Mostrando 213 resultados

Descripción archivística
Europa
Imprimir vista previa Hierarchy Ver :

212 resultados con objetos digitales Muestra los resultados con objetos digitales

Tarjeta Postal de José Vasconcelos, 3/2/1927

París, 3 de febrero de 1927
Mr. José Carlos Mariátegui
"Revista -- Amauta"
Lima Perú
Amérique du Sud

Mi querido y admirado Mariátegui:
Muy bien por Amauta.-- Magnífico y muy gracioso "El Juicio Sumario".
Pronto le mando mi libro: Indología -- le mandaré también de cuando encuando algún artículo que pueda ser digno de Ud. Con un abrazo quedo su afmo.
J. Vasconcelos

Vasconcelos, José

Carta de Felix del Valle, 30/1/1927

Madrid, 30 de enero de 1927
Querido Mariátegui:
Jamás me he encontrado en una situación de miseria como la que estoy pasando. Rada y Gamio me ha suprimido la asignación, súbitamente, en pleno invierno europeo, haciéndome pasar los días con hambre y con frío. Este mes de Enero, el más terrible de Madrid, no lo olvidaré nunca. Vivo peor que el más abandonado de los hombres. En un cuarto en que no me es posible siquiera escribir porque las manos se me entumecen de frío; almorzando, cuando puedo, un solo plato. No tengo a quien pedirle nada; además, en Europa, Ud. lo sabe, no hay quien dé nada. La lucha por la vida es cada vez más horrible y está cada vez más cruelmente planteada.
El año anterior fui a París: Una enfermedad al estómago que, para colmo de mis infortunios, ha reaparecido ahora, debido a las malas y deficientes alimentaciones, exigió tal viaje. Los médicos de Madrid consideraban indispensable una operación; los amigos me aconsejaban que fuera a París, donde un especialista famoso. Y fui. Éste me curó, apurando, además, que era innecesaria la operación y que para evitarla definitivamente, precisaba que me sometiera, durante mucho tiempo, a un régimen estricto. Suponga Ud. lo que ha significado económicamente ese viaje. A Belmonte, que es aquí, mejor que un hermano para mí, le debo tal vez mi salvación. Ya no le puedo pedir más. Por otra parte siempre está viajando y es difícil verlo. Antes como tenía teléfono la casa en que yo vivía me llamaba a menudo, ahora no le he dado siquiera la dirección de mi cuarto porque me parecería demasiado deberle más de lo que le debo.
Con El Sol estoy mal, aunque es posible que en estos días transija y Ortega me arregíe uno o dos artículos al mes. Esto no resuelve nada tampoco. Pagan una miseria. En Prensa Gráfica tendré que colaborar, a pesar de que ello es mal visto. Pagan tres duros por artículo, cuando pagan, y tienen todas las plazas ocupadas. Gratis es fácil colaborar en todos los periódicos. Pero ello, como Ud. comprende, no es aliciente para mí que no pretendo regresar ‘triunfante’ a ninguna parte. Quiero únicamente vivir de mi trabajo.
La actitud de Alfredo Piedra me desconcierta. Eduardo Leguía, el ministro del Perú aquí, le ha hecho un cable. Yo, otro. A mi familia le ha dicho que no puede hacer nada por mí. No le creo. Si está mal con Rada está bien con el Presidente y la pensión que a mí me enviaban no grava un presupuesto. Sobre todo cuando aquí mismo hay dos propagandistas que no conocen a nadie ni saben nada percibiendo ochenta libras uno y cuarenta y cinco, otro.
Alfredo no ha contestado a ninguno de esos cables. A mí no me extraña ya nada, querido Mariátegui. Lo siento más que por mí, aunque no esté en edad de soportar miserias, por mis pobres hermanas huérfanas. Piedra al salir de El Comercio me dijo que se hacía responsable de mi porvenir. Bastante me ha servido, pero no lo suficiente, para dejarme en un estado de perfección. En el momento en que más lo necesito, cuando sano ya, libre de la tara que en mí dejó el vicio, cuando es el momento de estudiar y de aprovechar siquiera dos años más de Europa, me abandona. Véalo Ud., si puede, y expóngale mi situación. Ud. sabía hablarle; yo, ahora, no sé ni cómo le escribo.
Dígale que no me haga pasar por la humillación de pedirle algo a El Comercio. Si ve Ud. que nada se puede conseguir de él, le ruego, querido Mariátegui, que busque a Óscar Miró Quesada y le pida a mi nombre seis u ocho libras mensuales, seguras, firmes, por dos o tres artículos al mes para El Comercio. Creo que Óscar y don Aurelio me quieren. De aquél tengo recibidas numerosas pruebas de afecto y del hijo de don Aurelio, a quien tuve el gusto de pasear en Madrid, también.
A este recurso sólo acudirá Ud. en último extremo, cuando se cerciore de que Alfredo no quiere hacer nada por mí.
Mientras tanto le envío 6 crónicas escritas todas en un mismo día, aquí y allá, donde me lo ha permitido el frío y el hambre. Véndalas Ud. lo mejor que pueda. A Vegas dígale que le pague bien y que me insinúe qué es lo que quiere que le envíe, siempre por intermedio de Ud. Desde ahora, querido Mariátegui, le encargo a Ud. que me coloque mis crónicas. Hay mucha informalidad en Lima. El pobre Vallejo pasa en París miserias sin cuento y si no fuera por una beca que tiene aquí, en la Facultad de Jurisprudencia, y que le da 300 o 400 pesetas mensuales, se moriría de hambre: estaría como yo.
Por eso le ruego otra vez que venda enseguida las crónicas que le mando. Si saca Ud. por ellas más de diez libras avíseme por cable la remisión del dinero en esta forma: Valle Lipria, Madrid. Recoja.
No necesita Ud. firmar. Ya sabría de lo que se trataba. Elija Ud. el Banco Alemán siempre. 200 o 300 pesetas remitidas inmediatamente, a los dos o tres días de que estas crónicas estén en su poder, equivale a que no me echen del cuarto en que vivo y a que coma unos cuantos días. Entonces podré escribir, sobre todo para Amauta, que es una revista formidable. Aquí le consideran mucho. Guillermo de Torre me ha pedido su libro, La Escena Contemporánea, para escribir sobre él. Yo no le conozco personalmente, pero se lo he enviado con un amigo de ambos. La Libertad se ha ocupado de Amauta y, en general, tiene ambiente, en este pequeñísimo ambiente intelectual de Madrid, donde Sassone ‘triunfa’...!
Con Falcón nos escribimos a menudo. Sé que estuvo últimamente en París y Vallejo, en su último viaje, me dijo que iba a sacar allí una revista. Falcón trabaja mucho y se ha hecho. Es hoy un estupendo periodista. Me ha invitado a pasar un mes en su casa, en Londres... ¡Qué ironía!...
Al Perú no pienso regresar por ahora, aunque tampoco me quedaría otro invierno aquí. No tengo fuerzas físicas para ello. Me convendría estudiar, vivir alejado de lo que en Lima tanto daño me hizo, dos o tres años más. Que lo consiga depende del interés que Ud. se tome por mí. Si Ud. me asegura, a cambio de artículos, diez o quince libras mensuales permanacería aquí un par de años, escribiendo para ésa cuanto fuera necesario. Hágalo Ud., Mariátegui, hablando con quienes Ud. crea que son nuestros amigos en los periódicos o fuera de ellos.
A mis hermanas no podré ya darles nada. Les escribo diciéndoles que vayan a vivir con el hermano Amado, que también vive en la miseria. Qué caos, querido Mariátegui.
En fin, no quiero cansarle más. Sé que a Ud., tan ocupado, le impongo una tarea que le robará tiempo. Ya veré la forma de pagarle. Ud. siempre me ha sabido perdonar y yo siempre le he sabido querer.
Perdóneme Ud., una vez más, y reciba un fuerte abrazo de su amigo y compañero que tanto le extraña.
Félix del Valle
P.D. No creo que ninguno de estos artículos sirvan para Amauta. Le enviaré más adelante un artículo mensual para su gran revista.
Ahora venda Ud. los 6. Colóquelos y por cable gíremelos. Espero tener lo que sea a fines de Febrero. Es lo único con que cuento. Después me escribirá sobre lo que debo hacer para sumar, fijamente, las diez o quince libras mensuales que pretendo. Si puede Ud. conseguir algún adelanto sobre futuras crónicas englóbelo al giro.—V.
Habría querido dialogar con Ud., pero estoy sólo para monólogos vulgares. Una crónica puede Ud. venderla a Varela, la mona Clovis, para la Universidad.

Valle, Félix del

Carta de Henri Barbusse, 13/5/1926

13 de mayo de 1926
Mon cher José Carlos Mariátegui.
J’ai reçu votre livre La Escena Contemporánea. Combien je suis désolé de ne connaître que mal la belle langue espagnole ––qui est de toutes les langues vivanles celle que j’admire le plus— ce qui m’interdit de lire couramment votre oeuvre. Toutefois je sais assez l’espagnol pour pouvoir comprendre en y apportant suffisamment d’attention, un texte espagnol écrit. C’est ainsi que j’ai eu la joie de pénétrer dans quelques— unesde vos pages, et d’y dècouvrir une belle effusion fraternelle qui m’honore et qui me touche.
Plus que jamais nous occupons de grouper les forces intellectuelles internationales. Et nous cherchons la formule large et humaine que nous permettra de nous appuyer tous les uns sur les autres et de susciter parmi les travailleurs de l’esprit des défenseurs aux grandes idées saines, de l’avenir. Je me mettrai sans dout en rapports avec vous quelque jour pour cela, car je pense que vous représentez dans votre pays les éléments hardis et lucides qu’il faut arriver à rallier en bloc.
Croyez-moi bien cordialement à vous.
Henri Barbusse

Barbusse, Henri

Carta de José María de Acosta, 14/12/1926

Madrid, 14 de diciembre de 1926
Sr. D. José Carlos Mariátegui.
Mi distinguido amigo y compañero:
He recibido el n° 2 de la nueva revista que dirige Amauta (el n° 1 no ha llegado a mi poder). Me ha gustado mucho y le felicito sinceramente. Le he dedicado una nota en mi sección del ABC y he aprovechado la ocasión para hablar de U. y de su reciente e interesante libro. Por este mismo correo le envío este número de ABC.
Supongo recibiría una novela mía que tuve el gusto de remitirle. Ya tengo en prensa otra, como verá por el anuncio que le incluyo, cuando salga a luz se la enviaré también.
Disponga como guste de su buen amigo y compañero
José Mª de Acosta
s/c Ferraz n° 64.

