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Falcón, Alicia Europa Dinero Con objetos digitales
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Carta a Artemia G de Falcón, 13/8/1923

Madrid - Trafalgar, 36

Querida madre:

A pesar de tus gestiones y de cuando me refieres en tu carta del 16 de julio, todavía no he recibido la menor noticia de mis pasajes. Si como tú me dices, el 18 de julio hubiesen dado cablegráficamente la orden a Londres, ya los tendría en mi poder. Lo más probable es que no hayan dado orden ninguna. Por lo menos, hasta que tú no hayas vuelto a gestionarlo. Mis preocupaciones del primer momento se han cumplido puntualmente. Esa gente de los ministerio, la de escaleras abajo, como no puede molestarme de otro modo, me molesta retardando lo más posible todo cuanto se relaciona conmigo. Bueno. Espero que esta sea la última vez. Espero que ya no tardará mucho en venir el dinero. Tan pronto lo reciba —ya se lo he dicho— le haré un giro enviándole lo más posible.

Según le dije, hace días escribí a Mariátegui, recordándole nuevamente que hablara otra vez con Lorente sobre el destino para Humberto. Supongo que lo hará, aunque ya no tengo confianza ninguna con él. De todos modos, servirá siquiera para acabar de desengañarme.

Con esta carta te envío el primer artículo de agosto para Mundial. En lo sucesivo te los mandaré a ti, tú puedes enviárselos a Aramburu con Humberto o Jorge. Así conseguiremos saber por lo menos cuántos se quedan sin publicar. Yo le he mandado a Aramburu dos mensuales desde el mes de marzo. No creo que se haya perdido ninguno. Pero no hagas reclamaciones, porque serían inútiles. Lo mejor es que de hoy en adelante vayan por intermedio tuyo.

También te mando una novela corta que he publicado en El Imparcial. Esta y unos cuantos artículos disperso constituyen todos los ingresos que he tenido desde febrero hasta hoy. Sin embargo, no me he muerto de hambre. Creo que a partir del próximo mes mejorará mi situación, siquiera sea en forma que me asegure la subsistencia.

Ya me imagino las contrariedades y estrecheces que estarás pasando. Felizmente, Alicia me dice que Teresa está en vísperas de colocarse. Me alegro mucho. Con lo que ella gane, lo de Alicia, los artículos míos y, más tarde, con el sueldo de Humberto, por poco que sea, podrás organizar un modesto presupuesto mensual. Si yo tuviera te mandaría algo más, pero no puedo prometerte nada, porque nada tengo. En cuánto mejore mi situación, haré un esfuerzo para ayudarle.

Todavía estoy esperando los retratos de mis hermanos. Haz lo posible por enviármelos, aunque solo sea una postal.

No olvides mandarme Mundial.

¿Te pagaron el artículo de El Comercio?

Muchos recuerdo para todos mis hermanos y un abrazo y un beso muy cariñoso para ti, de tu hijo.

César.

13.VIII.1923

Alicia:
Muchas gracias por las líneas. Ya le dije a mamá que me alegra mucho la noticia de la próxima colocación de Teresa. Te agradezco mucho el envío de Mundial. Así que [cuando] pueda te retornaré con algo, lo mismo que mis demás hermanos. Salúdalo. Te abraza. César.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 21/12/1922

Trafalgar, 36

Querida madre:

No tienes que agradecerme ningún esfuerzo que haga para ayudarte. Esta es mi obligación. Lo único que siento es no poder hacerlo en la medida que yo quisiera.

Siento mucho las contrariedades que afligen a Jorge. Tu carta, sin embargo, me ha consolado, por que me deja entender que ya está completamente bien.

Me parece buenas tus decisiones respecto a Humberto. En realidad, ya es casi un hombre. Y la mejor manera de formarse es trabajar. El trabajo le enseñará muchas cosas como a mí, y le estimulará a seguir estudiando. Yo no creo que una carta mía a […], de quien como tu sabes soy muy amigo, pueda tener eficacia. Estamos muy distantes. Pero le recomendaré a Mariátegui que hable personalmente con él en mi nombre y se empeñe hasta conseguir que destine a Humberto. Esto y lo de El Comercio se lo recomendaré, de modo muy especial. Y estoy seguro que Mariátegui lo hará en cuanto llegue. Ya está muy próximo a marcharse. No lo ha hecho todavía, porque aún no le han enviado sus pasajes. Es cuestión de pocos días.

