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Glusberg, Samuel Lima Cultura With digital objects
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Carta a Samuel Glusberg, 7/11/1929

Lima, 7 de noviembre de 1929
Querido compañero Samuel Glusberg:
Contesto su grata carta del 14 del pasado, que me informa del éxito de Waldo Frank en Buenos Aires. Ya había tenido difusa noticia de este éxito por diarios de Buenos Aires; pero su carta me trae una impresión de conjunto que dice mucho más.
Cuando le lleguen estas líneas, Frank habrá recibido ya el cable invitándolo a venir al Perú. Suscriben el cable veinte de los invitantes que son al menos el doble. Creo que está ahí, con la excepción de los residentes en el extranjero, la verdadera plana mayor de la cultura peruana. El cable, como la carta, van dirigidas a c/o de Ud. Rivera Indarte, 1030.
El telegrama de Waldo Frank no ha llegado a mi poder. He hecho averiguar en el telégrafo y en el cable, sin resultado. Serviría reclamar en la oficina de allá, al menos para poner en evidencia el descaro conque se intercepta mis comunicaciones del extranjero, por temor a no sé qué misteriosas connivencias.
Gracias a Waldo Frank por sus deferentes sentimientos, plenamente correspondidos.
He escrito a Cuzco, Arequipa y Puno, a fin de que se prepare ambiente en esas ciudades a Waldo Frank si sigue esa vía, muy interesante, porque le permitiría conocer los principales restos de la cultura incaica y la sierra del sur. No sé si enviará Ud. L.V.L. a algún escritor de esas ciudades. Convendría que la mandase a Gamaliel Churata, Editorial Titikaka, apartado 55, Puno; Luis de la Jara, Noticias, Arequipa; y Luis E. Valcárcel, Cuzco. Que conozcan al menos los números referentes a Frank.
Me complace que haya encontrado bien mis artículos. Ya le enviaré otros originales. —Los de mi Defensa del Marxismo están listos. No los he despachado porque lo suponía a Ud. demasiado atareado para ocuparse de tratar con La Vanguardia u otro editor. Creo que por la actualidad del tema, y porque polemiza con obras como las de Man, Eastman, Berl y otras de mucha resonancia, este libro puede venderse fácilmente.
Por este mismo correo, recibirá Ud. el No. 26 de Amauta. Ya debe haberle llegado el libro de Eguren.
Devotamente suyo, con un cordial apretón de manos.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 10/6/1929

Lima, 10 de junio de 1929
Muy estimado amigo y compañero:
Contesto sólo hoy su carta última, porque había querido hacerlo con el envío de los originales de mi Defensa del Marxismo. Pero no he podido concluir aún, por excesivas ocupaciones, la revisión de los originales, y no quiero que esto retarde más mi respuesta. El trabajo está terminado, el texto de la obra completa, pero me faltan todavía algunas notas y la revisión de las últimas cuartillas. Los ensayos de El Alma Matinal, irán enseguida. Tengo que ocuparme al mismo tiempo de estos dos libros y de uno, sobre política peruana, que debo entregar a Historia Nueva de Madrid. (A propósito de Historia Nueva. Si no tiene Ud. relaciones con César Falcón, su animador y organizador, me alegrará mucho contribuir a que Ud. y él se conozcan mejor. Falcón es un gran espíritu. Escríbale a Londres, que él también le escribirá a invitación mía).
Le debo, ante todo, la expresión de mi reconocimiento por su artículo de La Vida Literaria. Se reconoce, en todas sus partes, al autor. Como siempre, es Ud. muy generoso conmigo. La Vida Literaria está mejor en su nuevo formato y presentación. En el próximo número de Amauta sale una nota sobre su periódico, que hace Ud. bien en mantener, contra la indiferencia de los editores. Lo encuentro necesario, más aún irremplazable. Buenos Aires es una ciudad de suficiente categoría para alimentar a una gaceta literaria hispanoamericana que afirme suficientemente nuestro propio meridiano. México y Buenos Aires son los dos grandes centros de Latino-América. Pero México está demasiado lejos de Sud-América y no está todavía en aptitud de sentir, en estas cosas, un nacionalismo continental. Buenos Aires, materialmente, tiene mucha más capacidad para la empresa. Me asombro de que aún no haya podido surgir ahí una gran casa de ediciones, poderosa al menos tanto como cualquier gran editorial española.
Dedicaré en breve un artículo a los magníficos ensayos de Henríquez Ureña, a quien como crítico clasifico, por su gusto, su cultura, su criterio, entre los mejores, entre los únicos. Necesito antes releer su libro. —Le enviaré también la colaboración que me pide sobre el tópico del hispanoamericanismo.— Antes irá un artículo literario que quizá alcance este mismo correo.
Envié mi libro a Henríquez Ureña. Le ruego preguntarle si lo ha recibido. Desconfío del correo peruano, a cuyo celo policial debo todos los días pérdidas de libros y correspondencia.
Me acosa aquí, en general, la represalia siempre cobarde de toda la gente que combato o que, simplemente, desprecio por su estupidez, su mediocridad, su arribismo. Por eso, se apodera de mí con frecuencia el deseo urgente de respirar la atmósfera de un país más libre. Si no me apresuro a satisfacerlo es, más que por mi invalidez física, de la que todavía no me he curado en lo posible, por no dar la impresión de que abandono, cansado y vencido, mi lucha. —Mi libro no ha merecido sino una nota de Sánchez, en la prensa de Lima. Tengo noticia de un estudio de Jorge Basadre, que se publicará en La Nueva Revista Peruana, próxima a aparecer, fundada por el ex-comité director de Mercurio Peruano (Ulloa, Ureta, Iberico) y de una crítica de Belaunde que saldrá en Mercurio. Más bien, en los diarios de provincias se ha dado paso a cariñosos comentarios. No hace falta decir que se prodiga atención y elogio a la obra de cualquier imbécil.— A esta pequeña conspiración de la mediocridad y del miedo, yo no le haría ningún caso. Pero la tomo en cuenta porque, en el fondo, forma parte de una tácita ofensiva para bloquearme en mi trabajo, para sitiarme económicamente, para asfixiarme en silencio.
Si le es posible, haga que me envíen como canje La Vanguardia. Yo les he enviado Amauta y mi libro. Que la dirijan a Sandro Mariátegui Chiappe - Washington izquierda 544-970 para que se la roben menos en el correo.
Con la promesa de escribirle de nuevo, con mis originales, lo abrazo con mis más cordiales sentimientos de amistad y devoción
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira