Lima

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Segunda Etapa 1915-1919

Reúne las fotografías de José Carlos Mariátegui durante su formación como periodista bajo el seudónimo de Juan Croniqueur.
Las fotos pertenecen a los años de 1915 a 1919

Recibo por Derechos de Subvención, 30/11/1929

Recibo emitido por la Sociedad Unión Vendedores de Periódicos y Auxilios Mutuos de Lima con motivo de pago de 5(cinco) soles por derechos de subvención, correspondiente a la fecha del 30 de noviembre de 1929.

Sociedad Editora Amauta

Recibo por Derechos de Subvención, 31/12/1929

Recibo emitido por la Sociedad Unión Vendedores de Periódicos y Auxilios Mutuos de Lima con motivo de pago de 5(cinco) soles por derechos de subvención, correspondiente a la fecha del 31 de diciembre de 1929.

Sociedad Editora Amauta

Carta a Luis A. Rodríguez O. (Luis de Rodrigo), 30/9/1927

Lima, 30 de octubre de 1927
Sr. Luis a. Rodriguez
Juliaca
Estimado amigo:
Me es grato comunicarle que después de un quebrantamiento de mi salud que me ha obligado a una prolongada interrupción de mi trabajo, me preparo a reorganizar "Amauta" para lograr lo cual espero y reclamo la mas eficaz cooperación de todos los amigos que, identificados con los ideales de la revista, desempeñan su representación en provincias.
Confío en que la gestión encaminada a conseguir la aparición de "Amauta" ha terminado, pues tengo el firme propósito de establecerla en Buenos Aires si no consigo reanudar en seguida su aparición aquí, como fundadamente espero.
Sírvase dirigir su correspondencia a la administración de la "Editorial Minerva". Sagástegui 669.
Anticipándole mi reconocimiento por el concurso que nos preste Ud. en esta labor, me complazco en saludarlo muy cordialmente y en suscribirme su atto. amigo y compañero.
[Firma de José Carlos Mariátegui]
P.D.- Perdone que no le haya contestado hasta hoy sobre el presupuesto para un pequeño libro. Según el tiraje, el costo de 100 pág. es de Lp. 22 a 30. Vale.

José Carlos Mariátegui La Chira

Reproducción fotográfica de José Carlos Mariátegui con el Círculo de Periodistas

Fotografía de José Carlos Mariátegui, último de la fila de pie, como fundador del Círculo de Periodistas y miembro de la Junta Disciplinaria.
A su lado, de izquierda a derecha: Hector Argüeles, vocal; Fernando Lund, tesorero; Edgardo Rebagliati, secretario; Carlos Pérez Cánepa, vocal.
Sentados, de de izquierda a derecha: Eudocio Carrera, vocal; Fernando Byetes, secretario; Ricardo Walter Stubbs, presidente; Julio Portal, vice-presidente; y Carlos E. Iturrizaga, vocal.

Variedades

Carta a Celestino Manchego Muñoz, 6/12/1927

Lima, 6 de diciembre de 1927
Señor doctor Celestino Manchego Muñoz.
Ministro de Gobierno.
Presente.
Señor Ministro:
No pudiendo entrevistarme personalmente con Ud. a fin de exponerle las razones en que, esclarecido sin duda cualquier equívoco respecto a su índole, fundo mi demanda para reanudar la publicación de la revista Amauta, cumplo con dar carácter formal ante su despacho a esta solicitud, dejando constancia de lo siguiente:
1° Que Amauta, conforme a su artículo de presentación y a los nueve números publicados hasta mayo último, que definen claramente su carácter, no es una publicación de propaganda subversiva ni está absolutamente comprometida en plan alguno de conspiración contra el Gobierno.
2° Que Amauta, revista de cultura, de definición ideológica y de especulación científica, estética y doctrinal, es extraña a toda organización internacional comunista.
3° Que el carácter ideológico y cultural de la revista está perfectamente acreditado por los insospechables testimonios de aplauso y simpatía que ha merecido de intelectuales y artistas como Unamuno, H. Walden, F. T. Marinetti, Enrique José Varona, Eugenio d’Ors, Alfredo Palacios, J. García Monge, Ramón Gómez de la Serna, Manuel Ugarte y muchos otros, de conocido renombre y a ninguno de los cuales se puede calificar de comunista; y
4° Que Amauta no puede ser considerada como un órgano de agitación popular, tanto por el género y estilo de sus estudios, como porque de acuerdo con su carácter de revista mensual de cultura guarde prescindencia respecto de los actos de la política gubernamental.
En esta virtud, solicito de Ud. Senor Ministro que se sirva dictar las medidas destinadas a garantizar la libre circulación, publicación y propaganda comercial de Amauta así como su correspondencia y la mía personal.
Tengo el honor de suscribirme de Ud. Señor Ministro muy atentamente.

José Carlos Mariátegui La Chira

Distribución de ejemplares del Quincenario Labor Nº 9

Este documento detalla la cantidad de ejemplares del número 9 del Quincenario Labor que se distribuyeron, tanto en los puestos de periódicos como entre los agentes de la Sociedad Editora Amauta. Entre los agentes ubicados en Lima, se encuentran: Ángela Ramos, Lévano, Avelino Navarro, mientras que en las provincias se pueden encontrar a: Casiano Rado, Arroyo Posadas, Matheu Cueva, Mario Nerval, Nicanor de la Fuente. También se puede observar a los Ferroviarios de Chosica y fábricas como: La Victoria, Cervecería, El Inca, Jacinto, La Unión.

Sociedad Editora Amauta

Distribución de ejemplares del Quincenario Labor Nº 10

Este documento detalla la cantidad de ejemplares del número 10 del Quincenario Labor que se distribuyeron, tanto en los puestos de periódicos y fábricas como entre los agentes de la Sociedad Editora Amauta. Entre los agentes se encuentran: De la Fuente, Luz y Libert, Bernal, Batallanos, Chávez II, Sovero, Landa Hinostroza, Pío Huaringa, Laos, La Madrid, Meza Vidal, Julio César Nieri, Nerval, José Polo, Rafael Polo, Lazo Sánchez, Domingo Solís; y entre las fábricas, Santa Catalina, San Jacinto, La Victoria, El Progreso, La unión, Backus, Yanacones, El Inca, Vitarte, Ferroviarios.

