Mostrando 13 resultados

Descripción archivística
Falcón, César Falcón, Jorge España
Opciones avanzadas de búsqueda
Imprimir vista previa Hierarchy Ver :

13 resultados con objetos digitales Muestra los resultados con objetos digitales

Carta a Artemia G de Falcón, 1/3/1923

Trafalgar, 36

Querida madre:

Con retardo he recibido tu carta del dieciocho de enero. Una mía de hace poco debe haber coincidido en la llegada de Mariátegui. Hasta ahora no tengo ninguna nueva noticia de él —la última suya es [...] de Europa— ni mi solicitud de pasajes. Ambas las espero de un momento a otro.

No olvides recomendar calurosamente a Mariátegui que gestiones del mejor modo posible con Salomón que den a Génova o a Hamburgo la orden de mis pasajes. Tengo un gran interés en ellos. Por mí y por ti. Lo que reciba pueda servirnos para aliviar nuestra situación. Dile, pues, a Mariátegui que proceda con la mayor prontitud.

Tan pronto como reciba ese dinero —ya te lo he dicho— te haré un giro cablegráfico. Esto será para tu el mejor indicio de que lo he recibido. Yo no me dirijo directamente a Salomón, porque mis gestiones tan distancia no serían tan eficaces como las de Mariátegui y, además, porque espero escribirle cuando los reciba, contestándole a sus impertinencias contigo.

En estos días he enviado tres artículos a El Comercio. Supongo que las publicarán y te los pagarán. Habla con Mariátegui en cuanto los veas publicados. Yo tengo mucha confianza en que Mariátegui logrará asegurarme una colaboración fija en ese periódico y, en consecuencia, podré dártela como una pequeña mesada.

No olvides informar detalladamente a Mariátegui de mis propósitos. Ahora estoy esperando la salida de un nuevo periódico que los ex redactores de El Liberal organizan activamente. Lo trabajo van bien. Si no se tuercen el diario saldrá a fines de este mes. Allí recuperaré mi perdido sueldo de El Liberal.

Este tiempo de espera me sostengo con algunos artículos que escribo para la revista España. Pero ansío recibir el dinero de los pasajes para cubrir cualquier emergencia.

A Mariátegui le escribiré detalladamente tan pronto como tenga su dirección exacta. Temo el secuestro de mis cartas en la lista de correos.

He sentido mucho la enfermedad de Jorge. Pero me ha tranquilizado la noticia de que ya está completamente restablecido. Abrázalo en mi nombre.

Yo también te deseo a ti a todos mis hermanos muchas felicidades este año. Y como esta carta llegara a ti en las proximidades de tu cumpleaños pienso adelantarte para ese día un abrazo y un beso muy cariñosos. Así conseguiré que sean los primeros.

Saludos cariñosos para mis hermanos y un beso muy cariñoso para ti de tu hijo.

César.

Madrid: I-III-1923

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 21/12/1922

Trafalgar, 36

Querida madre:

No tienes que agradecerme ningún esfuerzo que haga para ayudarte. Esta es mi obligación. Lo único que siento es no poder hacerlo en la medida que yo quisiera.

Siento mucho las contrariedades que afligen a Jorge. Tu carta, sin embargo, me ha consolado, por que me deja entender que ya está completamente bien.

Me parece buenas tus decisiones respecto a Humberto. En realidad, ya es casi un hombre. Y la mejor manera de formarse es trabajar. El trabajo le enseñará muchas cosas como a mí, y le estimulará a seguir estudiando. Yo no creo que una carta mía a […], de quien como tu sabes soy muy amigo, pueda tener eficacia. Estamos muy distantes. Pero le recomendaré a Mariátegui que hable personalmente con él en mi nombre y se empeñe hasta conseguir que destine a Humberto. Esto y lo de El Comercio se lo recomendaré, de modo muy especial. Y estoy seguro que Mariátegui lo hará en cuanto llegue. Ya está muy próximo a marcharse. No lo ha hecho todavía, porque aún no le han enviado sus pasajes. Es cuestión de pocos días.

