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Carta a Ricardo Vegas García, [3/1926]

[Lima, marzo de 1926]
Querido Vegas:
El tema obligado de la semana me parece la crisis francesa. Como no será posible conocer el miércoles todas sus proyecciones–– y tal vez ni siquiera su conclusión–– escribiré un artículo sobre Briand cuya carrera política llega a su más decisiva estación. Yo creo que a la última.–– Para la semana próxima, la nueva literatura rusa. He leído cosas muy buenas de Babel, Ehrenburg, etc. Y tengo varias fotografías de una revista italiana.
Le adjunto un artículo de Antenor Orrego sobre La Escena Contemporánea. Si le es posible, publíquelo en Variedades. Si no, consígame su publicación en La Crónica. No me interesa ––Ud me conoce–– como reclame personal, sino del libro que aún resta, en gruesa cantidad, en los depósitos de mi hermano.
Reclamo una nota bibliográfica de Ud para “Libros y Revistas”.
Y en espera de su visita lo abrazo cordialmente
José Carlos

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Ricardo Vegas García, [7,1926]

[Lima, julio de 1926]
Querido Vegas:
Creo que esta semana habrá que ocuparse de la nueva crisis francesa. Es el tema obligado. Pero si Ud. cree que hay que descamar un poco de política y parlamento, nos ocuparemos de las actitudes actuales del suprarrealismo. Le adjunto los retratos de los cuatro leaders. Si no, éste quedará para la semana próxima. Dígame por teléfono su parecer. ¿Recibió El Nuevo Absoluto?
Suyo afmo.
José Carlos

José Carlos Mariátegui La Chira

Segunda Etapa 1915-1919

Reúne las fotografías de José Carlos Mariátegui durante su formación como periodista bajo el seudónimo de Juan Croniqueur.
Las fotos pertenecen a los años de 1915 a 1919

Dedicatoria a Andrés A. Aramburú, 1928/11/6

Dedicatoria en los Siete Ensayos:
"A Andrés A. Aramburú, Director de "Mundial" a quién estas páginas deben su origen y su fervoroso estímulo, con la amistad y estimación de su affmo compañero"
José Carlos Mariátegui
Lima, 6/11/1928

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Pedro P. Salcedo, 31/5/1927

Puno, 31 de mayo de 1927
Sr. Director de Amauta,
Una multitud de indígenas del distrito de Cabanillas, de la provincia de Lampa, se ha presentado a la Secretaría de esta Federación, para pedir que se haga presente ante la prensa de la capital, el hecho de que hace pocos días , atribuyéndosele a Silverio Cajia y a Mariano Cahuana, ser agentes o promotores de posibles sublevaciones, se ha allanado la casa del primero, por el subprefecto don Ernesto Latorre, el Gobernador David Vásquez, el Mayordomo de la hacienda Pinaya - de sangrientos recuerdos - llamado Gregorio Esmelmas, dos gendarmes i once personas armadas de fusiles, quienes encabezados por la autoridad citada, extrajeron la cantidad de doscientos treintiseis soles m.n., como si solo se cumpliera con los deberes de una santa investigación policiaria. La queja por parte del damnificado se ha presentado ante el Sr. Prefecto del Departamento. Los reclamantes quieren recordar al Sr. Francisco Torres Belón, que cayó en Onolulo, que el Sr. Latorre, subprefecto, parece tener mandamiento de prisión por un juicio que se le sigue. Se hace esta alusión por tratarse de una autoridad de Lampa, de que el referido Sr. Torres es diputado.
El Tiempo, en el editorial de la edición que apareció en esa capital, el 30 de abril del pte. año decía: "La impunidad de que tradicionalmente gozan las autoridades políticas, está haciendo daño enorme a la Patria. Está socavando traidoramente las firmes bases de nuestro patriotismo; está infiltrando en el alma de los pueblos el virus disolvente del escepticismo i de la falta de fe en nuestros destinos trascendentales."
"Mientras los crímenes i tropelías que a diario perpetran las malas autoridades , no sean severa i ejemplarmente castigadas, todo esfuerzo moralizador, todo intento de depuración será baldío i contraproducente".
Ojalá que los representantes se convenzan de esta verdad, para no insinuar nombres de compadres, ahijados o parientes, para ser favorecidos con un cargo que desgraciadamente deshonran.
Por lo que toca al robo que ha sufrido Cajia i a las persecuciones de son objeto, tanto él como Cahuana, protestamos enérgicamente, esperando que haya sanción.

Por la Federación de Campesinos.

Salcedo, Pedro P.

Carta de Eutiquio Aragones,20/12/1928

La Habana, 20 de diciembre de 1928
Sr. José Carlos Mariátegui.
Lima
En nuestro poder la suya muy grata de 3 de diciembre actual, así como también el Contrato firmado de colaboración literaria que usted ha tenido la amabilidad de aceptar de ésta Agencia. También recibimos su fotografía, datos biográficos y obras dedicadas, que mucho agradezco.
Su muy prestigiosa colaboración la queremos aplicar a un Servicio periodístico de carácter internacional que estamos organizando y que, según nuestras impresiones, ha de tardar bien pocas semanas en consolidarse conforma a nuestros deseos.
Muy en breve se nos ofrecerá la oportunidad de señalarle a usted, por carta o por cable - si esto fuera necesario -, las fechas en que deben salir del Perú su uno a dos artículos de colaboración honrosa para ALREDEDOR DE AMÉRICA.
Aprovechando ésta nueva oportunidad para reiterarle es testimonio de mi consideración más distinguida, quedo suyo affmo. y devoto amigo, S. S.
Por ALREDEDOR DE AMÉRICA
Eutiquio Aragones
Administrador-Delegado

Leeré, mejor dicho, estudiaré con profunda atención, cuando tenga valor para tanto, sus "7 ensayos de interpretación de la realidad peruana"
Muy agradecido le queda su amigo,
Eutiquio Aragones

Aragones Iturbe, Eutiquio

Carta de Henneuth (Monde), 24/2/1928

París, 24 de febrero de 1928
Monsieur.
Nous nous permettons de vous envoyer sous ce pli un prospetus concernant notre journal Monde qui doit paraitie dans le courant du mois d’Avril.
Nous espérons pouvoir compter sur votre adhésion. Me trouvant chargé par Henri Barbusse de me mettre en rapports avec les personnes susceptibles de s’intéresser à notre programme, je vous prie de bien vouloir me communiquer éventuellement toutes suggestions, qui nous seront évidemment trés precieuses, concernant la vie et la diffusion de notre publication dans votre pays.
Nous vous serions également reconaissants si vous pouviez nous envoyer les adresses d’autres personnes susceptibles de s’interésser a Monde.
En attendant le plaisir de vous lire, nous vous prions de croire, Monsieur, à l’expression de nos sentiments tres distingués.
p. L’Administrateur
A. Henneuth

Henneuth, A.

Carta de Javier Bueno, 6/12/1928

[Genève], 6 de diciembre de 1928
Sr. J. Carlos Mariátegui,
Director de Amauta,
Lima - Perú.
Mi querido amigo y compañero:
Por correo aparte recibirá Ud. un ejemplar del estudio sobre las condiciones de vida y de trabajo que acaba de publicar esta Oficina internacional. No escapará a Ud. el interés del tema, pues de todos los trabajadores intelectuales, acaso los más necesitados de protección sean los periodistas. La nueva prueba de actividad de la Organización internacional del Trabajo será seguramente secundada por Ud. en Amauta, y aunque Ud. o uno de sus colaboradores habrá de hacer un examen más detenido, me permito enviarle con el ejemplar una nota resumen cuya inserción le agradecería.
Espero sus noticias y si al fin se decide a venir a Europa, no deje de advertírmelo pues ya sabe cuánto placer tendría en abrazarle.
Un saludo muy cordial de su incondicional amigo y compañero.
Javier Bueno

Bueno, Javier (Antonio Azpeitua)

Carta de Manuel Ugarte, [1928]

[1928]
A José Carlos Mariátegui
en Lima
Confidencial
Mi eminente amigo,
Oportunamente le mandamos un ejemplar de nuestro Manifiesto sobre la situación de Nicaragua. Como la mayor parte de los envíos se han extraviado en el correo, le estimaré que me diga si llegó a su poder.
Las felicitaciones más cordiales por la reaparición de la gran revista continental, y un fuerte apretón de manos.
Manuel Ugarte
Manuel Ugarte
54, rue Saint Philippe, Nice, Francia.

