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Recibos de envío a través del servicio de Correos del Perú, 01/1930

Recibos de envío, a los agentes y amistades nacionales e internacionales de la Sociedad Editora Amauta, de ejemplares de la revista Amauta y de otras publicaciones de la Biblioteca Amauta; correspondientes al mes de enero de 1930.
Entre los nombres de los agentes tenemos:

  • Armando Rivera
  • Luis E. Valcárcel
  • Biblioteca Luz y Libertad
  • Editorial Nascimento
  • Mario Nerval
  • Alberto Durant
  • Isacc Batallanos
  • Antonio Navarro
  • Teófilo Chavez
  • Ernesto Reyna
  • Nicanor de la Fuente
  • Joaquín García Monge
  • José A. Herrera
  • Juan Marinello
  • Germán Arciniegas
  • Editorial Babel
  • EL trabajador latinoamericano
  • Waldo Frank
  • César Falcón
  • Felix del Valle
  • César Vallejo
  • Revista Bifur
  • Esteban Pavletich
  • José Ortega y Gasset

Central de Correos de Lima

Letra de Cambio, 7/4/1930

Letra de Cambio girada por Julio César Mariátegui, Gerente de la Imprenta y Editorial Minerva, por la cantidad de S/. 200 soles de oro a la Sociedad Editora Amauta con fecha 7 de abril de 1930.
La orden fue pagada a la Sociedad Nebiolo Torino a la Agencia de Depósito de Lima.

Banco Italiano

Informaciones de Casma [Recorte de prensa]

Recorte de una carta que da cuenta sobre los problemas que atraviesa la ciudad de Casma tales como: falta de alumbrado, correo y telégrafos, enveredamiento de la ciudad, robo, instrucción pública. La carta se publicó en un periódico de Huaraz en diciembre de 1928.

Autor Desconocido

Profesión de fe, de César Miró [manuscrito]

Mecanografiado titulado "Profesión de fe" de César Alfredo miró Quesada con fecha 1930.

Transcripción:

Mas de una vez quise decir mi fervor por Mariátegui. Siempre estuvo presente en mi inquietud, en mi vida. Más de una vez quise decir mi verdad, mi entusiasmo, mi fe. Mi fe revolucio­naria, mi verdad y mi entusiasmo revolucionarios orientados en la línea afirmativa que él nos trazó. Me detuvo, sin embar­go, esta consciencia alcanzada por quienes hemos llegado a comprender, a sentir en raíz honda, la disciplina de la angus­tia, del dolor social, del hombre que ha descubierto, ante la vida, -la propia vida- su propia responsabilidad. Este ha sido el motivo, mas que de mi temporal aislamiento, de mi ausencia. No es posible hablar del hombre sin conocer al hombre. No se puede hablar de verdad y de fe, sin haber antes orientado esta verdad y esta fe. Es por esto que quiero hoy estar pre­sente en "Amauta" que es como estar presente en mi propia ca­sa. Por otra parte, mi ausencia, sólo está limitada por una prescindible circunstancia de orden geográfico. Dudaría, tal vez, en otros momentos, al hacer esta declaración. Pero he ha­blado ya de consciencia de mi propia responsabilidad. Además, a mi nivel revolucionario actual no pueden llegar ni la pro­paganda demagógica y mal intencionada de los rebeldes errónea­mente hurtados por la política a la Universidad, ni menos aun su desorientada y desorientadora palabra de caudillos precoces. Es por esto, repito, que no vacilo en declararme íntimamente unido a la causa de "Amauta" que es la causa del socialismo, la causa revolucionaria de José Carlos Mariátegui.
No es preciso señalar, en esta hora amarga, la pureza de una obra que logró alcanzar la más clara y elevada definición.
Allí está la obra misma para afirmarlo; la obra viva y presen­te, en continuo movimiento creador. No podía traducirse de otro modo la inquietud de quien supo dar también a su vida una dirección política ajustada a un método, sometida a una disci­plina, subordinada a una filiación y a una fe.

César Alfredo Miró Quesada.

Madrid 1930.

Miró, César (César Alfredo Miró Quesada)

Recibos de envío a través del servicio de Correos del Perú, 04/1930

Recibos de envío, a los agentes y amistades nacionales e internacionales de la Sociedad Editora Amauta, de ejemplares de la revista Amauta y de otras publicaciones de la Biblioteca Amauta; correspondientes al mes de abril de 1930.
Entre los nombres de los agentes tenemos:

  • Nicanor de la Fuente
  • Centro Social en Morococha
  • Ricardo Galarza
  • Teófilo Chávez
  • Máximo Sánchez
  • Rafale Polo
  • Augusto Moscol
  • José Polo
  • Manuel Zumarán
  • Ernesto Reyna
  • A. Mateu Cueva
  • Aurelio Castro
  • Máximo Pecho
  • Juan Torreblanca
  • Isaac Batallanos
  • Librería e Imprenta Nieri
  • Mario Nerval
  • Marcelo Zúñiga
  • Zincopa Pineda
  • Luis E. Valcárcel
  • Casiano Rado
  • Donato Gonzales
  • León Sánchez
  • Eugenio Ríos
  • Antonio Caballero
  • Guillermo Gallegos
  • Editorial Historia Nueva
  • Juan Marinello
  • Joaquín García Monge
  • Editorial Nascimento
  • Ramón Alzamora Ríos
  • Editorial Babel

Central de Correos de Lima

[Conferencia] - La crisis filosófica

[Transcripción Completa]
La Crisis Filosófica

Cada civilización tiene una propia intuición del mundo, una propia filosofía, una propia actitud mental que constituye su esencia, su ánima. La decadencia de una civilización está marcada por un desgaste, un debilitamiento, una quiebra de su ideología. Las ideas peculiares de una época son un síntoma, un índice importante. Las ideas brotan de la realidad en influyen luego, sobre esta, modificándola. El idealismo de Hegel y Fichte supone al espíritu una fuerza que adquiere consciencia de sí mismo al choque con el límite que le opone la realidad. Hay ideas efímeras, son las que no representan una época; pero todas las ideas son temporales. El espíritu humano actúa sobre la realidad y es, después, influido u modificado por esta. La metafísica tiene reacciones evidentes sobre la física social, sobre la realidad histórica. Efectos del descubrimiento copernicano. Muerte del antropocentrismo.
Ahora bien. Actualmente se siente el desgaste de la ideología de esta civilización. No es solo que la organización capitalista no satisface ya las nuevas direcciones y necesidades de las fuerzas productivas. Es que ha perdido su fe, su optimismo. Florecen desde hace algún tiempo manifestaciones filosóficas y artísticas que revelan el agotamiento de las civilización capitalista. Todas las tendencias son pesimistas, negativas, escépticas. El espíritu de la ideología contemporánea es relativista.
La sociedad burguesa para desarrollarse y desenvolverse tuvo necesidad de una fuerza espiritual que le abriese paso y le inyectase fe. Esa fuerza fue la filosofía racionalista. Sin la filosofía racionalista la burguesía no habría emprendido la abolición de las castas y de sus privilegios. Consiguientemente la burguesía no habría cumplido su misión. La Razón siguió su trayectoria revolucionaria. La Razón dijo que la igualdad era incompleta si era solo política, si no era también económica.
Como toda filosofía responde a una necesidad de la época que la genera, se inició entonces un proceso de revisión de la mentalidad racionalista. Aparecieron las ideas evolucionistas e historicistas.
La humanidad tiene una trayectoria determinada. No es posible forzar su rumbo, no es posible apresurar ni retardar su marcha. Toda la mentalidad burguesa se saturó de evolucionismo y de historicismo. El intelectualismo, el racionalismo de esta suponía la existencia de un mundo objetivo y absoluto. La humanidad creía en la ley inflexible del progreso. El futuro no sería sino la coronación del presente. Poco a poco aparecieron esfuerzos filosóficos destinados a minar el dominio de la razón, a valorizar el mundo de la intuición, del sentimiento, de la voluntad. El mundo comenzó a dudar de la efectividad del progreso, la civilización comenzó a desconfiar de sí misma. Finalmente, apareció la corriente relativista.
El relativismo no se reduce a la teoría de Einstein que es ya bastante. Einstein no es sino un físico. Su teoría se llama teoría de la relatividad no porque Einstein la haya concebido como filosofía relativista sino Einstein ha tenido como punto de partida el principio el principio del movimiento relativo de Galileo. El relativismo es un vasto movimiento del cual forman parte diversos fenómenos artísticos, científicos, etc. Ocurre que de repente la humanidad se ha puesto a pensar de una manera relativista. Relativista es Unamuno que sostiene la realidad de los personajes creados por la imaginación. Relativista es Pirandello que encuentra en el hombre un ser con mil fisonomías diferentes, todas ellas igualmente válidas. Relativistas son los cubistas que niegan la imagen permanente de las cosas. Relativista es la nueva filosofía de la historia de Spengler. Relativista es la filosofía del "como si" de Hans Vaihingher. Relativista es Ortega y Gasset no obstante su empeño de conciliar racionalismo y relativismo. La filosofía del punto de vista es auténticamente relativista.
Todo el pensamiento contemporáneo está saturado de duda, de negación, de relativismo. Muchos pensadores comparan esta época con la de decadencia romana. La cultura burguesa, la inteligencia burguesa, sin embargo, no son capaces de percibir su tramonto con toda la proposición . Anécdota del cónsul de Atenas.
Los relativistas concluyen en pleno pesimismo. Ortega Gasset habla del alma desilusionada, del alma servir. Solo hay una fe: la de la revolución.

José Carlos Mariátegui La Chira

[Credencial del XXII Congreso Nacional del Partido Socialista Italiano]

Credencial otorgado a José Carlos Mariáteguí, como representante del diario "El Tiempo", para participar en el XXII Congresso Nazionale Partito Socialista Italiano.
El congreso se llevó a cabo los días 15, 16, 17, 18, 19, 20 de enero de 1921 en la ciudad de Livorno, Italia.

