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Carta de Luis E. Valcárcel, 11/7/1926

Cuzco, 11 de julio de 1926
Sr. José Carlos Mariátegui
Lima
Querido compañero:
Por el correo anterior escribí a usted avisándole que le enviaba en paquete certificado los originales de Tempestad en los Andes. Al recibir U. estas líneas, hago ya en su poder los citados originales: omití incluirle la carátula: lo hago ahora. No cree usted que sería de efecto una ilustración alusiva? Quizás Vallejo, o Sabogal, podrían crearnos el símbolo andino para la primera página del libro, o de la falsa carátula.
Usted verá lo mejor.
De Arequipa me ha mandado anoche el profesor Delgadillo una tarjeta de U. Díceme que él vendrá del 15 al 16. Con mucho gusto atenderé a su recomendado.
Cuánto he sentido que no se encuentre bien de salud: cuídese, amigo mío.
Me extraña que el encargado de distribuir mi última obra Del Ayllu al Imperio no le entregase a usted el ejemplar correspondiente: por correo entrante, se lo enviaré desde aquí. En igual desatención me ha hecho incurrir con otros compañeros.
tome Ud. para "Amauta" el capítulo que le parezca. Esperamos con impaciencia la aparición de su revista.
Con Casiano Rado le recordamos siempre.
Le envío un cordial apretón de manos.
Luis. E. Valcárcel.

Valcárcel, Luis E.

Carta de Carlos Manuel Cox, 28/10/1926

Arequipa, 28 de octubre de 1926
Caro José Carlos:
Contesto su carta del 18 que recibí junto con 90 números de Amauta. Por carta de Manuel Vásquez, recibida cuando acababa de despachar mi anterior ––que espero tenga en su poder–– sabía de la nueva crisis que ha sufrido en su salud. Lamento intensamente lo que le ocurre. Cuando más necesitamos de su energía e inteligencia, más dolorosas acechanzas le impiden trabajar. Sin embargo tiene U. la admiración de los suyos y de los extraños que comprenden la energía que se necesita para soportar la tragedia que no lo quiere dejar. No sé si puedan ser eficaces las palabras alentadoras de quien ha comenzado a sentir también en propia carne el asalto del mal. Entretanto procuramos llenar nuestro cometido dignamente, como creo que lo dijo U. alguna vez.
El segundo número de Amauta ha salido muy bien. Además de tener más páginas, con cuatro en papel fino, el material es más interesante. Le adjunto un recorte de la nota que ha publicado El Pueblo.
Encontrará un cheque por S/. 22.80 producto de 76 números vendidos del primer número, a 30 centavos ejemplar. Como me indica le reenvío 9 ejemplares sobrantes, que con 5 que tiene el librero Albareda y que espero colocar dan los 90 que me envió. La revista se está popularizando rápidamente, pero no se vende en la proporción que debiera. Arequipa tiene 50,000 habitantes y una Universidad, mas U. sabe que el rabulismo es enemigo de las cosas del espíritu. Tengo también la seguridad de que se agote el 2º número. Si no le doy cuenta de la venta antes de la aparición del 3er. número, envíe 90 también. En caso de que este segundo número no se coloque le avisaré oportunamente. De todas maneras debe mandarme un mínimum de 80. Yo hubiera querido enviarle el valor íntegro de los números que vendo en la Universidad, como le indicaba en mi carta anterior, pero como hay algunos gastillos que hacer y para regularidad de las cuentas le pongo la suma que Usted me indica.
Espero enviarle en el próximo correo un artículo mío y versos de nuestro amigo Rodríguez.
Dígale a Bazancito que he recibido su Poliedro. U. Ie dará los S/. 2 en estampillas que le adjunto valor de dos números anteriores. Del último, que me ha mandado quince, le enviaré pronto el dinero.
Por Luciano sé que Eudocio está en viaje a Europa. Es de anhelar que se abra paso, ya que es uno de nuestros elementos más inteligentes y fervorosos.
Reciba un fuerte abrazo y un saludo atento para su esposa e hijitos,
Carlos Manuel
P. S. Le encargo poner un dato en Amauta sobre la F.I.A.T. Le adjunto un recorte sobre la forma definitiva como han quedado organizadas las secciones.

Cox, Carlos Manuel

Carta de Luis E. Valcárcel, 9/10/1928

Cusco, 9 de octubre de 1928
Querido compañero J. C.:
Tengo a la vista su bien acogida del 24 ppdo. que puso en mis manos Oyague.
Me complace que su estado de salud mejore sensiblemente; ojalá que pronto sepamos que se halla restablecido.
Recibí los ejemplares del N° 17 de Amauta que los recogió el mismo Oyague para ponerlos a la venta en su librería.
Es una edición sensacional, magnífica. Lo felicito muy cordialmente, sobre todo por el primer artículo que revela su ejemplar entereza.
Cuánto me contraría no liquidar la cuenta de la revista con oportunidad; como ya se lo manifesté en carta anterior la Librería Cuzco nos ha correspondido muy mal. Pasa de ciento treinta soles lo que adeuda, sin esperanza de un próximo abono. Soy incansable para cobrarle a su propietario señor Mariano E. Velasco, sin resultados hasta ahora. Le reitero la indicación de que el gerente dirija una carta de cobranza a dicho Sr., suplicándole abone en el día su saldo.
Oyague se ha atrasado también, pero formalmente promete pagar en este mes. Antes de que termine podré girar una buena cta. Sería conveniente separar cuentas. La de la revista independientemente para tenerla con el día. Libros míos y de Minerva deben ponerse aparte. Como no me enviaran la lista de remitidos al extranjero, yo mandé muchos ejemplares de Tempestad, cuyo valor eleva mucho el saldo de esta agencia.
Tenía reservado para Amauta mi estudio sobre Machupijchu, pero una ligereza de amigo mío —que abusó de la confianza en él depositada— hizo que resultara publicándose... en ¡”La Prensa”!
Preparo para el correo siguiente unas notas sobre Ortega y Gasset y los estudios de nuestra cultura andina.
Le suplico el envío por Minerva del Diario de un Filósofo de Keyserling. ¿Podría usted conseguirme en castellano buenas ediciones de Marx y Sorel? Los he leído en ediciones populares incompletas y anhelo completar mi conocimiento.
Volviendo sobre lo de Machupijchu— ¿acogería Amauta una reproducción que reivindicara el interés y ‘decencia’ del artículo publicado en el órgano oficial? Lo acompañaría un bello suplemento gráfico con las fotografías que tengo.
¿Cuál es el precio de Amauta para los vendedores?
Aguardo la lectura de sus interesantísimos ensayos que acotaré.
Con muy cordiales saludos, soy su afectísimo camarada.
Luis E. Valcárcel

Valcárcel, Luis E.

Carta de José María Eguren, 31/8/1928

31 de agosto de 1928
Muy querido amigo José Carlos:
Agradecidísimos con los conceptos que nos dedica en Variedades a mi hermano Jorge y a mí. Usted siempre tan fino y tan buen amigo. Además del avance crítico que manifiesta en todos sus escritos de literatura y arte, tiene Ud. la gran memoria de no cambiar una frase o una palabra de una conversación de antaño. Siempre con igual justeza. Verdaderamente que prefiero el arte de Italia, la nación maestra, y Ud. contribuye a hacérmela amar con sus conversaciones y con sus libros. Leo 900 hasta la última línea y sigo encantado de Bontempelli de quien se diría que busca un misterio melodioso. Núñez me dio su encargo. Envíeme las pruebas si las tiene
Siento no estar bien todavía y no poder trasladarme a Lima por ahora. Para mayor facilidad hable con mi sobrina María que me comunicará cualquier indicación que Ud. crea conveniente. Llámela al 2750, Lima.
Le devuelvo 900, Valoraciones y el libro de Gómez de la Serna, y deseándole la mejor salud y ventura le envío un fuerte abrazo.
José

Eguren, José María

Carta de Jaime L. Morenza, 26/6/1929

Montevideo, 26 de junio de 1929
Sr Dn.
José Carlos Mariátegui
Lima Perú
Mi distinguido compañero y amigo:
Recibí su carta que no contesté por falta de tranquilidad, pues desde hace varios meses tengo mi esposa enferma de bastante cuidado.
Llegaron a mi poder los libros a que Ud. se refería en su carta. Le agradezco particularmente el que Ud. ha tenido la deferencia de dedicarme. Lo que pienso de él lo he dicho en La Cruz del Sur. Como supongo que al recibir estas líneas ya estarán en su poder los ejemplares que siempre se le mandan, me creo excusado de hacer mayores consideraciones al respecto.
Le adjunto un giro de 38.05 dólares, equivalente a p. 40.00 oro uruguayo, con cuyo importe creo saldar el importe de las remesas de libros y de Amauta. Ruégole que en lo sucesivo me mande únicamente un ejemplar para mí. Le digo esto porque hasta ahora no he hecho más que regalar los números de la revista y los ejemplares de los libros, sin que con ello haya conseguido más que un suscritor, el Dr. Frugoni, a quien también pueden enviársela directamente.
No les aconsejo mandar la revista a libreros porque tropezarían con dificultades en el cobro.
De su libro se han ocupado aquí, además de Zum Felde, el periodista Orestes Baroffio, cuyo recorte le mandé hace tiempo y el Dr. Mora Guarnido, que me dio un largo artículo para el N° próximo de La Cruz. A éstos le he dado ya el libro.
Sin otro motivo, haciendo votos porque esté mejor de sus achaques lo saluda con la invariable simpatía intelectual y personal de siempre su amigo
J.L. Morenza

Nota: —A pedido de Mora Guarnido le envié a Femández Almagro a Madrid un ejemplar de sus Ensayos— Posiblemente se ocupará de él en el diario La Voz -—Vale.

Morenza, Jaime L.

