La Libertad

Taxonomia

Código

Nota(s) de âmbito

Nota(s) da fonte

Mostrar nota(s)

Termos hierárquicos

La Libertad

TG Perú

Termos equivalentes

La Libertad

Termos associados

La Libertad

5 Descrição arquivística resultados para La Libertad

Carta de Antenor Orrego, 29/12/1925

Trujillo, 29 de diciembre de 1925
Señor don
José Carlos Mariátegui
Lima
Querido compañero:
De nuevo he pecado por mi negligencia epistolar incurable. Pero sé que U. ha de perdonármelo. He recibido su libro. Lo estoy leyendo con la atención, seriedad y afección intelectual que merece. Por fin en el país los escritores comienzan a salir de esa frivolidad despreocupada, de esa necia banalidad ególatra al uso; de ese antieticismo artístico que es incapaz de construir nada y que los convertía en vistosos escaparates literarios.
La labor me es simpática, precisamente, por su contenido ético, por su significación social y humana, por la valerosa seriedad con que se ha colocado U. en un país de guignol en el que jamás se oye vibrar la noble pasión del hombre que se entrega a una fe. Tengo la seguridad que su obra se ha de proyectar–– se está proyectando ya–– benéficamente en nuestro país en los núcleos más puros que no tienen compromiso con el pasado, es decir, con la mentira. Porque ésta es nuestra mayor tragedia nacional. El pasado nada nos ha dejado, nada que sea susceptible de asumir cierta positiva continuidad histórica. En los demás pueblos chocan pasiones contrapuestas, pero sinceras y fervorosas. En el nuestro sólo chocan intereses materiales, sólo hay fantasmas de todo; es la máxima mentira, la mentira absoluta y auténtica, porque todo está mixtificado y desvitalizado.
Claro está que no coincido con algunos de sus personales puntos de vista. Y es lógico porque nuestras pupilas no pueden tener una idéntica y absoluta acomodación visual para mirar las cosas; pero, siento que en lo fundamental, en lo que respecta al pensamiento contemporáneo y a la acción que precisa realizar en nuestro país estamos colocados en una misma perspectiva mental e histórica. Mi sentido histórico y el suyo no parece sino que para llegar a su actual temperatura ética, se hubieran propuesto los mismos problemas y los hubieran resuelto con el mismo diapasón moral e intelectual; ambos sentimos agudamente, con idéntica sensibilidad exasperada, nuestras responsabilidades históricas, sociales y éticas. Su libro es algo de lo más serio, trabado y constructivo que se haya producido entre nosotros. Las nuevas generaciones han de agradecérselo. Tengo el propósito de escribir en El Norte un artículo reposado, donde trataré de fijar con toda la penetración, lealtad y acuidad ideológica de que modestamente soy capaz, la posición suya dentro de las nuevas generaciones nacionales. Espero lograrlo en la medida que lo deseo.
Para la difusión de su libro en el norte de la república le ofrecemos las columnas de nuestro diario. Envíeme avisos, artículos y todo lo que se ha producido o se produzca alrededor de él. Ya sabe U. que El Norte está adscrito a determinada atmósfera moral y espiritual del país y para servirla en todos sus aspectos, es que ha sido fundado. Es un hogar nuestro, tanto mío como suyo y de los demás espíritus libres que trabajan por el advenimiento de una realidad renovada y humanamente más noble y justiciera.
Le agradezco la acogida de uno de mis libros en la editorial Minerva. Habría querido enviarle el que considero más fundamental de los tres, Helios, que es un ensayo para una filosofía o interpretación del pensamiento. Por desgracia, aunque está terminado ya, no estoy satisfecho aún con su trabazón o construcción interna. Estoy harto temeroso de que mi autocrítica no sepa ubicarlo en su verdadera posición ideológica; de que mi amor propio o, simplemente, mi entusiasmo de creador le impriman una acentuación mental que rebase su estructura literal, su horizonte o realidad expresiva. Nunca he tenido más escrúpulos intelectuales que frente a este libro. Necesito, pues, reposarlo, tratar de proyectarme fuera de él antes de decidirme a imprimirlo.
Pero le ofrezco mandarle Panoramas, que es la recopilación de algunos ensayos y artículos publicados, unos, e inéditos, otros. El libro alcanzará, a lo sumo unas 150 a 200 páginas de formato corriente. Si le parece bien avíseme para darle los últimos toques y remitírselo.
Su libro ha interesado aquí bastante por los pedidos que se nos hacen; pero necesita mayor propaganda. Mándenos artículos y avisos. Alcides le informará detalladamente.
Estoy deseoso de hacer un viaje a Lima y conocerle personalmente. Espero que pronto se realice.
Le estrecho cordialmente
Antenor Orrego

Orrego, Antenor

Carta de Francisco Ninaquispe Campos, 5/10/1930

Como le anuncié en mi anterior allí va el cheque por S/.60.00
En este momento recibo los 40 ejemplares Amauta 31.
Sin más, su atto amigo.
Francisco Ninaquispe C.
Shorey a Lima, 5 de octubre de 1930
Urgente: Referente a lo indicado en carta anterior, sobre un pedido del "Club Sport Unión Shorey", remita la nómina de libros existentes en la "Editorial Minerva", todos con pasta de tela y su respectivo valor global (libro y pasta). Espero respuesta a vuelta de correo.
Me refiero a la Oficina del Libro empastado

