Economía

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03.01.01

Nota(s) sobre el alcance

  • INVESTIGACION ECONOMICA. CIENCIAS ECONOMICAS

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  • OECD Macrothesaurus

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Carta de Luis E. Valcárcel, 20/2/1929

Balneario de Jesús, Arequipa, 20 de febrero de 1929

Querido compañero J. C.

En vísperas de salir del Cusco escribí a Ud., contestando su última carta.
Aquí estoy hace más de quince días, haciendo cura mineral y de reposo.
Releí su gran libro y las anotaciones que me sugirió resérvolas para una serie de artículos. Envié más bien a García Monge una síntesis expositiva de 7 Ensayos. Tengo que decirle otra vez que su reciente obra es fundamental para el estudio de nuestros problemas.
Apenas llegado, le envié una crónica sobre la obra artística de Tupayachi.
En Arequipa compré el n° 20 de Amauta, cuyo interés sobrepasa toda expectativa.
Le recomiendo muy especialmente la lectura de un magnífico proyecto pedagógico de la Escuela Hogar Indígena, debido a dos buenos maestros de Sicuani: Julio C. Acurio y María Judith Arias. Está inserto en el Boletín de Enseñanza de diciembre último que puede Ud. conseguir en la Dirección General de idem. Valdría la pena de acogerlo, en todo o en parte, en Amauta. Si acepta usted lo insinuado, le mandaré después un comentario que se lo merece apologético la feliz iniciativa.
Me preocupa hondamente la economía de Amauta, y desearía estar en posibilidades de ayudar pecuniariamente; por desgracia, lejos estoy de toda holgura económica, atenido a honorarios reducidos como abogado y a haberes exiguos como profesor.
Salvados algunos compromisos urgentes, supongo que Oyague estará ya en disposición de girar cuando menos Lp 10, como me ofreció. Velasco está atingido de deudas —¡la librería es un fracaso en el Cuzco!— y pide todavía que lo esperemos.
A partir del próximo número, voy a optar por vender Amauta al contado, sin darlo ya a comisión, por el mal éxito que ésta tiene. Tengo mucho interés en leer el libro de Abelardo Solís sobre la Cuestión Agraria. ¿Puede Ud. conseguirme un ejemplar? En el comienzo de estas vacaciones cumplí con don Rafael Larco Herrera con proporcionarle todo el material gráfico y artístico para su Gran Álbum del Cusco que editará a todo lujo en Europa. Si, como se prevé, la edición sale perfecta, tendremos un poderoso medio de propaganda de nuestras riquezas arqueológicas y naturales.
Del Cuzco le enviaré una crónica sobre Francisco González Gamarra, con algunas reproducciones de sus magníficas aguafuertes. Es el pintor del Inkario. Está actualmente pintando óleos de gran formato que reproducen escenas brillantes del Imperio.
Hace dos años que soy rotario, más por curiosidad y compromiso. ¿Qué opinión le merece el Rotarismo? Precisamente en 2 y 3 de marzo voy a asistir en Arequipa a la 2a. Conferencia Nacional. Plantearé tres cosas:
1) ¿Qué tiene que hacer Rotary con la Masonería? (concomitancias de que le acusa el clero).
2) ¿Qué relación guarda con el imperialismo yanqui?
3) ¿Qué actitud asume el Rotary ante el Socialismo? (Se le acusa de defender a la burguesía).
Ya conseguí en Arequipa y estoy leyendo los dos tomos del Diario de Viaje de un filósofo, de Keyserling. Desgraciadamente, no encontré un solo ejemplar de El Espectro de Europa.
Con un afectuoso apretón de manos, soy su leal camarada
Luis E. Valcárcel

Valcárcel, Luis E.

Carta a Carlos Chávez Sánchez, 3/5/1929

Lima, 3 de mayo de 1929
Señor don Carlos Chávez Sánchez.
Piura.
Muy estimado amigo y compañero:
Recibí su tarjeta de despedida. Me habría gustado conversar con Ud. antes de su partida, pero Ud. no me habrá privado sin motivo de este placer.
Deseo que organicemos más formalmente la cooperación de El Tiempo y nuestras publicaciones. Envíeme el texto de un pequeño anuncio de El Tiempo para Amauta y Labor; y que ahí se inserte regularmente uno de nuestra revista y nuestro quincenario, cuyo último número le remito. Hemos reanudado el 1° de Mayo la publicación de Labor, pero no podremos mantenerla si amigos y simpatizantes no nos auxilian en esta empresa. Desearía que Ud. escribiese un pequeño artículo explicando, especialmente a los obreros, los fines y el programa de Labor, con el objeto de contribuir a que todos los trabajadores lo reconozcan como su órgano más definido y responsable. Le envío una colección completa de nuestro quincenario para que tenga Ud. a la vista todos sus números.—
Otra prueba de simpatía y solidaridad que podría Ud. agregar a las muchas que nos tiene ya dadas es la de hacerse iniciador de la organización de la quincena Pro-Amauta en Piura. El llamamiento al respecto está vigente para todas las ciudades donde la quincena no se ha efectuado en febrero. En el curso de la quincena, hay muchos modos de acudir en auxilio de Amauta: por ejemplo suscribiéndose a la edición Amigos de Amauta de la que tenemos varias colecciones numeradas desde el No. 17, haciéndonos un pedido de libros, reclutando un núcleo de lectores, etc.
Le adjunto el manifiesto dirigido a los trabajadores por el comité del 1° de Mayo, compuesto de las principales organizaciones existentes. Procure publicarlo en El Tiempo con la noticia de que en la asamblea realizada el 1° de Mayo en la Federación de Choferes por ése y otros gremios, quedó constituido el comité provisional organizador de Ia Confederación General de los Trabajadores del Perú.
Salude a Moscol, a Castro Pozo, a Merino Vigil, a Velásquez y demás amigos.— A Moscol le envié dedicado mi libro, pero no me ha acusado recibo de él. Lo remito también a Castro Pozo, cuya colaboración reclamo.— De Merino Vigil no tengo noticias hace tiempo. Le hemos mandado invariablemente su número de la edición Amigos de Amauta a Ayabaca, a donde le escribí hace tiempo respondiendo a su última y a donde le he dirigido también mi libro. Dígale que me escriba —si está en Piura y lo ve Ud.— y que trabaje para Amauta y Labor.
Ud. me tiene prometido hace tiempo un ensayo sobre Escudero. Este o cualquier otro trabajo será bien acogido.
Con afectuoso recuerdo, lo abraza su amigo y compañero
José Carlos Mariátegui
P.D.—Escríbame a esta dirección: Sandro Mariátegui Chiappe, Washington izquierda 544-970.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Nicanor A. de la Fuente (Nixa), 12/11/1928

