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Grosz, George
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Un libertino, por Hermann Kesten

No es solamente libros de guerra lo que se traduce actualmente en la literatura alemana que -con el otorgamiento, a Thomas Mann, del Premio Nobel-, va a entrar seguramente en un período de activa exportación. Exportación: el término usualmente comercial no es impertinente. Durante la post-guerra, la literatura, como la industria de Alemania, ha renovado su instrumental y revisado su técnica.
“Un Libertino”, la novela de Hermann Kesten, -que aparece en las Ediciones Cenit, traducida por Fermín Soto-, pertenece a un género del que no tiene aún muestras el público hispánico. Procede de uno de esos equipos de escritores revolucionarios que en Alemania profesan y sirven la idea de que la novela debe ser usaba como arma de ataque y de crítica antiburguesa. Estos escritores quieren emplear la literatura como George Grosz emplea el dibujo. Representan una tendencia literaria que corresponde espiritualmente a la tendencia artística de George Grosz, Heinrich Zille, Kaethe Kolwitz, etc.
Por ser una literatura absoluta de post-guerra, esta literatura no puede por lo general eludir el hecho de que arrancan sus raíces: la guerra. Y, bajo cierto aspecto, “Un Libertino” de Hermann Kesten es también, al menos en sus últimos capítulos, un libro de guerra. El protagonista, José Bar, fuga de su país, Alemania, en 1914, para vivir en el extranjero como un hombre libre. Y la guerra lo sorprende en el país en que se ha refugiado, Holanda, donde resuelve, más obstinada y pragmáticamente que antes, permanecer, protegido contra sus obligaciones militares. “Un Libertino” es, pues, desde este punto de vista, la historia de un desertor; y lo es doblemente porque José Bar no solo rehusa acudir al llamamiento de su clase militar, sino que al mismo tiempo se rebela contra los intereses y los mandatos de su clase social. Si un anónimo nos ha dado en “Chinster” la historia del emboscado, del hombre que asiste a la guerra desde el retrofrente, Hermann Kesten en “Un Libertino” nos presenta el caso de un expatriado que se niega a regresar a su país para cumplir un deber que repudia.
José Bar en 1914 no es todavía teórica y prácticamente un revolucionario. Es solo un “revolté”, un rebelde, un disidente, un evadido: “José -dice el relato- era un individualista empedernido. Y este individualismo empecatado impedíale sentir la sagrada emoción que animaba en aquella hora a cientos de millones de hombres, no le dejaba reconocer la bondad ni la necesidad de la guerra, ver siempre en el enemigo el ilegítimo agresor y en la llamada patria el asilo de toda virtud moral; era tan ciegamente individualista que pensaba que la basura olía en todas partes mal, lo mismo en la patria propia que en la del enemigo; que la guerra se hacía pura y exclusivamente para conquistar riqueza y poder: que no eran más que modos de adquirir, cuando no pretextos hábilmente preparados para deshacerse en grandes cantidades, y a fantásticos precios, de las existencias acumuladas en los almacenes de los fabricantes de cañones o de paños para el ejército; que las guerras eran puras especulaciones bursátiles, operaciones aduaneras, transacciones bancarias, combinaciones para pescar ascensos, maniobras industriales o intrigas ministeriales, en una palabra, una estafa puramente privada de unos cuantos imbéciles y especuladores ambiciosos y ávaros”.
La novela de Kesten, a la que mejor conviene la clasificación genérica de relato, por descarnada y esquemática, es una sátira contra el individualismo de una juventud burguesa descontenta, insurgente. El protagonista de “Un Libertino” es, como el del John don Pasos en “Manhattan Transfer”, como el de Leonhard Frank, en “El Burgués”, un burgués idealista, centrífugo. Es un personaje diverso por el estilo, el ambiente, como lo exige el tono distinto de la obra; pero clasificable, por su procedencia y por su trayectoria, en la misma categoría.
Nada más dramático, tal vez, en nuestro tiempo, que el conflicto de estos hombres a quienes la burguesía no sabe retener en sus rangos, por descrédito de sus mitos y relajamiento de sus principios. Estos evadidos, estos prófugos, no son fácilmente asimilables por el socialismo y la revolución. Entre su rebeldía puramente centrífuga, atómica y la disciplina de la revolución proletaria, se interponen recalcitrantes sentimientos individualistas. Pero el proletariado recluta, frecuentemente, a sus más apasionados y eficaces adalides, en estas falanges de desertores. El libro de Kesten, que es una befa despiadada del individualismo burgués, consigna estas palabras: “La mayoría de los hombres consideran inmutable la suerte material de su vida; es curioso, pero es así. Al rico le ayudan a pensar de este modo las leyes hechas para él. Por su parte, los pobres, que viven fuera de las leyes, parecen comulgar en el credo religioso de la santidad de la pobreza. Este modo de pensar los hunde en la miseria y les impide remediarse ni remediar a los demás. No aciertan a unirse ni a meditar acerca de su situación. Sin los burgueses traidores a la causa de la burguesía, que se pasaron a las filas del proletariado, las masas obreras seguirían hoy casi tan ciegas como el primer día”. Conclusión excesiva de carácter polémico, como la frase de Lenin inscrita en la entrada de la obra: “La libertad es un prejuicio burgués”.
Esta es una literatura de guerra, de combate, producida sin preocupación artística, estética. No le interesa sino su eficacia como arma agresiva. Tal ves la traducción es algo premioso y dura; pero de toda suerte no hay duda de que al autor no le importa mucho la realización literaria de su idea. Y bajo este aspecto, esta literatura no es equiparable al dibujo de Grosz, en que el artista con los trazos más simples e infantiles se mueve siempre dentro de una órbita y una atmósfera de creación artística. La sátira pierde su alcance y su duración, si no está lograda literariamente. A la revolución, los artistas y los técnicos le son tanto más útiles y preciosos cuando más artistas y técnicas se mantienen.
Pero documentos como “Un Libertino” preludian y preparan, con todo, una nueva literatura. En este violento renunciamiento al indumento y a la carne artísticas, en esta desnudez de esqueleto, actúan la voluntad y los impulsos de un recomienzo.

