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Descripción archivística
Miró, César (César Alfredo Miró Quesada)
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Dedicatorias de varios autores

Díptico realizado para la despedida de Juan Devescovi en abril de 1927.
En ella se aprecian las siguientes dedicatorias a José Carlos Mariátegui como:

  • “A José Carlos, capitán general de nuestra generación, mi admiración” (Devéscovi)
  • “A José Carlos, quien siento y en quien creo —sobre el grito Revolución—, yo verdadera Revolucionaria (Blanca Luz Brum)
  • “Bajo su mirada, José Carlos, marcharemos a la conquista del Poder, hacia la sociedad libertada” (Carlos Manuel Cox)
  • “My dear Captain” (Serafín Delmar)
  • “Camaradas: Embarquémonos hacia la Revolución. Tenemos la brújula de José Carlos” (Manuel Vásquez Díaz)
  • “José Carlos! Tu efigie en los corazones peruanos revolucionarios, la única digna: la única que muy pronto los ocupará justamente y NECESARIAMENTE” (Hugo Pesce).
  • “José Carlos Mariátegui Y Víctor Raúl Haya de la Torre, jefes del Perú” (Luis Mory)
  • "A Mariátegui norte máximo del idealismo y de la acción revolucionarios" (Eduardo Goicochea)
  • "Yo, mas sincera revolucionaria que cualquier cartel" (Magda Portal)
  • "José Carlos Mariátegui - soldado - hombre nuevo - Tu fuerza pondrá en movimiento todos los engranajes del Perú revolucionario" (César Miró Quesada)
  • "José Carlos, vous maitre de la nouvella génération américaine! (Jean Otten).
  • "Si tienes hambre camarada bendícelo. El hambre es padre de la revolución" (Bullen).
  • A José Carlos Mariátegui con veneración (Suárez Vertiz)

Devéscovi, Juan

Dedicatoria a César Alfredo, 15/4/1929

Dedicatoria en los Siete Ensayos:
"Querido César Alfredo: No le he contestado su última de 31 de diciembre por mis [...] aunque por fortuna banal, quebranto en mi salud. Pero hoy mismo me encuentro tan ocupado, que no tengo tiempo sino para estas cuatro líneas en la primera página del ejemplar de '7 ensayos' destinado a Ud. Le hago adjunto "Amauta" a partir del número que me pide. – Que no me falten sus colaboración y sus noticias. Hágale saber a Blanca Luz que he escrito a una de sus direcciones [...] "Amauta" a la otra – Y guarde Ud este libro como testimonio de mi cariño y mi estimación. Su amigo compañero"
José Carlos Mariátegui
Lima, 15 de abril de 1929

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Blanca Luz Brum, 1928

[Buenos Aires, 1928]
Queridísimo Hermano José Carlos:
Ya le había enviado desde Chile una carta larguísima ¿la recibió? además un poema sobre Nicaragua. Hoy tenemos el Nº 11 de Amauta y esto quiere decir que estamos de fiesta. Seoane, Miró Quesada, Cisneros y yo, aquí todos los días hablamos de Usted con todo el respeto y la idolatría que le tenemos. Querido José, nunca he tenido más fe en nuestra lucha que ahora, con qué seguridad marchamos junto a este capitán que lo remplaza, en tanto, y que es Seoane. él nos instruye, con su fe y su hombría, cada día aprendemos más, Miró Quesada está desconocido, Cisneros, yo, todos somos nuevos, cada día estamos más cerca del Perú. Ahora saldrá de nuevo Guerrilla.- Reviviremos nuestros días jubilosos del Perú “nuestra guerrilla”. Dígame qué puedo hacer por acá, con relación a Usted y a Amauta. Salude a Eguren y a todos los compañeros de Amauta.
Bese a Anita y a sus hijitos y para Usted la fuerza leal de
Blanca Luz
¿porqué puso eso de [ ... ]? ¡caramba!
Saludos de Miró Quesada.