XXII Congresso Nazionale del Partito Socialista Italiano

[Conferencia - Sobre el Indio]

[Transcripción Completa]

[Sobre el Indio]

El instante es de transformación mundial. Tam­bién la raza indígena se despereza. Hay que ayudarla a comprender su problema y encontrar su camino.
No pretendo definir en esta noche el problema indígena que es nuestro problema nacional. Es el problema de las cuatro quintas partes de los trabajadores de la tierra. No se concibe sin su liberación la de los trabajadores de la costa.
El indio no es siquiera un proletario; es un siervo. La independencia fue una revolución crio­lla, política, no social. El regimen republicano no ha sido sino un regimen de predominio del criollo capitalista sobre el indio.
La conquista despojó al indio ele sus tierras, pero le dejó una parte de ellas. Le impuso servi­dumbres, que también la república le ha impues­to. La república, además, lo ha privado poco a poco de sus tierras. Ha empobrecido, aniquilado poco a poco a los trabajadores. Los gamonales son señores feudales. Se ha llegado a concebir tesis feroces: la tesis de que es posible aniquilar la raza india. Se ha dicho que el indio es improduc­tivo, siendo así que el indio no produce más porque lo cohibe el temor de ser despojado. Análogo proceso fue el de México, ahí produjo finalmente la revolución indígena destinada a dar tierras a todos los que no las tenían. Del fondo del mal brota el bien. La civilización que une los centros poblados, que abrevia las distancias, aproxima al indio, lo pone en contacto, crea la posibilidad de su organización. El congreso indí­gena es un ejemplo.
Maduran las circunstancias históricas necesarias para que esa raza se libere. Su liberación será obra de ella misma. Así como la voz de un hindú alza y resucita a la raza india asó será la voz de un quechua la que saque de su letargo a la raza quechua. Pero la cuestión no es toda nuestra cuestión nacional. Queda fuera de ella una cuestión que importa a un quinta parte de la población peruana: la del proletariado de la costa. La unión entre unos y otros es necesaria.
Cumplid vuestra misión, indígenas, despertando a vuestro hermanos. Algunos creen que esta raza ha muerto, una raza no muere jamás. Puede caer el colapso, en sopor, para despertarse después; pero no puede morir. Mientras haya cinco millones de indios, la raza estará viva.

José Carlos Mariátegui La Chira

[Conferencia] - La universidad popular y el dogma

[Transcripción completa]

La Universidad Popular y el Dogma

El dogma trata de paralizar, trata de cristalizar, en una formula cerrada y rígida, el sentido y el objeto de la vida. Pero la vida es movimiento, la vida es fluencia, la vida es inquietud y el dogma de hoy no corresponde a la vida de mañana.

El renovador social. Su valor no depende tanto de la extensión de su ideal como de su capacidad para realizarlo. Es necesario tener el acierto de transformar el ideal en un estado de ánimo colectivo. Para conseguirlo es necesario que el ideal traduzca los sentimientos, las ansiedades que laten confusamente en el alma de las muchedumbres. Las grandes obras no pueden ser sino obras de multitudes.

La U.P. por eso quiere que su obra y su voz no sean las de una minoría selecta sino una voz y obra de muchedumbres. No quiere que sus reuniones tengan el carácter escolar o académico sino el carácter multitudinario de un comicio. No quiere como escenario y como campo el de una sala ni el de un teatro sino el de la plaza, el del agora. Quiere que su voz estremezca el espíritu de este pueblo.

Y por eso su idealismo es realista y su realismo es idealista.

Porque el realismo no es una limitación del ideal sino la seguridad de actuarlo. Hay dos clases de idealismos. El ideal que interpreta, el ideal que presiente la realidad en marcha; el ideal que pierde contacto con la realidad y con la vida.

Este pueblo, más que ninguno, esta necesitado del ideal. Nadie se ha preocupado de inyectárselo. Nuestras minorías han sido más minorías que selectas. Sus apetitos han sido menudos, sus afanes mezquinos, sus ambiciones ramplonas y su vuelo mental diminuto. Aquí la gente, por eso, se sonríe del ideal. Y se trata de aclimatar aquí la filosofía escéptica, nihilista, que nos afirma que la vida no vale la pena de ser vivida. Nosotros debemos oponer a esa filosofía negativa la nuestra afirmativa y optimista. Debemos llenar de idealismo el espíritu de este pueblo, llenarlo de fe en sus destinos, llenarlo de locura santa de renovación.

Al hacer todo esto nos comportaremos no solo como liberadores del Hombre sino también como liberadores del Arte, como liberadores, de la Vida, como liberadores de la Ciencia y como liberadores de la Belleza.

José Carlos Mariátegui La Chira

[Conferencia - Deber de la Juventud Contemporánea]

La inquietud, la curiosidad de la juventud contemporánea. Que esta generación se muestre sensible a la nueva realidad humana es un fenómeno histórico, es un hecho natural. Spengler dice que un pensamiento, representativo de "una época de la humanidad no puede ser comprendido sino por una generación que nazca con las disposiciones necesarias". Las generaciones viejas carecen de aptitud para comprender y, sobre todo, para adherirse a las ideas revolucionarias. Es una cuestión de sentimiento; no es una cuestión de inteligencia ni de cultura. Es sugestivo y revelador el hecho de que las nuevas falanges universitarias no tengan la orientación intelectual de las generaciones pasadas. Y que su leader no sea un estudioso de la historia ni un poeta sino un espíritu de vanguardia.
Definamos la Revolución. Cómo sabemos que vivimos una época revolucionaria. Las señales de la gravidez revolucionaria son innumerables. Hay una serie de hechos que la afirman y la expresan. Declina el regimen burgués, con sus instituciones económicas, políticas, con su arte y su filosofía. La guerra ha legado una serie de problemas que el regimen burgués no puede resolver dentro de su teoría. La democracia burguesa se siete impotente para resolverlos democráticamente. Recurre, por eso, a la fuerza, a la violencia. Brotan el fascismo, el directorio, el putschismo pangermanista. Se agita el Orient. Millones de hombres, adormecidos, anestesiados durante siglos, salen de su inercia. La revolución es un fenómeno de la civilización occidental que se refleja también en los pueblos de otras civilizaciones. Es, además, evidente. No es posible dudar de ella hoy que los laboristas desalojan a los dos partidos que se alternaron clásicamente en el gobierno de Inglaterra. Hoy que los soviets son reconocidos de jure.
Los incomprensivos tratan de limitar la revolución a los confines europeos. Pero Europa no representa un continente sino una civilización. Hemos aprendido en Europa la idea de la democracia. No puede sernos indiferentes el hecho de que esa idea esté en crisis en Europa. La civilización occidental ha internacionalizado la vida humana. Una de las características de nuestra época es la propagación universal, fluída, de las ideas y las emociones. Cuando la vinculación humana era menor repercutió entre nosotros la revolución francesa.
Porqué se llama Social la Revolución.
Su grandeza no pude ser comprendido por los viejos. El debe de la juventud peruana. El deber de la mujer.
El deber de nuestra generación. Volteemos las espaldas al pasado.

