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Descripción archivística
José Carlos Mariátegui La Chira Viajes
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José Carlos en el Piccolo de Eden con amigos (I)

José Carlos Mariátegui en el restaurante Il Piccolo Eden en la ciudad de Nervi, Génova, Italia.
Lo acompañan, de izquierda a derecha: Maurice Benbassat estudiante de economía de la Universidad de Génova, quién compartió la pensión donde vivía Mariátegui, y el señor Navach (el del bigote). El cuarto personaje no ha sido identificado aún.

Archivo José Carlos Mariátegui

Giro Cablegráfico

Giro cablegráfico realizado por Amalia La Chira Vda. de Mariátegui a su hijo José Carlos Mariátegui, a través del Banco Italiano por el monto de 1560 liras.
Fecha del giro: 27 de enero de 1920
El giro fue hecho mientras José Carlos Mariátegui se encontraba en Roma.

Banco Italiano

José Carlos en el Piccolo de Eden con amigos (II)

Otra vista de José Carlos Mariátegui en el restaurante Il Piccolo Eden en la ciudad de Nervi, Génova, Italia, con Maurice Benbassat estudiante de economía de la Universidad de Génova, quién compartió la pensión donde vivía Mariátegui, y el señor Navach (el del bigote) y un cuarto personaje no ha sido identificado aún además de dos personas del restaurante (mozo en traje blanco y dama de pelo rubio, ambos al centro).

Archivo José Carlos Mariátegui

Almuerzo de despedida para Armando Bazán

Almuerzo de despedida, ofrecido por José Carlos Mariátegui, para Armando Bazán en su viaje hacia Europa.
De izquierda a derecha: Hugo Pesce, José Carlos Mariátegui, Armando Bazán y Ricardo Flores.

Martínez de la Torre, Ricardo

Almuerzo de despedida para Armando Bazán (II)

Fotografía tomada luego del almuerzo de despedida ofrecido por José Carlos Mariátegui a Armando Bazán.
El primero de la izquierda es Ricardo Martínez de la Torre, José Carlos Mariátegui, Armando Bazán y Ricardo Flores.

Archivo José Carlos Mariátegui

Artemio Ocaña, José Carlos Mariátegui y F. Gulda

José Carlos Mariátegui sentado en medio de Artemio Ocaña y F. Gulda en las inmediaciones de la plaza de San Pedro, Vaticano, Roma, en la espera de la elección del nuevo papa Pío XI sucesor de Benedicto XV.
A su derecha: Artemio Ocaña
A su izquierda: F. Gulda.

Archivo José Carlos Mariátegui

Carta a Artemia G de Falcón, 10/12/1920

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

En estos últimos días me han llegado dos cartas tuyas, una del siete y otra del veintisiete de octubre. También he recibido un retrato tuyo y otro de tu padre. Me explico el retardo por la distancia que han tenido que atravesar y las estaciones que han hecho hasta llegar a mí.

Tan pronto como reciba el retrato de tu madre mandaré hacer las ampliaciones. Te lo prometo formalmente. Quiero que la hagan aquí, en Italia, donde se hacen verdaderos prodigios fotográficos. Si el retrato de tu madre me llega antes de mi regreso a España, yo mismo contrataré las ampliaciones. En caso que las reciba en España, se lo mandaré a Mariátegui para que él lo entregue al fotógrafo con quien yo haya anticipadamente hablado.

Me ha causado mucha pena que hasta el veintisiete de octubre no te habían pagado la mensualidad de setiembre. Constantemente pienso en la manera de conseguir que te paguen con regularidad, pero no lo encuentro. Tú sabes bien que esto es imposible en las oficinas del gobierno. Ahora se habla en Europa de una contrato hecho con una casa inglesa para que le pague a todos los empleados peruanos en el punto donde se encuentren. No sé si ya estaré comprendido entre ellos ni si el contrato se llevará a efecto. Si me trasladan el pago a España, pediré que me paguen todo mi sueldo directamente y te pasaré tu pensión con toda puntualidad. Esto me parece lo más seguro. Por lo demás, creo que toda gestión que haga a la distancia será completamente inútil.

En estos días voy a ver a Osores. Le pediré una carta de recomendación para Perez Figuerola, con la cual es posible que consigas la beca para uno de mis hermanos.

Me imagino cuanto te hará sufrir la madre de Del Águila. tiene que ser una mujer exigente y muy […], incapaz de armonizar su vida con las de otras personas extrañas. Debes dejarla vivir lo más independiente posible. Como sería una maldad negarle alojamiento, procura cuanto puedas que viva en la casa como si habitase en otra distinta. De este modo te cansará menos molestias.

Mucho también me ha afligido saber que te encuentras nuevamente en trances de litigios judiciales. No te apenes por eso. Tú paga hasta donde te alcance tu renta. ¿Qué puedes hacer si no tienes más, si la irregularidad con que te pagan desequilibra tu presupuesto?

Para todo lo que se te ofrezca en estas cuestiones judiciales ve a un muchacho Leonardo Campos, muy amigo mío. Trabaja en el estudio de […], en la calle de Santa María. es un hombre muy enterado del asunto. Seguramente te atenderá con solicitud. Háblale en mi nombre. Dile que no le he escrito hasta ahora por desconocer su dirección.

Quisiera escribirle a Alicia y a Teresa una carta especial, pero me da mucha pena decirles que tú te quejas de ellas dolorosamente y recomendarles o pedirles que sean más buenas contigo. Me parece que ellas no necesitan que yo se los pida. Ellas saben como yo cuanto cariño, cuánto dolor te debemos todos. Nunca me he sentido más triste que al leer tu carta. Jamás esperé que mis hermanas te hicieran decir que prefieres morirte a vivir con ellas. Seguramente tú lo has dicho como una frase, sin darle a las palabras su verdadero sentido. Pero a mí me han hecho mucho daño. Tanto como seguramente le harían a Alicia o a Teresa si las […].