Ninaquispe Campos, Francisco

Carta de Anterno Orrego, 19/12/1929

Trujillo, 19 de diciembre de 1929
Sr. José Carlos Mariátegui.
Lima.
Querido José Carlos:
No he tenido tiempo para contestarle su atenta tarjeta última. Tampoco lo he tenido para enviarle alguna colaboración para nuestra Amauta. Ahora le incluyo una, capítulo de introducción a mi libro Helios, que creo no carece de interés para la revista. Mi largo silencio y mi falta de cooperación en los últimos números gravitaban ya sobre mí de una manera tremenda.
Dentro de poco recibirá Ud. la visita de mi libro El Monólogo Eterno que se ha editado aquí en los talleres de El Norte. Le ruego que lo anuncie en Amauta para facilitar su difusión y si es posible alguna pequeña nota crítica.
Ya Spelucín le habrá enterado de que estuve detenido ocho días por orden del ministerio de gobierno, sin dárseme ninguna razón.
¿Cuándo saldrá Panoramas?
Muchos saludos para su señora y un abrazo fraternal de
Antenor Orrego

Orrego, Antenor

Carta de Alfredo Rebaza Acosta, 27/12/1927

Trujillo, 27 de diciembre de 1927
Señor José Carlos Mariategui,
Lima.
Compañero:
Hace unos cuantos meses, la calumnia, primero, y la incomprensión después, hicieron que se clausurara Amauta el vocero más fidedigno que ha tenido la juventud del Perú.
Nosotros los que trajinamos por la superación de los hombres en nuestra desdichada patria peruana, hubimos de enlutarnos por tan valiosa desaparición.
Hoy, la noticia de la reaparición de Amauta, me regocija íntimamente en grado tal, que no puedo menos que tenderle la mano a través de estos renglones para estrechar la suya tan efusivamente como sea capaz de hacerlo mi sinceridad de hombre y mi esperanza de izquierdista consumado.
Su más atento camarada
A. Rebaza Acosta

Rebaza Acosta, Alfredo

Carta de Alcides Spelucin, 6/6/1926

Trujillo, 6 de junio de 1926
Sr. José Carlos Mariátegui.
Lima.
Mi querido amigo:
Siento mucho que esta carta mía le llegue en el preciso momento en que he de solicitar sus buenos oficios para la venta de mi libro en esa ciudad. De todos modos quiero dejar constancia ante Ud. de que, si no le he escrito antes en mejor oportunidad, ha sido por causas bien ajenas a mi buen deseo de hacerlo.
Con Carlos Manuel le remití a Ud. el valor de los 32 ejemplares de la Escena Contemporánea, que me fueron consignados para su venta. Después escribí a su hermano, manifestándole que me formulase la cuenta correspondiente para ver si aún adeudaba alguna suma. Al mismo tiempo le daba a saber que los 16 libros que, como segunda remesa, decía haberme enviado, no habían llegado a mi poder, y le recomendaba las consiguientes gestiones ante la Oficina de Correos de Lima para evitar su pérdida. Como de ésta no he recibido contestación alguna, no es demás consignarlo nuevamente, ya que la correspondencia, en este tiempo, es extraviada con suma facilidad.
Supongo que ya Orrego, en su oportunidad, diría a Ud. el gozo y el cariño con que todos los de este hogar recibimos La Escena Contemporánea. Nada tendría que agregar a ello, si no fuera mi propio agradecimiento por el envío de su obra. Ya que Orrego fue el encargado de decir a nuestro público las excelencias de su libro, yo me reservé el rol de propagandista y difundidor. De algún modo he podido unir mi esfuerzo al servicio de su generosa labor.
Ahora me toca mi turno. Le remito El Libro de la Nave Dorada, cuyas composiciones conoce Ud. en parte por corresponder algunas de ellas al período de mi iniciación literaria. Yo pienso que quizá la aparición de mi libro sea un poco extemporánea ––en estos días de tanta prisa lírica y de tan estridente jazbandismo literario. De cualquier modo que fuere se salvará lo que él haya de eterno y perecerá lo que él haya de efímero. Es, después de todo, la suerte de todo esfuerzo humano, sujeto o no a las contingencias de la moda.
Le remito también, en un cajón que debe ser entregado a la casa de Minerva, ochenta libros y diez afiches para la propaganda. Del precio anotado en la pasta, corresponde al vendedor la comisión libre del 20%.
Nuestro buen amigo Fabio Camacho, quizá si muy entusiasmado con mi libro, me indicó que podía mandar 100 ejemplares. Yo sólo me animo a mandar 80, con la seguridad de que se ha de abarrotar la mitad de ellos. El mismo señor Camacho me ofreció cooperar con Ud. para la venta del libro. Yo he tomado en consideración su valioso ofrecimiento y se lo comunico a Ud.
Por separado le remito el prólogo que solicitó Ud. a Orrego.
Los amigos de esta casa me encargan, todos, los más cordiales saludos para Ud. De mi parte reciba un cariñoso saludo y mis votos por su salud y bienestar.
Alcides Spelucín

Spelucín, Alcides