Dinero

Taxonomía

Código

11.02.01

Nota(s) sobre el alcance

  • MONEDA. FINANCIAMIENTO

Nota(s) sobre el origen

  • OECD Macrothesaurus

Mostrar nota(s)

Términos jerárquicos

Dinero

Términos equivalentes

Dinero

Términos asociados

Dinero

116 Descripción archivística results for Dinero

116 resultados directamente relacionados Excluir términos relacionados

Carta a Artemia G de Falcón, 24/6/1923

Madrid - Trafalgar, 36

Querida madre:

Apenas recibí tus cartas del diez de mayo, como aún no sabía nada de mis pasajes, me dirigí a la legación de Londres, pidiéndole noticias, y Machiavello, rogándole que telegrafiara a Mariátegui. Hasta ahora solo me ha contestado Machiavello. Le ha hecho, según me dice, el telegrama a José Carlos. Pero yo sigo sin saber nada de los pasajes. Sospecho de la malquerencia que me tienen las gentes del ministerio o de un descuido en la transmisión de la orden. No creo que el ministro te ya escrito una inexactitud. Como sea, me parece que en antes de fin de mes sabré algo. Tú debes haber supuesto también que no las he recibido, puesto que no te girado nada. Tan prono me lleguen, te haré el giro. Esta será el mejor anuncio.

Sin embargo, si ha surgido algún entorpecimiento, espero que entre tú y Mariátegui habreis procurado reenviarlo enseguida. Ya dudo de todo. Es posible que al llegarte esta aun no haya recibido yo nada. Será así, si antes no recibes el giro. En este caso ve a José Carlos y, juntos, haced las gestiones oportunas, procurando, sobre todo, que transmitan la orden por cable. Yo espero impaciente y necesitado.

He seguido enviado artículos a Mundial. No lo he hecho por contacto tuyo, para evitarte la molestia de llevarlas. Pero creo que los habrán publicado y pagado puntualmente, aunque todavía no he recibido ninguno de ellos, ni siquiera el que me anuncias en tu carta. Supongo que esto te servirá de algo.

Yo continúo vacante. Las gestiones que he hecho no han terminado aún. En mi próxima espero darte mejores noticias.

Dile a Mariátegui que me escriba muy frecuentemente. Hasta ahora solo he recibido de él una carta.

Hago los mejores augurios por el próximo empleo de Humberto. Es posible, como tú dices, que Salomón pueda colocarlo mejor que Lorente. Y él, sin duda, cumplirá satisfactoriamente sus deberes. Ya es un hombre y, de seguro, continuará tan serio y formal como de pequeño.

En cuanto a Jorge, espero que con lo que yo te envíe, apenas reciba los pasajes, puedas matricularlo y no pierda el año. Dile de mi parte que él debe corresponder a tus esfuerzos, aplicándose al estudio.

¿Qué hacen mis hermanas? ya no me escribe ninguna. Supongo que Alicia estará ocupada en su trabajo. Pero y Antonieta y Teresa?

Aunque no me escriban, salúdala a todos cariñosamente en mi nombre. Tú recibe un abrazo y un beso de tu

César

24.IV.1923

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 17/7/1923

Madrid - Trafalgar, 36

Querida madre:

Todavía no tengo ninguna noticia de los pasajes. Mis gestiones aquí no me han dado resultado ninguno La Legación de Londres ni siquiera me ha respondido a tres cartas que le he escrito preguntándole si había llegado la orden. Estoy ahora tan desorientado como el primer día. Si supiera a que legación o consulado ha sido transmitida la orden podría averiguar algo. Esperaba que me lo dijera tú. Pero su carta del 15 de junio solo me dice, como la anterior, que el ministro ha ordenado que me los entreguen, mas no precisa a quién lo ha ordenado. Mariátegui tampoco me lo dice. Ahora estoy esperando que conteste al telegrama que le hizo Machiavello. No sería raro que cuando tú recibas esta continúe en la misma situación ese caso, interésate con Salomón para que trasmitan la orden cablegráficamente a Génova o Hamburgo que son los dos sitios que me convienen más. Sobre todo Génova. Sería mejor que le pidieras solo Génova. Machiavello me lo arreglaría todo muy bien. Naturalmente, si ya la han transmitido, no intentes que la modifiquen, porque tardarían mucho. Pero dímelo enseguida. Tú sabrás en cuanto las reciba por el telegrama que te haré.

Yo continúo en la misma situación. No estoy enfermo. Aquella enfermedad solo fue una gripe ligera e inofensiva. No he vuelto a tener nada. Está tranquila.

Mis preocupaciones son de otro orden. Aún no he logrado ningún acomodo. Y tengo que resignarme a esperar, para conseguir algo, hasta septiembre. Porque en estos meses de verano todo el mundo se marcha fuera de Madrid y no puede resolverse ningún asunto.

Efectivamente, Mariátegui me dijo en primera carta que pensara seriamente en mi regreso inmediato. en su segunda me repite la recomendación y me habla del periódico. Yo le he contestado que estoy pronto a marchar, pero que me siga una cosa concreta. No puedo, por las mismas razones que tú me das, aventurarme a una expectativa más o menos vaga. Además, desconfío mucho de sus planes periodísticos. Espero que en una carta próxima me hable con más detalle. En cuanto resolvamos algo, te lo comunicaré, claro es, enseguida.

Es posible que la tardanza de Mariátegui en responderte sobre el destino de Humberto se deba a que Lorente no haya podido conseguirle nada todavía. Espera un poco. Haz la gestión que te proponías hacer con Salomón. ¿O la has hecho ya?.

No necesitas decirme las contrariedades que estás pasando. Me doy cuenta perfectamente. Esto es lo que más me disgusta de mi actual situación, aunque yo también lo paso mal. Quisiera tener algo con qué auxiliarte. Pero, desgraciadamente, carezco ya hasta de lo indispensable. Estoy viviendo al crédito. Y no sé cuánto tiempo podré resistirme así. Cálculo que no podrá ser mucho.

Yo tengo lo retratos de tus padres y el tuyo. No se los envié a Mariátegui a Italia, precisamente para evitar que se perdieran. Los tengo muy bien guardados. Tan pronto pueda mandaré hacer las ampliaciones y te los enviaré. No temas que se pierdan.

Dime si Mariátegui te ha entregado ya el juego de té.

Sigo mandando artículos a Mundial. Envío dos mensuales. Pregúntale a Aramburu cuántos ha recibido hasta ahora, porque si se han extraviado algunos reclamaré aquí en correos.

Todavía no he recibido cartas de mis hermanas ni sus retratos.

Saluda cariñosamente a todos mis hermanos y recibe tú un beso y un abrazo de tu hijo.

César.