Te repito lo que te he dicho antes. Con la ayuda de Mariátegui conseguirás, sino lo has conseguido ya, colocar a Teresa y a Humberto y alguna cosa de El Comercio. Así podrás esperar tranquilamente a reunirnos aquí.

Mi situación es la misma. Estoy gestionando el estreno de una comedia. Si lo consigo, creo que mejoraré económicamente y , claro es, te haré participar enseguida de mis ganancias. El asunto de El Liberal no se ha resuelto todavía definitivamente. Pero yo no temo por mí.

Cuando puedas, mándame algunos periódicos. No me entero de lo que pasa ahí.

Supongo que mi carta anterior te habrá informado respecto a […] no olvides que es un farsante.

A ti, a todos mis hermanos les deseo sinceramente muchas felicidades en el próximo año. Y como esta carta llegará en vísperas del cumpleaños de Alicia, la felicita anticipadamente.

Muchos besos y abrazos de tu hijo.

César

Madrid: 31.XII.1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 8/12/1922

Trafalgar, 36

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

Me ha alegrado mucho saber la mejorías de Jorge. Entiendo, aunque no tengo datos suficientes, que la operación le ha servido para cortar las molestias de una larga enfermedad. [...] deseo que a la fecha esté restablecido del todo. Abrázalo en mi nombre.

Siento mucha la enfermedad de Antonieta. Esta chica no quiere reñir con las enfermedades. Dile que me escriba para que se distraiga y no tenga tiempo de enfermarse.

Me doy cuenta de las estrecheces económicas que estás pasando. Yo no lo paso mejor. Es necesario, como tú dices, que Teresa trabaje también. Mariátegui, efectivamente te ayudará a conseguirle destino. En estos días está en vísperas de partir. No lo ha hecho todavía, porque no le han enviado sus pasajes, a pesar de haberlos pedido con la debida oportunidad. Pero que es cosa de pocos días. Según una carta última se prepara a embarcarse el catorce. No es, sin embargo, muy probable que pueda hacerlo. Pero su retardo no podrá extenderse más allá de este mes.

La venta de El Liberal no me ha perjudicado aún. Mientras Moya continúe en la Dirección ningún cambio de empresa puede afectar mi permanencia en el diario. Y parece que continuará mucho tiempo. Si tuviera que marcharse, y yo con él, yo buscaría la manera de ganarme el sustento. No te preocupes por esto.

Me han sorprendido las noticias que te ha dado […] . No se como has entablado relaciones con este sujeto. Supongo que él habrá buscado la manera de acercarse a ti y ofrecerse a servirte. Desde luego, te participo que es una mala persona, que debes romper inmediatamente todo trato con él. No hablarle ni aceptarle nada. Con nosotros se portó muy mal. Y si ha llegado hasta ti es, seguramente, con un propósito malo. Dile, si insiste, que mis asuntos los resuelvo yo, que es a mí a quien deber dirigirse y que contigo no tiene que hablar ni tratar en ninguna forma. Y en lo que hace al asunto mismo, lo que yo resuelva te dirá Mariátegui.

Antes de su partida hablaré con José Carlos de todos tus asuntos. Se los recomendaré eficazmente. Y él llevará mis instrucciones para resolverlos en la mejor manera.

Dile a Alicia que me ha satisfecho mucho sus propósito de estudiar. Hace muy bien aprendiendo inglés y otras cosas, igualmente importantes. Debe continuar hasta el fin. Y, para lo que quiera, no necesita enviarme dinero. Que me diga que cosa es y yo se la enviaré tan pronto como pueda. No supongo que aspire a un […] de brillantes. Esto, después de todo, sería lo más cómodo de resolver, precisamente, porque no encontraría manera de resolverlo mientras viniera.

