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Pasadismo y Futurismo

Pasadismo y Futurismo

Luis Alberto Sánchez y yo hemos constatado recientemente que uno de los ingredientes, tanto espirituales como formales, de nuestra literatura y nuestra vida es la melancolía. Bien. Pero otro, menos negligible tal vez, es el pasadismo. Estos elementos no coinciden arbitraria o casualmente. Coinciden porque son solidarios, porque son consustanciales, porque son consanguíneos. Son dos aspectos congruentes de un solo fenómeno, dos expresiones mancomunadas de un mismo estado de ánimo. Un hombre aburrido, hipocondriaco, gris, tiende no solo a renegar el presente y a desesperar del porvenir sino también a volverse hacia el pasado. Ninguna ánima, ni aún la más nihilista, se contenta ni se nutre únicamente de negaciones. La nostalgia del pasado es la afirmación de los que repudian el presente. Ser retrospectivos es una de las consecuencias naturales de ser negativos. Podría decirse, pues, que la gente peruana es melancólica porque es pasadista y es pasadista porque es melancólica.

Las preocupaciones de otros pueblos son más o menos futuristas. Las del nuestro, resultan casi siempre tácita o explícitamente pasadistas. El futuro ha tenido en esta tierra muy mala suerte y ha recibido muy injusto trato. Un partido de carne, mentalidad y traje conservadores fue apodado partido futurista. El diablo se llevó en hora buena a esa facción estéril, gazmoña, impotente. Mas la palabra “futurista'” quedó desde entonces irremediablemente desacreditada. Por eso, no hablamos ya de futurismo sino, aunque suene menos bien, de porvenirismo. Al futuro lo hemos difamado temerariamente atribuyéndole relaciones y concomitancias con la actitud política de la más pasadista de nuestras generaciones.

El pasadismo que tanto ha oprimido y deprimido el corazón de los peruanos es, por otra parte, un pasadismo de mala ley. El período de nuestra historia que más nos ha atraído no ha sido nunca el período incaico. Esa edad es demasiado autóctona, demasiado nacional, demasiado indígena para emocionar a los lánguidos criollos de la República. Estos criollos no se sienten, no se han podido sentir, herederos y descendientes de lo incásico. El respeto a lo incásico no es aquí espontáneo sino en algunos artistas y arqueólogos. En los demás es, más bien, un reflejo del interés y de la curiosidad que lo incásico despierta en la cultura europea. El virreinato, en cambio, está más próximo a nosotros. El amor al virreinato le parece a nuestra gente un sentimiento distinguido, aristocrático, elegante. Los balcones moriscos, las escalas de seda, las “tapadas”, y otras tonterías, adquieren ante sus ojos un encanto, un prestigio, una seducción exquisitas. Una literatura decadente, artificiosa, se ha complacido de añorar, con inefable y huachafa ternura, ese pasado postizo y mediocre. Al gracejo, a la coquetería de algunos episodios y algunos personajes de la colonia, que no deberían ser sino un amable motivo de murmuración, les ha sido conferidos por esa literatura, un valor estético, una jerarquía espiritual, exorbitantes, artificiales, caprichosos. Los temas y los “dramatis personae” del virreinato no han sido abandonados a los humoristas a quienes pertenecían, por antonomasia, sus motivos cómicos y sus motivos galantes y casanovescos. Don Ricardo Palma hizo de ellos un uso adecuado e inteligente, contándonos con su malicia y su donaire limeños, las travesuras de los virreyes y de su clientela. “La Calesa de la Perricholi”, que Antonio Garland ha traducido con fino esmero y gusto gentil es otra pieza que se mantiene dentro de los mismos límites discretos. Toda esa literatura estaba y está muy bien. La que está mal es esa otra literatura nostálgica que evoca con unción y gravedad las aventuras y los chismes de una época sin grandeza. El fausto, la pompa colonial son una mentira. Una época fastuosa, magnífica, no se improvisa, no nace del azar. Menos aún desaparece sin dejar huellas. Creemos en la elegancia de la época “rococó” porque tenemos de ella, en los cuadros de Watteau y Fragonnard, y en otras cosas más plásticas y tangibles preciosos testimonios físicos de su existencia. Pero la colonia no nos ha legado sino una calesa, un caserón, unas cuantas celosías y varias supersticiones. Sus vestigios son insignificantes. Y no se diga que la historia del virreinato fue demasiado fugaz ni Lima demasiado chica. Pequeñas ciudades italianas guardan, como vestigio de trescientos o doscientos años de historia medioeval un conjunto maravilloso de monumentos y de recuerdos. Y es natural. Cada una de esas ciudades era un gran foco de arte y de cultura.

Adorar, divinizar, cantar el virreinato es, pues, una actitud de mal gusto. Los literatos e intelectuales que, movidos por un aristocratismo y un estetismo ramplones, han ido a abastecerse de materiales y de musas en los caserones y guardarropías de la colonia, han cometido una cursilería lamentable. La época “rococó” fue de una aristocracia auténtica. Francia, sin embargo, no siente ninguna necesidad espiritual de restaurarla. Y las escenas de la revolución jacobina, la música demagógica de la marsellesa, pesan mucho más en la vida de Francia que los melindres y los pecados de Madame Pompadour. Aquí, debemos convencernos sensatamente de que cualquiera de los modernos y prosaicos “buildings” de la ciudad, vale, estética y prácticamente, más que todos los solares y todas las celosías coloniales. La “Lima que se va” no tiene ningún valor serio, ningún perfume poético, aunque Gálvez se esfuerce por demostrarnos, elocuentemente, lo contrario. Lo lamentable no es que esa Lima se vaya, sino que no se haya ido más de prisa.

El doctor Mackay, en una conferencia, se refirió discretamente al pasadismo dominante en nuestra intelectualidad. Pero empleó, tal vez por cortesía, un término inexacto. No habló de “pasadismo” sino de “historicismo”. El historicismo es otra cosa. Se llama historicismo una notoria corriente de filosofía de la historia. Y si por historicismo se entiende la aptitud para el estudio histórico, aquí no hay ni ha habido historicismo. La capacidad de comprender el pasado es solidaria de la capacidad de sentir el presente y de inquietarse por el porvenir. El hombre moderno no es sólo el que más ha avanzado en la reconstrucción de lo que fue sino también el que más ha avanzado en la previsión de lo que será.
El espíritu de nuestra gente es, pues, pasadista; pero no es histórico. Tenemos algunos trabajos parciales de exploración histórica, mas no tenemos todavía ningún gran trabajo de síntesis. Nuestros estudios históricos son, casi en su totalidad, inertes o falsos, fríos o retóricos.

El culto romántico del pasado es una morbosidad de la cual necesitamos curarnos. Oscar Wilde, con esa modernidad admirable que late en su pensamiento y en sus libros, decía: “El pasado es lo que los hombres no habrían debido ser; el presente es lo que no deberían ser”. Un pueblo fuerte, una gran generación robusta no son nunca plañideramente nostálgicos, no son nunca retrospectivos. Sienten, plenamente, fecundamente, las emociones de su época. “Quien se entretenga en idealismos provincianos -escribe Oswald Spengler, el hombre de mayor perspectiva histórica de nuestro tiempo- y busque para la vida estilos de tiempos pretéritos, que renuncie a comprender la historia, a vivir la historia, a crear la historia”.
Una de las actitudes de la juventud, de la poesía, del arte y del pensamiento peruanos que conviene alentar es la actitud un poco iconoclasta que, gradualmente, van adquiriendo. No se puede afirmar hechos e ideas nuevas si no se rompe definitivamente con los hechos e ideas viejas. Mientras algún cordón umbilical nos una a las generaciones que nos han precedido, nuestra generación seguirá alimentándose de prejuicios y de supersticiones. Lo que este país tiene de vital son sus hombres jóvenes; no sus mestizas antiguallas. El pasado y sus pobres residuos son, en nuestro caso, un patrimonio demasiado exiguo. El pasado, sobre todo, dispersa, aísla, separa, diferencia demasiado los elementos de la nacionalidad, tan mal combinados, tan mal concertados todavía. El pasado nos enemista. Al porvenir le toca darnos unidad.

José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

Visita del escritor boliviano Tristan Maroff

Visita del escritor boliviano al Perú en febrero de 1928.
De izquierda a derecha, sentados: Anna Chiappe, Esposa de Tristán Maroff, José Carlos Mariátegui, Tristán Maroff y Ángela Ramos.
De izquierda a derecha, de pie: Ángel Medina, Helimberg, Noemí Milstein, Miguel Adler, Ricardo Martínez de la Torre y Luis Ramos

Archivo José Carlos Mariátegui

Almuerzo de despedida para Armando Bazán (II)

Fotografía tomada luego del almuerzo de despedida ofrecido por José Carlos Mariátegui a Armando Bazán.
El primero de la izquierda es Ricardo Martínez de la Torre, José Carlos Mariátegui, Armando Bazán y Ricardo Flores.

Archivo José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui en la fiesta de la Planta de Vitarte, 1929

José Carlos Mariátegui en la fiesta de la Planta de Vitarte en febrero de 1929.
De izquierda a derecha: José Carlos Mariátegui, su hermano Julio César Mariátegui, Ángela Ramos, Carlos A. Velásquez; al volante, Ricardo Martínez de la Torre; en primer plano Sandro Mariátegui y Puppi Milstein.

Archivo José Carlos Mariátegui

Almuerzo de despedida para Armando Bazán (III)

Almuerzo de despedida, ofrecido por José Carlos Mariátegui, para Armando Bazán en su viaje hacia Europa.
De izquierda a derecha: Ricardo Martínez de la Torre, Hugo Pesce, Armando Bazán (sentado) y Ricardo Flores.

Martínez de la Torre, Ricardo

Cena en honor a Waldo Frank

Cena de honor por la llegada del escritor Waldo Frank ofrecido por José Carlos en su casa de Washington Izquierda nro. 554. Lima
De izquierda a derecha: Sr. Vitali, Amalia La Chira, Waldo Frank, Anna Chiappe, Hugo Pesce, José Carlos, Luis A. Sánchez, Cecilia de Vitali.

Archivo José Carlos Mariátegui

Waldo Frank en el Rincón Rojo

Amigos en el famoso Rincón Rojo de la casa de José Carlos Mariátegui.
De izquierda a derecha: Alcides Spelucín, Amalia La Chira, Cecilia de Vitali, Luis A. Sánchez, Waldo Frank, Anna Chiappe y Jose Carlos.
En el piso sentados: Sr. Vitali y Hugo Pesce

Archivo José Carlos Mariátegui

Salida de la Conferencia de Waldo Frank en el Teatro Municipal

Tomada luego de una de las conferencias de Waldo Frank en el Teatro Municipal.
De izquierda a derecha: Artemio Ocaña, Sr. Gamarra, Carlos Valderrama, Carmen Saco, LuisA. Sánchez, Alcides Spelucín, Waldo Frank, Miguel Adler, José Lerner, Luis Ramos, Noemí Milstein, Ángela Ramos, Blanca del Prado.

Variedades

Camino al Bosque de Matamula

En el camino al bosque de Matamula.
De izquierda a derecha: Miguel Adler, Jorge del Prado, José Carlos Mariátegui, Noemí Milstein, Blanca del Prado, Ricardo Flórez.

Malanca, José

Camino al Bosque de Matamula (II)

Grupo de amigos de José Carlos Mariátegui caminando por la Av. Country (Hoy Av. Salaverry) con dirección al bosque de Matamula.
De izquierda a derecha: Jorge del Prado, Blanco del Prado, José Malanca, Ricardo Martínez de la Torre, Noemí Milstein, Miguel Adler y Ricardo Flórez.

Malanca, José

Mariátegui junto a sus amigos en el Bosque de Matamula

José Carlos Mariátegui con amigos en una parte del Bosque de Matamula llamado "Matalechuza.
De izquierda a derecha: Blanca del Prado, Noemí Milstein, José Malanca, José Carlos Mariátegui, Ricardo Flórez, Miguel Adler, Jorge del Prado y Ricardo Martínez de la Torre.

Florez, Ricardo E.

Carta a Bertha Molina (Ruth) [2/1916]

Amiga mía:
Estas son las cuartillas en que escribe a veces Juan Croniqueur. No tengo a mano la Underwood donde tanta ayuda encontré. Produje en ella mucha prosa. Versos nunca. Son cosas incompatibles.
Le escribo a Ud. desde el Convento de los Descalzos, Esta mañana he venido aquí porque el padre Aramburú me había invitado y porque es plácida, grata, dulce y reconfortante esta soledad. Me acompaña un artista, cuyo espíritu es selecto y comprensivo. Y he venido también para escribir. Y he venido también para escribir una novela corta, un cuento que será el primero de los que voy a reunir en un libro. Quiero publicar primero este libro de cuentos, para ratificar mi personalidad como prosista. Mi prosa es más accesible a la inteligencia del público que mis versos. Estos son muchas veces abstrusos, exotéricos, extravagantes. Responden a complejos estados de alma y no es posible entenderlos sin conocerme. Son pocas las personas que gustan mucho de ellos. El Conde de Lemos, More, yo, escasas gentes mas. Yo amo y admiro mis versos. ¡Los siento tan sinceros y tan hondos! Sé que no he apresado en ninguno de ellos toda mi emoción artística, toda mi sensación íntima y esto me atormenta. Tal vez en uno de ellos que llamé "Viejo reloj amigo..." apresé toda mi visión.
Por este motivo, mi libro de versos no aparecerá antes de seis meses. Me preocupa la cuestión del prólogo. Busco entre los literatos cuajados, uno bastante comprensivo. Y he pensado en Luis Fernán Cisneros. El lo hará con gusto y bien.
Repito que he venido para escribir una novela corta. Tendrá francos y tibios perfumes de voluptuosidad y de amor. Y por eso he buscado este asilo místico. Es una paradoja. Hoy inquiero la voluptuosidad del misticismo y mañana, tal vez, el misticismo de la voluptuosidad, ¿Gusta usted de las cosas paradojales? Yo las amo mucho.
Conforme le prometí, tuvo Ud. ayer mi recuerdo en el lunch. Mi brindis íntimo fue por Ud. Me rodearon amigos leales. Faltaron todos los que temen las actitudes rebeldes y se asustan ante el fantasma del poder y la influencia de los monos de la casa de Pando. Me enviaron su adhesión personas altísimas cuyo aplauso me enorgullece. Guardo para mí sus nombres que he sustraído la publicidad. También he sustraído a la publicidad mis frases de agradecimiento.
Tuve el propósito de renunciar al agasajo. No lo hice porque no se tuviera asidero para acusarme una vez más de pose o teatralidad.
¿Por qué soy triste? ¿Quién sabe nunca el origen de estas cosas? Mi tristeza tiene vieja genealogía. Mi alma está de antiguo triste porque el dolor es la verdad única de la vida. Pero el dolor y la tristeza son cosas voluptuosas que hacen a veces al espíritu más bien que la alegría y el optimismo.
Aquellas son...