Acosta, José María de

Carta de César Vallejo, 10/12/1926

París, 10 de diciembre de 1926.
Mi querido compañero:
Agradezco a usted en lo que vale el bondadoso juicio que me envía publicado en Mundial, relativo a mi labor literaria. Varios pasajes de su cariñoso ensayo llevan tal voluntad de comprensión y logran interpretarme con tan penetrativa agilidad, que leyéndolos me he sentido como descubierto por la primera vez y como revelado en modo concluyente. Su ensayo, sobre todo, está lleno de buena voluntad y de talento. Le agradezco, querido compañero, por ambas cosas.
He recibido Amauta. Sigo con fraternal y fervorosa simpatía los trances y esfuerzos culturales de nuestra generación, a cuya cabeza está usted y están otros espíritus sinceros como el suyo. En estos días enviaré a usted con todo cariño algún trabajo para Amauta, cuyo éxito y acción renovatriz en América celebro de corazón, puesto que ella es, como usted me dice, “nuestro mensaje”. Creo que esta resonancia ha de crecer, contribuyendo así a densificar más y más la sana inspiración peruana de nuestra acción ante el continente y ante el mundo.
Próximamente le escribiré acerca del libro que me pide para la Editorial Minerva. Pueda ser que ese libro esté listo muy en breve.
Un afectuoso saludo para todos los buenos amigos de Amauta y para usted un estrecho abrazo de su devoto compañero.
César Vallejo

Vallejo, César

Carta de César Falcón, 10/12/1926

26, Bellevue Road,
West Ealing,
London, W.13.
10 de diciembre de 1926
Querido José Carlos:
Al fin he rescatado los originales de la novela y te los mando hoy mismo. Como verás, se trata de una cosa un poco antigua, aunque, en cierto modo, un poco nueva también. Quería hacerle un prólogo polémico. Pero me ha cogido en un momento en el cual estoy verdaderamente abrumado y me veo obligado por fuerza a dejarla sin él. Publícala como está. Hazme el favor de corregir atentamente las pruebas, porque seguramente las cuartillas están llenas de errores y faltas.
Dime cuántos ejemplares puedes mandar para la venta en España. Dímelo enseguida para, si tú no tienes agente, gestionar yo la agencia de alguien. y no me lo digas sólo por este libro, sino por todos los de tu editorial. Yo puedo ponerte en contacto con un amigo mío para el caso.
Sigo sin recibir carta tuya y, naturalmente, la reclamo.
Continúan los preparativos de Historia Nueva, no tan rápidamente como quisiera porque me lo impide la lentitud hispanoamericana.
Pronto te escribiré con más extensión.
¿Cuándo, más o menos, estará impresa la novela?
Recuerdos cariñosos de mi mujer y para la tuya y tus niños.
Te abraza fraternalmente
César

Falcón, César

Carta de Félix del Valle, 6/12/1926

Madrid, 6 de diciembre de 1926
Querido Mariátegui:
Antes que estas líneas, que llevan mi afecto, supongo en su poder un artículo. Lo envié a mis hermanas porque supongo más seguridad en la dirección. Es un artículo vago, yo no puedo concretar, pero lleno de insinuaciones que subrayaré después. La nota exaltando un gesto de Leguía, además de ser justa, es, sobre todo, conveniente para mí. Urge que yo permanezca en Europa siquiera un par de años más. Y Ud. sabe que sin la asistencia del gobierno es imposible.
Le felicito por Amauta. Está muy bien, aunque, en su parte literaria, recargada de esa novedad sudamericana que, para ser buena, tiene que ser consciente, forzuda, y no tomada o pegada. Hay que precisar más y ‘literatizar’ menos. Ah, ¡si todos fueran como Ud. y Falcón! Adoro la novedad, siempre que quien la traiga no la ostente a la manera de un nuevo rico, que, en el fondo, es lo que está pasando entre nuestros jóvenes escritores. He visto varios ‘casos’ muy de cerca, aquí, en España. No me es posible conseguirle firmas para su revista. Yo no estoy vinculado a muchos escritores. Apenas si soy amigo de unos pocos. Además, España es campo muerto, es un museo, aunque le digan a Ud. lo contrario. Es el defecto que noto en Falcón, exceso de españolismo. Supongo que será por agradecimiento. Es una valla ésta, de tal fuerza, que no se puede traspasar sin exponerse a quedar al intemperie. Los pobres, los que vivimos de nuestro trabajo, aunque se tengan los grandes méritos de Falcón, no podemos nunca ser totalmente libres. Yo, por ejemplo, quisiera escribir para Amauta cosas que no puedo decir sin peligro de que el garbanzo se aleje de mi estómago, órgano grosero y dictador de nuestro ser. Con todo, le envío a Ud. en el próximo correo otro artículo para su periódico. Verá Ud. que yo ––para mis ‘intereses’ lo mejor sería permanecer en silencio–– me siento enlazado a Ud. por una solidaridad espiritual que no concluirá sino con nuestras vidas. Con Falcón —nos escribimos constantemente— dialogábamos por carta sobre esta solidaridad entre Ud., él y yo. Somos los tres económicamente más pobres de nuestra generación y, sobre cualquier divergencia episódica, hay algo entre nosotros que ahora se cristaliza. Hemos sufrido más que gozado. El yunque ha sido el mismo para los tres. Impidamos que sea igual para los pobres que vienen detrás con los mismos humanos anhelos de bien de que nosotros estamos poseídos.
El año próximo, que deseo mucho mejor para Ud. y su familia que los anteriores, comenzaré alguna labor en España. Ud. sabe que estaba desentrenado. Notará la diferencia entre los primeros artículos y los que vayan después. Pero sólo haré un par de novelitas cortas y unos cuantos artículos. Labor de captación de público, sobre todo. La obra que quiero la haré después a base de estudios, serios y profundos. Le tendré al corriente de todo. Algunos intelectuales españoles me han pedido su libro y va de mano en mano el único ejemplar que tengo. No quiero abrumarle con la cantidad de elogios que verbalmente me han hecho de su libro. Me han agradado y satisfecho más que si fueran dirigidos a mí. En el Perú, por mucho que lo estimen, no saben todavía bien lo que Ud. significa. Son, los nuestros, medios gaseosos y sólo se mantienen a sus anchas los que no tienen una sola idea de nada.
Mándeme Ud. cuanto crea que pueda interesarme. Poca literatura. Voy perdiendo la afición a ella y, como no se sea un gran literato, creo que mejor es alistarse en filas más provechosas para la guerra social que hay que acometer resueltamente.
Si Ud. ve a Alfredo Piedra ––¿está en buenas relaciones con él?–– dígale que precisa que me sostenga dos años más en Europa. Estoy en el momento de aprovecharlos, recuperada mi salud. No le hable de ideas, sí de sentimientos ya que, en verdad, yo estoy muy reconocido a él. Ud. no sabe lo generoso que ha sido conmigo. Con discreción háblele de mí y de que, el mejor beneficio que puede hacerme, es el de asegurarme un par de años en Europa. José Carlos, esto, la seguridad, es muy serio. Ud. ya sabe a cuánto se expone uno sin ella.
Mi familia me escribe, elogiando su conducta, con motivo de la muerte de mi pobre vieja. Es Ud. el único amigo mío que se ha acordado que tenía familia. Yo les he contestado que no hay que extrañarse de ello, ya que Ud. es el único amigo ––dándole toda su fuerza al vocablo–– que yo tengo allí. Los demás son amigos del ‘suelto’ de periódico. ¡Pobrecitos! Mis hermanas no pueden comprender esto.
En fin, querido Mariátegui, con deseos de que su salud mejore, de que Ud. viva cada vez mejor, se despide, por hoy, quien tanto le quiere y extraña.
Félix del Valle
P. D. El segundo número de Amauta no lo he recibido. Fui a París a hacerme ver del estómago. Espero regresar pronto y allí sí puedo conseguirle firmas ilustres. Mientras no le avise mi nueva dirección envíeme todo a Madrid.

Valle, Félix del

Carta de César Falcón, 3/12/1926

26, Bellevue Road.
West Ealing,
London, W.13.
3 de diciembre de 1926
Querido José Carlos:
Quería, como te ofrecí, enviarte un ensayo sobre los indios y el indianismo. Pero aún no lo he terminado y quiero ir pensándolo bien. Ahora te envío este estudio sobre la cuestión minera ingle­sa. Puedes publicarlo, si te parece mejor, en dos números o, si lo prefieres, en uno. Constantemente te mandaré artículos.
Todavía no recibo carta ninguna tuya. Escríbeme. Dame noticias de todo. De tu salud particularmente.
Continúo la organización de Historia Nueva. Como ya habrás visto, es una organización muy vasta y morosa. Pero avanza seguramente. Necesito la lista de colaboradores peruanos. No sólo escritores, sino hombres de distintas actividades. Enviámela pronto, en el día, porque ya me hace falta publicarla. Ya tengo casi todas.
Pronto te enviaremos el cuadro.
Con recuerdos míos y de mi mujer para los tuyos, te abraza fraternalmente.
César.