Yo espero que no te darán motivos para repetirme tales palabras. Léeles este pedazo de la carta. Estoy seguro que ellas mismas, con su comportamiento, te harán desmentirme lo que me has dicho.

En cuanto a lo que quiere aprender Humberto, yo no puedo decir nada. Tú debes resolverlo de momento con él. Me parece, sin embargo, por las cartas que te escribe, que aun está muy atrasado en su educación corriente.

Ahora estoy pasando más días en Roma. Dentro de poco iré a otras ciudades italianas. A España regresaré en los primeros días del mes próximo.

Durante mi viaje por Italia escribo artículos para "El Liberal" de Madrid. Ya he publicado algunos. Según el arreglo que he hecho, el valor de este trabajo me lo pagarán cuando regrese a Madrid. Pienso utilizar parte considerable del dinero que reciba en hacerte un regalo.

No olvido que te debo varios. Muchos abrazos para todos mis hermanos. Para ti uno especial, con todo mi corazón.
César.

Roma, 10 de diciembre de 1920.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 9/5/1921

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

Me han alegrado las noticias que me das en tu carta del 24 de mayo. La esperaba impacientemente, tanto por conocer el resultado de tus gestiones sobre mi situación después del último decreto, cuanto y sobre todo por sabe de ustedes.

Tengo mucho gusta que Alicia se case. Espero que un novio —quien hasta ahora no conozco ni de nombre—será una persona digna de ella y que la hará feliz. Yo se lo deseo con toda mi alma. Se lo diría directamente a ella, si ella me lo hubiese comunicado o, por lo menos, hubiera respondido a mi carta de Florencia. Creo que no lo haya hecho por su enfermedad. De todos modos, por intermedio de ti, le mando las felicitaciones de mi corazón y mis mejores votos.

Me preocuparé, claro está, de enviarle también un regalo y de contribuir al tuyo. Espero que tus nuevas cartas próxima me den más detalles para proceder.

Te felicito a ti también por el madrinazgo. Deseo que tengas buenas nuevas. Y, lo que es más importante, que pronto lo seas de mis demás hermanos. Yo he perdido ya el entusiasmo. Por esto, no te comprometo para que amadrines el mío, Creo que me quedaré para vestir santos.

Agradece a Piedra en mi nombre su ofrecimiento. Dile que yo prefiero quedarme algún tiempo más aquí, en la misma situación, porque estoy escribiendo en "El Liberal" uno de los más importantes diarios de España, como escritor de fondo, y en ningún instante ni en ningún puesto puedo prestarle al Perú mejor servicio que un artículo oportuno en dicho diario. Además, estoy trabajando libros para una casa editora. En esta situación no podría aceptar un puesto de canciller en un consulado, si ello me obligase a vivir fuera de Madrid, en un pueblo y a sujetarme a la jefatura del cónsul. No, esto no. Prefiero regresar al Perú. Mariátegui, a pesar de no estar en la misma situación que yo, tampoco lo aceptaría.

Dile esto, discretamente, a Piedra. Además, si dice que no puede conseguir la permanencia de mi puesto, agrégale que Bedoya está en la misma situación que yo, y sin embargo el ministerio ha dado orden a Barcelona que le sigan pagando. Es decir, que no lo han suprimido.

Todo esto harás, si tienes la seguridad, adquirida en la caja cuando te notifiquen que no te pagan más, de que me han suprimido. En otro caso, limítate a ver a Piedra y a saludarlo y agradecerle en mi nombre.

El juego de té irá uno de estos días desde Italia. Espero tu retrato y el de mi padre. Yo te mandaré el mío muy pronto.

Caricias, besos y abrazos para todos mis hermanos y otros especiales, de todo corazón, para ti.

César.

Córdoba, 9 de mayo de 1921.

P.D. Felicita a Humberto por su inglés. ya sabe más que yo. Yo, en cambio, de francés, italiano y alemán. Cuando vaya procuraré saber también inglés para conversar con él.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 25/9/1921

A Doña Artemia G. de Falcón

En Lima

Querida madre:

Te supongo libre de todas las calamidades que te han agobiado en los días del centenario. Me ha dado mucha pena que no hayas podido distraerte un poco. No debes descuidarte de ti misma. Procura alejarte los sufrimientos, distráete, paséate. Ya es tiempo de librarnos de las desgracias o, si insisten en caer sobre nosotros, volverlas la espalda.

Me complace la solicitud con que te atiende Saco —salúdalo en mi nombre— Tú, al fin, has tenido más suerte que yo. Hace tres meses y medio que no recibo un céntimo del consulado en Barcelona. Me dicen, y es cierto, que han desaparecido las entradas. Barcelona atraviesa actualmente una intensa crisis industrial. Se han suspendido las exportaciones para América y, naturalmente, no puede tener entradas el consulado del Perú. Yo pienso enviarte una solicitud dirigida al ministerio pidiéndole que todo mi sueldo te lo paguen allá. En una de mis cartas anteriores te indiqué la forma en que tú debías enviarme la cantidad que me corresponde. Te la repetiré cuando te envíe la solicitud. Espero que me comuniquen de Barcelona el resultado de una gestión que, según me dicen en carta reciente, han hecho a Lima con la esperanza de que les remitan fondos o les ordenen otras enviar a Londres el pago de todas las obligaciones.

Pero, como ya te lo he dicho, no te preocupes por mi situación actual, Yo gano lo suficiente para vivir. Te lo pruebo el mismo hecho de vivir. Si estuviese atenido al sueldo ya me habría muerto de hambre.

Dile a Alicia que me escriba. Ya no puedo mirarla hoy de un modo distinto que antes porque no soy un canalla. Para mí, hoy como ayer, es mi hermana y la quiero igual. Yo, con respecto a lo que le ha ocurrido, espero conocer su pensamiento y su respuesta a mis cartas anteriores.

Dentro de pocos días —ya te lo he dicho también— haré un viaje a Rusia. No sé todavía cuánto tiempo estaré allí. Posiblemente mes y medio o dos meses. Tus cartas no podrían llegarme sino con grandes dificultades. Por esto, hemos acordado con Mariátegui que tú le escribas a él para que me trasmita, por intermedio de la delegación de Rusia en Roma, todo lo que tú le digas. Naturalmente, le darás solo las noticas que no tengan un carácter de absoluta intimidad.

Antes de partir te escribiré nuevamente enviándote la dirección precisa de Mariátegui y el retrato que me he hecho aquí. Y apenas regrese te lo avisaré también para que continúes escribiéndome a Madrid. Nuestra comunicación, de todo modos, no se interrumpirán un solo instante.

He recibido el retrato de mi padre. Espero tener el tuyo para hacer las ampliaciones y enviártelas.

Ya tengo el reloj. Solo espero recibir el juego de té para remitírtelo en un solo paquete. Mariátegui me dice que lo ha comprado ya, pero todavía no me lo ha remitido a Madrid. Espero que lo haga en estos días.

espero que Jorge, y todos, estén ya definitivamente sanos y libres de nuevas recaídas. Dale muchos besos por mí [a] todos mis hermanos y tú recibe mi abrazo y mi beso mejores.

César

Berlín: 25-IX-1921

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 6/10/1921

A Doña Artemia G. de Falcón

En Lima

Querida madre:

Te envío adjuntas una solicitud al ministro de R.E pidiéndole que te paguen mi sueldo íntegro en Lima y una carta para Salomón. Agrega a la solicitud la cantidad de papel sellado que sea necesario y preséntala el Ministerio. La carta, dentro de un sobre adecuado, envíala al ministro. Creo que lo recibiría favorablemente. En todo caso, si tú lo crees eficaz, habla con Salomón o con Elguera. Diles que el Consulado de Barcelona no paga hace cuatro meses y que, por esto, prefiero que tu cobres todo el sueldo en Lima.

Yo estoy poco enterado de las cosas de allá. Es posible que Salomón haya dejado de ser ministro. Si ha recurrido esto —nada improbable— presenta la solicitud solamente y habla con Elguera en favor de ella. En caso que te pongan muchas dificultades, pídele a Piedra en mi nombre que se interese en su resolución y siempre que le veas dale saludos de mi parte.

Todavía no he recibido un céntimo de la suma me adeuda el consulado. Espero que mejore su situación en un plazo más o menos breve y me pague. De no ocurrir así, más tarde, cuando me parezca más oportuno, te enviaré una nueva solicitud reclamando la deuda.

Cuando te paguen, pide que sea a partir del próximo diciembre, envíame a Madrid, por intermedio del Banco, las veinte libras que me corresponden. Hazlo por el banco que te parezca mejor o te sea más simpático. Yo había pensado en el Mercantil Americano, pero acaba de clausurar la sucursal de Madrid.

Los giros excesivos háganlos en la misma forma. Si no cuesta muchos dinero, hazlos telegráficos. Pero si resultara muy caros, postales. Esperaré pacientemente.

Aún no sé cuando iré a Rusia. El gobierno ruso no me ha mandado todavía mi pasaporte. Según me dice en una reciente el encargado de negocios de Rusia en Berlín me la enviará dentro de quince días. Apenas lo reciba partiré para P[…] y Moscú. Ahora voy a ver el frío y otras cosas muy interesante de cerca.

Días pasados estuve a punto de marchar a Rusia acompañado del director de "El Liberal", Miguel Moza, y del corresponsal en Berlín. Pero el gobierno ruso les ha negado a ellos el permiso. Dice que solo me lo concederá a mí. Moza, que estuvo unos días aquí, tenía mucho entusiasmo por conocer Rusia. Ahora ha regresado a Madrid. Supongo que sentirá mucho no perder realizar su propósito.

Tan pronto como tenga que marchar te escribiré enviándote la dirección de Mariátegui para que tú le escribas a él todo lo que quieras decirme. Lo hago así porque en Rusia se ejerce una censura muy severa y Mariátegui sabrá comunicarme tus noticias con la debida discreción. Después, cuando regrese, te lo avisaré también para que continúes escribiéndome a Madrid.

Posiblemente los periódicos de Lima reproducirán mis artículos de Rusia. Creo que tendrán un gran interés. Yo seré el primer periodista de idioma español que vaya a ese país después de la revolución comunista. Yo te enviaré algunos de los artículos que publique "El Liberal". Pero no he digas a nadie donde estoy. Tú di siempre que continúo en Madrid.

Aquí hace ya un poco de frío —en enero llega a 20 grados bajo cero— Yo me caliento, más que la estufa, hablando alemán. Tú te quedarías asombrada si me oyeses. Y mucho más si me oyeses hablar en ruso, idioma que estoy estudiando activamente.

Muchos recuerdos para todos mis hermanos y un abrazo muy fervoroso para tí.

César.

Berlín: 6-X-1921

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 13/4/1922

A Doña Artemia G. de Falcón

En Lima

Querida madre:

Tan pronto como recibí el dinero de Londres te lo envié íntegro por giro cablegráfico. Espero que lo hayas recibido enseguida. Me han pagado ciento veinte libras peruanas que, al cambiarlas en inglesas se redujeron a noventa y cuatro. No sé cuántas te habrán llegado a ti, porque ningún banco de Madrid tenía la cotización de la moneda peruana. Por esto hice el giro en pesetas.

Parece que hay una gran confusión en los últimos pagos del gobierno. A mí, según la nota de la Legación en Londres, me pagan el último trimestre de 1921 y en enero y febrero de 1922. Pero la cantidad que me han enviado —120 libras— no corresponde ni a cinco meses de mi asignación en Barcelona ni a la tuya de Lima, ni al sueldo íntegro. En Barcelona me deben desde el 7 de junio de 1921 hasta el 7 de marzo de 1922, o sea, nueve meses que, a razón de veinte libras mensuales, hace una total de ciento noventa libras.

Por no saber cuánto te deben allá no puedo decirte la cantidad exacta de la que me adeuda el gobierno. Tú puedes conocerla sumando a tu deuda la mía de Barcelona. Y, naturalmente, haz la reclamación consiguiente. Habla con Elguera y con el ministro para que te enteres de lo que significa el pago de esas 120 libras y para conseguir que te paguen el saldo que, según mis cálculos, no será menor de cien libras más. SI es necesario presentar algún recurso, aprovecha los datos que te doy en esta, mándalo hacer de una persona que conozca los trámites y preséntala en mi nombre e infórmame del resultado.

Yo estoy en Génova, enviado por el "El Liberal", haciendo informaciones de la Conferencia. Estaré aquí todo el mes de abril y luego iré a París. Donde me detendré unos días antes de regresar a Madrid.

Hace una o dos semanas envié dos artículos a "El Comercio". Equivocadamente puse el nombre de Luis Miró Quesada en lugar del de Óscar. No creo que esto haya impedido que los reciba oportunamente. Uno de estos días le enviaré otro y le escribiré una carta asegurando la colaboración que te mandaré para que tu se la entregues personalmente y arregles con él. si entretanto se publica alguno, guárdalo hasta que reciba mi carta. Y cuando vayas a ver a Miró Quesada lleva los recortes de los que se hayan publicado.

Estoy trabajando mucho. ¿Trabajan también mis hermanas como hemos convenido? Me hago la ilusión de que a la fecha ya habremos logrado al fin organizar nuestra casa en mejor forma que hasta hoy.

Pronto marchará Osores al Perú. Yo lo veré aquí o en Roma y le recomendaré que te atienda. Él lo hará seguramente. Y, aunque no está muy bien con el gobierno, podrá, sin embargo, servirte de mucho. No te impedirá, por lo menos, los desaires de aquellos otros pequeños canallas.

Mariátegui es posible, si lo han destituido como a mí, que también se marche inmediatamente al Perú. Sería otra persona que te atendería con buena voluntad.

Muchos saludos a todos mis hermanos.
Y un abrazo muy cariñoso para ti.

César

Génova: 13.IV.1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 20/4/1922

A Doña Artemia G. de Falcón

En Lima

Querida madre:

Acabo de recibir tu carta de febrero —no tiene la fecha del día— el ejemplar de La Prensa y Mundial. Te agradezco que me hayas enviado estos últimos. Yo no [he] escrito especialmente para La Prensa el artículo que publica. Lo escribí y se publicó en El Liberal. De este periódico, o de algún otro, lo habrán citado.

No te empeñes en conseguir del gobierno nada para mí. Es inútil. Acaban de ordenar que todos los empleados cesantes regresen al Perú en el […] que saldrá el próximo diez de mayo. Yo, naturalmente, no voy. Ya conoces tu mis propósitos.

Hace dos días fui a Roma a hablar con Osores que regresará al Perú muy pronto. Le pedí que te atendiera con sus consejos y sus recomendaciones. Me ha ofrecido exclusivamente hacerlo. Creo que lo hará. Visítalo en cuanto llegue y pídele que te ayude, si no lo has conseguido todavía, a destinar a mis hermanas.

Mariátegui regresa también. Le diré que vaya a verte. Te servirá de mucho. Sírvete de él con mucha confianza. Cualquier gestión cerca del gobierno o de alguno de sus hombres puede hacértela él. No tendrás de este modo que sufrir los desaires de todos aquellos canallas.

No te preocupes por la deuda de Villanueva. No creo que hayas cometido la tontería de pagarle con el dinero que te envié de Madrid. Si te cobra dile que no tienes renta ninguna, que no puedes pagarle hasta que el gobierno no me cancele mis sueldos atrasados. Pero si te los pagan no le des un céntimo. Mariátegui te servirá para reclamar lo que me deben. Yo le diré que lo haga. Y estoy seguro que lo hará con mucho interés.

Me parece bien que Humberto siga estudiando Contabilidad. Pero advierto que, en cuanto a Ortografía, adelanta muy poco. O, si es mejor, no adelanta. Sus cartas siguen siendo casi ilegibles.

Estoy muy escaso de dinero. Voy a hacer, sin embargo, un esfuerzo para enviarte cualquier cosa con Mariátegui. Creo que te agradará recibir un regalo mío, por pequeño que sea.

Osores y Mariátegui estarán allá en el mes de junio y julio.

Muchos saludos a mis hermanos, en especial a Jorge y Antonieta cuyas mejorías deseo con todo el alma.

Te abraza y te besa cariñosamente.

César.

Génova: 20. IV. 1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 7/91922

Trafalgar, 36

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Mi querida madre:

En estos dos últimos días he recibido tres cartas tuyas. Se debe a que la reciente huelga de empleados de correos ha entorpecido el despacho de la correspondencia. Es posible que aun reciba otra carta más. No puedo decirte las fechas de tus cartas, porque no las tienen. Solo una está fechada. Y es del dieciocho de julio.

No es cierto que haya olvidado escribirte el día de tu cumpleaños. Te escribí desde Génova, donde estuve hasta mediado [de] marzo. Quizá se haya perdido la carta, cosa muy posible dada la gran confusión postal que la conferencia produjo. Pero de todos modos te repito que ese día te tuve presente y que hice muchos votos por tu felicidad. Los mismos votos que hago constantemente.

He tenido un gran gusto al conocer la noticia de la colocación de Alicia. Me parece que sus esfuerzos han logrado la mejor recompensa. Es lo mejor que podía obtener. Solo falta ahora que Teresa se coloque en la misma forma.

Me ha alegrado mucho también que Salomón te haya conseguido, tan atenta y amistosamente, la confirmación de la renta por este año. Yo no tenía ya ninguna expectativa. Es de agradecerle su desinterés mas aun cuando los que se llamaban amigos míos se han portado tan amablemente.

Yo, efectivamente no necesito el sueldo por [ilegible] vir. Pero esto no quire decir que gane mucho y que esté en una magnífica situación. Ya te lo he dicho otras veces. Apenas gano lo indispensable, lo estrictamente indispensable. Y si logro sostenerme es porque hago una vida muy modesta, muy ordenada y me privo de muchas cosas.