Ugarte, Manuel

Carta de Aurelio de Vivanco y Villegas, 4/9/1929

Caracas, 4 de setiembre de 1929
Sr. Don José Carlos Mariátegui
Director de la Revista "Amauta"
Lima-Perú.
Muy señor mío:
Por amable indicación del Sr José Gambetta, Secretario de la Legación del Perú en Venezuela, y amigo muy estimado de esta casa; tengo el agrado de dirigirme a Ud. para rogarle se sirva ordenar el canje de su importante Revista con la nuestra "Heraldo Americano", que tengo el gusto de enviarle por paquete separado.
Como "Heraldo Americano", antes Revista "CHILE", esta publicando siempre noticias importantes relacionadas con la vida general y el progreso del Perú; y como la revista de su digna Dirección puede facilitarme informaciones gráficas y por escrito para reproducirlas aquí, espero que Ud. se servirá complacerme en mi justo pedido.
Aguardando recibir una favorable contestación de Ud., aprovecho esta oportunidad para ofrecerme como su Afmo, colega, S.S. y amigo.
Aurelio de Vivanco y Villegas
Director.

Vivanco y Villegas de, Aurelio

Carta de Robert Cahen Salaberry, 11/9/1929

Buenos Aires, l1 de setiembre de 1929
R. Cahen Salaberry, corresponsal del Mercure de France, y en misión especial de estudio, mucho agradecería a U. el envío de su muy estimada revista, y desde ya les presenta las gracias por su atención.
Bs. Aires 11/9/29.

Cahen Salaberry, Robert

Carta de Gamaniel E. Blanco y César A. Palacios (Vocero Escolar Alborada), 30/6/1929

Morococha, 30 de junio de 1929
Señor José Carlos Mariátegui
Muy señor nuestro:
Conocedores de su espíritu dinámico y altruista, nos es altamente honroso dirigirnos a Ud. con el objeto primordial de poner en su conocimiento que, debiendo preparar un número extraordinario del Vocero Escolar "Alborada", en homenaje al 107 Aniversario Nacional, suplicámosle se digne a honrarnos con su valiosa colaboración, acompañando, si no tuviera inconveniente su clishé para engalar nuestras páginas.
Aprovechamos de esta oportunidad, para ofrecer a Ud nuestra singular consideración y respeto.
Los Directores
Dirección Apartado 22

Blanco, Gamaniel E.

Carta de Abelardo Solís, 5/2/1930

Jauja, 5 de febrero de 1930
Sr. Dn. José Carlos Mariátegui.
Lima.
Mi querido compañero:
He tenido oportunamente en mis manos su carta última, traída por Monge. Me alegra saber que está usted bien de salud.
Aquí llegamos a conocer lo ocurrido con usted, cuando allanó la policía su domicilio. Estoy enterado de toda la villanía que significó ese acto. Y lo felicito por que cesando ese atropello, se le haya restituido consideración y respeto. Eso esperábamos.
Navarro y Arroyo, le enterarán de nuestras conversaciones. El viaje de ellos a Lima, me releva mucho de extenderme.
Con Navarro le envío un artículo para Amauta, sobre la cuestión del quechua que algunos tahuantinsuyólogos están tratando hasta en las esferas oficiales.
Pienso y deseo estar en la ciudad las copias de las que salieron n Lima muy pronto. Ya tendré, pues, ocasión de verlo y hablar largamente con usted.
Deseándole buena salud me es grato despedirme hasta pronto con un apretón de manos.
Suyo afmo.
Abelardo Solís

Solís, Abelardo

Carta de Stephen Naft, 5/2/1930

New York, 5 de febrero de 1929 [1930]
Estimado amigo Mariátegui,
Recibí hace algunos días el paquete con las revistas, su libro 7 Ensayos, el libro de Martínez de la Torre y los otros periódicos Labor. Le mandamos incluso dos giros bancarios por la suma total de $25. oro de los EEUU, por las revistas que nos ha mandado previamente y para sus publicaciones futuras. Nos interesa mucho y somos aquí unánimes en la convicción que El Amauta es la mejor revista de la América Latina y que debe vivir.
Pero puedo rogarle arreglar de modo para que las revistas me sean mandadas tan pronto que aparecen y no algunos meses después. Yo las necesito aquí no por interés histórico, sino por sacar noticias y obtener material para artículos para mandarlos para nuestra agencia noticiera. Por ejemplo el periódico Labor parece ser muy interesante y muy bien redactado, pero qué me sirven números del enero 1929 si ahora es febrero 1930. El gran valor para nosotros es de obtener noticias y material tan pronto que posible. Pues podría Ud. pedir a los otros amigos nuestros de mandarme sus periódicos y publicaciones y todas noticias que sean de interés para nosotros tan pronto que posible. Quizás puede Ud. subscribir un periódico (semanario) si existe que nos da estas informaciones que más nos interesan.
Podría Ud. mandarnos un artículo sobre el movimiento obrero en Perú, las varias tendencias, su fuerza, sus actividades, sus luchas recientes, y un poco de la historia y precursores de este movimiento. ¿Hay organizaciones campesinas? y ¿qué hacen?
Siento que tengo sus noticias tan raramente. Esperando recibir sus noticias pronto y más a menudo, le saluda cordialmente
Stephen Naft

Naft, Stephen

Carta de House of Press, 10/11/1930

Leningrad (USSR) the 10 november 1930
Dear sirs,
By the present we are kindly asking you to send us one specimen - copy for a Newspaper-Exhibition: "The Universal Press of all Nations". to the following address. Thanking you in advance.
We remain, dear Sirs, yours very truly.
Office House of Press
Our address:
U.S.S.R LENINGRAD, 11
Fontanka, 7.
Dom Pechati (House of Press)

House of Press

Carta a Luis A. Rodríguez O. (Luis de Rodrigo), 30/9/1927

Lima, 30 de octubre de 1927
Sr. Luis a. Rodriguez
Juliaca
Estimado amigo:
Me es grato comunicarle que después de un quebrantamiento de mi salud que me ha obligado a una prolongada interrupción de mi trabajo, me preparo a reorganizar "Amauta" para lograr lo cual espero y reclamo la mas eficaz cooperación de todos los amigos que, identificados con los ideales de la revista, desempeñan su representación en provincias.
Confío en que la gestión encaminada a conseguir la aparición de "Amauta" ha terminado, pues tengo el firme propósito de establecerla en Buenos Aires si no consigo reanudar en seguida su aparición aquí, como fundadamente espero.
Sírvase dirigir su correspondencia a la administración de la "Editorial Minerva". Sagástegui 669.
Anticipándole mi reconocimiento por el concurso que nos preste Ud. en esta labor, me complazco en saludarlo muy cordialmente y en suscribirme su atto. amigo y compañero.
[Firma de José Carlos Mariátegui]
P.D.- Perdone que no le haya contestado hasta hoy sobre el presupuesto para un pequeño libro. Según el tiraje, el costo de 100 pág. es de Lp. 22 a 30. Vale.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Aurelio Pego, 9/2/1929

9 de febrero de 1929
Sr. D. Carlos Mariátegui
Director de Labor.
Casilla de Correos 2107
Lima.
Admirado compañero:
Me entero por el Repertorio Americano de que continúa Ud. su admirable labor de Amauta en el nuevo quincenario que responde al título de Labor.
No sé si alguna vez habrá Ud. leído algo mío. Es posible que no, aunque llevo más de diez años en la brecha. ¡Hay tanto que leer y es tan poco el tiempo de que se dispone!
Como quiera que sea, aquí le remito una croniquita para su Labor. Publíquela y envíeme un ejemplar de la revista, si a Ud. le parece bien. Si no le parece bien, a fin de enterrarla con honores, dígame por qué desea Ud. sumirla en el cesto de los papeles, que viene a ser la respetada tumba de la “crónica desconocida” de la cual me ocuparé algún día para que le hagamos el homenaje que se merece.
Sirva esta breve carta de saludo cordial. Ahí le va mi mano y con ella mi amistad.
[Firma de Aurelio Pego]

Pego, Aurelio

Carta de Carlos Vidarte, 29/1/1929

Callao, 29 de enero de 1929
Señor
José Carlos Mariátegui
Director del Quincenario Informativo Labor
S. D.
Me es altamente honroso dirigirme a Ud. para manifestarle que en sesión realizada el miércoles último se acordó por unanimidad dirigirle el presente oficio, para comunicarle, que teniendo en cuenta la excelente labor que el diario que Ud. dignamente dirige, publica a favor de los distintos ideales que deben de prevalecer en la clase trabajadora se acordó, tomar cinco números quincenales mientras podamos buscar un buen número de suscriptores que contribuyan a favorecer vuestro verdadero sacrificio en bien de nuestra clase por lo tanto suplico se sirva Ud. enviarnos los cinco números los que se servirá cobrarlos por tesorería y en lo sucesivo remitirlos a la Calle de América No. 676, su casa, para proceder a su reparto inmediato asimismo aprovecho de esta oportunidad para poderle ser útil en la propaganda de vuestro periódico como puede ser para recibir correspondencia y enviársela en cualquier momento sin otro particular me es grato ponerme a su disposición.
Por el Sindicato de trabajadores en Madera del Callao.
[Firma de Carlos Vidarte]
El Secretario General