Sociedad Editora Amauta

Reproducción fotográfica Colaboradores del diario El Tiempo

La fotografía fue tomada con ocasión de haberse realizado una fiesta en honor a Carlos Guzmán y Vera por los éxitos teatrales que había obtenido con la obras suyas estrenadas en aquellos días. En el grupo se observa a los redactores-fundadores del diario El Tiempo.
A la derecha de Guzmán y Vera (sentados), el director del periódico Sr. Pedro Ruiz Bravo.
A la izquierda los señores Luis Ulloa, Emilio de Armero, Angel Origgi Galli y José Carlos Mariátegui.
Abajo, Oswaldo Santillana, Carlos Franco y Humberto del Águila.
Arriba, (de pie) César Falcón, César Alzamora, Antenor Fernández, Emilio Cueva, Ladislao Meza, Señorita Francis, José Ruete García y Moisés Vargas Marzal

Carta de Manuel F. Laos, 29/12/1929

Matucana, 29 de diciembre de 1929
A
José Carlos Mariátegui
Lima
C. de mi aprecio:
No quiero tardar más tiempo en enviarle estas modestas líneas de recuerdo y solidaridad. Va esta carta a Ud. y todo los camaradas de "A" y "L" con la satisfacción de hacerles presente, una ves más, la protesta y adhesión del amigo y compañero lejano. Mi silencio no ha tenido ninguna motivación de olvido hacia ustedes. Solo, razones de tiempo me inhibieron, en su oportunidad, el hacer llegar a sus manos, un mensaje más de mi amistad. Sin lugar a duda Ud. sabrá disculparme.
Se deja esperar bastante tiempo el último número de "Amauta". Qué pasa?
La suspensión de Labor, y los incidentes producidos, en esa no hacen nada más que relievar escandalosamente nuestra pobreza espiritual y de hombridad. Con ello se constata la no existencia de varonía en el conglomerado social peruano. Todo se produce. Todo lo aceptamos con conformismo y nada más. Qué bien puede decirse las formidables palabras del lampadóforo Gonzáles Prada, cuando fustigaba a los "ventrales": - ¿Dónde están pues los hombres? En què paraje los caracteres nobles y levantados? En qué lugar las inteligencias de vuelo generoso y libre? .- Si así se continúa asistiremos a la bancarrota de las más bellas aspiraciones anidadas en la consciencia de los hombres honrados y libres. Nos falta unión. Nos falta entereza. Nos sobra egoísmo, conformidad, y, lo más inicuo, mezquindad. No quiero explayarme. Me duele la conciencia. Sufro mucho. Agravándose estas depresiones de ánimo con las tantas iniquidades que me tienen, por estos momentos, el espíritu torturado.
Espero su contestación. Nuestra amistad no debe estar separada por esa barrera del silencio. Hago votos por Ud., y todos los camaradas de esa porque lo acontecido no les debe amilanar sus fuerzas luchadoras; hay que tomarlo como un mero episodio. Preludio de lo porvenir.
Anhelándoles "un feliz año nuevo", me complazco en enviarles mi voz de aliento para seguir luchando por el triunfo de la Causa Nueva, que el futuro ya es nuestro.
En espera de sus contestación, se despide afectuosamente su amigo y compañero que lo aprecia muchísimo, Suyo.
Manuel F. Laos

Laos, Manuel F.

Carta a Bertha Molina (Ruth), 1/6/1916

Transcripción completa (se ha respetado la grafía del original):
01 de junio
Dulce amiga:
Perdón. Te escribo solo hoy porque no he podido o no he sabido hacerlo antes. No me he sentido hasta hoy lo suficientemente solo para escribirte. Ocurre Ruth que yo no escribo nunca en mi casa. Nunca casi. Y en la imprenta ó en el Jockey Club me rodean y a veces por completo muchas miradas y muchas voces. Hay ocasiones en que apenas salgo de mi casa, me encuentro con alguien que me acompaña y que no me deja. Si me deja lo reemplaza otro u otros.
He sentido de veras no escribirte. Mas he sentido no verte el domingo. ¿No saliste? ¿Fuiste al teatro? Yo voy al Colón con mucha frecuencia también porque hay que aburrirse en alguna parte y siempre una comedia entretiene.
Celebro que te gustasen mis versos. Una de esas composiciones ha salido también en "Vesperal". En esta revista hay también una hermosísima página de Abraham.
Los estudiantes y la huelga no me interesan. Ascanio ha buscado un éxito fácil. Yo no sabría nunca ser leader de cualquier grupo. Tengo mala idea de nuestra juventud y sé que estos movimientos nunca hay ideas sino intriga. Estoy completamente desencantado de la gente de esta tierra. Verdad que nunca fui optimista sobre ella.
El turf no me quita tiempo. Solo me ocupa tres o cuatro horas a la semana. Soy director en el nombre. Solo organicé las secciones y ahora escrito dos o tres artículos para cada número. Todo lo hacen en el Jockey Club. El periódico se hace solo. Revista, programa, pronósticos. Todo está hecho. La verdadera causa de que no salgan mis cartas está en que desde que se encuentra ausente el director de La Prensa no hay ya quien me exija la puntualidad en mis artículos. Yo soy perezoso y abúlico. Sin embargo, para mañana he escrito. Acabo de corregir la prueba. Y me propongo seguir escribiendo por lo menos una vez a la semana.
¿Vas el domingo al Palais? ¿al Colón?
No le he preguntado nada a Abraham porque cuando he querido hacerlo y le iba ya a interrogar, he tenido miedo de reirme y hacerle comprender la comedia. El es experto en comprender una comedia. ¡Como todo el día hace teatro!
Perdona mi retardo. Y escríbeme.
Te espero
Juan

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Bertha Molina (Ruth), 8/6/1916

