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Carta de Manuel E. Lazarte, 9/7/1926

9 de julio de 1926
Señor Gerente de la Editorial "Minerva”
Lima.
Muy señor mío:
Aviso recibo de su folleto "LIBROS Y RESVISTAS" correspondiente a marzo y abril ppdo. por lo que doy a Ud. las debidas gracias , suplicándole a su vez se sirva cotizarme precios de artículos de escritorio, papel, cartas, papel para máquinas de escribir, libros para colegios y cuadernos de escritura para colegios; si le fuese posible remitiendo muestras de papel &.
Reiterándole mi agradecimiento, me suscribo de Ud. como su atento y S. S.
Manuel E. Lazarte

Lazarte, Manuel E.

Carta de Luis E. Valcárcel, 11/7/1926

Cuzco, 11 de julio de 1926
Sr. José Carlos Mariátegui
Lima
Querido compañero:
Por el correo anterior escribí a usted avisándole que le enviaba en paquete certificado los originales de Tempestad en los Andes. Al recibir U. estas líneas, hago ya en su poder los citados originales: omití incluirle la carátula: lo hago ahora. No cree usted que sería de efecto una ilustración alusiva? Quizás Vallejo, o Sabogal, podrían crearnos el símbolo andino para la primera página del libro, o de la falsa carátula.
Usted verá lo mejor.
De Arequipa me ha mandado anoche el profesor Delgadillo una tarjeta de U. Díceme que él vendrá del 15 al 16. Con mucho gusto atenderé a su recomendado.
Cuánto he sentido que no se encuentre bien de salud: cuídese, amigo mío.
Me extraña que el encargado de distribuir mi última obra Del Ayllu al Imperio no le entregase a usted el ejemplar correspondiente: por correo entrante, se lo enviaré desde aquí. En igual desatención me ha hecho incurrir con otros compañeros.
tome Ud. para "Amauta" el capítulo que le parezca. Esperamos con impaciencia la aparición de su revista.
Con Casiano Rado le recordamos siempre.
Le envío un cordial apretón de manos.
Luis. E. Valcárcel.

Valcárcel, Luis E.

Carta de César Falcón, 28/7/1926

26, Bellevue Road,
West Ealing,
London, W. 13.

28 de julio de 1926

Querido José Carlos:

Varias veces he cogido la pluma para contestar a tu carta última - el pudor me impide consignar la fecha - y otras tantas me he detenido esperando una respuesta o el éxito de una gestión para modificar el sentido de mi carta. Porque en todo instante he tenido el propósito de escribirte una carta concreta, elusiva lo más posible de la retórica y de las vaguedades y generalidades características hasta ahora de nuestro diálogo. Por esto no atiendo tu invitación para exponerte mis puntos de vista sobre la política peruana y sobre la doctrina de nuestro grupo, partido o generación , según dicen ahora en todos los países hispánicos, dando a entender un número de hombres completamente escindidos de sus antecesores, como si los hombres nacieran como los hongos y no recibieran de sus mayores la vida, el corazón y casi toda el alma. Pero esto es polémico. O, mejor dicho, defectivo. Es un defecto y yo he cuidado de apuntar los defectos comunes para agrupar a los hombres. Porque el carácter, la personalidad del hombres son sus defectos, sus vicios. En las virtudes todos son iguales, pues todas las virtudes están en los diez mandamientos y nadie ha inventado otras.
Uno de nuestros defectos es la ingenuidad. yo recibo todos los días una copiosa correspondencia de España y América y estoy verdaderamente asombrado de la ingenuidad, de la simpleza de nuestros hombres, Cada cual me habla con entusiasmo desbordante de una idea, de una doctrina, de una teoría política. En ninguna parte del mundo se definen tantos los aspectos de las ideas - no las ideas profundas - como en nuestros países.
Pero mientras nosotros nos emborrachamos y soñamos con la transmutación física de nuestras sombras mentales, los países, los nuestros, siguen su proceso histórico independiente e indiferente a nuestra retórica. Y también, aunque de otro modo, puede hacerse doctrina sobre ellos. Este es mi intento. Pero es necesario cogerlos, tenderse sobre ellos y analizarlos nervios por nervio, músculo por músculo, entraña por entraña. ¡Ah! Pero no con el propósito de sacarle al análisis una consecuencia grata a nuestro gusto. Todo lo contrario. Sacar la consecuencia exacta, sea o no de nuestro agrado y se acuerde o no con nuestra doctrina. Nuestra doctrina y nuestro gusto, después de todo, no nos los hemos creado, inventado nosotros mismo. Los hemos cogido en otras partes, fuera de nosotros y aquí está precisamente la razón de su inutilidad.
Porque si para algo sirve el desquiciamiento actual del mundo es para ver el fondo verdadero de todas las doctrinas y de todas la filosofías. El mundo se ha librado de todas las armazones artificiosas de la mente. En este sentido ésta es una época de libertad. Ya nadie cree en la política ideológica ni en las ideas importadas. Como todo el mundo tiene por delante y desnudo el problema de la vida, las doctrinas no sirven para nada.
Nosotros debemos hacer lo mismo. Fuera las doctrinas tomadas, casi siempre, en dos o tres libritos mediocres, y vamos a enfrentarnos resueltamente con nuestros países y con nosotros mismo. Vamos a ver la realidad sin cristales de colores. A la simple luz del sol.
Lo primero es vernos a nosotros. Somos, políticamente, las fracciones de un gran imperio, repartidas implícitamente en zonas de influencia y paulatina y seguramente conquistadas. Mientras continuemos fraccionados la conquista será más fácil y segura. La más próspera y orgullosa de nuestras facciones independientes, la Argentina, es , en realidad, una colonia inglesa. Y a quien te hable de la epopeya de la independencia y de San Martín, Bolívar y demás héroes, invítale a venir a los archivos del Foreign Office y enterarse allí quién fue el promotor, sostenedor y alentador de la campaña y cuáles sus fines. Sobre esto puede hablarse mucho y yo pienso decir algo muy pronto.
Ahora lo pertinente es sacar enseguida la consecuencia del hecho. Es decir: afirmar, o, mejor, ver la necesidad de restablecer nuestra unidad nacional. Aquí debo precisarte bien mi pensamiento. Yo entiendo y veo nuestra nacionalidad hispánica y no veo, ni hay desde mi punto de vista, otra. Porque yo le llamo nacionalidad a un tipo característico de cultura, de formación espiritual. En nuestros países no ha habido jamás, y posiblemente no habrá nunca, una norma formativa de los hombres, --una norma de civilización-- distinta de la hispánica. Tú estás incurriendo en el disparate de hablar del incaísmo e indianismo. Pero seguramente no has meditado diez minutos sobre ello. Si lo hubieras hecho te habrías dado cuenta del disparate. El incaísmo o indianismo no es otra cultura ni otra cosa, sino la barbarie clara y definida. Entre el instinto de Atahualpa, adorador del Sol, y los Evangelios del fraileValverde, no hubo dos filosofías, dos concepciones distintas de la vida, sino, sencillamente, treinta siglos de civilización .
Nosotros provenimos, --étnicamente en mucha parte y espiritualmente todo-- de los hombres del Evangelio, y por eso somos civilizados y tenemos una filiación espiritual propia, distinta de la germana, de la anglo-sajona, de la italiana, de la china, de la hindú, de la egipcia. Somos, en suma, hispánicos y nada más. Si no lo fuéramos seríamos, entonces sí, incásicos. Pero también zulús, centroafricanos, salvajes. Los indios actuales del Perú lo son poco menos. Forman una raza primitiva incipientemente asimilada a la civilización hispánica, a la nuestra, y acabarán de asimilarse si nosotros los sabemos conducir o se asimilarán a la civilización anglosajona cuan­ do los anglosajones dominen nuestras tierras y, naturalmente, al servicio de ellos, acabarán con nosotros.
Luego, el primer acto, a mi juicio, es reconstruir nuestra nacionalidad, la gran nacionalidad de 1800, si ya no es posible, o si no es posible todavía, políticamente, espiritualmente. Pero enseguida después de este enunciado se imponen otros con tanta o más fuerza: los problemas de cada uno en su pedazo de tierra particular. Aquí es donde tú y yo debemos hablar del Perú. Mas si nos ponemos a hablar de los problemas del Perú, y sólo a hablar, perderemos el tiempo. Entre otras razones, porque los problemas del Perú son desconocidos todavía. Lo mejor es ponernos a estudiarlos, a descubrirlos, a sacarlos a luz.
En cuanto yo he logrado el convencimiento de todo esto, me he puesto en acción y si he retardado esta carta ha sido esperando el momento de poder enviarte, no un plan de debate y polémica, sino un plan de trabajo. He aquí el plan organizado: ya de perfecto acuerdo con Macchiavello.
Vamos a publicar un semanario hispanoamericano, es decir, de todos nuestros países. Pero no un semanario como un fin en él mismo, sino como un medio, como un instrumento para lograr nuestra organización política. No podrá, pues, ser una cesta lírica. Será, más bien, un nexo. Para conseguirlo hemos ideado una organización especial. El semanario será redactado directamente desde cada país y su redacción deberá corresponder al sentimiento y al anhelo de un grupo, afiliado, claro es, sinceramente a unos cuantos principios doctrinales nuestros.
El semanario tendrá un corresponsal en cada país, quien dirigirá la sección de su país, escogerá los colaboradores dentro del país y conducirá, en fin, la política del periódico en el país. Pero aquí otro punto condicional. Queremos evitar inexorablemente la retórica. El semanario deberá publicar informaciones precisas de la vida en cada país y las colaboraciones deben ser estudios técnicos y directos de los problemas. A ti no necesito decírtelo. Pero a nuestros demás compañeros se lo explicaré muy claramente.
Poco a poco, siguiendo el desarrollo del periódico, debemos ir ampliando la organización hasta convertirla en un verdadero núcleo internacional. Por lo pronto vamos a dar el primer paso. Tú, naturalmente, te encargarás del Perú. Mientras no pueda, por falta de libertad, editarse en Madrid - punto geográfica y espiritualmente equidistante para todo el mundo hispánico-- se editará en París. Pero debemos hacerle antes una gran propaganda. Es necesario destacar desde el primer instante su singularidad. Ahora están imprimiéndose las circulares con la declaración de principios, anuncio, propaganda, etc. Se llamará, probablemente, "Política Nuestra" y todo en él debe ser nuestro, exclusivamente nuestro. Por ningún motivo debemos caer en la estupidez de la imparcialidad y en el "vengan todos a decir su palabra". No. En él no debe decirse sino nuestra palabra.
Yo estoy en comunicación con los amigos en los países de España y América. Pero no tengo idea de quiénes podrían servirnos en el Ecuador y Bolivia. ¿Puedes indicarme a alguien? Dímelo enseguida para escribirles y, si se trata de amigos tuyos, escríbeles también.
Esto por ahora, Lo demás te lo iré diciendo en cartas sucesivas y frecuentes.
Otras cosas: ya he escrito a Madrid, hace mucho tiempo, para el envío de los ejemplares de Plantel de Inválidos. También escribí pidiéndole a Caro los originales de una novela para enviártelos. Pero no me los ha devuelto y ya hemos cambiado varias cartas. Si no logro esto, porque este editor me está haciendo desde hace dos años el juego del perro del hortelano, te enviaré otra cosa literaria.
Mi hijo nació hace dos meses. Se llama Mayo y está encantado de haber nacido. Ya verá él como es esto...
Alguien me ha dado muy buenas noticias de tu salud y yo he tenido mucho gusto. Mi mujer me encarga saludarte especialmente en su nombre y se une a mí en enviarle cariñosos recuerdos a todos los tuyos. Te abraza fraternalmente.
César
¿Se ha publicado un artículo mío sobre tu libro? lo envié en el mes de febrero por conducto de mi madre.

