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La Vida Literaria Literatura
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Carta de Samuel Glusberg, 6/12/1928

Buenos Aires, 6 de diciembre de 1928
Muy estimado amigo:
Mil gracias por su hermoso libro de ensayos, su carta y los últimos números de Amauta. Desgraciadamente me halla Ud. enfermo, desengañado y con pocas fuerzas para imitarlo en su admirable labor. Mis negocios editoriales se han complicado a tal punto que todavía no he podido sacar el número de L.V.L. correspondiente a esta primera quincena. Y eso que estamos a 6 días de diciembre. Aquí se padece ahora una fuerte reacción católica, bien organizada y llena de dinero para comprar la colaboración de los literatos. Poco a poco se va conquistando a los muchachos que se hacen católicos para cobrar cincuenta pesos por unos versos. Además la abundancia de suplementos y revistas de todo género hace que L.V.L. no sea muy tenida en cuenta con sus 4 paginitas. No sé por lo tanto hasta cuándo la podré sacar. Mis medios son muy escasos y no tengo ahora empleo de ninguna clase para ayudarme. Pienso hacer una cooperativa pero como le digo, aquí queda muy poca gente dispuesta a un negocio que no trae sino pérdidas. En fin, ya lo tendré al tanto de todo. Mientras, quiero advertirle que no estoy en condiciones de hacer imprimir aquí su Defensa del marxismo y que le pido, si eso no lo perjudica, que me reserve su otro libro: El alma matinal para Babel.
Si Ud. piensa venir a Buenos Aires dentro de seis meses le conviene traer La defensa del marxismo impreso, pues será de fácil colocación entre socialistas. Hasta quizá le convenga hacerlo editar por intermedio de La Vanguardia que acaba de publicar en forma admirable un libro de Castiñeiras: Soñadores y realistas. Si Ud. quiere yo me puedo encargar de hacer las gestiones, pues tengo buenos amigos en la dirección del Partido, aun cuando yo no comulgue con ellos en la acción política. Quedo a la espera de sus noticias. ¿Recibió los 6 números de L.V.L.? Créame que si la sigo sacando será en la esperanza de contar con su colaboración y en la seguridad de ser útil en su visita a Buenos Aires, presentándolo en sus aspectos de buen escritor. Porque aquí lo poco que se sabe de Ud. se refiere sólo a su acción social.
Créame, como siempre su admirador y amigo que lo aprecia muchísimo por todo.
Samuel Glusberg