Ahora estoy trabajando en varias […] que no sé si me darán resultado. No puedo tener muchas esperanzas. Este es un país pobre donde la gente apenas gana para sostenerse. Es mucha fortuna que yo haya conseguido lo que tengo. Si logro mis propósitos, lograré algunas pesetas más y, claro es, te enviaré una parte de ella. Pero esto no es seguro ni puede ser permanente. Para proporcionarte una pequeña renta allá le escribí esa carta a Miró Quesada, cuyo resultado ya debes conocer tú. Supongo que no habrá sido negativo. Yo escribiré puntualmente los artículos para El Comercio y espero que el producto de ellos te sirvan para el alquiler de la casa siquiera. Lo que yo te de será todo lo que pueda conseguir allá. El mes próximo irá Mariátegui. El tiene el encargo de conseguirme un sueldo en el periódico para el que trabaje o en otro. Este sueldo será para ti. Y con este y con lo que ganen mis hermanas podrás asegurar los gastos de la casa hasta que podamos reunirnos todos.

En el asunto del banco no cabe reclamación ninguna. Yo me equivoqué al calcularlo el cambio porque me dijeron aquí que la libra peruana estaba a diecinueve pesetas, estando a veintrés. He perdido dinero. Pero es por causa de haberme pagado en Londres. Yo no podía evitarlo.

Estoy procurando hacer un libro con algunos de mis artículos. Así podrás leerlos reunidos. Creo que es lo único, si no mejora mi situación, que podré mandarte de lo que me has pedido.

Tu retrato me ha causado una gran alegría. Estás muy […] y muy guapa. Y, además, muy elegante. Te felicito y me felicito.

Lo de tus padres los tengo conmigo. Voy a mandar a hacer las ampliaciones.

Muchos saludos para todos mis hermanos —para Jorgito principalmente cuya mejoría deseo mucho— y un beso y un abrazo para ti.

César

Madrid: 7. IX.1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 22/91922

Trafalgar, 36

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

Yo también, como tú, tuve una desagradable sorpresa cuando leí la primera noticia de la enfermedad de Jorge. Tus explicaciones posteriores me tranquilizaron. Espero que a la fecha este completamente curado.

Estoy esperando impaciente la contestación de Miró Quesada. En estos días le he mandado otros artículos. Quiero saber que me contesta normalizar mi colaboración y escribir puntualmente. Supongo que, aunque poco, aceptará pagarme algo mensual. Ha sido una lástima que no haya podido hablar con él. Personalmente habrías podido conseguir más. O, tal vez, lo mismo. Pero no nos habría quedado la duda.

Ya he recibido el pasaporte para ir a Rusia. Debía haber partido en estos días. Pero el director de El Liberal, que irá conmigo, no puede salir todavía de Madrid. Creo que partiremos en los primeros días del mes próximo. Te escribiré antes de marchar con toda clase de detalles.

Estaremos entre Moscú y Petrogrado dos meses. El frío nos impedirá estar más tiempo. El mes de diciembre es muy recio en Rusia. U enero, claro es, no se puede resistir.

Me equivoqué en aquella carta en la que te decía que el nuevo ministro de instrucción era Curletti. Después me he enterado mejor. Ya sé que es Ego Aguirre. Me parece, de todos modos, que te servirá mejor que Barros.

Supongo que Teresa estará ya destinada. Ansío conocer donde como y en que condiciones.

Me parece muy bien tu proyecto para venir a reunirte conmigo. Solo que debemos esperar que yo regrese de Rusia para ponernos de acuerdo sobre la manera de realizar el viaje. Mariátegui irá en el próximo mes de octubre, no en enero. Yo lo veré ante de que me embarque. En cuanto llegue a Lima irá a verte y te llevará noticias mías.

En estos días estoy trabajando mucho. Quiero ver si puedo conseguir que me estrenen una comedia. Esto me conviene mucho, porque el teatro es lo único que aquí me permite ganar algo. Por eso mismo, es muy difícil estrenar. Si lo consigo y tengo éxito, podré obtener algún dinero para fin de año.

Muchos saludos para mis hermanos y un abrazo y un beso muy cariñosos para ti de tu hijo.

César

Madrid: 22-IX-1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 8/12/1922

Trafalgar, 36

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

Me ha alegrado mucho saber la mejorías de Jorge. Entiendo, aunque no tengo datos suficientes, que la operación le ha servido para cortar las molestias de una larga enfermedad. [...] deseo que a la fecha esté restablecido del todo. Abrázalo en mi nombre.

Siento mucha la enfermedad de Antonieta. Esta chica no quiere reñir con las enfermedades. Dile que me escriba para que se distraiga y no tenga tiempo de enfermarse.

Me doy cuenta de las estrecheces económicas que estás pasando. Yo no lo paso mejor. Es necesario, como tú dices, que Teresa trabaje también. Mariátegui, efectivamente te ayudará a conseguirle destino. En estos días está en vísperas de partir. No lo ha hecho todavía, porque no le han enviado sus pasajes, a pesar de haberlos pedido con la debida oportunidad. Pero que es cosa de pocos días. Según una carta última se prepara a embarcarse el catorce. No es, sin embargo, muy probable que pueda hacerlo. Pero su retardo no podrá extenderse más allá de este mes.

La venta de El Liberal no me ha perjudicado aún. Mientras Moya continúe en la Dirección ningún cambio de empresa puede afectar mi permanencia en el diario. Y parece que continuará mucho tiempo. Si tuviera que marcharse, y yo con él, yo buscaría la manera de ganarme el sustento. No te preocupes por esto.