17.VII.1923

Cobra el artículo de El Comercio. Otros que mandé no los han publicado. No volveré a mandarte ninguno más. Habla con Vallecito para cobrar ese. Salió el 7 de junio en la mañana.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 17/7/1923

Madrid - Trafalgar, 36

Querida madre:

Tu última carta, —no puedo decirte de que feliz, porque no la tiene— me ha dejado ansioso por conocer el resultado de tus gestiones sobre mis pasajes. Yo no tengo hasta ahora la menor noticia. Mariátegui me cuenta su encuentro contigo en el ministerio, me explica su intervención y me insinúa la sospecha de que Salomón no nos atienda tanto como lo hace creer. Dice que sus pasajes se los enviaron debido a una orden del propio Leguía, con quien habló su madre. Yo creo que los míos no estarán ya lejanos. Tú debes saberlo mejor que yo, puesto que ya no recibo más noticias sobre ellos que las tuyas.

Con verdadero dolor he leído la descripción que me haces de tu miseria. Yo no estoy en mejores condiciones. Todavía no he logrado meterme en un sitio seguro. Las gestiones que hago no han tenido éxito aún. Espero en septiembre conseguir algo. La imposibilidad de ayudarte en estos momentos aumenta mi contrariedad. No tengo ahora más expectativa que los pasajes. Y ya te he dicho como los compartiré contigo. Supongo que tú estarás haciendo todo lo que sea necesario para que me los envíen de una vez.

Hoy le escrito a Mariátegui recomendándole nuevamente el empleo para Humberto. En su última carta me dice que Lorente no ha podido colocarlo todavía, porque le han reducido mucho el presupuesto de salubridad. Pero que se ha comprometido a hacerlo lo más pronto posible. Aunque no tengo muchas esperanzas, le dijo que hable él otra vez.

Te repito que, si todavía no han ordenado la entrega de mis pasajes, procures transmitan la orden a Génova. Esto sería lo más favorable, pues el cónsul es muy buen amigo mío.

Si arreglas algo con Óscar Miro Quesada, dímelo enseguida para mandar artículos. En todo caso, que te paguen los publicaciones. Confirmo enviando a Mundial los dos mensuales. Mándame los números en que se publiquen.

Me parece que con el dinero que te envíe cuando reciba los pasajes podrás salir de apuros y después con el trabajo de mis hermanos y mi colaboración, lograrás vivir sin angustia. Ya es tiempo de que terminen tantos sufrimientos.

Recuerdos de todos mis hermanos. Recibe tu un beso o un abrazo muy cariñoso de tu hijo.

César.

30.VII.1923

P.D. Me olvidaba decirte que no pases cuidado ninguno por mí. Disfruto una salud excelente. Aquella enfermedad fue solo un resfrío de pocos días. Pero ya estoy bien y muy gordo.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 13/8/1923

Madrid - Trafalgar, 36

Querida madre:

A pesar de tus gestiones y de cuando me refieres en tu carta del 16 de julio, todavía no he recibido la menor noticia de mis pasajes. Si como tú me dices, el 18 de julio hubiesen dado cablegráficamente la orden a Londres, ya los tendría en mi poder. Lo más probable es que no hayan dado orden ninguna. Por lo menos, hasta que tú no hayas vuelto a gestionarlo. Mis preocupaciones del primer momento se han cumplido puntualmente. Esa gente de los ministerio, la de escaleras abajo, como no puede molestarme de otro modo, me molesta retardando lo más posible todo cuanto se relaciona conmigo. Bueno. Espero que esta sea la última vez. Espero que ya no tardará mucho en venir el dinero. Tan pronto lo reciba —ya se lo he dicho— le haré un giro enviándole lo más posible.

Según le dije, hace días escribí a Mariátegui, recordándole nuevamente que hablara otra vez con Lorente sobre el destino para Humberto. Supongo que lo hará, aunque ya no tengo confianza ninguna con él. De todos modos, servirá siquiera para acabar de desengañarme.

Con esta carta te envío el primer artículo de agosto para Mundial. En lo sucesivo te los mandaré a ti, tú puedes enviárselos a Aramburu con Humberto o Jorge. Así conseguiremos saber por lo menos cuántos se quedan sin publicar. Yo le he mandado a Aramburu dos mensuales desde el mes de marzo. No creo que se haya perdido ninguno. Pero no hagas reclamaciones, porque serían inútiles. Lo mejor es que de hoy en adelante vayan por intermedio tuyo.

También te mando una novela corta que he publicado en El Imparcial. Esta y unos cuantos artículos disperso constituyen todos los ingresos que he tenido desde febrero hasta hoy. Sin embargo, no me he muerto de hambre. Creo que a partir del próximo mes mejorará mi situación, siquiera sea en forma que me asegure la subsistencia.

Ya me imagino las contrariedades y estrecheces que estarás pasando. Felizmente, Alicia me dice que Teresa está en vísperas de colocarse. Me alegro mucho. Con lo que ella gane, lo de Alicia, los artículos míos y, más tarde, con el sueldo de Humberto, por poco que sea, podrás organizar un modesto presupuesto mensual. Si yo tuviera te mandaría algo más, pero no puedo prometerte nada, porque nada tengo. En cuánto mejore mi situación, haré un esfuerzo para ayudarle.

Todavía estoy esperando los retratos de mis hermanos. Haz lo posible por enviármelos, aunque solo sea una postal.

No olvides mandarme Mundial.

¿Te pagaron el artículo de El Comercio?

Muchos recuerdo para todos mis hermanos y un abrazo y un beso muy cariñoso para ti, de tu hijo.

César.

13.VIII.1923

Alicia:
Muchas gracias por las líneas. Ya le dije a mamá que me alegra mucho la noticia de la próxima colocación de Teresa. Te agradezco mucho el envío de Mundial. Así que [cuando] pueda te retornaré con algo, lo mismo que mis demás hermanos. Salúdalo. Te abraza. César.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 30/9/1923

Madrid - Trafalgar, 36

Querida madre:

Pocos días después de haberme escrito tu carta del quince de agosto habrás recibido sin duda el giro que te hice apenas me llegó el dinero de los pasajes. Supongo que esto te habrá servido para trasladarte a Lima y salir de apuros. Desde ahora, con los sueldos de Alicia, Teresa y Humberto y con los artículos que yo seguiré mandándote puntualmente para Mundial, me parece que podrás combinar un presupuesto que si no espléndidamente, te permita vivir tranquila y modestamente. Yo había resuelto que Mariátegui te entregara el dinero de los artículos que estoy mandándole para su revista. Pero la revolución española, de la que ya tendrás noticias por los periódicos, ha impedido la publicación del diario en el que yo iba a trabajar y no sabemos todavía cuándo podrá publicarse. Por esto le he dicho a Mariátegui que ese dinero me lo mande, pues hasta ahora es lo único más o menos seguro —si él ha logrado sacar el periódico y el periódico da resultados económicos— de que dispongo para vivir aquí. Las demás expectativas como vender una novela que tengo terminada o estrenar una comedia, son demasiado inseguras. Claro es que tan pronto logre aquí aunque sea un pequeño sueldo mensual, haré que lo de Mariátegui sea también para ti y, si puedo, aun te enviaré algo de lo que gane. No te aflojas por este contratiempo. Mucho hemos sufrido y mucho estamos sufriendo. Pero de todas la contrariedades vamos librándonos con más o menos fortuna y no podemos desconfiar del porvenir. Yo creo que muy pronto habremos logrado una posición aceptable. No desconfíes.