Glusberg, Samuel

Carta a Samuel Glusberg, 25/3/1930

Lima, 25 de marzo de 1930
Muy estimado amigo:
Debe Ud. haber recibido ya mi respuesta a su carta aérea. Contesto hoy su última del 7, con la cual recibo la que Ud. obtuvo de Historia Nueva. No la suscribe la administración, sino uno de los escritores de H.N. Félix del Valle, de La Libertad de Madrid, muy amigo mío también. Corresponde al período en que César Falcón se trasladaba de Londres a Madrid, o se instalaba definitivamente en esta ciudad, para organizar bajo su dirección inmediata los servicios y trabajos de H.N. No le guarde Ud. pues ningún enojo. Le escribirá apenas yo lo entere de lo ocurrido y se vincularán cordialmente L.V.L. e H.N..
Empiezo a enviarle el material para el número peruano de L.V.L. Si Ud. quiere lo ilustrarán también los artistas peruanos. Le mandaré, en todo caso, algunas colaboraciones artísticas. —Van hoy una prosa de Eguren, unos poemas de Enrique Bustamante y Ballivián y una prosa de Estuardo M. Núñez, este último de la novísima generación, la de Martín Adán, revelada por Amauta y ahora incorporada en todas las revistas de aquí, sin exceptuar al viejo Mercurio Peruano.
Sin ningún contratiempo de última hora, espero partir a principios de mayo. Es posible que me detenga algunos días en Santiago, si puedo dar ahí alguna conferencia y arreglar alguna colaboración. Pero puedo apresurar un poco mis preparativos, si Ud. me lo indica.
Luis Alberto Sánchez, que sale mañana para Santiago, invitado por la Universidad para ofrecer algunas conferencias sobre literatura peruana y americana, le enviará un capítulo de su biografía novelada de González Prada, próxima a aparecer en libro. También le mandará otros originales, compilados para 1930, o se asociará a la instancia de Ud. a sus editores para que le envíen las pruebas. Ud. a su vez puede enviar a éstos, pruebas del material especialmente obtenido por mí para L.V.L.
Si reproduce Ud. “Arte, Revolución y Decadencia”, suprima el párrafo pertinente al poema de Hidalgo, porque éste encontrando probablemente que yo estaba en lo cierto quitó de su “Ubicación de Lenin” los versos criticados. Con esta corrección aparecen en su libro Descripción del Cielo. Pero como yo también he corregido y aumentado este ensayo, publique mejor otra cosa mía. Debe Ud. tener una nota sobre la vida de Chopin por Guy de Portales que le envié con otras publicadas en sucesivos números de L.V.L. Me interesa porque no tengo otra copia de ese artículo, en el que enuncio una teoría del amor clásico y romántico, insinuada también en mi crónica-relato. Espero alcanzar a expedirle por este mismo correo otros originales que hago copiar en este momento.
Le enviaré un apunte de Eguren y la foto del óleo de Julia Codesido.
Muy reconocido a su solicitud vigilante y generosa.
He recibido con el último libro de Capdevila, una carta muy cordial y honrosa.
Lo abraza afectuosamente su amigo y compañero
[Firma de José Carlos Mariátegui]

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a José Malanca, 10/3/1930

Lima, 10 de marzo de 1930
Querido Malanca:
Dos líneas en respuesta a su única de Chile (Villa Rica 27 de enero). Voy todas las tardes a la Herradura y esta cura, si bien me ha hecho mucho bien, después de un decaimiento de mis fuerzas físicas, me quita mucho tiempo.
Gran satisfacción me causan las noticias sobre Seoane, con quien yo también me prometo excelente camaradería en Buenos Aires.— Hágale Ud. saber que probablemente en mayo estaré en Santiago, en viaje a Buenos Aires; y que mi viaje aconsejado por muchas razones, que Ud. en gran parte conoce, está completamente resuelto. Sólo una inesperada falla en mi salud u otro accidente puede frustrarlo. Estoy invitado por el grupo de escritores de La Vida Literaria, el mismo que propició y organizó la visita de Frank. L.V.L. dará, con este motivo, un número peruano, para el que Seoane, Blanca, Magda, Julián pueden enviar desde luego alguna colaboración, dirigiéndola a Samuel Glusberg, Rivera Indarte 1030. Creo que ese número puede ser una pequeña antología de prosa y poesía peruanas. —Dígale a Seoane que no he sabido nunca si recibió la carta que hace varios meses le dirigí acompañándole copia de los puntos aprobados del programa del P.S. Después de la carta, fue copia de la misma, en previsión de una falla postal.
Deploro que no nos podamos encontrar en Santiago. Habríamos hecho juntos el viaje a su tierra, de la que ha sido Ud. para mí uno de los mejores anticipos espirituales. Pero ya en Buenos Aires renovaremos las tardes de Lima.
No necesito agregarle que se le recuerda a Ud. aquí con el cariño de siempre. Tengo noticia de que en el Cusco tampoco se le olvida. Estamos en buena relación con los muchachos de allá, disipado ya hasta la última sombra de malentendído. Sólo un exagerado ‘cusqueñismo’, léase en este caso antilimeñismo, los distanciaba de nosotros. Y Ud. sabe lo poco limeños que somos nosotros, lo antilimeños que somos, en el sentido revolucionario.
No tarde en escribirme, enterándome de su itinerario.
Muy cordialmente lo abraza
José Carlos
P.D.—Recuerdos afectuosos de Anita y todos los míos.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 6/3/1930

Lima, 6 de marzo de 1930
Mi querido Glusberg:
Contesto inmediatamente su carta del 28 de febrero. Me explico su preocupación por mi silencio en estos días de movilizaciones policiales. Los raids se hacen en Lima más frecuentes, desde que la crisis financiera y comercial aguza la alarma; pero, desde noviembre, se han trasladado al sector politiquero, donde se cree que se conspira aprovechando de los elementos de descontento. No sería raro, sin embargo, que en cualquier momento la nerviosidad de esta gente nos cause alguna molestia. Todo se puede esperar del miedo.
Empiezo esta semana, coincidiendo con Ud., la organización de mi viaje. El programa que Ud. ha establecido para mi presentación en Buenos Aires me parece excelente. Le enviaré algunas colaboraciones especiales para el número peruano de La Vida Literaria: de Eguren, Orrego, López Albújar, Bustamante y Ballivián Enrique, Martín Adán y algún otro. Me informaré respecto al material del número de 1930. No sé si Sánchez llegó a compilarlo completamente. Marinello me escribió hace poco acerca de la demora en el envío de las colaboraciones solicitadas. Sánchez, que viaja a Santiago a fines de este mes, con el objeto de dar algunas conferencias en la Universidad, le mandará seguramente un artículo. Debe visitarme, según me ha anunciado, en estos días. —Convendría que escribiera Ud. directamente dos líneas a Luis E. Valcárcel, Cusco; Gamaliel Churata, Puno; y César A. Vallejo, 11 Avenue de 1’Opera, Paris.
En cuanto a la impresión del libro en Lima, la considero imposible. La imprenta está monopolizada en estos meses por el trabajo escolar, su principal fuente. Todo el desenvolvimiento de la imprenta y la librería, dependen de la forma como se atienda a esta sección. No habría modo de contar con los tipos de Minerva antes de mayo. No es el caso, por varias razones, la financiera ante todo, pensar en otra imprenta, en la que no podría yo dirigir eficazmente la impresión, por otra parte. Los términos de la combinación estarían muy bien; pero esta misma es impracticable. Yo había reservado, más bien, a Minerva, en caso de que no se consiguiese prontamente editorial para este libro en Buenos Aires, mi “Defensa del Marxismo”. Pero esta misma impresión, no podría hacerse aquí por ahora, de suerte que, a fin de que la llegada del libro a Buenos Aires se acerque todo lo posible a mi propio arribo, voy a escribir inmediatamente a Madrid, proponiendo la edición de Defensa del Marxismo, a Historia Nueva. Podría hacer la gestión con Cenit, pero prefiero para mi primer libro en España la mediación de Historia Nueva por mi vieja camaradería con César Falcón, su director. Ese libro, por tocar debates muy actuales, y libros y tesis como los de De Man, Eastman, Emmanuel Berl, Benda, etc. con cierta originalidad doctrinal, me parece destinado a lograr alguna resonancia. “Defensa del Marxismo” se titula el ensayo que da su nombre al libro, cuya segunda parte está formada por otro ensayo: “Teoría y práctica de la Reacción”, que pongo actualmente al día, por haber sido escrito hace ya más de dos años.
Confío en que Ud. pueda obviar la dificultad de la impresión en Buenos Aires, donde el libro gráficamente saldrá mejor, en el estilo de Babel.
Gracias por su solicitud fraterna y reciba mi mejor abrazo.
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 18/2/1930

