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Tarjeta Postal de Victoria Vargas, 12/2/1927

Cuzco, 12 de febrero de 1927
Sr.
José Carlos Mariátegui
Lima
Sin conocerle personalmente, pero sí espiritualmente, le saluda y agradece infinito, todo el bien, que me ha proporcionado, con su valiosa presentación, en una gira artística.
Su amiga y S.S.
Victoria Vargas S.

Vargas, Victoria

Tarjeta Postal a Nicanor A. de la Fuente (Nixa), 29/12/1927

Lima, 29 de diciembre de 1927
Nicanor A. de la Fuente
Chiclayo
Estimado compañero:
Quiero comunicarle yo mismo la reaparición de Amauta. El número ha encontrado aquí entusiasta acogida y caluroso comentario. Amauta entra en una fase de estabilización. Reclamo su concurso en la organización de la Sociedad Editora. Mándeme sus últimos poemas. Ya Bazán debe haberle dicho cuanto lo estimo como artista, amigo y colaborador de Amauta.
Reciba mis mejores votos de Navidad y Año Nuevo y mi cordial abrazo de affmo. compañero.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a Luis A. Rodríguez O. (Luis de Rodrigo), 6/2/1927

Lima, 6 de febrero de 1927
Estimado compañero:
Las fallas de mi salud y un exceso de trabajo no me permiten escribirle. Recibo una enorme correspondencia del Perú y de fuera que me veo forzado a responder, rápidamente por turno. - Amauta ha aumentado considerablemente mi labor. Tengo el empeño de hacer de ella nuestro mensaje al Perú y al mundo. - Malgrado mis ocupaciones, he leído atentamente sus versos. Encuentro en Ud. un poeta fuerte y auténtico. - En el número de marzo publicará otra de sus composiciones .- La plétora de material poético, acopiado desde el primer número, no me ha dejado dar de Ud. más poemas.
"Amauta" avanza. Espero dejar pronto consolidada su economía. De todo el país me llegan voces de aliento y solidaridad.
Me prometo escribirle con más extensión apenas me sea posible.
Hasta entonces lo abrazo cordialmente.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a Luis A. Rodríguez O. (Luis de Rodrigo), 5/4/1927

Lima, 5 de abril de 1927
Estimado compañero:
Contesto con placer tu carta del 3 de marzo. Tu poema llegó tarde para sustituir al que ya estaba en la edición en prensa. Lo reservamos para otro número. Si la editorial Minerva puede ayudarlo a la publicación de su libro, lo hará con complacencia. Ud. sabe que el programa de sus ediciones propias está lleno por algún tiempo. Pero le concedo facilidades especiales a los autores que merecen ayuda. Minerva se encarga, si lo desean, de la administración y difusión de las ediciones.
Gracias por su cooperación.
Y saludos cordiales al amigo y al compañero.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a Luis A. Rodríguez O. (Luis de Rodrigo), 26/12/1927

Lima, 26 de diciembre de 1927
Estimado compañero:
Al fin me es dado comunicarle lo que desde hace algún tiempo anhelaba: - "Amauta" continúa. Con estas líneas recibirá Ud. el número 11-. Mándeme para los próximos algunos poema porque los que tengo están ya publicados si no me engaño. En los primeros días de enero, le enviaré unas líneas sobre su poesía. Por ahora quiero sólo hacerle llegar mi cordial saludo, apenas desembarazado del trabajo de "Amauta".
Su affmo. amigo y compañero

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal a Alfonso De Silva, 28/2/1927

Lima, 28 de febrero de 1927
Querido Silva:
Cuando le envié un ejemplar del número de Amauta en que se publicaba su lied, le escribí algunas líneas pidiéndole nueva colaboración.— He sabido últimamente que ha estado Ud. delicado de salud. Querría que la noticia no fuera cierta. En todo caso, formulo votos porque esté Ud. ya bien. Yo he seguido sufriendo constantes fallas en mi salud. Pero, afortunadamente, me restablezco ahora.
Envíeme para Amauta versos o música. Le mando la revista regularmente a la Legación.
Cordialmente suyo
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta de Luis E. Valcárcel, 28/10/1926

Cuzco, 28 de octubre de 1926
Querido amigo José Carlos:
Cuánto he lamentado que siga sufriendo quebrantos de salud. Ojalá que ya se sienta mejor. Hablando con el amigo Casiano Rado, veía lo provechoso que sería para Ud. una estada en estos paradisíacos vallecitos próximos al Cuzco. En Yucay, por ejemplo, donde el clima y la belleza del campo tanto bien le harían a Ud. Piénselo, querido compañero. Aquí sus amigos le facilitaríamos todo. Ahora hay la ventaja de comunicaciones rápidas y cómodas por automóvil y ferrocarril. Avíseme su resolución.
El magnífico éxito de Amauta debe reconfortar a Ud. Comienza a ser debidamente apreciada su obra.
El compañero Luis Alberto Sánchez va a escribir unas apostillas finales para Tempestad en los Andes. Cuánto le agradecería facilite a Sánchez la lectura de lo que está imprimiéndose o los originales que no estén en cajas. Sánchez lo buscará a Ud.
Muy agradecido le estoy, por la buena acogida que ha dispensado al libro.
Reciba un fuerte y cordial abrazo de su camarada.
Luis E. Valcárcel
"Amauta" tiene una gran aceptación aquí.

Valcárcel, Luis E.

Tarjeta de Jaime L. Morenza, 3/1/1927

Montevideo, 3 de enero de 1927
Señor J. C. Mariátegui
Lima-Perú
De mi mayor estima:
Hemos recibido aquí el número 3 de su Revista Amauta. Es una Revista muy interesante y simpática, cuyo canje aceptamos gustosísimos. El artículo que Vd. publica en dicho número es notable, tanto por su forma como por su fondo.
Compartimos en absoluto el concepto que a Vd. le merece el arte de vanguardia y le felicitamos por el vigor y el acierto con que ha tratado el asunto.
Sin otro motivo, lo saluda en nombre de La Cruz del Sur y en el suyo propio, su atento y S.S.
Jaime L. Morenza

Morenza, Jaime L.

Tarjeta de Gabriel C. del Mazo, 19/8/1928

Buenos Aires, 19 de agosto de 1928
Gabriel C. del Mazo saluda con la mayor cordialidad a su estimado amigo José Carlos Mariátegui recordándole su promesa de amplificar su estudio sobre la R. Universitaria y proyección social del movim. en América, a la luz de los nuevos documentos que ahora tiene en su poder; que aquí con el mayor gusto editaríamos. Le agrega una lista de amigos de Santa Fe, para que les envíe Amauta; y le pide para sí el n°1, así completa la colección personal.

Del Mazo, Gabriel C

Tarjeta de Carlos V. Chávez Sánchez, 9/3/1929

9 de marzo de 1929
Mi queridísimo José Carlos:
De un momento a otro he decidido embarcarme hoy para Piura. Ahí espero sus órdenes. Se las reclamo.
Le deseo magnífica salud. Saludos para su señora.
Lo abraza
Carlos V. Chávez Sánchez

Chávez Sánchez, Carlos V.

Reproducción fotográfica de José Carlos Mariátegui con el Círculo de Periodistas

Fotografía de José Carlos Mariátegui, último de la fila de pie, como fundador del Círculo de Periodistas y miembro de la Junta Disciplinaria.
A su lado, de izquierda a derecha: Hector Argüeles, vocal; Fernando Lund, tesorero; Edgardo Rebagliati, secretario; Carlos Pérez Cánepa, vocal.
Sentados, de de izquierda a derecha: Eudocio Carrera, vocal; Fernando Byetes, secretario; Ricardo Walter Stubbs, presidente; Julio Portal, vice-presidente; y Carlos E. Iturrizaga, vocal.

Variedades

Reproducción fotográfica Colaboradores del diario El Tiempo

La fotografía fue tomada con ocasión de haberse realizado una fiesta en honor a Carlos Guzmán y Vera por los éxitos teatrales que había obtenido con la obras suyas estrenadas en aquellos días. En el grupo se observa a los redactores-fundadores del diario El Tiempo.
A la derecha de Guzmán y Vera (sentados), el director del periódico Sr. Pedro Ruiz Bravo.
A la izquierda los señores Luis Ulloa, Emilio de Armero, Angel Origgi Galli y José Carlos Mariátegui.
Abajo, Oswaldo Santillana, Carlos Franco y Humberto del Águila.
Arriba, (de pie) César Falcón, César Alzamora, Antenor Fernández, Emilio Cueva, Ladislao Meza, Señorita Francis, José Ruete García y Moisés Vargas Marzal

Recorte de Prensa del diario El Tiempo

[Transcripción]

EN LA UNIVERSIDAD POPULAR GONZÁLEZ PRADA
Segunda conferencia de Mariátegui sobre la crisis mundial

El viernes dio José Carlos Mariátegui en la Universidad Popular la segunda conferencia de su curso sobre la historia de las crisis mundial. Había en la sala de la Federación de Estudiantes público más numeroso que en la conferencia anterior.

El obrero Paredes, de la Federación Obrera Local, evocó la figura de Kurt Wilkens, en nombre de esa organización trabajadora, y fue vivamente aplaudido.

Luego, comenzó Mariátegui su disertación. Habló primeramente de la literatura de guerra que, durante el período bélico, había sido utilizada por uno y otro grupo beligerante, a fin de asegurarse la solidaridad de la opinión popular interna y captarse a la opinión extranjera. La prensa, durante la guerra última, ha sido usada como instrumento bélico. Los Estados beligerantes se han servido de ella para alimentar en las masas populares un estado de ánimo agresivo, nacionalista, delirante. Y la prensa ha tenido así una intensa función de tóxico espiritual. Ha sido, en la gran guerra, una novísima arma de combate, una especie de gas asfixiante. Merced a la prensa, los Estados beligerantes han conseguido sofocar toda tentativa de indisciplina de la opinión popular, todo germen de protesta contra la guerra, toda reacción de los ideales pacifistas. Y análoga función han tenido el libro, el folleto, la cátedra. La literatura, la ciencia, la inteligencia en una palabra, han estado absolutamente a órdenes de los generalísimos. Por eso, Bernard Shaw en su libro Peace Conferencia Hints decía en 1919: “Comienza la historia; concluye la novela”. Porque hasta después de la paz, en uno y otro grupo de naciones beligerantes, acerca de la guerra no se ha hecho historia sino novela. Y Nitti, en su libro Europa sin Paz, denuncia el valor convencional de la literatura de guerra y recuerda un viejo aforismo italiano: “En tiempo de guerra más mentiras que tierra”. En el Perú —dijo Mariátegui— como en casi todo el mundo, nos hemos alimentado de la literatura de guerra de la Entente; hemos respirado el ambiente bélico del frente aliado. La propaganda alemana fracasó fuera de Alemania y fracasó también, finalmente, dentro de Alemania. Mientras los aliados crearon el mito de la guerra de la Democracia contra la Autocracia, de la Civilización contra la Barbarie, los Imperios Centrales no dieron a la guerra alemana ninguna alta meta idealista. La guerra alemana no llegó a ser sólida y verdaderamente popular en Alemania misma. Los pueblos aliados creían batirse por grandes ideales humanos. El pueblo alemán y
el pueblo austríaco creían batirse tan sólo en defensa de la nación alemana y de la nación austríaca. Y fue principalmente, por esto, que Wilson, con su programa de paz sin anexiones ni indemnizaciones, quebrantó la resistencia austro-alemana, minó interiormente el frente austro-alemán.