Lima, 12 de noviembre de l928
Estimado amigo y compañero:
Contesto su carta, reconocido a sus palabras de solidaridad. No he seguido documentándolos sobre el desacuerdo con los de México y las intervenciones de los amigos de Buenos Aires y París, por no haber tenido en estos días quien se ocupe del trabajo dactilográfico. No he tenido tampoco acuse de recibo de Arbulú a quien escribí acompañando algunas copias, aparte de las que, por intermedio de Ud. le remití. Espero conocer su opinión.
Trabajo activamente, para reganar el tiempo perdido en mis labores durante la crisis en mi salud. Le envío mis 7 Ensayos (de este libro, mandamos 20 ej. para la venta a Carlos) y Labor, nuestro nuevo periódico. Aspiramos a convertirlo en un periódico de 12 páginas, con 4 de ilustraciones artísticas y nuevas secciones. Hay que comenzar modestamente, hasta que su economía y penetración estén aseguradas. Cuento con el esfuerzo de todos ustedes.
Por el correo siguiente, irán las otras ediciones de Amauta. Lo que dificulta y demora nuestro trabajo, es la escasez de recursos. El capital de nuestra Sociedad está suscrito, pero no pagado. Entiendo que —como Ud. por su parte lo observa—, algunos accionistas dudan de la estabilidad de nuestra empresa; pero económicamente esta estabilidad depende sólo de su concurso y el de los agentes. Pagado el capital y cubierta la deuda de nuestros agentes, estaremos en aptitud de cumplir todo nuestro plan editorial, publicando un libro mensual y llevando nuestras ediciones a todos los pueblos del idioma, en donde recibiríamos en cambio los mejores libros para nuestra Oficina. Ojalá sea posible organizar en ese departamento un sólido grupo de Amigos de Amauta.
De La Cruz del Sur le enviaré algún ejemplar. Es una de las mejores revistas de arte e ideas de Sud-América. Trabaja ahí el grupo más selecto de Montevideo.
Le mando algunas revistas.
Dígale a Carlos que escriba. Que nos envíe colaboraciones: notas, apuntes para Amauta y Labor. No me ha enviado últimamente sino unos poemas que están ya cajeados en la imprenta y que no han salido por la congestión de poemas a que tenemos que hacer frente. Hay superproducción poética. Los poemas se estorban unos a otros, en las cajas, para salir los primeros. Muchos, lógicamente, envejecen en la imprenta. Los obreros claman porque ahorremos espacio. Una de nuestras palabras de orden debe ser: la vuelta a la prosa. La prosa es disciplina y construcción. El verso es un riesgo de desorden y exceso. No lo digo por Ud. que es, ante todo, poeta, mientras Carlos es más bien prosador y debe dedicarse más a lo suyo. Pero creo que los mismos poetas deben disciplinar un poco sus medios de expresión y construcción, en la prosa. Ya, se está produciendo una corriente en este sentido. Abril y otros poetas están volviendo a la prosa.
En espera de sus gratas nuevas, lo abraza cordialmente su afmo. amigo y compañero,
José Carlos
P.S. —Dígale a Carlos que del No. 16 le enviaron 80 ej. en vez de 50, por haberse tomado la antigua cifra de revisión, en lugar de la nueva al despachar.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Ricardo Vegas García, 30/5/1925

Miraflores, 30 de mayo de 1925
Querido Vegas García:
El lunes abandonaremos Miraflores. Volveremos a Lima. Vamos a Washington, izquierda, Nº 544. Pasaré luego a Chosica por unos días para terminar una cura helioterápica del muñón, interrumpida por la precocidad de este invierno. Espero poder conversar con Ud. antes.
Escribiré la semana próxima sobre la cuestión de las deudas inter-aliadas, tema de la más marcada actualidad. Los agonistas principales de esta escena son Kellog, que se muestra hostil como Hughes a la tesis de la condonación, Keynes que la preconiza aunque atenuada o rectificada ahora, Nitti que la ha sustentado en todos sus libros, Clemenceau que invitó a Inglaterra a discutir el problema formulando los puntos de vista del gobierno francés, Caillaux ministro de finanzas francés y actor portante del drama, Winston Churchill y Austin Chamberlain que representan el criterio gubernamental de Inglaterra, etc., etc.
No se olvide de su promesa de prestarme el libro de Valcárcel.
Afectuosamente lo abraza su amigo y compañero.
José Carlos

José Carlos Mariátegui La Chira

El porvenir de Lima

El porvenir de Lima

I

El espectáculo del desarrollo de Lima en los últimos años, mueve a nuestra gente impresionista a previsiones del delirante optimismo sobre el futuro cercano de la capital. Los barrios nuevos, las avenidas de asfalto, recorridas en automóvil, a sesenta u ochenta kilómetros, persuaden fácilmente a un limeño —bajo su epidérmico y risueño escepticismo, el limeño es mucho menos incrédulo de lo que parece— de que Lima sigue a prisa el camino de Buenos Aires o Río Janeiro.

Estas previsiones parten todas de la impresión física del crecimiento del área urbana. Se mira solo la multiplicación de los nuevos sectores urbanos. Se constata que, según su movimiento de urbanización, Lima quedará pronto unida con Miraflores y la Magdalena.
Las “urbanizaciones”, en verdad trazan ya, en el papel, la superficie de una urbe de almenas un millón de habitantes.

Pero en si mismo el movimiento de urbanización no prueba nada. La falta de un censo reciente no nos permite conocer con exactitud el crecimiento demográfico de Lima de 1920 a hoy. El censo de 1920 fijaba en 228,740 el número de habitantes de Lima. Se ignora la proporción del aumento de los últimos seis años. Más los datos disponibles indican que ni el aumento por natalidad ni el aumento por inmigración han sido excesivos. Y, por tanto, resulta demasiado evidente que el crecimiento de la superficie supera exhorbitantemente en Lima al crecimiento de la población. Los dos procesos, los dos términos no coinciden. El proceso de urbanización avanza por su propia cuenta.

El optimismo limeño respecto al porvenir próximo de la capital se alimenta, en gran parte, de la seguridad de que esta continuará usufructuando largamente las ventajas de un régimen centralista que le aseguren sus privilegios de sede del poder, del placer, de la moda, etc. Pero el desarrollo de una urbe no es una cuestión de privilegios políticos y administrativos. Es, más bien, una cuestión de privilegios económicos.

En consecuencia, lo que hay que investigar es si el desenvolvimiento orgánico de la economía peruana garantiza a Lima la función necesaria para que su futuro sea el que se predice o, mejor dicho, se augura.

II

Examinemos rápidamente las leyes de la biología de la urbe y veamos hasta qué punto se presentan favorables a Lima.

Los factores esenciales de la urbe son estos tres: el factor natural o geográfico, el factor económico y el factor político. De estos tres factores, el único que en el caso de Lima conserva íntegra su potencia es el tercero.

Lucien Romier escribe, estudiando el desarrollo de las ciudades francesas, lo siguiente: “En tanto que las ciudades secundarias gobiernan los cambios locales, la formación de las grandes ciudades supone conexiones y corrientes de valor nacional o internacional: su fortuna depende de una red de actividades más vasta. Su destino desborda, pues, los cuadros administrativos y a veces las fronteras sigue los movimientos generales de la circulación”.

Y bien, estas conexiones y corrientes de valor nacional e internacional no se concentran en el Perú en la capital. Lima no es, geográficamente, el centro de la economía peruana. No es, sobre todo, la desembocadura de sus corrientes comerciales.

En un artículo "sobre “la capital del sprit”, publicado últimamente en una revista italiana, César Falcón hace inteligentes observaciones sobre este tópico. Constata Falcón que las razones del estupendo crecimiento de Buenos Aires son fundamentalmente, razones económicas y geográficas. Buenos Aires es el puerto y el mercado de la agricultura y la ganadería argentinas. Todas las grandes vías del comercio argentino desembocan ahí. Lima, en cambio, no puede ser sino una de las desembocaduras de los productos peruanos. Por diferentes puertos de la larga costa peruana tienen que salir los productos del norte y del sur.

Todo esto es de una evidencia incontestable. El Callao se mantiene y se mantendrá por mucho tiempo en el primer puesto de la estadística aduanera. Pero el aumento de la explotación del territorio y sus recursos no se reflejará, sin duda, en provecho principal del Callao. Determinará el crecimiento de varios otros del litoral. El caso de Talara es un ejemplo. En pocos años, Talara se ha convertido, por el volumen de sus exportaciones e importaciones en el segundo puerto de la república. Los beneficios directos de la industria petrolera escapan completamente a la capital. Esta industria exporta e importa sin emplear absolutamente, como intermediario, a la capital ni a su puerto. Otras industrias que nazcan en la sierra o en la costa tendrán el mismo destino y las mismas consecuencias.

El porvenir de Lima, por ende, no se anuncia tan magnífico como el fácil optimismo de nuestra gente se inclina a creer. Los nuevos barrios, mejor dicho las nuevas áreas urbanas, son signos de salud y motivos de esperanza. Pero un examen realista de las cosas conduce a previsiones más modestas.

José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

El problema de la estadística

El problema de la estadística

I

Cuando se estudia cualquiera de los problemas nacionales, se tropieza invariablemente con un obstáculo que tiene a su vez la categoría de un problema: la falta de estadística. En el Perú no sabemos, por ejemplo, cuántos somos. Es decir no sabemos lo más elemental para el conocimiento del propio país. A los que nos piden la cifra de la población actual del Perú tenemos que responderles con el censo del 76 o con el cálculo de la Sociedad Geográfica del 96. La última cifra de que disponemos, además de ser solo aproximada, tiene fecha de hace treinta años.
Esta cifra, por no constituir el resultado de un censo oficial, no es aceptada por nadie sin beneficio de inventario. Estudios de geografía del Perú aparecidos en los últimos veinte años fijan una cifra menor. Lo que no quiere decir que, a juicio de sus autores, la población del Perú ha decrecido sino que el cálculo de la Sociedad Geográfica les parece demasiado inseguro.
Un nuevo censo general está decretado desde hace algún tiempo. Estas líneas no se proponen absolutamente solicitarlo. Descuentan su realización dentro de un breve plazo. El tópico que enfocan no es el del censo sino, en general, el de la estadística.
El día, sin duda próximo, en que, después de una complicada movilización de hombres y de dinero, tengamos censo, no tendremos todavía estadística. En los países donde existe estadística, no hay necesidad de empadronar a los habitantes para saber cuántos son. En el Perú, aún después de empadronarlos, no lo sabremos exactamente. Porque quedarán siempre fuera de todo padrón las tribus nómadas de la montaña, respecto a cuyo número los geógrafos no podrán, por mucho tiempo, informarnos verídicamente.

II

¿Hace falta remarcar que un país que no conoce su demografía, tampoco conoce su economía? No se puede saber lo que un país produce, consume y ahorra si se ignora esta cosa fundamental: la población. Todos los estudios, todas las previsiones sobre países como Alemania, Francia, Italia, etc., parten de este dato. El economista, el político, etc., antes de formular cualquier teoría antes de propugnar cualquier orientación averigua el movimiento demográfico, su ritmo y su proceso.
En un país donde no se puede contar a los hombres, menos aún se puede contar la producción. Se desconoce el primero de sus factores: el factor humano, el factor trabajo.
Desde hace algunos años tenemos en el Perú una Dirección General de Estadística que, claro está, funciona últimamente. Merced a la labor de este departamento se publica anualmente un “Extracto Estadístico del Perú”. Pero para esta obra no se dispone, materialmente, sino de los pocos datos que puede suministrarle el mecanismo de nuestra organización. A la dirección de Estadística no es posible pedirle milagros. Se mueve dentro de un ámbito limitado. Y, sobre todo, su objeto no es crear la estadística sino compilarla u ordenarla.
El “Extracto Estadístico” no nos dice en 1925, sobre la, población del Perú, más de lo que nos dijo en 1896 la Sociedad Geográfica. Es un conjunto de datos en su mayor parte fragmentarios Sus lagunas son inverosímiles.
Falta estadística del trabajo y de la producción industriales. La estadística agrícola es exigua. Se refiere casi exclusivamente a la producción de caña, algodón, arroz. No solo la pequeña producción sino casi toda la producción de la sierra y la montaña escapa a todo control. No existe una estadística de la propiedad agraria que permita saber, aproximadamente al menos, la proporción de grandes, medios y pequeños propietarios. El ‘‘Extracto Estadístico” no nos dice nada de cosas elementales. No nos ofrece los números índices del costo de la vida. Y apenas si señala el movimiento demográfico de unas cuantas ciudades.

III

Esta falta de Estadística depende, sin duda, de que el Perú es aún, como escribió hace varios años Víctor Maúrtua, un “país inorgánico”. La estadística requiere, precisamente, lo que Maúrtua, en su juicio preciso y exacto, echaba de menos en el Perú: organicidad. La estadística es un efecto, una consecuencia, un resultado. No puede ser elaborada artificialmente. Representa un signo de organicidad, de organización.
En un país organizado y orgánico, cada comuna funciona como una célula viva del Estado. No es posible, por consiguiente, que el Estado ignore nada de la población, del trabajo, de la producción, del consumo. Lo que se sustrae a su control es muy insignificante y adjetivo.
Pero en el Perú todos sabemos bien lo que son los municipios y hasta qué punto se puede hablar de municipios. El Estado no controla sino una parte de la población. Sobre la población indígena su autoridad pesa por intermedio y al arbitrio de la feudalidad o el gamonalismo... Y la propia feudalidad si impone a los indios una servidumbre, no puede ni sabe imponerles ninguna organización. Si se explora la sierra, se descubre enseguida formas e instituciones supérstites de un régimen o de un orden que se considera absoluta y definitivamente cancelado desde la dominación española.
El problema de la estadística no presenta, por tanto, menos complejidad que los otros problemas nacionales. No se puede avanzar gran cosa en su solución mientras no se avance otro tanto en una solución esencial de problemas más graves. Este problema, como todos, no se deja aislar, no se deja incomunicar. Cuando se resuelvan los problemas fundamentales de nuestra organización, se resolverá también este de un modo integral. Antes no.
Es evidente, sin embargo que entre tanto, se podría hacer muchísimo más de lo que se hace. Lo que del Perú se sabe estadísticamente está muy lejos de lo que es posible saber. Así como es factible, por ejemplo, el censo, son factibles muchas otras cosas. Nada excusa la falta de cuadros del movimiento demográfico de todas las ciudades. Nada excusa tampoco la falta de números índices del costo de la vida siquiera en las principales. Por lo menos los mayores centros de producción, de trabajo y de comercio del Perú deberían tener ya una verdadera estadística.

José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

El estudio de la montaña

El estudio de la Montaña

I

En uno de mis artículos sobre los viejos y los nuevos aspectos del regionalismo al plantear el problema de la definición de las regiones, me ocupé de los rasgos fundamentales de la sierra y la costa. El tópico, era excesivo para un artículo. La necesidad de no complicarlo, o más bien de no desbordarlo, me obligó a descartar de su estudio, en términos tal vez demasiado categóricos, el tema de la montaña. “La montaña—escribí—sociológica y económicamente carece aún de significación. Puede decirse que en la montaña no existen verdaderamente ciudades peruanas sino colonias peruanas y que, realísticamente considerada, la montaña, o mejor dicho la floresta, es un dominio colonial”. El desarrollo posterior de mi revisión del regionalismo no me consintió volver a este tema. Mis puntos de vista sobre la montaña, en lo concerniente a su regionalidad, no quedaron formulados y ni siquiera esbozados.