Yo también participo de la opinión de Alicia sobre Jorge. Es necesario que aprenda un poco más. Lo importante no es que empiece a trabajar cuanto antes, sino que cuanto antes esté en condiciones de trabajar. Si el se aplica —cosa que le recomiendo cariñosamente— dentro de un par de años podrá ayudarnos más eficazmente de lo que podría hacerlo si ahora mismo se dedicara a ganar un sueldo miserable.

Te adjunto un nuevo artículo para Mundial. No te lo he mandado antes, porque he tenido que hacer una serie de cosas que me han impedido hacerlo. Pero está segura que a partir de hoy te los mandaré puntualmente.

Uno de estos días te mandaré también una encomienda con algunos dulces aquí. Son muy agradables. Quiero que tú me mandes en cambio dos paquetes de café tostado —de buen café caracolillo de Huánuco— y, si es posible, un poco de chocolate del Cusco, pero de ese chocolate con dulce que una vez me regalaron. Todo esto te será muy fácil enviarlo por correo, en paquetes certificados.

Dile a Teresa que la felicito por haberse colocado. Espero que se dedique a trabajar con la misma contracción y el afán con que está haciéndolo Alicia. Ya les he dicho en una carta anterior que deben estudiar más, prepararse para ocupar puesto mejores, no por recomendación, sino por méritos y capacidad propias. Estoy seguro que ella, como Alicia, lo harán así. Este debe ser el mejor ejemplo para Humberto y Jorge. Que es de Antonieta? Nunca recibí de ella ni siquiera una letra. Estoy esperando impaciente los retratos de todas.

Muchos saludos para todos y un abrazo y un beso muy cariñosos para ti de tu hijo.

César.

30-IX-1923

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 9/2/1924

Londres, 9 de febrero de 1924

Querida madre:

He recibido tu carta del diez de enero, todos los periódicos y me dicen de Madrid que ya llegó el café y el chocolate. Muchas gracias por todo. Ya también te han enviado de Madrid dos paquetes de turrón. Este es un dulce que en España se toma por navidad. Seguramente te gustará mucho.

Me ha dado mucha pena conocer todos los trabajos que estás pasando. Si yo tuviera ahí alguna posibilidad de trabar me iría enseguida a compartir contigo y mis hermanos el poco de dinero que pudiera ganar. Pero tú sabes tan bien como yo, que ahí no tengo recurso ninguno. Al poco tiempo me moría de hambre o tendría que hacer algunas cosa indigna. Pero yo puedo consentir que tú, después de todo lo que has sufrido por nosotros, te pongas a trabajar. Aquí, como ya te he dicho, apenar gano lo indispensable para comer. Sin embargo, mientras gane esto, haré un esfuerzo y todos los meses te enviaré cualquier cosa hasta que salga la revista de Mariátegui en que publicará, por lo menos, un artículo semanal. El valor de estos artículos le diré a Mariátegui que te pague a ti. Por poco que sea será una cosa fija y segura y te ayudará algo. En este momento estoy esperando mi sueldo de enero. En cuanto me llegue te enviaré esta carta. Te adjunto también un artículo para Aramburú. Mientras no tenga otra cosa no tendré más remedio que no hacer caso de sus estupideces. Dime si ha publicado los dibujos a tinta que te envié.

Ve si puedes mandarme una copia autoriza[da] de mi partida de bautismo. El importe te lo mandaré en cuanto me digas a cuanto asciende.

Saludos y recuerdos para mis hermanos y un beso y un abrazo para ti de tu hijo.

César.

Te adjunto también un giro por Lp. 2. Siento no poder enviarte más. Pero esta pequeña cantidad te servirá siquiera para pasar un buen día.
Muchos besos más de tu hijo. César.

Te mando una carta que me ha dado un amigo de aquí, don Luis Delgado, para Juan Thol, secretario de la recaudadora, para ver si consigues destinar a Humberto. Creo que será eficaz. Anda enseguida a Thol y dime el resultado.

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 26/3/1924

71, Highbury New Park, London, N.5

Querida madre:

Este mes me ha ocurrido casi una catástrofe financiera. La peseta bajó extraordinariamente en los primeros días del mes y me ocasionó una pérdida bastante sensible en mi exiguo presupuesto. Esto me ha impedido enviarte alguna cosa. Pero ya han mejorado los cambios y dentro pocos días que reciba la liquidación del mes de abril te haré un pequeño giro. Adjuntos te envío dos artículos. El enorme trabajo que tengo no me ha permitido mandártelos antes. Pero, como te lo tengo ofrecido, hasta que consigamos otra fuente de recursos, te mandaré puntualmente los dos artículos para Aramburú.

He visto en Variedades artículos sobre mí. A esa gente es a la única de Lima que le debo siquiera un cariñoso recuerdo. Los demás no hacen sino dejarme ver entre líneas su malquerencia. Afortunadamente no me importa nada que estos me quieran bien o mal.

Dentro de unos días le voy a escribir una carta a Alicia recomendándole nueva y directamente la cuestión de la casa. No es posible que una familia pobre esté pagando estúpidamente un alquiler tan subido. Yo espero que Alicia atenderá mi recomendación y conseguirás que tanto ella como las otras modifiquen su manera de pensar.

Estoy esperando impacientemente el resultado de la gestión para destinar a Humberto. Como ya te lo he dicho, Delgado me aseguró que Thol lo atendería. Es posible que estas horas tú lo sepas. Comunícamelo enseguida.

No me olvido de ninguno de tus encargos. Solo espero estar en condiciones de cumplirlos. En cuanto pueda no necesitaré que me lo recuerdes.

Supongo que ya habrás recibido los dulces. Tengo interés en saberlo para darme cuenta de las seguridades que ofrece ese medio de envío. ¿Qué hay de la revista de Mariátegui? mañana o pasado le voy a [escribir ] él y a Guzmán.

Muchos recuerdos para mis hermanos y un beso y un abrazo para ti.

César.

26-III-1924

Falcón, César

Carta a Artemia G de Falcón, 10/4/1924

71, Highbury New Park, London, N.5

Querida madre:

Acabo de recibir mi dinero del mes de marzo —muy poco definitivamente— y no quiero perder un instante en enviarte aunque sea una pequeña cosa para que cimas un dulce en mi nombre [en] el día de tu cumpleaños. Siento que sea tan poco. Pero yo estoy ahora en un momento de crisis. Londres es extraordinariamente cara y el dinero que me mandan de Madrid, aminorado por la baja de la peseta, me alcanza apenas para vivir con mucha modestia.

Hace días he recibido una carta de Antonieta. Dile que le contestaré muy pronto.

Mañana o pasado te enviaré el primer artículo del mes para Mundial. También una carta para Mariátegui, quién, a propósito, ha cesado de escribirme. Hace tres meses no recibo ni una línea de él. Ni siquiera se ha dignado contestar a mis últimas cartas ¿Qué le pasa?

Ya le escribí a Guzmán dándole el pésame por la muerte de su padre.

Supongo habrás visto los artículos de Variedades sobre mí. Yo los he leído ya.

