Industria del Libro

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Carta de Enrique Bustamante y Ballivián, 18/12/1925

A bordo del “Darro”, 18 de diciembre de 1925
Mi querido Mariátegui:
Llegué a Buenos Aires con un serrano resfrío cogido en Bolivia y ello ha hecho que sólo quedara cuatro días, pues estoy con unas ganas locas de llegar a mi destino. No obstante mi corta estada en Buenos Aires, he procurado cumplir con sus encargos. En cuanto a librería y editores he hallado un ambiente poco favorable. Los editores en su mayor parte no son libreros, y hacen imposible con ello el intercambio que usted deseaba. Imagínese que las ediciones selectas son de 500 ejemplares y que Proa y Martín Fierro apenas tiran 1000.
En La Plata vi a Amaya y le entregué el libro para él, así como el de Sánchez Viamonte, que está en Europa. Amaya es persona muy simpática y ha quedado en hacer las gestiones para el canje de Proa y de las publicaciones que usted me indicaba.
Usted sabe el pesimismo de los paisanos para las empresas literarias. Todos miran la de usted como cosa quijotesca. Con Hidalgo que es, según me parece, el mejor relacionado y el menos escéptico, he dado algunos pasos. Cree él y creo yo que lo mejor es entenderse con la Agencia General de Librería y Publicaciones, Buenos Aires, Rivadavia 1573. En una entrevista que celebré con el Gerente, Mateo Infantozzi, encontré muy buena acogida. La casa es muy fuerte y asusta la cantidad de libros. Es para hacer la locura de Vegas y de Totó. Yo creo, a ojo de buen cubero, que hay varios millones. El Gerente me ha parecido persona que no se duerme y que desea ampliar los negocios de la casa en el Perú. Me hizo más preguntas al respecto de las que pude contestarle, pero sin embargo procuré darle respuesta a la buena ventura. Él me ha asegurado que tendrá con el mayor gusto relaciones con Minerva, pero en la forma de mutuas consignaciones. Él haría circular en toda la Argentina los libros de usted y les enviaría libros de los que representa. La Casa acaba de rematar un gran número de obras españolas que venden en Buenos Aires a un peso treinta y cinco los libreros y que podrían ser un buen negocio para Lima. Hay entre esas obras muchas de siete pesetas que salen a huevo. Es entendido en las consignaciones que los libros de ustedes que no se vendieran serían devueltos. La casa hace un descuento de 25% y cotiza la peseta a 30 cts. de argentino.
Para decirle del interés que tomó en el asunto el Gerente, le cuento que Hidalgo que esperaba afuera se quedó admirado de la larga lata y me vaticinó un gran éxito. Yo le dije que creía, que, como todos los negociantes me había sacado datos y eso es en gran parte la verdad. Pero le repito que demuestra gran interés por los negocios en el Perú. La casa manda libros a Rego y Pathé en Lima y a otras casas en provincias.

