Propaganda

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Carta de Guillermo Mercado, 20/3/1929

Arequipa, 20 de marzo de 1929
Sr. Dn.
José Carlos Mariátegui
Lima
Compañero José Carlos:
Al fin hoy, como le anunciaba , tengo la satisfacción de cooperar al restablecimiento económico de "Amauta" de manera efectiva. Acabamos con el compañero Rodríguez Escobedo, magnífico mozo, de hacerle un giro por el valor de Lp. 20 que las habrá hecho recoger seguramente hasta esta hora, de la Casa Milne por cuyo intermedio va a la orden de Ud.
No se imagina qué alegres estamos del pequeño esfuerzo que acabamos de hacer en pro de su revista, esfuerzo que valiente i entusiastamente secundado por los mozos pintores de Arequipa ha obtenido todo el éxito que se esperaba, como ha de verlo Ud. en los recortes que le adjunto.
Es la primera vez que Arequipa ha respondido al llamamiento de una revista doctrinaria, i es la primera vez también que los artistas se han sentido tan juntos como un puñado de seguras esperanzas venideras.
Todos, por lo menos casi todos, han contribuido con una o más obras pictóricas al mayor realce de la exposición, "pro-Amauta" de manera que el éxito, -como Ud ha de ver por el Balance que envía Rodríguez Escobedo, no se hizo esperar; pues vendidos i rifados todos los cuadros nos dieron un gran resultado. Lástima que en Arequipa hayan tan pocos pintores.
No puedo olvidar confesarle que Luis de la Jara, el simpático director de "Noticias" nos ha ayudado como ninguno, con gran inteligencia i generosidad. No habiendo un local aparente para la Exposición fue él quien la auspició cediéndonos su sala de recibo o dirección para realizarla. Así como los muchachos de la redacción de "Noticias", trabajando en toda la línea a favor de la exposición se han ganado sitio firme en nuestra amistad de trabajadores, porque bien nos lo han hecho entender que han tenido fervor i convicción en sus actos.
Es así como se comienza a ser hombre siendo peón de las grandes construcciones del espíritu.
Siendo "Amauta" con Ud. el más alto torreón de nuestras aspiraciones americanistas, no podíamos quedarnos quietos, con solo la mueca senil de la conmiseración en los labios. Teníamos que estar en nuestros sitios de trabajadores forzosamente para evitar su caída y derrumbamiento.
Por eso porque nos sentimos trabajadores de "Amauta" mejor que altoparlante amigos de "Amauta" hemos realizado este pequeño esfuerzo - imperativo mandato del deber - que nos ha llenado de máxima alegría porque sabemos que es un triunfo en favor de la causa de la libertad i del espíritu.
Su compañero.
Gmo. Mercado
P.D. Escribe a Ud. Rodríguez E.

Mercado, Guillermo

Carta a José Malanca, 12/12/1928

Lima, 12 de diciembre de 1928
A José Malanca
E.P.M.
Querido amigo y compañero:
Antes de que Ud. se embarque, con el penúltimo abrazo, queremos darle mandato expreso de representar a Amauta y Labor en los países que Ud. visite, a comenzar por Estados Unidos, donde hasta hoy no hemos tenido sino una que otra agencia episódica.
Ud. no necesita credencial para representar a Amauta, siendo como es un espíritu tan solidario con nuestra obra; pero es preciso que una carta lo acredite para cuanto concierne a la organización de una más extensa difusión de nuestra revista.
Le encargamos particularmente encargar en Nueva York a la Librería Brentano y a alguna otra de público latino-americano la venta de la revista y sus ediciones, sobre la cual acordamos una comisión de 25%. El precio de la revista en el extranjero es de 25 centavos de dólar.
Que esta carta sea también el testimonio de la simpatía y el afecto profundos de todos sus compañeros de Amauta.
Su devotísimo amigo y camarada
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Celestino Manchego Muñoz, 6/12/1927

Lima, 6 de diciembre de 1927
Señor doctor Celestino Manchego Muñoz.
Ministro de Gobierno.
Presente.
Señor Ministro:
No pudiendo entrevistarme personalmente con Ud. a fin de exponerle las razones en que, esclarecido sin duda cualquier equívoco respecto a su índole, fundo mi demanda para reanudar la publicación de la revista Amauta, cumplo con dar carácter formal ante su despacho a esta solicitud, dejando constancia de lo siguiente:
1° Que Amauta, conforme a su artículo de presentación y a los nueve números publicados hasta mayo último, que definen claramente su carácter, no es una publicación de propaganda subversiva ni está absolutamente comprometida en plan alguno de conspiración contra el Gobierno.
2° Que Amauta, revista de cultura, de definición ideológica y de especulación científica, estética y doctrinal, es extraña a toda organización internacional comunista.
3° Que el carácter ideológico y cultural de la revista está perfectamente acreditado por los insospechables testimonios de aplauso y simpatía que ha merecido de intelectuales y artistas como Unamuno, H. Walden, F. T. Marinetti, Enrique José Varona, Eugenio d’Ors, Alfredo Palacios, J. García Monge, Ramón Gómez de la Serna, Manuel Ugarte y muchos otros, de conocido renombre y a ninguno de los cuales se puede calificar de comunista; y
4° Que Amauta no puede ser considerada como un órgano de agitación popular, tanto por el género y estilo de sus estudios, como porque de acuerdo con su carácter de revista mensual de cultura guarde prescindencia respecto de los actos de la política gubernamental.
En esta virtud, solicito de Ud. Senor Ministro que se sirva dictar las medidas destinadas a garantizar la libre circulación, publicación y propaganda comercial de Amauta así como su correspondencia y la mía personal.
Tengo el honor de suscribirme de Ud. Señor Ministro muy atentamente.

José Carlos Mariátegui La Chira

Anuncio Quincena Pro-Amauta

[Transcripción Literal]
Quincena Pro-Amauta.
“AMAUTA” apela, por segunda vez, para resolver los problemas de su economía, es decir de su subsistencia, a la solidaridad de sus amigos y simpatizantes de Lima, provincias y el extranjero. Las dificultades con que una revista como “AMAUTA” debe luchar, no han sido en el año último menores que en el anterior. Las cifras de circulación de la revista se han mantenido, a pesar de haber suspendido la Administración el servicio de algunas agencias infidentes. “AMAUT A” recibe incesantemente nuevos pedidos de ciudades de Europa y América, que acreditan su éxito intelectual. Los críticos que comentan con interés y elogio nuestra obra, se suelen asombrar de que en este continente de las revistas efímeras, se mantenga una revista de la filiación de “AMAUT A”. Todo esto es un gran estímulo para seguir adelante, con acrecentada confianza en la simpatía que nos circunda y sostiene. Pero el concurso vigilante de los amigos entusiastas no compensa, en nuestra economía, las fallas de los agentes negligentes. No nos es posible, además, desarrollar nuestro programa editorial por no haber sido suscritas todas las acciones de nuestra Sociedad Editora- Tenemos aún un buen porcentaje de acciones disponibles, en parte suscritas en el período de organización de la Sociedad, pero no pagadas. En el curso de 1929, hemos sufrido, por otra parte, el quebranto financiero de la clausura del quincenario “Labor’', fundado para extender la obra de “AMAUTA”. Los memoriales de numerosas organizaciones obreras y campesinas, no han obtenido la reconsideración de la interdicción de “Labor”. Hemos perdido así lo que habíamos gastado en el lanzamiento y difusión de este periódico, que precisamente con el No. 10 empezaba a estabilizarse económicamente. Las innumerables cartas que de todos los centros de trabajo de la República recibimos basta ahora solicitando números de “Labor” o inquiriendo por su suerte, nos demuestra que no nos equivocamos al crear este periódico. “Labor” habría llegado a ser un soporte financiero de “AMAUT A”. Su supresión cuesta, pues, a nuestra economía, con el gravamen de algunas obligaciones extraordinarias, la pérdida de un seguro renglón de ingresos.
Para hacer frente a nuestras actuales obligaciones, y desenvolver nuestro programa editorial, hacemos un llamamiento a todos nuestros amigos, agentes y suscritores para una “QUINCENA PRO-“AMAUTA”. Durante quince días deben realizar una activa campaña a favor de “AMAUTA”, organizando colectas, reclutando suscriciones, difundiendo nuestros libros. En algunas ciudades, es posible sin duda efectuar veladas o espectáculos a beneficio de “AMAUTA”. [...]

