Mostrando 13 resultados

Descripción archivística
José Carlos Mariátegui La Chira Madrid Dinero Con objetos digitales
Imprimir vista previa Hierarchy Ver :

Carta a Artemia G de Falcón, 20/3/1922

A Doña Artemia G. de Falcón

En Lima

Querida madre:

A poco de tu carta del tres de febrero he remitido el telegrama en que me anuncias la cancelación de mi nombramiento. Esperaba la noticia de un momento a otro. No tanto por las economías que están realizando en el presupuesto, cuanto por el ejercicio constante de la envidia contra mí que sabía aprovechar el instante para atacarme eficazmente y sobretodo, por la desaparición de las causas de mi nombramiento. Indudablemente ahora no es lo mismo que hace dos años. Quienes me solicitaron y consiguieron el destino lo hicieron, en primer lugar, para evitar que atacase al gobierno. Hoy no lo tienen. Quisieran, por el contrario, vengarse en mí, dejándome sin un pedazo de pan y obligarme a pedírselo de rodillas. Pero me parece muy difícil que puedan satisfacer su deseo.

Enseguida de recibir tu telegrama he escrito a la Legación en Londres reclamando los sueldos que me adeudan. Espero la contestación uno de estos días.

Barcelona me debe a mí nueve mensualidades, o sea ciento ochenta libras. No se cuánto te deban a ti allá. Supongo que en total no será menos de doscientos o doscientas veinte libras. No creo que Londres haya recibido la orden de pagármelas. Tan pronto como me contestan te lo avisaré. Si me dicen que no tienen orden de pagarme, te enviaré mi recibo y demás comprobantes para que las cobres en el Ministerio junto con lo que a ti te deban. Además, quiero reclamar la cantidad que me corresponde por derechos de viaje de regreso.

Para gestionar el pago, no hables más con Piedra ni con ningún otro individuo insignificante. Habla directamente con Salomón. Yo le escribiré una carta y haré que Mariátegui le escriba también. Mariátegui le ha escrito pidiéndole que conserve nuestros puestos, pero seguramente la carta llegará con retardo.

Todo lo que me debe el gobierno, los doscientas libras íntegras, son para que atiendas a los gastos de la casa mientras nos organizamos. Es indispensable, ahora con mayor urgencia, que mis hermanas trabajen. Yo procuraré conseguir aquí alguna cosa más y espero que lo lograra en este mismo año. De ese modo, con el trabajo de mis hermanas y los que yo, dentro de pocos meses pueda enviarte, podreis vivir perfectamente hasta que yo haga alguna combinación y podamos reunirnos todos aquí. Además, voy a escribir artículos para el "El Comercio". Uno de estos días enviaré los dos primeros y te mandaré una carta para Luis Miró Quesada. Hablé con él y seguramente conseguiremos obtener por allí algún dinero, que será, desde luego, íntegro para ti.

Si me pagan por Londres, te giraré el dinero apenas lo reciba. No digas a nadie que yo pienso quedarme, porque esto nos perjudicaría para cobrar los sueldos y los derechos de pasajes.

Yo creo que mis hermanas se darán cuenta de la situación y nos ayudarán entusiastamente. No dudo de Alicia. Pero es necesario que ella influya con su ejemplo y sus consejos en el ánimo de las otras. Tú no te desanime. Ten fuerza de voluntad que ya me parece van a terminar por fin todas nuestras desventuras. Lo importante ahora no es afligirse ni amilanarse, sino proceder con energía. Yo espero que todos pondremos de nuestra parte lo que podamos. Muchos recuerdos a mis hermanos. Te abraza y besa tu hijo.

César

Madrid, 20. III. 1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 7/91922

Trafalgar, 36

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Mi querida madre:

En estos dos últimos días he recibido tres cartas tuyas. Se debe a que la reciente huelga de empleados de correos ha entorpecido el despacho de la correspondencia. Es posible que aun reciba otra carta más. No puedo decirte las fechas de tus cartas, porque no las tienen. Solo una está fechada. Y es del dieciocho de julio.

No es cierto que haya olvidado escribirte el día de tu cumpleaños. Te escribí desde Génova, donde estuve hasta mediado [de] marzo. Quizá se haya perdido la carta, cosa muy posible dada la gran confusión postal que la conferencia produjo. Pero de todos modos te repito que ese día te tuve presente y que hice muchos votos por tu felicidad. Los mismos votos que hago constantemente.

He tenido un gran gusto al conocer la noticia de la colocación de Alicia. Me parece que sus esfuerzos han logrado la mejor recompensa. Es lo mejor que podía obtener. Solo falta ahora que Teresa se coloque en la misma forma.