Bustamante y Ballivián, Enrique

Carta de Cándido Villalobos Domínguez, 15/5/1926

Buenos Aires, 15 de mayo de 1926
Sr. José Carlos Mariátegui
Sagástegui 669.
Lima
Muy señor mío:
El Sr. Arturo E. Delgado, diputado regional por Cajatambo, me invita a dirigirme a Ud., adjuntándole un prospecto de la Editorial Minerva que Ud. dirige, con objeto de que establezcamos relaciones editoriales en el sentido de hacer conocer en el Perú la producción de la escuela económico-política liberal georgista cuyas doctrinas nos ocupamos de propagar aquí y en el resto de América y España, en el grado de nuestras posibilidades, mediante el instrumento de nuestra sociedad (hasta hace poco Partido Liberal Georgista) y, especialmente, su pequeño órgano periodístico, que le incluyo.
No puedo saber desde ahora cuál sería sobre esto su mejor conveniencia, pero con gusto me pongo a su disposición para facilitarle los informes y pareceres que estén a mi alcance.
Las obras de Henry George son elocuentísimas y constituyen seguramente, y cada vez más, la última y más profunda palabra del pensamiento sociológico, extendido ya en muchos países civilizados. De ellas las hay largas y cortas y todas se encuentran en castellano, traducidas la mayor parte por Baldomero Argente y editadas en Madrid por Beltrán. No sé hasta qué punto hay franquicia para hacer ahí reimpresiones, pero sé de algunas que pertenecen ya al dominio público, aparte de estarlo las originales inglesas. Hay además, traducidas o no, diversas obras más o menos buenas de discípulos, algunas de gran eficacia y atractivo que según el interés de Ud. me lo indique, le podré señalar o facilitar.
Pienso además que sería muy valioso para la cultura peruana la edición del no largo libro La Obra Económica de Rivadavia, por Andrés Lamas, cuya reproducción es libre.
Si está en sus intenciones iniciativas de aliento, puedo indicarle una obra monumental por su valor y completamente inédita en castellano: Democracy versus Socialism, por Max Hirsch, cuya extensión no pasaría de unas 350 páginas de formato y tipo corrientes.
Creo satisfacer con ésta provisoriamente los desinteresados deseos del Sr. Delgado y quedo a espera de sus impresiones, saludando a Ud. atte.
C. Villalobos Domínguez

Villalobos Domínguez, Cándido

Carta de José Martínez Jerez, 9/1928

Buenos Aires, setiembre de 1928
Gerente de Editorial Minerva
Lima
Me propongo escribir en la revista "Fray Mocho" una serie de artículos sobre la producción literaria de vanguardia en la América prehispánica. He visto en una biblioteca amiga un libro editado por esa casa, muy interesante, muy de avanzada, muy de más allá. ¿Puede tener la gentileza de enviarme algunos libros de poetas modernos o transmitirles a ellos este ruego?
Gracias.
Ahí va un ejemplar de la revista.
Enviaría oportunamente los comentarios
Espero.
José Martínez Jerez.