Vidarte, Carlos

Carta de Tristán Marof, 22/4/1928

La Habana, 22 de abril de 1928
Mi querido compañero Mariátegui
No tengo una línea suya y no sé qué es lo que pasa. Alguien me ha dicho que escribió Ud. un artículo en Variedades muy afectuoso sobre mí y no lo conozco. Le he escrito varias veces de La Habana y he arreglado con Foncueva para que les sirva de agente. Es serio y estarán contentos. Ya llegaron los Nos. 11 y 12.
Mañana viajo a México y le ruego escribirme allí, siempre que lo permita el tiempo. La mejor dirección será por el momento, Revista de Revistas.
Adjunto a esta carta le envío un artículo para Amauta del escritor cubano José Antonio Fernández de Castro, uno de nuestros mejores amigos y que lo estima particularmente a Ud. mucho. Junto a Martínez Villena y Tallet, constituyen la verdadera vanguardia de este país.
Fernández de Castro, es director de El Suplemento Literario de El Diario de la Marina y él me encarga que cuando pueda remita artículos que serán pagados. Dado el temperamento del diario y la situación de Cuba los artículos tendrán que disimularse un poco! Lo curioso es esto. Fernández de Castro, que sufrió prisión en compañía de Delmar y otros por revolucionario, da cabida hasta donde le es posible a las nuevas tendencias, contra el espíritu conservador de la Marina.
Muy pronto —el otro domingo— saldrá un artículo mío sobre el movimiento literario del Perú —más bien, un pequeño trabajo o silueta sobre el autor de La Escena Contemporánea— Ya se lo enviará Fernández de Castro con quien deseo que se relacione Ud. por ser un excelente amigo y que piensa igual que nosotros.
Un fuerte apretón de manos de su amigo que lo estima.
Tristán Maroff

Marof, Tristán

Carta a Mensajero de la Literatura Extranjera, 23/6/1928

Lima, Perú, 23 de junio de 1928
Mensajero de la Literatura Extranjera,
Moscú
Queridos camaradas y colegas:
Hemos recibido los números 1 y 2 de sus revista, órgano del Pleno de los escritores revolucionarios proletarios, y reproducimos en nuestra revista Amauta, traducidos al español por el camarada Miguel Adler, el prólogo de Lunacharsky, así como la reseña del Pleno del congreso literario.
Como la censura en el correo nos priva en la actualidad de todo contacto con el exterior, esperamos continuar recibiendo mensajero, para lo cual pueden usar esta dirección:
Ricardina Romero
Avenida Bolívar 332
Lima Perú
Sud america
Con un fraternal saludo comunista para todos los camaradas obreros e intelectuales, ofrecemos incondicionalmente nuestros servicios, deseando que nuestras relaciones no sean interrumpidas.

Martínez de la Torre, Ricardo

Reproducción fotográfica de José Carlos Mariátegui con el Círculo de Periodistas

Fotografía de José Carlos Mariátegui, último de la fila de pie, como fundador del Círculo de Periodistas y miembro de la Junta Disciplinaria.
A su lado, de izquierda a derecha: Hector Argüeles, vocal; Fernando Lund, tesorero; Edgardo Rebagliati, secretario; Carlos Pérez Cánepa, vocal.
Sentados, de de izquierda a derecha: Eudocio Carrera, vocal; Fernando Byetes, secretario; Ricardo Walter Stubbs, presidente; Julio Portal, vice-presidente; y Carlos E. Iturrizaga, vocal.

Variedades

Carta del Touring Club Italiano, 6/2/1925

Milano, 6 febbraio 1925
Il.mo Señor José Carlos Mariátegui
Casilla de Correo 2107
Lima
Le agradezco vivamente su muy cortés del 1º diciembre y hago votos por un pronto y completo restablecimiento de su salud. Me parece que la propuesta que Ud. nos hace sea verdaderamente interesante y que se pueda evitar de recurrir a la intervención del distinguido señor Camacho. Para nosotros sería suficiente que Ud nos pudiera enviar como promete, cada dos meses, un artículo respecto a algún particular menos conocido de la vida económica, del paisaje, del arte del Perú eventualmente solicitar de alguna otra persona, colaboraciones que llegaran a nosotros por trámite suyo.
Eso le expresa a Ud que no deseamos mas, también porque el espacio disponible no es mucho y las Repúblicas de Sud y Centro América son numerosas, de manera que no nos sería publicar mas de un artículo cada mes respecto a argumentos peruanos.
De acuerdo por la retribución a que Ud alude. Nos permitimos informar a Ud. que a un distinguido joven que fue colaborar en nuestra Revista, el señor Humberto Solaro, que hace tiempo se fue al Perú, lo hemos encargado de enviarnos algún artículo: sería muy oportuno que Ud lo viera, para saber que el lo que entiende hacer y evitar así interferencias. Su dirección es: Calle Mercaderes 438 (cuchillería Juan Bet) Lima.
Le recomiendo mucho que los artículos ilustren argumentos muy particulares. Preferimos en efecto a los escritos de carácter general, aquellos que ilustran un particular aspecto y especialmente los que se ocupan de actividades económicas dado que en el Perú sucede casi lo que los italianos lamentan por su propio país todos conocen en efecto la tierras de los Incas, todos elogian los monumentos del Cuzco, pero bien pocos conocen las minas, las industrias, los ferrocarriles, los comercios que aseguran la prosperidad de ese país. Lo que no quita que también de arte se pueda hablar, pero precisamente se desearía que también en este campo, como nosotros hacemos por Italia, se tratará respecto a algo poco conocido, como por ejemplo ilustrar los particulares de algún grupo de ruinas o aquella civilización sucesiva a la conquista que es de tan grande interés y tan poco o mal conocida.
Por lo demás, dado que cuanto nosotros le pedimos no tiene carácter de recíproco empeño, nos será ciertamente posible en adelante, fijar siempre mejor las líneas de esta importante colaboración.
Renovando nuestro agradecimiento, quiera aceptar con nuestro vivos augurios, las expresiones de nuestra distinguida consideración.
El V. Presidente
[Firma no Descifrada]

Touring Club Italiano

Carta de César Falcón, 12/9/1926

26, Bellevue Road,
West Ealing
London, W.13
12 de setiembre de 1926
Querido José Carlos:
Aquí va otra carta mía, sin tener aún respuesta de mis tres últimas. No importa, sin embargo. Leo con frecuencia tus artículos en Mundial y Variedades y ellos, aunque imprecisamente, me comunican contigo. Pero ahora no podemos reducirnos a esta comunicación incongruente. Escríbeme, pues, muy pronto y con frecuencia.
Hoy te mando los primeros papeles impresos sobre el semanario. Muy pronto te enviaré otros, otros más luego y todos los demás hasta su completa organización. Estamos trabajando afanosamente en este proyecto, porque, en realidad, no se trata del semanario mismo, sino de nuestra propia organización política. Ya te lo dije en mi carta anterior.
Todo el plan ideológico y administrativo de él ha sido trazado con tal fin. Historia Nueva debe ser el órgano de un núcleo orgánico en cada país nuestro, y más tarde, cuando completemos su organización, en cada ciudad, en cada pueblo de nuestros países. Por lo pronto estamos formando un grupo de redactores y colaboradores en cada país hispanoamericano y en cada región de España. Así, por virtud del trabajo en común, se conseguirá la unión y el acuerdo de cuantos hombres tenernos la emoción del ideal de nuestro resurgimiento como conglomerado racial.
Los papeles adjuntos te dirán claramente cuál es el principio básico del periódico Está expresa­ do en síntesis, mas, a pesar de ello, con la amplitud indispensable para ser un eficiente punto inicial de vinculación y trabajo. Pero como esto solo no sería suficientemente eficaz, nos hemos ocupado de engranar el propósito en un bien combinado régimen administrativo. Historia Nueva tendrá en cada país hispánico de América y en cada región española un redactor absolutamente responsable y libre- dentro, claro es, del principio ideológico del semanario-- a cargo de la sección correspondiente y, en torno de él, un grupo de colaboradores.
En los papeles sucesivos verás cuál debe ser el carácter, modo y finalidad de las informaciones y colaboraciones. Las informaciones deberán ser muy sucintas y reflejar, en lo posible, la vida nacional en sus aspectos más importantes. Las colaboraciones deberán tener un cierto carácter técnico, ilustrativas de las informaciones, para dar así una visión profunda y autorizada de cada problema, de cada asunto.
Ahora estamos recibiendo las listas de colaboradores. Organízame la del Perú. Háblale y compromete a un número amplio de personas, porque, como tú comprenderás, el Perú es nuestra preocupación dominante. Conforme a nuestro plan, necesitamos colaboradores en todos los sectores de la actividad y los problemas nacionales para dar siempre artículos eficientes sobre cada tema.
Mándame enseguida, en cuanto la organices, -y organízala en el día- la lista de colaborado­res peruanos, porque la necesitamos con mucha urgencia para imprimir los cartelones de anuncio.
Esta semana ha quedado Caro en enviarme los originales de la novela. Al fin he conseguido decidirlo a devolvérmelos. Te los enviaré enseguida. Debo hacerle un prólogo. Pero, para ganar tiempo, te mandaré la novela y el prólogo irá después.
Mi mujer me encarga saludarte con todo su afecto, así como a la luya y a los niños (ya he visto al joven Sandro hecho un personaje e indiferente al recuerdo de su histórica excursión por el Danubio).
Con la expresión de mi cariño para los tuyos, te abraza fraternalmente.
César
Te repito mi vehemente petición de todas mis cartas: escríbeme enseguida.