Me ha alegrado mucho también que Salomón te haya conseguido, tan atenta y amistosamente, la confirmación de la renta por este año. Yo no tenía ya ninguna expectativa. Es de agradecerle su desinterés mas aun cuando los que se llamaban amigos míos se han portado tan amablemente.

Yo, efectivamente no necesito el sueldo por [ilegible] vir. Pero esto no quire decir que gane mucho y que esté en una magnífica situación. Ya te lo he dicho otras veces. Apenas gano lo indispensable, lo estrictamente indispensable. Y si logro sostenerme es porque hago una vida muy modesta, muy ordenada y me privo de muchas cosas.

Ahora estoy trabajando en varias […] que no sé si me darán resultado. No puedo tener muchas esperanzas. Este es un país pobre donde la gente apenas gana para sostenerse. Es mucha fortuna que yo haya conseguido lo que tengo. Si logro mis propósitos, lograré algunas pesetas más y, claro es, te enviaré una parte de ella. Pero esto no es seguro ni puede ser permanente. Para proporcionarte una pequeña renta allá le escribí esa carta a Miró Quesada, cuyo resultado ya debes conocer tú. Supongo que no habrá sido negativo. Yo escribiré puntualmente los artículos para El Comercio y espero que el producto de ellos te sirvan para el alquiler de la casa siquiera. Lo que yo te de será todo lo que pueda conseguir allá. El mes próximo irá Mariátegui. El tiene el encargo de conseguirme un sueldo en el periódico para el que trabaje o en otro. Este sueldo será para ti. Y con este y con lo que ganen mis hermanas podrás asegurar los gastos de la casa hasta que podamos reunirnos todos.

En el asunto del banco no cabe reclamación ninguna. Yo me equivoqué al calcularlo el cambio porque me dijeron aquí que la libra peruana estaba a diecinueve pesetas, estando a veintrés. He perdido dinero. Pero es por causa de haberme pagado en Londres. Yo no podía evitarlo.

Estoy procurando hacer un libro con algunos de mis artículos. Así podrás leerlos reunidos. Creo que es lo único, si no mejora mi situación, que podré mandarte de lo que me has pedido.

Tu retrato me ha causado una gran alegría. Estás muy […] y muy guapa. Y, además, muy elegante. Te felicito y me felicito.

Lo de tus padres los tengo conmigo. Voy a mandar a hacer las ampliaciones.

Muchos saludos para todos mis hermanos —para Jorgito principalmente cuya mejoría deseo mucho— y un beso y un abrazo para ti.

César

Madrid: 7. IX.1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 8/12/1922

Trafalgar, 36

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

Me ha alegrado mucho saber la mejorías de Jorge. Entiendo, aunque no tengo datos suficientes, que la operación le ha servido para cortar las molestias de una larga enfermedad. [...] deseo que a la fecha esté restablecido del todo. Abrázalo en mi nombre.

Siento mucha la enfermedad de Antonieta. Esta chica no quiere reñir con las enfermedades. Dile que me escriba para que se distraiga y no tenga tiempo de enfermarse.

Me doy cuenta de las estrecheces económicas que estás pasando. Yo no lo paso mejor. Es necesario, como tú dices, que Teresa trabaje también. Mariátegui, efectivamente te ayudará a conseguirle destino. En estos días está en vísperas de partir. No lo ha hecho todavía, porque no le han enviado sus pasajes, a pesar de haberlos pedido con la debida oportunidad. Pero que es cosa de pocos días. Según una carta última se prepara a embarcarse el catorce. No es, sin embargo, muy probable que pueda hacerlo. Pero su retardo no podrá extenderse más allá de este mes.

La venta de El Liberal no me ha perjudicado aún. Mientras Moya continúe en la Dirección ningún cambio de empresa puede afectar mi permanencia en el diario. Y parece que continuará mucho tiempo. Si tuviera que marcharse, y yo con él, yo buscaría la manera de ganarme el sustento. No te preocupes por esto.

Me han sorprendido las noticias que te ha dado […] . No se como has entablado relaciones con este sujeto. Supongo que él habrá buscado la manera de acercarse a ti y ofrecerse a servirte. Desde luego, te participo que es una mala persona, que debes romper inmediatamente todo trato con él. No hablarle ni aceptarle nada. Con nosotros se portó muy mal. Y si ha llegado hasta ti es, seguramente, con un propósito malo. Dile, si insiste, que mis asuntos los resuelvo yo, que es a mí a quien deber dirigirse y que contigo no tiene que hablar ni tratar en ninguna forma. Y en lo que hace al asunto mismo, lo que yo resuelva te dirá Mariátegui.

Antes de su partida hablaré con José Carlos de todos tus asuntos. Se los recomendaré eficazmente. Y él llevará mis instrucciones para resolverlos en la mejor manera.