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Bertha Molina (Ruth), 16/3/1916

[Transcripción literal]
Lima, 16 de marzo de 1916
Amiga mia :
Temía ya que tu,- a mi pesar la Underwood ha querido escribir usted-,cortaras el encanto de esta romántica y dulce correspondencia quo tu iniciaste. I me ha consolado grandemente que hayas vuelto a escribirme tú que tuviste la piadosa acción de visitar mis soledades y traer á ellas el perfume de tu palabra misteriosa. Porque yo, que trabajo en un gran diario, que estoy rodeado de
gentes de toda clase, que me ves en sucesivos cerrillos literarios, que distraigo las horas entre el Palais y los teatros, que vivo
con tanta intensidad, tengo la convicción de que estoy solo y de que toda esta es una atmósfera artificial en la que nadie me acompaña de veras.
I sigo creyendo que tu alma es grande y luminosa y comprensiva. Ya la he sentido en tus cartas y no sé equivocarme.
No acepto que supongas que mi intuición fracasará en cuanto á tu persona. No fracasará ahora ni fracasa nunca. Es
solo que no quiero violentar tu secreto y ansío que tú sola adquieras la confianza bastante para decírmelo. Tendría una gran felicidad ante esta revelación espontánea y cariñosa y no la tendría ante un descubrimiento que te mortificase. Espero que tu sola llegues á mi soledad sin el ambozo del incógnito, pero no hará poda por des­pojarte de él, porque repugnaría á mi delicadeza espiritual.
Tu ves, sin embargo, que debía resistirme á seguir jugando en condiciones desiguales. Tu me conoces, Juan Croniqueur firma estas cartas; en cambia tu eres una incógnita y solo Ruth suscribe las tuyas.
Quiero, no obstante, respetar tu resolución, pero con la seguridad de que tu misma te dictarás una conducta mas franca y amistosa.
Las líneas en que me decías que no te sería posible enviarme tu retrato me desagradaron Ruth. Pero luego aquella post-data consoladora me ha desagraviado y me tiene esperando la solicitada fotografía que tendrá para mi el don de todas las sugerencias, en las horas de recogimiento en que otras reliquias y otros recuerdos resultan vulgares.
Hay selección en tus xxxxxxxx libros. Creo, á pesar de todo, que debías evolucionar de Ricardo León y de ViIlaespesa á los novelistas y poetas franceses y en cuanto puedas á los rusos y escandinavos. Todo lo que hay en nuestra raza de grosería espiritual, de basteza del alma, lo tenemos de los españoles que tienen muchas virtudes pero que en este siglo tienen muchísimos mas defectos. Es un pecado original de la raza del cual solo podemos redimirnos los que lo queremos, persiguiendo á toda costa, nuestra
selección progresiva de espíritu.
Guardo todas tus cartas. La primera la rompí sin fijarme con otros anónimos, pero enseguida, me di cuanta de la profanación y recogí hasta, el último fragmento.
Si quieres ser mas buena, háblame por telefono. Te doy mi palabra de honor do que no haré nada por descubrirte, quiero que la mas leve prueba de confianza tuya sea espontánea. Te lo repito. Yo llego á la imprenta -524- á las 10 y media u once y estoy hasta las 12 u doce y media. I en las tardes, de tres á cinco. En las noches, también, á las 9 aunque por breves ratos. Es, sin embargo, hora discreta.
Aguarda tu visita
Juan Croniqueur

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Bertha Molina (Ruth), 14/5/1916

[Transcripción literal]
14 de mayo
Ruth amabilísima:
Hoy he encontrado sobre mi escritorio, recién colocada ahí, una carta tuya de fecha 19 de abril. Era sin duda la que me faltaba. Pero recién ha sido puesta en mi escritorio. Está cerrada y no presenta indicio de haber sido abierta. ¿Quien la ha puesta en mesa?. Interrogo. Me contestan que el portero que trae la correspondencia de la casilla. No he podido averiguar mas. ¿A quién culpamos? ¿Al correo acaso?
Recibí tu carta de fecha 12 ayer á las 4 de la tarde. Me hizo mucho bien por supuesto. Como todas las tuyas, la he releído.
Insisto en que Ser Folie es mujer. Ayer me repitieron su nombre: Isolina Soto. No sé más de ella. Solo lo que me dicen sus artículos y que ya te he comunicado. Ni mas ni menos.
No creas Ruth, no tengo muchos amigos. Ocurre sí que á muchos tengo que dar por cortesía ese título. Pero, ¿amigos?. No, Ruth. Mira, casi por razón profesional conozco á todo el mundo. Tengo innumerables "conocidos". I de "amigos" tengo un círculo obligado entre los del periódico, entre los demás periodistas, entre los literatos, entre los del Jockey Club, etc. Intimos, por razón de antiguo conocimiento solamente, tengo muy pocos. Soy huraño y rehacio á confiarme á nadie. Confidente, no tengo. Nadie ha penetrado, -entre mis amigos-, en mi espíritu. Nadie me conoce. Créelo Ruth.
Ya lo de los madrigales no me preocupa. Absolutamente. Interviene en esto que soy olvidadizo y un poquito versátil. Pero, si estoy de humor, en una carta te haré una crítica del madrigal de Abril. que me parece una de las cosas mas pobre que ha producido. Yo no soy poeta galante, ni quiero serlo. Creo que mi arte es superior. Le cedo el cetro de la poesía galante de mi generación á cualquiera. He escrito algunas veces madrigales, pero pocas veces, talvez ninguna, con mi agrado. En este género, creo que lo mas feliz que he escrito es un soneto á Anita España. No sé si lo conocerás. Se publicó en Lulú. Después, cada vez que recibo un album para firmarlo, me fastidio horriblemente y el album duerme en ocasiones uno ó dos meses en mi escritorio. Al fin, escribo una tontería. Cualquiera de estos días me resuelvo á escribir en varios albums una misma poesía. Puede ser que así nadie vuelva á pedirme un autógrafo que tan poco vale pero que tan orgulloso es.
El joven del chambergo tiene viejos motivos de compañerismo é intimidad conmigo. Ha sido siempre muy cariñoso conmigo. Yo lo estimo también. Pero ni aún con él me liga una intimidad muy definida. No creas Ruth. No separan casi siempre ideas distintas en cuestiones literarias. Nuestros amigos no son los mismos. El, por ejemplo, está sumado al grupo de Palma y Gálvez, con el cual yo ando divorciado.
Es ciertamente fastidioso tener enemigos, pero no vale la pena hacer un esfuerzo o por evitarlos. También sería desesperante que todo el mundo hablase con cariño y elogio de uno. Si conmigo ocurriese esto, yo tendría mala idea de mi mismo. Una estimación unánime me indignaría. Yo nunca la buscaré.
Hoy te he visto en el Palais. Feliz instante.
Durante la tarde evité el aburrimiento en las carreras.
Quisiera escribirte muy largo pero me interrumpen para que vaya al teatro. ¡Que fastidio! Mañana o pasado te escribiré.
Interrumpo esta carta contra mi voluntad. Perdón.
Hasta mañana Ruth dulcísima.
Juan

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Ricardo Vegas García, 30/9/1925