Falcón, César

Carta de Luis E. Valcárcel, 5/8/1926

Cuzco, 5 de agosto de 1926
Sr. D.
José Carlos Mariátegui
Lima
Querido compañero:
Todavía no tengo respuesta a mis últimas, y estoy temeroso de si han llegado a su poder los originales del libro. Ojalá todo sea con felicidad.
Ruégole prestar su inteligente atención a las pruebas de mi obra; algunas erratas y lapsus se han deslizado en las copias a máquina. Sálvelas, querido amigo. En el cuento “Hambre” se dice que la mujer del kolla estaba sentada en el dintel... en vez de “el umbral”, y así...
Mucho espero de su interés y del buen gusto que le animan para que el pequeño libro esté bien presentado. Cuentos y ensayos deben estar separados por algún espacio; los blancos juegan un papel importantísimo en este estilo mío de cortos períodos y breves artículos.
El amigo Delgadillo no ha venido. El número de Sagitario no me lo envió. Desde Arequipa me había escrito una curiosa carta que yo recibí con algún atraso, pues me hallaba lejos del Cuzco (primero en las ruinas de Kacha, después en Urubamba). Decía, entre otras cosas, que le era necesario que lo alojase ‘bien’ una persona ‘rica’. Mucho exigir, ¿no le parece? inmediatamente que llegué al Cuzco recibí del mismo un telegrama: me preguntaba ¿puedo ir? Yo no le contesté porque en la noche leí en los diarios que Delgadillo había salido para Puno. Juzgaba que de allí vendría a esta ciudad. Pero no sucedió lo previsto: Delgadillo se marchó a La Paz y de allí me escribe quejoso. No tiene razón, porque es inconcebible que se pueda imponer condiciones irrealizables. En una ciudad grande— que ya lo es el Cuzco, en cierto modo, no hay más alojamiento que el hotel. En la última carta, confiesa que no vino porque no tenía dinero... Acabáramos.
Le hago a usted esta relación, porque pudiera sorprenderlo alguna queja infundada.
Fraternalmente suyo
Luis E. Valcárcel

Valcárcel, Luis E.

Carta de Angeles Hermanos, 28/8/1926

Huaraz, 28 de agosto de 1926
Sr. Gerente de la Editorial Minerva
Lima
Muy señor nuestro
Con fecha 27 hemos recibido la muy apreciable comunicación de Ud. su fecha 22 de junio ppdo, de la cual hemos tomado nota de su contenido.
Con mucho mas anterioridad a la citada de Ud. recibimos por la sección certificados un paquete conteniendo 16 ejemplares del nuevo volumen "El nuevo absoluto" del Dr. Mariano Iberico Rodríguez, igualmente la revista bibliográfica "Libros y Revistas".
Por correo próximo mandaremos a Ud. la liquidación y el valor dela venta de los ejemplares que se han vendido en esta plaza y entre tanto aprovechamos para reiterar una vez más nuestros servicios en esta región y superioridad como siempre.
De Ud. Muy afimmos amigos i SS.SS

Angeles Hermanos

Carta de José Uriel García, 2/9/1926

Cuzco, 2 de setiembre de 1926
Sr. don José Carlos Mariátegui.
Lima.
Muy estimado compañero y amigo:
Sean bienvenidas sus letras. Me proporciona Ud. la ocasión para colmar un deseo vehemente que tenía de ser su amigo, su amigo, diré, explícito o revelado de palabra, que en espíritu ya dialogaba cordialmente con sus pensamientos, idealidades y orientaciones. También he de agradecer la simpática solicitud del amigo Rado.
Mucho le agradezco por su llamada a colaborar en su obra de alta cultura nacional, tanto en la empresa editora que Ud. dirige como en su revista. A pesar de mis limitadas posibilidades, soy todo fervor para secundarle. Casualmente, me tiene Ud. empeñado en un trabajo de valoración histórica, de una etapa de nuestro pasado, interesante para nosotros los serranos; trabajo y lema ideológico que titulo El espíritu incaico y la cultura colonial, juzgado desde puntos de vista que los creo propios. Por ello no me juzgará Ud. de tradicionalista, pues yo vuelvo al pasado únicamente para valorizarlo y sobre esta base afirmar el futuro, no menos que el presente. En cuanto le dé fin–– casualmente estoy en este empeño–– escribiré a Ud., aprovechando su invitación, pues me sería satisfactorio publicarlo en su empresa.
La labor que estoy realizando espero sea la expiación de faltas cometidas en mis trabajos anteriores, que no han tenido otras miras que las de simple vulgarización. Por eso le pido disculpas por no haberle enviado mi libro La ciudad de los incas, en donde a más de mis errores propios, los hay, creo más abundantes, los del cajista .Ya en una otra edición haré mi enmienda–– ya la estoy haciendo.
En cuanto a la colaboración para Amauta, en un correo próximo le enviaré un artículo, tomándolo de uno de los capítulos (de entre los que tengo ya confeccionados) de la obra del que le hablo. Habrá tiempo, puesto que ha de ser para el segundo número.
Quiera Ud. contarme como un sincero amigo y devoto admirador de su obra literaria.
Le estrecha la mano cordialmente
J. Uriel García

García, José Uriel

Carta de César Falcón, 12/9/1926

26, Bellevue Road,
West Ealing
London, W.13
12 de setiembre de 1926
Querido José Carlos:
Aquí va otra carta mía, sin tener aún respuesta de mis tres últimas. No importa, sin embargo. Leo con frecuencia tus artículos en Mundial y Variedades y ellos, aunque imprecisamente, me comunican contigo. Pero ahora no podemos reducirnos a esta comunicación incongruente. Escríbeme, pues, muy pronto y con frecuencia.
Hoy te mando los primeros papeles impresos sobre el semanario. Muy pronto te enviaré otros, otros más luego y todos los demás hasta su completa organización. Estamos trabajando afanosamente en este proyecto, porque, en realidad, no se trata del semanario mismo, sino de nuestra propia organización política. Ya te lo dije en mi carta anterior.
Todo el plan ideológico y administrativo de él ha sido trazado con tal fin. Historia Nueva debe ser el órgano de un núcleo orgánico en cada país nuestro, y más tarde, cuando completemos su organización, en cada ciudad, en cada pueblo de nuestros países. Por lo pronto estamos formando un grupo de redactores y colaboradores en cada país hispanoamericano y en cada región de España. Así, por virtud del trabajo en común, se conseguirá la unión y el acuerdo de cuantos hombres tenernos la emoción del ideal de nuestro resurgimiento como conglomerado racial.
Los papeles adjuntos te dirán claramente cuál es el principio básico del periódico Está expresa­ do en síntesis, mas, a pesar de ello, con la amplitud indispensable para ser un eficiente punto inicial de vinculación y trabajo. Pero como esto solo no sería suficientemente eficaz, nos hemos ocupado de engranar el propósito en un bien combinado régimen administrativo. Historia Nueva tendrá en cada país hispánico de América y en cada región española un redactor absolutamente responsable y libre- dentro, claro es, del principio ideológico del semanario-- a cargo de la sección correspondiente y, en torno de él, un grupo de colaboradores.
En los papeles sucesivos verás cuál debe ser el carácter, modo y finalidad de las informaciones y colaboraciones. Las informaciones deberán ser muy sucintas y reflejar, en lo posible, la vida nacional en sus aspectos más importantes. Las colaboraciones deberán tener un cierto carácter técnico, ilustrativas de las informaciones, para dar así una visión profunda y autorizada de cada problema, de cada asunto.
Ahora estamos recibiendo las listas de colaboradores. Organízame la del Perú. Háblale y compromete a un número amplio de personas, porque, como tú comprenderás, el Perú es nuestra preocupación dominante. Conforme a nuestro plan, necesitamos colaboradores en todos los sectores de la actividad y los problemas nacionales para dar siempre artículos eficientes sobre cada tema.
Mándame enseguida, en cuanto la organices, -y organízala en el día- la lista de colaborado­res peruanos, porque la necesitamos con mucha urgencia para imprimir los cartelones de anuncio.
Esta semana ha quedado Caro en enviarme los originales de la novela. Al fin he conseguido decidirlo a devolvérmelos. Te los enviaré enseguida. Debo hacerle un prólogo. Pero, para ganar tiempo, te mandaré la novela y el prólogo irá después.
Mi mujer me encarga saludarte con todo su afecto, así como a la luya y a los niños (ya he visto al joven Sandro hecho un personaje e indiferente al recuerdo de su histórica excursión por el Danubio).
Con la expresión de mi cariño para los tuyos, te abraza fraternalmente.
César
Te repito mi vehemente petición de todas mis cartas: escríbeme enseguida.

Falcón, César

Carta de César Falcón, 10/10/1926

26, Bellevue Road,
west Ealing,
London, W,13.
10 de octubre de 1926
Querido José Carlos:
Te mando ahora la segunda circular sobre el semanario. Es un pliego particular, sólo para nuestros compañeros de redacción. En él, como verás, están expresamente definidos el carácter de las informaciones y la calidad de las colaboraciones y, por ende, la índole del periódico.
Por cuanto te he dicho antes sabes ya como no se trata de un periódico con finalidad en él mismo, sino de un medio de organización. A nuestros hombres no hay manera de coligarlos en un partido orgánico y es necesario, por esto, buscar un medio de organización indirecta. El periódico me parece el mejor. Estoy redactando el plan completo, con detalles y propósitos hasta constituirlo en algo como una institución política, y te mandaré una copia cuando lo termine para informarte así cabalmente de la extensión del proyecto. En síntesis es como te he dicho ya.
Palmiro y mi madre me han anunciado la próxima salida de tu semanario. Espero noticias tuyas. Esto me interesa mucho, porque en el plan de Historia Nueva entra el intento de un acuerdo, o de una federación si es posible, de los periódicos afines.
Historia Nueva tiene ya redactores y colabora­dores en todos los países hispanoamericanos. Estarnos organizando ahora América. Después organizaremos España. En estos días estoy enviando las primeras circulares de anuncio a los periódicos. Luego enviaremos carteles a las librerías y puestos de venta. El reclamo es una de nuestras primeras preocupaciones. Yo he estado enfermo las dos últimas semanas y no he podido, por esto, seguir los trabajos con la actividad debida. Pero ahora me voy a dedicar enérgicamente a ellos.
No me escribes desde hace un año. Esta es la cuarta o quinta carta mía. Te repito un ruego antiguo: escríbeme pronto y con frecuencia.
Aquí seguimos bien. Mi hijo continúa creciendo, engordando y sonriendo. Mi mujer está ya muy repuesta. Recibe muchos cariñosos saludos de ambos y los nuestros para Anita y tus niños. Te abraza fraternalmente
César

Falcón, César

Carta a Emilio Roig de Leuchsenring, 24/10/1926

Lima, 24 de octubre de 1926
Señor Emilio Roig de Leuchsenring
Habana
Estimado compañero:
Cuando Oliverio Girondo estuvo en La Habana me escribió que contaba con Ud. y sus amigos del grupo minoritario o renovador para la realización de su proyecto de intercambio y vinculación de los grupos de vanguardia de América. La fundación de la revista Amauta, que debe Ud. haber recibido, me ofrece la oportunidad de dirigirme a Ud. para que se cumpla ese intercambio entre los escritores vanguardistas de Cuba y el Perú. Yo le mandaré originales de los peruanos; Ud. me enviará textos de los cubanos, conforme al plan al cual me comunicó Girondo que Uds. habían dado su adhesión. Amauta se ha permitido ya considerarlo en el elenco de sus colaboradores. Y para iniciar el intercambio le envío unos apuntes míos sobre Eguren.
Le ruego comunicar mi invitación a Jorge Mañach, Agustín Acosta y demás compañeros y aceptar el cordial testimonio de mi amistad y estimación.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Carlos Manuel Cox, 28/10/1926

