- PE PEAJCM JCM-F-03-1-1.1-001
- Item
- 1919
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Pasaporte otorgado a José Carlos Mariátegui por la Casa Prefectural en Lima, el 28 de setiembre de 1919.
José Carlos Mariátegui La Chira
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Pasaporte otorgado a José Carlos Mariátegui por la Casa Prefectural en Lima, el 28 de setiembre de 1919.
José Carlos Mariátegui La Chira
Recibo de Inscripción Asociación Nacional de Periodistas
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Recibo de pago por cuota de inscripción emitido por la Asociación Nacional de Periodistas.
Firma:
Presidente: Tomás Manrique
Asociación Nacional de Periodistas del Perú
[Credencial del XXII Congreso Nacional del Partido Socialista Italiano]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Credencial otorgado a José Carlos Mariáteguí, como representante del diario "El Tiempo", para participar en el XXII Congresso Nazionale Partito Socialista Italiano.
El congreso se llevó a cabo los días 15, 16, 17, 18, 19, 20 de enero de 1921 en la ciudad de Livorno, Italia.
XXII Congresso Nazionale del Partito Socialista Italiano
[Credencial de la Conferencia Internacional Económica de Génova]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Credencial otorgada a José Carlos Mariátegui como corresponsal del diario "El Tiempo" para participar en la Conferencia Internacional Económica, la cual se realizó el 3 de mayo de 1922 en el Palazzo San Giorgio en la ciudad de Génova-Italia.
Conferenza Internazionale Económica di Genova
Tarjeta de Reconocimiento de la Conferencia Internacional Económica de Génova
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Tarjeta de reconocimiento de José Carlos Mariátegui por su participación en la Conferencia Internacional Económica, la cual se realizó el 3 de mayo de 1922 en el Palazzo San Giorgio en la ciudad de Génova-Italia.
Conferenza Internazionale Económica di Genova
[Credencial de Corresponsal del Diario El Tiempo]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Credencial de José Carlos Mariátegui como corresponsal del Diario El Tiempo de Lima, Perú en la ciudad de Génova, Italia.
Fecha: 18 de julio de 1918
Diario El Tiempo
[Credencial del Círculo de Periodistas, 1915]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Carnet de socio activo y fundador del Círculo de Periodistas de José Carlos Mariátegui con fecha de inscripción del 15 de agosto de 1915. El documento se encuentra firmado por Alejandro Seminario.
Circulo de Periodistas
Factura de compra de libros en Librería L'Humanité
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Factura de compra de la Librería L'Humanité a nombre de José Carlos Mariátegui por los siguientes títulos:
Librería L'Humanité
Lista de pedidos de libros en Bureau D'editions
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Lista de pedido de libros a Bureau D'Editions.
José Carlos Mariátegui La Chira
[Estado de Cuenta de la Revista Clarté]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Estado de Cuenta a nombre de José Carlos Mariátegui remitido por la revista Clarté por la suma de 50, 25 francos.
Fecha: 12 de febrero de 1925.
Clarte
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Giro cablegráfico realizado por Amalia La Chira Vda. de Mariátegui a su hijo José Carlos Mariátegui, a través del Banco Italiano por el monto de 1560 liras.
Fecha del giro: 27 de enero de 1920
El giro fue hecho mientras José Carlos Mariátegui se encontraba en Roma.
Banco Italiano
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Tarjeta de presentación usada para sus múltiples actividades de José Carlos Mariátegui.
José Carlos Mariátegui La Chira
[Directorio de Personas Residentes en el Exterior]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Listado de nombres y direcciones de contactos, editoriales y amigos de José Carlos Mariátegui.
En la lista se observan los siguientes nombres:
José Carlos Mariátegui La Chira
[Directorio de personas residentes en el exterior] (2)
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Listado de nombres y direcciones de contactos, editoriales y amigos de José Carlos Mariátegui.
En la lista se observan los siguientes nombres:
José Carlos Mariátegui La Chira
[Directorio de personas e instituciones] (3)
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Listado de nombres de amigos e instituciones como editoriales y librerías con sus respectivas direcciones como:
José Carlos Mariátegui La Chira
[Direcciones Españolas y Francesas]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Listado de personas e instituciones españolas:
Direcciones Francesas
José Carlos Mariátegui La Chira
[Directorio de personas e instituciones] (4)
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Listado de personas e instituciones tales como:
José Carlos Mariátegui La Chira
[Directorio de personas e instituciones] (5)
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Listado de nombres y direcciones de contactos, editoriales y amigos de José Carlos Mariátegui como:
José Carlos Mariátegui La Chira
[Directorio de personas e instituciones] (6)
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Listado de nombres y direcciones de contactos, editoriales y amigos de José Carlos Mariátegui como:
José Carlos Mariátegui La Chira
[Tarjeta con nombres y direcciones]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Tarjeta con nombres y direcciones de contactos y/o amigos de José Carlos Mariátegui. En ella se puede leer los siguiente nombres:
José Carlos Mariátegui La Chira
[Tarjeta de Manuel Ugarte con su dirección]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Tarjeta de presentación Manuel Ugarte donde se encuentra su nuevo domicilio: 54, Rue Saint-Philippe
José Carlos Mariátegui La Chira
[Tarjeta de presentación de Aristide P. Protopapadakis]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Tarjeta de presentación de Arístide P. Protopapadakis, quien ocupó el cargo de Primer Ministro de Grecia en 1922, adquiere relevancia cuando consideramos que Mariátegui tuvo la oportunidad de entrevistarlo durante su estancia en Italia.
