Mostrando 126 resultados

Descripción archivística
Falcón, César
Opciones avanzadas de búsqueda
Imprimir vista previa Hierarchy Ver :

124 resultados con objetos digitales Muestra los resultados con objetos digitales

Carta a Artemia G de Falcón, 27/6/1922

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Mi querida madre:

Acabo de recibir tus cartas y las de mis hermanos felicitándome en mis cumpleaños. Les agradezco mucho, muchísimo su cariñoso recuerdo. Ese día lo pasé en Roma acompañado de Mariátegui y Machiavello. Como tu sabes, el mes de abril estuve en Génova y aproveché esta circunstancia para ver Roma otra vez. Fue, pues, un cumpleaños, si no alegre por estar lejos de vosotros, inadvertido por lo menos. Y no hay, ciertamente, razón para que lo hubiera pasado así. Ha sido quizá el cumpleaños más importante de mi vida. He cumplido ya los treinta años. Ahora comienzo a ser un hombre. Es decir, comienzo a vivir el pedazo de vida más valeroso. Por esto, que no quiero tomarlo muy serio todavía, las cariñosas palabras de vosotros me han llenado de alegría.

Me ha sorprendido la forma en que te han cambiado las dos mil pesetas que te giré. Creo que te han robado, por lo menos, veinte libras. La Legación de Londres me envió 94 libras inglesas que correspondían, al cambio de la fecha, a 120 peruanas que el Ministerio ordenó me pagaran. Yo averigüe en los bancos de Madrid como se cotizaba en esos días la libra peruana y, según me dijeron veinte libras peruanas que el gobierno me había pagado. Hice, sin embargo el giro en pesetas porque en el banco me aseguraron que aún podía pagarte en Lima mayor cantidad. Pero de ninguna manera la que te han pagado. Te han cotizado la libra peruana a un precio que nunca ha tenido. En el peor caso, han debido darte cien libras, que es el cambio a la par. En aquellos días la libra estaba mucho más baja de los que ha estado nunca.

Yo creo que debes reclamar enseguida. Te adjunto, para que sirva de motivo a la reclamación, el recibo del banco de Madrid y una carta para Campos en la que le pido que te acompañe y le indico lo que debe hacer si el banco, como lo supongo, ha cometido un robo contigo, yo estoy dispuesto a escribir un artículo denunciándolo. No es posible consentir que nos roben de una manera tan escandalosa.

Dime enseguida el resultado de la reclamación. Lleva tu misma la carta a Campos y anda con él al banco. No te confíes a dejarlo solo porque pudiera ocurrir que no procediera con la diligencia indispensable.

Supongo que Alicia habrá conseguido ya el puesto que gestionaba. No me sorprende la actitud de Piedra. Hace mucho tiempo lo tengo descontado. Me sorprendería, mas bien, otra actitud.

¿Qué hay del trabajo de mis otras hermanas? Parece que solo Alicia se preocupa de trabajar. Yo me [he] referido siempre a todas. Yo no he hecho exclusiones.

Dile a todos mis hermanos que le agradezco mucho sus cartas. No tengo ahora tiempo para contestárselas separadamente. He venido a Budapest por pocos días y muy pronto debo partir de regreso por la vía de Austria, Alemania y Francia. Pero no olvidaré escribirles a cada uno.

Todavía no se nada de mi puesto. Pero no me hago ilusiones. Hace mucho tiempo que me considero fuera de él.

Muchos saludos para mis hermanos y un besos y un abrazo cariñoso para ti.

César

Budapest? 27. VI. 1922

No digas a nadie, por ningún motivo, [falta texto] [com]probante del giro. Supongo que habrás guardado, [falta texto] recibo del banco.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 26/2/1921

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Querida madre:

Acabo de recibir tu carta del veintitrés de enero. La contesto inmediatamente.

Me ha preocupado mucho la noticia de la enfermedad de Alicia. Con impaciencia espero tus nuevas cartas. Confío que ellas me traerán mejores informaciones.

No creo que recibas esta al mismo tiempo que la carta que te he escrito hace tres días. Si ocurre así, te enterarás de la oposición que tengo sobre los pagos del ministerio y de lo que te decía antes de conocer tus nuevos informes. Sigo creyendo que todas las cosas que dicen no tienen ningún fundamento. Allí cada cual dice que se le ocurre. No se le puede creer a nadie.

Por esto lo mejor es atenerse a los hechos. Has hecho muy bien en retirar la solicitud. Solo te iba ocasionar molestias y, al final, no iba a tener ningún resultado favorable. Esto hubiera sido muy posible, por el contrario, que ella sirviera de pretexto para hacernos alguna trastada.

Esperemos confiados. Créeme que el mejor es el sistema de pago que hemos escogido, a pesar de los retrasos. No creo que si resuelven pagarme el sueldo […] me lo paguen por Barcelona. Esto será lo más conveniente, porque el cónsul a mí me paga con puntualidad. Si pudiera conseguirse esto, yo lo aceptaría en el acto. No me importaría perder lo que perdiese por el cambio […]. Conseguiría que tú recibieses regularmente tu mesada.

Averigua discretamente con Villanueva como debe hacerse para que me paguen mi sueldo íntegro aquí. Si continúan pagándote no digas nada. Solo cuanto te notifiquen que no te van a pagar más, lo averiguas y me lo escribes enseguida. Yo, por mi parte, te comunicaré inmediatamente cualquier cosa que sepa.

No te olvides de reclamar en el correo la encomienda. De aquí la despacharon el 25 de octubre. Avísame el resultado de tu investigación, porque si se ha perdido tiene que pagárnosla la agencia que la despachó.

La otra irá pronto. Muchos abrazos para todos mis hermanos y para tu un besos y un abrazo especiales.

César

Madrid, 26 de febrero de 1921

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 8/1920

A mi madre Doña Artemia G de Falcón en Lima

Querida madre:

He recibido tu carta del veintidos de junio. La contesto enseguida para que nuestra correspondencia se establezca regularmente.

Durante los últimos meses, junio y julio, he trabajado mucho. Ya te he dicho que tenía compromiso de entregar un libro. Ya lo he entregado. Ahora espero tu publicación.

El calor de Madrid en estos días es abrasador. Todo el que ha podido se ha marchado a las playas. Yo he debido irme también a un balneario., pero me han retenido aquí distintas ocupaciones urgentes.

Probablemente, a fin de mes, iré a Barcelona. Tengo el propósito de pasar allí algunos días.

Tú última carta ha aumentado mi ansiedad por saber que ha ocurrido a la madre Del Águila y como sigue. Espero que la próxima tuya. ya que Del Águila no me escribe hace meses, me des amplias noticias.

Dime como pasan los días que ocurre en Lima, si te paseas mucho, todo, en fin, lo que sea digno de contarse. Tus cartas son exageradamente parcas. No me dejan entrever la vida que hacen ustedes.

Supongo a Humberto y a Jorge muy adelantos en sus estudios.

¿Por qué no me escribe Alicia? Ya ni siquiera te sirve de amanuense.

Espero recibir mi baúl estos días. Si no llega, cuando vaya a Barcelona, iré a París a reclamarlo personalmente.

Muchos besos y abrazos paras mis hermanos y saludos para Del Águila y su madre.

Te abraza con el corazón
César

Madrid, el [2] de agosto de 1920.

Falcón, César

Correspondencia Emitida

La subserie se compone exclusivamente de cartas enviadas por César Falcón a su madre, Artemia Garfias de Falcón, abarcando desde 1910 hasta finales de 1923. Estas cartas nos permiten adentrarnos en el viaje de César durante sus primeros años trabajando fuera de Lima, así como en su periplo por Europa, el cual fue resultado de una deportación sutil llevada a cabo durante el gobierno de Augusto B. Leguía.

Falcón, César

César Falcón (Fondo)

  • PE PEAJCM CF-F-05
  • Fondo
  • 1910-1924

El Fondo está constituido por un serie documental Correspondencia (1) y tres sub-series: Correspondencia Emitida (1.1), principalmente con su madre; Correspondencia Recibida (1.2) y De otras personas (1.3), en el que se aprecia 3 notas enviadas por Alberto Salomon a Artemia G. de Falcón.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 7/8/1922

A Doña Artemia G de Falcón

en Lima

Mi querida madre:

Al mismo tiempo, y con gran retardo he recibido tus dos últimas cartas del mes de junio —el 6 y el 19—. De Madrid me las mandaron a París, cuando yo estaba en Berlín. La Legación de Perú me los remitió a esta última ciudad, pero yo salí antes de que llegaran. He tenido después que esperarlas ocho días en París. Esta ha sido la causa del retardo.

Les agradezco mucho, a ti y a Alicia, el envío de Variedades. Ya tenía noticias de las publicaciones. Pero no había logrado encontrar los números.

No sabía que Salomón te hubiera hecho pagar mis últimos sueldos. Ni siquiera sé hasta qué fecha ha durado mi destino. Creo, que por los datos que me das, que ha sido hasta el mes de febrero. En este caso si estoy pagado en realidad completamente. Porque las ciento veinte libras que me mandaron en marzo correspondían a mi asignación de veinte libras mensuales desde el siete de julio hasta el siete de diciembre de 1921. Pero si mi puesto ha durado hasta marzo o abril o mayo, como los de otros, me deben todavía los sueldos correspondientes. Averigua en que fecha cancelaron mi nombramiento. Y si hay lugar, haz las reclamaciones del caso, aprovechándote de las cartas que escribí hace poco a Salomón y a Elguera.

Me doy cuenta de las contrariedades que tienes que haber sufrido hasta conseguir el grado de mis hermanas y después sus destinos. Tengo la esperanza de que a la fecha ya las hayas conseguido. La tengo, sobretodo, porque me he enterado que Barros ya no es Ministro de Instrucción. Me han dicho que lo ha remplazado Curletti. Este te habrá servido mejor. Es, por lo menos, amigo mío, siempre me ha manifestado mucho cariño.

Si necesitas alguna nueva influencia, habla con Jorge Guillermo Leguía, que está en la Secretaría del Presidente. También es mi amigo. O lo era. Háblale en mi nombre. Él es quien ha conseguido la reposición de Mariátegui: la madre de José Carlos, por mediación de él, habló con el presidente y así consiguió que lo mantuvieran en el puesto.

Osores se embarcará uno de estos días. Lo han nombrado ministro en el Ecuador. Pero estará en Lima algún tiempo.

Dime cual ha sido el resultado de la reclamación del banco y de tu entrevista con Miró Quesada. Yo seguiré mandando artículos hasta saber con seguridad cuantos debo mandar mensualmente.