José Carlos Mariátegui La Chira

Luther

Luther

Hace poco más de tres años, en enero de 1923, César Falcón y yo visitamos la Rathaus de Essen con el objeto de solicitar una entrevista al Dr. Luther, alcalde de esa comuna. Era en los días dramáticos de la ocupación del Rhur. Falcón y yo, reunidos por el destino en Colonia, nos habíamos trasladado a Essen a ver con nuestros propios ojos la ocupación. Y queríamos conocer e interrogar a los principales actores de este grave episodio de la post-guerra. El Dr. Luther no sufrió nuestra inquisición. No pasamos de su antesala. Supimos después que -acaparado por sus trajines- no se prestaba a interviews periodísticas en esa hora febril. Sobrio en sus gestos, sobrio en sus palabras, evitaba la exhibición.

No era el Dr. Luther un alcalde vulgar. Essen constituye un gran foco de la industria alemana. El Dr. Luther había probado en esta comuna estratégica su capacidad de administrador. Esta capacidad reclamaba un empleo más trascendente y una escena más amplia. El Reich había encargado, por eso, al Dr. Luther el Ministerio de transportes y abastecimientos de la región ocupada. Su cabeza afeitada y su chaqué burgués, habían adquirido instantáneamente el grado máximo de familiaridad con el público.