¿Publica Mundial mis artículos y, sobre todo, te los paga?

Muchas felicidades muchas, te deseo en tu nuevo año.

Saludos para mis hermanos y un beso y un abrazo para ti.

César.

Falcón, César

Carta de Alberto Salomon a Artemia Garfias de Falcón 26/4/1923

ALBERTO SALOMON saluda atentamente a la señora Artemia Garfias de Falcón y le es grato manifestarle que en el acuerdo supremo de la fecha ha filmado la resolución que autoriza al Ministerio para conceder pasaje de regreso al Perú a su hijo César.
Lima, abril 26 de I923

A.S

Salomón Osorio, Alberto

Boletas y Facturas

La subserie presenta documentos referidos a los pagos realizados por la Imprenta así como también boletas de compra y recibos de cargo.

Imprenta y Editorial Minerva

El progreso nacional y el capital humano

I
Los que, arbitraria y simplisticamente, reducen el progreso peruano a un problema de capital áureo, razonan y discurren como si no existiese, con derecho a prioridad en el debate, un problema de capital humano. Ignoran u olvidan que, en la historia, el hombre es anterior al dinero. Su concepción pretende ser norteamericana y positivista. Pero, precisamente, de nada acusa una ignorancia más total que del caso yanqui.
El gigantesco desarrollo material de los Estados Unidos, no prueba la potencia del oro sino la potencia del hombre. La riqueza de los Estados Unidos no está en sus bancos ni en sus bolsas; está en su población. La historia nos enseña que las raíces y los impulsos espirituales y físicos del fenómeno norteamericano se encuentran íntegramente en su material biológico. Nos enseña, además, que en este material el número ha sido menos importante que la calidad. La levadura de los Estados Unidos han sido sus puritanos, sus judíos, sus místicos. Los emigrados, los exiliados, los perseguidos de Europa. Del misticismo ideológico de estos hombres desciende el misticismo de la acción que se reconoce en los grandes capitanes de la industria y de la finanza norte-americana. El fenómeno norteamericano aparece, en su origen, no solo cuantitativo sino, también, cualitativo.
Pero este es otro tema. No me interesa, por el momento, para otra cosa que para denunciar el punto de partida falso, irreal, del materialismo, al mismo tiempo grosero y utopista, de quienes parecen imaginarse que el dinero ha inventado a la civilización, incapaces de comprender que es la civilización la que ha inventado al dinero. Y que la crisis y la decadencia contemporáneas empezaron justamente, cuando la civilización comenzó a depender casi absolutamente del dinero y a subordinar al dinero su espíritu y su movimiento.
El error y el pecado de los profetas del progreso peruano y de sus programas han residido siempre en su resistencia o ineptitud para entender la primacía del factor biológico, del factor humano sobre todos los otros factores, si no artificiales, secundarios. Este es, por lo demás, un defecto común a todos los nacionalismos cuando no traducen o representan sino un interés oligárquico y conservador. Estos nacionalismos, de tipo o trama fascista, conciben la Nación como una realidad abstracta que suponen superior y distinta a la realidad concreta y viviente de sus ciudadanos. Y, por consiguiente, están siempre dispuestos a sacrificar al mito del hombre.
En el Perú hemos tenido un nacionalismo mucho menos intelectual, mucho más rudimentario e instintivo que los nacionalismos occidentales que así definen la Nación. Pero su praxis, si no su teoría, ha sido naturalmente la misma. La política peruana -burguesa en la costa, feudal en la Sierra- se ha caracterizado por su desconocimiento de valor del capital humano. Su rectificación, en este plano como en todos los demás, se inicia con la asimilación de una nueva ideología. La nueva generación siente y sabe que el progreso del Perú será ficticio, o por lo menos no será peruano, mientras no constituya la obra y no signifique el bienestar de la masa peruana, que en sus cuatro quintas partes, es indígena y campesina.
II
Uno de los aspectos sustantivos del problema del capital humano es el aspecto médico-social. En el haber de nuestra escasa bibliografía, tenemos que anotar, sobre este tema, un libro interesante. Se titula “Estudios sobre Geografía Médica y Patología del Perú”. Sus autores son dos médicos inteligentes y trabajadores, ambos funcionarios de sanidad, los doctores Sebastián Lorente y Raúl Flores Córdova. Este libro, en más de seiscientas páginas, densas de datos y de cifras, estudia documentadamente la realidad médico-social del Perú.
Los autores se muestran por supuesto, optimistas en su esfuerzo y en su esperanza. Pero el método positivo no consiente, en la investigación, engañosas ilusiones. La verdad de nuestra situación sanitaria emerge del libro precisa y categórica. Los índices de la mortalidad y de la morbilidad son en el Perú excesivos. El capital humano se mantiene casi estacionario. En la costa, el paludismo y la tuberculosis; en la sierra, el tifus y la viruela; en la selva, todos los morbos del trópico y el pantano, minan la población exigua de la república. No se tiene una cifra exacta de la población. Pero la cifra, comúnmente aceptada, de cinco millones, basta para constatar la debilidad y la lentitud de nuestro crecimiento demográfico. La mortalidad infantil es uno de los más terribles y trágicos frenos. En Lima y en el Callao mueren antes de llegar a un año de edad la cuarta parte de los niños. En los pueblecitos rurales de la costa el índice de la mortalidad infantil es mayor aún. Tengo a la vista la estadística demográfica del distrito de Pativilca del primer semestre del año en curso que acusa una mortalidad superior a la natalidad.
En el prefacio de su libro, los doctores Lorente y Flores Córdova escriben que ‘‘el panorama médico-social nos presenta en toda su magnitud y en toda su gravedad nuestro problema sanitario”. Su estudio no exagera, en ningún caso, la realidad; tal vez, en alguno, la atenúa. Lo que ensombrece el espíritu cuando se lee este volumen, -que ojalá arribara a las manos de todos los que tan fácilmente se equivocan respecto a la jerarquía o la gradación de los problemas nacionales- no es el juicio, moderado siempre, de los autores, sino el dato desnudo, la observación objetiva, la constatación anastigmática.
III
No me toca ocuparme del mérito teórico, del valor científico de estos ‘‘Estudios sobre Geografía Médica y Patología del Perú”. Su estimación pertenece, exclusivamente, a los profesionales, a los competentes. Pero, sin invadir campos de crítica ajenos, quiero señalar su utilidad y su importancia como documento actual y autorizado de la “realidad profunda” del Perú. Me parece evidente, por otra parte, que los doctores Lorente y Flores Córdova, han hecho un trabajo de sistemación y de compilación singularmente meritoria en un medio como el nuestro donde los hombres de estudio difícilmente intentan especulaciones de esta magnitud.
El libro de los doctores Lorente y Flores Córdova no está destinado únicamente al ámbito profesional. Interesa a todos los estudios. Su lectura es un viaje por un Perú menos pintoresco, pero más real del que otros libros nos describen o nos disfrazan.
IV
Los doctores Lorente y Flores Córdova no se contentan en su libro con acopiar, confrontar y clasificar datos preciosos. Solicitan, formal y premiosamente, una mayor atención para el tema del capital humano. ‘‘El problema que requiere en el Perú, más urgentemente, una solución orgánica y eficaz -escriben- es el problema sanitario, no solo porque cada día prevalece y se arraiga más en la conciencia de la época el concepto de que la defensa de la salud pública es un deber primordial de todo Estado moderno, sino, sobre todo, porque ningún otro concepto corresponde con mayor exactitud a apremiantes y evidentes exigencias de la realidad peruana”.
Esto es cierto, pero incompleto. El problema sanitario no puede ser considerado aisladamente. Se enlaza y se confunde con otros hondos problemas peruanos del dominio del sociólogo y del político. Los males, los morbos, de la sierra y de la costa, se alimentan principalmente de miseria y de ignorancia. El problema, a poco que se le penetre, se transforma en un problema económico, social y político. Pero a los distinguidos higienistas, autores de la “Geografía Médica del Perú”, no les tocaba este análisis. Su diagnóstico del mal tenía que ser solamente médico.
José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Victoria Ferrer, 24/1/1920