Martínez Jerez, José

La batalla del libro

Organizada por uno de los inteligentes y laboriosos editores argentinos, Samuel Glusberg, se ha realizado recientemente en Mar del Plata la Exposición Nacional del Libro. Este acontecimiento, -que ha seguido a poca distancia a la Feria Internacional del Libro,- ha sido la manifestación más cuantiosa y valiosa de la cultura argentina. La Argentina ha encontrado de pronto, en esta exposición el vasto panorama de su literatura. El volumen imponente de su producción literaria y científica le ha sido presentada, en los salones de la exposición, junto con la extensión y progreso de su movimiento editorial.
Hasta hoy, no obstante el número de sus editoriales, la Argentina no exporta sus libros sino en muy pequeña escala. Las editoriales y librerías españolas mantienen, a pesar del naciente esfuerzo editorial de algunos países, una hegemonía absoluta en el mercado hispano-americano. La circulación del libro americano en el continente, es muy limitada e incipiente. Desde un punto de vista de libreros, los escritores de “La Gaceta Literaria” estaban en lo cierto cuando declaraban a Madrid meridiano literario de Hispano-América. En lo que concierne a su abastecimiento de libros, los países de Sud-América continúan siendo colonias españolas. La Argentina es, entre todos estos países, el que más ha avanzado hacia su emancipación, no solo porque es el que más libros recibe de Italia y Francia, sino sobre todo porque es el que ha adelantado más en materia editorial. Pero no se han creado todavía en la Argentina empresas o asociaciones capaces de difundir las ediciones argentinas por América, en competencia con las librerías españolas. La competencia no es fácil. El libro español es, generalmente, más barato que el libro argentino. Casi siempre, está además mejor presentado. Técnicamente, la organización editorial y librera de España se encuentra en condiciones superiores y ventajosas. El hábito favorece al libro español en Hispano-América. Su circulación está asegurada por un comercio mecanizado, antiquísimo. El desarrollo de una nueva sede editorial requiere grandes bases financieras y comerciales.
Pero esta sede tiene que surgir, a plazo más o menos corto, en Buenos Aires. Las editoriales argentinas operan sobre la base de un mercado como el de Buenos Aires, el mayor de Hispano-América. El éxito de “Don Segundo Sombra” y otras ediciones, indica que Buenos Aires puede absorber en breve tiempo, la tirada de una obra de fina calidad artística. (No hablemos de las obras del señor Hugo Wast). La expansión de las ediciones argentinas, por otra parte, se inicia espontáneamente. Las traducciones publicadas por Gleizer, “Claridad”, etc, han encontrado una excelente acogida en los países vecinos. Los libros argentinos son, igualmente, muy solicitados. Glusberg, Samet y algún otro editor de Buenos Aires ensanchan cada vez más su vinculación continental. La expansión de las revistas y periódicos bonaerenses señala las rutas de la expansión de libros salidos de las editoriales argentinas.
La Exposición del Libro Nacional, plausiblemente provocada por Glusberg, con agudo sentido de oportunidad, es probablemente el acto en que la Argentina revisa y constata sus resultados y experiencias editoriales, en el plano nacional, para pasar a su aplicación a un plano continental. Arturo Cancela, en el discurso inaugural de la exposición, ha tenido palabras significativas. “Poco a poco -ha dicho- se va diseñando en América el radio de nuestra zona de influencia intelectual y no está lejano el día en que, realizando el ideal romántico de nuestros abuelos, Buenos Aires llegue a ser efectivamente, la Atenas del Plata”. “Este acto de hoy es apenas un bosquejo de esa apoteosis, pero que puede ser el prólogo de un acto más trascendental. El libro argentino está ya en condiciones de merecer la atención del público en las grandes ciudades de trabajo”. “Por su pasado, por su presente y por su futuro, el libro argentino merece una escena más amplia y una consagración más alta”.
De este desarrollo editorial de la Argentina -que es consecuencia no solo de su riqueza económica sino también de su madurez cultural- tenemos que complacernos como buenos americanos. Pero de sus experiencias podemos y debemos sacar, además, algún provecho en nuestro trabajo nacional. El índice libro, como he tenido ya ocasión de observarlo más de una vez, no nos permite ser excesivamente optimistas sobre el progreso peruano. Tenemos por resolver nuestros más elementales problemas de librería y bibliografía. El hombre de estudio carece en este país de elementos de información. No hay en el Perú una sola biblioteca bien abastecida. Para cualquier investigación, el estudioso carece de la más elemental bibliografía. Las librerías no tienen todavía una organización técnica. Se rigen de un lado por la demanda, que corresponde a los gustos rudimentarios del público, y de otro lado por las pautas de sus proveedores de España. El estudioso necesitaría disponer de enormes recursos para ocuparse por si mismo de su bibliografía. Invertiría en este trabajo un tiempo y una energía, robados a su especulación intelectual.
Poco se considera y se debate, entre nosotros, estas cuestiones. Los intelectuales parecen más preocupados por el problema de imprimir sus no muy nutridas ni numerosas obras, que por el problema de documentarse. Los obreros trabajan desorientados, absorbidos por la fatiga diaria de defender el negocio. Tenemos ya una fiesta o día del libro, en la cual se colecta para las bibliotecas escolares fondos que son aplicados sin ningún criterio por una de las secciones más rutinarias del Ministerio de Instrucción; pero más falta nos haría, tal vez, establecer una feria del libro, que estimulara la actividad de editores, autores y libreros y que atrajera más seria y disciplinadamente la atención del público y del Estado sobre el más importante índice de cultura de un pueblo.
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 7/11/1928