Te repito lo que te he dicho antes. Con la ayuda de Mariátegui conseguirás, sino lo has conseguido ya, colocar a Teresa y a Humberto y alguna cosa de El Comercio. Así podrás esperar tranquilamente a reunirnos aquí.

Mi situación es la misma. Estoy gestionando el estreno de una comedia. Si lo consigo, creo que mejoraré económicamente y , claro es, te haré participar enseguida de mis ganancias. El asunto de El Liberal no se ha resuelto todavía definitivamente. Pero yo no temo por mí.

Cuando puedas, mándame algunos periódicos. No me entero de lo que pasa ahí.

Supongo que mi carta anterior te habrá informado respecto a […] no olvides que es un farsante.

A ti, a todos mis hermanos les deseo sinceramente muchas felicidades en el próximo año. Y como esta carta llegará en vísperas del cumpleaños de Alicia, la felicita anticipadamente.

Muchos besos y abrazos de tu hijo.

César

Madrid: 31.XII.1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 8/12/1922

Trafalgar, 36

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

Me ha alegrado mucho saber la mejorías de Jorge. Entiendo, aunque no tengo datos suficientes, que la operación le ha servido para cortar las molestias de una larga enfermedad. [...] deseo que a la fecha esté restablecido del todo. Abrázalo en mi nombre.

Siento mucha la enfermedad de Antonieta. Esta chica no quiere reñir con las enfermedades. Dile que me escriba para que se distraiga y no tenga tiempo de enfermarse.

Me doy cuenta de las estrecheces económicas que estás pasando. Yo no lo paso mejor. Es necesario, como tú dices, que Teresa trabaje también. Mariátegui, efectivamente te ayudará a conseguirle destino. En estos días está en vísperas de partir. No lo ha hecho todavía, porque no le han enviado sus pasajes, a pesar de haberlos pedido con la debida oportunidad. Pero que es cosa de pocos días. Según una carta última se prepara a embarcarse el catorce. No es, sin embargo, muy probable que pueda hacerlo. Pero su retardo no podrá extenderse más allá de este mes.

La venta de El Liberal no me ha perjudicado aún. Mientras Moya continúe en la Dirección ningún cambio de empresa puede afectar mi permanencia en el diario. Y parece que continuará mucho tiempo. Si tuviera que marcharse, y yo con él, yo buscaría la manera de ganarme el sustento. No te preocupes por esto.

Me han sorprendido las noticias que te ha dado […] . No se como has entablado relaciones con este sujeto. Supongo que él habrá buscado la manera de acercarse a ti y ofrecerse a servirte. Desde luego, te participo que es una mala persona, que debes romper inmediatamente todo trato con él. No hablarle ni aceptarle nada. Con nosotros se portó muy mal. Y si ha llegado hasta ti es, seguramente, con un propósito malo. Dile, si insiste, que mis asuntos los resuelvo yo, que es a mí a quien deber dirigirse y que contigo no tiene que hablar ni tratar en ninguna forma. Y en lo que hace al asunto mismo, lo que yo resuelva te dirá Mariátegui.

Antes de su partida hablaré con José Carlos de todos tus asuntos. Se los recomendaré eficazmente. Y él llevará mis instrucciones para resolverlos en la mejor manera.

Dile a Alicia que me ha satisfecho mucho sus propósito de estudiar. Hace muy bien aprendiendo inglés y otras cosas, igualmente importantes. Debe continuar hasta el fin. Y, para lo que quiera, no necesita enviarme dinero. Que me diga que cosa es y yo se la enviaré tan pronto como pueda. No supongo que aspire a un […] de brillantes. Esto, después de todo, sería lo más cómodo de resolver, precisamente, porque no encontraría manera de resolverlo mientras viniera.

Muchos recuerdos de todos mis hermanos y un abrazo y un beso muy cariñosos para tiç

César

Madrid: 8.XII.1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 25/12/1921

A Doña Artemia G. de Falcón

En Lima

Querida madre:

Acabo de regresar a Madrid. Tu carta del 8 de noviembre la recibí en París. Me alegro que te haya gustado mi libro. Hace poco te enviado algunos de mis últimos artículos. Espero que te gusten también.