Pero las líneas transcritas parecían acusar cierto, tendencia a prescindir del factor montaña en el planeamiento del problema del regionalismo. En todo caso, parecían contener una afirmación injusta o precipitada respecto al valor económico y sociológico de la montaña. Esta última ha sido, por ejemplo, la impresión de la doctora Miguelina Acosta Cárdenas, tan notoria y singularmente autorizada paro opinar sobre la montaña por su doble condición de loretana y estudiosa.

Una conversación, muy interesante por cierto, con Miguelina Acosta, me mueve a aclarar mi pensamiento. Y al mismo tiempo me con firma eficazmente la utilidad de tratar en la prensa estos temas. El escritor que examina lealmente, sin más preocupación que la verdad, una cuestión general, consigue siempre la colaboración de los competentes para el estudio , particular de cada uno de sus factores. Su tesis puede ser inexacta, puede ser incompleta. Pero suscita un debate que aporta al conocimiento de la cuestión nuevos elementos y que sugiere a quienes la estudian nuevos caminos.

II

El valor de la montaña en la economía peruana —me observa Miguelina Acosta— no puede ser medido con los datos de los últimos años. Estos años corresponden a un período de crisis, vale decir a un período de excepción. Las exportaciones de la montaña no tienen hoy casi ninguna importancia en la estadística del comercio peruano; pero la han tenido, y muy grande, hasta, la guerra. La situación actual de Loreto es la de una región que ha sufrido un cataclismo.

Esta observación es justa. Para apreciar la importancia económica de Loreto es necesario no mirar solo a su presente. La producción de la montaña ha jugado hasta hace pocos años un rol importante en nuestra economía. Ha habido una época en que la montaña empezó a adquirir el prestigio de un El Dorado. Fue la época en que el caucho apareció como una ingente riqueza de inmensurable valor. Francisco García Calderón, en “El Perú Contemporáneo”, escribía hace aproximadamente veinte años que el caucho era la gran riqueza del porvenir. Todos compartieron esta ilusión.

Pero, en verdad, la fortuna del caucho dependía de circunstancias pasajeras. Era una fortuna contingente, aleatoria. Si no lo comprendimos oportunamente fue por esa facilidad con que nos entregamos a un optimismo panglossiano cuando nos cansamos demasiado de un escepticismo epidérmicamente frívolo. El caucho no podía ser razonablemente equiparado a un recurso mineral, más o menos peculiar o exclusivo de nuestro territorio.

La crisis de Loreto no representa una crisis; más o menos temporal, de sus industrias. Miguelina Acosta sabe muy bien que la vida industrial de la montaña es demasiado incipiente. La fortuna del caucho fue la fortuna ocasional de un recurso de la floresta, cuya explotación dependía, por otra parte, de la proximidad de la zona—no trabajada sino devastada— a las vías de transporte.

El pasado económico de Loreto no nos demuestra, por consiguiente, nada que invalide mi aserción en lo que tiene de sustancial. Yo he escrito que económicamente la montaña carece aún de significación. Y, claro, esta significación tengo que buscarla, ante todo, en el presente. Además tengo que quererla parangonable o proporcional a la significación de la sierra y la costa. El juicio es relativo.

III

Al mismo concepto de comparación podría acogerme en cuanto a la significación sociológica de la montaña. En la sociedad peruana distingo dos elementos fundamentales, dos fuerzas sustantivas. Esto no quiere decir que no distinga nada más. Quiere decir solamente que todo lo demás, cuya realidad no niego, es secundario.

Pero prefiero no contentarme con esta explicación. Quiero considerar con la más amplia justicia las observaciones de Miguelina Acosta. Una de estas, la esencial, es que de la sociología de la montaña se sabe muy poco. El peruano de la costa, como el de la sierra ignora al de la montaña. En la montaña, o más propiamente hablando en el antiguo departamento de Loreto, existen pueblos de costumbres y tradiciones propias, sin ningún parentezco con las costumbres y tradiciones de los pueblos de la costa y la sierra. Loreto, tiene indiscutible individualidad en nuestra sociología y nuestra historia sus capas biológicas no son las mismas. Su evolución social se ha cumplido diversamente.

A este respecto es imposible no declararse de acuerdo con la doctora Acosta Cardenas, a quien toca, sin duda, concurrir al esclarecimiento de la realidad peruana con un estudio completo de la sociología de Loreto. El debate sobre el tema del regionalismo no puede dejar de considerar a Loreto como una región. (Es necesario precisar: a Loreto, no a la montaña ). El regionalismo de Loreto es un regionalismo que, más de una vez, ha afirmado insurreccionalmente sus reivindicaciones. Y que, por ende, si no ha sabido ser teoría, ha sabido en cambio ser acción. Lo que a cualquiera le parecerá, sin duda, suficiente para tenerlo en cuenta.