Roma, 24 de enero de 1920
Victoria:
La carta que te adjunto te advertirá que soy en posesión de la noticia de la venida al mundo de la señorita Gloria María a quien me apresuro a enviar, por intermedio tuyo, mi primer beso. Falcón, por su parte, se preocupó también de comunicarme desde España el mismo acontecimiento.
Confío en que te hayas restablecido prontamente y en que tu juventud haya salido victoriosa de todas las crisis, para que, durante mi ausencia, puedas amar y cuidar a Gloria María por ti y por mí a un mismo tiempo.
Te incluyo un giro por cincuenta soles que va a nombre de Beatricita porque creo que le será más fácil ir al banco y efectuar la cobranza. Ruega a Beatricita, a mi nombre, que me excuse la molestia que le cause.
De mi vida en Europa poco podría contarte interesante. Creo, en general, que no es el ausente quien debe dar noticias sino quien debe recibirlas. El ausente necesita más de la correspondencia de los que le quieren y recuerdan que éstos de la correspondencia de él. Él está solo, separado de todo aspecto íntimo y familiar, mientras que éstos continúan su misma vida, sin ningún cambio y sin ningún trastorno realmente sensibles.
No me explico porqué del Aguila no las visita frecuentemente. Supongo que esta actitud suya no haya durado mucho tiempo y la atribuyo, en todo caso, a su espíritu descuidado y negligente, no a disminución de su simpatía ni de su amistad.
Aguardo con interés noticias tuyas, sobre todo por lo que puedan hablarme de Gloria María, y me despido de ti con los mejores recuerdos hasta una próxima muy próxima.
José Carlos
P.D. El cheque es por seis libras esterlinas. No se puede girar en libras peruanas ni en cheque sobre Lima. A mí me pagan también en libras esterlinas. Es una letra sobre Londres que puede ser cambiada en cualquier banca. También la puede cambiar un comerciante. La libra esterlina vale menos que la libra peruana conforme al cambio actual. Esto, como tú comprenderás, es para mí, que recibo mi sueldo en libras esterlinas, lo mismo que todos los funcionarios y empleados de relaciones exteriores residentes en el extranjero, una pérdida mensual.
Esta es la única forma, según me dicen en el banco, que es uno de los principales de Italia, de enviar dinero a Lima.
No creo que sea una forma incómoda para ti porque una letra sobre Londres de un buen banco es pagadera a la vista en cualquier parte del mundo.
Vale.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Victoria Ferrer, 18/3/1920

Roma, 18 de marzo de 1920
Victoria:
No me ha venido ninguna nueva tuya. Te escribo hoy para enviarte otra remesa destinada a resarcirte un poco de tus últimas estrecheces. Habría querido indemnizarte mejor; pero no me ha sido posible. La vida aquí es demasiado cara para los extranjeros. Y más para los extranjeros que, como yo, tienen que satisfacer, junto con las necesidades de la vida física, las necesidades no menos imperiosas de la vida intelectual.
Conforme a tu deseo, he escrito a Santillana. Aguardo su respuesta. No creo que tenga inconveniente para aceptar su designación.
Me interesa saber si te han llegado oportuna y prontamente mis anteriores remesas y mis varias cartas. Por mis simples cartas me preocupo menos naturalmente. Sé que no te pueden ser gratas y queridas como te habían sido en otros tiempos. Pero siempre me disgustaría que alguna de ellas se hubiera extraviado o rezagado.
El cheque es por doce libras esterlinas (Twelve pounds sterlings). Girado en la misma forma que los precedentes.
Dame muchas noticias de María Gloria. (¿Porqué no María Gloria en vez de Gloria María?). Dame también noticias de tu salud que anhelo hayas recuperado plenamente.
Cuida de acusarme recibo de todas mis cartas indicándome, por supuesto, sus fechas.
Saluda a los tuyos expresándoles mi buen recuerdo.
Con muchos besos para la bambina y uno para ti —si tú gustas— se despide de ti hasta la próxima, muy afectuosamente
José Carlos
P.D. Con la anterior te remití unas postales. Que Beatricita, a quien renovarás mis recuerdos, excuse la molestia de cobrar el cheque.
Vale.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Emilio Pettoruti, 25/3/1922

Roma, 25 de Marzo de 1922.
Caro Pettoruti,
Muchas gracias, otra vez, por sus informaciones que aumentan mi entusiasmo por pasar una temporada en Alemania y asociarme a Ud. en varias andanzas turísticas.
En mi anterior le hablaba del mes de mayo y no abril como el fijado en mi programa. I pienso ahora que la fecha exacta de mi partida será, más bien, el 1° de Junio. Este día podré ir a esperarlo a Venecia o a reunirme con Ud. en el lugar de Baviera donde proyecta veranear.
Hasta el mes próximo no me será posible garantizarle que ninguna eventualidad contrariará este programa. Por consiguiente no puedo pedirle con tanta anticipación que me preanote alojamiento en la pensión donde va Ud. a instalarse durante el verano. Pero como creo que, en el caso de que esta preanotación resulte indispensable tan anticipadamente, puede Ud. reservarme ya una habitación grande para dos personas. La fecha dependerá de que Ud. venga o no venga a Venecia en los primeros días de Junio. En caso de que venga Ud. la preanotación puede ser para el 5 o 6 de junio, la fecha en que calcule Ud. que nos será posible estar en Baviera. Y en caso de que no venga, puede ser para el propio 1° de junio.- I, de todas maneras, la preanotación tiene que ser condicional, esto es con cargo de confirmarla o desdecirla antes del 1° de mayo o sea un mes antes.- Me parece que el hotelero no exigirá un "engagement" a firme, más anticipado.
No he comprado marcos todavía porque he estado en espera de un dinero que aún no me ha sido pagado. Me alegro de esto. Porque resulta que el marco ha continuado bajando. Ahora sí me parece excelente negocio adquirirlo porque ha tocado un precio que creo el límite de su baja. Está a 6 liras el ciento.
De Falcón no tengo noticias desde hace más de un mes. Me escribió que vendría tal vez a Génova a la conferencia; pero no me ha confirmado posteriormente esta probabilidad, de suerte que no sé si vendrá o no.
¿Cuál es el idioma más útil en Alemania a falta de alemán? Es cierto que hay muchas dificultades para quedarse allá mucho tiempo?
Anita retorna sus saludos.
I yo le estrecho la mano con todo afecto y me repito su muy devoto amigo y S.S.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Emilio Pettoruti, 31/8/1922