Lima, 18 de febrero de 1930
Muy estimado amigo y compañero:
Sin nuevas de Ud. vuelvo a escribirle, adjuntándole copia de mi última.— He recibido una segunda carta de Waldo Frank de Nueva York, en que reitera, en términos verdaderamente abrumadores para mí, su esperanza en mi trabajo en la Argentina. Me avisa que el plan de su obra sobre la América Latina está en pie.
No me ha dicho Ud. si recibió con el ejemplar de Poesías de Eguren dedicado a Ud. otro para Waldo Frank. Espero que lo haya incluido en uno de sus envíos a Nueva York. Si no hubiese llegado, o se le hubiese extraviado, avísemelo para repetir el envío, esta vez directamente. Frank, probablemente, no estaba ya en Buenos Aires, cuando llegó allá el libro.
Borges, correspondiendo sin duda al envío de Poesías, ha mandado a Eguren uno de sus libros, aludiendo en la dedicatoria al poema “Viñeta Oscura”, admirable a mi juicio. Si Ud., Borges, Franco u otro de sus colaboradores dedican una nota al libro de Eguren, nos ayudarán en la tarea de hacer desinteresada justicia a un poeta peruano, a quien se ignoró aquí absolutamente en la época de apogeo de Chocano y sus rapsodistas. Una pequeña selección de poemas de Eguren, en la que podrían entrar si son de su gusto “Viñeta Oscura”, “Favila”, “La Muerta de Marfil”, “Shyna la blanca”, “Lied III”, “La Tarda”, “Los Reyes Rojos”, “La Dama I”, cabría tal vez en La Vida Literaria, con la advertencia de que los poemas de Simbólicas y La Canción de las Figuras, son de hace veinte años, de la época de ortodoxo rubendarismo en la mayor parte de la poesía hispanoamericana.— Hemos enviado también el libro de Eguren a Lugones y Gerchunoff.— Recomiendo a su atención el trabajo en prosa de Eguren en el No. 28 de Amauta. Acaso Ud. prefiere ésta a otra trascripción. Es una colaboración especial para Amauta y corresponde a la actualidad del autor.
Redacte Ud. un aviso de La Vida Literaria y las Ediciones Babel para una página de Amauta.
La Prensa de Buenos Aires ha contratado la colaboración de López Albújar, que escribirá para ese diario un cuento mensual de 1000 a 1500 palabras. Ya cuenta entre sus colaboradores a José Gálvez. Esto indica cierta deferencia por los escritores del Perú, de la que la diplomacia de Ud. puede aprovechar en mi favor.— No hago exclusivamente ensayos y artículos. Tengo el proyecto de una novela peruana. Para realizarlo espero sólo un poco de tiempo y tranquilidad. He publicado, en fragmentos, en una de las revistas en que colaboro, un relato, mezcla de cuento y crónica, de ficción y realidad, que editaré si es posible en Santiago, como novela corta.
Con mi próxima, le enviaré algo para La Vida Literaria, ¿Recibió el No. de Variedades con el artículo de bienvenida a Waldo Frank? Debe haber ido en paquete certificado.
¿Tiene Ud. relación con César Falcón y la Editorial Historia Nueva? Falcón es un peruano, pero no de la variedad desacreditada en Buenos Aires. Se ha abierto paso en España con honradez y verdad, bien acompañadas de talento.
Lo abraza afectuosamente.
[Firma de José Carlos Mariátegui]