El primer gran escenario de Luther fue ese. Puedo, pues, decir que asistí en el Rhur, hace tres años y meses, al nacimiento de su reputación mundial. Registré en mi calendario el día en que el Dr. Luther -Herr Doktor Luther- empezó a ser Luther a secas.
Luther debutó en Ia alta política como generalísimo de la batalla del Rhur. Dirigió la resistencia pasiva que costó al Reich muchos millones de marcos papel. El Reich subsidiaba a los industriales para que pagasen a sus obreros; avituallaba las poblaciones ocupadas; sostenía en suma la huelga que, volviendo improductiva la cuenca del Rhur, debía persuadir a Francia de la inutilidad de guardar esta prenda. La batalla concluyó con la rendición de Alemania. El Estado alemán se sintió en Dresden al borde de la revolución. El marco papel se precipitó en la última sima de su bancarrota. Pero nadie miró en Luther al protagonista de una derrota. La del Rhur, en rigor, no lo fue casi para Alemania. La posesión del Rhur enseñó experimentalmente a los franceses que sus minas y sus fábricas valían bien poco si Alemania no continuaba administrándolas y explotándolas.

Más tarde, cuando el difícil equilibrio de los partidos en el Reichstag hizo imposible el predominio gubernamental de un bando, Luther presidió un ministerio administrativo de tipo burocrático que unas veces se apoyaba en la derecha y otras veces en la izquierda.
Este ministerio, que colocó muy en alto en Alemania su testa monda y rosada, naufragó en los arrecifes de la política parlamentaria apenas fue posible la constitución de este gobierno que preside ahora Marx, el líder del centro católico. Marx representa un programa de concentración burguesa que se parece mucho al que ahora encarna presentemente Poincaré.

Luther, de vacaciones, viaja ahora por América. Es decir, emplea sus vacaciones, su testa y su inteligencia en servicio del Reich ¿Qué mejor mensaje podría enviar el Reich a los alemanes de América? Luther es el prototipo de una estirpe un poco acremente satirizada por George Grosz, pero que fuera y dentro de Alemania es saludada y respetada aún como la representativa de la grandeza alemana. Luther es el espécimen más perfecto e ilustre del funcionario de Alemania. No se le puede acusar formalmente de monárquico ni de republicano. Monárquico bajo la monarquía, republicano bajo la república, Luther no está comprometido por ninguna actividad facciosa en pro de una u otra idea. Clasificado como hombre de la derecha, se mantiene a prudente distancia del sector extremo de esta. Tiene, más o menos, la misma posición de Hindemburg. Como hubo en la guerra una línea Hindemburg, hubo en la post-guerra una línea Luther. A nadie le sorprendería que reemplazase a Hindemburg en la presidencia de la república. Para este cargo Luther tiene, entre otros títulos incontestables, el de afeitarse la cabeza con el más ortodoxo gusto germano.

No es Luther un líder ni un caudillo. Conserva hasta ahora el continente y el ademán de burgo-maestre de Essen. Pero en esto reside precisamente su fuerza. Los líderes andan de capa caída. Poincaré, cuenta hasta ocho en su ministerio. A Luther le basta con su egregia foja de servicios de emérito funcionario, general de la más grave batalla de la paz.

José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Ricardo Vegas García, 8/6/1925

Lima, 8 de junio de 1925
Querido Vegas García:
Escribiré sobre Checo-eslovaquia. Las fotos necesarias son, en primer término, las de Sebastián Benes y el Presidente Masaryk.
El miércoles o el jueves, probablemente, me trasladaré a Chosica. Tendré mucho gusto si ahí podemos vernos los domingos, siempre que no nos toque oír una poesía más o menos irisada o mirífica de Fiansón.
La próxima semana escribiré sobre George Grosz. Como Ud. sabe, yo tengo varios de sus más célebres dibujos.
Muy cordialmente lo saluda su amigo y compañero.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Ricardo Vegas García, 16/6/1925