José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

La historia económica nacional

La contribución de Cesar A. Ugarte al estudio de la historia de la economía peruana, se resume y ordena, por el momento, en un libro que llega con evidente oportunidad. Por primera vez en el Perú, para la interpretación de la historia y los problemas nacionales, se explora y analiza de preferencia su estrato económico; y por primera vez también, una generación verdaderamente idealista, superando el romanticismo degenerado y retórico de sus mediocres antecesores, en vez de entretenerse en la requisitoria o la apología de hombres y palabras esclarece realísticamente el juego complejo de las acciones y reacciones de que esos hombres y esas palabras no son sino en síntoma y el signo. Nunca como ahora se planteó el debate de los problemas nacionales en un terreno prevalentemente económico.
El “Bosquejo de Historia Económica del Perú” de Ugarte no tiene antecedentes en nuestra historiografía. Las recopilaciones de documentos oficiales no constituyen sino un índice -incompleto por otra parte- de la historia de las finanzas del Estado. La dispersión y el desorden de los datos disponibles estorban, además, toda tentativa de explicación metódica y orgánica de nuestra economía. Estas circunstancias enaltecen y avaloran el esfuerzo de Ugarte que, con tan honrado concepto de su responsabilidad, dicta el curso de historia económica y finanzas del Perú en la Facultad de Ciencias Políticas.
Por ahora Ugarte no nos da sino un bosquejo, un esquema de la historia económica nacional que, en lo tocante a las finanzas del Estado, se detiene en la administración de Piérola. Pero de su probada capacidad de estudioso y de investigador debemos esperar con confianza una obra cabal. Ugarte nos anuncia ya un estudio de la historia financiera de los últimos cinco años. Su “Bosquejo” representa únicamente una etapa vencida de su labor.
En este libro encontramos, como es lógico, todas las características de su temperamento y su personalidad intelectuales: mesura en el juicio, prudencia las proposiciones, relativismo en el criterio. Mi sinceridad me obliga a declarar que estas son cualidades que constato con aprecio pero sin entusiasmo. Pienso que Ugarte extrema sus virtudes, casi hasta el punto de estatizarlas. Su preocupación de equilibrio, de discreción de cautela, resultan en él, a la postre, una preocupación desmesurada, excesiva. El exceso de prudencia aparece tan peligroso como todos los otros excesos que cuidadosamente esquiva o evita. Se podría decir que el exceso de Ugarte es su extremo afán de medida.
De este afán se resiente, en mi opinión, el “Bosquejo”. La exposición es casi siempre justa y exacta; pero las conclusiones son con frecuencia débiles y difusas. El empeño de abarcar, objetiva y panorámicamente todas las faces de un fenómeno, conduce a veces a Ugarte a reproducir parcialmente alguno de sus principales aspectos a medir de soslayo alguna de sus dimensiones. Ugarte, por ejemplo, concretamente no define los rasgos sustantivos de la economía de la República. No denuncia categóricamente la subsistencia de su subestructura feudal.
Muestra una aprensión exagerada respecto al materialismo histórico, atribuyéndole un interpretación unilateral de la historia. Mi marxismo, en esta materia, tendría que hacerle algunos reproches. Pero prefiero aguardar la ocasión en que Ugarte nos precise y aclare mejor sus reservas. No es posible deducir su alcance de una breve restricción teórica de su concepto sobre la influencia del factor económico.
En la gradación que Ugarte establece para los factores de un fenómeno, su prudente tendencia a mantenerse dentro de un estricto eclecticismo, tiene a veces el efecto de relegar el factor fundamental o, por lo menos, de suponerle equivalencia con factores secundarios y aún extraños. Ugarte escribe, verbigracia, que “el clima debilitante de la Costa, que favoreció la molicie de los españoles y criollos, alejó al indio”. Bien sabemos que lo que alejó al indio de la costa, decidiendo la importación de esclavos negros, no fue precisamente el clima sino el método de colonización de los españoles, que en tres siglos diezmó a la raza autóctona. No hace falta atribuir a la Naturaleza lo que debe atribuirse exclusivamente al régimen económico y político de los colonizadores. La población indígena de la costa, antes de la Conquista, fue bastante numerosa para permitir el trabajo de una extensión de tierra mucho mayor que la cultivada después, bajo la colonia y bajo la república. Los vestigios de canales de irrigación lo demuestran plenamente en varios puntos de la costa.
De igual modo, cuando examina las causas de la insipiencia de la industria fabril en el Perú, Ugarte olvida una que, sin embargo, tiene especial valor como dato del carácter colonial de nuestra economía. La falta del interés del capital extranjero en fomentar esta clase de trabajo. Las grandes firmas, importadoras y exportadoras, controlan y dominan nuestra economía. Y mientras en su interés está evidentemente la explotación del país como fuente de materias primas, no está en cambio la implantación en él de industrias manufactureras. Más ventajoso les es continuar como intermediarias de sus importaciones.
Hechas estas salvedades, no es posible dejar de reconocer que el “Bosquejo de Historia Económica” de Ugarte ofrece a los estudiosos, a la vez que un buen esquema de nuestra evolución de nuestra economía, un conjunto de observaciones inteligentes y sagaces. Tiene Ugarte, en su libro, certeros juicios. Rectifica, con ponderación, pero con firmeza, algunos conceptos que podríamos llamar de circulación forzosa, que hasta ahora enturbian el criterio histórico de nuestras gentes. Apunta que con Piérola, en 1895, tuvimos “un presidente netamente conservador, lleno de prudencia, de respeto a las instituciones tradicionales y a la ley”; y que “sus principios no eran más que vagas afirmaciones y elementales nociones tocantes a la administración pública que cualquier partido habría suscrito”. Agrega que en la declara (...).

