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Reproducción de una obra de Ivo Pannaggi

Reproducción fotográfica de una obra del artista italiano Ivo Pannaggi.
Al reverso de la foto:
"Escultura en piedra serena. Venezia XV Espozione Internazionale"
Con letra de José Carlos Mariátegui "9 cent. ancho"

Pannaggi, Ivo

Reproducción fotográfica del Campo Deportivo en Vitarte

Reproducción fotográfica del campo deportivo, donde se desarrolló el encuentro de Foot-ball entre la Federación textil y la Federación de choferes, durante el agasajo de la Fiesta de la Planta en Vitarte el 30 de enero de 1927.
Al reverso de la imagen con letra de Mariátegui: 18 cent. ancho.

Autor no Identificado

Carta de T. Bullón Salazar, 18/1/1926

Jauja, 18 de noviembre de 1926
Señores de la Editorial Minerva
Lima,
Muy señores míos:
De acuerdo con la atta . de Uds. del 16 de Diciembre del año ppdo. recibí conforme los dieciséis ejemplares de "la Escena Contemporánea", enviados por indicación de nuestro amigo, el Señor V. Modesto Villavicencio, para la venta en ésta localidad. Aun cuando la demanda de libros en general en ésta zona son de poca ventas me esmeraré en colocarlos lo más que pueda.
CONDICIONES DE VENTA. - He de agradecer a Uds. me informen sobre las condiciones de pago, esto es, si son á firme o en consignación, a fin de tomar como base para mis pedidos futuros entratándose ya sea de los mandados ó de lo s próximos a salir .
Deseándoles éxito completo en la labor que sean impuesto, me complazco en suscribirme de Uds., como su más atto. y S.S

T. Bullón Salazar

Bullón Salazar, T.

Carta de Luis Felipe Arizola Mora, 15/6/1926

Lima, 15 de junio de 1926
Sr. Julio César Mariátegui
Gerente de "Minerva"
Editorial e Imprenta "Minerva"
Muy señor mío:
Su atta circular de fecha, noviembre del año próximo pasado, me ha sido entregado por mi señor padre, con tardanza, por haber estado alejado de esta, por causas ajenas a mi voluntad.
Felicito efusivamente a Ud y al Sr. José Carlos Mariátegui, por los brillantes deseos, en bien del progreso literario del país. A la vez que deseo ser e l suscritor de sus publicaciones.
Espero que al recibir la pte. me envíen los libros que han sido publicados, así como el Boletín Bibliográfico, desde su primer número. Al portador será entregado el valor de lo que se me envíe, con su respectiva factura.
En espera de sus gratas órdenes.
quedo de Ud. atto y S.S
L.F Arizola Mora

Arizola Mora, Luis Felipe

Carta de The University Society Inc., 8/6/1929

Lima, 8 de junio de 1929
Sr.
José Carlos Mariátegui
Imprenta y Editorial Minerva
Ciudad
Muy señor nuestro:
Acusamos recibo de su apreciable del 6 del pte. y lamentamos comunicarle, que nos es imposible aceptar su propuesta sobre la garantía que Ud. ofrecía a favor del Sr. José Saldarriaga, por cuando Ud. se comprometió mancomunadamente con este señor por el total del crédito que le dimos, y sin condición alguna, sobre si era o no su empleado.
Sin otro particular, quedamos como siempre
Attis y ss.ss.
pp. The University Society Inc.

The University Society Inc.

Carta de César Landázuri, 28/12/1925

Lima 28 de diciembre de 1925
Señor
Gerente de la Editorial Minerva
Presente
Muy señor mío:
En respuesta a su atenta esquela del mes próximo pasado, le manifiesto que acepto con agrado, suscripción al libro mensual de esa Empresa.
De usted muy atento y seguro servidor.
Dirección: Señor Coronel don César Landázuri
Esperanza 30, Miraflores