Lima, 16 de junio de 1925
Querido Vegas:
Si no mañana, seguramente pasado mañana parto para Chosica. Iré a la casa de reposo de Pesce.
Mi artículo de esta semana será sobre George Grosz. Le adjunto los gráficos. Para que la reproducción no sea monótona, convendría que unos saliesen pequeños, otros grandes.
Para las semanas próximas, a menos que la actualidad no nos proponga algún tema especial, me parece que el programa podría ser el siguiente: I Panait Istrati.— II El sionismo y el movimiento intelectual judío.–– III El anti-semitismo (sus meneurs son los agitadores nacionalistas de L’Action Française, los racistas alemanes, etc.).
Dígale a Garland que le escribí a Leuro dándole mi dirección en Lima. Y que me marcho por unos días a Chosica.
Afectuosamente lo saluda su amigo y compañero.
José Carlos

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Ricardo Vegas García, 5/10/1929

Lima, 5 de octubre de 1929
Querido Vegas García:
Creo que el tema obligado de la semana es Stresseman. Le envío un notable dibujo de George Grosz. Ud. debe tener muchos retratos. Para la semana próxima, dejaremos a Bourdelle. Se puede reunir una buena documentación gráfica de sus mejores obras. Yo le ofrezco algunos fotos.
He visto que ha llegado Patroni. ¿No nos serviría su venida para decidir el aumento gestionado y esperado desde hace tanto tiempo? Le ruego ocuparse del asunto.
El lunes o martes le enviará Eguren un ejemplar dedicado de su libro. Comprende una selección completa de su obra (Simbólicas, La Canción de las Figuras, Sombra, Rondinelas). Reclamo para este libro el réclame que merece.
Cordialmente le estrecha la mano su amigo y compañero
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Emilio Pettoruti, 17/1/1926