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 21/8/1929

Lima, 21 de agosto de 1929
Muy estimado amigo y compañero:
Dos líneas rápidas de respuesta a su carta de 25 del próximo pasado, que me encuentran agobiado de trabajo.— He recibido La Vida Literaria con mi artículo sobre Henríquez Ureña. Muchas gracias por su inserción. Se ha publicado en Lima en Mundial, de modo que no sé si incluirlo en el material de Amauta próximo. El No. 25 está completo, listo para salir.— En vez de un capítulo de El Alma Matinal, le adjunto dos comentarios de libros franceses y un grupo de impresiones sobre libros rusos nuevos, en las que esbozo, al comenzar un concepto sobre el complejo de la ‘burguesía’ rusa, —fracasada en su empresa política, por la persistencia del absolutismo aristocrático cuando ya ella había llegado económicamente a su mayor edad—, en la mayor parte de la literatura y, sobre todo, de la novela de los pasados decenios. En un artículo sobre “Los Artamonov” de Gorki, publicado en Repertorio Americano formulo ya esta tesis, aunque muy sumariamente. —Como Ud. es gran conocedor de literatura rusa, me interesaría conocer su opinión sobre este tópico.— Como La Vida Literaria es sobre todo una revista de autores y temas de libros, estos trabajos me parecen más apropiados a sus fines informativos que otro fragmento de El Alma Matinal. Pero si Ud. prefiere, por ejemplo, el esquema de explicación de Chaplin, aparecido en el No. 18 de Amauta y que ha tenido cierta fortuna entre sus lectores más documentados en literatura chapliniana, no tendrá nada que objetar. Perdone el estado en que le envío los originales. Están horriblemente enmendados. Por razones económicas, he tenido que prescindir de los servicios de un mecanógrafo, desde hace mucho tiempo.—Cuando le envíe los originales completos de El Alma Matinal, —que será muy pronto—, Ud. mismo elegirá los capítulos que más le gusten para La Vida Literaria.
No me dice Ud. nada de sus gestiones para la edición de mi Defensa del Marxismo, ya pronta para la impresión.
De acuerdo con Ud. en el juicio sobre el material literario, y sobre todo poético de Repertorio Judío. Pero me es difícil comunicarles mis preocupaciones literarias.
Termino aquí porque una serie de ocupaciones me solicita.
Cordialmente lo abraza su amigo y compañero
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 10/6/1929

Lima, 10 de junio de 1929
Muy estimado amigo y compañero:
Contesto sólo hoy su carta última, porque había querido hacerlo con el envío de los originales de mi Defensa del Marxismo. Pero no he podido concluir aún, por excesivas ocupaciones, la revisión de los originales, y no quiero que esto retarde más mi respuesta. El trabajo está terminado, el texto de la obra completa, pero me faltan todavía algunas notas y la revisión de las últimas cuartillas. Los ensayos de El Alma Matinal, irán enseguida. Tengo que ocuparme al mismo tiempo de estos dos libros y de uno, sobre política peruana, que debo entregar a Historia Nueva de Madrid. (A propósito de Historia Nueva. Si no tiene Ud. relaciones con César Falcón, su animador y organizador, me alegrará mucho contribuir a que Ud. y él se conozcan mejor. Falcón es un gran espíritu. Escríbale a Londres, que él también le escribirá a invitación mía).
Le debo, ante todo, la expresión de mi reconocimiento por su artículo de La Vida Literaria. Se reconoce, en todas sus partes, al autor. Como siempre, es Ud. muy generoso conmigo. La Vida Literaria está mejor en su nuevo formato y presentación. En el próximo número de Amauta sale una nota sobre su periódico, que hace Ud. bien en mantener, contra la indiferencia de los editores. Lo encuentro necesario, más aún irremplazable. Buenos Aires es una ciudad de suficiente categoría para alimentar a una gaceta literaria hispanoamericana que afirme suficientemente nuestro propio meridiano. México y Buenos Aires son los dos grandes centros de Latino-América. Pero México está demasiado lejos de Sud-América y no está todavía en aptitud de sentir, en estas cosas, un nacionalismo continental. Buenos Aires, materialmente, tiene mucha más capacidad para la empresa. Me asombro de que aún no haya podido surgir ahí una gran casa de ediciones, poderosa al menos tanto como cualquier gran editorial española.
Dedicaré en breve un artículo a los magníficos ensayos de Henríquez Ureña, a quien como crítico clasifico, por su gusto, su cultura, su criterio, entre los mejores, entre los únicos. Necesito antes releer su libro. —Le enviaré también la colaboración que me pide sobre el tópico del hispanoamericanismo.— Antes irá un artículo literario que quizá alcance este mismo correo.
Envié mi libro a Henríquez Ureña. Le ruego preguntarle si lo ha recibido. Desconfío del correo peruano, a cuyo celo policial debo todos los días pérdidas de libros y correspondencia.
Me acosa aquí, en general, la represalia siempre cobarde de toda la gente que combato o que, simplemente, desprecio por su estupidez, su mediocridad, su arribismo. Por eso, se apodera de mí con frecuencia el deseo urgente de respirar la atmósfera de un país más libre. Si no me apresuro a satisfacerlo es, más que por mi invalidez física, de la que todavía no me he curado en lo posible, por no dar la impresión de que abandono, cansado y vencido, mi lucha. —Mi libro no ha merecido sino una nota de Sánchez, en la prensa de Lima. Tengo noticia de un estudio de Jorge Basadre, que se publicará en La Nueva Revista Peruana, próxima a aparecer, fundada por el ex-comité director de Mercurio Peruano (Ulloa, Ureta, Iberico) y de una crítica de Belaunde que saldrá en Mercurio. Más bien, en los diarios de provincias se ha dado paso a cariñosos comentarios. No hace falta decir que se prodiga atención y elogio a la obra de cualquier imbécil.— A esta pequeña conspiración de la mediocridad y del miedo, yo no le haría ningún caso. Pero la tomo en cuenta porque, en el fondo, forma parte de una tácita ofensiva para bloquearme en mi trabajo, para sitiarme económicamente, para asfixiarme en silencio.
Si le es posible, haga que me envíen como canje La Vanguardia. Yo les he enviado Amauta y mi libro. Que la dirijan a Sandro Mariátegui Chiappe - Washington izquierda 544-970 para que se la roben menos en el correo.
Con la promesa de escribirle de nuevo, con mis originales, lo abrazo con mis más cordiales sentimientos de amistad y devoción
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Samuel Glusberg, 4/4/1930