Lima, 30 de setiembre de 1925
Querido Vegas:
Le recuerdo su promesa de conseguirme dos ejemplares del número de Variedades del 25 de abril donde se publicó el artículo de Pribish sobre Pettoruti. Le agradecería también que me consiguiese, nada más que prestado para hacer copiar mi artículo sobre el renacimiento judío, el número del 27 de junio.
La semana próxima el tema puede ser Las Literaturas Europeas de Vanguardia de Guillermo de Torre o la Santa Juana de Bernard Shaw.
No se olvide de enviar el libro de López Albújar a Sagitario, donde, en ese caso, se reproducirá probablemente, como nota bibliográfica, mi artículo de Mundial.
Cordialmente lo abraza su amigo y compañero.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Ricardo Vegas García, [11/1925]

[Lima, noviembre de 1925]
Querido Vegas:
Escribiré, como por teléfono le dije, sobre Europe. Le envío un ejemplar. El director es Albert Cremieux. Los jefes de redacción, René Arcos y León Bazalgette. Pero la revista está situada bajo la influencia y el auspicio de Romain Rolland. Los penates de la casa son Rolland y Duhamel. La colaboración es muy internacional. Uno de los colaboradores es Unamuno, cuyo libro L’Agonie du Christianisme ha sido publicado en francés precisamente por Rieder, editor de la revista.
Le adjunto unas noticias y fotos para su ‘vida literaria’ que es muy interesante.
Mi libro se está encuadernando. Falta la carátula. Vallejos no ha hecho aún la testa de la Minerva. Dígale que Minerva paga a sus colaboradores artísticos.
Le encarezco mucho ocuparse del asunto del libro de Valdelomar. Quiero hacer dos libros de Valdelomar: La Aldea Encantada y uno de cosas humoristas, sus ‘neuronas’ y diversos ensayos. A la Aldea se le podría anexar Verdolaga tragedia campesina, aunque esté inconclusa. ¿No se podría conseguir que la familia me mandara, como a editor y amigo de Abraham, sus originales y recortes para iniciar una edición de sus obras mejores? Gestione Ud. esto.
¿Cuándo viene para que charlemos largo y tendido? Prepare el Anecdotario.
Cordialmente lo abraza su amigo y compañero.
José Carlos
Si le es posible ver a Iberico, propóngale la edición de un volumen de sus últimos ensayos, con algún trabajo nuevo, su anunciada conferencia sobre el espíritu religioso en Dostoyevski por ejemplo.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Ricardo Vegas García, 23/11/1925

Lima, 23 de noviembre de 1925
Querido Vegas García:
Le adjunto la carta para López Albújar.
Mañana le mandaré a Bustamante la carta-memorándum y tres o cuatro ejemplares de mi libro que saldrá, sin falta, esta semana. Pasado mañana recibirá Ud. su ejemplar.
Sánchez me habló por teléfono. Me prometió venir el sábado. No ha cumplido. Hoy lo he llamado a Mundial sin conseguir hablar con él.––Roberto Valdelomar no me ha dado ninguna noticia de su persona.––Beingolea, en cambio, con quien ya he conversado, se ha comprometido a reunir en ocho días sus originales. Publicaremos primero una selección de sus cuentos. Después vendrá su novela.Valcárcel me ha escrito ofreciéndome dos libros: Tempestad en los Andes, estudio sobre el problema indígena y apologética serrana que llevará un prólogo mío, y Cuentos y Leyendas Inkas.––He hablado por teléfono por Iberico respecto a un libro de ensayo que comprenderá uno que tiene en preparación o casi terminado: El sentimiento religioso en Dostoyevsky.––Dentro de pocos días tendremos un programa completo.
Le ruego conseguirme de Patroni un aviso en Variedades sobre La Escena Contemporánea. Le adjunto el texto. Me parece que el argumento de que se trata casi completamente de una colección de artículos de Variedades —manejado por un sagaz abogado como Ud.— nos servirá para obtener del Gerente la mayor largueza posible.
El tema ––si no viene mañana ninguna noticia sobre la solución de la crisis francesa— serán las literaturas europeas de vanguardia. Le devuelvo el número de Martín Fierro con el retrato Torre. Llámeme mañana por teléfono, después de la salida de la edición de la tarde, para ver si reemplazamos o no este tema por el de la política francesa que no vale la pena tratar sino sobre la base de la solución de la crisis, ya que las características generales de la situación están consideradas en mi último artículo. Para la semana próxima: Pettoruti y los gráficos de su última exposición. No se olvide de mandar oportunamente al fotógrafo para que fotografíe el cuadro.
Muy cordialmente lo abraza su amigo y compañero.
José Carlos

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Ricardo Vegas García, 22/12/1925

Lima, 22 de diciembre de 1925
Querido Vegas García:
Ante todo, muchas gracias por su comentario que tan bien traduce su afecto por el amigo y compañero. Ha hecho Ud. muy bien en referirse al origen de las Figuras y aspectos de la vida mundial. Tiene Ud. una parte de la responsabilidad de mi libro. Ha sido Ud. lo que en una instructiva se llamaría el instigador.
Gracias asimismo por la nota sobre Iberico, cuyo libro saldrá en enero. El método ideado por Ud. para mantener vivo el nombre de Minerva me parece excelente.
No olvidaré su encargo sobre noticias bibliográficas.
Escribiré esta semana sobre la política española. Hace mucho tiempo que no le decimos nada al del suspensorio. A propósito, estoy leyendo el último libro de Unamuno. ¿Qué le parece como tema de la próxima semana?
Su amigo y compañero
José Carlos

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 30/4/1927

Lima, 30 de abril de 1927
Señor don Samuel Glusberg
Buenos Aires.
Muy estimado compañero:
Le ruego excusarme el retardo de estas líneas. Quise contestar sin demora su grato mensaje de amistad y simpatía. Pero hace algún tiempo que me veo forzado a descuidar casi completamente mi correspondencia. Tengo una salud inestable. Salvé hace tres años de la muerte a costa de una amputación y hasta ahora sufro las consecuencias de esa crisis que me dejó mutilado y enfermo. Por fortuna, desde hace pocos meses, voy mejorando. Mi trabajo es, sin embargo, superior todavía a mis fuerzas.
He recibido los libros que me envió Ud. Le agradezco el obsequio. Tengo en gran estima a sus autores, Horacio Quiroga y Sanín Cano. Sobre ambos dirá algo Amauta la revista que dirijo y que regularmente le enviamos.
Estoy políticamente en el polo opuesto de Lugones. Soy revolucionario. Pero creo que entre hombres de pensamiento neto y posición definida es fácil entenderse y apreciarse, aun combatiéndose. Sobre todo, combatiéndose. Con el sector político con el que no me entenderé nunca es el otro: el del reformismo mediocre, el del socialismo domesticado, el de la democracia farisea. Además si la revolución exige violencia, autoridad, disciplina, estoy por la violencia, por la autoridad, por la disciplina. La acepto, en bloque, con todos sus horrores, sin reservas cobardes. En Lugones he admirado siempre al artista, al pensador que se expresa sin equívoco y sin oportunismo. Ideológicamente estamos en campos adversos. Me aflige que él refuerce con su nombre y con su acción a los conservadores. Aunque siempre es una ventaja encontrarse con adversarios de su estatura.
Le adjunto copia de un artículo que publiqué sobre Rahab de Waldo Frank. Con el último número de Amauta va el artículo que escribí para el Boletín Bibliográfico de la Universidad de Lima. Fue reproducido por Repertorio Americano y otros periódicos
Si puedo servirle para la difusión de las obras de su editorial en Lima, mande en mí como guste. Podemos establecer el intercambio con los libros que edita Minerva.
Amauta le ofrece sus páginas.
Y yo me complazco en suscribirme de Ud. con los más devotos sentimientos afmo. compañero
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Xavier Abril, 6/5/1927