Sociedad Editora Amauta

Folleto Exposición de Arte Mexicano

Folleto elaborado para la Exposición de Arte Mexicano organizada por Sociedad Editora Amauta en beneficio de la revista Amauta. La exposición se desarrolló del 5 de mayo al 15 de mayo de 1929.

Sociedad Editora Amauta

Carta a Manuel F. Laos, 29/1/1929

29 de enero de 1929
Señor
Manuel F. Laos
Matucana
Muy señor nuestro:
Sin respuesta aún al contenido de la que dirigimos con fecha 21 de diciembre del ppo manifestamos que le hemos expedido en No. 20 de AMAUTA a esa, en la misma cantidad que la despachamos a Chicla, desde que el amigo León nos ha comunicado su deseo de no continuar con la agencia de Amauta en Matucana. Como le expresamos en nuestra anterior, confiamos en sus actividad y en sus buenos propósitos que nos manifiesta y esperamos los lleve a efecto.
Adjunto el paquete encontrará Ud. un espécimen de cortapapel, señala-libros AMAUTA que se lo enviamos para que lo haga conocer. Y por el contenido de la revista, como por los anuncios que lo acompañan, se enterará Ud. que hemos organizado la quincena PRO-AMAUTA, que es un llamado a todos nuestros amigos, simpatizantes y lectores en general para que del 1 al 15 de febrero nos ofrezcan su aporte económico. Serias dificultades en la prosecución de nuestra empresa, que hay que atribuir mayoremente a la demora de algunos de nuestros agentes en hacernos sus remesas, sin aludirlo a Ud. que confiamos nos la hará a la brevedad posible, nos han determinado a apelar a este medio, para el que por otro lado no carecemos del todo de derecho dado el carácter cultural y desinteresado de nuestra labor.
Puede responderse a nuestro llamado renovando suscriciones por un año, reclutando nuevos suscritores, adquiriendo libros de los que editamos o somos agentes o, principalmente, poniendo en juego la iniciativa particular. Nuestros agentes, preferencialmente, abonando la totalidad de sus saldos; es esta la mejor forma de responder a nuestro llamado. Al recibo de un óbolo mínimo de S/.1.00 (un sol) remitiremos un cortapapel del que lo incluimos que le hablamos más arriba.
Publicaremos en AMAUTA la lista de las personas que nos favorezcan, usando para el caso sus nombres seudónimos o iniciales según indicación que deben hacernos oportunamente.

Sociedad Editora Amauta

Carta de Fernando Luis [Castro Agusti], 28/9/1929

[Cajamarca], 28 de setiembre de 1929
Mi querido José Carlos:
Recibí su carta y documentos en el último correo. Esperaba ansioso saber de su salud y de la labor que realicen actualmente. Acá no he descuidado en lo menor lo que me correspondía hacer. Acaba de reorganizarse mediante una campaña iniciada en el diario El Perú, la Sociedad de Empleados de Comercio, espero antes de regresar ver también organizadas las organizaciones obreras. La labor es demasiado dura, pues se tropieza con un sin número de dificultades. Con todo, creo que algo se ha hecho en el poco tiempo que estoy en ésta.
La colecta para Ravines creo que no dé buen resultado, pues es poco conocido. Sin embargo espero en los primeros días del mes entrante enviarle un giro con mi contribución y la de los pocos amigos de acá. Lo mismo para Paiva a quien recuerdo con mucho cariño y siento lo sucedido.
Mi estadía en ésta creo será hasta el diez del entrante. Estaré en Trujillo los días necesarios para conseguir movilidad y trasladarme a ésa. Si hay algo urgente comuníquemelo inmediatamente.
Amauta y Labor en ésta, no pueden difundirse por la falta de material de propaganda, sería bueno envíen carteles de los que allí se utilizan. Estamos laborando porque alcance la difusión que debe tener.
Mis mejores deseos por que se encuentren bien de salud, lo mismo que su familia. Lo abraza su compañero
Fernando Luis.

Castro Agusti, Fernando Luis

Carta de César Miró, 27/9/1929

París, 27 de setiembre de 1929
Querido José Carlos:
He esperado desde hace tiempo noticias suyas y no sé a qué atribuir este largo olvido en que me tienen todos en Lima. No recibo desde hace largos meses ni una sola carta que me diga algo de Ud., de Amauta, de nuestra Amauta. No sé tampoco si llegaría en su poder mi libro, que le envié tan luego pude disponer de un ejemplar. En carne propia he sentido por primera vez esa cruel tiranía de los editores.
El Inca, ofreciéndome las condiciones más ventajosas, sólo me ha dado derecho al 10% de la edición.
Supongo que habrá tenido Ud. noticia del raid Montevideo-México realizado por Blanca Luz, así como de nuestra separación que, aunque data de una fecha menos lejana, no habíamos querido anunciar a nadie aún. Hace en estos días precisamente un año que resolvimos, con toda la serenidad que el caso requería, orientar nuestras vidas en diferentes direcciones, ya que no nuestras ideas.
Hoy, en París, creo que ha sido una verdadera y acertadísima solución en favor de nuestra inquieta bohemia de 20 años. Así hemos de vivir con más hondura, tal vez.
He visto a Bazán y a Heysen. Ravines no está en París y Jorge Seoane volverá de Avignon en estos días. He llegado solo y se me ha recibido con soledad. Bazán vive en Chaville, a dos horas de París, y por esta causa no es fácil verlo con frecuencia.
Consuelo Lemetayer y Laura Rodig me encargan un saludo muy cariñoso para U. Le adjunto un artículo sobre esta última y algunas reproducciones de sus obras. Me pide Consuelo que le diga que ha recibido su carta, así como la que va dirigida a Ravines. Le contestará en estos días. Me dice también que ha conseguido algunas suscripciones para Chile que le enviará. A propósito, si Ud. me autoriza, puedo gestionarle yo también la difusión de Amauta entre el elemento latino-americano. Me encantaría poder ayudarlo y contribuir, aunque sólo sea en una forma pequeña, en la labor de colocar Amauta en el lugar que le corresponde.
Entrevisté a Barbusse hace algunos días en la redacción de Monde. Me habló entusiásticamente de Ud. y de Amauta. La próxima semana partirá nuevamente hacia Moscú. No le envío el artículo porque se publicará en El Comercio (tal vez), aunque me temo que esta gente me corte las alas uno de estos días.—Escríbame al Consulado. No me olvide. Me produciría un dolor enorme pensar que su relación conmigo no sea sino un reflejo del afecto que tiene por Blanca Luz. Tenga fe en mí que ya estoy hecho. Ahora tengo un poco más de 20 años y un mucho más de vida. Y créame, sinceramente, que he pensado más de una vez en volver a Lima para trabajar al lado de Ud. Dé mis recuerdos a Anita. Bese a sus chicos.
Lo abraza su compañero
César Alfredo

Miró, César (César Alfredo Miró Quesada)

