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Dedicatoria de Gastón Figueira

Al Sr. José Carlos Mariátegui, con mis mejores sentimientos de fraternidad americana
Gastón Figueroa
Montevideo, nov. 1926
s/c Magallanes 1070

Figueira, Gastón

Dedicatoria de Juan Carlos Welker

Dedicatoria de Juan Carlos Welker:
Para el compañero José Carlos Mariátegui y la revista Amauta con toda simpatía Welker.
s/c Arequita2273
Montevideo

Welker, Juan C.

Dedicatoria a César A. Rodríguez, 30/12/1928

Dedicatoria en los Siete Ensayos:
"Al poeta César A. Rodríguez con la vieja y devota amistad y la invariable estimación de su affmo compañero."
José Carlos Mariátegui
Lima, 30 de diciembre de 1928
P.S- A nombre de los compañeros de "Amauta", reclamo su colaboración en nuestra revista que esperamos tenga siempre su simpatía. Creo no tener que esforzarme demasiado al excusar el que no le escriba. Vivo agobiado de trabajo exigiendo de mis fuerzas más de lo que puedan dar. Pero siempre, aunque no le escriba, lo tengo presente en mi recuerdo y mi afecto y deseo conocer el desarrollo de su obra y sus personalidad que algún día comentaré con toda la atención que merece.
José Carlos

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Hugo Mayo, 6/11/1926

Guayaquil, noviembre 6 de 1926
Señor don
José Carlos Mariátegui
Lima
Estimado colega:
Acabo de leer el número 2 de "Amauta" Merece Ud. la felicitación calurosa de los jóvenes vanguardistas de América: la mía va por medio de esta carta.
Le adjunto un poema inédito para su revista. Creo que Ud. lo aceptará gustoso. José M. Eguren puede informarlo sobre este amigo que lo abraza.
Hugo Mayo
S/C Boyacá, 125

Mayo, Hugo

Tarjeta de Alejandro Peralta, 10/11/1926

Puno, 10 de noviembre de 1926
Señor José Carlos Mariátegui
Lima.
Admirado escritor: Mi hermano Arturo dejó en mis manos su carta. Tiene Ud. que darse cuenta del verdadero placer que me ha producido. Ande ha completado su camino con sus bellas frases inteligentes. El boletín de la Editorial Titikaka lleva un fragmento que lo engalana. –– Muchas gracias por todo.
Le mando el poema que me pide, ojalá le guste.
Reciba mi admiración y mi cariño
A. Peralta

Peralta, Alejandro

Carta de Omar Estrella, 30/11/1926

La Paz, 30 de noviembre de 1926
Señor José Carlos Mariátegui
Lima- Perú.
Compañero:
Simpatizante con la preciosa revista de su cargo, Amauta, cuyas tendencias reflejan hoy el ideal moderno de todas las juventudes conscientes de América, y entusiasta por la vigorosa campaña revolucionaria que se va realizando desde sus líneas en esa patria hermana, tengo a bien escribirle estos renglones que consultan el pensamiento de los demás compañeros de la Unión Latino-Americana de ésta, con el fin de hacer notoria nuestra unificación idealista, nuestra simpatía por esa juventud que sacrifica sus intereses personales en pro de un interés colectivo y de un bien continental, y nuestro aplauso sincero por los merecidos triunfos que día a día conquistan sus ideales en el alma de la raza.
En vista de que las juventudes de hoy, avanzan ligadas por la fuerza de un solo ideal, de una sola tendencia, nosotros sentimos acá la necesidad de comunicarnos mutuamente y hacer conocer nuestros sentimientos colectivos a los hermanos de todos los pueblos, para que, llegado el momento, formemos la sola voz, el solo acento que haga vacilar las bases de la antigua civilización, cuya ignorancia llena de podredumbre, obstruye con sus semillas de pasadismo el avance vigoroso de la vanguardia revolucionaria actual.
Es tiempo ya, de que todas las juventudes organizadas de América, alcen al unísono su voz enérgica de protesta contra la tiranía y el despotismo de las viejas clases burocráticas; es tiempo de que su brazo demoledor se cierna sobre la patria mezquina de los patrioteros, y construya sobre sus ruinas la Patria grande, inmensa, sin fronteras, sin intereses y sin odios nacionalistas.
Unámonos pues, y de ese modo, engrosaremos y fortaleceremos la más sacra y humanitaria cruzada del siglo presente.
Omar Estrella
Nota.- A continuación, le envío un ‘poema’ para Amauta. Por intermedio suyo, un abrazo fraternal a todos los compañeros de la vanguardia. Mi dirección: La Paz, Casilla 65.
poema
dolor que de puntillas
cruza mi propio sendero
esta noche han anclado todas las naves en mi recuerdo
y tus marineros gritando su dolor
se lanzaron a mi propio sendero
y aplacaron su sed con el licor de mi propio tormento
CAMPAÑERO DOLIENTE
tocaste mucho tiempo mis campanas de tedio
velero anochecido en todos mis mares
emoción amarrada a todos mis puertos
FUISTE
labrador incansable en todas mis eras
y abriste
un surco en mi existencia a todas las esperanzas de la vida
fuiste sol -–mucho tiempo–- y soleaste el paisaje
de un futuro mejor en el alma del tiempo.

Estrella, Omar

Carta de Alberto Hidalgo, 26/12/1926

Buenos Aires, 26 de diciembre de 1926
Querido Mariátegui:
Aquí tiene Ud. la carta que le prometí. Muchas gracias por la suya. Veo, y lo lamento, que ha juzgado Ud. mi poema a Lenin con ideología de comunista. Es un error al que me veo comúnmente ligado, pues son varios los que me han hecho el reparo de la melena garçon y el seno Salomé. Mi intención fue otra. En todo el poema, creo que ello es visible, hay un fervor de admiración por Lenin —a quien yo amo porque después de haber estudiado a fondo su vida, he visto que no es sino un anárquico, no un anarquista, o mejor, un anarquista en permanente lucha con sus instintos tiránicos: fue siempre un caudillo —y hay también un tono de burla por algunas de sus obras, especialmente por el comunismo. En fin, esto es cosa de larga conversación.
Aquí le mando mi contribución a su empresa. Va un artículo y un poema rigurosamente inéditos. Sólo han sido leídos, hace tiempo, en la revista oral. Le ruego que el poema no lo publique hasta que no pueda disponer de una página entera para él. El asunto de las pausas me interesa grandemente. Haga Ud. que se conserve entre verso y verso, tal como lo indica el original, un espacio acomodado a la posibilidad. También me gustaría que se hiciera en letra negrita. Hay quien opina que eso es lo mejor que yo he escrito. De ahí quizá el afán con que lo he mantenido inédito, no obstante el acoso de solicitaciones. Pero por Amauta, por Ud., por el Perú... Tengo un ardoroso deseo de conocer a la gente nueva de allí. Veo que hay, que empieza a haber una juventud inquieta, si bien muy mal orientada. No tolere, Mariátegui, que so pretexto de modernidad, se haga y diga disparates. ¡Guerra al disparate, guerra a la imagen simplemente visual! He visto también algo de injusticia. Veo que se atribuye a alguien que no soy yo el haber tirado la primera piedra. ¿Y las fechas estampadas en las carátulas de mis libros? ¿Y mi campaña aquí? ¿Y la juventud de Buenos Aires que ha crecido a mi lado? ¿Por qué, Mariátegui, tanta injusticia? ¿Antipatía personal?
He pedido colaboración para Amauta, y puedo asegurarle que en un otro correo, tendrá Ud. allí lo mejor de la Argentina.
Aplausos por su obra, por su revista, por su espíritu, y que si la distancia y los años de ausencia nos han separado, la distancia y la ausencia mismas oreen nuestra vieja amistad, tonificada de recuerdos.
Alberto Hidalgo

Hidalgo, Alberto

Carta de Idelfonso Pereda Valdés, 1926

[Montevideo, 1926]
Señor José Carlos Mariátegui
Estimado compañero:
Por indicación de Blanca Luz tengo el placer de enviarle colaboración inédita para Amauta, revista que para honra del Perú, existe, pues sin ella recogeríamos siempre una impresión del Perú, a través de los Gálvez, Ureta, Clemente Palma y otras erratas. Por suerte, existe Amauta, y aún más, Ud., Lora, Vallejo, Orrego. No sé si le agradará o no que lo incluya en este grupo. Mándeme la Revista y si hay que suscribirme, dígalo.
Saludos para todos los amigos del Perú y Ud. reciba mi felicitación y la amistad de
Ildefonso Pereda Valdés
S/c Yaguarón 1519
Montevideo

Pereda Valdés, Idelfonso

Carta de Emilio Frugoni, 1/4/1927

Montevideo, 1 de abril de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui - Lima
Estimado compañero:
Lector asiduo de "Amauta" que tiene Ud. la amabilidad de hacerme llegar, quiero retribuirle en parte el placer que me proporciona su lectura - simpática y valiente revista, a Jé! -- enviándole unos versos de un libro "La epopeya de la ciudad" próximo a ver la luz.
Claro está que es Ud., en la que se refiere a su publicación en "Amauta", dueño absoluto de la suerte de tales versos, y no me ofenderé porque me los arroje al canasto.
Lo que en realidad deseo es demostrarle la simpatía con que leo esa revista que llama a la intelectualidad del Perú por la calidad literaria de mi material y la avanzada orientación ideológica que la preside, si bien no comparto su posición comunista o bolchevique pues pertenezco al ministerio de los "socialistas parlamentarios" que Ud. fustiga en su mensaje - interesantísimo documento - al Congreso Obrero.
Reciba, diferencia de matices, aparte, el cordial apretón de manos de su admirador y compañero.
Emilio Frugoni.