José Carlos Mariátegui La Chira
[Tarjeta de presentación de José Carlos Mariátegui y Anna Chiappe]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Tarjeta de presentación de José Carlos Mariátegui y Anna Chiappe.
José Carlos Mariátegui La Chira
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Certificado Médico
Los suscritos certifican:
Que han prestado y prestan sus servicios profesionales al señor José Carlos Mariátegui en su domicilio y en el Hospital de San Bartolomé. Que dicho señor padece de una tuberculosis articular y que su condición actual requiere la continuación escrupulosa y puntual del tratamiento fisioterápico y reconstituyente que ha sido iniciado y llevado a cabo en su domicilio, en donde cuenta con los elementos necesarios a su curación.
Y que en el Hospital de San Bartolomé, no existen los medios de tratamiento que el enfermo requiere.
A petición del interesado expedimos el presente certificado para los fines que él tenga por conveniente.
Lima, junio 11 de 1927
Carlos E. Roe y Eduardo J. Goicochea
Roe, Carlos
L'inchiesta per il crollo tragico a Via dei Modelli [Recorte de Prensa]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
El recorte es sobre la trágica noticia de un derrumbe en la calle Via de Modelli en la que fallecieron dos tipógrafos: Alfredo Speranza y Romeo Nucci.
Autor Desconocido
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
El recorte es sobre la designación de Christian Rakovsky como representante plenipotenciario de los soviets en Londres.
Autor Desconocido
Ecos de la vela en honor y beneficio de José Carlos Mariátegui [Recortes de Prensa]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
La nota periodística reproduce el discurso del Luis Carranza, una disertación de Carlos V. Chávez y dos poemas de Enrique López Albújar, esto en el marco de la velada realizada en honor y beneficio de José Carlos Mariátegui en 1924.
Diario El Tiempo
El hombre funesto del Zarismo. Rasputín [Recorte de Prensa]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Artículo "El hombre funesto del Zarismo. Rasputín" de Carlos Ríos Pagaza publicado el 17 de enero de 1925 en conmemoración de un año de fallecimiento de Vladímir Ilích Uliánov (Lenin).
Ríos Pagaza, Carlos
Elegía al aviador Velazco [Recorte de Prensa]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Poema "Elegía al aviador Velazco" de Alberto Guillén y publicado el 31 de octubre de 1925 en la revista Variedades.
Guillén, Alberto
Bibliografía Nacional. José Carlos Mariátegui: La escena contemporánea [Recorte de Prensa]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Nota bibliográfica sobre el libro La escena contemporánea de José Carlos Mariátegui, la cual se publicó el 14 de diciembre de 1925 en el diario La Prensa.
Autor Desconocido
Libros nuevos: La escena contemporánea [Recorte de Prensa]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Nota bibliográfica por la publicación del libro La escena contemporánea de José Carlos Mariátegui, la cual se publicó en la revista Variedades el 19 de diciembre de 1925.
Autor Desconocido
Revista Oral [Recorte de prensa]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Recorte de periódico sobre un evento realizado en la Taberna de la Casa del Arte por la publicación del nro. 6 de revista Oral, la cual tuvo como tema principal un homenaje al libro Cuentos simples de Arturo Silverio Silva.
Autor Desconocido
El Perú que ha visto Gustavo Adolfo Otero
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Articulo "El Perú que ha visto Gustavo Adolfo Otero" de Miguel Ángel Urquieta publicada en el El Diario el 1 de junio de 1926.
Urquieta, Miguel Ángel
El Boletín Bibliográfico de la "Editorial Minerva" [Recorte de prensa]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Nota bibliográfica por la publicación de Libros y Revistas de la Editorial Minerva, la cual apareció el 14 de julio de 1926 en el periódico El Pueblo de Arequipa.
Autor Desconocido
Los siete colores de la semana [Recorte de prensa]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Nota sobre la reciente inauguración de la Editorial Minerva en la ciudad de Lima realizada por Rafael Heliodoro Valle en Revistas de Revistas.
Valle, Rafael Heliodoro
Tacna y Arica. Protestamos contra la barbarie [Recorte de prensa]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Carta enviada por Antonio Torres Rioseco a Joaquín García Monge sobre el tema de Tacna y Arica y la problemática entre Perú y Chile. Asimismo se pronuncia sobre el silencio de algunos intelectuales como: Alfredo Palacios, Gabriela Mistral, José Vasconcelos, etc.
