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Glusberg, Samuel Ideologías Políticas
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Carta de Samuel Glusberg, 19/11/1929

Buenos Aires, 19 de noviembre de 1929
Mi querido Mariátegui:
Hace dos días que nuestro amigo Waldo Frank está en Chile. De allí piensa ir a Bolivia por el camino de Antofagasta, de Bolivia al Cuzco y del Cuzco a Lima. Supone que estará con Ud. en los primeros días de diciembre. El hombre se ha ido muy cansado después de 21 conferencias en cinco semanas. Tenía el propósito de no dar conferencias en Santiago. Pero se me ocurre que no podrá evitarlas del todo. En Bolivia se ha comprometido a dar una. Es cuestión de que Ud. lo ayude en Lima para que no lo comprometan a más de tres. Le recomiendo muy especialmente las siguientes: Relaciones interamericanas, Profetas del arte norteamericano y “El ideal americano”. El ciclo a que pertenece esta última conferencia es formidable. Pero no creo que lo pueda desarrollar íntegro como en Buenos Aires. Una cosa importante, amigo Mariátegui, es evitarle la efusión de los amigos. Creo que fuera de Ud. muy pocos pueden interesarle realmente. Y a esos pocos es cuestión de reunirlos en una sola comida y no en varias como ha sucedido en Buenos Aires, a causa de la mezquindad de los ‘izquierdistas profesionales’. Confío mucho en Ud. y estoy seguro de que sabrá ahorrarle muchas molestias. Téngame al tanto de todo lo que suceda en Lima. Envíeme recortes de los diarios y revistas y principalmente lo que Ud. escriba. Waldo le hablará de mis propósitos de patrocinar por intermedio de L.V.L. su visita a la Argentina. Dígame cuánto dinero necesita para salir de Lima y lanzaré la iniciativa. Creo que no me será difícil conseguirlo. En cuanto a nuestro amigo Garro le mando copia de una carta que le envío por consejo de Frank. Es un poco dura. Pero no se imagina cuánta es la irresponsabilidad de Garro en este asunto de la traducción de Nuestra América. Escríbame cuando pueda y abrácelo a Frank en mi nombre. Me hubiera gustado mucho acompañarlo hasta Lima. Es preciso que Ud. venga a Buenos Aires para que sepa quiénes son sus verdaderos compañeros, quiénes pueden ayudarlo y quiénes explotarlo. Ya le escribiré más detenidamente. Mientras lo abrazo.
Samuel Glusberg

Glusberg, Samuel

Carta de Samuel Glusberg, 28/1/1928

Transcripción completa:
28 de enero de 1928
Sr. José Carlos Mariátegui
Muy estimado compañero:
Muchas gracias por su extensa carta y por los datos que me proporciona en ella. Ya recibí carta del señor Favio. Ahora estoy a la espera de su traducción de Frank que seguramente no tardará en llegarme. ¿Vio el tomo publicado por la Revista de Occidente?.
Espero la visita de Waldo Frank para mediados de este año. No cree en la posibilidad de hacerle llegar a Frank una oferta universitaria para que visite también el Perú. Escríbame a este propósito. En cuanto a la edición de un libro suyo por Babel estoy completamente a sus órdenes. Eso sí no me gusta el título Polémica Revolucionaria, me parece mejor como subtítulo explicativo pero si Ud. lo juzga insustituible no hay nada más que hacer...Publicaré su Polémica Revolucionaria. No me hago grandes ilusiones de venta. El libro de Sanín Cano no halló más que 200 compradores en la Argentina. Y es que aquí se publican 50 libros por mes de ahí que se vendan tan poquitos. Con todo, como Ud. me ofrece colocar 300 ejemplares en firma y otros 300 en consignación me animo a ordenar una tirada de 1500 ejemplares a imprimirse en España. De estos 1500 libros le haré mandar a Ud correctamente a Lima 600 volúmenes.
Usted me hará llegar el importe de los 300 colocados en firma al precio argentino de venta menor el 40% de descuento. El importe de los otros 300 le corresponderá a Ud. en concepto de derechos de autor ¿Qué le parece?. En cuanto al precio de venta si el libro pasa las 200 páginas será de pesos 2.50 sino llega a los 200: 2 pesos. Le doy todos estos detalles para una mayor comprensión. En resumen, quiero decirle que Ud solo debe responder ante Babel del importe de 300 ejemplares, los otros puede administrarlos Minerva por su cuenta.
y ahora otro asunto:
No tengo el artículo de Lugones que Ud. me pide, pero puedo encontrarlo en el Repertorio, tomo X, nº8 . Le mando en cambio un libro de Lugones titulado la "Organización de la Paz", de 1925 y una refutación de Frugerit. Quizás le sirvan. Vale la pena que Ud. incluya en su libro un capítulo refutando la ideología reaccionaria de Lugones. Eso puede interesar mucho aquí. En el Repertorio están casi todos los artículos de Lugones sobre "el gobierno de los mejores" y "la hora de la espada".
Espero el envío de los originales. No tome a mal mi objeción al título Problemas de Occidente y otro por el estilo indique tal vez con más precisión el contenido. Polémica revolucionaria es editorialmente mejor.
No recibí Amauta ni los libros que menciona. Le mando los ejemplares del libro de Jiménez Pastor. Pronto le haré llegar el Cuaderno Nº 2.
Suyo Glusberg