Buenos Aires, 4 de abril de 1930
Mi querido amigo:
Anoche recibí su carta y las colaboraciones. Vea lo que son las coincidencias. Ayer justamente le despachaba L.V.L. de abril con su artículo: Arte, Revolución y Decadencia, del que he suprimido el párrafo que Ud. me indica. Ayer también le escribí a César Falcón, L.A. Sánchez, César Vallejo, Luis E. Valcárcel etc.
Pienso sacar el número dedicado a la literatura peruana el 1º de junio. Así les doy tiempo a todos para poder colaborar. En el número de mayo adelantaré el sumario de las colaboraciones recibidas y la noticia de su viaje. También publicaré su artículo sobre el Chopin de Guy de Portales que no publiqué hasta la fecha porque suponía que Ud. lo había publicado en Lima y como yo no hice tampoco ninguna página de bibliografía extranjera no tuve ocasión de utilizarlo. Guardo también un artículo suyo sobre Los Mujics que también puedo publicar en el próximo número con algún otro hasta completar una página.
Mil gracias por el envío de las colaboraciones de Eguren, Núnez y Bustamante y Ballivián. El hermano de este poeta también colaborará en el número con algunos recuerdos de Lima.
Espero con ansia las colaboraciones de Antenor Orrego, Martín Adán, Jorge Basadre, Luis Alberto Sánchez etc. Y también las ilustraciones de los artistas peruanos.
Cuanto a la fecha de su viaje, creo que no tiene por qué apurarse. Hágalo con tranquilidad a mediados de mayo. Quédese una semana o más en Chile, según sus conveniencias y llegue a Buenos Aires el 2 de junio. Para entonces todo estará arreglado aquí. Lo recibiremos como se merece: con todas las luces encendidas...
Ahora estoy gestionándole unas conferencias en la Facultad de Filosofía y Letras. De seguro Ud. repetirá la trayectoria de Waldo en todo. Y mejor si también los latinoamericanos de Palacios y Cía se asocian al homenaje, sin desconfianza.
El festival en su honor para hacemos de los pasajes se realizará de seguro a fines de abril. Estoy aguardando el regreso de la presidenta de los Amigos del Arte que aún veranea en su estancia. Hasta después de las Pascuas no empieza la temporada artística. Por fin se acabaron los escrutinios de las elecciones, aunque todavía el de seguro a fines de abril. Estoy aguardando el regreso de la premios municipales a la producción literaria de 1929, para entonar los ánimos y elevar el ambiente.
Y antes de que olvide: ¿cree Ud. posible con ese aplazo de su viaje hasta mediados de mayo, la impresión de su libro en la imprenta Minerva? Desgraciadamente yo sigo en malas condiciones para comprometerme a imprimirlo aquí. Me he visto en el caso de aceptar en el Colegio Internacional de Olivos dictar ocho horas semanales de clase por una paga irrisoria. Pero esto aparte conviene que aparezca un libro suyo de ensayos artísticos. La Defensa del Marxismo asustará a muchos. No hay que dejar solo a ese libro. Piénselo y si como Ud. me decía en mayo se desocupa un poco el taller de Minerva haga componer El Alma Matinal y cuide Ud. mismo de las pruebas. En Isor no se puede hacer. No creo que el libro salga mejor impreso aquí. Recibí la vez pasada un número de Amauta en papel grueso y me pareció excelente. En fin vea Ud. lo que se puede hacer. Yo mantengo mi proposición de compartir el pago de la edición siempre que los ejemplares lleguen aquí antes del 1º de junio (4 ó 5 días antes, no más) para que yo tenga tiempo de hacerlos repartir y anunciarlo en el periódico.
Quedo a la espera de sus noticias. Mientras lo saludo cordialmente y le digo: hasta luego.
[Firma de Samuel Glusberg]