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Román Landa Hinoztroza, 28/1/1929

28 de enero de 1929
Señor
Román Landa Hinoztroza
Muy señor nuestro:
Nos había sido grato considerarlo como agente y representante nuestro en esa, a propuesta del señor Moisés Arroyo Posada; y ya le habíamos hecho varias expediciones de nuestra revista y quincenario Labor.
Por este mismo correo le expedimos el No. 20 de Amauta que acaba desaparecer.
Adjunto encontrará Ud. un cortapapel, el señala libros Amauta. Y por el contenido del N0. 20 se enterará Ud. que hemos organizado la quincena PRO-AMAUTA del 1 al 15 de febrero.
Se trata de un llamamiento a todos nuestros amigos, simpatizantes y lectores en general, para que durante la quincena nos ofrezcan su aporte económico. Las formas como responder a nuestro llamamiento serían renovando suscriciones por un año, reclutando nuevos suscritores, adquiriendo libros de los que editamos o somos representantes, poniendo en juego la iniciativa particular. Y, nuestros agentes, cancelando la totalidad de sus saldos.
Por el óbolo mínimo de S/. 1.00 remitiremos un ejemplar del señala libros adjunto, que se lo remitimos para que lo haga conocer y nos remita el óbolo correspondiente.
La revista corresponderá a sus favorecedores publicando la lista de sus nombres, sus iniciales o sus seudónimos, según indicación que deben hacernos oportunamente.
Aprovechando de esta oportunidad para expresarle las seguridades de nuestra consideración, nos suscribimos sus S.S. que esperan sus noticias.

Sociedad Editora Amauta

Carta a Neptalí La Madrid, 28/1/1929

[Lima], 28 de enero de 1929
Señor
Neptalí La Madrid
La Oroya
Muy señor nuestro:
Por correo les expedimos los 11 ejemplares de costumbre de Amauta del No 20 que acaba de aparecer.
Adjunto encontrará un marcador de libro Amauta, Y por el contenido de Amauta y de los anuncios también adjuntos se enterará Ud. que hemos organizado la quincena PRO-AMAUTA.
Se trata de un llamamiento a todos nuestros amigos, simpatizantes y lectores en general para que del 1 al 15 de febrero nos ofrezcan sus aporte económico. Dificultades con que hemos tropezado para la prosecución de nuestra empresa, nos obligan a acudir a este medio, para el que, por otra parte, no nos creemos del todo desprovistos de derecho, dado el carácter cultural de nuestra revista.
Puede responderse a nuestro llamado renovando suscripciones por un año, reclutando nuevos suscriptores, adquiriendo libros de los que editamos o somos agentes o, particularmente, poniendo en juego la iniciativa particular. Por el óbolo mínimo de S/.1.00 remitiremos un ejemplar del señala-libros que la mandamos para que lo haga conocer y para que nos remita su óbolo. Nuestros agentes pueden responder abonando la totalidad de sus saldos hasta la fecha.
Amauta publicará en sus páginas la lista de los erogantes usando sus nombres, sus iniciales o seudónimos, según indicación que deben hacernos oportunamente.
Aprovechando de esta oportunidad para saludarlo, nos suscribimos sus S.S.

Sociedad Editora Amauta

Carta sin destinatario, 7/5/1927

Lima, 7 de mayo de 1927
Sr.
Muy señor mío:
La exposición que publicamos en el Nº 8 de "Amauta" respecto a la situación financiera y el programa administrativo de la revista, lo informará a Ud. de la organización, a la fecha bastante avanzada, de la Sociedad Editora Amauta. Sobre esta ampliación de las bases económicas de "Amauta", que entra resueltamente en un periodo de estabilización y desarrollo, llamamos la atención de Ud. seguros de sus cooperación entusiasta.
Si es posible colocar entre los amigos y simpatizantes de su población algunas acciones, encargamos a Ud. la gestión respectiva. EL valor de la acción es de Lp. 5.0.00 pagaderas así: el 50 % al suscribir la acción y el respeto en cinco armadas mensuales. Los pedidos deben ser dirigidos a José Carlos Mariátegui, organizador de la Sociedad.
Debiendo la Sociedad asumir la administración de la revista desde el Nº 9, nos urge practicar a la brevedad posible la liquidación de las cuentas de "Amauta" hasta el Nº 8, a cargo de José Carlos Mariátegui. Para esto contamos con el concurso de nuestros agentes. giramos en la fecha por conducto del Banco sus saldos respectivos.
La letra girada a su cargo es a 8 días vista y por la suma de Lp. [en blanco] a que asciende su saldo hasta el Nº 7 de marzo. Si tuviera Ud. números sobrantes, le rogamos cargarlos a la cuenta del Nº 8 que le hemos expedido por correo pasado.
Con los más cordiales sentimientos, me es muy grato suscribirme de Ud. atto. y S.S.

Martínez de la Torre, Ricardo

Carta del Banco Italiano, 14/7/1930

Lima, 14 de julio de 1930
Sección Legal
Sociedad Editora Amauta
Ciudad
Acusamos recibo de su atenta de fecha 9 del mes en curso, con la que se sirven participarnos que han autorizado al administrador de esa Sociedad, señor Antonio Navarro Madrid, para girar cheques, verificar entregar y todas las operaciones del negocio de Uds., mientras dure la ausencia de su Director Gerente señor Ricardo Martínez de la Torre.
Al respecto debemos manifestarles que dicha autorización debe ser conocida mediante poder por escritura pública, de manera que esperamos ser servirán llenar este requisito a la brevedad posible a fin de poder atender los cheques girados por el señor Navarro contra la cta. cte. de Uds.
Quedamos en espera de sus noticias a este respecto; y mientras tanto nos es grato repetirnos de Uds.
Sus attos y SS. SS
Banco Italiano
Oficina de Lima

