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Perú
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Listas de Suscriptores

La sub-serie presenta las listas de las personas suscritas a la Editorial Minerva.
Las listas fueron hechas por Julio César y José Carlos Mariátegui.

Imprenta y Editorial Minerva

[Credencial del XXII Congreso Nacional del Partido Socialista Italiano]

Credencial otorgado a José Carlos Mariáteguí, como representante del diario "El Tiempo", para participar en el XXII Congresso Nazionale Partito Socialista Italiano.
El congreso se llevó a cabo los días 15, 16, 17, 18, 19, 20 de enero de 1921 en la ciudad de Livorno, Italia.

XXII Congresso Nazionale del Partito Socialista Italiano

Información Económica

Contiene los balances generales financieros donde se puede apreciar los ingresos y egresos de la Sociedad Editora Amauta durante el tiempo que realizó sus actividades.

Sociedad Editora Amauta

[Conferencia - Sobre el Indio]

[Transcripción Completa]

[Sobre el Indio]

El instante es de transformación mundial. Tam­bién la raza indígena se despereza. Hay que ayudarla a comprender su problema y encontrar su camino.
No pretendo definir en esta noche el problema indígena que es nuestro problema nacional. Es el problema de las cuatro quintas partes de los trabajadores de la tierra. No se concibe sin su liberación la de los trabajadores de la costa.
El indio no es siquiera un proletario; es un siervo. La independencia fue una revolución crio­lla, política, no social. El regimen republicano no ha sido sino un regimen de predominio del criollo capitalista sobre el indio.
La conquista despojó al indio ele sus tierras, pero le dejó una parte de ellas. Le impuso servi­dumbres, que también la república le ha impues­to. La república, además, lo ha privado poco a poco de sus tierras. Ha empobrecido, aniquilado poco a poco a los trabajadores. Los gamonales son señores feudales. Se ha llegado a concebir tesis feroces: la tesis de que es posible aniquilar la raza india. Se ha dicho que el indio es improduc­tivo, siendo así que el indio no produce más porque lo cohibe el temor de ser despojado. Análogo proceso fue el de México, ahí produjo finalmente la revolución indígena destinada a dar tierras a todos los que no las tenían. Del fondo del mal brota el bien. La civilización que une los centros poblados, que abrevia las distancias, aproxima al indio, lo pone en contacto, crea la posibilidad de su organización. El congreso indí­gena es un ejemplo.
Maduran las circunstancias históricas necesarias para que esa raza se libere. Su liberación será obra de ella misma. Así como la voz de un hindú alza y resucita a la raza india asó será la voz de un quechua la que saque de su letargo a la raza quechua. Pero la cuestión no es toda nuestra cuestión nacional. Queda fuera de ella una cuestión que importa a un quinta parte de la población peruana: la del proletariado de la costa. La unión entre unos y otros es necesaria.
Cumplid vuestra misión, indígenas, despertando a vuestro hermanos. Algunos creen que esta raza ha muerto, una raza no muere jamás. Puede caer el colapso, en sopor, para despertarse después; pero no puede morir. Mientras haya cinco millones de indios, la raza estará viva.

José Carlos Mariátegui La Chira

[Conferencia] - La universidad popular y el dogma

[Transcripción completa]

La Universidad Popular y el Dogma

El dogma trata de paralizar, trata de cristalizar, en una formula cerrada y rígida, el sentido y el objeto de la vida. Pero la vida es movimiento, la vida es fluencia, la vida es inquietud y el dogma de hoy no corresponde a la vida de mañana.

El renovador social. Su valor no depende tanto de la extensión de su ideal como de su capacidad para realizarlo. Es necesario tener el acierto de transformar el ideal en un estado de ánimo colectivo. Para conseguirlo es necesario que el ideal traduzca los sentimientos, las ansiedades que laten confusamente en el alma de las muchedumbres. Las grandes obras no pueden ser sino obras de multitudes.

La U.P. por eso quiere que su obra y su voz no sean las de una minoría selecta sino una voz y obra de muchedumbres. No quiere que sus reuniones tengan el carácter escolar o académico sino el carácter multitudinario de un comicio. No quiere como escenario y como campo el de una sala ni el de un teatro sino el de la plaza, el del agora. Quiere que su voz estremezca el espíritu de este pueblo.