Muchos recuerdos de todos mis hermanos y un abrazo y un beso muy cariñosos para tiç

César

Madrid: 8.XII.1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 27/10/1922

Trafalgar, 36

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

No creí que Miró Quesada se negara a contratarme algunos artículos mensuales. Suponía alguna modificación del antiguo sistema de los diarios de Lima, adverso a las colaboraciones. Pero el fracaso de tus gestiones me convencen que continúan tan inmorales como siempre. Yo, como tu comprenderás, no tengo el menor interés en escribir para los periódicos de allá. Si me resolví a ofrecerle mi colaboración a "El Comercio" no fue sino por conseguir algún dinero para ti. Y desde luego no estoy dispuesto a escribir una sola línea gratis. Entre otras razones, porque yo vivo de mi pluma y quien no paga mis artículos, me los roba. Esto, seguramente, no lo creen los directores de "El Comercio". Pero aquí, entre la gente civilizada, es así.

Mariátegui partirá muy pronto —no ha podido hacerlo hasta hoy porque está esperando sus pasajes—, a él le encargaré una nueva gestión. Es posible que obtenga mejor éxito que tú. En todo caso, si no logra conseguirme nada en El Comercio, me la conseguirá en el diario en el que él se coloque. Ten un poquito de paciencia.

Por lo demás, el año próximo, si me estrenan una comedia que tengo ya entregada, mis ingresos aumentarán considerablemente y me permitiría ayudarte sin atenerme al dinero de Lima. Estoy trabajando por dedicarme a escribir para el teatro. Este da aquí mucho más dinero que allá y aunque yo, como tu sabes, nunca he tenido suerte para ganarlo, creo que me oirá mejor que escribiendo para los periódicos.

Estos días he tenido muchas contrariedades. En "El Liberal" se ha presentado un conflicto, porque la empresa está en mala situación económica y el diario va a cambiar de dueño. Yo temía que el actual director, muy amigo mío, dejase de serlo y pusiera en peligro, por esta causa, mi permanencia en la redacción. Todavía está tramitándose el asunto. Pero creo que se arreglará en favor de Moya y, en consecuencia, mío, Ya te daré noticas más concretas.

No olvidaré tu encargo con respecto a Angulo. Yo también le estoy muy agradecido a todas las atenciones que te ha dispensado. Hágame el favor de decírselo así y de saludarlo muy afectuosamente en mi nombre. Tan pronto como pueda te enviaré lo que me pides para él.

Espero que Jorgito esté ya completamente restablecido. Abrázalo y bésalo por mi con mucho cariño.

Saludos, abrazos para todos mis hermanos y un abrazo y un beso para ti de tu hijo.

César

Madrid? 24.XI.1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 27/10/1922

Trafalgar, 36

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

En este momento he recibido tu carta del veintisiete. Desde hacía muchos días la esperaba con gran inquietud para enterarme del estado de Jorge. Supongo que no me has escrito antes por atender al enfermo. Aunque me da mucha pena saber los trabajos que estás pasando y los sacrificios que has tenido que hacer, me consuela el buen resultado de la operación. Yo he pensado constantemente en Jorgito y no [he] dudado que saldría bien. Hazme el favor de besarlo y abrazarlo muy cariñosamente en mi nombre.

Como te dije en mi carta anterior, todavía no he logrado mejorar mis medios de subsistencia. Apenas gano lo necesario para vivir. Las combinaciones que estoy tramitando no se arreglan fácilmente y tengo que resignarme a esperar y a luchar hasta conseguir una renta que me permita enviarte algo. Para enviarte las cien pesetas que te adjunté en mi última carta tuve que pedirlas de mi sueldo. Tan pronto como lo logre mejorar mi situación te mandaré lo que pueda, sin esperar que me lo pidas.

Estoy muy agradecido a Angulo. No todos los que se fingían amigos míos habían de portarse canallamente en mi ausencia. Te encargo saludarlo y agradecerle sus atenciones particularmente.