Carta de Hipolito Salazar, 10/8/1924

Lima, 10 de agosto de 1924
La Federación I.O.R. Peruana, acordó, en asamblea general, el pasar una nota de atención al Distinguido leader periodista, y amigo del Pueblo, al compañero José Carlos Mariátegui: La F.I.O.R.P. se felicita por la restauración de su salud, la F. en ningún momento, se olvidó de su Maestro; esperamos tener muchas noticias favorables de su salud.
Sin otro soy de vos.
Por la F.I.O.R. Peruana
Hipólito Salazar
Secretario General

Salazar, Hipólito

Carta de Alberto Hidalgo, 1927

[Buenos Aires, 1927]
Para entregar a
José Carlos Mariátegui
Querido Mariátegui:
He cumplido con entregar su carta a Seoane.
Me alegro de que se halle Ud. mejor de salud.
He conversado largamente con Seoane acerca de si debe Ud. venir a radicarse o no. Me ha prometido, ante mi alarma de que todo no salga como quisiéramos, realizar unas gestiones previas y escribirle categóricamente.
Debe Ud. meditar mucho sobre este viaje. Primero el factor salud. Sospecho —algunos amigos me lo han asegurado—, que la suya es bastante precaria. ¿Ud. sabe lo que es Bs. As.? En cuanto hay una pequeña probabilidad —no ya síntoma— de debilitamiento pulmonar, no se puede vivir aquí. ¡Es algo horrible! ¡Horrible! Quiero ser franco hasta la rudeza, querido Mariátegui, para prevenirle.
En cuanto al factor económico, quisiera que me contestase Ud. a estas preguntas:
Si se le consiguiera un empleo público —lo más cómodo— o en un diario —lo más ingrato— podría Ud. hacer diariamente acto de presencia siquiera tres horas?
Podría Ud. escribir en revistas como Caras y Caretas, El Hogar —una colaboración mensual o lo sumo, y esto mismo muy difícil de conseguirse— ¿pero querría Ud. hacer cuentos?
Sus artículos sólo los toman en La Nación, La Prensa, La Razón; ¿pero sabe Ud. que son diarios burgueses, que quizá rechacen —no lo aseguro— su firma?
Sé que no es Ud. solo. Sé que tiene mujer e hijos, y por eso le hablo con tal rudeza. A Seoane mismo, tan entusiasta por su viaje, a causa desde luego de su bondad, le he hecho estas preguntas, y he creído descubrir alguna duda en su gesto.
Pero si Ud. contara con algún recurso propio, la cosa sería distinta. Contrariamente a lo que se cree, aquí se puede vivir con muy poco, con casi nada. Creo que hasta con ciento cincuenta pesos se podría Ud. arreglar. Ya ve...
¿Y Amauta? En cuanto a Amauta, mi juicio es radicalmente contrario al suyo. Aquí moriría definitivamente: porque costaría tres o cuatro veces lo que cuesta en Lima; porque luego le encontrarían los canallas de allá la manera de impedir su entrada en el Perú; porque además tendrá Ud. en su contra a los canallas de aquí; por tantas cosas.
Yo creo que debe Ud. esperar que pase el temporal. No veo un peligro en que esté callado. Todo el Perú debe saber que su silencio es obligado. Y lo estará escuchando casi como si hablara.
Yo no hago política. Estoy en la izquierda de la izquierda. Soy un hereje, porque no creo en nada. Pero temo que los que le quieren estén haciendo política de que a Ud. se le haga víctima. Ud. estará desde luego dispuesto a serlo, dispuesto a sacrificarse. ¿Pero ello sería eficaz? Yo creo que ahora su sacrificio sería menos útil que un estratégico reposo para después, en momento oportuno, sacar de nuevo la cara.
Mariátegui, querido Mariátegui, medite esto. Y de toda manera, sepa pues —ya lo sabe, ¿verdad?— que Alberto Hidalgo está a su lado.
Escríbame pronto, y reciba un estrujón de manos
Alberto Hidalgo
Siempre: Ventura Bosch 6740evo la cara.

Hidalgo, Alberto

Carta de Óscar Herrera,7/2/1928

Buenos Aires, 7 de febrero de 1928
Mi querido Mariátegui:
Por el último correo de Lima recibí su carta del 4 de enero. Tengo mucho gusto que al fin hayamos podido comunicarnos, estaba verdaderamente inquieto. La postal a que Ud. se refiere no la recibí como Ud. lo creía, es probable que haya venido sin dirección. Esta carta se la remitiré a una nueva dirección que me ha comunicado mi hermano. Estoy esperando su opinión sobre el ofrecimiento de Gerchunoff para entrevistarme con él, hasta ahora la gestión ha corrido a cargo de un amigo nuestro (y de Amauta, pues es suscriptor) pero cuando ya se trate de poner en manos de Gerchunoff noticias de Ud. yo me entrevistaré con él. Me parece que tal vez desde Lima Ud. podría escribir algún artículo sobre estos temas de cuestiones económicas americanas que le son familiares, contándose así entre los colaboradores del exterior que seguramente este diario de nuestro colega tendrá, así como los similares de Buenos Aires, La Prensa y La Nación.
He recibido los paquetes del N° 10 de Amauta que Ud. me anuncia en su carta. He distribuido ya 10 números entre personas que me han prometido hacerse suscriptores y 4 entre del Mazo que quería interesar a dos muchachos de Córdoba y Julio R. Barcos, que tenía interés en hacerle más propaganda en Chile entre los maestros. A un muchacho paraguayo Creidt, presidente de la Federación de los Estudiantes de Asunción, y ya abogado, a pesar de sus veintitrés años, le acabo de escribir remitiéndole Amauta y pidiéndole colaboración. Este joven vino a Buenos Aires hace poco como delegado a la Convención Internacional de Maestros y pude oírle decir cosas muy acertadas e interesantes sobre temas sociales. No sé si Ud. tenga muchas vinculaciones con gentes del Paraguay, pero de todos modos no está demás que vinculemos Amauta a la gente joven de vanguardia y que además tenga un valor intrínseco.
Juan Mantovani, un distinguido profesor de pedagogía, que ya creo está vinculado postalmente a Ud. me prometió hace algún tiempo colaboración sobre el tema de su especialidad. Mañana debo verle en casa de del M. y le reiteraré mi pedido de colaboración recordándole su ofrecimiento.
Se me ocurre preguntarle, a propósito de colaboraciones del exterior, si no sería conveniente colocar al pie de cada artículo que se publique en Amauta la fecha indicando el lugar de procedencia, creo que así se podría apreciar más fácilmente que Amauta es tribuna de toda la vanguardia latinoamericana.
Le adjunto a estas líneas dos artículos de una firma para mí desconocida que le fueron enviados desde México, debe ser por intermedio de Cox, al director de una simpática revista chilena, que ya no puede aparecer por disposición de la dictadura.
Tomo nota del affaire de nuestros camaradas de México y le prometo comunicarme con los compañeros en referencia lo antes posible. C. me debe una carta, pero le escribiré nuevamente.
Sus cartas abiertas o cerradas pueden seguir viniendo a la dirección de nuestro amigo, a la cual Ud. dirigió la que hoy contesto. Todo marcha por este conducto.
De Ravines supimos que estaba muy enfermo y que necesitaba partir a un lugar menos peligroso que París, no sé a ciencia cierta de qué se trata, me tranquiliza un tanto pensar que nuestro camarada está cerca de Bustamante. Nos pidieron ayuda y hemos logrado hacer algo, siempre modestamente, sólo pudimos girar en total mil quinientos francos. Estoy esperando noticias de Ravines para saber qué debo hacer, su última carta es de fecha 28 de diciembre y en ella se muestra muy descorazonado por tener que abandonar París, pues dice que había logrado estudiar mucho y encaminar su atención hacia una obra seria, hacia la confección de un libro orgánico sobre los temas nuestros. Con el delegado Vernochet, de la Asociación de Trabajadores de la enseñanza quien ya conoce Amauta y el Apra, habíamos planeado algo en favor de Ravines y de su asociación. Vernochet prometió incorporarlo a nuestro amigo a las labores de la asociación sobre América Latina, y darle por su trabajo 700 francos al mes. Pero yo no sé si esto se haya podido realizar, porque el mismo día que yo hice el telegrama (de enero) comunicándole a Ravines la grata nueva recibió Seoane un telegrama de Bustamante donde se daba la alarmante noticia a que me he referido más arriba.
De Haya de la Torre estamos sin noticias desde hace ya bastante tiempo, desde México no ha escrito una línea, contrariamente a su costumbre y por una respuesta inesperada a un telegrama que hicimos a México sobre la Convención de Maestros tenemos la seguridad de que ya no se encuentra en aquella ciudad.
Por el momento nada más que un cordial abrazo a Ud. y muy cariñosos recuerdos a los de su casa.
Óscar Herrera

Herrera, Óscar

Carta de Luis E. Valcárcel, 31/1/1929

Cusco, 31 de enero de 1929
Querido amigo José Carlos:
Recibí su amable carta del 21 que contesto en vísperas de mi viaje a las termas de Arequipa, donde pienso pasar el mes de febrero, como cura preventiva de amagos reumáticos. Mucho le agradezco por los datos que me trasmite sobre la repercusión de Tempestad, libro que tan discutido fuera. Tengo una cantidad de juicios la mayor parte extranjeros y cartas curiosas e interesantes como la de un jefe piel-roja, un auténtico príncipe cheroke.
Cordiales agradecimientos también por sus recomendaciones en mi favor. Bien sabe de mi lealtad y decisión por todo lo suyo.
Me contraría mucho la tardanza en la cancelación de las facturas pendientes de Amauta. Dejo el asunto recomendado a Oyague, quien me promete arreglarlo todo para después del 15 de febrero.
Debe escribirle también él.
De Arequipa le enviaré algunos artículos; podré allí disponer de tiempo y tranquilidad.
Un abrazo fraternal de
Luis

Valcárcel, Luis E.