Landázuri, César

Carta de Gamaliel Churata (Arturo Peralta Miranda), 4/2/1926

[Transcripción literal]
Puno, 4 de febrero de 1926
Señor Gerente de la Editorial Minerva
Sagástegui 669
Lima
Muy señor mío:
Sírvase Ud. retirar de la presente la cédula que acredita a la Biblioteca Pública de Puno, como suscritor de las ediciones "Minerva".
La forma de pago no me es posible como Ud. indica. Sólo puedo hacerlo en vista de la factura y mejor, al frente de constancia duplicada por el pago adelantado de un año. En ese sentido le ruego si está dentro de sus posibilidades, remitirme, junto con el libro de José Carlos Mariátegui.
Tal vez U. no ignore que la organización de nuestras comunas exige esta clase de trámites.
Toda publicación de esa editorial nos interesa vívamente. Dígnese, por ello, remitirnos el Boletín Bibliográfico y notificarnos con anticipación la salida de la revista que ofrecen.
Con este motivo ofrezco a U. un nuevo amigo y servidor.
Nota:- Sírvase mandarme catálogos o listas lo más completas de su Librería.
RH.
Arturo Peralta

Gamaliel Churata ( Arturo Peralta Miranda)

Carta de Enrique Bustamante y Ballivián, 18/12/1925

A bordo del “Darro”, 18 de diciembre de 1925
Mi querido Mariátegui:
Llegué a Buenos Aires con un serrano resfrío cogido en Bolivia y ello ha hecho que sólo quedara cuatro días, pues estoy con unas ganas locas de llegar a mi destino. No obstante mi corta estada en Buenos Aires, he procurado cumplir con sus encargos. En cuanto a librería y editores he hallado un ambiente poco favorable. Los editores en su mayor parte no son libreros, y hacen imposible con ello el intercambio que usted deseaba. Imagínese que las ediciones selectas son de 500 ejemplares y que Proa y Martín Fierro apenas tiran 1000.
En La Plata vi a Amaya y le entregué el libro para él, así como el de Sánchez Viamonte, que está en Europa. Amaya es persona muy simpática y ha quedado en hacer las gestiones para el canje de Proa y de las publicaciones que usted me indicaba.
Usted sabe el pesimismo de los paisanos para las empresas literarias. Todos miran la de usted como cosa quijotesca. Con Hidalgo que es, según me parece, el mejor relacionado y el menos escéptico, he dado algunos pasos. Cree él y creo yo que lo mejor es entenderse con la Agencia General de Librería y Publicaciones, Buenos Aires, Rivadavia 1573. En una entrevista que celebré con el Gerente, Mateo Infantozzi, encontré muy buena acogida. La casa es muy fuerte y asusta la cantidad de libros. Es para hacer la locura de Vegas y de Totó. Yo creo, a ojo de buen cubero, que hay varios millones. El Gerente me ha parecido persona que no se duerme y que desea ampliar los negocios de la casa en el Perú. Me hizo más preguntas al respecto de las que pude contestarle, pero sin embargo procuré darle respuesta a la buena ventura. Él me ha asegurado que tendrá con el mayor gusto relaciones con Minerva, pero en la forma de mutuas consignaciones. Él haría circular en toda la Argentina los libros de usted y les enviaría libros de los que representa. La Casa acaba de rematar un gran número de obras españolas que venden en Buenos Aires a un peso treinta y cinco los libreros y que podrían ser un buen negocio para Lima. Hay entre esas obras muchas de siete pesetas que salen a huevo. Es entendido en las consignaciones que los libros de ustedes que no se vendieran serían devueltos. La casa hace un descuento de 25% y cotiza la peseta a 30 cts. de argentino.
Para decirle del interés que tomó en el asunto el Gerente, le cuento que Hidalgo que esperaba afuera se quedó admirado de la larga lata y me vaticinó un gran éxito. Yo le dije que creía, que, como todos los negociantes me había sacado datos y eso es en gran parte la verdad. Pero le repito que demuestra gran interés por los negocios en el Perú. La casa manda libros a Rego y Pathé en Lima y a otras casas en provincias.