Y por eso su idealismo es realista y su realismo es idealista.

Porque el realismo no es una limitación del ideal sino la seguridad de actuarlo. Hay dos clases de idealismos. El ideal que interpreta, el ideal que presiente la realidad en marcha; el ideal que pierde contacto con la realidad y con la vida.

Este pueblo, más que ninguno, esta necesitado del ideal. Nadie se ha preocupado de inyectárselo. Nuestras minorías han sido más minorías que selectas. Sus apetitos han sido menudos, sus afanes mezquinos, sus ambiciones ramplonas y su vuelo mental diminuto. Aquí la gente, por eso, se sonríe del ideal. Y se trata de aclimatar aquí la filosofía escéptica, nihilista, que nos afirma que la vida no vale la pena de ser vivida. Nosotros debemos oponer a esa filosofía negativa la nuestra afirmativa y optimista. Debemos llenar de idealismo el espíritu de este pueblo, llenarlo de fe en sus destinos, llenarlo de locura santa de renovación.

Al hacer todo esto nos comportaremos no solo como liberadores del Hombre sino también como liberadores del Arte, como liberadores, de la Vida, como liberadores de la Ciencia y como liberadores de la Belleza.

José Carlos Mariátegui La Chira

José Carlos Mariátegui acompañado por familiares y amigos

José Carlos Mariátegui en el bosque Matamula, acompañado de familiares y de amigos.
De izquierda a derecha: José Malanca, Noemí Milstein, José Carlos Mariátegui, Miguel Adler, Amalia La Chira, Carmela Andreu, prima de Amalia Cavero.
Niños de izquierda a derecha: José Carlos (hijo), Amalia Cavero (hija de Guillermina), Sandro Mariátegui y Sigfrido Mariátegui.

Malanca, José

[Conferencia - Deber de la Juventud Contemporánea]

La inquietud, la curiosidad de la juventud contemporánea. Que esta generación se muestre sensible a la nueva realidad humana es un fenómeno histórico, es un hecho natural. Spengler dice que un pensamiento, representativo de "una época de la humanidad no puede ser comprendido sino por una generación que nazca con las disposiciones necesarias". Las generaciones viejas carecen de aptitud para comprender y, sobre todo, para adherirse a las ideas revolucionarias. Es una cuestión de sentimiento; no es una cuestión de inteligencia ni de cultura. Es sugestivo y revelador el hecho de que las nuevas falanges universitarias no tengan la orientación intelectual de las generaciones pasadas. Y que su leader no sea un estudioso de la historia ni un poeta sino un espíritu de vanguardia.
Definamos la Revolución. Cómo sabemos que vivimos una época revolucionaria. Las señales de la gravidez revolucionaria son innumerables. Hay una serie de hechos que la afirman y la expresan. Declina el regimen burgués, con sus instituciones económicas, políticas, con su arte y su filosofía. La guerra ha legado una serie de problemas que el regimen burgués no puede resolver dentro de su teoría. La democracia burguesa se siete impotente para resolverlos democráticamente. Recurre, por eso, a la fuerza, a la violencia. Brotan el fascismo, el directorio, el putschismo pangermanista. Se agita el Orient. Millones de hombres, adormecidos, anestesiados durante siglos, salen de su inercia. La revolución es un fenómeno de la civilización occidental que se refleja también en los pueblos de otras civilizaciones. Es, además, evidente. No es posible dudar de ella hoy que los laboristas desalojan a los dos partidos que se alternaron clásicamente en el gobierno de Inglaterra. Hoy que los soviets son reconocidos de jure.
Los incomprensivos tratan de limitar la revolución a los confines europeos. Pero Europa no representa un continente sino una civilización. Hemos aprendido en Europa la idea de la democracia. No puede sernos indiferentes el hecho de que esa idea esté en crisis en Europa. La civilización occidental ha internacionalizado la vida humana. Una de las características de nuestra época es la propagación universal, fluída, de las ideas y las emociones. Cuando la vinculación humana era menor repercutió entre nosotros la revolución francesa.
Porqué se llama Social la Revolución.
Su grandeza no pude ser comprendido por los viejos. El debe de la juventud peruana. El deber de la mujer.
El deber de nuestra generación. Volteemos las espaldas al pasado.

