Mostrando 1966 resultados

Descripción archivística
Con objetos digitales
Imprimir vista previa Hierarchy Ver :

Carta de Ricardo Galarza, 19/9/1930

La Oroya, 19 de setiembre de 1930
Señor
Ricardo Martinez de la Torre,
Director Gerente, Soc. Edit.v Amauta,
Lima.-
Muy señor mío:
De la presente sírvase retirar el cheque No. 1801, c/o. Cerro de Pasco Copoer Corporation, por la suma de $ 45.00, que se servirá tomar eh cuenta por 50 números Amauta No.30 y 50 no.31 de las que se ha vendido hasta el presente 39 y 36 respectivamente.
Del presente cheque sírvase entregar al señor Antonio Navarro M. $7.00 por encargo del Sr. Olivera residente en esta.
De Ud. atto. y S.S
Ricardo Galarza

Galarza, Ricardo

Carta de Antonio S. Pedreira, 12/12/1930

San Juan, 12 de diciembre de 1930
Sr. Director de la Revista Amauta
Lima, Perú
Muy señor mío:
Hace tiempo que venimos enviando a la dirección de su importante revista nuestro mensuario Indice, con el deseo de ser favorecidos con el canje que aun no hemos recibido. Respetuosamente llamamos su atención para que su generosidad y cortesía establezcan
las relaciones que tan vivamente deseamos.
Anticipando a las gracias a nombre de la Editorial Indice, quedo muy suyo,
S. S. S. y amigo
Antonio S. Pedreira

Pedreira, Antonio S.

Carta de Nemesio Lavie, 3/11/1928

Manzanillo, 3 de noviembre de 1928
Sr. José Carlos Mariátegui,
Director de "Amauta"
Lima. Perú.
Muy señor mío:
Dos letras para ofrecerle mis amistad y reconocimiento intelectual y para pedirle el envío de su revista "Amauta" a mi dirección, con referencias del importe de una subscripción anual.
Quiero también, sus libros.
Cuente con el afecto de su amigo lejano y con mi colaboración en la revista literaria Orto, de esta ciudad, y sépame su afmo y s.s.
Nemesio Lavie
Apartado 48
Manzanillo
Rep. de Cuba

Lavie Vera, Nemesio

Carta de Carlos Gaytán, 18/8/1927

México, D.F., 18 de agosto de 1927
Sr. José Carlos Mariátegui
Director de
Amauta
Muy señor nuestro:
Nos permitimos enviar a usted una copia del último número de la Revista Quincenal Ilustrada USECOP, órgano de publicidad de la Unión Sindical de Empleados de Comercio y Oficinas Particulares, que viene editándose regularmente desde hace tres años.
Nuestro objeto es si, para ello no encuentra usted inconveniente, establecer el canje entre la Revista que usted con tanto tino dirige y la nuestra.
Esperando que usted acoja favorablemente nuestra propuesta, nos es grato suscribirnos, como sus más atentos y seguros servidores.
Por la Revista USECOP
Carlos Gaytán

Gaytán, Carlos

Carta de Salvador Cano, 7/4/1927

San Salvador, 7 de abril de 1927
Señor don José Carlos Mariátegui
Director de la Revista "Amauta"
Sagástegui 669, Casilla 2107,
Líma, PERÚ.
Muy distinguido colega:
Es en nuestro poder su atenta tarjetita fecha 28 de febrero próximo pasado, y a ella tenemos el gusto de referirnos:
Agradecémosle cumplidamente su fina atención, al honrarnos con el envío de su importante Revista, así como también sus sinceras frases de simpatía. Aceptamos gustosos el intercambio de nuestras publicaciones y desde luego hemos iniciado nuestra remisión de canjes.
Por este mismo correo, le remitimos a Ud. los Nos. 13, 14, 15, 16, 17, 18 y 19 de nuestra Revista, que son los que hemos publicado durante el corriente año.
Nos es grata esta oportunidad, para rendir a Ud. nuestra consideración y aprecio.
Salv. Cano
por Secretario y Administrador