Mariátegui, a pesar de la reposición, marchará al Perú en octubre. No lo sientas por más puede servirte a ti allá que en Europa a mí. Aquí solo nos hemos con intervalos, a veces, hasta de un año. Allá, en cambio, puede serte muy útil. No creas que es como Del Águila. Por el contrario, se interesará mucho todo lo que le solicites. Y, además, está en mejores condiciones que Del Águila para servirte en las cosas importantes.

Yo estoy trabajando con bastante empeño. Quiero ver si consigo en estos meses alguna ganancia extraordinaria, pues lo que gano me alcanza muy estrechamente para vivir. Si la consigo, claro está la partiré contigo.

Saluda especialmente a Antonieta. Dile que siento mucho su enfermedad y que espero que ya esté buena.

¿Cómo siguen los estudios de Humberto y de Jorge?

Muchos cariñosos recuerdos para todos mis hermanos y un abrazo y un beso para ti de
César.

Hendaya: 7.VIII. 1922

Falcón, César

Carta a Ricardo Vegas García y Manuel Seoane, 4/7/1919

Lima, 4 de julio de 1919
Señores Manuel A. Seoane y R. Vegas G., Secretarios del Comité Ejecutivo de los alumnos de la Facultad de Letras
Ciudad
Muy señores nuestros:
Agradecemos profundamente la comunicación que nos han dirigido ustedes transmitiéndonos el voto de aplauso a La Razón acordado unánimemente por el Comité Ejecutivo de los alumnos de la Facultad de Letras con motivo de la campaña iniciada por nuestro diario en favor de la reforma universitaria.
Los conceptos con que ustedes nos favorecen constituyen para nosotros un motivo de legítimo orgullo. El mayor honor que podíamos aspirar para La Razón, en armonía con su programa de periódico moderno y renovador, está conseguido con la vinculación de su nombre a un movimiento destinado a transformar la Universidad. Nuestra solidaridad de ideales con la juventud universitaria en un instante de la trascendencia del actual representa para nosotros una prueba de que nuestro periódico se inspira en el sentimiento de los hombres nuevos del país.
Reciban ustedes, junto con nuestro agradecimiento, nuestra felicitación por el entusiasmo y el fervor con que han acometido la noble y elevada empresa de la reforma universitaria.
De ustedes atentos y SS. SS.
José Carlos Mariátegui
César Falcón

José Carlos Mariátegui La Chira

Tarjeta Postal de César Falcón, 12/8/1921

París, 12 de agosto de 1921
Para el señor don
José Carlos Mariátegui
Via Firenze 43, int. 9, escala sinistra
Roma - Italia
Querido José Carlos:
Te contesto rápidamente tu carta del 26 de julio, porque sólo permaneceré aquí pocas horas. Sigo a Berlín. De aquí te escribiré una larga carta apenas llegue. Saludos a Anita.
Te abraza.
César

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 30/3/1920

A doña Artemia G de Falcón

Mi madre en Lima

Querida madre:

Acabo de recibir tu carta del 25 de febrero. Me parece que no es esta la única que me has escrito desde el veintiseis de enero y que muy pronto, dentro de dos o tres días, por otro correo, voy a recibir más cartas tuyas, De todas maneras, las reciba o no, me apresuro a contestarte la que acabo de leer.

No debe preocuparte la falta de cartas mías en los correos que llegan a Lima, porque ellos pertenecen a un servicio distinto al de Europa. Los vapores que llevan la correspondencia extranjera al Perú no van sino hasta Colón y algunos, muy raros, hasta Nueva York, Y mis cartas van en los vapores que corren entre Europa o Francia y Colón. Como la coincidencia de la llegada de un vapor a Europa a Colón y la salida de otro para el Callao no es muy frecuente, muchas cartas tienen, por fuerza, que quedar detenidas y retrasarse quince o veinte días. No debes mortificarte por esto. A mí me ocurre lo mismo generalmente recibo juntas tres o cuatros cartas tuyas, escritas, a veces, en fechas distantes.

En la carta que acabo de recibir no encuentro, como en las anteriores, saludos particulares de Alicia. Además, está por escrito que las otras. Todo esto, y las noticias que contiene, me asegura que no ha sido escrita por Alicia y que tú estás muy enfadada con ella.

Comprendo perfectamente tu aflicción y tu enfado. Pero no debes suponer que ninguna de mis hermanas, ni Alicia de la que tan tristemente te quejas, te quieren menos que yo. Es que no son tan reflexivas. No comprenden tu estado de ánimo y la obligación que tienen de contemplarte y cuidarte con más solicitudes y con mayor ternura. Yo les voy a escribir a todas, recomendándoles que se porten mejor. Perdónalas y cree que se compondrán.

Supongo que ya habrás recibido la carta para Casterot y este te habrá atendido debidamente. Notíciame el resultado de esta gestión.

Me parece bien que hayas escogido una casa situada en un barrio sano. Las protestas de las muchachas no son sino eso, protestas de muchachas. Ya se acostumbrarán o si en realidad está en un lugar apartado, pueden buscar diligentemente otra casa que reúna mejores condiciones.

Tu silencio me hace creer que en el Ministerio te han atendido. Esto me alegra. Yo le he escrito a Villanueva recomendándole el pago de tu asignación.

Del Águila no me ha escrito ¿Qué hace?

Te agradezco el recuerdo de mi cumpleaños. Aún está distante. Yo también recuerdo el tuyo y te mandaré un regalito. Entiéndelo bien. Otros les mandaré a las chicas. Que lo entiendan bien.

Besos para todos y para ti un beso y un abrazo de todo corazón.
César

Madrid, mayo, el 30 del 1920

P.D. Dime el número de la casa.

Falcón, César

Carta de César Falcón, 11/5/1929

Madrid, 11 de mayo de 1929
Querido José Carlos:
No puedo decirte en una carta cuanto me propongo decirte de todos nuestros asuntos. Así, te escribiré una serie de cartas. Esta es la primera.
Ante todo, mil gracias por tu cariñoso artículo sobre El Pueblo sin Dios. Me ha parecido admirable. Es lo mejor de cuanto se ha escrito sobre el libro, y lo es, por su justeza en la apreciación crítica y por el acendrado cariño tuyo al tema. Me ha gustado mucho— y ya lo ves— no tengo ninguna objeción a él, cosa también de veras singular.
En estos días estamos en los afanes de constituir la sociedad anónima Historia Nueva para lanzar la revista en octubre. Acabamos de emitir las acciones. Pero queremos colocar un buen número en los países hispanoamericanos para darle así a la empresa una base económica hispanoamericana y no hacerla solamente una empresa hispánica teórica. En el Perú estoy desorientado. No sé a quiénes pedirles su concurso. Por esto adjunto unas cuantas cartas firmadas y sin nombre con otros tantos folletos para que tú me hagas el favor de dirigirlas y enviarlas a quienes te parezcan más capacitados por su actitud espiritual y sus recursos crematísticos para incorporarse en la empresa. Sólo te ruego hacerlo enseguida, porque es necesario colocar todas las acciones cuanto antes.
Te seguimos mandando los libros de la Central de Ediciones y Publicaciones, pero todavía, según me han dicho aquí, no han recibido respuesta alguna de Minerva. Ocúpate en normalizar enseguida todo esto, porque Historia Nueva ha adquirido un gran impulso en estos últimos meses y ya estamos manejando un volumen considerable de intereses. Mi propósito es que Minerva se constituya en nuestro corresponsal en el Perú y se encargue de repartir, propagar y cobrar nuestros libros y publicaciones en las librerías del Perú. Pero, te repito, es indispensable organizar este servicio inmediatamente, porque nosotros estamos distribuyendo ya, entre nuestros libros y los de otras editoriales, cuatro o cinco libros mensuales. Además, queremos tener perfectamente organizado el mecanismo distributor para cuando salga la revista.
Yo voy a regresar a Londres mañana. Pero volveré a Madrid el mes próximo. Te seguiré escribiendo desde Londres.
Cariñosos recuerdos para Anita, besos para tus hijos y lo mismo de parte de Irene y de mi hijo. Te abraza fraternalmente
César

Falcón, César

Carta de César Falcón, 27/4/1929

Madrid, 27 de abril de 1929
Mi querido amigo:
Adjunto tengo el gusto de enviarle el folleto expositivo de la Sociedad Anónima Historia Nueva, en la cual hemos convertido nuestra primitiva empresa. No necesito explicarle a Ud. los detalles de la organización y sus finalidades, porque todos ellos están puntualmente explicados y definidos en el folleto. Sólo le ruego prestarle un poco de atención e interesarse en el propósito.
Nosotros queremos repartir equitativamente la suscripción de acciones entre nuestros amigos de todos los países hispanoamericanos para hacer de este modo una empresa esencialmente hispánica, no sólo en sus tendencias ideológicas y en su labor literaria, sino también en su constitución económica. Con esta misma tendencia hemos solicitado el concurso para formar el Consejo Administrativo, junto a personalidades españolas tan eminentes y tan vinculadas a nosotros espiritualmente como Gregorio Marañón y Luis Jiménez de Asúa, a figuras hispanoamericanas tan sobresalientes y representativas como Manuel Ugarte y Enrique González Martínez, ministro de Méjico en España.
Con este fin, me permito invitarle a Ud. a suscribir acciones y colaborar así con nosotros en nuestro empeño. Le ruego contestarme cuanto antes, pues la suscripción está ya muy avanzada y sólo tenemos disponibles las acciones que hemos reservado para el Perú.
César Falcón

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 14/3/1916

Huánuco, 14 de marzo de 1916

Sra. doña Artemia G. de Falcón
Lima

Querida madre:

Mucho me ha extrañado no recibir carta tuya el domingo y más todavía, si, como no dejarás de comprenderlo, la esperaba ansiosamente. No me explico, a la verdad que puede haber motivado este silencio tuyo. No se si has recibido el dinero y la carta que te mandé antes de Carnaval; no sé como están ustedes, no sé, en fin, nada, nada. Tengo la esperanza, sin embargo, de que el correo de mañana me traiga noticias de ustedes y que el retraso no se deba a ningún impedimento grande.

De mí no puedo decirte nada que no sea tristeza y de desesperación. Sigo tan pobre como anteriormente y más disgustado que nunca. Hace pocos días me consolaba la esperanza de poder ir a Lima en abril próximo. Hoy, en vista de la penuria monetaria, he tenido que abandonar tan grato proyecto y aplazar el viaje indefinidamente.

Quiero pedirte, si aún te mandan "La Prensa", como me lo ofrecieron, que me lo mandes. No paga porte postal y te será muy fácil remitirla. Aquí tengo que pedirme prestado para poder leerlos, pues no he conseguido que me lo envíen gratis. Disculpa la molestia.

Dime en tu carta próxima como marcha la cría de aves y conejos y las nuevas combinaciones que hayan hecho.
¿Se arrepintió Juan de regalarme las tarjeas?