Torres Rioseco, Arturo
Una encuesta a José Carlos Mariátegui [Recorte de prensa]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Una encuesta a José Carlos Mariátegui
—¿Cómo cambiaron sus rumbos y aspiraciones literarias y se definieron en la forma que hoy se han definido?
—¿Cómo hace usted para vivir al corriente de la actualidad internacional y referírnosla sin engañarse y sin engañarnos?
—¿Tiene usted comunicación directa con centros, periódicos o personas empeñadas en la labor de justicia social que preocupa a la humanidad en la hora presente?
—¿Cree usted que el nuevo estado de espíritu a que alude Ingenieros se deja sentir entre nosotros?
—¿Cuál es, en su concepto, el movimiento revolucionario-idealista de mayor trascendencia .en los últimos tiempos?
—¿Qué libro publicado después de la guerra es el que, a su ver, tiene mayor dosis de humanidad?
—¿Qué libros de esta índole cree usted que deberían ser divulgados entre nosotros?
—¿Por sus conocimientos y vinculaciones puede usted decirme si hay una verdadera organización obrera en el Perú?
—¿Cómo luchar contra el analfabetismo, una de nuestras mayores desgracias?
—¿Cree usted que hace falta un diario de orientación obrera en el Perú?
—¿Cree usted que existe entre nosotros el feminismo en el verdadero sentido de esta palabra?
-Existen algunas feministas. Pero feminismo —entendido como movimiento orgánico y definido, de espíritu revolucionario— no existe aún.
Ramos, Angela
Fortunato Depero, el artista dinámico por excelencia [Recorte de prensa]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Recorte de periódico bajo el epígrafe "Fortunato Depero, el artista dinámico por excelencia. Es un hombre que desparrama proyectos por todas partes, proyectos ricos de fantasía, raros, rarísimos, nuevos y todos factibles" escrito por el Emilio Pettoruti y que se publicó en Crítica el 14 de marzo de 1927.
Pettoruti, Emilio
Al margen de la encuesta de "Noticias" [Recorte de prensa]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Recorte de periódico titulado "Al margen de la encuesta de Noticias. Enjuiciamiento sumario de la literatura arequipeña" de Víctor M. huaco publicado en el diario El Deber el 8 de abril de 1927.
Huaco, Víctor M.
Comprimidos por Enrique José Varona [Recorte de prensa]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Recorte de la Revista Oriente que incluye dos títulos "Comprimidos" por Enrique José Varona y "Cuadritos" de Ana Abril de T. Torres. Fueron publicados en octubre de 1928
Varona, Enrique José
Informaciones de Casma [Recorte de prensa]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Recorte de una carta que da cuenta sobre los problemas que atraviesa la ciudad de Casma tales como: falta de alumbrado, correo y telégrafos, enveredamiento de la ciudad, robo, instrucción pública. La carta se publicó en un periódico de Huaraz en diciembre de 1928.
Autor Desconocido
Leyendo la revista Amauta [Recorte de prensa]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Recorte del artículo "Leyendo la revista Amauta" por Diego Camacho publicado en el diario El Orden en 1929.
Camacho, Diego
El receso de la imaginación por José Vasconcelos [Recorte de prensa]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Recorte del artículo "El receso de la imaginación" escrito por José Vasconcelos y publicado en el diario El Mundo el 29 de julio de 1929.
Vasconcelos, José
Escritores universales en América: José Carlos Mariátegui [Recorte de prensa]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Recorte del artículo "Escritores universales en América: José Carlos Mariátegui " escrito por Baldomero Sanín Cano y publicado en la revista Repertorio Americano, Año XI, no. 466, 28 de septiembre de 1929.
Sanín Cano, Baldomero
Un libro de José Carlos Mariátegui [Recorte de Prensa]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Reseña bibliográfica a razón del libro de Mariátegui La escena contemporánea realizada por Alberto Guillén, la cual se publicó en la revista Variedades.
Guillén, Alberto
Imágenes de la llegada de Waldo Frank al Perú [Recorte de Prensa]
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
El recorte muestra fotografías de Waldo Frank, escritor estadounidense, a su llegada a la ciudad de Lima (Perú) en diciembre de 1929. Fue recibido por José Carlos Mariátegui y por Miguel Adler.
José Carlos Mariátegui La Chira
Programa de la Exposición de Impresión Artística "La Falena"
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Folleto del programa de la Exposición de Arte Impresionista "La Falena" del director artístico Alessandro Uralsky, el cual se realizó en el año de 1922 en la ciudad de Roma, Italia.
José Carlos Mariátegui La Chira
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Invitación al "Einladung zum Sturm=Ball (Ball der expresionnisten)" para José Carlos Mariátegui con fecha del 3 de febrero de 1923.
Festausschuss des Sturm-Balls
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
Giovanni Papini
Italia ha sido en los últimos lustros un país lleno de inquietud intelectual. Varias ráfagas de renovación han soplado sobre sus ciudades, su gloria, su arqueología, su clasicismo y su retórica. En la Europa del siglo veinte, Italia ha sido una zona de activa fermentación revolucionaria.
Un día el modernismo, vaciado en moldes más audaces y menos políticos que la democracia cristiana de don Sturzo, intentó remozar y refrescar el catolicismo y la Iglesia Romana. Otro día el futurismo, incubado en un nido literario, quiso invadir bulliciosamente todos los planos de la vida italiana. Otro día, el pragmatismo importado de Norte América, inyectó en la mentalidad italiana un poco de novedosas ideas ultramarinas.
El nombre y al historia de Giovanni Papini están vinculados a dos de estos movimientos ideológicos. Papini ha sido futurista y ha sido pragmatista. Con el pragmatismo ha arremetido contra la filosofía del siglo diecinueve, sus hierofantes y sus doctores. Y con el futurismo ha cargado contra la literatura y el arte anquilosados y hieráticos de las academias. Pero Papini, como escritor, no procede del haz futurista. Dio su adhesión al futurismo cuando era ya un escritor cuajados. Tenía escritos "El Crepúsculo de los Filósofos", "Lo Trágico Cotidiano" y otro libros ilustres. Al futurismo lo llevaron el fuego, la exuberancia, la vitalidad y la juventud de sus edad bizarra y revolucionaria. Al futurismo se sintió atraído por la beligerancia altanera e iconoclasta de Marinetti y sus secuaces. Militaban entonces en el futurismo varios artistas unánimemente consagrados más tarde: Palazzeschi, Govoni, Folgore, Boccioni.
En su libri "Experiencia Futurista" (Valecchi Editore, Firenze, 1919) ha reunido Papini algunos recuerdos, algunos ecos y algunos trofeos de su época de futurista. Allí están sus apóstrofes contra Florencia, calificada de ciudad de chamarileros y de mercaderes del pasado y de la tradición, "donde se llama crítico a Ugo Oietti y orador a Isidoro del Lungo".
Allí están sus contumelias contra la roma de la Terza ITalia y la filosofía idealista y hegeliana de Benedetto Croce. Allí están finalmente las razones de su disidencia y de su apartamiento del futurismo. Papini había buscado en el futurismo una posición de combate contra todas las escuelas y todas las capillas literarias y artísticas. Pero el futurismo, que había había agredido las viejas formas había intentado, sincrónicamente, reemplazarlas con otras formas rígidas y sectarias. Los futuristas habían derribado un ícono para sustituirlo con otro. Por esto la adhesión de Papini al futurismo se enfrió y consumió, poco a poco. Papinia había ingresado al futurismo en busca de aire libre. Y se había encontrado dentro de una nueva academia con su preceptiva, su liturgia y su burocracia. Una academia, estruendose, combativa, traviesa. Pero siempre una academia.
El peso de Papini por el futurismo coincidió con el período más brillante y sazonado de su literatura, Papini desconcertaba a las gentes de entonces. Su figura agresiva y pintoresca, plena de originalidad y de ímpetu, era una figura excepcional en aquellos beatos días de quietud burguesa. Sus libros seducían a los públicos de Europa como una tapiz persa, como una melodía moscovita.
Papini escribía páginas al mismo tiempo epatantes y profundas, atrabiliarias y sustanciosas. En el prólogo se su "Crepúsculo de los Filósofos" declaraba "Este no es un libro de buena fe. Es un libro de pasión y, por tanto, de injusticia. Un libro desigual, parcial, sin escrúpulos, violentos, contradictorio, insolente, como todos los libros de aquellos que aman y odian y no se avergüenzan de sus amores ni de sus odios". Y luego llamaba a Kant "un burgués honesto y ordenado". De Hegel, "El hombre de la antítesis, de la contradicción, el homo duplex" decía que "como los gatos veía mejor en las tinieblas". Definía a Schopenhauer como "un gentil hombre anglófilo, un poco ancien regime con un aire de médico materialista, maligno y libertino, desilusionado y misántropo"; y su filosofìa, como "la filosofía de la vejez desconfiada, perezosa y regañona, la obra maestra del senilismo". Clasificaba a Augusto Comte,
sentimental, autoritario, pontificial y profético", como "el Santo Tomás y el San Ignacio de Loyola del nuevo catolicismo científico" y se burlaba ácidamente de sus gestos sacerdotales. Presentaba la filosofía spenceriana como "la obra paciente y minuciosa de un mecánico desocupado". Y declaraba a Nietzche "un encantador cuentista de mitos, un alegre trovador de canciones de baile, un delicioso causseur de malignidades anticiéntificas y anticristianas". Con estas bizarras frases se mezclaban agudos y jugosos conceptos críticos sobre estos filósofos y su filosofía, estudiada por Papini en sus lenguas originales.