Arequipa, 28 de octubre de 1926
Caro José Carlos:
Contesto su carta del 18 que recibí junto con 90 números de Amauta. Por carta de Manuel Vásquez, recibida cuando acababa de despachar mi anterior ––que espero tenga en su poder–– sabía de la nueva crisis que ha sufrido en su salud. Lamento intensamente lo que le ocurre. Cuando más necesitamos de su energía e inteligencia, más dolorosas acechanzas le impiden trabajar. Sin embargo tiene U. la admiración de los suyos y de los extraños que comprenden la energía que se necesita para soportar la tragedia que no lo quiere dejar. No sé si puedan ser eficaces las palabras alentadoras de quien ha comenzado a sentir también en propia carne el asalto del mal. Entretanto procuramos llenar nuestro cometido dignamente, como creo que lo dijo U. alguna vez.
El segundo número de Amauta ha salido muy bien. Además de tener más páginas, con cuatro en papel fino, el material es más interesante. Le adjunto un recorte de la nota que ha publicado El Pueblo.
Encontrará un cheque por S/. 22.80 producto de 76 números vendidos del primer número, a 30 centavos ejemplar. Como me indica le reenvío 9 ejemplares sobrantes, que con 5 que tiene el librero Albareda y que espero colocar dan los 90 que me envió. La revista se está popularizando rápidamente, pero no se vende en la proporción que debiera. Arequipa tiene 50,000 habitantes y una Universidad, mas U. sabe que el rabulismo es enemigo de las cosas del espíritu. Tengo también la seguridad de que se agote el 2º número. Si no le doy cuenta de la venta antes de la aparición del 3er. número, envíe 90 también. En caso de que este segundo número no se coloque le avisaré oportunamente. De todas maneras debe mandarme un mínimum de 80. Yo hubiera querido enviarle el valor íntegro de los números que vendo en la Universidad, como le indicaba en mi carta anterior, pero como hay algunos gastillos que hacer y para regularidad de las cuentas le pongo la suma que Usted me indica.
Espero enviarle en el próximo correo un artículo mío y versos de nuestro amigo Rodríguez.
Dígale a Bazancito que he recibido su Poliedro. U. Ie dará los S/. 2 en estampillas que le adjunto valor de dos números anteriores. Del último, que me ha mandado quince, le enviaré pronto el dinero.
Por Luciano sé que Eudocio está en viaje a Europa. Es de anhelar que se abra paso, ya que es uno de nuestros elementos más inteligentes y fervorosos.
Reciba un fuerte abrazo y un saludo atento para su esposa e hijitos,
Carlos Manuel
P. S. Le encargo poner un dato en Amauta sobre la F.I.A.T. Le adjunto un recorte sobre la forma definitiva como han quedado organizadas las secciones.

Cox, Carlos Manuel

Tarjeta de Luis E. Valcárcel, 28/10/1926

Cuzco, 28 de octubre de 1926
Querido amigo José Carlos:
Cuánto he lamentado que siga sufriendo quebrantos de salud. Ojalá que ya se sienta mejor. Hablando con el amigo Casiano Rado, veía lo provechoso que sería para Ud. una estada en estos paradisíacos vallecitos próximos al Cuzco. En Yucay, por ejemplo, donde el clima y la belleza del campo tanto bien le harían a Ud. Piénselo, querido compañero. Aquí sus amigos le facilitaríamos todo. Ahora hay la ventaja de comunicaciones rápidas y cómodas por automóvil y ferrocarril. Avíseme su resolución.
El magnífico éxito de Amauta debe reconfortar a Ud. Comienza a ser debidamente apreciada su obra.
El compañero Luis Alberto Sánchez va a escribir unas apostillas finales para Tempestad en los Andes. Cuánto le agradecería facilite a Sánchez la lectura de lo que está imprimiéndose o los originales que no estén en cajas. Sánchez lo buscará a Ud.
Muy agradecido le estoy, por la buena acogida que ha dispensado al libro.
Reciba un fuerte y cordial abrazo de su camarada.
Luis E. Valcárcel
"Amauta" tiene una gran aceptación aquí.

Valcárcel, Luis E.

Carta de César Falcón, 5/11/1926

26, Bellevue Road,
West Ealing,
London, W.13.
5 de noviembre de 1926
Querido José Carlos:
Acabo de recibir tu carta del diez de octubre y, como ves, la contesto enseguida. No tenía la menor noticia de tu enfermedad. Yo te creía completamente libre de las contrariedades de la cirugía y no puedes imaginarte con cuanto dolor y con cuánta desesperación me he enterado de tus padecimientos. Aunque sean insignificantes, comparados con el percance anterior, a mí me afligen mucho, y más todavía, porque no estoy junto a ti.
Pero ya tengo formado un propósito indeclinable. Voy a poner en pie Historia Nueva e inmediatamente, el año próximo, iré al Perú. No sé si es defecto de crítica o mi propia desesperación, pero todas nuestras cosas - tu salud, nuestras ideas, el plan para realizarlas- me parecen muy mal organizadas ahí. Quiero ir para contribuir a ponerlas un poco [en] orden. Sobre todo. para poner un poco en orden tu salud. Yo también creo en la inconveniencia del clima de Lima. Desde aquí, sin embargo, no puedo hacer nada. Si mis esfuerzos logran una mediana eficacia, el próximo agosto estaré contigo.
La organización de Historia Nueva me exige un trabajo desaforado y desesperante. Mi empeño de construir un grupo de redactores y colaboradores -en realidad, un grupo político- en cada país va realizándose, mas con la lentitud inevitable por la distancia. Ahora estoy esperando las respuestas de las personas a quienes hemos nombrado redactores. Ya le he escrito, por indicación de Gustavo Navarro, un boliviano disfrazado con el extravagante nombre de Tristán Maroff- a Gustavo Otero y en el Ecuador al doctor Jaramillo. Entretanto, estamos enviando circulares de propaganda a los diarios. Esto es muy lento, porque se trata de abastecer a cerca de dos mil periódicos.
Espero terminar la organización en estos dos últimos meses del año y poner manos al periódico en los primeros del próximo. Una vez hecho el periódico, dos meses me bastarán para establecer una rutina transitoria y marchar al Perú.
Te mandaré, como te lo he dicho ya, constantes artículos para Amauta. El desarrollo de Amauta me interesa mucho, porque, aparte su utilidad en el Perú, él e Historia Nueva pueden ser la base de un proyecto de Federación de nuestros periódicos cuyo desarrollo verás en el plan general de H.N.
Dentro de unos días te enviaré el ensayo sobre el indigenismo. Lo estoy escribiendo sin preocuparme de su extensión, pero tú puedes publicarlo en uno o más números, como te parezca.
Otra de mis desesperaciones es la informalidad de ese maldito Caro-Raggio de Madrid. Todavía no he logrado arrancarle los origina­les de mi novela. Escribo cartas y cartas y no logro nada. Pero si dentro pocos días no me los devuelve, le encargaré la gestión a un amigo abogado.
Mis trabajos ahora son verdaderamente abrumadores, no tanto por cuanto hago, sino por cuanto no puedo hacer. Debo escribir una enormidad de artículos al mes y esto me quita tiempo y humor para otras cosas. Mi mujer también trabaja sin descanso y me ayuda mucho. El único ser holgazán, despreocupado y feliz es mi hijo.
Mis mejores recuerdos para Anita y tus hijos. lo mismo de mi mujer y el ciudadano Mayo.
Te abraza fraternalmente
César
Mi mujer me encarga ofrecerte en su nombre un cuadro suyo para tu despacho. Tan pronto termine te lo enviaremos.

Falcón, César

Carta de Emilio Pettoruti, 9/11/1926

Transcripción completa (se ha respetado la grafía del original):
Mi querido Mariátegui
Ayer, en la redacción de Martín Fierro, he visto el 2 nro. de "Amauta"; a mi aún no me ha llegado - Muchísimas gracias por su pensamiento - Me haría una gran gauchada enviandome 3 o 4 números - Los de "Inicial" se quejan, han recibido solamente el 2 - Los de "Clarín" ninguno - Hidalgo ninguno, mandeles, no deje de hacerlo - Ando sumamente atariado con un montón de cosas, pero muy pronto le enviaré mis noticias - Mandeme las suyas, hace rato que no los tengo - Me ha hecho placer que haya usado "Amauta" que le dibujé, queda bien - Saludeme a su señora y para Ud. un gran abrazo de su
PettoRuti

=Saludos para todos los muchachos de ésa=

Pettoruti, Emilio

Carta a Miguel Ángel Urquieta, 20/11/1926

Lima, 20 de noviembre de 1926
Querido compañero:
Contesto rápidamente su carta. No le he escrito antes por haber sufrido el mes último una nueva crisis en mi salud. He estado impedido de trabajar en el momento en que más necesitaba de mis fuerzas.
Del primer número, le envié 10 ejemplares de la revista. Pero no encargué que los certificaran. Como este número esta agotado, no podré remitirle los ejemplares que me pide, hasta su reimpresión que se efectuará tan luego como se cubra una parte de una suscripción especial "Amigos de Amauta" abierta desde el segundo número. Si del segundo número tuviera sobrantes, remítalos a Mario Nerval, Oruro, que me ofrece allí sus servicios y a quien mando el 1er número.
Va en este número su cuento "El Mapuche". Sin la ilustración, por desentonar este un poco dentro del de la revista. Ud. sabe cuánto estimo y deseo su colaboración. La espero, pues constante.
En "Córdoba" leí una parte de un artículo de Ud. sobre el movimiento radical que dirigió en el Sur su padre, a quien siempre he considerado el primero de los pocos liberales doctrinarios del partido que usufructuó ese nombre. Un estudio más completo sobre este tema, con una cabal exposición de ideario de Lino Urquieta, y mención de su contraste con las tendencias predominantes en la dirección del partido (enfrentamiento al pierolismo, abdicación final ante el civilismo, etc.), estaría muy bien en "Amauta", pues nuestro movimiento no debe renegar ni olvidar a sus precursores sino revisarlos y confrontarlos con la realidad presente.
Espero sus noticias y colaboración y envío mi más cordial abrazo.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de César Vallejo, 10/12/1926

París, 10 de diciembre de 1926.
Mi querido compañero:
Agradezco a usted en lo que vale el bondadoso juicio que me envía publicado en Mundial, relativo a mi labor literaria. Varios pasajes de su cariñoso ensayo llevan tal voluntad de comprensión y logran interpretarme con tan penetrativa agilidad, que leyéndolos me he sentido como descubierto por la primera vez y como revelado en modo concluyente. Su ensayo, sobre todo, está lleno de buena voluntad y de talento. Le agradezco, querido compañero, por ambas cosas.
He recibido Amauta. Sigo con fraternal y fervorosa simpatía los trances y esfuerzos culturales de nuestra generación, a cuya cabeza está usted y están otros espíritus sinceros como el suyo. En estos días enviaré a usted con todo cariño algún trabajo para Amauta, cuyo éxito y acción renovatriz en América celebro de corazón, puesto que ella es, como usted me dice, “nuestro mensaje”. Creo que esta resonancia ha de crecer, contribuyendo así a densificar más y más la sana inspiración peruana de nuestra acción ante el continente y ante el mundo.
Próximamente le escribiré acerca del libro que me pide para la Editorial Minerva. Pueda ser que ese libro esté listo muy en breve.
Un afectuoso saludo para todos los buenos amigos de Amauta y para usted un estrecho abrazo de su devoto compañero.
César Vallejo