Saluda muy cariñosamente a todos mis hermanos y a Juan. Recibe un fuerte abrazo de tu hijo.

César.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 1/8/1924

1 - VIII - 1924

Querida madre:

Como te dije en mis cartas anteriores, he venido a pasar unos días en Madrid, después de haber estado en Londres ochos meses, trabajando incesantemente y en lucha abierta con la ciudad. En este mes de agosto no se puede estar en Madrid mucho tiempo. Hace un calor horrible. Yo voy a marcharme días a un pueblecito de Portugal y regresaré a últimos de mes.

En tu última carta no me dices nada de Mariátegui. La última noticia que me da es la que está convaleciendo en Miraflores. Ya te he dicho, y te repito, que me hagas el favor de enviarme la mayor cantidad de detalles sobre su enfermedad y, particularmente, sobre su estado actual y las posibilidades que tenga de recuperarse. Te incluyo una carta para él.

Si tienes oportunidad de ver a Roe dile que estoy esperando impacientemente la carta que me ha ofrecido por intermedio tuyo. Yo le escribí desde Londres y todavía no me ha contestado.

El Sr. Delgado, quien me dio la carta para Thol, recomendando a Humberto, debe regresar pronto al Perú, según me dijo en Londres. Me ha ofrecido espontáneamente interesarse por colocar a Humberto. Me dijo que te escribiera tan pronto como llegase a Lima y que iría a verte para ponerse de acuerdo contigo sobre lo que fuera necesario hacer. Es posible que haga algo. Tú, por lo menos, cuando vaya, dale todos los datos que necesite. Ya le he dicho yo que, en caso de que no pueda hacer nada, no te haga perder el tiempo con esperanzas inútiles.

Como me lo dices en tu última carta, te mando tres artículos para: dos para Mundial y uno para El Comercio. Espero que te los admitan y te los paguen todos. Si esto ocurriera puntualmente todos los meses, me parece que con las seis libras de ellos podrías tener para pagar la casa. yo no dejaré de enviártelos con toda puntualidad.

Insisto en mi opinión sobre la casa. Es necesario que procureis resolver cuanto antes la mudanza a una casa modesta y barata. Alicia me ha ofrecido ayudarte en esto y yo estoy seguro que lo hará con muy buena voluntad y cariño.

Ya he tomado el chocolate y el café. Me han gustado mucho. Pronto te mandaré yo a mi vez alguna cosa.

Estoy esperando los retratos de mis hermanas.

Muchos recuerdos para todos mis hermanos y un beso y un abrazo para ti.

César.

No olvidaré, cuando vaya, las ampliaciones de los retratos de tus padres.

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 10/3/1916

Huánuco, 10 de marzo de 1916

Sra. doña Artemia G. de Falcón
Lima

Querida madre:

Una gran inquietud tuve el domingo al recibir tu telegrama. En el primer momento antes de abrirlo, no atinaba a comprender que cosa motivaba, y ¡Claro! solo se me ocurrieron cosas malas. Después, al leerlo, calmó mi desasosiego, más no quedé completamente tranquilo. Mucho me había esforzado por mandarte el giro en tiempo conveniente, para que lo recibieras antes de carnavales, y me apenaba hondamente el que, por la misma fiesta, no la hubieras recibido; pues supongo que sea esta la causa de que no te lo hayan llevado con la puntualidad de siempre.

En cuanto a tus temores los encuentro si bien cariñosos, muy infundados. Si algo me pasase por acá, no habría, por cierto de callármelo. Te lo comunicaría inmediatamente. Esto debe tranquilizarte.

Las fiestas de Carnaval las he pasado como lo preveía: aburrido y triste. Aquí se ha jugado con muy poco calor. La pobreza de estas gentes apenas se les ha concedido el triste placer de arrojarse mutuamente más cascaronazos y ... nada más. Hubo, sin embargo, una fiesta bastante simpática. Fue el sábado. Aquí, nuestro "Don Carnavalón" se llama "Don Calixto". Pues bien, Don Calixto hizo su entrada triunfal el sábado en la tarde y seguido de una nutrida cabalgada y de la multitud. Se pegó con entusiasmo en las calles. El agua […] hizo el gasto, y muy bien hube de guardarme para no sufrir un chaparrón de […].

Después, los días de verdadero carnaval fueron sosos, cansados, asfixiantes de hastío. Mi humanidad se paseó por las calles desiertas procurando distraer su tristeza con las cosas tristes que veía.

Supongo que ustedes lo habrían pasado mejor. Es un consuelo para mí.

Saluda cariñosamente a todos mis hermanos, a Juan y recibe un fuerte abrazo de tu hijo.

César.

P.D.- No dudo que a la fecha hayas recibido ya la carta y el giro. Hago todo esfuerzo por cumplir cuanto antes lo que en la carta […]
Te mando el hilo que me pides. Vale

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 22/3/1916

Huánuco, 22 de marzo de 1916

Señora doña Artemia G. de Falcón
Lima

Querida madre:

Tu carta del domingo ha quedado por lo que a proyecto se refiere, casi nula. Ya no podemos proyectar sobre la base de mi estadía en esta.

No quiero repetirte lo que en mi anterior, que ya lo supongo en tu poder, te digo con respecto a mi separación. La primera noticia, te lo repito, que tuve fue la tuya. En el correo del domingo llegó la comunicación oficial y ayer lunes, muy de mañana, abandoné la oficina. No he dicho a nadie media palabra de la opinión que se merece el proceder de los que han intervenido en hacerme reemplazar. He juzgado más conveniente no decir nada. Ya será oportunidad para hacerlo. A ti sola te digo que tal acto no es sino una nueva villanía de quienes nunca esperé otra cosa. Por esto, ni me extraña ni indigna.

A la fecha me preocupo de preparar las maletas, digo, los escasos trabajos que forman mi raído equipaje. Salgo de aquí son mortificación ninguna, antes bien, […] agrado por verte y con el regocijo de muchas atenciones recibidas de personas a quienes bien quiero y que me las han prodigado con mayor cariño y en esta ocasión.

Yo llegare tras esta carta. No te fijo el día porque yo mismo lo ignoro. Presumo que sea dentro de seis o siete días; es decir, en los primeros de abril.

Ya hablaremos largamente cuando esté junto a ti. Por ahora, recibe muchos y muy cariñosos para todos mis hermanos, para Juan y un fuerte abrazo para ti de tu hijo.

César

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 17/10/1919

Kingston, 17 de octubre [1919]

Querida madre:

Hasta ahora viajo con mucha felicidad. He navegado diez días sin la menor molestia. Dentro de tres días más llegaré a Nueva York.
Durante el viaje solo me entristece el haberme separado de ti y de mis hermanos. En todo instante pienso en ustedes y me consuela de la pena de nuestra separación la seguridad de que todos ustedes se encuentran perfectamente bien.

Del Aguila me ofreció trasladarse el mismo día de mi partida a la casa. Espero que así lo haya hecho y que ustedes estén tan satisfechos de él, como él de ustedes.

Escríbeme al Consulado del Perú en Madrid-España. Dame noticias completas y minuciosas de esa.
De Nueva YorK te escribiré más largamente
Un abrazo para ti, un besos para cada uno de mis hermanos y un cariñoso saludo para Juan.

Tuyo con el corazón.

César

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 9/11/1919

Nueva York, 9 de noviembre de 1919

Querida madre:

Ayer he recibido carta tuya. A pesar de encontrarla muy lacónica la he leído con mucho gusto, sobretodo porque me anuncia que tú y todos mis hermanos están perfectamente bien. Siento mucho que Juan no estuviese aún restablecido y espero que cuando esta llegue a casa ya se encuentre bien.

Del Aguila me ha escrito y me ha proporcionado una gran alegría al decirme que esta muy a gusto en casa y muy contento del trato de ustedes.

Mañana salgo para París. Aquí he tenido que estarme más de veinte días por falta de barco. Recientemente ha habido una gran huelga de trabajadores de los muelles que ha impedido la salida de los vapores. Mas de veinte mil pasajeros nos hemos encontrado detenidos por esta causa. Felizmente yo he encontrado pasaje en un de los primeros busque van a zarpar para Europa.

El dieciocho o veinte de este mes estaré en París. Quince o veinte días más me trasladaré a Madrid. Al llegar a España espero encontrar carta tuya.

A ti, a cada de uno de mis hermanos, a Juan y a Del Aguila les mando una álbum de vistas de Nueva York. Hubiese querido mandarles objetos de más valor, pero todo, hasta lo más insignificante, cuesta aquí muy caro. En París, me parece, que las cosas serán más baratas y podré mandarles algo bonito, a menos que me desmonetice en el viaje. En este caso, el regalo irá de Madrid.

Dale a Del Aguila dos libras para que cumpla un encargo que le he hecho. Como supongo que te harán falta para tus gastos, oportunamente te mandaré una carta y un recibo para que cobres los artículos que estoy escribiendo para "El Tiempo" y te reembolses.

Del Aguila me dice que la […] para Humberto está a punto de conseguirse. Avísame lo que haga al respecto para, si es necesario, escribirle a algunas personas.

Besa a todos mis hermanos, saluda a Juan y a Del Aguila, y tu recibe un abrazo de hijo.

César.

P.D. No olvides mandarme los recortes del cuento "Mi hermana Jacoba". Dale dos retratos míos a Del Aguila.

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 27/11/1919

París, 27 de noviembre de 1919

Querida madre:

Desde el viernes último estoy en París. Llegué a las once y media de la noche. Tomé un cuarto en un hotel vecino a la estación, me acosté enseguida.

He llegado a París después de navegar once días en el Atlántico. El sexto y séptimo días nos tocó un mar tempestuoso; pero a bordo de nuestro buque el "Sajonia", no ocurrió nada particular, como no sea el mareo de unas cuantos pasajeros. En general la navegación fue buena, salvo las molestias que nos ocasionaron varios migrantes italianos, turcos, griegos y moros, enriquecidos en Nueva York, que regresaban a sus patrias. Toda esta gente ha podido reunir en Estados Unidos muchos miles de dólares, pero no ha logrado alcanzar el más […] grado de educación.

París está en crisis. Todo, hasta lo más insignificante, cuesta cientos de francos. Por un terno piden trescientos francos, por un par de zapatos cien y así por lo demás. Los artículos para mujeres están caros como los de los hombres.

Hay una gran escasez de carbón. Todos los cafés y restaurantes se cierran a las doce de la noche. Después de esta hora no hay donde tomar ni una taza de té.

Sin embargo, en la ciudad hay una alegría desbordante. Cientos de muchachos, empleados y obreristas, pasan todas las tardes por los boulevares cantando entusiasmadamente. Aquí no se puede estar triste. Hasta quien insulta lo hace con alegría.

Mañana voy a recorrer las tiendas para adquirir algunos regalos para ti y mis hermanos. No sé todavía lo que pueda comprarles. He visto los apuntes de ustedes y para comprar sus encargaos necesitaría dos mil francos. Pero no se entristezcan. Hoy les mandaré un regalito insignificante. Pero más tarde, de Madrid, les enviaré otros de más importancia.

Supongo que a la fecha ya habrás arreglado con Ruiz Bravo y me habrás escrito a Madrid dándome informes cabales del arreglo. Tú no puedes olvidar que este punto me interesa grandemente.

No puedes imaginarte la ansiedad que tengo por llegar a España para recibir carta tuya. Aunque el cálculo de la distancia y los itinerarios de los correos me dicen que solo puedo encontrar una o dos, me hago la ilusión que son más y me desespero por leerlas.

La semana entrante, posiblemente el lunes, partiré para Madrid. Podría llegar en un día, pero tengo que detenerme en un pueblo del camino para visitar a Pío Baroja. De todos modos, el miércoles o jueves estaré allí y no me moveré de Madrid en menos de dos meses.

Abraza cariñosamente a todos mis hermanos, saluda a Juan y a Del Águila, y tú recibe un beso y un abrazo cordiales de tu hijo.

César

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 24/1/1924

Londres, 24 de enero de 1924

Querida madre:

Te adjunto un artículo para Mundial. Supongo que habrán publicado los anteriores y que te los habrán pagado puntualmente. Yo no descuidaré mandarte los dos que debo escribir cada mes.

No hagas caso de lo que te digan sobre mi situación en Europa. Nadie la conoce mejor que yo y si algo me ocurriera, a ti sería la primera que se lo diría. Aquí no se vive como en el Perú. No se deporta así no más a nadie ni yo doy motivo para que lo hagan conmigo. Eso que te ha dicho Mariátegui es una tontería. Está perfectamente tranquila y creo que en cuanto pueda, creo que no será más allá del año próximo, iré a Lima, aunque no sea más que a pasar uno o dos meses contigo.

En estos días he leído en los diarios que han estallado cuatro bombas ante el palacio de gobierno. También dicen que han apresado a más de doscientas personas. No sé si entre estás estará Mariátegui y Valle y si uno de los periódicos que han suspendido es la revista que ellos se proponían publicar. Espero nuevas noticias.

Me parece una tontería de Alicia querer tomar una casa de alquiler superior a nuestros recursos. Es necesario que se convenza, ella y todos mis hermanos, de que nosotros somos muy pobres y debemos vivir de acuerdo con nuestra pobreza. Busca en el día un departamento barato y limpio, que cueste lo que puedas pagar, y múdate. Es preferible vivir en una casa pobre y tranquila a aparentar estúpidamente una situación que en realidad no es la nuestra. Estas cosas no debía ni decírtelas. Espero que ninguno de mis hermanos insistirá en su propósito.

Todavía no ha llegado el café.
Muchos recuerdos para todos mis hermanos y un beso y un abrazo muy cariñosos para ti.

César.

Averigua en el correo por mis cartas, porque después de la fecha que tú dices yo te [he] escrito varias veces, certificadas o no. Me resisto a creer que se roben las cartas que te dirijo. Pero si ocurre así, tomaré inmediatamente las medidas necesarias para evitarlo. Dime enseguida lo que haya en este asunto.

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 19/2/1916

Huánuco, 19 de febrero de 1916

Sra. doña Artemia G. de Falcón
Lima

Querida madre:

El domingo ha sudo un gran día para mí por haber recibido carta de todos ustedes. Las he leído con verdadero cariño y, en estos momentos, solo me aflige el no poder contestar a todas.

Te mando un giro de treinta soles. Todos los esfuerzos que he hecho por remitirte uno de cincuenta, como era mi deseo, han resultado estériles. Este mismo que te mando me cuesta gran trabajo el haberlo conseguido. Espero a mediados de mes poder mandarte quince o veinte soles más. Ten un poquito de paciencia. Yo también estoy tan mal como tú. Figúrate: hoy al hacer mi cuenta en la tesorería resulta que debo ¡200! soles. Es decir, el sueldo de abril y mayo y más veinte soles. Por lo pronto, para remediar el déficit, he iniciado un sistema de lo mas […] economía. De esta manera, pienso componerme en dos meses siquiera.

Le agradezco a Juan el obsequio que me hace de las tarjetas. Bien las necesito. Si aun no las han hecho, me gustarían que fuesen en letra versalita y solo dijeran: Falcón. Es la forma que más me agrada.

En cuanto a los zapatos, yo la verdad, no puedo comprárselos porque no tengo dinero. Decirle que me los mande es engañarlo, pues no tengo pagárselo. Si pudiera con mucho gusto las compraría.

Haré todo esfuerzo por mandarle a Teresita la que me pide. No garantizo cuando. Mi situación no me permite asegurar nada.

Saluda muy cariñosamente a todos mis hermanos, a Juan y recibe un fuerte abrazo de tu hijo.

César.

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 22/2/1916

Huánuco, 22 de febrero de 1916

Sra. doña Artemia G. de Falcón
Lima

Querida madre:

Te agradezco mucho el envío de los periódicos, aunque a la verdad, habría preferido que solo me hubieras mandado un número, pues no dejo de apreciar el sacrificio que habrás hecho para comprar la colección íntegra. Los estoy leyendo poco a poco y me divierten lo increíble.

No te engañas al juzgar mi situación. Es muy mala, pésima. Al punto de asustarme a mi propio. Por conseguir remediarla vivo hace fecha dentro de la más severa economía y torturado en veces por más de una privaciones.

En cuanto a la escasez de ropa tampoco estás errada. Muy poca y casi irreconocible es la que tengo. Felizmente, la pobreza […] tiempo me enseñó a disimular lo mejor posible la carencia de indumentaria, y hoy con lo aprendido y un poco de curiosidad, puedo ocultar algo, no mucho, mi acefalía vestuaria. Me aflige no más lo que esto no puede durar mucho y, entonces, incentiva la curiosidad y dineros habrán. Dicho la última palabra. Cuando esto suceda nos ocuparemos en remediarlo.

El viaje a las tierras de provincias ha quedado completamente sin efecto. Aquí ya no la aceptamos ni como posibilidad. Lo siento, porque he pedido un mes de ahorros, que mucho lo necesitaba . ¿Es o no estar de mala?

Con afectuoso saludos para todos los hermanos y para Juan, se despide abrazándote cariñosamente tu hijo.

César.

Nota: Hago lo posible por mandarte la mensualidad en el correo del martes veintinueve.
Vale.

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 17/3/1916

Huánuco, 17 de marzo de 1916

Señora doña Artemia G. de Falcón
Lima

Querida madre:

Ayer he recordado a Teresita con mucho cariño. La penuria monetaria en que me encuentro no me ha permitido hacerle un telegrama de felicitación, siquiera bésala en mi nombre.

El día por otra parte, se me presentó fatal. Lo primero que leí al entrar a mi oficina fue tu telegrama, anunciándome el nombramiento de mi reemplazo. No creas que me disgustó. He tenido una gran satisfacción. […] fecha que asociaba salir, mas que de esta tierra insulsa, del maldito puesto este, causa de muchos sin sabores para mí: una sola cosa me ha herido hondamente, el procedimiento que han empleado para sacarme. Yo nunca manifesté deseo de conservar destino tan antipático. Por el contrario, ya de anterior oportunidad hice renuncia de el y entonces se negaron a aceptarla con un jesuitismo y un engañoso afecto, que si antes pudo darme pena y decidirme a permanecer aquí, hoy me provoca nauseas. La vilesa de esta gente es inconcebible. Me han acechado en la sombra para asestarme el golpe certeramente. Yo nunca lo merecí. Eran muy dueños de quererme o no, pero estaban obligados a decírmelo. El puesto, a ti te hablo con el corazón en mis palabras, no me importa, lo respeto. Gustoso lo habría dejado en cualquier momento. [...] Solo he pedido consecuencia y lealtad para quien, como yo, siempre las tuvo para ellos. Si yo no tenía ningún problema para renunciar ¿Por qué han maniobrado a mi espalda sorpresivamente? Algunos detalles me delataron el juego con anticipación. No quise decir nada; no lo diré ahora tampoco. Es más digno desprecia a los que de tal manera proceden. Solo espero que comuniquen oficialmente mi destitución, para entregar el cargo y marcharme. Tal vez cuando esta se halle en tus manos, yo habré emprendido viaje. Cuanto antes mejor. Necesito salir de este ambiente de miseria, de bilis nauseabundo y emponzoñado, que en envenena mi espíritu.

Hasta este instante no tengo más notocia de mi separación que tu telegrama. Lo agradezco muy sinceramente. Tú, lo supongo, debes alegrarte también de mi salida de aquí. Puede que me sea salvador.

Tengo fundadas sospechas de que el Dr. Durand no ha tenido participación en este acto. Lo comprobaré en Lima. Por ahora, mi desprecio todo, altivo y grave, es para este imbécil del Prefecto, a quien por despreciarlo más, no diré una sílaba al respecto y de que ni siquiera me despediré al partir. Me daría asco estrechar la mano.

Perdona que te haya hablado con tan agrio tono. Era preciso que dijera a alguien mi indignación y a nadie como a ti madre mía, a quien puedo hablar sin temor y con franqueza. Mas te diré cuando llegue. Aquí por ahora, sonrío a todos y guardo muy bien de enseñar a mi conciencia.

Saluda con mucho cariño a mis hermanos y a Juan. Recibe un abrazo de tu hijo.

César.

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 31/10/1919

Nueva York, 31 de octubre de 1919

Querida madre:

Te escribo a las ocho días de haber llegado a Nueva York. Antes lo hubiera hecho, pero la falta de barcos, ocasionada por la huelga de los trabajadores de los muelles, había hecho que mi carta llegara a ti a la misma oportunidad.

Actualmente estoy preparando un viaje a Europa. Hasta hoy me detiene aquí la falta de vapores. Sin embargo, espero salir en dos o tres días más y llegar a París el catorce o quince de noviembre.

Hora por hora pienso en ti y en todos los de la casa. Me aflige no tener ninguna noticia de ustedes. Anhelo vivamente llegar cuanto antes a Madrid y encontrarme allí con cartas tuyas. Entretanto, me consuela la confianza de que tú y todos los de la casa se encuentren perfectamente bien.

Escríbeme constantemente. Cuéntame todo lo que ocurre en esa. De este modo me parecerá estar siempre al lado de ustedes y podré así consolarme de la soledad dolorosa de estas ciudades tan llenas de gente, tan luminosas y, para mí, tan vacías.