Carta de César Falcón, 11/5/1929

Madrid, 11 de mayo de 1929
Querido José Carlos:
No puedo decirte en una carta cuanto me propongo decirte de todos nuestros asuntos. Así, te escribiré una serie de cartas. Esta es la primera.
Ante todo, mil gracias por tu cariñoso artículo sobre El Pueblo sin Dios. Me ha parecido admirable. Es lo mejor de cuanto se ha escrito sobre el libro, y lo es, por su justeza en la apreciación crítica y por el acendrado cariño tuyo al tema. Me ha gustado mucho— y ya lo ves— no tengo ninguna objeción a él, cosa también de veras singular.
En estos días estamos en los afanes de constituir la sociedad anónima Historia Nueva para lanzar la revista en octubre. Acabamos de emitir las acciones. Pero queremos colocar un buen número en los países hispanoamericanos para darle así a la empresa una base económica hispanoamericana y no hacerla solamente una empresa hispánica teórica. En el Perú estoy desorientado. No sé a quiénes pedirles su concurso. Por esto adjunto unas cuantas cartas firmadas y sin nombre con otros tantos folletos para que tú me hagas el favor de dirigirlas y enviarlas a quienes te parezcan más capacitados por su actitud espiritual y sus recursos crematísticos para incorporarse en la empresa. Sólo te ruego hacerlo enseguida, porque es necesario colocar todas las acciones cuanto antes.
Te seguimos mandando los libros de la Central de Ediciones y Publicaciones, pero todavía, según me han dicho aquí, no han recibido respuesta alguna de Minerva. Ocúpate en normalizar enseguida todo esto, porque Historia Nueva ha adquirido un gran impulso en estos últimos meses y ya estamos manejando un volumen considerable de intereses. Mi propósito es que Minerva se constituya en nuestro corresponsal en el Perú y se encargue de repartir, propagar y cobrar nuestros libros y publicaciones en las librerías del Perú. Pero, te repito, es indispensable organizar este servicio inmediatamente, porque nosotros estamos distribuyendo ya, entre nuestros libros y los de otras editoriales, cuatro o cinco libros mensuales. Además, queremos tener perfectamente organizado el mecanismo distributor para cuando salga la revista.
Yo voy a regresar a Londres mañana. Pero volveré a Madrid el mes próximo. Te seguiré escribiendo desde Londres.
Cariñosos recuerdos para Anita, besos para tus hijos y lo mismo de parte de Irene y de mi hijo. Te abraza fraternalmente
César

Falcón, César

Carta de Abraham Valdez, 6/5/1929

La Paz, 6 de mayo de 1929
Querido compañero Mariátegui:
En mi poder su valioso envío: 7 Ensayos y colección de Labor. Le agradezco reconocidamente por ello y las amables líneas que suscribe en el libro.
A Rómulo Meneses ya lo encontré en mi retorno. Se encuentra actualmente de viaje a Italia. Por Mario Nerval sé que recibió su libro.
Los compañeros de La Paz, reorganizados a la vuelta de varios de nosotros, hemos iniciado campaña contra la guerra. Informando a los amigos del extranjero sobre los manejos del gobierno y haciendo circular pequeños manifiestos en las demás ciudades de la Rep. y en los distritos mineros. Una de estas informaciones hemos remitido a Martínez de la Torre.
El 1° de Mayo realizamos un desfile. A pesar de la división que existe en la masa obrera, conseguimos que la manifestación fuera única. La nota saliente ha sido de protesta contra la guerra. Todos los compañeros que dirigieron la palabra, se refirieron, por consigna, a este punto. Por primera vez en Bolivia, el proletariado ha hecho conocer su oposición a la guerra. Para el resto de la población, significó esto una actitud reveladora. Para el Gob. una osadía, de la que ha debido tomar debida nota. Con todo, hicimos pública nuestra condena a los afanes bélicos de la burguesía. A nuestras palabras de descrédito a la guerra, y de solidaridad con el proletariado paraguayo, los manifestantes, respondían con firmeza y energía: “Abajo la guerra”, “guerra a la guerra”, “viva la unión Latinoamericana del proletariado!”— Esta ofensiva, la seguiremos sosteniendo. Ya se rompió el silencio y es conveniente insistir.
El obrerismo de La Paz, está dividido en dos sectores: unos gremios y sindicatos afiliados a la Fed. Obrera del Trabajo— eso es la central con cuyos dirigentes estamos de acuerdo, y la Fed. Obrera Local, arrastrada por anarquistas. Cuentan estos últimos, con mayor porcentaje de sindicatos. Sus dirigentes nada quieren saber de los intelectuales. Se cierran en un círculo obstinado de intransigencias.— Una de las causas de la preponderancia —en número— de los anarquistas, es que sus dirigentes son activos. Lo que contrasta con el abandono en que se encuentra la Fed. Obrera del Trabajo.— Pero interesados en que no perdure por más tiempo esta división y este predominio, influimos para que la F. O. del T. se reorganice con nuevos elementos y trabajo. Tengo fe que los más inteligentes anarquistas, cuando se den cuenta de la ineficacia de sus procedimientos, derivarán hacia nuestra corriente. Al Congreso Sindical de Montevideo, van delegaciones de ambos bandos. El 15 realizaremos un acto de adhesión al Congreso. En la manifestación del 1° hablamos tres universitarios: Eguino Zaballa, Natusch Velasco y el compañero que le escribe.
La Fed. Universitaria y la Asociación de Estudiantes de Secundaria, realizó el 4 de mayo una romería al Cementerio, en homenaje y recordación a los estudiantes masacrados en esa fecha el año 1927. La policía trató de impedir la romería. Pero la masa estudiantil se impuso. Realizamos pues la romería, que fue imponente. En esta ocasión también hablé, haciendo una síntesis del actual movimiento de la juventud latinoamericana. Y dándole el significado de rebeldía que tiene para la juventud boliviana el 4 de mayo (Murieron en esa ocasión cerca de 15 estudiantes, masacrados por las fuerzas de policía que trataban de impedir una manifestación de la masa estudiantil, en reclamo de haberes para sus maestros).
Posiblemente viajo a la Argentina a fines de este mes. Con Marof que también viajará a Bs. Aires, proyectamos constituir un foco de acción y propaganda en esa Rep. —Marof, en una de sus últimas correspondencias participa su viaje al sur.
Recibí carta de Malanca. Lo recuerda afectuosamente, recomendándome le escriba. Le comunicaré toda novedad gruesa que tenga.Le remito un recorte de La Razón. Vea usted como se miente en ese comunicado. También va una copia del manifiesto que hicimos circular el 1°.—En el Cuzco le hice un reportaje al Dr. Valcárcel; una de las interrogaciones que le hice se refiere a su libro. Le enviaré el recorte. Gracias nuevamente por su envío. Lo avaloro grandemente. Le estrecha con afecto su compañero
Abraham Valdez