Vallejo, César

Carta de César Falcón, 10/12/1926

26, Bellevue Road,
West Ealing,
London, W.13.
10 de diciembre de 1926
Querido José Carlos:
Al fin he rescatado los originales de la novela y te los mando hoy mismo. Como verás, se trata de una cosa un poco antigua, aunque, en cierto modo, un poco nueva también. Quería hacerle un prólogo polémico. Pero me ha cogido en un momento en el cual estoy verdaderamente abrumado y me veo obligado por fuerza a dejarla sin él. Publícala como está. Hazme el favor de corregir atentamente las pruebas, porque seguramente las cuartillas están llenas de errores y faltas.
Dime cuántos ejemplares puedes mandar para la venta en España. Dímelo enseguida para, si tú no tienes agente, gestionar yo la agencia de alguien. y no me lo digas sólo por este libro, sino por todos los de tu editorial. Yo puedo ponerte en contacto con un amigo mío para el caso.
Sigo sin recibir carta tuya y, naturalmente, la reclamo.
Continúan los preparativos de Historia Nueva, no tan rápidamente como quisiera porque me lo impide la lentitud hispanoamericana.
Pronto te escribiré con más extensión.
¿Cuándo, más o menos, estará impresa la novela?
Recuerdos cariñosos de mi mujer y para la tuya y tus niños.
Te abraza fraternalmente
César

Falcón, César

Carta de J. Alberto Cuentas Zavala, 11/12/1926

Arequipa, 11 de diciembre de 1926
Señor José Carlos Mariátegui
Lima
Apreciado señor:
Los espíritus que vivimos en Provincias, alejados de los triunfos de la Capital y recogidos en el silencio secular de estas comarcas andinas, sólo nos congratulamos cuando hay una voz de alerta que sacude nuestra conciencia adormilada por las nostalgias de la raza y del ambiente. Y esta voz de alerta es la Revista Amauta que está bajo su dirección, con verdadero acierto y auscultando la voz del Mundo para orientar este país hacia el verdadero camino del triunfo libertario. Tal vez, en nosotros los soldados de este lado de los Andes, no encontrará, sino el aplauso a todo lo nuevo y a la nueva sensibilidad, que el suscrito sigue y vislumbra en U. no sólo al camarada, sino también de luchas en el periodismo de esta Nación, llamada Perú.
Escribía U. en El Tiempo y yo en El Eco de Puno. Desde estas columnas lo defendí ante el público de mi tierra natal de los ataques del militarismo, cuyo editorial le envío, no como presunción literaria, sino como el ultraje recordado y ya famoso en los anales de Lima periodística. Yo soy puneño. Y algo de su liberalidad y de su ambiente me acompaña a través de tantas luchas y decepciones. Sufrí el peso de la burocracia universitaria de San Marcos. Combatí sus errores, sus pasiones y su arcaísmo y espíritu antañón. Y los neófitos, me atacaron diciendo que conspiraba contra la autonomía Universitaria, como si autonomía significase reservar podredumbres anquilosadas de ese Instituto. Yo amigo, amigo de luchas y de ideales, aunque no seamos protocolarios, gusto de combatir las aguas estancadas y los arroyos putrefactos, y mucho más cuando esas aguas y arroyos llevan barquichuelos de papel estraza. Y esto había sido un error para los triunfos. Me atacaron también de Gobiernista, porque no seguí al rebaño seudo aristocrático de la Capital que macaneaba en las tribunas de la Universidad y en los tabladillos populares, como histriones de un Circo funambulesco que no tenía ni el chiste ni la gracia de nuestros verdaderos histriones políticos. Pero el Gobiernista no usufructuó ningún empleo de Gobierno, ni le dieron ninguna prebenda palaciega. Hasta ahora, en veintiocho años de vida de crecimiento no conozco el Presupuesto de Perú, ni sé qué aroma tendrán sus cheques circulares. Sin embargo mis contrincantes universitarios, que en ese entonces anatemizaban y calificaban a Leguía de tirano vulgar y vociferaban a calles y plazas en contra de su dictadura, al presente lucen la librea de diplomáticos en casi todas las ciudades de Extrangeris y son otros la canilla que sustenta el chaqué del Ministerio de Relaciones Exteriores. Figúrese, amigo estimado, qué diferentes son los planos de la vida, y si podemos esperar de estos sochantres una buena orquesta para la Regeneración del Perú. Muchos periódicos me cerraron las puertas y hubo UNO que siendo redactor —cuyo nombre dejo en silencio pero que lo diré muy alto en lo futuro— me despidió en nombre de su ancestral civilismo. Y ahora ese mismo periódico no halla la forma de halagar al mandatario peruano, sacándole en fotograbados en toda forma y calificándole de EL TRIUNFADOR: Vea como son las cosas de esa Capital.
No iré a Lima hasta que no lleve publicados mis libros: Cuentos Andinos cuyo prólogo me lo ha hecho mi estimado amigo Percy Gibson; Conferencias, prólogo del íntegro Mostajo; Versos cuyo Prólogo a U. solicito; Crónicas y Repiques; La Crisis Universitaria, en cuyo folleto dejaré para el porvenir algunas revelaciones definitivas sobre la conciencia de Nuestra vieja Universidad, como le llaman sus adoradores. Todo esto no se hace por falta de dinero. Pero vendrá.
Le envío algunos versos míos de mi libro ESTRELLAS para que leyéndolos me haga el bien de enviarme un prólogo para ellos. Esto será grato para mí y orgullo legítimo para quien busca seguir el ideal. Dicho libro se editará en la editorial Titicaca, porque pensamos hacer de ella, los jóvenes de Puno nuevo, el centro de nuestras operaciones para el porvenir. Tengo otros versos más, pero los motivos aunque diferentes se enlazan todos ellos con la factura con los enviados, pero si U. cree conveniente leerlos todos, se los enviaré. Escríbame a Arequipa 114, Puente Bolognesi.
J. Alberto Cuentas Z.

Cuentas Zavala, J. Alberto

Carta de José María de Acosta, 14/12/1926

Madrid, 14 de diciembre de 1926
Sr. D. José Carlos Mariátegui.
Mi distinguido amigo y compañero:
He recibido el n° 2 de la nueva revista que dirige Amauta (el n° 1 no ha llegado a mi poder). Me ha gustado mucho y le felicito sinceramente. Le he dedicado una nota en mi sección del ABC y he aprovechado la ocasión para hablar de U. y de su reciente e interesante libro. Por este mismo correo le envío este número de ABC.
Supongo recibiría una novela mía que tuve el gusto de remitirle. Ya tengo en prensa otra, como verá por el anuncio que le incluyo, cuando salga a luz se la enviaré también.
Disponga como guste de su buen amigo y compañero
José Mª de Acosta
s/c Ferraz n° 64.

Acosta, José María de

Tarjeta de Jaime L. Morenza, 3/1/1927

Montevideo, 3 de enero de 1927
Señor J. C. Mariátegui
Lima-Perú
De mi mayor estima:
Hemos recibido aquí el número 3 de su Revista Amauta. Es una Revista muy interesante y simpática, cuyo canje aceptamos gustosísimos. El artículo que Vd. publica en dicho número es notable, tanto por su forma como por su fondo.
Compartimos en absoluto el concepto que a Vd. le merece el arte de vanguardia y le felicitamos por el vigor y el acierto con que ha tratado el asunto.
Sin otro motivo, lo saluda en nombre de La Cruz del Sur y en el suyo propio, su atento y S.S.
Jaime L. Morenza

Morenza, Jaime L.

Carta a Mario Nerval, 14/1/1927

Lima, 14 de enero de 1927
Señor Mario Nerval
Oruro
Estimado compañero y amigo:
Le ruego perdonarme el retardo con que le escribo. Mi excesivo trabajo, agravado por una salud inestable, me impide casi completamente atender a mi correspondencia que, con motivo de la aparición de Amauta, se ha hecho excepcional. Su carta, como otras muchas de análogo valor, me complacen grandemente, porque me prueban que el esfuerzo que cumplimos en el Perú algunos intelectuales tiene extensa resonancia.
Tenía ya noticias de Ud. Sus cartas completan nuestro conocimiento. Espero y reclamo ahora su colaboración en las páginas de Amauta. Nuestra revista debe representar el pensamiento de todos los intelectuales que asumen análoga actitud renovadora.
Amauta ha sido entusiastamente recibida en todo el Perú. Su economía está calculada sobre la base de una circulación mínima de 4000 ejemplares, pues queremos mantenerla al alcance del pueblo. Del número 5 hemos hecho un tiraje de 3500 ejemplares. Espero, pues fundadamente que pronto la existencia de la revista pueda quedar asegurada.
Desde el número 3 le hemos enviado diez ejemplares. Y encargué al amigo Urquieta de La Paz que le remitiera diez ejemplares del N° 2, ya que parecía que no había colocado todos los que se le enviaron. Por este correo recibirá Ud. además su colección de la edición “Amigos de Amauta”, en la que sólo falta el número 1, próximo a reimprimirse.
Con cordial sentimiento de amistad, me es grato suscribirme de Ud. afmo. compañero
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Enrique Bustamante y Ballivián, 29/1/1927

Montevideo, 29 de enero de 1927
Mi querido Mariátegui:
Tiempo hace que no tengo noticias directas suyas lo que bien me explico por sus labores recargadas con Amauta. Recibí los últimos números. De La Cruz del Sur me dicen que sólo han recibido el tercero. Hay que ser exactos con los canjes. Oribe me dice lo mismo, que sólo recibió el N° 3. —Yo recibí El Nuevo Absoluto que me mandó Veguitas. Lo han buscado en las librerías algunos amigos y no ha llegado. Su Escena aquí se ha leído y se ha vendido y ha hecho buena labor para los otros libros. Es necesario que vengan. Inútil es decir que estoy aquí para todo lo que quiera hasta fines de abril, salvo mejor acuerdo de las cosas. La Ibarbourou me dio unos inéditos que iba a repartir entre usted y Veguitas, pero me acaba de mandar decir que los ha corregido y que me espere la nueva copia. Son de una forma que acusa evolución hacia lo moderno. Irán por el próximo correo. He escrito a Roberto A. Ortelli que le mande algunos ejemplares de mis Anti-Poemas a Minerva para que ustedes se encarguen de la venta. Ese contacto puede aprovecharse para que ustedes entren en relación con la editorial Inca que da muchas cosas nuevas e interesantes argentinas que no llegan a Lima. En correo pasado le mandé mi libro, y en el mismo paquete un ejemplar para Bazán, que le pido haga llegar a sus manos.
Perdone esta carta telegráfica e incoherente y reciba el afectuoso saludo de su amigo,
Bustamante