Hasta hoy viajo con mucha fortuna. Los ocho días de navegación de Colón a Nueva York los pasé sin ningún contratiempo. De igual manera espero viajar a Europa.

A Nueva York, a pesar de su grandeza la encuentro una ciudad sin gran interés. Aquí todo el mundo trabaja afanosamente. Hay siete millones de personas que no tienen otro anhelo ni otra ambición que las de ganar dinero. Y entre el bullicio babilónico de los que corren desenfrenadamente tras el otro, los que no hemos venido a ganar dinero ni sabemos inglés, nos sentimos completamente abandonados.

Nueva York, por otra parte, cobra muy caro la vida. Yo he podido instalarme con comodidad por haber tenido la suerte de encontrarme al desembarcar con un joven peruano, quien me ha orientado eficazmente.

Todos los días me encuentro en el consulado con muchos peruanos. Días pasados almorcé con Don Isaías de Piérola y estuve con él hasta las cinco de la tarde. Después nos hemos encontrado varias veces.

He buscado mucho algún objeto precioso para mandarles, pero aquí todo es muy caro. De París o de Madrid les haré obsequios.

Supongo que Del Aguila se habrá aclimatado ya a la casa. Me ofreció trasladarse a mi cuarto con todas sus cosas y bagajes, y no tengo motivo para dudar de su ofrecimiento.

Creo también que Juan estará completamente restablecido. Y creo más aún creo que no tendrá la insensatez —criminal en un hombre de su edad— de provocar una recaída.

Dale a cada uno de mis hermanos, desde la más grande hasta el más chico, un beso en mi nombre, saluda afectuosamente a Juan y a Del Aguila, y recibe tu un fuerte abrazo de tu

César

P.D. Te escribiré nuevamente antes de salir de Nueva York

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 3/3/1916

Huánuco, 03 de marzo de 1916

Sra. doña Artemia G. de Falcón
Lima

Querida madre:

La carta que con esta te contesto es la recibida el último miércoles.

Aquí me tienes en vísperas de carnaval, frente al entusiasmo de las gentes que se preparan a jugar enloquecidamente, sufriendo por no secundarlas por la falta de dinero. Voy a pasar mis fiestas bastante aburridas, no obstante tengo varias invitaciones. Creo que no asistiré a ninguna de ellas.

En carta anterior, que habrás recibido ya, le contesto a Juan respecto a la compra de los zapatos. Siento no comprárselos, pero mas lo sentiría si se los comprara perjudicándolo.

Te he mandado un giro de treinta soles por el correo del martes. Espero mandarte algo más a mediados de mes.

Aun no se si pueda ir a Lima en abril. Lo más probable, casi seguro, es que desista del viaje, porque no tengo dinero para realizarlo. Tú los sentirás mucho y yo más, pues tengo vivísimos deseos de ver a todos ustedes. No pudiendo ir en abril, procuraré hacerlo lo más pronto posible. Te lo comunicaré oportunamente.

Saluda cariñosamente a todos mis hermanos, a Juan a Arenas. Recibe un fuerte abrazo de tu hijo.

César

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 28/12/1915

Huánuco, 28 de diciembre de 1915

Sra. doña Artemia G. vda de Falcón
Lima

Querida madre:
El domingo, muy a la una del día, recibí tu carta y la encomienda que me mandaste. Tiene un gusto indescriptible. Todo lo que me has mandado ha venido con una gran oportunidad. Los zapatos me llegaron en un momento en que los que tenía puestos amenazaban quedarse por pedazos en la calle. De pañuelos también estaba escaso y el cariñoso obsequio de Alicia me llenó de emoción por el tierno recuerdo que el significa y de gratitud por la utilidad que las especias tienen para mí. Y de igual manera los demás obsequios que tu me remites: el corazón que, entre paréntesis, no creo sea el tuyo, porque este yo bien lo sé, no es tan duro; la corbata, muy bonita y útil; el calzador y el delicado recuerdo de Teresita que me vino en carta en anterior. A todas les agradezco en el alma.

Te agradezco también el que me hayas mandado los libros.

Te incluyo dos giros postales de veinte soles cada uno. Te los mando así para que te los paguen, pues me dicen que cuando son de un valor no los pagan por falta [de di]nero. Ha sido esta la única [...] de conseguir plata que he tenido. Estoy en una situación angustiosa. Debo a la Tesorería Fiscal más de ciento cincuenta soles todavía. Felizmente el cajero es muy amigo mío y muy buena persona, y no dejará de darme para mandarte y para vivir yo. Por tal circunstancia, aunque con hondo dolor, no te mando sino cuarenta soles. Espero, según mis cálculos, acabar de satisfacer lo que adeudo a la Caja y las mensualidades más, y entonces te remitiré dinero con más largueza. Ahora, tú y yo, estamos tan mal que debemos dedicarnos a capear el temporal de cualquier manera.

Lo que parece que sea una solución a tu pobreza el que Alicia se destine. En nada la aliviará, por lo exiguo de los sueldos que pagan a las empleadas y, en cambio, la pobre se sacrificaría inutilmente.

A Juan pienso escribirle por el próximo correo reprochándole su conducta y encareciéndole se modifique. Entretanto, tú hazle sabe mi disgusto y la confianza que abrigo en que sabrá reformarse, conforme me lo promete en sus cartas.

Saluda con todo cariño a mis hermanos, a quienes como a ti, deseo con todo el corazón pasen unas pascuas y año felicísimos. Saluda a Juan.

Recibe un fuerte abrazo del alma de su hijo.

César.

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 11/2/1916

Huánuco, 11 de febrero de 1916

Sra. doña Artemia G. de Falcón
Lima

Querida madre:

Tu última carta es del correo de anteayer. Te lo digo así, porque es la única forma de distinguirlas desde que tú has dado en la fresca manía de no fecharlas. Esto, después de todo, no vale nada. Lo importante es que me escribas puntualmente. Por lo demás no te presiones.

Tu carta del miércoles me ha habla de una pobreza que yo no ignoro. La sé perfectamente y si me aflige el saberlo, mucho más me entristece el no poder remediarla. Yo confío en el tiempo. Con el vendrá el alivio y la holgura. Suframos y esperemos.

El famoso viaje a las tierras de provincias parece que se esfuma. Hasta ahora, y ve la que es, no has autorizado para emprenderlo. Pensado mejor que el otro día, siento el no realizarlo. Aquí no puedo vivir. Se gasta mucho y cada día mis cuentas van siendo mayores. El viaje significa, pues, para mí una tregua de un mes, en la que podría, gastando lo menos posible, ahorrar hasta el punto de saldar mi deuda. Por mucho que gastase en las provincias, siempre sería menos, muy menos, delo que gasto aquí, donde los compromisos me asedian sin que pueda eludirlos.

No te digo nada del envío de la mensualidad porque supongo que ya lo habrás cobrado.
Saluda muy cariñosamente a todos mis hermanos, a Juan y recibe un fuerte abrazo de tu hijo.

César.

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 31/12/1915

Huánuco, 31 de diciembre de 1915

Sra. Doña Artemia G. vda de Falcón
Lima

Querida madre:
El miércoles, anteayer, recibí carta tuya. Gran contento.

Los zapatos los recibí el domingo último. Ya te lo anuncié por carta anterior.

Me he dado un gran chasco. El lapicero se me figuró en un principio calzador. La rectifiqué. Agradezco a Juan el obsequio.

Aunque disgustado, sobretodo por estar lejos de ustedes, tendré que estar algún tiempo por aquí. Posiblemente, si antes no me botan, iré por abril. Pienso pedir permiso, pretexto de enfermedad.

Como la pascua, el año se [...] se me presenta hondamente triste: sin un centavo y en esta tierra donde no hay ningún festejo. Hay que resignarse. Otras épocas vendrán mejores.

Te mandé cuarenta soles. Perdona que haya sido tan poco, pero madrecita mía, esa misma cantidad muchas inquietudes me ha costado conseguirla. Confío en un próximo cambio de la situación —cuando acabe de pagar lo que debo—, y, entonces, a todo nos irá sino bien, de mejor manera.

Con toda el alama deseo que tú y mis hermanos pasen un buen año nuevo. Siquiera con tranquilidad y contento.

Saluda cariñosamente a mis hermanitos, bésalos por mí en este día de año nuevo, regocijado para ellos que bien pueden vivir sin zozobras ni desazones. Saluda también a Juan, de quien espero haya mejorado en mucho su conducta.

A ti, madre del alma, te mando un abrazo y un beso del corazón.

Tu hijo

César.

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 15/2/1916

Huánuco, 15 de febrero de 1916

Sra. doña Artemia G. de Falcón
Lima

Querida madre:

Tu carta del domingo me dice que ya recibiste los giros. He tenido un gusto y este será mayor cuando sepa que te los han pagado como supongo haya ocurrido a la fecha.

El viaje ha terminado por no ser si no una ilusión. Hasta ahora no hay nada resuelto y me parece muy difícil que lo llevemos a cabo. No sé si alegrarme o entristecerme.

He sentido mucho la muerte de Alejandro Arenas, de la cual me enteraron los periódicos. Saluda cariñosamente a Alfredo y exprésale mis sentimientos de condolencias por la desaparición de su hermano.

Aún continúa afligiéndome la misma pobreza. No hallo medio de remediarla. Voy creyendo que es incurable.

Teresita también me ha escrito por el correo último. Siento no poder contestarte hoy. Las obligaciones de la oficina absorben todo mi tiempo y no me dejan expansionarme ni con ustedes, a quienes quisiera contar minuciosa y largamente todos los detalles de mi vida en esta. Ya procuraré yo, en próximo oportunidad, contar la tiranía del trabajo y responde punto por punto a las muchas cartas que de ustedes he recibido.

Entretanto, saluda muy cariñosamente a mis hermanos y a Juan.

Recibe un fuerte abrazo de tu hijo.

César.

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 7/1/1916

Huánuco, 7 de enero de 1916

Sra. Doña Artemia G. de Falcón
Lima

Querida madre:

Por dios nada nuevo tengo para contarte. La misma vida monótona sigo pasando, sin distracciones ni entretenimiento, ¡ni porque estos últimos fueron días de fiesta! Lo mismo, siempre igual [...]. En fin, abrigo la esperanza de desquitarme cuando llegue a Lima.

Espero que ustedes hayan pasado el año nuevo con alegría y regocijo. Solo me mortifica el no saber hasta ahora si has recibido los giros que te mandé. Me preocupa por la irregularidad que, según se dice, [...] en el correo para el pago de esta clase de documento. Tú me avisarás lo que haya sido.