Valdez, Abraham

Carta de Luis A. Rodríguez O. (Luis de Rodrigo), 15/4/1929

San Francisco, 15 de abril de 1929
Sr. José Carlos Mariátegui.
Lima.
Querido y recordado compañero:
Sentí de veras no haberle podido ver cuando estuve de paso por ésa. Cierto día en que fui a su casa, un simpático pequeñuelo —creo que sería Sandro— salió a mi encuentro, indicándome que Ud. en ese momento se encontraba muy ocupado, atendiendo a algunas personas.
Preocupaciones de todo orden, a cual más duras y aplanantes, me impidieron luego volverlo a buscar. Enseguida partí para esta ciudad saxoamericana donde el proceso de mi vida adquiere un viso álgido. No he tenido, pues, la suerte de cumplir uno de mis más vivos deseos al llegar a Lima: presentarle el testimonio de mi admiración personal y darle un fuerte, un cordial abrazo. Pero juzgue mi afecto, compañero, a través del que ahora le envío con estas líneas, hilvanadas apenas las faenas de esta aplastante vida yankee me dejan un respiro.
Después de algunos contrasuelazos y volatines, he caído en El Imparcial, semanario de habla hispana en San Fco. Figúrese una publicación de mentalidad específicamente burguesa e ingenuidad provinciana, pero sin el arresto limpio, fuerte e inteligente de nuestro provincialismo, por ejemplo. Desde el primer momento traté de hacerlo virar hacia la izquierda, aunque fuese lubricando sólo un tanto los ejes de orientación; pero lamentablemente el cartaginés del propietario echó por tierra mis planes. En comentarios rapidísimos, sin embargo, he lanzado algunas flechas incendiarias y por cualquier resquicio soplaré mi pólvora.
La posición del periódico es estratégica: defensa de los intereses de las colonias de habla castellana —españoles e hispano-americanos; en su mayor parte mexicanos estos últimos— frente a la hostilidad rubia; pero ni el hebdomadario sabe ni quiere sacar partido de su situación ni aquellas colonias tienen la menor consistencia solidaria.
Entiendo que aquí hay alrededor de 20,000 mexicanos; y créame Ud., compañero, actúan y se mueven en tal forma, piensan de tal manera que son capaces de socavar la fe del hombre mejor templado. La pasión política y disgregación de conciencia son tales, que allá donde se juntan dos mexicanos hay una revolución cargada de dinamita. Tal vez sea la energía desviada de la raza destinada a fecundas creaciones con abonos de sangre; pero mientras se corta las arterias, el Tío del Mundo se nutre de sangre azteca y ríe a caquinos de la opereta democrática, de los miles de generales presidenciables, de las cien revoluciones por minuto, etc., etc.
Y aquí se conocen datos ciertos de que todos esos que se presentan con la aureola apostólica antiimperialista, caen secretamente de rodillas ante la Secretaría de Estado yankee implorando ayuda y misericordia.
A título de referencia aquí le presento dos casos: poco antes de que yo llegase, Vasconcelos ofreció una conferencia, creo que en el Liberty Theatre situado en Broadway, centro de concentración latina. Se imaginará Ud. que una imponente multitud de nuestra raza acudió a escuchar al líder. ¡Admírese, compañero! El público estuvo compuesto escasamente por doscientas personas. De éstas la mayor parte fueron suramericanos; y de éstos —consuela decirlo— la mayor parte fueron peruanos.
Poco antes de producirse la revolución de los Escobar, Aguirre, etc., un buen día apareció en el Examiner —uno de los tantos órganos del cínico Hearst— un artículo en que señalaba la necesidad imperiosa y urgente de “adquirir” la Baja California, sobre todo por razones estratégicas, tanto para la defensa del Canal de Panamá como de los estados saxoamericanos del Pacífico. Como aquí se siguen paso a paso los planes de Inglaterra, no hay duda de que The Low California pasará a la Unión Saxoamericana el día menos pensado, y todavía con el asentimiento de muchos, muchísimos mexicanos. ¡Y lo de Sandino y lo del Canal de Nicaragua! Vea Ud.: he conversado con muchos nicaragüenses y el 99% opina que Sandino no es más que un vulgar salteador de caminos...
Hay para jamás acabar. Cuando esté más tranquilo, ordenaré mis notas y tendré el gusto de mandarle algunos artículos sobre estos puntos, para Amauta. Poseo ya extensas observaciones sobre la vida yankee que sucesivamente le haré conocer.
No me traje más que un número de Amauta, del cual me estoy valiendo para hacer conocer el mérito y orientación de la revista entre mucha gente de ésta; poniendo de relieve, al mismo tiempo, la destacada y beneficiosa labor intelectual de Ud. Le quedaría reconocido si, por lo pronto, me enviase, con la dirección que más abajo le indico, siquiera un ejemplar de cada número. Al mismo tiempo me interesa conocer y hacer conocer en ésta su libro 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana. ¿Podría Ud. mandármelo?
Luego le enviaré algunos poemas míos para que me haga la merced de publicarlos. Felizmente acá recibo Repertorio Americano y esto me salva un tanto de la mediocridad y estulticia ambiente.
Ya ve, compañero, que mantiénese firme mi solidaridad ideológica y espiritual con el grupo de Amauta —Espero que no olvide que estoy en acecho captador de muchos aspectos de problemas que nos preocupan. Nuestra conexión es, pues, de verdadera importancia para la causa en que militamos. Saludos a todos los compañeros.
Lo abraza fraternalmente
Luis A. Rodrigo
Mi dirección:
Luis A. Rodríguez O.
1027 Pacific Street.
San Fco.. de Cal.
U.S.A.

Rodríguez O. Luis A. (Luis de Rodrigo)

Carta de Lucas Oyague,16/8/1928

Cuzco, 16 de agosto de 1928
Señor José Carlos Mariátegui.
Lima.
Mi muy querido José Carlos:
No sabe usted cuánto me culpo de la involuntaria ingratitud de mi parte de haber ido alguna vez, de los treinta días que estuve en ésa, a charlar con usted y a saludar a la señora Anita, a quien le ruego presentarle mis saludos. Le consta a Luciano Castillo con quien acordamos una visita juntos, cómo yo estaba todos los días, en plan de viaje después de los ocho en que llegué, y cómo llegué en un estado de nerviosidad por haber tenido en ésta una cuestión con el director del periódico, esperaba la forma de entenderme con el doctor Escalante en la mejor forma pues yo había dejado aquí a mi familia, y estaba gozando de libertad, de mi acusación de peligroso propagandista comunista, gracias a la garantía del doctor Escalante. No quería pues que se suscitara ninguna cosa grave en la cual tuviera que perder ese punto de apoyo en mi tranquilidad. Y así, después de que pude entenderme felizmente bien, ya estaba en viaje para todos los días, a tal punto que un día que a las doce le dije a Fabio Camacho hoy me embarco creyó que era un chiste, y sólo se convenció cuando ya le mostré el pasaje. Pero de todos modos, por la amistad tan generosa que usted siempre me ha dispensado, por el calor tan espontáneo que he recibido en su hogar, no dejo de reconocerme un ingrato al no haber ido a saludarlo. Es verdad que todas las exculpaciones son nada. Soy culpable.
No sé si usted sabe que he formado con Valcárcel y otros amigos una Librería Los Andes y que el nombre, ya sólo yo y Valcárcel lo pretendemos alargar hasta una revista. En la librería soy un incansable propagandista de Amauta, que solamente yo vendo 70 ejemplares. Bien es verdad que ya soy el único que vende, pues otra librería que también expendía ya no lo hace. Le adjunto una carta de Araquistáin que debe usted leer, de vivo documento, con el encargo de la devolución después, pues allí habla de Amauta y se refiere con mucho acierto a usted.
Luis Velasco Aragón me ha pedido que intermedie entre él y usted, para que le publique en Amauta una refutación a una nota de La Sierra. Cumplo con el encargo y ojalá le sea posible a usted satisfacer la solicitud, pues también me dice que le enviará artículos periódicamente y quiere saber condiciones para editar un libro de ensayos.
Con muchos saludos para usted y para la señora y cariños para los ñaños, soy de usted su leal amigo que siempre lo recuerda. Lucas Oyague
¿No sería posible publicar la conferencia que Ud. conoce, de Arequipa, en Amauta? O cree usted que ampliándola y corrigiéndola valdría la pena hacer el folleto que Tristán Maroff me insinuaba?
Aguardo su opinión.
Lucas Oyague

Oyague, Lucas

Carta de Emilio Ortiz de Zevallos, 20/5/1922

París, 20 de mayo de 1922
Señor Don José Carlos Mariátegui
París
Muy señor mío:
Se ha recibido en esta legación el siguiente cablegrama oficial:
“30 — Comunique José Carlos Mariátegui ha sido repuesto en comisión propaganda que tenía. Salomón”.
Que me es grato transcribir a Ud para su conocimiento y demás fines,
Dios guarde a Ud.
Emilio Ortiz de Zevallos

Ortiz de Zevallos, Emilio

La batalla electoral en la Argentina

La batalla electoral en la Argentina

Dos grandes bloques electorales se dispu­tarán la presidencia de la república en las próximas elecciones argentinas: el radica­lismo irigoyenista y el radicalismo anti­personalista. El primero sostendrá la candi­datura del ex-presidente don Hipólito Irigoyen que, muy de acuerdo con la estrategia irigoyenista, no ha sido proclamada oficial­mente todavía, pero que desde hace mucho tiempo deja sentir su presencia silenciosa y dramática en la escena eleccionaria. El se­gundo bloque, en el cual se coaligan “anti­personalistas” y conservadores, votará por la candidatura Melo-Gallo, acordada en la reciente convención del radicalismo anti-personalista después de una porfiada compe­tencia entre los doctores Melo y Gallo, que se resolvió con la designación de uno para la presidencia y del otro para, la vice-presidencia.