Transcripción completa (se ha respetado la grafía del original):
Mi querido Mariátegui-
Hace dos o tres días que me llegó su gentil carta, a la que contesto hoy, domingo, porque de lo contrario se pasan los días, las semanas y a veces hasta los meses -- Anoche lo hemos recordado muchísimo a Ud. con Ramón García, que es el director de "El Argentino" de esta; en ese periódico tienen el propósito de hacerle una gran reclame -- Le dije a García que publique el capítulo sobre Grosz, que es para mi entender, excelente, lo ha enfocado Ud. con una exactitud maravillosa; mañana le llevaré unos dibujos de Grosz para que completen el artículo, digo completar, en el sentido de que el público, que vive a ciegas, se entere de quien y de que se trata -- He releído algunos capítulos de su libro -- Ud. conoce "todo aquello" muy profundamente y es por eso que su libro se reciente de esto! ... Ud. dice que se trata de artículos , son en cambio un resumen de cosas vivas y vividas -- Como ve, le adjunto algunas direcciones, suponiendo que no tenga algunas de ellas, las creo de interés para Ud., sobre todo cuando salga su revista -- En cuanto tenga oportunidad de verlo a Ortiga Ackerman, le hablaré para que le publique artículos suyos, tengo entendido que "El Hogar" paga discretamente; de igual modo lo haré en "Caras y Caretas", "La Razón" y "La Nación" -- He conseguido en las dos revistas para Bragaglia y ahora estoy haciendo trabajo en "La Nación", (no deje de mandar su libro a Sanín Cano) y creo que todo irá bien -- A propósito de Bragaglia, no podría enviar este artículos para algún diario o revista de esa? Creo que interesarían muchísimo -- Trate de hacer algo por él, es un muy buen amigo, muy gaucho y le puede ser muy útil -- Lo del nombre de su revista me parece muy acertado, pero ya verá Ud. que se calmarán todos aquellos que nos han acusado de vanguardistas, de fumistas, exotismo y extravagantes; el tiempo se encargará en demostrarles que el aprendizaje que hemos realizado lo resumiremos, o mejor lo pondremos en juego en nuestra futura obra -- Con mi última exposición ha cambiado el aire en Buenos Aires y mas efecto ha producido entre aquellos que no creen en nada, solo en lo que pueden tocar con sus propias manos, y que manifestaban abiertamente que: hace eso por impotencia -- Es increíble que gente que parece culta e inteligente estén tan convencidos que fuera de lo clásico no hay nada bueno; pero lo más gracioso es que la mayoría de ellos entienden por clásico solamente el Renacimiento Italiano y en cuanto se les dice , y los chinos, y los japoneses, y los etruscos, y los egipcios, y ... y ... y se sorprenden sin saber a que atinar -- Es Ud. sumamente gentil, me dice que cuando aparezca su revista me dedicará un estudio serio y detenido -- De antemano le doy las gracias, estoy seguro que será el único =enfocado= -- Le adjunto algunas fotografías-- creo que Ud. no las conoce; son pocas y malas, pero siempre dejan ver algo -- Otras fotografías de desnudos no se las mando porque las tiene un escritor que está haciendo un artículo sobre mi obra para una revista del Brasil; pero si a Ud. le interesan no tiene mas que avisarme que, en cuanto me las devuelva, creo pronto, se las enviaré. -- Son desnudos más recientes, del 1917 y 1918, y buenas fotografías; la que le adjunto las hice con una mala maquina, pero también el maquinista! -- Le recomiendo mucho no me pierda las fotos de los desnudos y la del "Pueblito del Gorda", cuadro sintético del 919 -- porque no tengo otras y las placas han desaparecido -- Cuando llegué fue un asalto a las fotografías y me las han perdido todas, bien sabe Ud. lo que son las revistas y los diarios -- Desearía que al ocuparse de mi obra se interesara principalmente de mi pintura -- He hecho ilustración racionalmente, de lo contrario hubiese pasado más malos ratos que algunos por los que pasé -- Por la misma razón hice arte decorativo: papeles pintados, muñecas, trajes para bailar, ect ... ect; exceptuando a los vitreaux y sobre todo a los mosaicos, a éstos últimos le dediqué amor y estudio, y lamento muchísimo que Ud. no conozca ningún original -- En mis mosaicos he tratado de adaptar el material al medio, entendiendo que cada materia distinta requiere también, y muy lógicamente, una diferente técnica -- un diferente destino; no como generalmente se ha hecho y se sigue haciendo, es decir: que lo que se debe hacer con hierro lo hacen con madera, ect -- Los