No me explico la conducta hipócrita de la madre de Mariátegui. Sobre todo, sabiendo que su hijo y yo somos muy amigos y nos queremos mucho. Creyó, sin duda, que cualquier gestión que hicieras tú en favor míos podrías perjudicar a José Carlos. No me parece, por lo demás, que el asunto tenga importancia. Se trata solo de una falta de educación, cosa muy común en una mujer de Lima.

Tú eres la que debe resolver el asunto de Humberto. Yo no puedo apreciar desde aquí su capacidad ni sus aptitudes. Me parece, sin embargo, que todavía no está preparado para trabajar en buenas condiciones. Tendrías que destinarse en una tienda o en cualquier otra parte donde le daría un sueldo insignificante. Yo creo que lo mejor es que termine su aprendizaje comercial y busque entonces un destino regular.

Anda, como tiene proyectado, a Jorge Guillermo Leguía. El puede conseguirte fácilmente un destino para Teresa. No creo que se niegue a servirte.

Tampoco olvides ver a Osores. Ahora tiene poca influencia. Pero algo puede ayudarte. Dile que muy pronto le voy a enviar sus encargos, que no lo he hecho antes porque he estado fuera de Madrid. Y salúdalo.

Muchos recuerdos de todos mis hermanos. De Jorgito para particularmente en quien pienso estos días con todo cariño. Abrázalo a todos, y tú recibe un beso y un abrazo muy cariñosos.

César

MadridÑ 27.X.1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 5/10/1922

Trafalgar, 36

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

Acabo de recibir tu telegrama. Como me lo has dirigido al consulado no pude recibirlo inmediatamente. Llegó cuando el cónsul estaba veraneando y solo hoy, al regresar a Madrid, me lo ha enviado.

Me aflige mucho no poder enviarte inmediatamente el dinero que me pides. Me doy cuenta exacta de la necesidad que tiene de el y de todas las amarguras que estarás pasando. Pero, como ya te lo he dicho otras veces, desde que perdí el sueldo del gobierno, apenas tengo lo indispensable para comer. Mi renta es demasiado pequeña y, a pesar de todos los esfuerzos que hago, no consigo hasta ahora mejorarla.

Por otra parte, el tiempo que llevo en esta ciudad no me permite tener relaciones a las cuales, en un momento dado, poder recurrir por una cantidad importante. Y en el periódico, que podía ser una fuente de recursos, están ahora muy estrechos de dinero; tanto que, por esta causa, no hemos podido ir todavía a Rusia el director y yo.

Hay, además, esta otra circunstancia desfavorable. Las pocas pesetas que yo te mandase se convertirían, al cambiarlas en Lima, en una cantidad irrisoria. Para mandarte una sumar regular tendría que reunir el valor de dos o tres sueldos. Y esto mismo no puedo hacerlo, porque no tengo quien me los adelante.

Créeme que me causa una pena muy grande tener que decirte esto. Y ni siquiera puedo decírtelo por telegrama. Estoy verdaderamente desesperado. Haría cualquier cosa por conseguir dinero. Pero es imposible. Estas ciudades son implacables.

Tan pronto como tenga un poco de dinero, lo que sea, te lo enviaré sin que me lo pidas. Comprendo que los sacrificios que te haya impuesto la enfermedad de Jorge no podrás repararlos fácilmente. Estoy esperando que se arregle aquella cosa de teatro de que te hablé en mi carta anterior. Si hace en este mes, creo que en los primeros del próximo tendré unas cuántas pesetas mas que serán íntegras para ti. Tú sabes que cuando he tenido te las [he] mandado enseguida.

Antes de cerrar esta carta, veré, sin embargo, si logro conseguir algunas pesetas y te las adjuntaré en un giro postal. Caso de conseguirlas, no te las mandaré telegráficamente por la sencilla razón de que las gastaría todas en el telegrama. El que te hice cuando me pagaron lo de Londres me costó ochenta y pico de pesetas.

Estoy pensando constantemente en Jorge. Deseo con todo el alma que haya salido bien de la operación y que ya esté completamente curado.

Muchos salidos para todos mis hermanos.

Te abraza y te besa cariñosamente tu hijo.

César

Madrid: 5-X-1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 4/10/1922

Trafalgar, 36

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

Estoy esperando impacientemente tus nuevas sobre la enfermedad de Jorge. Tu carta del uno de septiembre me sorprendió o muchísimo. No esperaba que Jorge estuviera tan malo. Creía que se trataba de una cosa sencilla, como tú misma me lo hacías creer en tu anterior. Por esto, sufrí una profunda contrariedad al enterarme de sus verdaderos alcances. Pero la distancia, que tantas molestias me ocasiona y que tanto contribuye a mi inquietud, me consuela en esta oportunidad, porque creo que a la fecha nuestro Jorgito estará ya muy mejorado y habrá salido felizmente del trance difícil. Tengo la esperanza que tu próxima carta que, como te digo espero asiosamente, me traerá esta grata noticia.

Comprendo perfectamente cuantos sacrificios habrás tenido que hacer para acudir a los gastos de la enfermedad de Jorge. Esto ha aumentado mi contrariedad. Actualmente no tengo más dinero que el indispensable para comer. Si hubiese tenido cualquier cosa te lo habría girado enseguida. Pero espero que muy pronto podré enviarte algo. Estoy gestionando ahora un negocio —un negocio teatral que, como tu sabes, es muy inseguro—, si logro salir bien, lo primero que consiga será para compartirlo contigo.

He recibido una comunicación del ministerio anunciándome que han prorrogado el sueldo por el presente año. Es lo mismo que tú me habías dicho ya. Mi actitud, en otras circunstancia, habría sido la de renunciar inmediatamente. Pero no lo he hecho, ni lo haré, porque me dio cuenta de que esas veinte libras las necesitas mucho y yo no tengo para enviártelas.

Todavía no puedo decirte cuando marcharé a Rusia. El [negocio] del que hablo más arriba me detiene aun en Madrid y, por otra parte, Moya continúa arreglando los asuntos que le han impedido hasta hoy marchar fuera de España.

Escríbeme con mayor frecuencia. Todas las semanas salen de allá dos o tres correos para Europa. Puedes aprovechar siquiera uno. La incomunicación en que estamos actualmente me intranquiliza mucho.

Hazle, por mí, muchas caricias a Jorge y dile que pienso constantemente en él y que espero con toda mi alma recibir enseguida la noticias de su completo restablecimiento.

Saluda también muy cariñosamente a todos mis hermanos, en particular a Alicia cuya tierna carta se la agradezco con el corazón, y tu recibe besos y muchos abrazos de tu hijo.

César

Madrid: 4-X-1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 22/91922

Trafalgar, 36

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

Yo también, como tú, tuve una desagradable sorpresa cuando leí la primera noticia de la enfermedad de Jorge. Tus explicaciones posteriores me tranquilizaron. Espero que a la fecha este completamente curado.

Estoy esperando impaciente la contestación de Miró Quesada. En estos días le he mandado otros artículos. Quiero saber que me contesta normalizar mi colaboración y escribir puntualmente. Supongo que, aunque poco, aceptará pagarme algo mensual. Ha sido una lástima que no haya podido hablar con él. Personalmente habrías podido conseguir más. O, tal vez, lo mismo. Pero no nos habría quedado la duda.

Ya he recibido el pasaporte para ir a Rusia. Debía haber partido en estos días. Pero el director de El Liberal, que irá conmigo, no puede salir todavía de Madrid. Creo que partiremos en los primeros días del mes próximo. Te escribiré antes de marchar con toda clase de detalles.

Estaremos entre Moscú y Petrogrado dos meses. El frío nos impedirá estar más tiempo. El mes de diciembre es muy recio en Rusia. U enero, claro es, no se puede resistir.

Me equivoqué en aquella carta en la que te decía que el nuevo ministro de instrucción era Curletti. Después me he enterado mejor. Ya sé que es Ego Aguirre. Me parece, de todos modos, que te servirá mejor que Barros.