José Carlos Mariátegui La Chira

Poema, por Esteban Pavletich [Manuscrito]

Mecanografiado de un poema de Esteban Pavletich.

Poema

6am
en cada cama florece
una cabeza en ángulo

estas mañanas de hospital
salen todas de una carbonería

buenos días hermana

la hermana antonia
cuelga una mirada violeta
en mi escapulario de angustias

vibra el sismógrafo
de su proletarismo
la hermana antonia se adentra
en mi dolencia amarga

la entrada del médico obeso se acompaña
de los hurras sin voz de las heridas

y
en el arco desconexo del dolor de cada uno
pendula el signo torvo
de la opresión burguesa

eeeeeuph
desde el trampolín de un hipo
pirutea la muerte

en una encrucijada de sombras
mimada de sulfatos
se despereza una tisis

hospital
cubo abierto a la cal de los huesos
no roídos en el ritmo singular
de la fábrica

en el torso gigante
largas cruces
hacen un saludo fascista
a la noche triunfante

Esteban Pavletich
Habana

Pavletich, Esteban

[Conferencia - Notas de la Conferencia dictada en Barranca]

[Transcripción Completa]

Notas de la Conferencia dictada en Barranca

Gracias, muchísimas gracias, por vuestros aplausos y vuestras aclamaciones. Yo sé que estos aplausos y estas aclamaciones son muy superiores a mis merecimientos modestísimos. I yo encuentro en vuestras demostraciones, más que un homenaje a mí, que no lo merezco, un homenaje a las ideas y a los estudios que yo represento ante vosotros.
Yo me felicito de hablar hoy a un público nuevo. I me duelo únicamente de que mi palabra carezca de brillo y de música. Porque os debo advertir que yo no soy un orador sino un hombre de estudio, un hombre de estudio, más habituado a tratar con las ideas que a coquetear con las palabras.
Yo he iniciado en la Universidad Popular de Lima un curso de conferencias sobre la historia de la crisis mundial. Mis conferencias en la Universidad Popular de Lima más que conferencias son, pues, clases. Yo diserto en la Universidad Popu­lar como un profesor y no como un retórico, no como un orador de teatro o de plaza.
Este curso de conferencias que yo he empeza­do a dictar en Lima tiene por objeto la explicación de la gran crisis que atraviesa hoy el mundo. Yo vulgarizo en ese curso las observaciones y los estudios de mis tres años y medio de vida europea. I yo difundo asimismo los ecos del pensamiento europeo contemporáneo.

A una de las conferencias asistió el señor José A. Polo. I este es el origen de mi visita a Barranca. El Señor Polo enalteció en Barranca, bondadosamente, mi labor en la Universidad Popular de Lima. I entonces el Club Olaya me invitó a ofrecer una o dos conferencias.
Ahora bien. Yo haré en esta conferencia, rápi­da y ligeramente, una exposición de las ideas generales que inspiran mi curso de conferencias de la Universidad de Lima. Yo os hablaré de la crisis mundial. El estudio de los grandes aspectos de esta crisis despierta actualmente vivo interés en todo el mundo. No se concibe en esta época una cultura moderna completa sin el conocimiento y sin la comprensión de la crisis mundial.
En la crisis mundial se están jugando los destinos del mundo. El desarrollo de la crisis interesa, por consiguiente, a todos los pueblos de la tierra. A los pueblos de América, a los pueblos del Extremo Oriente, a todos los pueblos que se mueven dentro de la órbita de la civilización europea. La crisis tiene como teatro central Euro­pa; pero la decadencia de las instituciones euro­peas significa la decadencia total de la civiliza­ción que representan. I el Perú, como los demás pueblos de América, se mueve dentro de la órbita de esta civilización.

Primero, porque estos países, aunque política­mente independientes, son económicamente co­loniales, ligados al capitalismo europeo o norte­americano. Segundo, porque europea es nuestra cultura y europeas son nuestras instituciones. I son precisamente estas instituciones y esta cultu­ra, que copiamos de Europa, las que en Europa están en un período de crisis definitiva, de decadencia total.
Nuestra civilización ha internacionalizado la vida de los pueblos. Ha creado entre ellos lazos materiales y morales que solidarizan su suerte. El internacionalismo no es sólo un ideal; es una realidad histórica. El progreso hace que los intereses las ideas, las costumbres, los regímenes de los pueblos se unifiquen y se confunda. El Perú, como los demás pueblos americanos, no está por tanto, fuera de la crisis mundial; está dentro de ella. La crisis mundial se ha reflejado ya en estos pueblos. Y se seguirá reflejando. Hace más de un siglo, cuando la vida de la humanidad no era tan solidaria como hoy, cuando faltaba entre las naciones el contacto tan inmediato y tan continuo que hoy existe, cuando no existían tantos medios de comunicación, cuando no había prensa rotativa, cuando los americanos éramos aún espectadores lejanos de los acontecimientos europeos, la Revolución Francesa dio origen a la guerra de la independencia y al surgimiento de todas estas repúblicas.