Lima, 6 de mayo de 1927
Señor Xavier Abril
Madrid.
Querido y recordado Xavier:
Contesto sólo hoy sus dos cartas, una del 16 de noviembre y otra del 30 de diciembre, por un exceso de trabajo que frustra mis mejores intenciones de puntualidad epistolar. Ud. sabe además que este trabajo exorbitante pesa sobre una salud muy resentida e inestable.
Pero debe Ud haber recibido, como un mensaje, desde que está Ud. en Madrid, Amauta. Los siete números publicados después de su partida le han sido remitidos. Creo que en cuatro de ellos está presente su firma
Tengo aún por publicar algunos poemas de Ud. Publicaré uno en el próximo número y los restantes en el siguiente. Ud. sabe bien que su colaboración me es muy estimada.
De Oquendo, de Lora, de Edil. Zuleta y de algún otro de los que Ud. nombra he recibido y publicado colaboración. Julio Castillo estuvo a visitarme y anunciarme la suya; pero no ha vuelto. Enrique Peña me ha traído algunos poemas que saldrán próximamente. No crea Ud. que me dejo influir por sugestiones de grupo o de personas. No conozco cabalmente a todos los nuevos, pero me parece difícil que alguno de verdadero y revelado valor no tenga su sitio en mi estimación. Mas no puedo ser un crítico agnóstico. Rechazo la idea del arte puro, que se nutre de sí mismo, que conoce únicamente su realidad, que tiene su propio y original destino. Este es un rito de las épocas clásicas o de remansamiento; no de las épocas románticas o de revolución. Por esto, entre un ensayo vacilante, pero de buena procedencia de épica revolucionaria, y un mediocre producto de lírica de exorbitante subjetivismo, prefiero siempre al primero.
Amauta ha ganado hasta ahora su batalla. Esta es una segunda fase: la de su estabilización y desarrollo. La necesidad de sostener una difusión amplia, con alto gasto de tiraje y correo, nos ha movido a la constitución de una pequeña sociedad editora, cuyas bases están en el No. 8 (Con un error: las acciones son de 5 no de l0 lp.).
Mándeme siempre notas, prosas breves. De Ud. y de otros. Salude a Guillermo de Torre y pídale algo para Amauta que es ya una tribuna hispano-americana. Va a todos los países de Hispano-América.
A Valle, a quien también soy deudor de una respuesta, le escribo por este mismo correo.
Bazán lo recuerda con mucho cariño.
Y yo lo abrazo cordialmente
[Firma de José Carlos Mariátegui]
P.S. con Pablo he charlado una mañana muy cordialmente. Me ha prometido venir nuevamente. Lo espero.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Emilio Roig de Leuchsenring, 24/6/1927

Lima, 24 de junio de 1927
Estimado compañero Roig de Leuchsenring:
Los poetas Serafín Delmar y Magda Portal, que tienen toda mi estima personal y artística, le llevan mi saludo y el de los redactores de Amauta. Son nuestro mensaje vivo. No tienen necesidad de otra credencial que su obra. Acójanlos Uds. como auténticos representantes de la vanguardia del Perú que vive su hora de más duro combate.
Cordialmente lo abraza su amigo y compañero
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Emilio Pettoruti, 10/10/1927

Lima, 10 de octubre de 1927
Caro Pettoruti:
A pesar del severo tamiz de la censura, he recibido unas líneas de recuerdo y solidaridad de Ud. y un recorte del diario en que se publicó mi carta. No sé si Ud. me habrá escrito otra vez en este lapso; pero presumo que no, porque sus líneas me advertían que esperaba Ud. antes, noticias mías. Yo no he podido dárselas por haber estado sufriendo un molesto ataque de artritismo reumático que me obligó a dejar Lima para cumplir una cura de sol, prescrita por el médico. El invierno de Lima húmedo y enervante es particularmente insoportable para un individuo como yo que está obligado a moverse en una silla de ruedas sin salir de su casa.
Le he enviado, por correo certificado, con dos ejemplares el último número de Amauta, que no sabía yo si le habría mandado antes, algunas fotografías de cuadros de Camilo Blas, nuestro muy interesante pintor. El número 3 de Amauta publicó, con algunas fotografías, una nota de Sabogal. Puede Ud. consultarla si quiere Ud. dar esas fotografías en su sección de Crítica Magazine. Camilo Blas es un discípulo de Sabogal; pero desde antes de serlo, había revelado ya personalidad y estilo, en diversos dibujos y cuadritos.
Tiene tan honda vocación de artista que desertó la carrera de abogado cuando llevaba ya concluidos sus estudios. Camilo Blas es un seudónimo. Nuestro hombre se apellida Sánchez Urteaga. Es un formidable intérprete de la sierra criolla. Su rasgo esencial es su humorismo, que como todo humorismo auténtico y profundo no está desprovisto de fondo lírico. Recuerda, no ciertamente por su estilo, sino por su temperamento, a los alegres maestros holandeses que pintaban kermesses y cantinas. Si no entran en su sección de Crítica, trasfiéralas Ud. a La Gaceta del Sábado cuyos directores me escribieron pidiéndome colaboración y que les designase un corresponsal en Lima. Yo les mandé algunas noticias y les indiqué al poeta Armando Bazán; pero, con mejor acuerdo, las autoridades remitieron a éste a la Isla de San Lorenzo, de donde acaba de salir. Solo he recibido dos números de La Gaceta y, como nadie ha visto en Lima ningún otro, sospecho que su publicación se haya interrumpido, a pesar de parecer organizada sobre sólidas bases económicas.
Voy a hacer una tentativa para reanudar la publicación de Amauta en Lima. Si fracasara, me dedicaré a preparar mi viaje a Buenos Aires, porque me resultará de todo punto intolerable permanecer aquí sofocado espiritual y materialmente. En Buenos Aires reorganizaría la revista que tiene adquirida extensa circulación continental, a pesar de no haber aparecido sino 9 números y de haberme sido difícil estabilizarla económicamente.
Escríbame con esa dirección: Ana María Chiappe, Washington izquierda 544. Comunique esta dirección a Hidalgo, a quien envié también certificados los últimos números de Amauta y a quien no he acusado hasta ahora recibo de su último libro por los incidentes, sobre el quebranto de mi salud, que me han impedido ocuparme de mi correspondencia.
Infórmeme respecto a sus planes y sobre la posibilidad de que aún lo encuentre en Buenos Aires si decido mi viaje para enero o febrero. Estoy sometido a un tratamiento que me habilitará para lograr cierta movilidad; y espero que no me estorbe ningún nuevo amago reumático.
El poeta Bazán le manda muchos saludos. Ya sabe Ud. que casi todos mis compañeros de Amauta lo conocen y estiman. Y yo lo abrazo muy cordialmente.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Romain Rolland, 20/7/1928