Papini posee una personalidad rica en matices propios y en contornos singulares. Ha escrito ensayos, novelas, versos. Ha hecho poesía, filosofía, polémica. Es un escritor poliédrico. Un escritor dotado de agilidad, de hondura, de donaire. Es un pensador y es un artista. Pero prevalece en su obra el artista sobre el pensador. Su pensamiento es invariablemente elegante. Todo un Papini es muy personal y muy arbitrario. De la filosofía de Papini dicen los filósofos que no es verdadera filosofía. Y de los, cuentos y novelas de Papini pueden decir los críticos que tampoco son verdaderos cuentos o novelas. Papini cultiva un género literario que el denomina "ficción". Ficción es un uomo finito y ficción son las Memorie di Nessuno. La novela, como género literario ha sido acaparada por el naturalismo y el realismo. Los artistas de los nuevos tiempos se sienten, por eso, más atraídos por la ficción que por la novela.
Un poco tardía e incompleta es la traducción al español de la abundante, heteróclita y gallarda obra de Papini. Filtrada por los traductores, la obra de Papini pierde, además, un poco de su prestancia y de su estilo. Su estética se oscurece y se empaña. Pero, de toda suerte, de la traducción emerge una personalidad exorbitante, rutilante, tornasolada. Una de las más fuertes personalidades de esta jugosa Italia de Pirandello, de Tilgher y de Panzini.
Mas Papini llega a Sud América con un poco de retardo. Y, por eso, al mismo tiempo que el Papini de las "Memorias de Dios" nos llega al Papini de la Historias de Cristo. Estas generaciones hispano-americanas leen simultáneamente al Papini blasfemo y al Papini religioso. Conocen al Papini irreverente, al Papini herético cuando ese Papini no existe ya. Actualmente se reconcilian con Papini el Vaticano, las Academias y el Ministerio de Instrucción Pública. La "Historia de Cristo" es recomendada oficialmente en las escuelas del Estado por Mussolini y el fascismo. Acontece, entre otras cosas, que Papini y el fascismo se han convertido simultáneamente. El fascismo, heredero de muchos elementos del futurismo, era originariamente anticlerical, irreligioso e iconoclasta. Y ahora se torna creyente y cristiano. Devuelve la escuela a la Iglesia. Persigue la literatura voluptuosa, mórbida y estupefaciente.
Florece una nueva y paradoja estirpe católica, que ha reclutado sus prosélitos en los rangos de ateísmo, de l paganismo y del naturalismo modernos. El catolicismo de Charles Maurras, por ejemplo, es el catolicismo de un ateo. Yo conocí en Roma a un poeta francés de la filiación y de la escuela de Maurras. Era un poeta materialista, helenista y sensual, que maceraba su temperamento pagano en la Ciudad Eterna, pero que se repetía cotidianamente la frase de Pascal: Prenez de l'eau benite".
Papini, que en su juventud y en su plenitud ha sido incandescente y atrabiliario, se torna pascual, cristiano y místico. Y es que Papini, en el fondo, es un pequeño-burgués provinciano, menesteroso de paz, de orden y de sosiego. Papini ama la provincia, ama la aldea, ama el remanso. Durante el mal tiempo, está muy a gusto en Florencia, en su departamento de la Vía Colletta, con su mujer, "brava masaia", con sus libros y sus ideas. Y durante el buen tiempo está muy a gusto en su casita rústica de una aldea montañesa y toscana.
No estaría, en cambio, a gusto en Milán, la ciudad de la gran industria literaria, como me decía una tarde en Florencia. New York y sus rascacielos lo horrorizarían. Su psicología es la psicología ponderada y quieta del toscano.
Y la historia de su época conflagrada, atrevida y beligerante es probablemente la misma de otros intelectuales. En épocas normales, en épocas quietas, los intelectuales, reaccionando contra el mundo exterior, gustan de adquirir una postura atrabiliaria y demoledora. En épocas tempestuosas y revolucionarias los intelectuales, reaccionando también contra el mundo exterior, buscan una posición conservadora. Dentro de un ambiente apacible y muelle, el intelectual no tiene inconveniente en ser iconoclasta y agresivo. Dentro de un ambiente convulsionado y apocalíptico, el intelectual tiende a tornarse amoroso y manso.
El intelectual, el artista, están siempre en conflicto con la vida, con la historia. Son orgánicamente descontentos y regañones. Además, malgrado sus habituales burlas y contumelias contra la civilización, la aman con escondida e involuntaria ternura. Y, por eso, frente a las sacudidas y tempestades que amenazan esta civilización, su gracia, su potencia y su confort, en los labios del intelectual y del artista, antes escéptico, ululante y maligno, se extingue de improviso la blasfemia y se enciende nostálgica la plegaria.
II
En el Dizionario dell'omo salvatico, libro polémico agreviso, [cuyo primer volumen acaba de ser traducido al español] Giovanni Papini continua su batalla católica. Colabora con Papini en este trabajo, un escritor toscano, Doménico Giuliotti, que en su libro lleno de pasión y ardimiento, "La Hora de Barrabás", asumió en [hace tres años] en 1923 la mística actitud de cruzado tomada por el autor de la Historia de Cristo.