Continuó Mariátegui expresando que, únicamente después de la paz, se ha empezado a escribir la historia de la guerra. Únicamente después de la paz se ha dispuesto de la suficiente cantidad de documentos, de testimonios y de serenidad intelectual para analizar objetiva e imparcialmente las causas de la guerra. Este examen objetivo e imparcial ha desvanecido el folletín de la guerra de la Democracia contra la Autocracia y la leyenda de la responsabilidad exclusiva y feroz del militarismo prusiano. Los mitos del período bélico andan ya totalmente desacreditados. Apenas si, de vez en cuando, reaparecen en uno que otro documento de literatura oficial.

Entró Mariátegui en seguida, en la exposición de las causas económicas de la guerra. Habló del desarrollo pre-bélico del industrialismo británico y del industrialismo alemán, de la guerra económica entre Inglaterra y Alemania, de la lucha por los mercados, por las colonias, por las materias primas. Y señaló, asimismo, la importancia del fenómeno demográfico en la historia de la guerra.

Se ocupó después, de las causas políticas de la guerra y de su vinculación con las causas económicas. Hizo una síntesis rápida del estudio de Bernard Shaw sobre la forma como se generó el conflicto europeo. Señaló la influencia del nacionalismo de uno y otro lado en este proceso de incubación bélica. Se refirió a la paz armada. Y llegó a la conclusión de que existía en 1914 en Europa una atmósfera inflamable, de que se habían juntado circunstancias destinadas inevitablemente a desencadenar la guerra. Recordó las palabras de Lloyd George en el Parlamento británico, en diciembre de 1920: “Cuanto más se lee las memorias y los libros sobre los acontecimientos posteriores a agosto de 1914, más se comprende que ninguno de los que ocupaban los puestos dirigentes en ese tiempo ha querido realmente la guerra”.

Pasó al examen de la conducta de los partidos socialistas y de las organizaciones sindicales en uno y otro grupo de naciones beligerantes. Expuso algunos aspectos del ambiente de ofuscación nacionalista que dominó en Europa. Y tributó un homenaje a las voces aisladas que, en medio de ese ambiente, afirmaron su adhesión a elevados ideales de solidaridad humana. Se refirió, por una parte, a Romain Rolland, autor de las hermosas páginas de Au dessus de la Mêlée; y, por otra parte, a los cuatro intelectuales alemanes que protestaron contra el célebre ‘Manifiesto de los noventitrés’: el fisiólogo Nicolai, el físico Einstein, el filósofo Buek y
el astrónomo Foerster.

Al terminar su disertación Mariátegui invitó al proletariado a afirmarse en sus ideales de fraternidad universal. Sus palabras fueron vivamente aplaudidas. Y la concurrencia cantó 'La Internacional'.

La tercera conferencia sobre la historia de la crisis mundial tendrá lugar el próximo viernes.

Diario El Tiempo

Recibo por Derechos de Subvención, 31/12/1929

Recibo emitido por la Sociedad Unión Vendedores de Periódicos y Auxilios Mutuos de Lima con motivo de pago de 5(cinco) soles por derechos de subvención, correspondiente a la fecha del 31 de diciembre de 1929.

Sociedad Editora Amauta

Recibo por Derechos de Subvención, 30/11/1929

Recibo emitido por la Sociedad Unión Vendedores de Periódicos y Auxilios Mutuos de Lima con motivo de pago de 5(cinco) soles por derechos de subvención, correspondiente a la fecha del 30 de noviembre de 1929.

Sociedad Editora Amauta

Nitti y la batalla anti-fascista. La preparación sentimental del lector ante el conflicto.

Nitti y la batalla anti-fascista
La resolución del “duce” del fascismo de dejar la mayor parte de los ministerios que había asumido en el curso de sus crisis de gabinete, ha seguido casi inmediatamente a una serie de artículos de polémica anti-fascista del ex-presidente de consejo más vivamente detestado por las brigadas de “camisas negras”: Francesco Saverio Nitti. No ha que atribuir, por cierto, a la ofensiva periodística de Nitti, diestro en la requisitoria, la virtud de haber hecho desistir a Mussolini de su porfía de acaparar las principales carteras. Es probable que desde hace algún tiempo el jefe del fascismo se sintiese poco cómodo, con la responsabilidad de tantos ministerios a cuestas. En casi todos, su gestión ha confrontado dificultades que no le ha sido posible resolver con la prosa sumaria y perentoria de los decretos fascistas. El acaparamiento de carteras imprimía un color muy marcado de dictadura personal al poder de Mussolini que, a pesar de todas sus fanfarronadas de condotiere, no ha osado despojarse de la armadura constitucional, frente al ataque de la “variopinta” oposición. A Mussolini no le preocupa excesivamente los argumentos que la concentración del poder en sus manos puede suministrar a los quebrantados partidos y facciones que lo combaten; pero si lo preocupan los factores capaces de perjudicar la apariencia de consenso en que sus discursos transforman la pasividad amedrentada de la gran masa neutra. I lo preocupan, sobre todo, los escrúpulos de la finanza extranjera, y en especial norte-americana de que depende el fascismo tan fieramente nacionalista. Mussolini no puede desentenderse del todo de las ambiciones de figuración de sus lugartenientes.
Los artículos de Nitti han tenido, desde luego, extensa resonancia en el ambiente burgués, -dispuesto a cierta indiferencia, y a veces a una franca tolerancia, antes los actos del fascismo,- de los países en que se han publicado. Nitti emplea, en su crítica, argumentos que impresionan certeramente la sensibilidad, algo adiposa y lenta siempre, de las capas demo-burguesas. Todos sus tiros dan en el blanco. Sus artículos no son otra cosa que un rápido balance de los “bluffs” y de los fracasos del rimbombante régimen de los camisas negras. Nitti opone las altaneras promesas a los magros resultados. Mussolini ha conducido a Italia a diversas batallas que se a resuelto en clamorosos descalabros. La “batalla del trigo” no ha hecho producir a Italia la cantidad de este cereal de que ha menester para alimentar a su población. Nitti cita las cifras estadísticas que prueban que la importación de este artículo no ha disminuido. La “batalla del arroz” no ha sido más feliz. La exportación italiana de este producto ha descendido. La “batalla de la lira” ha estabilizado con grandes sacrificios el curso de la divisa italiana en un nivel artificial que estanca las ventas al extranjero y paraliza el comercio y la industria. A Italia le habría valido más ahorrarse esta “victoria” financiera de Mussolini. La “batalla de la natalidad” ha sido una derrota completa. La cifra de los nacimientos ha disminuido. El “duce” no ha tenido en cuenta que estas batallas no se ganan con enfáticas voces de mando. La natalidad no obedece, en ninguna sociedad, a los dictadores. Si las subsistencias escasean, si los salarios descienden, si la desocupación se propaga, como ocurre en Italia, es absurdo conminar a las parejas a crecer y multiplicarse. Los solteros resisten inclusive al impuesto al celibato. La inseguridad económica es más fuerte que cualquier orden general del comando fascista.
Nitti trata a Mussolini, en cuanto a cultura y competencia, con desdén y rigor. Mussolini, dice, carece de los más elementales conocimientos en los asuntos de Estado que aborda y resuelve con arrogante estilo fascisto. Es un autodidacta sin profundidad, disciplina ni circunspección intelectuales. “No poseyendo ninguna cultura ni histórica ni económica ni filosófica y como los autodidactas se atreve a hablar de todo. La lectura de los manueales populares de pocos centavos, le ha provisto de una especie de formulario. Pero, en el fondo, su acción se desarrolla de acuerdo a su temperamento. Pertenece a esa categoría que Bacon llama “idola theatri”.
No será, empero, los ataques periodísticos del autor de “Europa sin paz” los que socaven social y políticamente el régimen fascista. La verdadera batalla contra el fascismo se libra, calladamente, en Italia, en las fábricas, en las ciudades, por los obreros.
El fascismo podría considerar tranquilo el porvenir si tuviese que hacer frente solo a adversarios como a un combativo ex-ministro y catedrático napolitano.

La preparación sentimental del lector ante el conflicto
Las agencias telegráficas norte-americanas continúan activamente su trabajo de preparación sentimental del público para la aquiescencia o la incertidumbre ante la ofensiva contra la URSS que preludian las violencias del gobierno de la Manchuria y las provocaciones de las bandas chicas y de los risos blancos en la frontera de Siberia. Sus informaciones no han aludido jamás a la disposición de los banqueros norte-americanos para financiar la confiscación del Ferrocarril Oriental Ruso-Chino. El capital yanqui busca, como bien se sabe, inversiones productivas, con un sentido al mismo tiempo económico y político de los negocios. I ninguna inversión afirmaría la penetración norte-americana en la China como la sustitución de la URSS en el Ferrocarril Oriental de la China. El Japón no mira con buenos ojos este proyecto. Inglaterra misma, aunque interesada en que se aseste un golpe decisivo a la influencia de la Rusia soviética en el Oriente, no se resignará fácilmente a que la instalación de los norte-americanos en la Manchuria sea el precio del desalojamiento de los rusos. Estos son los intereses que se agitan en torno del conflicto ruso-chino. Pero no se encontrará sino accidentalmente alguna velada mención de ellos en la información que nos sirve el cable cotidianamente sobre el estado del conflicto. El objetivo de esta información es persuadir al público, que se desayuna con el diario de la mañana y carece de otros medios de enterarse de la marcha del mundo, de que Rusia invade y ataca a la China y de que lanza sus tropas sobre las poblaciones de la Manchuria.
La política anti-soviética de los imperialismos mira a enemistar la URSS con el Oriente. Necesita absolutamente crear el fantasma de un imperialismo rojo, en el mismo sentido colonizador y militar del imperialismo capitalista, para justificar la agresión de la URSS. A este fin tienen los esfuerzos de los corresponsales.
La consideración de este hecho confiere viva actualidad, en lo que nos respecta, al tema de “la norte-americanización de la prensa latino-americana”. El estudio que con este epígrafe Genaro de Arbayza hace pocos meses en “La Pluma”, la autorizada revista que en Montevideo dirige Alberto Zum Felde, ha tenido gran resonancia en todos los pueblos de habla española, España inclusiva. Genaro de Arbayza examinaba la cuestión con gran objetividad y perfecta documentación. “Los periódicos más ricos -escribía- tienen corresponsales especiales en las capitales importantes de Europa, pero la casi totalidad de sus noticias más importantes son suministradas por las agencias norte-americanas. Así es como más de veinte millones de lectores, desde México al Cabo de Hornos, formados por las clases media y gobernante, ven el mundo exterior exactamente a través de la forma como quieren los editores norteamericanos que lo vean. Este sistema de distribución de noticias ha convertido toda la América Latina meramente en una provincia del mundo de noticias norteamericano”. Glosando este artículo, la revista cubana “1929”, otra cátedra de opinión libre, observaba que “un consorcio de grandes rotativos latinoamericanos haría, con toda probabilidad, factible el establecimiento de una gran agencia noticiera mutua capaz, por lo menos, de comedir y mitigar el caudal informativo yanqui”. El optimismo de “1929” en este punto es quizás excesivo. Probablemente la agencia latinoamericana que preconiza, no ambicionaría, a la postre, a mejor destino, que a ponerse a remolque del cable yanqui. Es, más bien, la indagación vigilante de las revistas, el comentario alerta de los escritores independientes, el que puede defender al público de la intoxicación a que lo condena la trustificación del cable. Ya una revista, nuestra, “Mercurio Peruano”, enfocó una vez esta cuestión, provocando la protesta del representante de una agencia yanqui. Los numerosos artículos que han seguido al estudio de Arbayza, le restituyen acrecentada toda su actualidad.
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