Frugoni, Emilio

Tarjeta Postal a Luis A. Rodríguez O. (Luis de Rodrigo), 6/2/1927

Lima, 6 de febrero de 1927
Estimado compañero:
Las fallas de mi salud y un exceso de trabajo no me permiten escribirle. Recibo una enorme correspondencia del Perú y de fuera que me veo forzado a responder, rápidamente por turno. - Amauta ha aumentado considerablemente mi labor. Tengo el empeño de hacer de ella nuestro mensaje al Perú y al mundo. - Malgrado mis ocupaciones, he leído atentamente sus versos. Encuentro en Ud. un poeta fuerte y auténtico. - En el número de marzo publicará otra de sus composiciones .- La plétora de material poético, acopiado desde el primer número, no me ha dejado dar de Ud. más poemas.
"Amauta" avanza. Espero dejar pronto consolidada su economía. De todo el país me llegan voces de aliento y solidaridad.
Me prometo escribirle con más extensión apenas me sea posible.
Hasta entonces lo abrazo cordialmente.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a Luis A. Rodríguez O. (Luis de Rodrigo), 26/12/1927

Lima, 26 de diciembre de 1927
Estimado compañero:
Al fin me es dado comunicarle lo que desde hace algún tiempo anhelaba: - "Amauta" continúa. Con estas líneas recibirá Ud. el número 11-. Mándeme para los próximos algunos poema porque los que tengo están ya publicados si no me engaño. En los primeros días de enero, le enviaré unas líneas sobre su poesía. Por ahora quiero sólo hacerle llegar mi cordial saludo, apenas desembarazado del trabajo de "Amauta".
Su affmo. amigo y compañero

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a Luis A. Rodríguez O. (Luis de Rodrigo), 5/4/1927

Lima, 5 de abril de 1927
Estimado compañero:
Contesto con placer tu carta del 3 de marzo. Tu poema llegó tarde para sustituir al que ya estaba en la edición en prensa. Lo reservamos para otro número. Si la editorial Minerva puede ayudarlo a la publicación de su libro, lo hará con complacencia. Ud. sabe que el programa de sus ediciones propias está lleno por algún tiempo. Pero le concedo facilidades especiales a los autores que merecen ayuda. Minerva se encarga, si lo desean, de la administración y difusión de las ediciones.
Gracias por su cooperación.
Y saludos cordiales al amigo y al compañero.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a Alfonso De Silva, 28/2/1927

Lima, 28 de febrero de 1927
Querido Silva:
Cuando le envié un ejemplar del número de Amauta en que se publicaba su lied, le escribí algunas líneas pidiéndole nueva colaboración.— He sabido últimamente que ha estado Ud. delicado de salud. Querría que la noticia no fuera cierta. En todo caso, formulo votos porque esté Ud. ya bien. Yo he seguido sufriendo constantes fallas en mi salud. Pero, afortunadamente, me restablezco ahora.
Envíeme para Amauta versos o música. Le mando la revista regularmente a la Legación.
Cordialmente suyo
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a Nicanor A. de la Fuente (Nixa), 29/12/1927

Lima, 29 de diciembre de 1927
Nicanor A. de la Fuente
Chiclayo
Estimado compañero:
Quiero comunicarle yo mismo la reaparición de Amauta. El número ha encontrado aquí entusiasta acogida y caluroso comentario. Amauta entra en una fase de estabilización. Reclamo su concurso en la organización de la Sociedad Editora. Mándeme sus últimos poemas. Ya Bazán debe haberle dicho cuanto lo estimo como artista, amigo y colaborador de Amauta.
Reciba mis mejores votos de Navidad y Año Nuevo y mi cordial abrazo de affmo. compañero.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de José Martínez Jerez, 9/1928

Buenos Aires, setiembre de 1928
Gerente de Editorial Minerva
Lima
Me propongo escribir en la revista "Fray Mocho" una serie de artículos sobre la producción literaria de vanguardia en la América prehispánica. He visto en una biblioteca amiga un libro editado por esa casa, muy interesante, muy de avanzada, muy de más allá. ¿Puede tener la gentileza de enviarme algunos libros de poetas modernos o transmitirles a ellos este ruego?
Gracias.
Ahí va un ejemplar de la revista.
Enviaría oportunamente los comentarios
Espero.
José Martínez Jerez.

Martínez Jerez, José

Carta de Fernán Cisneros, 22/1/1928

Buenos Aires, 22 de enero de 1928
Camarada Mariátegui:
Hacen muchos atentados a la libertad que yo le admiro. Le confieso que tenía urgencia en decirle esto y en significarle mi adhesión. Posiblemente conoce usted mi ubicación ideológica; esto me evita una carta larga.
Ignorando la reaparición de Amauta, le mandé a Vegas García, para Variedades un poema mío que no se si se publicará. Ahora, provecho para enviarle a Ud. dos que si quiere, puede publicar en nuestra revista. Digo nuestra porque ya se la hemos enajenado en el afecto.
Cualquier cosa que se refiera a Amauta con respecto a Buenos Aires, me encantaría poder servirlo. Estoy vinculado con varios grupos de intelectuales de manera que ello me resultaría fácil. Espero ponerme al habla con Herrera, que entiendo es el agente, para organizar debidamente el capítulo de de suscripciones, que me parece muy importante. Cualquier novedad, se lo transmito.
Desde ya gracias.
Le estrecha la mano fraternalmente su camarada.
Fernán Cisneros

Cisneros, Fernán Luis

Carta de César Moro,3/1928

París, marzo de 1928
Querido Mariátegui
Le agradecería publicara juntos y por orden de fecha los tres poemas que le envío.
Espero tener mejor suerte esta vez que las anteriores. Amauta nos interesa doblemente en Europa; hasta ahora he estado un poco desconectado de Amauta, cuestión de la distancia.
Vi que Marinetti se metió por sorpresa en el último número, ¡hay tanto más de nuestro lado!
Espero que nos comuniquemos.
Le saluda afectuosamente,
César Moro
P.S. Cuide s.v.p. las fechas y la exactitud en la reproducción de los poemas. Gracias.
Vale.

Moro, César

Carta de Luis A. Rodríguez O. (Luis de Rodrigo), 18/11/1927

Juliaca, 18 de noviembre de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui
Lima
Mui apreciado amigo:
El haber estado ausente de Juliaca durante varios días, me ha impedido dar oportuna respuesta a su carta fecha 30 de setiembre ppdo. Hoi lo hago,con todo gusto, formulando sinceros votos por el definitivo restablecimiento de su salud.
Celebro de veras que haya obtenido yá autorización del gobierno para publicar Amauta en Lima. Es solo un acto de justicia que hace yá tiempo debieron cumplir.
Para Ud. soi el compañero de siempre: simpatizo con su ideología, i por lógica consecuencia, tengo que propender a la difusión i prestigio de "Amauta". Aquí me tiene, pués, listo a seguirle prestando mi modesto concurso hasta fines de diciembre próximo, pués en enero me dirigiré a Yankilandia. Los días que estaré en Lima me proporcionarán el singular placer de conocerlo personalmente.
Entiendo que en el número doble, al reiniciar la publicación de la revista, publicará algo mío, tomándolo de los poemas que me fué grato mandarle.
Respecto a mi libro - "Huanacaure”- los compañeros Arturo i Alejandro Peralta, mui fraternalmente, están empeñados en publicarlo en su editorial "Titikaka".
Creo que antes de emprender la jornada, de ágil i poderosa voluntad, debo dejar la vibración de unos cuantos aletazos del espíritu. Allá veremos. De todas maneras, quedo a Ud. sumamente agradecido por sus datos.
Permítame tocarle este punto: a raíz del incidente aquel que dió por resultado su "enjaulamiento’’, en el momento más crítico le envié, por conducto del Sr. exadministrador Ramírez, una breve tarjeta portadora de mi mensaje de mayor adhesión en esa álgida eventualidad. ¿La recibió? -Sí.
Entonces conste la categoría de amigo i compañero a que pertenezco.
Dígame, camarada, ¿podría proporcionarme una nota para mi libro?
Tengo yá muchas i buenas -principalmente del extranjero i me dolería que faltase la suya.
Con un fuerte estrujón de manos, hasta recibir su contestación
P.S:- Al Sr. O. Velásquez Isla le escribo sobre mi labor como agente de la revista en Juliaca. S i es necesario, él le trasmitirá mis indicaciones.

Rodríguez O. Luis A. (Luis de Rodrigo)

Carta de Jaime L. Morenza, 22/11/1928

Montevideo, 22 de noviembre de 1928
Señor José Carlos Mariátegui,
Revista Amauta.
Lima (Perú)
Estimado amigo y compañero:
Ahí le mando unos poemas de Juana de Ibarbourou. Hace tiempo que los tengo en mi poder. Los retuve esperando una semblanza sobre ella, prometida por el amigo Ferreiro. Como demora en dármela se los mando solos.
Le mando también unas líneas mías. No sé hasta qué punto podrán interesar a los lectores de Amauta. Eso, usted lo verá. Por tanto queda en libertad de hacer con ellas lo que quiera. Si le parecen bien las publica; en caso contrario las tira tranquilamente al canasto.
Muy bien el nuevo formato de Amauta. Y magnífico el estudio que usted viene publicando sobre el libro del trampista belga. Creo que su trabajo ha de ser de efectos muy saludables. El libro que comenta es un libro peligroso. Su peligrosidad no estriba tanto en lo que dice— que ya se ha dicho muchas veces—, sino en el tono y en la oportunidad con que lo hace. Atravesamos por una era de confusión intelectual enorme. Hoy los matices accesorios de ciertas fórmulas, tienen más eficacia proselitista que el sentido esencial de las mismas. En el libro de de Man se da este fenómeno. Yo no veo en él otra cosa que el esfuerzo de un renegado para justificar su actitud: es el social-patriota cohonestando, con una argumentación aparentemente científica, y, en rigor, atrozmente metafísica, su traición al socialismo. Pero comprendo que no a todos le pasará lo mismo. Por eso me parece bien su análisis crítico. Es una labor de higiene intelectual que yo admiro y aplaudo. Con ella hace usted un gran bien a la juventud y a las ideas de Marx.
Hace unos días vi a Blanca Luz. Hablamos de usted. Lo estima enormemente. Yo sabía que ella se encontraba en una situación material delicada. Ello me indujo a mentirle. Fue una mentira piadosa. Le dije que usted me había indicado que le diera algunos pesos a cuenta de la liquidación de los números que recibo de Amauta. Con ese pretexto le entregué diez pesos oro. Si llega a escribirle a usted sostenga, o destruya la mentira. Yo hice eso, porque me pareció indelicado ofrecerle dinero sin más pretexto que el de la necesidad. Sobre todo tratándose de una necesidad que ella sobrelleva valientemente y a veces trata de ocultar.
Sin otro motivo, lo saluda con la consideración intelectual y amistosa de siempre su devoto.
Jaime L. Morenza

s/c. Ituzaingó, 1288 - Montevideo
NOTA.- Dígale al administrador de Amauta que me envie liquidación para girarle importe. Adviértale que yo no acepto comisión.
Vale

Morenza, Jaime L.