Falcón, César

Carta de Luis Carranza, 12/5/1927

Piura, 12 de mayo de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui
Lima
Mi estimado amigo y cofrade:
Recibí recién su muy estimada del 25 de abril, que me apresuro a contestar. Crea Ud. que para mí uno de sus mayores éxitos, consiste precisamente en la poca salud de que se goza y que no obstante, trabaja Ud. intelectualmente, más que ningún otro escritor limeño. Este es un ejemplo y una excepción en los hábitos de pereza, de que adolecemos los criollos generalmente. No necesita Ud. excusarse.
Estoy en todo conforme, con su concepto sobre el indigenismo, que me expresa en su referida carta, y creo como Ud. que tenemos todavía intelectual y sentimentalmente, conceptos muy errados, sobre nuestro valor y el concepto de moralidad. Cuestión de tradición y de ambiente, que precisa combatir mesuradamente, porque de los falsos conceptos se derivan muchos fracasos que en aquéllos tienen sus raíces. Los debates en el Perú son muy difíciles de establecer dentro del ambiente de cultura en que deben enmarcarse, y muy pocas veces, dejan de degenerar en polémica personalista, mal evidente.
Su obra editora de Amauta, merece toda mi estimación y de mi parte, haré lo que aquí sea posible, por conseguirle cooperación eficaz. Anoto el error en el valor de las acciones.
No creo que mis trabajos de índole exclusivamente periodística y adaptados sólo al medio, puedan contribuir a la campaña de Amauta, no obstante ser uno de los más acerbos partidarios, de la culturización del indio, pero, como no deseo, que atribuya Ud. esto a una excusa, le envío mi pensamiento actual sobre tal asunto, en el articulillo incluso, autorizándole desde luego, para hacer de él lo que mejor le parezca.
He hablado con López Albújar y me dice, que sus ocupaciones judiciales, no le permiten por ahora intervenir en la cuestión indigenista, pero que tiene la mejor intención de hacerlo. En cuanto a Castro Pozo, ya sabrá Ud. a la hora que ésta llegue a sus manos, que él las tiene atadas.
Muy agradecido por todos sus conceptos para su amigo y compañero, le saluda fraternalmente, su
Afmo. amigo
L. Carranza

Carranza, Luis

Carta de M. Julio Delgado A., 22/2/1930

Mollendo, 22 de febrero de 1930
Al señor D. José Carlos Mariátegui
Lima.
Mi distinguido señor don José Carlos:
Por la premura de mi viaje, no pude ir a despedirme, pues tuve que hacerla operar a mi mamá de una eventración.
Me tiene en este puerto, en el que permaneceré hasta el 3 de marzo y después de esta fecha en Arequipa, donde podré cumplir sus gratas órdenes. He venido a pasar una temporada.
En el número 27 de Amauta he leído, el artículo que le dejé, entre el apropiado rubro de “Esquemas”. Muy agradecido por el sitio.
Adjunta a ésta encontrará un articulito de actualidad. He hecho sintético porque he creído que Amauta, está, como siempre, llenado con trabajos más importantes. Dada la condición actual del periodismo tiene distinto ropaje del espíritu que informa. En fin, siempre que le gustara podrá ser incluido en su Revista.
Si tuviera Ud. tiempo le rogaría me indique las revistas principales sobre Ciencias Sociales, sobre todo Sociología.
Pienso publicar el librito de que le hablé se titula: "Folklore y apuntes para la Sociología Indígena"; de modo que antes de hacerlo deseo tener su valiosa opinión.
Lo saludo con la estimación de siempre y ojalá que no haya sufrido tropiezo su mejoría. Suyo atento.
M. Julio Delgado A.

Delgado A. M. Julio

Gomez Carrillo

Un nuevo capítulo del periodismo hispano-americano, el del apogeo del “cronista”, principia y termina con Enrique Gómez Carrillo. Capítulo concluido con la guerra que desalojó de la primera plana de los diarios los tópicos de miscelánea, a favor de los tópicos de historia. Con su fin, vino un período de decadencia no precisamente de la crónica sino del cronista. La crónica ha pasado a manos más graves o más finas: Araquistain o Gómez de la Serna. El cronista tiene ahora un lugar subsidiario.
La opinión pública, “emperatriz nómade” como la llama Lucien Romier, condecoró a Gómez Carrillo con el título de “príncipe de los cronistas”. Coronación honoraria, parisiense, democrática, efímera, con algo de la reina de carnaval. Gómez Carrillo ejerció su principado con la alegría bohemia de una griseta. Tenía para todo, la maleabilidad y el mimetismo del criollo, su pasta blanda de mundano innato.
Pertenecía literariamente a una época en que el alma de la América española se prendó de un París finisecular y en que la prosa y poesía hispanoamericanas se afrancesaron algo versallescamente. Rubén Darío, hijo del trópico como Gómez Carrillo, aunque como gran poeta más americano, manos deraciné, condensa, reúne y preside este fenómeno a través del cual nuestra América no asimiló tanto a la Sorbona como al boulevard. Boulevard arriba, boulevard abajo, caminaba todavía Fray Candil, cuando en 1919, me instalé yo por primera vez en la terraza de un café de París, a pocos pasos del café napolitano, donde Gómez Carrillo completaba una peña inestable y compósita. Pero ya ni el boulevard ni Fray Candil, interesaban como antes. Por el boulevard había pasado la guerra, el armisticio, la victoria. Y a la América Latina le había nacido un alma nueva.
A las generaciones post-bélicas, Europa le sirve para descubrir a América. Tramonta cada día más esa literatura de emigrados que, en la crónica, representa Gómez Carrillo. El cosmopolitismo -que puede parecer a algunos un rasgo común de una y otra época literaria- nos conduce al autoctonismo. Además el cosmopolitismo de ahora es distinto al de ayer, también cosa de boulevard, emoción de París. Gómez Carrillo visitó Jerusalén y el Japón sin abandonar sentimental ni literariamente su café parisiense. Con el viajaban siempre sus recuerdos literarios, sus clichés sentimentales. No nos dio nunca, por esto, una visión directa y profunda de las ciudades y de los pueblos. Amó y sintió a los paisajes según la literatura. No descubrió jamás un tópico origen, un sentimiento inédito. Por esto, ignoró siempre a América. Su nomadismo intelectual prefería el último exotismo de moda en un París más Henri Bataille que Paul Bourget. “Jerusalem la Tierra Santa”, “El Japón Heroico y Galante”, “Flores de Penitencia” son otras tantas estaciones del itinerario sentimental de un burgués parisiense de su tiempo. Tiempo de voluptuoso y crepuscular snobismo que se enamoraba versátil lo mismo de Mata Bari que de San Francisco. Anatole France, Gabriel D’Annunzio, diversos pero no contrarios, resumen su espíritu: culto galante de la “mujer fatal” sobre todas las mujeres, epicureísmo, humanismo y donjuanismo burgueses; helenismo de biblioteca y misticismo de menopausia; libídine fatiga y lujo industrial y rastacuero; “La Falena” y “El Martirio de San Sebastián”. Una decadencia no es siquiera exasperada y frenética de “La Noche de Charlotemburgo”, porque no es todavía la noche sino el crepúsculo.
Gómez Carrillo partía de un cabaret de Tebaida. De su viaje libresco -literatura- no imaginación, regresaba con sus artificiales “Flores de Penitencia”. Sabía que un público de gustos inestables se serviría de sus morosos y facticios éxtasis, cristianos con la misma gana que su última crónica del “demi-monde”.
Cortesano de los gustos de su clientela, Gómez Carrillo, esquivó lo difícil, se movió siempre sobre la superficie de las cosas que era casi siempre y brillante como un azulejo. La forma en Gómez Carrillo no era estructura ni volumen. No era sino superficie, y a lo sumo, esmalte. El rasgo de la “crónica” de su tiempo era la facilidad, rasgo característico. Nuestro tiempo ama y busca lo difícil. Lo difícil, no lo raro. La literatura difícil, como lo observa Tribaudet, conquista por primera vez, la popularidad, el mercado.
El “cronista” típico carece de opiniones. Reemplaza el pensamiento con impresiones que casi siempre coinciden con las del público. Gómez Carrillo era sobre todo un impresionista. Esto era lo que en él había de característicamente tropical y criollo. Impresionismo: he ahí el, rasgo más peculiar de la América criolla o mestiza. Impresionismo: color, esmalte, superficie.