Lima, 7 de noviembre de 1928
Estimado compañero:
Recibo en este momento sus últimas líneas. Me apresuro a contestarle, enviándole un libro que acaba de aparecer en las ediciones de Amauta, en el cual recojo, organizados, algunos de mis trabajos sobre el Perú.
No olvido mi compromiso con Ud. El libro que daré a Babel se titula Defensa del Marxismo porque incluiré en él un ensayo que concluye en el próximo número de Amauta, y que revisaré antes de enviarle. Como segunda parte va un largo ensayo: “Teoría y Práctica de la Reacción”, crítica de las mistelas neo-tomistas y fascistas. El subtítulo de la obra será siempre “Polémica Revolucionaria”.
Tengo casi listo otro libro: El Alma Matinal y otras estaciones del hombre de hoy, ideas y emociones de la época. Comprende, por ejemplo, mi “Esquema de una Explicación de Chaplin” (Amauta No. 18).
Trabajo en otros dos libros: Ideología y Política en el Perú (comprometido para las ediciones de Historia Nueva) e Invitación a la Vida Heroica.
Le mando los dos últimos números de Amauta. Y en breve le enviaré algunas carillas para La Vida Literaria que anunciaré en Amauta y por cuya resurrección lo felicito.
Me acerco a una operación destinada a ponerme en condiciones de marchar con un aparato ortopédico. Si tiene el éxito previsto, es posible que dentro de seis meses visite Buenos Aires.
Muy pronto le expediré los originales de mi libro. Puede Ud. ya darle sitio en su programa editorial. ¿Se imprimirá en España o Buenos Aires? Mejor sería hacerlo en Buenos Aires para ganar tiempo.
Muy afectuosamente lo saluda, en espera de sus apreciadas noticias, su amigo y compañero
[Firma de José Carlos Mariátegui]

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 10/3/1929

Lima, 10 de marzo de 1929
Estimado compañero Samuel Glusberg:
Perdone que no le haya escrito antes. He estado sufriendo una molesta y prolongada neuralgia. Y, como siempre, abrumado de trabajo.
Siento como míos los sinsabores de su noble lucha en Buenos Aires. No son menores los que nos cuesta aquí mantener viva a Amauta. Pero yo creo que sólo el trabajo difícil deja huella. Y esta confianza me sostiene.
No tengo inconveniente en reservarles mis originales de El Alma Matinal y otras estaciones del hombre de hoy en lugar de los de La Defensa del Marxismo. Agradezco y acepto su ofrecimiento de gestionar la publicación de este libro por La Vanguardia. Pero temo que mis conclusiones desfavorables al marxismo, aunque no abordan la práctica de los partidos socialistas, sean un motivo para que La Vanguardia no se interese por este libro. Consta de dos ensayos: Defensa del Marxismo y Teoría y Práctica de la Reacción. Los he escrito con atención y me parece que pueden despertar interés. Por lo menos, no son un intento vulgar.
Tan luego como Ud. me los reclame le enviaré los originales. No me falta sino revisarlos.
Probablemente le escribirá Miguel Adler, sobre su Repertorio Hebreo, próximo a aparecer. Es un estudiante judío de letras y filosofía, muy entusiasta e inteligente. Colabora en Amauta con traducciones del ruso y del alemán. Él y su novia, muy inteligente también, Nomi Mülstein, son muy queridos en nuestro grupo.
Espero sus noticias.
Y le abrazo cordialmente, prometiéndole que en adelante no le faltarán las mías y repitiéndome su devotísimo amigo y compañero
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 6/3/1930

