprista. El rió de esto pero se quedó un poco pensativo cuando se lo pronostiqué. Dicen que esta habría sido su decisión. Todo va a descubrirse.

Ustedes adelante. Limpien todo lo que puedan. Escribe al Perú y hazles ver que están jugando con fuego. Yo nada puedo. Estoy liquidado.

Ahora a trabajar en el destierro vitalicio. Espero levantarme pronto y seguir adelante. No me iré de la vida sin dejar algo que me justifique una vez más.

Un abrazo. Esta carta es casi reservada. Busca a Heysen. Dile que no le envié la carta que está escrita por pobreza y por enfermedad. No tuve varios días ni para un frasco de Sirop Fammel. Aquí cuesta 35 francos y en París 10. Si alguien se viniera cómprense unas botellas y envíenmelas. Es lo único que me desinfecta los pulmones y me alivia. Pero aquí es caro.

Hermano, estoy alegre como nunca. Ya vino el sol. Un amigo me trajo un fonógrafo con discos incaicos. Esto me ha curado más que todos. Mis amigos son ingleses y alemanes. Sólo uno o dos latinos. Ya estoy hecho completamente a una total sensación de extranjero.

Un abrazo fuerte y hasta pronto

VR

Haya de la Torre, Víctor Raúl

Carta de Víctor Raúl a Eudocio Ravines, 19/02/1929

Berlín 19 feb.

Mi querido Eudosio:

Al fin recibí tu carta. Tanto tiempo de no verte me había hecho pensar mal de ti. Le había escrito a Heysen quejándome. Claro. Ustedes suelen cambiar de un día a otro. Tú no eres el aprista de hace año y medio. Eres otro, totalmente otro. De todos modos, hermano mío, te quiero como siempre, te admiro como siempre y todo lo que pudiera hacer de mi parte lo haría por ayudarte a tomar el real camino.

Te escribo bajo un estado de ánimo verdaderamente feliz. Pero feliz en un sentido moral si quieres aceptar el vocablo. Te escribo después de haber redactado mi formal renuncia a la secretaría del Apra, y al movimiento todo en lo que tiene de directivo. Quiero eliminar mi persona. Quiero estar en el plano en las filas, en la masa. Ahora ustedes mandan, ustedes gobiernan, ustedes dirigen. Asuman totalmente la responsabilidad de líderes.

No he leído aún los documentos. Me interesa primordialmente tu carta. Ella es fraternal y fuerte. Yo no tengo odios para nadie, ni resquemores, ni envidias. Mi papel se cumple y se cumple a través de nuestra reducida historia revolucionaria. No ambiciono nada ni quiero nada. Si hoy mismo pudiera eliminarme totalmente lo haría. Esta renunciación mía a la dirección del Apra que Heysen te hará conocer, te dirá mucho. Te dirá todo, si aún me comprendes y me quieres tanto como yo te quiero y te comprendo a ti.

Esta máquina de escribir es horrible. Alemana, hija de una técnica distinta a la nuestra. Por eso no podemos adaptarla al comando del cerebro nuestro, determinado por una intensidad distinta. Perdona pues las faltas. Ni escribir se puede con aparatos' técnicos que no corresponden a nuestra capacidad de acción...

Y sigo: creo que, hay divergencias dentro del Apra y deben existir. Son síntomas de vida. Además, la participación de los intelectuales y anarquistas, —tú eres de los poetas de la dulce y tentadora Acracia— es necesaria. La controversia es útil. Es lucha y es vida. Militia est vitam hominis super terra, dijo el viejo Job y Heráclito, precursor de Hegel y abuelo dialéctico de Marx no se apartan de este principio. Pues bien, la lucha es síntoma de vida. Lo trágico es la lucha que anuncia muerte. La agonía, el estertor, la
tremenda etapa final de lo que concluye. Por fortuna nosotros estamos lejos de todo esto. Estamos naciendo. El embrión tiene disputas intrauterinas. Cuando, fracasa es aborto, cuando vence es nacimiento.

Me gustan las disputas. Me alegra que yo haya sido envuelto y arrollado y triturado por ellas. Pero vamos de frente. Te pido desde el fondo de mi inautoridad actual seguir por el camino de la eficiencia y del realismo.

Yo renuncio. ¿Crees tú que podría pedirse a Palacios la aceptación de la jefatura aprista y dejar para el primer congreso nuestras divergencias actuales?

¿Crees tú imposible que nos unamos en todo lo que tenemos de común y abandonemos por un momento, las discusiones excesivas?

Lo espero de ti. Haya de la Torre se va. Toma el camino del cuadro, del pelotón, de la fila. No conspirará, no hará nada sin la orden de los nuevos jefes. Se aleja. Se marcha a trabajar como mero peón.

Pero que esto sirva. Ve bien. Pon los ojos de tu conciencia frente a la realidad. Que se salve el Apra. Si quieren que el Partido Peruano muera como aprista que muera. Yo tengo que transigir. Mariátegui no transigirá nunca porque es inválido, porque es cojo y porque es fantaseador. Yo transijo. Que muera el P. N. P. pero que viva el Apra. Dejemos una y otra cosa libres. Que la experiencia nos ofrezca resultados;

Estoy contento de mi decisión. Goldschdmidt la apoya fuertemente. Ojalá ustedes realicen todos un acto supremo de generosidad y me entiendan.

No tengo ambiciones PERSONALES. Compréndanlo. El día que haya un líder, un jefe, un conductor, me iré del todo. Alejaré del todo el fantasma de mi nombre. Es necesario. Ustedes por lo pronto deben asumir la responsabilidad AFIRMATIVA Y CONSTRUCTIVAMENTE.

Ya te escribiré más ampliamente. El Apra no niega la adhesión de otros partidos pero el error tuyo está en suponer que el Apra no pueda, transformarse y DEPURARSE en un partido de clase cumplida su primera etapa.

Entiendan esto. En la cerrazón de ustedes sobre este punto está lo bizantino, lo poético: lo intelectual, lo cojo...

Si la divergencia estriba en la separación o no del Partido Nacionalista peruano, dividamos las actividades. Este último está progresando por sí solo. Va adelante. Puede convertirse en acción armada de un día a otro. Pero salvemos el Apra y salvemos la acción.

Ve a los compañeros. Heysen te mostrará el mensaje que no envié a ti porque no respondías. Me equivoqué. Creí que entrabas de lleno en el anarquismo. Creí que regresabas. Me alegra ver que estás libre de mucho de él aunque te queden los contagios de la infección que sufre Mariátegui en las piernas, contagiada al cerebro y trasmitida por infección postal hasta Europa. Necesitamos profilaxia.

Ya están ustedes en funciones. Trabajen. Únanse. Vean todo claro. No se perturben. Escríbeme inmediatamente. Perdóname porque pensé mal de ti; Te creí en rebeldía corrosiva por mi carta fría y cortante pero pura y limpia como estos hielos polares de Berlín.

Un abrazo grande y adelante. Fuerza en la conciencia y ahora, a asumir las responsabilidades.

No discutan la renuncia. Apruébenla y marchen. Te abraza tu hermano siempre el mismo en la causa y en la vida.

Fdo. Víctor Raúl.
En esta carta no hay actitud ¿No es cierto?
Fdo. V.

Haya de la Torre, Víctor Raúl