Glusberg, Samuel

Europa y la bolsa de New York. La nueva generación española y la política

Europa y la bolsa de New York
La Europa capitalista manifiesta cierto optimismo respecto a las consecuencias de la crisis financiera de New York. La caída de los valores se ha detenido a la altura que la salud de Europa puede tolerar. I el primer efecto que es lógico predecir para las finanzas europeas es el regreso gradual al viejo continente de los capitales que lo había abandonado buscando inversiones, si no más fructuosas, más seguras al menos en Norte-América, Cambó, según anunció oportunamente el cable, se contó entre los primeros que señalaron este reflujo.
La estabilización capitalista se realiza en Europa con el concurso financiero norte-americano. No es por azar que dos norte-americanos, Dawes y Young, dan su nombre a los complicados acuerdos sobre las reparaciones. El capitalismo yanqui es el principal empresario de la reconstrucción europea. Antes de que los Estados de la Entente pactaran con Norte América las condiciones de amortización de su deuda, su nuevo mondus vivendi no se sentía establecido. Puede agregarse que en la estabilización capitalista europea los yanquis han mostrado, hasta cierto punto, más confianza que muchos capitalistas europeos, a quienes la amenaza de la revolución proletaria indujo en Alemania, Italia, Francia, a dirigir sus capitales a América.
Pero Europa no se resigna a convertirse, poco a poco, en un conjunto de colonias de los Estados Unidos. El paneuropeísmo es la expresión de una corriente defensiva que mira en la fórmula de Briand la única defensa válida de los intereses del capitalismo europeo contra el dominio yanqui. A los Estados europeos les satisface, por esto, la probabilidad de recuperar los capitales que se habían retirado de su industria y su comercio para aumentar la congestión de oro de Norte América. Estos capitales han sido advertidos enérgicamente por la crisis de New York de los riesgos de la congestión.
Naturalmente, si el pánico bursátil de New York hubiese rebasado el límite más allá del cual estaban profundamente en juego todos los intereses de la economía capitalista mundial, las constataciones y vaticinio de los observadores de Europa estarían muy lejos del menor optimismo. Las consecuencias de la crisis en Europa no les consentirían ninguna esperanza de compensación satisfactoria. Aún como han ido las cosas, cuantiosos intereses resultan afectados. Pero la caída de los valores en New York ha sido frenada en el nivel que los nervios de los financistas europeos podían resistir sin que los ganase también el vértigo. I esto es bastante, por el momento, para la convalecencia de las esperanzas de Europa.