Yo, como tu comprenderás, estoy impotente para realizar alguna gestión en el gobierno. Todas las cartas que escribiese serían inútiles. Aquí mismo no me sirven de nada. Hasta ahora no recibo un céntimo de Barcelona ni espero recibirlo en mucho tiempo más o nunca.

Te mandé de Berlín la solicitud pidiendo que te pagaran mi sueldo íntegro y, posteriormente, te autoricé para que lo arreglases en la forma más conveniente. Has lo que a tu juicio sea mejor. Puedes pedir el sueldo íntegro o el aumento de la asignación. Cualquiera de las dos cosas, un otra, me parecerá muy bien.

Y, para curbrirnos contra la irregularidad de los pagos, no se me ocurre otras […] ni hay otro […] que el que te [he] dicho en mis cartas anteriores. Es necesario que el esfuerzo de todos constituya al sostenimiento de la casa. Es decir, que todas mis hermanas trabajen para vivir. Hacer como he hecho yo: independizarse del sueldo del gobierno. En la cartas adjunto se lo digo extensamente a Alicia.

Espero que Alicia y mis demás hermanas aceptaran entusiastas mis consejos y que contribuirán a tranquilizarte. Yo estoy seguro del cariño de todas ellas a ti. Y la mejor prueba de su cariño es procurarte una vida reposada y sin preocupaciones. La vida que mereces, después de haber sufrido y trabajado tanto por tus hijos.

Muchos recuerdos a todos mis hermanos y un abrazo para ti muy fuerte y muy cariñoso de tu hijo

César

Madrid: 25-XII-1921

Mi navidad, como todas, muy triste. Me consolaría mucho saber que en casa la habeis pasado mejor.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 12/8/1921

A Doña Artemia G. de Falcón

En Lima

Querida madre:

He recibido tu carta del cinco de julio.

No te preocupes con tanto empeño en averiguar mi situación. Elguera, efectivamente, no sabe ni puede hacer nada. Mientras a ti te paguen con la relativa puntualidad con que te han pagado hasta hoy, no hagas gestión ninguna. Solo cuando te notifiquen que no te pagarán más, dirígete a Piedra que es el único que puede servirte. Ya en este caso, le dirás que yo quiero quedarme en Madrid, porque aquí estoy trabajando con muy buena fortuna y que él consiga que me quede como han dejado a Bedoya. Yo no aceptaría de ninguna manera otro puesto fuera de España ni podría regresar a Lima tan pronto. Tengo adquirido un compromiso con el "El Liberal" y debo cumplirlo.

Si ves a Piedra dile, como cosa tuya, que he publicado un libro de novelas y que voy a escribir otro libro político sobre el Perú para una casa editora. Supongo que habrás recibido ya los dos ejemplares de mi libro que te mandé de Madrid.

La situación de Alicia me preocupa y me aflige desde que la conocí. No creo posible arreglarla como tú deseas. Tengo la impresión que se trata de un hombre sin ninguna moralidad. Y no tendrás más remedio de proceder como te indico en mi carta. Pero, al romper definitivamente con él, si Alicia quiere, debiera entregarle su hija para que supiera por lo menos el castigo de atender el solo a su crianza y educación. De todos modos, dile a Alicia que me escriba. Ya ha debido hacerlo.

Hace dos meses el consulado de Barcelona no me paga mis sueldos, porque no tiene entradas. Yo estoy viviendo de lo que me paga "El Liberal". Si esta situación se prolonga voy a pedir que te paguen todo a ti para que tú me gires mensualmente, por cable, la cantidad que me corresponde.

Yo estoy aquí de paso para Berlín. He llegado hoy y marcharé mañana. A Madrid regresaré dentro de algunos días.

Muchos y muy cariñosos recuerdos para mis hermanos.
Te envío mi mejor abrazo.

César.