Carta de Guillermo Mercado,24/2/1928

Arequipa, 24 de febrero de 1928
Señor José Carlos Mariátegui
Lima
Compañero José Carlos:
Antes de ahora no he podido escribirle. Cuántas cosas, cuántos hechos también me han impedido de este verdadero gustazo mío de comunicarme con usted.
Desde aquella vez que estuve en su casa seguramente no ha tenido noticia de mi vida. Mire Ud., estuve en Sicuani, lugar en donde he servido todo el último año. Casi puedo decirle que es ahí donde justamente he sentido el grito auténtico de la nacionalidad. Es ahí donde se conoce y se sabe cómo es el peruano. Muchas cosas tengo, querido Don Carlos, que habré de decirlas al Perú de este su verdadero gran Vientre.
Hoy por hoy le doy la nueva de la publicación de mi segundo libro que se llama Un Chullo de Poemas editado nada menos que al pie del Ande mismo en los talleres tipográficos del valiente José Z. Portugal. Usted ya verá mi libro. Se lo mando por manos del compañero Francisco Pastor, alto espíritu que Ud. ya conoce.
Le envío también el grabado en jebe de la carátula de mi libro, cuyo original es obra del artista andino Lucas Guerra Solís, a quien también conocerá Ud. por referencias. Ojalá me pueda hacer el reconocido servicio de publicarlo en Amauta para los efectos de la mayor propaganda de mi libro. Favor es éste que me permito pedírselo por la franca amistad que nos une, querido Don José Carlos.
Además, en próximo correo le certificaré un paquete de mi libro para la venta en la tienda de su Editorial, con este fin le suplico me diga Ud. cuántos ejemplares puedo remitirle.
También preparo interesantes conferencias que las diré en esta ciudad, con referencia a Educación indígena para después enviárselas para Amauta.
Tenga la bondad de recibir mis agradecimientos anticipados por los favores pedidos. Ojalá la nota sobre la aparición de mi libro la haga Ud querido Don José Carlos.
Un fraterno abrazo de su compañero
Gmo. Mercado

Mercado, Guillermo

Carta de Fernán Cisneros, 16/4/1928

Buenos Aires, 16 de abril de 1928
Camarada y amigo Mariátegui:
Créame totalmente satisfecho de que haya sido Amauta mi Bautista, a pesar de que en realidad mis poemas hayan salido hechos en colaboración con el cajista. Yo no pretendía sino que salieran. Que se me viera como un soldado decidido de la revolución, allí en donde las gentes que me conocieron se obstinan en ubicarme de pantalón corto y una medalla de excelencia en el pecho, sacada en el colegio de Chosica. Ya han surtido efecto. Esos parientes circunspectos que no le faltan nunca a uno, han empezado a barajar consejos comodones, llamados al confort, verdaderas lecciones de inconsciencia y deshonestidad. Independizarme de ellos me viene costando. No conciben veinte años pensando libremente. Vayan por todos los años antiéticos que ellos tienen. Perdóneme la boutade y le aseguro que alguno de estos días le enviaré algunas cosas mías para que Ud. haga de ellas lo que crea conveniente.
Estamos aquí en vísperas de sacar Guerrilla, Blanca Luz, César y yo; desprovista desde luego, de ese carácter localista que tenía allá, pero valiente de todas maneras. Esperamos resolver económicamente nuestros problemas para empezar una campaña brava.
Seoane se casó el 7.
Saludos a todos los camaradas.
Le estrecha la mano fuertemente su compañero y amigo,
Fernán Cisneros h.

Fernán Cisneros (h.) C. Pellegrini 1051, Tercer piso B.A.

Cisneros, Fernán Luis

Carta de Xavier Abril,8/10/1928

Lima, 8 de octubre de 1928
Mi querido José Carlos:
Le envío una nota sobre la novela de Jean Cassou, y un poema para Pulso. Le ruego que me envíe las cartas que tenga a mi casa, Edificio Rímac, 123. Con Julio del Prado, le envié mi colaboración para el número de octubre.
La dirección de la casa de André Breton es ésta: Rue Fotai, c. 42, (9) Paris. Desearía que le enviara también un número de Mayo a Manuel Altolaguirre, a Málaga, Imprenta Sur, San Lorenzo 12, España.
Lo abraza cordialmente,
Xavier Abril
Dirección de Ernestina de Champourcín:
Marqués de Villamejor, 3.
Madrid.

Xavier Abril

Tarjeta Postal a Luis A. Rodríguez O. (Luis de Rodrigo), 11/7/1928

Lima, 11 de julio de 1928
Estimado compañero:
Culpe Ud. a mi enfermedad de mi silencio. No he escrito tampoco mucho tiempo a Churata. Con su carta de 23 de abril recibo unos poemas, de los cuales hemos publicado ya uno. He dado todos a la imprenta.- Pronto le escribiré más extensamente.
Un cordial saludo de su amigo y compañero.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Fernando Binvignat, 1929

La Serena, Chile, 1929
Señor
José Carlos Mariátegui,
Lima
Compañero:
Le envío un poema para Amauta. También por paquete postal La Luna de Oro, mi pequeño libro de 1926. Le agradeceré el envío de su revista.
Reciba mi cordialidad
Binvignat
Casilla 79
La Serena - Chile

Binvignat, Fernando

Carta de Emilio Vásquez S., 27/1/1929

llave, 27 de enero de 1929
Señor
José Carlos Mariátegui
Lima.
Querido compañero:
Hacia octubre del año pasado le dirigí una carta, en la cual le pedía la gracia de que me cuente Ud. entre los colaboradores de la causa social que con tal apostólica abnegación ha emprendido Ud., y que lleva a cabo con tanto éxito.
Me creo con el derecho de ser compañero suyo y de los que le ayudan, por considerarme un maestro de indios, que en la pampa y en el risco andinos, se esfuerza por sembrar en el campo fértil del alma rural, la simiente del actual movimiento social y de sus fines.
En este momento pugno por hacer entender la doctrina de su excelente libro 7 ensayos, no solamente a los que son indios sino también a tantos otros que no se consideran en la verdadera peruanidad revolucionaria. No obstante la marcada vigilancia que las autoridades ponen en todo y por todo lado, cuando se quiere hacer una cosa, como Ud. dice —no recuerdo en qué parte— se hace contra viento y marea. Es claro que los resultados no se pueden contemplar inmediatamente, pero sí, no tardan tampoco mucho.
Desde mi niñez advertí una aversión a la burguesía política, que en el seno de mi hogar se me tildó de un zamarro, que a la larga iba a parar por ser un alienado o por guerrillero de las pampas de mi pueblo natal: Puno. —Pero, he aquí, que no hay tal. Vi que la mejor manera de hacer campaña efectiva en favor de los indios, por considerarlos mis hermanos (yo también soy indio) era mediante la escuela, para lo cual me titulé Normalista. Hoy me tiene Ud. al frente de una escuela compuesta en su mayoría de elementos, cuando no blanquitos, mestizos e indios en su mayoría.
En el deseo de colaborar en Amauta (que me sirve de una especie de cartilla) le envío hoy, unos versos rurales que creo que los encontrará dignos de figurar entre las lecturas de nuestra pequeña grande revista.
Si su bondad quisiera aceptarme unos artículos sobre “pedagogía indígena le agradeceré infinito me anuncie su pronunciación sobre el particular.
Mediante el compañero Gamaliel Churata, pedí, para algunos amigos que quieren tener 7 ensayos... unos 5 ejemplares. Ruego a Ud. se sirva mandar se haga el despacho, por la oficina encargada de hacerlo.
Hasta otra oportunidad en que me sea dado saludarlo, acepte Ud. el cordial abrazo de
Emilio Vázquez S.

Vásquez, Emilio

Carta de Fortunato Zora Carvajal, 18/9/1929

Tarata, 18 de setiembre de 1929
Señor
José Carlos Mariátegui,
Director de Amauta.
Lima.
Muy señor mío:
Confiado en la benévola acogida que presta en la revista de su cargo a las colaboraciones de carácter vernacular, me permito enviarle tres poemas de mi libro en preparación, rogándole se sirva Ud., si no tiene inconveniente, ordenar su publicación en dicha revista.
Como hasta la fecha no he tenido el honor de recibir respuesta a la carta que le dirigí el 15 de junio del presente año, sobre impresión de mi libro, ruégole encarecidamente se digne Ud. indicarme lo conveniente al respecto.
Suplicándole se sirva Ud. darme respuesta a la presente, robando algo de tiempo a sus recargadas ocupaciones intelectuales, en la lucha noble y desinteresada que viene desarrollando en pos de un elevado ideal cultural y social de la cual soy el más ferviente admirador me suscribo de Ud. muy aftmo. y S.S.
F. Zora Carvajal
Dirección: F. Zora Carvajal.- Tarata.- Vía Arica y Tacna.