Supongo que Teresa estará ya destinada. Ansío conocer donde como y en que condiciones.

Me parece muy bien tu proyecto para venir a reunirte conmigo. Solo que debemos esperar que yo regrese de Rusia para ponernos de acuerdo sobre la manera de realizar el viaje. Mariátegui irá en el próximo mes de octubre, no en enero. Yo lo veré ante de que me embarque. En cuanto llegue a Lima irá a verte y te llevará noticias mías.

En estos días estoy trabajando mucho. Quiero ver si puedo conseguir que me estrenen una comedia. Esto me conviene mucho, porque el teatro es lo único que aquí me permite ganar algo. Por eso mismo, es muy difícil estrenar. Si lo consigo y tengo éxito, podré obtener algún dinero para fin de año.

Muchos saludos para mis hermanos y un abrazo y un beso muy cariñosos para ti de tu hijo.

César

Madrid: 22-IX-1922

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 14/10/1920

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

Te escribo desde esta ciudad en la que solo estaré dos días. Inmediatamente iré a Barcelona y, luego, a París a recoger mi equipaje, mi famoso baúl, aquel que salió de Lima y se desvió hasta Trieste.

He recibido tu carta del nueve de setiembre y el periódico que en ella me incluiste. Me alegro mucho de la mejoría de Alicia. A esta hora la supongo perfectamente buena.

Me imagino cuanto te fastidiará la madre de Del Águila. Creo, como tú, que lo hace por su estado de salud. Un remedio me parece darle, en la casa ala que te mudes, y en esa si es posible, una habitación más o menos independiente.

Espero que, en compensación, su hijo seguirá comportándose tan bien como me dijiste en tus cartas anteriores.

Antes de salir de Madrid he dejado, para que te los manden, unos regalitos. Sino ya, uno de estos días los despacharán. Posiblemente llegarán en esta carta.

Dile a Humberto que, antes de estudiar la carrera de comercio u otra especialización cualquiera, debe terminar su instrucción corriente. Aún , por lo que se en las cartas que te escribe, sabe muy poco. Tanto él como Jorge deben estudiar. Desde ahora francés e inglés, o por lo menos, este último. Saber estos idiomas les servirán de mucho. Yo se los digo por experiencia.

Sigue escribiéndome a Madrid. Mi ausencia […] muy poco, y en todo caso, el cónsul me mandará tus cartas a donde esté.

De París, si me es posible te enviaré alguna cosa bonita. A Humberto, desde luego, la pelota que me ha pedido.
He comenzado a escribir en "El Liberal" de Madrid.

Besos para todos mis hermanos, un saludo para Del Águila y su madre y para ti un abrazo fuerte, muy fuerte, con toda la fuerza de mi corazón.

César

Zaragoza, el 14 de octubre de 1920.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 8/1920

A mi madre Doña Artemia G de Falcón en Lima

Querida madre:

He recibido tu carta del veintidos de junio. La contesto enseguida para que nuestra correspondencia se establezca regularmente.

Durante los últimos meses, junio y julio, he trabajado mucho. Ya te he dicho que tenía compromiso de entregar un libro. Ya lo he entregado. Ahora espero tu publicación.

El calor de Madrid en estos días es abrasador. Todo el que ha podido se ha marchado a las playas. Yo he debido irme también a un balneario., pero me han retenido aquí distintas ocupaciones urgentes.

Probablemente, a fin de mes, iré a Barcelona. Tengo el propósito de pasar allí algunos días.

Tú última carta ha aumentado mi ansiedad por saber que ha ocurrido a la madre Del Águila y como sigue. Espero que la próxima tuya. ya que Del Águila no me escribe hace meses, me des amplias noticias.

Dime como pasan los días que ocurre en Lima, si te paseas mucho, todo, en fin, lo que sea digno de contarse. Tus cartas son exageradamente parcas. No me dejan entrever la vida que hacen ustedes.