Banco Italiano

Carta de Adrián Durant Gonzales, 11/3/1930

Sicuani, 11 de marzo de 1930
Señor don
José Carlos Mariátegui
Lima.
Distinguido amigo:
Tengo la evidencia que mi anterior de enero último llegó con oportunidad a su poder; hoy me es muy satisfactorio anunciarle que los de esta casa de "La Verdad" en la que existe cariño y admiración por su labor ideológica, estamos organizando una velada en favor de "Amauta". Tengo la evidencia de que conseguiremos éxito en ambos sentidos: económico y literario; también he conseguido que el pintor José Uría obsequie un cuadro para rifarlo.
De forma que el producto de ambos me será muy grato enviarle mediante un giro postal. Ojalá que esta demostración dela intelectualidad de Sicuani sirva de aliento y alivio a la magna labor que lleva Ud. a cabo.
Por el recorte que le adjunte se informará Ud. que contamos con la cooperación de varios y distinguidos miembros de nuestra sociedad; seguramente alcanzarán a veinte las personas que nos presten su contingente en dicha velada; vea Ud. si les manda algo que testimonie el agradecimiento de "Amauta"
Le estrecha fuertemente la diestra su affmo. amigo
Adriant Durant Gonzales

Durandt Gonzales, Adrián

Carta de Guillermo Mercado, 20/3/1929

Arequipa, 20 de marzo de 1929
Sr. Dn.
José Carlos Mariátegui
Lima
Compañero José Carlos:
Al fin hoy, como le anunciaba , tengo la satisfacción de cooperar al restablecimiento económico de "Amauta" de manera efectiva. Acabamos con el compañero Rodríguez Escobedo, magnífico mozo, de hacerle un giro por el valor de Lp. 20 que las habrá hecho recoger seguramente hasta esta hora, de la Casa Milne por cuyo intermedio va a la orden de Ud.
No se imagina qué alegres estamos del pequeño esfuerzo que acabamos de hacer en pro de su revista, esfuerzo que valiente i entusiastamente secundado por los mozos pintores de Arequipa ha obtenido todo el éxito que se esperaba, como ha de verlo Ud. en los recortes que le adjunto.
Es la primera vez que Arequipa ha respondido al llamamiento de una revista doctrinaria, i es la primera vez también que los artistas se han sentido tan juntos como un puñado de seguras esperanzas venideras.
Todos, por lo menos casi todos, han contribuido con una o más obras pictóricas al mayor realce de la exposición, "pro-Amauta" de manera que el éxito, -como Ud ha de ver por el Balance que envía Rodríguez Escobedo, no se hizo esperar; pues vendidos i rifados todos los cuadros nos dieron un gran resultado. Lástima que en Arequipa hayan tan pocos pintores.
No puedo olvidar confesarle que Luis de la Jara, el simpático director de "Noticias" nos ha ayudado como ninguno, con gran inteligencia i generosidad. No habiendo un local aparente para la Exposición fue él quien la auspició cediéndonos su sala de recibo o dirección para realizarla. Así como los muchachos de la redacción de "Noticias", trabajando en toda la línea a favor de la exposición se han ganado sitio firme en nuestra amistad de trabajadores, porque bien nos lo han hecho entender que han tenido fervor i convicción en sus actos.
Es así como se comienza a ser hombre siendo peón de las grandes construcciones del espíritu.
Siendo "Amauta" con Ud. el más alto torreón de nuestras aspiraciones americanistas, no podíamos quedarnos quietos, con solo la mueca senil de la conmiseración en los labios. Teníamos que estar en nuestros sitios de trabajadores forzosamente para evitar su caída y derrumbamiento.
Por eso porque nos sentimos trabajadores de "Amauta" mejor que altoparlante amigos de "Amauta" hemos realizado este pequeño esfuerzo - imperativo mandato del deber - que nos ha llenado de máxima alegría porque sabemos que es un triunfo en favor de la causa de la libertad i del espíritu.
Su compañero.
Gmo. Mercado
P.D. Escribe a Ud. Rodríguez E.

Mercado, Guillermo

Carta de Guillermo Mercado, 2/1929

Arequipa, febrero de 1929
Señor Don
José Carlos Mariátegui
Lima
Bien querido compañero Mariátegui:
Apenas recibí su libro, con dedicatoria que me honra, me di inmediata cuenta de la Quincena Pro-Amauta, que la Administración, según creo, de la revista organizó e inició en los primeros días de este mes, a beneficio directo del fondo económico de la empresa.
Con el fin entonces de procurarle un óbolo popular y mayormente apreciable a Amauta traté de organizar una Velada de Arte de Vanguardia en uno de los más apropiados teatros locales, fatalmente a cargo de la fósil Academia de Música— y en este sentido, comprometido que hube a los muchachos compañeros de la izquierda, ataqué el problema del conseguimiento del citado teatrito. Fue lo mismo que meter ideas a las piedras. No se imagina, compañero, la cerrazón, el grado máximo de incomprensión que adornan las testas de los señorones de mi tierra. Fue un fracaso mi intento. Y no crea U. que sea la primera. En mi tierra fracaso hasta cuando duermo. Es increíble.
Y ante el caso irremediable de realizar la fiesta de Arte a beneficio, por el hecho de no haber más local aparente en este pueblo, y contar, además, con la sociedad en bando contrario, los muchachos no hemos desistido; hemos cambiado de táctica y así tiene U. que los pintores realizarán una Exposición de Cuadros Pro-Amauta con el fin de rifarlos y procurar fondos beneficiadores a Amauta.
Con este respecto verá U. el suelto que Noticias publicó el martes 26 último. Como se impondrá la Rifa de cuadros se realizará el próximo domingo.
En fin, en algo subsanaremos el gran deseo de ayudarle, mi querido José Carlos, ya que la estulticia provinciana me ha cruzado en lo primero.
Su compañero
Gmo. Mercado

Mercado, Guillermo