Zora Carvajal, Fortunato

Carta de Baltasar Dromundo, 7/11/1929

Ciudad de México, 7 de noviembre de 1929
Sr. José Carlos Mariátegui.
Lima. Perú.
Estimable señor Mariátegui:
Mi querido amigo Serafín del Mar, hoy en camino para San José, me ha dado la dirección de usted pidiéndome que le envíe un poema revolucionario para Amauta, su fuerte y acertada revista. Lo hago con gusto, pues es un deseo mío también. Sólo me tengo una duda; hace tiempo que le escribí a usted y usted no contestó. Serafín me ha dicho que habrá sido por las múltiples ocupaciones de usted. Creo que hoy sí recibiré sus letras.
Deseo que usted se sirva enviarme, a correo reembolso, su libro Siete ensayos sobre la realidad peruana. Además, le ruego me mande un recibo por una suscripción anual de Amauta, yo le enviaré el importe por correo tan luego todo eso esté por acá.
Créame su amigo, admirador y camarada afectísimo.
Baltasar Dromundo

Aztecas, 14, Depto. 8.
México. D.F. República mexicana.

Dromundo, Baltasar

Carta de Nicanor A. de la Fuenta (Nixa), 19/12/1929

Chiclayo, 19 de diciembre de 1929
Mi querido José Carlos:
Aprovecho la oportunidad del acercamiento a esa i a Ud. de mi amigo J. Rafael Gallo, para hacerme presente con mi recuerdo. Hace fecha que no tengo noticias suyas, ni de nadie i esto, no sé si achacarlo a la censura que no ajusta sus límites día a día, o a la pereza ilegal de los compañeros. En Ud, sería disculpable José Carlos, pero en los demás no.
Gallo contará a Ud. todas las novedades policiales de estos tiempos, caídos sobres nuestros días, asaltando i violentando la autonomía a que tendríamos de la presente, no por motivación nuestra, sino por la fuerza de las circunstancias políticas que nos domina.
Le alcanzo dos notas bibliográficas para Amauta, i un par de poemas, que ojalá no se olviden entre lo mucho que quita i pone el espacio de la revista.
Aún no puedo sacar mi libro i ya estamos a la pesca del 30. Le devuelvo unos recibos de bonos (5) que no tienen ya objeto en mi poder. Muy agradecido por su envío para la Biblioteca del Círculo de Empleados. En Cultura hice una crónica sobre la clausura de LABOR i no obstante mis esfuerzos para que las sociedades i agrupaciones refuerzan su solicitud ante el Ministerio ha sido imposible. Puede mas el temor que el deber.
Cree Ud. que me llegara alguna vez "La Cruz del Sur"? Reciba mi mejor abrazo de simpatía i cariño.
Nixa

Fuente, Nicanor A. de la (Nixa)

Carta de Juan Espejo Asturrizaga, 18/1/1930

Huamachuco, 18 de enero de 1930
Señor
José Carlos Mariátegui.—
Lima
Señor Mariátegui:
Me permito enviarle adjunta a la pte. unos poemas que desgloso de un libro que publicaré en este año y que vicisitudes económicas me han impedido el hacerlo antes.
Desde principios del año 25 que tuve el gusto de conocerle y visitarle en su residencia de Leuro no he regresado a Lima, habiendo permanecido todo este tiempo por estas serranías donde me trajo un nombramiento de profesor de Historias del C.N. de San Nicolás de esta localidad.
No obstante esta larga ausencia del seno de los compañeros de Trujillo mi vinculación con ellos y con todo lo que se relaciona con la cultura del país ha sido constante. He seguido paso a paso su labor en diarios y revistas capitalinas, así como en la valiente Amauta, enérgico puntal socialista en América, donde sabe usted darse con toda integridad.
Por todo ello mi más cálido aplauso, que todos mis entusiasmos le acompañan, ya que la causa de usted es la de todos nosotros.
Van mis versos por si cree usted que tengan cabida en Amauta y le saluda con toda admiración su amigo y S.S.
Juan Espejo Asturrizaga

Espejo Asturrizaga, Juan

Carta de Emilio Vásquez S., 4/1/1930

Ilave, enero 4 de 1930
Señor
José Carlos Mariátegui.
Lima.
Querido compañero:
Saludo a Ud. con el cariño que por todo concepto he sentido por Ud. en todo tiempo.
Debo agradecerle sobremanera por que haya Ud. querido dar cabida en las páginas de Amauta, a un poema mío, o sea Qutiniatawa, Lulu.
Solo merced a un espíritu tan amplio y compenetrado de los que es y debe ser un luchador social, como el suyo, podemos presentarnos los de provincias, ante los diferentes públicos lectores.
Me es sumamente satisfactorio anunciarle la aparición de mis poemas coleccionados en un pequeño volumen. Si las circuntancias se presentan, no con desalentadores golpes, será para el mes de abril o mayo a más tardar. La Editorial Titikaka se encargará de los trabajo y demás menesteres.
El compañero Churata, con la bondad que le caracteriza en este orden de cosas , hace en este momento todo lo que puede estar a su alcance a fin de darle el mejor éxito editorial al citado libro, cuyo autor es el amigo y servidor de Ud.
Hoy le incluyo el poema que leerá Ud. tras estas líneas. Si le es posible darle sitio en las páginas de Amauta, nuevamente, le agradeceré una vez más, para siempre.
Deseándole toda clase de venturas personales se despide de Ud., con un cordial abrazo, su incondicional amigo y compañero en la lucha cuyo propulsor es Ud.
Emilio Vásquez

Vásquez, Emilio

Tarjeta de Samuel Ramírez Castilla, 2/1930

Cuzco, último día de febrero de 1930
Mi siempre recordado don José Carlos:
Que estas lineas lo encuentren bien, son mis deseos. Sus cartas llegaron oportunamente sin me haya sido posible responderle hasta ahora. Entregué a Casiano su carta i me reclamó unos formularios q' no he recibido. El sobre cerrado para Odar se lo devolveré porque no he podido dar con él: no lo conocen ni Rado ni Valcarcel i otros muchachos con quienes ha debido estar.
El poema que le adjunto ya usted sabe que no tiene otro objeto que el de publicarse en Amauta. ¿Los renglones subrayados? Simplemente una letra o tipo mas grande que el designado al resto. Que no lleven raya.
Calculando que esta tarjeta llegue a sus manos, le haré un giro por el banco italiano para que me mande usted Redescubrimietno de América i Nuestra América de W. Frank en castellano. Le ruego tambien indicar los precios de diario de viaje de un filósofo, el mundo que nace i Europa. Si usted tiene a bien me manda todos esos libros indicándome, inclusive el porte, cuánto debo girarle por el banco indicado. O si los precios vienen antes, mejor. Tambien puedo ser su agente por los libros indicados, pues facil sería vender esos volumenes que aquí mucha gente anhela leer i no hay en ninguna librería.
Está bien lo que usted dice de estéfano.
Preparo el libro: "Por la unidad de los pueblos de América". Quiero que sea un libro de poco filosófico i de observación personal. Pues la palabrería está bien para discursos políticos. Lo que desde ahora me angustia un poco, es el gasto que demandaría imprimirlo.
Saludos a los amigos de que de mí pregunten o usted i familia reciban mis recuerdos.
Samuel

Ramírez Castilla, Samuel

Carta de Gamaliel Churata (Arturo Peralta Miranda), [1927]

Compañero Mariátegui:
No recibí su carta en Yura. La pido ahora mismo. He visto hasta hoy su honrosa pelea. Muy bien. Sánchez es el representativo de esa Lima que U. supera y Escalante del Ande que nosotros hemos hollado para siempre. Con U. se puede hablar de federalismo: con Escalante nó, porque el gamonal sin Lima se diluye. Todo exactamente que en la Colonia. Escalante es un ejemplar de la intelectualidad gamonalista hoy en el poder. Claro que en la sierra no tiene aprecio (…) iba gustando una ufanía placentera en (…) de su escrito pero luego sacó la (…). Cierto que es chistoso aquello (…) por obra de Luisa de Marillan (…) bucéfalo van A SOLUCIONAR EL (…). Su respuesta a Escalante me (…) porque ella quiere decir que (…) soplones. Muy bien pues, y (…) su prudencia. Debe concederse (…) el silencio posible; la (…) estos momentos sería una […].
Pronto se distribuirán doscientos (…) y luego serán quinientos. (…) el diablo no se oponen (…) pide Amauta. Ya le dejo (…) establecida (…) de Panaity su Escena (…).
No me gusta las (…) del jurado para esa cosa del árbol. (…) más que le declararan desierto. Tal (…) sido digna de una concurso de revolución (…), sí como lo dejaron hacer pensar en las cosas de los civilistas. Pero está hecho. Hágole (…) que Uds. no pidieron el himno del proletario peruano, si no una canción proletaria del árbol. (…) sabe que todo esto es diferente.
Le mando un poema de Alejandro y otro de Delano (Chile) tojjras le enviaré pronto. Sabe que esto no me gusta mucho y nada. Yo casi no soy periodista.
Todo lo que está U. haciendo con Chukiwanqa está muy bien. Este hombre es un tipo puro del indio superior. U. no le conoce. Aún físicamente es de una admirable belleza andina. Le mandaré colaboración completamente titikatense de estos majjtas puneños pronto. Deseo aumentar el número de lectores primero.
Quedo muy agradecido por su deseo de saberme sano yo; en efecto por hoy puedo considerarme sano, tan mejorado que me vuelvo a trepar montañas y vuelvo a retozar como un chivo arrecho.
Otro tanto: (…) U., mi querido compañero y sobre todo serenidad para siguir descrozando el terreno que a U. le cupo la misión de hablar el nuevo verbo cuando el aliento de prada ya perdía.
Un abrazo cordial de su compañero
[Firma de Churata]
Si (…) bien de saludarle (…).
Perdone Ud. si siempre escribo (…) de tiempo.-