Blanca Luz Brum

Carta de Manuel Seoane, 20/1/1928

Buenos Aires, 20 de enero de 1928
Mi querido José Carlos:
Contesto su carta del 4. Recibí, también, Amauta. No sé como evadir el riesgo de ser un poco declamatorio si le expreso toda mi admiración por su obra de hombre y por su obra de escritor. La sintetizaremos en un ¡muy bien! que es voz de multitud proletaria al aplaudir un discurso como el olé! es la voz de la multitud toreril al aplaudir una faena.
Hemos iniciado enseguida la propaganda. Han aparecido notas en Última Hora y La República, donde estoy trabajando actualmente. Hablé por teléfono con Góngora, quien me prometió hacer lo mismo en Crítica. Samet también las ha recibido. Creo que será fácil despertar el interés general. El editorial es sencillamente admirable.
Procuraré mandarle colaboraciones y estudios. Preparo, actualmente, Renovación, que saldrá dentro de unos días. Esto me quita mucho tiempo, así como el ciclo de conferencias radiotelefónicas iniciado por la U.L.A. Enseguida voy a hacer un estudio de los empréstitos en el Perú, que le mandaré a U. aunque realmente es pedido por Claridad.
Junto con ésta va una carta y un poema de César Alfredo, que progresa rápidamente en conocimientos y en convicción, sacudiéndose del limeñismo, y su enfermedad de origen. Tengo mucha fe en este muchacho talentoso y serio.
Va también otra carta de Fernán Cisneros (h), acompañada de dos poemas suyos. Cisneritos es otra promesa. Creo que ha heredado la aptitud para las descripciones costumbristas que el padre reveló parcialmente en ‘Ecos’ y totalmente en su conversación privada. Hará cuentos muy buenos. Como poeta U. lo juzgará. Como revolucionario lo estoy conociendo. Cabe tener fe en este muchacho, cuyo único defecto es tener una cara bonita.
Adjúntole un artículo mío, que envié a La Sierra. Si ésta no lo hubiese publicado, hágalo en Amauta, para cuyo caso le he hecho una pequeña corrección.
Temo que la dirección chalaca sea no sólo insegura, sino policial. Nada de lo enviado allí ha sido recibido por Ud.
Hasta pronto, fuertemente le abraza su admirador y compañero.
M. Seoane
Mándeme algo para Renovación.
En otro sobre, en la misma fecha, va mi artículo y los poemas y carta de Cisneros (h.).
Seoane

Seoane, Manuel

Carta de Manuel Seoane, 25/2/1928

Buenos Aires, 25 de febrero de 1928
Mi querido José Carlos:
Hará cerca de un mes que le escribí, adjuntándole unos poemas de Miró y de Cisneritos, además de copia de mi artículo “Nacionalismo y limeñísimo”, que apareció en Sierra, innoblemente mutilado. Hágame el favor de decirme si la recibió.
Ahora le adjunto un artículo sobre la deuda pública peruana. Si a U. le parece que tiene cosas muy peligrosas innecesariamente, puede suprimirlas, siempre que se conserve la fuerza brutal de las cifras. Sin embargo, ha sido escrito especialmente para Amauta calculando que la estupidez policial no llegará a husmear en una cosa con tantos números. Debo decirle que los datos son rigurosamente exactos. Los cuadros oficiales que Amauta publica no permiten formarse juicio porque están hechos con propósito desorientador. Yo he hurgado pacientemente y he encontrado las formidables consecuencias que U. verá. Los tantos por ciento han sido bien calculados, pues tampoco los adjunta la estadística. Sólo quiero pedirle que me envíe la correspondiente a 1927. He venido robándolas desde el año 1923, pero ahora me vigilan terriblemente y he agotado mis recursos de ladrón.
No he recibido el número 10 ni el 11 de Amauta. Palacios tampoco. Le pido el 10 especialmente porque, a pesar de tener marcado su artículo, Palacios no me lo quiere devolver. Hasta los socialdemócratas entran por la dictadura.
Samet me dice que los vende muy bien. Ya se ha concluido el número 10. El 11 llegó ayer y se han vendido cinco. Mande U. más.
Estoy maravillado del espíritu de Blanca Luz. Cómo debe U. extrañarla mi querido amigo. Me había puesto algo rocoso, agrio, queseyó, esta lucha y este pulimento constante. Cómo ha venido a alegrar mi vida de revolucionario el espíritu ágil de esta chica tan dilapidadoramente buena. Y cómo lo quiere. Para mí reemplaza a la hermanita menor que siempre se soñó tener.
Ella, con Cisneritos y Miró, piensan resucitar Guerrilla. Creo que podrán conseguirlo. Puede tenerse muchas esperanzas en este terceto, cuyo revolucionarismo se hace cada día más consciente y más firme.
Le mandé Renovación. Ahora van otros números. Me dicen que U. va a publicar un libro. Lo anunciaré así.
Como siempre, admirado compañero, mi afecto antes que todo y luego mi absoluta adhesión intelectual.
M. Seoane
Manuel A. Seoane
(Elsa Arbutti. Charlonne 12).
A los muchachos puede escribirles bajo mi sobre.
Por favor, cuando reciba ésta, póngame unas líneas, para despejar inquietudes.