Carta de Felix del Valle, 30/1/1927

Madrid, 30 de enero de 1927
Querido Mariátegui:
Jamás me he encontrado en una situación de miseria como la que estoy pasando. Rada y Gamio me ha suprimido la asignación, súbitamente, en pleno invierno europeo, haciéndome pasar los días con hambre y con frío. Este mes de Enero, el más terrible de Madrid, no lo olvidaré nunca. Vivo peor que el más abandonado de los hombres. En un cuarto en que no me es posible siquiera escribir porque las manos se me entumecen de frío; almorzando, cuando puedo, un solo plato. No tengo a quien pedirle nada; además, en Europa, Ud. lo sabe, no hay quien dé nada. La lucha por la vida es cada vez más horrible y está cada vez más cruelmente planteada.
El año anterior fui a París: Una enfermedad al estómago que, para colmo de mis infortunios, ha reaparecido ahora, debido a las malas y deficientes alimentaciones, exigió tal viaje. Los médicos de Madrid consideraban indispensable una operación; los amigos me aconsejaban que fuera a París, donde un especialista famoso. Y fui. Éste me curó, apurando, además, que era innecesaria la operación y que para evitarla definitivamente, precisaba que me sometiera, durante mucho tiempo, a un régimen estricto. Suponga Ud. lo que ha significado económicamente ese viaje. A Belmonte, que es aquí, mejor que un hermano para mí, le debo tal vez mi salvación. Ya no le puedo pedir más. Por otra parte siempre está viajando y es difícil verlo. Antes como tenía teléfono la casa en que yo vivía me llamaba a menudo, ahora no le he dado siquiera la dirección de mi cuarto porque me parecería demasiado deberle más de lo que le debo.
Con El Sol estoy mal, aunque es posible que en estos días transija y Ortega me arregíe uno o dos artículos al mes. Esto no resuelve nada tampoco. Pagan una miseria. En Prensa Gráfica tendré que colaborar, a pesar de que ello es mal visto. Pagan tres duros por artículo, cuando pagan, y tienen todas las plazas ocupadas. Gratis es fácil colaborar en todos los periódicos. Pero ello, como Ud. comprende, no es aliciente para mí que no pretendo regresar ‘triunfante’ a ninguna parte. Quiero únicamente vivir de mi trabajo.
La actitud de Alfredo Piedra me desconcierta. Eduardo Leguía, el ministro del Perú aquí, le ha hecho un cable. Yo, otro. A mi familia le ha dicho que no puede hacer nada por mí. No le creo. Si está mal con Rada está bien con el Presidente y la pensión que a mí me enviaban no grava un presupuesto. Sobre todo cuando aquí mismo hay dos propagandistas que no conocen a nadie ni saben nada percibiendo ochenta libras uno y cuarenta y cinco, otro.
Alfredo no ha contestado a ninguno de esos cables. A mí no me extraña ya nada, querido Mariátegui. Lo siento más que por mí, aunque no esté en edad de soportar miserias, por mis pobres hermanas huérfanas. Piedra al salir de El Comercio me dijo que se hacía responsable de mi porvenir. Bastante me ha servido, pero no lo suficiente, para dejarme en un estado de perfección. En el momento en que más lo necesito, cuando sano ya, libre de la tara que en mí dejó el vicio, cuando es el momento de estudiar y de aprovechar siquiera dos años más de Europa, me abandona. Véalo Ud., si puede, y expóngale mi situación. Ud. sabía hablarle; yo, ahora, no sé ni cómo le escribo.
Dígale que no me haga pasar por la humillación de pedirle algo a El Comercio. Si ve Ud. que nada se puede conseguir de él, le ruego, querido Mariátegui, que busque a Óscar Miró Quesada y le pida a mi nombre seis u ocho libras mensuales, seguras, firmes, por dos o tres artículos al mes para El Comercio. Creo que Óscar y don Aurelio me quieren. De aquél tengo recibidas numerosas pruebas de afecto y del hijo de don Aurelio, a quien tuve el gusto de pasear en Madrid, también.
A este recurso sólo acudirá Ud. en último extremo, cuando se cerciore de que Alfredo no quiere hacer nada por mí.
Mientras tanto le envío 6 crónicas escritas todas en un mismo día, aquí y allá, donde me lo ha permitido el frío y el hambre. Véndalas Ud. lo mejor que pueda. A Vegas dígale que le pague bien y que me insinúe qué es lo que quiere que le envíe, siempre por intermedio de Ud. Desde ahora, querido Mariátegui, le encargo a Ud. que me coloque mis crónicas. Hay mucha informalidad en Lima. El pobre Vallejo pasa en París miserias sin cuento y si no fuera por una beca que tiene aquí, en la Facultad de Jurisprudencia, y que le da 300 o 400 pesetas mensuales, se moriría de hambre: estaría como yo.
Por eso le ruego otra vez que venda enseguida las crónicas que le mando. Si saca Ud. por ellas más de diez libras avíseme por cable la remisión del dinero en esta forma: Valle Lipria, Madrid. Recoja.
No necesita Ud. firmar. Ya sabría de lo que se trataba. Elija Ud. el Banco Alemán siempre. 200 o 300 pesetas remitidas inmediatamente, a los dos o tres días de que estas crónicas estén en su poder, equivale a que no me echen del cuarto en que vivo y a que coma unos cuantos días. Entonces podré escribir, sobre todo para Amauta, que es una revista formidable. Aquí le consideran mucho. Guillermo de Torre me ha pedido su libro, La Escena Contemporánea, para escribir sobre él. Yo no le conozco personalmente, pero se lo he enviado con un amigo de ambos. La Libertad se ha ocupado de Amauta y, en general, tiene ambiente, en este pequeñísimo ambiente intelectual de Madrid, donde Sassone ‘triunfa’...!
Con Falcón nos escribimos a menudo. Sé que estuvo últimamente en París y Vallejo, en su último viaje, me dijo que iba a sacar allí una revista. Falcón trabaja mucho y se ha hecho. Es hoy un estupendo periodista. Me ha invitado a pasar un mes en su casa, en Londres... ¡Qué ironía!...
Al Perú no pienso regresar por ahora, aunque tampoco me quedaría otro invierno aquí. No tengo fuerzas físicas para ello. Me convendría estudiar, vivir alejado de lo que en Lima tanto daño me hizo, dos o tres años más. Que lo consiga depende del interés que Ud. se tome por mí. Si Ud. me asegura, a cambio de artículos, diez o quince libras mensuales permanacería aquí un par de años, escribiendo para ésa cuanto fuera necesario. Hágalo Ud., Mariátegui, hablando con quienes Ud. crea que son nuestros amigos en los periódicos o fuera de ellos.
A mis hermanas no podré ya darles nada. Les escribo diciéndoles que vayan a vivir con el hermano Amado, que también vive en la miseria. Qué caos, querido Mariátegui.
En fin, no quiero cansarle más. Sé que a Ud., tan ocupado, le impongo una tarea que le robará tiempo. Ya veré la forma de pagarle. Ud. siempre me ha sabido perdonar y yo siempre le he sabido querer.
Perdóneme Ud., una vez más, y reciba un fuerte abrazo de su amigo y compañero que tanto le extraña.
Félix del Valle
P.D. No creo que ninguno de estos artículos sirvan para Amauta. Le enviaré más adelante un artículo mensual para su gran revista.
Ahora venda Ud. los 6. Colóquelos y por cable gíremelos. Espero tener lo que sea a fines de Febrero. Es lo único con que cuento. Después me escribirá sobre lo que debo hacer para sumar, fijamente, las diez o quince libras mensuales que pretendo. Si puede Ud. conseguir algún adelanto sobre futuras crónicas englóbelo al giro.—V.
Habría querido dialogar con Ud., pero estoy sólo para monólogos vulgares. Una crónica puede Ud. venderla a Varela, la mona Clovis, para la Universidad.

Valle, Félix del

Carta de Francisco Chuqiwanqa Ayulo, 6/2/1927

Lampa, 6 de febrero de 1927
Señor José Carlos Mariátegui.
Director de Amauta. Lima.
Al escribirle, quiera U. honrarme con su amistad. Como siempre en espera ansiosa de Amauta, ayer he recibido el N° 5, de Enero ppdo. Y al leerlo ávidamente, me he encontrado con “El caso Chuquihuanca Ayulo”. Naturalmente es pues indecible mi gratitud por las bondadosas líneas que me dedica y la publicación de mi oficio de 15 de agosto de 1926 dirigido a la Corte de Puno. No es un asunto personal que sostengo, sino una cuestión de principios dentro de las mismas leyes que nos rigen hoy; y no busco sino un átomo de equidad, no digo de justicia. Pero creo que ni éste lo obtendré.
He leído “González Prada y Urquieta” por Miguel Ángel Urquieta. Es el mismo artículo que publicara en El Diario con el epígrafe “Ideas y hombres del Perú” aunque, según recuerdo de dicho artículo, cuyo recorte se lo di a Mostajo, lo ha variado en algunas partes. Así, en ése no se hacía la menor alusión a Mostajo; y éste me dijo que le iba a escribir a Miguel Ángel, haciéndole presente que ese programa del Partido Liberal, lo había formulado él solo, si bien la comisión de redacción fue nombrada de tres. Allí tampoco había la imprecación de los “catones que se alquilan” dirigida a González Prada, que al contestarle no habría dejado de referirme a ella. La copia que le incluyo, de la cartita que remití a Miguel Ángel, la remití por la vía Nueva York a La Paz, por la inseguridad del correo de Maldonado. Sé que sólo últimamente llegó a manos del señor González; y no se ha publicado. Si U. creyera oportuno publicarla, se lo agradecería en homenaje a la causa. No he querido alterarla, pero como es extensa por las copias q’ hago, U. mi bondadoso noble amigo, tiene carta blanca en el asunto.
Sin tiempo para más, por la premura del correo, quedo muy sinceramente suyo
Chuqiwanqa Ayulo

Chuqiwanqa Ayulo, Francisco

Tarjeta Postal a Luis A. Rodríguez O. (Luis de Rodrigo), 6/2/1927

Lima, 6 de febrero de 1927
Estimado compañero:
Las fallas de mi salud y un exceso de trabajo no me permiten escribirle. Recibo una enorme correspondencia del Perú y de fuera que me veo forzado a responder, rápidamente por turno. - Amauta ha aumentado considerablemente mi labor. Tengo el empeño de hacer de ella nuestro mensaje al Perú y al mundo. - Malgrado mis ocupaciones, he leído atentamente sus versos. Encuentro en Ud. un poeta fuerte y auténtico. - En el número de marzo publicará otra de sus composiciones .- La plétora de material poético, acopiado desde el primer número, no me ha dejado dar de Ud. más poemas.
"Amauta" avanza. Espero dejar pronto consolidada su economía. De todo el país me llegan voces de aliento y solidaridad.
Me prometo escribirle con más extensión apenas me sea posible.
Hasta entonces lo abrazo cordialmente.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Dora Mayer de Zulen, 7/2/1927

Callao, 7 de febrero de 1927
Señor José Carlos Mariátegui
Lima
Distinguido amigo:
El señor Ricardo Castillo, Presidente del Centro Unión Hijos de Cajacay, está prosiguiendo con todo entusiasmo los trabajos para la organización de un homenaje a Zulen, para lo cual ha encontrado muy buen ambiente entre las sociedades indígenas radicadas en Lima y el Callao.
Zulen, removido ya de la esfera de las pueriles rivalidades en que se debaten los vivientes, bien puede erguirse ahora como figura simbólica de la redención de la Raza Indígena. Puede alcanzar ahora la gloria de constituir un centro de convergencia de las aspiraciones reivindicadoras del legítimo peruanismo, más potente con la elocuencia de su anhelo desde el reino pasivo de la muerte que desde el reino activo de la existencia terrestre.
Amauta tiene que participar en el tributo que va a rendirse a la memoria del paladín caído, Amauta que pretende recoger en un nuevo haz los rayos de la rebeldía contra el amortajamiento de un ser vivo y palpitante como lo es la estirpe incaica.
Fue Ud., amigo mío, director de Amauta, quien escribió en Mundial, el 6 de febrero de 1925, sobre una noche con Zulen en el Tercer Congreso Indígena, y sobre un encuentro de Zulen y Urviola en casa de Ud. Allí cita la palabra de Zulen: “el problema indígena es el único problema del Perú”.
Ud. tiene que continuar el hilo de las ideas que brotaron en su mente en aquellas dos ocasiones memorables, y volvieron a su imaginación a la hora solemne de la desaparición de Zulen del campo material de batalla.
Si la salud de Ud. no permite hablar con su voz propia a los que se agrupan alrededor de esa célula capaz de formar el núcleo de un naciente organismo, envíe Ud. un mensaje y un encargado de interpretarlo; ¿el señor Otten, pariente del indigenista francés, Sr. Edgar Jounod, o el que quiera de sus muchos colaboradores?
No consigo encontrar al señor Basadre, ¿conoce Ud. su domicilio?
Los organizadores del Homenaje piensan realizar dos veladas —una en el Callao, el próximo 19, y otra, posteriormente, en Lima. Se espera dar proporciones a esta última que la ponga en condición de no ser desdeñada ni por un Eguren. ¿Qué es del Sr. Bustamante y Ballivián, que bastante aprecio ha manifestado siempre por Zulen? ¿Y Luis Alberto Sánchez? Y Carlos Valdez de la Torre, quien en un tiempo parecía ser muy idealista, pero que puede haber sufrido, como muchos hombres, los estragos del crecimiento material.
Mañana voy para recibir su respuesta meditada, no habiendo días que perder en vísperas de la velada en el Callao. El Sr. Castillo se muestra corto para acercarse a Ud., sin previa intervención mía; desea ir en comisión a comprometer su concurso.
Lo saluda mientras tanto su afma. amiga
Dora Mayer de Zulen

Mayer de Zulen, Dora

Tarjeta Postal de Victoria Vargas, 12/2/1927

Cuzco, 12 de febrero de 1927
Sr.
José Carlos Mariátegui
Lima
Sin conocerle personalmente, pero sí espiritualmente, le saluda y agradece infinito, todo el bien, que me ha proporcionado, con su valiosa presentación, en una gira artística.
Su amiga y S.S.
Victoria Vargas S.