Lima, 20 de julio de 1928
Mr. Romain Rolland
Villeneuve.
Très admiré ami et maître:
Nous croyons que Amauta ne vous ai pas inconnue. Nous vous l’avons envoyée depuis sa parution et bien que vous recevez beaucoup de journaux, livres et revues que sans doute vous n’avez pas le temps de fauilleter, peut-être le message de la jeune Amerique Latine n’echappe pas à votre genereuse attention. Nous savons votre grand intérêd humain pour tout ce que appartient a un monde nouveaux.
Dans les pages de Amauta vous trouverez le temoignage de le respect que nous avons a votre pensée et a votre oeuvre. Nous voulons vous remercier specielment votre noble et honnête defense de la revolution russe qui reste por tous les revolutionnaires du monde nouveaux le plus grand experiment contemporaine. Toute notre espoir s’attache a cette revolution.
Si vous voulez adresser votre parole a l’Amerique Latine, nous serons très hereux si vous faite Amauta porteuse de votre message. Notre Amerique vous aime et vous admire beaucoup plus que vous y pensez. Toute une generation a eté eveillé en partie par votre Jean Cristophe et par votre proteste contre la guerre.
Veuillez bien agreer notre salutations et nous compter parmi vos amis les plus devoués.
Le porteur de cette lettre, Mr. Jean Otten, est un jeune etudiant suisse qui a vecu entre nous deux annés et demi. Il a accepté avec entousiasme l’idee de vous visiter a nomme de Amauta.roteste contre la guerre.
Veuillez bien agreer notre salutations et nous compter parmi vos amis les plus devoués.
Le porteur de cette lettre, Mr. Jean Otten, est un jeune etudiant suisse qui a vecu entre nous deux annés et demi. Il a accepté avec entousiasme l’idee de vous visiter a nomme de Amauta.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a José María Eguren, 10/10/1928

Lima, 10 de octubre de 1928
Querido poeta:
He recibido las pruebas y los libros que le envié. Las composiciones no incluidas en "Simbólicas" fueron tachadas por Ud. mismos sino me engaño. Y en cuanto a "Antigua" y "Las Puertas" están corregidas ya en primera prueba y dentro de dos o tres días le mandaré la segunda. Quiero que salgan en esta selección todas composiciones que Ud. señale. La selección es absolutamente obra suya. No es posible que ninguna composición que Ud. estime deje de aparecer.
Tengo gran deseo de charlar con Ud. pronto y me alegro de que se encuentre Ud. ya restablecido.
Muy cordialmente lo abraza su devoto amigo.
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 7/11/1928

Lima, 7 de noviembre de 1928
Estimado compañero:
Recibo en este momento sus últimas líneas. Me apresuro a contestarle, enviándole un libro que acaba de aparecer en las ediciones de Amauta, en el cual recojo, organizados, algunos de mis trabajos sobre el Perú.
No olvido mi compromiso con Ud. El libro que daré a Babel se titula Defensa del Marxismo porque incluiré en él un ensayo que concluye en el próximo número de Amauta, y que revisaré antes de enviarle. Como segunda parte va un largo ensayo: “Teoría y Práctica de la Reacción”, crítica de las mistelas neo-tomistas y fascistas. El subtítulo de la obra será siempre “Polémica Revolucionaria”.
Tengo casi listo otro libro: El Alma Matinal y otras estaciones del hombre de hoy, ideas y emociones de la época. Comprende, por ejemplo, mi “Esquema de una Explicación de Chaplin” (Amauta No. 18).
Trabajo en otros dos libros: Ideología y Política en el Perú (comprometido para las ediciones de Historia Nueva) e Invitación a la Vida Heroica.
Le mando los dos últimos números de Amauta. Y en breve le enviaré algunas carillas para La Vida Literaria que anunciaré en Amauta y por cuya resurrección lo felicito.
Me acerco a una operación destinada a ponerme en condiciones de marchar con un aparato ortopédico. Si tiene el éxito previsto, es posible que dentro de seis meses visite Buenos Aires.
Muy pronto le expediré los originales de mi libro. Puede Ud. ya darle sitio en su programa editorial. ¿Se imprimirá en España o Buenos Aires? Mejor sería hacerlo en Buenos Aires para ganar tiempo.
Muy afectuosamente lo saluda, en espera de sus apreciadas noticias, su amigo y compañero
[Firma de José Carlos Mariátegui]

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a José María Eguren, 21/11/1928

Lima, 21 de noviembre de 1928
Querido poeta:
Gracias por sus noticias. A Núñez le he dado encargo de gestionar, si es posible, una venida suya, con la cual quedase definitivamente revisado el material de su libro y reparadas todas las omisiones. En La Canción de las Figuras, si no me equivoco, señalamos las composiciones que debían excluirse por deseo suyo. Me aterra la idea de una exclusión indebida. Quiero que el libro recoja todo aquello que Ud. estime y elija en su obra. No me perdonaría una omisión que pudiese desagradarle. Si Ud. lo quiere, incluiremos todas las composiciones de La Canción de las Figuras que yo consideraba excluidas por Ud. Es excesiva mi responsabilidad. Voy a buscar “El Estanque”; y el sábado le enviaré todas las pruebas.
Le envío mis 7 Ensayos. Lentamente venían componiéndose, demorados por mi enfermedad. No han debido aparecer antes que sus Poesías; pero la imprenta necesitaba el tipo. Lo material condiciona siempre nuestros itinerarios.
Lo abraza con todo afecto, muy reconocido a sus gentiles pensamientos, su devotísimo amigo
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Waldo Frank, 30/4/1929

Lima, 30 de abril de 1929
Muy querido y admirado amigo:
Viajaba hacia Ud. la carta de que fue portador Malanca, cuando Ud. me escribió su carta de enero. Su última de 27 de fe­brero, me avisa que sólo entonces recibió Ud. la mía. Durante un mes he estado haciendo una cura de sol, aire y mar en una playa. Mi salud ha ganado mucho; pero yo he perdido todas mis tardes y mi contacto con mis amigos. No he dispuesto, en este tiempo, para todo mi trabajo, sino de las cortas horas de la mañana. Por esto, sólo hoy le escribo.
Pero he comenzado ya a ocuparme en la compilación del material que necesita para la antología planeada. He empezado por remitirle los "Cuentos Andinos" de López Al­bújar, "Matalaché" novela del mismo autor y "El Pueblo sin Dios" de César Falcón. También "Tempestad en los Andes" y "De la Vida Inkaica" de Luis E. Valcárcel, que no son cuento ni novela, pero sí, en parte. relato y leyenda. Falcón tiene un libro de cuentos que no he encontrado en las librerías: "Plantel de Inválidos". Pero él mismo se lo enviará de Londres. Escríbale a Londres W.1 - 11 Adam Street, Portman Squa­re. Es un gran valor, sobre todo como ensayista y periodista. Debe ser uno de sus amigos de Hispano-América, si no lo es ya. Es­ criba también a Valcárcel, a la Universidad del Cuzco. Le será muy útil cuando visite la capital inkaica. En Lima puede ayudarlo en la búsqueda de alguna edición agotada y otras indicaciones, Luis Alberto Sánchez, crítico y catedrático de literatura de América de la Universidad de San Marcos. Su dirección es: Carabaya 960. Le he hablado ya y se compromete a auxiliarle. No habrá suficientes cuentos inkaicos de valor; pero sí cuentos y relatos peruanos. Pida a Ventura García Calderón, a París, sus libros. El plan es magnífico y yo lo secundaré en todo lo que pueda. El prefacio, naturalmente, debe escribirlo Ud.
He hablado con otro de los mejores catedráticos jóvenes de nuestra Universidad sobre su venida y la conveniencia de que ofrezca algunas conferencias en Lima a su paso. Se muestra entusiasta. Creo que se interesarán en conseguir que la Facultad de Letras lo invite otros jóvenes profesores que lo conocen y admiran.
Gracias por su admirable libro. Escribiré algo sobre él apenas mis excesivas ocupaciones actuales me dejen tiempo.
Pronto tendrá Ud. más extensas noticias mías.
Por ahora, no hago más que darle desordenadamente algunos datos.
Muy reconocido a todas las generosas muestras de estimación con que lo distingue. Lo abraza su devotísimo compañero y amigo .
]osé Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Jorge Mañach, 28/9/1929