Bustamante y Ballivián, Enrique

Carta de Enrique Bustamante y Ballivian, 6/1926

Río de Janeiro, junio de 1926
Mi querido Mariátegui:
Por Vegas de quien acabo de recibir una carta sé que usted me ha escrito dos. Sólo he recibido una y tengo curiosidad de saber lo que diría la segunda.
He esperado hasta ahora el envío de sus libros. Mande usted quince dirigidos a mí por paquete certificado a Librería Española 13 de Maio, 13, o a la Legación. Viniendo certificado y no siendo carta llega de todas maneras. Creo que eso se puede vender y yo procuraré mandarle lo más pronto su valor. Después podemos estudiar si es posible ampliar la cosa para San Pablo y otras ciudades del Brasil. En San Pablo el movimiento de vanguardia es mucho más intenso que en Río.
He dado su dirección a varios autores que han publicado libros últimamente, para que se vaya usted enterando de literatura brasilera y poniéndose en contacto con la gente de aquí. Como sólo tenía un ejemplar de su libro no me ha sido fácil hacer propaganda. Hay entregado ya un artículo sobre él y espero que salga para mandárselo.
Qué hay de nuevas obras. Aquí acaba de salir una novela, El Extranjero, que por lo que tiene de brasilera y de americana, de vida de emigrante y de vida nuestra en todos sus aspectos, es la obra en prosa moderna más interesante del Brasil. Le he escrito al autor que es de San Pablo y creo que se la debe de haber mandado. Creo que quizás podría ser un éxito.
Con ésta le mando unas cuantas líneas y un recorte para Bazán cuyo libro es el primero de los que he traído que ha sido comentado. Hay una completa crisis de revistas y de libertad de expresión —censura, estado de sitio y toda la pereza que con estas cosas se relaciona. Nadie pues tiene entusiasmo. Y la vida y el trabajo son aquí tan duros y está tan mal remunerado, que es un heroísmo escribir para lo que no da una inmediata retribución.
Mil saludos a los amigos y los más afectuosos para usted de
Enrique Bustamante y Ballivián

Bustamante y Ballivián, Enrique

Carta de Angeles Hermanos, 28/8/1926

Huaraz, 28 de agosto de 1926
Sr. Gerente de la Editorial Minerva
Lima
Muy señor nuestro
Con fecha 27 hemos recibido la muy apreciable comunicación de Ud. su fecha 22 de junio ppdo, de la cual hemos tomado nota de su contenido.
Con mucho mas anterioridad a la citada de Ud. recibimos por la sección certificados un paquete conteniendo 16 ejemplares del nuevo volumen "El nuevo absoluto" del Dr. Mariano Iberico Rodríguez, igualmente la revista bibliográfica "Libros y Revistas".
Por correo próximo mandaremos a Ud. la liquidación y el valor dela venta de los ejemplares que se han vendido en esta plaza y entre tanto aprovechamos para reiterar una vez más nuestros servicios en esta región y superioridad como siempre.
De Ud. Muy afimmos amigos i SS.SS

Angeles Hermanos

Carta de Gamaliel Churata (Arturo Peralta Miranda), 11/1/1929

Puno, 11 de enero de [1929]
Compañero Gerente de Minerva
Lima
Distinguido compañero: Estoy sumamente apesadumbrado por la falta de cumplimiento a mi promesa de remisión de valores. Conté con que los agentes de provincias cumplieran como yo esperaba,
Esta es la razón de mi fracaso.
Y usted tiene una muy respetable cuando afirma que a las agencias que no paguen, se les suspenderá la remisión, publicando por último sus nombres. Sé que es empresa de ideal la de ustedes (sería temerario que yo no lo supiera) y sé que debemos todos celosas colaboración a esa obra... Mas cuando la colaboración no puede ser correcta, resulta más dañina que beneficiosa. por este motivo ruego a usted suspender la remisión de todas las publicaciones de Minerva (Esta mañana he recibido un nuevo paquete de "Labor") que a mi juicio lo único bueno será garantizar suscriptores, pocos, pero que alivien de esta carga pesada de las deudas de los agentes.
En todo caso, para la publicación del nombre del suscrito en lista de deudores, le encarezco esperar hasta el último momento.
Ya digo a Mariátegui que yo pagaré y lo más pronto está deuda.
Adjuntole lista de suscriptores de Carabaya, o digo Sandia, a quienes puede usted dirigirse pidiéndoles pago adelantado de suscripción. Si yo supiera que en Puno es posible encargar esta labor a otra personas, sería yo quien se la sugiriese.
Un apretón de manos de su compañero.