José Carlos Mariátegui La Chira

[Credencial del XXII Congreso Nacional del Partido Socialista Italiano]

Credencial otorgado a José Carlos Mariáteguí, como representante del diario "El Tiempo", para participar en el XXII Congresso Nazionale Partito Socialista Italiano.
El congreso se llevó a cabo los días 15, 16, 17, 18, 19, 20 de enero de 1921 en la ciudad de Livorno, Italia.

XXII Congresso Nazionale del Partito Socialista Italiano

Waldo Frank en Lima

Contra mi hábito, quiero comenzar este artículo con una nota de intención autobiográfica. Hace más de cuatro años que escribí mi primera presurosa impresión sobre Waldo Frank. No había leído hasta entonces sino dos de sus libros, “Nuestra América” y “Rahab” y algunos artículos. Este eco sudamericano de su obra, no habría sido advertido por Frank sin la mediación acuciosa de un escritor desaparecido: Adalberto Varallanos. Frank recibió en New York con unas líneas de Varallanos el número del “Boletín Bibliográfico de la Universidad” en que se publicó mi artículo y me dirigió cordiales palabras de reconocimiento. Empezó así nuestra relación. De entonces a hoy, los títulos de Frank a mi admiración se han agrandado. He leído con interés excepcional cuanto de él ha llegado a mis manos. Pero lo que más ha aproximado a él es cierta semejanza de trayectoria y de experiencia. La razón íntima, personal, de mi simpatía por Waldo Frank reside en que, en parte, hemos hechos el mismo camino. En este artículo que es, en parte, mi bienvenida, no hablaré de nuestras discrepancias. Su tema más espontáneo y sincero es esta afinidad. Diré de qué modo Waldo Frank es para mí un hermano mayor.
Como él, yo no me sentí americano sino en Europa. Por los caminos de Europa, encontré el país de América que yo había dejado y en el que había vivido casi extraño y ausente. Europa me reveló hasta qué punto pertenecía yo a un mundo primitivo y caótico; y al mismo tiempo me impuso, me esclareció el deber de una tarea americana. Pero de esto, algún tiempo después de mi regreso yo tenía una consciencia clara, una noción nítida. Sabía que Europa me había restituido, cuando parecía haberme conquistado enteramente, al Perú y América; mas no me había detenido a analizar el proceso de esta reintegración. Fue al leer en agosto de 1926 en “Europe” las bellas páginas en que Waldo Frank explicaba la función de su experiencia europea en su descubrimiento del Nuevo Mundo que medité en mi propio caso.
La adolescencia de Waldo Frank transcurrió en New York en una encantada nostalgia de Europa. La madre del futuro escritor amaba la música. Beethoven, Wagner, Schubert, Wolf, etc eran los genios familiares de sus veladas. De esta versión musical del mundo que presentía y amaba, nace tal vez en Frank el gusto de concebir y sentir su obra como una sinfonía. La biblioteca paterna era otra escala de esta evasión. Frank adolescente interrogaba a los filósofos de Alemania y Atenas con más curiosidad que a los poetas de Inglaterra. Cuando, muy joven aún, niño todavía, visitó Europa, todos sus paisajes le eran familiares. La oposición de un hermano mayor frustró su esperanza de estudiar en Heidelberg y lo condenó a los cursos y al clima de Yale. Más tarde, emancipado por el periodismo, Frank encontró, finalmente, en París todo lo que Europa podía ofrecerle. No solo se sintió satisfecho sino colmado. París, “ciudad enorme, llena de gentes dichosas, de árboles y de jardines; ciudad indulgente a todos los humores, a todas las libertades”. Para el periodista norte-americano que cambiaba sus dólares en francos, la vida en París era plácida y confortable. Para el joven artista de cultura cosmopolita, París era la metrópolis refinada donde hallaban satisfacción todas sus aficiones artísticas.
Pero la savia de América estaba intacta en Waldo Frank. A su fuerza creadora, a su equilibrio sentimental, no bastaba el goce fácil de Europa. “Yo era feliz-escribía Frank en esa confesión, en la que estaban ya los motivos de su primera conferencia de Lima-, no era necesario. Me nutría de lo que otros, en el curso de los siglos, habían creado. Vivía en parásito; este es al menos el efecto que yo me hacía”. En esta frase profunda, exacta, terriblemente cierta: “yo no era necesario”, Frank expresa el sentimiento íntimo del emigrado al que Europa no puede retener. El hombre ha menester, para el empleo gozoso de su energía, para alcanzar su plenitud, de sentirse necesario. El americano al que no sean suficientes espiritualmente el refinamiento y la cultura de Europa, se reconocerá, en París, Berlín, Roma, extraño, diverso, inacabado. Cuanto más intensamente posea a Europa, cuanto más sutilmente la asimile, más imperiosamente sentirá su deber, su destino, su vocación de cumplir en el caos, en la germinación del Nuevo Mundo, la faena que los europeos de la Antigüedad, del Medioevo, del Renacimiento, de la Modernidad nos invitan y nos enseñan a realizar. Europa misma rechaza al creador extranjero al disciplinarlo y aleccionarlo para su trabajo. Hoy, decadente y fatigada, es todavía asaz rigurosa para exigir de cada extraño su propia tarea. La hastían las rapsodias de su pensamiento y de su arte. Quiere de nosotros, ante todo, la expresión de nosotros mismos.
De regreso a los veintitres años a New York, Waldo Frank inició, bajo el influjo fecundo de estas experiencias, su verdadera obra. “De todo corazón -dice. Me entregué a la tarea de hacerme un sitio en un mundo que parecía marchar muy bien sin mi”. Cuando, años después, tornó a Europa, ya América había nacido en él. Era ya bastante fuerte para las audaces jornadas de su viaje de España. Europa saludaba en él al autor de “Nuestra América”, al poeta de “Salvos”, al novelista de “Rahab”, “City Block”, etc. Estaba enamorado de una empresa difícil, pensando en la cual exclamaba con magnífico entusiasmo: “¡Podemos fracasar, pero tal vez acertaremos!”. Al embarcarse para New York, Europa quedaba esta vez detrás de él”.
No es posible entender todo el valor de esta experiencia, sino al que, parcial o totalmente, la ha hecho. Europa para el americano, -como para el asiático- no es solo un peligro de desnacionalización y de desarraigamiento; es también la mejor posibilidad de recuperación y descubrimiento del propio mundo y del propio destino. El emigrado no es siempre un posible “deraciné”. Por mucho tiempo, el descubrimiento del Nuevo Mundo es un viaje para el cual habrá que partir de un puerto del Viejo continente. Waldo Frank tiene el impulso, la vitalidad del norte-americano; pero en Europa ha hecho, como lo digo de mi mismo en el prefacio de mi libro sobre el Perú, su mejor aprendizaje. Su sensibilidad, su cultura, no serían tan refinadamente modernas si no fuesen europeas. ¿Acaso Walt Withman y Edgard Poe no era más comprendidos en París que en New York, cuando Frank se preguntaba, en su juventud, quienes eran los “representative men” de Estados Unidos? El unanimismo francés frecuentaba amorosamente la escuela de Walt Withman, en una época en que Norte-América tenía aún que ganar, que conquistar a su gran poeta.
En la formación de Frank, mi experiencia me ayuda a apreciar un elemento: su estación de periodista. El periodismo puede ser un saludable entrenamiento para el pensador y el artista. Ya ha dicho alguien que más de uno de esos novelistas o poetas, que miran al escritor de periódicos con la misma fatuidad con que el teatro miraba antes al cine, negándole calidad artística, fracasarían lamentablemente en un reportaje. Para un artista que sepa emanciparse de él a tiempo, el periodismo es un estadio y un laboratorio, en el que desarrollará facultades críticas que, de otra suerte, permanecerían tal vez embotadas. El periodismo es una prueba de velocidad. Terminaré esta impresión desordenada y subjetiva, con una interrogación de periodista: ¿Del mismo modo que solo un judío, Disraelí llegó a sentir en toda su magnificencia, con lujo y fantasía de oriental, el rol imperial de Inglaterra, en la época victoriana, no estará reservada a un judío, antes que a un puritano, la ambiciosa empresa de formular la esperanza y el ideal de América, en esta edad cosmopolita?
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