Falcón, César

Carta de Miguel de Unamuno, 28/11/1926

Hendaya, 28 de noviembre de 1926
Sr. D. José Carlos Mariátegui
Lima
He recibido y leído, mi buen amigo ––creo poder desde luego llamarle así, y es un consuelo–– los dos primeros números de Amauta. Ante todo, y para despacharlo pronto, lo que individual y también personalmente, a mí se refiere. A Juan Parra del Riego las gracias por la Marcha que me dedica. Y en nombre de mi pobre España, que es ––lo sé–– la de ustedes. Y cuando él me viene gritando “¡alegría!”––no la hay más honda que la nacida de las entrañas de la desesperación honrada–– y recordando a Don Quijote y al padre–padre, sí, y no sólo Hijo–Jesús, preparo una nueva acción escrita ––no quiero llamarla libro— sobre el misterio cristiano de Don Quijote. A usted, por lo que dice de mi L’agonie du christianisme ¿qué le he de decir? No es cosa de que nos pongamos a discutir. Acabaríamos en que ambos tenemos verdad, que es mucho mejor que tener razón. Sí, en Marx había un profeta; no era un profesor (Y vea usted como estos dos términos, profesor y profeta, latino el uno y el otro griego, que etimológicamente son parientes, han venido a significar cosas tan distintas y hasta opuestas. Mucho de mi vida íntima ha sido una lucha contra el oficio oficial, contra la profesorería académica) ¡Qué bien está lo de César Falcón sobre la dictadura española! ¡Qué justo, qué preciso, qué claro, qué concreto! Esa es la verdad. Pero más que dictadura, tiranía y tiranía pretoriana, que es la peor. Más aún así y todo, con tiranía, no ya dictadura, volvería yo a mi patria si los tiranuelos fueran personas honradas, que no lo son. El primero de ellos, el M. Anido —pues el trío es: M. Anido = Borbón Habsburgo = Primo de Rivera y en este orden; Primo el pelele que tapa a los otros que le tiran de los hilos— es un loco, pero con locura moral ––o inmoral si se quiere. Y lo que quiero hacer constar que en mi caso ––porque constituyo un caso— no se trata de pleito individual, que como a individuo aislado me toque, sino de algo personal y la persona es lo representativo y social, lo humano común. Al defenderme atacando, defiendo el alma eterna y universal de mi pueblo; a toda una iglesia civil libre. Ni me importa que alguien encuentre ridícula mi posición. Aprendí en mi Señor Don Quijote lo que vale la pasión de la risa y que no se pierde ni el dar al aire zapatetas en camisa o medio desnudo.
Lo que está agonizando en España viene de lejos. Con la muerte del príncipe Don Juan ––¡en Salamanca!–– único hijo varón de los Reyes Católicos, a fines del siglo XV, cuando se descubrió América, desapareció la posibilidad de una dinastía española, indígena, castellano-aragonesa. Carlos I. ––V. de Alemania— hijo del Hermoso de Borgoña, un Habsburgo, y de la Loca de Castilla, llegó a ésta sin saber apenas castellano, rodeado de flamencos, y trayendo la política habsburgiana, la hegemonía de la Casa de Austria en Europa y la Contra— Reforma. La América, que se acababa de descubrir, no era sino una mina de donde sacar recursos, oro, ya que no hombres para esa fatídica política. Y así de espaldas a América ––y a África–– vertióse la sangre española en Italia, Francia, Países Bajos por asegurar la hegemonía habsburgiana y contra los reformados. Y así siguieron los Felipe II, III y IV y Carlos II, que nunca se españolizaron. Y le siguieron los Borbones, tan extranjeros en España como los Austrias. Y hoy sufrimos a un Borbón-Habsburgo, más Habsburgo que Borbón y tan Carlos II como Fernando VII. ¿Y el pueblo?— se dirá. Mi amor a la verdad, que es la justicia, y en mi amor a la verdad, mi amor casi desesperado a mi pueblo me obliga a confesar, a profesar ––pero como profeta y no como profesor–– que el pueblo fue seducido y arrastrado por Habsburgos y Borbones y que se le hizo creer que continuaba la cruzada de la reconquista. Y lo digo por patriotismo, por aquel ardiente y desesperado patriotismo que a mi inolvidable Guerra Junqueiro, le hizo al final de su magnífico evangelio Patria crucificar al pueblo portugués con este inri: “Portugal, rey de Oriente”. Sí, la terrible envidia frailuna y castrense ––conventos y cuarteles son ciénagas de envidia misológica–– la que creó la Inquisición es la que alentaba en no pocos conquistadores, más sanson-carrasqueños que quijotescos. Sí, sí, mi pueblo, el pueblo de mis entrañas, tiene que expiar sus pecados. No ha sabido resistir a esa infame cruzada de Marruecos y al “¡guerra, guerra al infiel marroquí!”. Y por fin le han puesto encima, como enseña de baldón, ese Primo de Rivera, que por terrible contraste se llama.. . Pero no, en la escuela le conocían por Miguelón, luego Miguelito, ¿mas Miguel? Miguel, ¡no! Porque vea usted; Miguel es uno de los tres o cuatro nombres cristianos que tienen por patrono no a hombre que fue de carne y hueso, sino a espíritu puro; Miguel es nombre arcangélico. Y luego, vea los cuatro Migueles de la España eterna y universal: Miguel de Cervantes, soldado, que vuelto manco en Lepanto, de su manquera sacó a Don Quijote, como Iñigo de Loyola, soldado, vuelto cojo en Pamplona, de su cojera sacó la Compañía de Jesús. Miguel de Legazpi, escribano vasco ––¡de los míos!–– en Méjico, que con la pluma, sin derramar una gota de sangre, políticamente, ganó para la corona de los Habsburgos de España las Islas Filipinas, esas islas en que siglos después, en tiempos de D. Fernando Primo de Rivera, primer marqués de Estrella y grandísimo ladrón, su sobrino Miguelón ––Miguelito–– que le heredó marquesado y ladronería intervino en el pacto de Biacuabató. Y a propósito el crimen mayor de la España de la Regencia y de la Regencia habsburgiana de España, fue el asesinato del noble Rizal, el indio, y espero que un día el pueblo español contrito haga elevar por suscripción en Manila un monumento expiatorio a la memoria de Rizal como los calvinistas han hecho elevar en Ginebra uno a la memoria de Miguel Servet. Nuestro tercer Miguel, mártir de la libertad de conciencia, a quien Calvino, al hacerlo quemar, le ahorró el que acaso hubiera sido quemado, si lo cogen, por sus compatriotas. Y el cuarto, Miguel de Molinos, héroe también de la pluma, como los otros tres, el que enseñó la doctrina de auto–disciplina, de heroica obediencia a sí misma, de vigoroso individualismo anti-jesuítico. Y junto a Cervantes, Legazpi, Servet y Molinos, ¿le vamos a llamar Miguel a ese fantoche hueco? ¡claro que no, hombre! Mas sus días de tapar la tiranía están contados. El muy mentecato no hace sino pedir merced. Entrevé todo lo perverso de su fatuidad. Y detrás de él tiembla su Maese Pedro; su amo, el que le maneja, ese tenebroso M. Anido, símbolo de la barbarie jesuítico-pretoriana. Y también tiembla, no sé porqué, esa cuitada burguesía que por miedo cerval al incendio bolchevique ––¡el espantajo!–– ha entregado su casa y sus bienes a los bomberos para que se la desvalijen y destrocen.
Pero basta, que el seguir esto sería el cuento de nunca acabar. Gracias, amigo mío, y adentro con Amauta.
Le desea a ésta, vida fecunda aunque sea corta ––Revista que envejece, degenera–– y a su Perú justicia en la libertad.
Miguel de Unamuno

Unamuno, Miguel de

Carta de César Falcón, 5/11/1926

26, Bellevue Road,
West Ealing,
London, W.13.
5 de noviembre de 1926
Querido José Carlos:
Acabo de recibir tu carta del diez de octubre y, como ves, la contesto enseguida. No tenía la menor noticia de tu enfermedad. Yo te creía completamente libre de las contrariedades de la cirugía y no puedes imaginarte con cuanto dolor y con cuánta desesperación me he enterado de tus padecimientos. Aunque sean insignificantes, comparados con el percance anterior, a mí me afligen mucho, y más todavía, porque no estoy junto a ti.
Pero ya tengo formado un propósito indeclinable. Voy a poner en pie Historia Nueva e inmediatamente, el año próximo, iré al Perú. No sé si es defecto de crítica o mi propia desesperación, pero todas nuestras cosas - tu salud, nuestras ideas, el plan para realizarlas- me parecen muy mal organizadas ahí. Quiero ir para contribuir a ponerlas un poco [en] orden. Sobre todo. para poner un poco en orden tu salud. Yo también creo en la inconveniencia del clima de Lima. Desde aquí, sin embargo, no puedo hacer nada. Si mis esfuerzos logran una mediana eficacia, el próximo agosto estaré contigo.
La organización de Historia Nueva me exige un trabajo desaforado y desesperante. Mi empeño de construir un grupo de redactores y colaboradores -en realidad, un grupo político- en cada país va realizándose, mas con la lentitud inevitable por la distancia. Ahora estoy esperando las respuestas de las personas a quienes hemos nombrado redactores. Ya le he escrito, por indicación de Gustavo Navarro, un boliviano disfrazado con el extravagante nombre de Tristán Maroff- a Gustavo Otero y en el Ecuador al doctor Jaramillo. Entretanto, estamos enviando circulares de propaganda a los diarios. Esto es muy lento, porque se trata de abastecer a cerca de dos mil periódicos.
Espero terminar la organización en estos dos últimos meses del año y poner manos al periódico en los primeros del próximo. Una vez hecho el periódico, dos meses me bastarán para establecer una rutina transitoria y marchar al Perú.
Te mandaré, como te lo he dicho ya, constantes artículos para Amauta. El desarrollo de Amauta me interesa mucho, porque, aparte su utilidad en el Perú, él e Historia Nueva pueden ser la base de un proyecto de Federación de nuestros periódicos cuyo desarrollo verás en el plan general de H.N.
Dentro de unos días te enviaré el ensayo sobre el indigenismo. Lo estoy escribiendo sin preocuparme de su extensión, pero tú puedes publicarlo en uno o más números, como te parezca.
Otra de mis desesperaciones es la informalidad de ese maldito Caro-Raggio de Madrid. Todavía no he logrado arrancarle los origina­les de mi novela. Escribo cartas y cartas y no logro nada. Pero si dentro pocos días no me los devuelve, le encargaré la gestión a un amigo abogado.
Mis trabajos ahora son verdaderamente abrumadores, no tanto por cuanto hago, sino por cuanto no puedo hacer. Debo escribir una enormidad de artículos al mes y esto me quita tiempo y humor para otras cosas. Mi mujer también trabaja sin descanso y me ayuda mucho. El único ser holgazán, despreocupado y feliz es mi hijo.
Mis mejores recuerdos para Anita y tus hijos. lo mismo de mi mujer y el ciudadano Mayo.
Te abraza fraternalmente
César
Mi mujer me encarga ofrecerte en su nombre un cuadro suyo para tu despacho. Tan pronto termine te lo enviaremos.