mosaicos romanos para mí no tienen ninguna importancia como =puro mosaico= son cuadros hechos por grandes artistas de la época y reproducidos en material duro-piedras preciosas ect ... por obreros; no han sido ejecutados por los artistas ideadores del cartón, ni tampoco estos han tratado de hacer un cartón teniendo en cuenta el material a emplearse -- Lo mismo puede decirse de los mosaicos bizantinos, para lo cual basta comprarse un cuadro de la época y se verá que se trata de un cuadro hecho en mosaicos -- Ud. recordará que en San Marco, Venecia, hay unos mosaicos del Tintoretto, que si la memoria no me flaquea, fueron ejecutados después de la muerte de este grande maestro, a quien cada día admiro más intensamente - bien, para mí no son mosaicos, son cuadro del Tintoretto hechos con piedras como los hubieran podido haber reproducido con maderas de colores distintos o bien cualquier otra materia; en una palabra: he querido hacer "mosaico puro", sin darle ninguna importancia a las piedras preciosas; para mí cualquier piedra es preciosa cuando se le sabe dar su valor; como de igual modo lo es el color cuando se le dá un justo valor - Un color en si no es nada, todo lo que puede sugerir es literatura o bien un estado de alma pasajero, del momento -- Una piedra en sí puede tener un significado o valor metafísico, o un gran valor material, pero cuando con diversas piedras hay que realizar un conjunto, hacer una obra, para mi pierde estos valores y es al igual que un pedazo de mármol; cada piedra pierde su propio valor en si para formar otro más grande: la verdadera obra de arte, que es la que organiza y realiza el hombre ---
He querido libertarme, dentro de lo posible, de todos los viejos prejuicios: de todo tratado -- ningún mosaico ejecutado por mí, tiene la superficie "lisa", al contrario es completamente "ondulada" lo que le da a la obra un mayor contraste, resalte, formando al infinito arabescos de luces y líneas = a vida, y va moviéndose al unísono con la luz de cada día; con la superficie lisa es imposible obtener esto -- Están resueltos a grandes masas, como creo que conviene a esa clase de obra, respondiendo en todo al material que se emplea, sin tantas medias tintas, como en los mosaicos romanos y florentinos; pero en cambio he dado grande importancia a los contrastes entre cada pedacito y pedazos más grandes de piedras, lo que da riqueza al colorido y producen las medias tintas de por sí, animando al mismo tiempo a toda la composición -- Nunca he tenido presente al cuadro, solo al mosaico, al mosaico que debe desafiar al agua, al sol y sobretodo al tiempo -- Todos los otros mosaicos han sido, y siguen siendo ejecutados por obreros, como Ud. lo habrá visto en Murano; en cambio un cartón mío no hay obrero que pueda ejecutarlo, porque para mí cada piedra tiene un gran papel que desempeñar y solo yo puedo ejecutarlo -- Es que un trabajo de puro instinto, pero instinto acompañado de conocimientos y meditación "como todo obra de arte" -- Creo que le explique de como me proveía de material para realizar mis mosaicos, pero por si no le hable de esto aquí va: mandando a algunos muchachos con bolsas al depósito de basuras de Florencia, de donde me traían cuantos cacharros, vasos, floreros ect encontraban, se entiende que rotos, luego elegía todo lo bueno, o mejor, lo que me convenía y el resto lo hacía devolver.
Ud. no puede imaginarse cuantas maravillas se encuentran en aquel mundo tan despreciado, a veces me digo; lo que serán los depósitos de París, Londres, New York, Buenos Aires, que obras de arte se podrían hacer ... en cambio! ... Como ve el material no me costaba mucho, una cuantas liras; pero de tener que comprar nuevo todo aquel material, además del tiempo necesario para recorrer bazares, hubiese necesitado muchos centenares de liras, de liras de anteguerra - no ahora! - además de este material he empleado piedras y esmaltes que conseguía en Venezia; siempre predominando el primer material por retenerlo mas rico, más gracioso y más movido - el segundo es muy frío, todo regular y bien lisito --