Lima, 6 de marzo de 1930
Mi querido Glusberg:
Contesto inmediatamente su carta del 28 de febrero. Me explico su preocupación por mi silencio en estos días de movilizaciones policiales. Los raids se hacen en Lima más frecuentes, desde que la crisis financiera y comercial aguza la alarma; pero, desde noviembre, se han trasladado al sector politiquero, donde se cree que se conspira aprovechando de los elementos de descontento. No sería raro, sin embargo, que en cualquier momento la nerviosidad de esta gente nos cause alguna molestia. Todo se puede esperar del miedo.
Empiezo esta semana, coincidiendo con Ud., la organización de mi viaje. El programa que Ud. ha establecido para mi presentación en Buenos Aires me parece excelente. Le enviaré algunas colaboraciones especiales para el número peruano de La Vida Literaria: de Eguren, Orrego, López Albújar, Bustamante y Ballivián Enrique, Martín Adán y algún otro. Me informaré respecto al material del número de 1930. No sé si Sánchez llegó a compilarlo completamente. Marinello me escribió hace poco acerca de la demora en el envío de las colaboraciones solicitadas. Sánchez, que viaja a Santiago a fines de este mes, con el objeto de dar algunas conferencias en la Universidad, le mandará seguramente un artículo. Debe visitarme, según me ha anunciado, en estos días. —Convendría que escribiera Ud. directamente dos líneas a Luis E. Valcárcel, Cusco; Gamaliel Churata, Puno; y César A. Vallejo, 11 Avenue de 1’Opera, Paris.
En cuanto a la impresión del libro en Lima, la considero imposible. La imprenta está monopolizada en estos meses por el trabajo escolar, su principal fuente. Todo el desenvolvimiento de la imprenta y la librería, dependen de la forma como se atienda a esta sección. No habría modo de contar con los tipos de Minerva antes de mayo. No es el caso, por varias razones, la financiera ante todo, pensar en otra imprenta, en la que no podría yo dirigir eficazmente la impresión, por otra parte. Los términos de la combinación estarían muy bien; pero esta misma es impracticable. Yo había reservado, más bien, a Minerva, en caso de que no se consiguiese prontamente editorial para este libro en Buenos Aires, mi “Defensa del Marxismo”. Pero esta misma impresión, no podría hacerse aquí por ahora, de suerte que, a fin de que la llegada del libro a Buenos Aires se acerque todo lo posible a mi propio arribo, voy a escribir inmediatamente a Madrid, proponiendo la edición de Defensa del Marxismo, a Historia Nueva. Podría hacer la gestión con Cenit, pero prefiero para mi primer libro en España la mediación de Historia Nueva por mi vieja camaradería con César Falcón, su director. Ese libro, por tocar debates muy actuales, y libros y tesis como los de De Man, Eastman, Emmanuel Berl, Benda, etc. con cierta originalidad doctrinal, me parece destinado a lograr alguna resonancia. “Defensa del Marxismo” se titula el ensayo que da su nombre al libro, cuya segunda parte está formada por otro ensayo: “Teoría y práctica de la Reacción”, que pongo actualmente al día, por haber sido escrito hace ya más de dos años.
Confío en que Ud. pueda obviar la dificultad de la impresión en Buenos Aires, donde el libro gráficamente saldrá mejor, en el estilo de Babel.
Gracias por su solicitud fraterna y reciba mi mejor abrazo.
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Carlos Américo Amaya, 25/11/1925