Hoy inevitablemente la transformación de la sociedad euro­pea se reflejará con mayor rapidez en la sociedad americana.
Hay personas que dicen que el Perú, y los pueblos latinoamericanos en general viven muy distantes de los acontecimientos europeos. Esas personas no tienen noción de la vida contemporá­nea; no tienen una comprensión, aproximada siquiera, de la historia. Esas personas se sorpren­den de que lleguen al Perú los ideales más avan­zados de Europa; pero no se sorprenden en cam­bio de que llegue el aeroplano, el transatlántico, el telégrafo sin hilos, el rádium. ¿Qué son el aero­plano, el transatlántico, etc? Son las expresiones del progreso material de Europa. I bien. Los ideales de transformación de la sociedad son la expresión del progreso moral de Europa. I nece­sitamos las creaciones de la industria europea. Nada más cómico que aquella gente, que después de caricaturizar la moda europea, tiene horror del pensamiento europeo.
La crisis europea es, repito, una crisis defini­tiva, una crisis total. Es la crisis de nuestra orgu­llosa, arrogante y potente civilización. Los prin­cipales aspectos de esta crisis son: el económico, el político y el ideológico o filosófico.

La causa de esta crisis es, aparentemente, la gran guerra. Pero la crisis, en realidad, estaba en incubación desde mucho antes. La guerra fue la explosión de la crisis, fue su desencadenamiento. Claro que la guerra ha sido, al mismo tiempo, efecto y causa. Porque, producida por la crisis, ha venido a agra­var, a ahondar, a hacer irremediable la crisis que la originó y que la generó.
Los efectos de la guerra se manifiestan, sobre todo, en el aspecto económico de la crisis mun­dial. La guerra ha destruido una ingente cantidad de riqueza social. Un estadista europeo, Caillaux, calcula en un millón trescientos mil millones de francos lo que se ha gastado en la guerra Este millón de millones pesa sobre el presente y el porvenir de las naciones europeas. Su servicio exige noventa mil millones anuales. Naturalmen­te, los países vencidos no pueden pagar sino en muy mínima parte los gastos de la guerra. I ni aún esa mínima parte pueden resistirla sin la inminencia de la bancarrota y de la ruina total. Asistimos, por eso, no sólo a la lucha entre ven­cedores y vencidos por arrancar a estos una con­tribución enorme, sino a una lucha no menos terrible entre las dos clases sociales antagónicas, entre el capital y el trabajo, por liberarse, respec­tivamente, del peso de las deudas dejadas por la guerra.

Las naciones europeas no sólo se encuentran frente a la necesidad de pagar las deudas de la guerra sino también de reconstruir las ciudades, las fábricas, devastadas por la guerra y de indem­nizar a las viudas, a los huérfanos y a los inváli­dos. Los muertos de la guerra han sido diez millones. A los deudos de los caídos en las trin­cheras, el Estado les tiene que auxiliar con una pensión. Igualmente, a los inválidos de guerra, a los tuberculosos de guerra, les debe socorro y asistencia. Sobre la caja de los Estados europeos pesa, pues, una carga enorme. Las deudas, la reconstrucción de los territorios devastados, las pensiones de las viudas, los huérfanos y los invá­lidos. ¿Cómo cubrir estos gastos aplastantes? Europa no puede pensar en empréstitos, porque no hay quien quiera prestarle un centavo. Tiene pues que cargar sola con las ingentes obligacio­nes. El capital quiere abrumar de impuestos al trabajo. El trabajo quiere endosar esos impuestos al capital. Entre las clases sociales se entabla así una lucha desesperada, una lucha sin tregua. I el mismo forcejeo se entabla entre las naciones vencidas y vencedoras. Francia quiere que Ale­mania la indemnice largamente. Pero Alemania no puede pagar los millares de millones que Francia exige de ella. En represalia Francia ocupa el territorio del Ruhr, una rica zona minera e industrial de Alemania; pero esta ocupación desorganiza la producción alemana, aumenta la ruina y la bancarrota alemana y disminuye, por consiguiente, las probabilidades de que Alema­nia pague.

Estos conflictos económicos originan análo­gos conflictos políticos. La lucha de clases la lucha entre el capital y el trabajo no se libra únicamente en el terreno económico sino princi­palmente en el terreno político. Las clases traba­jadoras quieren conquistar el poder político, po­ner fin al dominio de las clases capitalistas, instaurar el régimen socialista. I las clases capita­listas se defienden, naturalmente, con todas las armas posibles. Ya no tienen fé en las armas legales y recurren a las armas extralegales. Se sienten legalmente débiles para resistir los asaltos de las masas. I apelan para rechazarlos a la violen­cia. Así vemos, en Italia, al fascismo instaurar una dictadura violenta que constituye una negación de la democracia. Pero, defendiéndose así, las clases conservadoras, las clases capitalistas, des­acreditan y destruyen con sus propias manos las instituciones y los principios sobre los cuales se basaba su dominio.