Gamaliel Churata ( Arturo Peralta Miranda)

Carta a Xavier Abril, 6/5/1927

Lima, 6 de mayo de 1927
Señor Xavier Abril
Madrid.
Querido y recordado Xavier:
Contesto sólo hoy sus dos cartas, una del 16 de noviembre y otra del 30 de diciembre, por un exceso de trabajo que frustra mis mejores intenciones de puntualidad epistolar. Ud. sabe además que este trabajo exorbitante pesa sobre una salud muy resentida e inestable.
Pero debe Ud haber recibido, como un mensaje, desde que está Ud. en Madrid, Amauta. Los siete números publicados después de su partida le han sido remitidos. Creo que en cuatro de ellos está presente su firma
Tengo aún por publicar algunos poemas de Ud. Publicaré uno en el próximo número y los restantes en el siguiente. Ud. sabe bien que su colaboración me es muy estimada.
De Oquendo, de Lora, de Edil. Zuleta y de algún otro de los que Ud. nombra he recibido y publicado colaboración. Julio Castillo estuvo a visitarme y anunciarme la suya; pero no ha vuelto. Enrique Peña me ha traído algunos poemas que saldrán próximamente. No crea Ud. que me dejo influir por sugestiones de grupo o de personas. No conozco cabalmente a todos los nuevos, pero me parece difícil que alguno de verdadero y revelado valor no tenga su sitio en mi estimación. Mas no puedo ser un crítico agnóstico. Rechazo la idea del arte puro, que se nutre de sí mismo, que conoce únicamente su realidad, que tiene su propio y original destino. Este es un rito de las épocas clásicas o de remansamiento; no de las épocas románticas o de revolución. Por esto, entre un ensayo vacilante, pero de buena procedencia de épica revolucionaria, y un mediocre producto de lírica de exorbitante subjetivismo, prefiero siempre al primero.
Amauta ha ganado hasta ahora su batalla. Esta es una segunda fase: la de su estabilización y desarrollo. La necesidad de sostener una difusión amplia, con alto gasto de tiraje y correo, nos ha movido a la constitución de una pequeña sociedad editora, cuyas bases están en el No. 8 (Con un error: las acciones son de 5 no de l0 lp.).
Mándeme siempre notas, prosas breves. De Ud. y de otros. Salude a Guillermo de Torre y pídale algo para Amauta que es ya una tribuna hispano-americana. Va a todos los países de Hispano-América.
A Valle, a quien también soy deudor de una respuesta, le escribo por este mismo correo.
Bazán lo recuerda con mucho cariño.
Y yo lo abrazo cordialmente
[Firma de José Carlos Mariátegui]
P.S. con Pablo he charlado una mañana muy cordialmente. Me ha prometido venir nuevamente. Lo espero.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de José Ruiz Huidobro, 11/6/1927

Huarás, á 11 de junio de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui
Lima
Apreciado compañero:
Reciba su atenta comunicación. A ella me refiero.
Mi deseo ha sido y es ayudar a Ud. con una acción de la empresa "Amauta". Si esa acción hubiera importado Lp.10 habría hecho un esfuerzo grande en mis posibilidades. Hoy que estoy informado de su vale Lp. 5, encuentro más hacedero mi modesto [...]. Por lo tanto le envío el 50% de una acción en giro postal Nº 1603 por Lp. 2.5.00 que espero recibirá Ud. conforme.
Le incluyo un nuevo poema, tal vez tenga más suerte que el anterior. Dígame cuáles son las [...] o condiciones para la impresión de libros en la Editorial Minerva.
Le estrecha fraternalmente la mano.
J. Ruiz Huidobro.

Ruiz Huidobro, José

Carta de José Ruiz Huidobro, 13/5/1927

Huaraz, 13 de mayo de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui
Muy señor mío:
Apelo nuevamente a su gentileza para rogarle quiera Ud. una acogida en "Amauta" al poema "Día Serrano" que le incluyo. Hasta hoy en "Amauta", no obstento su nutrido material

Ruiz Huidobro, José

Carta de Fernando Binvignat, 1930

La Serena, Chile, 1930
Señor José C. Mariátegui
Lima
Le envío unos poemas para Amauta. Le ruego dirigirme el número de la revista, cuando se publiquen.
Un saludo cordial
[Fernando Binvignat]
Casilla 79

Binvignat, Fernando

Carta de Gerardo del Valle,17/2/1928

La Habana, 17 de febrero de 1928
Sr. José Carlos Mariátegui
Lima
Estimado compañero:
Mi más sincera felicitación por la nueva aparición de su importante revista.
Le envío algunos poemas para ella y al mismo tiempo aprovecho la oportunidad para brindarle en todo mi modesta cooperación.
Solidariamente
Gerardo del Valle

Del Valle, Gerardo

Carta a Nicanor A. de la Fuente (Nixa), 7/10/1928

Lima, 7 de octubre de 1928
Querido Nixa:
Permítame llamarle desde Lima por este nombre fraternal e íntimo.
Contesto sólo hoy su carta del 12 de agosto. Con ella recibí sus poemas, uno de los cuales alcanzó el No. 17 de Amauta. Los otros saldrán en el que está en prensa.
¿Qué le parece el número 17 de Amauta? Ha encontrado magnífica acogida. Está ya agotado, no obstante el mayor precio. Vamos a hacer un quincenario popular a 10 ctvs.: Labor para mantener a Amauta en este volumen y presentación. Anúncielo a Arbulú Miranda.
Tengo que escribirle extensamente sobre un debate interno provocado por una serie de actitudes inconsultas del Grupo de México. A Arbulú le he mandado copias de dos cartas en que formulamos en Abril nuestros puntos de vista. Esta actitud nuestra contra una desviación demagógica y oportunista parece que ha irritado a ciertos elementos del Apra como el Sr. Rojas Zevallos que me dirige una indignada carta cuya copia le adjunto, para que aprecien Uds. Ia posición de estos señores. Es evidente que con apristas como el Sr. Rojas no tenemos nada de común. Llama, como Ud. verá, ridículos los ideales sociales.
En espera de su impresión, lo saluda con todo afecto su amigo y compañero,
José Carlos Mariátegui
P.D. Pase a Arbulú los papeles adjuntos.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Nicanor A. de la Fuente (Nixa), 7/7/1928

Lima, 7 de julio de 1928
Señor Nicanor A. de la Fuente.
Chiclayo.
Muy estimado compañero:
Contesto sólo ahora su carta del 21 de mayo, porque hace pocos días que mis fuerzas convalecen. He sufrido una nueva crisis en mi salud, como es posible que ya sepa Ud. Mi primer pensamiento es para todos los excelentes camaradas que en este tiempo me han hecho llegar sus palabras de amistad y simpatía.
En el No. 15 de Amauta habrá encontrado Ud. sus poemas así como el magnífico prólogo de Orrego, que con placer hemos anticipado al público. El aviso saldrá en el número próximo. Por no haber tenido a la mano su carta, cuando se armaba el número, —estaba aún enfermo— dejó de publicarse en el N° 15.
No he recibido directamente ningún número de la revista que ahí publica un grupo de jóvenes, con Becerra creo a la cabeza; pero, por intermedio de un amigo, he conocido el N° que reproduce el cariñoso recuerdo de Blanca Luz. Agradézcales, a mi nombre, su simpatía, y dígales que por mi estado de salud no les escribo.
La circulación de Amauta en Chiclayo, según me avisan de la administración ha bajado sensiblemente. Es cierto que la anterior, por el monto de las devoluciones, arrojaba un total ficticio. Estoy seguro de que Arbulú, para quien le adjunto una carta, querrá estimular eficazmente el celo de nuestros amigos.
A Ud. por su gestión le debemos todo nuestro reconocimiento.
Salude al Dr. Revilla, al Dr. Bazán, y reciba un abrazo cordial de su amigo y compañero, que mucho le estima y recuerda.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Nazario Chávez Aliaga, 20/5/1929

Caxamarca, 20 de mayo de 1929
Mi distinguido compañero Mariátegui:
Estoy adjuntando a la presente unos versos para Amauta.— Su carta me ha traído la satisfacción lejana, después de algún tiempo que me olía a labor recargada, cuando no a nueva situación de Amauta.— Labor y Amauta, recibimos muy tarde, generalmente después de aquí se lee, razón que demora nuestra nota de anuncio, con su respectivo sumario.—En breve enviaré a Ud. unos cuantos céntimos para que nos envíen Labor.— Supongo recibirá U. El Perú, cuyas campañas en favor del indio, como habrá tenido U. de ver, es radical y fuerte y va más allá de la técnicas, horadando el sentido práctico. Ojalá reprodujera U. en Amauta algunos artículos referentes a esta defensa que los encontrará en nuestro diario.
Juntamente con mi envío he de alcanzar un giro para una colección de Amauta que no logré adquirirla. Mis deseos son grandes en ayudarle en su enorme campaña idearia, desgraciadamente, somos los calatos los que nos interesamos por la nueva vida.
Entretanto, lo abraza su amigo y compañero
Nazario Chávez
Naxachá