En torno a Sanín Cano

Sanin Cano, coincide sin duda con Bernard Shaw en la apreciación del periodismo. No aspira al título de ensayista ni de filósofo porque le basta el título de periodista. Y si periodismo es todo lo que pretende Bernard Shaw, el escritor colombiano se contenta con una clasificación que no oscurece ni disminuye sus méritos de pensador y polígrafo.
Urge convenir en que el descrédito del periodista, particularmente en Hispano América es justificado. El periodismo, ejercido generalmente por una muchedumbre más o menos anónima de diletantes, aparece como un género que no requiere ninguna preparación cultural y ninguna aptitud literaria. El periodista se supone el derecho de discurrir de todo sin estar enterado de nada. Frente a una cuestión económica o a una doctrina social, el diletante no se sienta jamás embarazado por su ignorancia. Lo sostiene una confianza excesiva de que la ignorancia de sus lectores sea aún mayor. El socialismo sufre en la prensa las más inverosímiles desfiguraciones por obra de gentes de las cuales no solo se puede decir que no han leído nunca a Marx, Engels, Lasalle ni Sorel, sino que serían absolutamente capaces de entenderlos-
Pero se manifiesta ya un movimiento de reivindicación de la profesión de periodista. Esta reivindicación no se reduce por su puesto al empeño Henri Berand en demostrar que un reportero puede escribir tan bien como el mejor literato (Las mediocres novelas de Henri Berand, en verdad, no lo prueban todavía). El artículo del escritor responsable y calificado desaloja crecientemente de la prensa a la divagación inepta del gacetillero. El público distingue cada vez más las varias jerarquías de periodistas.
Esta sección debe mucho en el sector hispánico a la obra de Sanín Cano que ha contribuido poderosamente a elevar el comentario y la crítica periodísticos con visible influencia del público y en especial del que no llega al libro.
Durante el apogeo del cronista durante el cual la predilección de los lectores fue acaparada por escritores del tipo de Gomes Carrillo ha seguido un periodo del apogeo del ensayista. Lo que demuestra que al lector no le basta ya la sola anécdota.
Se destaca frecuentemente como uno de los rasgos mayores de Sanín Cano, su humorismo. La aparición de este “filósofo de la risa” según Araquistain -quien corrobora un concepto de Armando Donoso a propósito de Arturo Candela, es uno de los signos de maduramiento literario de Hispano América.
El agudo escritor colombiano, es sin disputa un humorista. Pero su humorismo no es su cualidad sustantiva, la que más lo distingue entre los ensayadores del Continente. A pesar de su humorismo, el diría que precisamente por su humorismo, -Sanín Cano se singulariza por su pensamiento circunspecto, coherente y hondo. Su gesto de escéptico no le impide guardar una leal y honrada devoción a algunas ideas fundamentales, vervigracia la idea de la libertad. La ironía, el humor, en ningún momento restan seriedad ni unidad a su pensamiento. Sanín Cano se comporta siempre como un espíritu constructivo, que asume libre, pero fielmente una misión docente en la evolución intelectual de estos pueblos. No lo atrae el apostolado, pero quiere cumplir sin alarde y sin desplante una obra de orienta(...).
(...) generación ponderada que, con Rodó se impuso el gesto de la línea ateniense (Sanín Cano sin embargo no es muy indulgente con algunos aspectos del patrimonio greco-romano. Véase su ensayo “Bajo el signo de Marte”). La generación de hoy por razones de época, piensa y obra con un ritmo más acelerado. Le toca acompasarse a una hora de violencia. Pero salvada esta diferencia de pulsación espiritual, puede reconocer en Sanín Cano un precursor y hasta un maestro por su pasión de verdad y de justicia.
Ante el fenómeno norteamericano, Sanín Cano ha tenido siempre una actitud de vigilante defensa de la autonomía y de la personalidad de la América Latina. Hace poco incitaba a su país a la previsión de los peligros de los préstamos yanquis.
Pocas actitudes de su pensamiento a mi juicio, definen su ambición como la justicia que hace a Brandes en estas palabras: ”La suerte de Brandes riva a la idea de la libertad de su más alto representante y de su más asiduo y eficaz defensor en los últimos sesenta años. Mientras otras inteligencias ochocentistas, claudicaron y se rindieron, escondiendo en pliegues de sutil ironía su escepticismo en materia de libertades, Brandes perseveró siempre dedicado a los principios formulados ruidosamente con estupenda claridad y hermosura en su conferencia del año setenta”.
Me complace en haber coincidido con Sanín Cano en la estimación del que yo también considero como el mayor mérito del pensador americano.
A Sanín Cano sus pósteros le reconocerán el mismo mérito de haberse conservado fiel al pensamiento liberal y progresista en una época en que turbados por la atracción reaccionaria, lo renegaban la mayoría de sus más veteranos(...).

José Carlos Mariátegui La Chira

Nitti y la batalla anti-fascista. La preparación sentimental del lector ante el conflicto.

Nitti y la batalla anti-fascista
La resolución del “duce” del fascismo de dejar la mayor parte de los ministerios que había asumido en el curso de sus crisis de gabinete, ha seguido casi inmediatamente a una serie de artículos de polémica anti-fascista del ex-presidente de consejo más vivamente detestado por las brigadas de “camisas negras”: Francesco Saverio Nitti. No ha que atribuir, por cierto, a la ofensiva periodística de Nitti, diestro en la requisitoria, la virtud de haber hecho desistir a Mussolini de su porfía de acaparar las principales carteras. Es probable que desde hace algún tiempo el jefe del fascismo se sintiese poco cómodo, con la responsabilidad de tantos ministerios a cuestas. En casi todos, su gestión ha confrontado dificultades que no le ha sido posible resolver con la prosa sumaria y perentoria de los decretos fascistas. El acaparamiento de carteras imprimía un color muy marcado de dictadura personal al poder de Mussolini que, a pesar de todas sus fanfarronadas de condotiere, no ha osado despojarse de la armadura constitucional, frente al ataque de la “variopinta” oposición. A Mussolini no le preocupa excesivamente los argumentos que la concentración del poder en sus manos puede suministrar a los quebrantados partidos y facciones que lo combaten; pero si lo preocupan los factores capaces de perjudicar la apariencia de consenso en que sus discursos transforman la pasividad amedrentada de la gran masa neutra. I lo preocupan, sobre todo, los escrúpulos de la finanza extranjera, y en especial norte-americana de que depende el fascismo tan fieramente nacionalista. Mussolini no puede desentenderse del todo de las ambiciones de figuración de sus lugartenientes.
Los artículos de Nitti han tenido, desde luego, extensa resonancia en el ambiente burgués, -dispuesto a cierta indiferencia, y a veces a una franca tolerancia, antes los actos del fascismo,- de los países en que se han publicado. Nitti emplea, en su crítica, argumentos que impresionan certeramente la sensibilidad, algo adiposa y lenta siempre, de las capas demo-burguesas. Todos sus tiros dan en el blanco. Sus artículos no son otra cosa que un rápido balance de los “bluffs” y de los fracasos del rimbombante régimen de los camisas negras. Nitti opone las altaneras promesas a los magros resultados. Mussolini ha conducido a Italia a diversas batallas que se a resuelto en clamorosos descalabros. La “batalla del trigo” no ha hecho producir a Italia la cantidad de este cereal de que ha menester para alimentar a su población. Nitti cita las cifras estadísticas que prueban que la importación de este artículo no ha disminuido. La “batalla del arroz” no ha sido más feliz. La exportación italiana de este producto ha descendido. La “batalla de la lira” ha estabilizado con grandes sacrificios el curso de la divisa italiana en un nivel artificial que estanca las ventas al extranjero y paraliza el comercio y la industria. A Italia le habría valido más ahorrarse esta “victoria” financiera de Mussolini. La “batalla de la natalidad” ha sido una derrota completa. La cifra de los nacimientos ha disminuido. El “duce” no ha tenido en cuenta que estas batallas no se ganan con enfáticas voces de mando. La natalidad no obedece, en ninguna sociedad, a los dictadores. Si las subsistencias escasean, si los salarios descienden, si la desocupación se propaga, como ocurre en Italia, es absurdo conminar a las parejas a crecer y multiplicarse. Los solteros resisten inclusive al impuesto al celibato. La inseguridad económica es más fuerte que cualquier orden general del comando fascista.
Nitti trata a Mussolini, en cuanto a cultura y competencia, con desdén y rigor. Mussolini, dice, carece de los más elementales conocimientos en los asuntos de Estado que aborda y resuelve con arrogante estilo fascisto. Es un autodidacta sin profundidad, disciplina ni circunspección intelectuales. “No poseyendo ninguna cultura ni histórica ni económica ni filosófica y como los autodidactas se atreve a hablar de todo. La lectura de los manueales populares de pocos centavos, le ha provisto de una especie de formulario. Pero, en el fondo, su acción se desarrolla de acuerdo a su temperamento. Pertenece a esa categoría que Bacon llama “idola theatri”.
No será, empero, los ataques periodísticos del autor de “Europa sin paz” los que socaven social y políticamente el régimen fascista. La verdadera batalla contra el fascismo se libra, calladamente, en Italia, en las fábricas, en las ciudades, por los obreros.
El fascismo podría considerar tranquilo el porvenir si tuviese que hacer frente solo a adversarios como a un combativo ex-ministro y catedrático napolitano.