Transcripción completa (se ha respetado la grafía del original):
8 de junio de 1916
Dulce amiga:
No voy á intentar exucsarme nuevamente por este segundo retardo. Sé que eres infinitimente buena y que me perdonarás. No creas que sea posible que te olvide. Aunque deje de escribirte algunos días, no ha de abandonarme tu recuerdo.
El domingo á que te refieres en tu carta había dejado en el Palais algunos amigos para dejar un encargo en la La Prensa. Me demoré mucho probablmente y ellos se marcharon. Cuando me viste era sin duda que los buscaba. Yo no te ví y opté por refugiarme en el Colón. No me gusta estar solo. Unicamente me place la soledad cuando es absoluta; no en las calles en medio de un torbellino de conocidos y desconocidos.
No te he saludado hasta que recibí tu carta porque tu no me habías autorizado para hacerlo. Creí que mi salud o talvez sería imprudente. Por eso lo limité á una sonrisa. Pensaba que tu hermano, ó quien te acompañase, podía mostrarse sorprendido ante nuestro conocimiento. Me agrada la franqueza con que me has reclamado el cumplimiento de una cortesía elemental y me reprochas amablemente mi cobardía ante el convencionalismo. Solo que el saludo en su forma cortés es también otro convencionalismo. De las personas que me saludan, solo le contestaría yo al diez por ciento.
No había visto "Lulú". Aún no he tenido ocasión de ver tu cuento; pero lo haré. I te diré mi opinión franca. No volveré á "simpático artículo".
A pesar de que todos los días, -en la tarde, en la noche y en la mañana- veo al Conde de Lemos, no me he atrevido á preguntarle sobre tu carta, por el motivo que te dije. Temo que adivine mi farsa. Entre nosotros, somos absolutamente sinceros. A nosotros mismos cuando hablamos con otras personas nos dá risa la diferencia de las palabras y actitudes que entonces empleamos con las que empleamos en la charla íntima. He resuelto que el Conde se aficione á las carreras. Desde el domingo irá todas las reuniones hípicas conmigo.
Estoy aburrido. No tengo deseos de trabajar. Todos los días propongo empezar a trabajar el día siguiente y el día siguiente vivo la misma vida infecunda y frívola y hago el mismo voto de trabajo. Qué se va a hacer.
No te escribo mas porque ya es muy tarde y me aguardan. He aprovechado para escribirte unos minutos que he dejado al escritor argentino Mertens, mientras conversa con otros redactores. No durará mucho su charla y vendrá por mí. Lo presiento. En la habitación contigua conversa precisamente el Conde de Lemos.
Hasta muy pronto.
Con toda mi devoción.
Juan

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Bertha Molina (Ruth), 11/6/1916

Transcripción completa (se ha respetado la grafía del original):
8 de junio de 1916
Dulce amiga:
Ahora soy puntual. Te escribo en la imprenta a las 11 pm. La máquina está descompuesta. Y temo que no tarde en interrumpirme Valdelomar que debía haber llegado á buscarme a las 10 y 30 pm. No fuí al colón por él que me hizo permanecer en el Palais, a nuestro regreso de las carreras. Ayer me dijo espontáneamente que el viernes había recibido carta tuya. No le hice teatro. "A mi ha escrito una o dos veces" No hablamos más. Mas tarde me preguntó: Sabe ud quién es. Yo le dije: No. Se vé que no te ha escrito y que acaba de recibir tu carta.
Hoy he sentido mucho no verte. Quise ir al Colón, pero ya te dicho por qué no me fué posible.
He ofrecifo a la compañía Mario escribir una comedia o un drama. Puede ser, pues, que me anime a trabajar. Aún no he pensado tema ni nada. Tampoco cuando pondré manos a la obra. Veremos si me animo.
Recibí tu segunda carta ¡Cuán grata!
El domingo no fui al Colón. Mejor dicho, fui con el Conde pero se desanimó de quedarse porque encontró en el palco del periódico peronas que no le son gratas.
No he leído el libro de León, a pesar de que te prometí escribir sobre él. Un ejemplar me lo perdió el Conde. Y otro me lo robaron en la La Prensa. Tengo noticia desfavorable de la novela por dos o tres personas. Parece que es una especie de biografía y esto es mucho para 100 páginas escasas. Parece también que está muy desprovista de arte. Quiero leerla bien sin prejuicio. Estimo a León de quien soy bastante amigo. Ahora le veo bastante dominado por More que es versátil e inconsecuente.
Los literatos de nuestro medio me tienen harto. Excepto algunos buenos amigos: Valdelomar, Antuco, Zapata y otros, el resto me fastidia.
Mañana te escribiré largo.
Dime también muchas cosas.
Necesito mucho tu consuelo y tu amparo.
Adios.
Juan

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Bertha Molina (Ruth), 1-8-1916

Transcripción completa (se ha respetado la grafía del original):
1 de agosto
Debo pedirte esta vez mas perdones que nunca. Yo no sé porqué solo ahora te escribo. No ha sido, por supuesto, porque las fiestas me hayan interesado. ¡Qué horror! Ha sido mas bien porque he estado escribiendo un drama. ¿Un drama? Sí, drama, en colaboración con Valdelomar: "La Mariscala". Lo escribimos a prisa, porque mucho antes de tener hecha una sola escena ya lo habíamos ofrecido a la Compañía y anunciado por lo periódicos. A última hora no hemos tenido, ante las instancias, otro remedio que escribir versos y enlazar escenas. Yo me muero de risa ante el drama. El Conde también. Somos tan flojos que aún no lo hemos copiado a máquina.
He tenido la indignación de que tu carta fuese profanada por sabe Dios que clase de gente. En el escritorio del director había un sobre
rotulado para él lo habían puesto ahí. Lo abrió en mi presencia y me dijo: "Esto no es para mí. Qué raro." Yo me indigné reconociendo la letra. He recibido solo una carilla de tu articulo. Tu carta no sé si habrá llegado completa a mi poder. Dime cuántas hojas tenía. Dime si empezaba diciendo: "Recibí tu carta después del cinema." Y si tiene dos hojas.
Algunos de los empleados de administración que traen las cartas del apartado, ha sido el autor de la innoble hazaña. Nome vuelvas a escribir al apartado. Escríbeme sin dirección. Yo iré al correo.
¿Cuando nos veremos?
Yo me aburro como siempre. Ahora un poquito menos porque el periódico me da algo que hacer. Y, el drama. ¡Ah, el drama!
¿Qué has hecho tu en estos días? ¿Te has paseado?
Dime si me has escrito con posterioridad a la carta a que aludo.
Y no pongas otra dirección que esta: J.C. Mariátegui, porque hay otro Carlos.
Perdóname si estas resentida conmigo. Sé que me he portado mal.
Te espero. Y sé que vendrás, pero indulgente y buena como siempre.
Juan

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Bertha Molina (Ruth), 11/8/1916