París: 12-VIII-1921

P.D. Dime que has resuelto sobre lo que te dije en mi carta de Barcelona. Hazme el favor de enviarme todos los artículos sobre mi libro. Ya te he mandado la encomienda con el juego de té.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 25/9/1921

A Doña Artemia G. de Falcón

En Lima

Querida madre:

Te supongo libre de todas las calamidades que te han agobiado en los días del centenario. Me ha dado mucha pena que no hayas podido distraerte un poco. No debes descuidarte de ti misma. Procura alejarte los sufrimientos, distráete, paséate. Ya es tiempo de librarnos de las desgracias o, si insisten en caer sobre nosotros, volverlas la espalda.

Me complace la solicitud con que te atiende Saco —salúdalo en mi nombre— Tú, al fin, has tenido más suerte que yo. Hace tres meses y medio que no recibo un céntimo del consulado en Barcelona. Me dicen, y es cierto, que han desaparecido las entradas. Barcelona atraviesa actualmente una intensa crisis industrial. Se han suspendido las exportaciones para América y, naturalmente, no puede tener entradas el consulado del Perú. Yo pienso enviarte una solicitud dirigida al ministerio pidiéndole que todo mi sueldo te lo paguen allá. En una de mis cartas anteriores te indiqué la forma en que tú debías enviarme la cantidad que me corresponde. Te la repetiré cuando te envíe la solicitud. Espero que me comuniquen de Barcelona el resultado de una gestión que, según me dicen en carta reciente, han hecho a Lima con la esperanza de que les remitan fondos o les ordenen otras enviar a Londres el pago de todas las obligaciones.

Pero, como ya te lo he dicho, no te preocupes por mi situación actual, Yo gano lo suficiente para vivir. Te lo pruebo el mismo hecho de vivir. Si estuviese atenido al sueldo ya me habría muerto de hambre.

Dile a Alicia que me escriba. Ya no puedo mirarla hoy de un modo distinto que antes porque no soy un canalla. Para mí, hoy como ayer, es mi hermana y la quiero igual. Yo, con respecto a lo que le ha ocurrido, espero conocer su pensamiento y su respuesta a mis cartas anteriores.

Dentro de pocos días —ya te lo he dicho también— haré un viaje a Rusia. No sé todavía cuánto tiempo estaré allí. Posiblemente mes y medio o dos meses. Tus cartas no podrían llegarme sino con grandes dificultades. Por esto, hemos acordado con Mariátegui que tú le escribas a él para que me trasmita, por intermedio de la delegación de Rusia en Roma, todo lo que tú le digas. Naturalmente, le darás solo las noticas que no tengan un carácter de absoluta intimidad.

Antes de partir te escribiré nuevamente enviándote la dirección precisa de Mariátegui y el retrato que me he hecho aquí. Y apenas regrese te lo avisaré también para que continúes escribiéndome a Madrid. Nuestra comunicación, de todo modos, no se interrumpirán un solo instante.

He recibido el retrato de mi padre. Espero tener el tuyo para hacer las ampliaciones y enviártelas.

Ya tengo el reloj. Solo espero recibir el juego de té para remitírtelo en un solo paquete. Mariátegui me dice que lo ha comprado ya, pero todavía no me lo ha remitido a Madrid. Espero que lo haga en estos días.

espero que Jorge, y todos, estén ya definitivamente sanos y libres de nuevas recaídas. Dale muchos besos por mí [a] todos mis hermanos y tú recibe mi abrazo y mi beso mejores.

César

Berlín: 25-IX-1921

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 3/12/1921

A Doña Artemia G. de Falcón

En Lima

Querida madre:

Contesto inmediatamente a tu carta del dieciocho de octubre que he recibido al mismo tiempo que otra de Alicia del veinticuatro. Te contesté un poco precipitadamente, porque estoy preparando mi regreso a España. Mi viaje a Rusia se ha aplazado hasta mayo o junio próximo. Ahora tengo que volver a Madrid. Voy rápidamente. Me detendré apenas una semana, o menos, en París.

En mis cartas anteriores he contestado anticipadamente a cuanto me dices en tu última. No se me ocurre otra manera de contrarrestar la informalidad de los pagos ministeriales y asegurar el bienestar de todos que lo que he propuesto a mis hermanas. Trabajando todos podemos conseguir independizarnos del gobierno y vivir más tranquilos y seguros.