Vargas, Victoria

Tarjeta Postal a Alfonso De Silva, 28/2/1927

Lima, 28 de febrero de 1927
Querido Silva:
Cuando le envié un ejemplar del número de Amauta en que se publicaba su lied, le escribí algunas líneas pidiéndole nueva colaboración.— He sabido últimamente que ha estado Ud. delicado de salud. Querría que la noticia no fuera cierta. En todo caso, formulo votos porque esté Ud. ya bien. Yo he seguido sufriendo constantes fallas en mi salud. Pero, afortunadamente, me restablezco ahora.
Envíeme para Amauta versos o música. Le mando la revista regularmente a la Legación.
Cordialmente suyo
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de la revista Der Sturm, 28/2/1927

Berlin, den 28, 2. 1928
Redaktion Amauta, Lima/Peru
Wir bitten höflichst um schnellste Nach, lieferung der uns fehlenden Nummern Jahrgang I no. 1 und 2 Ihrer Zeitschrift “Amauta”.
Zu Gedendiensten stest gern bereit
Hochachtungsvoll
Verlag Der Sturm G. M. B. H.

Editorial Der Sturm

Carta de Manuel A. Seoane, 10/3/1927

Buenos Aires, 10 de marzo de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui.
Lima.
Mi querido compañero:
Estoy encargado por Alfredo Palacios, que entiende así la división del trabajo, de redactar una carta de felicitación a Amauta, para que la firmen los intelectuales de avanzada argentinos. Me apresuro a comunicarle esta noticia, pues la idea ha de alegrarle hasta por la intención que lleva de borrar el mal efecto que causara la carta de los chocanistas. Palacios está evolucionando rápidamente, desencantándose de algunas ilusiones institucionales y colaboracionistas, por lo que, pronto, le enviaré algo de él o sobre él. Espero que la carta vaya antes de fin de mes. Procuraré que la trasmitan por telégrafo algunos corresponsales.
El ministro de México, que mereciera cierta expulsión del gobierno militar de Chile, hombre de izquierda, también admira Amauta y he pensado que una colaboración suya sería muy interesante. Igual cosa cabe decir de una hijita suya, poetisa, a la manera del Hai Kais, a quien he pedido algo, por intermedio de un amigo, para Amauta.
Este ministro, Rodolfo Ghioldi —también posible colaborador— y otras personas me han preguntado cómo se puede hacer para suscribirse.
Todo esto, colaboraciones, suscripciones, etc., me mueven a preguntarle si U. no tendría inconveniente en otorgarme la representación de Amauta, a fin de invocar un mayor título que el de la amistad. Sé que Herrera tiene alguna atribución, pero ignoro sus límites.
Le ruego que me conteste prontamente. En estos días le mando varias publicaciones, entre ellas la carta con que respondo a mi designación como miembro del grupo “Resurgimiento”. También irá un artículo sobre “Ubicación del presente momento social argentino” y otro sobre “Clasificación de la reforma estudiantil”.
Siempre a sus órdenes, cordialmente
M. Seoane
Bolívar 65 A o Paseo Colón 588 - Dto. 2-(1)
(1) También dirección de Cornejo Koster, con quien vivo. Vale.

Seoane, Manuel

Carta de Luis Varela Orbegoso (Clovis), 15/3/1927

Su Casa, 15 de marzo de [1927]
Señor D. José Carlos Mariátegui
Mi querido amigo:
Recibí su carta y los artículos de Vallecito.
Tomo con mucho gusto los artículos, abonando por ellos cinco libras que es lo mismo que di a Vallecito por otros dos que me envió y publiqué en el Boletín.
Pero, el pago no puedo hacerlo en el acto por que el número del 31 de marzo está ya en prensa y los artículos de Vallecito no podían aparecer sino en el número de junio y la Universidad sólo paga a la aparición del artículo. Tal vez podríamos hacer algo en favor de Vallecito, pero esto no podrá ser sino en los primeros días de mayo.
Suyo, con todo mi afecto
Luis Varela Orbegoso

Varela y Orbegoso, José Luis

Carta de Oswaldo G. Álvarez y Manuel L. Farfán, 18/3/1927

Lima, 18 de marzo de 1927
Compañero José Carlos Mariátegui.
Salud.
C:
Tenemos el agrado de dirigirnos a Ud. para poner en su conocimiento que esta Federación ha acordado en sesión de la fecha, nombrar en comisión a los compañeros portadores de la presente, los que expresarán a Ud. el agradecimiento de esta organización por haber sacado incólume los principios que sostiene esta Federación, frente al conflicto suscitado con la Imprenta J. Newton, y en la que fue Ud. elegido con muy buen tino nuestro árbitro.
Con sentimientos de especial consideración y estima, nos suscribimos muy atentamente.
Oswaldo G. Álvarez y Manuel L. Farfán
Presidente y Secretario General

Álvarez, Oswaldo G.

Carta de José María de Acosta, 2/4/1927

Madrid, 2 de abril de 1927
Sr. D. José Carlos Mariátegui.
Mi distinguido amigo y compañero:
He recibido su atenta postal dándome las gracias por la nota que tuve el gusto de dedicarle en ABC. Ahora y en vista de la aceptación que en muchas de esas repúblicas, especialmente en la Argentina y el Brasil, alcanzaban mis modestas notas bibliográficas, me han encargado en dicho periódico de una nueva sección titulada Letras ibero-americanas, dedicada exclusivamente a la crítica de obras americanas, lo que me permitirá desarrollar más intensamente la labor práctica de hispanoamericanismo que vengo haciendo.
Hace unos días tuve el placer de remitirle mi nueva novela Las eternas mironas, recién aparecida.
Le saluda cordialmente su buen amigo y compañero.
José Mª de Acosta
P.D. No he recibido más que un número de Amauta, el 2.

Acosta, José María de

Carta de Clarte, 4/4/1927

París, le 4 avril 1927
Amauta
Sagástegui 669
Casilla 2107
Lima - Pérou
Cher Camarade,
J’ai bien reçu votre carte du 4 Mars. Nous reçevons en effet votre revue depuis quelques mois et nous vous en remercions. Je m’excuse de ne pas vous avoir envoyé plus tôt Clarté, mais nous vous ferons désormais le service. Naturellement nous sommes a votre disposition pour tout envoi supplémentaire de Clarté que vous desireriez pour la diffusion.
Salutations fraternelles
[firma no identificada]

Clarte

Tarjeta Postal a Luis A. Rodríguez O. (Luis de Rodrigo), 5/4/1927

Lima, 5 de abril de 1927
Estimado compañero:
Contesto con placer tu carta del 3 de marzo. Tu poema llegó tarde para sustituir al que ya estaba en la edición en prensa. Lo reservamos para otro número. Si la editorial Minerva puede ayudarlo a la publicación de su libro, lo hará con complacencia. Ud. sabe que el programa de sus ediciones propias está lleno por algún tiempo. Pero le concedo facilidades especiales a los autores que merecen ayuda. Minerva se encarga, si lo desean, de la administración y difusión de las ediciones.
Gracias por su cooperación.
Y saludos cordiales al amigo y al compañero.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Salvador Cano, 7/4/1927

San Salvador, 7 de abril de 1927
Señor don José Carlos Mariátegui
Director de la Revista "Amauta"
Sagástegui 669, Casilla 2107,
Líma, PERÚ.
Muy distinguido colega:
Es en nuestro poder su atenta tarjetita fecha 28 de febrero próximo pasado, y a ella tenemos el gusto de referirnos:
Agradecémosle cumplidamente su fina atención, al honrarnos con el envío de su importante Revista, así como también sus sinceras frases de simpatía. Aceptamos gustosos el intercambio de nuestras publicaciones y desde luego hemos iniciado nuestra remisión de canjes.
Por este mismo correo, le remitimos a Ud. los Nos. 13, 14, 15, 16, 17, 18 y 19 de nuestra Revista, que son los que hemos publicado durante el corriente año.
Nos es grata esta oportunidad, para rendir a Ud. nuestra consideración y aprecio.
Salv. Cano
por Secretario y Administrador

Cano, Salvador

Carta de Epigmenio Guzmán,8/4/1927

Jalapa, 5 de abril de 1927
Señor
R. Ramírez A.
Adm, de la Revista Amauta
Sagastegui 669. Casilla 2107.
Lima, Perú
Muy señor nuestro:
Nos es grato referirnos a su atenta de fecha 2 del actual y en contestación manifestamos a Ud. que en virtud de causas puramente de carácter económico nos ha obligado a suspender temporalmente la publicación del Organo de esta Organización; pero tan pronto como se reanude como son nuestras intenciones, tendremos el gusto de enviarle el canje que se sirve Ud. solicitar, para cuyo efecto ya tomamos debidamente nota de la dirección de esa Revista que Ud. dirije.
Aprovechamos la oportunidad para suscribirnos de Ud. como sus attos y Ss. Ss.
Por el Comité Ejec. de la Liga.
El presidente
E. Guzmán
el Srio. Aux.
Antonio M. Carlon.