La batalla del libro

Organizada por uno de los inteligentes y laboriosos editores argentinos, Samuel Glusberg, se ha realizado recientemente en Mar del Plata la Exposición Nacional del Libro. Este acontecimiento, -que ha seguido a poca distancia a la Feria Internacional del Libro,- ha sido la manifestación más cuantiosa y valiosa de la cultura argentina. La Argentina ha encontrado de pronto, en esta exposición el vasto panorama de su literatura. El volumen imponente de su producción literaria y científica le ha sido presentada, en los salones de la exposición, junto con la extensión y progreso de su movimiento editorial.
Hasta hoy, no obstante el número de sus editoriales, la Argentina no exporta sus libros sino en muy pequeña escala. Las editoriales y librerías españolas mantienen, a pesar del naciente esfuerzo editorial de algunos países, una hegemonía absoluta en el mercado hispano-americano. La circulación del libro americano en el continente, es muy limitada e incipiente. Desde un punto de vista de libreros, los escritores de “La Gaceta Literaria” estaban en lo cierto cuando declaraban a Madrid meridiano literario de Hispano-América. En lo que concierne a su abastecimiento de libros, los países de Sud-América continúan siendo colonias españolas. La Argentina es, entre todos estos países, el que más ha avanzado hacia su emancipación, no solo porque es el que más libros recibe de Italia y Francia, sino sobre todo porque es el que ha adelantado más en materia editorial. Pero no se han creado todavía en la Argentina empresas o asociaciones capaces de difundir las ediciones argentinas por América, en competencia con las librerías españolas. La competencia no es fácil. El libro español es, generalmente, más barato que el libro argentino. Casi siempre, está además mejor presentado. Técnicamente, la organización editorial y librera de España se encuentra en condiciones superiores y ventajosas. El hábito favorece al libro español en Hispano-América. Su circulación está asegurada por un comercio mecanizado, antiquísimo. El desarrollo de una nueva sede editorial requiere grandes bases financieras y comerciales.
Pero esta sede tiene que surgir, a plazo más o menos corto, en Buenos Aires. Las editoriales argentinas operan sobre la base de un mercado como el de Buenos Aires, el mayor de Hispano-América. El éxito de “Don Segundo Sombra” y otras ediciones, indica que Buenos Aires puede absorber en breve tiempo, la tirada de una obra de fina calidad artística. (No hablemos de las obras del señor Hugo Wast). La expansión de las ediciones argentinas, por otra parte, se inicia espontáneamente. Las traducciones publicadas por Gleizer, “Claridad”, etc, han encontrado una excelente acogida en los países vecinos. Los libros argentinos son, igualmente, muy solicitados. Glusberg, Samet y algún otro editor de Buenos Aires ensanchan cada vez más su vinculación continental. La expansión de las revistas y periódicos bonaerenses señala las rutas de la expansión de libros salidos de las editoriales argentinas.
La Exposición del Libro Nacional, plausiblemente provocada por Glusberg, con agudo sentido de oportunidad, es probablemente el acto en que la Argentina revisa y constata sus resultados y experiencias editoriales, en el plano nacional, para pasar a su aplicación a un plano continental. Arturo Cancela, en el discurso inaugural de la exposición, ha tenido palabras significativas. “Poco a poco -ha dicho- se va diseñando en América el radio de nuestra zona de influencia intelectual y no está lejano el día en que, realizando el ideal romántico de nuestros abuelos, Buenos Aires llegue a ser efectivamente, la Atenas del Plata”. “Este acto de hoy es apenas un bosquejo de esa apoteosis, pero que puede ser el prólogo de un acto más trascendental. El libro argentino está ya en condiciones de merecer la atención del público en las grandes ciudades de trabajo”. “Por su pasado, por su presente y por su futuro, el libro argentino merece una escena más amplia y una consagración más alta”.
De este desarrollo editorial de la Argentina -que es consecuencia no solo de su riqueza económica sino también de su madurez cultural- tenemos que complacernos como buenos americanos. Pero de sus experiencias podemos y debemos sacar, además, algún provecho en nuestro trabajo nacional. El índice libro, como he tenido ya ocasión de observarlo más de una vez, no nos permite ser excesivamente optimistas sobre el progreso peruano. Tenemos por resolver nuestros más elementales problemas de librería y bibliografía. El hombre de estudio carece en este país de elementos de información. No hay en el Perú una sola biblioteca bien abastecida. Para cualquier investigación, el estudioso carece de la más elemental bibliografía. Las librerías no tienen todavía una organización técnica. Se rigen de un lado por la demanda, que corresponde a los gustos rudimentarios del público, y de otro lado por las pautas de sus proveedores de España. El estudioso necesitaría disponer de enormes recursos para ocuparse por si mismo de su bibliografía. Invertiría en este trabajo un tiempo y una energía, robados a su especulación intelectual.
Poco se considera y se debate, entre nosotros, estas cuestiones. Los intelectuales parecen más preocupados por el problema de imprimir sus no muy nutridas ni numerosas obras, que por el problema de documentarse. Los obreros trabajan desorientados, absorbidos por la fatiga diaria de defender el negocio. Tenemos ya una fiesta o día del libro, en la cual se colecta para las bibliotecas escolares fondos que son aplicados sin ningún criterio por una de las secciones más rutinarias del Ministerio de Instrucción; pero más falta nos haría, tal vez, establecer una feria del libro, que estimulara la actividad de editores, autores y libreros y que atrajera más seria y disciplinadamente la atención del público y del Estado sobre el más importante índice de cultura de un pueblo.
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

José Carlos en la Inauguración de la Editorial Minerva

José Carlos Mariátegui en la inauguración de la Imprenta y Editorial Minerva.
De izquierda a derecha: José Carlos Mariátegui, Julio César Mariátegui, El Sr. Polanco regente del taller "Minerva" y el capitán Modesto Antonio Cavero, esposo de Guillermina y cuñado de JC.

Variedades

Gomez Carrillo

Un nuevo capítulo del periodismo hispano-americano, el del apogeo del “cronista”, principia y termina con Enrique Gómez Carrillo. Capítulo concluido con la guerra que desalojó de la primera plana de los diarios los tópicos de miscelánea, a favor de los tópicos de historia. Con su fin, vino un período de decadencia no precisamente de la crónica sino del cronista. La crónica ha pasado a manos más graves o más finas: Araquistain o Gómez de la Serna. El cronista tiene ahora un lugar subsidiario.
La opinión pública, “emperatriz nómade” como la llama Lucien Romier, condecoró a Gómez Carrillo con el título de “príncipe de los cronistas”. Coronación honoraria, parisiense, democrática, efímera, con algo de la reina de carnaval. Gómez Carrillo ejerció su principado con la alegría bohemia de una griseta. Tenía para todo, la maleabilidad y el mimetismo del criollo, su pasta blanda de mundano innato.
Pertenecía literariamente a una época en que el alma de la América española se prendó de un París finisecular y en que la prosa y poesía hispanoamericanas se afrancesaron algo versallescamente. Rubén Darío, hijo del trópico como Gómez Carrillo, aunque como gran poeta más americano, manos deraciné, condensa, reúne y preside este fenómeno a través del cual nuestra América no asimiló tanto a la Sorbona como al boulevard. Boulevard arriba, boulevard abajo, caminaba todavía Fray Candil, cuando en 1919, me instalé yo por primera vez en la terraza de un café de París, a pocos pasos del café napolitano, donde Gómez Carrillo completaba una peña inestable y compósita. Pero ya ni el boulevard ni Fray Candil, interesaban como antes. Por el boulevard había pasado la guerra, el armisticio, la victoria. Y a la América Latina le había nacido un alma nueva.
A las generaciones post-bélicas, Europa le sirve para descubrir a América. Tramonta cada día más esa literatura de emigrados que, en la crónica, representa Gómez Carrillo. El cosmopolitismo -que puede parecer a algunos un rasgo común de una y otra época literaria- nos conduce al autoctonismo. Además el cosmopolitismo de ahora es distinto al de ayer, también cosa de boulevard, emoción de París. Gómez Carrillo visitó Jerusalén y el Japón sin abandonar sentimental ni literariamente su café parisiense. Con el viajaban siempre sus recuerdos literarios, sus clichés sentimentales. No nos dio nunca, por esto, una visión directa y profunda de las ciudades y de los pueblos. Amó y sintió a los paisajes según la literatura. No descubrió jamás un tópico origen, un sentimiento inédito. Por esto, ignoró siempre a América. Su nomadismo intelectual prefería el último exotismo de moda en un París más Henri Bataille que Paul Bourget. “Jerusalem la Tierra Santa”, “El Japón Heroico y Galante”, “Flores de Penitencia” son otras tantas estaciones del itinerario sentimental de un burgués parisiense de su tiempo. Tiempo de voluptuoso y crepuscular snobismo que se enamoraba versátil lo mismo de Mata Bari que de San Francisco. Anatole France, Gabriel D’Annunzio, diversos pero no contrarios, resumen su espíritu: culto galante de la “mujer fatal” sobre todas las mujeres, epicureísmo, humanismo y donjuanismo burgueses; helenismo de biblioteca y misticismo de menopausia; libídine fatiga y lujo industrial y rastacuero; “La Falena” y “El Martirio de San Sebastián”. Una decadencia no es siquiera exasperada y frenética de “La Noche de Charlotemburgo”, porque no es todavía la noche sino el crepúsculo.
Gómez Carrillo partía de un cabaret de Tebaida. De su viaje libresco -literatura- no imaginación, regresaba con sus artificiales “Flores de Penitencia”. Sabía que un público de gustos inestables se serviría de sus morosos y facticios éxtasis, cristianos con la misma gana que su última crónica del “demi-monde”.
Cortesano de los gustos de su clientela, Gómez Carrillo, esquivó lo difícil, se movió siempre sobre la superficie de las cosas que era casi siempre y brillante como un azulejo. La forma en Gómez Carrillo no era estructura ni volumen. No era sino superficie, y a lo sumo, esmalte. El rasgo de la “crónica” de su tiempo era la facilidad, rasgo característico. Nuestro tiempo ama y busca lo difícil. Lo difícil, no lo raro. La literatura difícil, como lo observa Tribaudet, conquista por primera vez, la popularidad, el mercado.
El “cronista” típico carece de opiniones. Reemplaza el pensamiento con impresiones que casi siempre coinciden con las del público. Gómez Carrillo era sobre todo un impresionista. Esto era lo que en él había de característicamente tropical y criollo. Impresionismo: he ahí el, rasgo más peculiar de la América criolla o mestiza. Impresionismo: color, esmalte, superficie.