Berlín, 31 de agosto de 1922
Pensión Schmitz, Lützow Strasse 31.
Mi querido Pettoruti:
Contesto su carta de Abwinkl. Lamento mucho que haya tenido Ud, tan mal veraneo. La verdad es que vivir en un pueblo sin poder trabajar ni pasearse debe ser muy desagradable. En Berlin el tiempo no es del todo malo. Claro que no se deja casi sentir el tal verano; pero no faltan dias de sol y hasta un poquito calurosos al lado de dias en que llueve a cántaros.
Tampoco yo he tenido siempre mucha suerte para los cambios. Como le dije en Munich, cambié en París, cuando partí para Alemania, casi el total del dinero que recibí adelantado para vivir tres meses. Cuando empezó la caída del marco, estuvo tentado de transformar rápidamente mis marcos en divisa extranjera, a costo de cualquier pérdida. Pero luego los viajes me distrajeron de este propósito. I, además, la progresiva caída del marco, desvalorizaba velozmente mi pequeño capital. Por esto, la vida no me ha costado en Alemania tan barata como habría podido costarme, ni he podido
comprar muchas cosas útiles. ¡Qué se va a hacer! Para estas operaciones de cambio se necesita suerte. A veces es conveniente aprovechar
de un buen momento para adquirir marcos; pero a veces es lo mejor no cambiar sino lo necesario para vivir al día. En es un lío terrible. En días pasados, por ejemplo, en que la esterlina estuvo a 8000 marcos, no cambié sino en parte algunas esterlinas que recibí. Ahora voy a verme obligado a cambiarlas, si el tipo de la esterlina no vuelve a mejorar, a menos de 6000.
Me quedaré en Berlín hasta principios de noviembre si me prorrogan hasta entonces el permiso de residencia que se me vence a principios de setiembre. Si no me lo prorrogan, me trasladaré a München, pasando por Dresden. Pero creo que la prórroga que necesito no será imposible. Si viene Ud. a fines de octubre tendremos, pues, ocasión de pasar unos días juntos.
Últimamente los precios han subido mucho en Berlín. La pensión, por ejemplo, me ha duplicado el suyo.- I ya no se puede cenar con cien marcos en casi ningún restaurant. Solo en uno que otro pequeño restaurant descubierto por mí durante mis andanzas es posible aún este milagro.
Mi mujer agradece y retorna sus saludos. El nene está bien. Ha crecido mucho y ha engordado mucho también, no obstante la vida vagabunda
que ha tenido que hacer.
Deseando verlo pronto en Berlín, le estrecha muy cordialmente la mano su affmo amigo.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Victoria Ferrer, 22/8/1924

Miraflores, 22 de agosto de 1924
Victoria:
He recibido tu carta del 11 del presente que me informa de la enfermedad de Gloria. Mucho lo lamento y más todavía el no poder atenderla mejor. No estoy bien aún. Mi convalecencia es lenta y los gastos que mi enfermedad me ha causado y sigue causando innumerables y cuantiosos. Te remito tres libras para lo que requiera el cuidado de Gloria. Si te parece, si crees que Gloria se acostumbraría sin dificultad, puedes mandármela. El clima de Miraflores le haría bien y aquí la vería un especialista. Creo que debes darle Emulsión Scott o Iricalcina.
Caricias a la chica y saludos a ti y a los tuyos
José Carlos
P.D.-A mediados de julio te envié tres y no dos libras. No sé cómo recibiste sólo dos. En mayo, de la clínica, te remití con Beatriz cuatro. Te envío hoy las tres libras en el adjunto cheque No. 398632 para el Banco del Perú y Londres.

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Victoria Ferrer, 15/11/1926

Lima, 15 de noviembre de 1926
Victoria:
He sentido mucho tu enfermedad lo mismo que el no poder enviar con más oportunidad la mesada de Gloria. Yo no estoy aún bien y mi enfermedad, que no me permite atender como antes mi trabajo, me tiene atrasado en mis pagos.
Espero que mi salud y que mis asuntos se regularicen para poder ser más puntual.
Besos a Gloria y saludos a los tuyos. Y tú recibe un afectuoso recuerdo
José Carlos

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Luis Alberto Sánchez, 20/10/1929

Lima, 20 de octubre de 1929
Querido Luis Alberto:
El plan de Ud. para obtener la venida de Frank me parece bien y yo haré todo lo posible por contribuir a su actuación. Respecto al aporte de la colonia judía, hablaré con Adler. El único inconveniente que puede presentarse es el de que, según entiendo, los judíos, como colectividad, no tienen en Lima una caja ni un organismo que atienda, sin demora, al desembolso. Habría en este caso, el más probable, que recurrir a las cuotas, reembolsables con el producto de las conferencias, que cubriría seguramente todos los gastos, y para las que sí podría contarse con la activa cooperación de los judíos —por mayor suma ciertamente. Redacte y haga circular el documento respectivo, para no perder tiempo. En la invitación podemos incluir a una o dos personas a quienes se exima de la cuota —Eguren, por ejemplo—; pero todos los demás firmantes deben concurrir a la reunión de los fondos. La cuota de Lp. 1 a 5 permitirá que todos cooperen a la constitución del fondo colectivo, según sus posibilidades.
Le envío el libro de Eguren.
Espero tener el placer de verle en cuanto se restablezca.
Suyo afmo.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta a Samuel Glusberg, 9/2/1930