Glusberg, Samuel

Carta de Samuel Glusberg, 3/1927

Buenos Aires, marzo de 1927
Señor don José Carlos Mariátegui
Estimado compañero:
Hace ya mucho tiempo que deseo ofrecerle mi amistad y mi admiración por la obra de cultura que Ud. realiza en su país. Lo hago por fin ahora después de recibir el quinto número de Amauta. Pero desde la lectura de su primer artículo, que conocí por intermedio del Repertorio Americano, siento viva simpatía por todo lo que sale de su pluma. Quien primero me habló aquí de sus escritos fue —asómbrese— Leopoldo Lugones. Luego de leer su ensayo sobre La revolución y la inteligencia en la Revista de Filosofía, don Leopoldo me lo recomendó con ese entusiasmo tan suyo, cuando un escritor le gusta de veras.
Con todo, algo más que el entusiasmo de Lugones y mi simpatía me mueven a escribirle, y es mi interés por conocer un artículo suyo sobre Virgin Spain que tengo entendido Ud. publicó en la revista de la Universidad de San Marcos.
Yo soy buen amigo de Waldo Frank y llevo realizadas con éxito las gestiones para hacerlo venir a Buenos Aires, a dictar unas conferencias en la Facultad de Filosofía y Letras. Ya lo tendré al tanto de este acontecimiento porque supongo que no le es indiferente el gran americano.
Creo —y me apresuro a decírselo— que nosotros debemos curarnos de todo agregado a la palabra América. ¿Por qué llamarnos hispano, ibero o latinoamericano? Todos estos calificativos son otras tantas limitaciones. En todo caso, debemos abogar por la creación del buen americano en el sentido en que Nietzsche usaba la expresión de buen europeo. Claro que América, como dice Waldo Frank, es un concepto a crear. Pero a diario comprobamos la existencia de tan buenos americanos en el Norte como en el Sur. Y en resumen es lo mismo.
Mas no quiero adelantarle un articulejo que estoy pergeñando sobre el tema. Ya se lo enviaré en su oportunidad. Mientras, permítame felicitarlo por su inteligente labor al frente de Amauta y felicitar, por su intermedio, a Miguel Urquieta por lo que dice de Rodó en el último número. Dígale que no es el único que piensa atinadamente que el autor de Ariel es un grandioso retórico. Por suerte, somos ya una minoría razonable y vamos más lejos que Urquieta.
No creemos que la obra retórica de Rodó “bastaría para valorar las letras de América”. Ni siquiera las letras del Uruguay. Ahí están Horacio Quiroga y Vaz Ferreira. El primero aunque escritor argentino es también uruguayo de nacimiento. ¡Ese sí que es un artista de veras!
De Quiroga le envío con este correo tres libros de cuentos que le recomiendo especialmente. Vale la pena que Ud. los lea y los comente. Claro que Quiroga, a fuer de buen artista, no hace el maestro como Palacios y otros mediocres profesores de la juventud hispanoamericante. Habría que acabar de una vez con los maestros. Son políticos fracasados que están haciendo estrategia literaria. Una vergüenza contra la que hay que reaccionar porque concluye haciendo daño en todas partes. Un ejemplo lamentable es el último libro de mi buen amigo y mejor poeta Arturo Capdevila. Aunque el libro se llama América a secas, el título responde a un concepto análogo al de los colonialistas del Norte. América, es la América Latina. Además Capdevila sin querer hace una odiosa cuestión de razas. El imperialismo yanqui es, a su juicio, peor que el imperialismo francés o italiano. Debemos contraer empréstitos "latinos" aunque sean más usurarios que los yanquis. Como si el capitalismo, lo mismo que la Iglesia católica, apostólica y romana, no fuera internacional... Pero le estoy dando la lata... Cierto que es un gustazo hablar con un hombre de talento, según dice un personaje de Dostoievski. Con todo, no hay que abusar. Sobre todo, no acaparar la conversación... Quedo pues, a la espera de su réplica. En tanto, créame a sus órdenes y aunque no estamos de acuerdo en todo (yo soy nihilista absoluto en el sentido turguenefiano y revolucionario), me gustan los hombres que aún tienen fe en los pobres pueblos embriagados de retórica patriotera. Suyo cordialmente
Samuel Glusberg

Glusberg, Samuel