Ahora se me ocurre la idea de ahorrar, si mis hermanas me ayudan, mis sueldos para dentro de un plazo mas o menos corto, reunirnos todos en España. Yo he pensado muchas veces la manera de conseguirlo. Pero siempre se me ha presentado invencible la dificultad de conseguir el dinero para los pasajes de ustedes. Más, con un esfuerzo de todos, nos será fácil lograrlo. Todo depende de que mis hermanas acepten contribuir estusiastamente en la forma indicada. Un solo año, el próximo, de perseverancia bastaría para cumplir el propósito. Después, juntos todos en España, pasaríamos a arreglar nuestras vidas en mejores condiciones.

Dile esto Alicia, mientras yo, con más reposo, contesto extensamente a su carta. La idea se me ha ocurrido al recibir su respuesta a mi ofrecimiento que, desde luego, mantengo invariable. Es solo una ampliación de él. Y siento no haber pensado así antes.

Me parece muy atinada tu proposición sobre la manera de cobrar mis sueldos. Si, esperando mi respuesta, no has presentado la solicitud que te envié, has que te hagan otra, […] como me dices la asignación, imitando mi forma y preséntala. De este modo ganaremos tiempo. Yo no tengo esperanza ninguna de recibir un céntimo de Barcelona. Hace pocos días he recibido una nueva carta anunciándome que todavía no han mejorado las entradas.

Creo, sin embargo, que todo mi sueldo podrían seguir pagándotelo en la misma forma que hasta hoy, puesto yo no desempeño cargo diplomático ninguno ni figuro como empleado de esta categoría.

De Madrid, en donde estaré dentro de quince y veinte días, te escribiré más largamente.

Muchos recuerdos para todos mis hermanos y un beso y un abrazo muy cariñoso para ti.

César

Berlin: 3-XII-1921

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 31/8/1921

A Doña Artemia G. de Falcón

En Lima

Querida madre:

Acabo de recibir tu carta del veinticinco de julio. Me parece muy bien que no te preocupes más de averiguar mi situación, mientras, claro si te paguen con puntualidad más o menos relativa. Yo tengo la impresión que no han suprimido, ni suprimirán nuestros puestos. Hace tres meses que no recibo ni un céntimo de Barcelona, pero se debe a la falta de dinero. Como te he dicho en una de mis anteriores, las entradas consulares han disminuido casi hasta desaparecer. Espero que mejoren para que me paguen. En caso contrario escribiré pidiendo que el sueldo íntegro te lo entreguen a ti allá. Entonces te diré la forma en que debes girarme la parte que me corresponde.

Por mi no te intranquilices. Yo puedo vivir perfectamente con el sueldo que gano en el "El Liberal". No viviré, es claro, suntuosamente, Pero sí puntualmente. En el periódico me guardan grandes consideraciones personales. Escribo solo con mi firma y de sobre lo que quiero y desde donde quiere. Mi situación es muy distinta a la de Lima. Al periódico solo voy de tarde en tarde un momento a conversar con el director. Mis artículos las mando por correo. Te lo dejo para que te formes una idea clara de mi situación.

Dime que te ha parecido mi libro. Te mandé los primeros ejemplares. No te olvides de enviarme los artículos que se escriban sobre él. Serán muy pocos, porque no lo he enviado sino a muy contadas personas.

Yo participo de tu aflicción por el estado de Alicia. Ya te he dicho lo que yo pienso. Tú última carta me ha confirmado mis impresiones. Pero dile a Alicia que no sufra. Nosotros estamos precisamente para consolarla y ampararla hasta donde podamos. Si ella y tú quisieran podría venirse a España conmigo. En mi casa no le faltaría nada. Así podría consolarse. entre tú y yo haríamos un esfuerzo para pagar sus gastos de viaje. Yo te enviaría una solicitud pidiendo urgentemente tus sueldos adelantados. Tú la presentarías al ministerio y hablarías con Piedra a quien yo también escribiría, para que gestionaran su resolución favorable. Acaso el mismo podría conseguir un pasaje gratuito. Y Alicia podría venir acompañada por alguna de las muchas familias que diariamente vienen a Europa. Lo que ustedes resuelvan dímelo enseguida.

Uno de estos días debe llegar a Madrid el juego de té. Mariátegui me dice que ha comprado uno muy bonito. Inmediatamente te lo mandarán con el reloj. Ya lo he dejado todo dispuesto.

A Humberto le enviaré la pelota regrese a España.

