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Descripción archivística
Italia Vida Cotidiana Con objetos digitales
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Tarjeta Postal de P. Carpio O. P, 19/5/1920

Torcello (Venezia), 19 de mayo de 1920
Sr. Carlos Mariátegui
29 Corso d’Italia
Roma
Estimadísimo amigo:
He venido a este saccello con due confratelli ¡y en góndola! Recibí ayer su expresso a Bologna.
Recordándolo siempre, le mando mis recuerdos y saludos afectuosos con sincero deseo de todo bien.
Su afmo.
P. Carpio O.P.

Carpio O.P, P.

Carta a Artemia G de Falcón, 17/11/1920

A la señora Doña Artemia G. de Falcón

en Lima

Querida madre:

Con algún retardo por causa de mi viaje he recibido tu última carta. También por igual motivo respondo a ella un poco tarde.

De París, aprovechando la proximidad de ambos países, he venido a dar una vuelta por Italia. Estaré aquí un mes. Veré muchas cosas bellas y escribiré artículos para un periódico de Madrid. Luego, tornaré a España la vía de Alemania.

De este viaje, como tu comprenderás, no es necesario que se enteren en Lima. No lo digas a nadie.

Aprovecharé mi estancia en este país para mandarte un regalo bonito. Supongo que ya habrán recibido mis hermanos los suyos. Solo falta el tuyo. Y este, como para ti, tiene que ser minuciosamente escogido.

Sigue escribiéndome al Consulado del París. De aquí me mandarán tus cartas.

Abrazo para todos mis hermanos. Para ti uno fuerte, muy fuerte, con todo mi cariño.
César.

Roma, 17 de noviembre de 1920.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 10/12/1920

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

En estos últimos días me han llegado dos cartas tuyas, una del siete y otra del veintisiete de octubre. También he recibido un retrato tuyo y otro de tu padre. Me explico el retardo por la distancia que han tenido que atravesar y las estaciones que han hecho hasta llegar a mí.

Tan pronto como reciba el retrato de tu madre mandaré hacer las ampliaciones. Te lo prometo formalmente. Quiero que la hagan aquí, en Italia, donde se hacen verdaderos prodigios fotográficos. Si el retrato de tu madre me llega antes de mi regreso a España, yo mismo contrataré las ampliaciones. En caso que las reciba en España, se lo mandaré a Mariátegui para que él lo entregue al fotógrafo con quien yo haya anticipadamente hablado.

Me ha causado mucha pena que hasta el veintisiete de octubre no te habían pagado la mensualidad de setiembre. Constantemente pienso en la manera de conseguir que te paguen con regularidad, pero no lo encuentro. Tú sabes bien que esto es imposible en las oficinas del gobierno. Ahora se habla en Europa de una contrato hecho con una casa inglesa para que le pague a todos los empleados peruanos en el punto donde se encuentren. No sé si ya estaré comprendido entre ellos ni si el contrato se llevará a efecto. Si me trasladan el pago a España, pediré que me paguen todo mi sueldo directamente y te pasaré tu pensión con toda puntualidad. Esto me parece lo más seguro. Por lo demás, creo que toda gestión que haga a la distancia será completamente inútil.

En estos días voy a ver a Osores. Le pediré una carta de recomendación para Perez Figuerola, con la cual es posible que consigas la beca para uno de mis hermanos.

Me imagino cuanto te hará sufrir la madre de Del Águila. tiene que ser una mujer exigente y muy […], incapaz de armonizar su vida con las de otras personas extrañas. Debes dejarla vivir lo más independiente posible. Como sería una maldad negarle alojamiento, procura cuanto puedas que viva en la casa como si habitase en otra distinta. De este modo te cansará menos molestias.

Mucho también me ha afligido saber que te encuentras nuevamente en trances de litigios judiciales. No te apenes por eso. Tú paga hasta donde te alcance tu renta. ¿Qué puedes hacer si no tienes más, si la irregularidad con que te pagan desequilibra tu presupuesto?

Para todo lo que se te ofrezca en estas cuestiones judiciales ve a un muchacho Leonardo Campos, muy amigo mío. Trabaja en el estudio de […], en la calle de Santa María. es un hombre muy enterado del asunto. Seguramente te atenderá con solicitud. Háblale en mi nombre. Dile que no le he escrito hasta ahora por desconocer su dirección.