Falcón, César

Carta de César Falcón, 27/10/1926

26, Bellevue Road,
West Ealing,
London, W.13.
27 de octubre de 1926
Querido José Carlos:
Acabo de recibir el primer número de "Amauta". Inmediatamente me he puesto H su lectura y voy a trasmitirle enseguida mi impresión. Me parece, en primer lugar, un número excesivamente literario. Pero esto me lo explico como una necesidad de primer número y de combinarse con el ambiente. En Lima hay sin duda muchas dificultades para lanzar un periódico político. Es indispensable disfrazarlo un poco. Sin embargo, la táctica debe estar muy vigilada para no incurrir en demasiado literatismo, Gabriela Mistral, uno de nuestros líricos más puros como tú sabes, me hacía notar en Madrid la necesidad de luchar sin tregua y sin piedad contra el soneto. Te incluyo en el compromiso.
Tu artículo de presentación está muy bien, menos la última frase. Este es, a mi juicio, un serio reparo. No, por Dios, José Carlos! No incurramos nunca más en este infantilismo estúpido de la pedantería. Si "Amauta" es un periódico histórico se verá en el transcurso de vida, de su pensamiento y, sobre todo, de sus realizaciones. Eso de decirlo con un empaque de adolescente, para epatar a los burgueses sin burgo de Lima, es volver a los antiguos e incorregibles pecados limeños. Nuestro deber, nuestro primer e inalienable deber hoy es darle al Perú y a la América y a todos nuestros países la sensación de la seriedad, la madurez y la exactitud de nuestros pensamientos y propósitos. Ni en el Perú ni en parte ninguna donde se hable español hace falta ahora una desaforada revista de estudiantes. En todas hace falta, en cambio, un órgano severo de nuevas intenciones. Tú puedes advertir la justeza de mi observación en cuanto te asomes un rato al sentimiento de la gente responsable. Mientras no logremos ganarnos, en favor o en contra es lo de menos, el respeto de ésta, tendremos siempre el dato del fracaso de nuestros esfuerzos.
Y una vez enfocado el asunto seriamente, dignamente, con circunspección, yo no estoy de acuerdo ni quiero estarlo con la tendencia indigenista, o, mejor dicho, incaísta del periódico y, muchísimo menos, con el artículo de Valcárcel. Este hombre aparte de escribir con lamentable gusto, está mal del cráneo. ¿Qué concepto tiene este posante de Ollaitaitambo de las culturas, de las civilizaciones y del desarrollo de la Humanidad; de la formación y evolución de los pueblos, y de la enormidad y vastedad de los problemas congruentes al desarrollo de una raza y su predominio en un pedazo de la Tierra? Este cuzqueño feliz se cree, sin duda, en su bienaventuranza, capaz de imponerse al formidable conjunto de nuestra civilización con sólo cambiar antojadizamente la escritura de los sonidos quechuas. No, José Carlos; otra vez mi protesta. Contra todas estas ridiculeces y sandeces de la ignorancia peruana es precisamente nuestra misión.
Los indios constituyen un profundo y doloroso problema nacional. Uno de los problemas más arduos del país. Un problema de educación, de economía, de muchas cosas. Esto es necesario decirlo, y sobre todo, estudiarlo. Pero hablar del incaísmo como de una civilización, una cultura y una posibilidad de resurgimiento histórico, como quien hablase de los hindúes y de los chinos, es un infantilismo o una necedad. En todo caso, es cómico. Así no se consigue sino perder el tiempo. Nosotros, tú, yo y los Pérez, Femández, Trampolini o Smith o Mayer de nuestro grupo, no somos quechuas ni nos parecemos a ellos, entre otras razones, porque entre nosotros y los quechuas hay, desgraciadamente, diez siglos de progreso humano. Y entre nosotros y la civilización y la cultura occidentales, siglo y medio de atraso. Este es un hecho visible; no una frase. Y sobre este hecho es indispensable organizar nuestro estudio y nuestro esfuerzo.
Yo te doy a mandar dentro de unos días un ensayo sobre este tema.
Tampoco estoy conforme con esa propaganda de las generaciones. En el Perú no hay ni ha habido nunca generaciones, sino degeneraciones. Eso de creerse uno,sin vinculación, deudas,compromisos obligaciones con el pasado y el futuro es el signo del universitarismo analfabeto. Pero ya te hablé de eso en una carta anterior.
Por lo demás, el periódico me parece muy bien. Sólo me parece indispensable darle un poco más de seriedad y un poco menos de verso. No habría querido ver mi artículo sobre España, porque éste no fue sino un grito de protesta y de solidaridad con mis amigos de España. Pero esto es un detalle.
Mi hijo sigue gordo, feliz y encantado de haber nacido. El, mi mujer y yo te enviamos a ti y a los tuyos todo nuestro cariño. Te abraza fraternal­ mente
César
Todavía no he logrado recuperar los originales de la novela. Esto me tiene verdaderamente in­ dignado. Escríbeme pronto, enseguida.

Falcón, César

Carta de César Falcón, 10/10/1926

26, Bellevue Road,
west Ealing,
London, W,13.
10 de octubre de 1926
Querido José Carlos:
Te mando ahora la segunda circular sobre el semanario. Es un pliego particular, sólo para nuestros compañeros de redacción. En él, como verás, están expresamente definidos el carácter de las informaciones y la calidad de las colaboraciones y, por ende, la índole del periódico.
Por cuanto te he dicho antes sabes ya como no se trata de un periódico con finalidad en él mismo, sino de un medio de organización. A nuestros hombres no hay manera de coligarlos en un partido orgánico y es necesario, por esto, buscar un medio de organización indirecta. El periódico me parece el mejor. Estoy redactando el plan completo, con detalles y propósitos hasta constituirlo en algo como una institución política, y te mandaré una copia cuando lo termine para informarte así cabalmente de la extensión del proyecto. En síntesis es como te he dicho ya.
Palmiro y mi madre me han anunciado la próxima salida de tu semanario. Espero noticias tuyas. Esto me interesa mucho, porque en el plan de Historia Nueva entra el intento de un acuerdo, o de una federación si es posible, de los periódicos afines.
Historia Nueva tiene ya redactores y colabora­dores en todos los países hispanoamericanos. Estarnos organizando ahora América. Después organizaremos España. En estos días estoy enviando las primeras circulares de anuncio a los periódicos. Luego enviaremos carteles a las librerías y puestos de venta. El reclamo es una de nuestras primeras preocupaciones. Yo he estado enfermo las dos últimas semanas y no he podido, por esto, seguir los trabajos con la actividad debida. Pero ahora me voy a dedicar enérgicamente a ellos.
No me escribes desde hace un año. Esta es la cuarta o quinta carta mía. Te repito un ruego antiguo: escríbeme pronto y con frecuencia.
Aquí seguimos bien. Mi hijo continúa creciendo, engordando y sonriendo. Mi mujer está ya muy repuesta. Recibe muchos cariñosos saludos de ambos y los nuestros para Anita y tus niños. Te abraza fraternalmente
César

Falcón, César

Carta de César Falcón, 28/7/1926

26, Bellevue Road,
West Ealing,
London, W. 13.

28 de julio de 1926

Querido José Carlos:

Varias veces he cogido la pluma para contestar a tu carta última - el pudor me impide consignar la fecha - y otras tantas me he detenido esperando una respuesta o el éxito de una gestión para modificar el sentido de mi carta. Porque en todo instante he tenido el propósito de escribirte una carta concreta, elusiva lo más posible de la retórica y de las vaguedades y generalidades características hasta ahora de nuestro diálogo. Por esto no atiendo tu invitación para exponerte mis puntos de vista sobre la política peruana y sobre la doctrina de nuestro grupo, partido o generación , según dicen ahora en todos los países hispánicos, dando a entender un número de hombres completamente escindidos de sus antecesores, como si los hombres nacieran como los hongos y no recibieran de sus mayores la vida, el corazón y casi toda el alma. Pero esto es polémico. O, mejor dicho, defectivo. Es un defecto y yo he cuidado de apuntar los defectos comunes para agrupar a los hombres. Porque el carácter, la personalidad del hombres son sus defectos, sus vicios. En las virtudes todos son iguales, pues todas las virtudes están en los diez mandamientos y nadie ha inventado otras.
Uno de nuestros defectos es la ingenuidad. yo recibo todos los días una copiosa correspondencia de España y América y estoy verdaderamente asombrado de la ingenuidad, de la simpleza de nuestros hombres, Cada cual me habla con entusiasmo desbordante de una idea, de una doctrina, de una teoría política. En ninguna parte del mundo se definen tantos los aspectos de las ideas - no las ideas profundas - como en nuestros países.
Pero mientras nosotros nos emborrachamos y soñamos con la transmutación física de nuestras sombras mentales, los países, los nuestros, siguen su proceso histórico independiente e indiferente a nuestra retórica. Y también, aunque de otro modo, puede hacerse doctrina sobre ellos. Este es mi intento. Pero es necesario cogerlos, tenderse sobre ellos y analizarlos nervios por nervio, músculo por músculo, entraña por entraña. ¡Ah! Pero no con el propósito de sacarle al análisis una consecuencia grata a nuestro gusto. Todo lo contrario. Sacar la consecuencia exacta, sea o no de nuestro agrado y se acuerde o no con nuestra doctrina. Nuestra doctrina y nuestro gusto, después de todo, no nos los hemos creado, inventado nosotros mismo. Los hemos cogido en otras partes, fuera de nosotros y aquí está precisamente la razón de su inutilidad.
Porque si para algo sirve el desquiciamiento actual del mundo es para ver el fondo verdadero de todas las doctrinas y de todas la filosofías. El mundo se ha librado de todas las armazones artificiosas de la mente. En este sentido ésta es una época de libertad. Ya nadie cree en la política ideológica ni en las ideas importadas. Como todo el mundo tiene por delante y desnudo el problema de la vida, las doctrinas no sirven para nada.
Nosotros debemos hacer lo mismo. Fuera las doctrinas tomadas, casi siempre, en dos o tres libritos mediocres, y vamos a enfrentarnos resueltamente con nuestros países y con nosotros mismo. Vamos a ver la realidad sin cristales de colores. A la simple luz del sol.
Lo primero es vernos a nosotros. Somos, políticamente, las fracciones de un gran imperio, repartidas implícitamente en zonas de influencia y paulatina y seguramente conquistadas. Mientras continuemos fraccionados la conquista será más fácil y segura. La más próspera y orgullosa de nuestras facciones independientes, la Argentina, es , en realidad, una colonia inglesa. Y a quien te hable de la epopeya de la independencia y de San Martín, Bolívar y demás héroes, invítale a venir a los archivos del Foreign Office y enterarse allí quién fue el promotor, sostenedor y alentador de la campaña y cuáles sus fines. Sobre esto puede hablarse mucho y yo pienso decir algo muy pronto.
Ahora lo pertinente es sacar enseguida la consecuencia del hecho. Es decir: afirmar, o, mejor, ver la necesidad de restablecer nuestra unidad nacional. Aquí debo precisarte bien mi pensamiento. Yo entiendo y veo nuestra nacionalidad hispánica y no veo, ni hay desde mi punto de vista, otra. Porque yo le llamo nacionalidad a un tipo característico de cultura, de formación espiritual. En nuestros países no ha habido jamás, y posiblemente no habrá nunca, una norma formativa de los hombres, --una norma de civilización-- distinta de la hispánica. Tú estás incurriendo en el disparate de hablar del incaísmo e indianismo. Pero seguramente no has meditado diez minutos sobre ello. Si lo hubieras hecho te habrías dado cuenta del disparate. El incaísmo o indianismo no es otra cultura ni otra cosa, sino la barbarie clara y definida. Entre el instinto de Atahualpa, adorador del Sol, y los Evangelios del fraileValverde, no hubo dos filosofías, dos concepciones distintas de la vida, sino, sencillamente, treinta siglos de civilización .
Nosotros provenimos, --étnicamente en mucha parte y espiritualmente todo-- de los hombres del Evangelio, y por eso somos civilizados y tenemos una filiación espiritual propia, distinta de la germana, de la anglo-sajona, de la italiana, de la china, de la hindú, de la egipcia. Somos, en suma, hispánicos y nada más. Si no lo fuéramos seríamos, entonces sí, incásicos. Pero también zulús, centroafricanos, salvajes. Los indios actuales del Perú lo son poco menos. Forman una raza primitiva incipientemente asimilada a la civilización hispánica, a la nuestra, y acabarán de asimilarse si nosotros los sabemos conducir o se asimilarán a la civilización anglosajona cuan­ do los anglosajones dominen nuestras tierras y, naturalmente, al servicio de ellos, acabarán con nosotros.
Luego, el primer acto, a mi juicio, es reconstruir nuestra nacionalidad, la gran nacionalidad de 1800, si ya no es posible, o si no es posible todavía, políticamente, espiritualmente. Pero enseguida después de este enunciado se imponen otros con tanta o más fuerza: los problemas de cada uno en su pedazo de tierra particular. Aquí es donde tú y yo debemos hablar del Perú. Mas si nos ponemos a hablar de los problemas del Perú, y sólo a hablar, perderemos el tiempo. Entre otras razones, porque los problemas del Perú son desconocidos todavía. Lo mejor es ponernos a estudiarlos, a descubrirlos, a sacarlos a luz.
En cuanto yo he logrado el convencimiento de todo esto, me he puesto en acción y si he retardado esta carta ha sido esperando el momento de poder enviarte, no un plan de debate y polémica, sino un plan de trabajo. He aquí el plan organizado: ya de perfecto acuerdo con Macchiavello.
Vamos a publicar un semanario hispanoamericano, es decir, de todos nuestros países. Pero no un semanario como un fin en él mismo, sino como un medio, como un instrumento para lograr nuestra organización política. No podrá, pues, ser una cesta lírica. Será, más bien, un nexo. Para conseguirlo hemos ideado una organización especial. El semanario será redactado directamente desde cada país y su redacción deberá corresponder al sentimiento y al anhelo de un grupo, afiliado, claro es, sinceramente a unos cuantos principios doctrinales nuestros.
El semanario tendrá un corresponsal en cada país, quien dirigirá la sección de su país, escogerá los colaboradores dentro del país y conducirá, en fin, la política del periódico en el país. Pero aquí otro punto condicional. Queremos evitar inexorablemente la retórica. El semanario deberá publicar informaciones precisas de la vida en cada país y las colaboraciones deben ser estudios técnicos y directos de los problemas. A ti no necesito decírtelo. Pero a nuestros demás compañeros se lo explicaré muy claramente.
Poco a poco, siguiendo el desarrollo del periódico, debemos ir ampliando la organización hasta convertirla en un verdadero núcleo internacional. Por lo pronto vamos a dar el primer paso. Tú, naturalmente, te encargarás del Perú. Mientras no pueda, por falta de libertad, editarse en Madrid - punto geográfica y espiritualmente equidistante para todo el mundo hispánico-- se editará en París. Pero debemos hacerle antes una gran propaganda. Es necesario destacar desde el primer instante su singularidad. Ahora están imprimiéndose las circulares con la declaración de principios, anuncio, propaganda, etc. Se llamará, probablemente, "Política Nuestra" y todo en él debe ser nuestro, exclusivamente nuestro. Por ningún motivo debemos caer en la estupidez de la imparcialidad y en el "vengan todos a decir su palabra". No. En él no debe decirse sino nuestra palabra.
Yo estoy en comunicación con los amigos en los países de España y América. Pero no tengo idea de quiénes podrían servirnos en el Ecuador y Bolivia. ¿Puedes indicarme a alguien? Dímelo enseguida para escribirles y, si se trata de amigos tuyos, escríbeles también.
Esto por ahora, Lo demás te lo iré diciendo en cartas sucesivas y frecuentes.
Otras cosas: ya he escrito a Madrid, hace mucho tiempo, para el envío de los ejemplares de Plantel de Inválidos. También escribí pidiéndole a Caro los originales de una novela para enviártelos. Pero no me los ha devuelto y ya hemos cambiado varias cartas. Si no logro esto, porque este editor me está haciendo desde hace dos años el juego del perro del hortelano, te enviaré otra cosa literaria.
Mi hijo nació hace dos meses. Se llama Mayo y está encantado de haber nacido. Ya verá él como es esto...
Alguien me ha dado muy buenas noticias de tu salud y yo he tenido mucho gusto. Mi mujer me encarga saludarte especialmente en su nombre y se une a mí en enviarle cariñosos recuerdos a todos los tuyos. Te abraza fraternalmente.
César
¿Se ha publicado un artículo mío sobre tu libro? lo envié en el mes de febrero por conducto de mi madre.