Transcripción completa (se ha respetado la grafía del original):
11 de agosto
Te escribo hoy porque hoy me esperas. Ahora me confío a la puntualidad del correo. Tengo que contestar dos cartas tuya, las dos muy amables y buenas.
No me has dicho si, conforme a mi carta, la carta tuya que profanaran llegó a mis manos completa. No tengo nada que perdonarte. El hecho de que abriera la carta en mi presencia el director, no tiene importancia. El director es mas que tal mi amigo y es una de las personas que me tienen mas cariño y consideración.
Iré constantemente al correo para pedir tus cartas. Todos los días hago un telegrama para un periódico de provincias, de modo que me es muy fácil hace una visita diaria al correo.
¿Por qué me dices eso de que mis "cartas son más pensadas que sentidas"? Explícamelo bien claro y con mucha profusión de detalles porque no acepto la afirmación. Siempre he tenido el concepto de que soy antes que nada un escritor sentimental. Y a pesar de mi convicción de que en este siglo es imperioso gobernarnos con el cerebro, yo tengo todavía el romanticismo de gobernarme con el corazón.
¿Por qué me dices señor político? Yo no hago política sino en unos cotidianos párrafos llamados Voces y la hago por cierto con escaso gusto y hasta desapego. Tu ignoras lo grave y antipático que es esto de escribir por obligación. Ahora que si yo no tuviera obligación de escribir, soy en tal forma perezoso que casi nunca escribiría.
Quiero que me reveles eso importante. A ver. No lo postergues. Porque sé que cuando conversemos, va a ser tanto lo que tengamos que decirnos que nos vamos a decir nada.
No es cierto que mi voluntad intervenga en la aparición del libro al cual te refieres. Si interviniese, crée que la ejecutaría en el sentido de impedir que esa aparición se realizase. Amo mucho la literatura para querer que la siga ofendiendo un mal dillettantismo. En Pérez Cánepa hubo época que mi consejo y amistad influyeron. Luego le encontré desleal e inconsecuente y, como no es cosa de tolerar a los malos escritores cuando son también malos amigos, prescindí de su trato. Ho estamos "de etiqueta".
Ve, pues, que estás mal informada. Y siendo esta como es, curioso sería saber todas las otras mentiras que sobre mí te hayan dicho. Porque yo sé, muy bien, que de mi dicen innumerables mentiras. Algo daría porque la gente me dejase vivir, sin preocuparse de mí.
A la verdad que ya me cansa eso de que la gente que me conoce y aún la que no me conoce , diga si yo hago esto, si yo hago lo otro, si yo voy al teatro, si yo no voy al teatro, si yo soy de esta manera, si yo pienso en tal cosa. Es muy mortificante. Menos mal cuando la suposición es inofensiva como esa de mi autoridad en un joven escritor y de mi influjo en su ensayos.
Escribí tu suelto. Solo que el cajista no entendió el nombre y lo puso a su capricho. Pediré que lo pongan también en La Prensa. Eres muy corta para pedir una tontería.
No te podrás quejar. Te he escrito muy largo. En mi vida no hay casi precedente de una carta mía extensa, a menos que se trate de las dirigidas a mi amigo X, que llenan al mismo tiempo mi obligación de escribir un artículo.
Ignoro a Román. Me han hablado bien de él.
Escríbeme largo también. Tanto como puedas. Tantas veces como te sea posible. Con profusión de temas. Y crée que te recuerdo mucho. Crée también que mis cartas son mas sentidas que pensadas... A menos que tu me demuestres lo contrario, como supongo que lo intentarás. Y digo intentarán porque se que no vas a lograrlo.
Juan

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Bertha Molina (Ruth), 11/10/1916

Transcripción completa (se ha respetado la grafía del original):
11/10/916
Anoche te recordé tan intensamente que hoy he sentido la obligación imperiosa de escribirte.
Tu que has perdonado muchas veces mis olvidos, sabrás perdonar también que esta carta haya tardado tanto, y sabrás comprender que esta tardanza no puede deberse a que haya dejado de recordarte.
Yo no sé explicarte por que he dejado de escribirte.
Y me apresuro a escribirte para reclamarte también que me escribas. Al trazas estas líneas pienso en que tendrás la eficacia de proporcionarme el bien inapreciable de tus cartas, interrumpidas desde hacer tanto tiempo.
No tardes en escribirme y hazlo con extensión.
Perdona mi exigencia.
Tengo una intensa inquietud espiritual que se refleja en parte en un artículo del lunes.
¿A qué hora recibirás esta carta?
Son las 11 a.m. Te escribo en mi oficina. Y debo hacer luego un artículo sobre no sé cual tema trascendental.
Dime muchas cosas.
Y recuérdame.
Juan

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Pedro Ruíz Bravo, 25/6/1918

Ciudad, 25 de junio de 1918
Señor don Pedro Ruiz Bravo, director de El Tiempo
Pte.
Muy señor mío:
El comportamiento un tanto reticente y otro tanto desleal de Ud. ante la agresión de que he sido objeto en las oficinas de El Tiempo, violadas y vejadas por el tumultuoso grupo de oficiales del ejército que la perpetró, me hace sentir el deber imperioso de apartarme de este diario al cual me trajeron, con la complicidad dolorosa de mi abulia y mi inquietud, solicitaciones de usted.
Habría tenido Ud. derecho para mostrarse solidario con un redactor a quien no debiera Ud. cooperación tan intensa, perseverante y abnegada como la mía. Cooperación, señor Ruiz Bravo, que para mí no ha representado sino la esterilización baldía de dos años de mi juventud y mi contaminación con pecados, huachaferías y errores cuya repulsa he tenido que sepultar en el fondo de mi alma.
Pero conmigo, señor Ruiz Bravo, no ha tenido usted jamás derecho para portarse inconsecuentemente. Usted no necesita que yo se lo diga por qué. Mejor se lo dirá siempre su consciencia.
Advierta Ud. que no me quejo contra El Tiempo. Sólo me quejo contra Ud. Si me quejase contra El Tiempo mis reproches caerían injustamente sobre mis muy queridos, buenos e inteligentes compañeros que siempre me han rodeado con un cariño, una simpatía y un aliento que yo jamás sabré merecer bien.
Y sepa Ud. finalmente que me retiro de El Tiempo afligido por la amargura de desgarrar un compañerismo y una camaradería dueños de todas las devociones de mi corazón.
Sírvase Usted dar hospitalidad en las columnas de su diario a esta carta cuya publicación creo indispensable por varios motivos.
Su atto y S.S.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Bertha Molina (Ruth), 16/10/1920