Seoane, Manuel

Carta de Fernán Cisneros, 16/4/1928

Buenos Aires, 16 de abril de 1928
Camarada y amigo Mariátegui:
Créame totalmente satisfecho de que haya sido Amauta mi Bautista, a pesar de que en realidad mis poemas hayan salido hechos en colaboración con el cajista. Yo no pretendía sino que salieran. Que se me viera como un soldado decidido de la revolución, allí en donde las gentes que me conocieron se obstinan en ubicarme de pantalón corto y una medalla de excelencia en el pecho, sacada en el colegio de Chosica. Ya han surtido efecto. Esos parientes circunspectos que no le faltan nunca a uno, han empezado a barajar consejos comodones, llamados al confort, verdaderas lecciones de inconsciencia y deshonestidad. Independizarme de ellos me viene costando. No conciben veinte años pensando libremente. Vayan por todos los años antiéticos que ellos tienen. Perdóneme la boutade y le aseguro que alguno de estos días le enviaré algunas cosas mías para que Ud. haga de ellas lo que crea conveniente.
Estamos aquí en vísperas de sacar Guerrilla, Blanca Luz, César y yo; desprovista desde luego, de ese carácter localista que tenía allá, pero valiente de todas maneras. Esperamos resolver económicamente nuestros problemas para empezar una campaña brava.
Seoane se casó el 7.
Saludos a todos los camaradas.
Le estrecha la mano fuertemente su compañero y amigo,
Fernán Cisneros h.

Fernán Cisneros (h.) C. Pellegrini 1051, Tercer piso B.A.

Cisneros, Fernán Luis

Carta de Blanca Luz Brum, 27/6/1928

Buenos Aires, 27 de junio de [1928]
Queridísimo hermano Mariátegui:
Estamos intranquilos sin sus noticias, "Amauta" 14 denunciaba la ausencia suya del taller. Por favor háganos saber algo de ello. ¿Es verdad que quiere venirse? Yo creo que aquí haríamos grandes y bellas cosas, ya se lo dije antes, además el clima del Uruguay será muy bueno en el verano.
Ya me lo imagino en nuestros brazos! Aquí la libertad es el primer estímulo para su salud. Además lo rodearían soldados tan leales y valiosos como los de ahí. Y lo necesitamos - Yo con toda mi alma le digo venga- Una vez de estar aquí el pan no ha de faltar a los niños, tampoco faltará el Sol, ni nuestra alegría. Aquí uno se defiende con facilidad . ¡Sacamos Guerrilla sin renta del Perú! - hacemos [...], pero, Ud. tiene que venir, necesitamos capitán!
Hasta muy pronto con un abrazo largo a la muy buena Anita y a los niños mío y de César un abrazo grandísimo.
Blanca Luz

Baltasar Brum, lo nomina enormemente, tendría colaboraciones pagas de "El día" "En el mundo" aparte que sacaríamos Amauta con grandes resultados.
Guillermo Horagecen desea ser agente de Amauta en Argentina y Uruguay conseguiría mucha venta de Amauta y una cantidad de suscriptores. Necesitamos noticias disponga de mí.
¿Recibió Minerva una paquete de 50 guerillas?
Ahora va otro paquete.