La Nueva generación española y la política
Luis Emilio Soto examina en un artículo de “La Vida Literaria” de Buenos Aires la actitud de la joven generación literaria de España frente a la crisis política de su patria. El tópico es tratado con frecuencia. I las constataciones del colaborador de “La Vida Literaria” carecen de rigurosa novedad. Pero resulta siempre más actual e interesante, en todo caso, que lo insulsos artículos escritos para la United Press por el general Primo de Rivera y rematando los cuales este castizo espécimen de donjuanismo y flamenquismo españoles escribe que “el Dios de todos los cristianos sabrá recompensar a los que supieron consagrar su vida terrenal a ideales más altos y permanentes que los goces materiales o al alimento de las pasiones que encienden el espíritu diabólico en la flaca humanidad”.
Los intelectuales jóvenes de España están acusando, en estos años; menos sensibilidad política que los intelectuales maduros, aunque de algunos de estos últimos José Ortega y Gasset, Eugenio D’Ors -reciban las más persuasivas lecciones de displicencia. La zarandeada generación de 95 mostró, en su tiempo, interés mucho más vivo y arriesgado por lo político. I la generación siguiente está, sin duda, mucho más propiamente representada por Marañón y Jiménez de Asúa que por Ortega y D’Ors.
Soto anota, con razón, que por la abstención de la nueva generación literaria no puede ni debe procesarse a la juventud. Sería injusto olvidar las impetuosas jornadas de los estudiantes españoles contra la dictadura. La que está en causa, específicamente, es la juventud representada por “La Gaceta Literaria” de Madrid, cuyo director Giménez Caballero no tiene reparo en declarar que “España hoy descansa, engorda y se abanica”. Soto no pide a estos equipos de intelectuales jóvenes una agitación callejera, tumultuaria. Suscribe la fórmula defendida por Araquistaín en su periódico “España” en 1920, “acción difusa, crítica, clarificadora, estimulante de creación renovación de las ideas ambientes”. Quiere, en cualquier caso, negar que “el silencio sea una actitud digna de los jóvenes frente al régimen que impera en la patria de Larra”.
El equipo de “La Gaceta Literaria” no es toda la nueva generación intelectual española. Incurriría en una grave omisión el biógrafo de esta juventud que no recordase con la debida estimación el esfuerzo de los grupos de intelectuales jóvenes que, después de otras empresas incompatibles con un régimen de censura, han invertido su energía en la creación de las Ediciones Oriente y Cenit. La revista “Post-Guerra”, aunque efímera, ha sido un momento de la historia de esta generación. La intelectualidad española no ha perdido, en general, su interés por las nuevas corrientes políticas e ideológicas. El hecho de que una de las mejores versiones periodísticas de la nueva Rusia sea la de un español, Álvarez del Vayo, no carece de significación. La indiferencia, la abstención, caracterizan a la juventud literaria. Es la nueva gente de letras a la que ha hecho suyo, ante lo político, el gesto de don José Ortega y Gasset. Propaganda literaria aparte, un Joaquín Maurin, trabajando oscuramente en París, vale bien, por ahora, lo que un Giménez Caballero recorriendo ruidosamente Europa.
Pero aún circunscrita y demarcada de este modo, es indudable que se trata de una actitud singular. Es muy distinta la actitud de la juventud literaria de Alemania. También la de esa juventud literaria de Francia, a la que los jóvenes miran tan deferentemente. En Alemania, del teatro a la novela, de Piscator a Glaesser, la nota dominante en la vanguardia es la beligerancia política. En Francia, tan burguesa y conservadora en sus varios estratos, la nueva generación intelectual es uno de los más activos fermentos ideológicos y pasionales. Un libro de un francés –“Mort de la pensés bourgeoise” de Enmanuel Berl-, precisamente, ha hecho viva impresión en uno de los más conspicuos representantes del equipo de “La Gaceta Literaria” de Madrid, residente desde hace algún tiempo en Buenos Aires, -Guillermo de Torre. Lo sé por el propio Guillermo de Torre que atribuye también a los capítulos que conoce de mi “Defensa del Marxismo” una influencia de que me complazco en sus actuales preocupaciones.
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira