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Revista Amauta Norteamérica
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Fotografía de Augusto C Sandino

Fotografía donde aparece Augusto C. Sandino rodeado por su Estado Mayor, coloca en Veracruz una ofrenda floral en la tumba de los cadetes caídos en lucha con los yanquis.
La fotografía presenta una autógrafa para Amauta.
Con letra de José Carlos: 11 cent. ancho gramo fino.

Sandino, Augusto César

Tarjeta Postal de Rafael Ramos Pedrueza

Tarjeta postal con autógrafa enviada por Rafael Ramos Pedrueza en abril de 1927 para la revista Amauta.
La tarjeta dice:
"Para la bella revista libertaria 'Amauta' con mi cariño y adhesión"

Ramos Pedrueza, Rafael

Carta de Stephen Naft ,4/11/1926

[New York], 4 de noviembre dc 1926
Sr. Don José Carlos Mariátegui
Director del Amauta
Casilla 2107
Lima. Perú.
Estimado Compañero:
Le estoy muy agradecido por haberme mandado su muy interesante revista Amauta. Le mandamos incluso un billete americano de $2.–– para la suscripción. Mándenos todos los números que habrán aparecido desde el primer número.
Siento mucho que Ud. no nos ha respuesto a nuestra carta pidiéndole su colaboración y particularmente un artículo sobre las aspiraciones y el movimiento de los indígenas. Vd. en Lima también me ha prometido mandarme estos números del Mundial en los que aparecen o aparecieron sus artículos.
Le ruego mandarme un recibo para la contabilidad.
Esperando de tener sus noticias en poco tiempo, le saludo fraternalmente
S. Naft
Director Sección Latino Americana

Naft, Stephen

Carta de Graziella Garbalosa, 26/12/1926

México, 26 de diciembre de 1926
a
José Carlos Mariátegui
en Lima, Perú
admirable conocido:
al comenzar quiero explicarle, por qué utilizo este papel de carta que comprara mi pequeña de ocho años. tengo prisa en escribirle, ya que mis intenciones, como suelen esfumarse rápidamente, me obligan a cogerlas al vuelo, si gusto de aprovecharlas un instante. hasta dentro de unos días no me traerán el papel de mi correspondencia y aprovecho en tanto el de mi chamaca. En casa de Jacobo Hurtwitz encontré un bonito número de Amauta, llevado por Esteban Pavletich, después de saboreado el contenido de la revista, decidí escribirle a Ud., mandándole una composición literaria.
Utilizo en ésta la pluma, debido a que resulta más fácil e indispensable, cuando se pertenece al sexo femenino, viajar acompañada de un estuche de gillette que con una portátil máquina de letras. Soy cubana y habanera (por si la curiosidad le azuza a conocer mi nacionalidad). tengo varios libros editados, novelas y versos; ¡feraz! no desmiento los efectos de la reverberante latitud geográfica donde me trajeron al mundo...
Descuido mucho el intercambio literario y el establecer saludables relaciones con los verdaderos paladines de la literatura.
Amauta logró cautivarme. disculpe Ud. la intención de sorprenderle con versos míos. gastrónoma de los más caros deseos hoy sufro de dispepsia psicológica. Tenga Ud. benevolencia para con el histérico apetito que despertara la sazón de los nuevos platos orientalizados, creaciones o condimentaciones de los actuales aedas, intuitivos del refinamiento asiático, el más complicado y sintético de los refinamientos.
Tonifico las buenas esperanzas de conocer a ese inmenso perú.
Ahora visito al México de los aztecas. mañana pasearé por Europa. después me llamará Montevideo, hasta que me detenga en el imperio de los incas.
Paréceme larga esta presentación. hasta mediado del año próximo viviré en el Hotel Princess Ave. Hidalgo n° 59; reciba Ud. la sencilla felicitación de s.s.s.
Graziell Garbalosa

Garbalosa, Graziella

Carta de María Mejías, 7/1/1927

Nueva York, 7 de enero de 1927
Sr. Don José Carlos Mariátegui,
Director Amauta,
Lima, Perú.
Muy señor nuestro:
Acaba de llegar a esta oficina el número 4 de su importante revista Amauta. Hemos puesto dicha revista en nuestra lista de canjes, y mucho nos agradaría que nos la remitieran regularmente como canje también. Si fuese posible obtener los tres primeros números, también lo agradeceríamos mucho.
Felicitamos a Ud. por la importante revista que ha sacado Ud. a la luz pública, y esperamos que tenga un gran éxito. Si en algo podemos servirle, estamos a sus órdenes.
Attos. y SS. SS.,
La Nueva Democracia
Por: Depto. Edit.
María Mejías

Mejías, María

Carta de Rafael Heliodoro Valle, 1/4/1927

México, D.F., 1 de abril de 1927
Señor Director de la
Revista Amauta.
Sagástegui 669.
Lima - Perú
Refiriéndome a su muy atenta nota del 2 de marzo anterior, tengo el gusto de anunciar a usted que queda establecido el canje con esa publicación; y ya doy las órdenes necesarias para que ustedes reciban la nuestra desde el primer número de este año.
Me es grato reiterarle las seguridades de mi atenta consideración.
SUFRAGIO EFECTIVO. NO REELECCIÓN.
Jefe de la Sección de Bibliografías y Revistas
Rafael Heliodoro Valle

Valle, Rafael Heliodoro

Carta de Jaime Torres Bodet, 21/5/1927

México, D.F., 21 de mayo de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui.
Director de la Revista Amauta.
Sagástegui 669.
Lima, Perú.
Muy señor mío:
Al recibir su carta del 27 de abril último me apresuré a releer —con el detenimiento que su solicitud reclamaba— el artículo mío que con el título de “Iberoamericanismo Utilitario” publicó Revista de Revistas en su edición No. 880 y crea usted que deploro no haber encontrado en él una frase equivocada o simplemente una violencia indebida de tono que me dieran la oportunidad, muy grata, de emprender la rectificación que usted pide ya que rectificarme es mi ocupación favorita.
Pero es el caso que, en el artículo de que hablamos, no hice responsable a Amauta de las opiniones de Hidalgo denigrantes para México que usted llama amablemente boutades y sólo cito a Amauta como el lugar en que las había recogido, obligándome a ello una elemental honradez de escritor. Si la opinión de usted y de sus compañeros de redacción no coincide con la de Hidalgo— y usted me lo asegura— no me quedará sino felicitar a usted y a ellos por su buen sentido. Pero de esta felicitación a la rectificación que quiere media una distancia que sólo la deferencia pudiera invitarme a recorrer.
El hecho de que el artículo de Hidalgo haya aparecido en la sección de ‘Libros y Revistas’ de Amauta, no salva a esa revista de la peligrosa responsabilidad de haberlo amparado, porque si bien la hospitalidad tiene sus deberes, también tiene sus derechos de selección muy claros y usted no parece haberlos ejercitado con la precisión que sus sentimientos iberoamericanos hubieran exigido. Por otra parte, decir —como usted agrega— que el “rincón bibliográfico” de Amauta no es Amauta misma, es hacer poco favor a la mentalidad del personal que está encargado de enriquecerlo.
Como usted ve, no he incurrido en ningún error de ligereza al creer a Amauta de acuerdo con la opinión de Hidalgo y si alguien está obligado a aclarar el criterio iberoamericano de esa revista —si alguno tiene— es usted mismo o quien de ello se encargue en la publicación que dirige.
De usted atento y seguro servidor.
J. Torres Bodet

Torres Bodet, Jaime

Carta de Rafael Heliodoro Valle, 24/5/1927

[Transcripción literal]
México, D.F., 24 de mayo de 1927
Señor don
José Carlos Mariátegui.
Editorial Minerva
Sagástegui 669.
Lima, Perú.
Mi distinguido compañero y amigo:
Contesto su carta del 27 de abril anterior a la que viene unida una copia de su carta al señor Torres Bodet, quien seguramente hará la rectificación que usted justicieramente pide. Por mi parte yo haré que en Revista de Revistas se dé a conocer la carta de usted a nuestro amigo.
Le ruego enviarme Amauta a mi dirección particular, pues me interesa mucho seguirla recibiendo con puntualidad. Yo le enviaré la revista Forma la cual desde el primer número de seguro usted ha comenzado a recibir.
No tenga usted inquietud porque vayan a tenerlo como amigo desleal de México, pues bien sabemos que en las publicaciones cada autor es responsable de lo que escribe, y en este caso la culpa la tiene el señor Hidalgo.
Con renovadas demostraciones de simpatía y admiración y en espera de sus gratas noticias, quedo como siempre su afectísimo amigo y compañero.
Rafael Heliodoro Valle

Valle, Rafael Heliodoro

Carta a Jacobo Hurwitz, 20/6/1927

Transcripción completa (se ha respetado la grafía del original)
Lima, 20 de junio de 1927
Sr. Jacobo Hurtwitz
México
Muy estimado compañero:
Me es grato dirigirme a Ud. para anunciarle que por este correo le remitimos un paquete conteniendo 20 ejemplares de "Amauta" del No. 9, por haberse ausentado de ese lugar el compañero Pavletich. Escribimos por este mismo correo a nuestro compañero pidiéndole que le dé las instrucciones necesarias.
Esclarecido como está su carácter ideológico, esperamos obtener las garantías necesarias para continuar publicando "Amauta". Si las conseguimos daremos un número doble (10 y 11) en julio y, entre tanto, reimprimiremos el No. 1, del cual nos indicará la cantidad de ejemplares que debemos remitirle.
La publicación de "Amauta" está solo momentáneamente suspendida. Si no es posible publicarla en Lima, se publicará en Buenos Aires u otra ciudad de América.
Le avisamos que disponemos de algunas colecciones de "Amauta" desde el No. 2 y desde el No. 3 que se venden, respectivamente, a beneficio de la revista, al precio de dólares 2.00 y 1.70. A fines del presente aparecerá el libro de Luis E. Valcárcel "Tempestad en los Andes", primer volumen de la Biblioteca Amauta.
Con cordiales saludos de José Carlos Mariátegui, y míos
Administrador

Sociedad Editora Amauta

Carta de Carlos Gaytán, 18/8/1927

México, D.F., 18 de agosto de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui
Director de
Amauta
Muy señor nuestro:
Nos permitimos enviar a usted una copia del último número de la Revista Quincenal Ilustrada USECOP, órgano de publicidad de la Unión Sindical de Empleados de Comercio y Oficinas Particulares, que viene editándose regularmente desde hace tres años.
Nuestro objeto es si, para ello no encuentra usted inconveniente, establecer el canje entre la Revista que usted con tanto tino dirige y la nuestra.
Esperando que usted acoja favorablemente nuestra propuesta, nos es grato suscribirnos, como sus más atentos y seguros servidores.
Por la Revista USECOP
Carlos Gaytán

Gaytán, Carlos

Carta de J. López Méndez, 17/12/1927

México, D.F., 17 de diciembre de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui
Director de la Revista Amauta.
Sagástegui 669.
Lima, Perú
Muy estimado señor:
En días pasados tuve el gusto de recibir la visita del Sr. Cox, y con él tuve una larga y agradable plática, en la que mucho hablamos de Ud. y de las grandes simpatías que se tiene en México por su obra.
Durante mucho tiempo he estado escribiendo a Ud. sin haber obtenido respuesta. Aquí se interesan mucho por la Revista. De los números que Ud. me mandó han quedado ejemplares sin vender debido a la irregularidad con que se reciben y a la suspensión de ella. Creo que si se reanuda se venderán esos ejemplares, pues repito, a Ud., que todo el mundo se interesa, pero siempre que aparezca con regularidad.
Leí en el Repertorio que Ud. se propone a toda costa sacar de nuevo la revista, y lo felicito. No deje Ud. de contarme entre sus agentes. Ojalá pudiera darme la exclusiva para la República Mexicana.
Por ahora solamente desearía recibir no más de cinco ejemplares.
Me intereso muy especialmente por los libros y le agradecería que me mandara un ejemplar de todos los que ha publicado hasta la fecha, la revista, del libro de Ud., dos o tres ejemplares. De todo nuevo libro, tres ejemplares y si es de verdadero mérito de muy buen autor, puede aumentarse el número a cuatro.
Lo saludo con todo afecto y desearía recibir sus letras, que son tan apreciables para mí.
También le estimaría que me diera toda clase de informes o datos bibliográficos acerca de libros, autores, revistas, novedades, etc.
Su afmo. atto. y S. S. que tanto la admira y estima
J. López Méndez

López Méndez, J.

Carta de The Nation, 30/3/1928

New York, March 30, 1928
Amauta
Sagástegui 669,
Casilla 2107,
Lima, Peru.
Gentlemen:
We shall be glad to send you 'The Nation for the coming year, in exchange for which we should be pleased to receive your publication,
as issued.
Sincerely yours
Firma
The Nation's Circulation Department

The Nation

En torno al tema de la inmigración [Artículo]

En torno al tema de la inmigración

La Conferencia Internacional de Inmigración de la Habana, invita a considerar este asunto en sus relaciones con el Perú. Parecen liquidados, por fortuna, los tiempos de política retórica en que, extraviada por las fáciles elucubraciones de los programas de partido y de gobierno, la opinión pública peruana se hacía excesivas o desmesuradas ilusiones sobre la capacidad del país para atraer y absorber una inmigración importante. Pero el problema de la inmigración no está aún seria y científicamente estudiado, en ninguno de sus dos aspectos: ni en las posibilidades del Perú de ofrecer trabajo y bienestar a los inmigrantes, en grado de determinar una constante y cuantiosa corriente inmigratoria a su suelo, ni en las leyes que regulan y encauzan las corrientes de emigración y su aprovechamiento por los pueblos escasamente poblados.

Las restricciones a la inmigración vigentes en los Estados Unidos desde hace algunos años, han mejorado un tanto la posición de los demás países de América en lo concerniente al interesamiento de los inmigrantes por sus riquezas y recursos. Pero este es un factor general y pasivo del cual tienen muy poco que esperar los países que no se encuentren en condiciones de asegurar a los inmigrantes perspectivas análogas a las que convirtieron a Norte América en el más grande foco de atracción de la inmigración mundial.
Estados Unidos ha sido, en el período en que afluían a su territorio fabulosas masas de inmigrantes, una nación en el más vigoroso, orgánico y unánime proceso de crecimiento industrial y capitalista que registra la historia. El inmigrante de aptitudes superiores, hallaba en Estados Unidos el máximo de oportunidades de prosperidad o enriquecimiento. El inmigrante modesto, el obrero manual, encontraba, al menos, trabajo abundante y salarios elevados que, en caso de no asimilación, le consentían repatriarse después de un período más o menos largo de paciente ahorro. La Argentina y el Brasil, además de las ventajas de su situación sobre el Atlántico, han presentado, en otra proporción y distinto marco, parecido proceso de desenvolvimiento capitalista. Y, por esta razón, se han beneficiado de los aluviones de inmigración occidental en escala mucho mayor que los otros pueblos latino-americanos.

El Perú, en tanto, no ha podido atraer masas apreciables de inmigrantes por la sencilla razón de que, -no obstante su leyenda de riqueza y oro- no ha estado económicamente en condiciones de solicitarlas ni de ocuparlas. Hoy mismo, mientras la colonización de la montaña, que requiere la solución previa y costosa de complejos problemas de vialidad y salubridad, no cree en esa región grandes focos de trabajo y producción. La suerte del inmigrante en el Perú es muy aleatoria e insegura. Al Perú no pueden venir, sino en muy exiguo número, obreros industriales. La industria peruana es incipiente y solo puede remunerar medianamente a contados técnicos. Y tampoco pueden venir al Perú campesinos y jornaleros. El régimen de trabajo y el tenor de vida de los trabajadores indígenas del campo y las minas, están demasiado por debajo del nivel material y moral de los más modestos inmigrantes europeos. El campesino de Italia y de Europa central no aceptaría jamás el género de vida que puedan ofrecerle las mejores y más prósperas haciendas del Perú. Salarios, vivienda, ambiente moral y social, todo le parecería miserable. Las posibilidades de inmigración polaca, -apesar de ser Polonia uno de los países de mayor movimiento emigratorio, a causa de su crisis económica- están circunscritas como se sabe a la montaña, a donde el inmigrante vendría como colono -vale decir como pequeño propietario- y no como bracero. Las leyes de reforma agraria que, después de la guerra, han liquidado en la Europa Central y Oriental -Tcheco Eslovaquia, Rumania, Bulgaria, Grecia, etc., -los privilegios de la gran propiedad agraria, hacen más difícil que antes la emigración de los campesinos de esos países a pueblos donde no rijan mejores principios de justicia distributiva. El trabajador del campo de Europa, en general, no emigra sino a los países agrícolas donde se ganan altos salarios o donde existen tierras apropiables. Ni uno ni otro es, por el momento, el caso del Perú.
Las obras de irrigación en la costa, en tanto que una reforma agraria y el régimen de trabajo -no parecen tampoco destinadas a acelerar la inmigración mediante la colonización de las tierras habilitadas para el cultivo. El derecho de las yanacones y comuneros a la preferencia en la distribución de estas tierras, se impone con fuerza incontestable. No habría quien osara proponer su postergación en provecho de inmigrantes extranjeros.

La montaña, por grande que sea el optimismo que encienda intermitentemente la fortuna de sus pioniers, -cuyos innumerables fracasos y penurias tienen siempre menor resonancia,- presentará por mucho tiempo los inconvenientes de su insalubridad y su incomunicación. El inmigrante se aviene cada día menos a los riegos de la selva inhóspita. La raza de Robinson Cruzoe se extingue a medida que aumentan las ventajas de la convivencia social y civilizada. Y ni aún las razones de patriotismo logran triunfar del legítimo egoísmo individual, en orden a las empresas de colonización. Italia no ha logrado dirigir a sus colonias africanas ni las corrientes rumanas ni los capitales que fácilmente parten a América, con grave peligro de desnacionalización, como bien lo siente el fascismo, que se imagina encontrar un remedio en prerrogativas incompatibles con la soberanía y el interés de los estados que reciben y necesitan inmigrantes.

El Perú tiene que resolver muchos problemas económicos, antes que el de la inmigración. Y para la solución de este último, se prepararía con más provecho si el fenómeno de la emigración e inmigración, en su móvil realidad, fuera objeto de un estudio sistemático y objetivo, practicado con amplio criterio económico y social.

José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Waldo Frank, 2/7/1928

New York, 2 de julio [de 1928]
Sr. Don José Carlos Mariátegui
Lima, Perú.
Dear friend,
I wrote you some time ago, telling you with what delight I have been reading Amauta. It is a remarkable magazine; and I have a very real sense of the importance of the work you are doing. It means a good deal to me, to be able to count you among my friends.
I noticed with pleasure that you have been publishing certain chapters of my Re-Discovery of America. I am glad that you considered it worth publishing. I shall have to ask you, however, to cease these publications. I am trying to sell the Spanish rights of this book to a newspape— and I cannot afford to lose the possibility of earning this money, through the appearance in Amauta in which I receive no pay. Will you kindly tell Sr. Garro (whose address I do not have) that I thank him for his interest; that I am delighted to know that he is translating Our America for Glusberg of Buenos Aires but that I hope he is not translating any more parts of the new book?
Do let me hear from you. It is a long long time since I have had a letter from you, personally. I wonder indeed if you received my last one. And I shall be wondering if this word reaches you, until you assure me.
cordially yours
Waldo Frank

Frank, Waldo

Carta de Tristán Marof, 6/8/1928

México, 6 de agosto de 1928
Mi querido compañero Mariátegui:
Su carta del 10 de julio la tengo en mi poder y la respondo inmediatamente con todo agrado. He sabido por algunos amigos suyos que se encontraba enfermo, y varias veces hemos lamentado su situación. Pero me alegra inmensamente la noticia que me da de que una operación feliz, tal vez, lo pondrá en condiciones mejores. Todo lo que sucede a Ud. —sus triunfos y sus dolencias nos preocupan— no por simple sentimentalismo, sino porque clavado allí en Lima, realiza una obra revolucionaria con visión clara y dentro de la realidad.
No he recibido las cartas del Mayor Helguera; posiblemente han quedado secuestradas por el amigo Roig o por algún otro. Ya sabe Ud. o se habrá dado cuenta que nuestros amigos cubanos —con rarísimas excepciones— no tienen un severo grado de responsabilidad. Solamente una carta con un recorte suyo me enviaron de La Habana a México.
Le escribo a Fernández de Castro, anunciándole que escribirá para El Diario de la Marina. Yo escribí algo sobre Ud. para el suplemento y no sé si habrá salido. Hasta me pagaron adelantado; posiblemente saldrá en números posteriores si hasta ahora no ha salido.
Me tiene Ud. instalado por el instante, en este hospitalario país, tan complejo y tan interesante. No es posible escribir sobre México una línea sin vivir aquí, sin relacionarse con los medios más diversos y sin tener un espíritu de observación agudo. Los que escriben sobre México, a distancia, podrán acertar tal vez en algunos aspectos pero no en todos. Frecuentemente tengo la diversión de leer polémicas sustentadas sobre México y no hago otra cosa que sonreír. México no se arreglará ni cambiará por los buenos o malos deseos de esos señores. Estando aquí, sintiendo su vibración y la fuerza de este país, se da uno cuenta que México tiene enorme dinamismo que lo emplea cuando conviene, en el momento que es preciso. Los que analizan la ‘revolución mexicana’ como una cosa definitiva, seguramente no se dan cuenta que ella no ha realizado sino su papel histórico frente al poder feudal resintiéndolo considerablemente. Pero por este mismo hecho, este país marcha a pasos precipitados a la ‘revolución social’ proletarizando todas sus masas campesinas y obreras. Por este mismo hecho, México se encuentra a la cabeza de los países nuestros, donde el privilegio, el latifundio como entidad política, el clero, dominan en forma absorbente. Nosotros tenemos que realizar una revolución muy parecida a la de México en 1910; tal vez nuestra revolución tenga mayores contenidos sociales, mayor visión de conjunto, pero esto mismo no es sino el resultado de experiencias obtenidas sobre México.
La polémica de Urquieta —pequeño burgués intelectual, y Meneses, con su dosis de sentimentalismo, no me demuestran sino una cosa: el error de no vivir en México, de no estar enterado de la evolución económica —único factor que precipita las revueltas. Calles y Obregón —este último asesinado en un momento lamentable— no significan otra cosa que la representación de la pequeña burguesía nacional que derrotó al régimen latifundista y porfiriano que dominó a México por el espacio de más de 30 años. Pero no es posible desconocer la obra de la revolución mexicana, la interrogante que ha abierto en todos los campos, y por último, sus esfuerzos para imponerse y luchar al frente de un enemigo tan poderoso como el capitalismo de Wall Street.
Por otra parte, nuestro deber revolucionario es defender todas las conquistas que se han obtenido con la revolución y seguir adelante.
Urquieta, no sólo es un confusionista consciente —esta es la impresión que tengo yo— sino que se está cuajando en el Altiplano, al lado de don Franz Tamayo, radical lírico y mensajista. Si usted puede influir en este amigo escríbale y muéstrese disgustado por su actitud tan lejana de la realidad.
Con el mayor gusto escribiré para su revista y le conseguiré colaboraciones de valía. Voy a hablarles a los señores Bohórquez, Molina Enríquez, Diego Rivera y otros. Estoy seguro que escribirán para Amauta y le prometo enviarle inmediatamente que tenga en mi poder los manuscritos.
He dado una serie de conferencias en la Universidad y ahora me tiene Ud. de Profesor de Historia Americana en la Facultad de Ciencias Sociales. Posiblemente estaré aquí unos cuantos meses más hasta que pueda viajar a B. Aires.
He charlado largamente con Haya antes de que parta a Guatemala. Algunos puntos de vista me agradan; tal vez estaríamos de acuerdo en todo si Haya a última hora no hubiera insistido en cierto reformismo. Esta actitud ha abierto cierta pugna entre comunistas y apristas. Desde luego una cosa lamentable en un período pre-revolucionario.
No tengo aún en mi poder los números de Amauta que me dice Ud. me remite. Emplee como siempre la dirección segura: Liverpool 119.
Un saludo a todos los compañeros de su revista; y Ud. y su señora, acepten el afecto cordial de su amigo y compañero que los estima de verdad.
T. Marof

Marof, Tristán

Carta de Rafael Heliodoro Valle, 16/8/1928

México, D.F., l6 de agosto de 1928
Señor Doctor Don
José Carlos Mariátegui
Casilla 2107
Lima, Perú. S.A.
Contestando su atenta carta particular de 14 de julio último, me apresuro a dar a usted las más expresivas gracias por los ejemplares de la revista Amauta que se ha servido enviarme, así como por la invitación para que colabore en el número dedicado especialmente a México. En cuanto al canje de los suplementos de Excelsior, puede usted dirigirse directamente al señor Gerente de la empresa de este periódico, ya que de él dependen estos asuntos.
Reitero a usted mi atenta consideración.
SUFRAGIO EFECTIVO. NO REELECCIÓN
EL JEFE DE LA SECCIÓN DE BIBLIOGRAFÍA Y REVISTAS
Rafael Heliodoro Valle

Valle, Rafael Heliodoro

Carta de Alfred Coester, 7/9/1928

[California] 7 de setiembre de 1928
Sr. Gerente de la Sociedad Editora Amauta
Muy señor mío:
Refiriéndome a su apreciable carta del 4 de junio, me es grato acusar recibo de los números de Amauta que me llegaron debidamente. Faltaba empero el número 2, así como el número 1 que se dice va a reimprimirse. En cuanto sea posible, le ruego me los mande para que tenga completa la colección de tan notable revista.
Acepte la expresión de mi estima.
Alfred Coester.

Coester, Alfred

Carta de Chas E. Babcock, 21/9/1928

Washignton, DC. 21 de setiembre de 1928
Mi estimado señor Director:
Le ruego que acepte las gracias más cordiales de la Unión Panamericana por su cortesía en remitir a la Biblioteca de la Unión los ejemplares de Amauta. Son los primeros ejemplares que hemos recibido aquí y que hemos encontrado de la mayor importancia e interés.
Reiterándole las gracias, quedo su
Muy atento y seguro servidor
Chas E. Baboock
Bibliotecario

Babcock, Chas E.

Carta de Earle K. James, 6/11/1928

2607 Sedgwick Avenue,
New York, 6 de noviembre de 1928
Sr. José Carlos Mariátegui,
Director, Amauta,
Casilla 2107,
Lima, Perú.
Distinguido señor y amigo:
Ayer recibí un paquete enviado por Ud. y que me trae ejemplares de su excelente revista, como también una copia del libro Tempestad en los Andes. Le agradezco esto muy sinceramente. Me van a servir mucho. Del libro de Valcárcel, hablaré en el Times en cuanto lo haya leído.
Espero poder suscribirme a su revista dentro de poco. Por ahora me es imposible, debido a muchas otras obligaciones, pero haré todo lo posible para ayudarle en su importante obra dándola a conocer donde pueda.
Poco se conoce en este país de la literatura peruana, especialmente de lo contemporáneo, pues las casas editoras argentinas son las únicas activas en distribuir sus libros. Para remediar esta situación por lo menos en parte, le ruego se sirva darle mi nombre a sus amigos que escriben, para que pueda hablar de sus libros en mi columna; y si sabe de algún libro peruano de verdadera importancia, me lo indique, para poder mandarlo a pedir. Por mi parte, me será grato cooperar con Uds. en todo lo que sea posible. Aunque en cuanto a ideas económicas veo que no estamos de acuerdo, pues yo, aunque radical, no creo el marxismo sea la solución a los problemas de una sociedad tan diferente a la que conoció Marx (por lo menos en países como éste), veo, por otra parte, que con respecto al problema indígena estamos sí de acuerdo.
¿Será posible obtener reproducciones de los cuadros de Sabogal? Me han interesado los que Ud. reprodujo en su revista.
De nuevo dándole las gracias por el envío de revistas, me es muy grato saludarle y suscribirme de Ud.,
Su S.S. y amigo,
Earle K. James

James, Earle K.

Carta de Rafael Heliodoro Valle,8/11/1928

México, D.F., 8 de noviembre de 1928
Señor doctor don
José Carlos Mariátegui
Casilla 2107
Lima, Perú.
Muy estimado compañero:
No he podido contestar antes su grata del 14 de julio, debido a mis múltiples quehaceres. Por eso también me fue imposible enviarle la colaboración que tuvo la bondad de pedirme para la edición especial de Amauta en honor de México. No sé si esa edición ya apareció, porque no la conozco entre las publicaciones que de Hispanoamérica han llegado a última hora.
Para obtener los suplementos de Excelsior y Revista de Revistas, le ruego escribir directamente al Gerente del primero; porque los redactores no podemos invadir esa jurisdicción de canje.
Los datos que usted se sirvió enviar en respuesta al cuestionario del Departamento de Bibliotecas, los aprovecharé para el segundo volumen de Indice de Escritores y oportunamente le mandaré un ejemplar.
Muy cordialmente lo saluda su amigo y compañero
Rafael Heliodoro Valle
Orizaba 192-A

Valle, Rafael Heliodoro

Carta de Luis A. Rodríguez O. (Luis de Rodrigo), 15/4/1929

San Francisco, 15 de abril de 1929
Sr. José Carlos Mariátegui.
Lima.
Querido y recordado compañero:
Sentí de veras no haberle podido ver cuando estuve de paso por ésa. Cierto día en que fui a su casa, un simpático pequeñuelo —creo que sería Sandro— salió a mi encuentro, indicándome que Ud. en ese momento se encontraba muy ocupado, atendiendo a algunas personas.
Preocupaciones de todo orden, a cual más duras y aplanantes, me impidieron luego volverlo a buscar. Enseguida partí para esta ciudad saxoamericana donde el proceso de mi vida adquiere un viso álgido. No he tenido, pues, la suerte de cumplir uno de mis más vivos deseos al llegar a Lima: presentarle el testimonio de mi admiración personal y darle un fuerte, un cordial abrazo. Pero juzgue mi afecto, compañero, a través del que ahora le envío con estas líneas, hilvanadas apenas las faenas de esta aplastante vida yankee me dejan un respiro.
Después de algunos contrasuelazos y volatines, he caído en El Imparcial, semanario de habla hispana en San Fco. Figúrese una publicación de mentalidad específicamente burguesa e ingenuidad provinciana, pero sin el arresto limpio, fuerte e inteligente de nuestro provincialismo, por ejemplo. Desde el primer momento traté de hacerlo virar hacia la izquierda, aunque fuese lubricando sólo un tanto los ejes de orientación; pero lamentablemente el cartaginés del propietario echó por tierra mis planes. En comentarios rapidísimos, sin embargo, he lanzado algunas flechas incendiarias y por cualquier resquicio soplaré mi pólvora.
La posición del periódico es estratégica: defensa de los intereses de las colonias de habla castellana —españoles e hispano-americanos; en su mayor parte mexicanos estos últimos— frente a la hostilidad rubia; pero ni el hebdomadario sabe ni quiere sacar partido de su situación ni aquellas colonias tienen la menor consistencia solidaria.
Entiendo que aquí hay alrededor de 20,000 mexicanos; y créame Ud., compañero, actúan y se mueven en tal forma, piensan de tal manera que son capaces de socavar la fe del hombre mejor templado. La pasión política y disgregación de conciencia son tales, que allá donde se juntan dos mexicanos hay una revolución cargada de dinamita. Tal vez sea la energía desviada de la raza destinada a fecundas creaciones con abonos de sangre; pero mientras se corta las arterias, el Tío del Mundo se nutre de sangre azteca y ríe a caquinos de la opereta democrática, de los miles de generales presidenciables, de las cien revoluciones por minuto, etc., etc.
Y aquí se conocen datos ciertos de que todos esos que se presentan con la aureola apostólica antiimperialista, caen secretamente de rodillas ante la Secretaría de Estado yankee implorando ayuda y misericordia.
A título de referencia aquí le presento dos casos: poco antes de que yo llegase, Vasconcelos ofreció una conferencia, creo que en el Liberty Theatre situado en Broadway, centro de concentración latina. Se imaginará Ud. que una imponente multitud de nuestra raza acudió a escuchar al líder. ¡Admírese, compañero! El público estuvo compuesto escasamente por doscientas personas. De éstas la mayor parte fueron suramericanos; y de éstos —consuela decirlo— la mayor parte fueron peruanos.
Poco antes de producirse la revolución de los Escobar, Aguirre, etc., un buen día apareció en el Examiner —uno de los tantos órganos del cínico Hearst— un artículo en que señalaba la necesidad imperiosa y urgente de “adquirir” la Baja California, sobre todo por razones estratégicas, tanto para la defensa del Canal de Panamá como de los estados saxoamericanos del Pacífico. Como aquí se siguen paso a paso los planes de Inglaterra, no hay duda de que The Low California pasará a la Unión Saxoamericana el día menos pensado, y todavía con el asentimiento de muchos, muchísimos mexicanos. ¡Y lo de Sandino y lo del Canal de Nicaragua! Vea Ud.: he conversado con muchos nicaragüenses y el 99% opina que Sandino no es más que un vulgar salteador de caminos...
Hay para jamás acabar. Cuando esté más tranquilo, ordenaré mis notas y tendré el gusto de mandarle algunos artículos sobre estos puntos, para Amauta. Poseo ya extensas observaciones sobre la vida yankee que sucesivamente le haré conocer.
No me traje más que un número de Amauta, del cual me estoy valiendo para hacer conocer el mérito y orientación de la revista entre mucha gente de ésta; poniendo de relieve, al mismo tiempo, la destacada y beneficiosa labor intelectual de Ud. Le quedaría reconocido si, por lo pronto, me enviase, con la dirección que más abajo le indico, siquiera un ejemplar de cada número. Al mismo tiempo me interesa conocer y hacer conocer en ésta su libro 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana. ¿Podría Ud. mandármelo?
Luego le enviaré algunos poemas míos para que me haga la merced de publicarlos. Felizmente acá recibo Repertorio Americano y esto me salva un tanto de la mediocridad y estulticia ambiente.
Ya ve, compañero, que mantiénese firme mi solidaridad ideológica y espiritual con el grupo de Amauta —Espero que no olvide que estoy en acecho captador de muchos aspectos de problemas que nos preocupan. Nuestra conexión es, pues, de verdadera importancia para la causa en que militamos. Saludos a todos los compañeros.
Lo abraza fraternalmente
Luis A. Rodrigo
Mi dirección:
Luis A. Rodríguez O.
1027 Pacific Street.
San Fco.. de Cal.
U.S.A.

Rodríguez O. Luis A. (Luis de Rodrigo)

Carta de Luis A. Rodríguez O. (Luis de Rodrigo), 16/4/1929

San Francisco, Calif. 16 april 1929
Compañero:
Sin embargo de lo que le digo en mi principal de ayer, creo que conviene ir, poco a poco, filtrando nuestro pensamiento en "El Imparcial", para cuyo efecto me parece que podríamos comenzar publicando un artículo especial que Ud. quisiera enviarme y que sería de suma eficacia.
Le reitero que aquí hay varios interesados en "Amauta". Tal vez podrían colocarse algunas suscripciones. Conviene, por lo tanto que se moleste en mandarme algunos ejemplares.
Aguarda su palabra alentadora.
Luis Rodrigo
Enviole algunos comentarios hechos por mí al galope. Aquí la vida no da tregua para meditar; pero sea como fuere, los anima un pensamiento central, la defensa de nuestra raza y nuestros pueblos.

Rodríguez O. Luis A. (Luis de Rodrigo)

Carta de Waldo Frank, 28/5/1929

Mi gran y querido amigo,
acabo de recibir su carta del 30 de abril. Me allegro que ha podido Ud. hacer una cura, espero que su salud va acrecentarse. No sé, como decirle mi gran admiración para su obra y para el carácter alto y puro que entreveo en ella. No hay nada en mi viaje por Hispano-América que me da una allegría tan honda que lo que voy á conocerle. Soy seguro que Ud. se pregunta, de vez en cuando, que es mi actitud enfrente del problema marxista y comunista. Es lo que debo explicarle, cuando estemos juntos. Ud. deberá saber por qué no pertenezco á ninguno grupo político ni litterario, aquí: por qué me encuentro muchas veces opuesto á lo que están haciendo los “revolucionarios” de los EE.UU.; y por qué mi último libro ha acentuado lo personal, y ha mostrado ninguna confianza en el movimiento actual revolucionario en mi país. Es, en una palabra, ¡que ese movimiento no existe! Lo que hoy es feo, estúpido, impotente y impregnado de los mismos valores que los capitalistas: (con mucha menos inteligencia que ellos). Ud. comprenderá todo eso, cuando hemos charlado.
Me apresuro, mientras, a decirle que mi simpatía para Ud. y Amauta no se limita á lo artístico. Y, si doy conferencias en Lima, veré que una parte de lo que gano se vuelva á Amauta —puesto que su revista necesita dinero. Es —de todas las revistas americanas que conozco— la que me interesa lo mas.
En fines de junio, estaré en México. En setiembre, estaré en Buenos Aires.
con la mas completa devoción
soy suyo
Waldo Frank
Gracias de los libros. Voy a preparar una colección. Pero insisto que Ud. escriba una introduccion. Será pagado, naturalmente. Hablaremos de eso.
173, Riverside Drive
N.Y.

Frank, Waldo

Carta a José Malanca, 2/7/1929

Querido amigo Malanca:
Hace dos semanas le he escrito, contestando sus cartas y adjuntándole una para E. Pavletich. Amauta le ha sido expedida puntualmente a México D.F. Sus noticias nos son muy gratas e interesantes: tienen ante todo, el mérito de ser perfectamente sinceras. Y quienes conocemos y apreciamos al hombre, podemos estimar exactamente el valor de esta sinceridad.
Me explico que en México se conozca deficientemente el movimiento social e intelectual de Sud-América. Me ha parecido siempre que a la revolución mexicana le ha faltado conciencia de acontecimiento continental, lo que delataría precisamente su incurable fondo pequeño-burgués. La ley de ciudadanía continental y otros gestos, no han bastado, no bastan como expresión de solidaridad con los pueblos latino-americanos. —Los revolucionarios de Hispano-América nos hemos interesado siempre por la revolución mexicana mil veces más de lo que ésta se ha interesado por nosotros.—Los que ahora representan verdaderamente la revolución mexicana, tienen el deber de rectificar estas limitaciones del nacionalismo de México. A Montevideo han ido últimamente Siqueiros y otros representantes de la nueva central sindical mexicana. Sé por los delegados de varios países latino-americanos que han hecho ahí excelente impresión.
A propósito de Montevideo. Me escribe de allá Giselda Welker (ex-Giselda Zani) que Blanca Luz Brum ha salido para México. No me había anunciado este viaje, sino más bien uno a Europa. Y yo le he escrito últimamente a Montevideo, a la dirección de Margarita Gutiérrez. —Trate de buscarla tan luego como llegue. Es una excelente amiga mía y una encendida revolucionaria. Tiene esa llama de entusiasmo, ese culto de la sinceridad que he encontrado sólo en América en argentinos y uruguayos del tipo de Ud. y de ella. Americanos con juventud, excesivos, apasionados, infantiles a veces, pero dotados de un gran poder de creación por todo esto. En este lado de América, somos bastante encogidos, herméticos. Se lee en nosotros la herencia de una España trágica, inquisitorial y enlutada, mezclada a la melancolía quechua. Somos también un poco asiáticos. Yo no he sentido nunca esto tan claramente como cuando he estado en Europa y he confrontado mi desgano y mi reserva con la alegría pagana del latino, con la ingenuidad romántica del germano. Creo que más de una vez hemos hablado de esto y que hemos estado de acuerdo.—Pero volvamos a Blanca Luz. Que sea tan amiga de Ud. como lo es mía. Que reclame a Montevideo las noticias que allá le he dirigido.
Su misión en México, en cuanto respecta a Amauta debe ser la de vincularla con los grupos artísticos e intelectuales revolucionarios de ese país. Pocas revistas de Hispano-América han seguido con tanta atención el movimiento revolucionario mexicano. Es necesario que esto se sepa allá.— La administración ha aceptado la propuesta del librero J. López Méndez para la exclusiva de la venta de librería de Amauta y sus ediciones en México. Visite Ud. a López Méndez e infórmenos si está en aptitud de realizar su programa de difusión de Amauta.
Trabajamos con más orden y unidad que en meses pasados. Lo tendremos al corriente de nuestros avances en la labor de unificación y disciplinamiento de los grupos de la república. Que a los de Cuzco, Puno y La Paz no le deje de llegar su recuerdo estimulante.
Todos lo recuerdan en mi casa con la simpatía y amistad que Ud. merece. Y yo le envío mi cordial abrazo de amigo y compañero devotísimo.
José Carlos Mariátegui
P.D.—Le ruego avisarme si le llegan mis cartas, indicándome las fechas. Le adjunto una carta para el compañero Carlos Manuel Cox. No sé si lo conocerá Ud. ya, siendo como es México una urbe. Pero en caso de no conocerlo, no le será difícil dar con él. Es un muchacho peruano inteligente y simpático que hará buenas migas con Ud. El trato tónico de un camarada como Ud. le será además, grato y útil.—Su dirección postal en México D.F. es: Apartado 1524. En Crisol le será fácil también averiguar su dirección. Gracias. V.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Blanca Luz Brum, 11/1929