José Carlos Mariátegui La Chira

[Conferencia - Notas del discurso pronunciado en la inauguración de la Editorial Obrera Claridad]

[Transcripción completa]

[Notas del discurso pronunciado en la inauguración de la Editorial Obrera Claridad]

El proletariado está en un momento trascendente. Va a nacer la prensa obrera, como en otros días nació la organización.
Este paso va a vincular decisivamente a todos los sectores proletarios del Perú. Indígenas, em­pleados, trabajadores no organizados, campesi­nos de la costa. Es la voz cotidiana del diario la única que puede hacer este milagro. El diario en mensajero, un vehículo, un agente infatigable de las ideas. La palabra tiene un ámbito reducido; la palabra está sujeta a los riesgos de la improvi­sación. La revista y el semanario no marchan al compás de la vida moderna. No recogen la emo­ción del instante. El diario en cambio recoge la pulsación y el latido diarios de la humanidad. La protesta y el comentario tienen otro acento cuan­do siguen inmediatamente a los acontecimientos, cuando encuentran una multitud en tensión, cuan­do repercuten en una muchedumbre emocionada La revista y el semanario deben ser crítica de la crítica; el diario es la crítica de la vida palpitante.
La prensa, como la escuela, como la Universi­dad, se encuentran en manos de la clase dominan­te. ¿Hay una prensa neutra?
No; no la hay, del mismo modo que no puede haber una universidad neutra. La prensa se inspi­ra en las ideas y en los intereses de la clase dominante. La prensa es uno de los mas podero­sos instrumentos del dominio del capitalismo. De la prensa se han valido los intereses capitalistas para intoxicar de odio a las muchedumbres de los países europeos. Allí existe el control de la prensa proletaria que no puede impedir, sin embargo, el efecto venenoso de la prensa chauvinista sobre las categorias desorientadas de la sociedad y del pueblo. El proletariado, para liberarse, necesita sus propios medios de cultura. Así como ha fundado su propia escuela, necesita fundar su prensa propia.
Esta iniciativa no parte de un grupo. I, si parte de un grupo, no se dirige a un sector circunscrito del proletariado. Se dirige a sus sectores sin excepción, se dirige sobre todo a la vanguardia.
Hay espíritus pesimistas, negativos, que du­dan y desconfían. Pero el pueblo quiere espíritus optimistas. El triunfo es de los que afirman; no de los que dudan, menos aún de los que niegan.

José Carlos Mariátegui La Chira

José Carlos Mariátegui en la fiesta de la Planta de Vitarte, 1929

José Carlos Mariátegui en la fiesta de la Planta de Vitarte en febrero de 1929.
De izquierda a derecha: José Carlos Mariátegui, su hermano Julio César Mariátegui, Ángela Ramos, Carlos A. Velásquez; al volante, Ricardo Martínez de la Torre; en primer plano Sandro Mariátegui y Puppi Milstein.

Archivo José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui con amigos y dirigentes sindicales

José Carlos Mariátegui con grupo de amigos y dirigentes sindicales en el Parque de la Reserva.
De izquierda a derecha: Avelino Navarro, José Carlos Mariátegui, José Bracamonte, Luciano Castillo, Clodomiro Sánchez y Ricardo Martínez de la Torre

Martínez de la Torre, Ricardo

Correspondencia SEA

Esta serie contiene toda la correspondencia que fuera producida la Sociedad Editora Amauta y por la Revista Amauta en el campo administrativo y gerencial. Permite dar a conocer las actividades que se realizaban con otras instituciones así como la relación contractual y económica.

Sociedad Editora Amauta

Almuerzo de despedida para Armando Bazán (III)

Almuerzo de despedida, ofrecido por José Carlos Mariátegui, para Armando Bazán en su viaje hacia Europa.
De izquierda a derecha: Ricardo Martínez de la Torre, Hugo Pesce, Armando Bazán (sentado) y Ricardo Flores.

Martínez de la Torre, Ricardo

José Carlos Mariátegui junto a los dirigentes de la Federación de Trabajadores Mineros de Morococha

José Carlos Mariátegui con el grupo de dirigentes de la primera Federación de Trabajadores Mineros de Morococha en el Parque de la Reserva.
De izquierda a derecha: Ricardo Martínez de la Torre, Jorge del Prado Ramón Azcurra, Alejandro Loli, José Carlos Mariátegui, Gamaniel Blanco, Adrián Sovero y Manuel Vento.