Dile a Alicia que me ha satisfecho mucho sus propósito de estudiar. Hace muy bien aprendiendo inglés y otras cosas, igualmente importantes. Debe continuar hasta el fin. Y, para lo que quiera, no necesita enviarme dinero. Que me diga que cosa es y yo se la enviaré tan pronto como pueda. No supongo que aspire a un […] de brillantes. Esto, después de todo, sería lo más cómodo de resolver, precisamente, porque no encontraría manera de resolverlo mientras viniera.

Muchos recuerdos de todos mis hermanos y un abrazo y un beso muy cariñosos para tiç

César

Madrid: 8.XII.1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 21/12/1922

Trafalgar, 36

Querida madre:

No tienes que agradecerme ningún esfuerzo que haga para ayudarte. Esta es mi obligación. Lo único que siento es no poder hacerlo en la medida que yo quisiera.

Siento mucho las contrariedades que afligen a Jorge. Tu carta, sin embargo, me ha consolado, por que me deja entender que ya está completamente bien.

Me parece buenas tus decisiones respecto a Humberto. En realidad, ya es casi un hombre. Y la mejor manera de formarse es trabajar. El trabajo le enseñará muchas cosas como a mí, y le estimulará a seguir estudiando. Yo no creo que una carta mía a […], de quien como tu sabes soy muy amigo, pueda tener eficacia. Estamos muy distantes. Pero le recomendaré a Mariátegui que hable personalmente con él en mi nombre y se empeñe hasta conseguir que destine a Humberto. Esto y lo de El Comercio se lo recomendaré, de modo muy especial. Y estoy seguro que Mariátegui lo hará en cuanto llegue. Ya está muy próximo a marcharse. No lo ha hecho todavía, porque aún no le han enviado sus pasajes. Es cuestión de pocos días.

Te repito lo que te he dicho antes. Con la ayuda de Mariátegui conseguirás, sino lo has conseguido ya, colocar a Teresa y a Humberto y alguna cosa de El Comercio. Así podrás esperar tranquilamente a reunirnos aquí.

Mi situación es la misma. Estoy gestionando el estreno de una comedia. Si lo consigo, creo que mejoraré económicamente y , claro es, te haré participar enseguida de mis ganancias. El asunto de El Liberal no se ha resuelto todavía definitivamente. Pero yo no temo por mí.

Cuando puedas, mándame algunos periódicos. No me entero de lo que pasa ahí.

Supongo que mi carta anterior te habrá informado respecto a […] no olvides que es un farsante.

A ti, a todos mis hermanos les deseo sinceramente muchas felicidades en el próximo año. Y como esta carta llegará en vísperas del cumpleaños de Alicia, la felicita anticipadamente.

Muchos besos y abrazos de tu hijo.

César

Madrid: 31.XII.1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 1/3/1923

Trafalgar, 36

Querida madre:

Con retardo he recibido tu carta del dieciocho de enero. Una mía de hace poco debe haber coincidido en la llegada de Mariátegui. Hasta ahora no tengo ninguna nueva noticia de él —la última suya es [...] de Europa— ni mi solicitud de pasajes. Ambas las espero de un momento a otro.

No olvides recomendar calurosamente a Mariátegui que gestiones del mejor modo posible con Salomón que den a Génova o a Hamburgo la orden de mis pasajes. Tengo un gran interés en ellos. Por mí y por ti. Lo que reciba pueda servirnos para aliviar nuestra situación. Dile, pues, a Mariátegui que proceda con la mayor prontitud.

Tan pronto como reciba ese dinero —ya te lo he dicho— te haré un giro cablegráfico. Esto será para tu el mejor indicio de que lo he recibido. Yo no me dirijo directamente a Salomón, porque mis gestiones tan distancia no serían tan eficaces como las de Mariátegui y, además, porque espero escribirle cuando los reciba, contestándole a sus impertinencias contigo.

En estos días he enviado tres artículos a El Comercio. Supongo que las publicarán y te los pagarán. Habla con Mariátegui en cuanto los veas publicados. Yo tengo mucha confianza en que Mariátegui logrará asegurarme una colaboración fija en ese periódico y, en consecuencia, podré dártela como una pequeña mesada.

No olvides informar detalladamente a Mariátegui de mis propósitos. Ahora estoy esperando la salida de un nuevo periódico que los ex redactores de El Liberal organizan activamente. Lo trabajo van bien. Si no se tuercen el diario saldrá a fines de este mes. Allí recuperaré mi perdido sueldo de El Liberal.

Este tiempo de espera me sostengo con algunos artículos que escribo para la revista España. Pero ansío recibir el dinero de los pasajes para cubrir cualquier emergencia.

A Mariátegui le escribiré detalladamente tan pronto como tenga su dirección exacta. Temo el secuestro de mis cartas en la lista de correos.