Cano, Salvador

Carta de Facundo Solorzano

Marías, 4 de enero 1931
Sr. Ricardo Martínez de la Torre,
Director Gerente de "Amauta"
Lima,
Mi distinguido señor:
En octubre último le escribí anunciándole que pronto debía de establecer una negociación de libros, en unión de un hermano mío, concretándonos en especialidad por la difusión y propaganda de libros, folletos y publicaciones de ideología renovadora a que estamos empeñados. Por esta razón le ofrecí mis servicios en nombre de la "negociación", para representar a " Amauta" y sus ediciones, como toda la sección de librería, si Ud. no tuviera inconveniencia en concedernos. Le ruego contestarme a fin de que consigne nuestra representada de "Amauta" en el prospecto-aviso que estamos preparando.
Le saluda su muy atto. i.s.s.
G. M. Facundo Solórzano

Solórzano, Facundo

Carta de Luis E. Valcárcel, 11/7/1926

Cuzco, 11 de julio de 1926
Sr. José Carlos Mariátegui
Lima
Querido compañero:
Por el correo anterior escribí a usted avisándole que le enviaba en paquete certificado los originales de Tempestad en los Andes. Al recibir U. estas líneas, hago ya en su poder los citados originales: omití incluirle la carátula: lo hago ahora. No cree usted que sería de efecto una ilustración alusiva? Quizás Vallejo, o Sabogal, podrían crearnos el símbolo andino para la primera página del libro, o de la falsa carátula.
Usted verá lo mejor.
De Arequipa me ha mandado anoche el profesor Delgadillo una tarjeta de U. Díceme que él vendrá del 15 al 16. Con mucho gusto atenderé a su recomendado.
Cuánto he sentido que no se encuentre bien de salud: cuídese, amigo mío.
Me extraña que el encargado de distribuir mi última obra Del Ayllu al Imperio no le entregase a usted el ejemplar correspondiente: por correo entrante, se lo enviaré desde aquí. En igual desatención me ha hecho incurrir con otros compañeros.
tome Ud. para "Amauta" el capítulo que le parezca. Esperamos con impaciencia la aparición de su revista.
Con Casiano Rado le recordamos siempre.
Le envío un cordial apretón de manos.
Luis. E. Valcárcel.

Valcárcel, Luis E.

Carta de Carlos Manuel Cox, 28/10/1926

Arequipa, 28 de octubre de 1926
Caro José Carlos:
Contesto su carta del 18 que recibí junto con 90 números de Amauta. Por carta de Manuel Vásquez, recibida cuando acababa de despachar mi anterior ––que espero tenga en su poder–– sabía de la nueva crisis que ha sufrido en su salud. Lamento intensamente lo que le ocurre. Cuando más necesitamos de su energía e inteligencia, más dolorosas acechanzas le impiden trabajar. Sin embargo tiene U. la admiración de los suyos y de los extraños que comprenden la energía que se necesita para soportar la tragedia que no lo quiere dejar. No sé si puedan ser eficaces las palabras alentadoras de quien ha comenzado a sentir también en propia carne el asalto del mal. Entretanto procuramos llenar nuestro cometido dignamente, como creo que lo dijo U. alguna vez.
El segundo número de Amauta ha salido muy bien. Además de tener más páginas, con cuatro en papel fino, el material es más interesante. Le adjunto un recorte de la nota que ha publicado El Pueblo.
Encontrará un cheque por S/. 22.80 producto de 76 números vendidos del primer número, a 30 centavos ejemplar. Como me indica le reenvío 9 ejemplares sobrantes, que con 5 que tiene el librero Albareda y que espero colocar dan los 90 que me envió. La revista se está popularizando rápidamente, pero no se vende en la proporción que debiera. Arequipa tiene 50,000 habitantes y una Universidad, mas U. sabe que el rabulismo es enemigo de las cosas del espíritu. Tengo también la seguridad de que se agote el 2º número. Si no le doy cuenta de la venta antes de la aparición del 3er. número, envíe 90 también. En caso de que este segundo número no se coloque le avisaré oportunamente. De todas maneras debe mandarme un mínimum de 80. Yo hubiera querido enviarle el valor íntegro de los números que vendo en la Universidad, como le indicaba en mi carta anterior, pero como hay algunos gastillos que hacer y para regularidad de las cuentas le pongo la suma que Usted me indica.
Espero enviarle en el próximo correo un artículo mío y versos de nuestro amigo Rodríguez.
Dígale a Bazancito que he recibido su Poliedro. U. Ie dará los S/. 2 en estampillas que le adjunto valor de dos números anteriores. Del último, que me ha mandado quince, le enviaré pronto el dinero.
Por Luciano sé que Eudocio está en viaje a Europa. Es de anhelar que se abra paso, ya que es uno de nuestros elementos más inteligentes y fervorosos.
Reciba un fuerte abrazo y un saludo atento para su esposa e hijitos,
Carlos Manuel
P. S. Le encargo poner un dato en Amauta sobre la F.I.A.T. Le adjunto un recorte sobre la forma definitiva como han quedado organizadas las secciones.

Cox, Carlos Manuel

Carta de Luis E. Valcárcel, 9/10/1928

Cusco, 9 de octubre de 1928
Querido compañero J. C.:
Tengo a la vista su bien acogida del 24 ppdo. que puso en mis manos Oyague.
Me complace que su estado de salud mejore sensiblemente; ojalá que pronto sepamos que se halla restablecido.
Recibí los ejemplares del N° 17 de Amauta que los recogió el mismo Oyague para ponerlos a la venta en su librería.
Es una edición sensacional, magnífica. Lo felicito muy cordialmente, sobre todo por el primer artículo que revela su ejemplar entereza.
Cuánto me contraría no liquidar la cuenta de la revista con oportunidad; como ya se lo manifesté en carta anterior la Librería Cuzco nos ha correspondido muy mal. Pasa de ciento treinta soles lo que adeuda, sin esperanza de un próximo abono. Soy incansable para cobrarle a su propietario señor Mariano E. Velasco, sin resultados hasta ahora. Le reitero la indicación de que el gerente dirija una carta de cobranza a dicho Sr., suplicándole abone en el día su saldo.
Oyague se ha atrasado también, pero formalmente promete pagar en este mes. Antes de que termine podré girar una buena cta. Sería conveniente separar cuentas. La de la revista independientemente para tenerla con el día. Libros míos y de Minerva deben ponerse aparte. Como no me enviaran la lista de remitidos al extranjero, yo mandé muchos ejemplares de Tempestad, cuyo valor eleva mucho el saldo de esta agencia.
Tenía reservado para Amauta mi estudio sobre Machupijchu, pero una ligereza de amigo mío —que abusó de la confianza en él depositada— hizo que resultara publicándose... en ¡”La Prensa”!
Preparo para el correo siguiente unas notas sobre Ortega y Gasset y los estudios de nuestra cultura andina.
Le suplico el envío por Minerva del Diario de un Filósofo de Keyserling. ¿Podría usted conseguirme en castellano buenas ediciones de Marx y Sorel? Los he leído en ediciones populares incompletas y anhelo completar mi conocimiento.
Volviendo sobre lo de Machupijchu— ¿acogería Amauta una reproducción que reivindicara el interés y ‘decencia’ del artículo publicado en el órgano oficial? Lo acompañaría un bello suplemento gráfico con las fotografías que tengo.
¿Cuál es el precio de Amauta para los vendedores?
Aguardo la lectura de sus interesantísimos ensayos que acotaré.
Con muy cordiales saludos, soy su afectísimo camarada.
Luis E. Valcárcel

Valcárcel, Luis E.

Carta de Fortunato Zora Carbajal, 15/6/1929

Tarata, 15 de junio de 1929
Señor
José Carlos Mariátegui,
Director de la revista Amauta.
Lima.
Muy señor mío:
Apreciando debidamente la elevada labor de cultura que viene desarrollando la importante revista que Ud. dirige y confiado en la benévola acogida que presta a las colaboraciones sobre temas andinos, me permito enviarle, junto con la presente, dos composiciones vernaculares, rogándole se digne, si no hay inconveniente, ordenar su inserción en dicha revista.
Asimismo, le estimaré se sirva indicarme el valor de las suscripciones de Amauta, y un presupuesto para la impresión de mi libro, en los talleres de la Editorial Minerva, que Ud. también dirige, bajo las condiciones siguientes:
Original: 50 páginas escritas a máquina, que seguramente serían unos 60 páginas impresas.
Papel: Fino, conforme a la muestra adjunta.
Edición: 100 ejemplares.- Encuadernación: A la rústica.
Formato: 18 1/2 alto por 11 1/2 ancho.
Portada: El cliché para la portada, en zincograbado, lo proporcionaré yo, oportunamente.
Esperando verme favorecido con su respuesta, me es grato suscribirme de Ud. como su aftmo. y S.S.
F. Zora Carvajal
Dirección: F. Zora Carvajal.- Tarata. Vía Ilo y Locumba.

Zora Carvajal, Fortunato

Carta de Ignacio G. Guevara Calderón, 18/9/1929

Ocaña, 18 de setiembre de 1929
Señor
D. José Carlos Mariátegui.
Lima.
Ante todo, suplico a U. se sirva disculparme por lo que va en seguida: en meses pasados, no viniendo Amauta hacía tiempo, la reclamé; pero parece que mi reclamación no agradó al señor Administrador, quien, en respuesta me decía: que aún cuando ya me había mandado el Nº 23, volvía a mandarme otro ejemplar. Efectivamente, más tarde, vinieron los dos ejemplares del Nº 23 juntos por el mismo correo.
Ahora, declaro, que yo no reclamé por la mísera suma de S/. 6 de la suscripción, sino por el valor mismo intrínseco de los artículos que se publican en las columnas de Amauta, que desde que leí por primera vez la revista, han llegado a ser una necesidad para mí.
Y, ya estamos en setiembre, y solamente el 13 de éste, en paquete limpio y en perfecto estado, ha venido el Nº24, con un memorándum del señor Administrador fechado ¡el 23 de julio!, con el acuse de recibo por 8 s. 60 por el valor del duplicado del Nº23.
Lo que pongo en su conocimiento, señor Mariátegui, por creer que U. ha de saber perdonar estas pequeñeces de
Su atento y S.S.
Ignacio G. Guevara Calderón

Guevara Calderón, Ignacio

Carta de Miguel Bulnes C., 29/12/1930

Shorey, 29 de diciembre de 1930
Sr.
Ricardo Martínez de la Torre
Lima
Muy Sr. mío:
Tengo el honor de dirigirle la presente, saludándole muy afectuosamente; cuyo tenor especial de esta es darle a saber sobre mis asuntos y ampliarle la facultad que Ud. debe tomar al respecto.
1º Que Ud en cuanto esté la pte. en sus manos y tomarle sentido en toda sus partes pueda ser que me haya equivocado alguna cosa y Ud. pueda hacerlo en máquina de lo mejor que pueda y formar un poder especial en [...] y puede Ud. estampar mi firma una vez que ya está el poder puede verse un apoderado que sea de su confianza y que pueda hacer un escrito y presentar al juez y Ud puede firmarlo con la misma firma mía para eso es que yo lo faculto y todos los escritos que puedan hacer pueden hacerlo así, que para eso le doy manifestaciones para que Ud haga todo lo que Ud. quiere.
Quedando de Ud. su atenta y S.S
Miguel Bulnes C.
Esta es mi firma que corre en el expediente en toda su extensión.

Bulnes C., Miguel

Carta de Rafael Tupayachi Ferro, 17/7/1930

Cusco, 17 de julio de 1930
Compañero Martínez de la Torre
Lima
Estimado compañero:
Disculpe que no haya podido dar respuesta inmediata a su carta fechada el 27 de mayo, por razones que no son del caso decirle por el momento.
Gustoso he aceptado asumir a la Agencia de Soc. Edit. Amauta, en esta ciudad. En tal sentido he iniciado mi labor liquidando los 60 ejemplares de Amauta que recibí ahora pocos días; cuyo importe total le incluyo en esta carta, distribuido en la forma siguiente:

  • 38 ejemplares vendidos personalmente a S.0.60 .... S.22.80
  • 22 ejemplares vendidos a consignación a 0.50 ........ S.11.00

                                                                                              33.80

    Deduciendo de esta cantidad los gastos de giro y certificación de la carta, S.0.80, resulta 33.00 soles.
    El compañero Rado me dice, según su indicación, que la Sociedad señala el 25% sobre la venta para los agentes; pero, yo creo que entre nosotros este término comercial no debe existir.
    Yo i todos los nuestros tendremos a gran satisfacción servir de manera efectiva nuestra causa. Pues, está en nuestro interés que se difunda en lo posible el órgano de nuestro Partido.
    Todos los ejemplares se agotaron en menos de 10 días; y desearía que el siguiente me mande en número de 90. Es posible que en los meses posteriores se aumente más. Además juzgo conveniente que mande imprimir unos pequeños carteles (como se hizo antes) para colocarlos en provincias.
    Por el momento le pido los siguientes libros:

  • 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana, por Mariátegui, 6 ejemplares.
  • El movimiento obrero de 1919, M. de la Torre, 10 ejemplares
  • Nuestra América, W. Frank, 5 ejemplares
  • Páginas escogidas, tomo I. Lenin, 3 ejemplares
  • Páginas escogidas, tomo II. Lenin, 3 ejemplares
  • El estado y la revolución, Lenin, 3 ejemplares
  • Marx y Lenin y la revolución proletaria, 10 ejemplares
  • Cuatro de Infanteria, Johannsen, 1 ejemplar
  • Un patriota 100 por 100, Sinclair, 1 ejemplar
  • La economía mundial y el imperialismo, Bujarin, 3 ejemplares
  • Anarquismo y Socialismo, Plejanov, 5 ejemplares
  • Lenin por Krupskaia, 5 ejemplares
    En general todas las obras que crea conveniente para los compañeros mande en número de 5 ejemplares c/u en particular de la Biblioteca Marxista que anuncia Amauta.
    Especialmente le suplico mandarme libros, folletos y artículos que se refieran a Educación
    Con cordial saludo soy su c.
    Raf. Tupayachi

Tupayachi Ferro, Rafael

Carta de Salvador de la Plaza, 26/4/1926

México, 26 de abril de 1926
Ana de Mariátegui
Apartado 2107
Lima Perú
Señora:
Por este mismo correo tengo el placer de enviarle 5 copias de "El Libertador" rogándole tenga la bondad de acusarme recibo de ellas así como del estado de la venta en esa.
Nosotros tenemos gran interés en la difusión de esta revista ya que ella representa actualmente la campaña antiimperialista continental. Si usted tiene ocasión, le agradeceré me recomiende algunos compañeros que puedan hacerse cargo de la agencia, pues estamos convencidos de que la regularidad en la salida, solo depende de un buen cuadro de agentes que vendan en todo el continente.
Por otra parte la colaboración de los jóvenes del Perú es en los momentos actuales de gran importancia, ya que se está librando la primera gran batalla entre los dos imperialismos inglés y yanqui y ser el Perú uno de los países de América en donde el avance yanqui se ha llevado a cabo con más rapidez y más violentamente.
La revista tiene el criterio de que el problema del pacífico se ha e solucionar independientemente de la voluntad de los dos pueblos en juego y hace lo posible por dar luz en este asunto. Un artículo de Carlos Mariátegui sobre este asunto, sería para nosotros de gran valor.
Esperando tener pronto noticias de usted me repito.
Atto. s,s
[Firma de Salvador de la Plaza]
Administrador

Plaza, Salvador de la

El destino de Norteamérica [Recorte]

El destino de Norteamérica

Toda querella entre neo-tomistas franceses y “racistas” alemanes sobre si la defensa de la civilización occidental compete al espíritu latino y romano o al espíritu latino y romano o al espíritu germano y protestante, encuentra en el plan Dawes incontestablemente
documentada su vanidad. El pago de la indemnización alemana y de la deuda aliada, ha puesto en manos de los Estados Unidos la suerte de la economía y, por tanto, de la política de Europa. La convalescencia financiera de los Estados europeos no es posible sin el crédito yanqui. El espíritu de Locarno, los pactos de seguridad, etc., son los nombres con que se designa las garantías exigidas por la finanza norteamericana para sus cuantiosas inversiones en la hacienda pública y la industria de los Estados europeos. La Italia fascista, que tan arrogantemente anuncia la restauración del poder de Roma , olvida, que sus compromisos con los Estados Unidos colocan su valuta, a merced de este acreedor.

El capitalismo, que en Europa se manifiesta desconfiado de sus propias fuerzas, en Norte América se muestra ilimitadamente optimista respecto a su destino. Y este optimismo descansa, simplemente, en una buen a salud. Es el optimismo biológico de la juventud que, constatando su excelente apetito, no se preocupa de que vendrá la hora de la arterio-esclerosis. En Norte América el capitalismo tiene todavía las posibilidades de crecimiento que en Europa la destrucción bélica dejó irreparablemente malogradas.
El Imperio Británico conserva aún una formidable organización financiera; pero, como lo acredita el problema de las minas de carbón, su industria ha perdido el nivel técnico que antes le aseguraba la primacía. La guerra lo ha convertido de acreedor en deudor de Norte América.

Todos estos -hechos indican que en Norte - América se encuentra ahora la sede, el eje, el centro de la sociedad capitalista. La industria yanqui es la mejor equipada para la producción en gran escala al menor costo: la banca, a cuyas arcas afluye el oro acaparado por Norte - América en los negocios bélicos y post-bélicos, garantiza con sus capitales, a la vez que el incesante mejoramiento de la aptitud industrial, la conquista, de los mercados que deben absorber sus manufacturas. Subsiste todavía, si no la realidad, la ilusión de un regimen de libre concurrencia. El Estado, la enseñanza, las leyes, se confirman a los principios de una democracia individualista, dentro de la cual todo ciudadano puede ambicionar libremente la posesión de cien millones de dólares. Mientras en Europa los individuos de la clase obrera y de la clase media se sienten cada vez más encerrados dentro de sus fronteras de clase, en los Estados Unidos creen que la fortuna y el poder son aún accesibles a todo el que tenga aptitud para conquistarlos. Y esta es la medida de la subsistencia, dentro de una sociedad capitalista, de los factores psicológicos que determinan su desarrollo.

El fenómeno norte-americano, por otra parte, no tiene nada de arbitrario. Norte América se presenta, desde su origen, predestinada
para la máxima realización capitalista. En Inglaterra el desarrollo capitalista no ha logrado, no obstante su extraordinaria potencia, la extirpación de todos los rezagos feudales. Los fueros aristocráticos no han cesado de pesar sobre su política y su economía. La burguesía inglesa, contenta de concentrar sus energías en la industria y el comercio, no se ocupó de disputar la tierra a la aristocracia. El dominio de la tierra debía gravar sobre la extirpación del subsuelo. Pero la burguesía inglesa no quiso sacrificar a sus landlores, destinados a mantener una estirpe exquisitamente refinada y decorativa. Es, por eso, que sólo ahora parece descubrir su problema agrario. Sólo ahora que su industria declina, echa de menos una agricultura próspera y productiva en las tierras donde la aristocracia tiene sus cotos de cacería. El capitalismo norteamericano, en tanto, no ha tenido que pagarle a ninguna feudalidad royaltis pecuniarios ni espirituales. Por el contrario, procede libre y vigorosamente de los primeros gérmenes intelectuales y morales de la revolución capitalista. El pionner de Nueva Inglaterra era el puritano expulsado de la patria europea por una revuelta religiosa que constituyó la primera afirmación burguesa. Los Estados Unidos surgían así de una manifestación de la Reforma protestante, considerada como la más pura y originaria manifestación espiritual de la burguesía, esto es del capitalismo. La fundación de la república norteamericana significó, en su tiempo, la definitiva consagración de este hecho y de sus consecuencias. “Las primeras colonias establecidas en la costa oriental —escribe Waldo Frank— tuvieron por carta la adquisición de la riqueza. Su revuelta contra Inglaterra, en 1775, empeñaba una de las primeras luchas abiertas entre el capitalismo burgués y la vieja feudalidad. El triunfo de las colonias, del cual nacieron los Estados Unidos, señaló el triunfo del régimen capitalista. Y desde entonces la América no ha tenido ni tradición ni medio de expresión que fuese libre de esta revolución industrial a la que debe su existencia”. Y el mismo Frank recuerda el famoso y conciso juicio de Charles A. Beard, sobre la carta de 1789: “La Constitución fue esencialmente un acto económico, basado sobre la noción de que los derechos fundamentales de la propiedad privada son anteriores a todo gobierno y están moralmente fuera del alcance de las mayorías populares”.

Para su enérgico y libérrimo florecimiento, ninguna traba material ni moral ha estorbado al capitalismo norteamericano, único en el mundo que en su origen ha reunido todos los factores históricos del perfecto Estado burgués, sin embarazantes tradiciones aristocráticas y monárquicas. Sobre la tierra virginal de América, de donde borraron toda huella indígena, los colonizadores anglo-sajones echaron desde su arribo los cimientos del orden capitalista.

La guerra de secesión constituyó también una necesaria afirmación capitalista, que liberó a la economía yanqui de la sola tara de
su infancia: la esclavitud. Abolida la esclavitud, el fenómeno capitalista encontraba absolutamente franca su vía. El judío, — tan
vinculado al desarrollo del capitalismo, como lo estudia Werner Sombart, no sólo por la espontánea aplicación utilitaria de su individualismo expansivo e imperialista, sino sobre todo por la exclusión radical de toda actividad “noble” a que lo condenara el Medioevo,— se asoció al puritano en la empresa de construir el más potente Estado industrial, la más robusta democracia burguesa.

Ramiro de Maeztu,— que ocupa una posición ideológica mucho más sólida que los filósofos neo-tomistas de la reacción en Francia e Italia, cuando reconoce en New York la antítesis verdadera de Moscú, asignando así a los Estados Unidos la función de defender y continuar la civilización occidental como civilización capitalista:—discierne muy bien por lo general, dentro de su apologética burguesa, los elementos morales de la riqueza y del poder en Norte América. Pero los reduce casi completamente a los elementos puritanos o protestantes. La moral puritana, que santifica la riqueza, estimulando cómo un signo del favor divino, es en el fondo la moral judía, cuyos principias asimilaron los puritanos en el Antiguó Testamento. El parentesco del puritano con el judío ha sido establecido doctrinalmente hace mucho tiempo: y la experiencia capitalista anglo-sajona no sirve sino para confirmarlo. Pero Maeztu, fervoroso panegirista del “fordismo” industrial, necesita eludirlo, tanto por deferencia a la requisitoria de Mr. Ford contra el “judío internacional”, como por adhesión a la ojeriza conque todos los movimientos “nacionalistas" y reaccionarios del mundo miran al espíritu judío, sospechado de terrible concomitancia con el espíritu socialista por su ideal común de universalismo.

El dilema Roma o Moscú, a medida que se esclarezca el oficio de los Estados Unidos como empresarios de la estabilización capitalista—fascista o parlamentaria— de Europa, cederá su sitio al dilema New York o Moscú.. Los dos polos de la historia contemporánea son Rusia y Norte América: capitalismo y comunismo, ambos imperialistas aunque muy diversa y opuestamente. Rusia y Estados Unidos: los dos pueblos que más se oponen doctrinal y políticamente y, al mismo tiempo, los dos pueblos más próximos como suprema y máxima expresión del activismo y del dinamismo occidentales. Ya Bertrand Russell remarcaba hace varios años el extraño parecido que existe entre los capitanes de la industria yanqui y los funcionarios de la economía marxista rusa. Y un poeta, trágicamente eslavo, Alexandra Block saludaba el alba de la revolución con estas palabras: “He aquí la estrella de la América nueva”.

José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Resultados 1951 a 1966 de 1966