Quisiera escribirle a Alicia y a Teresa una carta especial, pero me da mucha pena decirles que tú te quejas de ellas dolorosamente y recomendarles o pedirles que sean más buenas contigo. Me parece que ellas no necesitan que yo se los pida. Ellas saben como yo cuanto cariño, cuánto dolor te debemos todos. Nunca me he sentido más triste que al leer tu carta. Jamás esperé que mis hermanas te hicieran decir que prefieres morirte a vivir con ellas. Seguramente tú lo has dicho como una frase, sin darle a las palabras su verdadero sentido. Pero a mí me han hecho mucho daño. Tanto como seguramente le harían a Alicia o a Teresa si las […].

Yo espero que no te darán motivos para repetirme tales palabras. Léeles este pedazo de la carta. Estoy seguro que ellas mismas, con su comportamiento, te harán desmentirme lo que me has dicho.

En cuanto a lo que quiere aprender Humberto, yo no puedo decir nada. Tú debes resolverlo de momento con él. Me parece, sin embargo, por las cartas que te escribe, que aun está muy atrasado en su educación corriente.

Ahora estoy pasando más días en Roma. Dentro de poco iré a otras ciudades italianas. A España regresaré en los primeros días del mes próximo.

Durante mi viaje por Italia escribo artículos para "El Liberal" de Madrid. Ya he publicado algunos. Según el arreglo que he hecho, el valor de este trabajo me lo pagarán cuando regrese a Madrid. Pienso utilizar parte considerable del dinero que reciba en hacerte un regalo.

No olvido que te debo varios. Muchos abrazos para todos mis hermanos. Para ti uno especial, con todo mi corazón.
César.

Roma, 10 de diciembre de 1920.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 2/1/1921

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

Te escribo desde un pueblo bellísimo. Florencia es una de las ciudades más hermosas y más interesantes que conozco. Siento tener que marcharme pronto de ella. Pasaré unos días en Milán y Livorno para regresar a España a fines de mes.

Pensé hacerte un cablegrama de felicitación por el año nuevo, pero me ha faltado el dinero. Cada palabra cablegráfica cuesta una cantidad exhorbitante de libras. Y yo las tengo muy contadas.

Espero, sin embargo, que hayas iniciado afortunadamente el nuevo. Creo que este se nos presenta a todos, a ti, a mis hermanos y a mi con mejores augurios que el anterior.

Te adjunto una carta de Osores para el director de instrucción. Te la mando en lugar de la mía para […]. Llévala tu misma. Me parece que es la más eficaz para conseguir la beca de Humberto. Si esta no la consigue, ninguna otra podrá conseguirla.

Mucho cariños abrazos para mis hermanos. Un besos y un abrazo especiales para ti.

César.

Florencia, 2 de enero de 1921.

P.D Ya he mandado hacer las ampliaciones.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 10/1/1921

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

He recibido dos cartas tuyas de mes de noviembre. Por ellas me entero que le han pagado con exagerado retraso la mensualidad de septiembre. Espero que a la fecha le hayan pagado todo lo que te adeudan y que hayas podido nivelar tus gastos. Algunas personas recién llegadas de Lima me han dicho que el gobierno tiene muy poco y que a esto se debe la demora en los pagos. No me extraña porque esto es un mal permanente del gobierno peruano.

Me preocupo de cumplir puntualmente todos tus encargos. El que te lo repita tantas veces puede parecerte una manera de disculparme. Pero no es así. Ocurre que la vida en Europa está excesivamente cara y mi renta es demasiado pequeña. Cada mes me propongo comprarte alguna de las cosas que me has pedido, pero luego, cuando recibo el sueldo, mis gastos resultan mayores de la cantidad en que los tenía presupuestados. Creo, sin embargo, que el mes próximo podré adquirirte algo. Te mandaré con mucho gusto la manta para María, aunque me parece que me va a ser difícil encontrarla. Aquí nadie usa semejante prenda.