He sentido mucho la enfermedad de Jorge. Pero me ha tranquilizado la noticia de que ya está completamente restablecido. Abrázalo en mi nombre.

Yo también te deseo a ti a todos mis hermanos muchas felicidades este año. Y como esta carta llegara a ti en las proximidades de tu cumpleaños pienso adelantarte para ese día un abrazo y un beso muy cariñosos. Así conseguiré que sean los primeros.

Saludos cariñosos para mis hermanos y un beso muy cariñoso para ti de tu hijo.

César.

Madrid: I-III-1923

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 26/4/1923

Madrid - Trafalgar, 36

Querida madre:

Me doy cuenta exacta —y lo sufro de verás— de tu situación. Todo lo que me dices en tu carta del 23 de marzo lo presentía antes de recibirla. Pero tenía la esperanza, —hasta ahora lo tengo— de que la presencia de Mariátegui en Lima te hubiera facilitado la manera de resolver tus necesidades más imperiosas. Yo también estoy sorprendido de no haber recibido aun ninguna noticia suya. Esperaba que me escribiese apenas llegara. Sobretodo, para informarme de sus gestiones en favor de mis pasajes. Esto me interesa ahora extraordinariamente. Por mí y por ti. Yo atravieso, como tú, unos días muy difíciles. Necesito de urgencia recibir el dinero de los pasajes. Su retardo me hace suponer que Mariátegui no ha sido muy diligente en gestionarlos o su gestión no ha sido eficaz. Estoy desorientado. Desde luego, confío en que tú le habrás dicho cuando te escribí en mis cartas anteriores. Dile otra vez, sin embargo, la necesidad que tengo, y tienes tú, de que se mueva activamente.

Ya te he dicho mi propósito para cuando reciba el dinero de los pasajes. Enseguida te haré un giro cablegráfico. Después de haberlo esperado tres meses, me parece dable creer que llegará en estos días. Pero, en caso contrario, te recomiendo decirle a Mariátegui, que se empeñe para que la orden de entregármelos la tramitan telegráficamente.

Si tu haces alguna gestión en el Ministerio, pide que ordenen al cónsul de Génova, que me de pasajes para mí y para mi señora. !Lo has entendido! Si Mariátegui se empeña de verdad tu intervención no será necesaria. Te la dejo para que estés prevenida.

Te escribo la víspera de tu cumpleaños. Con este motivo te envío un abrazo y un beso especiales y te dese muchas, muchísima felicidades.

Yo pasé el mío con gripe.
Saludos y recuerdos a todos mis hermanos y un abrazo y un beso muy cariñoso para ti.

César

26-IV-1923

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 10/5/1923

Madrid - Trafalgar, 36

Querida madre:

Estoy un poco sorprendido del comportamiento de Mariátegui Todavía no tengo ninguna noticia suya. Lo único que sé me lo has dicho tú en tu carta del doce de abril. En otra, recibida muy simultáneamente con la tuya, Machiavello me dice que a él sí le ha escrito, diciéndole, entre otras cosas, que se ocupa en el asunto de mis pases. Yo no quiero pensar todavía nada malo. espero que su lentitud se deban a las cortapisos que oponen en los ministerios y a la indolencia de los funcionarios, mas de ningún modo a falta [de] interés por mis cosas. Pero una espera tan prolongada me tiene intranquilo. El dinero de los pasajes, como tú sabes, lo tengo destinado a satisfacer nuestras necesidades más urgentes. Yo también tengo aquí la imperiosa urgencia de ese dinero, pues aun no he logrado arreglar mi situación económica. Hasta ahora solo tengo expectativas, que según mis cálculos, se resolverán pronto. Mas no puedo contarlas como cosas ciertas. En cambio, estos últimos meses he tenido que contraer deudas con la certeza, claro es, de recibir pronto ese dinero. Su demora me causa, por consiguiente, un gran trastorno. Además, el saber que tú le necesitas con igual o mayor necesidad me preocupa mucho. Si hubiera podido dirigirme por carta o telegrama al gobierno, pidiéndole los pasajes, lo habría hechos. Pero no dispongo del dinero necesario para telegrafiar y una carta me ha parecido, y sigue pareciéndome, que llegaría demasiado tarde. En fin, me hago la ilusión que en estos días recibiré, por lo menos, una noticia concreta. Tú conoces que mi propósito apenas reciba el dinero mi primer acto será girarte telegráficamente. No te recomiendo que […] a Mariátegui, porque estoy seguro de que tú no lo descuidarás un instante y harás cuanto esté a tú alcance por conseguir de él la mayor actividad y eficacia en sus gestiones.

Como te digo más adelante, mis asuntos periodísticos de […] no se han resuelto todavía. Estoy tratando mi ingreso en El Imparcial. Pero el director ha tenido que marchar estos días fuera de Madrid y esto me ha impedido ultimar el trato. No sé, pues, si lograré ingresar en este periódico o tendré que orientarme hacia otro sitio.

En cuanto a las cosas que me encargas, comprenderás que mi situación actual no me permite ofrecerte nada. Si consiguiera mejorarla pronto, desde luego haría un esfuerzo por enviarte, si no pudieran ser todas, algunas de ellas. Yo te informaré puntual y frecuentemente del giro de mis asuntos. Entretanto, no te preocupes por mí. Mal o bien, yo procuraré salvar mi crisis lo más rápidamente posible. Solo quisiera resolverlo de modo que me permitiese acudir en tu auxilio.

Supongo que ya te habrán pagado los primeros artículos de Mundial. Yo sigo mandándoles con absoluta puntualidad. A Mariátegui le encargué también —ya lo sabes— que me gestionara colaboración en El Comercio o en cualquier otro diario. El resultado lo sabrás tú antes que yo.

Recibí los periódicos. Muchas gracias. No dejes de escribirme con la mayor frecuencia.

Muchos cariños y saludos para todos mis hermanos y un abrazo y un beso para ti.

César

10-V-1923

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 27/5/1923

Madrid - Trafalgar, 36

Querida madre:

Hasta hoy no he recibido noticia ninguna de mis pasajes. Mariátegui, en carta del 14 de abril, la primera de él, me dice que Salomón le ofreció enviármelos la semana siguiente del 11de ese mes. Pero todavía no los he recibido. Supongo que tú estarás enterada del motivo del retardo. Tengo, sin embargo, la esperanza d recibirlos antes de la llegada de esta a tus manos. Por si no fuera así, la carta que te adjunto para Mariátegui, recomiendo que los gestiones con la mayor actividad posible.

Esto y el empleo de Humberto, según me dice Mariátegui por cuenta de Lorente, están sujetos a la aprobación del presupuesto. El plazo, en realidad, me parece demasiado difuso. Pero así son las cosas allá. No tenemos más remedio que esperar. Espero que ya no sea mucho. Siempre te escribo pensando en que al recibir mi carta tendrás todos los asuntos resueltos. Pero esta vez lo creo más que nunca.

Yo continúo gestionando aquí la manera de arreglar mi situación. Aún no he conseguido nada. Eso de El Imperial, que creí resuelto, ha fracasado. No te preocupes, sin embargo yo buscaré la manera de salir adelante.

Te agradezco mucho y a todos mis hermanos nuestros cariñoso recuerdos el día de mi cumpleaños. Ese día lo pasé malo en cama, con la gripe. Estuve cinco días enfermo. Después, he quedado completamente bien.

Siento mucho la enfermedad de Jorgito. Como ya estará bien, abrázalo en mi nombre.

No he recibido La Crónica. El artículo mío que ha publicado debe haberlo copiado de algún otro periódico. Yo no le he enviado ninguno. A Mundial sigo enviando los dos artículos mensuales. Supongo que, como el primero, te los pagará puntualmente.

Envíale a Mariátegui con alguno de mis hermanos, la carta adjunta y dile que me envíe su dirección, porque temo escribirle a Lista de Correos.

Muchos saludos muy cariñosos para todos mis hermanos y un abrazo y un beso para ti.

César

27.V.1923

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 24/6/1923

Madrid - Trafalgar, 36

Querida madre:

Apenas recibí tus cartas del diez de mayo, como aún no sabía nada de mis pasajes, me dirigí a la legación de Londres, pidiéndole noticias, y Machiavello, rogándole que telegrafiara a Mariátegui. Hasta ahora solo me ha contestado Machiavello. Le ha hecho, según me dice, el telegrama a José Carlos. Pero yo sigo sin saber nada de los pasajes. Sospecho de la malquerencia que me tienen las gentes del ministerio o de un descuido en la transmisión de la orden. No creo que el ministro te ya escrito una inexactitud. Como sea, me parece que en antes de fin de mes sabré algo. Tú debes haber supuesto también que no las he recibido, puesto que no te girado nada. Tan prono me lleguen, te haré el giro. Esta será el mejor anuncio.

Sin embargo, si ha surgido algún entorpecimiento, espero que entre tú y Mariátegui habreis procurado reenviarlo enseguida. Ya dudo de todo. Es posible que al llegarte esta aun no haya recibido yo nada. Será así, si antes no recibes el giro. En este caso ve a José Carlos y, juntos, haced las gestiones oportunas, procurando, sobre todo, que transmitan la orden por cable. Yo espero impaciente y necesitado.

He seguido enviado artículos a Mundial. No lo he hecho por contacto tuyo, para evitarte la molestia de llevarlas. Pero creo que los habrán publicado y pagado puntualmente, aunque todavía no he recibido ninguno de ellos, ni siquiera el que me anuncias en tu carta. Supongo que esto te servirá de algo.

Yo continúo vacante. Las gestiones que he hecho no han terminado aún. En mi próxima espero darte mejores noticias.

Dile a Mariátegui que me escriba muy frecuentemente. Hasta ahora solo he recibido de él una carta.

Hago los mejores augurios por el próximo empleo de Humberto. Es posible, como tú dices, que Salomón pueda colocarlo mejor que Lorente. Y él, sin duda, cumplirá satisfactoriamente sus deberes. Ya es un hombre y, de seguro, continuará tan serio y formal como de pequeño.

En cuanto a Jorge, espero que con lo que yo te envíe, apenas reciba los pasajes, puedas matricularlo y no pierda el año. Dile de mi parte que él debe corresponder a tus esfuerzos, aplicándose al estudio.

¿Qué hacen mis hermanas? ya no me escribe ninguna. Supongo que Alicia estará ocupada en su trabajo. Pero y Antonieta y Teresa?

Aunque no me escriban, salúdala a todos cariñosamente en mi nombre. Tú recibe un abrazo y un beso de tu

César

24.IV.1923

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 17/7/1923

Madrid - Trafalgar, 36

Querida madre:

Todavía no tengo ninguna noticia de los pasajes. Mis gestiones aquí no me han dado resultado ninguno La Legación de Londres ni siquiera me ha respondido a tres cartas que le he escrito preguntándole si había llegado la orden. Estoy ahora tan desorientado como el primer día. Si supiera a que legación o consulado ha sido transmitida la orden podría averiguar algo. Esperaba que me lo dijera tú. Pero su carta del 15 de junio solo me dice, como la anterior, que el ministro ha ordenado que me los entreguen, mas no precisa a quién lo ha ordenado. Mariátegui tampoco me lo dice. Ahora estoy esperando que conteste al telegrama que le hizo Machiavello. No sería raro que cuando tú recibas esta continúe en la misma situación ese caso, interésate con Salomón para que trasmitan la orden cablegráficamente a Génova o Hamburgo que son los dos sitios que me convienen más. Sobre todo Génova. Sería mejor que le pidieras solo Génova. Machiavello me lo arreglaría todo muy bien. Naturalmente, si ya la han transmitido, no intentes que la modifiquen, porque tardarían mucho. Pero dímelo enseguida. Tú sabrás en cuanto las reciba por el telegrama que te haré.

Yo continúo en la misma situación. No estoy enfermo. Aquella enfermedad solo fue una gripe ligera e inofensiva. No he vuelto a tener nada. Está tranquila.

Mis preocupaciones son de otro orden. Aún no he logrado ningún acomodo. Y tengo que resignarme a esperar, para conseguir algo, hasta septiembre. Porque en estos meses de verano todo el mundo se marcha fuera de Madrid y no puede resolverse ningún asunto.

Efectivamente, Mariátegui me dijo en primera carta que pensara seriamente en mi regreso inmediato. en su segunda me repite la recomendación y me habla del periódico. Yo le he contestado que estoy pronto a marchar, pero que me siga una cosa concreta. No puedo, por las mismas razones que tú me das, aventurarme a una expectativa más o menos vaga. Además, desconfío mucho de sus planes periodísticos. Espero que en una carta próxima me hable con más detalle. En cuanto resolvamos algo, te lo comunicaré, claro es, enseguida.

Es posible que la tardanza de Mariátegui en responderte sobre el destino de Humberto se deba a que Lorente no haya podido conseguirle nada todavía. Espera un poco. Haz la gestión que te proponías hacer con Salomón. ¿O la has hecho ya?.

No necesitas decirme las contrariedades que estás pasando. Me doy cuenta perfectamente. Esto es lo que más me disgusta de mi actual situación, aunque yo también lo paso mal. Quisiera tener algo con qué auxiliarte. Pero, desgraciadamente, carezco ya hasta de lo indispensable. Estoy viviendo al crédito. Y no sé cuánto tiempo podré resistirme así. Cálculo que no podrá ser mucho.

Yo tengo lo retratos de tus padres y el tuyo. No se los envié a Mariátegui a Italia, precisamente para evitar que se perdieran. Los tengo muy bien guardados. Tan pronto pueda mandaré hacer las ampliaciones y te los enviaré. No temas que se pierdan.

Dime si Mariátegui te ha entregado ya el juego de té.

Sigo mandando artículos a Mundial. Envío dos mensuales. Pregúntale a Aramburu cuántos ha recibido hasta ahora, porque si se han extraviado algunos reclamaré aquí en correos.

Todavía no he recibido cartas de mis hermanas ni sus retratos.

Saluda cariñosamente a todos mis hermanos y recibe tú un beso y un abrazo de tu hijo.

César.

17.VII.1923

Cobra el artículo de El Comercio. Otros que mandé no los han publicado. No volveré a mandarte ninguno más. Habla con Vallecito para cobrar ese. Salió el 7 de junio en la mañana.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 17/7/1923

Madrid - Trafalgar, 36

Querida madre:

Tu última carta, —no puedo decirte de que feliz, porque no la tiene— me ha dejado ansioso por conocer el resultado de tus gestiones sobre mis pasajes. Yo no tengo hasta ahora la menor noticia. Mariátegui me cuenta su encuentro contigo en el ministerio, me explica su intervención y me insinúa la sospecha de que Salomón no nos atienda tanto como lo hace creer. Dice que sus pasajes se los enviaron debido a una orden del propio Leguía, con quien habló su madre. Yo creo que los míos no estarán ya lejanos. Tú debes saberlo mejor que yo, puesto que ya no recibo más noticias sobre ellos que las tuyas.

Con verdadero dolor he leído la descripción que me haces de tu miseria. Yo no estoy en mejores condiciones. Todavía no he logrado meterme en un sitio seguro. Las gestiones que hago no han tenido éxito aún. Espero en septiembre conseguir algo. La imposibilidad de ayudarte en estos momentos aumenta mi contrariedad. No tengo ahora más expectativa que los pasajes. Y ya te he dicho como los compartiré contigo. Supongo que tú estarás haciendo todo lo que sea necesario para que me los envíen de una vez.

Hoy le escrito a Mariátegui recomendándole nuevamente el empleo para Humberto. En su última carta me dice que Lorente no ha podido colocarlo todavía, porque le han reducido mucho el presupuesto de salubridad. Pero que se ha comprometido a hacerlo lo más pronto posible. Aunque no tengo muchas esperanzas, le dijo que hable él otra vez.

Te repito que, si todavía no han ordenado la entrega de mis pasajes, procures transmitan la orden a Génova. Esto sería lo más favorable, pues el cónsul es muy buen amigo mío.

Si arreglas algo con Óscar Miro Quesada, dímelo enseguida para mandar artículos. En todo caso, que te paguen los publicaciones. Confirmo enviando a Mundial los dos mensuales. Mándame los números en que se publiquen.

Me parece que con el dinero que te envíe cuando reciba los pasajes podrás salir de apuros y después con el trabajo de mis hermanos y mi colaboración, lograrás vivir sin angustia. Ya es tiempo de que terminen tantos sufrimientos.

Recuerdos de todos mis hermanos. Recibe tu un beso o un abrazo muy cariñoso de tu hijo.

César.

30.VII.1923

P.D. Me olvidaba decirte que no pases cuidado ninguno por mí. Disfruto una salud excelente. Aquella enfermedad fue solo un resfrío de pocos días. Pero ya estoy bien y muy gordo.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 13/8/1923

Madrid - Trafalgar, 36

Querida madre:

A pesar de tus gestiones y de cuando me refieres en tu carta del 16 de julio, todavía no he recibido la menor noticia de mis pasajes. Si como tú me dices, el 18 de julio hubiesen dado cablegráficamente la orden a Londres, ya los tendría en mi poder. Lo más probable es que no hayan dado orden ninguna. Por lo menos, hasta que tú no hayas vuelto a gestionarlo. Mis preocupaciones del primer momento se han cumplido puntualmente. Esa gente de los ministerio, la de escaleras abajo, como no puede molestarme de otro modo, me molesta retardando lo más posible todo cuanto se relaciona conmigo. Bueno. Espero que esta sea la última vez. Espero que ya no tardará mucho en venir el dinero. Tan pronto lo reciba —ya se lo he dicho— le haré un giro enviándole lo más posible.

Según le dije, hace días escribí a Mariátegui, recordándole nuevamente que hablara otra vez con Lorente sobre el destino para Humberto. Supongo que lo hará, aunque ya no tengo confianza ninguna con él. De todos modos, servirá siquiera para acabar de desengañarme.

Con esta carta te envío el primer artículo de agosto para Mundial. En lo sucesivo te los mandaré a ti, tú puedes enviárselos a Aramburu con Humberto o Jorge. Así conseguiremos saber por lo menos cuántos se quedan sin publicar. Yo le he mandado a Aramburu dos mensuales desde el mes de marzo. No creo que se haya perdido ninguno. Pero no hagas reclamaciones, porque serían inútiles. Lo mejor es que de hoy en adelante vayan por intermedio tuyo.