Guzmán, Epigmenio

Carta de Palmiro Macchiavello, 14/4/1927

Génova, 14 de abril de 1927
Mi querido Mariátegui:
Acabo de recibir la suya del 5 de Marzo.
Le concedo desde luego, sobrada razón para quejarse de mí. Y no per tagliar corto sino por la vergüenza que me produce tan involuntario silencio, en vez de disculpas prefiero enviarle mi arrepentimiento bien sentido con igual demanda de perdón. Y todo esto, naturalmente, acompañado de formal promesa de enmienda para el futuro.
Debo acusarme, asimismo, de no haberle mandado una sola traducción en los cuatro últimos meses. Pero crea usted que tampoco aquí llevo mayor culpa... Desde mediados de Diciembre no he tenido tregua. Molestias y trabajo se han dado el más riguroso turno contra mi persona. Primero fue la epidemia de gripe, que hizo víctima a toda la familia y se convirtió la casa en un hospital durante dos meses. Y seguido vino el movimiento de fin de año, esta vez más duro porque, deseando pedir licencia, era preciso salir cuanto antes de la memoria consular y del trabajo especial que nos encomienda una flamante disposición ministerial. Afortunadamente, todo ello ha marchado ya para Lima. Su citada me coge justo en vías de elevar ese pedido de licencia el cual, casi seguro, saldrá a las patas de la presente (No sé porqué, en todas mis cartas cae siempre a tono eso de patas. Comprendo que se trata de una coincidencia, al menos tal es mi speranziella; pero la cosa no deja de inquietarme, lo confieso. Y tanto que estoy decidido a leerme todos esos folletos, estudios, ensayos y libros escritos a la sombra según parece por algunos de los sabihondos de nuestra tierra que si bien la distancia con Europa no les ha permitido hacer llegar su fama hasta acá, no por ello dejaron de escribir desde el banco mismo de la escuela... Puede que en alguna de esas publicaciones halle, encuentre, trovi o me tope con un argomento del genere).
César ha recibido sin retardo sus dos últimas cartas. Le he escrito instándole a que conteste rápidamente. Pero mi apremio no es justificado. En efecto, yo le sé muy atareado ahora con el nuevo encargo de El Sol, por cuya cuenta acaba de inaugurar un servicio cablegráfico diario. Además, andamos en grandes andanzas con lo de Historia Nueva. Es muy probable que dentro de dos meses aparezca el primer libro de la Empresa, que será una obra de Unamuno. Se ha debido principiar por aquí a causa de la imposibilidad material de comenzar con el semanario. Ya le enteraré de lo que vayamos haciendo.
Celebro su nuevo proyecto sobre Amauta (que, entre paréntesis sia detto no me llega desde el tercer número; precisamente le pido a César en mi carta de hoy que me preste los suyos). Encuentro magnífico lo de la Sociedad Editora; y en prueba de ello me suscribo desde ahora con 4 acciones, cuyo importe íntegro hallará usted en un cheque anexo. Le doy la facultad, desde luego, por si lo hallase usted conveniente, de suscribir esa suma para 8 acciones; en este caso yo efectuaré los pagos que me correspondan a medida que usted lo indique, hasta cubrir el total.
He seguido con gran atención sus artículos en Mundial, gozando como un energúmeno con la respuesta a Sánchez. No tengo el gusto de conocer personalmente a éste, que, a través de sus escritos, me ha parecido siempre interesante. Pero, quand même, y aun precisamente por esto, le cae de perlas aquello de tenerse que ‘desabrochar’. Antes que posturas, declaraciones; aquí no es cuestión de orden. Es muy cómodo dictar cátedra, especialmente cuando no ha sido preciso decir previamente de qué lado se queda. Y si nada importa que un cualquiera lo haga, tratándose de un hombre como Sánchez es una necesidad y un bien partir por aquí. Por eso me ha agradado la forma en que usted lo ha situado.
No tengo nuevas que transmitirle de acá. Como no sea una carta recibida en estos días de Haya, quejándose de juicios u opiniones mías sobre su programa e ideas. Con la referida carta me manda una serie de publicaciones... pa que m’entere, un matalotaje de robba de lo que ha publicado últimamente. En verdad, se trata de una conversación con un primo de él. Ignoro lo que habrá entendido Haya o lo que le habrán hecho entender. Por mi parte recuerdo esto, que es lo único que puedo haber dicho porque es lo único que siento: para mí, además de estar padeciendo aún de super-rusismo, Haya quiere ser un Lenin spinto, Lenin a su modo tal vez, pero spintissimo. Nada que le coloque fuera de la posición de centro absoluto de todo; muy amigos, muy compañeros los que le obedecen ciegamente, o que simplemente le obedecen; el resto, si no ha de estar bajo de él, debe desaparecer y le combate. Su programa, repito, no lo conozco, pero me basta saber del latinoamericanismo en nombre del cual actúa para quedar poco entusiasta. Aquí está todo. Recuerdo haber dicho lo primero, y así se lo declararé; lo segundo, en cambio, es una impresión que no he transmitido a nadie, como tampoco he transmitido ni expresado en forma alguna la de la palabrería hueca y desordenada que me produjo esa colaboración aparecida en Amauta.
Pronto le escribiré de nuevo. Estoy en tratos con la casa Vallecchi para una cosa interesante: la publicación anual de una obra peruana, traducida, por cuenta de este editor; aún no estamos de acuerdo sobre las condiciones; él trata de obtener una promesa de compra, aunque sea por un número reducido de ejemplares, y yo de sacar la cosa adelante por el solo ofrecimiento de apoyar la difusión en el Perú, para lo cual he dado el nombre y dirección de usted. Insisto en mi fórmula que parece una tontería, porque sé que Vallecchi cuenta con apoyos del gobierno italiano para emprender esta clase de propaganda enderezada a estrechar las relaciones con Latinoamérica...
Muchos saludos para su mujer y caricias para los niños, también de parte de los míos.
Ud. reciba un abrazo fraterno
Palmiro
Anexo: 1 cheque por L. 14.

Macchiavello Gonzales, Palmiro

Carta del Diario Crítica, 19/4/1927

Buenos Aires, 19 de abril de 1927
Señor:
Administrados de "Amauta"
Lima - Rep. del Perú
De nuestra consideración:
Correspondiendo a su atenta fecha 2 de marzo p.pdo. plácenos llevar a su conocimiento que en la fecha esta Administración ha impartido la orden correspondiente para que se libre el canje de nuestro diario con la publicación de su digna administración.
Formulando sinceros votos por la prosperidad, larga y fácil existencia de "Amauta", quedamos a las órdenes del distinguido colega peruano, y lo saludamos muy atentamente.
p. CRITICA
Jefe de Expedición

Diario Crítica

Carta de José Fernando Penelón, 20/4/1927

Buenos Aires, 20 de abril de 1927
Compañero R. Ramírez, Administrador de Amauta
Lima (Perú)
Estimado compañero:
Acuso recibo de su atenta carta fecha 2 de Marzo, en contestación a la cual me es grato manifestarle que acepto la invitación que formula en la misma para establecer entre esa revista y "LA CORRESPONDENCIA SUDAMERICANA" el intercambio de una cantidad de ejemplares de cada numero. Por nuestra parte iniciamos el mismo con el envió de 10 ejemplares de los dos últimos números de nuestra revista, cantidad que asimismo le remitiremos de cada uno de los que aparezcan.
Sin otro motivo, retribuyo muy complacido sus cordiales saludos.
José Penelón

Penelón, José Fernando

Carta de Juan Mantovani, 5/5/1927

Bueno Aires mayo 5, 1927
Señor José Carlos Mariátegui
Lima.
Estimado Señor.
El amigo Gabriel del Mazo le enviará algunos ejemplares de los números 1 y 2 de este año de "Nueva Era", órgano de la Sección Argentina de la Liga Internacional de la nueva Educación. En el número de abril último, se publica una carta de su compatriota Víctor Raúl Haya de la Torre.
Los pocos compañeros que formamos "Nueva Era", conocemos los prestigios de Ud. como intelectual y revolucionario, a través de sus frecuentes publicaciones de "Amauta", y por su libro "Escena Contemporánea" muy difundido entre nosotros.
Fácilmente se explicará Ud. el interés especial que tenemos en publicar en "Nueva Era" algunas páginas suyas, su fuera posible con un tema educacional o que tenga relaciones con la educación nueva.
Conociendo la amistad que une a Ud. con Haya de la Torre y con Gabriel del Mazo, ambos amigos míos también, a quiénes les dispenso los mejores afectos, me he permitido dirigirle estas líneas a nombre de todo el pequeño grupo de compañeros que en "Nueva Era" trabaja por propagar ideales y prácticas de una nueva educación en consonancia con los nuevos tiempos.
Saludo a Ud. con el mayor aprecio y consideración.
Juan Montovani
Calle Bustamante 313
2 Piso. F
Buenos Aires

Montovani, Juan

Carta a Xavier Abril, 6/5/1927

Lima, 6 de mayo de 1927
Señor Xavier Abril
Madrid.
Querido y recordado Xavier:
Contesto sólo hoy sus dos cartas, una del 16 de noviembre y otra del 30 de diciembre, por un exceso de trabajo que frustra mis mejores intenciones de puntualidad epistolar. Ud. sabe además que este trabajo exorbitante pesa sobre una salud muy resentida e inestable.
Pero debe Ud haber recibido, como un mensaje, desde que está Ud. en Madrid, Amauta. Los siete números publicados después de su partida le han sido remitidos. Creo que en cuatro de ellos está presente su firma
Tengo aún por publicar algunos poemas de Ud. Publicaré uno en el próximo número y los restantes en el siguiente. Ud. sabe bien que su colaboración me es muy estimada.
De Oquendo, de Lora, de Edil. Zuleta y de algún otro de los que Ud. nombra he recibido y publicado colaboración. Julio Castillo estuvo a visitarme y anunciarme la suya; pero no ha vuelto. Enrique Peña me ha traído algunos poemas que saldrán próximamente. No crea Ud. que me dejo influir por sugestiones de grupo o de personas. No conozco cabalmente a todos los nuevos, pero me parece difícil que alguno de verdadero y revelado valor no tenga su sitio en mi estimación. Mas no puedo ser un crítico agnóstico. Rechazo la idea del arte puro, que se nutre de sí mismo, que conoce únicamente su realidad, que tiene su propio y original destino. Este es un rito de las épocas clásicas o de remansamiento; no de las épocas románticas o de revolución. Por esto, entre un ensayo vacilante, pero de buena procedencia de épica revolucionaria, y un mediocre producto de lírica de exorbitante subjetivismo, prefiero siempre al primero.
Amauta ha ganado hasta ahora su batalla. Esta es una segunda fase: la de su estabilización y desarrollo. La necesidad de sostener una difusión amplia, con alto gasto de tiraje y correo, nos ha movido a la constitución de una pequeña sociedad editora, cuyas bases están en el No. 8 (Con un error: las acciones son de 5 no de l0 lp.).
Mándeme siempre notas, prosas breves. De Ud. y de otros. Salude a Guillermo de Torre y pídale algo para Amauta que es ya una tribuna hispano-americana. Va a todos los países de Hispano-América.
A Valle, a quien también soy deudor de una respuesta, le escribo por este mismo correo.
Bazán lo recuerda con mucho cariño.
Y yo lo abrazo cordialmente
[Firma de José Carlos Mariátegui]
P.S. con Pablo he charlado una mañana muy cordialmente. Me ha prometido venir nuevamente. Lo espero.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Emilio Pettoruti,9/5/1927

Lima, 9 de mayo de 1927
Querido Pettoruti:
Le he dado continuamente noticias mías por medio de breves postales. Mi trabajo y mi salud no me permiten otra cosa. Pero ya le escribiré largo y tendido.
Le adjunto unas fotografías de cuadros de Sabogal. En el N° 6 de Amauta se publicaron con una carta mía. Le mandaré pronto una corta biografía. Sabogal me dice que le mandó hace meses un paquete certificado con algunas maderas suyas y que [no] sabe aún si lo recibió Ud. porque no le ha acusado recibo hasta ahora.
Como le he prometido, le mandaré también fotos de Camilo Blas que está actualmente en Arequipa. Dentro de poco vendrá a Lima. Entonces le pediré las fotografías.
Me intereso profundamente porque coloque Ud. en Crítica o Caras y Caretas, como colaborador a un escritor peruano muy amigo mío, Félix del Valle, que se halla en Madrid. Fue a España en una misión de estudio. Y de pronto se ha quedado sin renta antes de encontrarse en grado de ganar lo bastante allá. Colabora en El Sol. Y es un hinchado de talento. Seguramente él le escribirá a mi nombre.
¿Qué proyectos tiene Ud.? Por qué no se anima a visitar el Perú? El Ministro del Perú en Buenos Aires, Miguel A. Checa, podría tal vez proporcionarle, por cuenta del gobierno, los pasajes. Ud. podría visitarlo y decirle que antes de partir para Europa —adonde lleva Ud. el propósito de hacer triunfar el arte peruano dentro del americano—, desea Ud. estudiar de cerca el estilo y las ruinas incaicas.
Muy cordialmente le abraza
José Carlos Mariátegui
Las fotografías van certificadas, con el número 6 de Amauta.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Cultura Venezolana, 10/5/1927

Caracas, 10 de mayo de 1927
Señores Amauta
Lima
Compañeros de "Amauta":
"CULTURA VENEZOLANA", a la cual sólo han llegado los números 6 y 7 de "AMAUTA", les agradecería el envío de los números
anteriores para su colección, favor que sabrá corresponderles en la forma que Uds. ordenen.
Cultura Venezolana

Cultura Venezolana

Carta al Presidente de la Federación Gráfica de la Ciudad, 14/5/1927

Lima, 14 de mayo de 1927
Compañero Presidente de la Federación Gráfica del Perú
Ciudad.
Seguros del interés y adhesión que el espíritu y la labor de "Amauta" encuentra en las organizaciones obreras que más genuinamente representan a las clases trabajadoras, nos dirigimos a esa institución para solicitar su concurso en la constitución de la Sociedad Editora Amauta.
La circular adjunta contiene una exposición precisa de las bases y fines de la Sociedad, cuyo programa es de la revista "Amauta" sintetizando en la frase de su editorial de presentación: "Queremos crea un nuevo Perú en el mundo nuevo".
Invitamos a esa institución que ocupa un puesto de vanguardia en la organización obrera a concurrir como accionista a la formación de la Sociedad Editora Amauta.
Agradeciendo la acogida que dispense a esta invitación, rogamos a Ud. transmitir a esa organización el cordial saludo de los redactores de "Amauta".
por "Amauta"
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Rafael Heliodoro Valle, 24/5/1927