Lima, 9 de febrero de 1930
Muy querido amigo Glusberg:
Contesto sólo hoy sus cartas de 10 y 28 de diciembre que recibí casi juntas, porque no he dispuesto en estos días ni de un minuto para mi correspondencia, a consecuencia de una cura de playa en la Herradura que me quita toda la tarde y anticipa mi hora de sueño, no dejándome sino el tiempo indispensable para mis más urgentes trabajos cotidianos. Quería, además, tener algo definitivo que decirle respecto a mi viaje a Buenos Aires, y en estos días me era difícil avanzar en la organización de este viaje, totalmente decidido, pero cuyo plazo preparatorio depende del arreglo de algunas cuestiones, como la continuación de Amauta en Lima por el tiempo que esto sea posible, etc.
Gracias, antes de seguir adelante, por las palabras generosísimas del No. de La Vida Literaria que transcribe mi esquema de explicación de Chaplin (A propósito, quiero decirle que del No. anterior, el que publica mis notas sobre libros rusos, no vino sino el ejemplar de canje. Si Ud. envió un paquete de 10 ejemplares, como de costumbre, naufragó en el correo peruano). Gracias también por todas sus noticias y gestiones respecto a mi viaje a Buenos Aires.
Tengo el propósito, le repito, de realizar de toda suerte este proyecto. Creo que en abril próximo estaré en aptitud de partir. Puedo contar con 300 soles de colaboraciones que conservaría; pero que en parte están expuestas a fallas. Se ha llegado, estando yo en Lima, a insinuar a las revistas en que colaboro la supresión de mi colaboración. Cierto que el hombre del régimen a quien se le ocurrió esta mezquina represalia, Rada y Gamio, parece próximo a dejar el Ministerio de Relaciones Exteriores, desde donde ejercitaba su influencia. Pero no faltan los Rada. Y no me asombraría que, a poco de mi salida, me fallasen algunas colaboraciones del Perú, en proporción que podría afectar gravemente la suma mensual prevista.
Escribiré a Frank, de quien he recibido una carta muy cariñosa, que me alienta al viaje a Buenos Aires, sobre la colaboración en The New Republic. The Nation ha publicado ya un trabajo mío y me ha escrito invitándome a formar parte de su cuerpo de colaboradores hispano-americanos. Pero no he tenido ninguna nueva carta acerca de la frecuencia y carácter de esta colaboración.
No tengo hábito de conferencista. A mi regreso de Europa, di cerca de veinte conferencias, en la Federación de Estudiantes y la Universidad Popular, sobre la crisis de Occidente. Conversaciones sencillas, cuyo éxito no puedo apreciar sino por este hecho: que el auditorio me fue fiel. Conservé mi público hasta el fin. Abomino la oratoria; pero puedo ofrecer, aun sin hábito, las conferencias que haga falta dar. No me desempeñaría tan mal.
Le agradezco la inclusión de mi nombre, entre los del consejo de orientación de la gran revista en proyecto. El título tal vez presente el inconveniente del recuerdo de la Nuestra América de Stefanini o qué sé yo. Pero esto es adjetivo. Tal vez César Falcón podría ocupar el sitio reservado con interrogante a Blanco Fombona. Y otro tal vez: ¿no convendría incluir a dos pintores representativos del nuevo arte americano: ¿Diego Rivera y José Sabogal, por ejemplo? Frank puede darle opinión sobre nuestro José Sabogal y nuestra Julia Codesido.
Le seguiré escribiendo en breve.
Hasta entonces me despido de Ud. con mi más afectuoso abrazo, augurándole un año mejor que el pasado.
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira

Carta de Arturo Osores, 11/9/1921

París, 11 de setiembre de 1921
Señor don
José Carlos Mariátegui.
Roma.
Mi muy querido amigo:
No he podido escribirle, por muchos motivos independientes de mi voluntad; pero mi afecto siempre está junto a Ud.
Le incluyo un giro por dos mil liras. Despida a toda la servidumbre, pagándoles su retribución habitual. Si el chauffeur insiste, ceda Ud; pero a los demás no les pague sino lo que les pagó la Bertini. Entregue 600 liras a Lepiani. Si cumple bien, a juicio de Ud, le remitiré el valor de los otros cuadros.
El valet, antes de marcharse, debe limpiar mi ropa; y que la camarera haga lo mismo con la de mi familia. Temo que el uniforme se malogre: procure que lo revisen. Para el aseo de la casa contrate una persona de aquellas que prestan servicios por horas.
Arriende la casa en la forma que Ud estime más conveniente. Proceda como si fuera Ud mi propia persona; y, para ello, le doy las facultades más amplias. No descuide las existencias de los inventarios. Caso de que Ud pacte el arrendamiento y sea necesaria mi presencia para firmar el contrato, hágame un telegrama.
Insista en obtener respuesta de la Bertini, para saber a qué atenernos.
Que el chauffeur le entregue los artículos del último pedido que hizo.
No se olvide de reclamar el impuesto de lujo que pagué en el hotel.
¿Qué hay sobre los pensionados? Se me dice que han sido totalmente pagados. Si ello fuere cierto, procure recoger esas 2,500 liras, que están volando.
Vea si no corre peligro la prenda aquélla, cuyo recibo tiene Ud.
Le suplico vea a López Aliaga y le haga conocer que no dispongo sino de 6 cajones de bencina, porque la orden no fue por 50 cajones, como creí.
RESERVADO: me escribió Óscar Barrenechea anunciándome que ha sido trasladado a Italia. Procure que le paguen, antes de que esto llegue a ser conocido.
Comuníqueme cuanto sepa sobre la revolución. Las noticias que aquí se tiene son muy vagas. Temo que el castillo se incendie.
Al arrendar la casa vea si es posible reservar las habitaciones que fueren necesarias para la Legación. Publique avisos y haga, por mi cuenta, todo lo que Ud estime conveniente. Sus procedimientos tienen, desde ahora, mi más amplia aprobación. Sólo me mortifica el estar abusando demasiado de su afecto.
Demore su contestación a Machiavelo, hasta que pueda satisfacerlo.
No sé el tiempo que pueda demorar aquí porque mi hijo ha llegado muy enfermo. Él y mi familia corresponden muy afectuosamente su atento saludo.
Muchos recuerdos para nuestro buen amigo el Conde Perrone.
Muy, muy agradecido por la decisión con que me sirve, le estrecho la mano como su afectísimo amigo y S.S.
A. Osores

Osores, Arturo

Carta de Antenor Orrego, 16/7/1924

Trujillo, 16 de julio de 1924
Señor José Carlos Mariátegui
Lima
Mi buen amigo:

Apenas tengo tiempo de ponerle algunas palabras. He seguido con harta pena el proceso de su enfermedad y espero que se encuentre U. ya bien.
Le incluyo un cheque por veinticinco libras, cantidad conque los hermanos de Trujillo quieren ayudarlo en estos días dolorosos. Lamentamos que nuestra pobreza no nos permita hacerlo con mayor eficacia.
El portador de esta carta es nuestro amigo Manuel Vásquez, quien lleva los saludos de la hermandad trujillana. Dispense la brevedad de esta carta y reciba un cordial abrazo de su atto.

Antenor Orrego

Orrego, Antenor

Carta de Roberto Latorre, 16/4/1926

Cusco, 16 de abril de 1926
Señor don
José Carlos Mariátegui
Lima
Distinguido compañero:
A pesar de sincera promesa de volver a casa de usted en los días que permanecía en esa ciudad, se me hizo imposible realizar ese deseo. Mi condición económica estrecha me señaló caminos que me quitaban todo momento.
Ahora, y leyendo su carta de 16 de diciembre último, me cabe escribirle, evitando como usted cumplidos.
El concepto que de usted merezco es noble y grandemente satisfactorio y creo no desmentirlo jamás. Yo y muchos lo queremos en el Cusco a usted, reconociendo en todos instantes la benéfica obra que realiza y el singular talento que posee. Nuestro compañero claro que es usted honrosamente.
Con su hermano no tuve la oportunidad de hablar. La representación de Minerva cumpliré con agrado en este Departamento. La Escena Contemporánea se vende en la librería de Agustín Rivero. Libros y Revistas, remítame algunos ejemplares y así también anuncios de Amauta, oriénteme sobre lo que será y comenzaré a avisar a los cusqueños que ha de aparecer ese poderoso exponente de la literatura peruana.
En próximo correo escribiré a su hermano. Mi concurso en la obra de juventud que hacen ustedes deben contar seguro y leal.
Compañero, su libro estoy leyendo. Nada igual conozco hasta ahora sobre los asuntos que usted trata. Es admirable la forma como se dedica usted al estudio del movimiento político-social del Universo. Le agradezco el envío.
Ordene en mí siempre con la confianza de que le serviré con agrado.
Su amistad y compañerismo harán que me ayude cuando reinicie mi labor periodística, ¿no es verdad?
Le envío algunos ejemplares de Kosko.
Suyo.
Roberto Latorre