Gamaliel Churata ( Arturo Peralta Miranda)

Carta a Carlos V. Chávez Sánchez, 27/11/1925

Lima, 27 de noviembre de 1925
Señor Carlos V. Chávez Sánchez
Piura
Muy estimado amigo y compañero:
Fabio Camacho, dilectísimo compañero, le entregará estas líneas. Con él le envío, también, mi libro que acaba de aparecer. Le presento y recomiendo a Fabio como a uno de mis mejores amigos.
Ya estará Ud. enterado de lo que se propone la Editorial Minerva fundada por mi hermano: la edición de un libro mensual nacional o extranjero. Entre los primeros irán El Nuevo Absoluto de Iberico Rodríguez, Tempestad en la Sierra de Luis E. Valcárcel, La Aldea Encantada de Abraham Valdelomar, una selección de cuentos de Manuel Beingolea, un libro de Antenor Orrego, Corazón Payaso de Guillén, una novela de Falcón y traducciones especiales para Minerva de libros de Istrati, Romain Rolland, Gorki y otros. ––Le he escrito a López Albújar pidiéndole la segunda serie de Cuentos Andinos. Y hay muchos otros libros en vista.
Escribo al doctor Carranza proponiéndole que la librería de El Tiempo represente en Piura las ediciones de Minerva. Pero hace falta una representación activa. Cuento, seguramente, con el valioso concurso de Ud. ¿No es cierto?
Por lo pronto, me urge saber cuántos ejemplares de La Escena Contemporánea puedo hacer remitir.
He recibido sus recortes. Los he leído atentamente. Y, por supuesto, no me siento tocado por la muy justa crítica al desdén de los intelectuales limeños por las provincias. Creo tener muchos de mis mejores amigos en provincias.
En espera de sus noticias, le envía su más cordial apretón de manos su amigo y compañero.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Librería Iberico, 22/1/1927

Lima, 22 de enero de 1927
Sres. Librería Iberico
Cajamarca
Muy señor míos:
Adjunto a Uds. el extracto del estado de su cuenta con la Editorial Minerva, al 31 de diciembre.
El Dr. Mariano Iberico nos ha entregado por cuenta de Uds. la suma de S/. 34.56. que no corresponde al total de su debe por haber calculado Uds. equivocadamente el 40% de comisión.
Con los más attos. sentimientos, tengo el gusto de ofrecerme de Ud. atto. y S.S

Imprenta y Editorial Minerva

[Recibo por Servicio de Suscripción de Emejildo Velarde]

Cargo de recibo de pago por servicio de suscripción del Sr. Emejildo Velarde por el monto de S/.2.50 (dos soles, cincuenta céntimos) por el concepto de venta del libro "Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana"
Fecha: 19 de noviembre de 1928.

Imprenta y Editorial Minerva

[Recibo por Servicio de Suscripción de L. Galván]

Cargo de recibo de pago por servicio de suscripción de L. Galván por el monto de S/.2.50 (dos soles, cincuenta céntimos), por concepto de venta del libro "Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana"
Fecha: Noviembre de 1928.

Imprenta y Editorial Minerva

[Lista de Agentes de la Editorial Minerva]

Lista de Agentes de la Editorial Minerva:

  • Máximo Pecho - Jauja - 16 ejem.
  • Dionizio Mendoza - Chiclayo - 16 ejem.
  • Teodoro Bullón Salazar - Jauja - 16 ejem.
  • La Acción - Chincha - 16 ejem.
  • Librería Iberico - Cajamarca - 16 ejem.
  • Librería Nieri - Ica - 16 ejem.
  • Librería León Alvarado - 32 ejem.
  • Alcides Spelucin - Imprenta el Norte de Trujillo - 32 ejem.
  • Luis Carranza - Imprenta y Librería El Tiempo - Piura - 16 ejem.
  • Roberto La Torre - Revista "Kosko" - Cuzco - 32 ejem.
    Total: 208 ejem.