José Carlos Mariátegui La Chira

El problema editorial

El problema editorial

El problema de la cultura en el Perú, en uno de sus aspectos, -y no el más adjetivo- se llama problema editorial. El libro, la revista literaria y científica, son no solo el índice de toda cultura, sino también su vehículo. Y para que el libro se imprima, difunda y cotiza no basta que haya autores. La producción literaria y artística de un país depende, en parte, de una buena organización editorial. Por esto, en los países donde se actúa una vigorosa política educacional, la creación de nuevas escuelas y la extensión de la cultura obliga al Estado al fomento y dirección de las ediciones, y en especial de las destinadas a recoger la producción nacional. La labor del gobierno mexicano se destaca en América, en este plano, como la más inteligente y sistemática. El ministerio de instrucción pública de ese país tiene departamentos especiales de bibliotecas, de ediciones y de bibliografía. Las ediciones del Estado se proponen la satisfacción de todas las necesidades de la cultura. Publicaciones artísticas como la magnífica revista “Forma”-la mejor revista de artes plásticas de América- son un testimonio de la amplitud y sagacidad con que los directores de la instrucción pública entienden en México su función.

El Perú, como ya he tenido oportunidad de observarlo, se encuentra a este respecto en el estadio más elemental e incipiente. Tenemos por resolver íntegramente nuestro problema editorial: desde el texto escolar hasta el libro de alta cultura. La publicación de libros no cuenta con el menor estímulo. El público lee poco, entre otras cosas porque carece, a consecuencia de una defectuosa educación, del hábito de la lectura seria. Ni en las escuelas ni fuera de ellas, hay donde formarle este hábito. En el Perú existen muy pocas bibliotecas públicas, universitarias y escolares. A veces se otorga este nombre a meras colecciones estáticas o arbitrarias de volúmenes heterogéneos.

Publicar un libro, en estas condiciones, representa una empresa temeraria a la cual se arriesgan muy pocos. Por consiguiente, nada es más difícil para el autor que encontrar un editor para sus obras. El autor, por lo general, se decide a la impresión de sus obras por su propia cuenta, a sabiendas de que afronta una pérdida segura. Es para él la única manera de que sus originales no permanezcan indefinidamente inéditos. Las ediciones son así muy pobres, los tirajes son ínfimos, la divulgación del libro es escasa. Un autor no puede sostener el servicio de administración de una editorial. El libro se exhibe en unas cuantas librerías de la república. Al extranjero sale muy raras veces.

Una de las limitaciones más absurdas, uno de los obstáculos más artificiales de la circulación del libro es la tarifa postal. La expedición de un pequeño volumen a cualquier punto de la república cuesta al menos 34 centavos. Para una editorial, este gasto, que no tiene como otros plazo ni espera, puede ser mayor que el del costo de impresión del volumen mismo. La distribución de un libro es tan cara como su producción, que no tiene muy ciertas garantías de cubrirse con la venta.

He aquí, sin duda, una valla que al Estado no le costaría nada abatir. El libro debe ser asimilado a la condición de la revista y del periódico que, dentro de la república, gozan de franquicia postal. El correo perderá unos pocos centavos; pero la cultura nacional ganará enormemente. En otros países, el correo facilita por medio de la “cuenta corriente” o del pago de una suma mensual muy moderada, la difusión de toda clase de publicaciones. En un país, donde el público no siente la necesidad de la lectura sino en una exigua proporción, el interés nacional en proteger e impulsar la difusión del libro aparece cien veces mayor.
Y como hay también interés en que el libro nacional salga al extranjero, para que el país adquiera una presencia creciente en el desarrollo intelectual de América, la tarifa postal debe ser igualmente favorable a su exportación. Los autores y los editores triplicarán sus envíos con una tarifa reducida.

No hace falta agregar que el Estado y las instituciones de cultura disponen de otros medios de fomentar la producción literaria y artística nacional. El establecimiento de ediciones del Ministerio de Instrucción, de la Biblioteca Nacional, de las Universidades, es, entre ellos, indispensable, tanto para la provisión de las bibliotecas escolares y públicas como para el mantenimiento de servicios de intercambio, sin los cuales no se concibe relaciones regulares con las Universidades y Bibliotecas del extranjero.
Existe, en el congreso, un proyecto de ley que instituye un premio nacional de literatura. La institución de esta clase de premios ha sido en todos los países provechosa, a condición naturalmente de que se le haya conservado alejada de influencias sospechosas, y de tendencias partidistas. El sistema de los concursos tan grato al criollismo es contrario a la libre creación intelectual y artística. No tiene justificación sino en casos excepcionales. Es, sin embargo, entre nosotros, la única mediocre y avara posibilidad que se ofrece de vez en cuando a los intelectuales de ver premiado un trababa suyo. Los premios, mil veces más eficaces y justicieros, cuando recompensan los esfuerzos sobresalientes de la vida intelectual de un país, sin proponerles un tema obligatorio, estimulan a la vez a autores y editores, ya que constituyen una consagración de seguros efectos en la venta de un libro.
Aunque falte todavía mucho para que los problemas vitales de la cultura nacional merezcan en el Perú la consideración de las gentes vale la pena plantearlos, de vez en cuando, en términos concretos, para que al menos los intelectuales adquieran perfecta conciencia de su magnitud.

José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

El intermezzo Berenguer. Las elecciones colombianas.

El intermezzo Berenguer
La agitación política a que debe hacer frente en España el gobierno de transición del general Berenguer, no ha tardado en cobrar un acentuado tono antimonárquico. Unamuno, recibido jubilosamente en España, a nada se ha apresurado tanto como a reafirmar su posición republicana. No habría podido tomar otra actitud, después de sus vehementes campañas en Hendaya. Pero, probablemente, en los cálculos del restablecimiento del régimen constitucional entraba cierta confianza de que la satisfacción por la caída del Primo de Rivera atenuase en los políticos en ostracismo el enojo contra la monarquía.
La dictadura de Primo de Rivera ha tenido el paradójico resultado de resucitar en España al Partido Republicano. Los socialistas habían ido desplazando, poco a poco, a los republicanos, antes de esta crisis de la legalidad, de sus posiciones electorales. Durante la dictadura, el partido socialista ha acrecentado su poder y su influencia. Pero, en parte, ha sido por el rol democrático que su oposición le asigna en el futuro próximo de España. Más que un partido socialista, desde el punto de vista de la composición y la ideología, es un partido demo-liberal. El republicanismo, el antimonarquismo es el aspecto que más expectación enciende en torno a su política. I es lógico que, en esta situación, los antiguos republicanos se sientan también llamados a jugar un rol. La dictadura militar no miraba a otra cosa que a un retorno absolutista. Su fracaso reabre la cuestión del régimen, la cuestión monarquía o república, que los partidos constitucionales creían definitivamente superada o abandonada, con el desarrollo de un movimiento socialista que trasladaba las reivindicaciones de las masas al terreno económico y social.
La monarquía está comprendida en el proceso a Primo de Rivera. El conde de Romanones ha hecho, según el cable, declaraciones que indican su preocupación respecto a la suerte del orden monárquico en España. A su juicio, los acontecimientos exigen una transformación del régimen. España necesita una monarquía constitucional, un orden parlamentario como el de Inglaterra. El viejo ideal de los monárquicos liberales reaparece, en la mente y la práctica de estos, como la fórmula salvadora. La subsistencia del régimen monárquico no tiene otra garantía.
El gobierno de transición de Berenguer, como ya he tenido oportunidad de remarcarlo, asume el encargo de liquidar la dictadura militar; pero es todavía la continuación de esta dictadura, con nuevo personal y diverso programa. La legalidad no está restablecida. El objeto de este gobierno es la normalización, pero la normalización no puede obtenerse por decreto real. La suspensión parcial de la Constitución se mantiene vigente. Berenguer, por ejemplo, tiene que seguir usando la censura de la prensa. La agitación de los partidos y las masas, lo coloca frente a una grave cuestión de procedimiento: ¿Puede su gobierno autorizar o tolerar, inmediatamente, mítines, manifiestos, campañas que son, legalmente, normales? Si la Constitución continúa en suspenso, si los derechos de reunión, de prensa, de negociación no son restituidos al pueblo, ¿Cómo podrá hablarse de restablecimiento de la legalidad? Las medidas restrictivas, en instantes de efervescencia popular, provocarán protestas. I estas, a su vez, incitarán al gobierno de la represión.
Cuando las condiciones políticas de un país llegan a este punto, la revolución puede comenzar en un tumulto. Después de una aventura como la de Primo de Rivera, la vuelta a la constitución no puede cumplirse sin riesgos. Los partidos de oposición entienden, lógicamente, la derrota del dictador como su victoria. Los victoriosos no se conforman fácilmente con que a la hora de la paz se les escamotee las ventajas de la derrota, del fracaso del enemigo. Las cosas se complican con la complicidad notoria de Alfonso XIII, con su interés personal en el golpe de Estado del Marqués de Estella.
La monarquía, ante la bancarrota de la política de Primo de Rivera, ha ofrecido para salvarse la vuelta lisa y llana a la Constitución. Esto es todo lo que la monarquía puede prometer. Pero es mucho más lo que la oposición se encuentra con derecho y con fuerzas para reclamar. El Conde de Romanones: viejo y astuto servidor del régimen, pide que la monarquía se convierta en una monarquía liberal de tipo inglés. Es la reivindicación de un cortesano y de un parlamentario: la reivindicación mínima. Los republicanos quieren la República, los socialistas denuncian la incompatibilidad de la monarquía actual con un orden democrático. Lo que las masas demandarán, en la calle, en los comicios, si se le consiente formular públicamente sus desideratas, será no unas Cortes ordinarias, normalizadoras, sino una Constituyente. Quien dice Constituyente, en las presentes circunstancias, dice Revolución.
El segundo acto de este drama, después del intermezzo Berenguer, si las fuerzas republicanas y socialistas no son en España suficientemente activas y eficaces para empujar al país por este camino, puede ser, por ende, la dictadura absolutista. Ya se ha hablado de la intención de Alfonso XIII de jugar, eventualmente, a la misma carta que Alejandro, el Rey de Yugo-Eslavia. La Unión Patriótica, en previsión de las emergencias posibles, no desarma sus cuadros. Berenguer, conforme a un cablegrama último, se ha visto obligado a telegrafiar a los capitanes generales del reino “recordándoles que la función militar es incompatible con la actuación política y que, su consecuencia, los militares que actuaban en el partido de la Unión Patriótica deben abandonar esa labor política”.
¿Quiénes obran más enérgica y prontamente? ¿Los agentes de la reacción, batidos en la batalla de Primo de Rivera, o las fuerzas de la revolución, sorprendidos por los acontecimientos y carentes de una organización de combate?