Transcripción completa (se ha respetado la grafía del original):
Roma, 16 de octubre 1920
Acabo de regresar de mis andanzas por el norte de Italia. Roma me esperaba, amable y buena, con una carta tuya en la mano. Una carta que yo he leído antes de desembarazarme del sobretodo y del sombrero, sentado al pie de la cama en mi "chambre” de hotel, mientras el criado instalaba en un rincón mis fatigadas maletas.
Y he tenido la sensación de que tú me visitabas. De que a mi cuarto entraba la risa de una muchacha muy inquieta y muy limeña, que todo lo 'movía, que todo lo revolvía, que todo lo tocaba y que me hacía tantas preguntas que yo no podía contestárselas. Algo así como si un rayo de luz limeña llegase furtivamente a mi estancia.
Tus cartas me hacen casi siempre este efecto. Por esto te las agradezco mucho. Y te ruego que no me prives de ellas ni aún si te parece que las mías son demasiado desabridas, demasiado pobres de interés. Piensa que yo no soy capaz de producirte el placer que tú puedes producirme. Que lo que yo puedo escribirte no es posible que sea como lo que tú puedes escribirme. Yo me he vuelto un poco grave. En cambio tú eres una chiquilla. No eres una chiquilla frívola y egoísta; pero eres de todas maneras una chiquilla. Una chiquilla buena e inteligente (No te agrego que bonita porque si te dedico tres adjetivos vas a poner en duda la sinceridad de alguno de ellos. Y luego porque eso de bonita lo dejo para que te lo digan otros).
Mis cartas no son propiamente respuesta a las tuyas. No lo son sino en este sentido. En que una carta mía sigue a la recepción de una carta tuya. Pero por lo demas no. Yo no te hablo casi de las cosas de que tu me hablas. Y es que estamos tan distantes el uno del otro! Tu voz emplea dos meses en llegar hasta mí. Y la mía, que es menos joven, emplea, sin duda, mucho más. O, por lo menos, llega muy apagada, muy vaga, casi imperceptible ¡Este coloquio nuestro lucha con todas las dificultades físicas del tiempo y la distancia!
Pero esta vez voy a referirme a uno de tu párrafos. Aquel en que me dices que tienes mucha confianza en mi; pero que ... me ocultas algo. Y que no me lo contarás, eso que no. Probablemente a consecuencia de que tienes mucha confianza en mi ¿No es cierto? Si no fueses ilógica no serías mujer. Vamos. No me pongas curioso. Pruébame que te inspiro toda la confianza que me aseguras. Es necesario que la intimidad con que nos tratamos sea verdadera. No verdadera á medias sino verdadera absolutamente, totalmente, completamente.
¿Quieres hacer una cosa buena y razonable? Mándame tu retrato. Lo pondré sobre mi escritorio, absolutamente solo, para tener cuando te escribo la ilusión de que converso contigo. Tu me debes tu retrato desde hace mucho tiempo. Y no sé como te has dado maña para no satisfacer hasta la fecha tu deuda. Ustedes las mujeres son muy tramposas.
He visto que han exhumado en "El Tiempo", al pie de artículos que yo enviaba con un seudónimo nuevo, mi infantil y olvidado seudónimo de Juan Croniqueur, al cual renuncié formalmente en la revista "Nuestra Época" arrepintiéndome de todos los pecados que con el había cometido. Quiero dejar constancia ante tu de que soy completamente ajeno a la resurrección de dicho seudónimo y de que lo lamento desde lo más profundo de mi alma.
Escríbeme pronto. Mira que cada vez que recibo correspondencia lo primero que hago es ver ansiosamente si alguno de los sobres es el tuyo. Mira que siento predilección por tus cartas, y que mi predilección por tus cartas es también predilección por ti.
Tuyo affmo.
José Carlos.

P.D. La complicada y perversa posta se entretiene en robarme hoy una carta, mañana otra. Temeroso de que trate de turbar mis relaciones contigo, certificaré todas mis cartas para que se le haga mayor cargo de conciencia incautarse de ellas en el caso de que se le ocurra tan cruel idea. Vale

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Pedro Ruíz Bravo, 9/6/1923

Lima, 9 de junio de 1923
Señor don Pedro Ruiz Bravo.
Antofagasta.
Mi querido don Pedro:
Con fecha 23 del mes último le he escrito la siguiente carta expedida varios días después:
“Desde hace dos meses, más o menos, me tiene Ud. de nuevo en Lima. Como a Ud. seguramente bien se le alcanza, durante los tres años y medio de mi ausencia no he hecho otra cosa que prepararme para el regreso acrecentando mi cultura y mi experiencia periodísticas y políticas. Y he venido, por consiguiente, para reanudar, con mayor capacidad y más segura orientación que antes, mi actividad periodística.
“Piensan todos que la situación política es complicada y difícil. Y yo no lo pongo en duda. Pero a mí, precisamente, me atraen las situaciones difíciles y complicadas.
“Tengo el proyecto de publicar un diario y tengo, sobre todo, los capitalistas necesarios para esta empresa. Pero encuentro preferible por varias razones —ahorro de tiempo, de esfuerzo, etc.— adquirir un diario existente. Y pienso que a Ud. tal vez le convenga enajenar sus derechos en El Tiempo y que, en este caso, Ud. y la empresa que represento podrían entenderse y hacer un buen negocio.
“Naturalmente, Ud. no podría ceder la propiedad de El Tiempo sin la seguridad de que la política del periódico no perdería ni comprometería su independencia. Pero a este respecto podría Ud. estar tranquilo porque yo puedo darle la seguridad de que la independencia de El Tiempo no sólo sería mantenida sino señaladamente acentuada. Esta sería, justamente, para nosotros la base esencial del negocio.
“Lo invito, pues, a considerar mi proposición y a decirme luego si estaría Ud. dispuesto a transferir sus derechos en El Tiempo y cuáles serían sus condiciones.
“Yo, por mi parte, puedo informar a Ud. con toda amplitud acerca de nuestra empresa.
“Lamento que nos separen tantas millas de distancia y que no podamos charlar largo y tendido, inmediatamente, de ésta y otras cosas.
“Y, en tanto, con mis mejores votos por su bienestar y el de los suyos, me complazco en enviarle mi más cordial y amistoso apretón de manos.”
Su antiguo compañero y amigo.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Ricardo Vegas García, 20/1/1925

Miraflores, 20 de enero de 1925
Querido amigo y compañero:
Recibí —creo que con un poco de retardo a causa de haber necesitado de varios intermediarios— su artículo y su carta. Envié su artículo a El Tiempo, donde, probablemente por su extensión, no ha podido ser publicado enseguida. En la edición del domingo, que no he visto, ha aparecido, según me anuncian, una parte. Estoy contento de haber podido cumplir su encargo. La demora no ha dependido de mí. No culpe Ud. mi voluntad.
Me parece muy bien que haya Ud. insurgido contra una farsa. Hay que sentirse siempre caballero armado de la verdad.
Mis ocupaciones no me consienten escribirle extensamente. Cuando venga Ud., no deje de visitarme (Leuro, Schell 198).
Mi dirección es siempre: Casilla de correo 2107.
Le ruego saludar muy cordialmente al colega Pérez Treviño.
Y le envío mi mejor apretón de manos.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Mario Nerval, 18/9/1929