Chávez Aliaga, Nazario

Carta de Gamaliel Churata (Arturo Peralta Miranda), 18/12/1926

Canción del Árbol
(Poema proletario)
Tus frondas se incendian de sol
antorcha de la tierra cárdena
lección sangrienta en los amaneceres
eres el hermano de los hombres
transpiras todo el día árbol trabajador
como el hombre enrojecido de fraguas
lates de oraciones en la savia
tus ramas son madres que abrazan
si el dulce niño harapiento
se acerca en la rondalla
en las noches te astillas contra dios
que te hizo perfecto y esclavo
pero ya te libertas diariamente
y nos das la primavera florida
el trino matinal la fresca canción
arrancándote el callo de la raíz injusta
arribarás al porvenir
como el hombre que se habrá superado
para danza en el canto de la infinita alegría
lección sangrienta en los amaneceres
hermano del hombre
¡dos brazos extendidos al cielo
señalan el camino de la libertad!
Camarada secretario: A las nueve de la mañana recibí su amable esquela y las tres estoy dándole respuesta. Yo no habría acudido nunca a certamen literario alguno, a no ser por tratarse de hombres que me son afines por la fatiga diaria y la ilusión del ideal. De lejos acaso no estamos todavía de acuerdo. No importa. Hay una cosa que nos une: la dirección libertaria. Me apresuré a contestarle seducido por el concurso; ya le digo que los concursos siempre me son repugnantes.
Quiero que Ud. se informe que yo no acudo a su solicitud en condición de intelectual (en general yo no reconozco tales condiciones) sino como trabajador (no en sentido figurado y menos intelectual) auténtico, por origen, oficio y predilección del espíritu. Esto lo saben todos acá.
Por todo eso cumplo con mandarle INMEDIATAMENTE? SIN PREPARACIÓN INTELECTUAL, lo que es para mí una canción proletaria del árbol. Como U. no me indica las condiciones retóricas del himno, es que le envío esa en la forma atrabiliaria en que está concebida. Acaso el músico encuentre en canciones como esa dificultades; pero en el entendido que su arte sea académico. Si nuestros músicos son revolucionarios en la vida y en su arte, no hay temores. Dele U. pues la aplicación que le plazca; pero entodo casi es mi deseo que transmita U. a los trabajadores manuales que representa que mi contribución obedece enlos exclusio a responder a un llamado que me es familiar.
Me gusta que el jurado esté formado por trabajadores, pues así lo entiendo. La poesía no es ningún preparado que tenga especialización para que el trabajador no pueda discernir sobre su importancia ideológica y estética.
Apostado en la trinchera indígena, querido camarada, en U. abrazo a todos los trabajadores de esa ciudad.
De Ud, de corazón
Gamaliel Churata
Sábado, 18 de diciembre de 1926. Puno.

Gamaliel Churata ( Arturo Peralta Miranda)

Carta de Diego Camacho,28/9/1928

San Pedro de Lloc, 28 de setiembre de 1928
Señor don
José Carlos Mariátegui.
Lima.
Mi distinguido amigo:
Me permito llamarlo así porque fui presentado a Ud. allá en los días del esplendor de El Tiempo, cuando yo cursaba Letras en San Marcos y Ud. era el héroe de aquella aventura de la Ruskaya en el Panteón.
Lo llamo amigo porque siempre he seguido los pasos de su vida y su obra, con la sincera adhesión que despiertan en los espíritus jóvenes la verdad y la justicia.
Le incluyo un poema que si es de su agrado quisiera verlo publicado en Amauta.
Estoy dirigiendo El Orden, periódico que pongo a su disposición.
Su amigo y s.s.
Diego Camacho

Camacho, Diego

Paul Morand

El rasgo más notorio de la literatura de Paul Morand es su cosmopolitismo. Hija del siglo de la geografía y de la “compañía de los grandes expresos europeos”, esta literatura tiene la composición pluricolor y un poco licenciosa de un helado napolitano. Paul Morand no es internacionalista, pero sí internacional. Es un producto de diversos climas, diversas latitudes, diversas lenguas. El proceso de su cosmopolitismo empieza en sus antepasados. Morand procede de una familia de franceses en Rusia. En un reportaje de Federico Lefevre, hablándonos de su estirpe y de su formación, Morand nos dice que la familia de su padre era una familia de franceses de Rusia desde 1846. Su abuelo dirigió la Fundición Imperial de Petrogrado. En esta ciudad nació su padre. En París, la infancia de Paul Morand se desenvolvió en un “entourage” de ingleses y un ambiente de anglofilia. Por consejo de Lord Alfred Douglas, Morand fue enviado a estudiar a Oxford. Más tarde, la carrera diplomática confirmó su sino.
Pero este cosmopolitismo no borra en Paul Morand al francés. El acento de su libro es un acento inconfundible parisién. Morand piensa que la vida en el extranjero pone al hombre en un plano superior que lo revela más completamente a sí mismo. “Todos los que han marcado una época -observa refiriéndose a las letras francesas- son nobles desertores: Chateaubriand para el principio el siglo diecinueve; Stendhal para 1880; Claudel para 1900; en nuestros días, Gobineau, Lautreamont, Rimbaud”.
El cosmopolitismo de su literatura nace del internacionalismo de su vida. Paul Morand es una “rana viajera” del género de Julio Camba. De la rana, tiene el espíritu noctivago y lunar. Pero, para ser una rana perfecta, le sobra dandismo. Morand es demasiado elegante y diplomático. En su literatura se descubre siempre, más o menos disimulado, al adjunto de la embajada. Tampoco se le puede llamar vagabundo. El vagabundo viaja al azar y con fatiga. Su vida es una sucesión de partidas y de andanzas. El hombre cosmopolita como Paul Morand, en cambio, no da casi ninguna impresión de movimiento. Se desplaza con tanta velocidad que no parece que se moviera de su sitio. (La obra de Paul Morand, entre otras cosas, es algo así como una prueba de la relatividad del espacio). Además, el hombre cosmopolita no es en ninguna parte un extranjero. Tiene todas las nacionalidades.
Los primeros poemas de Paul Morand descubrieron a un poeta de espíritu y técnica ultra-modernos. En la poesía de “Lampes a arc” estaban ya esbozados el dandismo y el cosmopolitismo que debían construir después los elementos fundamentales de la literatura Morand. Pero en esa poesía había al mismo tiempo un exquisito imaginismo, un lirismo muy puro. No solo valían los versos por esas metáforas visuales y esas imágenes fotogénicas de que tan buen gustador es Guillermo de Torre.
En uno de los poemas de “Lamper a arc”, después de ofrecernos un cuadro cabal y vivo del hotel de lujo, a la ora del “diner”, Paul Morand tiene esta honda nota lírica:
“Mais voici qu’ inmobiles aux fenetres maintenant obscures
laissant choir leur fatigue et leur dégout
permi le linge fripé et les ecrins vides,
les Domestiques
comme un betail noir
viennent poser leur joues
contre l’acier de la nuit”.
Pero la poesía pura no bastaba en este coleccionista de noches, de paisajes y de ciudades. Paul Morand no se conformaba con dar su miel a unos pocos elegidos. Quería ofrecerse al público, no en una preciosa edición de “Au Sans Pareil” sino en centenares de ediciones de la “Nouvelle Revue Francaise” de Bernard Grasset. El diablo lo ayudó en esta empresa. En las novelas de “Ouvert la Nuit”, Paul Morand descubrió el secreto de aderezar con sus imágenes un manjar del gusto del público. “Ouvert la Nuit” colocó a Paul Morand entre los primeros escritores de su generación. (Es incontestable que Paul Morand reúne para ocupar un puesto entre los mejores grandes dotes de estilo, de imaginación, de sensibilidad, etc.) La primera serie de “noches” pasó en poco tiempo de la edición centésima. Y la segunda serie –“Fermé la Nuit”- no se hizo esperar mucho tiempo ni alcanzó menos fortuna.
Vino después de estos libros de cuentos de cuentos, una novela: “Lewis et Irene”. Esta vez, Paul Morand no dio en el blanco. El público encontró el plato un poco insípido. La historia del matrimonio de Lewis e Irene, diluida en varios episodios cinematográficos, del mismo corte de las “noches”, carecían de tensión. El estilo y la técnica Morand se prestan más a la novela corta.
Y, talvez, por eso, en su último libro, “L’Europe galante”, Paul Morand vuelve al cuento. En “L’Europe galante”, nos pasea como en su noche, por un mundo fatigado, hiperestético, mórbido. Pero los aciertos de la psicología y de estilo han disminuido los defectos de “Ouvert la Nuit” y de “Fermé la Nuit”, en cambio, se han acentuado. Morand sufre de embriaguez del éxito editorial. El primer cuento del volumen, “La glace a trois faces”, es un cuento de tema pirandelliano. Tres mujeres amantes de un mismo hombre, nos dan tres versiones absolutamente diversas de él. El personaje es uno solo; el espejo de las tres lunas refleja tres personalidades distintas. Como en Pirandello: negación del carácter, negación de la personalidad. Pero mientras Pirandello es todo fuerza. Morand es todo languidez. En “Les Plaisiris Rhenans”, Morand nos sirve algunos finos atisbos de psicología femenina. Los tres personajes de la aventura están muy bien diseñados. Mas no es esto todo lo que se quiere y se exige de un literato famoso.
Esta literatura es, inequívocamente, una literatura de decadencia. Paul Morand se complace en presentarnos, unos tras otros, sus casos de neurosis. La fauna de sus novelas es una fauna elegante y mundanamente teratológica. Como los artistas del circo, los personajes de Morand han menester de la luz de las lámparas de arco. Su escenario es la noche. Paul Morand los hace vivir en la temperatura tibia de sus noches, como se hace vivir a cultivos de gérmenes en las estufas de los laboratorios.
El propio Paul Morand siente que su obra, su arte y su alma corresponden a una decadencia, a un crepúsculo. En uno de los cuentos de “L’Europe galante” nos habla de “la familia capitalista, a la cual no se es ya orgulloso pero, a pesar de todo, bastante feliz de pertenecer”.