Las elecciones colombianas
Ha concluido el gobierno de los conservadores en Colombia. En apariencia, los liberales han ganado las elecciones porque los conservadores se presentaron divididos en ellas. Pero no hay que atenerse a lo aparencial en la estimación de los fenómenos históricos. La división no habría sido posible sin una grave y honda crisis de la política conservadora. Es a esta crisis a la que los conservadores deben su derrota revolucionaria. El cisma del partido, el antagonismo de valencistas y vasquistas, no era sino un síntoma.
El gobierno conservador tendía, a la agitación social y política del país, a una política fascista. El acto más significativo de la administración del Dr. Abadía ha sido la “ley heroica” que niega a la acción política clasista del proletariado de las libertades que la Constitución del Estado acuerda a la expresión de todos los programas e ideologías. La represión sanguinaria de las huelgas de las bananeras no ha sido otra cosa que la aplicación a la lucha contra las reivindicaciones proletarias de los principios fascistas en que se inspiraba esa ley de excepción. El general Rengifo, ministro de guerra del Dr. Abadía hasta los acontecimientos que impusieron su caída, no ha disimulado sus propósitos fascistas. Se ha ofrecido, en todos los tonos, a la clase conservadora para el aplastamiento de las fuerzas revolucionarias. Es uno de esos Martínez Anido hispano-americanos que sueñan con los honores de gendarmes de la Reacción. El general Vásquez Cobo era el candidato de su tendencia. En los primeros tiempos sonó el del propio Rengifo como el de un posible candidato. Pero Rengifo había caído demasiado estruendosamente repudiado por las masas en las manifestaciones que forzaron al Dr. Abadía a licenciar a sus más belicosos y comprometedores ministros. Vásquez Cobo, además, a juicio de un mayor número de conservadores, reunía mejores aptitudes para desenvolver un programa equivalente.
Pero no todos los conservadores se inclinaban a este método. La mayoría del partido está aún formada por gente parsimoniosa, reacia a salir de las viejas normas del conservantismo clásico. La escisión del partido ha sido, por esto, inevitable.
Los liberales no estaban dispuestos a presentar candidato. Hace algunas semanas creían que su mejor política era, una vez más, la abstención. Una rama del partido entendía la abstención como el preámbulo de una acción insurreccional. El declinio de los conservadores, el descrédito creciente de su método gubernamental, reforzaba crecientemente al partido liberal. Los liberales se aprestaban a recoger la herencia del gobierno. Pero había discrepancias sobre la mejor forma de apresurar la sucesión. El triunfo de Olaya Herrera [en las elecciones] es el triunfo de la tendencia pacifista y conciliadora del [partido. A Olaya Herrera] de nada se ha preocupado tanto como de presentarse como un [candidato nacional,] como un hombre exento de espíritu de facción.
Los intereses imperialistas juegan un rol primordial en la política colombiana. Uno de los más sonoros incidentes de la designación de los candidatos conservadores, fue como se sabe el veto del Dr. Concha por sus antecedentes de canciller que defendió celosamente la soberanía nacional frente a la agresiva política yanqui. Vásquez Cobos representaba ostensiblemente una política favorable al capitalismo norte-americano. También, bajo este aspecto, aunque muy discreta y atenuadamente, Valencia encarnaba la tradición conservadora. Olaya Herrera, ex-embajador en Washington, tiene toda la simpatía de los intereses de Estados Unidos. Sus declaraciones, a este respecto, han sido, por lo demás explícitas.
El proletariado colombiano ha afirmado en las elecciones su orientamiento clasista, votando por la candidatura de Alberto Castrillón, líder de la huelga de las bananeras. El partido socialista revolucionario no se ha hecho ninguna ilusión respecto a su fuerza electoral al presentar esta candidatura. Ha querido únicamente proclamar la autonomía de la política obrera.
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

Distribución de ejemplares del Quincenario Labor Nº 9

Este documento detalla la cantidad de ejemplares del número 9 del Quincenario Labor que se distribuyeron, tanto en los puestos de periódicos como entre los agentes de la Sociedad Editora Amauta. Entre los agentes ubicados en Lima, se encuentran: Ángela Ramos, Lévano, Avelino Navarro, mientras que en las provincias se pueden encontrar a: Casiano Rado, Arroyo Posadas, Matheu Cueva, Mario Nerval, Nicanor de la Fuente. También se puede observar a los Ferroviarios de Chosica y fábricas como: La Victoria, Cervecería, El Inca, Jacinto, La Unión.

Sociedad Editora Amauta

Distribución de ejemplares del Quincenario Labor Nº 10

Este documento detalla la cantidad de ejemplares del número 10 del Quincenario Labor que se distribuyeron, tanto en los puestos de periódicos y fábricas como entre los agentes de la Sociedad Editora Amauta. Entre los agentes se encuentran: De la Fuente, Luz y Libert, Bernal, Batallanos, Chávez II, Sovero, Landa Hinostroza, Pío Huaringa, Laos, La Madrid, Meza Vidal, Julio César Nieri, Nerval, José Polo, Rafael Polo, Lazo Sánchez, Domingo Solís; y entre las fábricas, Santa Catalina, San Jacinto, La Victoria, El Progreso, La unión, Backus, Yanacones, El Inca, Vitarte, Ferroviarios.

Sociedad Editora Amauta

[Conferencia - Notas del discurso pronunciado en la inauguración de la Editorial Obrera Claridad]

[Transcripción completa]

[Notas del discurso pronunciado en la inauguración de la Editorial Obrera Claridad]

El proletariado está en un momento trascendente. Va a nacer la prensa obrera, como en otros días nació la organización.
Este paso va a vincular decisivamente a todos los sectores proletarios del Perú. Indígenas, em­pleados, trabajadores no organizados, campesi­nos de la costa. Es la voz cotidiana del diario la única que puede hacer este milagro. El diario en mensajero, un vehículo, un agente infatigable de las ideas. La palabra tiene un ámbito reducido; la palabra está sujeta a los riesgos de la improvi­sación. La revista y el semanario no marchan al compás de la vida moderna. No recogen la emo­ción del instante. El diario en cambio recoge la pulsación y el latido diarios de la humanidad. La protesta y el comentario tienen otro acento cuan­do siguen inmediatamente a los acontecimientos, cuando encuentran una multitud en tensión, cuan­do repercuten en una muchedumbre emocionada La revista y el semanario deben ser crítica de la crítica; el diario es la crítica de la vida palpitante.
La prensa, como la escuela, como la Universi­dad, se encuentran en manos de la clase dominan­te. ¿Hay una prensa neutra?
No; no la hay, del mismo modo que no puede haber una universidad neutra. La prensa se inspi­ra en las ideas y en los intereses de la clase dominante. La prensa es uno de los mas podero­sos instrumentos del dominio del capitalismo. De la prensa se han valido los intereses capitalistas para intoxicar de odio a las muchedumbres de los países europeos. Allí existe el control de la prensa proletaria que no puede impedir, sin embargo, el efecto venenoso de la prensa chauvinista sobre las categorias desorientadas de la sociedad y del pueblo. El proletariado, para liberarse, necesita sus propios medios de cultura. Así como ha fundado su propia escuela, necesita fundar su prensa propia.
Esta iniciativa no parte de un grupo. I, si parte de un grupo, no se dirige a un sector circunscrito del proletariado. Se dirige a sus sectores sin excepción, se dirige sobre todo a la vanguardia.
Hay espíritus pesimistas, negativos, que du­dan y desconfían. Pero el pueblo quiere espíritus optimistas. El triunfo es de los que afirman; no de los que dudan, menos aún de los que niegan.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta Postal de María Clemencia López Pombo, 11/5/1929

Bs. Aires 1929-12- 5
Sr. José Carlos Mariátegui:
Le envíe junto con esta un grabado en "linoleum" para su revista "Amauta" rogándole sírvase enviarme un número de dicha revista en caso de publicarlo.
Saluda a Ud. atte.
María Clemencia López Pombo
s/e Charcas 2185

López Pombo, María Clemencia

Carta de Xavier Abril,8/10/1928

Lima, 8 de octubre de 1928
Mi querido José Carlos:
Le envío una nota sobre la novela de Jean Cassou, y un poema para Pulso. Le ruego que me envíe las cartas que tenga a mi casa, Edificio Rímac, 123. Con Julio del Prado, le envié mi colaboración para el número de octubre.
La dirección de la casa de André Breton es ésta: Rue Fotai, c. 42, (9) Paris. Desearía que le enviara también un número de Mayo a Manuel Altolaguirre, a Málaga, Imprenta Sur, San Lorenzo 12, España.
Lo abraza cordialmente,
Xavier Abril
Dirección de Ernestina de Champourcín:
Marqués de Villamejor, 3.
Madrid.

Xavier Abril

Carta de Víctor Velis, 16/9/1930

Jauja, 16 de setiembre de 1930
Señores Editora de Amauta y Labor
Lima
Muy señor míos:
Tengo en esta un establecimiento en el que de preferencia se venden diarios y revistas tanto nacionales como extranjeros y solicitándome con alguna frecuencia "Amauta" y "Labor" que Uds. editan, me permito insinuarles que sino tienen inconveniente diez ejemplares de cada una de las mencionadas publicaciones. Se recibió de ellas, remesaré el importe.
Espero respuesta y me suscribo de Uds. muy atto y S.S
Víctor Velis

Velis, Víctor E.

Carta de Vicente Basso Maglio, 21/2/1930

Montevideo, 21 de febrero de 1930
Palmar 2166
A J. C. Mariátegui, cordialmente.
Le envío al amigo diez ejemplares de "Tragedia de La Imagen" para que la Editorial Amauta, disponga de ellos para ella.
Le quedo reconocidísimo si Ud. distribuye los ejemplares que envío a algunos compañeros.
Disponga de mí, ampliamente. Saludos de "Alfar" o Casal y mis afectos.
V. Basso Maglio

Basso Maglio, Vicente

Carta de Samuel Ramírez Castilla, 5/12/1927

Puno, 5 de diciembre de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui
Lima
Compañero y Amigo:
Doy respuesta a su carta del 16 del mes pasado y me complace el saber que Amauta reaparece. En las columnas de "La Región" he anunciado su lectura en una sección que sale con el título de PRENSA MODERNA, y en el número de hoy sacaré un clissé del maestro indio cuyo nombre lleva su revista. Espero la salida efectiva del número que Ud. me indica para escribir sobre el significado de Amauta, es decir, de la cátedra que representa esa publicación.
Mi padre se empeña en conseguir un linotipo a fin de establecer en Puno una verdadera imprenta. Los dos diarios, el semanario clerical y el bisemanario de mi padre (este es el único órgano que no es subvencionado), que constituyen la prensa puneña, se hacen a base de caja que como Ud. sabe es un método moroso. Por esto y con el fin de sacar un diario de orientación moderna, queremos que Ud. nos indique si es posible adquirir una linotipo usada pero en perfecto estado, indicándonos con este dato, el importe de ella. Como el propósito es de llevarlo a la práctica, le agradeceríamos que Ud. nos informara al respecto tan pronto como le sea posible.
Por de pronto no puedo enviarle nada sobre el problema indígena. He puesto los ojos en él desde que llegué a este lugar, y creo que en breve tendré oportunidad de informarle con la honradez que requiere el caso. Puedo decirle sin embargo desde que, a excepción de lo que Ud. ha escrito con intuición sorprendente, hasta el instante solo se ha mistificado la realidad que rodea al ilota de los Andes.
Le merecería un gran favor si me envía Ud. la carta de Waldo Frank que por su intermedio llegó a manos de nuestro amigo Garro. Para él mis afectos. Me intereso al mismo tiempo por una traducción de Carl Marx y por un curso de Economía escrito con pupila marxista. Crea Ud. que esto no es lo único que deseo adquirir. Aquí no se lee, los intelectuales del nuevo espíritu - lástima grande - con intuitivos. La biblioteca carece hasta de los libros de Vigil o de Prada.
Le saluda cordialmente su compañero y amigo.
Samuel Ramírez Castilla