Imprenta y Editorial Minerva

Letra de Cambio, 6/5/1927

Letra de Cambio girada por Julio César Mariátegui por la cantidad de L.p 1.3.80 (Una libra peruana trescientos ochenta milésimos) a cargo de Lizardo Palacios con fecha 6 de mayo de 1927.
Incluye Apéndice a la Letras Nº 49035/6

Mariátegui La Chira, Julio César

Estudiantes y maestros

Los catedráticos inseguros de su solvencia intelectual, tienen un tema predilecto: el de la disciplina. Recuerdan el movimiento de reforma de 1919 como un motín. Ese movimiento no fue para ellos una protesta contra la vigencia de métodos arcaicos ni una denuncia del atraso científico e ideológico de la enseñanza universitaria, sino una violenta ruptura de la obediencia y acatamiento debidos por el alumnado a sus maestros. En todas las agitaciones estudiantiles sucesivas, estos catedráticos encuentran el rastro del espíritu de asonada y turbulencia de 1919. La Universidad -según su muy subjetivo criterio- no se puede reformar sin disciplina.
Pero el concepto de disciplina es un concepto que entiende y definen a su modo. El verdadero maestro no se preocupa casi de la disciplina. Los estudiantes lo respetan y lo escuchan, sin que su autoridad necesite jamás acogerse al reglamento ni ejercerse desde lo alto de un estrado. En la biblioteca, en el claustro, en el patio de la Universidad, rodeado familiarmente de sus alumnos, es siempre el maestro. Su autoridad es un hecho moral. Solo los catedráticos mediocres, -y en particular los que no tienen sino un título convencional o hereditario- se inquietan tanto por la disciplina, suponiéndola una relación rigurosa y automática que establece, inapelablemente, la jerarquía material o escrita.
No quiero hacer la defensa de la juventud universitaria -respecto de la cual, contra lo que pudiera creerse, me siento poco parcial y blando-, pero puedo aportar libremente a esa defensa mi testimonio, en lo que concierne a la cuestión de la disciplina, declarando que nunca he oído a los estudiantes juicios irrespetuoso sobre un profesor respetable de veras. (Las excepciones o discrepancias individuales no cuentan. Hablo de un juicio más o menos colectivo). Me consta también que, cuando formularon en 1919 la lista de catedráticos repudiados, -a pesar de que el ambiente exaltado y tumultuario de las asambleas no era el más a propósito para valoraciones mesuradas- los estudiantes cuidaron de no excederse en sus condenas. Las tachas tuvieron siempre el consenso mínimo de un 90 por ciento de los alumnos de la clase respectivas. En la mayoría de los casos, fueron votadas por unanimidad y aclamación. Los líderes de la Reforma se distinguían todos por una ponderación escrupulosa. No se proponían purgar a la Universidad de los mediocres, sino únicamente de los pésimos. La sanción que encontraron en el Gobierno y en el Congreso todas las tachas de entonces, evidencia que no eran contestables ni discutibles.
El tópico de la disciplina es, pues, un tópico barato y equívoco.
Y del mismo género son las críticas que, fácil e interesadamente, se pronuncian sobre la influencia que tienen en la crisis universitaria otros relajamientos o deficiencias del espíritu estudiantil.
Contra todo lo que capciosamente se insinúe o sostenga, la crisis de maestros, ocupa, jerárquicamente el primer plano. Sin maestros auténticos, sin rumbos austeros, sin direcciones altas, la juventud no puede andar bien encaminada. El estudiante de mentalidad y espíritu cortos y mediocres, mira en el profesor su dechado o su figurín. Con un profesor desprovisto de desinterés y de idealismo, el estudiante no puede aprender ni estimar una ni otra cosa. Antes bien, se acostumbra a desdeñarlas prematuramente como superfluas, inútiles y embarazantes.
Un maestro -o, mejor, un catedrático- en quien sus discípulos descubren una magra corteza de cultura profesional, y además, carece de autoridad y de aptitud para inculcarles y enseñarles extensión ni hondura en el estudio. Su ejemplo, por el contrario, persuade al discípulo negligente de la conveniencia de limitar sus esfuerzos, primero a la adquisición rutinaria del grado y después a la posesión de un automóvil, al allegamiento de una fortuna, y -si es posible, de paso- a la conquista de una cátedra, membrete de lujo, timbre de academia. La vida y la personalidad egoístas, burocráticas, apocadas, del profesor decorativo y afortunado influyen inevitablemente en la ambición, el horizonte y el programa del estudiante de tipo y medio. Profesores estériles tienen que producir discípulos estériles.
Sé bien que esto no inmuniza del todo a la juventud contra críticas ni reproches. La universidad no es, obligada y exclusivamente, su único ambiente moral y mental. Todas las inteligencias investigadoras, todos los espíritus curiosos, pueden -si lo quiere- ser fecundos por el pensamiento mundial, por la ciencia extranjera. Una de las características fisonómicas de nuestra época es, justamente, la circulación universal. Veloz y fluida de las ideas. La inteligencia trabaja, en esta época, sin limitaciones de frontera ni de distancia. No nos faltan, en fin, maestros latinoamericanos a quienes podamos útilmente dirigir nuestra atención. La juventud -sus propios movimientos lo comprueban y declaran- no vive falta de estímulos intelectuales ni de auspicios ideológicos. Nada la aísla de las grandes inquietudes humanas. ¿No han sido extra-universitarias las mayores figuras de la cultura peruana?
Los estudiantes, después de las honrosas jornadas de la Reforma, parecen haber recaído en el conformismo. Si alguna crítica merecen, no es por cierto la que mascullan, regañones e incomodados, los profesores que reclaman el establecimiento de una disciplina singular, fundada en el gregarismo y la obediencia pasivas.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Artemia G. de Falcón, 15/12/1919