Alicia y Teresa me han escrito conjuntamente contigo. Alicia me cuenta un asunto suyo y me pide que le de mi opinión. yo quiero dársela por intermedio de ti porque estoy seguro que tú sabrás transmitírsela con sagacidad y porque me parece que tú puedes tener la misma opinión que yo.

Creo que en una de tus cartas anteriores me dijiste que Alicia tenía un enamorado. Me pareció que era una cosa natural de toda chica y no le di importancia. Por esto no te he hablado de ello,. Pero ahora ella misma me lo cuenta y solicita mi opinión estoy obligado a dársela. A dársela con la sinceridad y el cariño con que me lo pedido.

A mí me parece que Alicia tiene mucho derecho, un derecho exclusivamente suyo, para querer a un hombre. Ya no es una chiquilla. Ninguno de nosotros puede obligarla a que renuncie a querer a quien ella quiera. No podemos, entre otras cosas, porque es imposible. Ella es única dueña de su cariño. Solo a ella le corresponde elegir y averiguar en su conciencia si está o no engañada. Nosotros no podemos hacer otra cosa que respetar sus decisiones.

Todos sus hermanos debemos considerarla una mujer consciente. Ella se queja de que Antonieta la hostiliza. Esto me parece demasiado injusto. Ni Antonieta ni yo tenemos derecho para obligarla con nuestros actos a que proceda en forma distinta a la que ella quiere. Por el contrario, si la queremos, debemos procurar que junto nosotros se sienta fraternalmente amparada y, al mismo tiempo, absolutamente libre.

Yo creo que un hombre que Alicia quiera, como me dice que quiere a su actual enamorado, puedes entrar en mi casa como amigo de ella y con la misma libertad que si fuera mío. No creo que en mi casa yo tenga mayores prerrogativas que una hermana mía. Tanto como yo, cualquiera de mis hermanas puede llevar a sus amigos. A un enamorado leal con mayor razón. Y así como yo me preocupo de que mis amigos que llevo a mi casa sean personas lealmente afectas a mí, creo que ellas tengan también la misma preocupación respecto a los suyos. En el caso presente, Alicia tiene ya la edad, la reflexión y el discernimiento necesarios para proceder de esta manera. Si ella nos dice que quiere a un hombre y nos los presenta estamos obligados a acogerlo amistosamente. Debemos esperar que sea ella misma, si se equivoca al apreciar la honradez de él, la que nos diga en qué momento debemos retirarle nuestra amistad.

Creo, en suma, que el enamorado de Alicia, su ella lo presenta lealmente, debe entrar en la casa como un amigo de todos. Cree que es solo con ella con quien debe trata esos menesteres de su casamiento. Y creo por último que debemos aceptar su resolución y ayudarla fraternalmente.

De este modo, solo ella es responsable ante su propia conciencia.

Yo opino así. Tengo la esperanza de que tu opinión coincida con la mía. Esto me convencería de que la mía es acertada.

Muchos abrazos para todos mis hermanos. Te envío a ti mi más querido recuerdo y mi mejor besos.

César.

Florencia, 10 de enero de 1921.

P.D. Por el correo anterior te mandé una carta de Osores para Perez Figuerola. Supongo que la habrás recibido ya y espero que sea eficaz.
Cuando regrese a Madrid, a fines de este mes, sabré si ha salido ya el libro de que te ha hablado Casterot. Ya lo entregué en el mes de julio. Saluda a Casterot en mi nombre.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 10/1/1921

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

Acabo de recibir tus cartas del veintiseis de noviembre y del dos de diciembre.

Me alegro, aunque lo siento por él, que Del Águila y su madre se marchado de la casa. Creo que sola estarás más tranquila. Del propio Del Águila, su hubiera vivido solo, creo que habría conseguido fácilmente un mejor comportamiento. Viviendo con la madre era imposible. Me alegro, te repito, que no tengas ya esos motivos del disgusto.

He recibido los retratos de tus padres y el tuyo. Ya te he dicho que los están haciendo las ampliaciones. Te los mandaré en cuantos los terminen.

Quisiera que me mandases uno tuyo, actual, y otros de mi padre para mandarlas ampliar también. Si puedes, mándamelos todos.