Latorre, Roberto

Carta de Carlos Arbulú Miranda, 15/1/1927

15 de enero de 1927
Estimado y querido Mariátegui:
Con mis saludos más cordiales lleva ésta mi gran amigo César Galarreta, espíritu comprensivo y abierto a todas nuestras cosas, el que con mucho interés desea conocer a Usted y para quien creo que le brindará todo su afecto y amistad.
Le he remitido por cheque y por giro telegráfico la suma de Lp. 7.0.00 que creo habrá recibido ya.
Como no tengo tiempo para escribirle más.
Con un abrazo
Carlos Arbulú Miranda

Arbulú Miranda, Carlos

Carta de Luis Varela Orbegoso (Clovis), 15/3/1927

Su Casa, 15 de marzo de [1927]
Señor D. José Carlos Mariátegui
Mi querido amigo:
Recibí su carta y los artículos de Vallecito.
Tomo con mucho gusto los artículos, abonando por ellos cinco libras que es lo mismo que di a Vallecito por otros dos que me envió y publiqué en el Boletín.
Pero, el pago no puedo hacerlo en el acto por que el número del 31 de marzo está ya en prensa y los artículos de Vallecito no podían aparecer sino en el número de junio y la Universidad sólo paga a la aparición del artículo. Tal vez podríamos hacer algo en favor de Vallecito, pero esto no podrá ser sino en los primeros días de mayo.
Suyo, con todo mi afecto
Luis Varela Orbegoso

Varela y Orbegoso, José Luis

Carta de Stephen Naft, 17/11/1927

17 de noviembre de 1927
Estimado compañero:
Adjuntamos un giro de $ 10.00 (dólares) pagando el artículo que nos envió sobre los problemas del indio del Perú.
Queremos advertirle que nuestros artículos están destinados para la prensa diaria y por eso sería mejor escribir más sobre los problemas actuales y sobre asuntos que se completan en el mismo artículo.
Esperamos otro artículo pronto.
Le saluda cordialmente
Stephen Naft

Naft, Stephen

Carta de Armando Bazán, 12/12/1929

París, 12 de diciembre de 1929
Muy querido José Carlos:
La carta que recibe Vallejo me da el convencimiento que Ud. no ha recibido ninguna de mis cartas. Le he escrito por intermedio de J.M. y de J.C. en más de seis ocasiones. Le he preguntado repetidas veces por el No. del cheque que hicieron a la N.R.F. Esos señores me ofrecieron hacer el envío tan luego me presenté a ellos con los papeles. Fue después, cuando un día fui de nuevo por casualidad, que me informaron que el envío no había sido hecho porque no tenían el comprobante del cheque. Inmediatamente le escribí, le volví a escribir; le encargué a K... y nada. Como nuestro amigo es de lo más olvidadizo, estoy seguro que ni siquiera le habló de ello una sola palabra. Si esta carta tiene pues la suerte de llegar a su poder deme Ud. este dato a la brevedad posible.— Le decía también en mis anteriores que El Mundo no me había escrito y ahora le digo de nuevo que no me ha escrito una sola palabra, ni siquiera dándome las gracias por la colaboración ya Ud. comprenderá que menos pueden hacerlo haciéndome el envío de remuneración. He hecho todo lo humanamente posible por sostenerme aquí en París escribiendo crónicas para periódicos de la América del Sur y en todas partes no he obtenido sino el resultado del Mundo. Vallejo obtuvo la promesa de que me pagarían en Mundial— El mismo resultado: han publicado varios artículos y cuando la persona encargada se presentó a cobrar no le quisieron ni oír. Aquí en París he trabajado en todo lo que puede trabajar un hombre y es así como hasta hoy he vivido. Pero como las cosas se van poniendo difíciles creo que no me queda otro remedio que salir de Francia, no importa a dónde ni cómo.— Si Ricardo o algunos de nuestros amigos puede, encárguele Ud. de reclamar 4 ó 5 artículos míos que Mundial no debe haber publicado. Algunos de ellos pueden serle interesantes.
La situación de casi todos nuestros amigos es ahora indecisa en París. E.... debe embarcarse próximamente. Vallejo también tiene el proyecto de ir al Perú. Yo voy a ensayar un viaje a España mientras me sea posible seguir a nuestros compañeros si así se juzgara necesario.
Este viaje en todo caso lo haré dentro de dos o tres meses; de tal manera que espero aquí su contestación.
No hemos visto sino el N° 25 de Amauta.— Le envié junto con varios poemas y crónicas de libros, míos, un artículo de Marta Vergara, escrito exclusivamente para nuestra revista. No sé tampoco nada de ello. Esta dificultad de comunicarnos es el más grande daño que nos pueden hacer a todos.
Bustamante, que se encuentra de paro aquí en París, no ha cambiado ni una línea en su manera de ser. Siempre anda como la lagartija metiéndose por agujeros invisibles con tal de escaparse de nuestras manos. Así es en todas partes.
La Librería Cuesta recibe y ha recibido siempre puntualmente la revista. Hace también todo lo posible por propagarla. Es entre todas las revistas que recibe, de América y de España, la más buscada.
No sé nada de su casa. Julia no ha contestado ninguna de mis cartas. No sé si ella también está comprendida en la censura— ¿Y los chiquillos? y Anita?
Le envío adjunta una carta para el Director de El Mundo. Haga Ud. de ella el uso que crea conveniente. Si le llegaran hacer algún pago y si la suma tuviera alguna importancia hágame Ud. un giro por cable. En ese caso con toda certeza me iré a España, siempre como le digo anteriormente, dentro de dos o tres meses.
He trabajado intensamente. Trato y he tratado de hacer siempre por poner luz en esa ignorancia compacta con la que se viene de América y a la que Ud. mi querido J. C. comenzó a dar los primeros golpes maestros. Tengo un libro de cuentos, que aunque no los juzgo de fibra noblemente revolucionaria tienen el valor de haberme servido de gimnasia. Si Vallejo va a Lima le encargaré muchísimas cosas para Ud. Él le será de un alivio enorme. Él es de los más fuertes y de los más nobles; de los que con mayor amor se han inclinado y reconocido el valor de la nueva obra en América.
Escríbase Ud. siempre con mi dirección a 11 Av. de L’Opera —Grds. Journaux— —Yo recibo regularmente mi correspondencia— Le encargo mis más cariñosos recuerdos para Anita y los niños. Reciba el abrazo fraterno de
Armando

Bazán, Armando

Resultados 51 a 100 de 116