El Diccionario del Hombre Selvático no es un libro de apologética. Es, mas bien, un libro de ataque. Según las palabras del prefacio, mueve a los autores "la esperanza de hacer reflexionar a aquellas almas desviadas pero no perdidas, ofuscadas pero cegadas, lejanas pero no podridas, sobre las cuales pesan los fuligonosos vapores de cinclo siglos de pestilencias espirituales. Este "diccionario" es absolutamente un documento de la época. No tiene ninguna afinidad de espíritu ni de género con los "diccionarios" de Bayle, de Voltaire ni de Flaubert. La única obra con la cual su parentesco espiritual resulta evidente, es la "Exagese des Lieux Comuns" de León Bloy. El bizarro, brillante y violento León Bloy revive en Papini y Giuliotti. Como el de León Bloy, el catolicismo de Papini y de Giuliotti es un catolicismo beligerante, combatiente y colérico.
Papini Giuliotti repudian y condenan en bloque la modernidad. El espíritu moderno, cuyos primeros elementos aparecen con el Renacimiento, se presenta hoy como causa y efecto a la vez de esta civilización industrialista y materialista. Se llama humanismo, protestantismo, liberalismo, ateísmo, socialismo, etc. Papini y Giuliotti nos predican, como otros espiritualistas reaccionarios, el retorno al Medio Evo.
Su rencor contra la modernidad se traduce, por ejemplo, en una acérrima diatriba contra América. "La América -dice el Diccionario- es la tierra de los tíos millonarios, la patria de los truts, de los rascacielos, del tranvía eléctrico, de la Ley de Lynch, del insoportable Washington, del aburrido Emerson, del pederasta Walt Whitman, del vomitivo Longfellow, del angélico Wilson, del filántropo Morgan, del indeseable Edison y de otros grandes hombres de la misma pasta. En compensación nos ha venido de América el tabaco que envenena, la sífilis que pudre, el chocolate que harta, la patata pesada para el estómago y la declaración de la Independencia que engendró, algunos años después, la Declaración de los Derechos del Hombre. De los que se deduce que el descubrimiento de América -aunque realizado por un hombre que tuvo lados de santidad -fue querido por Dios en 1492 como un punición represiva y preventiva de todos los otros grandes descubrimientos del Renacimiento: esto es la pólvora de cañón, el humanismo y el protestantismo.
La frenética requisitoria contra América define la posición anti-histórica de Papini y Giuliotti. Claro que no todas su razones deben ser tomadas al pie de la letra. Encolerizarse contra América por haber dado al mundo la patata, tiene que parecerle a todos un mero exceso de exaltación verbal. La patata está justificada y defendida por el plebiscito de toda Europa. Un escritor francés un tanto próximo a Papini en el espíritu –Joseph Delteil– ha hecho en su Juana de Arco –libro que tal vez sea adoptado por la nueva apologética que el Diccionrio propugna y augura– el elogio de la patata. Delteil la declara alimento intelectual por excelencia. Entre otras virtudes, le atribuye la de mantener la agilidad del espíritu y conferir el gusto del diálogo.
Pero dejemos a América y la patata y, volviendo a las sugestiones esenciales del Diccionario, constatemos que el caso de Papini convertido al catolicismo, no es un caso solitario y único en la inteligencia contemporánea. El caos contemporáneo angustia y aterra a los intelectuales. Todos sienten la necesidad de un orden, de una fe. Los que no son capaces de adherir a un orden nuevo buscan con frecuencia su refugio en Roma. La Iglesia Católica les ofrece asilo contra la duda. Estas adhesiones de intelectuales desencantados no robustecen históricamente al catolicismo; pero restauran los gastados prestigios de su literatura.
Tenemos el campo filosófico una escuela neo-tomista. La escolástica es desempolvada por escritores y artistas que hasta ayer representaron un nihilismo, un escepticismo, a veces blasfemos.
Papini, extremista orgánico, tenías que reaccionar contra el caos moderno adhiriendo a la revolución o la tradición. Su psicología y su mentalidad de toscano no eran propensas al misticismo oriental del bolchevismo. Nada hay de rato ni de ilógico en que lo haya conducido a la tradición romana, al orden latino. Pero, ¿será esta la última estación de su viaje? Giuseppe Prezzolini que lo conoce y admira como nadie, se lo pregunta con incertidumbre: "¿Permanecerá católico? ¿Tendrá tiempo aún de ensangrentar sus pies por ásperos caminos, los veremos todavía correr tras de una nueva quimera, o quedará encerrado en la cristalización de la fórmula religiosa y del éxito material?" Aunque tratándose de Papini es arriesgado hacer predicciones, lo último me parece lo más probable.
Ya he dicho por qué.
José Carlos Mariátegui La Chira
"L'Action Francaise", Charles Maurras, Leon Daudet, etc.
Parte deFondo José Carlos Mariátegui
"L'Action Francaise", Charles Maurras, Leon Daudet, etc.
Enfoquemos otro núcleo, otro sector reaccionario: la facción monárquica, nacionalista, guerrera, anti-semita que acaudillan Charles Maurras y León Daudet y que tiene su hogar y su sede en la casa de “L’Actión Francaise”. Las extremas derechas están de moda. Sus capitanes juegan sensacionales roles en la tragedia de Europa.
