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Falcón, César Miró Quesada, Óscar Pagos
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Carta a Artemia G de Falcón, 20/4/1922

A Doña Artemia G. de Falcón

En Lima

Querida madre:

Acabo de recibir tu carta de febrero —no tiene la fecha del día— el ejemplar de La Prensa y Mundial. Te agradezco que me hayas enviado estos últimos. Yo no [he] escrito especialmente para La Prensa el artículo que publica. Lo escribí y se publicó en El Liberal. De este periódico, o de algún otro, lo habrán citado.

No te empeñes en conseguir del gobierno nada para mí. Es inútil. Acaban de ordenar que todos los empleados cesantes regresen al Perú en el […] que saldrá el próximo diez de mayo. Yo, naturalmente, no voy. Ya conoces tu mis propósitos.

Hace dos días fui a Roma a hablar con Osores que regresará al Perú muy pronto. Le pedí que te atendiera con sus consejos y sus recomendaciones. Me ha ofrecido exclusivamente hacerlo. Creo que lo hará. Visítalo en cuanto llegue y pídele que te ayude, si no lo has conseguido todavía, a destinar a mis hermanas.

Mariátegui regresa también. Le diré que vaya a verte. Te servirá de mucho. Sírvete de él con mucha confianza. Cualquier gestión cerca del gobierno o de alguno de sus hombres puede hacértela él. No tendrás de este modo que sufrir los desaires de todos aquellos canallas.

No te preocupes por la deuda de Villanueva. No creo que hayas cometido la tontería de pagarle con el dinero que te envié de Madrid. Si te cobra dile que no tienes renta ninguna, que no puedes pagarle hasta que el gobierno no me cancele mis sueldos atrasados. Pero si te los pagan no le des un céntimo. Mariátegui te servirá para reclamar lo que me deben. Yo le diré que lo haga. Y estoy seguro que lo hará con mucho interés.

Me parece bien que Humberto siga estudiando Contabilidad. Pero advierto que, en cuanto a Ortografía, adelanta muy poco. O, si es mejor, no adelanta. Sus cartas siguen siendo casi ilegibles.

Estoy muy escaso de dinero. Voy a hacer, sin embargo, un esfuerzo para enviarte cualquier cosa con Mariátegui. Creo que te agradará recibir un regalo mío, por pequeño que sea.

Osores y Mariátegui estarán allá en el mes de junio y julio.

Muchos saludos a mis hermanos, en especial a Jorge y Antonieta cuyas mejorías deseo con todo el alma.

Te abraza y te besa cariñosamente.

César.

Génova: 20. IV. 1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 17/7/1922

[A Doña Artemia G de Falcón]

en Lima

Mi querida madre:

En este mismo correo despacho el tercer artículo para el "El Comercio". Te adjunto la carta para Óscar Miró Quesada. Llévala tú misma. Creo que podrás arreglar con él que me publique un número regular de artículos y te los paguen allá. Tú me dirás el resultado.

También escribo a Salomón y a Elguera sobre el asunto de mis sueldos. Me parece conveniente que los veas. Con Villanueva no debes tener entrevista ninguna ni hacerle el menor caso. Yo pensé en el primer momento escribirle una carta diciéndole lo que se merece. Pero me parece inútil. Ya mejor no ocuparse en él.

Me [ha] parecido muy bien la idea de hacer de mis hermanas maestras de escuela. Esto les proporciona en cierto modo una categoría profesional. Si se aplican y continúan estudiando lograrán conseguir una nueva situación. Es lo mejor que podías haber hecho.

Todavía no he recibido tus noticias sobre el resultado de sus exámenes. Espero que […] sido muy satisfactorio. Y que la ya habrán comenzado a ejercer.

Noto un gran progreso en la letra y la ortografía de Humberto. Ha progresado como en dos años de estudios. Se advierte que ya ha dejado el estúpido colegio de […].

Te repito lo que te [he] dicho en mis cartas anteriores. Mi propósito es que nos reunamos todos en España lo más pronto posible y nos radiquemos allí por siempre. Pero es necesario que todos trabajemos entusiastamente hasta conseguirlo. Yo no tengo ninguna esperanza en el Perú. Allí no puedo encontrar, no digo una situación ventajosa, ni siquiera la manera de vivir seguramente. Esto que es Europa podré conseguir dentro de poco tiempo.

Ahora de regreso de Hungría, estoy pasando unos pocos días en Berlín y luego marcharé a París. En París estaré también poco tiempo. Iré a pasar el verano en un pueblo de la frontera española y luego a Madrid. Tenía el propósito de ir a Rusia con el director de "El Liberal". Pero no nos han despachado hasta ahora nuestros pasaportes. Y tendré por esto que aplazar el viaje hasta el año próximo.

Muchos cariñosos recuerdos para todos mis hermanos y un abrazo y un besos efusivo para ti de tu hijo.

César

Berlín? 17.VII.1922

P.D. Arregla con Miró Quesada la cantidad de artículos mensuales que le hecho enviar y cuánto me paga por ellos. Dile que yo te he autorizado para publicarlos y cobra lo que ya se han publicado.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 7/8/1922

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Mi querida madre:

Al mismo tiempo, y con gran retardo he recibido tus dos últimas cartas del mes de junio —el 6 y el 19—. De Madrid me las mandaron a París, cuando yo estaba en Berlín. La Legación de Perú me los remitió a esta última ciudad, pero yo salí antes de que llegaran. He tenido después que esperarlas ocho días en París. Esta ha sido la causa del retardo.

Les agradezco mucho, a ti y a Alicia, el envío de Variedades. Ya tenía noticias de las publicaciones. Pero no había logrado encontrar los números.

No sabía que Salomón te hubiera hecho pagar mis últimos sueldos. Ni siquiera sé hasta qué fecha ha durado mi destino. Creo, que por los datos que me das, que ha sido hasta el mes de febrero. En este caso si estoy pagado en realidad completamente. Porque las ciento veinte libras que me mandaron en marzo correspondían a mi asignación de veinte libras mensuales desde el siete de julio hasta el siete de diciembre de 1921. Pero si mi puesto ha durado hasta marzo o abril o mayo, como los de otros, me deben todavía los sueldos correspondientes. Averigua en que fecha cancelaron mi nombramiento. Y si hay lugar, haz las reclamaciones del caso, aprovechándote de las cartas que escribí hace poco a Salomón y a Elguera.

Me doy cuenta de las contrariedades que tienes que haber sufrido hasta conseguir el grado de mis hermanas y después sus destinos. Tengo la esperanza de que a la fecha ya las hayas conseguido. La tengo, sobretodo, porque me he enterado que Barros ya no es Ministro de Instrucción. Me han dicho que lo ha remplazado Curletti. Este te habrá servido mejor. Es, por lo menos, amigo mío, siempre me ha manifestado mucho cariño.

Si necesitas alguna nueva influencia, habla con Jorge Guillermo Leguía, que está en la Secretaría del Presidente. También es mi amigo. O lo era. Háblale en mi nombre. Él es quien ha conseguido la reposición de Mariátegui: la madre de José Carlos, por mediación de él, habló con el presidente y así consiguió que lo mantuvieran en el puesto.

Osores se embarcará uno de estos días. Lo han nombrado ministro en el Ecuador. Pero estará en Lima algún tiempo.

Dime cual ha sido el resultado de la reclamación del banco y de tu entrevista con Miró Quesada. Yo seguiré mandando artículos hasta saber con seguridad cuantos debo mandar mensualmente.

Mariátegui, a pesar de la reposición, marchará al Perú en octubre. No lo sientas por más puede servirte a ti allá que en Europa a mí. Aquí solo nos hemos con intervalos, a veces, hasta de un año. Allá, en cambio, puede serte muy útil. No creas que es como Del Águila. Por el contrario, se interesará mucho todo lo que le solicites. Y, además, está en mejores condiciones que Del Águila para servirte en las cosas importantes.

Yo estoy trabajando con bastante empeño. Quiero ver si consigo en estos meses alguna ganancia extraordinaria, pues lo que gano me alcanza muy estrechamente para vivir. Si la consigo, claro está la partiré contigo.

Saluda especialmente a Antonieta. Dile que siento mucho su enfermedad y que espero que ya esté buena.

¿Cómo siguen los estudios de Humberto y de Jorge?

Muchos cariñosos recuerdos para todos mis hermanos y un abrazo y un beso para ti de
César.

Hendaya: 7.VIII. 1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 7/91922

Trafalgar, 36

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Mi querida madre:

En estos dos últimos días he recibido tres cartas tuyas. Se debe a que la reciente huelga de empleados de correos ha entorpecido el despacho de la correspondencia. Es posible que aun reciba otra carta más. No puedo decirte las fechas de tus cartas, porque no las tienen. Solo una está fechada. Y es del dieciocho de julio.

No es cierto que haya olvidado escribirte el día de tu cumpleaños. Te escribí desde Génova, donde estuve hasta mediado [de] marzo. Quizá se haya perdido la carta, cosa muy posible dada la gran confusión postal que la conferencia produjo. Pero de todos modos te repito que ese día te tuve presente y que hice muchos votos por tu felicidad. Los mismos votos que hago constantemente.

He tenido un gran gusto al conocer la noticia de la colocación de Alicia. Me parece que sus esfuerzos han logrado la mejor recompensa. Es lo mejor que podía obtener. Solo falta ahora que Teresa se coloque en la misma forma.

Me ha alegrado mucho también que Salomón te haya conseguido, tan atenta y amistosamente, la confirmación de la renta por este año. Yo no tenía ya ninguna expectativa. Es de agradecerle su desinterés mas aun cuando los que se llamaban amigos míos se han portado tan amablemente.

Yo, efectivamente no necesito el sueldo por [ilegible] vir. Pero esto no quire decir que gane mucho y que esté en una magnífica situación. Ya te lo he dicho otras veces. Apenas gano lo indispensable, lo estrictamente indispensable. Y si logro sostenerme es porque hago una vida muy modesta, muy ordenada y me privo de muchas cosas.

Ahora estoy trabajando en varias […] que no sé si me darán resultado. No puedo tener muchas esperanzas. Este es un país pobre donde la gente apenas gana para sostenerse. Es mucha fortuna que yo haya conseguido lo que tengo. Si logro mis propósitos, lograré algunas pesetas más y, claro es, te enviaré una parte de ella. Pero esto no es seguro ni puede ser permanente. Para proporcionarte una pequeña renta allá le escribí esa carta a Miró Quesada, cuyo resultado ya debes conocer tú. Supongo que no habrá sido negativo. Yo escribiré puntualmente los artículos para El Comercio y espero que el producto de ellos te sirvan para el alquiler de la casa siquiera. Lo que yo te de será todo lo que pueda conseguir allá. El mes próximo irá Mariátegui. El tiene el encargo de conseguirme un sueldo en el periódico para el que trabaje o en otro. Este sueldo será para ti. Y con este y con lo que ganen mis hermanas podrás asegurar los gastos de la casa hasta que podamos reunirnos todos.

En el asunto del banco no cabe reclamación ninguna. Yo me equivoqué al calcularlo el cambio porque me dijeron aquí que la libra peruana estaba a diecinueve pesetas, estando a veintrés. He perdido dinero. Pero es por causa de haberme pagado en Londres. Yo no podía evitarlo.

Estoy procurando hacer un libro con algunos de mis artículos. Así podrás leerlos reunidos. Creo que es lo único, si no mejora mi situación, que podré mandarte de lo que me has pedido.

Tu retrato me ha causado una gran alegría. Estás muy […] y muy guapa. Y, además, muy elegante. Te felicito y me felicito.

Lo de tus padres los tengo conmigo. Voy a mandar a hacer las ampliaciones.

Muchos saludos para todos mis hermanos —para Jorgito principalmente cuya mejoría deseo mucho— y un beso y un abrazo para ti.

César

Madrid: 7. IX.1922

Falcón, César