Carta de César Falcón, 5/11/1926

26, Bellevue Road,
West Ealing,
London, W.13.
5 de noviembre de 1926
Querido José Carlos:
Acabo de recibir tu carta del diez de octubre y, como ves, la contesto enseguida. No tenía la menor noticia de tu enfermedad. Yo te creía completamente libre de las contrariedades de la cirugía y no puedes imaginarte con cuanto dolor y con cuánta desesperación me he enterado de tus padecimientos. Aunque sean insignificantes, comparados con el percance anterior, a mí me afligen mucho, y más todavía, porque no estoy junto a ti.
Pero ya tengo formado un propósito indeclinable. Voy a poner en pie Historia Nueva e inmediatamente, el año próximo, iré al Perú. No sé si es defecto de crítica o mi propia desesperación, pero todas nuestras cosas - tu salud, nuestras ideas, el plan para realizarlas- me parecen muy mal organizadas ahí. Quiero ir para contribuir a ponerlas un poco [en] orden. Sobre todo. para poner un poco en orden tu salud. Yo también creo en la inconveniencia del clima de Lima. Desde aquí, sin embargo, no puedo hacer nada. Si mis esfuerzos logran una mediana eficacia, el próximo agosto estaré contigo.
La organización de Historia Nueva me exige un trabajo desaforado y desesperante. Mi empeño de construir un grupo de redactores y colaboradores -en realidad, un grupo político- en cada país va realizándose, mas con la lentitud inevitable por la distancia. Ahora estoy esperando las respuestas de las personas a quienes hemos nombrado redactores. Ya le he escrito, por indicación de Gustavo Navarro, un boliviano disfrazado con el extravagante nombre de Tristán Maroff- a Gustavo Otero y en el Ecuador al doctor Jaramillo. Entretanto, estamos enviando circulares de propaganda a los diarios. Esto es muy lento, porque se trata de abastecer a cerca de dos mil periódicos.
Espero terminar la organización en estos dos últimos meses del año y poner manos al periódico en los primeros del próximo. Una vez hecho el periódico, dos meses me bastarán para establecer una rutina transitoria y marchar al Perú.
Te mandaré, como te lo he dicho ya, constantes artículos para Amauta. El desarrollo de Amauta me interesa mucho, porque, aparte su utilidad en el Perú, él e Historia Nueva pueden ser la base de un proyecto de Federación de nuestros periódicos cuyo desarrollo verás en el plan general de H.N.
Dentro de unos días te enviaré el ensayo sobre el indigenismo. Lo estoy escribiendo sin preocuparme de su extensión, pero tú puedes publicarlo en uno o más números, como te parezca.
Otra de mis desesperaciones es la informalidad de ese maldito Caro-Raggio de Madrid. Todavía no he logrado arrancarle los origina­les de mi novela. Escribo cartas y cartas y no logro nada. Pero si dentro pocos días no me los devuelve, le encargaré la gestión a un amigo abogado.
Mis trabajos ahora son verdaderamente abrumadores, no tanto por cuanto hago, sino por cuanto no puedo hacer. Debo escribir una enormidad de artículos al mes y esto me quita tiempo y humor para otras cosas. Mi mujer también trabaja sin descanso y me ayuda mucho. El único ser holgazán, despreocupado y feliz es mi hijo.
Mis mejores recuerdos para Anita y tus hijos. lo mismo de mi mujer y el ciudadano Mayo.
Te abraza fraternalmente
César
Mi mujer me encarga ofrecerte en su nombre un cuadro suyo para tu despacho. Tan pronto termine te lo enviaremos.

Falcón, César

En la playa de la Herradura con toda la familia

En la playa de la Herradura, Chorrillos junto con toda su familia.
De izquierda a derecha: Anna Chiappe, Javier Mariátegui Chiappe, José Carlos Mariátegui Chiappe, Sandro Mariátegui Chiappe, Cecilia de Vitali, Sigfrido Mariátegui Chiappe y Trinidad Millares.

Florez, Ricardo E.

Guardia de honor en el velatorio de José Carlos Mariátegui

Guardia de honor en la velada de José Carlos Mariátegui en su casa de Washington Izquierda, Lima. Al fondo, el estandarte del Sindicato Textil de Vitarte. En primer plano a la izquierda, Miguel Adler; a la derecha, Julio César Mariátegui. Figuran además tres personas designadas por la Asociación Nacional de Periodistas: Antonio Alva, Mario Mendizábal y José Amador Añazgo.

Variedades

Carta de Elmina De Marinis de Elmore, 14/9/1927

Firenze, 14 de setiembre de 1927
Señor J. C. Mariátegui
Distinguido señor:
Recibo con un mes de atraso las últimas noticias de esa ciudad, y ellas, como siempre, sublevan mi ánimo. Ligada espiritualmente desde niña, y ahora mucho más que antes, a todos los que como Usted defienden los más altos y nobles ideales humanos, quiero que reciba en la situación en que Usted se halla, mi sencilla palabra de aliento y de valor y mi más sincero saludo.
Elmina de Marinis de Elmore

Marinis de Elmore, Elmina de

Carta a Samuel Glusberg, 10/1/1928

[Transcripción literal]
Lima, 10 de Enero de 1927.
Señor don Samuel Glusberg.
Buenos Aires.
Muy estimado compañero:
Acabo de recibir unas líneas de Ud. que me apremian a satisfacer el deseo de escribirle. Creo no haber contestado su carta del 1 de noviembre sino con el envió de los ejemplares de "Amauta" y el retrato que me pedía. Ud. me perdonará todos estos retardos considerando las ocupaciones que me ha impuesto la reorganización de "Amauta".
He trasmitido su encargo a Garro, a quien he hecho llegar su carta. Está animado del propósito de poner enseguida manos a la obra. Aprovechará, seguramente, sus vacaciones (es profesor además de literato) para esta traducción. Me ha dicho que le escribirá enseguida.
He conseguido reanudar la publicación de “Amauta" en Lima. Pero, naturalmente, los azares de la política criolla pueden, después de un tirapo, interrumpirla otra vez. La policía peruana no sabe distinguir entre especulación ideológica y conspiración o montonera. Si "Amauta" sufriera una nueva clausura, renunciaría a la tarea de rectificar el juicio de esta gente y me dirigiría a Buenos Aires donde creo que mi trabajo encontraría mejor clima y donde yo estaría a cubierto de espionajes y acechanzas absurdas.
Le remito con “Amauta”, dos ejemplares de "Tempestad en los Andes", ultimo libro de Minerva y primero de la Biblioteca "Amauta", en la cual publicaré enseguida una selección de la obra completa de nuestro gran poeta José M. Eguren y un libro mío: “7 ensayos de interpretación de la realidad peruana". Tengo otro libro de tema internacional, como "La Escena Contemporánea”, al cual titulo "Polémica Revolucionaria". No lo podría dar enseguida a luz por Minerva, porque se diría entonces que no edito casi sino mis libros. Dese saber, por esto, si podría editarlo Babel .Yo tomaría a firme 300 ejemplares para la venta en Lima y, al menos otros tantos podrían enviarse en consignación, bajo mi responsabilidad, a los agentes de provincias que yo indicase. De "La Escena Contemporánea" se vendieron fácilmente 1500 ejemplares, de modo que la cifra no es optimista en demasía. El volumen del libro sería el "La Civilización Manual y otros ensayos" aproximadamente. La parte principal se contrae a la critica de las tesis reaccionarias y democráticas más en circulación y actualidad (Massis, Rocco, Maeztu, Ford, Wells, etc). Hago a mi modo la defensa de Occidente: denunciando el empeño conservador de identificar la civilización occidental con el capitalismo y de reducir la revolución rusa, engendrada por el marxismo, esto es por el pensamiento y la experiencia de Europa, a un fenómeno de barbarie oriental. Me interesaría tener a la vista las réplicas de Lugones a sus impugnadores (Molina, etc). Si Ud. me las pudiera facilitar se lo agradecería mucho.
¿Podemos canjear algunas ediciones de Minerva con ediciones de Babel, de las menos conocidas en Lima?

Le remitiré algunos recortes sobre mi persona. Aunque soy un escritor muy poco autobiográfico, le daré yo, mismo algunos datos sumarios: Nací el 95. A los 14 años, entre de alcanza-rejones a un periódico. Hasta 1919 trabajé en el diarismo, primero en "La Prensa", luego en "El Tiempo, finalmente en "La Razón" diario que fundé con César Falcón, Humberto del Aguila y otros muchachos. En este ultimo diario patrocinamos la reforma universitaria. Desde 1918, nauseado de política criolla, —como diarista, y durante algún tiempo redactor político y parlamentario conocí por dentro los partidos y vi en zapatillas a los estadistas— me orienté resueltamente hacia, el socialismo, rompiendo con mis primeros tanteos de literato inficionado de decadentismos y bizantinismos finiseculares, en pleno apogeo todavía. De fines de 1919 a mediados de 1923 viaje por Europa. Residí mas de dos años en Italia, donde desposé una mujer y algunas ideas. Anduve, por Francia. Alemania, Austria y otros países. Mi mujer y un hijo me impidieron llegar a Rusia. Desde Europa me concerté con algunos peruanos para la acción socialista. Mis artículos de esa época, señalan las estaciones de mi orientamiento socialista. A mi vuelta al Perú, en 1923, en reportajes, conferencias en la Federación de Estudiantes y la Universidad Popular, artículos, expliqué la situación europea e inicié mi trabajo de investigación de la realidad nacional, conforme al método marxista. En 1924, estuve como ya le he contado a punto de perder la vida. Perdí una pierna y quedé muy delicado. Habría seguramente curado ya del todo, con una existencia reposada. Pero ni mi pobreza ni mi inquietud intelectual me la consienten. Desde hace seis meses, mejoro poco a poco. No he publicado más libro que el que Ud. conoce, Tengo listos dos y en proyecto otros. He ahí mi vida, en pocas palabras. No creo que valga la pena, hacerla notoria. Pero no puedo rehusarle los datos que Ud. me pide. Me olvidaba: soy un autodidacta. Me matriculé una vez en Letras en Lima, pero con el solo interés de seguir un curso de latín de un agustino erudito. Y en Europa frecuente algunas cátedras libremente, pero sin decidirme nunca a perder mi carácter extra-universitario y tal vez si hasta si hasta anti-universitario. En 1925 la Federación de Estudiantes me propuso a Ia Universidad como catedrático de la materia de mi competencia; pero la mala voluntad del Rector y segundariamente, mi estado de salud, frustraron esta iniciativa.
Le he escrito mas largamente de dio que al comenzar me proponía. Pero, por supuesto, esto me complace mucho
No he recibido el segundo número de los “Cuadernos de Oriente y Occidente” que están muy bien, como todo lo que se edita con su intervención.
Estoy muy reconocido a Gerchunoff por su deseo de que forme parte del personal de colaboradores de su diario. Creo que aunque no vaya por ahora a Buenos Aires, me será posible colaborar desde aquí.
En el próximo numera de “Amauta", salen notas sobre algunos libros de Babel.
Con sinceros votos para el año que empieza, lo saluda muy afectuosamente su amigo, y compañero.