Supongo a Humberto y a Jorge muy adelantos en sus estudios.

¿Por qué no me escribe Alicia? Ya ni siquiera te sirve de amanuense.

Espero recibir mi baúl estos días. Si no llega, cuando vaya a Barcelona, iré a París a reclamarlo personalmente.

Muchos besos y abrazos paras mis hermanos y saludos para Del Águila y su madre.

Te abraza con el corazón
César

Madrid, el [2] de agosto de 1920.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 24/05/1920

A dona Artemia G. de Falcón

Mi madre, en Lima

Querida madre

Contesto tu carta del siete de abril.

Esta es una de las pocas que me ha traído amplias noticias de ustedes. Sé por ella cuántas molestias te ha ocasionado el matricular a mis hermanos. Aunque tú no me dices que lo hayas conseguido, supongo, dada la fecha en que te escribo, que ya están matriculados.

No creas que tales contratiempos me ha sorprendido. Los esperaba. Osores debió darme la beca, como me la ofreció. Si no pudo o no quiso, todas las gestiones posteriores tenían por fuerza que ser muy […] y muy poco fructuosas.

Posiblemente en el mes de agosto iré unos días a París. En posible que allí vea a Osores. Entonces me dirá por qué no decretó la beca. Ya sé que sus explicaciones de nada nos servirán para la educación de Humberto y Jorge, pero si de mucho para procedimientos personales futuros.

Te quejas con mucha insistencia de la nueva casa. No me parece que estés obligada a vivir en ella. Puedes aprovechar el tiempo y buscar otra con calma y detención. Yo no puedo decirte desde aquí hasta donde te convenga alquilar la de Carrozo. Tú debes resolverlo en conformidad con la […] que tienes. Pero, si no está, puedes conseguir otra igualmente cómoda.

Están bien empleados los artículos. Efectivamente no habiéndose publicado en "El Tiempo", perdieron su valor. En cuanto a los de "El Comercio", supongo que entre Valle y Del Águila hayan conseguido de la buena voluntad de los Miró Quesada —no tengo motivo para suponerla mala— una pequeña retribución. Cualquiera que ella sea es bastante. La publicación de ellos es la que más me interesa.

Dile a Del Águila que me escriba. Hace tres meses que no tengo carta suya.

Esfuérzate por darle a Del Águila el dinero que te he pedido.

No importa que no hayas podido apoyarme nada este año. Me basta con que me hasta recordado.

Abrazo y besos para todos mis hermanos.
Te abrazo y te besa tu hijo

César.

Madrid, el 24 de mayo de 1920

P.D. Mándame lo artículos publicados en el Correo del Perú.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 25/4/1920

A dona Artemia G. de Falcón

Mi madre, en Lima

Querida madre

No puedo decirte de cuando es la carta tuya que acabo de recibir, por la sencilla razón que te has olvidado de fecharla. Sin embargo, escrutando el sello del correo, me parece descubrir que es del doce de marzo.

Pero, sea esta u otra anterior, es menos importante. Lo que más me importa es haberme enterado por ella que ustedes están bien de salud y sin desesperadas angustias económicas.

Ya sabía, por tu carta última, como es la nueva casa. No me parece causa de gran disgusto su vejez ni su aislamiento. Todo depende de la maña que se den ustedes para asearla y ponerla en decentes condiciones de habitabilidad. Sobre todo, si es del caso, pueden buscar pacientemente otra y mudarse.

Tú puedes disponer como quieras del dinero que recibas. Mientras satisfaces las necesidades más urgentes, puedes prescindir de ahorrar las cinco libras mensuales. Después, cuando esté reunida la cantidad necesaria, yo también deseo que junto con el de mi padre […] el nicho del pobre Juan. Es lo menos que obligadamente debemos hacer por él.

Ya sé cuan bueno y cuan descuidado es Del Águila; pero, sino para los encargos, para muchas otras cosas puede servirte mucho. Estoy seguro de que ya les quiere tanto a ustedes como ha probado quererme a mí.