San Sebastián, 15 de diciembre de 1919

Señora Doña Artemia G. de Falcón
Lima

Querida madre:

Hace cuatro días estoy en España. Antes de llegar aquí tenía que ir a un pueblecito, cercano a la frontera, en el que debía ver a Pío Baroja, un gran hombre de España ciega amistad tiene que serme de mucha honra y provecho.

En casa de Pío Baroja, cariñosamente recibido por él, por […] pasé veinticuatro horas. Me obligaron a comer en su mesa y a dormir en su casa. Este pequeño instante de vida de hogar me ha hecho mucho bien. Ya estoy nuevamente cansado del trato frío, comercial es insincero de los hoteleros y criados.

Mañana a las cuatro y cincuenta me voy a Madrid. Estaré allí pasado mañana temprano. Tengo vehemente ansiedad por llegar, pues espero encontrar amplias y puntuales noticias de casa. Hace mes y medio que no sé nada de ustedes.

Ya te he dicho como está la vida en París. Aquí parece que no es muy buena; pero, desde luego se la pasa mejor que en la Francia. El país es de una incomprensible belleza natural. Este gran balneario donde estoy es una ciudad extraordinariamente bella y suntuosa. Aunque un poco triste por estar fuera de temporada, comprendo que aquí debe vivirse muy a gusto y con muchas regalías.

En París he comprado algunas cositas para ti, para mis hermanos. No se las he mandado todavía, porque me han parecido muy pocas. Espero comprar algo más en Madrid y mandárselas juntamente.

Hasta pasado mañana. Contestaré a todas tus cartas con una sola carta, muy larga, lo más larga posible.

Besa, de mayor a menor, a todos mis hermanos y saluda cariñosamente a Juan y a Del Águila.
Tú recibe muchos abrazos y más besos de tu hijo.

César

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 16/1/1920

Madrid, 16 de enero de 1920

Señora Dona Artemia G. de Falcón
Lima

Querida madre:

Desde mi llegada a Madrid, el veinte de diciembre último, no recibo noticias tuyas. Lo atribuyo a tu falta de conocimiento preciso de los itinerarios de correos. Pero aunque los justifico, el retraso me causa mucha tristeza.

Quisiera recibir carta tuya todas las semanas. Ya se que esto es casi imposible, y por esto, me resigno a la espera. Sin embargo, te suplico que hagas más frecuentes tus cartas. Puedes escribirme cada ocho o quince días. De este modo yo las recibiría con el mismo intervalo.

Seguramente ha llegado ya a ti mi primera carta de esta ciudad. En ella te hablaba del ataque de fiebre que sufría al llegar. Ya esto pasó completamente. Ahora estoy muy bien y me dedico a trabajar con alivio.