José Carlos Mariátegui La Chira

Sergio Essenin

El poeta ruso Sergio Essenin debe una buena parte de su fama en el Occidente a la extraordinaria artista Isadora Duncan. Su matrimonio con Essenin constituyó la última gran aventura de la vida de esta mujer que acaso habría podido reivindicar para sí el derecho de llamarse d’annunzianamente “la aventura sin ventura”. Essenin clasificado entre los poetas de la revolución a pesar de ser un lírico de pura sangre, desposó a la Duncan en plena epopeya bolchevique. Pero su renombre europeo no arranca de los días en que su bizarra esposa lo paseaba por Berlín, París y New York. La novela de Essenin y la Duncan empezó a propagarse más o menos folletinescamente complicada por las revistas ilustradas, cuando se conoció el suicidio de Essenin en diciembre de 1925 divorciado hacía ya tiempo. La exportación del hombre precedió a la del poeta. Y tenía además, que ser más duradera.
Sació su arte bajo el signo sangriento de la guerra. Hacía pico que se había encendido este cundo Essenin arribó a Petrogrado, proveniente de su aldea de Rjazan. Tenía 18 años. Había escrito algunos versos que no acusaban aún una personalidad original. Cantaba con voz dulce los aires de su región. No sospechaba todavía su destino de poeta iconoclasta y escandaloso. Conservaba una idea respetuosa y campesina del “padrecito Zar”. Es así como lo recuerda Zenaida Hippius, la mujer de Mjereskosky a cuya tertulia literaria acudían los debutantes como a un rito de su iniciación.
No es posible, pues, sorprenderse del tono apocalíptico frecuente en la poesía de Essenin. Su temperamento de “primitivo” se desarrolló en un clima de tragedia. La sicología de guerra encontró en este infante rústico una naturaleza espontáneamente inclinada a la violencia y a la jacquerie. Essenin se afilió a una escuela poética que tomaba su nombre y una parte de su inspiración de la vieja secta rura de los “chlysti” que esperaba nuevas encarnaciones de Jesús. El mesianismo blasfemo, el misticismo inverecundo de Essenin procede sin duda de la asociación de la “sicología de la guerra” con la mitología de una secta que por traducir una de las típicas reacciones primitivas del alma rusa ante el cristianismo encontró fácilmente resonancia en el espíritu agreste del poeta de Rjazan.
Uno de los poemas de Essenin que han sido traducidos y citados con mayor insistencia por sus críticas de occidente, el titulado “Inonia” es una de los productos característicos de esta tendencia con lo que se combina el gusto por la manera bíblica y el gesto profético. En su epígrafe se lee.
“Os prometo la Ciudad Inonia
donde habita el Dios de los Vivos”.
Y luego así prosigue:
“No temeré la muerte
ni lanzas ni lluvias de flechas.
Así habla según la Biblia
el profeta Sergio Essenin”.
Este mismo poema nos descubre otro elemento esencial del arte de Essenin; un exasperado individualismo que conduce al poeta a esa exaltación megalómena que constantemente encontramos en muchos artistas de esta época en quienes termina aunque ellos no se reconozcan esta genealogía la estirpe romántica. La imagen antropomórfica, tan usada en la poesía moderna tiene evidentemente su origen síquico en ese agocentrismo megalómeno que en último análisis, no es sino puro individualismo, vale decir puro romanticismo. Desde Khlebikov, otro campesino turbulento y genial la metáfora antropomórfica ha caracterizado el imaginismo ruso. Según he leído en Pasternak, de un verso de Khlebikov. “El mar se ha puesto su calzón azul desciende seguramente el título de uno de los primeros libros del futurista o constructivista Mayakovsky: “La nuve es pantalón”. En Essenin, la exaltación megalómena tiene notas como estas:
“Quiero trasquilas el firmamento
como una oveja sarnosa”.
“Alzaré las manos hacia la luna
como una nuez la partiré con los dientes;
no quiero cielos sin escalas
no quiero que caiga la nieve
Hoy con la mano elástica
podría derribar todo el mundo...”
La atmósfera moral y física de los primeros años de la revolución era como lo observa Ilya Ehrenburg, favorable a la superproducción y a la hipertrofia poética. El “pathos” revolucionario creaba una consciencia apocalíptica, propicia a todas las hipérbolas épicas y líricas. “Electrizaremos al mundo entero” decía uno de los anuncios luminoso del bolchevismo encendido sobre las ciudades famélicas que gastaban en este alarde el único combustible de que disponían para su calefacción. Por otra parte como dice Ehremburg, “la prosa requiere tiempo y dinero: ambas cosas faltaban. Los poetas recitaban sus versos en las asambleas o los escribían en las paredes. La revolución rusa creó el “poema mural”, “el poema affiche”. Me he enterado también de que la revista oral es una invención rusa. (Es probable que nuestro querido y brillante Alberto Hidalgo solo lo haya sabido después de su experimento bonaerense”. En ese tiempo de caos o poesía Essenin, igual que Mayakovsky, aunque representando otra cara del alma rusa, avanzó por el camino de la violencia verbal y de la estridencia lírica, más allá de su propia meta. Cultivó un “ismo” personal: el “escandalismo”. Su amor a la pendencia y al vagabundaje no halló vallas molestas en una época de tempestad revolucionaria. Y lo indujo a rotular uno de sus libros “Confesión de un granuja”.
Pero la revolución no pudo alimentarse indefinidamente del poesías y apocalipsis. El genio realista de Lenin inauguró el “nuevo curso” vino el periodo de la “nep” (nueva política económica). Período de trabajo prosaico: reorganización de la industria y el comercio. En el orden de la vida cultural el panorama también es otro. Surgen editoriales del Estado y editoriales privadas. Se dispone de más tiempo y de más dinero. El apogeo de los poetas sucede el de los novelistas. Ehrenburg dice: “el nacimiento de la nueva prosa rusa ha coincidido con el cambio de ritmo de la revolución. Un cierto escepticismo ha reemplazado al reciente entusiasmo incondicional. He aquí que comenzó la reducción del personal de los gastos, de los proyectos, de la fantasía”. Essenin que en un ambiente henchido de electricidad, había alcanzado una extrema tensión no podía adaptarse al cambio. El conflicto entre su individualismo y el comunismo de un estado social al cual había adherido sin comprenderlo enteramente -no lo graba como antes disfrazarse y disimularse en el torbellino de una consciencia aturdida. Un poema de esta época traducida al italiano por Ettore Le Gatto, Essennin nos cuenta su regreso a la aldea después de 8 años de ausencia. Su pueblo transformado por la revolución no es el mismo. Essenin sufre una desilusión que expresa con nostalgia melancolía. “En los ojos de nadie encuentra refugio. En mi pueblo soy un extranjero”. Mi poesía aquí no sirve más.
El equilibrio no solo se había roto entre Essenin y el mundo exterior. Se había roto, sobre todo, en el propio poema. Dentro de un mundo en laboriosa organización, el poema, “escandilista” y quedaba desocupado. A pesar de sus cantos revolucionarios no era el poeta de la Revolución.
Troszky en una emocionada despedida al gran poeta define así su caso: “Essenin era un ser interior, tierno lírico la Revolución es “pública” “épica”. El poeta ha muerto porque no era de la misma naturaleza de la Revolución, pero en nombre del porvenir la Revolución lo adoptará para siempre”. “El poeta ha muerto; vive la poesía. Indefenso, un hijo de los hombres rodado al abismo; viva la vida creadora en la que Sergio Essenin, hasta el último momento, entretejía sus hilos de oro”.
Los cróticos de la emigración, no obstante su rabioso antibolchevismo, reconocen el genio de Serio Essenin. No le disputan ni pueden disputarle, su puesto en la historia de la poesía rusa. Se da un caso curioso remarcado inteligentemente por Victor Serge: la Revolución recibió la adhesión de los poetas: -Block, Briussev, Balmont, Mayakovsky, Biely, Essenin encontró en cambio hostiles a los novelistas. Y de novelistas cróticos historiografos, está compuesto la plana mayor de los “emigrados”. La poesía votó por la Revolución.
Y la revolución por la boca de uno de sus grandes capitanes que al revés de la mayor de los estadistas de la burguesía, es un hombres capaz de juzgar con la misma inteligencia una cuestión económica que una cuestión filosófica o artística, le dice ahora su reconocimiento.

José Carlos Mariátegui La Chira

Dedicatoria a César Alfredo, 15/4/1929

Dedicatoria en los Siete Ensayos:
"Querido César Alfredo: No le he contestado su última de 31 de diciembre por mis [...] aunque por fortuna banal, quebranto en mi salud. Pero hoy mismo me encuentro tan ocupado, que no tengo tiempo sino para estas cuatro líneas en la primera página del ejemplar de '7 ensayos' destinado a Ud. Le hago adjunto "Amauta" a partir del número que me pide. – Que no me falten sus colaboración y sus noticias. Hágale saber a Blanca Luz que he escrito a una de sus direcciones [...] "Amauta" a la otra – Y guarde Ud este libro como testimonio de mi cariño y mi estimación. Su amigo compañero"
José Carlos Mariátegui
Lima, 15 de abril de 1929

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de César Moro, 7/1928

Respuesta dirigida al Gerente de la revista Amauta por la publicación de sus poemas:
París, julio de 1928
Gerente:
Has publicado mis poemas de una manera infame. Llenos de errores, sin los espacios marcados y suprimiendo líneas enteras. Pero a quién reclamar en Amauta? Merecías... pero es que mereces algo? Sigue publicando Peralta, Varallanos o Avellanos, de los Prados, mesas, catres, y roperos. Amauta es una revista histórica. El mejor jabón: Reuter! Específico sin rival para el pelo. Viva el tricófero de Barry! Abajo las pastillas rosadas del Sr. Richards! "Después de la función sírvase ud. pasar al Palais Concert".
Bueno, basta de chunga, Amauta es una revista con probabilidades.
Viva la Giunguina Laroche!!!