Concurrirán, además, a las elecciones, con candidatura propia, el partido socialis­ta y el partido comunista. Pero la concu­rrencia de ambos solo tiene, por objeto, afirmar su autonomía ante los dos bloques burgueses. El comunismo, conforme a su práctica mundial, asistirá a las elecciones con meros fines de agitación y propa­ganda clasistas. El partido socialista, debilitado por un cisma, socavado por el irigoyenismo en algunos sectores de Buenos Aires, su plaza fuerte electoral, y afligido por la pérdida de su jefe Juan B. Justo, una de las más altas fi­guras de la política argentina de los últimos tiempos, se prepara para una movilización, en la cual le costará mu­cho trabajo mantener las cifras de su electorado. Se trabaja por rehacer su unidad. Es probable que, a pesar de la rivalidad entre los grupos directores en contraste, se arribe a un acuerdo. Pero siempre, soldada o no antes, la escisión perjudicará irreparablemente la posición del partido en el escrutinio.

De los dos bandos burgueses, el ra­dicalismo irigoyenista es, al menos for­malmente, el más homogéneo y compac­to. Tiene la fuerza de la unidad de co­mando y la sugestión de un caudillo, de vigoroso ascendiente personal. Más, en verdad, la composición socia: del irigoyenismo es más variada que la del antipersonalismo. El irigoyenismo representa el capital financiero, la burguesía industrial y urbana y se apoya en la clase media y aún en aquella parte del proletariado, a la cual el socialismo no ha conseguido aún imponer su concepción clasista. Es la izquierda del antiguo radicalismo; propugna una política reformista que hace casi inútil el programa social-democrático; prolonga el viejo equívoco radical que en los países donde el capitalismo se encuentra en crecimiento, conserva sus resortes históricos. Irigoyen, el caudillo taciturno y silencioso, es la figura más conspicua de la burguesía argentina. Pertenece a esa estirpe de políticos de gran autoridad personal, que, aún entre los paí­ses de más avanzada evolución demo-liberal de Sud-América, se benefician hasta hoy de la tradición caudillista.

La coalición anti-personalista tiene sus bases en la burguesía agro-pecuaria, y en los elementos conservadores y tradicionalistas; pero emplea aun, en su propaganda, palabras y conceptos del antiguo radica­lismo que le consienten captarse a las frac­ciones de la pequeña burguesía urbana ad­versas o reacias al irigoyenismo. Cuenta con el favor del actual presidente de la repú­blica, señor Alvear, a raíz de cuya ascen­sión al poder se produjo la ruptura entre las dos ramas del radicalismo. Dispone de
poderosos órganos de prensa y de numero­sas clientelas electorales en provincias.

Se dice que Alvear ha rechazado, recien­temente, proposiciones de paz de Irigoyen, quien, según esta noticia, habría prometido retirar su candidatura a cambio del desisti­miento de Melo y Gallo, candidatos antipersonalistas. Es evidente, en todo caso, que Alvear reconoce a Melo y Gallo, como los candidatos de su partido y que pondrá al servicio de esta fórmula electoral todo su poder.

El régimen demo-liberal se presenta en la República Argentina, robusto y sólido aún. La estabilización capitalista de Occidente, que como ya he tenido ocasión de observar, resulta hasta cierto punto, —no obstante la parte que en ella tiene el fenómeno fascis­ta— una estabilización democrática, preser­va a la democracia argentina de cercanos peligros. Pero se registran con todo, desde hace algún tiempo, signos precursores de que el descrédito ideológico de la demo­cracia y del liberalismo se propaga también
en la república del sur. Las apologías a su parte, los intelectuales izquierdistas de la nueva generación no esconden su absoluto escepticismo respecto al porvenir de la democracia.

De las elecciones próximas probablemen­te no saldrá comprometido el régimen de sufragio en la República; pero seguramente tampoco saldrá robustecido. Pero la crítica reaccionaria y revolucionaria sacará de es­tas elecciones una experiencia considerable.

En cuanto, a los posibles resultados del escrutinio, todo pronóstico parece aventurado. El partido anti-personalista cuenta con enormes recursos electorales. Pero, por el ascendiente de su figura de caudillo, la vic­toria de Irigoyen no sería para nadie una sorpresa.

José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

El debate política en Inglaterra

El debate política en Inglaterra

Se está librando hoy en Inglaterra una gran batalla parlamentaria, que precede, seguramente, a una gran batalla electoral. El partido conservador, -empujado por el extremistas que han conseguido obligar a Baldwin a adoptar sus puntos de vista más reaccionarios,- ha iniciado una ofensiva de vastas proyecciones contra el laborismo.

Esta ofensiva, venía siendo propugnada con impaciencia creciente por la extrema derecha inglesa casi desde que el partido conservador ganó las últimas elecciones. En Europa, arreciaba entonces la tempestad reaccionaria que parece haber galvanizado todas las energías del capitalismo, tan relajadas y agónicas después del período bélico. La extrema derecha inglesa quiso uniformarse al estilo fascista, predicando destempladamente una campaña contra la organización obrera de la cual extrae su fuerza política el Labour Party.

Pero al principio prevaleció en el partido un criterio más o menos moderado. Baldwin, aparentemente, no se mostraba dispuesto a ceder a la presión extremista. Los conservadores habían ganado las elecciones con plataformas a las que era extraño el plan de limitar el poder y la acción de los sindicatos. El gabinete necesitaba empezar su labor dentro de una atmósfera de confianza pública.
La derrota sufrida por los obreros en la huelga general de mayo pasado, mudó la situación. Los reaccionarios, a partir de ese suceso, ganaron terreno en el partido y el Gobierno. La huelga general había permitido a la burguesía inglesa, apreciar experimentalmente, al mismo tiempo, la debilidad y la fuerza del movimiento obrero. Se había visto claramente que la lucha sindical se habría transformado en una lucha revolucionaria, si su comando no hubiese estado en manos de los jefes reformistas. Socavada cada vez más la autoridad de esos jefes, se registraba un progresivo orientamiento revolucionario del Labour Party que no consentía dudas, respecto a su futura política.

La posición política de los conservadores favoreció la corriente y la tesis reaccionarias. El Gobierno conservador, después de la huelga de mayo, no había conseguido solucionar la cuestión de las minas. La rendición final de los obreros no había tenido más alcance que el de la aceptación de una tregua forzosa. Lloyd George, con su fino oportunismo y su sagaz perspicacia, había aprovechado la ocasión para asestar un golpe a la hegemonía conservadora, y rehabilitar en algunos sectores de la opinión la esperanza de ensayar una vez más en el gobierno la doctrina liberal. Era lógico que a los conservadores no les quedase más camino que el de una política netamente reaccionaria.

Baldwin no ha tenido más remedio que decidirse por tal camino. Hoy está empeñado a fondo en esta política. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que el partido conservador no puede hacer otra cosa. Frente a Rusia, frente a China, frente al Labour Party, su actitud no puede ser distinta.

El envío de una nota agresiva al gobierno de los Soviets, el despacho de barcos y soldados a los puertos chinos y la presentación en el parlamento de un bill anti-laborista, son tres actos congruentes, tres maniobras afines de una misma política. El capitalismo británico conducido por el mesurado Baldwin toma la ofensiva en todos los frentes. Emplea por ahora la manera fuerte. Sin perjuicio, naturalmente de su libertad de reemplazarla, según sus resultados, por el método del compromiso, llamando de nuevo al servicio a Mr. Lloyd George que aguarda su momento con una sonrisa.

Los conservadores necesitan acentuar en la opinión burguesa y pequeño-burguesa la consciencia de los peligros revolucionarios, para desviarla de las proposiciones de Lloyd George que trabaja por atraer a los laboristas a una política de colaboración con el liberalismo. En las próximas elecciones les tocará colocar frente a frente el capitalismo y el socialismo, en términos de irreductible oposición. De sus actuales operaciones depende la suerte de la política conservadora en la batalla electoral inevitable.

Esta política se propone minar las bases electorales del Labour Party, aboliendo la cuota política de los obreros a la caja del laborismo. Tal abolición tiene por objeto dejar al Labour Party en una situación desventajosa en las elecciones. Hasta hoy su fondo político le ha permitido afrontar en las elecciones elevados gastos de propaganda.