Ramírez Castilla, Samuel

Carta de Samuel Glusberg, 7/8/1928

Buenos Aires, 7 de agosto de 1928
Señor don José Carlos Mariátegui
Lima.
Muy estimado compañero:
Las noticias optimistas acerca de su curación me han llenado de alegría. Hace mucha falta que Ud. esté sano y en condiciones de escribir regularmente. Espero su libro de ensayos para antes de fin de año. Hace días le hice mandar ejemplares del libro de Henríquez Ureña. Creo que puede hallar algunos lectores en Lima. Si se anima a cargar con una cantidad mayor para el resto del Perú, pídamela y tendré mucho gusto en mandársela. Recibí los números de Amauta y el libro de Valcárcel. Muchas gracias por todo. Desgraciadamente La Vida Literaria se ha muerto en el primer número Mejor dicho tuve que matarla porque el editor violó el contrato en vista de su éxito. He perdido lastimosamente 4 meses de trabajo y mil pesos en la aventura y eso para un hombre pobre es mucho. Pero creo haberme curado definitivamente de esta funesta manía de fundar periódicos. Sacaré Babel de cuando en cuando para la propaganda de la editorial. Nada más. Ahora estoy entregado a la organización de la Primera Exposición Nacional del Libro, en Buenos Aires. Contamos con el apoyo del gobierno; pero como éste cesa en su mandato el 12 de octubre próximo, nos vemos en el caso de hacer la Exposición antes. No sé lo que resultará. La cuestión es hacerla una vez para instituir la costumbre de hacerla anualmente.
Le agradezco sus amables conceptos acerca de la Exposición de Mar del Plata. El ejemplo ha cundido en todas partes y se están organizando exposiciones en Chile, España, etc.
Estoy estudiando la manera de poder transportar la Exposición de Buenos Aires a algunos países americanos. Si se consigue el apoyo del próximo gobierno creo que será posible llevar los libros argentinos al Perú, Cuba, Méjico, etc.
Le mande a Frank su artículo sobre España Virgen. Sé que él le escribió pidiéndole que no reprodujera sus artículos de La Nueva República. Estaban muy mal traducidos y llenos de equivocaciones. Es una lástima, porque Frank está con miedo de que la traducción de Nuestra América sea mala. Yo le aseguré que Garro se está esmerando en hacerla lo más correcta posible. Pero ahora resulta que tampoco tengo noticias de Garro desde hacer más de tres meses. Esperaré un tiempo más y de no recibir noticias de él buscaré otro traductor porque quiero que ese libro se encuentre en la librería cuando llegue Frank a Bs. As. No sé todavía cuándo será. Seguramente en marzo o abril del año próximo.
De Sabogal no he sabido nada. Intentaré averiguar si ha estado aquí. Creo que no. Me parece que dejo contestados todos los puntos de su carta. Hasta la próxima, pues. Mientras, le estrecho la mano muy cordialmente. Suyo admirador y amigo
Samuel Glusberg

Glusberg, Samuel

Carta de Samuel Glusberg, 6/12/1928

Buenos Aires, 6 de diciembre de 1928
Muy estimado amigo:
Mil gracias por su hermoso libro de ensayos, su carta y los últimos números de Amauta. Desgraciadamente me halla Ud. enfermo, desengañado y con pocas fuerzas para imitarlo en su admirable labor. Mis negocios editoriales se han complicado a tal punto que todavía no he podido sacar el número de L.V.L. correspondiente a esta primera quincena. Y eso que estamos a 6 días de diciembre. Aquí se padece ahora una fuerte reacción católica, bien organizada y llena de dinero para comprar la colaboración de los literatos. Poco a poco se va conquistando a los muchachos que se hacen católicos para cobrar cincuenta pesos por unos versos. Además la abundancia de suplementos y revistas de todo género hace que L.V.L. no sea muy tenida en cuenta con sus 4 paginitas. No sé por lo tanto hasta cuándo la podré sacar. Mis medios son muy escasos y no tengo ahora empleo de ninguna clase para ayudarme. Pienso hacer una cooperativa pero como le digo, aquí queda muy poca gente dispuesta a un negocio que no trae sino pérdidas. En fin, ya lo tendré al tanto de todo. Mientras, quiero advertirle que no estoy en condiciones de hacer imprimir aquí su Defensa del marxismo y que le pido, si eso no lo perjudica, que me reserve su otro libro: El alma matinal para Babel.
Si Ud. piensa venir a Buenos Aires dentro de seis meses le conviene traer La defensa del marxismo impreso, pues será de fácil colocación entre socialistas. Hasta quizá le convenga hacerlo editar por intermedio de La Vanguardia que acaba de publicar en forma admirable un libro de Castiñeiras: Soñadores y realistas. Si Ud. quiere yo me puedo encargar de hacer las gestiones, pues tengo buenos amigos en la dirección del Partido, aun cuando yo no comulgue con ellos en la acción política. Quedo a la espera de sus noticias. ¿Recibió los 6 números de L.V.L.? Créame que si la sigo sacando será en la esperanza de contar con su colaboración y en la seguridad de ser útil en su visita a Buenos Aires, presentándolo en sus aspectos de buen escritor. Porque aquí lo poco que se sabe de Ud. se refiere sólo a su acción social.
Créame, como siempre su admirador y amigo que lo aprecia muchísimo por todo.
Samuel Glusberg

Glusberg, Samuel

Carta de Samuel Glusberg, 28/2/1930

Buenos Aires, 28 de febrero de 1930
Mi querido Mariátegui:
En verdad, me estaba ya inquietando su silencio tan prolongado. Por suerte, su carta del 9 me entera de que nada grave le ha sucedido. Me alegro. Después de los sucesos policíacos en vísperas de la llegada de Waldo a Lima, estoy siempre a la espera de cualquier arbitrariedad. Aquí también las cosas se están poniendo mal. Pero es solamente entre los políticos criollos de todo color el fandango... Un hombre libre puede vivir tranquilamente, al margen.
Interrumpido por su silencio y por las vacaciones no he preparado aún el festival que le anuncié. Pero me pondré a la obra en seguida. Lástima que el carnaval que empieza el domingo me robe una semana. Pero creo que para los últimos días de marzo podré realizarlo. Para esto, claro, usaré L.V.L. Si todo sale bien, como espero Ud. tendrá en abril el dinero para los pasajes.
Creo que para su mejor recepción en Bs. As. convendría repetir el método empleado en la recepción de Waldo. Primero: publicación de un número de L.V.L. dedicado a la literatura peruana y en particular a su labor de ensayista. Segundo publicación de su libro El alma matinal. Por mi parte espero poder hacer el número peruano. Luis Alberto Sánchez me escribió que él estaba por mandar a los muchachos de 1930 un montón de colaboraciones peruanas. Le pediré pues a ellos que me faciliten pruebas de página para que dichas colaboraciones aparezcan simultáneamente en Buenos Aires, con la declaración expresa de su procedencia. De gente de aquí: Lugones, Quiroga, Soto, Borges, Franco, Tiempo, Martínez Estrada, Gerchunoff, Uribe etc. puedo conseguir también algunas notas de interés y sobre todo de simpatía. Así que bastaría contar con unas cuantas colaboraciones representativas del Perú: de Luis Alberto Sánchez, Martín Adán, Jorge Basadre, Vallejo, Eguren, Orrego, López Albújar y Valcárcel. O algunos más. Le he escrito a este propósito a Sánchez y aguardo su contestación. Usted podría adelantarme el prólogo del libro si es que piensa ponerle uno.
Cuanto a la edición argentina del libro, desgraciadamente yo no estoy en condiciones de hacerla con premura. Primero porque no cuento ahora con ninguna imprenta y segundo porque no queda casi tiempo material para recibir los originales, mandarle pruebas etc. Sin embargo, conviene que el libro llegue con Ud. a Buenos Aires y que lleve el sello de Babel. Dígame si Ud. puede hacerlo imprimir en Lima en el formato de Amauta o un poquito recortado —igual a Nuestra América— Haga Ud. una edición de 1000 ejemplares, 500 con el marbete de Babel que puedo enviarle y 500 o más con el de Amauta para Lima. A la vuelta de unos meses— dos o tres— estaré en condiciones de girarle a su imprenta lo que me corresponda pagar por los 500 ejemplares, más los derechos de autor. Le parece viable la combinación peruano-porteña? Esto es importante que lo resuelva en el acto y lo ejecute sin pérdida de tiempo.
Quedo a la espera de sus noticias. Mientras le mando un abrazo fraternal.
Samuel Glusberg

Glusberg, Samuel

Carta de Samuel Glusberg, 28/12/1929

Buenos Aires, 28 de diciembre de 1929
Muy estimado amigo Mariátegui:
Me apresuro a contestar su carta del 18, que recibí ayer conjuntamente con Amauta, pero sin Variedades que seguramente me llegará hoy. Tengo idea de haberle escrito hace un par de semanas sobre algunos puntos de su carta última. Vayamos a lo más práctico. Calculo que Ud. necesitará para vivir aquí humildemente, por lo menos $ 500 mensuales. Dígame en primer término si Ud. podrá contar con la ayuda de las revistas peruanas. Mejor dicho con las colaboraciones que cobra ahora en dichas revistas o diarios. No estaría demás que se asegurara alguna entrada por intermedio de Waldo: colaborando en The New Republic o en The Nation. La primera paga mejor. Aquí creo que podrá colaborar más o menos regularmente en El Hogar, en Caras y Caretas y en Síntesis. Pero es difícil sacar 200 pesos por mes —todos los meses— de colaboraciones. Con todo, creo que Ud. los sacará mediante la influencia de algunos amigos suyos. Necesitaría, pues, asegurarse por lo menos otros 300. Ya le dije en mi anterior: hemos pensado en Crítica. No es una parte segura. Pero su trabajo debe interesarles mucho, así que no es difícil que le paguen una colaboración cotidiana al margen del telégrafo o cosa así: firmada naturalmente.
Le mando el número 17 de L.V.L. He destacado su ensayo sobre Chaplin para enviar el periódico a todos los directores de revistas y diarios. L.V.L. no puede influir sobre el gran público; pero sí sobre esta gentuza que dirige diarios y revistas. Me he permitido argentinizar algunos términos de su artículo. Dos o tres no más, para no alarmarlos con la diferencia de idioma que aquí fomentan algunos interesadamente. He puesto Carlitos en lugar de Charlot (que por otra parte es cursi entre nosotros) cine en lugar de cinema como dicen los españoles. Y nada más me parece. Ah, he suprimido la cita de Navarro Monzó. Este señor, brasilero o portugués, no es tomado en serio en Buenos Aires. Sus actividades de ortodoxo griego y ‘joven cristiano’ de la Y.M.C.A. lo han desacreditado, aunque a mi juicio es un buen crítico de pintura. Pero él pretende ser un filósofo religioso y escribe ensayos kilométricos sobre Keyserling. En fin, lo que Ud. le citaba no era nada importante.
L.V.L. sale con numerosas erratas. He cambiado de imprenta. De La Vanguardia me fui a La Argentina (los dos extremos) pero en todas partes se cuecen habas. Declaro ahora unas vacaciones forzosas. No puedo, en efecto, sostener por más tiempo el periódico. Trataré en estos meses de arreglar su economía o de lo contrario fundirlo. Y Amauta? Se sostiene? Dígame si Ud. piensa continuar dirigiéndola desde Buenos Aires o dejar la dirección a cargo de algún compañero de Lima. Aquí no espere contar con los socialistas. Son capaces de gastarse $ 100.000 en propaganda electoral; pero no 100 en una colaboración. Algo de eso decía yo en la nota preliminar de L.V.L. Pero he debido cortarla para ganar unas 25 líneas que daban vuelta.
He tenido noticias de Waldo desde Lima. Pero nada sé de él desde su salida del Perú. Los diarios argentinos publican muchas noticias europeas sin importancia; pero muy pocas americanas de importancia. Y ahora una consideración final: creo que el asunto de su movilidad podrá arreglarse en Buenos Aires y que hasta tendrá los más grandes médicos gratuitamente. Claro que el aparato ortopédico habrá que pagarlo y es caro. Sin embargo se conseguirá. La educación de los chicos (¿cuántos tiene?) es importante. Mejor será traerlos a todos aquí. Pero vea usted si tiene posibilidades de hacerlo. Espero poder enviarle a fines de marzo o a principios de abril el dinero para los pasajes. La Vida Literaria proyecta un festival en su homenaje para recaudar fondos e invitarlo en debida forma a hacer el viaje a Buenos Aires. Dígame si Ud. es hombre de dar conferencias porque quizá pueda conseguirle un par de conferencias pagadas en Amigos del Arte. Eso le ayudaría en los primeros tiempos bastante. Espero sus noticias.
Samuel Glusberg