Dime si el cambio constante de casa retarda el recibo de mis cartas. Yo sigo enviándote todas a la misma dirección porque desconozco otra.

Muchos recuerdos para todos mis hermanos y un abrazo muy cariñoso para tí.

César.

Querida Teresa:

Me he alegrado mucho recibir al fin cuatro letras tuyas. Parece que habeis olvidado la costumbre de escribirme. O, mejor dicho, no lo habeis adquirido todavía. Deseo vivamente que tus cartas inicien una serie.

Para escribirme cualquier papel es bueno. No te preocupes por eso. Preocúpate mas bien de la letra y de la ortografía.

Y evita decir tonterías a nadie. Nuestro antepasados fueron trabajadores. Gentes que ganaron su pan trabajando honradamente. Nosotros debemos también trabajar para conseguir que el pan que comemos sea propio nuestro y que lo ganen día a día nuestras propias manos. Dedícate a trabajar seria y honestamente y tendrás mejores collares que nuestros antepasados, quien no tuvieron otro que los que les pusieron para trabajar.

Da por mí muchos abrazos a todos mis hermanos y tú recibe uno muy fuerte de tu hermano.

César.

Berlín: 31-VIII-1921

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 9/4/1921

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

Tengo ya tu carta del siete de mayo, llegada a mí con rapidez poco común.

Me alegro muchísimo de la mejoría de Alicia y del resultado de los exámenes de Humberto. A la […] Alicia debe estar completamente restablecidos, según lo deseo con toda el alma.

La primera noticia, después de la muy […] publicada en los periódicos, sobre el decreto suprimiendo las pensiones en el extranjero, ha sido la tuya. Te agradezco mucho la diligencia con que has averiguado mi situación. Hasta ahora no se nada concretamente.

No puedo dudar que tu habrás logrado saber ya […] fijo cuanto me concierne o que me lo comunicarás en carta que recibiré antes que esta llegue a tus manos. Por esto, me limito a hacerte una indicación. Si me han suspendido el sueldo, sería conveniente que vieses a Alfredo Piedra. Él puede conseguir que me sigan pagando la orden al cónsul en Barcelona para que me de pasaje de vuelta. Mas me conviene, claro está, que continúen pagándome, pero , si no puede ser, quiero que me manden el pasaje para regresar inmediatamente. Una vez allá hablaremos y trataré de arreglarme lo mejor posible.

Me alegro que le hayan gustado a mis hermanas los regalos. El próximo contingente será para ti únicamente. Me parece que es justo.

Sigo trabajando mucho. Tengo recortados mas de cuarenta o cincuenta artículos publicados en "El Liberal" que voy a mandártelos para que los leas.

Es posible que dentro de algunos días me vaya a pasar una corta, muy corta temporada en Andalucía. Estaré dos o tres semanas entre Granada o Sevilla.

Me olvida decirte que quien te puede dar informaciones exactas sobre lo del decreto es César Elguera.

Muchos besos para mis hermanos y para ti un abrazo y un beso fuertes, muy fuertes de tu hijo.

César.

Madrid, 9 de mayo de 1921

P.D. Como esta carta llegará por la fecha de tu cumpleaños, te envío, anticipadamente, mi más cariñosa felicitación, sin perjuicio de hacerlo también ese día y de todo él, como siempre, pensar en ti.

César.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 23/2/1921

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

He recibido tu carta del treinta de diciembre y del veintitrés de enero. Te pongo escritas las fechas para que no dudes que las he recibido.

Desde hace varios días estoy nuevamente en Madrid. Hice un viaje rápido de regreso. Quería volver lo más pronto porque tenía que arreglar aquí algunos asuntos, entre otros el del famoso libro que aun no se ha publicado por las muchas dificultades con que tropieza la casa editora. Hace seis o siete meses que tienen en su poder los originales. Ayer me han dicho que, probablemente, dentro de muy poco podrá imprimirse. Así lo espero.

Apena salga, caro es, te lo mandaré.

Estoy trabajando mucho. Escribo cautivamente en "El Liberal". Además preparo otros libros para evitarlos en cuanto aparezca el que tengo entregado.