Cuando tenía que hacer "La Primavera" que es el que va, ha hecho reproducir en su artículo, no pude dar en la basura con un azul como como el que requería mi trabajo, entonces me dirigí al bazar que se llama "48" famoso en Florencia, porque cuando empezó todos los artículos valían 48 céntimos, no claro, cuando fui y mucho menos hoy; bien, entré y allá di con un lindo cacharro de un precioso azul y de tamaño de la cantidad justa para cubrir el espacio del ropaje de la figura. Seguramente que me tomaron por loco, o cosa muy semejante, le dije al hombre que me atendía que el cacharro era demasiado grande para llevarlo así, tal cual era, que sería conveniente romperlo para que ocupara menos espacio, a lo que el hombre hechó a reír creyendo que yo le hacía un chiste, pero cuando vio que de un golpe lo hice pedazos viera Ud., mi Dios, qué cara puso el hombre, más blanca que este papel, y cuando le dije que lo envolviera, viera Ud. con la rapidez que lo hizo y sin cobrarme ni un centésimo me acompañó con una gentileza única hasta la puerta de calle–– y las caras de los otros mozos y clientes–– se oía volar las moscas, claro está que no habiendo pagado el cacharro, tomé coche y tranquilamente llegué a mi estudio— Lo que menos podían imaginarse que yo debía romper el cacharro para hacer el mosaico el que hoy sirve de adorno a la Universidad de esta mi ciudad natal ––
Los arquitectos deberían de aconsejar a los gobiernos que en lugar de gastar tanto dinero en esas grandes telas negras, sucias y tristes con que se sirven para adornar las paredes (los cuadros) en los edificios públicos, deberían hacer ejecutar grandes mosaicos que dan tanta brillantez y llenan el alma de alegría con la riqueza del colorido y luego por lo eterno que son ¿Recuerda Ud. cuánta alegría hay en San Marcos? Las horas pasadas allá las recuerdo y las recordaré mientras viva ––
Me parece que me estoy extendiendo demasiado, pero hoy es un Domingo un poco triste para mí, sin embargo no tengo razón para estarlo, de modo que Ud. será el mártir— pero ya voy a terminar enseguida–– Yo no sé la cantidad de disparates que debo de haber escrito, Ud. me perdonará, porque no entiendo leer esta carta, irá así tal cual sale — Quisiera, como decía hace un rato, que Ud. hiciera un estudio casi exclusivo sobre mi pintura, esto no quita que de pasada toque lo demás, no hará mal, teniendo en cuenta que todos los fuertes artistas de todas las épocas (hoy Picasso y otros hacen decoración) han tratado de hacer de todo, dentro de su arte–– no puedo explicarme porque hoy un artista hace retrato solamente, o paisaje, o naturaleza muerta ect. La decoración está desprestigiada entre nosotros, porque no se sabe en realidad, creen que es pintar un plafón o hacer unas cuantas flores en un zaguán o patio–– ¿Qué es la Capilla Sistina? Le Stanze? Qué son los grandes frescos y tablas de las iglesias— y aun muchos retratos? Qué son los mosaicos Bizantinos? Qué han hecho toda la vida los chinos y japoneses?–– Han escrito mucho sobre mi obra pero no han dado vola. Lástima que no tenga fotografías de otros trabajos, de los viejos como de los más recientes, para que Ud. se enterase más–– Cuando aquí una revista publicó unos desnudos, muchos quedaron desconcertados, y esto se explica, pues aquí nadie se le atreve al desnudo –– En Europa mismo, sólo los académicos(1), como Ud. sabe, hacen sólo 3 o 4 años se ha vuelto a él, pero siempre como los clásicos y lo peor es que hacen todo obscuro, tal cual se les presentan a la vista los cuadros antiguos, sin tener en cuenta que se han ennegrecido por la acción del tiempo, estoy completamente convencido, por razones muy extensas a explicar, que cuando los pintaron, creo, que hasta chillones debieron de haber sido muchos de ellos–– Es absurdo pintar hoy todo negro y sin color –– porque se les ocurre a cuatro locos y está de moda –– teniendo, como tenemos, debido a los grandes progresos de la química, colores maravillosos en cantidad y resistentísimos ––Hasta los motivos han vuelto a retroceder de algunos siglos –– ¿Para qué sirven todas las conquistas hechas de tantos siglos, tanto materiales como espirituales? Con esto tampoco entiendo decirle que mis desnudos son algo fuera de lo común, pero no he realizado el cuadro porque hasta hoy no he visto en el desnudo algo que corresponda con nuestra sensibilidad, pueda que lo vea, además son simplemente estudios, casi todos al carbón (he realizado solamente unas 10 telas con desnudo porque de encargo) pero cuando se reprodujeron los carbones tanto en Europa como aquí, los que los vieron creyeron tratarse de pinturas y esto por la simple razón de que están hechos teniendo en cuenta, con el carbón, el color, es decir haciendo colorido solamente con blanco y negro –– Acaso cuando Ud mira una fotografía en negro, de un buen cuadro, ¿no se imagina