Falcón, César

Carta de Francisco García Calderón, 10/7/1926

París, 10 de julio de 1926
Francisco García Calderón agradece a U. el atento envío de su libro La Escena Contemporánea. Aprecia mucho la firmeza de su talento, su erudición y la elegancia de exposición.

García Calderón, Francisco

Carta de Felix del Valle, 22/6/1926

El documento se encuentra incompleto por lo tanto solo puede resumir lo siguiente:
Manifiesta su desacuerdo con la premiación hacia una persona que no se puede definir quién es.

Valle, Félix del

Carta de Luis Jiménez de Asúa, 12/6/1926

Madrid, 12 de junio de 1926
Señor Dr. José Carlos Mariátegui
Mi muy querido amigo:
He recibido y le leído con el mayor interés su libro La Escena Contemporánea en el que recopila U. artículos del más vivo interés.
Gracias mil por el generoso envío de su gran amigo.
Luis Jiménez de Asúa

Jiménez de Asúa, Luis

Carta de José María de Acosta, 26/5/1926

Madrid, 26 de mayo de 1926
Sr. D. José Carlos Mariátegui
Mi distinguido compañero:
He recibido su notable obra La Escena Contemporánea, que me propongo leer con la atención que V. merece. Gracias mil por tan valioso envío. Correspondiendo a esta gentileza por el correo de hoy tengo el gusto de mandarle mi novela última Las pequeñas causas.
He recibido también el primer número de Libros y revistas y reconocido a esta atención, he dedicado a tan interesante publicación una nota en mi sección ‘La literatura española en el extranjero’, del gran diario español ABC. Juntamente con mi novela, en el mismo paquete, va este número del ABC y algún otro. En mi sección doy frecuentes notas sobre literatura hispanoamericana, especialmente sobre libros de investigación y crítica literaria, de crónicas de viajes por España y de los que de cualquier modo se relacionan en algo con la literatura española. Si publica algún libro de cualquiera de estos géneros, tendré mucho placer en dedicarle una afectuosa nota.
Hace unos meses le escribí rogándole me enviara su ficha bio-bibliográfica con destino a una obra que tengo en preparación y de la cual le incluyo un prospecto. Supongo que recibiría mi carta y atribuyo el que no me haya contestado a que no haya hecho labor de crítica literaria. Si es así, nada tengo que objetar, pero si tiene trabajos de esta índole, le agradeceré me la envíe para incluirlo con conocimiento de causa en dicha obra.
Si en algo le puedo ser útil por aquí, disponga incondicionalmente de mí.
Su afmo. compañero
José Mª de Acosta
De la Argentina me han enviado más de 70 fichas bio-bibliográficas. De Chile y de otras repúblicas americanas, muchas.

Acosta, José María de

Carta de Carlos Quijano, 28/2/1926

París, 28 de febrero de 1926
Señor don José Carlos Mariátegui,
Revista Mundial,
Lima, Perú.
Estimado compañero:
Tengo el honor de comunicar a Ud. que en su sesión del 20 de febrero, la Comisión Directiva de la Asociación General de Estudiantes Latino-Americanos de París, resolvió por unanimidad nombrar a Ud. su Socio Corresponsal en Perú.
Adjuntos envío a Ud. los Estatutos y demás documentos pertinentes, que le informarán sobre las finalidades y organización de la Asociación y los deberes de los Socios Corresponsales.
Me permito rogarle quiera comunicarme, tan pronto le sea posible, si acepta o no la designación en Ud. recaída.
Esperando una respuesta afirmativa, saludo a Ud. en nombre de la Comisión Directiva y en el mío propio
fraternalmente
Carlos Quijano
Secretario General

Quijano, Carlos

Carta de Alfonso Reyes, 19/2/1926

París, 19 de febrero de 1926
Alfonso Reyes saluda a su amigo José Carlos Mariátegui, le da las gracias por el amable envío de La Escena Contemporánea, da la más calurosa bienvenida al libro, felicita al autor, y se felicita de recorrer este claro panorama de intereses palpitantes.

Reyes, Alfonso

Carta de Guillermo de Torre, 16/2/1926

[Madrid] 16 de febrero de 1926
Sr. D. José Carlos Mariátegui
Lima (Perú)
Distinguido compañero:
Por dos conductos diferentes —uno, el de nuestro común amigo argentino Oliverio Girondo–– y otro, el de un escritor peruano, residente en Madrid–– llega a mi conocimiento el artículo de Variedades que Ud. ha tenido la espontánea gentileza de dedicar a mi libro crítico. Mil gracias por los conceptos elogiosos y aun por los que no son tales. Me gustan las objeciones y refutaciones. Las de U. quizás sean certeras en algunos puntos, menos atinadas en otros. Pero todo esto habría que discutirlo con vehemencia y tranquilidad al mismo tiempo. Mas estamos lejos, el tiempo falta, sería muy difícil que nos aproximásemos... Con todo, si llego a Buenos Aires, como pienso, ya le hablaré desde allí.
El agradecimiento, la simpatía intelectual y los saludos de su compañero.
Guillermo de Torre
Correspondencia: Av. Pí y Margall, 7, 8. Madrid (12)

Torre, Guillermo de

Carta de Carmen Tortola Valencia, 19/5/1917

Oviedo, 19 de mayo de 1917
Amigo Juan:
Desde aquí un cariñoso saludo a Ud. y todos los simpáticos amigos que tanto admiro en aquella deliciosa capital. Perdone por lo de Manko Kaputh pues tuve que crear algo interesante de esas lejanas tierras de América del Sur.
Si se publica algo de mí allá, mándemelo a mi su casa
Mallorca 301, 1º 1º
Barcelona