La preparación sentimental del lector ante el conflicto
Las agencias telegráficas norte-americanas continúan activamente su trabajo de preparación sentimental del público para la aquiescencia o la incertidumbre ante la ofensiva contra la URSS que preludian las violencias del gobierno de la Manchuria y las provocaciones de las bandas chicas y de los risos blancos en la frontera de Siberia. Sus informaciones no han aludido jamás a la disposición de los banqueros norte-americanos para financiar la confiscación del Ferrocarril Oriental Ruso-Chino. El capital yanqui busca, como bien se sabe, inversiones productivas, con un sentido al mismo tiempo económico y político de los negocios. I ninguna inversión afirmaría la penetración norte-americana en la China como la sustitución de la URSS en el Ferrocarril Oriental de la China. El Japón no mira con buenos ojos este proyecto. Inglaterra misma, aunque interesada en que se aseste un golpe decisivo a la influencia de la Rusia soviética en el Oriente, no se resignará fácilmente a que la instalación de los norte-americanos en la Manchuria sea el precio del desalojamiento de los rusos. Estos son los intereses que se agitan en torno del conflicto ruso-chino. Pero no se encontrará sino accidentalmente alguna velada mención de ellos en la información que nos sirve el cable cotidianamente sobre el estado del conflicto. El objetivo de esta información es persuadir al público, que se desayuna con el diario de la mañana y carece de otros medios de enterarse de la marcha del mundo, de que Rusia invade y ataca a la China y de que lanza sus tropas sobre las poblaciones de la Manchuria.
La política anti-soviética de los imperialismos mira a enemistar la URSS con el Oriente. Necesita absolutamente crear el fantasma de un imperialismo rojo, en el mismo sentido colonizador y militar del imperialismo capitalista, para justificar la agresión de la URSS. A este fin tienen los esfuerzos de los corresponsales.
La consideración de este hecho confiere viva actualidad, en lo que nos respecta, al tema de “la norte-americanización de la prensa latino-americana”. El estudio que con este epígrafe Genaro de Arbayza hace pocos meses en “La Pluma”, la autorizada revista que en Montevideo dirige Alberto Zum Felde, ha tenido gran resonancia en todos los pueblos de habla española, España inclusiva. Genaro de Arbayza examinaba la cuestión con gran objetividad y perfecta documentación. “Los periódicos más ricos -escribía- tienen corresponsales especiales en las capitales importantes de Europa, pero la casi totalidad de sus noticias más importantes son suministradas por las agencias norte-americanas. Así es como más de veinte millones de lectores, desde México al Cabo de Hornos, formados por las clases media y gobernante, ven el mundo exterior exactamente a través de la forma como quieren los editores norteamericanos que lo vean. Este sistema de distribución de noticias ha convertido toda la América Latina meramente en una provincia del mundo de noticias norteamericano”. Glosando este artículo, la revista cubana “1929”, otra cátedra de opinión libre, observaba que “un consorcio de grandes rotativos latinoamericanos haría, con toda probabilidad, factible el establecimiento de una gran agencia noticiera mutua capaz, por lo menos, de comedir y mitigar el caudal informativo yanqui”. El optimismo de “1929” en este punto es quizás excesivo. Probablemente la agencia latinoamericana que preconiza, no ambicionaría, a la postre, a mejor destino, que a ponerse a remolque del cable yanqui. Es, más bien, la indagación vigilante de las revistas, el comentario alerta de los escritores independientes, el que puede defender al público de la intoxicación a que lo condena la trustificación del cable. Ya una revista, nuestra, “Mercurio Peruano”, enfocó una vez esta cuestión, provocando la protesta del representante de una agencia yanqui. Los numerosos artículos que han seguido al estudio de Arbayza, le restituyen acrecentada toda su actualidad.
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Guillermo Forero,14/10/1927

Lima 14 de octubre de 1927
Sr. D.
Guillermo Forero
Director de "La Prensa"
Pte.
Muy estimado colega:
Quiero deber a un colega mío el favor de hacer llegar a manos del Sr. Presidente de la República la carta en que solicito la reconsideración de la clausura de "Amauta". Ninguno mas calificado que Ud. por su posición cerca al Sr. Leguía y por su desvinculación de toda camarilla intelectual para prestarme con mejor título este servicio.
Me dirijo a Ud. con la confianza que me inspira su claro y ponderado criterio y con la esperanza de que la gestión de un colega por salvar y conservar dentro del país una obra de cultura, no puede serle indiferente.
Me complazco en enviarle una colección de "Amauta" en la que falta el No. 1 completamente agotado, cuyo artículo de presentación encontrará Ud. si no lo conoce o recuerda, en la hoja inclusa.
Muy reconocido le quedaré si acepta Ud. el encargo en cuestión.
Con devoto sentimiento lo saludo y me repito su afectísimo compañero.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de César Falcón, 10/10/1926

26, Bellevue Road,
west Ealing,
London, W,13.
10 de octubre de 1926
Querido José Carlos:
Te mando ahora la segunda circular sobre el semanario. Es un pliego particular, sólo para nuestros compañeros de redacción. En él, como verás, están expresamente definidos el carácter de las informaciones y la calidad de las colaboraciones y, por ende, la índole del periódico.
Por cuanto te he dicho antes sabes ya como no se trata de un periódico con finalidad en él mismo, sino de un medio de organización. A nuestros hombres no hay manera de coligarlos en un partido orgánico y es necesario, por esto, buscar un medio de organización indirecta. El periódico me parece el mejor. Estoy redactando el plan completo, con detalles y propósitos hasta constituirlo en algo como una institución política, y te mandaré una copia cuando lo termine para informarte así cabalmente de la extensión del proyecto. En síntesis es como te he dicho ya.
Palmiro y mi madre me han anunciado la próxima salida de tu semanario. Espero noticias tuyas. Esto me interesa mucho, porque en el plan de Historia Nueva entra el intento de un acuerdo, o de una federación si es posible, de los periódicos afines.
Historia Nueva tiene ya redactores y colabora­dores en todos los países hispanoamericanos. Estarnos organizando ahora América. Después organizaremos España. En estos días estoy enviando las primeras circulares de anuncio a los periódicos. Luego enviaremos carteles a las librerías y puestos de venta. El reclamo es una de nuestras primeras preocupaciones. Yo he estado enfermo las dos últimas semanas y no he podido, por esto, seguir los trabajos con la actividad debida. Pero ahora me voy a dedicar enérgicamente a ellos.
No me escribes desde hace un año. Esta es la cuarta o quinta carta mía. Te repito un ruego antiguo: escríbeme pronto y con frecuencia.
Aquí seguimos bien. Mi hijo continúa creciendo, engordando y sonriendo. Mi mujer está ya muy repuesta. Recibe muchos cariñosos saludos de ambos y los nuestros para Anita y tus niños. Te abraza fraternalmente
César