José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 18/12/1929

Lima, 18 de diciembre de 1929
Estimado amigo y compañero:
No he dado inmediata respuesta a su carta del 19 de noviembre, porque en parte se la habían adelantado dos cartas mías, que deben haberse cruzado con la suya, y de la segunda de las cuales le acompaño copia, prevenido siempre contra las veleidades del correo peruano.
Hemos tenido con nosotros a Waldo Frank todo el tiempo que Ud. ha sabido por las noticias cablegráficas. No sé si las noticias cablegráficas sobre su estancia en Lima habrán abundado. Le envío algunos periódicos, entre otros un número de Variedades con un artículo mío. No es necesario que le remita otros periódicos. Toda la prensa de Lima ha señalado con gran atención la presencia de Waldo Frank en nuestra ciudad.
Ya Ud. me había dicho que en Waldo Frank, el hombre no se hace amar menos que el escritor. Todos los que lo hemos tratado de cerca, hemos confirmado plenamente esto. Frank no ha encontrado en Lima un auditorio numeroso, en parte porque la gente no está habituada a pagar a los conferencistas, en parte porque los temas de Frank no interesan sino a una élite; pero ha encontrado en cambio a gentes que lo han rodeado con cariño y comprensión. Y entre sus amigos han estado, seguramente, los mejores espíritus del Perú.
Ofreció tres conferencias en el Teatro Municipal, organizadas por el comité de invitantes, y una pagada por la colectividad hebrea, cohíbida aún por la reciente agresión policial. La Universidad le recibió en la sala de Letras la víspera de su partida. La Facultad de Letras, a propuesta de Sánchez, Iberico, Ureta y Porras Barrenechea lo hizo doctor honoris causa; pero no hubo tiempo para que, aprobado este acuerdo por el Consejo de Decanos, conforme al protocolo universitario, se le otorgasen las insignias respectivas en actuación especial. Reunimos a los escritores y artistas en un banquete general. La Nueva Revista Peruana y Amauta aunque participantes en esta fiesta, quisieron agasajarlo aparte. Hemos prescindido de discursos. Y hemos hecho lo posible porque la cortesía y los cumplimientos no impidiesen a Frank sentirse en Lima como en su casa.
Conversando con Frank, que ha sido muy gentil y deferente conmigo en todo instante, me he afirmado en mi intención de marchar a Buenos Aires. La invitación de un amigo y compañero como Ud. coincide con las circunstancias que le describe mi penúltima carta. El contacto con un país sano y fuerte me hará mucho bien, espiritual y físicamente. En Buenos Aires, terminará esta convalescencia que la debilidad de Lima ha retardado.
Deseo hacer el viaje con mi mujer y mis niños. A los dos mayores, —de ocho y seis años-, podría tal vez dejarlos; pero los colegios de Lima, donde podría dejarlos como internos, no me satisfacen y el mimo de la familia, si continuasen en el colegio que ahora frecuentan y donde no hay internado, perjudicaría su educación. Respecto a todo, espero su fraterno e inteligente consejo. —Frank piensa que en Buenos Aires se puede resolver tan bien como en Europa el problema de mi movilidad por la adaptación de una pierna ortopédica. Creo que ahí la cirugía y la ortopedia están perfectamente desarrolladas. Eso lo dejaría para después de mi primera etapa de trabajo. Pero es muy importante para mi porvenir.
Para que el correo de hoy no me gane, pongo aquí punto final a estas líneas. Le seguiré escribiendo en breve.— No hemos recibido sino un ejemplar del número 15 de L.V.L. Si le es posible, reitere el envío. Han venido, en cambio, completos los ejemplares del N° 16.
Cordialmente lo abraza su amigo y compañero devotísimo
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a José Malanca, 10/3/1930

Lima, 10 de marzo de 1930
Querido Malanca:
Dos líneas en respuesta a su única de Chile (Villa Rica 27 de enero). Voy todas las tardes a la Herradura y esta cura, si bien me ha hecho mucho bien, después de un decaimiento de mis fuerzas físicas, me quita mucho tiempo.
Gran satisfacción me causan las noticias sobre Seoane, con quien yo también me prometo excelente camaradería en Buenos Aires.— Hágale Ud. saber que probablemente en mayo estaré en Santiago, en viaje a Buenos Aires; y que mi viaje aconsejado por muchas razones, que Ud. en gran parte conoce, está completamente resuelto. Sólo una inesperada falla en mi salud u otro accidente puede frustrarlo. Estoy invitado por el grupo de escritores de La Vida Literaria, el mismo que propició y organizó la visita de Frank. L.V.L. dará, con este motivo, un número peruano, para el que Seoane, Blanca, Magda, Julián pueden enviar desde luego alguna colaboración, dirigiéndola a Samuel Glusberg, Rivera Indarte 1030. Creo que ese número puede ser una pequeña antología de prosa y poesía peruanas. —Dígale a Seoane que no he sabido nunca si recibió la carta que hace varios meses le dirigí acompañándole copia de los puntos aprobados del programa del P.S. Después de la carta, fue copia de la misma, en previsión de una falla postal.
Deploro que no nos podamos encontrar en Santiago. Habríamos hecho juntos el viaje a su tierra, de la que ha sido Ud. para mí uno de los mejores anticipos espirituales. Pero ya en Buenos Aires renovaremos las tardes de Lima.
No necesito agregarle que se le recuerda a Ud. aquí con el cariño de siempre. Tengo noticia de que en el Cusco tampoco se le olvida. Estamos en buena relación con los muchachos de allá, disipado ya hasta la última sombra de malentendído. Sólo un exagerado ‘cusqueñismo’, léase en este caso antilimeñismo, los distanciaba de nosotros. Y Ud. sabe lo poco limeños que somos nosotros, lo antilimeños que somos, en el sentido revolucionario.
No tarde en escribirme, enterándome de su itinerario.
Muy cordialmente lo abraza
José Carlos
P.D.—Recuerdos afectuosos de Anita y todos los míos.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Gamaliel Churata, 13/3/1930

Lima, 13 de marzo de 1930
Querido Gamaliel Churata:
No he tenido respuesta de Ud. a la que le dirigí con Valdivia, sin duda por su enfermedad, de la que hemos tenido noticia por carta de este compañero. Sé que convalece Ud. en Arequipa, donde yo me había hecho el proyecto de encontrarlo.
Digo me había hecho porque no sé si podré realizar este anhelado viaje al sur. Escribo al respecto a Armando Rivera, con quien le ruego conversar para que lo informe al respecto. Necesito conocer la opinión de Ud. acerca de los puntos que expongo a Rivera en mi carta.
Con gran retraso, he recibido los últimos números del Boletín de la Editorial Titikaka. Tal vez en esta hoja se podría iniciar, con el mayor sentido pedagógico posible, cierta obra de divulgación doctrinal socialista, adecuada a la lectura en las escuelas y grupos indígenas. "El Ayllu" para todas las comunidades de la República. Pero no sabemos cuándo nuestras posibilidades económicas, siempre exiguas, nos consentirán realizar este propósito.
Trabajamos, como siempre, perseverantemente. En enero, el viaje de un comp. del Cusco estableció cordiales relaciones entre los grupos de Lima y esa ciudad. Le adjunto la copia de tres resoluciones últimas, que se agregan a los puntos programáticos y al plan de organización del P.S. Se ha hecho cargo de la S. G. el compañero E.R. quien le escribirá en breve instándolo a que tome Ud. la iniciativa de la constitución formal del grupo de Puno, que ojalá esté integrado por indios, en la mayor proporción posible. No importa que no sea gente perfectamente adoctrinada. Basta que tenga probada y vigilante consciencia clasista y que quiera trabajar, instruyéndose al mismo tiempo que instruye a las masas.
Como "Labor" está condenada, pensamos sacar en su reemplazo, con el mismo tipo, y la misma fisonomía tipográfica, en todas sus páginas, "La Obra". Hay que anunciarla desde luego, como quincenario de información e ideas de la Soc. Editora Amauta. Lo único que nos hace falta resolver para esto es la cuestión económica.
Recibirá Ud. probablemente una carta de Samuel Glusberg, pidiéndole colaboración para un número peruano de "La Vida Literaria" de Buenos Aires. Ese número aparecerá con motivo de la invitación que el grupo de escritores de L.V.L me hace para que visite Buenos Aires, invitación que, animado por Waldo Frank, he resuelto aceptar, a fin de que en una clínica bonaerense se me practique al fin la aplicación ortopédica que necesito para salir de esta ya insoportable inmovilidad en una "chaisse longue" o una silla de ruedas. Envíe a L.V.L originales suyos y de Alejandro. I prepara, también si le es posible, un envío para otro número peruano en perspectiva: el de "1930" de La Habana".
En espera de sus noticias, muy cordialmente lo abraza su amigo compañero y devotísimo.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Victoria Ferrer, 15/11/1926