En tiempos de normal proceso republicano, la extrema derecha francesa vivía destituida de influencia y de autoridad. Era una bizarra secta monárquica que evitaba a la Tercera República el aburrimiento y la monotonía de un ambiente unánime y uniformemente republicano. Pero en estos tiempos, de crisis de la democracia, la extrema derecha adquiere una función. Los elementos agriamente reaccionarios se agrupan bajo sus banderas, refuerzan su contenido social, actualizan su programa político. La crisis europea ha sido para la senil extrema derecha una especie de senil operación de Voronof. Ha actuado sobre ella como una nueva glándula intersticial. La ha reverdecido, la ha entonado, le ha inyectado potencia y vitalidad.
La guerra fue un escenario propicio para la literatura y la acción de Maurras, de Daudet y de sus mesnadas de “camelots du roi”. La guerra creaba una atmósfera marcial, jingoísta, que resucitaba algo del espíritu y la tradición de la Europa pretérita. La “unión sagrada” hacía gravitar a derecha la política de la Tercera República. Los reaccionarios franceses desempeñaron su oficio de agitadores y excitadores bélicos. Y, al mismo tiempo, acecharon la ocasión de torpedear certeramente a los políticos del radicalismo y a los leaders de la izquierda. La ofensiva contra Caillaux, contra Painlevé, tuvo su bullicio y enérgico motor en “L’Actión Francaise”.
Terminada la guerra, desencadenada la ola reaccionaria, la posición de la extrema derecha francesa se ha ensanchado, se ha extendido. La fortuna del fascismo ha estimulado su fe y su arrogancia. Charles Maurras y León Daudet, condottieri de esta extrema derecha, no provienen de la política sino de la literatura. Y sus principales documentos políticos son sus documentos literarios. Sus gustos estéticos igual que sus gustos políticos, están fuertemente impregnados de reaccionarismo y monarquismo. La literatura de Maurras y de Daudet confiesa, más enfática y nítidamente que su política, una fobia disciplinada y sistemática del último siglo, de este siglo burgués, capitalista y demócrata.
Maurras es un enemigo sañudo del romanticismo. El romanticismo no es para Maurras el simple fenómeno literario y artístico. El romanticismo no es únicamente los versos de Musset, la prosa de Jorge Sand y la pintura de Delacroix. El romanticismo es una crisis integral del alma francesa y de sus más genuinas virtudes: la ponderación, la mesura, el equilibrio. América ama a la Francia de la enciclopedia, de la revolución y del romanticismo. Esa Francia jacobina de la Marsellesa y del gorro frigio la indujo a la insurrección y a la independencia. Y bien. Esa Francia no es la verdadera Francia, según Maurras. Es una Francia turbada, sacudida por una turbia ráfaga de pasión y de locura. La verdadera Francia es tradicionalista, católica, monárquica y campesina. El romanticismo ha sido como una enfermedad, como una fiebre, como una tempestad. Toda la obra de Maurras es una requisitoria contra el romanticismo, es una requisitoria contra la Francia republicana, demagógica y tempestuosa, de la Convención y de la Comuna, de Combes y de Caillaux, de Zola y de Barbusse.
Daudet destesta también el último siglo francés. Pero su crítica es de otra jerarquía. Daudet no es un pensador sino un cronista. El arma de Daudet es la anécdota, no es la idea. Su crítica del siglo diecinueve no es, pues, ideológica sino anecdótica. Daudet ha escrito un libro panfletario, “El estúpido siglo diecinueve”, contra las letras y los hombres de esos cien años ilustres. (Este libro estruendoso agitó la París más que la presencia de Einstein en la Sorbona. Un periódico parisién solicitó la opinión de escritores y artistas sobre el siglo vituperado por Daudet. Maurice Barrés, orgánicamente reaccionario también, pero más elástico y flexible, dijo en esa encuesta que el estúpido siglo diecinueve había sido algo adorable.)
El caso de esta extrema derecha resulta así singular e interesante. La decadencia de la sociedad burguesa la ha sorprendido en una actitud de protesta contra el advenimiento de esta sociedad. Se trata de una facción idéntica y simultáneamente hostil al Tercero y Cuarto Estado, al individualismo y al socialismo. Su legitimismo, su tradicionalismo la obliga a resistir no sólo al porvenir sino también al presente. Representa, en suma, una prolongación psicológica de la Edad Media. Una edad no desparece, se hunde en la historia, sin dejar a la edad que le sucede ningún sedimento espiritual. Los sedimentos espirituales de la Edad Media se han alojado en los dos únicos estratos donde podía asilarse, la aristocracia y las letras. El reaccionarismo del aristócrata es natural. El aristócrata personifica la clase despojada de sus privilegios por la revolución burguesa. El reaccionarismo del aristócrata es, además, inicuo, porque el aristócrata consume su vida aislada, ociosa y sensualmente. El reaccionarismo literario, o del artista, es de distinta filiación y de diversa génesis. El literato y el artista, en cuyo espíritu persistía aún el recuerdo caricioso de las cortes medioevales, ha sido frecuentemente reaccionario por repugnancia a la actividad práctica de esta civilización. Durante el siglo pasado, el literato a satirizado y ha motejado agrazmente a la burguesía. La democracia se ha asimilado, poco a poco, a la mayoría de los intelectuales. Su riqueza y su poder le han consentido crearse una clientela de pensadores, de literatos y de artistas cada vez más numerosa. Actualmente, además, una vanguardia brillante marcha a lado de la revolución. Pero existe todavía una numerosa minoría contumazmente obstinada en su hostilidad al presente y al futuro. En esa minoría, rezago mental y psicológico de la Edad Media, Maurras y Daudet tienen un puesto conspicuo.
Pero penetremos más hondamente en la ideología de los monarquistas de “L’Action Francaise”. Los revolucionarios miran en la sociedad burguesa un progreso respecto de la sociedad medioeval Los monarquistas franceses la consideran simplemente un error, una equivocación El pensamiento monarquista es utopista y subjetivo. Reposa en consideraciones éticas y estéticas. Más que a modificar la realidad, parece dirigido a ignorarla, a desconocerla, a negarla. Por eso ha sido hasta ahora alimento exclusivo de un cenáculo intelectual. La muchedumbre no ha escuchado a quienes abstrusa y míticamente le afirman que desde hace siglo y medio la humanidad marcha extraviada. La predicación monárquica de “La Acción Francesa” no ha tenido eco, antes de hoy, sino en una que otra alma bizarra, en una que otra alma solitaria. Su actual brillo, su actual resonancia, es obra de circunstancias externas, es futo del nuevo ambiente histórico. Es un efecto de la gesta de las camisas negras y de los somatenes. Los artífices, los conductores de la contrarrevolución europea no son Maurras ni Daudet, sino Mussolini y Farinacci. No son literatos disgustados, malcontentos y nostálgicos, sino oportunistas capitanes procedentes de la escuela demagógica y tumultuaria. Los hierofantes de “La Acción Francesa” se someten, se adhieren humildemente a la ideología y a la praxis de los caudillos fascistas. Se contentan con tener a su lado un rol de ministros, de tinterillos, de cortesanos Maurras, selecto y aristócrata, aprueba el uso del aceite de castor.
Todo el caudal actual de la extrema derecha viene de la polarización de las fuerzas conservadoras. Amenazadas por el proletariado, la aristocracia y la burguesía se reconcilian La sociedad medioeval y la sociedad capitalista se funden y se identifican. Algunos pensadores, Walter Rathenaur por ejemplo, dicen que dentro de una clase revolucionaria conviven mancomunados y confundidos estratos sociales que más tarde se separarán y se enemistarán. Del mismo modo, dentro de las clases conservadoras, se amalgaman capas sociales antes adversarias. Ayer la burguesía mezclada con el estado llano, con el proletariado, destronaba a la aristocracia. Hoy se junta con ella para resistir el asalto de la revolución proletaria.
Pero la Tercera República no se resuelve todavía a conferir demasiadas autoridades a los fautores del rey. Recientemente dio a Jonnart un asiento en la Academia, ambicionado por Maurras. Entre un personaje burocrático del régimen burgués y el pensador de la corte de Orleans, optó por el primero, sin miedo a los silbidos de los camelots du roi. La Tercera República se conduce prudentemente en las relaciones con la facción monarquista. Sus abogados y sus burócratas, sus Poincaré, sus Millerand, sus Tardieu, etc., flirtean con Maurras y con Daudet, pero se reservan avaramente la exclusiva de los primeros puestos.
¿Organizarán Maurras y Daudet, como organizó Mussolini, un ejército de cien mil camisas negras para conquistar el poder? No es probable ni es posible. Francia es un país de burgueses y campesinos, cautos, económicos y prácticos, poco dispuestos a seguir a los capitanes del rey.
“L’Action Francaise” y sus hombres son un elemento de agitación y de agresión; no son un elemento de gobierno. Son una fuerza destructiva, negativa; no son una fuerza constructiva, positiva. El futuro se construye sobre la base de los materiales ideológicos y físicos del presente. “L’Action Francaise” intenta resucitar el pasado, del cual no restan sino exiguos residuos psicológicos. Quiere que la política francesa de hoy sea la misma de hace quinientos o mil años. Que Alemania sea aniquilada, talada, subyugada.
En siglo y medio de civilización capitalista, el mundo se ha metamorfoseado totalmente. La vida humana se ha internacionalizado. El destino, el progreso, la mentalidad, la costumbre de los pueblos se han tornado misteriosa y complejamente solidarios. La humanidad marcha, consciente o subconscientemente, a una organización internacional. Este rumbo ha generado la ideología revolucionaria de las internacionales obreras y la ideología burguesa de la Sociedad de Naciones. Para los camelots du roi este nuevo panorama humano es nulo, inexistible. La humanidad actual no es la misma de la época merovingia. Y Europa puede aún ser feliz bajo el cetro de un rey borbón y bajo la bendición de un pontífice Borgia.
José Carlos Mariátegui La Chira