La Plata, 25 de noviembre [de 1925]
Señor José Carlos Mariátegui:
Mi querido amigo:
Recibo su carta fecha 5 del cte. Estoy dispuesto a ayudarlo desde aquí en lo que pueda. A más de las Editoriales que Ud. menciona, puede dirigirse a Pedro García El Ateneo, calle Florida 371 Buenos Aires; Juan Roldán, Librería La Facultad, calle Florida 359 Buenos Aires; Jesús Menéndez, calle B. de Irigoyen 186 Buenos Aires. Ahora a La Plata puede enviar libros en consignación a las siguientes personas: Larregle y Cía., Librería Estrella, calle 51 entre 7 y 8; Martín García, Librería La Normal, calle 7 entre 55 y 56; Librería Garat, calle 7 entre 48 y 49. Estas son las más importantes de aquí. Yo me encargaré de hacerles que les rindan cuentas. Redacte un aviso de su editorial que se lo publicaremos, sin cargo, en Sagitario. Le enviaré algunas notas para Vanguardia; desde ya le advierto que mi prosa no es de combate; mis aficiones intelectuales se inclinan hacia la ciencia de Kant. Espero su ensayo sobre B. Russell. Tengo especialísimo interés de que me consiga pronto los trabajos de Valcárcel y Eugenio Garro sobre arte incásico; no deje de enviarme las fotografías de cerámica indígena.
En lo sucesivo irán 15 ejemplares de Sagitario a lo de Rego y 10 a la librería de su hermano. Ambas liquidaciones deberá reservarse Vd. Le diré al Director de Renovación que le envíe el periódico; así mismo le haré mandar Acción Universitaria.
No bien aparezca su libro envíemelo para ocuparnos de él. En la semana próxima va Sagitario. Aparecen dos notas suyas en este número. Ah, me olvidaba de una cosa. En Madrid, por cualquier asunto, puede dirigirse, en mi nombre, a Ángel Dotor, Secretario de la Editorial Mundo Latino, calle Fernando el Católico. 31,1º.
Cuando me envíe los trabajos de Valcárcel y Garro, mándeme las fotografías de ellos.
Termino esta carta desordenada.
Lo abraza muy cordialmente
Amaya

Amaya, Carlos Américo

Carta de Alberto Hidalgo, 19/12/1925

Buenos Aires, 19 de diciembre de 1925
Mi querido Mariátegui:
Enrique Bustamante, al pasar por aquí, me ha dado sus encargos. Le agradezco, pues, sus recuerdos. Yo también le recuerdo a Ud. a menudo. Con Pettoruti hablamos con frecuencia de Ud. Él también le estima mucho.
Bustamante debe escribirle respecto al canje de libros con editoriales de aquí. Yo le he puesto en contacto con la Agencia de Librerías, la única casa seria y responsable que hay en Buenos Aires.
En cuanto a su pedido de que le mande un libro para su editorial, le digo que no tengo inconveniente. Precisamente, me cae esta proposición en momentos en que dejo terminado un volumen y ya me alistaba para darlo a prensas: Los sapos y otras personas. Son cuentos. Siendo míos, Ud. sabe que tienen que ser muy buenos... Esperaré a que venga su respuesta para saber a qué atenerme. Yo sospecho que en el negocio que ha emprendido Ud., la dosis de lirismo lo es casi todo y el afán de lucro no existe ni puede existir. Estoy dispuesto, pues, a ayudarles. Así, no me interesa mayormente el factor económico, sino éste: que el libro salga inmediatamente. Tengo cuatro libros listos casi para publicarlos el año 1926, y por eso me urge darle cuanto antes éste a fin de apremiar algo su aparición. Contésteme, pues, pronto. Si está en condiciones de publicar mi libro a más tardar en marzo, le mandaré los originales a vuelta de correo. Además: cien ejemplares para mí, es decir para regalarlos a mis amigos.
A otra cosa: hace tiempo que no sé nada de Ud. en cosas de letras. ¿Qué hace Ud.? ¿Versos? ¿Novelas? ¿Ensayos? Mándeme cuanto haya hecho. Ud. ya sabe cuánto creo yo en su talento y en su temperamento.
Si no ha bostezado Ud. ya mis libros, dígame cuáles querría que le anestesiasen, para enviárselos.
Mi dirección es esta: Ventura Bosch N° 6740.
Un abrazo muy fuerte, muy fuerte.
Alberto Hidalgo

Hidalgo, Alberto

Correspondencia SEA

Esta serie contiene toda la correspondencia que fuera producida la Sociedad Editora Amauta y por la Revista Amauta en el campo administrativo y gerencial. Permite dar a conocer las actividades que se realizaban con otras instituciones así como la relación contractual y económica.

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