Lima, 15 de noviembre de 1926
Victoria:
He sentido mucho tu enfermedad lo mismo que el no poder enviar con más oportunidad la mesada de Gloria. Yo no estoy aún bien y mi enfermedad, que no me permite atender como antes mi trabajo, me tiene atrasado en mis pagos.
Espero que mi salud y que mis asuntos se regularicen para poder ser más puntual.
Besos a Gloria y saludos a los tuyos. Y tú recibe un afectuoso recuerdo
José Carlos

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Victoria Ferrer, 22/8/1924

Miraflores, 22 de agosto de 1924
Victoria:
He recibido tu carta del 11 del presente que me informa de la enfermedad de Gloria. Mucho lo lamento y más todavía el no poder atenderla mejor. No estoy bien aún. Mi convalecencia es lenta y los gastos que mi enfermedad me ha causado y sigue causando innumerables y cuantiosos. Te remito tres libras para lo que requiera el cuidado de Gloria. Si te parece, si crees que Gloria se acostumbraría sin dificultad, puedes mandármela. El clima de Miraflores le haría bien y aquí la vería un especialista. Creo que debes darle Emulsión Scott o Iricalcina.
Caricias a la chica y saludos a ti y a los tuyos
José Carlos
P.D.-A mediados de julio te envié tres y no dos libras. No sé cómo recibiste sólo dos. En mayo, de la clínica, te remití con Beatriz cuatro. Te envío hoy las tres libras en el adjunto cheque No. 398632 para el Banco del Perú y Londres.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Miguel Ángel Urquieta, 30/6/1928

Lima, 30 de junio de 1928
Ud. me perdonará que sólo ahora conteste su carta del 10 de abril y agradezca la generosidad absolutamente suya, de esa nobilísima epístola a Bustamante y Ballivián, al saber que he estado muy enfermo, tanto que han transcurrido dos meses sin que escriba una línea. Es posible que haya Ud. advertido la ausencia de mi firma en las revistas de acá, si no una noticia publicada en el nro. 14 de "Amauta". He estado bastante mal. Me siento convaleciente desde hace pocos día, después de una pequeña intervención quirúrgica que precede a otra mayor. El Dr. Quesada, que se ha hecho cargo de la parte quirúrgica de mi tratamiento, es por fortuna muy optimista y me asegura mi completa curación en un plazo de ocho a diez meses.
Le ruego decir todo mi reconocimiento a Bustamante por sus abrumadoras palabras. Tengo que protestar, por honradez, contra el calificativo exorbitante que a Uds. les dicta su cariño. Yo no creo ejercer un apostolado, porque, en primer lugar, no aspiro a él y, en segundo lugar, el apostolado requiere condiciones proselitistas de las que carezco demasiado. No soy sino un agitador intelectual. Mi temperamento demasiado crítico y raciocinante, para que se me conceda otra función. He luchado por elevarme sobre la miserable limitación del literato, del periodista, entre nosotros y no sólo entre nosotros. He ahí todo mi mérito.
Sobre lo que Ud. Me pregunta, tendría no poco que decirle, pero esta carta no puede ser, contra mi deseo, muy extensa. Tengo una enorme cantidad de trabajo acumulado a consecuencia de mi enfermedad. Debo, por esto, ser breve.- En dos palabras, le diré que, siendo como soy, y los compañeros de México lo saben, absolutamente extraño a la actitud y los móviles de Hurwitz y Terreros, no apruebo, por mi parte, la orientación que desde hace algún tiempo imprime Haya al Apra, concebida al principio como frente único y alianza, -su nombre lo declara y definida luego como partido, lo que supone una homogeneidad de opinión y filiación que no cabe esperar ni pretender. En varias cartas a los compañeros de México, y al propio Haya, he expuesto mis observaciones, sin conseguir que entiendan mi punto de vista. Yo no pretendo que mi opinión prevalezca; pero en todo caso, reclamo una decisión que sea efectivamente el parecer de la mayoría de los elementos, muy pocos todavía, realmente afiliados al Apra. Sostengo que existen elementos, gérmenes, de organización del Apra; pero no el Apra mismo como aquello que su nombre designa. Me opongo a una campaña de bluff. Reclamo más seriedad. Y si es mantenida la definición de partido, reivindico absolutamente mi independencia y la de "Amauta".- En este estado, el debate ha empezado una ilusa campaña a favor de la candidatura de Haya a la presidencia, en el nombre de un llamado partido nacionalista. Si esto surgiese espontáneamente de simpatizantes no obligados a respetar nuestra ideología y su congrua praxis, no diría nada. Pero un movimiento de esta clase no existe; que los esfuerzos, -destinados a caer en el vacío-, de los que intentan provocarlo, parten del propio núcleo de los deportados del Apra. Y, aunque hasta ahora, con el objeto de evitar toda mala inteligencia de este desacuerdo, y su resonancia fuera de nuestras filas, he mantenido en estricta reserva la controversia, no puedo abstenerme de informar a compañeros como Ud. de mis puntos de vista. Para completar esta información, le enviaré copias de unas cartas dirigidas a México.
No he recibido últimamente de Ud. nada para "Amauta". Reclamo su colaboración, Ud. sabe cuánto lo estimo. Ud, pertenece por derecho a la plana mayor de "Amauta". No necesito recordárselo.
En espera de sus noticias, que deben venir dirigidas a A.M Chiappe, Washington Izquierda 544-970, Lima, lo abraza fraternalmente su affmo amigo y compañero.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Artemia G de Falcón, 31/7/1925

Su casa, Washington 544,
31 de julio de 1925

Señora Artemia G. de Falcón
Ciudad.

Señora de todo mi respeto:
De vuelta de Chosica, a donde fui en busca de salud, me complazco en anunciarle nuevamente que tiene Ud. su casa en Washington Nº 544.
Me parece que Humberto se ha enojado con nosotros por un incidente mínimo del día de la mudanza. Yo creo que la cosa no era para tanto. Pero estimo demasiado la amistad de César y los suyos para no apresurarme a ofrecer a Ud. las excusas que Ud. crea de mi debe.
Anita me encarga expresar a Ud. y a su señoritas hijas sus muy cordiales sentimientos. Sandro y Sigfrido le mandan muchos besos a Artemita.
Y yo me despido de Ud. con las respetuosas consideraciones de siempre. Su muy devoto y atento servidor.

José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Manuel F. Laos, 28/10/1927

Chicla, octubre 28 de 1927
Señor
José Carlos Mariátegui
Lima.
Mi querido amigo i compañero:
Oportunamente recibí su mui atenta carta de fecha 30 del mes ppdo., por la que se sirve U. comunicarme que restablecido de una crisis de sus salud, se prepara entusiastamente a reorganizar "Amauta". Esta grata nueva no sólo me ha complacido, sino que me ha entusiasmado reciamente.
La gestión encaminada a conseguir las reaparición de "Amauta" en Lima no ha hecho en mi, sino coronar la idea que generaliza la opinión de todos los que anhelamos con vehemencia, que pronto se obtenga el mas completo éxito . Cuente U. querido compañero, con mi cooperación decidida; pues, yo en esta región, haré por "Amauta" i por nuestro ideales, todo cuanto esté a mi alcance i a medida de mis modestas fuerzas.
"Amauta: debe, puede i tiene que reaparecer en Lima, como me dice U. que fundadamente lo espera; no cabe otra cosa que esperar ese día, i, entonces sí, estaremos de plácemes i haremos resonar un canto de gloria, cuyo eco traspasando los confines del Perú vaya a repercutir mui lejos, pregonando el triunfo de nuestras auroras reivindicatorias i anunciando el engrandecimiento verdadero de nuestros ideales. - Necesario es que recordemos en esta brega el sacrificio bello i heroico de nuestro inolvidable compañero Edwin Elmore; aquel hombre íntegro como pocos. ¡Bendita sea su memoria!. Vive él en nuestros corazones. Con el nombre de Elmore, ligado profundamente a su sacrificio i a su acción, están todos los mártires de la redención espiritual i humana.
Si sale "Amauta", no olvide, querido compañero, de avisarme la fecha de su reaparición, aunque sea por telegrama.
Reciba Ud. el abrazo leal y fraterno de su amigo i compañero.
Manuel F. Laos.

Laos, Manuel F.

Carta a Artemia G de Falcón, 22/11/1923

Madrid - Trafalgar, 36

Querida madre:

Poco después de tu última carta he recibido una extensa de Mariátegui contándome los detalles de su posición y cómo se han realizado los últimos acontecimientos políticos. Veo que no han sido graves. Hace tres o cuatro días publicaron los diarios de aquí la noticia de una nueva revolución. Supongo que se trata de una de las frecuentes mentiras cablegráficas, porque no se la ha confirmado hasta ahora.

Yo sigo realizando las gestiones de que ya te he informado. Todavía no he conseguido arreglar el viaje a París. uno de estos días deben contestarme. Espero que lo hagan en este mes.

Me alegro mucho de la mejoría de Antonieta. Esperaba esta noticia. No sé por qué, a pesar del pesimismo que nos infunde las continúas contrariedades, desde el primer momento he creído que no sería nada grave y que muy pronto se aliviaría. Tengo mucho gusto de que haya sido así. Salúdala cariñosamente en mi nombre.

No olvido tu encargo sobre Angulo. Ya te lo he dicho. Tan pronto pueda lo cumpliré.

A Alicia no le escribo separadamente, porque supongo que estas cartas la leerá ella y, por esto, son en buena cuenta todos vosotros. Yo estoy pronto a cumplir rápidamente todos sus encargo. Algo más: si un cambio favorable de mi situación económica —cosa que espero hace ta tiempo— me lo permite, ni siquiera necesitará enviarme dinero. Creo que vosotras no os sobrará. Será suficiente que me mande decir lo que quiere.

Cariñosos saludos para mis hermanos.

Recibe tú un beso y un abrazo muy cariñosos de tu hijo.

César.

22.XI.1923

Te incluyo un artículo.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 1/7/1924

1 - VII - 1924

Querida madre:

La nueva noticia de la amputación de la pierna a Mariátegui me ha producido […] dolor. Me imagino cuánto habrá sufrido y cuántas dificultades estará sufriendo la familia. La imposibilidad de hace nada eficiente por él. No dejes de contarme todos los detalles de su enfermedad y de su estado y de las posibilidades de curación. Espero también con impaciencia la carta de Roe. Yo le volveré a escribir a José Carlo uno de estos días.

Te adjunto los dos artículos del mes. Muy pronto, dentro de pocos días, cuando reciba mi sueldo, te enviaré el regalito de todos los meses.

Sigo ocupándome en arreglar las cosas de modo de poder ir a verte en la fecha que te he prometido. Creo que lo lograré.

Como me pides en tu carta última te mando un artículo sin fotografías para El Comercio. Supongo que no podrán dificultades para admitírtelo y pagártelo. Si no lo hacen así, dímelo para enviarte los dos destinados a Mundial.

No te desesperes. Cuando vaya haré todo lo posible por arreglar definitivamente tus asuntos. Ya falta poco.

Saluda a todos mis hermanos y agradécele a Antonieta su salido. En este documento no puedo escribirle particularmente. Pero no olvido que le debo una carta y muchas palabras de cariño.

Muchos recuerdos para todos y un beso y un abrazo para ti.

César.

Dentro de pocos días iré a Madrid y, posiblemente, regresaré a Londres a fines de agosto.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 1/8/1924

1 - VIII - 1924

Querida madre:

Como te dije en mis cartas anteriores, he venido a pasar unos días en Madrid, después de haber estado en Londres ochos meses, trabajando incesantemente y en lucha abierta con la ciudad. En este mes de agosto no se puede estar en Madrid mucho tiempo. Hace un calor horrible. Yo voy a marcharme días a un pueblecito de Portugal y regresaré a últimos de mes.

En tu última carta no me dices nada de Mariátegui. La última noticia que me da es la que está convaleciendo en Miraflores. Ya te he dicho, y te repito, que me hagas el favor de enviarme la mayor cantidad de detalles sobre su enfermedad y, particularmente, sobre su estado actual y las posibilidades que tenga de recuperarse. Te incluyo una carta para él.

Si tienes oportunidad de ver a Roe dile que estoy esperando impacientemente la carta que me ha ofrecido por intermedio tuyo. Yo le escribí desde Londres y todavía no me ha contestado.

El Sr. Delgado, quien me dio la carta para Thol, recomendando a Humberto, debe regresar pronto al Perú, según me dijo en Londres. Me ha ofrecido espontáneamente interesarse por colocar a Humberto. Me dijo que te escribiera tan pronto como llegase a Lima y que iría a verte para ponerse de acuerdo contigo sobre lo que fuera necesario hacer. Es posible que haga algo. Tú, por lo menos, cuando vaya, dale todos los datos que necesite. Ya le he dicho yo que, en caso de que no pueda hacer nada, no te haga perder el tiempo con esperanzas inútiles.

Como me lo dices en tu última carta, te mando tres artículos para: dos para Mundial y uno para El Comercio. Espero que te los admitan y te los paguen todos. Si esto ocurriera puntualmente todos los meses, me parece que con las seis libras de ellos podrías tener para pagar la casa. yo no dejaré de enviártelos con toda puntualidad.

Insisto en mi opinión sobre la casa. Es necesario que procureis resolver cuanto antes la mudanza a una casa modesta y barata. Alicia me ha ofrecido ayudarte en esto y yo estoy seguro que lo hará con muy buena voluntad y cariño.

Ya he tomado el chocolate y el café. Me han gustado mucho. Pronto te mandaré yo a mi vez alguna cosa.

Estoy esperando los retratos de mis hermanas.

Muchos recuerdos para todos mis hermanos y un beso y un abrazo para ti.

César.

No olvidaré, cuando vaya, las ampliaciones de los retratos de tus padres.

Falcón, César

Notas de la decimocuarta conferencia

[Transcripción completa]

El esquema de la constitución rusa es el siguiente: Principio: quien no trabaja no come. Fin: supresión de la explotación del hombre por el hombre. Medio: durante la lucha decisiva del proletariado contra sus explotadores el poder debe pertenecer exclusivamente a las masas trabajadoras.

La célula del régimen sovietal es el soviet o consejo urbano y rural. Estos soviets urbanos y rurales se agrupan primero en congreso de volost, luego en congresos distritales, en seguida en los congresos provinciales, después en los congresos regionales y finalmente en el congreso pan-ruso de los soviets, formado por delegados de los soviets urbanos (uno por cada 25,000 habitantes) y por delegados de los congresos provinciales (uno por cada 125,000 habitantes). El congreso pan-ruso se reúne dos veces al año. Designa un comité central ejecutivo que es la suprema autoridad en los intervalos entre congreso y congreso. El Comité Central Ejecutivo nombra de su seno a los comisarios del pueblo que constituyen un colegio o soviet a su vez. Los comisarios del pueblo son dieciocho.

El período de cada delegado es de tres meses. Pero todos los delegados son revocables en cualquier momento. Son electores todos los trabajadores sin distinción de sexos, nacionalidades, religiones, etc.

No existe el dualismo democrático en el régimen sovietal. Los soviets son al mismo tiempo órganos ejecutivos y legislativos. El consejo de comisarios del pueblo no es sino un comité directivo, un estado mayor de la asamblea de los soviets. El parlamento suele no corresponder, por envejecimiento, a las corrientes del instante. El soviet está en constante renovación, en constante cambio. Todas las
ondulaciones de la opinión se reflejan en el soviet. El soviet es el órgano típico del régimen proletario así como el parlamento es el órgano típico del régimen democrático. Es un régimen de representación profesional y de representación de clase.

La dictadura del proletariado, por ende, no es una dictadura de partido sino una dictadura de clase, una dictadura de la clase trabajadora. Cuando se inauguró el régimen sovietista los bolcheviques no predominaban sino en los soviets urbanos, en los centros industriales. En los soviets de campesinos predominaba el partido social revolucionario que correspondía más exactamente a la mentalidad poco evolucionada y pequeño-burguesa de los campesinos. Pero los bolcheviques se atrajeron la colaboración de estas masas campesinas mediante la realización de su programa: celebración de la paz y reparto de las tierras.

La economía, la política del régimen de los soviets constituyen una transacción entre los intereses de los obreros urbanos y los intereses de los trabajadores del campo. Estos últimos no están aún educados, preparados, capacitados para el comunismo. Su actitud ha hecho necesaria por ejemplo la distribución de las tierras en vez de su gestión colectiva. Gorky mira la amenaza del porvenir en el campesino, en su egoísmo, en su ojeriza al obrero de la ciudad. La necesidad de excitar la producción hizo necesaria, por ejemplo, la libertad del pequeño comercio. En un principio, bajo el régimen de las requisiciones, los campesinos redujeron la producción. Ahora, la aumentan porque el comercio libre constituye un atractivo para ellos. Lo mismo ocurre con los obreros
industriales. Les es permitido trabajar extraordinariamente para producir manufacturas destinadas al comercio libre. De esta suerte, el régimen consigue un aumento de la producción, y, en tanto que queda ésta normalizada sobre bases netamente comunistas, se confía a la iniciativa y al comercio particulares de obreros y campesinos la satisfacción de las necesidades que el Estado no puede todavía atender.

La política internacional de los soviets es eminentemente pacifista. La Federación de las Repúblicas Sovietistas está constituida sobre la base del derecho de sus componentes a salir de ella. Constituye una asociación voluntaria de naciones. Rusia ha renunciado a toda reivindicación territorial en Polonia. Ha reconocido la independencia de Finlandia y de las provincias bálticas. El ejército rojo tiene por objeto sustancial la defensa de la Revolución. Es un instrumento al servicio de la revolución mundial. El ejército rojo es ahora de 600,000 hombres.

Ha salvado al régimen de los asaltos contrarrevolucionarios de Kolchak, Deninkin, Judenicht, Wrangel. Y ha impuesto a las potencias europeas el abandono de la política de intervención armada en Rusia. Rusia tiene acreditada embajada en Berlín, en Varsovia, en Angora. Tiene representantes oficiosos o comerciales en Inglaterra, Italia y otros países importantes. Ha concurrido a la Conferencia de Génova y luego a las de La Haya y Lausanne. Rusia ha concurrido, invitada oficialmente a la Feria de Lyon. Una comisión de banqueros franceses acaba de visitar Rusia.

El bloqueo, otra arma de la Entente, ha dañado extraordinariamente la producción rusa. Y ha causado la muerte de gran número de campesinos en la región del Volga.

La educación y la instrucción, son objeto de especial cuidado. El obrero tiene acceso a la instrucción superior. En 1917 existían 23 bibliotecas en Petrogrado y 30 en Moscú. En 1919, eran 49 en Petrogrado y 85 en Moscú. Los institutos de Moscú han aumentado de 369 a 1357. La asistencia escolar que era de tres millones y medio ha aumentado a cinco millones. Se ha fundado doce mil escuelas nuevas. El número total de bibliotecas que en 1919 era de 13,500 en 1920 era de más de 32,000. Se han creado 24 universidades obreras.