Glusberg, Samuel

Carta de Samuel Glusberg, 28/1/1928

Transcripción completa:
28 de enero de 1928
Sr. José Carlos Mariátegui
Muy estimado compañero:
Muchas gracias por su extensa carta y por los datos que me proporciona en ella. Ya recibí carta del señor Favio. Ahora estoy a la espera de su traducción de Frank que seguramente no tardará en llegarme. ¿Vio el tomo publicado por la Revista de Occidente?.
Espero la visita de Waldo Frank para mediados de este año. No cree en la posibilidad de hacerle llegar a Frank una oferta universitaria para que visite también el Perú. Escríbame a este propósito. En cuanto a la edición de un libro suyo por Babel estoy completamente a sus órdenes. Eso sí no me gusta el título Polémica Revolucionaria, me parece mejor como subtítulo explicativo pero si Ud. lo juzga insustituible no hay nada más que hacer...Publicaré su Polémica Revolucionaria. No me hago grandes ilusiones de venta. El libro de Sanín Cano no halló más que 200 compradores en la Argentina. Y es que aquí se publican 50 libros por mes de ahí que se vendan tan poquitos. Con todo, como Ud. me ofrece colocar 300 ejemplares en firma y otros 300 en consignación me animo a ordenar una tirada de 1500 ejemplares a imprimirse en España. De estos 1500 libros le haré mandar a Ud correctamente a Lima 600 volúmenes.
Usted me hará llegar el importe de los 300 colocados en firma al precio argentino de venta menor el 40% de descuento. El importe de los otros 300 le corresponderá a Ud. en concepto de derechos de autor ¿Qué le parece?. En cuanto al precio de venta si el libro pasa las 200 páginas será de pesos 2.50 sino llega a los 200: 2 pesos. Le doy todos estos detalles para una mayor comprensión. En resumen, quiero decirle que Ud solo debe responder ante Babel del importe de 300 ejemplares, los otros puede administrarlos Minerva por su cuenta.
y ahora otro asunto:
No tengo el artículo de Lugones que Ud. me pide, pero puedo encontrarlo en el Repertorio, tomo X, nº8 . Le mando en cambio un libro de Lugones titulado la "Organización de la Paz", de 1925 y una refutación de Frugerit. Quizás le sirvan. Vale la pena que Ud. incluya en su libro un capítulo refutando la ideología reaccionaria de Lugones. Eso puede interesar mucho aquí. En el Repertorio están casi todos los artículos de Lugones sobre "el gobierno de los mejores" y "la hora de la espada".
Espero el envío de los originales. No tome a mal mi objeción al título Problemas de Occidente y otro por el estilo indique tal vez con más precisión el contenido. Polémica revolucionaria es editorialmente mejor.
No recibí Amauta ni los libros que menciona. Le mando los ejemplares del libro de Jiménez Pastor. Pronto le haré llegar el Cuaderno Nº 2.
Suyo Glusberg

Glusberg, Samuel

Carta de Samuel Glusberg, 26/7/1927

Buenos Aires, 26 de julio de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui
Muy estimado compañero:
Aunque estoy esperando carta con noticias suyas acerca de su salud y su estado de ánimo me decido a escribirle a su vieja dirección postal porque tengo algunos asuntos de interés común que comunicarle. De seguro, ha recibido Ud. los ejemplares de Babel que le remití. Yo todavía estoy esperando el número 9 de Amauta que no estoy seguro si alcanzó a salir. Ojalá me llegue pronto junto con otros números. ¿Y los libros de Minerva? Como Ud. habrá visto continúo anunciando su libro y el de Panait Istrati— y a propósito de libros y traducciones debo comunicarle que he recibido carta de Waldo Frank en la que me habla de Ud. muy elogiosamente. Yo le estoy gestionando su venida a Buenos Aires para principios del año próximo y pienso con tal motivo publicarle su libro Our America. Como la Revista de Occidente va a publicarle Virgin Spain, otro libro de ensayos, Frank, me pide muy encarecidamente la publicación de algunas de sus novelas y yo he pensado en Ud. ¿No podría Ud. traducir Holiday? Le mando la edición original. Quizás le interese a Ud. para hacer un volumen de Minerva. Yo podré adquirir 300 ejemplares o más para Buenos Aires. De cualquier modo, siempre que Ud. pueda traducir Holiday seguro de que será publicada en Lima o Buenos Aires. Frank insiste en pedirme un traductor responsable y comprensivo. Un mozo argentino que murió en New York: Héctor Roca tradujo una gran parte de Our America; pero hasta la fecha yo no he podido conseguir los originales. Ya lo tendré al tanto de cualquier novedad respecto de este asunto. Mientras le envío Holiday por certificado por si Ud. no posee esta obra. Creo que puede interesar mucho a nuestro público por su conflicto de razas, etc. Escríbame cuando pueda y téngame como siempre a sus órdenes. Muy cordialmente
Glusberg
P.D. ¿Podrá Ud. enviarme su vera efigie o un dibujo reproducido por ahí?

Glusberg, Samuel

Carta de Samuel Glusberg, 20/4/1929

Buenos Aires, 20 de abril de 1929
Mi querido amigo y compañero:
Por fin puedo acusarle recibo de su carta y contestar a su pregunta acerca de la edición en Buenos Aires de su Defensa del marxismo. Creo que le voy a encontrar editor aun en el caso de que La Vanguardia no acepte la obra. Puede pues, enviármela. En cuanto a las condiciones me parece que pueden regir las mismas que le ofrecí para editarle El alma matinal y otras estaciones del hombre de hoy en Babel. Vale decir: una quinta parte de los ejemplares para Ud. en concepto de derechos de autor y otra quinta parte consignada a Amauta para su venta en el Perú al precio y comisión que Ud. indique. Así de hacerse 1500 ejemplares que es lo que yo pienso que se debe hacer de la Defensa del marxismo 600 irán al Perú y 900 quedarán aquí para ser vendidos en la Argentina y demás países de América
Cuando conozca todo el material de El alma matinal le diré cuantos ejemplares hará Babel.
Ha fracasado la edición de Seis ensayos en busca de nuestra expresión. En pocas revistas americanas se han ocupado del libro. Hice mil ejemplares; se quedaron con 50 en España; le di al autor 100 y se habrán vendido aquí otro tanto o menos. ¿Por qué no hace Ud. un artículo sobre este libro para Amauta? Me permito indicárselo porque vi en su “Proceso de la literatura” una referencia muy amable para el autor.
La Vida Literaria reapareció al fin. Su carta no ha influido poco en mi decisión de sacarla por tercera vez. Creo que ahora aparecerá regularmente una vez por mes. La imprimo en los talleres de La Vanguardia y a un precio ventajoso. Este primer número que Ud. recibirá con esta carta ha salido con numerosas erratas. A causa del 1° de Mayo y de las tiradas extraordinarias de los periódicos obreros lo han hecho con premura y sin corregir varias páginas. En mi nota sobre su libro se deslizaron varios cambios de palabras, un estilo culto que choca mucho y otros disparates menores. Desde luego, su obra merecía una página más detenida. Pero yo no estaba ni estoy en condiciones de hacerla. Es mucho para un solo hombre buscar las colaboraciones, los anuncios, corregir las pruebas y llenar unas cuantas columnas. Sobre todo, los inconvenientes materiales lo aplastan a uno y lo inutilizan cansándolo. Pero seguiré porque creo que se puede hacer una obra necesaria. Cuando pueda envíeme su colaboración. ¿No puede opinar sobre el tópico hispanoamericano? Me interesa conocer su opinión aun cuando la sospecho a través de muchas de sus afirmaciones de Amauta.
Aquí padecemos en los diarios y revistas burgueses la colaboración excesiva de los españoles y no de los mejores. Por un Araquistáin o un Pedroso, un Camba o un Ortega y Gasset hay treinta galleguetes dispuestos a quedar bien con los editores de Madrid remitiendo notículas sobre las traducciones que publican allá.
Los principales enemigos de L.V.L. fuera de los reaccionarios y clericales de Criterio y otras revistas católicas son los libreros españoles.
Yo no soy nacionalista ni americanista pero creo que no puede ser óbice para que yo defienda el libro nacional y la colaboración de los americanos cuando uno y otros son superiores. Claro que eso no sucede siempre. Pero en La Nación, en La Prensa, en Caras y Caretas, El Hogar, etc., se pospone la colaboración local y no la de cualquiera sino la de un Quiroga, un Cancela, un Gache para publicar las genialidades de Ramón y otras cosas peores o menos interesantes. Y es que se procura halagar el patrioterismo de los almacenes españoles que dan avisos. Y es que los directores de las revistas argentinas son españoles y se pasan la vida hablando de la madre patria y dando cuenta de todos los homenajes al Rey y a la reina. Bueno. Le estoy dando la lata. Pero es un placer cambiar unas palabras con Ud. a través de tanta distancia.
Y a propósito: me dijeron que Ud. piensa venir a Buenos Aires. ¿Qué hay de cierto en eso? Si no lo acaparan los desterrados profesionales, tipo Fernán Cisneros y otros latinoamericanistas, creo que Ud. puede hacer un gran papel aquí y hasta ganar una buena cantidad de pesos dando conferencias. Cosa que supongo le hace falta a Ud. y a Amauta para seguir viviendo.
La Sociedad de Escritores que preside Lugones estoy seguro de que lo ayudaría grandemente y todos los que lo admiramos y estimamos también, cada uno en lo que puede.
Espero sus noticias y el envío regular de Amauta y Labor. Mientras le mando un abrazo de compañero y amigo
Samuel Glusberg