También te mando una novela corta que he publicado en El Imparcial. Esta y unos cuantos artículos disperso constituyen todos los ingresos que he tenido desde febrero hasta hoy. Sin embargo, no me he muerto de hambre. Creo que a partir del próximo mes mejorará mi situación, siquiera sea en forma que me asegure la subsistencia.

Ya me imagino las contrariedades y estrecheces que estarás pasando. Felizmente, Alicia me dice que Teresa está en vísperas de colocarse. Me alegro mucho. Con lo que ella gane, lo de Alicia, los artículos míos y, más tarde, con el sueldo de Humberto, por poco que sea, podrás organizar un modesto presupuesto mensual. Si yo tuviera te mandaría algo más, pero no puedo prometerte nada, porque nada tengo. En cuánto mejore mi situación, haré un esfuerzo para ayudarle.

Todavía estoy esperando los retratos de mis hermanos. Haz lo posible por enviármelos, aunque solo sea una postal.

No olvides mandarme Mundial.

¿Te pagaron el artículo de El Comercio?

Muchos recuerdo para todos mis hermanos y un abrazo y un beso muy cariñoso para ti, de tu hijo.

César.

13.VIII.1923

Alicia:
Muchas gracias por las líneas. Ya le dije a mamá que me alegra mucho la noticia de la próxima colocación de Teresa. Te agradezco mucho el envío de Mundial. Así que [cuando] pueda te retornaré con algo, lo mismo que mis demás hermanos. Salúdalo. Te abraza. César.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 30/9/1923

Madrid - Trafalgar, 36

Querida madre:

Pocos días después de haberme escrito tu carta del quince de agosto habrás recibido sin duda el giro que te hice apenas me llegó el dinero de los pasajes. Supongo que esto te habrá servido para trasladarte a Lima y salir de apuros. Desde ahora, con los sueldos de Alicia, Teresa y Humberto y con los artículos que yo seguiré mandándote puntualmente para Mundial, me parece que podrás combinar un presupuesto que si no espléndidamente, te permita vivir tranquila y modestamente. Yo había resuelto que Mariátegui te entregara el dinero de los artículos que estoy mandándole para su revista. Pero la revolución española, de la que ya tendrás noticias por los periódicos, ha impedido la publicación del diario en el que yo iba a trabajar y no sabemos todavía cuándo podrá publicarse. Por esto le he dicho a Mariátegui que ese dinero me lo mande, pues hasta ahora es lo único más o menos seguro —si él ha logrado sacar el periódico y el periódico da resultados económicos— de que dispongo para vivir aquí. Las demás expectativas como vender una novela que tengo terminada o estrenar una comedia, son demasiado inseguras. Claro es que tan pronto logre aquí aunque sea un pequeño sueldo mensual, haré que lo de Mariátegui sea también para ti y, si puedo, aun te enviaré algo de lo que gane. No te aflojas por este contratiempo. Mucho hemos sufrido y mucho estamos sufriendo. Pero de todas la contrariedades vamos librándonos con más o menos fortuna y no podemos desconfiar del porvenir. Yo creo que muy pronto habremos logrado una posición aceptable. No desconfíes.

Yo también participo de la opinión de Alicia sobre Jorge. Es necesario que aprenda un poco más. Lo importante no es que empiece a trabajar cuanto antes, sino que cuanto antes esté en condiciones de trabajar. Si el se aplica —cosa que le recomiendo cariñosamente— dentro de un par de años podrá ayudarnos más eficazmente de lo que podría hacerlo si ahora mismo se dedicara a ganar un sueldo miserable.

Te adjunto un nuevo artículo para Mundial. No te lo he mandado antes, porque he tenido que hacer una serie de cosas que me han impedido hacerlo. Pero está segura que a partir de hoy te los mandaré puntualmente.

Uno de estos días te mandaré también una encomienda con algunos dulces aquí. Son muy agradables. Quiero que tú me mandes en cambio dos paquetes de café tostado —de buen café caracolillo de Huánuco— y, si es posible, un poco de chocolate del Cusco, pero de ese chocolate con dulce que una vez me regalaron. Todo esto te será muy fácil enviarlo por correo, en paquetes certificados.

Dile a Teresa que la felicito por haberse colocado. Espero que se dedique a trabajar con la misma contracción y el afán con que está haciéndolo Alicia. Ya les he dicho en una carta anterior que deben estudiar más, prepararse para ocupar puesto mejores, no por recomendación, sino por méritos y capacidad propias. Estoy seguro que ella, como Alicia, lo harán así. Este debe ser el mejor ejemplo para Humberto y Jorge. Que es de Antonieta? Nunca recibí de ella ni siquiera una letra. Estoy esperando impaciente los retratos de todas.

Muchos saludos para todos y un abrazo y un beso muy cariñosos para ti de tu hijo.

César.

30-IX-1923

Falcón, César