Me han sorprendido las noticias que te ha dado […] . No se como has entablado relaciones con este sujeto. Supongo que él habrá buscado la manera de acercarse a ti y ofrecerse a servirte. Desde luego, te participo que es una mala persona, que debes romper inmediatamente todo trato con él. No hablarle ni aceptarle nada. Con nosotros se portó muy mal. Y si ha llegado hasta ti es, seguramente, con un propósito malo. Dile, si insiste, que mis asuntos los resuelvo yo, que es a mí a quien deber dirigirse y que contigo no tiene que hablar ni tratar en ninguna forma. Y en lo que hace al asunto mismo, lo que yo resuelva te dirá Mariátegui.

Antes de su partida hablaré con José Carlos de todos tus asuntos. Se los recomendaré eficazmente. Y él llevará mis instrucciones para resolverlos en la mejor manera.

Dile a Alicia que me ha satisfecho mucho sus propósito de estudiar. Hace muy bien aprendiendo inglés y otras cosas, igualmente importantes. Debe continuar hasta el fin. Y, para lo que quiera, no necesita enviarme dinero. Que me diga que cosa es y yo se la enviaré tan pronto como pueda. No supongo que aspire a un […] de brillantes. Esto, después de todo, sería lo más cómodo de resolver, precisamente, porque no encontraría manera de resolverlo mientras viniera.

Muchos recuerdos de todos mis hermanos y un abrazo y un beso muy cariñosos para tiç

César

Madrid: 8.XII.1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 21/12/1922

Trafalgar, 36

Querida madre:

No tienes que agradecerme ningún esfuerzo que haga para ayudarte. Esta es mi obligación. Lo único que siento es no poder hacerlo en la medida que yo quisiera.

Siento mucho las contrariedades que afligen a Jorge. Tu carta, sin embargo, me ha consolado, por que me deja entender que ya está completamente bien.

Me parece buenas tus decisiones respecto a Humberto. En realidad, ya es casi un hombre. Y la mejor manera de formarse es trabajar. El trabajo le enseñará muchas cosas como a mí, y le estimulará a seguir estudiando. Yo no creo que una carta mía a […], de quien como tu sabes soy muy amigo, pueda tener eficacia. Estamos muy distantes. Pero le recomendaré a Mariátegui que hable personalmente con él en mi nombre y se empeñe hasta conseguir que destine a Humberto. Esto y lo de El Comercio se lo recomendaré, de modo muy especial. Y estoy seguro que Mariátegui lo hará en cuanto llegue. Ya está muy próximo a marcharse. No lo ha hecho todavía, porque aún no le han enviado sus pasajes. Es cuestión de pocos días.

Te repito lo que te he dicho antes. Con la ayuda de Mariátegui conseguirás, sino lo has conseguido ya, colocar a Teresa y a Humberto y alguna cosa de El Comercio. Así podrás esperar tranquilamente a reunirnos aquí.

Mi situación es la misma. Estoy gestionando el estreno de una comedia. Si lo consigo, creo que mejoraré económicamente y , claro es, te haré participar enseguida de mis ganancias. El asunto de El Liberal no se ha resuelto todavía definitivamente. Pero yo no temo por mí.

Cuando puedas, mándame algunos periódicos. No me entero de lo que pasa ahí.

Supongo que mi carta anterior te habrá informado respecto a […] no olvides que es un farsante.

A ti, a todos mis hermanos les deseo sinceramente muchas felicidades en el próximo año. Y como esta carta llegará en vísperas del cumpleaños de Alicia, la felicita anticipadamente.

Muchos besos y abrazos de tu hijo.

César

Madrid: 31.XII.1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 14/2/1923

Trafalgar, 36

Querida madre:

Por haber estado fuera de Madrid he recibido un poco retrasada tu última carta. Tuve que marchar unos días a Alemania a ver la ocupación de la […] del Ruhr. Allí encontré a Mariátegui. Estuvimos juntos varios días y lo dejé en momentos […] de marcharse. Seguramente ya estará en Lima, te habrá ido a ver y te habrá dicho cuanto con él le he mandado decir. Te repito ahora lo de otras veces, aprovéchalo para todo lo que necesites. Él me ha ofrecido atenderte y lo hará. Sobretodo, te ayudará mucho a conseguir destinos para Teresa y Humberto y me gestionará la colaboración en "El Comercio". Recuérdaselo.

Yo estoy trabajando mucho. Mientras estaba fuera, Moya, el director de "El Liberal", dimitió su cargo. Esto me ha afligido a mí y a varios redactores a salir del periódico. Ahora nos ocupamos en organizar un nuevo diario. Hasta ahora las gestiones van muy bien. Pero tenemos que esperar acaso un mes. Entretanto, para proporcionarme algún dinero y enviártelo a ti, he pedido mis pasajes al gobierno. Me ha parecido una tontería dejarlos perder cuando tengo derechos a ellos y, en esta oportunidad, pueden servirme de mucho. Tan pronto los reciba te haré un giro cablegráfico. Si lo recibes antes de esta carta, aquí tienes la explicación.

Naturalmente, yo no pienso, como tú lo comprenderás, regresar ahora. La vida allá me sería muy difícil. Aquí, en cambio, aunque pase algunas dificultades transitorias, puedo conseguir más fácilmente la manera de vivir. Es posible que Mariátegui no conozca este propósito mío. La última carta que le escribí a Berlín no pudo recibirla. Dile tu esto. Y dile también, si todavía no ha recibido mi giro, que pregunte en el ministerio por mis pasajes y que, en todo caso de que aun no hayan dado la orden de entregármelos, hable con Salomón para que la de telegráficamente, el cónsul en Hamburgo o en Génova. Yo no sé lo escribo directamente por temor a que abran la carta en el correo y se enteres. Me limitaré a decirle que hable contigo.

No me sorprende la nueva actitud de Salomón. Lo sorprendente es que antes se hubiera portado bien contigo. Pero no hagas caso. Es necesario que acostumbres a buscar nuestros recursos de vida fuera del repugnante ambiente del gobierno. Yo estuve esperando recibir el dinero de mis pasajes para escribirle al propio Salomón diciéndole, como no le ha dicho nadie, todas las cosas que se merece. Ya verá él como no es tan sencillo tratarte mal a ti. No lo he hecho apenas recibí tu carta, porque se habría vengado de mí no enviándome el dinero de los pasajes.