Blanca Luz Brum

Carta de Guillermo R. Hohagen, 8/6/1929

Paysandú, Uruguay, 8 de junio de 1929
Camarada Mariátegui:
Hace mucho tiempo que no tengo noticias suyas; sin embargo, confío, como confían todos los que nos hallamos luchando por la libertad del Perú, en que proseguirá Ud. siempre con la misma entereza defendiendo al pueblo que ha humillado el déspota Leguía.
Nada sé de Blanca Luz ni de Miró Quesada, ni de Manolo; presumo que continuarán orientando al Apra por el verdadero sendero.
Yo resido desde hace cerca de un año, en este pueblo uruguayo, hidalgo como los pueblos del Perú antes de la dictadura de los Leguías, y en donde la libertad y la democracia es efectiva e inculcada desde la niñez en las enseñanzas escolares. Aquí la vida tiene un gran encanto; los que luchamos contra las tiranías del mundo encontramos fuerzas estudiantes y obreros que nos secundan, por eso he sido uno de los que ha querido que Ud. venga con su palabra vibrante a contar a los hermanos del Uruguay el dolor y la agonía del pueblo peruano; y ojalá así sea. Creo que es en el Uruguay donde debe formarse con estudiantes y obreros, el grupo revolucionario más grande de América. Aquí, donde se recibió al presidente Hoover al grito de ¡Viva Sandino! ¡Viva Nicaragua! ¡Abajo el Imperialismo Yanqui!!
Tengo especial interés en que designe Ud. corresponsal de Amauta en Paysandú, a Julio Armando Speroni Venner; éste es un muchacho inteligente y capaz de desempeñar con brillo la misión que Ud. le encomiende. Vinculado con el elemento estudiantil y con el obrero, también, laborará, como lo está haciendo ya, por el fiel cumplimiento del programa que imponen las actuales circunstancias a la juventud americana: lucha contra las dictaduras del mundo; emancipación económica del capitalismo yanqui y defensa de nuestra hegemonía americana, amenazada por el principio intervencionista del Imperialismo norteamericano. En fin, la mejor presentación que puedo hacer de mi recomendado es adjuntarle el recorte que ha publicado hoy el diario más importante de Pdú.
Al designarlo le ruego le envíe el carnet correspondiente y algunos ejemplares para hacerle propaganda y para la venta también.
Estoy editando la Guía Hohagen— del departamento de Paysandú y es muy probable que la impresión se haga en Alemania por convenir así a mis intereses. Desde allá le enviaré mis noticias. Aunque Ud. me ha designado corresponsal de Amauta, quisiera que me envíe el carnet que me ofreció. Puede ser que tenga necesidad de él en Europa y también me servirá para representar a nuestra Revista en algún acto.
La dirección de Speroni es: Calle 8 de octubre y Piedras. La mía, Hotel Concordia. Paysandú las dos.
Perdóneme que no le haya enviado alguna colaboración; estoy atareadísimo y no me queda tiempo para nada.
Le desea muchos éxitos su camarada y amigo
Gmo. R. Hohagen

Hohagen, Guillermo R.