Querido compañero Mario Nerval:
Debo aún respuesta a su grata carta del 21 de julio. Leyendo la que ha dirigido Ud. a nuestro compañero M. siento el deseo de responderle enseguida, venciendo mis ocupaciones. Debe Ud. haber recibido antes algunas copias que le he remitido por otra vía.
Tengo carta de Saldaña. Conviene que le haga Ud. saber sin tardanza que es el candidato a la primera beca en la Universidad de Oriente y que debe ponerse inmediatamente en comunicación con Independencia 3054, Buenos Aires. Probablemente —si no tiene hasta hoy noticias de esto— se debe a que ignoran allá su paradero.
Muy bien su trabajo en La Paz. El grupo de esa ciudad, se muestra excelentemente orientado y está destinado a ejercer un influjo importantísimo en todo su radio. Tomo nota, a este respecto, de sus indicaciones. Y les recomiendo mantenerse en relación con Seoane, Herrera o Merel, el que les escriba presentemente a nombre del grupo de Buenos Aires, al que hay que desengañar definitivamente respecto a la posibilidad de insistir en el Apra. El Apra está liquidada por la resolución del Segundo Congreso Anti-imperialista Mundial. No tengo aún noticias completas de este Congreso, que se proponía tareas bien superiores al esclarecimiento de las pequeñas competiciones latino-americanas. Pero sé, por cartas de París, que se confirma y proclama como sola organización de frente único anti-imperialista en la América Latina a las ligas. El trabajo político corresponde a los partidos, el sindical a las uniones obreras. El Apra está descartada. Haya, según parece, ha reclamado contra la exclusión; pero es casi seguro que no se tomará en cuenta su protesta. Al Consejo de la Liga Mundial Anti-Imperialista no se le engaña tan fácilmente como a los condiscípulos de Trujillo y de Lima. La Liga sabe a qué atenerse respecto al Apra. Al congreso han asistido dos peruanos, Eudocio y Hurwitz. Y a los dos les consta que ni siquiera en su país de origen, el Perú, el Apra representa una corriente de masas. Este debate está terminado.
He recibido una carta de Natusch. Dígale que le contestaré en breve. Lo mismo a Abraham Valdez. A Sánchez Málaga mi agradecimiento por el envío del número de EI Diario del 28 de julio. También le escribiré pronto. Que tenga en cuenta todo el trabajo que pesa sobre mí.
Acabamos de ser notificados de que la publicación de Labor queda estrictamente prohíbida. No nos apuramos. Como la notificación viene de la Inspección General de Investigaciones, reclamaremos al Ministro de Gobierno, inquiriendo si la orden emana de su despacho. Labor cuenta con la solidaridad de vastos sectores obreros y campesinos. Su último número obtuvo gran éxito. Tenemos que hacer un extremo esfuerzo por sostenerlo.
Si en el grupo de La Paz es posible efectuar una pequeña colecta para sumarla a la que realizamos pro-regreso de Eudocio, su concurso nos llegará oportuno. Necesitamos contribuir a los gastos de viaje de nuestro compañero, que cuenta ya con permiso para reingresar al país.
Está detenido Juan J. Paiva. No hay contra él otro cargo que su pequeña biblioteca marxista, traída casi toda de París, donde residió cuatro años estudiando en la Sorbona, y algunas cartas de compañeros de allá, en que se habla de la polémica con el grupo hayista y de la orientación por imprimir al movimiento ideológico del Perú. Las prisiones no destruirán ni arredrarán a los compañeros empeñados en el Perú en esta labor.
Muy cordialmente lo abraza su amigo y compañero
José Carlos
P.D.— Saludos afectuosos de Juan Saco.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta al Secretario General de la Federación Gráfica del Perú, 28/9/1929

Lima, 28 de setiembre de 1929
Compañero
Secretario General de la Federación Gráfica del Perú
Lima
Compañero Secretario:
Notificados por la policía de que la publicación de "Labor" queda prohibida, nos hemos dirigido al Ministerio de Gobierno reclamando contra esta medida, que suponemos hasta ahora de inspiración y responsabilidad subalternas y reivindicando nuestro derecho a mantener la publicación de este periódico doctrinario e informativo al servicio de los intereses de las clases trabajadores obreras y campesinas, en las cuales encontraba creciente adhesión y apoyo por traducir fielmente sus aspiraciones y necesidades.
En espera aún de la respuesta del Sr. Ministro de Gobierno, hemos acordado dirigirnos a las organizaciones obreras y campesinas del país para que, en la forma que consideren conveniente, apoyen nuestra gestión antes ese Ministerio.
La defensa de la libertad de prensa obrera es condición fundamental de la afirmación clasista del proletariado; y ha sido incluida por esto, por la naciente Confederación General de Trabajadores de Perú, entre los deberes sustantivos y las reivindicaciones inmediatas de los obreros organizados. "Labor", vocero de las masas obreras y campesinas, como lo demuestran sus campañas, apela, de acuerdo con este concepto, a la solidaridad de los trabajadores organizados.
Con fraternales sentimientos, lo saluda su affmo. compañero
[Firma de José Carlos Mariátegui]

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a José Malanca, 9/10/1929

Lima, 9 de octubre de 1929
Querido y recordado Malanca:
Sólo dos líneas para contestar su última que me encuentra en un período de trabajo extraordinario, por la revisión de los originales de los libros que tengo comprometidos con editoriales de Buenos Aires y Madrid.— De Carlos Manuel no he recibido ninguna noticia, a pesar de la impresión de Ud. de que su actitud era de rectificación.De Blanca Luz he tenido una carta, a la que ya he contestado. No sé si habrá Ud. encontrado ya en México a esta buena y grande amiga.— De Pavletich he recibido las cartas que le contesto en la que, en copia, le adjunto, para que la haga Ud. llegar a sus manos en previsión de cualquier posible pérdida postal.
Espero noticias sobre su itinerario. ¿Pasará Ud. a Centro América?
Las cartas de los amigos de Puno y del Cusco, traen siempre un recuerdo suyo. No deje de escribir y alentar a esos muchachos.
Nos han suprimido Labor. Las organizaciones obreras están acordando memoriales de adhesión a nuestra demanda para que se nos permita continuar su publicación. Pero, con motivo de ciertas o supuestas conspiraciones en el ejército, extrañas en todo caso al movimiento sindical, todo papel suscita alarmas y sospechas. Se ha notificado a la imprenta para que no se publique nada mío ni de los obreros. No sé aún si esta notificación concierne en alguna forma a Amauta, cuyo número 26 está listo, a toda costa, como la vez pasada. Si la clausuran, saldré del país. Preferible será esto a resignarme a que ahoguen mi voz en silencio. Sin Amauta, sin Labor, sin una tribuna, no sabré resistir a la necesidad desesperada de respirar la atmósfera de un país libre.
Pero mientras esté aquí, no cejaré. Ud sabe que mi lema es ese: non mollare.
Escríbame a la dirección usada o, mejor, a la que conoce Pavletich o a la que tiene Tristán Marof.
Recuerdos de todos los míos. Un abrazo de los compañeros y el más cordialísimo y fraterno de su amigo y camarada que le augura grandes triunfos artísticos.
José Carlos