Moro, César

Poetas nuevos y poesía nueva

Los juegos florales me han comunicado con la nueva generación de poetas peruanos. Mis andanzas y mis estudios cosmopolitas me tenían desconectado de las cosas y de las emociones que aquí se riman. Hoy no me creo todavía muy enterado de la calidad ni del número de poetas jóvenes; pero sí de la temperatura y del humor de su poesía. Naturalmente los juegos florales no han atraído a todos los poetas nuevos. Los más íntimos, los más recatados, los más originales, les han rehusado hurañamente su contribución.
Parcialmente comprendo y comparto el sentimiento que los ha alejado de la fiesta. Los juegos florales son una ceremonia provinciana, cursi, medioeval. Aquí resultan, además, una costumbre extranjera y postiza. Me explico que su coreografía anacrónica no seduzca a todos los poetas. El fallo del jurado último no debe ser tomado, por consiguiente, como un juicio sumario sobre la poesía de la última generación.
Fuera de los juegos florales, he conocido varios poetas que merecen ser tratados de otra suerte. Sobre ninguno de ellos se puede decir aún una palabra definitiva. Sus personalidades están en formación. Pero nos han dado ya algunas anticipaciones muy nobles de su porvenir. Luis Berninzone posee una fantasía poderosa que no necesita sino encontrar una forma menos retórica y un gusto menos ornamental. Arnaldo Bazán, que apenas si ha tenido algún furtivo contacto con el público, es ya un intérprete hondo del sentimiento trágico de la vida. Juan María Merino Vigil acusa en sus versos y en su prosa un temperamento lírico y panteísta de insólitos matices. Juan Luis Velásquez, niño-poeta o poeta-niño, tiene la divina incoherencia de los inspirados. Hay en su pequeño libro algunos bellos disparates y dos o tres notas admirables. Jacobo Hurwitz no debe ser juzgado por su incipiente libro, que contiene, sin embargo, algunas emociones originales y sutiles. Magda Portal es algo muy raro y muy precioso en nuestra literatura: una poetisa. Mario Chávez gusta del funambulismo agresivo y pintoresco de los futuristas. Su poesía, es un cohete de luces polícromo y estridente. En torno mío se habla mucho y muy bien de Juan José Lora, inédito hasta ahora. Y, probablemente, el número de los poetas de esta generación es mayor aún. Yo no intento enumerarlos ni calificarlos a todos en mi elenco.
No nos faltan poetas nuevos. Lo que nos falta, más bien, es nueva poesía. (Los juegos florales reunieron, sobre la mesa del jurado, un muestrario exiguo de baratijas sentimentales, de ripios vulgares y de trucos desacreditados. La monotonía de este paisaje poético movió, sin duda, a Luis Alberto Sánchez a negar en su vigoroso discurso que la tristeza sea el elemento esencial de nuestra poesía. Esta poesía, dice Sánchez no es triste sino melancólica. Triste es Vallejo; pero no Ureta. Yo agrego que, más que melancólico, el tono de nuestra poesía es hipocondriaco. Pero no acepto la tesis de que estos versos sean extraños al ambiente. No es cierto que nuestra gente sea alegre. Aquí no hay ni ha habido alegría. Nuestra gente tiene casi siempre un humor aburrido, asténico y gris. Es jaranera, pero no jocunda. La jarana es una de las formas de su astenia. Nos falta la euforia, nos falta la juventud de los occidentales. Somos más asiáticos que europeos. ¡Qué vieja, qué cansada, parece esta joven tierra sud-americana al lado de la anciana Europa! No es posible saberlo, no es posible sentirlo, sino cuando, en un ambiente occidental, confrontamos nuestra psicología con la de la psicología europea. El europeo tiene una espontánea aptitud orgánica para creer que la vida es bella; nosotros para suponerla triste, aburrida, pesada. “La vita e bella e degna di essere magnificamente vissuta” dice D’Annunzio y su frase refleja el optimismo de su pueblo apasionado voluptuoso y panteísta. El criollo es insensible a la ingenuidad de los ‘‘lieder” alemanes y escandinavos. No entiende la efusión, la plenitud con que el europeo se entrega íntegro, sin reserva a la alegría y al placer de una fiesta. Tampoco sabe que el europeo con la misma efusión y la misma plenitud se da entero a la vida. Aquí la embriaguez es melancólica o pendenciera y los borrachos, sin saber por qué lloran o riñen. Aunque una convención literaria y ridícula nos anexe a la raza latina -¡latinos, nosotros!- nuestra alma amarilla o cetrina no fraternizará jamás con el alma blonda de los occidentales. Nunca comprenderemos el valor eufórico del cielo azul ni de los verdes racimos del Latino. Hasta la voluptuosidad, hasta el placer son aquí un poco malhumorados y descontentos. Eros es regañón y agridulce. Nuestra gente, parece, casi siempre fastidiada, desalentada, nostálgica. Flotan los chistes sobre una laguna enferma, sobre una palude de tedio.
La tristeza, como todas las cosas, tiene sus calidades y sus jerarquías. Nuestra gente padece de una tristeza superficial e insípida. Por eso, Luis Alberto, la llamamos melancolía. Por la literatura y la vida europeas ha pasado una gélida ráfaga de pesimismo y de desesperanzas. Andrehiew, Gorky, Block, Barbusse, son tristes. El mismo Pirandello, en su actitud escéptica y relativista, también lo es. El humorismo y el escepticismo contemporáneos son amargos. Aparecen como la sonrisa de un alma desencantada. Pero los criollos no son tristes así. No son tampoco desesperada, trágica, wertherianamente tristes. Nuestra poesía no ha destilado, por eso el acre zumo, las “gotas amargas” de la poesía de José Asunción Silva, las raíces de la melancolía criolla, sobre todo de la melancolía limeña, no son muy profundas ni muy excelsas. Sus gérmenes son la pobreza, la anemia, la limitación, el provincianismo del ambiente. La gente tiene aquí muy modestos horizontes espirituales y materiales. Y es, en parte, por esta causa trivial, que se aburre y bosteza. Está además demasiado nutrida de malas lecturas españolas. Abundan en nuestra poesía mediocres rapsodias de motivos musicales flamencos o castellanos. El clima y la meteorología deben influir también en esta crónica depresión de las almas. La melancolía peruana es la neblina persistente e invencible de un trópico sin gran sol y sin grandes tempestades. El Perú no es solo Lima; en el Perú hay como en otros países, ortos y tramontos suntuosos, cielos azules, nieves cándidas, etc. Pero Lima da el ejemplo e impone las modas. Su irradiación sobre la vida espiritual de las provincias es intensa y constante. Solo los temperamentos fuertes -César Vallejos, César Rodríguez, etc.- saben resistir a su influencia mórbida. Finalmente, ¿no será acaso esta melancolía un simple producto biliar? “En el amor y en otras cosas de menor cuantía todo depende de la digestión” dice Luis C. López. Lo evidente es que vivimos dentro de un círculo vicioso. La poesía melancólica aburre a la gente y el aburrimiento de la gente segrega poesía melancólica. A algunos de nuestros poetas les convendría confesarse con un médico y, como en los versos de Silva, decirle: “Doctor, un desencanto de la vida, etc.” El médico les daría, también como en los versos de Silva, varios consejos higiénicos y un diagnóstico doloroso.
Es cierto que el mundo moderno anda neurasténico y un poco cansado, pero la neurastenia de las grandes urbes es de otro género y es además muy compleja, muy honda y muy pintoresca. La neurastenia de nuestra gente es artificial y monótona. Su cansancio es el cansancio de los que no han hecho nada.
Y no es el caso de hablar de modernismo. El modernismo no es solo una cuestión de forma, sino, sobre todo, de esencia. No es modernista el que se contenta de una audacia o una arbitrariedad externas de sintaxis o de metro. Bajo el traje huachafamente nuevo, se siente intacta la vieja sustancia. ¿Para qué trasgredir la gramática si los ingredientes espirituales de la poesía son los mismos de hace veinte o cincuenta años? “Il faut etre absolument moderne”, como decía Rimbaud; pero hay que ser moderno espiritualmente. Aquí se respira, generalmente, en los dominios del arte y la inteligencia, un pasadismo incurable y enfermizo. Nuestros poetas se refugian, voluptuosamente, en la evocación y en la nostalgia más pueriles, como si su contorno actual careciese de emoción y de interés. No osan domar la Belleza sino cuando la suponen suficientemente doméstico. El futurismo, el dadaísmo, el cubismo, son en las grandes urbes un fenómeno espontáneo, un producto genuino de la vida. El estilo nuevo de la poesía es cosmopolita y urbano. Es la espuma de una civilización ultrasensible y quintaesenciada. No es asequible por ende a un ambiente provinciano. Es una moda que no encuentra aquí los elementos necesarios para aclimatarse. Es el perfume, es el efluvio lírico del espíritu humorista, escéptico, relativista de la decadencia burguesa. Esta poesía, sin solemnidad y sin dramaticidad, que aspira a ser un juego, un deporte, una pirueta, no florecerá entre nosotros.
No es tampoco el caso de hablar de decadencia de la poesía peruana. No decae sino lo que alguna vez ha sido grande. Y una rápida investigación nos persuadirá de que la poesía de ayer no era mejor que la poesía de hoy. Los poetas de hoy no usan como los de ayer, unas melenas muy largas y unas camisas muy sucias. Su higiene y su estética han ganado mucho. Las brisas y los barcos del Occidente traen un polen nuevo. Algunos artistas de la nueva generación comprenden ya que la torre de marfil era la triste celda de un alma exangüe y anémica. Abandonan el ritornello gris de la melancolía, y se aproximan al dolor social que les descubrirá un mundo menos finito. De estos artistas podemos esperar una poesía más humana, más fecunda, más espontánea, más biológica.
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

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