Pasemos a otro aspecto de la crisis: el ideoló­gico, el filosófico. Todo sistema social, toda sociedad, toda civilización reposa sobre un siste­ma de ideas, sobre una base ideológica, sobre un pensamiento filosófico que constituye su base y su raíz. Mientras estas ideas conservan su poten­cia y su autoridad, la sociedad, la civilización, la sociedad que sustentan se mantienen vitales y robustas. Pero cuando esas ideas, esas creencias vacilan, el edificio social que sobre ellas se ha construido se viene abajo irremisiblemente. I esto es lo que ocurre a la sociedad actual, a la civiliza­ción actual. La filosofía, la ideología, la base, el cimiento de esta sociedad se hallan actualmente en crisis. Dominan en el mundo nuevas filosofías, filosofías de duda, filosofías de negación, filoso­fías de escepticismo, que son el síntoma elocuen­te de la decadencia de nuestra civilización. Voso­tros habéis oído hablar seguramente del relativismo. El relativismo no es la sola teoría de la relatividad de Einstein. Es una escuela, un movimiento filosófico sobre el cual se erige la sociedad contemporánea. Actualmente está en revisión nuestra concepción del universo. I esto es muy trascendental.

Vivimos, en suma, una época emocionante, una época grandiosa, una época dramática de la historia del mundo. En la historia del mundo de nuestra época tendrá una importancia no menor que la del advenimiento del cristianismo verbi­gracia. Hay ya muchos pensadores que comparan el actual período de la historia europea con el período de la decadencia romana. Guillermo Ferrero en su libro "La Ruina de la civilización antigua", presagia que Europa se encuentra a la hora actual en la situación en que estaba el impe­rio romano al comienzo del siglo III cuando súbitamente se desplomó. I Keynes ha dicho que "Pocos se rinden cuenta de que la organización económica por la cual ha vivido Europa durante el último medio siglo era esencialmente extraordinaria, inestable; compleja, incierta y temporaria".
Presenciamos actualmente la disgregación de la sociedad vieja; la gestación, la formación, la elaboración lenta, dolorosa e inquieta de la socie­dad nueva. Todos debemos fijar hondamente la mirada en este período trascendental, fecundo y dramático de la historia humana. Todos debemos elevarnos por encima de los limitados horizontes locales y personales para alcanzar los vastos horizontes de la vida mundial. Porque, repito, en esta gran crisis se están jugando los destinos del mundo. I nosotros somos también una partícula del mundo. Si un régimen de injusticia, de explotación, de inequi­dad se afirma en Europa, se afirmará también en América. I, por consiguiente, tendremos que sufrirlo en el Perú. En cambio, si surge un régi­men de justicia, de igualdad y de armonía, surgirá también entre nosotros.
Yo me dirijo, sobre todo, a los trabajadores a los proletarios, a los humildes, a los que de una transformación de la sociedad y de sus leyes aguardan el reino de la justicia y de la fraternidad entre los hombres.

José Carlos Mariátegui La Chira

[Conferencia - Notas del discurso pronunciado en la inauguración de la Editorial Obrera Claridad]

[Transcripción completa]

[Notas del discurso pronunciado en la inauguración de la Editorial Obrera Claridad]

El proletariado está en un momento trascendente. Va a nacer la prensa obrera, como en otros días nació la organización.
Este paso va a vincular decisivamente a todos los sectores proletarios del Perú. Indígenas, em­pleados, trabajadores no organizados, campesi­nos de la costa. Es la voz cotidiana del diario la única que puede hacer este milagro. El diario en mensajero, un vehículo, un agente infatigable de las ideas. La palabra tiene un ámbito reducido; la palabra está sujeta a los riesgos de la improvi­sación. La revista y el semanario no marchan al compás de la vida moderna. No recogen la emo­ción del instante. El diario en cambio recoge la pulsación y el latido diarios de la humanidad. La protesta y el comentario tienen otro acento cuan­do siguen inmediatamente a los acontecimientos, cuando encuentran una multitud en tensión, cuan­do repercuten en una muchedumbre emocionada La revista y el semanario deben ser crítica de la crítica; el diario es la crítica de la vida palpitante.
La prensa, como la escuela, como la Universi­dad, se encuentran en manos de la clase dominan­te. ¿Hay una prensa neutra?
No; no la hay, del mismo modo que no puede haber una universidad neutra. La prensa se inspi­ra en las ideas y en los intereses de la clase dominante. La prensa es uno de los mas podero­sos instrumentos del dominio del capitalismo. De la prensa se han valido los intereses capitalistas para intoxicar de odio a las muchedumbres de los países europeos. Allí existe el control de la prensa proletaria que no puede impedir, sin embargo, el efecto venenoso de la prensa chauvinista sobre las categorias desorientadas de la sociedad y del pueblo. El proletariado, para liberarse, necesita sus propios medios de cultura. Así como ha fundado su propia escuela, necesita fundar su prensa propia.
Esta iniciativa no parte de un grupo. I, si parte de un grupo, no se dirige a un sector circunscrito del proletariado. Se dirige a sus sectores sin excepción, se dirige sobre todo a la vanguardia.
Hay espíritus pesimistas, negativos, que du­dan y desconfían. Pero el pueblo quiere espíritus optimistas. El triunfo es de los que afirman; no de los que dudan, menos aún de los que niegan.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Dora Mayer , 05/1904

A la muy simpática señorita
Enriqueta Lafosse

Después de haber hojeado vuestro precioso álbum, decidí que mejor podría expresar mi pensamiento con los colores de mi pincel que con el fluido de mi pluma. Ved si os parece bien mi cuadro: un ave cuyo níveo plumaje jamás admite un sombra, inclinándose a beber el agua cristalina en una vasija de arte antiguo. Creo que así sois voz, gentil niña, rodeada de poetas que os brindan las delicias del [***] y las rosas del amor.