Un fuerte apretón de manos
suya afma.
Tórtola Valencia

Valencia, Carmen Tórtola

Carta del Touring Club Italiano, 3/5/1924

Milano, 3 de mayo de 1924
Il.mo Señor José Carlos Mariátegui
Casilla 2107
Lima (Perú)
Ilustre Señor,
El cav. Palmiro Macchiavello Gonzales, Cónsul General del Perú en Génova, nos ha dado su nombre como el de una persona particularmente apta por sus dotes de ingenio y de cultura, para asumir un cargo que interesa vivamente a esta Presidencia y que tiene gran importancia para el fin de acercamiento espiritual de Italia, con las gallardas repúblicas sud-americanas.
He aquí, brevemente, qué es lo que deseamos de Ud:
Desde Enero de 1924 el Touring Club Italiano, la mayor asociación nacional que cuenta con más de 270.000 socios, ha iniciado la publicación de una edición para la América Latina de su propia revista mensual Le Vie d’Italia. Esta última es la mayor publicación periódica italiana, que tiene una vastísima difusión y lejos de toda preocupación política o religiosa se ha propuesto el fin de hacer conocer Italia (en su pasado, presente y porvenir) a los italianos. Desarrollan análoga acción Le Vie d’ Italia e dell’America Latina, con un programa de ilustraciones, cuyas direcciones se resumen en el Memorial, del que le enviamos algunos ejemplares.
Hasta hoy nuestra labor para coleccionar artículos y material ilustrativo a publicarse en la Revista ha consistido principalmente en enviar cartas a un gran número de escritores latino-americanos o italianos, en las que pedíamos colaboración, señalando algunos argumentos que mayormente nos interesaban y que al mismo tiempo entraban en el campo de los que generalmente tratan los escritores a quien nos dirigíamos; a cada carta adjuntábamos un memorial en italiano, español o portugués en el que se indicaban las direcciones a las que debían atenerse los escritores para que la Revista resultara lo más armónica posible y tendiera toda ella al fin concebido por nosotros de valorización de los dos países.
Como bien puede Ud imaginarse, de las muchísimas personas invitadas (más de 400) muchas no han contestado, algunas contestaron evasivamente, otras prometieron artículos para un futuro más o menos próximo y una parte de estos escritores envió artículos en condiciones tales de no poder ser publicados (por no adaptarse al género de la revista, o faltos de material ilustrativo o por otras razones), otros en cambio eran interesantes y apropiados y son los artículos que hemos publicado o estamos por publicar.
Con todo, nos ha parecido que no sería posible dar a la Revista el deseado impulso y hacerla surgir en breve como órgano eficaz de valorización de los países de Sud-América, si no se hubiera encontrado al menos en los mayores centros de italianidad de esos mismos países (Lima, Buenos Aires, S. Paulo, etc.)una persona que se encargara de lo siguiente:
1°- Pedir la colaboración de las personas interpeladas ya por nosotros.
2°- Conseguir nuevos colaboradores y colaboraciones
3°- Elegir el material enviado por estos colaboradores a fin de evitar la publicación de artículos no adeptos ni dignos de ser publicados en Le Vie d’Italia e dell’America Latina.
4°- Recoger material (datos, documentos, ilustraciones), de los colaboradores que no estén en grado o no disponen de tiempo para extender artículos, o enviarlos a la redacción del periódico.
5°- Enviar propios artículos sobre argumentos de particular conocimiento y competencia. Se trataría, en resumen de confiar a Ud. en Lima una especie de tutela de nuestros intereses por lo que se relacione a los artículos a publicarse en la Revista que se refieren al Perú.
Bien entendido que nosotros continuaremos invitando a la colaboración a todas las personas que nos vengan señaladas como particularmente competentes en los síngulos ramos de lo escible, informando a Ud. de las invitaciones hechas por nosotros directamente, para que eventualmente pueda Ud. cumplir su obra, ayudándonos en nuestros pedidos. Por otra parte, Ud. podrá directamente invitar a colaborar en la Revista a personas de su conocimiento, asegurándole que los artículos serán publicados siempre que respondan al espíritu y dirección de la Revista que están claramente expuestos en el citado Memorial.
Lo que nos parece mayormente difícil es ésto: obtener escritos que no tengan carácter general y no pretendan resolver en 4 ó 5 páginas problemas para cuya solución o ilustración se requieren volúmenes, sino que sean breves pero substanciales y traten argumentos muy particularizados que deban ser profundizados de modo que puedan contener noticias interesantes, nuevas y curiosas.
No pedimos que sea impecable el estilo de los artículos, ni tampoco que la forma sea periodísticamente apropiada para la publicación; nosotros podemos ocuparnos de retocarlos de manera que puedan asumir uno y otro. Lo que es indispensable en cambio, es que las noticias dadas sean numerosas, exactas, curiosas e interesantes y las fotografías bellas y abundantes. Como Ud. bien comprende es fácil volver interesante lo que es árido, pero ciertamente no es posible hacer lo mismo con artículos de interés puramente literario, retóricos, genéricos, etc.
Nosotros sabemos, nos permita decirlo, que Ud. vive de su trabajo de periodista y de escritor, y comprendemos muy bien que cuanto le pedimos requiere una prestación suya que supere los límites aunque vastos de su reconocida generosidad. De manera que nos complaceremos en reconocer la fatiga que Ud. querrá cumplir para nosotros y nos parece que al respecto no nos será difícil entendernos para un compenso al acto de envío de cada artículo o para una retribución fija por su trabajo. Ciertamente no podremos hacer mucho, dada la condición del cambio, pero no podemos permitir que estén a cargo suyo los gastos que se ocasionen. Ud. deberá por lo tanto, tener la amabilidad de hacernos saber si le es posible concedernos su propia obra en los términos indicados, y si su contestación fuera favorable, le rogamos quiera ponerse a la obra ya sea para apresurar a los retardatarios y durmientes o para recoger nuevo material.
Como documentación a la presente, le enviamos por separado y recomendado:
1°- Elenco de las colaboraciones pedidas en el Perú hasta hoy.
2°- 25 copias en italiano y 25 en español del Memorial.
3°- 5 ejemplares de las cinco entregas publicadas, para que le sea posible iniciar una obra provechosa de colección de artículos. Es en efecto indispensable para obtener colaboraciones apropiadas que los autores conozcan nuestra Revista, que si en Italia es un producto singular suponemos que en América lo será más, porque creemos no haya ahí revistas de nuestro género (En Francia, en cambio, son muy comunes, como por ejemplo La Science et la Vie, La Nature).
En cuanto a lo que se refiere a condiciones con los colaboradores, Ud. tenga presente que además de reembolsar los gastos que se originen (fotografías, copias dactilográficas, gastos de correo, etc.) estamos dispuestos también a recompensar sus fatigas. Infelizmente esta recompensa no podrá ser muy elevada, dadas, repetimos, las condiciones del cambio, de cualquier forma podemos enviar extractos de los artículos publicados y a los colaboradores se les ofrece un artístico diploma de benemerencia que creemos le será grato.
Desde ya le agradecemos por cuanto Ud. querrá hacer a favor de una iniciativa cuya utilidad y superior interés han sido bien comprendidos en el nuevo y viejo mundo.
Con firme y viva esperanza que Ud. quiera aceptar nuestra propuesta, le rogamos aceptar la expresión de nuestra más distinguida consideración.
[firma ilegible]

Touring Club Italiano

Carta de Emilio Ortiz de Zevallos, 20/5/1922

París, 20 de mayo de 1922
Señor Don José Carlos Mariátegui
París
Muy señor mío:
Se ha recibido en esta legación el siguiente cablegrama oficial:
“30 — Comunique José Carlos Mariátegui ha sido repuesto en comisión propaganda que tenía. Salomón”.
Que me es grato transcribir a Ud para su conocimiento y demás fines,
Dios guarde a Ud.
Emilio Ortiz de Zevallos

Ortiz de Zevallos, Emilio

Carta de la Associazone Artistica Internazionale in Roma, 21/11/1921

Palazzo Patrizi - Via Margutta 54
Roma, 21 novembre 1921
Al Signor
José Carlos Mariátegui
Legazione del Perú
Ho l'nore di partecipare alla L,V, che quest Associazone, accogliendo favorevolmente la di Lei demanda, ha iscritto il suo nome nell'albo sociale: Socio Effectivo Amatore.
Coi sensi della maggiore osservanza
Il Presidente
Rafaello Ojetti

Ojetti, Raffaello

Tarjeta Postal de Moranteu, 15/9/1921

Sr.
José Carlos Mariátegui
Legazione del Perú
Roma-Italia
Envío de P. Moranteu
París 15-IX/921
Mi apreciado amigo:
Lo saludo como siempre deseándoles tanto (…) lo mismo q. a su recordada señora. Yo por ahora pienso decididamente quedarme en París, cerrar los vientos que corren.
Creo así como una vez tuve la firme resolución de venirme fuere como fuere, ahora tengo la misma resolución para decir que me (…) al menos un año, pasado el cual iré a EEUU.
Acabo de saber que las postales se franquean con 35 (…) me excusarán si las anteriores han ido mutiladas.

Moranteu

Tarjeta Postal de P. Carpio O. P, 11/5/1920

Bologna, 11 de mayo de 1920
Sr. José Carlos Mariátegui
Corso d’Italia N. 29
Int. 4°
Roma
Sig. José Carlos Mariátegui
Estimadísimo amigo:
Ayer dejé por fin y no con poca pena la bella ciudad de Dante y Beatriz como dicen algunos, aunque para mí también se la podría llamar muy bien la ciudad de Fr. Angélico y de Savonarola. Aquí llegué a las 6 1/2 p.m., e inmediatamente me llegué a venerar la tumba ilustre del amoroso drudo della fe cristiana, como dijo l’Alighieri, de mi gran P. Santo Domingo. Hoy he dicho la misa ante sus inmortales despojos haciendo especial recuerdo de todos mis amigos y conocidos; al hacer esto yo siento mucha satisfacción, y me parece cumplir con un grave deber. Mañana es la fiesta de otra gran santitá de Bolonia, dominica, luego fiesta de una Madonna muy amada de los bologneses. Después partiré. Le saluda muy afectuosamente el
P. Carpio O.P.

Carpio O.P, P.

Tarjeta Postal de P. Carpio O. P, 19/5/1920

Torcello (Venezia), 19 de mayo de 1920
Sr. Carlos Mariátegui
29 Corso d’Italia
Roma
Estimadísimo amigo:
He venido a este saccello con due confratelli ¡y en góndola! Recibí ayer su expresso a Bologna.
Recordándolo siempre, le mando mis recuerdos y saludos afectuosos con sincero deseo de todo bien.
Su afmo.
P. Carpio O.P.

Carpio O.P, P.

Carta de la Agencia Mundial de Libreria, Sin Fecha

Sin Fecha
Agencia Mundial de Librería
14, Rue des Saints-Pères
París (7e)

Muy Sr. nuestro:

Inspirados en el mejor deseo de ayudarle en la labor cultural que lleva Ud. emprendida y ensanchar el campo de éxito que nuestras obras han conseguido en esas Américas, nos permitimos acompañarle nuestro Catálogo en la seguridad que en él encontrará libros de máximo interés para su numerosa clientela.

Con el mayor gusto y prontitud le remitiremos cuantos pedidos se sirva pasarnos o en caso de que mejor crea conveniente le consignaremos obras de nuestro fondo.

Nuestras condiciones de venta son las generales a todas las casas editoriales o sea el 33% de descuento sobre el precio fuerte y giro tres meses fecha factura, o a su conveniencia.

Le rogamos tenga a bien darnos su autorización y cantidad para el envió de novedades y tenga bien en cuenta, dado que el depósito principal radica en Barcelona, nuestras expediciones disfrutan de la tarifa postal española que como Vd. ya sabe es muy reducida.

Como los deseos que tenemos es el de dar las mayores facilidades posibles a nuestros clientes para la propagación de nuestros libros y conocimiento de esta su casa, en los pedidos mayores de Pts. 200 le haríamos el descuento del 40%.

Sin otro particular y en la espera de sus gratas noticias nos repetimos de Ud. atentos y S. S.