Carta de Eudocio Ravines, 24/6/1929

24 de junio de 1929
Mi querido José Carlos:
He recibido sus cartas, los documentos que me incluye, así como la que me escribe —muy lacónica— nuestro M. de la T. —Constato que estamos unánimes en mantener idénticos puntos de vista, en lo que se refiere a las líneas fundamentales; la carta de nuestro amigo el gringo gordo que me llega también, me confirma en este pensamiento y me hace ver con más claridad la orientación que Uds. dan al movimiento, que es absolutamente la mía y la de los compañeros que me acompañan aquí. —No hay que pensar, por ahora, sino en la gran responsabilidad y en la severa etapa de trabajo que tenemos delante.—
Frente a una serie de datos que poseo sobre nuestras cuestiones en América, no puedo sino expresarle mi más hondo optimismo. Su permanencia en el país es indispensable, hoy más que nunca. Necesitamos orientadores, hombres que a su capacidad de conocimiento de los problemas y la teoría, unan una constancia infatigable. Lo más difícil era iniciar la nueva etapa: en el Perú está iniciada: el manifiesto del 1° de Mayo lo estimo como el primer síntoma, como el primer documento de su iniciación. Sus términos generales plantean la cuestión inmediata en un terreno pragmático. La algazara grandilocuente, inflada, de los manifiestos de otra hora, se acalla. Hay en ese documento eso que nos falta tanto, un sentimiento exacto de la medida de los hechos y los hombres; hay más parquedad, más seriedad y una fuerza maciza en la autocrítica, sin descender, al hacerla, al plano —tan caro para nosotros latino-americanos— del ataque, la pelea y la discordia.—Esto es un gran paso, el primero de un movimiento que se incorpora seria y conscientemente en la historia política del Perú.—
La tarea que Ud. tiene delante, es enorme; la que corresponde a todos y cada uno de los camaradas no es menor. Va a ser necesario un esfuerzo grandioso: Uds. tienen el deber de desplegarlo. Mi opinión es que la tarea inmediata es la de la preparación de los cuadros. Preparación ideológica, teórica y práctica de los hombres que van a dirigir más tarde los sindicatos por su nuevo camino, de los que van a dirigir la C. G. T. y de los que van a tener a su cargo la preparación y la formación de los núcleos de la acción política.— Muchas de las deficiencias, vacilaciones, bellaquerías de nuestra clase, son, en mi opinión, el resultado de la ignorancia de nuestros compañeros, de la falta de comprensión de la masa de sus verdaderas tareas, de las finalidades de nuestra lucha, de los acontecimientos que se desarrollan a través del mundo, en el terreno de clase. Entramos en un período científico de organización: este período no puede basarse sino sobre la educación de las masas y, por el momento, de los hombres que van a ser los preparadores y los orientadores de la masa.—Ud. comprende que no es posible dejar a los camaradas abandonados a sus propias fuerzas.
Aquí quiero, hablándole francamente, hacerle un ligero reproche, que se refiere al pasado: Ud., después de su arribo al Perú, tuvo la oportunidad de convertirse en orientador y director de una serie de muchachos desorientados, con una magnífica voluntad, pero con una más magnífica ignorancia de las cosas sociales: entre éstos estaba yo. No se imagina Ud., mi caro amigo, cuánto he sufrido para orientarme. Yo no podía tener una fe profunda sino a través de un conocimiento profundo. Sentía a cada instante que la fe sentimental, la fe juvenil, fe de ‘nueva generación’ se me iba sin remedio, se me escapaba por todos los poros. Su intervención en este momento de ansiedad hubiera sido de un valor enorme para mí y, estoy seguro, para otros. No sé por qué causas Ud. limitaba demasiado su acción y parecía como querer inhibirse frente a una influencia más o menos profunda sobre los agitados. Le expreso esta cosa, que es un recuerdo banal, para que Ud. tome verdaderamente en serio su papel de orientador y educador. Fundamentalmente Ud. no superestima la importancia de las pequeñas burguesías urbanas, en lo cual estamos concordes, pero su propaganda toca, sin que Ud. lo quiera deliberadamente, estoy seguro, con mayor intensidad las capas pequeño-burguesas que las masas proletarias. Me parece que los esfuerzos de todos deben ir fundamentalmente a realizar la educación del proletariado, dentro del terreno de clase, sin despreocuparse por esto de la tarea en la que Ud. está empeñado y cuyo realismo de concepción está confirmado por los hechos.—
Mi más grande aspiración es salir y reunirme con Uds. para ayudarlos en el trabajo y en la acción: pero, mi caro amigo, tengo que romper una muralla. Yo creo, con Ud., que mi ingreso al país es cosa factible dentro de las actuales circunstancias y confío en un éxito de las gestiones que se hicieran... pero viene l otro problema, que es el que me tiene inmóvil. Un desplazamiento de tercera clase, con mi mujer, me costaría más de cincuenta libras... y como Ud. comprenderá no tengo ni una. Mi pobreza llega a límites que sólo yo conozco; me muevo dentro de condiciones sumamente estrechas, tanto que el par de zapatos que llevo no se han desprendido de mis pies durante veintiún meses. Por otro lado, aquí en París, no tengo ya nada que hacer: he adquirido lo que necesitaba adquirir; si algún país me convendría, caso de tener dinero y ante la imposibilidad de entrar al Perú, sería EE.UU. por la inmensa documentación que ofrece para estudiar la realidad latino-americana y la realidad mundial. Por otro lado yo hago gestiones a fin de ir a la Urs. pero hasta hoy no he obtenido resultados.
He pensado en la probabilidad de un empréstito personal, el que pagaría por mensualidades una vez llegado allá. Pero es demasiado problemático: no creo que haya un filántropo capaz de arreglarse en esta cuestión de reparaciones, sin Plan Young y sin garantías hipotecarias. Más aún, en un momento en que mi posición ideológica me ha enajenado la voluntad de casi todos los amigos, que hasta aquél entonces se sintieron solidarios conmigo y que hubieran podido prestarme ayuda en este momento para realizar mi empresa.— En lo que a mi familia se refiere, no puedo contar sino con mi madre y hermanas y Ud. sabe que ellas sobrellevan una vida de duras privaciones. Nada es posible esperar por ese lado.—
Tal vez a Uds. les sería posible ayudarme en el sentido siguiente: una demanda de los obreros, o de Uds. —en fin esto es cuestión que les correspondería enfocar— a la Troisiéme, o a la ic. en el sentido de que se me facilite el desplazamiento. Al mismo tiempo, tan luego como esto se hubiere obtenido, las gestiones necesarias ante el gobierno para que se me consintiera el ingreso. Yo, por mi lado, haría gestiones parecidas. Le ruego me escriba sobre este particular, tan claramente como fuere posible. Yo estoy absolutamente decidido a abandonar París y a ir al Perú, dentro del menor plazo que fuere posible.—
Para remediar un tanto mi crisis personal, he hablado con Vallejo y Bazán sobre la posibilidad de enviar crónicas sobre política mundial, a Variedades o Mundial; ambos se muestran pesimistas y lo creen inútil. ¿Ud. no me podría aconsejar nada sobre el particular? ¿Cree que sería posible la aceptación de una colaboración más o menos permanente? Claro que ningún artículo significaría, de ninguna manera, la menor abdicación, la menor concesión de mi pensamiento de militante que combatirá sin cesar las posiciones y las tácticas de la Segunda.
Le solicito esto último en el caso de que lo primero no fuera posible de parte de Uds.—
Acabo de recibir una carta de uno de nuestros amigos que se halla en Montevideo. Le escribo ampliamente.— Asimismo escribo a Blanca Luz. Sé que C. A. Miró Q. llegará en breve a París. Manuel Seoane da la noticia, anunciando que tiene muchas cualidades “pero que es mariateguista”...
Por lo que se refiere a nuestros amigos apristas, todo vínculo está roto. Sus apreciaciones sobre H. que leo por primera vez en la copia que me adjunta Ud. son justas y quizás hasta benévolas. Conmigo, la táctica seguida— ha sido inversa: es él quien no ha contestado a mis cartas, la última de las cuales tiene fecha 22 de marzo ppdo.— En breve escribiremos una carta colectiva a todos los desterrados, historiando el desacuerdo, exhibiendo documentos y demostrando su verdadera raíz, de una manera objetiva. Pensamos hacer esto, porque la campaña epistolar que viene haciendo el jefe del Apra. —según las pruebas que tengo— es de mentira, de falsificación de los hechos y de un ataque primitivo, infantil y absurdo. Nos parece que es necesario presentar a los otros desterrados la faz que no conocen, para que así puedan juzgar libremente y tomar la posición que les sea conveniente. Le enviaré algunos ejemplares de dicha carta.—
Es probable que H. se encuentre ahora empeñado en ajetreos acerca de los laboristas: tal ha sido su plan desde hace mucho y es indudable que dadas sus relaciones con algunos círculos y con algunas gentes, no es difícil que pueda obtener el contacto que busca. En cuanto a los resultados de su labor en este sentido, no puedo augurar ni asegurar nada concreto. Este simple hecho le dirá a Ud. cuál es el camino por el que este señor se precipita, después de haber tocado todas las puertas, a fin de poder salir de su pedestal de ‘primer estudiante’, etc. para saltar al de héroe más o menos actualizado. La popularidad de Sandino no deja de entusiasmarlo, aunque él la busca menos efímera y con una derivación hacia aquélla de la que disfruta y usufructúa Irigoyen. —Por lo que a mi concepto sobre él, yo pienso que es un ‘soñador megalómano’, inteligente, audaz, ‘vivo’, conocedor de todas las triquiñuelas grandes y pequeñas del reclame, profundamente ignorante de todo lo que sea marxismo, ciencia social, etc. Su cultura, en esto es simple cultura de revista, de periódico. No hay nada serio, ni profundo. Sin embargo, no hay que subestimarlo por dos razones: la primera por la influencia —cuya magnitud desconozco— que ejerce entre los medios obreros y pequeño-burgueses revolucionarios del Perú y segundo, por sus cualidades latino-americanas de demagogo, más peligroso que Alessandri y que Irigoyen.— Tarde o temprano tendremos que librarle combate.— De lo que debe Ud. estar plenamente seguro —para su labor entre los sectores aún hayistas del Perú— es que no está, ni estará jamás con nosotros; estará en contra tanto como sus ambiciones y nuestra debilidad lo permitan. —Hay que considerarlo como enemigo.
Los camaradas aquí se han entusiasmado con sus noticias, y con las que nos han llegado por diversos conductos. Las crónicas de Montevideo y Buenos Aires contribuyen a acrecentar el fervor. La noticia de la constitución de la CGT nos ha dado un ánimo inmenso.
Hasta pronto; espero sus noticias. Por este correo van cartas para Julio, Jacinto y R.M.L.; ruégueles que me acusen recibo.—
Un fraternal abrazo de su amigo y camarada.
Eudocio Ravines

Ravines, Eudocio