Dora Mayer

Callao, Mayo 04.

Mayer, Dora

Carta a Artemia de Falcón, 27/05/1910

Barbadillo, 27 de mayo de 1910

Sra.
Artemia G. vda de Falcón
Pte
Querida mamá:

Me exiguo que te conteste tus cartas, que me mandaste el otro día con Juan, respecto a todo lo que me dices no te puedo contestar porque te escribo muy de prisa.
En cuanto a la parte principal de tus encargos te puede contestar que no sé si podré mandarte lo que me pides, pues he recibido veinticinco soles como te consta y todavía no se ha acabado el segundo mes y ya debo en el cambio de comida treinta y cinco soles así es que de los ochenta soles, si es verdad que son cuarenta al mes, pues todavía no he arreglado con xxxx, solo me tocaría de quince a veinte a soles, sin embargo yo le voy a pedir el 31 los treinta soles que me pides y si no me da, te mando lo que me de y te escribo autorizándote para que vendas el caballito.

De todas maneras espérate hasta el 2 esto es hasta el jueves.

Si has arreglado algo de "La Prensa" mándame decir inmediatamente para cancelar todas mis cuentas y vender el caballo para que te mudes.
¡Cuidado como te sala la criada respondona con la mundanza!
Dale muchos saludos a todos mis hermanos y en especial a Jorge, a Humberto dile que estoy muy pobre, que en cuanto tenga le daré lo que me pide.
Recibe un fuerte abrazo de ... tu hijo

César Falcón Garfias

Falcón, César

Carta con remitente desconocido, 5/4/1913

Chincha-alta, abril 5 de 1913

Sr. César Falcón Garfias

Lima.

Amiguísimo Faico:

En mi poder tu estimable del 1 del corriente mes, a que tengo el agrado de referirme.

Conociendo como conozco tus ocupaciones, te agradezco que me hayas consagrado ese cuarto de hora, que para mí se convierte en cuarto de oro. Gracias.

Pierde cuidado por el Lena. Allí haremos filigranas de alta CANCILLERÍA.

Todos tus amigos te recuerdan con cariño y hacen magníficas reminiscencias tuyas.

He recibido "La Crónica", que no "Variedades". Allá tú ... y Acá yo ... No seas tan variable. En todo caso no pierdas la devoción, que de uno á otro momento hay reciprocidad entre los amigos. ¡Qué venga "La Crónica"! ¡¡¡¡Qué vengaaaa!!!!!

José Velit, ausente. Parece que los pulmones quieren divorciarlo con la vida. ¡Lástima!. Es un estimable persona.

Pedro Aurelio Buendía y Enrique Velit en Huacachina ... Acá ellos y acá yo.

"Balazo" se divorció de Massa. Allá EL. &

Como esta carta debo tener algo de crónica y de variedades, allá va el sablazo en los que se refiere a lo último. Nuestro común amigo el Sr. Ignacio Mancilla, pariente político de Herrera, y a quien tú tanto conoces, desea que yo me interese en obtener la publicación en "Variedades", de la hermosa fotografía que te incluyo, con su no pequeña lata. Es un buen ebanista y ese altar es un uno de los más visibles adornos de la iglesia de Sto. Domingo de Chincha, en el interior, que en cuanto al exterior (quiero por fuera) ya tú la conoces... Conque a la obra, mi querido Faico.

Si nada es posible conseguir, haz con él (con Mancilla) lo que hago con tu hostelero. Bien que los casos son diferentes. Por supuesto que Mancilla se moriría de placer viéndose PUBLICATI VARIETITATIFICADO.

Escríbeme algo sobre el asunto en pro o en contra que yo pensando en tu influencia en ese periódico, le he hecho creer que la tengo.

Besos y abrazos en torno tuyo, sin distinción de clase, condición, ni estado.

Te abrazo

Autor Desconocido

Carta a Ricardo Palma

Lima, 2 de diciembre de 1915
Sr. D. Ricardo Palma
Miraflores
Muy señor nuestro:
Habiéndose retardado su impresión y hallándose próxima a estrenar por la compañía española Casa en el Teatro Municipal, remitimos a usted una copia de nuestra obra teatral Las Tapadas que hemos querido dedicarle como un reverente homenaje.
Confiamos en que merecerá de usted benévola acogida y en que mirará usted en ella, antes que cualquier mérito literario, que no lo tiene, una devoción sincera a las cosas del pasado que las maravillosas tradiciones exaltaron.
Nos suscribimos de usted attos y S.S.
Julio de la Paz
Juan Croniqueur

Paz, Julio de la

Carta a Artemia G. de Falcón, 7/12/1915

Huánuco, 7 de diciembre de 1915

Sra.
Artemia G. vda de Falcón
Lima
Querida madre:

Con gran sentimiento me he enterado de tu carta última. No se me resultaba que tu situación es muy poco holgada, pero nunca creí lo fuera tan desesperante. Las noticias que me das de Juan me han entristecido hondamente. Yo tenía la ilusión de que se había reformado y consecuente con sus ofrecimientos, su conducta era irreprochable. Sin embargo, a pesar de todo, continúo confiando en que sabrá enmendarse y atenderte con la solicitud y el cariño de que tantas protestas hacía cuando aún no trabajaba. Así hacelo saber.