¿Qué es de la vida Alicia? ¿Y la de Antonieta? Parece que se han olvidado de escribirme. Diles que no se preocupen de la ortografía. Esto es lo de menos. Anhelo vivamente aliviarme y salir del cúmulo de deudas que me abruma, para mandarles un regalito. No pierdan la esperanza. Ya retomaré los obsequios de la encomienda. Esperen, esperen... La paciencia gana al cielo.

No olvides andar la carta a Rueste García. Tengo especial interés en recibir la contestación lo más pronto posible.

Saluda muy cariñosamente a todos mis hermanos y a Juan y a [...], de quienes hace fecha no tengo noticia ninguna.

Si te resuelves a mudarte avísamelo anticipadamente, expresándome las buenas condiciones y comodidades de la casa.

Recibe un abrazo fuerte, muy fuerte, que te mando con el corazón tu hijo.
César.

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 11/01/1916

Huánuco, 11 de enero de 1916

Sra. doña Artemia G. de Falcón
Lima

Querida madre:
Te escribo esta carta estremeciéndome de inquietud. Desde tu última del domingo 2 no he recibido ninguna carta tuya y esto me tiene hondamente afligido. El miércoles no me extrañó que no tuviera carta, porque casi nunca las recibo en estos días, pero el domingo último tuve una gran contrariedad al saber que tampoco en este correo me habías escrito. Consuela un tanto mi desasosiego, la esperanza de tener mañana noticias de ustedes. Si así no fuera... me entristece mucho el suponerlo siquiera. Confío plenamente en que vendrán, y te suplico, una vez por todas, que no dejes de escribirme, aunque solo sea por los correos de los domingos, ya que en ellos encuentro mayor comodidad.

Aparte de el no saber de ustedes, era causa también de mi inquietud el ignorar hasta ahora si has o no recibido el giro postal que te envié. Supongo en ratos, con dolor en el alma, que tu pobreza ha llegado hasta no tener para estampillas. No lo creo. Los giros te los tienen que haber pagado. Esta es mi ilusión y con ella me encariño ardientemente. Creer lo contrario, me costaría mucha tristeza.

Esta vez no tengo otro afán que el de pedirte que me escribas, que me escribas puntualmente. Por esto solo te digo: ¡escríbeme, escríbeme y escríbeme! ¡Cuidado con no hacerlo regularmente!.

yo estoy bien, en cuanto a salud de los demás, de lo que tú sabes... mejor no hablemos.

Saluda muy cariñosamente a todos mis hermanos y a Juan.

Recibe un abrazo muy tierno de su hijo.

César.

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 14/01/1916

Huánuco, 14 de enero de 1916

Sra. doña Artemia G. de Falcón
Lima

Querida madre:

Como lo esperaba y te lo anuncié en mi anterior al lamentar tu silencio, recibí carta tuya el miércoles último. He tenido un gusto inmerso. No olvides escribirme puntualmente, en lo sucesivo.

Mi ida en abril, depende de muchas circunstancias. Primeramente —esto es lo esencial— pienso pedir licencia, pretextando enfermedad, para lo cual espero conseguir de uno de mis amigos médicos de acá un certificado en tal sentido. Esto es primordial, porque así puede reclamar que me den pasajes de ida y vuelta, y me paguen mi sueldo. En otra forma no lo lograría. Depende también, de que haya terminado de pagar lo que debo a la tesorería, pues, solo en esta condición, podría pagarme el sueldo íntegro. Yo confío en salir de mis deudas en marzo, aunque, como no te ocultará, ellas van siendo mayores cada día, por las muchas necesidades que tengo que satisfacer. Si consigo estas cosas, mi ida es segura. En caso contrario, tendré que renunciar a verte hasta más tarde, con profundo dolor. Ni te mortifiques, sin embargo yo estoy casi seguro de conseguir todo esto.

No echaré en saco roto el pedido de Humbertito, a quien, por otra parte, como a todos mis hermanos, envío muchos cariños.

Me satisface la manera como has arreglado la cuestión de la casa. Yo la dejé encomendada a ti, y puesto que te conviene el arreglo hecho, bien hecho está. Tú eras la única interesada y a ti correspondía solucionar el asunto. Espero que te sea para tranquilidad.

Me alegro y mucho que hayas recibido los cuarenta soles que te mandé. En cuanto pueda te volveré a mandar dinero.

Mucho te agradezco el regalo que, según me anuncias, me enviarás próximamente.

Yo sigo pobre y ... pagado con excedo. Saludo a mis hermanos, a Juan también, y para ti, un fuerte abrazo de tu hijo.

César.

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 18/01/1916

Huánuco, 18 de enero de 1916

Sra. doña Artemia G. de Falcón
Lima

Querida madre:

Como para restituirme de las faltas en los correos anteriores, por el último recibí dos cartas tuyas. Las he leído con mucho placer y me ha complacido mucho el que hayas encontrado pocas dificultades para cobrar los giros que te envié.

Yo estoy acá como antes: con salud y deudas. Esto va de mal en peor, y si un acontecimiento imprevisto no lo modifica, no se me ocurre la manera de remediarlo. Sin embargo, lucho ardientemente, amparándome en la esperanza de quedar en marzo sin un centavo de deuda. Hacia este fin tienden ahora todos mis esfuerzos. Espero conseguirlo.

Por el correo pasado le escribí a Alicia. Fue una carta dura y enérgica como convenía para castigar su indolencia de pedirme contestación a las tuyas ... ¡No faltaba más!.

La carta de Antonieta, salvo su ortografía, me hizo mucho bien. Le agradezco en el alma que se haga acordado de mí. ¡Ya era tiempo!

Teresita es las más consecuente. Me escribe con frecuencia y yo te estoy muy agradecido exprésale mi cariño. Igualmente a Humberto, que también me escribe, a su especial manera, con asiduidad.

A Jorgito abrázalo así mismo en mi nombre. Su silencio no me reciente. Conozco la causa. Ya me lo dirá todo cuando vaya.

En lo que haré a Juan, pienso contestarle su última carta por el correo próximo. Hoy no lo hago por falta de tiempo. Salúdalo.

Tu pobreza no me ha sorprendido. La conozco muy bien y mucho me aflige no poderla remediar en el día. Confío en tiempos mejores por venir.

El corazón de Jesús que me has mandado lo conservo sobre mi propio corazón. Es el más tierno recuerdo tuyo.

Meza no me ha contestado mi carta. Por esto no he vuelto a escribirle.

¿Qué es el de El Mosquito?

Recibe un fuerte abrazo de tu hijo
César.

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 21/01/1916

Huánuco, 21 de enero de 1916

Sra. doña Artemia G. de Falcón
Lima

Querida madre:

Ya me he acostumbrado a no recibir carta tuya en los correos de los miércoles. Por esto no te digo y menos te reprocho el que en el último no haya tenido ninguna.

Ayer, jueves, fue un día de fiesta acá. Era el aniversario de San Sebastián, patrón del pueblo, y los lugareños se dieron a festejarlo. Fue una celebración a la usanza de aquí: sin entusiasmo popular ni diversiones de relieve. Dos castillos fuegos artificiales, quemados sucesivamente en las noches del miércoles en la del día del santo, constituyeron, como una exigua adorno de las plaza principal, todos los números del programa festejatorio.

Yo presencié tan atrayente espectáculo desde un balcón de la plaza, en casa de una familia amiga. Estoy gratamente impresionando de la fiesta. Créemelo. Hay motivo para estarlo comparadas las de San Sebastian con las realizadas en honor de la pascua y año nuevo, han sido excepcionales.

Hoy y pasadas las flamantes diversiones, he vuelto al trabajo, muy grande por cierto, de esta Secretaría, que ya me va cargando y así seguiré hasta que Dios.y el gobierno quieran. Esto, es una súbita determinación, que estimula la tristeza de no estar junto a ustedes y la ninguna expectativa que el cargo me ofrece, no provoca antes una salida anticipada. Mi situación económica me detiene. Estoy cada vez peor de dinero y sin esperanzas definidas. En fin... lo que sea sonará. Lo espero y callo.

Dame noticias detalladas de tu vida, de todo lo que te ocurra, de lo más mínimo. Para mí es un gran consuelo, porque, solidarizándome con sus más pequeños pesares y alegrías me acerca a ustedes, hasta hacerme olvidar la distancia que nos divide y discutir en el rostro el calor sano y agradable de nuestro hogar.

Saluda cariñosamente a todos mis hermanos, a Juan y recibe un fuente abrazo de tu hijo.

César.

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 1/02/1915[1916]

Huánuco, 1 de febrero de 1915 [1916]

Sra. Doña Artemia G. vda de Falcón
Lima

Querida madre:

Mucho, muchísimo, siento no poder remitirte hoy tu mensualidad. Un inconveniente de última hora me relega a proteger el envío hasta el próximo correo. El administrador de correos se ha negado a darme los giros hasta mañana, diciéndome que solo puede darlos hasta las cinco de la tarde de la víspera de la salida del correo. Por esta circunstancia, me veo precisado a no mandarte nada hoy, con hondo sentimiento. En el correo del viernes te lo enviaré, sin falta. Ten paciencia. Es cuestión de tres días más.

El domingo recibí dos cartas tuyas. Tu pobreza me entristece profundamente, y más todavía, porque me encuentro en la desesperante imposibilidad de remediarla como quisiera. Las mismas penurias que te afligen, sufro yo. Mi estrechez monetaria es, según vas las cosas, irremediable. De nada me ha servido el aumento de sueldo, pues, aquí como allá, no me faltan días en las que no
tengo un centavo, y, lo que es peor, aun no me es dado atenderte con la holgura indispensable. Siempre lo mismo, lo mismo, y a decir verdad, sin esperanza, mientras permanezca aquí, de mejorar. No obstante, yo tengo la ilusión de que pronto me vendrán épocas mejores.

Todavía no tenemos determinado el viaje a las provincias. Solo eso puedo decirte, un proyecto, pero un proyecto con muchas probabilidades de realizarlo. Los preparativos se llevan a cabo en constante actividad. A la fecha, salvo pequeños asuntos de última hora, solo me falta montar. Como te lo he ofrecido, te avisaré mi partida oportunamente.

Cabe decir, espero arreglar mi viaje a Lima a mi regreso de las provincias. Confío en que todo me saldrá bien.

Pronto contestaré las cartas que debo. Que no desesperen los interesadas.

Saluda muy cariñosamente a todas mis hermanas, a Juan y a [] y recibe un fuerte abrazo de tu hijo.

César.

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 4/1/1916

Huánuco, 4 de enero de 1916

Sra. Doña Artemia G. de Falcón
Lima

Querida madre:

El domingo recibí carta tuya. Para más señas, está escrita por Teresa. ¿Qué le ha pasado a tu escribiente Alicia?