Agencia Mundial de Librería

Agencia Mundial de Librería

Carta a Victoria Ferrer, 18/3/1920

Roma, 18 de marzo de 1920
Victoria:
No me ha venido ninguna nueva tuya. Te escribo hoy para enviarte otra remesa destinada a resarcirte un poco de tus últimas estrecheces. Habría querido indemnizarte mejor; pero no me ha sido posible. La vida aquí es demasiado cara para los extranjeros. Y más para los extranjeros que, como yo, tienen que satisfacer, junto con las necesidades de la vida física, las necesidades no menos imperiosas de la vida intelectual.
Conforme a tu deseo, he escrito a Santillana. Aguardo su respuesta. No creo que tenga inconveniente para aceptar su designación.
Me interesa saber si te han llegado oportuna y prontamente mis anteriores remesas y mis varias cartas. Por mis simples cartas me preocupo menos naturalmente. Sé que no te pueden ser gratas y queridas como te habían sido en otros tiempos. Pero siempre me disgustaría que alguna de ellas se hubiera extraviado o rezagado.
El cheque es por doce libras esterlinas (Twelve pounds sterlings). Girado en la misma forma que los precedentes.
Dame muchas noticias de María Gloria. (¿Porqué no María Gloria en vez de Gloria María?). Dame también noticias de tu salud que anhelo hayas recuperado plenamente.
Cuida de acusarme recibo de todas mis cartas indicándome, por supuesto, sus fechas.
Saluda a los tuyos expresándoles mi buen recuerdo.
Con muchos besos para la bambina y uno para ti —si tú gustas— se despide de ti hasta la próxima, muy afectuosamente
José Carlos
P.D. Con la anterior te remití unas postales. Que Beatricita, a quien renovarás mis recuerdos, excuse la molestia de cobrar el cheque.
Vale.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de César Moro, 7/1928

Respuesta dirigida al Gerente de la revista Amauta por la publicación de sus poemas:
París, julio de 1928
Gerente:
Has publicado mis poemas de una manera infame. Llenos de errores, sin los espacios marcados y suprimiendo líneas enteras. Pero a quién reclamar en Amauta? Merecías... pero es que mereces algo? Sigue publicando Peralta, Varallanos o Avellanos, de los Prados, mesas, catres, y roperos. Amauta es una revista histórica. El mejor jabón: Reuter! Específico sin rival para el pelo. Viva el tricófero de Barry! Abajo las pastillas rosadas del Sr. Richards! "Después de la función sírvase ud. pasar al Palais Concert".
Bueno, basta de chunga, Amauta es una revista con probabilidades.
Viva la Giunguina Laroche!!!

Moro, César

Carta de Manuel Ugarte a Miguel Adler

Niza, 16 de junio de 1929

Estimado compañero,
Gracias por el envío de su Repertorio Hebrero. La admirable revista fundada por Ud. Trae un soplo de redención que urge difundir, porque coincide con las directivas actuales de la juventud en el orden nacional e internacional. El espíritu nuevo que empieza a animar la vida de cada una de nuestras repúblicas rechaza los prejuicios egoístas y los odios tradicionales y tiene a alcanzar la más amplia reconciliación de todos los habitante de nuestra América bajo el signo de la justicia y de la solidaridad. Estoy de corazón con ustedes. Todas mis felicitaciones en un cordial apretón de manos.
Manuel Ugarte

Ugarte, Manuel

Carta de Gabriela Mistal para Miguel Adler

Francia,
7 Set. 29

Gracias, Sr. por la revista y la carta. Sí yo tengo un viejo interés, no enfriado por el tiempo, hacia la cultura judía. Así, pues, no es indiferente para mí el que Ud. [...] allí lo suyo. ¿Ya no se publica aquella gran revista hebrea de B. Ars?
Cuando tenga tiempo, le mandaré algo. Si tardo no será [...] sino ocupaciones de otro orden.
Ruego mantener la dirección para esta, del que, no definitiva sino temporal.
Les saluda afectuosamente.

Gabriela Mistral.

Mistral, Gabriela

Carta de César Falcón, 12/9/1926

26, Bellevue Road,
West Ealing
London, W.13
12 de setiembre de 1926
Querido José Carlos:
Aquí va otra carta mía, sin tener aún respuesta de mis tres últimas. No importa, sin embargo. Leo con frecuencia tus artículos en Mundial y Variedades y ellos, aunque imprecisamente, me comunican contigo. Pero ahora no podemos reducirnos a esta comunicación incongruente. Escríbeme, pues, muy pronto y con frecuencia.
Hoy te mando los primeros papeles impresos sobre el semanario. Muy pronto te enviaré otros, otros más luego y todos los demás hasta su completa organización. Estamos trabajando afanosamente en este proyecto, porque, en realidad, no se trata del semanario mismo, sino de nuestra propia organización política. Ya te lo dije en mi carta anterior.
Todo el plan ideológico y administrativo de él ha sido trazado con tal fin. Historia Nueva debe ser el órgano de un núcleo orgánico en cada país nuestro, y más tarde, cuando completemos su organización, en cada ciudad, en cada pueblo de nuestros países. Por lo pronto estamos formando un grupo de redactores y colaboradores en cada país hispanoamericano y en cada región de España. Así, por virtud del trabajo en común, se conseguirá la unión y el acuerdo de cuantos hombres tenernos la emoción del ideal de nuestro resurgimiento como conglomerado racial.
Los papeles adjuntos te dirán claramente cuál es el principio básico del periódico Está expresa­ do en síntesis, mas, a pesar de ello, con la amplitud indispensable para ser un eficiente punto inicial de vinculación y trabajo. Pero como esto solo no sería suficientemente eficaz, nos hemos ocupado de engranar el propósito en un bien combinado régimen administrativo. Historia Nueva tendrá en cada país hispánico de América y en cada región española un redactor absolutamente responsable y libre- dentro, claro es, del principio ideológico del semanario-- a cargo de la sección correspondiente y, en torno de él, un grupo de colaboradores.
En los papeles sucesivos verás cuál debe ser el carácter, modo y finalidad de las informaciones y colaboraciones. Las informaciones deberán ser muy sucintas y reflejar, en lo posible, la vida nacional en sus aspectos más importantes. Las colaboraciones deberán tener un cierto carácter técnico, ilustrativas de las informaciones, para dar así una visión profunda y autorizada de cada problema, de cada asunto.
Ahora estamos recibiendo las listas de colaboradores. Organízame la del Perú. Háblale y compromete a un número amplio de personas, porque, como tú comprenderás, el Perú es nuestra preocupación dominante. Conforme a nuestro plan, necesitamos colaboradores en todos los sectores de la actividad y los problemas nacionales para dar siempre artículos eficientes sobre cada tema.
Mándame enseguida, en cuanto la organices, -y organízala en el día- la lista de colaborado­res peruanos, porque la necesitamos con mucha urgencia para imprimir los cartelones de anuncio.
Esta semana ha quedado Caro en enviarme los originales de la novela. Al fin he conseguido decidirlo a devolvérmelos. Te los enviaré enseguida. Debo hacerle un prólogo. Pero, para ganar tiempo, te mandaré la novela y el prólogo irá después.
Mi mujer me encarga saludarte con todo su afecto, así como a la luya y a los niños (ya he visto al joven Sandro hecho un personaje e indiferente al recuerdo de su histórica excursión por el Danubio).
Con la expresión de mi cariño para los tuyos, te abraza fraternalmente.
César
Te repito mi vehemente petición de todas mis cartas: escríbeme enseguida.

Falcón, César

Carta del Touring Club Italiano, 6/2/1925

Milano, 6 febbraio 1925
Il.mo Señor José Carlos Mariátegui
Casilla de Correo 2107
Lima
Le agradezco vivamente su muy cortés del 1º diciembre y hago votos por un pronto y completo restablecimiento de su salud. Me parece que la propuesta que Ud. nos hace sea verdaderamente interesante y que se pueda evitar de recurrir a la intervención del distinguido señor Camacho. Para nosotros sería suficiente que Ud nos pudiera enviar como promete, cada dos meses, un artículo respecto a algún particular menos conocido de la vida económica, del paisaje, del arte del Perú eventualmente solicitar de alguna otra persona, colaboraciones que llegaran a nosotros por trámite suyo.
Eso le expresa a Ud que no deseamos mas, también porque el espacio disponible no es mucho y las Repúblicas de Sud y Centro América son numerosas, de manera que no nos sería publicar mas de un artículo cada mes respecto a argumentos peruanos.
De acuerdo por la retribución a que Ud alude. Nos permitimos informar a Ud. que a un distinguido joven que fue colaborar en nuestra Revista, el señor Humberto Solaro, que hace tiempo se fue al Perú, lo hemos encargado de enviarnos algún artículo: sería muy oportuno que Ud lo viera, para saber que el lo que entiende hacer y evitar así interferencias. Su dirección es: Calle Mercaderes 438 (cuchillería Juan Bet) Lima.
Le recomiendo mucho que los artículos ilustren argumentos muy particulares. Preferimos en efecto a los escritos de carácter general, aquellos que ilustran un particular aspecto y especialmente los que se ocupan de actividades económicas dado que en el Perú sucede casi lo que los italianos lamentan por su propio país todos conocen en efecto la tierras de los Incas, todos elogian los monumentos del Cuzco, pero bien pocos conocen las minas, las industrias, los ferrocarriles, los comercios que aseguran la prosperidad de ese país. Lo que no quita que también de arte se pueda hablar, pero precisamente se desearía que también en este campo, como nosotros hacemos por Italia, se tratará respecto a algo poco conocido, como por ejemplo ilustrar los particulares de algún grupo de ruinas o aquella civilización sucesiva a la conquista que es de tan grande interés y tan poco o mal conocida.
Por lo demás, dado que cuanto nosotros le pedimos no tiene carácter de recíproco empeño, nos será ciertamente posible en adelante, fijar siempre mejor las líneas de esta importante colaboración.
Renovando nuestro agradecimiento, quiera aceptar con nuestro vivos augurios, las expresiones de nuestra distinguida consideración.
El V. Presidente
[Firma no Descifrada]

Touring Club Italiano

Carta al Encargado de Negocios de España, 4/2/[1929]

[Lima] 4 de febrero de [1929]
Señor
Encargado de Negocios de España
Ciudad
Muy señor nuestro:
Devolvemos a Ud. el impreso que sirvió remitimos para llenarlo con los datos que puntualiza, manifestándole que así lo hemos hecho con el mayor agrado.
Con saludos quedamos de Ud. attos. y S.S

Sociedad Editora Amauta

Carta a Mensajero de la Literatura Extranjera, 23/6/1928

Lima, Perú, 23 de junio de 1928
Mensajero de la Literatura Extranjera,
Moscú
Queridos camaradas y colegas:
Hemos recibido los números 1 y 2 de sus revista, órgano del Pleno de los escritores revolucionarios proletarios, y reproducimos en nuestra revista Amauta, traducidos al español por el camarada Miguel Adler, el prólogo de Lunacharsky, así como la reseña del Pleno del congreso literario.
Como la censura en el correo nos priva en la actualidad de todo contacto con el exterior, esperamos continuar recibiendo mensajero, para lo cual pueden usar esta dirección:
Ricardina Romero
Avenida Bolívar 332
Lima Perú
Sud america
Con un fraternal saludo comunista para todos los camaradas obreros e intelectuales, ofrecemos incondicionalmente nuestros servicios, deseando que nuestras relaciones no sean interrumpidas.

Martínez de la Torre, Ricardo

Carta de César Falcón, 8/5/1929

Madrid, 8 de mayo de 1929
Sr. D. José Carlos Mariátegui
Sagástegui, 669
Lima, Perú.
Mi querido amigo y compañero:
Me permito recordarle mi solicitud de un original suyo para nuestra sección editorial. Historia Nueva ha clasificado sus ediciones en los siguientes epígrafes; Estudios y Crítica para toda clase de libros de ensayos literarios, filosóficos, científicos, etc. y de crítica; La Lucha contra el Imperialismo, para obras destinadas a estudiar y combatir la expansión imperialista en nuestros pueblos; La Política, para obras esencialmente políticas; La Nueva Literatura, para obras expresivas de las nuevas modalidades literarias hispánicas; La Novela Social, para novela con una emoción o una tendencia social y Biografías para una serie de biografías de las figuras representativas de nuestros pueblos y de nuestra historia. Todas estas denominaciones y definiciones se refieren naturalmente, a obras esencialmente hispánicas y de temas y autores hispánicos.
Como nuestro propósito es desarrollar simultáneamente las colecciones indicadas en estos epígrafes, un original suyo, para cualquiera de ellos nos favorece igualmente. Le ruego, por esto decirme si podemos contar con un libro suyo e indicarme su índole y su título para anunciarle con eficacia.
Las condiciones económicas generales de todas nuestras ediciones son el diez por ciento sobre el valor de cada ejemplar, liquidándose los primeros mil ejemplares al publicarse la obra. El número de ejemplares de la primera edición depende, naturalmente de la índole del libro.
Mucho le agradecería una pronta respuesta.
Le saluda afectuosamente su buen amigo y compañero q.e.s.m.
César Falcón

Falcón, César

Carta de Ramón Gómez de la Serna, SF

[Madrid] s.f
Sr. D. José Carlos Mariátegui
Mi admirado amigo:
perdone que no envíe original y sólo me congratule de sus triunfos. La lucha por la vida ha de agitar todo mi tiempo para llevar una existencia algo airosa. El trabajo ha de ser muy numeroso y todo con orientación urgente para que no pierda su inspiración ni claudique jamás.
Queda su devoto que estrecha su mano y una a una la de esos aguerridos amigos.
[Firma de Ramón Gómez de la Serna]

Gómez de la Serna, Ramón

Tarjeta de Piero Pillepich

S/C Fiume
Italia
Por ser el que con más ahínco divulga la literatura de Hispanoamérica en Italia, ruega le atiendan citando de vez en cuando sus ensayos.
[sin firma]

Pillepich, Piero

Carta a Xavier Abril, 6/5/1927

Lima, 6 de mayo de 1927
Señor Xavier Abril
Madrid.
Querido y recordado Xavier:
Contesto sólo hoy sus dos cartas, una del 16 de noviembre y otra del 30 de diciembre, por un exceso de trabajo que frustra mis mejores intenciones de puntualidad epistolar. Ud. sabe además que este trabajo exorbitante pesa sobre una salud muy resentida e inestable.
Pero debe Ud haber recibido, como un mensaje, desde que está Ud. en Madrid, Amauta. Los siete números publicados después de su partida le han sido remitidos. Creo que en cuatro de ellos está presente su firma
Tengo aún por publicar algunos poemas de Ud. Publicaré uno en el próximo número y los restantes en el siguiente. Ud. sabe bien que su colaboración me es muy estimada.
De Oquendo, de Lora, de Edil. Zuleta y de algún otro de los que Ud. nombra he recibido y publicado colaboración. Julio Castillo estuvo a visitarme y anunciarme la suya; pero no ha vuelto. Enrique Peña me ha traído algunos poemas que saldrán próximamente. No crea Ud. que me dejo influir por sugestiones de grupo o de personas. No conozco cabalmente a todos los nuevos, pero me parece difícil que alguno de verdadero y revelado valor no tenga su sitio en mi estimación. Mas no puedo ser un crítico agnóstico. Rechazo la idea del arte puro, que se nutre de sí mismo, que conoce únicamente su realidad, que tiene su propio y original destino. Este es un rito de las épocas clásicas o de remansamiento; no de las épocas románticas o de revolución. Por esto, entre un ensayo vacilante, pero de buena procedencia de épica revolucionaria, y un mediocre producto de lírica de exorbitante subjetivismo, prefiero siempre al primero.
Amauta ha ganado hasta ahora su batalla. Esta es una segunda fase: la de su estabilización y desarrollo. La necesidad de sostener una difusión amplia, con alto gasto de tiraje y correo, nos ha movido a la constitución de una pequeña sociedad editora, cuyas bases están en el No. 8 (Con un error: las acciones son de 5 no de l0 lp.).
Mándeme siempre notas, prosas breves. De Ud. y de otros. Salude a Guillermo de Torre y pídale algo para Amauta que es ya una tribuna hispano-americana. Va a todos los países de Hispano-América.
A Valle, a quien también soy deudor de una respuesta, le escribo por este mismo correo.
Bazán lo recuerda con mucho cariño.
Y yo lo abrazo cordialmente
[Firma de José Carlos Mariátegui]
P.S. con Pablo he charlado una mañana muy cordialmente. Me ha prometido venir nuevamente. Lo espero.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de la revista Der Sturm, 28/2/1927

Berlin, den 28, 2. 1928
Redaktion Amauta, Lima/Peru
Wir bitten höflichst um schnellste Nach, lieferung der uns fehlenden Nummern Jahrgang I no. 1 und 2 Ihrer Zeitschrift “Amauta”.
Zu Gedendiensten stest gern bereit
Hochachtungsvoll
Verlag Der Sturm G. M. B. H.

Editorial Der Sturm

Tarjeta Postal de Vitalis J. Kontovt, 8/10/1930

Mosca 8 de octubre de 1930
Muy señores míos,
Quedaría muy grato si me enviase una copia de muestra de Amauta.
Sírvase aceptar los saludos de su affo
Vitalis J. Kontovt
Moscou U. R. S.S Centre Machkov per 8 x18

Kontovt, Vitalis J.

Carta de House of Press, 10/11/1930

Leningrad (USSR) the 10 november 1930
Dear sirs,
By the present we are kindly asking you to send us one specimen - copy for a Newspaper-Exhibition: "The Universal Press of all Nations". to the following address. Thanking you in advance.
We remain, dear Sirs, yours very truly.
Office House of Press
Our address:
U.S.S.R LENINGRAD, 11
Fontanka, 7.
Dom Pechati (House of Press)

House of Press

Carta de Editorial Cenit S.A,9/6/1930

Madrid, 9 de junio de 1930
Sociedad Editora "Amauta"
Apartado de Correos 2107
Lima (Perú)
Estimados amigos:
Llegó a nosotros la terrible e inesperada noticia de la muerte de José Carlos Mariátegui cuando teníamos puestas en él todas nuestras esperanzas para una colaboración eficaz y entusiasta en la propagación de nuestra empresa por América. Como nosotros sentimos este golpe creemos que el mejor homenaje que podemos rendirle es el de perseverar en la labor a la que él dio su vida.
Nuestra Factura 234: seguimos sin poder aclarar lo sucedido con el envío correspondiente a esta factura. Para mayor dificultad no aparece en nuestro archivo los recibos de certificados de aquellos días. En cuanto a la posible equivocación de dirección de que nos hablan por coincidir esto con la exposición de las obras a que hacía referencia nuestra factura en los escaparates de la librería Rosay de esa, no es posible no tener nosotros conocimiento de la existencia de tal librería hasta que hemos recibido la carta de Uds. Si ella recibe libros serán por conducto de la Compañía Ibero Americana de Publicaciones, En vista de las dificultades con que se tropieza para aclarar esto y teniendo encuentra el hecho cierto de no haber recibido Uds. los paquetes, decidimos anular nuestra factura nº 234 descargando el importe de pesetas 549 de su apreciable cuenta.
NUESTRA LETRA NÚMERO 78 DE PESETAS 1.086: les insistimos a Uds. en cuanto les decíamos en nuestra carta del 18 de abril sobre los perjuicios que nos ha ocasionado la devolución de este efecto. Pueden Uds. girarnos inmediatamente esa media parte que el banco no aceptó y el resto después cuanto antes le sea posible.
Esperando sus noticias quedamos suyos affmos. amigos
q.e.s.m
Editorial Cenit, S.A
Gerente

Editorial Cenit

Carta de Editorial Cenit, 18/7/1930

Madrid,18 de julio de 1930
Sociedad Editora Amauta
Apartado 2107
Lima - Perú
Muy Sres. nuestros:
A su debido tiempo fue en nuestros poder su atta. 10 de junio último y en vista de sus manifestaciones les adjuntamos extracto de su apreciable cuenta, cerrado a la fecha, que como verán arroja un saldo a n/favor de pesetas 1.917,75 (mil novecientos diez y siete pesetas con 75/00).
Para reembolsarnos de este saldo, pondremos mensualmente un giro en circulación a S/respetable cargo por Ptas. 300, a 30 d/v hasta su total cancelación, y los gratos pedidos que en adelante se sirvan pasarnos, se los giraremos a los 6 meses fecha factura, según tenemos convenido.
Confiamos en que será de su agrado y conformidad la forma que damos para la cancelación del saldo pendiente, y en espera de sus noticias a este respecto no es grato reiterarnos como siempre de Uds. attos. ss. ss.
Editorial Cenit

Editorial Cenit

Carta de Carlos Deambrosis Martins, 7/2/1930

Talence, febrero 7 de 1930
Sr. Administrador de Amauta
Lima, Perú
Distinguido Sr. Administrador:
Haciendo referencia a mis anteriores del 23, diciembre, 1929; y 14 de enero de 1930, tengo el honor de remitirle una colaboración original de M. Henri Barbusse:
La Vuelta
Valor: Doscientos francos franceses, en giro sobre París y al nombre de M. Henri Barbusse, mi representado.
Espero sus apreciables noticias, y soy su muy atento y obsecuente servidor.
Carlos Deambrosis Martins
2,Place Armand Fallières
Talence, Gironda, Francia

Deambrosis Martins, Carlos

Carta de Francisco García Calderón, 13/7/1929

París, 13 de julio de 1929
Estimado compañero:
Mucho le agradezco el envío de su libro que ha interesado vivamente.
Estoy casi siempre de acuerdo con Ud cuando estudia los diversos aspectos del problema indígena y ofrece soluciones. Me separo en otros puntos, como Ud. ha de suponerlo, sobre todo en lo que se refiere a la implantación del marxismo como panacea en un país como el nuestro sin capitalismo, sin industrias, de organización semi feudal.
Me parece muy importante el esfuerzo que ha realizado Ud. En el se patentizan altas cualidades de pensador y de escritor.
Le saluda su affmo compañero y S.S
Francisco García Calderón

García Calderón, Francisco

Carta de G. P. Paravia & C., 10/10/1929

Torino, 10 ottobre 1929
UC. cm.
Spett. Libreria
Minerva
Lima
Dall'esame della nostra contabilità risultano tuttora scoperte le nostre fatture 254 - 41 e 182 per l'importo complessivo di L. 339.20.
Vogliate cortesemente invendute presso di Voi e nel contempo vogliate inviarci contanti l'imperto di quelle edizioni che risulteranno vendute.
In tale attesa, con anticipati ringraziamenti, cogliamo l'occasione per ben salutarvi.
G. B. Paravia & C.
Società Anonima
Un Direttore Generale

G. B. Paravia & C.

Resultados 151 a 200 de 213