Gorky fue encargado de fundar la casa de los intelectuales, en gran parte hostiles a la Revolución. Las artes reciben estímulo. He asistido a una exposición de arte ruso en Berlín. Rusia estuvo representada abundantemente en la última exposición internacional de Venecia.

Se observa rigurosamente la jornada de ocho horas. Para los que se dedican a un trabajo nocturno la jornada es de siete horas. Cada trabajador tiene derecho a 42 horas de reposo continuo a la semana. Cada año tiene derecho a una vacación de un mes, transitoriamente reducida a quince días. El seguro social se extiende a toda la vida del trabajador: enfermedad, desocupación, accidente, vejez y maternidad. Funciona el control obrero de la producción. Existen casas de reposo para los trabajadores. La residencia veraniega del ex gran duque Sergio en Ilinskoe es el principal sanatorio para obreros fatigados.

Las alianzas profesionales.

La atención a la infancia. Casas de salud para niños. Los niños reciben instrucción, alimento y ropa. La protección a la infancia comienza desde la maternidad. La mujer grávida tiene derecho a la asistencia desde ocho semanas antes del parto.

La mujer y los soviets. Las mujeres tienen todos los derechos políticos y civiles. La primera ministro ha sido rusa: Alejandra Kollontai. En la delegación había varias mujeres. La propaganda entre las mujeres.

El problema religioso. Separación del Estado y de la Escuela de la Iglesia. La propaganda irreligiosa.

El matrimonio y su disolución. La demanda de una sola de las partes basta para el divorcio.

La N.E.P. El Consejo de Economía Pública. Milliutin. La electrificación de Rusia. Las concesiones al capital extranjero.

La polémica con los social-democráticos y con los anarquistas. La política de los soviets ha emergido de la realidad, ha sido dictada por los hechos. En ella ha influido, finalmente, la situación general europea.

Los tribunales populares y el tribunal revolucionario.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Gamaliel Churata (Arturo Peralta Miranda), 9/6/1928

Puno, 9 de junio de 1928
Compañero Mariátegui:
Por el último número de "Amauta" me informo de su nueva enfermedad, y es obvio decirle que lo siento mucho, pues ha de ser natural que Amauta se resienta por su ausencia. Anhelo que esta lo encuentre muy mejorado.
Como le he escrito varias veces sin obtener respuesta le estimaré decirme si recibió como mis cartas, y si las recibió como creo me indique con la llareza propia de hombres nuevos, la razón de su silencio.
Le adjunto una carta de Mateo Jaika, joven neoindio que se inicia muy afanoso en el estudio del folklore, como verá usted por los ensayos que le envía. Si este muchacho continua la ruta que tiene iniciada su profundo conocimiento de la raza aborigen le capacitará para ofrecernos en sazón la novela del altiplano que aún no se ha intentado con ánimo indígena. En todo caso usted juzgará de su mérito dándole cabida en la Revista.
Asimismo van dos dibujos de Diego Kunurana para orlarlos. Diego Kunurana que pronto se va a Cusco a estudiar inkaismo, es, también, uno de nuestros futuros combatientes. Ocioso es decirle que ambos se aprestan a las líneas de combate social.
Puede hacerme usted un bien? Sería este: hacer poner en la sección Administrativa de la Revista, una nota que diga: "Se notifica a las personas que adeudan a la Agencia de Amauta en Puno, que de no apresurarse a abonar sus cuentas, se publicará sus nombres". Imagínese usted que no se dignan estos diablos contestar las cartas que se les escriben obligándoles al pago de saldos. Felizmente pude abonar mi cuenta; y ahora quiero conseguir que si no todo algo devuelvan. Se lo agradeceré.
Con un gran saludo
Churata

Gamaliel Churata ( Arturo Peralta Miranda)

Carta de Roberto Latorre, 12/7/1928

Cusco, 12 de julio de 1928
Mi querido José Carlos:
He sabido y sentido de su enfermedad por la aparición de Amauta pienso que está curado ya. Así sea para bien de todos nosotros.
Quiero anoticiarle de la estadía de José Malanca en esta tierra, pintor de un exquisita sensibilidad americana, está haciendo grandes obras con los motivos de Cusco. Es Es argentino, pero un vanguardistas auténtico y sin escamas. Cuando llegue allí lo primero que haga será buscarlo, pues de lecturas lo conoce bastantemente y lo quiere.
Le envío mi colaboración para la revista, reservándome el derecho de defender y sostener el asunto que trato. Parece que ya puedo ofrecerle escribir periódicamente para AMAUTA.
Dentro de algunos días daremos a luz un boletín de KOSKO que se editará mensualmente, ojalá entonces usted nos ayude.
Aun no me contestado a mi carta anterior.
Lo abrazo con toda la cordialidad de amigo y compañero.
Roberto Latorre.

Latorre, Roberto

Carta a Nicanor A. de la Fuente (Nixa), 7/7/1928

Lima, 7 de julio de 1928
Señor Nicanor A. de la Fuente.
Chiclayo.
Muy estimado compañero:
Contesto sólo ahora su carta del 21 de mayo, porque hace pocos días que mis fuerzas convalecen. He sufrido una nueva crisis en mi salud, como es posible que ya sepa Ud. Mi primer pensamiento es para todos los excelentes camaradas que en este tiempo me han hecho llegar sus palabras de amistad y simpatía.
En el No. 15 de Amauta habrá encontrado Ud. sus poemas así como el magnífico prólogo de Orrego, que con placer hemos anticipado al público. El aviso saldrá en el número próximo. Por no haber tenido a la mano su carta, cuando se armaba el número, —estaba aún enfermo— dejó de publicarse en el N° 15.
No he recibido directamente ningún número de la revista que ahí publica un grupo de jóvenes, con Becerra creo a la cabeza; pero, por intermedio de un amigo, he conocido el N° que reproduce el cariñoso recuerdo de Blanca Luz. Agradézcales, a mi nombre, su simpatía, y dígales que por mi estado de salud no les escribo.
La circulación de Amauta en Chiclayo, según me avisan de la administración ha bajado sensiblemente. Es cierto que la anterior, por el monto de las devoluciones, arrojaba un total ficticio. Estoy seguro de que Arbulú, para quien le adjunto una carta, querrá estimular eficazmente el celo de nuestros amigos.
A Ud. por su gestión le debemos todo nuestro reconocimiento.
Salude al Dr. Revilla, al Dr. Bazán, y reciba un abrazo cordial de su amigo y compañero, que mucho le estima y recuerda.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Mario Nerval, 14/3/1928

Lima, 14 de marzo de 1928
Estimado amigo y compañero:
Desde que el amigo Marof me remitió de Arequipa su carta, vengo aplazando a mi pesar la satisfacción de escribirle. Tengo un trabajo superior a mis fuerzas que me impide ocuparme de mi correspondencia. El régimen médico a que estoy sujeto me impone cierto reposo que sólo en pequeña parte puedo concederme.
Tristán Marof estuvo de paso por Lima algunas horas. Las pasamos juntos, charlando de amigos de aquí y de allá. Él y su mujer hicieron muy grato recuerdo de Ud.
Le recuerdo su promesa de colaborar en Amauta. Y agradezco su solícita cooperación.
Y muy cordialmente lo abrazo y me repito su afmo. amigo y compañero.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Documentos Médicos

Serie integrada con documentos de carácter medico de José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

José Carlos Mariátegui acompañado por familiares y amigos

José Carlos Mariátegui en el bosque Matamula, acompañado de familiares y de amigos.
De izquierda a derecha: José Malanca, Noemí Milstein, José Carlos Mariátegui, Miguel Adler, Amalia La Chira, Carmela Andreu, prima de Amalia Cavero.
Niños de izquierda a derecha: José Carlos (hijo), Amalia Cavero (hija de Guillermina), Sandro Mariátegui y Sigfrido Mariátegui.

Malanca, José

Carta a Waldo Frank, 25/2/1930

Lima, 25 de febrero de 1930
Querido y admirado Waldo Frank
Gracias por sus gratísimas cartas de 30 de diciembre y 25 de enero, a las que contesto con un poco de retardo por estar haciendo una cura de sol y playa, muy conveniente para mi salud, pero muy perjudicial para mi trabajo y mi correspondencia. La primera de sus cartas debe haberse cruzado con una mía de la misma fecha aproximadamente de la que su segunda no me acusa recibo. Como le incluía una carta de Buenos Aires, llegada para Ud. después de su partida, quisiera estar seguro de que la ha recibido.
Todos sus amigos de Lima - y yo particularmente no necesito decirle hasta qué punto la comparto y la engrandezco- ponen una gran esperanza en el libro que Ud. escribirá sobre la América Latina. Ud. no puede hacer sobre esta América un libro que no sea digno de "Nuestra América" de "España Virgen" y de "El Redescubrimiento de América". Todo lo que Ud. necesite del Perú como información o documento, le será solícitamente procurado. El libro de Basadre, irá enseguida. Si faltaba en los paquetes certificados, ha sido seguramente porque no estaba entre los libros que Ud. me trajo para su expedición. He encargado ya a Luis Alberto Sánchez el envío de un ejemplar.
Glusberg prepara, según sus cartas, muy afectuosas y solícitas siempre, mi presentación a Buenos Aires para mayo más o menos. En abril espera poder remitirme el dinero de los pasajes. Tengo completamente resuelto, por mi parte, este viaje. El único problema es la organización económica de mi vida en Buenos Aires. Yo cuento, como le he escrito a Glusberg, con algunas colaboraciones pagadas del Perú; pero no sé si podría conservarlas todas por mucho tiempo, ya que se puede aprovechar de mi ausencia para obtener mi proscripción total del país. Además lo que yo gano por esas colaboraciones no alcanzaría sino a la mitad de lo que necesito para vivir en Buenos Aires. Glusberg estima fácil que consiga en Buenos Aires desde el primer momento, la otra mitad. Si Ud. puede gestionar que "The New Republic" me pague de vez en cuando alguna colaboración, contribuirá a la seguridad de mi presupuesto. "The Nation" me escribió hace más de un año solicitando mi colaboración y encargándome la designación de los escritores del Perú que podrían colaborar en ese semanario. Tradujo y publicó después un artículo mío sobre el problema indígena; pero no he tenido más noticia de su interés en contarme como colaborador. Anita Brenner podría informarlo acerca de la intención de dar más espacio a las cuestiones latinoamericanas tratadas por latinoamericanos, en "The Nation".
De La Habana me escriben comunicándome impresiones muy simpáticas respecto a la huella que en esa ciudad ha dejado su presencia. Su libro tiene asegurada en la América Latina una gran resonancia. Va Ud. a prestar un gran servicio al destino de este continente, de este mundo. Haber contribuido a que en América Latina se le conozca y ame, es un orgullo para mí.
Saludos cordiales de todos los amigos de "Amauta". y un abrazo de su hermano y amigo devotísimo
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Anna Chiappe de Mariátegui, 19/6/1925