He sentido, y se me apena aun la noticia esa de tu enfermedad. No debes descuidarte. Sométete a un régimen curativo riguroso. La salud es sobretodo, y no es caso de [...] una enfermedad sería por solo descuido. Debes acudir al médico inmediatamente.

Por lo que me dices parece que Juan va entrando en el carril de la formalidad y la circunspección. Lo celebro mucho.

Yo sigo acá en las mismas condiciones. Una pobreza espantable y un aburrimiento soberano. Ya veremos como se compone la tarde.

Me alegro mucho que te haya gustado el café. He sentido no poder mandarte más. Así que [cuando] pueda lo haré.

Agradezco muy de veras a todos mis hermanos sus cariñosos saludos de año nuevo. Los [...] emocionado.

La corbata es muy bonita y me la he puesto con mucho gusto. Sin embargo, te agradecería que me mandases otra. Una sola no basta La que mandes, que sea negra y para hacer listón. Tengo preferencia por estas. Las largas están fuera de mis aficiones. Tú lo sabes bien.

Te mando una carta para mi amigo el señor Ruete García, a fin de que Juan me haga el favor de dejarla en su casa. Es el mismo que me regaló la gatita. Que Juan se fije en el número de la casa y comunícamelo, pata no molestarlos más.

Saluda con todo cariño a mis hermanos, a Juan y a Alicia, y recibe tú un abrazo muy fuerte de tu hijo.

César.

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 25/1/1916

Huánuco, 25 de enero de 1916

Sra. doña Artemia G. de Falcón
Lima

Querida madre:

Por el correo del domingo recibí dos cartas tuyas, una de Alicia, de Teresa, Jorgito y de Juan. ¡Toda la correspondencia que vino a Huánuco fue para mí!.

He tenido mucho gusto de que te haya sido fácil salvar las dificultades que se te ofrecieron para el cobro de los giros. La próxima vez te mandaré por el mismo conducto. Espero que será el próximo viernes.

Yo, por ahora, sigo como antes, mal de dinero. Me parece que esto se está haciendo en mi enfermedad crónica. Puede ser, no es imposible, que logre curarme en poco tiempo más. Yo no me desanimo.

Es muy probable que dentro [de] algunos días haya un viaje las provincias de Dos de Mayo y Marañón. Voy con el Prefecto. Será cuestión de un mes a lo sumo. No tengas ningún cuidado. Te avisaré por telegrama mi salida. Las castas que me dirijas cuando no esté en Huánuco, lo harás a la La Unión, capital de Dos de Mayo. No vayas a hacerlo antes de mi partida. Espera que te lo comunique.

Hoy, aunque lo deseo vivamente, me es imposible contestarte sus cartas a mis hermanos y a Juan. A ti te escribo a la volástica, casi comiendo. Estoy lleno de ocupaciones. Para el próximo correo tendré más tiempo y cumpliré con toda la gente menuda de allá.

Saluda cariñosamente a todos mis hermanos en general, y a cada uno en particular. De igual manera a Juan y a Arenas.

Recibe un abrazo fuerte, muy fuerte de tu hijo.

César

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 4/2/1916

Huánuco, 04 de febrero de 1916

Sra. doña Artemia G. de Falcón
Lima

Querida madre:

Hoy después de muchos esfuerzos, puedo mandarte la mensualidad. Son dos giros postales por veinte soles cada uno. Hubiera querido mandarte mayor cantidad, pero me ha sido imposible. El próximo mes creo que estaré en mejores condiciones.

Te mando el dinero por giros postales, porque, según me dijiste en carta anterior, no encuentras muchas dificultades para cobrarlos. Para mí también es más fácil conseguir la planta en esta forma.

Yo sigo bien, felizmente y con el favor de Dios, como dicen las viejas. El viaje, según parece, se realizará el doce. no sería extraño que lo postergásemos hasta después del día indicado o que no se realice depende de que quieran o no darnos la autorización para emprenderlo. El gobierno resolverá.

Por lo que a mí respecta, el tal viajecito no me hace gracia. Será todo lo interesante que quieran, pero para mí resulta todo lo contrario, por lo que me va a costar. Es una gasto caído sobre mí como un castizo. Yo tengo mucho anhelo de conocer la montaña, mas por ardiente que sea, lo más grande la mortificación por lo que me cuesta que el regocijo por haber satisfecho su deseo.

El miércoles, anteayer, recibí carta tuya. He tenido mucho gusto de recibir noticias de ustedes en un día en que por costumbre nunca las recibo.

Espero la encomienda y te agradezco el regalo, aunque con disgusto por las molestias que te ocasiona.

Saluda muy cariñosamente a todos mis hermanos, a Juan y a [...]

Antes de irme contestaré las cartas que debo.

Recibe un fuente abrazo de tu hijo

César.

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 18/2/1916

Huánuco, 18 de febrero de 1916

Sra. doña Artemia G. de Falcón
Lima

Querida madre:

Recibí carta tuya y de Alicia por el último correo. Les agradezco el cariño que en ellas han puesto y les correspondo con la misma intensidad.

Por mi parte, sentí también muchísimo no estar al lado de ustedes el ocho. Este día que fue uno de los más tristes que he tenido aquí. Ya se los he dicho.

Espero, mediante los esfuerzos que hago por conseguirlo, poder remitirte las mensualidades el primero. Ahora, según se dice, el correo está pagando puntualmente los giros. Esto me facilita la remisión.

Yo estoy bien y no tan contento como al principio. Cada día me entristezco más estar lejos de ustedes. De otro lado, la situación aquí no es la misma. Una red de intrigas se teje hoy alrededor de la Prefectura y, aunque yo he quedado hasta ahora libre de sus acechanzas, no sería de extrañar que mañana me envolviera a mí también. Por el momento, me mortifica y disgustan semejantes maquiavelismo, porque van contra amigos a quienes estimo y guardo altas consideraciones. Cuando de mí se trate, entonces habrá oportunidades a proceder serenamente y con altivez, sabiendo siempre incólume la dignidad. Todavía no hay razón, ni motivos y por esto callo y espero alerta.

Tú no te mortifiques. Piensa que semejantes [...]. mejor los realizo yo que estoy sobre el propio terreno de de atracciones.

Hazle presente a Juan mi deseo porque modifique su conducta. Bastante me la ha ofrecido en cartas anteriores y me hago la ilusión de que lo cumpla en lo sucesivo. Ya es grande y no le falta discernimiento para comprender lo que le conviene.

Saluda cariñosamente a todos mis hermanos y a Juan.

Recibe un fuerte abrazo de tu hijo.

César.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 10/4/1924

71, Highbury New Park, London, N.5

Querida madre:

Acabo de recibir mi dinero del mes de marzo —muy poco definitivamente— y no quiero perder un instante en enviarte aunque sea una pequeña cosa para que cimas un dulce en mi nombre [en] el día de tu cumpleaños. Siento que sea tan poco. Pero yo estoy ahora en un momento de crisis. Londres es extraordinariamente cara y el dinero que me mandan de Madrid, aminorado por la baja de la peseta, me alcanza apenas para vivir con mucha modestia.

Hace días he recibido una carta de Antonieta. Dile que le contestaré muy pronto.

Mañana o pasado te enviaré el primer artículo del mes para Mundial. También una carta para Mariátegui, quién, a propósito, ha cesado de escribirme. Hace tres meses no recibo ni una línea de él. Ni siquiera se ha dignado contestar a mis últimas cartas ¿Qué le pasa?

Ya le escribí a Guzmán dándole el pésame por la muerte de su padre.

Supongo habrás visto los artículos de Variedades sobre mí. Yo los he leído ya.

¿Publica Mundial mis artículos y, sobre todo, te los paga?

Muchas felicidades muchas, te deseo en tu nuevo año.

Saludos para mis hermanos y un beso y un abrazo para ti.

César.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 1/7/1924

1 - VII - 1924

Querida madre:

La nueva noticia de la amputación de la pierna a Mariátegui me ha producido […] dolor. Me imagino cuánto habrá sufrido y cuántas dificultades estará sufriendo la familia. La imposibilidad de hace nada eficiente por él. No dejes de contarme todos los detalles de su enfermedad y de su estado y de las posibilidades de curación. Espero también con impaciencia la carta de Roe. Yo le volveré a escribir a José Carlo uno de estos días.

Te adjunto los dos artículos del mes. Muy pronto, dentro de pocos días, cuando reciba mi sueldo, te enviaré el regalito de todos los meses.

Sigo ocupándome en arreglar las cosas de modo de poder ir a verte en la fecha que te he prometido. Creo que lo lograré.

Como me pides en tu carta última te mando un artículo sin fotografías para El Comercio. Supongo que no podrán dificultades para admitírtelo y pagártelo. Si no lo hacen así, dímelo para enviarte los dos destinados a Mundial.

No te desesperes. Cuando vaya haré todo lo posible por arreglar definitivamente tus asuntos. Ya falta poco.

Saluda a todos mis hermanos y agradécele a Antonieta su salido. En este documento no puedo escribirle particularmente. Pero no olvido que le debo una carta y muchas palabras de cariño.

Muchos recuerdos para todos y un beso y un abrazo para ti.

César.

Dentro de pocos días iré a Madrid y, posiblemente, regresaré a Londres a fines de agosto.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 13/11/1924

71, Highbury New Park, London, N.5

13 de noviembre de 1924

Querida madre:

En este momento estoy muy ocupado. No tengo tiempo para más que para ponerte unas pocas líneas, porque no quiero que pase el día sin enviarte los artículos. Pero mañana o pasado te escribiré más largamente.

Yo estoy perfectamente bien y sigo trabajando en mi proyecto para ir a Lima. Ya te daré más detalles.

Recibí la carta de Alicia. Se la contestaré pronto.

Saludos para todos mis hermanos y un beso y un abrazo para ti.

César.

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 7/12/1915

Huánuco, 7 de diciembre de 1915

Sra.
Artemia G. vda de Falcón
Lima
Querida madre:

Con gran sentimiento me he enterado de tu carta última. No se me resultaba que tu situación es muy poco holgada, pero nunca creí lo fuera tan desesperante. Las noticias que me das de Juan me han entristecido hondamente. Yo tenía la ilusión de que se había reformado y consecuente con sus ofrecimientos, su conducta era irreprochable. Sin embargo, a pesar de todo, continúo confiando en que sabrá enmendarse y atenderte con la solicitud y el cariño de que tantas protestas hacía cuando aún no trabajaba. Así hacelo saber.

Te mando una letra por cincuenta soles, que cobrarás en el Banco Alemán. No tendrás ningún inconveniente para cobrarla. Si alguno se te presentase habla con Román Ayllón, empleado de ese banco, y en mi nombre pídele que te lo allane. Él lo hará con mucho gusto.