Te mando una letra por cincuenta soles, que cobrarás en el Banco Alemán. No tendrás ningún inconveniente para cobrarla. Si alguno se te presentase habla con Román Ayllón, empleado de ese banco, y en mi nombre pídele que te lo allane. Él lo hará con mucho gusto.

No puedo imaginarte la serie de dificultades que he tenido que vencer para mandarte este dinero. Hube de tropezar primero con la casi imposibilidad de conseguirlo y, una vez conseguido, con lo difícil que es aquí encontrar la forma de remitir dinero a Lima, después de los giros postales que no los pagan. Por estas causas he tenido que retrasar tanto el envío.

Supongo que ya habrás recibido el café. Algún día tenía que llegar. Veremos si tu cumples ahora con los encargos que te he hecho.
No contesté la carta de Alicia por falta de tiempo. Otro día lo haré con toda la extensión que merece. Entre tanto, salúdala muy cariñosamente, lo mismo que a todos mis hermanos y a Juan.

Recibe un fuerte abrazo de tu hijo
César

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 10/12/1915

Huánuco, 10 de diciembre de 1915

Sra.
Artemia G. vda de Falcón
Lima
Querida madre:

Este último miércoles, por rara excepción, recibí cartas tuyas, de Humberto y de Juan. Por ellos me he enterado una vez más de los padecimiento que sufres por la falta de recursos. Lo he sentido muy de veras, y más aún, por encontrarme yo en una situación tan calamitosa que no puedo acudir a socorrerte con solicitud y largueza que quisiera.

Cuando esta llegue a tus manos ya habrás recibido los cincuenta soles que te mandé por el último correo. Que para mucho te hayan servido es mi deseo.

Contrariamente a ti, Juan me dice en su carta que, muy a su pesar, este mes no ha podido darte la cantidad que tiene asignada por diversas causas que enumera. Yo le creo. Sus protestas de cariño a ti y a todos nosotros me parecen sinceras y espero de el un mejor comportamiento. Muy pronto también confío en que será lo bastante diligente para dar los pasos necesarios para conseguir que lo dejen en su puesto.

Lo de la casa, me parece muy acertado. Ya era tiempo de que procedieses de esa manera. No es posible, con perjuicio del estómago, continuar sosteniendo una situación falsa, apoyándose únicamente en el ilusorio y problemático negocio de las gallinas, que, acaso por nuestra mala fortuna, no ha rendido hasta la fecha, ni rendirá nunca, beneficio ninguno. Si puedes conseguir casa apropiada y barata, continúa con las gallinas, conservándolas como un entretenimiento o adorno, que tenga la remota i muy vaga posibilidad de producir cuando la suerte quiera. Nunca subordines tus planes económicos al negocio hipotético de las gallinas.
Por el próximo correo, mándame dos libros de versos de los que tengo en mi cuarto. No te olvides.
¿Qué hay de los zapatos?
Saluda muy cariñosamente a todos mis hermanos, a Juan, y recibe un fuerte abrazo de tu hijo.
César.

César

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 14/12/1915

Huánuco, 14 de diciembre de 1915

Sra.
Artemia G. vda de Falcón
Lima

Querida madre:

El último domingo no recibí carta tuya ninguna. Esto me ha entristecido mucho. Es el primer domingo que me ocurre. Todos los demás me han llegado con invariable puntualidad. Espero que no te haya impedido escribirme ningún accidente ni falta de voluntad; quiero creer [que] es una falta del correo.

Por acá sigo tan bien de salud como antes, pero tan mal de dinero como nunca. Días paso en los que no tengo ni para cigarrillos. Y así lo voy pasando en espera de mejores épocas. Dicen que el mundo da muchas vueltas. Puede que en alguna de ellas me vacíe un [...] en los bolsillos. ¡Qué fuera!

¿Te has olvidado de los zapatos?

¿Cómo hs arreglado lo de la casa? A mí me parece que si pagases veinte soles de alquiler, la pasarías mejor. De ti puede decirse que te gasta todo el dinero en casa. ¡Es una barbaridad! En fin, tú eres la bastante hábil para proceder como te convenga. En esto confío.

Aunque con desagrado, porque Clemente Palma es muy feo, me hizo reía la ocurrencia de El Mosquito. Siento no tenerlo aquí. Si puedes, mandámelo.

Envíame lo más pronto posible los libros de versos.

Cada día de correo siento mucha pena de no poder escribir separadamente a mis hermanos, principalmente a Alicia, a quién le debo dos cartas, por no decir más, y también a Juan. Aquí estoy trabajando a la de verdad. ¡Y yo que tenía el firme propósito de pasarme las horas manos sobre manos!. Ya no se puede querer nada en esta vida.

Una de estas noches voy a pasármela de claro en claro, escribiéndoles a todos.

Saluda con todo cariño a mis hermanos y a Juan, y recibe un fuerte abrazo de tu hijo.

César.

Supongo que ya habrás recibido la letra y, a estas horas estarás nadando en plata. ¡Quien como tú!

Falcón, César

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