Glusberg, Samuel

Carta de Samuel Glusberg, 12/1927

Buenos Aires, diciembre de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui
Mi estimado amigo:
Perdóneme que no le haya agradecido todavía los ejemplares de Amauta y su retrato. Hace algunos días le escribí a Garro a su dirección y tenía idea de hacerle unas líneas a Ud. Pero me llamaron de la imprenta y cerré la carta sin agradecerle a Ud. su fineza.
¿Y cuándo sale Amauta? ¿O usted se viene a Buenos Aires? Avíseme a tiempo y cuente conmigo para todo lo que le pueda ser de utilidad. Vez pasada hablé con Gerchunoff que va a dirigir un nuevo diario. Le tiene mucha simpatía y me dijo que aceptaría con gusto su colaboración. Yo estoy por regularizar la aparición de Babel y convertirla en una revista de interés general. Hágame llegar noticias del Perú o póngame en relación con algunos de sus compañeros. Garro me ha hecho una buenísima impresión a través de su carta. Estoy esperando sus traducciones de Holiday y Nuestra América. Por eso justamente no le quiero pedir nada.
Quedo a la espera de sus noticias y lo saludo muy atentamente.
Glusberg

Glusberg, Samuel

Carta de Samuel Glusberg, 1/11/1927

Buenos Aires, 1° de noviembre de 1927
Sr. D. José Carlos Mariátegui
Mi querido compañero:
Mil gracias por su carta y los libros. Ya conocía La Escena Contemporánea. De ahí saqué precisamente su estudio sobre el “Semitismo y el antisemitismo” para los Cuadernos literarios de Oriente y Occidente. Supongo que ya está en sus manos el primer número. Pronto le mandaré el cuaderno dedicado a Heine. Lamento no tener un retrato suyo y algunas noticias concretas sobre vida para hacer una nota periodística. De cualquier modo diré dos palabras en el próximo cuaderno. Mándeme algún artículo referente a su persona. He visto varios en Repertorio Americano; pero muy poco informados. Aquí se le aprecia mucho y de venir usted a Buenos Aires se encontraría con numerosos amigos.
Waldo Frank me escribió últimamente que el Sr. Garro le pidió autorización para traducir algunas novelas suyas y que él le indicó que se dirigiera a mí puesto que yo tenía reservados los derechos con prioridad. No he recibido ninguna carta del Sr. Garro; pero si usted cree que dicho señor puede traducir a conciencia los libros de Frank mucho me gustaría que lo hiciera. En cuanto al pago no le puedo ofrecer de inmediato una suma de dinero. Puedo, sí asegurarle que a medida que se venda el libro le giraré lo que le corresponda. Frank tiene interés en que no se traduzca solamente sus libros de ensayos. Por eso ante mi empeño en publicar Our America él me pide que también le haga traducir una novela. Me gustaría que fuera Holiday por su asunto y por su corta extensión. Hágame pues el bien de ponerme en relación con Garro siempre que Ud. lo crea capaz de hacer a conciencia una traducción de Frank. Que Garro me envíe cuanto antes Nuestra América; yo le haré llegar un prólogo especial de Frank. Y perdóneme la molestia que le ocasiono. Pero tengo entendido que Ud. es amigo de Garro.
No recibí los números de Amauta que me anuncia. Me faltan los números 1, 2, 5 y 9 para la colección. Pídame los ejemplares de Babel que le ofrezcan algún interés.
Quedo como siempre a sus órdenes. Mientras lo saludo muy cariñosamente.
Glusberg

Glusberg, Samuel

Carta de Ramón Alzamora Ríos, 17/10/1929

Santiago, 17 de octubre de 1929
Señor
José Carlos Mariátegui
Lima
Estimado amigo:
Pronto le escribiré sobre la verdadera situación del país. Estoy estudiando en el terreno las cosas, apartándome de toda versión de amigos y compañeros.
Le incluyo el reportaje que fue [...] El Mercurio de Valparaíso y que reprodujo el de Santiago. Además, le remito la carta particular que nos envía un muchacho empleado de Arica, en la cual se refiere a un artículo suyo publicando en la revista Mundial.
Hasta la fecha no nos ha presentado a la Cámara. Debe hacerlo en la primera sesión de reapertura, que posiblemente sea el [...] del presente.
Lo abraza su compañero.
R. Alzamora.
P.D. Saludos para el comp. Martínez de la Torre.
Dirección: Ramón Montero
Calle Cuevas No 1139
Santiago.

Alzamora Ríos, Ramón

Carta de Óscar Herrera, 29/10/1927

Buenos Aires, 29 de octubre de 1927
Mi querido Mariátegui:
Acabo de recibir y leer su carta del 30 de setiembre, por lo que veo unas cartas demoran más que otras en llegar a Buenos Aires, pues junto con la suya acabo de recibir una de mi casa que está fechada muy posteriormente. Hoy es día de correo para el Perú y por eso me apresuro a escribirle a fin de que tenga Ud. mi respuesta lo antes posible.
La carta que Ud. me escribió, a poco de salir del Hospital de San Bartolomé, la recibí oportunamente y conforme a sus indicaciones la mostré a Seoane y, algo más, la leí en la sesión que celebró nuestra célula del A.P.R.A. Siguiendo mi costumbre contesté su carta aprovechando el primer correo salido después de su recepción y le hablaba entonces de la favorable acogida que Ud. tendría en esta gran ciudad por las gentes de letras, que conocen bastante su obra y aprecian su valor debidamente. Le decía posteriormente, al escribirle por segunda vez sobre la posibilidad de su venida a ésta, que el Dr. Alfredo Palacios se había comprometido espontáneamente a presidir una manifestación que le recibiría a Ud. en la estación del ferrocarril. Además el maestro Palacios estaría dispuesto a dejar pesar toda su influencia para conseguirle a Ud. ocupación periodística, igual cosa ha prometido también, a Beltroy, Luis Góngora, que trabaja en Crítica, como crítico de teatro.
En un principio Ud. y su familia podrían contar con el apoyo material de Palacios y el mío, que por lo menos alcanzaría para cubrir los gastos más urgentes. Sánchez Viamonte, preside el Socorro Rojo, y él ha prometido que esta entidad también podría contribuir, durante el tiempo que Ud. estuviera sin trabajo, con algo para su sostenimiento.
El director de Atlántica, una lujosa revista de intelectuales, me ha dicho, hablando sobre la posibilidad de su venida, que él está dispuesto a ayudarle a levantar en Buenos Aires la empresa editorial que sacará Amauta. En una palabra Ud. en Buenos Aires no sólo tendría asegurado su éxito como intelectual sino también su pasar hogareño.
En cuanto yo tuviera la seguridad de su venida podría iniciar una colecta pro recepción, dentro del mismo círculo de gentes donde se hizo la protesta por su prisión. Me imagino que habrá Ud. leído en Nosotros la larga lista de firmantes. En toda esta labor podríamos estar ayudados por los muchachos de la célula de Buenos Aires, todos los cuales lo aprecian mucho y tienen buena voluntad para servirle.
Esta carta la confío a otra dirección que las anteriores y tendría un gran placer en que Ud. la recibiera.
A varios compañeros de ésa les he escrito y me consta que algunos de ellos han recibido mis cartas y al referirme a Ud. he hecho mención de Ud. y el seguro éxito de su estada en Buenos Aires, me sorprende que no le hayan dicho nada.
De Haya sólo sabemos que está en Boston acogido bajo la hospitalidad de una asociación de intelectuales, que le invitó a dar un ciclo de conferencias. Ha prometido escribirnos extensamente y esperamos recibir correspondencia de él en estos días. Ravines continúa en París y escribe que lo pasa bien, no obstante las pequeñas fallas de nuestras remesas, debido a nuestra fatal inconstancia, en unos casos y a la mala suerte en otros, que ha mermado nuestro fondo de reserva de la célula de Buenos Aires. Por eso es que yo no cuento en mis planes sino transitoriamente con la colaboración de estos muchachos de la célula inclusive Seoane, que es uno de los que más pronto se cansan.
Si Ud. viene a Buenos Aires yo alquilaré una casita en los alrededores o en un pueblito vecino y viviré en su grata compañía, por supuesto yo correré con todos los gastos que pueda. Salvo que Ud. tenga mejores proposiciones. Debo sí comunicarle que la casa de Paseo Colón se disolvió, debido al divorcio de los esposos Seoane-Cavero.
Estoy enteramente a sus órdenes para todo lo que pueda Ud. necesitar.
Sin más por el momento reciba mi cordial abrazo de compañero y fraterno amigo.
Óscar
Nota.- Heysen está todavía en La Plata, según me dicen muy escaso de fondos debido a que ya su familia no le manda nada, y tiene que vivir de su trabajo, que en la iniciación es mal remunerado. Este engreído muchacho necesita de esta prueba, hasta ahora ha vivido como hijo de familia y recién se vale por sí mismo, el cambio ha sido de un momento a otro pero siempre, aunque doloroso, le servirá para templarse mejor.

Herrera, Óscar

Carta de Nicanor A. de la Fuenta (Nixa), 19/12/1929

Chiclayo, 19 de diciembre de 1929
Mi querido José Carlos:
Aprovecho la oportunidad del acercamiento a esa i a Ud. de mi amigo J. Rafael Gallo, para hacerme presente con mi recuerdo. Hace fecha que no tengo noticias suyas, ni de nadie i esto, no sé si achacarlo a la censura que no ajusta sus límites día a día, o a la pereza ilegal de los compañeros. En Ud, sería disculpable José Carlos, pero en los demás no.
Gallo contará a Ud. todas las novedades policiales de estos tiempos, caídos sobres nuestros días, asaltando i violentando la autonomía a que tendríamos de la presente, no por motivación nuestra, sino por la fuerza de las circunstancias políticas que nos domina.
Le alcanzo dos notas bibliográficas para Amauta, i un par de poemas, que ojalá no se olviden entre lo mucho que quita i pone el espacio de la revista.
Aún no puedo sacar mi libro i ya estamos a la pesca del 30. Le devuelvo unos recibos de bonos (5) que no tienen ya objeto en mi poder. Muy agradecido por su envío para la Biblioteca del Círculo de Empleados. En Cultura hice una crónica sobre la clausura de LABOR i no obstante mis esfuerzos para que las sociedades i agrupaciones refuerzan su solicitud ante el Ministerio ha sido imposible. Puede mas el temor que el deber.
Cree Ud. que me llegara alguna vez "La Cruz del Sur"? Reciba mi mejor abrazo de simpatía i cariño.
Nixa

Fuente, Nicanor A. de la (Nixa)

Carta de Miguel Untiveros, 10/03/1926

Huanta, 10 de marzo de 1926
Sr. Administrador de la Editorial "Actual”,
Lima.
Muy Sr.mío:
Tengo el agrado de incluir a la, presente, una relación de obras cuyo importe de Lp.1.410 le sera entregado por el portador Sr. José Peseros, debiendo remitírseme las obras por correo, directamente.
He de tener a mucha honra de que cualquier publicación nueva que lleve a cabo esa editorial, se sirva noticiarme, a fin de que pueda adquirirlas, pues la literatura social me encanta, porque, donde todo es bigornia, me consuela ver siquiera escrito, algo de verdad, de bien, de sinceridad y de perfección.
Aprovecho de esta oportunidad para ponerme a sus apreciables órdenes, como su mas aftmo.
Miguel Untiveros

Untiveros, Miguel

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