La vida en Madrid es muy agradable. Se vive, en verdad, casi nocturnamente. Todo se hace tarde. La gente se levanta a las diez, almuerza a las dos de la tarde, cenan a las nueve de la noche, va al teatro a las diez y media y se acuesta a las dos o tres de la madrugada. Este en el sistema de vida consciente.

La vida comercial se realiza en la misma forma. No hay hasta las diez de la mañana ninguna oficina o tienda abierta y todas se cierran de una y media a cuatro de la tarde.

Actualmente escribo un libro que debe publicarse, si no falla mis cálculos, en marzo o abril. Creo que lo acabaré en este mes. Solo espero, porque necesito incluirlo en el cuento "Mi hermana Jacoba" que tantas veces te he reclamado y que no dudo que lo recibiré en estos días.

Me interesa nuevamente conocer el resultado de tus gestiones en el ministerio para el cobro de asignación. Esto es lo que más me preocupa en los días presentes. Creo, no obstante, que te habrán pagado con puntualidad.

Ansío también conocer el arreglo con Ruíz Prado. Por desconocerlo no he podido hasta hoy normalizar el envío de mi correspondencia a "El Tiempo".

Sobretodo me entristece la falta de noticias tuyas. No te extrañe, por esto, que insista en replicarte mayor regularidad.

A tu, a mis hermanos, a Juan, a todos, en fin, lo de casa les deseo cordialmente muchas felicidades.

Para mis hermanos les envío un recuerdo cariñoso, un saludo a Juan, y para ti, madre […] un abrazo y muchos besos

Tu hijo
César

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 30/3/1920

A doña Artemia G de Falcón

Mi madre en Lima

Querida madre:

Acabo de recibir tu carta del 25 de febrero. Me parece que no es esta la única que me has escrito desde el veintiseis de enero y que muy pronto, dentro de dos o tres días, por otro correo, voy a recibir más cartas tuyas, De todas maneras, las reciba o no, me apresuro a contestarte la que acabo de leer.

No debe preocuparte la falta de cartas mías en los correos que llegan a Lima, porque ellos pertenecen a un servicio distinto al de Europa. Los vapores que llevan la correspondencia extranjera al Perú no van sino hasta Colón y algunos, muy raros, hasta Nueva York, Y mis cartas van en los vapores que corren entre Europa o Francia y Colón. Como la coincidencia de la llegada de un vapor a Europa a Colón y la salida de otro para el Callao no es muy frecuente, muchas cartas tienen, por fuerza, que quedar detenidas y retrasarse quince o veinte días. No debes mortificarte por esto. A mí me ocurre lo mismo generalmente recibo juntas tres o cuatros cartas tuyas, escritas, a veces, en fechas distantes.

En la carta que acabo de recibir no encuentro, como en las anteriores, saludos particulares de Alicia. Además, está por escrito que las otras. Todo esto, y las noticias que contiene, me asegura que no ha sido escrita por Alicia y que tú estás muy enfadada con ella.

Comprendo perfectamente tu aflicción y tu enfado. Pero no debes suponer que ninguna de mis hermanas, ni Alicia de la que tan tristemente te quejas, te quieren menos que yo. Es que no son tan reflexivas. No comprenden tu estado de ánimo y la obligación que tienen de contemplarte y cuidarte con más solicitudes y con mayor ternura. Yo les voy a escribir a todas, recomendándoles que se porten mejor. Perdónalas y cree que se compondrán.

Supongo que ya habrás recibido la carta para Casterot y este te habrá atendido debidamente. Notíciame el resultado de esta gestión.

Me parece bien que hayas escogido una casa situada en un barrio sano. Las protestas de las muchachas no son sino eso, protestas de muchachas. Ya se acostumbrarán o si en realidad está en un lugar apartado, pueden buscar diligentemente otra casa que reúna mejores condiciones.

Tu silencio me hace creer que en el Ministerio te han atendido. Esto me alegra. Yo le he escrito a Villanueva recomendándole el pago de tu asignación.

Del Águila no me ha escrito ¿Qué hace?

Te agradezco el recuerdo de mi cumpleaños. Aún está distante. Yo también recuerdo el tuyo y te mandaré un regalito. Entiéndelo bien. Otros les mandaré a las chicas. Que lo entiendan bien.