Me han sorprendido las noticias que me das sobre nuestros pagos. No sabía una palabra. Todo lo que se ha dicho acá ha quedado, al fin, sin efecto. Por esto, me parece que los nuevos propósitos tendrán el mismo resultado.

El Consulado de Barcelona me paga puntualmente y no me ha dicho que tenga ninguna orden al respecto. Yo, mientras no me suspendan el pago, no hago ninguna gestión. Creo que esto mismo debe hacer tú, a menos que los informes que te han dado sean más serios y autorizados de la que las supongo. Como tu sabes que allí casi todo se queda en nada, mejor para evitarte molestias, no hagas ninguna petición hasta que dejen de pagarte.

En estos días tengo que recibí dinero de "El Liberal" y lo aprovecharé para compara algunas de las cosas que me has pedido. Procuraré que te lleguen para el 27 de abril. Comprenderás que no puedo mandarte todas los pedidos, entre otras cosas porque necesitaría un barco especial para enviarlas.

Felicita a Alicia y a Teresa por sus cumpleaños y a Jorge y a Humberto por sus exámenes.

Muchos abrazos par todos. Para ti uno especial con todo mi cariño.
César

Madrid, 23 de febrero de 1921.

P.D. Los regalos fueron a fines de octubre. Si no los han recibido todavía, averigüen en la sección encomiendas del correo. Avísame.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 25/2/1920

A doña Artemia G de Falcón

Mi madre en Lima

Querida madre:

He recibido tu carta del dos de enero y otra posterior cuya fecha por no tenerla, no puedo previsarla. Me ha tranquilizado saber que la enfermedad de Jorge no es seria.

Casi no me ha sorprendido la actitud de Ruíz Bravo. Lo esperaba. como buen farsante ha esperado mi ausencia para negarse a cumplir un compromiso que claramente contrajo. En el primer momento quise escribirle, tratándole con dureza, pero pensándolo mejor, he resuelto no hacerlo en ningún sentido. Algún día, tal vez pronto, podré cobrársela.

Esta carta llegará a ti muy tarde para que esos artículos puedan publicarse. Sin embargo, que los vea Del Águila y si alguno no ha perdido sus actualidad que se lo lleve a Cisneros para que la publiquen en la "La Prensa", por supuesto sin cobrarlo. Hoy mismo le escribo al doctor Durand haber si consigo que me pague algo por los artículos que le mande a su periódico. Esto, desde luego, tardará mucho.

Creo, mas bien, que "El Comercio" me dará algo. […] a Del Águila para que vea a Valle a quien le he encargado gestionarme este asunto.

Siento lo que ha hecho Ruíz Bravo, porque destruye el presupuesto de entrada que te envié en mi carta anterior. Por suerte no te faltará dinero para comer. En lugar de cuatro libras que te pedí le dieras todos los meses a Del Águila, dale dos solamente. Así te quedarán siempre veintitrés libras mensuales. Las propinas para mis hermanos sácalas de los que de "El Comercio", si no da nada, yo veré la forma de mandarle algo.

Te mando una carta para Enrique […] Arroyo, secretario de la Dirección de Instrucción, quien es muy amigo mío y podrá servirte en cuanto quieras para matricular a Humberto en Guadalupe.

Le escribo también a Antenor Fernández, muchacho muy activo, pidiéndole que vaya a casa y te sirva en lo que necesites. A él puedes confiarles muchos ensayos. Es uno de los que conmigo en "El Tiempo" y en "La Razón.

Veo que no te has quedado corta al pedirme regalos. Todos ellos, tasados a la ligera, importan cuatro mil pesetas; es decir mil setecientos soles. Calcula hasta donde podré adquirirlos.

No obstante, haré un esfuerzo y el mes entrante procuraré mandarte un abrigo. Quiero que lo tengas para tu cumpleaños.

En estos días le voy a mandar unos regalitos preciosos.

Dime si te atienden debidamente en el Ministerio.

Diles a Jorge y a Humberto que es muy difícil mandar una bicicleta desde aquí. Cuando gane un poquito de dinero les daré para que la compren allá.

El ocho le escribí una carta a Alicia. Espero que ya la haya recibido.

Besa y abraza a todos mis hermanos, y tu, madre pedilona, recibe un abrazo muy fuerte de tu hijo.

César.

Madrid, febrero el 25 de 1920

Falcón, César