No puedo imaginarte la serie de dificultades que he tenido que vencer para mandarte este dinero. Hube de tropezar primero con la casi imposibilidad de conseguirlo y, una vez conseguido, con lo difícil que es aquí encontrar la forma de remitir dinero a Lima, después de los giros postales que no los pagan. Por estas causas he tenido que retrasar tanto el envío.

Supongo que ya habrás recibido el café. Algún día tenía que llegar. Veremos si tu cumples ahora con los encargos que te he hecho.
No contesté la carta de Alicia por falta de tiempo. Otro día lo haré con toda la extensión que merece. Entre tanto, salúdala muy cariñosamente, lo mismo que a todos mis hermanos y a Juan.

Recibe un fuerte abrazo de tu hijo
César

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 17/12/1915

Huánuco, 17 de diciembre de 1915

Sra.
Artemia G. vda de Falcón
Lima

Querida madre:
Esta vez tu silencio se ha prolongado lo que nunca creía. No puedes imaginarte, ni yo describirte por su enorme intensidad, la tristeza que me causa no recibir carta tuya en un correo. Bien me explicaba la falta de estas en los correos del miércoles, por lo poco estresada que te suponía de la horas o días de itinerarios. Pero no recibir noticias de ti en el último correo del domingo, me desconsoló enormemente. Nunca me han faltado en este día. Supongo que en el próximo, pasado mañana, recibiré carta en la cual me explicarás la causa de las omisiones en las dos anteriores.

Yo sigo por acá en la misma situación que te describí en mi carta anterior. Trabajo mucho, y estoy muy disgustado por varias razones que no digo, por no llevar hasta tú, a quien anhelo ver completamente despreocupaba y alegre, la amargura de las desavenencias que padezco yo aquí en silencio, con la esperanza, cada vez más firme, de recompensarlas algún día de manera inusitada. Ya te contaré cuando vaya. Entonces, la satisfacción de vernos reunidos, evitará a tu espíritu toda contrariada que pudiera ocasionarte el relato que te anuncio.

Me preparo a pasar las fechas de Pascua y Año Nuevo lo más desesperantemente posible. No hay otro manera de pasarlas. ¡Cuánto he querido mandarles a mis hermanos unos centavitos para estos días! Me ha sido de todo pronto imposible. Aún no me he resignado. Continúo luchando y tengo una remota esperanza de conseguirlo. ¡Dios lo quiera!.

A todos mis hermanos da en mi nombre saludos especiales. Yo se los envío con el corazón.

Recibe un abrazo muy fuerte de tu hijo.

César

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 21/12/1915

Huánuco, 21 de diciembre de 1915

Sra.
Artemia G. vda de Falcón
Lima

Querida madre:

El domingo último recibí dos cartas tuyas. En ninguna encontré la razón por la cual no las he recibido, aunque en una de ellas hablas de desconocimiento de las horas de itinerario. Esto, me da la causa por la que no me han llegado antes. Ya lo sospechaba.

Espero, como me lo anuncia, que, sabiendo el [] pueda tener aquí mis zapatos mañana miércoles. Mucha falta me hacen. Ya estoy casi descalzo. Los zapatos que traje se han roto completamente. La cosita que dices me vas a mandar, me tiene intrigado. Por más conjeturas que hago, no acierto a descubrir cual será ella. Confío en que no te habrá costado ningún sacrificio. No me lo perdonaría. Aquí se la puede pasar de cualquier manera. La crítica es delo de menos para quien sabe reírse de ella.

Insistes sobre lo de la mudanza. Me parece lo más conveniente. Busca una casa cómoda y barata y si encuentras con espacio para seguir criando las gallinas, que más tarde, dentro de ochenta años, pueden darte alguna utilidad, muy pequeña, pero utilidad al fin...

Me alegro que hayas recibido el café y el giro... Buen provecho!

Juan me promete, en carta última, portarse con formalidad y circunspección. Tomo nota y tómala tú también.

Anhelo vivamente que sigan progresando los negocios de Alicia, así como los estudios de Teresa, Humberto y Jorge.
¿Qué es de Antonieta? ¿Está fuera de Lima?

Saluda cariñosamente a todos mis hermanos y recibe un fuerte abrazo de tu hijo

César.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 12/9/1924

12 - IX - 1924. Madrid

Querida madre:

Acabo de regresar a Madrid. He pasado el mes de agosto en Portugal, que es un país muy bello y donde he podido librarme del horrible calor de España. Aquí, en Madrid, he encontrado tus dos últimas cartas. He tenido mucho gusto en saber la mejoría de Mariátegui. Hoy mismo he recibido otra carta de Roe en la que me cuenta todo el proceso de la enfermedad y lo grave que ha estado. Espero que ya esté completamente restablecido. Yo le escribo unas cuantas líneas.

En estos días estoy preparándome para regresar a Londres. Creo que no podré marchar hasta los primeros de octubre y, posiblemente, regresaré a España para navidad. También me preparo para ir a Lima el año próximo, como te lo he prometido. Desde luego, estoy sujeto al dinero. Tú sabes ya lo que cuesta un viaje tan largo. Pero tengo la esperanza de conseguirlo oportunamente.

No he podido formarme idea de vuestro traslado al Barranco. Supongo que lo habreis pensado bien y que será una cosa convenientes. Después de todo, falta poco tiempo para que yo vaya y entonces podremos arreglarlo todo de común acuerdo.

Te adjunto los tres artículos del mes. Ya te he dicho que no dejaré de enviártelos con regularidad. Este mes me he retrasado unos días porque he tenido que ir de un sitio a otro sin pararme en ninguno.

Creo que todavía no [ha] salido de Londres para el Perú el señor de quien te hable en mi carta anterior.

Muchos saludos para todos mis hermanos y un beso y un abrazo para ti.

César.

Te mando la hoja del número de El Sol en la que se reprodujo mi retrato.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 14/10/1924

71, Highbury New Park, London, N.5

14 de octubre de 1924

Querida madre:

Ya estoy nuevamente en Londres. Mi propósito es permanecer aquí hasta diciembre y luego ir por unos cuantos días a España. Después, si mis proyectos pueden cumplirse puntualmente, regresaré a Inglaterra hasta el momento de embarcarme para el Perú.

He recibido al fin la primera carta de Mariátegui. Me cuenta su desventura en la misma forma en que tú ha ido relatándomela. Por lo que él y tú me habeis dicho, a esta hora debe estar completamente restablecido. Es, por lo menos, lo que yo deseo.

Supongo que la enfermedad de las pequeñas no habrá sido gran cosa. Tu carta me lo deja entrever. Hazles muchas caricias en mi nombre.

To te escribo siempre en respuesta a cartas tuyas. Muchas veces te he pedido que me escribas más a menudo. Ahora te lo pido nuevamente. Así podremos acortar un poco la distancia que nos separa.

En estos días tengo un trabajo excesivo y demasiado poco dinero. Sin embargo, a pesar del trabajo, no he querido redactar mis dos artículos. Te envío los tres. Me sorprende no ver nunca publicados en Mundial los que te mando para esta revista. Pero no me importa. Al contrario, si te los pagan, me hace un favor no publicándolos. Tú preocúpate nada más que de cobrarlos.

Sigo, naturalmente, con el propósito de ir a verte el año próximo. Espero conseguir la manera de hacerlo en la fecha convenida.

Dile a mis hermanas que aun estoy esperando la fotografía de ellas. También espero que me escriban con más frecuencia.

Te adjunto una carta para Mariátegui. Muchos recuerdos para todos mis hermanos y un beso y un abrazo para ti.

César

Falcón, César

Carta a Artemia G. de Falcón, 14/12/1915

Huánuco, 14 de diciembre de 1915

Sra.
Artemia G. vda de Falcón
Lima

Querida madre:

El último domingo no recibí carta tuya ninguna. Esto me ha entristecido mucho. Es el primer domingo que me ocurre. Todos los demás me han llegado con invariable puntualidad. Espero que no te haya impedido escribirme ningún accidente ni falta de voluntad; quiero creer [que] es una falta del correo.

Por acá sigo tan bien de salud como antes, pero tan mal de dinero como nunca. Días paso en los que no tengo ni para cigarrillos. Y así lo voy pasando en espera de mejores épocas. Dicen que el mundo da muchas vueltas. Puede que en alguna de ellas me vacíe un [...] en los bolsillos. ¡Qué fuera!

¿Te has olvidado de los zapatos?

¿Cómo hs arreglado lo de la casa? A mí me parece que si pagases veinte soles de alquiler, la pasarías mejor. De ti puede decirse que te gasta todo el dinero en casa. ¡Es una barbaridad! En fin, tú eres la bastante hábil para proceder como te convenga. En esto confío.

Aunque con desagrado, porque Clemente Palma es muy feo, me hizo reía la ocurrencia de El Mosquito. Siento no tenerlo aquí. Si puedes, mandámelo.

Envíame lo más pronto posible los libros de versos.

Cada día de correo siento mucha pena de no poder escribir separadamente a mis hermanos, principalmente a Alicia, a quién le debo dos cartas, por no decir más, y también a Juan. Aquí estoy trabajando a la de verdad. ¡Y yo que tenía el firme propósito de pasarme las horas manos sobre manos!. Ya no se puede querer nada en esta vida.

Una de estas noches voy a pasármela de claro en claro, escribiéndoles a todos.

Saluda con todo cariño a mis hermanos y a Juan, y recibe un fuerte abrazo de tu hijo.

César.

Supongo que ya habrás recibido la letra y, a estas horas estarás nadando en plata. ¡Quien como tú!

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 27/5/1924

27 - V - 1924

Querida madre:

Te agradezco mucho tu cariñoso recuerdo el día de mi santo. Y también pensé en ti y en todos mis hermanos ese día y estuve con vosotros un instante con mi pensamiento. Agradéceles también en mi nombre a mis hermanos sus recuerdos. Yo les escribiré separadamente uno de estos días.

Te mando los dos artículos del mes y un cheque por una libra. También te adjunto una carta Mariátegui.

No suponía que Thol no engañara lo mismo que todos los demás. En la carta adjunta le digo a Mariátegui que haga un esfuerzo para ver la manera de colocar a Humberto. Ya no sé a quién dirigirme. Supongo que Mariátegui se ocupará un poco en este asunto. Una de las cosas por las que quiero ir a Lima es precisamente para arreglar esto. Es posible que mis gestiones personales den el mismo resultado que las escritas. Pero tengo vivo deseo de intentarlas por lo menos.

Dime si has recibido el segundo paquete de dulce. Cuando regrese a Madrid el mes próximo te voy a enviar otros.

Saludos para mis hermanos y un beso y un abrazo para ti.

César

Falcón, César

Resultados 1 a 50 de 126