Ten la seguridad de que Mariátegui te servirá como si fuera yo mismo. Háblale con todo franqueza y, te lo digo otra vez, recurre a él para todo lo que necesites. La contrariedad de "El Liberal" ha trastornado un poco mis planes. Pero muy pronto los pondré otra vez en marcha y ya hasta realizarlos completamente.

Muchos saludos para todos mis hermanos y un abrazo y un beso muy cariñoso para ti de tu hijo.

César.

Madrid: 14-II-1923

Saludos especiales para Alicia por su cumpleaños.
Escríbeme enseguida.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 1/3/1923

Trafalgar, 36

Querida madre:

Con retardo he recibido tu carta del dieciocho de enero. Una mía de hace poco debe haber coincidido en la llegada de Mariátegui. Hasta ahora no tengo ninguna nueva noticia de él —la última suya es [...] de Europa— ni mi solicitud de pasajes. Ambas las espero de un momento a otro.

No olvides recomendar calurosamente a Mariátegui que gestiones del mejor modo posible con Salomón que den a Génova o a Hamburgo la orden de mis pasajes. Tengo un gran interés en ellos. Por mí y por ti. Lo que reciba pueda servirnos para aliviar nuestra situación. Dile, pues, a Mariátegui que proceda con la mayor prontitud.

Tan pronto como reciba ese dinero —ya te lo he dicho— te haré un giro cablegráfico. Esto será para tu el mejor indicio de que lo he recibido. Yo no me dirijo directamente a Salomón, porque mis gestiones tan distancia no serían tan eficaces como las de Mariátegui y, además, porque espero escribirle cuando los reciba, contestándole a sus impertinencias contigo.

En estos días he enviado tres artículos a El Comercio. Supongo que las publicarán y te los pagarán. Habla con Mariátegui en cuanto los veas publicados. Yo tengo mucha confianza en que Mariátegui logrará asegurarme una colaboración fija en ese periódico y, en consecuencia, podré dártela como una pequeña mesada.

No olvides informar detalladamente a Mariátegui de mis propósitos. Ahora estoy esperando la salida de un nuevo periódico que los ex redactores de El Liberal organizan activamente. Lo trabajo van bien. Si no se tuercen el diario saldrá a fines de este mes. Allí recuperaré mi perdido sueldo de El Liberal.

Este tiempo de espera me sostengo con algunos artículos que escribo para la revista España. Pero ansío recibir el dinero de los pasajes para cubrir cualquier emergencia.

A Mariátegui le escribiré detalladamente tan pronto como tenga su dirección exacta. Temo el secuestro de mis cartas en la lista de correos.

He sentido mucho la enfermedad de Jorge. Pero me ha tranquilizado la noticia de que ya está completamente restablecido. Abrázalo en mi nombre.

Yo también te deseo a ti a todos mis hermanos muchas felicidades este año. Y como esta carta llegara a ti en las proximidades de tu cumpleaños pienso adelantarte para ese día un abrazo y un beso muy cariñosos. Así conseguiré que sean los primeros.

Saludos cariñosos para mis hermanos y un beso muy cariñoso para ti de tu hijo.

César.

Madrid: I-III-1923

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 30/10/1923

Madrid - Trafalgar, 36

Querida madre:

Acabo de recibir tu carta del cinco de este mes. Hacía días que la esperaba. Felizmente, para resarcirme de la espera, ha hecho el viaje con extraordinaria rapidez.

Siento mucho que Antonieta no esté aun buena. Pero tengo la esperanza que no será necesario recurrir a la operación. En cuanto pueda, dile que me escriba. Entretanto, salúdala y abrázala cariñosamente en mi nombre.

No tengo ninguna noticia de Mariátegui.. En su última carta me anunció la salida de su periódico para los primeros días de septiembre. Lo que tú me dices me hace suponer que no ha podido sacarlo. Yo le he mandado tres artículos. Espero recibir carta suya de un momento a otro para saber a qué atenerme.

En este momento estoy tratando con El Sol para ir de corresponsal suyo a París. No es una cosa muy ventajosa. Pero me resolverá la situación por algún tiempo, si no logro arreglarme definitivamente con el. En caso que lo logre, me servirá de base para organizarme un presupuesto, aunque no cuantioso, adecuado a mis necesidades. Por lo pronto es nada más que una prueba. De todos modos, creo que estaré en París tres o cuatro meses. De aquí saldré, si salgo, aunque todavía no hay nada definitivo, a mediados de noviembre. Ya te daré más detalles.

Si voy a París, en cuanto tenga dinero, le mandaré cualquier cosa para […], ya que me lo pides con tanto interés. Por ahora, te mando para él un afectuoso saludo.

Te agradezco mucho las recetas del chupe, del seco. Voy a mandarlos hacer enseguida, porque el deseo de comerlos no me permite mayor espera. No creo que esto sea una exageración.

Muchas gracias a Teresa por su cata. Sus palabras muy juiciosas y plausibles. Le agradezco, además, sus buenos deseos para mí. Lástima que lo que ella me desea no se pueda conseguir con el deseo exclusivamente. Yo haré, sin embargo, lo posible para complacerla.

Saluda cariñosamente a todos mis hermanos y recibe tú un abrazo y un beso de tu hijo.

César.

30.X.1923

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 7/6/1924

7 - VI - 1924

Querida madre:

He recibido tu carta en la que me comunicas la desgracia de Mariátegui. Me ha dado mucha pena. Supongo que a la enfermedad se habrán agregado dificultades económicas [y] que el auxilio de los obreros, aunque se lo den con muy buena voluntad, no conseguirán remediarlos del todo. Lo siento en el alma no poder enviarle cualquier cosa. Cuéntame todos los detalles del percance y dime su estado y las posibilidades de su curación. Tengo mucho miedo que quede inválido de las dos piernas y no pueda caminar.

Ya me he convencido de que todos nuestras cosas no podré arreglarlas desde aquí. El famoso Thol ha resultado también tan estúpido como los demás. Yo creí que no lo fuera tanto. Me [he] engañado. Espero ir a Lima para arreglarte lo de Humberto y la manera de colaborar seguramente en un periódico, sin sufrir las majaderías y las idioteces de Aramburú. Entretanto, no hagas caso de lo que te diga. Llévale los artículos y cóbraselos. Nada más. Lo que debas contestarle se lo contestaré yo cuando vaya. Ese tonto no se da cuenta de que soy yo quien le hace el favor de escribir para un periódico tan ridículo como el suyo.

Te mando mi pequeño regalo mensual. Pronto te enviaré los artículos del mes.

Mantengo aún el propósito de ir a verte el año próximo. Naturalmente, tengo que hacer un gran esfuerzo económico, porque, como tú sabes, el viaje cuesta más de dos mil soles.

Recuerdos para todos mis hermanos y un beso y un abrazo para ti.

César.

Te adjunto una carta para Mariátegui. Hazme el favor de enviársela los más pronto posible.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 1/7/1924

1 - VII - 1924

Querida madre:

La nueva noticia de la amputación de la pierna a Mariátegui me ha producido […] dolor. Me imagino cuánto habrá sufrido y cuántas dificultades estará sufriendo la familia. La imposibilidad de hace nada eficiente por él. No dejes de contarme todos los detalles de su enfermedad y de su estado y de las posibilidades de curación. Espero también con impaciencia la carta de Roe. Yo le volveré a escribir a José Carlo uno de estos días.

Te adjunto los dos artículos del mes. Muy pronto, dentro de pocos días, cuando reciba mi sueldo, te enviaré el regalito de todos los meses.

Sigo ocupándome en arreglar las cosas de modo de poder ir a verte en la fecha que te he prometido. Creo que lo lograré.

Como me pides en tu carta última te mando un artículo sin fotografías para El Comercio. Supongo que no podrán dificultades para admitírtelo y pagártelo. Si no lo hacen así, dímelo para enviarte los dos destinados a Mundial.

No te desesperes. Cuando vaya haré todo lo posible por arreglar definitivamente tus asuntos. Ya falta poco.

Saluda a todos mis hermanos y agradécele a Antonieta su salido. En este documento no puedo escribirle particularmente. Pero no olvido que le debo una carta y muchas palabras de cariño.

Muchos recuerdos para todos y un beso y un abrazo para ti.

César.

Dentro de pocos días iré a Madrid y, posiblemente, regresaré a Londres a fines de agosto.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 12/9/1924

12 - IX - 1924. Madrid

Querida madre:

Acabo de regresar a Madrid. He pasado el mes de agosto en Portugal, que es un país muy bello y donde he podido librarme del horrible calor de España. Aquí, en Madrid, he encontrado tus dos últimas cartas. He tenido mucho gusto en saber la mejoría de Mariátegui. Hoy mismo he recibido otra carta de Roe en la que me cuenta todo el proceso de la enfermedad y lo grave que ha estado. Espero que ya esté completamente restablecido. Yo le escribo unas cuantas líneas.

En estos días estoy preparándome para regresar a Londres. Creo que no podré marchar hasta los primeros de octubre y, posiblemente, regresaré a España para navidad. También me preparo para ir a Lima el año próximo, como te lo he prometido. Desde luego, estoy sujeto al dinero. Tú sabes ya lo que cuesta un viaje tan largo. Pero tengo la esperanza de conseguirlo oportunamente.

No he podido formarme idea de vuestro traslado al Barranco. Supongo que lo habreis pensado bien y que será una cosa convenientes. Después de todo, falta poco tiempo para que yo vaya y entonces podremos arreglarlo todo de común acuerdo.

Te adjunto los tres artículos del mes. Ya te he dicho que no dejaré de enviártelos con regularidad. Este mes me he retrasado unos días porque he tenido que ir de un sitio a otro sin pararme en ninguno.

Creo que todavía no [ha] salido de Londres para el Perú el señor de quien te hable en mi carta anterior.

Muchos saludos para todos mis hermanos y un beso y un abrazo para ti.

César.

Te mando la hoja del número de El Sol en la que se reprodujo mi retrato.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 14/10/1924

71, Highbury New Park, London, N.5

14 de octubre de 1924

Querida madre:

Ya estoy nuevamente en Londres. Mi propósito es permanecer aquí hasta diciembre y luego ir por unos cuantos días a España. Después, si mis proyectos pueden cumplirse puntualmente, regresaré a Inglaterra hasta el momento de embarcarme para el Perú.

He recibido al fin la primera carta de Mariátegui. Me cuenta su desventura en la misma forma en que tú ha ido relatándomela. Por lo que él y tú me habeis dicho, a esta hora debe estar completamente restablecido. Es, por lo menos, lo que yo deseo.

Supongo que la enfermedad de las pequeñas no habrá sido gran cosa. Tu carta me lo deja entrever. Hazles muchas caricias en mi nombre.

To te escribo siempre en respuesta a cartas tuyas. Muchas veces te he pedido que me escribas más a menudo. Ahora te lo pido nuevamente. Así podremos acortar un poco la distancia que nos separa.

En estos días tengo un trabajo excesivo y demasiado poco dinero. Sin embargo, a pesar del trabajo, no he querido redactar mis dos artículos. Te envío los tres. Me sorprende no ver nunca publicados en Mundial los que te mando para esta revista. Pero no me importa. Al contrario, si te los pagan, me hace un favor no publicándolos. Tú preocúpate nada más que de cobrarlos.

Sigo, naturalmente, con el propósito de ir a verte el año próximo. Espero conseguir la manera de hacerlo en la fecha convenida.

Dile a mis hermanas que aun estoy esperando la fotografía de ellas. También espero que me escriban con más frecuencia.

Te adjunto una carta para Mariátegui. Muchos recuerdos para todos mis hermanos y un beso y un abrazo para ti.

César

Falcón, César