Bernard Shaw, en el interesantísimo discurso que pronunció en el banquete de su jubileo, denunciaba e ilustraba el alcance político del monopolio por y para la burguesía, de la comunicación radiográfica. El radio ponía a los defensores del capitalismo en condiciones de una gran superioridad respecto de los propagandistas del socialismo. Cómodamente instalados en sus poltronas, los candidatos burgueses pueden dirigirse a la vez a millones de votantes, para acusar a los laboristas de abrigar los más terribles propósitos contra la civilización, la patria, la familia, etc.

El bill anti-laborista del partido conservador, que declara la ilegalidad de la huelga general y ataca el fondo político del Labour Party, demuestra que los conservadores van mucho más lejos de lo que Bernard Shaw suponía, en su plan de desarmar al proletariado en su lucha con el capitalismo.

José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Nitti

Nitti

Nitti, Keynes y Caillaux ocupan el primer rango entre los pionners y los fautores dela política de reconstrucción europea. Estos estadistas propugnan una política de solidaridad y de cooperación entre las naciones y de solidaridad y cooperación entre las clases. Patrocinan un programa de paz internacional y de paz social. Contra este programa insurgen las derechas que, en el orden internacional, tienen una orientación imperialista y conquistadora y, en el orden doméstico, una orientación reaccionaria y antisocialista. La aversión de las extremas derechas a la política bautizada con el nombre de "política de reconstrucción europea" es una aversión histérica, delirante y fanática. Sus clubs y sus logias secretas condenaron a muerte a Walther Rathenau que aportó una contribución original, rica e inteligente al estudio de los problemas de la paz.

La política de reconstrucción europea es la política de Lloyd George. Es la política de la transacción y del compromiso entre el orden viejo y el orden nuevo. Nitti, Keynes, Caillaux, son sus teóricos, sus ideólogos, sus catedráticos; Lloyd George es, más bien, su realizador. Los puntos de vista de Nitti, de Caillaux, de Keynes son panorámicos y generales; los puntos de vista de Lloyd George son contingentes y graduales. Pero unos y otros tienen la misma filiación y la misma tendencia.

El actual capítulo de la historia mundial es un capítulo reaccionario y guerrero. Sus protagonistas típicos, peculiares, característicos, son Mussolini, Poincaré y Primo de Rivera. Prevalecen, agudamente, las corrientes de la reacción y del nacionalismo. En Alemania se incuba un “putsch” pangermanista destinado a inaugurar una dictadura de los grupos de derecha. En todas partes, toma la ofensiva la idea conservadora. Los políticos de la reconstrucción saben que el instante no les es propicio. Pero confían en una conquista paulatina de la opinión. Y lanzan al asalto sus libros, sus periódicos, sus discursos. Su propaganda penetra, sobre todo, en los núcleos intelectuales, más sensibles a la ideología de la reforma que a la ideología de la revolución o de la reacción.

La figura de Nitti es, pues, una alta figura europea. Nitti no se inspira en una visión local sino en una visión europea de la política. La crisis italiana es enfocada por el pensamiento y la investigación de Nitti sólo como un sector, como una sección de la crisis mundial. Nitti escribe un día para el “Berliner Tageblatt” de Berlín y otro día para la United Press de New York. Polemiza con hombres de París, de Varsovia, de Moscou.

Nitti es un italiano meridional. Sin embargo, no es el suyo un temperamento tropical, frondoso, excesivo, como suelen serlos temperamentos meridionales. La dialéctica de Nitti es sobria, escueta, precisa. Acaso por esto no conmueve mucho al espíritu italiano, enamorado de un lenguaje retórico, teatral y ardiente. Nitti, como Lloyd George, es un relativista de la política. No lo atrae la reacción ni la revolución. No se adapta a una posición extremista. No es accesible al sectarismo de la derecha ni al sectarismo de la izquierda. Es un político frío, cerebral, risueño, que matiza sus discursos con notas de humorismo y de ironía. Es un político que “fa dello spirito” como dicen los italianos. Pertenece a esa categoría de políticos de nuestra época que han nacido sin fe en la ideología burguesa y sin fe en la ideología socialista y a quiénes, por tanto, no repugna ninguna transacción entre la idea nacionalista y la idea internacionalista, entre la idea individualista y la idea colectivista. Los conservadores puros, los conservadores rígidos, vituperan a estos estadistas eclécticos, permeables y dúctiles. Excecran su herética falta de fe en la infalibilidad y la eternidad de la sociedad burguesa. Los declaran inmorales, cínicos, derrotistas, renegados. Pero este último adjetivo, por ejemplo, es clamorosamente injusto. Esta generación de políticos relativistas no ha renegado nada por la sencilla razón de que nunca ha creído ortodoxamente nada. Es una generación estructuralmente adogmática y heterodoxa. Vive equidistante de las tradiciones del pasado y de las utopías del futuro. No es futurista ni pasadista, sino presentista, actualista. Ante las instituciones viejas y las instituciones venideras tiene una actitud agnóstica y pragmatista. Pero, recónditamente, esta generación tiene también una fe, un mito, una religión. La fe, el mito, la religión de la Civilización occidental. La raíz de su evolucionismo es esta devoción íntima. Es refractaria a la reacción porque teme que la reacción excite, estimule y enardezca el ímpetu destructivo de la revolución. Piensa que el mejor modo de combatir la revolución violenta es el de hacer la revolución pacífica. No se trata, para esta generación política, de conservar el orden viejo ni de crear el orden nuevo: se trata de salvar la Civilización, esta Civilización occidental, esta “abendlaendische Kultur” que, según Oswald Spengler, ha llegado a su plenitud y, por ende, a su decadencia. Gorki, justamente, ha clasificado a Nitti y a Nansen como a dos grandes espíritus de la Civilización europea. En Nitti se percibe, en efecto, a través de sus excepticismos y sus relativismos, una adhesión absoluta: su adhesión a la Cultura y al Progreso europeos. Antes que italiano, se siente europeo, se siente occidental, se siente blanco. Quiere, por eso, la solidaridad de las naciones europeas, de las naciones occidentales. No le inquieta la suerte de la Humanidad con mayúscula; le inquieta la suerte de la humanidad occidental, de la humanidad blanca. No acepta el imperialismo, de una nación europea sobre otra; pero sí acepta el imperialismo del mundo occidental sobre el mundo cafre, hindú, árabe o piel roja.

Sostiene Nitti, como todos los políticos de la “reconstrucción”, que no es posible que una potencia europea extorsione o ataque a otra sin daño para toda la economía europea, para toda la vitalidad europea. Los problemas de la paz han revelado la solidaridad, la unidad del organismo económico de Europa. Y la imposibilidad de la restauración de los vencedores a costa de la destrucción de los vencidos. , A los vencedores les está vedada, por primera vez en la historia del mundo, la voluptuosidad de la venganza. La reconstrucción europea no puede ser sino obra común y mancomunada de todas las grandes naciones de Occidente. En su libro “Europa senza pace”, Nitti recomienda las siguientes soluciones: reforma de la sociedad de las naciones sobre la base de la participación de los vencidos; revisión de los tratados de paz; abolición de la comisión de reparaciones; garantía militar a Francia; condonación recíproca de las deudas interaliadas, al menos en una proporción del ochenta por ciento; reducción de la indemnización alemana a cuarenta mil millones de francos oro; reconocimiento a Alemania de la cancelación de veinte mil millones como monto de sus pagos efectuados en oro, mercaderías, naves, etc. Pero las páginas críticas, polémicas, destructivas de Nitti son más sólidas y más brillantes que sus páginas constructivas. Nitti ha hecho con más vigor la descripción de la crisis europea que la teorización de sus remedios. Su exposición del caos, de la ruina europea es impresionantemente exacta y objetiva; su programa de reconstrucción es, en cambio, hipotético y subjetivo.