[Transcripción literal]
México, D.F., 24 de mayo de 1927
Señor don
José Carlos Mariátegui.
Editorial Minerva
Sagástegui 669.
Lima, Perú.
Mi distinguido compañero y amigo:
Contesto su carta del 27 de abril anterior a la que viene unida una copia de su carta al señor Torres Bodet, quien seguramente hará la rectificación que usted justicieramente pide. Por mi parte yo haré que en Revista de Revistas se dé a conocer la carta de usted a nuestro amigo.
Le ruego enviarme Amauta a mi dirección particular, pues me interesa mucho seguirla recibiendo con puntualidad. Yo le enviaré la revista Forma la cual desde el primer número de seguro usted ha comenzado a recibir.
No tenga usted inquietud porque vayan a tenerlo como amigo desleal de México, pues bien sabemos que en las publicaciones cada autor es responsable de lo que escribe, y en este caso la culpa la tiene el señor Hidalgo.
Con renovadas demostraciones de simpatía y admiración y en espera de sus gratas noticias, quedo como siempre su afectísimo amigo y compañero.
Rafael Heliodoro Valle

Valle, Rafael Heliodoro

Carta de José Ruiz Huidobro, 11/6/1927

Huarás, á 11 de junio de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui
Lima
Apreciado compañero:
Reciba su atenta comunicación. A ella me refiero.
Mi deseo ha sido y es ayudar a Ud. con una acción de la empresa "Amauta". Si esa acción hubiera importado Lp.10 habría hecho un esfuerzo grande en mis posibilidades. Hoy que estoy informado de su vale Lp. 5, encuentro más hacedero mi modesto [...]. Por lo tanto le envío el 50% de una acción en giro postal Nº 1603 por Lp. 2.5.00 que espero recibirá Ud. conforme.
Le incluyo un nuevo poema, tal vez tenga más suerte que el anterior. Dígame cuáles son las [...] o condiciones para la impresión de libros en la Editorial Minerva.
Le estrecha fraternalmente la mano.
J. Ruiz Huidobro.

Ruiz Huidobro, José

Carta a Jacobo Hurwitz, 20/6/1927

Transcripción completa (se ha respetado la grafía del original)
Lima, 20 de junio de 1927
Sr. Jacobo Hurtwitz
México
Muy estimado compañero:
Me es grato dirigirme a Ud. para anunciarle que por este correo le remitimos un paquete conteniendo 20 ejemplares de "Amauta" del No. 9, por haberse ausentado de ese lugar el compañero Pavletich. Escribimos por este mismo correo a nuestro compañero pidiéndole que le dé las instrucciones necesarias.
Esclarecido como está su carácter ideológico, esperamos obtener las garantías necesarias para continuar publicando "Amauta". Si las conseguimos daremos un número doble (10 y 11) en julio y, entre tanto, reimprimiremos el No. 1, del cual nos indicará la cantidad de ejemplares que debemos remitirle.
La publicación de "Amauta" está solo momentáneamente suspendida. Si no es posible publicarla en Lima, se publicará en Buenos Aires u otra ciudad de América.
Le avisamos que disponemos de algunas colecciones de "Amauta" desde el No. 2 y desde el No. 3 que se venden, respectivamente, a beneficio de la revista, al precio de dólares 2.00 y 1.70. A fines del presente aparecerá el libro de Luis E. Valcárcel "Tempestad en los Andes", primer volumen de la Biblioteca Amauta.
Con cordiales saludos de José Carlos Mariátegui, y míos
Administrador

Sociedad Editora Amauta

El caso Daudet

El caso Daudet

No sé si entre las fobias del espíritu reaccionario y anti-moderno de León Daudet, figure la del teléfono. Pero sabemos, en cambio, hasta qué punto Daudet detesta y condena “el estúpido siglo diecinueve” contra el cual ha escrito una fogosa requisitoria. Se puede chicanear todo lo que se quiera respecto al alcance de este odio del exuberante panfletario de “L’Action Francaise”. No será posible, empero, repudiar del siglo diecinueve el pensamiento o la literatura -liberalismo, democracia, socialismo, romanticismo- para aceptar y usufructuar, sin ninguna reserva, su ingente patrimonio material o físico. En ningún caso, la crónica puede dejar de registrar el hecho de que el factor capital de la fuga de León Daudet de la cárcel ha sido el teléfono o, lo que es lo mismo uno de los instrumentos que forman parte de la herencia del “estúpido siglo diecinueve”.
Esta fuga constituye el lance más ruidoso de la aventurera existencia parisina de León Daudet. La excomunión de “L’Action Francaise”, el diario monarquista y católico de Daudet y Maurras, interesó mucho menos al mundo y a la propia Francia, donde ahora parece que el cinematográfico golpe de escena de los “camelots du roi” ha sacudido las mismas bases del ministerio. La política de la Tercera República exhibe en este periodo toda su puerilidad presente. Unos cuantos muchachos monarquistas y un teléfono incógnito bastan para conmoverla, comprometiendo irreparablemente el prestigio de sus cárceles, la seriedad de sus alcaides y la reputación de su sistema judicial y penitenciario.
León Daudet no cumplía en la cárcel de la Santé una condena política. Su prisión, como es sabido, no se debía a un accidente de trabajo propio de su carrera de panfletista político. Tenía su origen en las acusaciones lanzadas por Daudet contra el funcionario de policía que intervino en el descubrimiento del suicidio de su hijo Felipe. Como se recordará, Felipe Daudet que fugó de su hogar turbado por una oscura crisis de consciencia apareció muerto de un balazo en un taxi. La crispada mano del atormentado adolescente empuñaba un revólver. El suicidio, según todos los datos, era evidente. Mas León Daudet pretendió que su hijo había sido asesinado. El crimen, a su juicio, había sido planeado en una asombrosa conjuración de anarquistas y policías. Daudet sostuvo esta acusación ante los jueces llamados a investigar el hecho y esclarecer su responsabilidad. El fallo del tribunal le fue adverso. De este segundo proceso, salió condenado a cuatro meses de cárcel.
Su prisión se presenta, por tanto, como un incidente de su vida privada, más bien que por su lucha política. Pero en la biografía de un político es sumamente difícil separar lo personal, lo particular, de lo político y de lo público. Daudet, condenado, encontró la solidaridad de “L’Action Francaise” y de la “Liga Monarquista”. Los más ardorosos de sus amigos se aprestaron a resistir por la fuerza a la policía. El local de “L’Action Francaise” se convirtió en una barricada. Daudet acabó, siempre, por ser aprehendido. Mas, a poco tiempo, los “camelots du roi” se han dado maña para sacarlo de la cárcel. Es probable que a la carrera política de Daudet conviniera más el cumplimiento moral de la condena. El prestigio popular de un condottiere se forja en la prisión mejor que en otras fraguas inocuas. Hoy como ayer, no se puede cambiar un orden político sin hombres resueltos a resistir la cárcel o el destierro .Este es, por ejemplo, el criterio del Partido Comunista francés, que no se manifiesta excesivamente interesado en ahorrar a su Secretario General, Pierre Semard, libertado por la treta monarquista al mismo tiempo que León Daudet, los meses de cárcel a que ha sido condenado a consecuencia de su propaganda revolucionaria.
El hecho de que los “camelots du roi” no sean capaces de la misma actitud demuestra hasta qué punto estos buenos y bravos muchachos, y su propio capitán, son políticamente negligibles y anacrónicos. Para un revolucionario -Semard, Cachin, Marté, etc.-, una prisión es simplemente un “accidente del trabajo”; para León Daudet es, más bien, una aventura, efecto y causa de otras aventuras. Toda la historia del acérrimo monarquista asume el carácter de una gran aventura, más literaria o periodística que política. Es una gran aventura romántica.
Porque León Daudet que, mancomunado con Charles Maurras, abomina el romanticismo y de sus consecuencias políticas e ideológicas, no es en el fondo otra cosa que un romántico, un superstite rezagado del propio romanticismo que reniega y repudia. Ese romanticismo, a su tiempo, representó la creencia en la revolución liberal, en la República, etc. Pero, al envejecer o degenerar, cuando estos ideales aparecieron realizados, cambió esta creencia vigente o válida aún, por la pasada y caduca del rey y la monarquía. El nuevo romanticismo, el nuevo misticismo, aporta otros mitos, los del socialismo y del proletariado. Ya he dicho alguna vez que si a Francia le aguarda un periodo fascista, los condottieri de esta reacción no serán, ciertamente, ni Charles Maurras, ni León Daudet. Los directores de “L’Action Francaise” tendrían que contentarse, en la historia del hipotético fascismo de Francia, con el rol de precursores literarios o a lo sumo espirituales -asignado, verbigratia a D’Annunzio o Marinetti, en la historia del fascismo de Italia-. Casi seguramente, el fascismo en Francia se acomodará a la República del mismo modo que en Italia se ha acomodado a la Monarquía. Los servicios de Daudet y Maurras a la causa de la reacción no ganarían demasiado en categoría. Por lo pronto, el embrionario fascismo francés que tiene su promotor o capitán en George Valois, se presenta en abierta disidencia con los monarquistas de “L’Action Francaise”, a los que, por otra parte, la Iglesia no había excomulgado si existiera alguna razón para el catolicismo y la monarquía asociasen en Francia sus destinos.
El rabelaisiano y bullicioso panfletista de “L’Action Francaise”, a pesar de este y otros episodios y aventuras, no muestra mucha aptitud de cumplir en Francia una considerable función histórica. Es un hombre de mucho humor y bastante ingenio a quien, bajo la tercera república, no le ha sido muy difícil echar pestes contra la democracia y pasar por un terrible demoledor. No le ha faltado en su aventura periodística y literaria el viático de opulentas duquesas y graves abates. Su declamación panfletaria se ha acogido a los más viejos principios de orden, de tradición y de autoridad. Y, en su prisión, lo que más lo ha afligido, -si mantenemos la preocupación de Madame Daudet- ha sido la deficiencia del menú, la parvedad de la mesa Por mucho que se trate de idealizar la figura, ciertamente pintoresca y bizarra, Daudet resulta, en último análisis, un pequeño burgués gordo y ameno, de tradición un poco bohemia y un mucho romántica, descendiente de esos cortesanos liberales y heréticos del siglo dieciocho, que se desahogaban en la charla salaz y en la mesa copiosa su vivacidad tumultosa, incapaz de ninguna rebeldía real contra el rey ni la Iglesia.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Luis E. Valcárcel, 7/7/1927

Cuzco, 7 de julio de 1927
Querido amigo José Carlos:
Muy deseoso estuve de escribirle, pero la falta de dirección segura me impidió hacerlo.
No se imagina lo que sentí yo y lamentamos todos sus amigos por lo ocurrido. Huelga todo calificativo.
Mucho me alegra que ya esté usted en su hogar, rodeado de los suyos, y con el ánimo heroico de siempre.
Tengo la esperanza de que Amauta siga saliendo allí. Ojalá. Que no vaya el daño hasta alejar a U. del país.
Gracias por la noticia que me da sobre la salida de mi libro; temía que, con lo acontecido, sobreviniera alguna dificultad que lo frustrase. Aguardo en el correo entrante el envío que me anuncia de los pliegos y los números de la revista. Otra vez: mil gracias.
Lo felicito muy cordialmente por su gran carta a la prensa. Da usted una lección de entereza cívica y de probidad intelectual.
Salude muy cordialmente a su señora y a los buenos camaradas (Déme noticias de Cox y Basadre).
Lo abrazo fraternalmente.
Luis

Valcárcel, Luis E.

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