Chosica, Quinta Pesce, 19 de junio de 1925
Carissima,
Come forse ti avrá giá detto Antonio il viaggio fu buono. La prima impresione della casa é anche buona. Ci sono anche bambini. Una bimba un pó piú grande del nostro gordito s’é fatta subito mia amica. Il clima é straordinario. Immediatamente si sente il cambio. Oggi comincieró i bagni di sole. Non trascurare la tua salute, te prego. Prende molto late e mangia bene.
Domani, cuando riscuoterai a Mundial e Variedades, vuota la casella postale. Cuando verrai mi porterai i giornali e riviste. Se arrivano i libri farai come t’ho detto.
Compra una spugna di gomma che mi ci vuole. Credo che ci sono da Colville. Compra anche le pile per il campanello.
Bacci a Sandrino e Sigfredo. E per te tutti i pensieri del tuo
José Carlos
Saluti di mama chi ricorda molto tutto il giorno ai bambini

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Ana Chiappe de Mariátegui, 6/7/1925

Chosica, 6 de julio de 1925
Anita mia,
ho passato la domenica in buona compagnia, ma siccome non c’eri te, siccome non c’erano i bimbi m’a sembrato di essere un pó solo. Posada mi consegno la tua lettera. Giulio mi disse che te trovavi bene.
Attendo questo giovedi, che mi sembra un po lontano quantunque sia cosi vicino. Per sentirmi non tanto solo fino giovedi ti scrivo queste righe. Cosi mi pare di essere un po con te. Mi pare che dialoghiamo, che te sono vicino e che anche tu almeno in pensiero sei presso di me.
Sceglie un regalo per il piccino. E baccialo per me finche un pó piu tardi lo bacci io stesso il suo giorno. Non esere avara con lui. Non essere stirchia.
Te curi? Spero di vederti meno magra. Altrimenti, lo sai, non ti permettero di lavorare.
Se puoi, portami un livro che si trova tra i livri grossi: un livro grigio che si titola “Ideas para una nueva concepción biológica del mundo”. Portami anche un pó di buste. E niente altro.
Non mancare, non mancarmi il giovedi. E la festa di Sigfrido; é anche una festa nostra. Piú loro crescono, piú loro fioriscono, piú sento che i giorni della nascita di Sandro e Sigfrido sono stati due giorni di festa della mia vita. M’hanno fatto amare in te, doppo della sposa, la madre, la donna feconda, sorgente di vita, di bellezza e di grazia divina.
Ti baccia con amore il tuo.
José

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 30/4/1927

Lima, 30 de abril de 1927
Señor don Samuel Glusberg
Buenos Aires.
Muy estimado compañero:
Le ruego excusarme el retardo de estas líneas. Quise contestar sin demora su grato mensaje de amistad y simpatía. Pero hace algún tiempo que me veo forzado a descuidar casi completamente mi correspondencia. Tengo una salud inestable. Salvé hace tres años de la muerte a costa de una amputación y hasta ahora sufro las consecuencias de esa crisis que me dejó mutilado y enfermo. Por fortuna, desde hace pocos meses, voy mejorando. Mi trabajo es, sin embargo, superior todavía a mis fuerzas.
He recibido los libros que me envió Ud. Le agradezco el obsequio. Tengo en gran estima a sus autores, Horacio Quiroga y Sanín Cano. Sobre ambos dirá algo Amauta la revista que dirijo y que regularmente le enviamos.
Estoy políticamente en el polo opuesto de Lugones. Soy revolucionario. Pero creo que entre hombres de pensamiento neto y posición definida es fácil entenderse y apreciarse, aun combatiéndose. Sobre todo, combatiéndose. Con el sector político con el que no me entenderé nunca es el otro: el del reformismo mediocre, el del socialismo domesticado, el de la democracia farisea. Además si la revolución exige violencia, autoridad, disciplina, estoy por la violencia, por la autoridad, por la disciplina. La acepto, en bloque, con todos sus horrores, sin reservas cobardes. En Lugones he admirado siempre al artista, al pensador que se expresa sin equívoco y sin oportunismo. Ideológicamente estamos en campos adversos. Me aflige que él refuerce con su nombre y con su acción a los conservadores. Aunque siempre es una ventaja encontrarse con adversarios de su estatura.
Le adjunto copia de un artículo que publiqué sobre Rahab de Waldo Frank. Con el último número de Amauta va el artículo que escribí para el Boletín Bibliográfico de la Universidad de Lima. Fue reproducido por Repertorio Americano y otros periódicos
Si puedo servirle para la difusión de las obras de su editorial en Lima, mande en mí como guste. Podemos establecer el intercambio con los libros que edita Minerva.
Amauta le ofrece sus páginas.
Y yo me complazco en suscribirme de Ud. con los más devotos sentimientos afmo. compañero
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 26/2/1930

Lima, 26 de febrero de 1930
Querido compañero Glusberg:
En guardia siempre contra las fallas del correo, le adjunto copia de mi última.
No me han traído los correos de estos días cartas de Ud. lo que me explico por el verano y por la demora de mi respuesta.
El correo de esta semana no ha traído sino el paquete con diez ejemplares del No. de verano de La Vida Literaria.
Mi temporada de playa me ha sentado muy bien, después de las fatigas de 1929.
Lo abrazo cordialmente
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Juan Marinello, 16/3/1930

Lima, 16 de marzo de 1930
Sr. D. Juan Marinello.
La Habana.
Muy estimado compañero:
Ud. me excusará el retardo con que contesto su grata carta de fines de diciembre último, al saber que al habitual desequilibrio entre mi salud y mi trabajo se ha agregado en los últimos meses una temporada de playa y sol en la Herradura que me ha impedido ocuparme en mi más cara correspondencia.
La función de vinculador que Waldo Frank ha tenido en su viaje, entre algunos núcleos de nuestra América, corresponde bien a la calidad e intención de su mensaje. Frank ha dejado en Lima amigos entusiastas. Yo no tengo talvez más título a su distinción que el de haber sido el primero en comentar en el Perú sus libros y en señalar, ante todo, el valor de Nuestra América, en el artículo del que 1929 tomó un párrafo.
Le envío, con los últimos números de Amauta, un ejemplar de mis 7 Ensayos.— Le debo la expresión de mi reconocimiento por la generosa cita que de mi obra hace en su interesantísima respuesta a la encuesta de Cahiers de l’Etoile. Este ensayo ha sido reproducido por un diario de Lima. Le mando el recorte.
También le acompaño dos colaboraciones para el número peruano de 1930. El próximo correo le llevará un ensayo mío.
Estas líneas no se proponen sino establecer la correspondencia iniciada por su carta —magnífico mensaje de amistad.
Preparo mi viaje a Buenos Aires, donde espero resolver con el problema de mi movilidad, mediante una aplicación ortopédica, el de mi salud.Nuestro querido Glusberg es el auspiciador de este viaje, al cual me anima, también, resueltamente, Waldo Frank. Amauta continuará publicándose en Lima; pero si al ausentarme yo le crearan dificultades, la trasladaría a Buenos Aires.
Lo abraza, con simpatía y estimación profundas, su devotísimo compañero.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Ricardo Vegas García, 9/9/1924

Miraflores, 9 de setiembre de 1924
Querido Vegas:
Creo que con la partida de Oliverio Girondo se ha acabado la posibilidad de que venga Ud. a verme. En todo caso, está en sus manos la refutación de esta creencia mía. Me han sacado ya la esquirla que detenía mi convalecencia, de suerte que ésta progresará ahora rápidamente. Reanudaré, por consiguiente, mi trabajo. Tendrá Ud. mi colaboración a partir de la próxima semana. Convendría que nos concertáramos antes sobre varios temas a fin de que Ud. pueda organizar anticipadamente su ilustración gráfica. Estableceríamos así el orden en que me ocuparé de Gandhi, Herriot, Romain Rolland, Turati, Amendola, Farinacci (leader del fascismo ultraísta), Vasconcelos, Bertrand Russell, Pirandello, Rykov, Spengler y otros individuos de cuyos nombres no quiero acordarme. ¿Qué le parecería un artículo sobre el proceso Matteotti? Estoy muy documentado al respecto por la prensa italiana de todos los matices (A propósito. Sobre el fascismo Ramiro de Maeztu ha escrito una serie de mentiras y estupideces que me tienen agitado). Venga Ud., pues, cuanto antes, a cualquier hora del día o de la noche.
Lo abraza muy cordialmente
José Carlos
P.S.-He leído ya el libro de divagaciones de Pío Baroja. ¿Me dejó el suyo Oliverio Girondo? ¿Puede Ud. conseguirme los ensayos indostánicos de Vasconcelos? Le ruego saludar a mi nombre a Percy Gibson (si lo ve Ud.). Espero que convenga Ud. conmigo que Ramiro de Maeztu está bastante imbécil.

José Carlos Mariátegui La Chira

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