A Nitti le tocó el gobierno de Italia en una época agitada y nerviosa de tempestad revolucionaria y de ofensiva socialista. Las fuerzas proletarias estaban en Italia en su apogeo. Ciento cincuentaicinco diputados socialistas ingresaron en la cámara con el clavel rojo en la solapa y las estrofas de la Internacional en los labios. La Confederación General del Trabajo, que representaba a más de dos millones de trabajadores gremiados, atrajo a sus filas a los sindicatos de funcionarios y empleados del Estado. Italia parecía madura para la revolución. La política de Nitti, bajo la sugestión de este ambiente revolucionario, tuvo necesariamente una entonación y un gesto demagógicos. El Estado abandonó algunas de sus posiciones doctrinarias ante el empuje de la ofensiva revolucionaria.
Nitti dirigió sagazmente esta maniobra. Las derechas, soliviantadas y dramáticas, lo acusaron de debilidad y de derrotismo.
Lo denunciaron como un sabotador, como un desvalorizador de la autoridad del Estado. Lo invitaron a la represión inflexible de la agitación proletaria. Pero estas grimas, estas aprénsiones y estos gritos de las derechas no conmovieron a Nitti.

Avizor y diestro, comprendió que oponer a la revolución un dique granítico era provocar, talvez, una insurrección violenta. Y que era mejor abrir todas las válvulas del Estado al escape y al desahogo de los gases explosivos acumulados a causa de los dolores de la guerra y los desabrimientos de la paz. Obediente a este concepto, se negó a castigar las huelgas de ferroviarios y telegrafistas del Estado y a usar rígidamente las armas de la ley, de los tribunales y de los gendarmes. En medio del escándalo y la consternación de las derechas, tornó a Italia, amnistiado, el leader anarquista Enrique Malatesta. Y los delegados del partido socialista y de los sindicatos, con pasaportes regulares del gobierno, marcharon a Moscou para asistir al congreso de la Tercera Internacional. Nitti y la Monarquía flirteaban con el socialismo. El director de “La Nazione” de Florencia me decía en aquella época: “Nitti lascia andaré”. Ahora se advierte que, históricamente, Nitti salvó entonces a la burguesía italiana de los asaltos de la revolución. Su política transaccional, elástica, demagógica, estaba dictada e impuesta por las circunstancias históricas. Pero, en la política como en la guerra, la popularidad no corteja a los generalísimos de las grandes retiradas sino a los generalísimos de las grandes batallas. Cuando la ofensiva revolucionaria empezó a agotarse y la reacción a contraatacar, Nitti fue desalojado del gobierno por Giolitti. Con Giolitti la ola revolucionaria llegó a su plenitud en el episodio de la ocupación de las usinas metalúrgicas . Y entraron en acción Mussolini, las “camisas negras” y el fascismo. Las izquierdas, sin embargo, volvieron todavía a la ofensiva. Las elecciones de 1921, maIgrado las guerrillas fascistas, reabrieron el parlamento a ciento treintaiséis socialistas. Nitti, contra cuya candidatura se organizó una gran cruzada de las derechas, volvió también a la cámara. Varios diarios cayeron dentro de la órbita nittiana. Aparecieron en Roma “Il Paese” e “II Mondo”. Los socialistas, divorciados de los comunistas, estuvieron próximos a la colaboración ministerial. Se anunció la inminencia de una coalición social-democrática dirigida por De Nicola o por Nitti. Pero los socialistas, cisionados y vacilantes, se detuvieron en el umbral del gobierno. La reacción acometió resueltamente la Conquista del poder. Los fascistas marcharon sobre Roma y barrieron de un soplo el raquítico, pávido y medroso ministerio Facta. Y la dictadura de Mussolini dispersó a los grupos demócratas y liberales.

La burguesía italiana, después, se ha uniformado, oportunísticamente, de “camisa negra”. “El Paese” filo-socialista’ ha sido transformado en “II Nuovo Paese” fascista ultraísta. “Il Secolo XIX”, viejo reducto de la democracia, evacuado por Mario Missiroli y Guglielmo Ferrero, ha ingresado en la prensa fascista. Una parte de los populares ha abandonado a Don Sturzo para escoltar a los “fasci”. Y Andrea Torre, fundador del “Mondo” ha concluido por tratar con Mussolini. Pero Nitti no ha capitulado ante el fascismo. Menos oportunista, menos flexible que Lloyd George no se ha plegado a las pasiones actuales de la muchedumbre . Se ha retirado a su provincia, a la Basilicata, a su vida de estudioso, de- investigador y de catedrático. El instante no es favorable a los hombres de su tipo. Nitti no habla un lenguaje pasional sino un lenguaje intelectual. No es un leader tribunicio y tumultuario. Es un hombre de ciencia, de universidad y de academia. Y en esta época de neo-romanticismo, las muchedumbres no quieren estadistas sino caudillos. No quieren sagaces pensadores sino bizarros, míticos y taumatúrgicos capitanes.

El programa de reconstrucción europea propuesto por Nitti es típicamente -el programa de un economista. Nitti, saturado del
pensamiento de su siglo, tiende a la interpretación económica, materialista, de la historia. Algunos de sus críticos se duelen precisamente de su inclinación sistemática a considerar exclusivamente el aspecto económico de los fenómenos históricos y a descuidar su aspecto moral y psicológico. Nitti cree, fundadamente, que la solución de los problemas económicos de la paz resolvería la crisis. Y ejercita toda su influencia de estadista y de leader para conducir a Europa a esa solución. Pero, la dificultad que existe para que Europa acepte un programa de cooperación y asistencia internacionales, revela, probablemente, que las raíces de la crisis son más hondas e invisibles. El oscurecimiento del buen sentido occidental no es una causa de la crisis sino uno de sus síntomas, uno de sus efectos, una de sus expresiones. Los políticos de la “reconstrucción” se dirigen a la inteligencia de los pueblos. Más la inteligencia de los pueblos está nublada por las ráfagas misteriosas de la pasión.

Jose Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Recorte de Prensa del diario El Tiempo

[Transcripción]

EN LA UNIVERSIDAD POPULAR GONZÁLEZ PRADA
Segunda conferencia de Mariátegui sobre la crisis mundial

El viernes dio José Carlos Mariátegui en la Universidad Popular la segunda conferencia de su curso sobre la historia de las crisis mundial. Había en la sala de la Federación de Estudiantes público más numeroso que en la conferencia anterior.

El obrero Paredes, de la Federación Obrera Local, evocó la figura de Kurt Wilkens, en nombre de esa organización trabajadora, y fue vivamente aplaudido.

Luego, comenzó Mariátegui su disertación. Habló primeramente de la literatura de guerra que, durante el período bélico, había sido utilizada por uno y otro grupo beligerante, a fin de asegurarse la solidaridad de la opinión popular interna y captarse a la opinión extranjera. La prensa, durante la guerra última, ha sido usada como instrumento bélico. Los Estados beligerantes se han servido de ella para alimentar en las masas populares un estado de ánimo agresivo, nacionalista, delirante. Y la prensa ha tenido así una intensa función de tóxico espiritual. Ha sido, en la gran guerra, una novísima arma de combate, una especie de gas asfixiante. Merced a la prensa, los Estados beligerantes han conseguido sofocar toda tentativa de indisciplina de la opinión popular, todo germen de protesta contra la guerra, toda reacción de los ideales pacifistas. Y análoga función han tenido el libro, el folleto, la cátedra. La literatura, la ciencia, la inteligencia en una palabra, han estado absolutamente a órdenes de los generalísimos. Por eso, Bernard Shaw en su libro Peace Conferencia Hints decía en 1919: “Comienza la historia; concluye la novela”. Porque hasta después de la paz, en uno y otro grupo de naciones beligerantes, acerca de la guerra no se ha hecho historia sino novela. Y Nitti, en su libro Europa sin Paz, denuncia el valor convencional de la literatura de guerra y recuerda un viejo aforismo italiano: “En tiempo de guerra más mentiras que tierra”. En el Perú —dijo Mariátegui— como en casi todo el mundo, nos hemos alimentado de la literatura de guerra de la Entente; hemos respirado el ambiente bélico del frente aliado. La propaganda alemana fracasó fuera de Alemania y fracasó también, finalmente, dentro de Alemania. Mientras los aliados crearon el mito de la guerra de la Democracia contra la Autocracia, de la Civilización contra la Barbarie, los Imperios Centrales no dieron a la guerra alemana ninguna alta meta idealista. La guerra alemana no llegó a ser sólida y verdaderamente popular en Alemania misma. Los pueblos aliados creían batirse por grandes ideales humanos. El pueblo alemán y
el pueblo austríaco creían batirse tan sólo en defensa de la nación alemana y de la nación austríaca. Y fue principalmente, por esto, que Wilson, con su programa de paz sin anexiones ni indemnizaciones, quebrantó la resistencia austro-alemana, minó interiormente el frente austro-alemán.