Lima, 28 de setiembre de 1929
Sr. D. Jorge Mañach
La Habana
Muy estimado compañero:
Sólo hoy contesto su grata carta de hace ya tres meses por varios motivos: el primero es, por supuesto, que soy mal corresponsal, a pesar mío, por mis ocupaciones; y el segundo que he estado esperando el ejemplar de su Indagación del Choteo cuyo envío me anunciaba su carta. Lo he reclamado por carta al Correo, sin éxito. Ha pasado tiempo bastante para considerarlo perdido. Si lo expidió Ud. certificado puede y debe reclamar allá, aunque no sea sino para imponer alguna sanción al desenfado con que el correo peruano se apropia frecuentemente de mis impresos. (Mis cartas se pierden en una proporción que alcanza quizás el 50%).
Leí de su Indagación del Choteo lo que se publicó en Social y por cierto me interesó y gustó mucho. Es Ud. desde hace tiempo uno de los escritores de Cuba que en Lima seguimos y apreciamos más.
A Sánchez le di algunas cuartillas mías para 1929. Pero ya les enviaré algo más digno de su excelente revista, cuyas páginas recorro siempre con especial atención. He encontrado en uno de sus últimos números una nota amable sobre Labor, que precisamente acaba de ser suprimida por una última orden policial. He reclamado, con el apoyo de la Asociación Nacional de Periodistas; pero parece que no hay esperanza de que se reconsidere esa medida, tomada en momentos en que se retorna al expediente de los “complots” comunistas para paralizar por el terror a la burguesía "ancien regime" y para reprimir a diestra y siniestra.
Repita si le es posible el envío de su libro y proponga a la administración de 1929 si le parece el intercambio con Amauta de la revista y las ediciones. 1929 merece circular en el Perú regular y constantemente. Nosotros nos encargaríamos de su difusión en el Perú y Ud. de la de Amauta y nuestros libros en Cuba, por medio de sus libreros.
Muy cordialmente, le estrecha la mano con devotos sentimientos, su amigo y compañero.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Waldo Frank, 7/11/1929

Lima, 7 de noviembre de 1929
Señor Waldo Frank.
Buenos Aires
Muy admirado amigo:
Desde que conocimos los primeros fragmentos de su obra, los intelectuales y artistas del Perú la seguimos con toda estimación y simpatía. Sabíamos que de la América del Norte, cuya más sugestiva interpretación nos ofreció un libro de Ud., su indagación de redescubridor lo llevaría a la América Latina. España Virgen era, después de Nuestra América, la jornada inicial de este viaje.
Su presencia en Buenos Aires, donde queremos que reciba Ud. nuestro fraternal saludo, es una promesa para todos los pueblos sudamericanos. Ambicionamos para el Perú el honor de que sea una de las próximas estaciones de su itinerario. No ignoramos su interés en conocer la tierra y la cultura peruanas. Y si nuestra invitación puede servir para que anticipe Ud. su visita a nuestro país, no debemos demorarla.
Sin compromiso de institución ni de tendencia, suscriben esta invitación catedráticos, escritores, poetas, pintores, y escultores que lo admiran y lo quieren.
Venga Ud. al Perú a decirnos de viva voz su mensaje. En Lima, en el Cuzco, en Arequipa, en todas las ciudades del Perú que Ud. visite, será acogido con amistad y devoción.
Confirmamos el cablegrama que a nombre nuestro le envían en la fecha veinte de nosotros, designados para suscribirlo.
Esperando su respuesta, lo saludamos cordialmente, congratulándolo por la magnífica acogida de Buenos Aires.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 18/12/1929

Lima, 18 de diciembre de 1929
Estimado amigo y compañero:
No he dado inmediata respuesta a su carta del 19 de noviembre, porque en parte se la habían adelantado dos cartas mías, que deben haberse cruzado con la suya, y de la segunda de las cuales le acompaño copia, prevenido siempre contra las veleidades del correo peruano.
Hemos tenido con nosotros a Waldo Frank todo el tiempo que Ud. ha sabido por las noticias cablegráficas. No sé si las noticias cablegráficas sobre su estancia en Lima habrán abundado. Le envío algunos periódicos, entre otros un número de Variedades con un artículo mío. No es necesario que le remita otros periódicos. Toda la prensa de Lima ha señalado con gran atención la presencia de Waldo Frank en nuestra ciudad.
Ya Ud. me había dicho que en Waldo Frank, el hombre no se hace amar menos que el escritor. Todos los que lo hemos tratado de cerca, hemos confirmado plenamente esto. Frank no ha encontrado en Lima un auditorio numeroso, en parte porque la gente no está habituada a pagar a los conferencistas, en parte porque los temas de Frank no interesan sino a una élite; pero ha encontrado en cambio a gentes que lo han rodeado con cariño y comprensión. Y entre sus amigos han estado, seguramente, los mejores espíritus del Perú.
Ofreció tres conferencias en el Teatro Municipal, organizadas por el comité de invitantes, y una pagada por la colectividad hebrea, cohíbida aún por la reciente agresión policial. La Universidad le recibió en la sala de Letras la víspera de su partida. La Facultad de Letras, a propuesta de Sánchez, Iberico, Ureta y Porras Barrenechea lo hizo doctor honoris causa; pero no hubo tiempo para que, aprobado este acuerdo por el Consejo de Decanos, conforme al protocolo universitario, se le otorgasen las insignias respectivas en actuación especial. Reunimos a los escritores y artistas en un banquete general. La Nueva Revista Peruana y Amauta aunque participantes en esta fiesta, quisieron agasajarlo aparte. Hemos prescindido de discursos. Y hemos hecho lo posible porque la cortesía y los cumplimientos no impidiesen a Frank sentirse en Lima como en su casa.
Conversando con Frank, que ha sido muy gentil y deferente conmigo en todo instante, me he afirmado en mi intención de marchar a Buenos Aires. La invitación de un amigo y compañero como Ud. coincide con las circunstancias que le describe mi penúltima carta. El contacto con un país sano y fuerte me hará mucho bien, espiritual y físicamente. En Buenos Aires, terminará esta convalescencia que la debilidad de Lima ha retardado.
Deseo hacer el viaje con mi mujer y mis niños. A los dos mayores, —de ocho y seis años-, podría tal vez dejarlos; pero los colegios de Lima, donde podría dejarlos como internos, no me satisfacen y el mimo de la familia, si continuasen en el colegio que ahora frecuentan y donde no hay internado, perjudicaría su educación. Respecto a todo, espero su fraterno e inteligente consejo. —Frank piensa que en Buenos Aires se puede resolver tan bien como en Europa el problema de mi movilidad por la adaptación de una pierna ortopédica. Creo que ahí la cirugía y la ortopedia están perfectamente desarrolladas. Eso lo dejaría para después de mi primera etapa de trabajo. Pero es muy importante para mi porvenir.
Para que el correo de hoy no me gane, pongo aquí punto final a estas líneas. Le seguiré escribiendo en breve.— No hemos recibido sino un ejemplar del número 15 de L.V.L. Si le es posible, reitere el envío. Han venido, en cambio, completos los ejemplares del N° 16.
Cordialmente lo abraza su amigo y compañero devotísimo
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 18/2/1930

Lima, 18 de febrero de 1930
Muy estimado amigo y compañero:
Sin nuevas de Ud. vuelvo a escribirle, adjuntándole copia de mi última.— He recibido una segunda carta de Waldo Frank de Nueva York, en que reitera, en términos verdaderamente abrumadores para mí, su esperanza en mi trabajo en la Argentina. Me avisa que el plan de su obra sobre la América Latina está en pie.
No me ha dicho Ud. si recibió con el ejemplar de Poesías de Eguren dedicado a Ud. otro para Waldo Frank. Espero que lo haya incluido en uno de sus envíos a Nueva York. Si no hubiese llegado, o se le hubiese extraviado, avísemelo para repetir el envío, esta vez directamente. Frank, probablemente, no estaba ya en Buenos Aires, cuando llegó allá el libro.
Borges, correspondiendo sin duda al envío de Poesías, ha mandado a Eguren uno de sus libros, aludiendo en la dedicatoria al poema “Viñeta Oscura”, admirable a mi juicio. Si Ud., Borges, Franco u otro de sus colaboradores dedican una nota al libro de Eguren, nos ayudarán en la tarea de hacer desinteresada justicia a un poeta peruano, a quien se ignoró aquí absolutamente en la época de apogeo de Chocano y sus rapsodistas. Una pequeña selección de poemas de Eguren, en la que podrían entrar si son de su gusto “Viñeta Oscura”, “Favila”, “La Muerta de Marfil”, “Shyna la blanca”, “Lied III”, “La Tarda”, “Los Reyes Rojos”, “La Dama I”, cabría tal vez en La Vida Literaria, con la advertencia de que los poemas de Simbólicas y La Canción de las Figuras, son de hace veinte años, de la época de ortodoxo rubendarismo en la mayor parte de la poesía hispanoamericana.— Hemos enviado también el libro de Eguren a Lugones y Gerchunoff.— Recomiendo a su atención el trabajo en prosa de Eguren en el No. 28 de Amauta. Acaso Ud. prefiere ésta a otra trascripción. Es una colaboración especial para Amauta y corresponde a la actualidad del autor.
Redacte Ud. un aviso de La Vida Literaria y las Ediciones Babel para una página de Amauta.
La Prensa de Buenos Aires ha contratado la colaboración de López Albújar, que escribirá para ese diario un cuento mensual de 1000 a 1500 palabras. Ya cuenta entre sus colaboradores a José Gálvez. Esto indica cierta deferencia por los escritores del Perú, de la que la diplomacia de Ud. puede aprovechar en mi favor.— No hago exclusivamente ensayos y artículos. Tengo el proyecto de una novela peruana. Para realizarlo espero sólo un poco de tiempo y tranquilidad. He publicado, en fragmentos, en una de las revistas en que colaboro, un relato, mezcla de cuento y crónica, de ficción y realidad, que editaré si es posible en Santiago, como novela corta.
Con mi próxima, le enviaré algo para La Vida Literaria, ¿Recibió el No. de Variedades con el artículo de bienvenida a Waldo Frank? Debe haber ido en paquete certificado.
¿Tiene Ud. relación con César Falcón y la Editorial Historia Nueva? Falcón es un peruano, pero no de la variedad desacreditada en Buenos Aires. Se ha abierto paso en España con honradez y verdad, bien acompañadas de talento.
Lo abraza afectuosamente.
[Firma de José Carlos Mariátegui]

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a José Malanca, 10/3/1930

Lima, 10 de marzo de 1930
Querido Malanca:
Dos líneas en respuesta a su única de Chile (Villa Rica 27 de enero). Voy todas las tardes a la Herradura y esta cura, si bien me ha hecho mucho bien, después de un decaimiento de mis fuerzas físicas, me quita mucho tiempo.
Gran satisfacción me causan las noticias sobre Seoane, con quien yo también me prometo excelente camaradería en Buenos Aires.— Hágale Ud. saber que probablemente en mayo estaré en Santiago, en viaje a Buenos Aires; y que mi viaje aconsejado por muchas razones, que Ud. en gran parte conoce, está completamente resuelto. Sólo una inesperada falla en mi salud u otro accidente puede frustrarlo. Estoy invitado por el grupo de escritores de La Vida Literaria, el mismo que propició y organizó la visita de Frank. L.V.L. dará, con este motivo, un número peruano, para el que Seoane, Blanca, Magda, Julián pueden enviar desde luego alguna colaboración, dirigiéndola a Samuel Glusberg, Rivera Indarte 1030. Creo que ese número puede ser una pequeña antología de prosa y poesía peruanas. —Dígale a Seoane que no he sabido nunca si recibió la carta que hace varios meses le dirigí acompañándole copia de los puntos aprobados del programa del P.S. Después de la carta, fue copia de la misma, en previsión de una falla postal.
Deploro que no nos podamos encontrar en Santiago. Habríamos hecho juntos el viaje a su tierra, de la que ha sido Ud. para mí uno de los mejores anticipos espirituales. Pero ya en Buenos Aires renovaremos las tardes de Lima.
No necesito agregarle que se le recuerda a Ud. aquí con el cariño de siempre. Tengo noticia de que en el Cusco tampoco se le olvida. Estamos en buena relación con los muchachos de allá, disipado ya hasta la última sombra de malentendído. Sólo un exagerado ‘cusqueñismo’, léase en este caso antilimeñismo, los distanciaba de nosotros. Y Ud. sabe lo poco limeños que somos nosotros, lo antilimeños que somos, en el sentido revolucionario.
No tarde en escribirme, enterándome de su itinerario.
Muy cordialmente lo abraza
José Carlos
P.D.—Recuerdos afectuosos de Anita y todos los míos.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Néstor S. Martos, 10/3/1930

[Lima], 10 de marzo de 1930
Sr. Néstor S. Martos
Piura
Estoy desde hace algún tiempo en deuda con Ud. Le debo la expresión de mi reconocimiento por su generoso artículo sobre mis "7 Ensayos", que han tenido en provincias y por parte de espíritus vigilantes como Ud. la atención que les ha rehusado la prensa de la capital, enterada de sus aparición por un premio municipal y por algunos ecos de su resonancia en el extranjero registrados en "Mercurio Peruano".
Vivo muy atareado. En las últimas semanas, un debilitamiento de mis fuerzas me ha exigido una cura de playa y en la Herradura, que me quita todas las tardes. Las breves horas de la mañana son insuficientes para mi trabajo [...]. Tengo que renunciar casi al placer de la correspondencia.
Recibí hacer algunos meses una crónica de Ud. muy bien escrita por cierto pero poco entonada a los temas de la revista . La recibí sobre todo, en periodo de verdadera congestión. No podemos dar puntualmente un número todos los meses y este nos hace arrastrar de mes a mes un pesado salfo de prosa y verso. Por creerlo un excelente escritor, que debe estar en "Amauta" mejor representado, prefiero publicar de Ud. otra colaboración. Estos seguro, además, de que no lo molestará mi franqueza.
Créame su devotísimo amigo y colega y acepto mis cordiales sentimientos y mi afectuoso saludo.

José Carlos Mariátegui La Chira

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