México, Nov.[iembre de 1929]
José Carlos:
¿qué pasa con Amauta? aquí no llega nada ché! David y yo lo recordamos cada rato y la gente no puede entendernos hermano! Malanca detesta a David. Le prevengo por cualquier estupidez que quieran hacer llegar hasta Ud. David es un revolucionario sacrificado y valiente, que ha dejado la pintura de publicidad, y espectáculo por la revolución, —y ha dejado los sueldos del gobierno por la miseria, es tan fuerte y humano que a su lado todos estos “artistas” resultan deportivos y vergonzosamente inútiles a nuestra Época.
No quiero hacerle el elogio de David, pero me indigna la incomprensión y la maldad de los que le juzgan.
Usted mejor que nadie sabrá pensar de él. ojalá! no esté lejano el día que, podamos abrazarnos los tres! Estoy tratando de reivindicarme de mi vida de “intelectual revolucionaria”, comenzaré a trabajar en una fábrica, con plena conciencia proletaria. Bellísima su opinión sobre Cemento, y como le agradezco la fineza de su recuerdo, lo he dado a Crisol.
Escríbame grande y leal amigo. Estoy sola, pero en soledad fuerte. Ansío noticias políticas del Perú. Serafín sale esta semana para ésa, parece que se piensan concentrar por ahí, etc, etc, etc, etc....
¿qué podríamos hacer aquí?
Espero su carta, amplia comprensiva y cariñosa.
Abrace a sus hijitos y a la buena Anita, asimismo reciban muchos besos de Eduardito.
David y yo lo abrazamos con todo nuestro calor de hermanos
Blanca Luz

Blanca Luz Brum

Carta de Baltasar Dromundo, 7/11/1929

Ciudad de México, 7 de noviembre de 1929
Sr. José Carlos Mariátegui.
Lima. Perú.
Estimable señor Mariátegui:
Mi querido amigo Serafín del Mar, hoy en camino para San José, me ha dado la dirección de usted pidiéndome que le envíe un poema revolucionario para Amauta, su fuerte y acertada revista. Lo hago con gusto, pues es un deseo mío también. Sólo me tengo una duda; hace tiempo que le escribí a usted y usted no contestó. Serafín me ha dicho que habrá sido por las múltiples ocupaciones de usted. Creo que hoy sí recibiré sus letras.
Deseo que usted se sirva enviarme, a correo reembolso, su libro Siete ensayos sobre la realidad peruana. Además, le ruego me mande un recibo por una suscripción anual de Amauta, yo le enviaré el importe por correo tan luego todo eso esté por acá.
Créame su amigo, admirador y camarada afectísimo.
Baltasar Dromundo

Aztecas, 14, Depto. 8.
México. D.F. República mexicana.

Dromundo, Baltasar

Carta de Stephen Naft, 5/2/1930

New York, 5 de febrero de 1929 [1930]
Estimado amigo Mariátegui,
Recibí hace algunos días el paquete con las revistas, su libro 7 Ensayos, el libro de Martínez de la Torre y los otros periódicos Labor. Le mandamos incluso dos giros bancarios por la suma total de $25. oro de los EEUU, por las revistas que nos ha mandado previamente y para sus publicaciones futuras. Nos interesa mucho y somos aquí unánimes en la convicción que El Amauta es la mejor revista de la América Latina y que debe vivir.
Pero puedo rogarle arreglar de modo para que las revistas me sean mandadas tan pronto que aparecen y no algunos meses después. Yo las necesito aquí no por interés histórico, sino por sacar noticias y obtener material para artículos para mandarlos para nuestra agencia noticiera. Por ejemplo el periódico Labor parece ser muy interesante y muy bien redactado, pero qué me sirven números del enero 1929 si ahora es febrero 1930. El gran valor para nosotros es de obtener noticias y material tan pronto que posible. Pues podría Ud. pedir a los otros amigos nuestros de mandarme sus periódicos y publicaciones y todas noticias que sean de interés para nosotros tan pronto que posible. Quizás puede Ud. subscribir un periódico (semanario) si existe que nos da estas informaciones que más nos interesan.
Podría Ud. mandarnos un artículo sobre el movimiento obrero en Perú, las varias tendencias, su fuerza, sus actividades, sus luchas recientes, y un poco de la historia y precursores de este movimiento. ¿Hay organizaciones campesinas? y ¿qué hacen?
Siento que tengo sus noticias tan raramente. Esperando recibir sus noticias pronto y más a menudo, le saluda cordialmente
Stephen Naft

Naft, Stephen

Carta de Alfred Coester, 14/11/1930

California, 14 de noviembre de 1930
Al Sr . Adm de la Revista Amauta
Muy señor mío:
Sírvase indicarme la fecha en que vencerá mi suscripción a la revista.
Saludo a Ud. atentamente
Alfred Coester

Coester, Alfred

Carta de Levin, Levin and Dill (Law Offices), [1930]

Sr. Ricardo Martinez de la Torre,
Apartado 2107,
Lima Peru.
Muy Señor Mio:
El señor Waldo Prank de Nueva York me avisa que Ud. puede mandarme unos números pasados de la revista "Amauta" publicada por el lamentado Mariategui.
A mi me gustaría recibir unas copias interesantes, y me hace el favor de mandarme la cuenta. Le ruego que me diga también el
precio de subscripción anual.
Quedo de Ud.
Su S.S
S. R. Levin

Levin, Levin and Dill (Law Offices)