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 29/11/1929

Lima, 29 de noviembre de 1929
Querido Samuel Glusberg
He recuperado anteayer, con mi correspondencia y papeles, su carta del 1º de noviembre, a la que contesté hace una semana, informándolo de las violencias usadas contra mí y otras personas.
Esto, por fortuna, no ha perjudicado mínimamente a la organización de las conferencias de Waldo Frank, por la diligencia conque Sánchez continuó las gestiones aun durante mi clausura. Le adjunto una información de La Prensa de hoy que le enterará, en línea general, de estas gestiones. Tenemos el mejor teatro de Lima —Municipal, antes Forero— por seis días. Es probable que, además, una sociedad de señoras, Entre Nous, solicite una conferencia especial, pagándola naturalmente. La Facultad de Letras recibirá a Frank solemnemente y lo investirá, según me anuncian, de las insignias de doctor honoris causa. —Frank, por supuesto, no le dará mucha importancia a estos honores universitarios. La Universidad ha debido invitarle. Pero mejor quizás que lo presente a Lima un grupo libre de escritores y artistas en el que se cuentan, por lo demás, los mejores hombres del claustro.
De la Institución Hispano-Cubana de Cultura de Habana han pedido a Frank tres conferencias. Yo le he trasmitido enseguida esta invitación a La Paz y él me ha contestado indicándome sus condiciones. A Santiago le había dirigido un cable de salutación que, según me avisa la oficina cablegráfica de Lima, no lo alcanzó ya en esa ciudad.
En Lima lo esperamos el domingo en el avión de Fawcet que sale de Arequipa ese mismo día.— Haremos lo posible porque Frank no quede descontento en Lima.
Sobre los últimos sucesos tengo poco que agregarle. Se me ha hecho saber que Amauta puede continuar apareciendo. El escándalo causado por las medidas contra mí y los míos y la energía serena conque los obreros han defendido a sus presos, han impuesto una rápida rectificación. No se ha publicado nada, no se ha dicho nada; pero ya no habrá elementos para hablar, como de costumbre, de complot comunista. El globo está desinflado sin exhibición.— Creo, sin embargo, que si dispondré de más tiempo y calma para preparar mi viaje a Buenos Aires, ése será siempre mi camino. No me es posible trabajar rodeado de acechanzas. Aunque me cueste un gran esfuerzo vencer el temor a la idea de que abandono el campo por fatiga o por fracaso, no puedo llegar a un extremo límite de sacrificio físico y mucho menos imponerlo a los míos. ¿Qué me aconseja Ud.?
Le hemos expedido 7 Ensayos —no cinco sino diez ejemplares— Poesías de Eguren, etc. ¿Recibió el ejemplar dedicado a Ud. por Eguren?
En espera de sus noticias, lo abraza su devotísimo amigo y compañero
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Néstor S. Martos, 10/3/1930

[Lima], 10 de marzo de 1930
Sr. Néstor S. Martos
Piura
Estoy desde hace algún tiempo en deuda con Ud. Le debo la expresión de mi reconocimiento por su generoso artículo sobre mis "7 Ensayos", que han tenido en provincias y por parte de espíritus vigilantes como Ud. la atención que les ha rehusado la prensa de la capital, enterada de sus aparición por un premio municipal y por algunos ecos de su resonancia en el extranjero registrados en "Mercurio Peruano".
Vivo muy atareado. En las últimas semanas, un debilitamiento de mis fuerzas me ha exigido una cura de playa y en la Herradura, que me quita todas las tardes. Las breves horas de la mañana son insuficientes para mi trabajo [...]. Tengo que renunciar casi al placer de la correspondencia.
Recibí hacer algunos meses una crónica de Ud. muy bien escrita por cierto pero poco entonada a los temas de la revista . La recibí sobre todo, en periodo de verdadera congestión. No podemos dar puntualmente un número todos los meses y este nos hace arrastrar de mes a mes un pesado salfo de prosa y verso. Por creerlo un excelente escritor, que debe estar en "Amauta" mejor representado, prefiero publicar de Ud. otra colaboración. Estos seguro, además, de que no lo molestará mi franqueza.
Créame su devotísimo amigo y colega y acepto mis cordiales sentimientos y mi afectuoso saludo.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Juan Marinello, 16/3/1930

Lima, 16 de marzo de 1930
Sr. D. Juan Marinello.
La Habana.
Muy estimado compañero:
Ud. me excusará el retardo con que contesto su grata carta de fines de diciembre último, al saber que al habitual desequilibrio entre mi salud y mi trabajo se ha agregado en los últimos meses una temporada de playa y sol en la Herradura que me ha impedido ocuparme en mi más cara correspondencia.
La función de vinculador que Waldo Frank ha tenido en su viaje, entre algunos núcleos de nuestra América, corresponde bien a la calidad e intención de su mensaje. Frank ha dejado en Lima amigos entusiastas. Yo no tengo talvez más título a su distinción que el de haber sido el primero en comentar en el Perú sus libros y en señalar, ante todo, el valor de Nuestra América, en el artículo del que 1929 tomó un párrafo.
Le envío, con los últimos números de Amauta, un ejemplar de mis 7 Ensayos.— Le debo la expresión de mi reconocimiento por la generosa cita que de mi obra hace en su interesantísima respuesta a la encuesta de Cahiers de l’Etoile. Este ensayo ha sido reproducido por un diario de Lima. Le mando el recorte.
También le acompaño dos colaboraciones para el número peruano de 1930. El próximo correo le llevará un ensayo mío.
Estas líneas no se proponen sino establecer la correspondencia iniciada por su carta —magnífico mensaje de amistad.
Preparo mi viaje a Buenos Aires, donde espero resolver con el problema de mi movilidad, mediante una aplicación ortopédica, el de mi salud.Nuestro querido Glusberg es el auspiciador de este viaje, al cual me anima, también, resueltamente, Waldo Frank. Amauta continuará publicándose en Lima; pero si al ausentarme yo le crearan dificultades, la trasladaría a Buenos Aires.
Lo abraza, con simpatía y estimación profundas, su devotísimo compañero.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a los Compañeros Organizadores del Agasajo a Luis Alberto Sánchez, Presidente de la Asociación de Periodistas, 23/3/1930

Lima, 23 de marzo de 1930
A los compañeros organizadores del agasajo a Luis Alberto Sánchez, Presidente de la Asociación de Periodistas.
Pte.
Estimados compañeros:
Habría hecho una excepción en mis hábitos presentes, para asistir a la comida con que los periodistas agasajan a Luis Alberto Sánchez, en ocasión de su viaje a Chile. Pero una momentánea falla de mi salud, me lo impide.
Quiero, por esto, que reciban Uds. testimonio expreso de mi adhesión a la fiesta.
Luis Alberto Sánchez es uno de los escritores que más ha reivindicado, como periodista, el nombre, la misión y los fueros del periodismo en el Perú. Le debemos, como periodistas, todo nuestro reconocimiento y toda nuestra simpatía.
Personalmente, mi estimación por él es mucho más amplia. Pero a un ágape de periodistas debo decir sólo palabras de periodista.
Muy cordialmente vuestro
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Recorte de Prensa del diario El Tiempo

[Transcripción]

EN LA UNIVERSIDAD POPULAR GONZÁLEZ PRADA
Segunda conferencia de Mariátegui sobre la crisis mundial

El viernes dio José Carlos Mariátegui en la Universidad Popular la segunda conferencia de su curso sobre la historia de las crisis mundial. Había en la sala de la Federación de Estudiantes público más numeroso que en la conferencia anterior.

El obrero Paredes, de la Federación Obrera Local, evocó la figura de Kurt Wilkens, en nombre de esa organización trabajadora, y fue vivamente aplaudido.

Luego, comenzó Mariátegui su disertación. Habló primeramente de la literatura de guerra que, durante el período bélico, había sido utilizada por uno y otro grupo beligerante, a fin de asegurarse la solidaridad de la opinión popular interna y captarse a la opinión extranjera. La prensa, durante la guerra última, ha sido usada como instrumento bélico. Los Estados beligerantes se han servido de ella para alimentar en las masas populares un estado de ánimo agresivo, nacionalista, delirante. Y la prensa ha tenido así una intensa función de tóxico espiritual. Ha sido, en la gran guerra, una novísima arma de combate, una especie de gas asfixiante. Merced a la prensa, los Estados beligerantes han conseguido sofocar toda tentativa de indisciplina de la opinión popular, todo germen de protesta contra la guerra, toda reacción de los ideales pacifistas. Y análoga función han tenido el libro, el folleto, la cátedra. La literatura, la ciencia, la inteligencia en una palabra, han estado absolutamente a órdenes de los generalísimos. Por eso, Bernard Shaw en su libro Peace Conferencia Hints decía en 1919: “Comienza la historia; concluye la novela”. Porque hasta después de la paz, en uno y otro grupo de naciones beligerantes, acerca de la guerra no se ha hecho historia sino novela. Y Nitti, en su libro Europa sin Paz, denuncia el valor convencional de la literatura de guerra y recuerda un viejo aforismo italiano: “En tiempo de guerra más mentiras que tierra”. En el Perú —dijo Mariátegui— como en casi todo el mundo, nos hemos alimentado de la literatura de guerra de la Entente; hemos respirado el ambiente bélico del frente aliado. La propaganda alemana fracasó fuera de Alemania y fracasó también, finalmente, dentro de Alemania. Mientras los aliados crearon el mito de la guerra de la Democracia contra la Autocracia, de la Civilización contra la Barbarie, los Imperios Centrales no dieron a la guerra alemana ninguna alta meta idealista. La guerra alemana no llegó a ser sólida y verdaderamente popular en Alemania misma. Los pueblos aliados creían batirse por grandes ideales humanos. El pueblo alemán y
el pueblo austríaco creían batirse tan sólo en defensa de la nación alemana y de la nación austríaca. Y fue principalmente, por esto, que Wilson, con su programa de paz sin anexiones ni indemnizaciones, quebrantó la resistencia austro-alemana, minó interiormente el frente austro-alemán.

Continuó Mariátegui expresando que, únicamente después de la paz, se ha empezado a escribir la historia de la guerra. Únicamente después de la paz se ha dispuesto de la suficiente cantidad de documentos, de testimonios y de serenidad intelectual para analizar objetiva e imparcialmente las causas de la guerra. Este examen objetivo e imparcial ha desvanecido el folletín de la guerra de la Democracia contra la Autocracia y la leyenda de la responsabilidad exclusiva y feroz del militarismo prusiano. Los mitos del período bélico andan ya totalmente desacreditados. Apenas si, de vez en cuando, reaparecen en uno que otro documento de literatura oficial.

Entró Mariátegui en seguida, en la exposición de las causas económicas de la guerra. Habló del desarrollo pre-bélico del industrialismo británico y del industrialismo alemán, de la guerra económica entre Inglaterra y Alemania, de la lucha por los mercados, por las colonias, por las materias primas. Y señaló, asimismo, la importancia del fenómeno demográfico en la historia de la guerra.

Se ocupó después, de las causas políticas de la guerra y de su vinculación con las causas económicas. Hizo una síntesis rápida del estudio de Bernard Shaw sobre la forma como se generó el conflicto europeo. Señaló la influencia del nacionalismo de uno y otro lado en este proceso de incubación bélica. Se refirió a la paz armada. Y llegó a la conclusión de que existía en 1914 en Europa una atmósfera inflamable, de que se habían juntado circunstancias destinadas inevitablemente a desencadenar la guerra. Recordó las palabras de Lloyd George en el Parlamento británico, en diciembre de 1920: “Cuanto más se lee las memorias y los libros sobre los acontecimientos posteriores a agosto de 1914, más se comprende que ninguno de los que ocupaban los puestos dirigentes en ese tiempo ha querido realmente la guerra”.

Pasó al examen de la conducta de los partidos socialistas y de las organizaciones sindicales en uno y otro grupo de naciones beligerantes. Expuso algunos aspectos del ambiente de ofuscación nacionalista que dominó en Europa. Y tributó un homenaje a las voces aisladas que, en medio de ese ambiente, afirmaron su adhesión a elevados ideales de solidaridad humana. Se refirió, por una parte, a Romain Rolland, autor de las hermosas páginas de Au dessus de la Mêlée; y, por otra parte, a los cuatro intelectuales alemanes que protestaron contra el célebre ‘Manifiesto de los noventitrés’: el fisiólogo Nicolai, el físico Einstein, el filósofo Buek y
el astrónomo Foerster.

Al terminar su disertación Mariátegui invitó al proletariado a afirmarse en sus ideales de fraternidad universal. Sus palabras fueron vivamente aplaudidas. Y la concurrencia cantó 'La Internacional'.

La tercera conferencia sobre la historia de la crisis mundial tendrá lugar el próximo viernes.

Diario El Tiempo