En una de mis cartas anteriores te dije que Fernández iría a verte. Si te ha visto y va a la casa, puedes servirte de él con la seguridad que cumplirá los encargos que le hagas, porque es muy diligente, muy hábil y muy servicial.

Pasado mañana es tu cumpleaños. Lo recuerdo perfectamente. Mañana, por no haber podido hacerlo antes, te mandaré un modesto regalito. Y el veintisiete pensaré en ti con todo mi corazón.

Espero que tu próxima me anuncie que Antonieta está perfectamente bien y que Humberto y Jorge han obtenido sobresaliente.

Muchos besos para mis hermanos, un saludo para Del Águila y cordial abrazo para ti.

César

Madrid, abril, el 25 de 1920.

P.D. Agradezco los saludos de la Sra. Mariátegui y los retorno. Mi cumpleaños lo pasé sano y apaciblemente.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 25/2/1920

A doña Artemia G de Falcón

Mi madre en Lima

Querida madre:

He recibido tu carta del dos de enero y otra posterior cuya fecha por no tenerla, no puedo previsarla. Me ha tranquilizado saber que la enfermedad de Jorge no es seria.

Casi no me ha sorprendido la actitud de Ruíz Bravo. Lo esperaba. como buen farsante ha esperado mi ausencia para negarse a cumplir un compromiso que claramente contrajo. En el primer momento quise escribirle, tratándole con dureza, pero pensándolo mejor, he resuelto no hacerlo en ningún sentido. Algún día, tal vez pronto, podré cobrársela.

Esta carta llegará a ti muy tarde para que esos artículos puedan publicarse. Sin embargo, que los vea Del Águila y si alguno no ha perdido sus actualidad que se lo lleve a Cisneros para que la publiquen en la "La Prensa", por supuesto sin cobrarlo. Hoy mismo le escribo al doctor Durand haber si consigo que me pague algo por los artículos que le mande a su periódico. Esto, desde luego, tardará mucho.

Creo, mas bien, que "El Comercio" me dará algo. […] a Del Águila para que vea a Valle a quien le he encargado gestionarme este asunto.

Siento lo que ha hecho Ruíz Bravo, porque destruye el presupuesto de entrada que te envié en mi carta anterior. Por suerte no te faltará dinero para comer. En lugar de cuatro libras que te pedí le dieras todos los meses a Del Águila, dale dos solamente. Así te quedarán siempre veintitrés libras mensuales. Las propinas para mis hermanos sácalas de los que de "El Comercio", si no da nada, yo veré la forma de mandarle algo.

Te mando una carta para Enrique […] Arroyo, secretario de la Dirección de Instrucción, quien es muy amigo mío y podrá servirte en cuanto quieras para matricular a Humberto en Guadalupe.

Le escribo también a Antenor Fernández, muchacho muy activo, pidiéndole que vaya a casa y te sirva en lo que necesites. A él puedes confiarles muchos ensayos. Es uno de los que conmigo en "El Tiempo" y en "La Razón.

Veo que no te has quedado corta al pedirme regalos. Todos ellos, tasados a la ligera, importan cuatro mil pesetas; es decir mil setecientos soles. Calcula hasta donde podré adquirirlos.

No obstante, haré un esfuerzo y el mes entrante procuraré mandarte un abrigo. Quiero que lo tengas para tu cumpleaños.

En estos días le voy a mandar unos regalitos preciosos.

Dime si te atienden debidamente en el Ministerio.

Diles a Jorge y a Humberto que es muy difícil mandar una bicicleta desde aquí. Cuando gane un poquito de dinero les daré para que la compren allá.

El ocho le escribí una carta a Alicia. Espero que ya la haya recibido.

Besa y abraza a todos mis hermanos, y tu, madre pedilona, recibe un abrazo muy fuerte de tu hijo.

César.

Madrid, febrero el 25 de 1920

Falcón, César