Archivo José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui junto a los dirigentes de la Federación de Trabajadores Mineros de Morococha (II)

José Carlos Mariátegui con el grupo de dirigentes de la primera Federación de Trabajadores Mineros de Morococha en el Parque de la Reserva.
De izquierda a derecha: Ricardo Martínez de la Torre, Jorge del Prado, Gamaniel Blanco, Alejandro Loli, José Carlos Mariátegui, Manuel Vento, Ramón Azcurra y Adrián Sovero.

Martínez de la Torre, Ricardo

Cena en honor a Waldo Frank

Cena de honor por la llegada del escritor Waldo Frank ofrecido por José Carlos en su casa de Washington Izquierda nro. 554. Lima
De izquierda a derecha: Sr. Vitali, Amalia La Chira, Waldo Frank, Anna Chiappe, Hugo Pesce, José Carlos, Luis A. Sánchez, Cecilia de Vitali.

Archivo José Carlos Mariátegui

Waldo Frank en el Rincón Rojo

Amigos en el famoso Rincón Rojo de la casa de José Carlos Mariátegui.
De izquierda a derecha: Alcides Spelucín, Amalia La Chira, Cecilia de Vitali, Luis A. Sánchez, Waldo Frank, Anna Chiappe y Jose Carlos.
En el piso sentados: Sr. Vitali y Hugo Pesce

Archivo José Carlos Mariátegui

Salida de la Conferencia de Waldo Frank en el Teatro Municipal

Tomada luego de una de las conferencias de Waldo Frank en el Teatro Municipal.
De izquierda a derecha: Artemio Ocaña, Sr. Gamarra, Carlos Valderrama, Carmen Saco, LuisA. Sánchez, Alcides Spelucín, Waldo Frank, Miguel Adler, José Lerner, Luis Ramos, Noemí Milstein, Ángela Ramos, Blanca del Prado.

Variedades

Camino al Bosque de Matamula

En el camino al bosque de Matamula.
De izquierda a derecha: Miguel Adler, Jorge del Prado, José Carlos Mariátegui, Noemí Milstein, Blanca del Prado, Ricardo Flórez.

Malanca, José

Camino al Bosque de Matamula (II)

Grupo de amigos de José Carlos Mariátegui caminando por la Av. Country (Hoy Av. Salaverry) con dirección al bosque de Matamula.
De izquierda a derecha: Jorge del Prado, Blanco del Prado, José Malanca, Ricardo Martínez de la Torre, Noemí Milstein, Miguel Adler y Ricardo Flórez.

Malanca, José

Mariátegui junto a sus amigos en el Bosque de Matamula

José Carlos Mariátegui con amigos en una parte del Bosque de Matamula llamado "Matalechuza.
De izquierda a derecha: Blanca del Prado, Noemí Milstein, José Malanca, José Carlos Mariátegui, Ricardo Flórez, Miguel Adler, Jorge del Prado y Ricardo Martínez de la Torre.

Florez, Ricardo E.

Mariátegui junto a sus amigos en el Bosque de Matamula (II)

José Carlos Mariátegui con amigos en una parte del Bosque de Matamula llamado "Matalechuza".
De izquierda a derecha: José Malanca, Miguel Adler, Blanca del Prado, José Carlos Mariátegui, Noemí Milstein, Jorge del Prado y Ricardo Martínez de la Torre.

Florez, Ricardo E.

Anna Chiappe junto a sus cuatro hijos

Anna Chiappe junto a sus cuatro hijos en el patio de su casa Washington Izquierda 554, Lima.
De izquierda a derecha: Javier Mariátegui, Jose Carlos Mariátegui, Anna Chiappe, Sigfrido Mariátegui y Sandro Mariátegui (detrás)

Malanca, José

En la playa de la Herradura con toda la familia

En la playa de la Herradura, Chorrillos junto con toda su familia.
De izquierda a derecha: Anna Chiappe, Javier Mariátegui Chiappe, José Carlos Mariátegui Chiappe, Sandro Mariátegui Chiappe, Cecilia de Vitali, Sigfrido Mariátegui Chiappe y Trinidad Millares.

Florez, Ricardo E.

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