Falcón, César

Carta de César Falcón, 5/11/1926

26, Bellevue Road,
West Ealing,
London, W.13.
5 de noviembre de 1926
Querido José Carlos:
Acabo de recibir tu carta del diez de octubre y, como ves, la contesto enseguida. No tenía la menor noticia de tu enfermedad. Yo te creía completamente libre de las contrariedades de la cirugía y no puedes imaginarte con cuanto dolor y con cuánta desesperación me he enterado de tus padecimientos. Aunque sean insignificantes, comparados con el percance anterior, a mí me afligen mucho, y más todavía, porque no estoy junto a ti.
Pero ya tengo formado un propósito indeclinable. Voy a poner en pie Historia Nueva e inmediatamente, el año próximo, iré al Perú. No sé si es defecto de crítica o mi propia desesperación, pero todas nuestras cosas - tu salud, nuestras ideas, el plan para realizarlas- me parecen muy mal organizadas ahí. Quiero ir para contribuir a ponerlas un poco [en] orden. Sobre todo. para poner un poco en orden tu salud. Yo también creo en la inconveniencia del clima de Lima. Desde aquí, sin embargo, no puedo hacer nada. Si mis esfuerzos logran una mediana eficacia, el próximo agosto estaré contigo.
La organización de Historia Nueva me exige un trabajo desaforado y desesperante. Mi empeño de construir un grupo de redactores y colaboradores -en realidad, un grupo político- en cada país va realizándose, mas con la lentitud inevitable por la distancia. Ahora estoy esperando las respuestas de las personas a quienes hemos nombrado redactores. Ya le he escrito, por indicación de Gustavo Navarro, un boliviano disfrazado con el extravagante nombre de Tristán Maroff- a Gustavo Otero y en el Ecuador al doctor Jaramillo. Entretanto, estamos enviando circulares de propaganda a los diarios. Esto es muy lento, porque se trata de abastecer a cerca de dos mil periódicos.
Espero terminar la organización en estos dos últimos meses del año y poner manos al periódico en los primeros del próximo. Una vez hecho el periódico, dos meses me bastarán para establecer una rutina transitoria y marchar al Perú.
Te mandaré, como te lo he dicho ya, constantes artículos para Amauta. El desarrollo de Amauta me interesa mucho, porque, aparte su utilidad en el Perú, él e Historia Nueva pueden ser la base de un proyecto de Federación de nuestros periódicos cuyo desarrollo verás en el plan general de H.N.
Dentro de unos días te enviaré el ensayo sobre el indigenismo. Lo estoy escribiendo sin preocuparme de su extensión, pero tú puedes publicarlo en uno o más números, como te parezca.
Otra de mis desesperaciones es la informalidad de ese maldito Caro-Raggio de Madrid. Todavía no he logrado arrancarle los origina­les de mi novela. Escribo cartas y cartas y no logro nada. Pero si dentro pocos días no me los devuelve, le encargaré la gestión a un amigo abogado.
Mis trabajos ahora son verdaderamente abrumadores, no tanto por cuanto hago, sino por cuanto no puedo hacer. Debo escribir una enormidad de artículos al mes y esto me quita tiempo y humor para otras cosas. Mi mujer también trabaja sin descanso y me ayuda mucho. El único ser holgazán, despreocupado y feliz es mi hijo.
Mis mejores recuerdos para Anita y tus hijos. lo mismo de mi mujer y el ciudadano Mayo.
Te abraza fraternalmente
César
Mi mujer me encarga ofrecerte en su nombre un cuadro suyo para tu despacho. Tan pronto termine te lo enviaremos.

Falcón, César

Carta de César Falcón, 3/12/1926

26, Bellevue Road.
West Ealing,
London, W.13.
3 de diciembre de 1926
Querido José Carlos:
Quería, como te ofrecí, enviarte un ensayo sobre los indios y el indianismo. Pero aún no lo he terminado y quiero ir pensándolo bien. Ahora te envío este estudio sobre la cuestión minera ingle­sa. Puedes publicarlo, si te parece mejor, en dos números o, si lo prefieres, en uno. Constantemente te mandaré artículos.
Todavía no recibo carta ninguna tuya. Escríbeme. Dame noticias de todo. De tu salud particularmente.
Continúo la organización de Historia Nueva. Como ya habrás visto, es una organización muy vasta y morosa. Pero avanza seguramente. Necesito la lista de colaboradores peruanos. No sólo escritores, sino hombres de distintas actividades. Enviámela pronto, en el día, porque ya me hace falta publicarla. Ya tengo casi todas.
Pronto te enviaremos el cuadro.
Con recuerdos míos y de mi mujer para los tuyos, te abraza fraternalmente.
César.

Falcón, César

Carta de J. Alberto Cuentas Zavala, 11/12/1926

Arequipa, 11 de diciembre de 1926
Señor José Carlos Mariátegui
Lima
Apreciado señor:
Los espíritus que vivimos en Provincias, alejados de los triunfos de la Capital y recogidos en el silencio secular de estas comarcas andinas, sólo nos congratulamos cuando hay una voz de alerta que sacude nuestra conciencia adormilada por las nostalgias de la raza y del ambiente. Y esta voz de alerta es la Revista Amauta que está bajo su dirección, con verdadero acierto y auscultando la voz del Mundo para orientar este país hacia el verdadero camino del triunfo libertario. Tal vez, en nosotros los soldados de este lado de los Andes, no encontrará, sino el aplauso a todo lo nuevo y a la nueva sensibilidad, que el suscrito sigue y vislumbra en U. no sólo al camarada, sino también de luchas en el periodismo de esta Nación, llamada Perú.
Escribía U. en El Tiempo y yo en El Eco de Puno. Desde estas columnas lo defendí ante el público de mi tierra natal de los ataques del militarismo, cuyo editorial le envío, no como presunción literaria, sino como el ultraje recordado y ya famoso en los anales de Lima periodística. Yo soy puneño. Y algo de su liberalidad y de su ambiente me acompaña a través de tantas luchas y decepciones. Sufrí el peso de la burocracia universitaria de San Marcos. Combatí sus errores, sus pasiones y su arcaísmo y espíritu antañón. Y los neófitos, me atacaron diciendo que conspiraba contra la autonomía Universitaria, como si autonomía significase reservar podredumbres anquilosadas de ese Instituto. Yo amigo, amigo de luchas y de ideales, aunque no seamos protocolarios, gusto de combatir las aguas estancadas y los arroyos putrefactos, y mucho más cuando esas aguas y arroyos llevan barquichuelos de papel estraza. Y esto había sido un error para los triunfos. Me atacaron también de Gobiernista, porque no seguí al rebaño seudo aristocrático de la Capital que macaneaba en las tribunas de la Universidad y en los tabladillos populares, como histriones de un Circo funambulesco que no tenía ni el chiste ni la gracia de nuestros verdaderos histriones políticos. Pero el Gobiernista no usufructuó ningún empleo de Gobierno, ni le dieron ninguna prebenda palaciega. Hasta ahora, en veintiocho años de vida de crecimiento no conozco el Presupuesto de Perú, ni sé qué aroma tendrán sus cheques circulares. Sin embargo mis contrincantes universitarios, que en ese entonces anatemizaban y calificaban a Leguía de tirano vulgar y vociferaban a calles y plazas en contra de su dictadura, al presente lucen la librea de diplomáticos en casi todas las ciudades de Extrangeris y son otros la canilla que sustenta el chaqué del Ministerio de Relaciones Exteriores. Figúrese, amigo estimado, qué diferentes son los planos de la vida, y si podemos esperar de estos sochantres una buena orquesta para la Regeneración del Perú. Muchos periódicos me cerraron las puertas y hubo UNO que siendo redactor —cuyo nombre dejo en silencio pero que lo diré muy alto en lo futuro— me despidió en nombre de su ancestral civilismo. Y ahora ese mismo periódico no halla la forma de halagar al mandatario peruano, sacándole en fotograbados en toda forma y calificándole de EL TRIUNFADOR: Vea como son las cosas de esa Capital.
No iré a Lima hasta que no lleve publicados mis libros: Cuentos Andinos cuyo prólogo me lo ha hecho mi estimado amigo Percy Gibson; Conferencias, prólogo del íntegro Mostajo; Versos cuyo Prólogo a U. solicito; Crónicas y Repiques; La Crisis Universitaria, en cuyo folleto dejaré para el porvenir algunas revelaciones definitivas sobre la conciencia de Nuestra vieja Universidad, como le llaman sus adoradores. Todo esto no se hace por falta de dinero. Pero vendrá.
Le envío algunos versos míos de mi libro ESTRELLAS para que leyéndolos me haga el bien de enviarme un prólogo para ellos. Esto será grato para mí y orgullo legítimo para quien busca seguir el ideal. Dicho libro se editará en la editorial Titicaca, porque pensamos hacer de ella, los jóvenes de Puno nuevo, el centro de nuestras operaciones para el porvenir. Tengo otros versos más, pero los motivos aunque diferentes se enlazan todos ellos con la factura con los enviados, pero si U. cree conveniente leerlos todos, se los enviaré. Escríbame a Arequipa 114, Puente Bolognesi.
J. Alberto Cuentas Z.

Cuentas Zavala, J. Alberto

Carta de Stephen Naft, 17/11/1927

17 de noviembre de 1927
Estimado compañero:
Adjuntamos un giro de $ 10.00 (dólares) pagando el artículo que nos envió sobre los problemas del indio del Perú.
Queremos advertirle que nuestros artículos están destinados para la prensa diaria y por eso sería mejor escribir más sobre los problemas actuales y sobre asuntos que se completan en el mismo artículo.
Esperamos otro artículo pronto.
Le saluda cordialmente
Stephen Naft

Naft, Stephen

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