En cuanto regrese a Roma compraré un juego de té de mayólica —son los más bonitos que he visto— y te los mandaré convenientemente embalado para que no se rompa. Allí irá la pelota para Humberto. Espero que mis hermanas hayan recibido ya lo que los mandé de Madrid.

Para los demás, espera mi regreso a Madrid. Es cuestión de pocos días el regreso. En los primeros del mes entrante.

Dime que resultado ha obtenido la carta de Osores.

He pasado seis días en esta ciudad a la que he venido para asistir al Congreso Socialista. Es una ciudad muy clara, luminosa y tiene un bellísimo paseo a la ribera del Mar Mediterráneo.

Mañana me voy a Milán por Génova. En Milán pasará unos días antes de regresar a Roma.

No te olvides de informarme que has resuelto en el asunto de Alicia del que tan largamente te hablé en mi carta anterior.

Muchos abrazos para todos mis hermanos. Para ti uno muy especial. y muy cariñoso.
César.

Livorno, 18 de enero de 1921.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 13/4/1922

A Doña Artemia G. de Falcón

En Lima

Querida madre:

Tan pronto como recibí el dinero de Londres te lo envié íntegro por giro cablegráfico. Espero que lo hayas recibido enseguida. Me han pagado ciento veinte libras peruanas que, al cambiarlas en inglesas se redujeron a noventa y cuatro. No sé cuántas te habrán llegado a ti, porque ningún banco de Madrid tenía la cotización de la moneda peruana. Por esto hice el giro en pesetas.

Parece que hay una gran confusión en los últimos pagos del gobierno. A mí, según la nota de la Legación en Londres, me pagan el último trimestre de 1921 y en enero y febrero de 1922. Pero la cantidad que me han enviado —120 libras— no corresponde ni a cinco meses de mi asignación en Barcelona ni a la tuya de Lima, ni al sueldo íntegro. En Barcelona me deben desde el 7 de junio de 1921 hasta el 7 de marzo de 1922, o sea, nueve meses que, a razón de veinte libras mensuales, hace una total de ciento noventa libras.

Por no saber cuánto te deben allá no puedo decirte la cantidad exacta de la que me adeuda el gobierno. Tú puedes conocerla sumando a tu deuda la mía de Barcelona. Y, naturalmente, haz la reclamación consiguiente. Habla con Elguera y con el ministro para que te enteres de lo que significa el pago de esas 120 libras y para conseguir que te paguen el saldo que, según mis cálculos, no será menor de cien libras más. SI es necesario presentar algún recurso, aprovecha los datos que te doy en esta, mándalo hacer de una persona que conozca los trámites y preséntala en mi nombre e infórmame del resultado.

Yo estoy en Génova, enviado por el "El Liberal", haciendo informaciones de la Conferencia. Estaré aquí todo el mes de abril y luego iré a París. Donde me detendré unos días antes de regresar a Madrid.

Hace una o dos semanas envié dos artículos a "El Comercio". Equivocadamente puse el nombre de Luis Miró Quesada en lugar del de Óscar. No creo que esto haya impedido que los reciba oportunamente. Uno de estos días le enviaré otro y le escribiré una carta asegurando la colaboración que te mandaré para que tu se la entregues personalmente y arregles con él. si entretanto se publica alguno, guárdalo hasta que reciba mi carta. Y cuando vayas a ver a Miró Quesada lleva los recortes de los que se hayan publicado.

Estoy trabajando mucho. ¿Trabajan también mis hermanas como hemos convenido? Me hago la ilusión de que a la fecha ya habremos logrado al fin organizar nuestra casa en mejor forma que hasta hoy.

Pronto marchará Osores al Perú. Yo lo veré aquí o en Roma y le recomendaré que te atienda. Él lo hará seguramente. Y, aunque no está muy bien con el gobierno, podrá, sin embargo, servirte de mucho. No te impedirá, por lo menos, los desaires de aquellos otros pequeños canallas.

Mariátegui es posible, si lo han destituido como a mí, que también se marche inmediatamente al Perú. Sería otra persona que te atendería con buena voluntad.

Muchos saludos a todos mis hermanos.
Y un abrazo muy cariñoso para ti.

César

Génova: 13.IV.1922

Falcón, César