el color? Con mi última exposición y con los desnudos, dicen que me he rehabilitado –– pero dicen también que hice aquella muestra, con las cosas raras, para tomarle el pelo = pero ellos son muy vivos =! es increíble tanta falta de sentido común –– Por fortuna que hay algunos más lógicos y empiezan a creer que ha sido muy saludable y sana toda la inquietud que he traído –– Ahora se discute acaloradamente de arte y otras cosas más, tratan de estar, más o menos, al corriente (por las revistas) de lo que pasa fuera de casa––Hay muchos jóvenes que buscan algo, que no saben ellos mismos lo que es, pero esto es bueno ¿quién es el que puede, rotundamente, afirmar qué es lo que busca? El último Salón Nacional ha puesto de manifiesto todo el cambio sucedido en un año con la aceptación de obras, que antes no solamente las rechazaban, sino que las tenían por tontas, absurdas y de mal gusto, y no me extrañaría, nada, que en el próximo salón le dieran el premio a un ultra futurista!
Ud. debería aclarar lo de los ismos –– que en arte no tienen ninguna importancia - que en arte no tienen ninguna importancia - Como también lo de las escuelas –– Yo estoy convencido que hay solamente grandes temperamentos, y son éstos los que marcan un camino o modalidad, los que los siguen son simplemente artistas sin personalidad definida, lo que no quita que los hay, y de gran talento, pero eso no basta para hacer arte, en arte el talento es muy relativo, lo que cuenta es la “creación”, sin ésta no puede realizarse la obra de arte ––Yo no he querido hacer algo que no se parezca a los demás; es ridículo “querer hacer diferente”; en todas mis obras de vanguardia sin que yo lo quiera hay algo de todos, que es, digamos, de propiedad de nuestra época, pero lo que no he querido hacer, porque no lo creo, ni lo siento, es, ni futurismo, ni cubismo ect. porque para mí son solamente, cada una de estas manifestaciones, un lado del arte –– y sobre todo marcan un solo momento muy pasajero –– “transición”, por esto es que me he preocupado de valores, volúmenes, composición y colores = en fin “realizar” sin “teorizar”, sin “desmembrar” = Además, nosotros, los nacidos en el nuevo mundo = por lo menos los latinoamericanos = no somos aún americanos, ni tampoco europeos, nos encontramos en un estado intermedio, en cierto modo, de superioridad a los europeos, pero por otro lado, nos encontramos un poco perdidos, con problemas muy amplios por delante y, con todos los que nos rodean que se nos oponen con mucha fuerza –– ¿Cuál será el arte nuestro? creo que solamente el tiempo lo dirá –– muchos, muchísimos años faltan, es necesario que todas estas tierras estén bien pobladas y que varias generaciones se alimenten de nuestro sol, aire y productos de estas tierras, y mil otras cosas que de por sí darán nuestras características –– Mi querido Mariátegui, me estoy alargando, temo por Ud., esto es interminable, de seguir así no se finirá piú –– ed é bene finirla d’una buona volta –– E qui la finisco –– Le adjunto también una lista con las principales exposiciones, pueda que le sea útil –– Mañana escribiré a su amigo, el pintor don José Sabogal, pidiéndole me aconseje cómo podría hacer una exposición en ésa, solamente con acuarelas, las que se pueden mandar por correo, sin que tenga que intervenir la aduana ––
Perdóneme la lata, salude a su señora–– ¿el nene debe de estar hecho un hombrecito?
Reciba un abrazo y un apretón de mano de su
Petto Ruti

Pettoruti, Emilio

Carta a Ricardo Vegas García, [5/1925]

[Lima, mayo de 1925]
Querido Vegas:
Escribiré esta semana sobre Fridtjof Nansen y su pacifismo. Le adjunto un retrato. Creo que sea fácil encontrar otros en las ilustraciones de las asambleas y los trabajos de la Sociedad de las Naciones. También debe haber algo sobre él en L’Illustration de febrero o marzo de 1922 a propósito de su sonada conferencia (de febrero de 1922) en el Trocadero sobre el hambre en Rusia. Puede ser que tenga Ud. asimismo algo en su exploración del Polo Norte.
El próximo artículo puede ser sobre Tcheco-Eslovaquia o sobre George Grosz el gran dibujante alemán.
Le recomiendo que me guarde, con mis otras cosas, el número de Clarté con el retrato de Barbusse.
¿Me consiguió Ud. los grabados del artículo sobre Pettoruti? Le envío otras postales de cuadros de nuestro amigo para que siga Ud. difundiendo el arte de vanguardia.
Cordialmente lo abraza su amigo y compañero.
José Carlos

José Carlos Mariátegui La Chira