Besos para todos y para ti un beso y un abrazo de todo corazón.
César

Madrid, mayo, el 30 del 1920

P.D. Dime el número de la casa.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 14/7/1920

A mi madre Doña Artemia G de Falcón en Lima

Querida madre:

Tus dos últimas cartas, del treinta y uno de marzo y diecisiete de junio, me han puesto muy triste. Ellas me han hecho comprender que aun no has conseguido vivir tranquilamente, sobretodo por la mala conducta de mis hermanas.

Alicia también me ha escrito. De la carta de ella, tanto como de las tuyas, colijo que el principal motivo de desavenencia entre ustedes es la casa. Ya te he dicho, a este respecto, cual es mi opinión. Parece que las chicas incapaces de aun de apreciar la vida de manera menos superficial, le dan mucho importancia al aspecto de la casa, a otras cosas superfluas. Tú que las conoces mejor que yo, […] con su deseo. Si no les gusta la casa, que ellas mismas te busquen otra y múdate. Haz, si puedes, un sacrificio para mudarte. Hazlo, pero a condición de que ellas comprendan por su parte lo obligadas que están a respetarte, a quererte y a cuidarte incondicionalmente. Ya están grandes y deben saberlo. La mudanza solo puede ser una complacencia tuya, justificada por la incomprensión de ellas.

Yo creo que has exagerado un poco tus quejas. Lo creo, en primer lugar, porque nunca podría conformarme con la idea de que tú, tan serena y tan cariñosa y tan abnegada, sufrías por causa de mis hermanas. Ocurre, como ya te he dicho, que son todavía muy muchachas y un poco engreídas. Pero, en el fondo, te quieren y te quieren mucho. Ellas mismas te lo dirán. Te lo dirán cuando tú —te lo pido yo— les hagas leer esta carta. Desde entonces —tú lo verás— […] un poco los enfrentamientos y serán más solicitas contigo.

Me entero por otra parte, que pasas los días muy triste, muy abatida. Esto me parece muy mal. Nada puede perjudicarte más que enojarte […]. Procura distraerte. Suprimir de tu espíritu la mayor cantidad posible de preocupaciones. Pasea y visita. Mucho te propicia una vida más apacible, grata, la seguridad aunque sea momentánea, de tu renta. No debes permitir que te aflijan hoy, sin los mismos motivos, los sin sabores de tus días pasados.

No me sorprende el retraso con que llegan a tu mis cartas. Muchas tuyas las he recibido después de mes y medio. Actualmente el servicio postal, como todos los servicios públicas, está realizándose con igual arbitrariedad en todos los países. Cartas de Francia o de Italia, que en tiempos normales tardan dos y tres días en llegar aquí, me llegan ahora con ocho y diez de tardanza. Tú, como yo, debemos tener paciencia.

Supongo que ya está en casa la madre de Del Águila, y supongo también que te será grata su compañía. A propósito, me parece que la estancia de esta señora en la casa es un motivo más para mudarse a otra que sea tenga mayores comodidades.

Salúdala en mi nombre. ¿Cómo sigue Jorge, Antonieta y Del Águila? Me alegro mucho de la mejoría de Alicia.

Para atender a los encargos y peticiones de todos ustedes no me bastarían tres mil pesetas. Es decir, mas de mi renta de seis meses. Hasta hoy, ahorrando lo más posible he logrado reunir unas cuantas cosas. No se las he mandado antes porque quiere que cada uno reciba su regalo al mismo tiempo. Todavía me faltan comprar algunas cositas, pero las tendré muy pronto. El próximo correo les llevará el "voluminoso" contigente.

Dime si lees "El Comercio". Si lo lees mándame, recortados, todos los artículos míos.

Saluda cariñosamente a todos mis hermanos y a Del Águila.
Te abraza
César

Madrid, el 14 de julio de 1920.

P.D. Saluda a la señora Mariátegui. El baúl de José Carlos, junto con el mío, se perdió en París y ha aparecido en Triste. Ambos han hecho una escabrosa peregrinación por Europa. No te he dicho nada hasta hoy por no mortificarte. Ya no hay motivo para que no lo sepas. Ya han vuelto a nuestro poder.

Falcón, César

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