Continuó Mariátegui expresando que, únicamente después de la paz, se ha empezado a escribir la historia de la guerra. Únicamente después de la paz se ha dispuesto de la suficiente cantidad de documentos, de testimonios y de serenidad intelectual para analizar objetiva e imparcialmente las causas de la guerra. Este examen objetivo e imparcial ha desvanecido el folletín de la guerra de la Democracia contra la Autocracia y la leyenda de la responsabilidad exclusiva y feroz del militarismo prusiano. Los mitos del período bélico andan ya totalmente desacreditados. Apenas si, de vez en cuando, reaparecen en uno que otro documento de literatura oficial.

Entró Mariátegui en seguida, en la exposición de las causas económicas de la guerra. Habló del desarrollo pre-bélico del industrialismo británico y del industrialismo alemán, de la guerra económica entre Inglaterra y Alemania, de la lucha por los mercados, por las colonias, por las materias primas. Y señaló, asimismo, la importancia del fenómeno demográfico en la historia de la guerra.

Se ocupó después, de las causas políticas de la guerra y de su vinculación con las causas económicas. Hizo una síntesis rápida del estudio de Bernard Shaw sobre la forma como se generó el conflicto europeo. Señaló la influencia del nacionalismo de uno y otro lado en este proceso de incubación bélica. Se refirió a la paz armada. Y llegó a la conclusión de que existía en 1914 en Europa una atmósfera inflamable, de que se habían juntado circunstancias destinadas inevitablemente a desencadenar la guerra. Recordó las palabras de Lloyd George en el Parlamento británico, en diciembre de 1920: “Cuanto más se lee las memorias y los libros sobre los acontecimientos posteriores a agosto de 1914, más se comprende que ninguno de los que ocupaban los puestos dirigentes en ese tiempo ha querido realmente la guerra”.

Pasó al examen de la conducta de los partidos socialistas y de las organizaciones sindicales en uno y otro grupo de naciones beligerantes. Expuso algunos aspectos del ambiente de ofuscación nacionalista que dominó en Europa. Y tributó un homenaje a las voces aisladas que, en medio de ese ambiente, afirmaron su adhesión a elevados ideales de solidaridad humana. Se refirió, por una parte, a Romain Rolland, autor de las hermosas páginas de Au dessus de la Mêlée; y, por otra parte, a los cuatro intelectuales alemanes que protestaron contra el célebre ‘Manifiesto de los noventitrés’: el fisiólogo Nicolai, el físico Einstein, el filósofo Buek y
el astrónomo Foerster.

Al terminar su disertación Mariátegui invitó al proletariado a afirmarse en sus ideales de fraternidad universal. Sus palabras fueron vivamente aplaudidas. Y la concurrencia cantó 'La Internacional'.

La tercera conferencia sobre la historia de la crisis mundial tendrá lugar el próximo viernes.

Diario El Tiempo

Notas de la Segunda Conferencia

[Transcripción]

Literatura de guerra. La prensa, instrumento bélico. Su función tóxica. Su calidad de instrumento capitalista. Su carencia de altas direcciones morales. El mito de la guerra dela Civilización contra la Barbarie. "Concluye la novela; comienza la historia", dijo Bernard Shaw. "In tempo di guerra piu bugie che terra".

Causas económicas de la guerra: el desarrollo del industrialismo británico y el desarrollo de industrialismo alemán. La guerra económica entre Inglaterra y Alemania. La lucha por los mercados, por las colonias. Efectos del proteccionismo en la economía de los países europeos. La función de la finanza internacional. Las rivalidades de los grupos capitalistas. Entonces como ahora una política de cooperación, de solidaridad económicas, habría podido evitar la catástrofe. El fenómeno demográfico ocupa un puesto importante en los orígenes de la guerra. Palabras de Adriano Tilgher: página 106 de "La Crisis Mundial". En un siglo la población europea pasó de 180 a 450 millones. El industrialismo, estímulo del crecimiento de la población. Reducción de las tres causas de despoblación: peste, hambre, guerra. Alemania, incomunicada, no podía alimentar 70 millones de habitantes. Italia no podía permanecer neutral.

Causas políticas: El proceso de las causas de guerra, según Bernard Shaw. La política y la posición tradicionales de Inglaterra, potencia insular. El desarrollo del poder naval de Alemania. Inglaterra, Francia y Bélgica se entienden. La alianza franco-rusa. Secreta inteligencia militar anglo-francesa. La violación de la neutralidad belga sacó a Inglaterra de un embarazo. Pero hay noticias y antecedentes que establecen la clase de compromiso existente entre Inglaterra y Francia. Si Inglaterra hubiese realmente querido evitar la guerra dice Shaw, no habría tenido sino que anunciar que combatiría al lado de la nación atacada. La hipótesis de un lazo, de una trampa. Más verosímil es la hipótesis de la imposibilidad de que el gobierno inglés revelase su acuerdo militar con Francia. Luego, desde este punto de vista, la guerra resulta una consecuencia de la diplomacia francesa.

Otra causa: el revanchismo francés, el "Deuschland uber alles" alemán. El nacionalismo europeo, en una palabra. Psicología de la pequeña burguesía francesa y de la burocracia alemana. Alemania se sentía desposeída al lado de naciones privilegiadas. Poincaré. El Kaiser. El Czar. Palabras de Lloyd George en el parlamento británico; página 39 de libro de Cailleaux.

La causa diplomática: el asesinato del heredero de Austria. La guerra ha podido estallar antes. En ocasión de la guerra rusa-japonesa y del incidente de Agadir de 1912. Palabras de Viviani a Rapoport a Viviano: página 33 de libro de este.

Contraste de la organización capitalista. Necesitade la solidaridad internacional como condición de vida y fomenta el nacionalismo en oposición a la lucha de clases. Como se precipita un pueblo a la guerra. La novela Clarté.

Guerra absoluta y guerra relativa. Guerra de naciones y guerra de ejércitos. El mito de la guerra democrática. La dirección de la opinión en Inglaterra, en Italia. En Alemania, Austria y Rusia, en tanto, no hubo un ideal que solidarizara al pueblo con la empresa militar de sus gobiernos respectivos.

La conducta de los partidos socialistas y las organizaciones sindicalistas. La posición de la Segunda Internacional. Las declaraciones de Stutgart y Basilea. La cuestión técnica de los medios de evitar la guerra fue dejada al Congreso de Vierna que debió reunirse en 1914. Antes sobrevino la guerra. La misión de Muller en Francia. La muerte de Jaures. El caso de Gustavo Hervé.

Por encima de la contienda. El manifiesto de las 93 intelectuales alemanes. El contramanifiesto del fisiólogo Nicolai, del físico Einstein, del filósofo Buek, del astrónomo Foerster, sorprendido este último por los 93 intelectuales. Romain Rolland.

Medite el proletariado en las causas de esta gran tragedia. Piense en que unos cuantos hombres y unos cuantos intereses han podido desencadenar una guerra que ha causado quince millones de muertos, que ha sembrado de odios Europa, que ha destruido tanta riqueza económica y que ha intoxicado deleteramente el ambiente moral de Europa. Y que se diga el proletariado si vale la pena reconstruir la sociedad capitalista, reconstruir la sociedad burguesa, para que dentro de cuarenta o cincuenta años, antes tal vez, vuelva a encenderse en el mundo otra conflagración y a producirse otra carnicería.

José Carlos Mariátegui La Chira

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